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SECUENCIA 1 : PRESENTACIÓN.
Vemos los créditos que dicen: Fundación Ray Sol / Presenta / Vivir por vivir / Versión de la obra de
teatro: Vivir por vivir de la Autora: Araceli Egea.
SECUENCIA 2: INTRODUCCIÓN.
Las primeras imágenes son de la ciudad en movimiento con su gente, el trafico, situaciones de la
vida diaria , etc.
Narración 1: Los seres humanos se han organizado para poder vivir en grandes centros poblados
como las ciudades; aunque algunos también han decidido hacerlo en zonas rurales de poca
población o campos muy alejados del bullicio y de lo que ahora llaman “stres” (vemos también
imágenes de gente en zonas rurales y campos apartados) Hay personas muy independientes que
prefieren una vida solitaria y apartada de cualquier contacto con los demás seres humanos (vemos
imagen de una persona sola en la montaña al lado de una fogata)
Narración 2: La mayoría de los seres humanos cumplen con objetivos muy bien trazados en la
vida, como por ejemplo; desarrollarse en una profesión u oficio. Ya sea como ingenieros,
carpinteros, panaderos, peluqueros, cocineros, jardineros, bomberos, herreros, zapateros y tantos
otros que podemos nombrar (a medida que marcha esta parte de la narración colamos imágenes
de personas desempeñándose en estas profesiones u oficios) Pero, lo que más cabe resaltar; es
que no importa lo que se haga en la vida, ni quien sean a nivel social porque, todos tenemos
características comunes a todo ser humano.
Narración 3: Para explicar mejor, lo antes dicho, tomemos como ejemplo a un ser humano
(mostramos imágenes de Pedro Alvarado en un flamante auto deportivo acompañado de una
hermosa mujer) Lleva una buena vida, se le ve alegre y despreocupado. Su nombre es Pedro
Alvarado y tiene una distribuidora de artefactos eléctricos, le va muy bien en lo económico.
Presenciaremos algunos episodios de su vida, su trabajo, sus amores y ¿porqué no? también el
momento de su muerte. Tal vez usted piense que su vida no es como la de éste joven; pero nos
parecemos a él más de lo que imaginamos. Como ven, tiene un cuerpo con huesos, músculos y
órganos igual que todos los seres humanos. Esta es la primera coincidencia.
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La energía de vida es propia de todos los seres humanos, como usted y como yo. Esta es la cuarta
coincidencia.
Narración 6: (Vemos un collage de las imágenes anteriores mientras transcurre ésta narración)
Todo este conjunto de elementos forman parte de Pedro y son usados por él, según convenga, en
las situaciones que se le presenten en su vida diaria. Vienen siendo como herramientas muy útiles
para expresarse en el ambiente que lo rodea, de acuerdo con lo que ve, siente, razona y puede
comprender siendo él mismo; es decir: con su propia personalidad. Sí, Pedro ha creado su propia
personalidad, tiene personalidad. Todos nos hemos creado una personalidad. Esta es la quinta
coincidencia.
Narración 7: (Vemos a Pedro en un amplio espacio rodeado de los cuerpos y la personalidad antes
mencionados. Del cuerpo de Pedro salen tres rayos luminosos que como cordón umbilical lo unen
a: El Emocional, El Etérico y al Mental. La personalidad circula libremente) Demos un vistazo a lo
antes mencionado y, para hacerlo más comprensible, imaginemos que cada uno de los elementos
o herramientas que usa Pedro para expresarse, tiene vida propia. Valiéndonos, de la magia
audiovisual, les daremos movilidad, convirtiendo en personajes a cada uno de estos elementos o
herramientas de expresión. Para simplificar los llamaremos cuerpos de expresión o simplemente
cuerpos. Escuchemos lo que tienen que decir.
Mental: Yo soy el conocimiento, la inteligencia, el saber. Yo soy el Cuerpo Mental de Pedro
Alvarado.
Emocional: Yo soy el amor, el deseo la pasión. Yo soy el Cuerpo Emocional de Pedro Alvarado.
Etérico: Yo soy la energía, el empuje, la fuerza. A través de mi, circula la energía que Pedro recibe
y que se encuentra como éter en el universo. Por todo esto, me llaman el Cuerpo Etérico. Yo soy el
Cuerpo Etérico de Pedro Alvarado.
Personalidad: Yo soy la Personalidad de Pedro Alvarado. Particularmente, me gusta imponerme y
no cambiar mis costumbres ya adquiridas. Siempre hago mi voluntad y quiero que él me obedezca
a como sea. Soy creación de Pedro, él me creo. También pueden llamarme; Conciencia Humana.
