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UNIVERSIDAD ANDINA “NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ”

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

CARRERA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO ENCARGADO DEL CURSO DE:

CRIMINOLOGÍA

¨COACCIÓN, SECUESTRO Y TRATA DE PERSONAS¨

PRESENTADO POR:

 ZAVALA MACHACA, Nilo Dennis


 A
 A

Juliaca, Julio del 2017.


Dedicatoria
La presente
monografía lo
dedicamos con
infinito aprecio a
todos nuestros

2
compañeros de salón,
para así aportar en
algo nuestra
educación.

3
INTRODUCCIÓN

Uno de los delitos que con mayor frecuencia se denuncian a nivel policial y fiscal, es

el relativo al injusto de coacción, en donde el sujeto agente con el empleo de violencia

o amenaza, obliga a otro para que haga lo que la ley no manda, o le impide hacer lo

que ella no prohíbe. De dicha premisa, se puede vislumbrar que el delito in estudio,

protege aquella parte de la libertad de las personas, relacionadas directamente con

la libertad de comportarse y desenvolverse de acuerdo a su real saber y parecer, de

la libertad de poder conducirse con arreglo al sistema jurídico vigente; y asimismo de

no ver recortada su esfera de desarrollo y convivencia social, por conductas o hechos

de terceros, que pretenden un fi n antijurídico, que se traduce en obligar a realizar

algo que la persona verdaderamente no quiere, o también el realizar algo, que lejos

de ser querido o no, dicha constricción entiéndase obligación, busca que el sujeto

pasivo o víctima realice algo que la ley no manda o le impide hacer algo que dicha

norma, no prohíbe ni limita.

Téngase presente que los comportamientos son dirigidos y ordenados, desde la

esfera cerebral del sujeto, por ello, su impulso y realización, vienen informados por

una determinada finalidad y, ésta libertad de obrar, puede verse quebrantada,

cuando el individuo es obligado a realizar una acción que no desea u abstenerse de

realizar una conducta que quiere materializar.

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CAPITULO I

DELITO DE COACCIÓN

En primer lugar, debemos precisar, lo que el Diccionario de la Real Academia de la

Lengua Española, define como coacción, señalando que es la fuerza o violencia

que se hace a alguien para obligarlo a que diga o ejecute algo. Dicha noción, es

confirmada por el monumental trabajo del Dr. Guillermo Cabanellas De Las

Cuevas, quien expresa que coacción, es la fuerza o violencia que se hace a una

persona para obligarle a decir o hacer algo, siendo éste alcance el de una coacción

punible, porque avasalla la libertad ajena. Por coacción se entiende entonces, en

su sentido cotidiano y el de su acepción como término español, como aquella

acción desplegada por una persona con la finalidad de obligar a otra a que haga o

deje de hacer algo.

EL BIEN JURÍDICO TUTELADO

Respecto al bien jurídico protegido en el delito de coacción, la doctrina ha

presentado no pacíficos acuerdos al momento de establecer cuál sería el bien

jurídico que la norma pretende custodiar, sin embargo, se han establecido tres

criterios doctrinales que procuran servir de senderos al momento de establecer

el campo de protección de la norma punitiva, siendo:

La libertad y la seguridad: en dicho sentido, el delito afectaría, en primer lugar, a

la seguridad del individuo, y de otro lado, como quiera que dicha inquietud y

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zozobra, obligan al individuo a una serie de precauciones, constriñendo de esa

forma su libertad.

La Libertad: en la medida que lo que se pretende de manera directa es perturbar

el ánimo mediante el temor, con independencia de los objetivos más o menos

remotos a los que esta finalidad conduzca, dicho temor cohíbe la libertad y aún, a

veces, la anula, independiente de que se logre o no la finalidad perseguida.

La Libertad de resolución y/o actuación: por cuanto este delito se coloca al sujeto

pasivo o amenazado ante la elección de tomar una determinada resolución de

voluntad y llevarla a cabo, o de sufrir un mal, esto presupone en la víctima la

capacidad de formación libre de su voluntad y, en consecuencia, la libertad de

actuación.

De dicho esquema ilustrativo, se advierte que el bien jurídico protegido por el tipo

penal de coacción viene configurado por la libertad de resolución y/o actuación,

dado a que con este delito se coloca al sujeto amenazado ante la elección de

tomar una determinada resolución de voluntad y llevarla a cabo, o de sufrir un

mal, lo cual presupone en la víctima la capacidad de formar libremente su

voluntad, y en consecuencia la libertad de actuación.

Abundando al respecto, y siguiendo al profesor Polaino Navarrete, lo que se busca

proteger a través del delito de coacción, es el derecho a la autodeterminación que

tiene todo ciudadano, su libertad personal “referida a la formación de voluntad

humana sin el ajeno constreñimiento proveniente del anuncio conminatorio de la

acusación de un mal constitutivo o no de un delito”.

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TIPICIDAD OBJETIVA

a. Sujeto activo: Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluyendo al

funcionario público con excepción de los casos en que la realización del tipo por

parte del funcionario implique exceso o abuso de sus atribuciones en cuyo

supuesto lo reclamará el art. 376 del C.P. Fuera de ese supuesto, persona,

funcionario o no, que desarrolle el comportamiento previsto en el tipo del art. 151

del C.P. Se constituye en sujeto activo del mismo.

