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Arqueología y bioarqueología: interacciones y perspectivas para el registro


fragmentado de una evidencia incompleta/Archaeology and bioarchaeology:
interactions and perspectives fo...

Article · July 2012

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3 authors, including:

María Bordach Mario Arrieta


Universidad Nacional de Río Cuarto Universidad Nacional de Río Cuarto
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REVISTA ARGENTINA DE ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA
Volumen 14, Número Especial, Páginas 23-32. Enero-Diciembre 2012

ARQUEOLOGÍA Y BIOARQUEOLOGÍA: interacciones y


Perspectivas PARA EL Registro fragmentado de unA
EVIDENCIA incompletA
Osvaldo J. Mendonça1,2*, M. Asunción Bordach1 y Mario A. Arrieta1,2
1
Laboratorio de Osteología y Anatomía Funcional Humana. Departamento de Ciencias Naturales. Facultad de Ciencias Exactas,
Físico-Químicas y Naturales. Universidad Nacional de Río Cuarto. Córdoba. Argentina
2
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Buenos Aires. Argentina

PALABRAS CLAVE dimensiones sociales del comportamiento mortuorio; osteoarqueología; patrimonio arqueológico
RESUMEN Se presentan los resultados de más de veinte convenios. Se sistematizan las múltiples experiencias perso-
años de labor y experiencia en la investigación bioarqueo- nales y académicas adquiridas durante la labor en el campo
lógica con inserción efectiva en equipos de arqueología. Se y en gabinete, analizando críticamente perspectivas, logros
consideran cambios importantes en el devenir histórico de la y obstáculos encontrados a nivel institucional e interinstitu-
disciplina y el estado actual de la investigación bioarqueoló- cional. Si bien los estudios bioarqueológicos tienen una larga
gica, enfatizando los aportes realizados por nuestro equipo. data en nuestro país, se incursiona brevemente en las posi-
La idea de que el hueso no es un elemento inerte, únicamente bilidades futuras para su prosecución. Un número crecien-
susceptible de informar sobre variaciones morfométricas, te de jóvenes investigadores comprende y valora el enorme
rarezas patológicas, discutibles vinculaciones y parentescos potencial que el campo bioarqueológico tiene para aportar
tipológicos, tiene en efecto sus antecedentes, esporádicos y a al conocimiento de la dinámica de nuestras sociedades pre-
veces solitarios, ya desde tiempos donde el polifiletismo cra- históricas. Variables tanto generales como específico-coyun-
neológico todavía hacía sentir las secuelas de lo que terminó turales deben ser convenientemente atendidas y razonable-
por conformar un obligado callejón disciplinario sin salida. mente resueltas, a fin de poder pensar sobre bases sólidas en
Exponemos la secuencia de eventos profesionales que permi- un escenario de articulación, donde reafirmar y asegurar la
tieron completar formaciones de grado y post-grado, ofrecer continuidad de esta actividad disciplinaria. Rev Arg Antrop
espacios académicos inéditos y la implementación y firma de Biol 14(Número Especial):23-32, 2012.

KEY WORDS social dimensions of funerary behavior; osteoarchaeology; archaeological patrimony


ABSTRACT The results of more than twenty years of agreements. Multiple personal and academic experiences,
work and experience in bioarchaeological research and obtained during fieldwork -as well as at the laboratory-
the effective interactions with archaeological teams are are summarized, and the perspectives, achievements and
presented in this paper. Important changes in the historical restraints found in the institutional and interinstitutional
development of bioarchaeology, as well as the present levels are critically analyzed. The results of the main
state of the discipline are discussed, emphasizing the main bioarchaeological sites studied so far by the authors are
contributions of our research team to this fertile field of presented, emphasizing the effective contribution to
research. The idea that bones are not static, inert elements, the archaeological knowledge. Presently, an increasing
only capable of informing on morphometric variation, rare number of young researchers recognize and validate the
pathologies, biological relationships, as well as arguable enormous potential that the bioarchaeological study has to
typological kinships, finds its background even in times offer to the understanding of the dynamics of past societies
where the craniological poliphyletism still influenced a in Argentina. General as well as specific bio-socio-cultural
line of research that ended up in a true disciplinary dead variables must be properly focused and evaluated to be
end. We show the sequence of professional and academic able to think on solid bases about a scenario of social
events allowing us to improve graduate and postgraduate articulation in which the reaffirmation and continuity
formation, offer new academic spaces, as well as the of the discipline may be possible. Rev Arg Antrop Biol
implementation and signature of written institutional 14(Número Especial):23-32, 2012.

