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La terapia fascial es tan antigua como el ser humano en sí mismo. El primer impulso
cuando nos damos un golpe es contactar con la zona afectada. Los niños piden el contacto
amoroso de su madre como forma de calmarse y de llenar su necesidad de afecto. Esa es la
primera “medicina manual” que recibimos. A día de hoy, todas las escuelas de terapia miofascial
recrean las mismas técnicas que se han estado haciendo durante décadas, o incluso siglos. Lo
único que las separa es la interpretación de lo que hacen y, si acaso, la filosofía que subyace a lo
que hacen.
Las primeras menciones de las que se tiene constancia sobre tratamientos de terapia
manual, aparecen en el primer libro de Acupuntura conocido: el “Canon de Medicina Interna del
Emperador Amarillo”, que data de unos 2000 años antes de Cristo. Más tarde, en el siglo IV a. C.,
aparecen las obras de Hipócrates, donde se describen técnicas de manipulación, masaje y
tracción, haciendo del “reposicionamiento” la piedra angular de la curación de determinadas
enfermedades. En el siglo II a. C., aparece el griego Galeno. Sus aportaciones son casi increíbles
para aquella época: investiga sobre el sistema nervioso, describiendo nervios sensitivos y motores
(fue el primero en describir una parestesia y tratarla), hizo el primer intento científico para
demostrar que el cuerpo y la mente no están separados (como pensaban los filósofos griegos), y
se enfrentó a la corriente estoica de la época, que opinaba lo contrario. También comenzó a
desarrollar las “terapias habladas”, como primera aproximación a la psicoterapia y, en el campo de
la terapia manual, prestó mucha atención al “reposicionamiento de las dislocaciones” en la
columna vertebral mediante tracción con extensión. estas técnicas continúan usándose hoy en
día. A partir de Galeno aparece un silencio de obra escrita en este campo que dura más de un
milenio.
Hacia el año 1000, Avicena, un doctor árabe, recoge por escrito el conocimiento medico
del que se tiene constancia hasta la época. En sus escritor, vuelve a hacer referencia a la obra de
Hipócrates y de Galeno, también en el campo de la terapia manual.
En el siglo XVII, Ambroise Paré, cirujano ortopédico, dedica un capítulo en uno de sus
libros a la “Vertebra Espinal dislocada”, donde revisa los métodos hipocráticos. En el siguiente
siglo, es cuando aparecen los “Bone Setters” en Inglaterra, considerados unos curanderos en la
época, y cuyo conocimiento era transmitido de padres a hijos.El hecho de que parte de la nobleza,
e incluso de la familia real, acudieran a sus consultas, llamó la atención de algunos de los médicos
de la época, como sir James Paget (1814-1899), que comenzaron a interesarse y a defender las
prácticas de la medicina manual. Tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, este tipo de
prácticas se realizaban al margen de la medicina convencional. Así fue durante más de dos siglos.
El tejido conectivo tiene dos componentes primordiales: células y una matriz extracelular,
que a su vez está compuesta por la sustancia fundamental y un conjunto de fibras.
A- Matriz extracelular:
b) Fibras: son el colágeno y las fibras elásticas, secretadas por las células del tejido
conectivo. La diferente concentración de una u otra determina el tipo de tejido conjuntivo.
Son más finas que las fibras de colágeno, y se organizan formando redes
tridimensionales. Confieren al tejido la capacidad para soportar el estiramiento y la distensión,
enredándose con el colágeno, que actúa previniendo la distensión excesiva y la rotura.
Presenta un escaso contenido fibrilar, y un alto contenido de agua y células, sobre todo
fibroblastos y adipocitos. Hay varios subtipos:
FASCIA SUPERFICIAL
- El tejido subcutáneo se divide en varias capas: tejido adiposo superficial, tejido adiposo
profundo y, en el medio, la fascia superficial.
- La fascia superficial conecta con la piel y con la fascia profunda
a través de tabiques fibrosos, que le confieren las propiedades
mecánicas al subcutáneo. Forman una red tridimensional que le permite
un anclaje dinámico de la piel a los tejidos profundos, así como le
confiere capacidad de transmisión de fuerzas desde el exterior al interior.
- En algunas regiones, la fascia superficial puede estar
compuesta de varias capas.
- En su interior puede contener células grasas, vasos sanguíneos y nervios.
CURSO DE VALORACIÓN Y TRATAMIENTO DEL SISTEMA FASCIAL
9 CURSO DE VALORACIÓN Y TRATAMIENTO DEL SISTEMA FASCIAL
- En las zonas de prominencia ósea, la fascia superficial está
adherida a la profunda sin tejido graso de por medio (se observa en la
imagen), haciendo de estos lugares puntos idóneos para la
transmisión de fuerzas desde el exterior hacia la fascia profunda.
