Professional Documents
Culture Documents
El cuerpo para la medicina es un aparato que cumple varias funciones y está constituido
por partes que conforman sistemas, los cuales se condicionan recíprocamente y deben
funcionar en un normal equilibrio. Si esto falla se producen las enfermedades, las cuales
son observadas, descritas y clasificadas por los médicos. El cuerpo en la medicina esta
inscrito en el orden de lo real, por lo tanto, no particularizan a las personas ya que para
ellos todos los cuerpos son iguales.
Y el psicoanalisis como actua?? Hay que agregar aquí una descripción al respecto
La Maternidad
Debido a esto, el embarazo moviliza fantasías infantiles con relación a las figuras
parentales ya que la mujer actualiza la relación con su propia madre y la posición que
asumía su padre con ella durante la infancia. Estos factores, por tanto, cuestionan la
posición que se debe ocupar frente al hijo que nace, pues como se vio anteriormente, la
misma depende de la vivencia infantil por la que atravesó la mujer.
Asi Freud, en sus artículos sobre sexualidad femenina, establecerá su idea de que el
deseo de un hijo viene a suplir en la mujer la falta de pene, cuya salida “normal” del
complejo de Edipo seria por vía de la maternidad y que la niña se acerca al padre no por
razones eróticas, sino para que este le dé un niño (Freud, S, 1931). Sin embargo, la
maternidad sera un tiempo critico
Mujer vs Madre
- Finalmente, se tiene una dimensión real, donde la madre se presenta sometida también
a la castración. (si agregas referencias bibliograficas aca estaría excelente)
Lacan considera madre y mujer como dos posiciones opuestas. La madre se define por
el tener y la mujer por el sacrificio de no tener. Se desarrollara esta ultima en el
apartados siguiente.
Feminidad
Lacan, sin embargo, liga este aspecto al complemento de la castración, por lo que se
constituye en una posicion no femenina. Para Lacan, por el contrario, ser mujer es ser
complemento de la castración masculina, y esto no implica la posicion femenina.
Cuando hay complementariedad entre el deseo masculino y el ser femenino se pone en
juego un revestimiento fálico no femenino. El ejemplo especifico de esto es la
mascarada, donde la mujer se posiciona como objeto del fantasma del hombre.
Por lo cual “la feminidad es el lugar donde se entrecruza el inconsciente con la cultura”:
así el auténtico enigma no es la feminidad, pues no es más que el significante de una
realidad ineludible e inexplicable como la muerte; si no que el enigma de la feminidad
remite directamente al enigma de la diferencia sexual. “en esta manera el devenir de la
feminidad está en intersección de las exigencias que supone la función sexual de la
mujer y organiza, en cuanto tal, su deseo; es una realidad por la que distingue del
individuo anatómicamente femenino” (Tendlarz, Silvia, 2002). (no se entiende mucho
esta cita, la cuestion es que muestres aca la diferencia entre la feminidad como no
toda fálica)
Histeria
Los síntomas conversivos van acompañados de la queja, la cual se puede entender como
una modalidad de llamado al Otro. Esta demanda se plantea como un ofrecimiento al
deseo del Otro, un significante que se ofrece para ser revelado por el Otro: "La histérica,
al ofrecer su síntoma al saber del Otro, se ofrece como síntoma". (Histeria y Obsesión,
1987).
Lacan, retorna la teoría freudiana, explicando la estructura histérica, a partir del caso
Dora expuesto por Freud. El psicoanalista francés indica que el caso está expuesto en
base a una serie de inversiones dialécticas, en las que se transmuta para el sujeto la
verdad y su posición misma como sujeto. En un primer desarrollo, Dora se adentra en
una interpelación, manifestando el largo amorío de su padre con la Sra. K, entregada
ella misma sin defensa al galanteo del Sr. K, convirtiéndose en un objeto de
intercambio. La interrogación de Freud a Dora sobre su participación en este hecho,
posibilita una primera inversión dialéctica, la que, al mismo tiempo, posibilita un
segundo desarrollo de verdad, en el que se devela la estructura de intriga que cubría la
máscara sintomática de Dora, pues se hace patente que su participación activa y
vigilante permite prolongar la relación de los amantes.