En un escenario académico, ya absoluta-


Financiamiento: CyT-UNRC. MCyT-Córdoba. CONICET-
mente despojado de reduccionismos normativos FONCYT.
y biologizantes, la concepción de que los huesos
procedentes de sitios arqueológicos y con aso- *Correspondencia a: Osvaldo J. Mendonça. Laboratorio de
Osteología y Anatomía Funcional Humana (Pabellón “J”).
ciaciones contextuales fehacientes, deben ser Departamento de Ciencias Naturales. Facultad de Ciencias
visualizados y estudiados en tanto los tejidos Exactas, Físico-Químicas y Naturales. Universidad Nacional
vivos que alguna vez fueron, fue primeramente de Río Cuarto. Agencia Postal Nº 3. X5804BYA Río Cuarto.
Córdoba. Argentina. E-mail: omendonca@exa.unrc.edu.ar
introducida en nuestro país por J.E. Buikstra en
la década de los años ochenta (“Puesta en valor Recibido 20 Agosto 2011; aceptado 31 Enero 2012

23
O.J. MENDONÇA ET AL.

de la ciudad de Cayastá o Santa Fe La Vieja”. su agencia resultan fundamentales, cuando no


Informe inédito OEA). Hacia finales de dicha determinantes. El registro arqueológico es por
década, se ofreció en el Museo Etnográfico de naturaleza y definición, un registro conformado
la Ciudad de Buenos Aires, el curso “Anato- por restos y por lo tanto, si bien con gradientes,
mía Funcional y Reconstrucción de Estilos de casi siempre es vestigial e incompleto. La sola
Vida”, dictado por Walter Neves (Instituto de idea de una eventual prescindencia y/o consi-
Biociencias, Universidad de San Pablo, Brasil) deración descontextualizada de alguno de los
y organizado y coordinado por uno de los auto- componentes que lo conforman, entre los que
res de este trabajo (OJM). De ahí en más, varios sin duda alguna se encuentran los restos de in-
libros y trabajos científicos publicados por aca- terés bioarqueológico, constituye un verdadero
démicos norteamericanos y europeos (Buikstra, despropósito tanto intelectual como académico
1990; Grauer y Stuart-Macadam, 1998; Larsen, y profesional.
2002; Roberts y Buikstra, 2003; Buikstra y Concurrentemente, la aplicación de conoci-
Beck, 2006; Lewis 2007; entre otros) estuvieron mientos proporcionados por las ciencias biológi-
disponibles para los investigadores argentinos cas a la interpretación del componente osteológi-
interesados en esta perspectiva teórica y en su co y biológico en general del registro arqueoló-
práctica. Lento al principio, pero firme y soste- gico, posibilitó un cambio fundamental en el pa-
nido después, nos encontramos con un número radigma de las investigaciones bioarqueológicas:
creciente de investigadores que se volvieron el hueso (i.e. esqueleto craneano y postcraneano)
activamente comprometidos en la excavación debe ser considerado como un elemento activo,
de sitios de enterratorio colectivo y en la recu- parte constitutiva de lo que en otro tiempo fuera