También hace de estos lugares, superficies donde se pueden
transmitir las lesiones de la fascia superficial hacia la fascia profunda.
- En la imagen inferior, se puede observar cómo se transmite
la fuerza desde el exterior hacia los planos profundos. La presencia
de tabiques oblicuos hace posible un deslizamiento elástico de los
tejidos. (Stecco, 2015)
FASCIA PROFUNDA
A- Miofascia:
De acuerdo con la división propuesta por Stecco (2015), vamos a distinguir dos tipos
principales:
B- Viscerofascia:
La más compleja y, de lejos, la menos estudiada.
- Existen unos “ligamentos” viscerales formados por tejido conectivo algo más
denso y regular. Su función mecánica existe ancla la víscera para impedir un movimiento
excesivo), pero es débil. Su función principal es la de aportar nutrición e infracción a los órganos.
C- Fascia meníngea:
- La piamadre está muy próxima al parénquima del sistema del sistema nervioso, y
a través de ella entran los vasos sanguíneos. En los ventrículos, forma los plexos conoideos,
donde se segrega el líquido cefaloraquídeo.
- La aracnoides es una red (de ahí su nombre) que deja un espacio real con la
piamadre, a través del cual fluye el LCR.
Aparte de la capacidad elástica y viscoelástica, el tejido fascial posee dos propiedades que
interesan por cuanto pueden ser estimuladas por medio de la terapia manual:
- la tixotropía: que es la capacidad que aporta la sustancia fundamental para alterar su
viscosidad como respuesta a la presencia (o ausencia) de estímulos mecánicos. Es fácilmente
evocable, si pensamos en cómo tenemos que agitar un bote de ketchup para conseguir hacerlo
más líquido, y que salga de su recipiente. La ausencia de movimiento hace que la sustancia
fundamental se densifique, haciendo más dificultoso el deslizamiento.
CADENAS FASCIALES
Las fascias se continúan de forma ininterrumpida desde el cráneo hasta los pies. Para
facilitar su estudio y comprensión, Paoletti (1998) propone “dividir” este tejido en determinadas
“cadenas”, según la orientación de sus fibras, y según los lugares en los que se anclan y toman
relevo. Sus funciones serían: transmisión de las fuerzas, coordinación-armonización del
movimiento y amortiguación de las fuerzas excesivas.
La transmisión de cargas en ellas se realiza de arriba hacia abajo y viceversa, así como de
cadenas internas a externas, y viceversa. En algunas zonas de relevo, como los puntos de cruce,
pueden pasar de un lado al otro, realizando su función de manera oblícua. Esto ocurre sobre todo
en el tronco.
A) CADENAS EXTERNAS
1. A partir de la extremidad inferior:
- Cadena lateral: A partir del pie, sube por el compartimiento externo de la
pierna, hace relevo en la rodilla y cabeza del peroné, sube por la cintilla iliotibial y fascia lata, hace
relevo en cadera y pelvis. En ese nivel, puede tomar un trayecto horizontal (hacia el periné por
medio del obturador interno y el piramidal), y/o seguir ascendiendo. Puede hacerlo por dos vías:
via anterior, siguiendo los rectos del abdomen y las fascias torácicas hasta la clavícula y hacia
arriba por las fascias superficiales llega a la parte lateral del cráneo, o por vía posterior siguiendo
la fascia toracolumbar hasta el omóplato. Allí, puede unirse a la cadena oblícua de la cintura
escapular, y/o seguir hasta el occipital a través de los trapecios y resto de musculatura cervical. En
la base del cráneo puede enganchar con la cadena meníngea a través del puente miodural.
B) CADENAS INTERNAS
C) CADENA MENÍNGEA
Puede estar influída por las cadenas externas o internas como ya se ha descrito
anteriormente. El punto de inicio más caudal se sitúa en el cóccix, desde donde asciende por el
B- Inspección visual: se trata de observar el cuerpo del paciente, con la menor cantidad de
ropa posible, con el objetivo de detectar asimetrías, posiciones anómalas en segmentos
corporales y, en general, cómo es la postura del paciente cuando está de pie. A continuación,
podemos hacer la misma inspección con el paciente tumbado, para comprobar si existe algún
cambio cuando el efecto de la gravedad se encuentra ausente.
Es una técnica sencilla que puede realizarse con una o con las dos manos. Se sitúan
encima del área que se quiere valorar y, con una presión ligera, se desliza la piel y la fascia
superficial en todos los planos. De esta manera, vamos a detectar en qué direcciones la fascia se
mueve con mayor facilidad y con mayor dificultad.
CADENAS LESIONALES
Representan el trayecto que puede seguir una tensión para propagarse en la distancia,
transmitiendo dicha tensión a diferentes áreas a la vez (Paoletti, 2008). Las posibilidades son
infinitas, pero el estudio de las cadenas fasciales a nivel funcional nos muestra que la transmisión
de cargas sigue determinados ejes (que ya revisamos anteriormente).