Por su lado, el profesor argentino Carlos Creus, nos refiere que el sujeto activo

para este injusto, puede ser cualquier persona; pero en algunos casos, la calidad

del sujeto activo en unión con la naturaleza de la exigencia, puede cambiar el

título de la imputación, admitiéndose todos los grados de participación.

El magistrado peruano Ramiro Salinas Siccha, en posición diferente en parte,

señala que al iniciar el tipo penal con la frase “el que (…)”, sirve para afirmar que

el sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, no exigiéndose alguna

condición especial en la persona del agente, inclusive puede ser un funcionario

público; y que –agrega el autor- , un caso típico, es la conducta desarrollada por

un miembro de la Policía Nacional del Perú, al detener a un ciudadano sin motivo

aparente, detención ilegal que es declarada consecuencia del ejercicio de la

acción de garantía de habeas Corpus. Y que se ha pretendido encontrar confusión

entre los supuestos delictivos previstos en los tipos penales de los artículos 151º y

376º del Código penal; sin embargo, de la lectura de ambos supuestos se concluye

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que se diferencian abismalmente, tanto que imposible pensar que pueden

confundirse. Desde nuestra posición, podemos sostener en todo caso, que el

sujeto activo para este delito, puede ser cualquier persona, sin distinción de

circunstancias cualificantes, empero, si estas acciones ilícitas se realizan

ostentando un cargo y dentro de una función determinada (regulada por la Ley)

y con atribución y comprensión a la persona del agraviado, se destierra la

posibilidad de estar frente a este ilícito, siendo reclamada dicha conducta, por

otro tipo penal diferente al estudiado.

SUJETO PASIVO:

Puede ser cualquier persona en capacidad psicofísica de obrar, quedando

excluidos los inimputables por enfermedad mental inhabilitante (psicosis) o por

ser recién nacidos, por no tener voluntad doblegable por coacción, incluyéndose

también a los niños (menores) con capacidad de obrar, como sujeto pasivo del

tipo bajo razón.

Sergio Politoff y Otros, enseña que respecto al sujeto pasivo aún si es un

inimputable, salvo casos de límites fácticos, verbigracia, niños de pocos días o un

enfermo mental catatónico, situación en que la libertad de actuar no puede ser

afectada (aunque sí puede serlo la seguridad personal, como sucede en los delitos

de secuestro y sustracción de menores).

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El peruano Peña Cabrera Freyre, en un feliz alcance, señala que el sujeto pasivo

debe tratarse de una persona que se encuentre gozando de su libertad personal

y, que cuente con capacidad de goce y/o ejercicio.

Para nosotros, el sujeto pasivo del delito de coacción, está constituido por toda

persona con capacidad para el ejercicio y goce de sus derechos reconocidos por

la ley, excluyéndose aquellos en los cuales dicha capacidad se encuentra

disminuida por cualquier circunstancia, que de alguna forma imposibilite la

recepción del mensaje amenazante o la violencia empleada, que tienda a la

anulación de su voluntad entorno a la realización o no de los actos determinados

por dicha persona, vale decir, aquellos permitidos o no prohibidos por la ley.

MODALIDAD TÍPICA

Antes de adentrarnos con el análisis de la modalidad típica, transcribamos ad

pedem litterae lo establecido en el artículo 151º del Código Penal peruano, el

mismo que señala:

Artículo 151.- El que, mediante amenaza o violencia, obliga a otro a hacer lo que la

ley no manda o le impide hacer lo que ella no prohíbe será reprimido con pena

privativa de libertad no mayor de dos años.

Como se advierte de dicho tipo penal, es menester en primer lugar, referir los

elementos constitutivos del delito sub examine, empleando para ello la

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ilustración dada por el profesor César Haro Lázaro , siendo dichos elementos los

siguientes:

a. Que se obligue a una persona a hacer lo que la ley no manda o se le impida hacer

lo que ella no prohíbe.

b. Que, el agente actúe con plena voluntad para obligar a la víctima a que haga o

diga algo contra su voluntad, o le impida hacer lo que la ley no prohíbe (lo que se

traduce en dolo).

c. Que, el agente para lograr que la víctima acceda a sus requerimientos, emplee

como medio el anuncio de la amenaza, o cualquier acción, arma u objeto que

pueda intimidarla.

d. Que, la víctima acceda a los intereses del agente por temor o intimidación.

e. Que, necesariamente exista el empleo de la amenaza o la violencia moral o física

sobre la víctima por parte del agente.

Como se infiere, la materialización del delito de coacción está representada por la

acción vulnerante a la libertad de la víctima, teniendo en cuenta que la doctrina

considera como coacción “a las amenazas de sufrir un mal grave e inminente”,

propiamente la violencia moral (vis compulsiva o intimidación). Nuestra norma

penal regula como coacción la “amenaza o violencia empleada contra alguien

para obligarlo a hacer o decir algo contra su voluntad, o para impedirle hacer algo

que no es prohibido por la ley” .