peración sistemática de los contextos funerarios un organismo vivo, en dinámica interacción con
asociados (Barrientos, 1997; Gómez Otero y su medio (Buikstra, 1977; Larsen, 1997, 2006).
Dahinten, 1997; Barrientos et al., 1999; Goñi y Importa entonces entender cómo y por qué se le
Barrientos, 2000; Politis, 2000; Novellino et al., da un determinado uso al cuerpo, cómo se mate-
2003; Bayón et al., 2004; Martínez et al., 2006; rializaban las interacciones y a qué nivel (anató-
Luna, 2008; entre otros). mico, químico, funcional, patológico, etc.).
Una influencia de la mayor importancia res- Las sociedades del pasado y el conjunto
pecto de la aplicación de la dinámica osteológi- de sus comportamientos, incluido el funerario
ca que da sustento a los estudios bioarqueoló- con asociaciones contextuales garantizadas, no
gicos, proviene principalmente de la arqueolo- pueden ser visualizados como un fenómeno
gía como disciplina y de los arqueólogos como despojado de un sustrato ambiental, ecológico,
responsables de su práctica. Dicha postura está en relación con determinados recursos con los
basada en el profundo convencimiento de que que se establecen relaciones de flujo y retroa-
el registro arqueológico debe ser considerado limentación. Los procesos adaptativos entre las
cabalmente como un todo, cuyas partes consti- sociedades humanas y su ambiente implican el
tutivas están íntima e indisolublemente interre- conocimiento de cómo se desenvolvieron a tra-
lacionadas. Desde esta perspectiva, la inserción vés del tiempo las dinámicas correspondientes a
efectiva de todos y cada uno de los especialistas, sus particulares economías de subsistencia. Fue-
implica mucho más que meramente adjuntarse ron justamente los cambios disciplinarios ocu-
a los equipos arqueológicos. Para la bioarqueo- rridos en Arqueología y el consecuente cambio
logía, los restos óseos humanos constituyen de de paradigma entre los bioarqueólogos, lo que
este modo, los restos materiales de seres que en habilitó un nuevo escenario para las investiga-
la vida y luego también en la muerte, estuvie- ciones destinadas a intentar una reconstrucción
ron impregnados en un mundo de cultura. Se y comprensión de las sociedades del pasado. De
trata nada más ni nada menos que de los res- este modo, los restos óseos humanos y toda la
tos corporales de los mismísimos generadores evidencia biocultural de su actividad pretérita
de los contextos estudiados arqueológicamente. que esté inobjetablemente asociada, constituyen
Como tales, siempre han buscado interponer en- un componente necesario, obligado e indiscuti-
tre las relaciones de causa y efecto, un abanico ble del universo de restos materiales, objeto de
de respuestas culturales, donde su voluntad o la labor arqueológica cabalmente concebida.