Estas cadenas pueden aparecer por diferentes factores (traumatismos, cicatrices, etc.),
creando uno o varios puntos de disfunción (fulcros inerciales) que, a su vez, modifican la calidad
del tejido fascial. Estos fulcros crean nuevas zonas de relevo en la cadena fascial. Es decir,
producen una reorganización del tejido tanto a nivel local, como a distancia, a través de las
cadenas fasciales fisiológicas.
Una cadena lesional puede empezar en cualquier parte del cuerpo, y su recorrido puede
ser muy corto o muy largo. Puede aparecer de manera inmediata, o tardar meses e, incluso, años
en aparecer. Para Paoletti, esto depende de tres factores: la intensidad de la fuerza, la edad del
sujeto y las posibilidades de adaptación y compensación que presenta el sujeto.
Una vez ha ocurrido la lesión fascial, la cadena lesional puede ser de tipo ascendente o
descendente
a) Cadenas descendentes:
Existen varios ejemplos: si el punto de partida está en el cráneo, la cadena bajará
por las fascias cervicales hasta la cintura escapular y el miembro superior o el tórax. Si comienza
a nivel torácico, llegaría hasta el abdomen o, como mucho, la pelvis. Si comienza en la pelvis,
puede bajar hasta el pie y afectar a la rodilla.
En general, suelen ser cadenas de corto recorrido.
b) Cadenas ascendentes:
Son más frecuentes, y es normal encontrar un trayecto más largo. Desde el pie (un
esguince, por ejemplo), la tensión puede transmitirse a la rodilla, y generar dolor en ella. Si la
lesión sigue ascendiendo, involucra a la cadera, desde donde puede entrar en la pelvis menor y
relacionarse con las cadenas internas y la meníngea, o afectar a la articulación sacroilíaca. De ahí
llegará hasta el hombro del mismo lado o del contrario, y acabará por afectar a las fascias
cervicales y al cráneo.
Una caída sobre el cóccix afecta a la cadena de la duramadre que terminará por
afectar a las membranas del endocráneo.
Un problema en el periné (desgarro del parto, por ejemplo) puede transmitirse a las
vísceras abdominales o a la fascia del transverso, subir al diafragma y de allí, a través de la pleura
o del mediastino, subir a las cervicales y al cráneo.
Torstem Liem (2004) sugiere repetir este mismo test en posición de bipedestación. De esta
manera, puede ocurrir que el patrón cambie. Desde su punto de vista, si un patrón alternante
(compensado) en decúbito, se convierte en no alternante (descompensado) al poner al
paciente de pie, esto indicaría que la cadena lesional es ascendente, con origen en la pelvis o
en las extremidades inferiores. Si el patrón rotacional se mantiene, entonces la cadena
lesional es descendente, y se origina en la parte de arriba del cuerpo, la mandíbula o el cráneo.
Para determinar con exactitud en qué zonas concretas se encuentran las restricciones
fasciales, y a qué profundidad, utilizaremos el siguiente método de valoración palpatoria.
ESCUCHA LOCAL
Como resultado de la escucha, pueden detectarse varios tipos de restricción, cada uno de
los cuales se tratará con una técnica diferente. Posibilidades que podemos encontrar:
TRATAMIENTO DE UN PUNTO
TÉCNICA DE LA ESTRELLA
Se trata de una técnica directa. Posicionamos el dedo pulgar encima del punto a tratar y
deslizamos en dirección craneo-caudal, lateromedial y en rotación horaria y antihoraria. A
continuación, llevamos el tejido en la dirección más restringida en los tres planos, y esperamos a
la liberación. Se sentirá como un desenganche, o un reblandecimiento del tejido. Esta técnica
también se puede hacer de forma indirecta, llevando el tejido hacia el lado más fácil y
acompañando el movimiento fascial, pero es más difícil notar el desenganche del tejido.
TÉCNICA DE DESGRAVITACIÓN
Es una técnica para aplicar en toda una extremidad, en una sola articulación o en la
columna cervical, usando la cabeza como palanca. Si tomamos como ejemplo el miembro inferior,
situamos una mano bajo el pie y otra bajo la rodilla. Levantamos toda la pierna para que no apoye
en la camilla. A continuación podemos optar por hacer una técnica para toda la extremidad,
focalizar en una sola articulación. Lo que hacemos es buscar una combinación de movimientos en
todos los planos (por ejemplo, si es en la cadera, buscamos la flexo-extensión, abd-add, y
rotaciones). Si optamos por hacer la técnica de forma directa, iremos hacia la combinación de
movimientos más restringida; si optamos por hacerlo de forma indirecta, lo haremos hacia la
combinación más fácil. En ese punto, esperamos hasta que el el sistema fascial libere sus
tensiones. En el caso de elegir la técnica indirecta, debemos ser cautelosos y no permitir
“demasiado” movimiento de la extremidad, ya que puede ocurrir que el movimiento entre en un
ciclo, sin fin. Por ello, se recomienda que el acompañamiento sea con una velocidad muy lenta,
sintiendo cada vez que el movimiento se detiene si se está produciendo la liberación del tejido. En
caso de que el movimiento comience a transmitirse a otras zonas corporales, se debe detener la
técnica.