La atracción fascinada de Dora hacia la Sra., K, deviene en pregunta para Freud: ¿por
qué Dora se siente subyugada por esta otra mujer? Esta pregunta le supone a Lacan una
inversión dialéctica trascendental para pensar a la histeria: "La que nos daría el valor
real del objeto que es la Sra. K...para Dora. Es decir, no un individuo, sino un misterio.
el misterio de su propia femineidad, queremos decir de su femineidad (..) corporal"
(LACAN, 1957).
Lo que sostiene el síntoma histérico, es este síntoma que representa algo que está en
medio: "Podríamos decir que lo que esta incrustado en el cuerpo a través del síntoma es
el objeto disparador del deseo (..) representa el falo" (LACAN, 1977).
En este seminario se discurre también en la función del padre: el padre debería dar
simbólicamente el objeto faltante, pero la carencia fálica lo imposibilita y lo que viene
al lugar de dicha falta es el amor. Lo que se pide y vale como signo de amor es
proporcional al estado de impotencia paterna. La histérica toma a su cargo la división
subjetiva para salvar al padre. Esto último constituye una paradoja que la estanca en la
impotencia puesto que al haber descubierto su castración, sin embargo es a la vez
solidaria con él, sosteniéndolo como descante.
"el sujeto histérico es aquel que tiene el mérito de mantener en la institución discursiva
la pregunta por lo que constituye la relación sexual" (LACAN, 1969) Por este motivo, le
interesa la relación del amo con el goce, a los fines de que produzca saber sobre el goce
sexual. Es así que en el discurso de la histeria el sujeto se dirige hacia este saber: "Lo
que la histérica quiere, en el límite, que se sepa, es que el lenguaje no alcanza a dar la
amplitud de lo que ella, como mujer, puede desplegar con respecto al goce". Por otra
parle lo que le importa, es que se sepa el valor que ella tiene como objeto (a) en el
contexto de discurso. (LACAN, 1969)
El Sujeto
"El Otro es el lugar donde se sitúa la cadena del significante que rige todo lo que del
sujeto podría hacerse presente; es en el campo de ese ser viviente donde el sujeto tiene
que aparecer. Y he dicho que es por el lado de ese ser viviente, llamado a la
subjetividad, donde se manifiesta esencialmente la pulsión" (Referencia bibliográfica)
El sujeto depende del significante, el cual se encuentra primero en el campo del Otro. Al
encontrar ese significante, se hace él mismo significante; es decir, se identifica. En la
operación de alineación el sujeto encuentra su insignia. Según Lacan:
"La desaparición y aparición del sujeto en el lenguaje se describe como una operación
de la alineación que condena al sujeto que solo aparecer en esa división; es decir, que
aparece como sentido producido por el significante del lugar del Otro".
Entonces, se puede afirmar que el sujeto es efecto del lenguaje; "el sujeto es un sujeto
sólo en virtud de esa sujeción al campo del Otro"; por lo tanto, lo que debe hacer como
hombre o como mujer, el ser humano lo tiene que aprender por entero del Otro.
Según Lacan: "el sujeto no se refiere a ninguna entidad biológica ni sociológica, sino
que el sujeto aparece en el campo del lenguaje”; es decir, en el registro simbólico, el
momento en que aparece el sujeto en la cadena significante corresponde al momento de
la diferenciación entre consciente e inconsciente.
En un recién nacido, lo primero que se puede percibir es que este es un ser insuficiente,
en el sentido de que este no puede valerse por sí mismo; depende de “alguien para poder
vivir”. Es un ser signado por la necesidad, el llanto, para que alguien colme dicha
necesidad. La naturaleza simbólica de los gritos del infante, llevan a Lacan a articular lo
que es la demanda, es decir que la demanda cumple doble función, además de expresar
una necesidad se convierte en una demanda de amor.