Antes de proseguir, debe de explicarse, que el obligar a otro a hacer lo que la ley

no manda, significa pues el compeler o constreñir a otra persona para que ejecute

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determinadas acciones anulándose por completo su voluntad; y que el impedir

que otro haga lo que la ley no prohíbe, se traduce en no dejar hacer a otro lo que

se haya propuesto en el momento en que vaya a realizarlo o esté en condiciones

de realizarlo; en tal sentido no configura delito de coacción si se impide hacer lo

que la ley prohíbe. Retomando el discurrimiento, la violencia supone el ejercicio

de una fuerza física suficiente, que incide en el ámbito corporal del sujeto pasivo,

anulando su capacidad de autodeterminación decisoria. Para el maestro Bustos

Ramírez, la violencia puede incidir en el plano fisiológico de la víctima o, también

sobre las cosas, siempre y cuando genere el resultado que la norma contiene

como condición consumativa; dicho reconocimiento de relevancia típica de la

fuerza en las cosas presupone que esta hipótesis de aplicación de violencia incide

efectivamente en la libertad de voluntad de la conducta humana, en relación con

cualquier comportamiento activo u omisivo.

TIPICIDAD SUBJETIVA Y CONSUMACIÓN

Se requiere el dolo en el agente, es decir el conocimiento del carácter injusto de

la amenaza y/o violencia, y la voluntad de utilizarla para coaccionar al agraviado

según las finalidades típicas descritas en la norma.

Debe por tanto el agente, conocer que está obligando a hacer a otro, lo que la ley

no manda o, impidiendo a otro, a hacer lo que la ley no prohíbe.

El Tribunal Supremo Español, mediante la Sentencia Nº 138/2001, de fecha 11 de

julio, ha señalado que el tipo subjetivo en el delito de coacción incluye no sólo la

conciencia y voluntad de la actividad que se realiza sino también un ánimo

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tendencial de restringir la libertad de obrar ajena, con ello se pretende denotar

que dicho proceder criminoso debe de estar provisto de dolo, es decir

conocimiento de los elementos del tipo penal y la voluntad de realizar la conducta

de coaccionar a otra persona .

PENALIDAD

De acuerdo a la descripción típica del artículo 151º del Código Penal, la pena

conminada para este delito es no mayor de dos años. Sin embargo estando a que

el minimun de la pena de acuerdo a nuestro cuerpo punitivo nacional es de dos

días, se tendría que tener como límite inferior o extremo mínimo dicho quantum

de pena, para que a partir de allí, el Juzgador, y atendiendo a la forma y

circunstancias en que ocurrieron los hechos denunciados e investigados, pueda

determinarla.

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CAPITULO II

DELITO DE SECUESTRO

Lo que se protege es una de las libertades básicas de la persona: la libertad de

movimientos, también llamada ambulatoria

El delito de secuestro, previsto en el artículo 152° del Código Penal, ha sido

modificado en cuanto a su penalidad y descripción típica por el artículo I del

Decreto Legislativo No. 896, que es parte de las normas sobre "seguridad

nacional".

DESCRIPCIÓN TÍPICA

La descripción típica del delito de secuestro es tan amplia, que parece

comprender una serie de supuestos cuya subsunción en el delito mencionado se

presenta más que discutible. Más aun cuando existen figuras afines que también

parecen aplicables (delitos de extorsión y coacción). No es nuestra intención

llevar a cabo un profundo análisis del delito de secuestro, sino, tan solo, hacer una

aproximación al tema y a los puntos que estimamos más polémicos.

BIEN JURÍDICO TUTELADO

Es intensiva la doctrina que admite que el bien tutelado con el tipo penal del

secuestro es la libertad ambulatoria, es decir, la libertad de locomoción entendida

como la facultad de fijar libremente, por parte de la persona, su situación espacial.

No compartimos la tesis de Peña Cabrera en el sentido de comprenderse como

bien jurídico del tipo, la libertad externa, es decir la libertad de movimientos en el

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espacio pues esa situación puede ocurrir en el tipo de la coacción (violencia física)

pero no en el secuestro.

TIPO OBJETIVO DEL DELITO DE SECUESTRO

El sujeto activo puede serlo cualquier persona, por lo que nos encontramos ante

un delito común. El sujeto pasivo puede serlo cualquier persona natural. La

conducta prohibida de este delito ha sido modificada por el artículo 1 del Decreto

Legislativo No. 896 que ha introducido una serie de elementos que perturban este

tipo penal.

El primer elemento es el privar a otro de su libertad personal. La forma de

privación de libertad más frecuente es la detención, pero no se requiere

necesariamente el encerramiento. Ejemplo: quien encontrándose en lugar

descubierto no puede desplazarse. No se requiere una total privación de la

libertad de movimiento. Basta que la víctima esté impedida de moverse

parcialmente. El segundo elemento es que la privación de libertad sea sin

derecho, motivo ni facultad justificada, ello implica que no exista razón jurídica

para la privación de libertad. En tercer lugar el legislador señala que puede ser

cualquiera el móvil, propósito, modalidad, circunstancia o tiempo que el

agraviado sufra la privación o restricción de su libertad. Estas referencias eran

absolutamente innecesarias.

