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como estados unidos, reino unido y Suecia donde la prescripción de este medicamento
ha disminuido (R. Escrivá Ferrairó, pág. 107).
La BDZ, sí que es eficaz si su uso es adecuado y necesario cosa que ha sido demostrado
en ensayos clínicos. Es decir, como dice Chocron «Ningún paciente debería recibir un
tratamiento con BDZ sin un diagnóstico previo y un plan terapéutico a seguir”
Según otro estudio “La prescripción de benzodiacepinas debe hacerse bajo control y
siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y Consumo para prevenir la
dependencia o el consumo inadecuado de estos fármacos. Las estrategias de
deshabituación exigen una detallada valoración del paciente para llegar a la
recomendación más adecuada y aceptable para cada tipo de paciente. (L. CAPITÁN pág.
118.). Por tanto, sigue la misma línea que el artículo anterior.
Según diversos estudios, en un 45-76% los médicos de atención primaria son los que
más prescriben el benzodiacepina, pero esta solo representa el 7,7 de nuestra
población. Prescribiéndose en un mayor porcentaje en mujeres que hombres, es decir,
siendo más del doble en mujeres 11% contra el 4% en los hombres. (R. Escrivá Ferrairó,
pág. 108).
En otros estudios también se detectó que hay un consumo mayor en mujeres, pero en
los estudios realizados en los que se detecta un aumento del consumo y prescripción de
este grupo farmacológico, este aumenta con la edad, pero no se observa que vaya
emparejado con el sexo.
Aunque parece ser que en general hay un mayor consumo en mujeres entorno a la edad
de 50 a 65 años. Utilizando más las hipnóticas que las ansiolíticas. ( Víctor Manuel Balbás
Liaño y Agustín Felipe Gómez Laso, pagina 25)
En cualquier caso, según (R. Escrivá Ferrairó, pág. 110). “El posible perfil de nuestros
consumidores de BDZ es el de una mujer de 38-70 años, casada o con pareja de hecho,
sin estudios o con estudios primarios, con alguna patología asociada y con unas 10
visitas/año a la consulta. Sin embargo, al aplicar la regresión logística para determinar
las variables asociadas a la prescripción de BDZ, observamos que sólo el sexo (ser mujer),
el n.º de visitas a la consulta/año y el tener alguna patología asociada influyen en la
misma; quedando la edad excluida posiblemente al estar actuando como factor de
confusión. “
Todo esto puede dar lugar a un abuso de estas y provocar efectos adversos, como la
somnolencia, la dependencia, la tolerancia riesgos de caída provocados por la
incoordinación motora, sedaccion diurna.
A todo esto, están institucionalizadas, es decir, tienen un uso que está reconocido
legalmente y normativo. Es más, se pueden conseguir fácilmente con receta médica
en las farmacias.
Pueden dar lugar a la aparición del síndrome de abstinencia una vez se deja de
consumir. Esto es consecuencia a que, durante el consumo continuado al largo del
tiempo, donde hay un consumo crónico, se producen cambios neuroadaptativos.
“Los benzodiacepinas son eficaces en el tratamiento a corto plazo de los trastornos
de ansiedad y el insomnio, aunque su consumo prolongado se considera, por lo
general, inapropiado pues no está exento de riesgos. Pueden producir dependencia
y se relacionan con el aumento de riesgo de accidentes de tráfico, de caídas,
fracturas de cadera y deterioro de la memoria. Se estima que entre un 2 y un 3% de
la población las consume de forma regular.” (Caterina Vicens Caldentey, página 40).
Bibliografia