24
PERSPECTIVAS ARQUEOLÓGICAS Y BIOARQUEOLÓGICAS

El modo en que se encara la investigación reiterativo, consideramos necesario enfatizar


arqueológica moderna implica necesariamente que los huesos y sus contextos asociados deben
un cambio de concepciones teóricas y metodo- ser excavados, registrados, descriptos, anali-
lógicas. Como tal, el registro arqueológico tie- zados, discutidos, interpretados y preservados
ne una historia gestacional. Todo sitio implica por su inmensa potencialidad para incrementar
procesos culturales y naturales de formación nuestro conocimiento de las sociedades del pa-
(Binford, 1979; Schiffer, 1987; entre otros). Las sado. Balbuceantes al principio, pero firmes y
interacciones entre restos arqueológicos y com- determinados en lo sucesivo, trabajos como los
ponente matricial tienen como destino último la de Mendonça (1980, 1983), Figuerero Torres
homogeneización entre contenido y continente, (1981, 1986) entre otros, marcan el inicio de
lo que conduce a una pérdida concomitante de una tendencia hacia el tratamiento sistemático
información y conocimiento. En este contexto y la interpretación antropológica, que da funda-
de sostenida degradación y subsecuente pérdida mento a la razón de ser y al significado de la
de la evidencia del pasado, la excavación lleva- labor bioarqueológica modernamente concebi-
da adelante con fines mediatos o inmediatos de da. En la década de los años noventa y asociada
re-entierro, contribuye a propiciar una acelera- al inicio de una era caracterizada por cambios
ción en los procesos de incorporación definitiva paradigmáticos en los estudios de arqueología
a la matriz de los restos arqueológicos, cual- pampeana, tales como los liderados por Politis
quiera sea su naturaleza. desde la década de los ochenta, la tesis docto-
El conocimiento científico es un saber crítico ral de Barrientos (1997) marca el inicio -hasta
demostrado y demostrable. Como tal se caracte- ahora no interrumpido- de una serie de trabajos
riza por poseer verificabilidad y verosimilitud de investigación bioarqueológica que viene hoy
sistemática y racionalmente consensuadas. Una por hoy a conformar un corpus sólido de teo-
evidencia enterrada u objeto de re-entierro ba- ría, ideas, concepciones y actitudes académico
sado en la aceptación lisa y llana de bien inten- profesionales respecto del componente bioso-
cionados y respetuosos sincretismos, devendrá cial del registro arqueológico (Larsen, 2002).
irremediablemente en una historia no leída o no Dichos cambios han contribuido significativa-
acabada de leer, consensuar, verificar y/o validar mente a incrementar nuestro conocimiento so-
y por ende permanecerá ignota. Simplemente bre la dinámica de las sociedades con economía
dicho, en manos de quienes así lo convaliden, cazadora recolectora y de sus particulares estra-
una negación voluntaria y absolutamente cons- tegias de adaptación a sus respectivos ambientes
ciente de la historia. Una historia de conniven- (Luna, 2008; Politis et al., 2008). Entre los mu-
cias académicamente no admisibles, de olvidos chos autores que se encuentran dentro de esta
y/o descuidos profesionalmente no justificables postura, que se ha caracterizado por estar activa-
donde una vez más, todos los actores pierden mente comprometida con la excavación de sitios
(cf. Buikstra y Beck, 2006). de enterratorio y la recuperación sistemática de
En la actualidad, los bioarqueólogos y la los contextos funerarios asociados, se destacan
mayoría de los arqueólogos de nuestro país es- las contribuciones de Barrientos et al. (1999),
tán crecientemente interesados en el aprovecha- Politis (2000, 2001, 2002), Berón (2003), Bayón
miento del valor tanto real como potencial de et al. (2004), Martínez et al. (2006) y Scabuzzo
los huesos en tanto portadores de señales bioló- y Politis (2007). Paralelamente, se fue toman-
gicas y culturales, que permiten al ojo entrena- do conciencia que en su formación profesional,
do del especialista leer e interpretar lo que está los especialistas en bioarqueología, profunda y
escrito en ellos. Más aún, por su extraordina- honestamente preocupados con la interpretación
rio potencial de retroalimentación positiva, los antropológica de la componente biológica del
contextos funerarios tienen que ser concebidos registro arqueológico, debían obligadamente
y percibidos como fuentes de información de comenzar a interiorizarse con conceptos y prin-
primera mano en la investigación bioarqueo- cipios biológicos fundamentales y con el enor-
lógica general y muy particularmente en la ar- me potencial que tal información ofrece para su
queológica (Boyd, 1996; Larsen, 1997, 2006). empleo en toda investigación bioarqueológica
De este modo, aunque pueda parecer obvio y/o seria, sólida, integradora y sistemáticamente

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O.J. MENDONÇA ET AL.

implementada (Mendonça et al., 1993; Luna, en el comportamiento mortuorio, incluido el es-