LA PELVIS
La pelvis es la región anatómica del tronco situada en el extremo más caudal. Conforma
una cavidad que se asemeja a un embudo que se estrecha caudalmente, y que está delimitado
por el hueso sacro, el coxis y los coxales, así como por los músculos de la pared abdominal
inferior y del perineo. Dentro de la cavidad encontramos órganos importantes como la vejiga, los
órganos genitales y la parte final del tubo digestivo (recto y ano).
LA PELVIS ÓSEA
Formada por los huesos coxales y el complejo sacro-coxis. Podemos incluir dentro de este
armazón duro a los ligamentos que forman parte de la estabilización y el cierre del cinturón
pelviano. Entre ellos, daremos especial importancia al ligamento sacrotuberoso, al sacroespinoso
y al sacrociático. Los huesos conforman varias articulaciones a tener en cuenta: la cadera, la
sacroccígea, la sacroilíaca, la lumbosacra, la sínfisis del pubis y las uniones dentro del propio
hueso coxal (fisis isquiopubiana).
Los ligamentos pélvicos contienen, con frecuencia, fibras contráctiles, debido a las grandes
exigencias a las que son sometidos. Los ligamentos coccígeos precisan de movilidad para las
actividades de la vida diaria. Los ligamentos anteriores y posteriores del sacro deben desplazarse
durante la mecánica de caminar, sentarse y ponerse de pie: cuando nos ponemos de pie, los
ligamentos superiores del sacro se tensan, mientras que los ligamentos coccígeos deben
relajarse. Lo contrario debe ocurrir cuando nos sentamos. Algunos de los problemas en la
CURSO DE VALORACIÓN Y TRATAMIENTO DEL SISTEMA FASCIAL
31 CURSO DE VALORACIÓN Y TRATAMIENTO DEL SISTEMA FASCIAL
mecánica de la pelvis, así como algunos problemas de las vísceras que contiene, ocurren por la
incapacidad de estos ligamentos para alargarse y relajarse. Ello, a su vez, puede tener origen en
las propias causas de disfunción fascial (que ya hemos visto). Más concretamente, podemos
encontrar:
- cicatrizes por episiotomia o histerectomia,
- parto difícil, multiparto,
- aumento de la presión intrapélvica (ptosis),
- debilidad muscular en el suelo pélvico
- secuelas de traumatismos (caídas, etc)
- inflamación de alguna víscera (endometriosis,etc)
Resumiendo las posibles causas para los problemas en la pelvis, encontramos cuatro:
LA PELVIS VISCERAL
EVALUACIÓN OSTEOMUSCULAR
Con el paciente tumbado en decúbito prono, posicionamos las manos encima de la fascia
glútea y esperamos el tirón fascial. Podemos ir a tratar el punto o los puntos densos, o bien
acompañar la escucha en inducción.
Realizamos la misma técnica que usamos para la valoración de las restricciones fasciales
en el armazón duro o el contenido blando, pero esta vez acompañamos la escucha llevando hasta
el límite de la tensión y esperando.
El tratamiento consistirá en
hacer una técnica de apilamiento de
planos para restricciones profundas,
pero siempre de manera indirecta.
También sirven las técnicas de
Inducción según las aplica Pilat.
EL ABDOMEN
El abdomen es una cavidad del cuerpo humano, que está delimitada en su pared craneal
por el músculo diafragma y a nivel caudal por el peritoneo inferior. Anteriormente, se encuentra la
musculatura abdominal, y posteriormente, la columna vertebral y la musculatura lumbopélvica.
Dicha cavidad contiene órganos de vital importancia, como son los del aparato digestivo, el bazo y
los riñones, así como toda su vascularización e inervación.
La cavidad abdominal se puede subdividir en dos partes: una recubierta por una
membrana serosa llamada “peritoneo”, y que da nombre a la “cavidad peritoneal”, y otra parte que
se compone de todo aquello que queda por fuera de la anterior, y que se llama “cavidad
retroperitoneal”o “retroperitoneo”. Estas cavidades generan una clasificación de las vísceras
abdominales como peritoneales y retroperitoneales.
