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LITERATURA AZTECA

Literatura azteca
30 de septiembre de 2009 Publicado por Pablo
La mayor parte de los pueblos habitantes de Mesoamérica antes de la llegada de
los españoles desarrollaron sistemas de escritura, aunque estos sistemas casi
nunca fueron empleados para conservar por escrito sus propias literaturas. La
mayor parte de su haber literario se conservó y se transmitió únicamente a través
del a tradición oral, y sólo algunas de sus obras fueron trasladadas al alfabeto
occidental y conservadas por escrito. De hecho, tan sólo especialistas modernos,
tales como Ángel María Garibay o Miguel León Portilla se han dedicado a traducir
aquellos textos, por lo que su conocimiento, hasta hace no demasiado tiempo, era
del todo inexistente.

El pueblo azteca, conocido también como mexica, fue sin duda el más exitoso de
los pueblos precolombinos de Mesoamérica y logró dominar gran parte de su
territorio. Los mexicas o aztecas fueron un pueblo de filiación nahua y, por lo tanto,
hablante del náhuatl. Desarrollaron una escritura jeroglífica (o ideográfica), aunque
en el momento de la conquista española su escritura había alcanzado ya un
estadio fonético.
Tristemente, los españoles destruyeron muchos de los -de por sí escasos-
registros literarios que guardaban los aztecas. Los que se lograron conservar
mejor fueron los que grabaron los misioneros, utilizando el alfabeto occidental.

De estos textos la mayor parte son poemas, que se conocen con el nombre
de cuicatl. Los cuicalt incluían bailes y cantos, hablaban sobre la vida y la muerte y
solían utilizarse como parte de celebraciones religiosas (estos poemas contaban
con una importantísima significación

LITERATURA MAYA
Si los dioses cifraron el cosmos para que los hombres leyeran en él su
historia y su porvenir; para que se enorgullecieran de su linaje divino y su vocación
sagrada, los mayas, poseedores de la sensibilidad del artista y el don del mago,
lograron descifrar el lenguaje de los dioses: conocieron el poder de la palabra y la
seducción de las texturas, y dejaron también su testimonio en la Tierra; labraron
una escritura a partir de la Escritura -aquélla que trazaron los dioses- en la piedra
-la de sus estelas y edificios- el estuco, la fibra de papel amate de sus códices, los
laberintos del caracol, los aros del juego de pelota, los dinteles de madera, las
joyas, los utensilios de cerámica, e incluso la bordaron en sus vestidos. La poesía
impregna prácticamente todos sus escritos: es profunda, mística, y está poblada
de imágenes de fuerte carga simbólica, como puede apreciarse en el poema
citado contiguamente.

La literatura estaba al servicio de la religión, pues la relación con la divinidad fue


para los mayas prehispánicos el eje de la vida comunitaria. Así, al igual que la
ciencia y otras disciplinas, el arte se concebía más como una expresión de lo
sagrado que como una forma de creación personal o colectiva. La escritura misma
era sagrada, y sólo la conocían unos cuantos hombres, por lo general sacerdotes,
a quienes les eran revelados los designios de los dioses y las leyes divinas que
mantenían el orden cósmico.

LITERATURA INCA

Antes de la conquista española existía una rica y variada literatura oral en el área
del Imperio inca. Algunas muestras de poesía religiosa, narraciones y
leyendas quechuas han llegado a nosotros gracias a que fueron transcritas por
cronistas como Cristóbal de Molina, el Cuzqueño, autor de Fábulas y ritos de los
incas (1573); Santa Cruz Pachacuti, indio evangelizado defensor de la Corona
española, que escribió la Relación de antigüedades de este reyno del Pirú (1613),
donde describe la religión y filosofía quechuas y recoge en lengua quechua
algunos poemas de la tradición oral; el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616);
y Felipe Guamán Poma de Ayala cuya obra Nueva crónica y buen
gobierno permite reconstruir buena parte de la historia y genealogía de los incas,
así como numerosos aspectos de la sociedad peruana posterior a la conquista.

Gracias a ellos y a otros cronistas del siglo XVII, una parte de este legado pervivió
y es una fuente viva para la literatura posterior. Esa labor fue continuada mucho
después por antropólogos, historiadores e investigadores modernos y
contemporáneos; en este siglo, uno de los más influyentes es José María
Arguedas, importante también por su obra novelística, que subraya la importancia
del carácter bilingüe y multicultural del Perú.

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