1996; Berón y Politis, 1997; Barrientos et al., tudio de los muertos y la información material,
1999; Novellino et al., 2003; Martínez et al., ritual y simbólica que los acompaña, todo lo cual
2006; entre otros). Para esta época, muchos res- resulta clave para mejorar nuestra comprensión
ponsables de equipos de investigación (Aguerre, del pasado. Este campo de investigación recibe
1996; Politis, 2000; Borrero, 2001; Mendonça el nombre de “Arqueología de la Muerte” (cf.
y Bordach, 2001; Berón, 2003; entre otros) se Chapman et al., 1981) y versa principalmente
dieron cuenta que sus equipos de investigación sobre las dimensiones sociales del comporta-
debían integrar e interactuar efectivamente con miento mortuorio (Tarragó et al., 1997, 2004;
bioarqueólogos entrenados. La idea de que tan- Bordach y Mendonça, 2001; Mendonça y
to arqueólogos como bioarqueólogos deben Bordach, 2001; Barrientos, 2002; Bordach,
trabajar codo a codo, aplicando modernos pro- 2006; Martínez et al., 2006; Aranda, 2007;
cedimientos de excavación y recuperación del Berón y Luna, 2007; Mendonça et al., 2008-
registro, compartiendo objetivos comunes de 2010; entre otros). El creciente interés en este
investigación, finalmente predominó. Una nue- abordaje se debe mayormente a la influencia
va generación de estudiosos está profundamen- de académicos europeos y norteamericanos
te convencida de que la reconstrucción de las (O’Shea, 1984; Beck, 1995; Buikstra, 1995;
sociedades del pasado puede lograrse a través Carr, 1995; Härke, 1997; Parker Pearson, 1999;
de múltiples líneas de investigación académica- Chapman, 2003; Rakita et al., 2005; entre mu-
mente articuladas e integradas. Este último pun- chos otros) y ha sido materia de enseñanza en
to materializa la línea rectora por excelencia de cursos de grado y post-grado en la realización
estos abordajes. de cinco Escuelas de Bioarqueología de Campo
En la actualidad, los bioarqueólogos de (EBC) organizadas, implementadas y dirigidas
nuestro país están interesados en el estudio del por dos de los autores de este trabajo (OJM y
esqueleto humano por su significativo potencial MAB). Dichos emprendimientos de tiempo
para el entendimiento de particulares dinámi- completo fueron posibles gracias a la firma de
cas morfofuncionales, la reconstrucción de es- Convenios (UNJu-UNRC) y se desarrollaron al-
tilos de vida, el uso del cuerpo, las estrategias ternativamente en la provincia de Jujuy (El Al-
adaptativas y por su importancia para lograr farcito y Tilcara), en la provincia de Catamarca
un mejor entendimiento de las diferentes eco- (Valle de Santa María o Yocavil Meridional) y
nomías de subsistencia (Mendonça et al., 1993; en la provincia de Córdoba (Campus UNRC).
Scabuzzo, 2009); temas paleopatológicos La idea rectora fue siempre la inclusión activa
(Mendonça, 1980; Figuerero Torres, 1981; Luna de los estudiantes en la teoría y en la práctica
et al., 2004; Fugassa y Guichón, 2006; García de proyectos de investigación ya puestos en
Guraieb, 2006; Flensborg, 2007; Suby, 2007; marcha. Los estudiantes trabajaban en estrecha
Arrieta y Mendonça, 2011), hábitos alimen- colaboración con sus instructores, profesionales
ticios (Borrero et al., 1991; Barberena, 2002; responsables de la supervisión de sus aprendi-
Novellino et al., 2004; Yacobaccio y Olivera, zajes. De esta manera, tales actividades ofre-
2006; Yacobaccio et al., 2006; Politis et al., 2009; cidas a los asistentes en forma absolutamente
Zangrando, 2009; Ammann et al., 2010), disrup- no arancelada, constituyeron espacios de for-
ción social (Mendonça et al., 2008-2010, 2010), mación académica (campo y laboratorio) para
tensión social (Barrientos y Gordón, 2004), esti- estudiantes procedentes de: UNJu, UNR, UBA,
lo de vida y adaptación (Mendonça et al., 1993), UNC y UNRC. Muchos de ellos han recibido
entre otros. becas de instituciones como el ex Conicor, la
Además de la investigación bioarqueológica Agencia Córdoba Ciencia Sociedad del Estado
sistemática, académicamente seria y comprome- (ACC SE) y/o el CONICET y hoy por hoy de-
tida, pero íntimamente relacionada con ella por sarrollan sus actividades profesionales en vin-
razones ya expuestas, hay también otra dimen- culación con la actividad bioarqueológica y los
sión académica que ha sido objeto de creciente estudios de arqueología de la muerte. Cada uno
interés entre los investigadores compenetrados de los informes oportunamente elevados al fi-
con la interpretación de la variación observada nalizar cada edición de la EBC ha sido objeto