Por su localización en el espacio, se pueden subdividir en supramesocólicas (estómago,
hígado y bazo), las que quedan más craneales al mesocolon transverso, e inframesocólbcas
(intestino y riñones), las que quedan por debajo. El páncreas queda justo posterior a él, dándole
anclaje.
Para facilitar el estudio a nivel clínico, se suele dividir el abdomen topográficamente, como
se observa en el dibujo. Esto facilita la descripción del dolor, de una incisión quirúrgica o del
abordaje manual, por ejemplo.
EL PERITONEO
CLÍNICA
Dolor superficial y localizado
Disturbios viscerales inespecíficos
Flato del corredor
Dolor de las costillas distales
Sacroileítis
EVALUACIÓN
Haremos tres técnicas para detectar dónde están las restricciones del peritoneo. Para ello
hay que recordar que el contacto debe hacerse en la capa precisa, ya que las mismas técnicas
servirían para determinar adherencias en el epiplón mayor (que es más profundo), o en las fascias
de los abdominales (que son más superficiales). Lás técnicas son:
Estiramiento directo del peritoneo
TRATAMIENTO
Recoil
Estiramiento directo
Situamos las manos de la misma forma que en la valoración, y buscamos las lineas
de tensión que se puedan estar creando en esta estructura. Las liberamos con doble inducción.
ESCUCHA GLOBAL
Es la técnica que vamos a hacer para saber qué parte del cuerpo se encuentra más
activamente involucrada en ese preciso momento. El resultado de esta escucha será una zona del
cuerpo, en la que luego tendremos que hacer otras técnicas para localizar la restricción de forma
más precisa. Dura un máximo de 10 segundos, ya que a partir de ahí el cuerpo aprovecha el
impulso para empezar a tratarse. También puede ocurrir que esta escucha nos transmita toda una
cadena de tensiones que están muy activas en el cuerpo. Es importante siempre prestar atención
al primer movimiento que sintamos, porque esa será la respuesta correcta.
Como el cuerpo “abraza” la lesión, quitar algo de carga tensional en la fascia epicraneal
nos conduce al lugar de la restricción más grande en ese momento. Sería como un test de
compresión-descompresión con todo el cuerpo.
Comenzamos con la escucha de pie. Cerramos los ojos y le pedimos al paciente que los
cierre y que se deje llevar un poco. Me sitúo a una distancia cómoda para los dos, en la espalda
del paciente y con una mano en la coronilla, hago una ligera compresión y descompresión, sin
perder el contacto. En ella pueden ocurrir varias cosas:
- el cuello se flexiona: el problema está por encima del
diafragma. Si la flexión es leve, la restricción es anterior. si la
flexión es pronunciada, la restricción es profunda.
- el cuello y el tronco se flexionan: el problema está por
debajo del diafragma. Generalmente es visceral, vascular o de
sistema nervioso periférico. Cuanto mayor es la flexión, más
profunda es la restricción
- se produce una extensión: el problema es
musculoesquelético.
- se produce una lateroflexión: nos da un hemicuerpo.
Existen muchas otras formas de hacer la escucha global. De entre ellas, cabe destacar la
escucha desde los pies con el paciente tumbado. En ella, realizamos una ligera tracción para
tensar el sistema fascial, y compañamos las lineas de tensión hasta donde se paran (puntos de
restricción), o hasta que el paciente muestra un cambio corporal que indique dónde está el
problema (como un giro de cabeza, por ejemplo)
EMPLEO DE LA INHIBICIÓN
La inhibición se emplea como método para comprobar si la restricción que me dio la
escucha global es realmente la restricción primaria. Se realiza llevando la mano que no está en el
cráneo justo a la zona donde me llevó la escucha, con intención de “borrarla” quitando algo de
tensión. Si la escucha desaparece y el paciente vuelve a la posición neutra, o muestra otra tensión
diferente a esa, entonces estábamos en el lugar de la restricción primaria. Si al poner la mano allí
no ocurre nada, entonces la escucha que nos había mostrado era de alguna restricción
secundaria.
En la escucha local también puede emplearse la inhibición. Por ejemplo, si una escucha
local en el abdomen nos dio tres lugares de restricción, compruebo si al poner uno o dos dedos de
la otra mano sobre el punto, la escucha desaparece. Si es así, ese punto es el dominante de los
tres. Si no es así, entonces hay que seguir buscando cuál es el que domina (restricción más
importante). El punto que al ser inhibido anule la escucha local es el punto de restricción
dominante.
EL HÍGADO
Es la glándula digestiva más grande que tenemos. Tiene más de 500 funciones,
relacionadas con el metabolismo, la desintoxicación, el equilibrio hormonal, la síntesis y el
almacenamiento de nutrientes, secreción de bilis,… Es un órgano grande y pesado (1 a 2,5 kg).
Está muy vascularizado. Por él pasan 1,5 litros de sangre por minuto.