“Entonces, como la función simbólica del objeto como prueba de amor, deja en
la sombra su función real de satisfacer una necesidad, también la dimensión
simbólica de la demanda (como demanda de amor) eclipsa su función real como
articulación de la necesidad”. (Dylan, E, 1996)
El Otro
Es la madre quien ocupa la posición del “Gran Otro” para el niño en primera instancia,
es quien representa al tesoro significante, que introducirá al niño al mundo simbólico.
El síntoma
“que los síntomas crean un sustituto para la satisfacción frustrada. Donde el síntoma
será lo que repite de algún modo aquella modalidad de satisfacción de su temprana
infancia, desfigurada por la censura que nace del conflicto, que provoca una sensación
de sufrimiento y mezclada con elementos que provienen de la ocasión que llevo a
contraer la enfermedad” (Freud, 1898).
Para Lacan el síntoma tiene relacion con el registro de lo real. Es asi que se puede
afirmar que: “el síntoma es lo que no funciona en lo real “sin embargo no es la única
vertiente de concepción sobre el síntoma. Hay otra que formula, al síntoma como lo que
no funciona en el discurso del amo, es decir, frente a los mandatos, órdenes y leyes
existentes para ordenar los vínculos sociales en cualquier instancia y que establecen
normas de funcionamiento, se origina el síntoma. Si todo marcha bien según estas
reglas, no hay síntoma, pero cuando algo no funciona, se ubica como sintomático.
Freud y Lacan, refieren que el síntoma tiene una estructura de mensaje pues algo en él
se articula, posee una significación que proviene desde el lugar del código, es decir que
viene desde el lugar del Otro; es como una transacción entre una representación
inconsciente y la represión, es así que de una manera disfrazada logra, pasar la
representación inconsciente.(la referencia es de Indart)
Pubertad y Adolescencia
El adolescente se presenta como un sujeto muy singular, pues tiene una conflictiva muy
particular. En esta etapa deviene una crisis del sujeto con el entorno familiar, social, y
con el cuerpo. En ocasiones las palabras no alcanzan a decir todos los cambios que le
suceden al sujeto, siendo este el punto fundamental de la conflictiva:
“Este despertar a la nueva sexualidad, cursa siempre con sorpresa y angustia, por el
encuentro con un real para el que el sujeto no tiene explicación. Entendemos por lo
real, aquello que no puede ser descrito por las palabras”, (De la torre, 2008).
El impacto biológico tendrá lugar en el cuerpo del sujeto y en su psiquismo. Por otro
lado, en esta etapa el sujeto se concentra en la búsqueda de un objeto sexual frente a lo
cual indudablemente emergerá la angustia, puesto que se enfrenta a otro, pues ya no se
queda en su soledad auto erótica infantil:
Por otro lado, la adolescencia es concebida como una transición, un pasaje donde se
produce una reestructuración de las coordenadas de la vida de un sujeto en su relación
con el discurso de los padres y la familia, con sus pares, con el otro sexo, con el saber,
con su cuerpo y en su posición subjetiva en general”. (Tirado, 2015).
Una de las precursoras en esta técnica, fue Melanie Klein, quien establece que es
posible e indispensable conducir el análisis de niños, por la vía de profundizar la
situación edípica. Por tanto, trabaja con los imagos y fantasías más primarias como
causantes de la angustia en el niño;
“Sí emprendemos el análisis de niños con la mente abierta, podemos descubrir caminos
y medios para explorar las profundidades más recónditas y por los resultados de estos
procedimientos podemos darnos cuenta de cual es la verdadera naturaleza del niño, y
vemos que no es necesario imponer restricciones algunas al análisis tanto en l que
respecta a la profundidad como en l que respecta al método con el que trabajemos”
(Simposio sobre el análisis infantil, 1927, Klein Melanie)
Rosine y Robert Lefort, por su parte, mencionan que “es en la clínica donde se prueba
que el psicoanálisis tiene efectos sobre lo real a partir de lo simbólico”, (Lefort, R. pág.
