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Una ortografía polémica.

Diario de Sevilla

Ya está en las librerías la normativa que elimina la tilde de 'guion', llama


'ye' a la 'i griega' y elimina las mayúsculas al rey y al papa.

En internet y en los foros académicos, el clamor es similar. Las


novedosas normas que incluye la nueva edición de la Ortografía de la
lengua española confunden a todo el mundo. Tras su presentación el
jueves en el salón de plenos de la Real Academia Española (RAE) en
Madrid y el viernes en un acto oficial presidido por los príncipes de
Asturias, los 85.000 ejemplares de la primera Ortografía panhispánica
están ya en las librerías españolas y la semana que viene se pondrán a
la venta en la América hispana. Espasa es el sello que lanza esta obra
que se ha consensuado a ambos lados del Atlántico y donde las reglas
ortográficas se asientan en tres principios: el fonético, la etimología de
las palabras y su uso, que es «soberano», según declaró en la
presentación Víctor García de la Concha en su último acto como director
de la RAE, arropado por representantes de las 22 academias de todo el
mundo, de México a Filipinas.

Correo electrónico

Muy llamativo es el interés que la nueva Ortografía tiene por salvar la


brecha tecnológica y lanzar sus redes a los móviles, los teléfonos
inteligentes, los chats y mensajes cortos, donde permite ciertas
licencias, como las abreviaciones, porque es consciente de que la
rapidez y la economía son factores determinantes. Así, se admite
prescindir de las mayúsculas en los sms pero no en los correos
electrónicos, donde se deben «aplicar con rigor las normas
ortográficas».

Mayúsculas

También han generado una gran polémica los nuevos usos de


mayúsculas y minúsculas. La nueva obra dedica a este tema casi 80
páginas donde se establece que no se podrán escribir con mayúscula
inicial las fórmulas de tratamiento y los sustantivos que designan cargos
y títulos nobiliarios, dignidades y cargos (ya sean civiles, militares,
religiosos, públicos o privados), por lo que habrá que poner
sencillamente majestad, el rey o el papa. También hay que evitar la
mayúscula inicial en don, doña, fray, santo, excelencia, señoría o vuestra
merced, aunque se admite en los tratamientos protocolarios de las más
altas dignidades (su santidad, su majestad, su excelencia), pero sólo
cuando no van seguidos del nombre propio: «La recepción a Su Santidad
será en el palacio arzobispal». Pero «es obligada la minúscula» en
«Esperamos la visita de su santidad Benedicto XVI». Sin embargo, los
personajes de ficción irán siempre con mayúscula (Aureliano Buendía,
Juanita la Larga, Harry Potter, Mafalda) y también lo harán aquellos
formados por nombres comunes: Caperucita Roja, el Gato con Botas, la
Ratita Presumida.

Extranjerismos

La nueva normativa señala que todas las palabras procedentes de otras


lenguas se adaptarán modificando su grafía originaria y prescindiendo
de las letras que no tienen reflejo en esa pronunciación. Así, ahora se
escribirá yudo, pirsin, cáterin, sexi o mánayer. Lo mismo vale para los
nombres propios, como por ejemplo Chaikovski en lugar de Tchaikovski.

Tilde en monosílabos

Ha sido uno de los apartados que más polémica ha causado. Si hasta


ahora la RAE permitía la escritura con tilde de algunos de ellos, a partir
de ahora deberán obligatoriamente desprenderse de ella. Guión, huí,
Sión, truhán o fié son palabras que, salvo para que sirvan como ejemplo
de las modificaciones, deberán escribirse siempre sin tilde.

Tildes y ambigüedad

Éste ha sido otro de los cambios que ha encontrado más oposición,


hasta tal punto que la RAE finalmente rebajó lo que inicialmente impulsó
como norma a la condición de sugerencia. Tras introducir este matiz,
sólo y solo serán dos formas igualmente correctas, aunque los
académicos siguen recomendando que tanto solo como el resto de los
pronombres demostrativos se escriban sin tilde incluso en posibles casos
de ambigüedad.

Prefijo ex

Esta partícula queda homologada al resto de los prefijos. De este modo,


ex se escribirá unido a la base a la que acompañe cuando ésta sea una
palabra simple (expresidente, exmarido, exjugador...) aunque separado
cuando la expresión esté constituida por varias palabras (ex alto cargo,
ex capitán general, ex presidente de la Diputación).
Las letras cambian, el abecedario mengua

Durante el proceso de estudio y debate de estos cambios, el propio


García de la Concha admitió a su homólogo chileno que era «demasiado
mayor para llamar ye a la i griega». Ésta fue sin embargo otra de las
modificaciones aprobadas en esas sesiones, aunque a la vista de las
fricciones que han provocado, la RAE ha dado marcha atrás. Finalmente
podrá decirse i griega o ye, y podrá elegirse entre referirse a la v como
uve o como b corta, como es llamada en muchos países de la América
hispana. Con todo, los académicos advierten de que su propósito para el
futuro es fijar las denominaciones simples. Por otro lado, desaparecen
del alfabeto (cuyas letras son oficialmente 27) la Ch y la Ll, que desde
1999 no eran consideradas por la RAE como letras en sí, sino como
signos ortográficos compuestos por dos letras.

Expresiones

La nueva Ortografía contiene también un amplio listado de expresiones


que, con frecuencia, se escriben de distinta forma, por lo que la norma
recién aprobada aconseja con claridad cuál es el uso más conveniente.
Así, es mejor decir a cal y canto que a calicanto; a machamartillo es
preferible a a macha martillo; a tocateja y no a toca teja; aprisa es
mejor que a prisa; contrarreloj y no contra reloj y, como se acercan las
Navidades, conviene saber que lo correcto es escribir Nochebuena y
Nochevieja.

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