Se relaciona con el diafragma, colon, riñón derecho duodeno y estómago, a través de
ligamentos. Con la pared anterior del abdomen , a través del ligamento falciforme.
Los problemas fasciales en esta zona pueden ir acompañados de las siguientes
restricciones musculoesqueléticas:
- Problemas en C4-C5
- Dolor en el hombro derecho: escapulitis, periartritis, …
- Bloqueo en las costillas 7 a 10 del lado derecho
- Problemas en los plexos cervicales y braquial
- Hemicráneo derecho: parietal, esfenoides, temporales, base craneal, frontal, nasal.
- Ciática derecha (arrastre fascial que involucra al colon, al riñón y a la cadera), o izquierda
(déficit de drenaje venoso que afecta al sigmoides y arrastra a la cadera izquierda)
EVALUACIÓN
Podemos hacerlo con el paciente de pie o sentado. Pedimos al paciente que reproduzca
algún movimiento que le resulte incómodo (el que reproduce el dolor motivo de la consulta, en su
caso), o simplemente le pedimos que haga movimientos de la columna (cervical, dorsal y lumbar),
o del hombro y valoramos los arcos de movilidad. A continuación, realizamos una pequeña
elevación del hígado, como para quitar cualquier tensión y pedimos al paciente que reproduza los
movimientos más restringidos y/o dolorosos. Valoramos si existe algún cambio. De mejorar el
síntoma o la movilidad, sabremo que el hígado se encuentra involucrado en alguna cadena
lesional, o puede incluso que sea el causante de esta.
Este test se puede reproducir con cualquier víscera.
TRATAMIENTO
EL ESTÓMAGO
EVALUACIÓN
Escucha diferencial
Evaluación de la movilidad
TRATAMIENTO
Por supuesto, las técnicas que hemos realizado con el hígado son válidas para el
estómago, como para cualquier otra víscera.
COLON
TRATAMIENTO
La técnica ya explicada para las restricciones de las paredes laterales del peritoneo
sirve para este propósito también.
INTESTINO DELGADO
Comienza en el píloro, al final del estómago,
y llega hasta la válvula ileocecal (inicio del intestino
grueso). Tiene tres partes diferenciadas: duodeno,
yeyuno e íleon. Absorben nutrientes y agua, y
completa la digestión química de los hidratos de
carbono, las proteínas y las grasas. El duodeno se
considera retroperitoneal funcionalmente (la porción
posterior de su peritoneo parietal se desestructura
durante el desarrollo). El complejo yeyuno-íleon se
une a la pared abdominal por medio del
mesenterio, que le convierte en una estructura muy
móvil. Cualquier restricción causada por fibrosis,
espasmoos intestinales, etc. afecta a dicho
movimiento, así como al flujo de sangre en la zona
(puede afectar al colon y al sistema venoso que drena la pelvis y las extremidades inferiores).
Está cubierto por el epiplón mayor en su cara anterior, el mesocolon transverso en su polo
superior, la pared abdominal posterior y los riñones en su parte posterior, y el colon ascendente y
descendente en sus laterales. El aspecto inferior se relaciona con la vejiga. Las asas intestinales
deben deslizarse entre sí.
La raíz mesentérica, objeto de especial atención, se relaciona con la aorta, l avena cava
inferior, el posas y con algunos vasos del sistema urogenital
Restricciones esqueléticas asociadas:
- T10 a L2
CURSO DE VALORACIÓN Y TRATAMIENTO DEL SISTEMA FASCIAL
56 CURSO DE VALORACIÓN Y TRATAMIENTO DEL SISTEMA FASCIAL
- Dolor en la parte inferior de la espalda
- Ciática izquierda
- Dolor articular en las extremidades inferiores
- 6ª costovertebral derecha (para el duodeno)
TRATAMIENTO
LOS RIÑONES
Son órganos clave para la desintoxicación del cuerpo. Tienen una gran actividad
metabólica, y sus disyunciones pueden tener un origen metabólico y también mecánico. Los
riñones poseen una amplia movilidad: se mueven con la respiración, con la deambulación y al
correr, siguiendo el vientre del posas como raíl.
Se relacionan con multitud de órganos:
Riñón derecho con el hígado, el duodeno y el colon transverso (por su cara anterior), y con
el diafragma, el psoas, el cuadrado lumbar y el transverso del abdomen (por su cara posterior).
Riñón izquierdo con el bazo, el estómago, el páncreas, el ángulo duodenoyeyunal y el
colon (en su cara anterior), y con el psoas, el diafragma, el cuadrado lumbar y el transverso del
abdomen (en su cara posterior).
Sus restricciones esqueléticas asociadas son:
- T7, T11, T12 y sus costillas asociadas
- L1 a L4
- Cadena lesional descendente que involucra al ilíaco, la articulación tibiofibular, rodilla,
nivelar, 1ª cuña y 5ª metatarsiano. Sobre todo en el lado derecho.
