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fue un Escultura francesa[editar]

Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc obra de Ligier Richier.

El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo
consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la
segunda mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el
principal mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia
1460 se estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el
introductor del Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país.
Una de sus esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral
de Le Mans.36
Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo
Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con
gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el
momento de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este
tipo son dos obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris:
el Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente
descarnado tiende un corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de
Güeldres en la Iglesia des Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los
muertos llega mediante el camino de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior
del cuerpo, aunque no presente una anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.37
Con la influencia del hacer italiano se destaca Michel Colombe, escultor de la Reina Ana
de Bretaña a principios del siglo XVI y que realizó por encargo suyo el sepulcro de sus
padres, el duque Francisco II y Margarita de Foix en la catedral de Nantes. En las figuras
yacentes del sepulcro todavíase aprecian rasgos góticos, no así en los elementos
decorativos y en cuatro figuras de las Virtudes de tamaño natural colocadas en los ángulos
del monumento funerario.

Escultura francesa[editar]
Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc obra de Ligier Richier.

El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo
consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la
segunda mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el
principal mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia
1460 se estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el
introductor del Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país.
Una de sus esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral
de Le Mans.36
Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo
Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con
gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el
momento de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este
tipo son dos obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris:
el Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente
descarnado tiende un corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de
Güeldres en la Iglesia des Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los
muertos llega mediante el camino de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior
del cuerpo, aunque no presente una anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.37
Con la influencia del hacer italiano se destaca Michel Colombe, escultor de la Reina Ana
de Bretaña a principios del siglo XVI y que realizó por encargo suyo el sepulcro de sus
padres, el duque Francisco II y Margarita de Foix en la catedral de Nantes. En las figuras
yacentes del sepulcro todavíase aprecian rasgos góticos, no así en los elementos
decorativos y en cuatro figuras de las Virtudes de tamaño natural colocadas en los ángulos
del monumento funerario.

Escultura francesa[editar]
Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc obra de Ligier Richier.

El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo
consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la
segunda mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el
principal mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia
1460 se estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el
introductor del Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país.
Una de sus esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral
de Le Mans.36
Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo
Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con
gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el
momento de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este
tipo son dos obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris:
el Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente
descarnado tiende un corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de
Güeldres en la Iglesia des Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los
muertos llega mediante el camino de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior
del cuerpo, aunque no presente una anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.37
Con la influencia del hacer italiano se destaca Michel Colombe, escultor de la Reina Ana
de Bretaña a principios del siglo XVI y que realizó por encargo suyo el sepulcro de sus
padres, el duque Francisco II y Margarita de Foix en la catedral de Nantes. En las figuras
yacentes del sepulcro todavíase aprecian rasgos góticos, no así en los elementos
decorativos y en cuatro figuras de las Virtudes de tamaño natural colocadas en los ángulos
del monumento funerario.

Escultura francesa[editar]
Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc obra de Ligier Richier.

El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo
consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la
segunda mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el
principal mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia
1460 se estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el
introductor del Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país.
Una de sus esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral
de Le Mans.36
Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo
Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con
gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el
momento de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este
tipo son dos obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris:
el Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente
descarnado tiende un corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de
Güeldres en la Iglesia des Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los
muertos llega mediante el camino de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior
del cuerpo, aunque no presente una anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.37
Con la influencia del hacer italiano se destaca Michel Colombe, escultor de la Reina Ana
de Bretaña a principios del siglo XVI y que realizó por encargo suyo el sepulcro de sus
padres, el duque Francisco II y Margarita de Foix en la catedral de Nantes. En las figuras
yacentes del sepulcro todavíase aprecian rasgos góticos, no así en los elementos
decorativos y en cuatro figuras de las Virtudes de tamaño natural colocadas en los ángulos
del monumento funerario.

Escultura francesa[editar]
Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc obra de Ligier Richier.

El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo
consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la
segunda mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el
principal mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia
1460 se estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el
introductor del Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país.
Una de sus esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral
de Le Mans.36
Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo
Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con
gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el
momento de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este
tipo son dos obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris:
el Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente
descarnado tiende un corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de
Güeldres en la Iglesia des Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los
muertos llega mediante el camino de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior
del cuerpo, aunque no presente una anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.37
Con la influencia del hacer italiano se destaca Michel Colombe, escultor de la Reina Ana
de Bretaña a principios del siglo XVI y que realizó por encargo suyo el sepulcro de sus
padres, el duque Francisco II y Margarita de Foix en la catedral de Nantes. En las figuras
yacentes del sepulcro todavíase aprecian rasgos góticos, no así en los elementos
decorativos y en cuatro figuras de las Virtudes de tamaño natural colocadas en los ángulos
del monumento funerario.

Escultura francesa[editar]
Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc obra de Ligier Richier.

El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo
consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la
segunda mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el
principal mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia
1460 se estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el
introductor del Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país.
Una de sus esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral
de Le Mans.36
Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo
Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con
gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el
momento de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este
tipo son dos obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris:
el Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente
descarnado tiende un corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de
Güeldres en la Iglesia des Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los
muertos llega mediante el camino de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior
del cuerpo, aunque no presente una anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.37
Con la influencia del hacer italiano se destaca Michel Colombe, escultor de la Reina Ana
de Bretaña a principios del siglo XVI y que realizó por encargo suyo el sepulcro de sus
padres, el duque Francisco II y Margarita de Foix en la catedral de Nantes. En las figuras
yacentes del sepulcro todavíase aprecian rasgos góticos, no así en los elementos
decorativos y en cuatro figuras de las Virtudes de tamaño natural colocadas en los ángulos
del monumento funerario.

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