(Con la imagen de los cuerpos rodeando a Pedro el narrador dice):
Narrador: La historia que están viendo se llama Vivir por Vivir. ¿Y por qué ese nombre? dirán
ustedes. Porque, en este mundo la gente vive por vivir, no tiene más remedio que hacerlo ni le
queda otra oportunidad.
Narración 8: (Ahora vemos imágenes de gente en acción que, ilustran lo descrito en las siguientes
palabras) Se creen solos, aunque estén bien acompañados. Se sumergen demasiado o sin
equilibrio en la realización de actividades: estudian, trabajan, se enamoran, tienen familia, se
divierten y hasta llevan una vida espiritual, en fin tantas cosas. Los ideales cada uno se los forja a
su manera. Pero, según lo que hemos visto, nadie está en realidad solo.
Narración 9: (Volvemos a la imagen de Pedro rodeado de sus cuerpos) Para las creencias de
Pedro, Dios, existe y nunca lo desampara. Como somos respetuosos de sus creencias, también
Dios lo acompaña en esta historia, además de su Angel Guía, que no es más que el maestro que
Dios le asigna, como ejemplo a seguir, para hacerle entrar en conciencia en los momentos en que
sea requerido. (Se disuelve la imagen de Pedro y sus cuerpos, para dar paso a la imagen del Angel
Guía primero, luego la de Dios. Ambos destellantes de luz)
Angel Guía: Yo soy el Angel Guía de Pedro Alvarado. Siempre lo ayudo, lo aconsejo, lo cuido y lo
protejo. Con mi ayuda él se hace más conciente y puede expresar lo mejor de si mismo. Me
asesora Dios, nuestro Padre Espiritual.
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Dios: Yo soy Dios, el padre que mora en las Altas Esferas. Amo y protejo a Pedro. Siempre lo
asisto cuando me llama o invoca porque, nunca él está solo. Sí se une a mí y lo desea, él tiene mi
fuerza y poder para su uso personal y su victoria en la vida. (Disolvemos a la Secuencia 3, donde
Pedro duerme, mientras el narrador dice):
Narrador: Queridos amigos los invito a continuar disfrutando de Vivir por vivir. Estamos en la casa
de Pedro Alvarado el protagonista de ésta historia, veamos que sucede.
SECUENCIA 4: EL DESAYUNO.
Aura, el Tío Abundio y Casimira están en el comedor. Al fondo, se escucha cantar a Pedro ¡Oh, sole
mio! Luego, llega Yolman con un aparato de sonido a todo volumen e invita a Casimira hacer
ejercicios aeróbicos con él.
Casimira: ¡ Yolman!
Yolman: ¡Buenos días! Bendición mamá. ¡Vamos a bailar, Casimira! ¡Vamos, vamos!
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A la Sra. Aura y al Tío Abundio no les gusta la idea y se niegan a secundarlos aunque los jóvenes
insisten.
Tío Abundio: Pero, ¿qué es esto? ¡Aura, por favor!
Yolman: ¡Mamá, ven! ¡Vamos a bailar! ¡Tío! ¡Vengan!
Tío Abundio: ¡Muchachos tranquilícense! ¡Calma!
Sra. Aura: ¡Tranquilízate, Yolman! ¡Tranquilícense, muchachos!
Casimira: ¡Tío ven a bailar!
Tío Abundio: ¡No! ¡Cálmense! ¿Qué es esto? ¡No quiero bailar!
Casimira: ¡Sí, tío! ¡Ven a bailar!
Tío Abundio: ¡No! ¡Aura silencia ese aparato, por favor!
Sra. Aura: ¡Ya! (Aura desconecta el aparato de sonido)
Tío Abundio: ¡Así es Aura! Hay que ponerle carácter a éstos muchachos.
Yolman: Pero bueno, mamá, tío, ¿qué estábamos haciendo? Nada malo, sólo ejercicios.
Tío Abundio: ¡Sí, claro, ejercicios!
Yolman: ¿No has visto todos los kilos que me quité de encima? Es más, por ahí dicen que “en
cuerpo sano, mente sana”.
Tío Abundio: ¡Qué cuerpo sano ni qué mente sana! Yo lo que quiero es poder leer mi periódico en
paz.
Yolman: (Se sienta en la mesa, se sirve abundante comida y come con desesperación). Yo lo que
quiero es comer. ¡Mamá, esto no va a alcanzar para nadie! ¿Tú sabes lo que dijo mi entrenador?
Que tenía que comer ocho veces al día.