- Articulación sacroilíaca
- Hombros
- El riñón izquierdo puede causar problemas en el cóccix, la 1ª costilla izquierda y la
columna cervical en ese mismo lado.
- Dolor en la zona femoral, abdominal y genital, por atrapamiento nervioso en la relación
psoas-riñón.
VALORACIÓN
TRATAMIENTO
EL TÓRAX
En apariencia, es una superficie rígida, ya que lo forman superficialmente un gran número
de huesos. Sin embargo, están unidos entre sí por un sinfín de articulaciones (más de 150) que le
confieren una gran elasticidad. Deben moverse libremente con la respiración, al tiempo que
permiten el deslizamiento de las estructuras alojadas dentro. En el interior de dicho “armazón
duro” se encuentra el contenido visceral (pulmones y corazón, fundamentalmente), y su sistema
de sujeción: fascia y ligamentos, que anclan las vísceras a la parte ósea y articular. La movilidad
de las estructuras viscerales es muy amplia, y cualquier problema en una articulación torácica
puede afectar a la movilidad del contenido visceral. También un problema visceral puede influir en
la movilidad del tórax óseo (una infección pulmonar, por ejemplo).
Las causas más comunes de restricciones en el tórax tienen uno de estos orígenes:
- Obstétrica: tortícolis congénita, por ejemplo
- Traumática: caídas, golpes en el pecho o en un hombro
- Visceral: infecciones, tensiones mecánicas por malas posturas,…
- Quirúrgica
- Tumores
Todas las restricciones torácicas tienen efectos en el canal de entrada (división entre el
cuello y el tórax) y en el de salida (diafragma respiratorio). Estas son zonas importantes para el
paso de líquidos corporales, ya sea sangre, linfa, contenido esofágico,etc.
1. Fascia superficial: es muy fina y laxa. Contiene el músculo platisma, así como
una gran cantidad de vasos linfáticos. El platisma funciona como un músculo de la expresión
facial, pero también tiene un importante papel como activador de la circulación de retorno venosa,
ya que su contracción dilata sobre todo la vena yugular superficial (ayuda en este cometido a la
lámina prevertebral). Se inserta superiormente en el reborde mandibular, desde donde desciende,
insertándose en el hioides, reborde clavicular y manubrio esternal. Envaina a los músculos
En el opérculo torácico:
En el tórax:
TRATAMIENTO
En primer lugar, haremos una escucha pasiva de los cartílagos y las articulaciones
esternocondrales y costocondrales. Hacemos un tratamiento de los ligamentos que notemos
activos en la escucha, o de los músculos intercostales más restringidos.
A continuación, evaluamos la elasticidad de la parrilla costal de manera global. Haremos
un tratamiento global, ayudándonos de la respiración. Colocamos las dos manos en un mismo
lado del tórax, y aprovechamos la espiración para testar las costillas en todas las direcciones:
hacia la linea media, hacia craneal y caudal, y realizando rotación anterior y posterior. Repetimos
el tratamiento en el otro lado, y comprobamos que está más blanda a la compresión.
Nos situamos en la espalda del paciente, rodeando el tórax con los brazos. Ponemos los
dedos por debajo de las arcadas costales, justo donde terminan las costillas. Introducimos los
dedos en dirección a los pilares anteriores del diafragma. A continuación intentamos acercarnos a
la linea media, buscando el centro frénico. La presión debe ser muy suave para no producir un
espasmo reflejo del diafragma. Permitimos pequeños movimientos de ajuste del tronco
Se realiza de la misma forma que en el sacro. Las conclusiones son las mismas: cuando
no admite bien la compresión, existe una restricción del armazón duro. Si la descompresión es
lenta, asimétrica o el esternón rota, estaremos ante tensiones provenientes del interior del tórax.
También puede hacerse un acompañamiento en inducción al comprimir y descomprimir
como técnica de continuidad al test.
LOS PULMONES
Son dos estructuras huecas, situadas en el interior de la caja torácica. Están recubiertos
por la pleura, y se relacionan con las costillas, el diafragma y el mediastino. Tiene varias
funciones: realizar el intercambio gaseoso con el aire (función respiratoria), ejercer de filtro
externo, acciones metabólicas, etc.
El pulmón izquierdo es más pequeño y más ligero que el derecho, y está dividido en dos
lobulos (a diferencia del derecho, que tiene tres).