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PERSPECTIVAS ARQUEOLÓGICAS Y BIOARQUEOLÓGICAS

de evaluación y subsecuente aprobación acadé- colecciones de museos, en su gran mayoría hoy


mica y los certificados emitidos fueron valida- por hoy lamentablemente descontextualizadas,
dos en las respectivas unidades de origen. Hasta incompletas y/o diezmadas, sino en la pros-
donde los autores pueden dar cuenta, no existen pección, detección y excavación sistemática de
antecedentes en el país de emprendimientos de áreas de enterratorio colectivo y sus vinculacio-
índole bioarqueológica con estas características, nes socioculturales con los asentamientos ale-
lo cual viene a reafirmar el valor contributivo de daños, a fin de continuar sobre bases serias con
este importante esfuerzo académico-profesio- la realización de trabajos bioarqueológicos y el
nal, disciplinario, institucional y personal, desti- estudio de las dimensiones sociales del compor-
nado a garantizar un genuino espacio de forma- tamiento mortuorio, ambos enfoques en diná-
ción y práctica académica bioarqueológica y de mica interrelación y retroalimentación positiva
arqueología de la muerte. (cf. Larsen, 1997, 2006). Consecuentemente,
un amplio rango de conjuntos esqueléticos con
Aportes a la bioarqueología asociación contextual fehaciente procedentes
de varios sitios de la Quebrada de Humahuaca,
Aunque en Argentina se cuentan también fue estudiado en nuestro Laboratorio de Bioar-
con otros equipos de investigación comprome- queología de la UNRC. Cronológicamente,
tidos en las mismas o por lo menos similares todos estos sitios cubren un espacio temporal
líneas de investigación en bioarqueología y di- que va desde el Formativo, pasa por los Desa-
mensiones sociales del comportamiento mor- rrollos Regionales, incluye la presencia Inca,
tuorio, presentamos aquí una brevísima síntesis llegando hasta los contactos más tempranos con
de las principales actividades de nuestro equipo la conquista española. Estos estudios se vieron
de trabajo, como un ejemplo de la multiplicidad plasmados en la estructura y redacción de tesis
de contribuciones bioarqueológicas con que hoy de licenciatura y de trabajos tanto éditos como
cuenta el acervo de conocimientos proporciona- enviados a publicar (Mendonça et al., 1991,
dos por estas investigaciones en el país. Desde 1993, 1997, 2002, 2003, 2004, 2008-2010;
la década de los ochenta, hemos estado trabajan- Bordach et al., 1998, 1999; Bordach y
do en bioarqueología y en dimensiones sociales Mendonça, 2001; Mendonça y Bordach, 2001;
del comportamiento mortuorio, en un marco de Merlo et al., 2005; Bordach, 2006; Arrieta y
estrecha relación con proyectos de investigación Mendonça, 2011; Arrieta et al., 2011). El objeti-
dirigidos por Myriam Tarragó. Esta circunstan- vo inicial de búsqueda de información relevante
cia permitió que nuestro grupo de trabajo pudie- para un tipo de economía (patrón agricultor-
ra concretar en el noroeste de Argentina (NOA) pastor) ha sido recientemente ampliado y enri-
la excavación de varias áreas de entierro colecti- quecido por el descubrimiento de importantes
vo en las provincias de Jujuy (Puna y Quebrada sitios de entierro colectivo correspondientes a
de Humahuaca) y Catamarca (Valle de Yocavil grupos con economía cazadora-recolectora en la
Meridional), tarea que fue desarrollada en una provincia de La Pampa (Ammann et al., 2010;
multiplicidad de campañas durante los últimos Mendonça et al., 2010). El estudio de los aspec-
veinte años. tos cronológicos, económicos, dimensiones so-
Hacia principios de la década de los años ciales del comportamiento funerario, indicado-
noventa, dos de los autores (OJM y MAB) re- res de tensión o disrupción social, intercambio
sultaron ganadores de dos becas LASPAU- a corta, media y larga distancia, uso del cuerpo,
Fulbright y beneficiados con el otorgamiento de patologías e isótopos estables y elementos traza
sendas The University of Chicago Multi-Year relacionados con hábitos alimenticios y even-
Century Scholarships, en oportunidad de ser tuales desplazamientos migratorios, entre otros,
aceptados para desarrollar estudios graduados se encuentran entre los temas de principal inte-
en dicha universidad, bajo la orientación de rés para las actividades desarrolladas y a desa-
Jane E. Buikstra, en arqueología de la muerte rrollar por nuestro equipo de investigaciones. El
y bioarqueología. Desde su retorno al país en estudio de estos sitios con economía cazadora-
1994, nuestro equipo de investigación ha esta- recolectora seguramente proporcionará infor-
do focalizado no precisamente en el estudio de mación para poder continuar contribuyendo al