Tío Abundio: ¡Ocho veces! ¡Ocho veces al día! ¿Y por eso te lo piensas comer todo? ¿No te parece
una exageración?
Yolman: No, tío, no es una exageración. Tengo que alimentarme. El desayuno es la comida más
importante del día. (Continúa comiendo y hablando hasta que se lleva a la boca una fruta de
plástico). ¡Mamá, esta manzana está muy dura!
Sra. Aura, Tío Abundio y Casimira: (Risas).
Casimira: ¡Agarraste la de plástico!
Todos: (Ríen, menos Yolman)
Yolman: Ustedes siempre se meten conmigo y yo no hago nada malo. (Se le acerca a su tío para
leer el periódico por sobre su hombro, luego, se lo quita). ¡Fíjate, Tío Abundio! ¡Qué barbaridad!
Con foto y todo. (Lee despacio). ¡Arrasado el supermercado Colibrí en las Mercedes por carro
bomba que explotó y mató... (Tío Abundio le arranca el periódico de las manos a Yolman).
¿Cuántas sopotocientas personas dice que mató, tío?
Tío Abundio: Sopotocientas siempre son todos los días. ¡Eso nunca falta! Es la noticia sensacional
de la despertadera en todos los periódicos matutinos. Algo así como si dijéramos “la sal de la vida”
o, mejor aún, “el azúcar del café”. Sin esas sopotocientas víctimas y matazones en el despertar del
día, la vida no tiene sentido.
Sra. Aura: ¡Qué dices, Abundio! ¡Sé más positivo!
Casimira: ¡Sí, tío! ¡Sé más positivo!
Tío Abundio: ¡Pero, si ya estamos acostumbrados a eso!
Casimira: ¡Yo no!
Tío Abundio: ¿Y qué vas a saber tú de eso, jovencita? Si tú apenas estás comenzando la vida.
Casimira: Pues, tío...
(Casimira y el Tío Abundio comienzan a discutir pero, Aura y Yolman los detienen).
Sra. Aura: ¡Ya, hija! ¡Tranquilízate!
(Yolman vuelve a quitarle el periódico al Tío Abundio para leer la noticia).
Yolman: La humareda por todas partes... no quedó nadie vivo... ¡A ver!.. ¡Un loro!... ¡Lorito! ¡Dice
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“lorito”!
(Casimira le quita el periódico a Yolman y lee).
Casimira: (Se aclara la garganta). ¡A ver! Cámara dos...
Yolman: ¡Ya empezó Casimira con su costumbre de imitar a la gente de las noticias en la
televisión!
Tío Abundio: ¡Déjala que ella lo hace muy bien. ¡Adelante, sobrina¡
Casimira: Gracias por el pase, Tío Abundio.
Tío Abundio: En el aire.
Casimira: (Lee, e imita a una narradora de noticias) “Los bomberos encontraron todo
chamuscado... nadie vivo... pero, aún, algo se movía... Halaron, halaron... halaron sobre unos
escombros negros y... ¡Bum! ¡Salió un lorito! ¡Con jaula y todo! ¡Qué interesante! ¡Que
interesante!
Yolman y Sra. Aura:(Imitan a unos reporteros)
Yolman: ¿Y no le pasó nada al lorito con tanta quemazón?
Casimira: Segundos antes... yo me estaba haciendo la manicura. (Ahora, imita a una señora
frívola, de esas que fisgonean en este tipo de acontecimientos)
Sra. Aura: ¿Estaba vivo el lorito?
Casimira: ¡Yo lo oí gritar!
Yolman: ¿Gritaba? ¿Qué gritaba el lorito?
Casimira: El lorito gritaba... ¡Fuego!
Todos: (Ríen)
Tío Abundio: ¡Ay, Casimira! ¿Eso es lo que estás aprendiendo de la televisión?
Sra. Aura: ¡Que divertido, hija¡ Deberías estudiar para actriz.
Tío Abundio: A ver, en serio, dice así... (Lee). ¡Sí!.. Vivo. Vivito y volando. El loro estaba vivo.
Yolman: ¿Estaba vivo? ¿Qué hablaba? ¿Qué decía? ¿Qué le pasó?
Tío Abundio: Leo: “El loro estaba protegido por los barrotes de la jaula y eso le salvó la vida”.
¡Qué barbaridad!... ¡Groserías! El loro decía groserías. Hay que ver lo que le enseñan algunas
personas a los loritos! ¡Como hay gente sin oficio!
Pedro: (Entra Pedro acompañado por los Cuerpos) ¡Buenos días, familia!
Casimira: ¡Hola, Pedro!