Sus restricciones esqueléticas asociadas son (Incluyendo las de la pleura)
- Dolor de las costillas 1 a 11
- C6-C7-D1 (por la inserción de los ligamentos de la cúpula pleural)
- D11-D12-L1-L2 y costillas 11 y 12 (pleura inferior y pulmón inferior)
EL CORAZÓN
Es un órgano muscular situado en la caja torácica, entre los pulmones. Funciona como
bomba aspirante-impelente de sangre, haciendo posible que llegue la sangre oxigenada a todo el
organismo, y que vuelva para volverse a oxigenar en los pulmones. Está protegido por el
pericardio, que es la cubierta más externa. Más profundo se sitúan el miocardio, que es la parte
muscular, y el encorado, que es una membrana serosa y que es la parte que contacta
directamente con la sangre. La estructura miocárdica se corresponde con la de un único músculo
enrollado sobre sí mismo.
TRATAMIENTO
SISTEMA NEUROMENÍNGEO
Las meninges constituyen un sistema membranoso que recubre el sistema nervioso
central. Consta de tres membranas:
1. Piamadre: la más interna, pegada a las estructuras del sistema nervioso central.
Externamente a ella se sitúa el espacio por donde circula el líquido cefaloraquídeo. Está muy
vascularizada.
2. Aracnoides: es la membrana intermedia. A través de ella pasan multitud de vasos
perforantes que se dirigen hacia la piamadre.
3. Duramadre: íntimamente ligada a la anterior. Se relaciona con el periostio a nivel
craneal, en el que tiene anclajes. En el tubo neural, limita externamente con el espacio epidural.
Además, posee inserciones óseas fijas en el agujero magno occipital y el sacro (nivel S2), así
como expansiones fibrosas hacia el músculo recto posterior menor (puente miodural), y el
ligamento amarillo. La duramadre posee una vasta red
de receptores sensoriales que envían su información a
través del nervio trigémino, principalmente. La fosa
craneal posterior también está enervada por el nervio
vago y por ramas de C1 a C3. Una posible causa de
cefalea puede ser la irritación de estas ramas
nerviosas sensitivas causada por tensiones en la
propia membrana.
Síndrome Meníngeo:
Bajo este nombre se incluyen todos aquellos procesos que producen irritación en las
meninges. Tradicionalmente, se consideran manifestaciones derivadas de procesos graves, ya
sea de origen inflamatorio (por infección de algún tipo), como no inflamatorio (traumatismo,
neoplasia, hemorragia, …). Sin embargo, la coincidencia de los signos y síntomas que ocasiona
en individuos que no poseen este tipo de patología, hace pensar que la tensión mecánica
producida por factores traumáticos resueltos sin secuelas, pueda producir este tipo de
manifestaciones, que incluso aparecen mucho tiempo después de haberse producido el
traumatismo. Dichas manifestaciones son:
- Cefalea, con o sin sensación de náusea e incluso vómito
- Hipersensibilidad a estímulos
1. Sensoriales: a la luz y el sonido
2. Sensitivos: hiperestesia cutánea, rechazo al contacto
3. Vegetativas: aparición al roce de una línea pálida que enrojece rápidamente
- Trastornos de los pares craneales
- sensación de embotamiento
- Rigidez en la columna vertebral (muy marcada en la nuca)
- Espasmofilia generalizada (incluyendo los músculos de la cara)
- Dolor neuropático
Existen algunos indicadores que nos marcan un problema grave: instauración rápida y
aguda de los signos y síntomas, edad temprana o edad avanzada, fiebre, cuadro confesional,
letargia, coma.
EL CRÁNEO ÓSEO
TRATAMIENTO DE LA ATM
Sirve como técnica de valoración y de tratamiento. Una mano se sitúa en el frontal y la otra
en el occipital, estabilizando las vértebras cervicales (sólo actúa el borde radial de la mano). Una
alternativa es colocar la mano del occiptal paralela a la del frontal. Lo que hacemos es aproximar
levemente las dos manos, siguiendo el contorno de la cabeza, y buscando profundidad (no
arrugamos la piel de la cabeza). Por el camino podemos notar que las manos se van con más
facilidad a uno de los dos lados (como si existiese un tirón hacia la izquierda o hacia la derecha).
Acompañamos hacia donde nos lleva el tirón, y esperamos a que el punto se relaje. se sentirá
primero que no admite más compresión y, después, que nos expulsa. a veces con intensidad.
Podemos repetirlo varias veces, siempre respetando el ritmo que el propio cuerpo nos pide, sin
apretar más de la cuenta.
Exploramos las relaciones entre la zona del anillo fibroso y las lineas de tensión que se
desarrollan a partir de él. Lineas anteriores (a la cara, el cuello, alguna víscera,…), laterales (hacia
los temporales, los escalenos, los hombros, los codos, las manos y las extremidades inferiores),
posteriores (hacia cualquier vértebra o grupo vertebral y los músculos del tórax posterior)
INTEGRACIÓN PARIETALES-SACRO
RELACIONES FASCIALES:ESQUEMAS
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA