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Su temor más grande era justamente eso, no poder ser independiente, no poder
tener educación y tampoco ser lo que quería ser; su temor más grande era
justamente vivir la vida que hoy millones de niñas viven. Por eso decidió
luchar por ellas, luchar por una sociedad más justa en términos de igualdad
de género, una igualdad que empieza en los primeros años de vida, en el
jardín infantil o escuela.
Malala habla por ellas y se siente afortunada, pero cree que lo más importante
es que todas las niñas, sin importar la edad, piensen que sus voces son
poderosas. Si todas las niñas se unieran podrían formar un “ejército” que sería
escuchado por los grandes líderes. Hoy a través de The Malala Fund, ella y
todos quienes hacen parte de la causa, buscan ofrecer a todas las niñas
educación primaria y secundaria gratuita para el año 2030. Esto
significa, 12 años de educación. No 6 años, ni 9 años… 12 años porque todas
las niñas merecen más que educación básica. ¿Cómo lo están logrando? La
organización de la activista pide a los gobiernos e instituciones que inviertan en
educación. El déficit actual de financiamiento se estima en 39 mil millones de
dólares al año y aunque parece mucho, el monto equivale a sólo ocho días de
gastos militares a nivel global. El asunto es decidir en qué invertir o no invertir
ese dinero.
El foco principal
Las niñas (como Malala) que viven en países en situación de conflicto, son un
90% más propensas a quedarse sin educación secundaria. El miedo a la
violencia, la necesidad de huir de la guerra, la falta de escuelas y profesores
las aleja de las salas de clase y de la posibilidad de volver a el aula. Por eso, el
foco principal del trabajo de Malala está en trabajar para que todas las niñas,
incluyendo las más afectadas por los conflictos, puedan acceder a la educación
de 12 años gratuita. Esto incluye también trabajar en función de la igualdad de
género en un mundo donde los niveles de aprendizaje de las niñas siguen siendo
menores que las de los niños.
¿Y por qué vale la pena su causa? Porque sólo así las mujeres tendrán la
confianza necesaria para prosperar en el hogar, en el trabajo y en las
comunidades. Porque sólo con educación, los países pueden evolucionar y
transformarse. Porque sólo con la voz de mujeres como Malala, las armas se
silencian y los cambios sostenibles aparecen.
“Tomemos nuestros libros y lápices, éstos son las armas más poderosas”,
uno de tantos mensajes de Malala que hoy, en el día de la mujer, queremos
recordar. Porque una educación de calidad para TODAS sí debería ser
posible.
Fuentes:
The Malala Fund, UNESCO, National Geographic.