Yolman: ¡Buenos días!
Sra. Aura: ¡Buenos días, hijo!
Tío Abundio: ¡Buenos días! ¡Al fin te levantaste!
Pedro: ¿Qué cuento es ese de un loro-lorito? ¿No estarán leyendo historietas como los niños?
Yolman: Las historietas no son sólo para los niños.
Pedro: Quien sabe (irónico, alude la juventud de Yolman)
Yolman: ¡Mamá, Pedro se está metiendo conmigo de nuevo!
Sra. Aura: Déjense de juegos pesados que ya están bastante creciditos. Leíamos sobre historias
reales de la vida, como lo anuncian los periódicos: Una explosión en un supermercado, un carro
bomba, gente moribunda por aquí y por allá. Sólo se salvó el lorito.
Emocional: ¿El lorito?
Personalidad: ¿El lorito?
Pedro: ¿El lorito?
Sra. Aura: Sí, el lorito.
Casimira: Y bien pensado... ¿Qué hace un lorito en un supermercado enjaulado y todo? ¿Llevaría
alguien la jaula en la mano o lo estarían vendiendo? Pero, en los supermercados no venden loros,
que yo sepa.
Yolman: ¡Ya, Casimira! ¡Ya!
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Pedro: ¡Sí! ¡Ya, Casimira! ¡Ya! Dejen esas tragedias raras y vamos a desayunar. Las tragedias
traen mala suerte y, sobre todo, antes del desayuno. Mejor vamos a desayunar como familia que
vive en paz.
Tío Abundio: Eso es verdad, Pedro. Vamos a desayunar antes que se lo acabe todo el deportista
comelón. (Risas).
Yolman: No, tío. Todavía me quedan siete comidas más.
Pedro: ¿Siete? ¿No te parece una exageración?
Personalidad: Café bien negro: Desayuno perfecto.
Etérico: ¡No, mentira! ¡Eso es veneno! Mejor, fruta sabrosa o jugo natural.
Mental: Te recuerdo los equipos electrodomésticos que vienen de Alemania. Debes mandar a
buscarlos a la aduana del puerto de La Guaira.
Emocional: ¡Melisa! ¡Oh, Melisa! Fina, bella, elegante. Ella está en la oficina y te espera.
Pedro: (Pone cara de enamoramiento)
Casimira: Me parece, Pedro, que por ahí hay un romance. No sé por qué. Algo de eso me huelo.
Pedro: No te entrometas en mis cosas, Casimira y déjame desayunar.
Personalidad: ¿Quién te dijo eso? ¿Romance de qué?
Pedro: ¿Quién te dijo eso? ¿Romance de qué?
Sra. Aura: ¡Ay, Pedro! ¡Te conozco!
Pedro: ¡Tú también, mamá! (Se levanta de la mesa. Trata de huir pues se siente descubierto).
Bueno, a velocidad para el trabajo. “Cuerpo alimentado, corazón contento”. Besitos por aquí,
besitos por allá. Hasta luego, Yolman.
Yolman: Estas descubierto Pedro. Al fin te atraparon.
Pedro: ¡Búscate una novia!
Yolman: ¡Ya la tengo! Y es en serio, no como tu casanova.
Personalidad: Es que yo, sí soy muy exigente. Eso es todo.
Pedro: Es que yo, sí soy muy exigente, eso es todo.
Yolman: ¿Lo ves, mamá? Pedro siempre se mete conmigo.
Pedro: (ríe)
Sra. Aura: Déjense de juegos pesados.
Pedro: Nos vemos, tío Abundio.
Tío Abundio: Ya sabes, prepáralo todo porque hoy voy a hacer el inventario en el almacén.
Pedro: Le diré al supervisor que lo espere en la oficina, tío. Halón de orejas a Casimira por
entrometida.
Casimira: ¡Ay!
Tío Abundio: Pero, déjala tranquila.
Pedro: ¡Adiós! ¡Bon jour a todos!
Casimira: Chao, Pedro.
Sra. Aura: ¡Hasta luego, hijo!
Tío Abundio: ¡Hasta luego!
Yolman: Adiós.
(Pedro se va acompañado de los cuerpos. El resto de la familia sigue con el desayuno)
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y se acerca a Melisa intentado abrazarla.
Melisa: ¡Ah! ¿Qué le pasa, señor Pedro Alvarado?
Pedro: “Tus labios son dos rosas encarnadas en la noche oscura. Tu cabello es como manos de
seda en la profundidad del mar azul”.
Personalidad: ¡Dinero!
Emocional: ¡Cállate! (A la Personalidad)
Melisa le da una bofetada a Pedro, quien cae al suelo. Melisa vuelve a su escritorio.
Pedro: ¡Dios mío!
El ambiente vuelve a ser brillante de luz al igual que la vez anterior.
Angel Guía: (Levanta a Pedro).
Dios: (Habla desde el cielo) Hijo, te portaste mal, así no es, esto no es correcto, dar salida a las
pasiones de cualquier manera no sirve de gran cosa. Debes proceder con altura. ¡Reflexiona!
Pedro: (Se sienta en su silla)
Melisa: (Se dirige hacia Pedro muy disgustada y el ambiente de luz se desvanece) Soy una persona
correcta, señor Alvarado, pobre, pero honrada y no me gustan esas cosas. El trabajo es el trabajo,
así que no se meta conmigo ni me falte el respeto.
Pedro: (Sorprendido) Un momento, señorita Melisa. Déjeme explicarle. ¡Tranquila!
Melisa: Y antes de solicitar trabajo aquí aprendí kung fu, ¿sabe? (Le da algunos golpes de kung fu
a Pedro).
Pedro: ¡Señorita Melisa, cálmese! ¡No sea agresiva!
Melisa: Y, además, guardo siempre una pistola en mi bolso por si la necesito.
Pedro: Sí. Le voy a creer. ¡Ah!
Melisa: (Saca la pistola y apunta hacia Pedro). ¡Vea! Aunque parezco una mujer indefensa, no lo
soy.
Pedro: ¡Quite el dedo del gatillo, señorita Melisa! ¡Cuidado!
Melisa: Ni siquiera porque cuide de mi mamá y de mis cuatro hermanitos.
Pedro: ¡Ah! (Asustado)
(En eso entran Juliana y el Electricista)
Juliana: ¡Ah! Pero, ¿qué veo? ¿Qué pasa aquí?
Electricista: ¡Sí! ¿Qué pasa aquí?
Juliana: ¿Hay un atraco? ¿Melisa lo está atracando, jefecito?
Electricista: Yo cargo conmigo, por si acaso, un sistema electrocutor de emergencia y lo pongo
activo, en ocasiones, por defensa. ¡Paf! ¡Paf! ¡Paf! (Se ven chispazos de luz en el aire, como de
descargas eléctricas. Todos se tiran al suelo del susto).
Pedro: ¡Calma, calma! ¡Deténgase, por favor! Aquí no hay ningún atraco. Sólo que la señorita
Melisa me estaba enseñando la pistola que le compró su mamá para defender a sus cuatro
hermanitos.
Juliana: ¿Qué cuatro hermanitos son esos? ¿Dónde están?
Pedro: Pues, en su casa debe estar su mamá con sus cuatro hermanitos.
Juliana: ¡Ja, ja!
Electricista: Veo que hay un malentendido y que me equivoqué. De todas formas, por si acaso,
puse en funcionamiento mi sistema electrocutor de emergencia. (Vuelve a activar su aparato).
¡Paf! ¡Paf! ¡Paf!
Pedro: ¡Un momento! ¡Cálmese! ¡Cuidado!
Electricista: Pero, mejor lo vuelvo a archivar. (Guarda el aparato en su bolsillo y de repente se
queja). ¡Ay!
Pedro: ¿Qué pasó?
Electricista: Me quema.
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Pedro: ¿Y quién es usted?
Electricista: Soy el electricista de la Tecnológica Ocumo. Me mandaron a llamar para la reparación
del sistema de enfriamiento de un frigorífico industrial.
Pedro: ¡Ah, sí! Sabía que te conocía. Tú eres uno de los técnicos de mi compañía, Artefactos
Elétricos Champion.
Electricista: ¿Quién? ¿Yo?
Pedro: Sí, hombre. ¿Quién más?
Electricista: ¡Ah! Sí. Si usted lo dice...
Pedro: Vaya a cumplir con su trabajo y repare lo que tenga que arreglar.
Electricista: Sí, señor, a la orden.
Juliana: Venga por aquí, venga.
Electricista: (Se va de la oficina con Juliana cantando un bolero). Solamente una vez amé en la
vida. Solamente una vez y nada más...
Pedro: Veo que me equivoqué, señorita Melisa. Le pido disculpas, disculpas, bastantes disculpas.
¿Las acepta?
(Melisa no responde y va a su escritorio).
Emocional: Mira, Pedrito, lo de las alegorías como que no nos funcionó.
Personalidad: Yo te lo dije.
Emocional: Pero, ¿sabes qué? Tengo otra idea.
Personalidad: ¿Cuál?