46) Según estos psicoanalistas mediante la interpretación bajo transferencia se puede
conseguir una modificación subjetiva en los niños.
El juego
En “Más allá del principio de placer”, Freud sostiene que el juego le sirve al niño para
repetir las experiencias que lo impresionaron, logrando así una forma de la “necesaria”
descarga energética, que le permita regresar al estado de equilibrio psíquico
(homeostasis).
En "Más allá del principio de placer" Freud incluye al juego en las serien de las
formaciones inconscientes. El juego le permite al niño expresar sus experiencias más
profundas y subjetivas; nos va a aportar datos sobre sus relaciones. su visión sobre el
mundo adulto, nos va a dar cuenta acerca de su forma de expresarse. su creatividad y el
desenvolvimiento frente a distintas situaciones del mundo real manifestadas por medio
de lo lúdico. El juego se presenta como una sustitución y al igual que la palabra,
funciona acotando o transformando le relación del sujeto con lo real.
Aunque Freud no realiza específicamente una teoría sobre el juego, descubre aquello
que lo determina y de lo que es efecto. Por esto en el juego se despliegan: fantasías.
compulsión a la repetición. identificaciones, poder mágico de palabras y actos,
posibilidad de sustitución. omnipotencia y sublimación, todos componentes que dan
cuenta del funcionamiento psíquico del niño.
El jugar infantil elabora lo que insiste, el armado de una historia, por medio de un
dibujo o una dramatización le permite al niño repetir una escena que puede referir al
conflicto o trauma infantil. Siguiendo lectura de algunos textos de Freud y de Lacan, y
la interpretación que de ellos nos aporta Miller en su enseñanza, se va a partir de la
siguiente formulación: el juego es un aparato de goce. Esto quiere decir que pensar el
juego como aparato, permite acentuar el valor de instrumento y de artefacto. ya que
podemos definir el término aparato como el conjunto de instrumentos útiles para
ejecutar un trabajo. De esta manera está de entrada conectado a una finalidad de goce.
donde lo que propone es pensar esencialmente al lenguaje como un aparato del goce a
través del cual se aborda la realidad.
Surge una nueva pregunta: ¿Para qué sirve el juego? Para responder a esta pregunta es
menester recordar que la tarea del aparato psíquico es ligar le energía a las
representaciones, es decir, anudar significante y pulsión. Entonces se distinguen dos
modalidades por las cuales se realiza esta ligadura: la primera. aquella que aparece bajo
le forma de irrupción traumática. La irrupción traumática o irrupción pulsional es la
emergencia de enormes cantidades de energías que el aparato no consigue ligar vía las
representaciones. La segunda la representa bajo la forma del juego infantil. para resaltar
otro modo de tratamiento de lo pulsional, en el que se logra anudar la pulsión a la
representación.
Neurosis infantil
No olvidemos que Freud deduce la existencia de la Neurosis infantil a partir de su
trabajo con los analizantes adultos y es en un segundo tiempo que va a confirmar su
existencia en los niños, como lo prueba el texto de Freud sobre el pequeño Hans
(Análisis de la fobia de un niño de 5 años, 1909) Por tanto podemos tomar a la Neurosis
infantil como un concepto bisagra entre la clínica infantil y la de adultos, o dicho de otra
manera: no se alcanza el estatuto de sujeto adulto hasta que no se ha atravesado la
Neurosis infantil, independientemente de la edad que el sujeto tenga.