El móvil tiene que ver con la causa que impulsa al agente a desarrollar la conducta,

es un elemento especial de la culpabilidad, siendo cualquiera el móvil, el agente

puede actuar por un móvil altruista o egoísta. El propósito lo entendemos como

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la finalidad que busca lograr el agente con su conducta. La modalidad tiene que

ver con la forma como se priva de libertad a una persona. La circunstancia la

entendemos como los elementos que circundan la realización del secuestro. El

tiempo tiene que ver con el lapso que dura la privación de libertad, esta referencia

resulta innecesaria toda vez que el delito se consuma en el momento que se priva

de libertad a la persona y dicho momento consumativo se mantiene en el tiempo

hasta que sea liberada la víctima (delito permanente), siendo por tanto

innecesario referir que cualquiera pueda ser el tiempo para configurar el

secuestro

TIPO SUBJETIVO DEL DELITO DE SECUESTRO

Se exige dolo, conocimiento y voluntad de privar a otro de su libertad sin derecho.

Penalidad La sanción fue incrementada por el Decreto Legislativo No. 896, siendo

ésta privativa de libertad no menor de 20 ni mayor de 30 años.

CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE

La norma penal prevé una serie de supuestos agravados: Se abusa, corrompe,

trata con crueldad o pone en peligro la vida o salud del agraviado. Se pretexta

enfermedad mental inexistente en el agraviado. El agraviado es funcionario,

servidor público o representante diplomático. El agraviado es secuestrado por sus

actividades en el sector privado. El agraviado es pariente, dentro del tercer grado

de consanguinidad o segundo de afinidad con un funcionario, servidor público o

representante diplomático o con una persona que desarrolla actividad en el

sector privado. El agraviado es menor de edad o anciano. El agente tiene por

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objeto obligar a un funcionario o servidor público a poner en libertad a un

detenido o a una autoridad a conceder exigencias ilegales.

El secuestro se comete para obligar al agraviado a incorporarse a una

organización criminal, o a una tercera persona para que preste al agente del delito

ayuda económica o su concurso bajo cualquier modalidad. Cuando el individuo

con la finalidad de contribuir a la comisión del delito de secuestro, suministra

información que haya conocido por razón o con ocasión de sus funciones, cargo

u oficio, o suministra deliberadamente los medios para la perpetración del delito.

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CAPITULO III

TRATA DE PERSONAS

La trata de personas es uno de los delitos que atenta contra la esencia misma del ser

humano, toda vez que se utiliza al ser humano como mercancía que se pone al

mercado en la cual se oferte al mejor postor sin siquiera tener el menor respeto por

el prójimo, despreciando la esencia humana de la dignidad y los derechos, por ello la

naturaleza jurídica del delito de Trata de Personas es compleja debido a la dificultad

que se tiene para su comprobación, siendo uno de los factores de impunidad la falta

de precisión del bien jurídico protegido, o los bienes jurídicos protegidos, generando

preocupación social, sobre todo cuando llega a manos de jueces insensibles sobre la

magnitud del problema.

La Constitución Política del Estado en su artículo 1º señala que “la defensa de la

persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del

Estado” disponiendo que nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni

impedido de hacer lo que ella no prohíbe, proscribiendo la restricción de la libertad

personal, salvo en los casos previstos por la ley y prohibiendo la esclavitud, la

servidumbre y la trata de seres humanos en cualquiera de sus formas, señalando que

ningún ser humano debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido

a tortura o a tratos inhumanos o humillantes15. Ésta norma, al igual que la Declaración

Universal de los Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales, nos brinda

un marco de protección absoluta a nuestra libertad e integridad; sin embargo, pese

al esfuerzo del Estado por disminuir el problema de la trata de personas, no se

consigue resultados alentadores.

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El Código de los Niños y Adolescentes señala en su artículo 4º que “el niño y el

adolescente tienen derecho a que se respete su integridad moral, psíquica y física y a

su libre desarrollo y bienestar. No podrán ser sometidos a tortura, ni a trato cruel o

degradante. Se consideran formas extremas que afectan su integridad personal, el

trabajo forzado y la explotación económica, así como el reclutamiento forzado, la

prostitución, la trata, la venta y el tráfico de niños y adolescentes y todas las demás

formas de explotación”.

En el Perú el delito de Trata de Personas está causando preocupación cada vez mayor

en todos los sectores involucrados de la sociedad, ello conlleva a que el Estado

busque la forma de controlar el delito, dictando no solo normas sancionadoras, sino

dictando políticas y planes de trabajo que permitan ser más eficaces y eficientes en

el control del delito, debido a que las mujeres, niños y niñas de las zonas más

vulnerables del país (sierra y selva) están siendo transportadas a regiones donde la

producción minera, el turismo, tala de madera, narcotráfico y exportación, demanda

sus servicios.

El Artículo 153º del Código Penal modificado por la Ley Nº28950 Ley Contra la Trata de

Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, señala que “El que promueve, favorece,

financia o facilita la captación, transporte, traslado, acogida, recepción o retención

de otro, en el territorio de la República o para su salida o entrada del país, recurriendo

a: la violencia, la amenaza u otras formas de coacción, la privación de libertad, el

fraude, el engaño, el abuso del poder o de una situación de vulnerabilidad, o la

concesión o recepción de pagos o beneficios, con fines de explotación, venta de

niños, para que ejerza la prostitución, someterlo a esclavitud sexual u otras formas

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de explotación sexual, obligarlo a mendigar, a realizar trabajos o servicios forzados,

a la servidumbre, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud u otras formas de

explotación laboral, o extracción o tráfico de órganos o tejidos humanos, será

reprimido con pena privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de quince años.