Emocional: ¡Éntrale por otra parte, por lo romántico!
Personalidad: ¡Ay!
Emocional: Un crucero por el Caribe, un viaje a Turquía, a Aruba, la isla de los sueños.
Personalidad: Ella se las echa de puritana y de mujer sofisticada, responsable. ¡Bah! Pura
gazmoñería. ¡Dinero! Ella lo que necesita es dinero. El dinero es el dueño del mundo y no hay
nada, Pedro, que no pueda resolver el suficiente dinero.
Emocional: ¡Ah! ¡Qué tragedia y desolación! Ningún dinero, Pedrito. No le hagas caso a la
Personalidad. ¿No ves cómo delira y no resuelve los problemas? ¡Éntrale por lo romántico!
Etérico: ¡No, Pedro, por favor! Acuérdate de hacer las respiraciones rítmicas para cargarte de
energía, porque si no me vas a dejar desinflado.
Personalidad: ¡Bah! ¡Tú siempre con eso! (al Etérico y luego a Pedro) Mira, Pedro, mujeres hay por
todas partes. Por montones hay mujeres. ¡Ni la gran cosota! La Duquesa de Alba. La Mata Hari
ofendida ¡Qué relumbrón!
Pedro: ¡Díos mío ayúdame! Me doy cuenta de que yo sí quiero de verdad a Melisa. No lo puedo
negar . ¡La amo!
Todo el ambiente cambia de nuevo y la luz invade la escena. Habla Dios, desde las Alta Esferas
con el Angel Guía.
Dios: Debes ayudar a Pedro para que haga lo correcto y ofrezca a Melisa matrimonio, seguridad,
amor.
Angel Guía: ( Asiente y en un instante se ubica en la oficina de Pedro). ¡Nada de dinero ni
aventuras! ¡Pórtate bien! Verás que, así, ella te hace caso. ¡Levántate! ¡Reflexiona!
Dios: (Habla desde las Altas Esferas) El correcto camino es siempre más corto y feliz que el largo
camino lleno de dificultades. Decide qué quieres, hijo mío.
Pedro: (Asiente y se dirige hacia Melisa)
El ambiente vuelve a ser normal en la oficina.
Pedro: Melisa, yo la amo.
Melisa: ¡Ah, sí! Ya me lo ha dicho usted otras veces, pero soy una secretaria digna, correcta y,
ahora, estoy trabajando.
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Emocional: ¿Qué pasó, Pedrito? !No dejes que te presione! ¿Qué pasó con lo que te sugerí?: El
crucero por el Mar Caribe, el viaje a Turquía o a Aruba, la isla de los sueños.
Personalidad: ¡Dale dinero!
Emocional: ¡Cállate! Eso le interesa e impacta a todas las mujeres del mundo.
Personalidad: ¡No le escuches! ¡Dale dinero!
Emocional: ¡Ningún dinero! ¡El crucero!
Pedro: Señorita Melisa, ¿usted nunca tuvo vacaciones?
Melisa: Sí las tengo, como toda la gente, en los días de Navidad.
Emocional: ¡Niña! (Fastidiado de la respuesta de Melisa)
Personalidad: ¡Dale dinero!
Emocional: ¡El crucero!
Personalidad: ¡Dinero!
Mental: ¡Cuida tu dinero!
Etérico: ¡Control de la energía!
Emocional, Mental y Personalidad: ¡Shh! (Mandan a callar al Etérico)
Pedro: No, pero, me refiero a otras vacaciones especiales y distintas. Por ejemplo: Un crucero por
el Caribe, o un viaje a Turquía o a Aruba, la isla de los sueños. ¿Le parece?
Melisa: ¡Señor Alvarado! No me tiente con dinero ni con fantasías, no me acose. Si no respeta mi
trabajo, me iré a otra parte, trabajaré en otra compañía y no estaré más aquí.
Pedro: ¡Calma, señorita Melisa! No me mal interprete. Yo no quise ofenderla. Pero, ¡qué lástima!
Emocional: ¡Qué lástima!
Personalidad: ¡Qué lástima!
Pedro: Los cruceros por el Caribe son muy interesantes.
Emocional: ¡Uf!
Personalidad: ¡Ah!
Pedro: ¡Ah! Y los turcos. Las playas doradas de Aruba no son cosas como para despreciarlas, que
digamos.
Personalidad: ¡Qué lástima!
Emocional: ¡Qué lástima!
Pedro: ¡Qué lástima!
Melisa: Sí. ¡Qué lástima! Bueno, por hoy ya está bien. Se terminó mi trabajo. Me tomo la libertad
de marcharme. Hasta mañana, si acaso. (Se va).