La Neurosis infantil es el tiempo que el sujeto necesita para elaborar el encuentro con la
castración, con la falta fundamental, irreparable. Pues la subjetivación de la castración
es una condición necesaria para el logro de una construcción psíquica acabada. Es por
tanto un proceso que tiene un comienzo y un final, como veremos. El comienzo vendrá
marcado por el encuentro del sujeto infantil con la falta en el Otro, y el final se alcanza
cuando se consigue una salida adecuada para esa castración ya subjetivada, una salida
que no es otra que la represión de la castración. ¿por qué la represión es la salida
adecuada? porque es la que permite construir una estructura neurótica normal, sobre la
que asentar un funcionamiento de sujeto adulto normal. Insistimos en la noción de la
salida por la represión. Por otra parte, a lo largo de la Neurosis infantil se juega la
culminación de la sexualidad infantil, diferenciándose lo que es sexualidad de sexuación
(la diferenciación entre hombre y mujer), y estableciéndose la elección de posición
sexual de cada uno.
La perspectiva freudiana nos enseña a abordar este encuentro con la castración de forma
articulada con el complejo de Edipo, pues Freud aísla en su investigación clínica sobre
la neurosis del adulto un doble complejo entrelazado: el complejo de Edipo y el
complejo de castración. El sujeto infantil se encontraría confrontado de forma necesaria
a este doble complejo entre los 3 y los 6 años aproximadamente. Este encuentro tiene
siempre un carácter traumático, doloroso, por lo que transcurre a modo de una grave
crisis existencial y cursa con síntomas más o menos agudos, en particular miedos,
terrores nocturnos, fobias transitorias, manías obsesivas transitorias y angustia, que en
la mayoría de los casos acaban cediendo espontáneamente. El niño tendrá que
desarrollar un arduo trabajo psíquico de elaboración y construcción para encontrar la
salida adecuada a ese doble encuentro.
Freud va precisando mejor su noción de Neurosis infantil, “el niño no puede cumplir su
evolución hacia la civilización sin pasar por una fase más o menos acentuada de
neurosis…La mayoría de estas neurosis desaparecen espontáneamente cuando el niño
crece” (Freud, 1927).
Lacan reformula la Neurosis infantil freudiana a partir de sus propias categorías, pero
concede el mismo lugar principal a la Neurosis infantil dentro de la teoría y clínica
psicoanalíticas. Lacan en el Seminario I cuando está debatiendo acerca de la Neurosis
infantil del Hombre de los lobos en el cap. 15 titulado El núcleo de la represión acerca
de la Neurosis infantil del Hombre de los lobos, en la que recordemos se trata de
elaborar el trauma infantil provocado por la visión temprana del coito a tergo entre los
padres. “¿Qué ocurre (en este sujeto) entre los 3 años y 6 meses y los 4 años? Ocurre
que el sujeto aprende a integrar los acontecimientos de su vida en una ley, en un campo
de significaciones simbólicas. Es por ello que esta neurosis infantil es exactamente lo
mismo que un psicoanálisis.” (Seminario 1, Paidós, pg. 282-283)
De lo dicho hasta aquí podemos deducir que la Neurosis infantil es un periodo neurótico
ordinario, necesario, que todo sujeto debe atravesar para poder devenir un adulto bien
construido. Por lo tanto, lo habitual es que dicha Neurosis infantil tenga un comienzo y
un final. El final se produce cuando el niño logra construir un fantasma que incluya la
castración, lo que acostumbra a darse entre los 5 y los 7 años. Una versión de este
fantasma es la “novela familiar” del sujeto, a saber: una construcción post edípica con la
que se pone fin a la Neurosis infantil. Esta construcción en la que el niño pone en duda
su filiación le permite abandonar la idea de los padres ideales y conformarse con los
padres de la realidad. Finalizada la Neurosis infantil el niño entra en la etapa de latencia
caracterizada por un enfriamiento de la sexualidad y un desarrollo de los intereses
intelectuales y sexuales, a la espera que con el despertar de la adolescencia el sujeto esté
en condiciones de disponer de todos los recursos del adulto para afrontar con plena
responsabilidad y capacidad de acto la posición sexual elegida y los retos individuales y
sociales propios del humano adulto. En la Neurosis infantil se trata de pasar de ser el
objeto del deseo o goce del Otro maternal a ser sujeto de un deseo propio, un deseo
responsable y anudado a la ley.