La captación, transporte, traslado, acogida, recepción o retención de niño, niña o

adolescente con fines de explotación se considerará trata de personas incluso

cuando no se recurra a ninguno de los medios señalados en el párrafo anterior.” A su

vez el artículo 153-A del Código Penal, modificado por la Ley Nº28950, señala que “La

pena será no menor de doce ni mayor de veinte años de pena privativa de libertad e

inhabilitación conforme al artículo 36 incisos 1, 2, 3, 4 y 5 del Código Penal, cuando: 1.

El agente comete el hecho abusando del ejercicio de la función pública; 2. El agente

es promotor, integrante o representante de una organización social, tutelar o

empresarial, que aprovecha de esta condición y actividades para perpetrar este

delito; 3. Exista pluralidad de víctimas; 4. La víctima tiene entre catorce y menos de

dieciocho años de edad o es incapaz; 5. El agente es cónyuge, conviviente, adoptante,

tutor, curador, pariente hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de

afinidad, o tiene a la víctima a su cuidado por cualquier motivo o habitan en el mismo

hogar. 6. El hecho es cometido por dos o más personas. La pena será privativa de

libertad no menor de 25 años, cuando: 1. Se produzca la muerte, lesión grave o se

ponga en inminente peligro la vida y la seguridad de la víctima. 2. La víctima es menor

de catorce años de edad o padece, temporal o permanentemente, de alguna

discapacidad física o mental. 3. El agente es parte de una organización criminal”

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La ley Nº28950 de fecha 12 de enero de 2007, Contra la Trata de Personas y el Tráfico

Ilícito de Migrantes fue reglamentado y aprobado dicho reglamento mediante

Decreto Supremo Nº007-2008-IN, del 30 de noviembre de 2008.

Asimismo, con fecha 18 de octubre del 2011 se aprobó el Plan Nacional de Acción

Contra la Trata de Personas 2011-2016, normas sobre las cuales evaluaremos el bien

jurídico protegido y la eficacia de la lucha contra el delito de Trata de Personas.

El Congreso de la República del Perú por unanimidad declaró como el 23 de setiembre

de cada año como el Día Nacional contra la Trata de Personas, para sensibilizar al

Estado y la sociedad a luchar contra este flagelo16, siguiendo a lo acordado en la

Conferencia Mundial de la Coalición contra el Tráfico de Personas desarrollado en

Dhaka, Bangladesh en el año 1999, donde se instauró el día 23 de setiembre de cada

año como el Día Internacional Contra la Trata de Seres Humanos con fines de

explotación sexual.

BIEN JURÍDICO TUTELADO

Procuraremos desglosar el tipo penal establecido en el Artículo 153º y 153-A, del

Código Penal modificado por la Ley Nº28950, y responder a las preguntas como

¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Para qué?, ¿Quién y contra quién se hace?. Y analizar el bien

jurídico protegido:

EL ACTO

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¿Qué se hace?.- Consiste en el hecho de promover, favorecer, financiar, facilitar - ¿Qué

cosa? - la captación, transporte, traslado, acogida, recepción o retención de otro ser

humano con fines de trata.

EL MEDIO

¿Cómo se hace?.- El sujeto activo para promover, favorece, financiar, facilitar la

captación, transporte, traslado, acogida, recepción o retención de otro ser humano,

utiliza la violencia, la amenaza u otras formas de coacción, la privación de libertad, el

fraude, el engaño, el abuso del poder o el aprovechamiento de una situación de

vulnerabilidad, dependencia, incapacidad o la concesión o recepción de pagos o

beneficios. Dentro de ello generalmente utiliza agencias de empleo (anuncian trabajo

para damas para empleadas del hogar, meseras, ventas, anfitrionas, tragamonedas,

peluquerías, damas de compañía, restaurantes, etc), agencias matrimoniales, se

valen de amigos, colegas, conocidos, padrinazgo, adopción irregular, seducción,

agencias de modelos, internet, y cualquier otro ardid.

EL LUGAR

¿Dónde se hace? Este elemento se halla referido al territorio donde se origina la

captación y el tráfico de personas, pudiendo darse la captación y el tráfico dentro del

territorio, captación para el tráfico fuera del territorio o captación fuera del territorio

para el tráfico en el Perú. Pudiendo darse la promoción, el favoreciendo, el

financiamiento, la facilitación en las escuelas, calles, avisos de empleo, periódicos,

peluquerías, restaurantes, hoteles, agencias de empleo, y por cualquier otro medio,

en el barrio e incluso en la misma casa.