Pedro: ¿Adónde va señorita Melisa? ¡Deténgase! ¡No puede marcharse!
Melisa: ¡Hasta nunca!
Personalidad y Emocional: ¡Hasta mañana!
Pedro: ¡Hasta mañana!
Personalidad: ¡Se fue! (Llora).
Emocional: ¡Se fue! (Llora).
Personalidad: ¡Se fue! (Llora).
Emocional: (Llora).
Personalidad: ¡Se fue, se fue! (Llora).
Pedro: ¡Ah! ¡Qué desolación! ¿Qué hice? ¡La perdí, la perdí!
Personalidad: ¡Eso fue por tu culpa!
Pedro: ¡Eso fue por mi culpa!
Mental: Eso te pasa por no pensar, no reflexionar y ser tan impulsivo, tan impetuoso.
(Aparecen dos empleadas de limpieza gritando y formando un alboroto. Se ponen a limpiar por
todas partes)
Andrea: ¡Permiso, permiso!
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Ayudante: ¡Vamos a limpiar! ¡Permiso!
Pedro: ¿Qué sucede? ¿Qué pasa aquí? ¿Quiénes son ustedes?
Andrea: ¡Permiso! ¡Muévase!
Pedro: ¿Me vas a quitar la silla?
Ayudante: ¡Estamos limpiando! ¡Permiso!
Pedro: ¿Quiénes son? ¿Qué hacen aquí? ¿Quiénes son?
Andrea: Mi nombre es Andrea, soy la empleada de limpieza y ella es mi ayudante. Yo limpio por
aquí y por allá, como es mi obligación, para quitar el polvo y el sucio de todas partes. Para eso me
pagan, digo, nos pagan a las dos, porque ella es mi ayudante.
Ayudante: ¡Yo no soy tu ayudante!
Andrea: ¡Sí lo eres!
Ayudante: ¡No lo soy!
Andrea: Bueno, está bien.
Pedro: Sí, ya lo dijo usted antes: Ella es su ayudante que la ayuda.
Andrea: Y para eso nos pagan.
Pedro: ¡Ah! ¿Les pagan?
Personalidad: ¿Y quién les paga?
Pedro: ¿Y quién les paga?
Andrea: Bueno, se entiende que... (Cantan y bailan). Usted, usted, usted, usted, nos paga, a mí y
a ella, a ella y a mí. (Cesan de bailar y cantar momentáneamente). Bueno, todavía no nos pagó,
hasta que terminemos de limpiar... (Cantan y bailan). Yo y ella, ella y yo, yo y ella, ella y yo...
Ayudante: Yo, como su asistente, siempre la asisto, digo, la ayudo a limpiar. Limpio todo, todito.
Limpiamos las dos por aquí y por allá. ¡Tata-tará-tará! ¡Todito limpiamos! (Corre por toda la oficina
limpiando). Escoba, coleto, desinfectante, piso, polvo de los muebles, cenicero de ceniza, digo,
cigarros, papeleras de papeles, ventanas, lámparas, si quiere, ¡lo puedo limpiar a usted también!
Pedro: ¡Ey!
Ayudante: ¡Ella me enseñó!
Andrea: ¡Yo no te enseñé!
Ayudante: ¡Sí me enseñaste!
Andrea: ¡No te enseñé!
Ayudante: ¡Sí me enseñaste!
Andrea: Sí, yo le enseñé, porque era muy perezosa esta muchacha y su mamá me dijo que la
enseñara. No cualquiera sabe limpiar; pero yo sí y la enseño. ¡Muchacha! ¡Camina!
Ayudante: (Canta y baila). Tuqui-tuqui-tuqui-tutuqui-tá.
Andrea: ¡Limpia todo!
Ayudante: (Corre por toda la oficina limpiando y haciendo comentarios). ¡Limpio por aquí, limpio
más allá, limpio por aquí, limpio por allá.
Andrea: (Canta y baila en un solo lugar) Aquí, allá y más allá, aquí, allá y más allá!
Pedro: ¡Ya, ya, ya, ya! Ustedes son muy enredosas y entrometidas. ¡Están enredando! Enredan
mis pensamientos y no me dejan pensar. Tengo un problema y tengo que pensar.
Andrea: Pues piense, señor jefe. Las escobas y las mopas no hacen ruido, que yo sepa. ¿Sí hacen
ruido? ¿No hacen ruido?
Ayudante: ¡Sí hacen ruido! ¡No hacen ruido! ¡Sí hacen ruido!