27
O.J. MENDONÇA ET AL.

conocimiento de las dinámicas sociales que son nes, luego de siglos de continuada dominación
propias de este patrón de subsistencia, particu- a manos de europeos y/o de sus descendientes,
larmente en la región considerada. Adicional- la última de las cuales alcanzó la magnitud de
mente, se estima que en principio y con sentido la llamada “Conquista del Desierto” llevada a
lato y exploratorio, podría posibilitar intentar la cabo por el gobierno nacional hacia finales de
realización de estudios analítico-comparativos la segunda mitad del siglo XIX. Los aborígenes
con los resultados proporcionados por la in- hacen reclamos por sus tierras ancestrales, por
vestigación disponible para otras economías de sus necesidades actuales y también por los res-
subsistencia, como las ya mencionadas. tos materiales que atestiguan su pasado. Razo-
nes políticas, ideológicas, socioculturales e his-
Perspectivas para el futuro de los estudios tóricas entre otras, han sido traídas a la mesa de
bioarqueológicos en nuestro país discusiones y plantean un escenario de prome-
sas y controversias, objeto de la más seria consi-
Argentina es un país de grandes y variadas deración académica. Esta es una arena comple-
extensiones geográficas. En ellas tuvo lugar des- tamente nueva, apenas la punta del iceberg que
de el pasado más remoto, la historia de la diná- comienza a emerger entre los múltiples aspectos
mica de sus sociedades prehistóricas. La macro a tener en cuenta y que hacen a la actividad y
región de Pampa-Patagonia, al igual que otras gestión tanto arqueológica como particular-
regiones del país, ha proporcionado evidencia mente bioarqueológica en nuestro país. Hasta el
firme relacionada con el poblamiento temprano presente no ha habido una respuesta profesional
de Sudamérica y de cómo y cuándo tuvo lugar ni institucional suficientemente organizada, que
la evolución hacia el surgimiento de sistemas permita zanjar las diferencias o resolver las dis-
sociales de mayor complejidad (Gradín, 1984; crepancias. Es nuestra firme convicción que los
Aschero, 2000; Politis, 2000; Borrero, 2001; derechos constitucionales de los pueblos aborí-
entre otros). Las relaciones bioculturales impli- genes a su reivindicación, no deberían conver-
caron intercambios tanto a corta como a larga tirse en un obstáculo para los derechos consti-
distancia (Albeck, 1994; Mendonça et al., 1997; tucionales de los profesionales que estudian el
Berón, 2007; Prates et al., 2010; entre otros). En pasado prehistórico y desean hacer su trabajo.
las últimas décadas y en gran parte como resul- Tiene que encontrarse un punto de acuerdo mu-
tado de un número creciente de profesionales tuamente respetuoso, académicamente hono-
dedicados a ello, el aporte al conocimiento del rable y no sumiso o renunciante, donde lograr
pasado por parte de arqueólogos y bioarqueó- que nadie pierda sino que todos ganen. Algunos
logos ha sido notorio. No obstante, en térmi- arqueólogos y bioarqueólogos están respondien-
nos comparativos con otros países y regiones, do a este serio problema que gira alrededor del
es mucho el trabajo que resta por hacer y son núcleo mismo de la razón de ser de su actividad
muchas las preguntas que aún quedan sin res- profesional, conforme a sus capacidades per-
ponder. sonales y a lo que ellos consideran como una
En los últimos años, la nueva legislación que eventual solución de compromiso. Algunas res-
protege el registro arqueológico del país (i.e. art. puestas individuales toman en cuenta una gama
75, inc. 17, de la Constitución Nacional; Ley incompleta de posibilidades que llegan a incluir
25.743/2003; Ley 25.517/2001; Decreto Presi- activas intervenciones en experiencias míticas,
dencial N° 701/2010) también reconoce dere- que son luego acompañadas con acuerdos y/o
chos a los pueblos aborígenes que anteceden a promesas producto de malentendida obediencia
la formulación de nuestra Carta Magna. Estas y sumisión, que incluyen la aceptación indiscri-
circunstancias claramente sientan las bases para minada de re-entierros de evidencia arqueológi-
una ajustada consideración académica hacia los ca, patrimonio nacional que costó muchos años
ancestros de los pueblos aborígenes y sus des- de trabajo, dinero y esfuerzo recuperar en con-
cendientes. Esto constituye un tema de la mayor diciones garantizadas de observación y registro.
importancia para toda práctica antropológica en No se observa por ejemplo, en la concreción
el país. Como resultado, las comunidades abo- de estos acuerdos, la existencia de un espacio
rígenes enfrentan un proceso de reivindicacio- necesario y suficiente de inversión de tiempo y