La Finalidad

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¿Para qué se hace? El fin de la trata de personas, pudiendo ser para ejercer la

prostitución, para el sometimiento a esclavitud sexual u otras formas de explotación

sexual, para obligar a mendigar, a realizar trabajos o servicios forzados, para

someterlo a servidumbre, a esclavitud, o para someterlo a prácticas similares que

denigran la esencia misma del ser humano, como la explotación laboral, extracción y

tráfico de órganos o tejidos humanos, explotación militar, vientres de alquiler,

prácticas religiosas, prácticas militares, etc. Con el objetivo de vender al mejor postor

como mercancía cualquiera y obtener por ello grandes cantidades de dinero, para ello

se aseguran que la víctima quede sin documentación y dinero a la mano.

TIPICIDAD OBJETIVA

SUJETO ACTIVO

¿Quién lo hace? Cualquier persona que promueve, favorece, financia o facilita la

captación, transporte, traslado, acogida, recepción o retención de otro ser humano

con el propósito de explotarlo ejerciendo la prostitución, sometiéndolo a esclavitud

sexual u otras formas de explotación sexual, para obligarlo a mendigar, a realizar

trabajos o servicios forzados, para someterlo a servidumbre, a esclavitud, o para

someterlo a prácticas similares que denigran la esencia misma del ser humano, como

la explotación laboral, extracción y tráfico de órganos o tejidos humanos, explotación

militar, vientres de alquiler, prácticas religiosas.

SUJETO PASIVO

Contra quien se hace.- La victima puede ser cualquier persona (mujer, niño, niña,

adolescentes, mayores, etc) quienes mediante coacción, privación de libertad,

fraude, engaño, abuso de poder o aprovechamiento de una situación de

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vulnerabilidad, dependencia, incapacidad, concesión o recepción de pagos o

beneficios sea captado, transportado, trasladado, acogido, o retenido para ejercer la

prostitución, someterse a esclavitud sexual u otras formas de explotación sexual, o

sea obligado a mendigar, a realizar trabajos o servicios forzados, sea someterlo a

servidumbre, a esclavitud, o sea sometido a prácticas de explotación laboral,

extracción y tráfico de órganos o tejidos humanos, explotación militar, vientres de

alquiler, prácticas religiosas, etc.

BIEN JURÍDICO EN LA TRATA DE PERSONAS.

Constituye un delito que atenta contra libertad personal, entendida esta como la capacidad de

auto determinación con la que cuenta una persona de desenvolver su proyecto de vida.

Ahora bien, la trata está catalogada como esclavitud moderna en donde se concibe a la víctima

como un objeto o mercancía con fines de explotación y por ende existe restricción a la libertad,

en la cual se menoscaba también otros derechos fundamentales como son la dignidad, la vida y

la integridad personal lo que supuestamente nos permitiría inferir que estamos ante un tipo

penal pluriofensivo (respaldada por la circunstancia de agravación punitiva de la trata

establecida en el artículo 153 – A).

Pero teniendo en cuenta que en este delito existe 2 afectaciones, la primera se da en la esfera

de la libertad personal y la segunda el sometimiento de la víctima a la explotación, resulta

relevante para la tipicidad objetiva.

En caso del delito de trata de personas, sin duda no existe un solo bien jurídico

protegido, sino se advierte la posibilidad de que exista una pluralidad de bienes

jurídicos que resultan afectados, siendo un delito pluriofensivo, afectándose la

libertad ambulatoria, la libertad sexual, la indemnidad sexual, la salud física y mental,

la libertad de auto determinación personal, la seguridad laboral, la salud pública, y

23
sobre todo, se afecta la dignidad humana, esa esencia de no ser tratado como objeto,

debido a que el Estado protege la igualdad de derechos entre todo ser humano, y

prohíbe que se disponga de un ser humano como si fuera una cosa materia de tráfico;

es decir, la trata de personas puede afectar bienes jurídicos de una persona o de

varias personas, para ello en cada caso merecerá un estudio minucioso de las

circunstancias en que se produjo el hecho, para poder encuadrar adecuadamente

dentro de los presupuestos del tipo penal.

El delito de Trata de Personas se halla ubicado en el Título IV del Código Penal, que

comprende los delitos contra la libertad, Capítulo I, referente a la violación de la

libertad personal, en los artículos 153° y 153°-A del Código Penal, siendo el bien jurídico

protegido la libertad, privilegiando la doctrina nacional, que el bien jurídico protegido

es la libertad personal en su variante de la autodeterminación; es decir, el Estado en

éste delito protege la libertad, el libre albedrío, la voluntad, el libre arbitrio de la

persona de decidir sobre su proyecto de vida, su libre decisión, y garantizar la

autonomía con que debe desempeñarse todo ser humano.

Vista de dicho ángulo no se advierte el acierto al privilegiar únicamente al bien jurídico

de la libertad de autodeterminación de la personas, por cuanto éste delito por su

carácter de pluriofensivo tiende a que los sujetos activos generalmente, vulneran

diversos bienes jurídico como la libertad ambulatoria, la libertad sexual, la

indemnidad sexual, la salud física y mental, la libertad de auto determinación

personal, la seguridad laboral, la salud pública, entre otros. Pero sobre todo,

debemos entender que el delito de trata de personas.

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Afecta principalmente la dignidad humana, esa esencia misma de ser humano,

siendo la protección de este bien jurídico, el fin supremo de la sociedad y el Estado,

conforme así lo señala el artículo 1º de la Constitución Política del Estado, tanto más

si todo ser humano tiene derecho, en todas partes del mundo, al reconocimiento de

su personalidad jurídica, conforme lo señala el artículo 6º del Texto de la Declaración

Universal de los Derechos Humanos.

El privilegio de la valoración del bien jurídico protegido consistente en la libertad de

autodeterminación en los delitos de trata de personas, sobre todo cuando ésta se

origina con fines de ejercer la prostitución, someterlo a esclavitud sexual u otras

formas de explotación sexual, viene siendo un arma de doble filo que incluso se

presta para que algunos jueces al valorar los hechos, así como el abogado de la

defensa, se valgan de la existencia del presunto consentimiento de la víctima

(haciendo parecer que en uso de su libertad de autodeterminación, habría decidido

la víctima ser sometida a la explotación, vejaciones, humillaciones, que significa la

Trata de Personas) con lo que, se termina excluyendo de responsabilidad penal a los

imputados o procesados por éste delito, sobre todo cuando se trata de víctimas y/o

agraviadas o agraviados mayores de edad, sin tener en consideración lo señalado en

el literal b) del artículo 3º del Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de

personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las

Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, la cual señala que

“el consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de

explotación intencional descrita en el apartado a) del presente artículo no se tendrá

25
en cuenta cuando se haya recurrido a cualquiera de los medios enunciados en dicho

apartado”22.

Éstos factores del bien jurídico de la libertad de autodeterminación, junto al hecho

del modus operandi de las organizaciones criminales, quienes actúan de forma

organizadas y cuyo poder de amedrentamiento es fuerte, hacen que el testimonio o

aporte de la víctima o agraviada (o) sufra interferencia o se desvanezca y

consecuentemente genera que se le caiga el caso al fiscal, imperando de ésta forma

la impunidad. Consideraciones sobre las cuales creemos que se debe privilegiar la

valoración del bien jurídico de la dignidad humana, tanto más si éste delito como lo

reiteramos, atenta la esencia misma del ser humano, al tratarle como objeto o

animal cualquiera pasible de tráfico, vejando, humillando, violando no solo su

autodeterminación sino su misma esencia, al ofrecerse al mejor postor sus servicios

sea cual fuese su finalidad, donde la prestación de la voluntad no debe ser valorada

como causal eximente de la pena, debido a que ni el propio ser humano tiene el

derecho de disponer de su propia integridad, toda vez que esa labor le corresponde

al Estado. Por ello, creemos que lo más acertado es privilegiar la dignidad humana en

el delito de Trata de Personas, y posterior a ello recién la libertad de

autodeterminación, con lo que se procurará evitar que se siga imponiendo la

impunidad en éste delito, sobre todo cuando se trata de víctimas mayores de edad.

Por las características pluriofensivas de éste tipo penal puede presentarse la

afectación o menoscabo de otros bienes jurídico, y diversas conductas antijurídicas

como lesiones, secuestro, privación de libertad, etc., en tales casos se debe utilizar

las reglas generales relativas al concurso real de delitos establecido en el Artículo 50º

26
del Código Penal23, o calificarlo como agravantes señalados en el Art. 46, 46-A. 46-B

46-C, 153-A, etc., conforme también lo señaló la Corte Suprema de Justicia de la

República en el fundamento 20, del Acuerdo Plenario Nº3-2011/CJ-116.

CONDUCTAS Y ACTIVIDADES TÍPICAS

CONDUCTAS

1. Promoción:

Estimule, instigue, anime o induzca.

2. Favorecimiento:

Expansión o extensión.

3. Financiamiento:

Subvención o contravención económica.

4. Facilitación:

Actos de cooperación, ayuda o contribución.

ACTIVIDADES

1. CAPTACIÓN:

Reclutamiento o contacto con la víctima en su lugar de origen o su entorno.

2. TRANSPORTE O TRASLADO: Desplazamiento o desarraigo de la víctima del

lugar de origen.

3. ACOGIDA, RECEPCIÓN O RETENCIÓN:

Lugar de destino de la víctima y donde se ejerce control y coacción.

27
Principios y política integral contra la trata de personas

Cuando se aborda temas sobre trata de personas se requiere el trabajo conjunto de

las instituciones encargadas de velar por la paz social y el resguardo del estado de

derecho, la sociedad reclama que se realice coordinaciones permanentes que

coadyuve en el desbaratamiento de las organizaciones delictivas; sin embargo, se

tiene casos en las cuales se hallan involucrados no solo miembros de la policía

nacional, sino jueces y fiscales, quienes llegan a ser personas que protegen muchas

veces a éstas organizaciones.

El Estado con buen propósito viene realizando planes de corto, mediano y largo plazo

para procurar reducir el índice del delito de trata. En ese afán señalaron algunos

principio que deben ser valorados por los magistrados del Poder Judicial y Ministerio

Público, los miembros de la Policía Nacional, abogados de la defensa pública y en

general, por todos los sectores encargados de abordar los temas de trata de

personas, entre dichos principios se cuenta con:

 Primacía de los derechos humanos.- se considera que los derechos humanos

de las víctimas de trata de personas y sus familiares directos (hasta el cuarto

grado de consanguinidad y segundo de afinidad) constituirá el centro de toda

labor para prevenir, perseguir, proteger y asistir.

 Perspectiva de género.- Debemos estimar que las mujeres se encuentran en

situación de mayor vulnerabilidad, conforme se muestra en las altas

incidencias del delito.

 Protección integral de la víctima de trata de personas.- Corresponde al Estado

velar por la protección y asistencia integral de la víctima que incluya, como

28
mínimo, la repatriación segura, alojamiento transitorio, asistencia médica,

psicológica, social y legal, mecanismos de inserción social, y las demás

medidas previstas en la Ley Nº27378 (de colaboración eficaz)

 Interés superior del niño.- Debe adoptarse las medidas urgentes y necesarias

priorizando los derechos del niño y adolescente.

 Información a las víctimas sobre sus derechos y el proceso de asistencia.-

Todas las organizaciones que intervienen a la víctima le informarán sobre sus

derechos, los alcances de las asistencia integral, los beneficios e implicancias

de los procedimientos que derivan de su situación.

 Reserva, confidencialidad y derecho a la privacidad.- Se mantendrá en reserva

la identidad de la víctima y se preservará la confidencialidad de las actuaciones

policiales, fiscales y judiciales, reserva de su imagen y de las entrevistas

sociales, psicológicas o historias médicas, bajo responsabilidad penal,

administrativo y civil 24.

29
CONCLUSIONES

De las bases dogmáticas alcanzadas, y asimismo atendiendo a nuestra realidad

fáctico-jurídica, podemos concluir lo siguiente:

Que, la coacción es un ilícito que afecta la libertad individual de las personas,

suponiendo un ataque a su libertad y asimismo a su libre determinación, adoptándose

para ello –por el agente- una acción anulatoria de la voluntad de la víctima, cuya

libertad queda supeditada a la del agresor; siendo que dicha resolución criminal ha

deber sido con el empleo de violencia o de amenaza como método de intimidación.

Que, tanto la violencia y/o la amenaza empleada con fines coaccionadores, debe ser

idónea y capaz de doblegar la voluntad del agente, con la finalidad de obligarlo a

hacer lo que la ley no manda o impedirlo hacer lo que ella no prohíbe, vale decir que

la violencia ejercida debe haberse realizado con fines de coaccionar al sujeto pasivo,

y no así con el animus laedendi o intención de lesionar, puesto en dicho supuesto el

ilícito deberá reconducirse al de Lesiones. Por otro lado, la amenaza debe ser de tal

magnitud que cause un temor mórbido al agraviado, de tal suerte que anule

completamente la voluntad del mismo y con ello realice las actuaciones que el sujeto

agente le conmine, obviamente dentro de los alcances del artículo 151º del Código

Penal, pues en otro supuesto estaríamos frente a la autoría mediata.

El Delito de trata de personas afecta la esencia misma del ser humano, al tratarle

como objeto o animal cualquiera pasible de tráfico, vejando, humillando, violando no

solo su autodeterminación sino su misma esencia, al ofrecerse al mejor postor sus

servicios sea cual fuese su finalidad, donde la prestación de la voluntad no debe ser

30
valorada como causal eximente de la pena, debido a que ni el propio ser humano

tiene el derecho de disponer de su propia integridad, toda vez que esa la labor le

corresponde al Estado.

Se tiene instrumentos legales suficientes para que la ciudadanía en su conjunto pueda

sentir seguridad y romper su silencio, denunciando hechos delictivos de Trata de

Personas, sin temor a que podría ser víctima de represalias.

31
RECOMENDACIONES

 Se debe privilegiar en el análisis del bien jurídico protegido a la dignidad

humana, debido a que el delito de Trata de Personas desnaturaliza la esencia

misma del ser humano.

 Se requiere una difusión agresiva de los instrumentos legales, en todas las

instituciones Públicas y Privadas que operan en la sociedad, con el propósito

de prevenir la Trata de Personas.

 Se recomienda el trabajo conjunto de los operadores del derecho a fin de

poder desbaratar las bandas dedicadas a la Trata de Personas.

 Capacitación a los operadores del derecho.

 Creemos que lo más acertado es privilegiar la dignidad humana en el delito de

Trata de Personas, y posterior a ello recién la libertad de autodeterminación,

con lo que se procurará evitar que se siga imponiendo la impunidad en éste

delito, sobre todo cuando se trata de víctimas mayores de edad.

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MATERIALES CONSULTADOS

1. Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L

2. WordReference.com-online language dictionaries.

3. http://es.wikipedia.org/wiki/Esclavitud.

4. http://tratadeblancas7c.blogspot.com/

5. http://www.un.org/es/documents/udhr.

6. Art. 1º, 4º y 6º del texto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

7. Art. 1º de la Convención para la eliminación de todas las formas de

discriminación contra la mujer (CEDAW)

8. Artículo 2º, 9º, 11º, 34, 35 y 36º de la Convención sobre los Derechos del Niño,

adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General en su

resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989 – vigente a partir del 02 de

septiembre de 1990.

9. Artículo 2º de la convención Interamericana sobre tráfico internacional de

menores.

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