Pedro: ¡Ya! Les dije que tengo un problema y que tengo que pensar.
Mental: ¡Piensa, Pedro!
Ayudante: ¡Qué carácter, señor jefe! Nosotras sólo limpiamos.
Andrea: Claro, sólo limpiamos.
Pedro: ¡Váyanse de una vez, por favor!
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Andrea: Sí, sí, ya nos vamos.
Pedro: ¡Salgan, por favor!
Ayudante: ¡Qué carácter! No se moleste.
Pedro: ¡Salgan, ya! ¡Salgan!
Andrea: Está bien pero, luego, no vaya a decir que dejamos polvo regado y sucio por aquí y por
allá, porque conocemos nuestra obligación.
Pedro: ¡Salgan!
Andrea: ¡Muchacha! ¡Alerta!
Pedro: ¡Salgan, salgan!
(Andrea y su Ayudante salen corriendo y haciendo mucho ruido. Dejan en el suelo algunos
implementos de limpieza)
Personalidad: Polvo y sucio ¿qué interesa eso?
Pedro: Polvo y sucio... ¿Qué interesa eso?
Andrea y Ayudante: (Entran corriendo y haciendo ruido para recoger sus implementos de
limpieza). ¡Permiso, permiso!
Pedro: ¡Qué salgan! (Se sienta frente a su escritorio abatido y pensativo).
Personalidad: Polvo y sucio. Melisa se fue.
Emocional: Se fue la preciosura. (Llora).
(Melisa entra).
Personalidad: ¡Volvió!
Emocional: ¡Mira, Pedrito!
Personalidad: ¡Volvió! ¡Mírala!
Emocional: ¡La preciosura volvió! ¡Muchacho, despierta!
Pedro: ¡Has vuelto! ¡Gracias! ¡Gracias, gracias!
Melisa: Señor Alvarado, después que me fui, yo, por el camino iba pensando y... Bueno, decidí
regresar. Después de todo usted no es tan mal jefe y, además, ¡yo le contesté tan mal! Usted me
paga un buen sueldo que me permite sostener a mi mamá y a mis cuatro hermanitos aunque, no
soy tan indefensa como usted cree. (Saca la pistola).
Pedro: ¡Cuidado, señorita Melisa! (Le quita la pistola). Ya no hay necesidad de eso. Me porté mal y
rectifico. El caso es que yo la respeto, la amo. Eso eran fantasías de mi imaginación. Ya nada de
moteles ni de aventuras por el Caribe, por Turquía o Aruba, la isla de los sueños. Señorita Melisa
soy un hombre correcto, tengo un negocio, buena profesión. Le ofrezco amor, estabilidad,
matrimonio; aunque sea un yugo eso lo del matrimonio, pues nos enyugamos los dos. ¿Le parece?
Melisa: Sí.
Personalidad: ¡Ah! (Se impacta)
Melisa: Yo estaba esperando que usted me dijera eso, señor Pedro Alvarado, porque lo adivinaba.
Así que ya no practicaré más kung fu y dejaré en casa la pistola que me compró mi mamá para
defenderme.
Pedro: ¿Todo eso lo dejarías por mí?
Melisa: Sí, señor Alvarado, porque ya no lo necesito.
Pedro: Pedro. Dime, Pedro.
Melisa: Sí. Pedro.
(Se miran tiernamente y se van de la oficina).
SECUENCIA 9: EL REENCUENTRO.
Pedro se encuentra al lado de su Angel Guía quien lo recibe muy sonriente. Pero se ve tranquilo.
Habla con su Angel Guía:
Pedro: Terminó mi vida. Entiendo ésta situación y la acepto. Siento mucha paz y alegría. Confieso
que he vivido y solo me falta subir hasta mi padre que me está esperando. Mi paso por la
tierra fue para aprender a vivir y experimentar. Sé que me falta mucho por recorrer y para
llegar a ser perfecto.
Angel Guía: Así es, Pedro. Has avanzado en el camino del autocontrol. Te felicito pues, has logrado
llevar una vida correcta y rectificaste a tiempo. Lo importante es vivir con la conciencia de
seguir existiendo para mejorarse a uno mismo y subir hasta el Padre que espera.
Pedro: Se que lo que dices es cierto. Estoy dispuesto a seguir mejorando y aprendiendo, para
llegar hasta mi Padre que espera.
Angel Guía: Buena elección, Pedro. Ven, te asistiré, si así lo deseas, en el nuevo camino de tu vida.
Pedro: Acepto.
Angel Guía: (Le señala un camino y vemos como ambos, mientras caminan, se disuelven en la luz)
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