28
PERSPECTIVAS ARQUEOLÓGICAS Y BIOARQUEOLÓGICAS

energía dedicados a brindar información didác- sobre las probabilidades en la formulación de


ticamente proporcionada sobre el inmenso valor conclusiones fuertemente basadas en razona-
documental del registro patrimonial para re- mientos inductivos. Afortunadamente hay en
construir la historia no escrita de los argentinos muchos jóvenes investigadores, una clara con-
y sobre su destino final, de acelerada destruc- ciencia de sólido respaldo académico y profe-
ción cuando se lo reincorpora en condiciones sional que les permite deslindar en el terreno de
matriciales alteradas. No se advierte adecuada la interpretación final de la información anali-
y convincentemente sobre la unicidad e irrepeti- zada, aquello que advertida o inadvertidamente
bilidad de un patrimonio que debe ser cuidado, se quiere ver de lo que la evidencia dura, empí-
respetado, preservado y protegido, conforme al ricamente sólida, en efecto habilita formular. El
espíritu y la letra de la legislación vigente, por el futuro de la investigación bioarqueológica con-
enorme potencial de información no escrita que cebida y percibida como hemos venido desarro-
el mismo conlleva. Otros académicos en cam- llando en este trabajo, es en términos potencia-
bio, han decidido intentar establecer un diálogo les y conforme a nuestro punto de vista, suma-
permanente, sincero, académicamente fundado, mente prometedora. La vida académica seria y
sólido y enriquecedor, donde las interacciones éticamente responsable puede y debe discurrir
giren alrededor del intercambio de información hacia el logro de lo que parece ser un horizonte
respetuosa, razonable y convincentemente pro- mucho más claro respecto de temas teóricos y
porcionada. Todo ello como una instancia previa sociopolíticos. Nuevas generaciones de jóvenes
y obligada antes de dejar que se tomen decisio- académicos que ejerciten el respeto personal,
nes sobre un destino de irreversible destrucción: ético y académico y se hagan respetar en sus ca-
justamente lo opuesto a lo que se supone que pacidades de gestión y sumen a sus enfoques un
buscan la letra y el espíritu de la actual legisla- trabajo duro y recompensante, es todo lo que la
ción de protección del patrimonio nacional. Es investigación bioarqueológica ética, académica
necesario tener en cuenta que aunque dicho pa- y profesionalmente madura y responsable en Ar-
trimonio cultural y biológico constituye objeto gentina necesita para continuar contribuyendo
de estudio para los académicos actuales, puede al conocimiento de esa parte de nuestra historia
y debería serlo para futuras generaciones. En- que va mucho más allá del año 1492.
tre ellas muy probablemente llegarán a contarse
egresados con raíces aborígenes genuinamente AGRADECIMIENTOS
interesados en estudiar los restos patrimoniales
dejados por sus ancestros más directos. Puede Los autores agradecen a los revisores anó-
ocurrir que terminen por descubrir que ya no ha- nimos de la revista. Cualquier error u omisión
brá registro alguno disponible para ello. La his- son obviamente de nuestra exclusiva responsa-
toria, una vez más, evaluará a los responsables. bilidad.
En los últimos años, un número creciente de
investigadores argentinos se ha contactado con LITERATURA CITADA
académicos europeos y norteamericanos intere-
sados en bioarqueología. Asimismo, la conexión Aguerre AM. 1996. El pasado en la Laguna Chadilauquen,
con laboratorios especializados en métodos de Embajador Martini, Dep. Realicó, Prov. de La Pampa,
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