You are on page 1of 24

1

CONTIENDA LITERARIA ENTRE LOPE DE VEGA, GÓNGORA Y QUEVEDO

I. LOPE DE VEGA Y GÓNGORA

1. El romancero

«Ensíllenme el potro rucio


del Alcaide de los Vélez;
denme la adarga de Fez
y la jacerina fuerte;
una lanza con dos hierros, 5
entrambos de agudo temple;
aquel acerado casco,
con el morado bonete
que tiene plumas pajizas
entre blancos martinetes, 10
y garzotas medio pardas,
antes que me vista, denme.
Pondréme la toca azul
que me dio para ponerme
Adalifa la de Baza, 15
hija de Celin Hamete,
y aquella medalla en cuadro
que dos ramos la guarnecen,
con las hojas de esmeralda,
por ser los ramos laureles; 20
y un Adonis que va a caza
de jabalíes monteses,
dejando su diosa amada,
y dice la letra: ‘Muere’»
Esto dijo el moro Azarque, 25
antes que a la guerra fuese,
a aquel discreto animoso,
a aquel galán y valiente,
Almoralife el de Baza,
de Zulema descendiente, 30
caballeros que en Granada
paseaban con los reyes.
Trajéronle la medalla,
y sospirando mil veces,
del bello Adonis miraba 35
la gentileza y la muerte.
«Adalifa de mi alma,
No te aflijas, ni lo pienses:
viviré para gozarte;
gozosa vendrás a verme. 40
Breve será mi jornada;
2

tu firmeza no sea breve:


procura, aunque eres mujer,
ser de todas diferente.
No te parezcas a Venus, 45
aunque en beldad le pareces,
en olvidar a tu amante
y no respetalle ausente.
Cuando sola te imagines,
mi retrato te consuele, 50
sin admitir compañía
que me ultraje y te desvele;
que entre tristeza y dolor
suele amor entremeterse,
haciendo de alegres tristes, 55
como de tristes alegres.
Mira, amiga, mi retrato,
que abiertos los ojos tiene,
y que es pintura encantada
que habla, que vive y siente; 60
acuérdate de mis ojos
que muchas lágrimas vierten,
¡y a fe que lágrimas suyas,
pocas moras las merecen!»
En esto llegó Gualquemo 65
a decille que se apreste,
que daban priesa en la mar
que se embarcase la gente.
A vencer se parte el moro,
aunque gustos no le vencen; 70
honra y esfuerzo le animan
a cumplir lo que promete.
Lope de Vega

«Ensíllenme el asno rucio


de el alcalde Antón Llorente,
denme el tapador de corcho
y el gabán de paño verde,
el lanzón en cuyo hierro 5
se han orinado los meses,
el casco de calabaza
y el vizcaíno machete,
y para mi caperuza
las plumas del tordo denme, 10
que por ser Martín el tordo,
servirán de martinetes.
Pondréle el orillo azul
que me dio para ponelle
3

Teresa la del Villar, 15


hija de Pascual Vicente;
y aquella patena en cuadro,
donde de latón se ofrecen
la madre del virotero
y aquel Dios que calza arneses, 20
tan en pelota, y tan juntos
que en nudos ciegos los tienen,
al uno redes y brazos
y al otro brazos y redes;
cuyas figuras en torno 25
acompañan y guarnecen
ramos de nogal y espigas,
y por letra: Pan y nueces.»
Esto decía Galayo
antes que al Tajo partiese; 30
¡aquel yegüero llorón,
aquel jumental jinete,
natural de do nació,
de yegüeros descendiente,
hombres que se proveen ellos, 35
sin que los provean los Reyes!
Trajéronle la patena,
y suspirando mil veces
del Dios garañón miraba
la dulce Francia y la suerte. 40
Piensa que será Teresa
la que descubren y prenden
agudos rayos de invidia,
y de celos nudos fuertes:
«Teresa de mis entrañas, 45
no te gazmies ni ajaqueques;
que no faltarán zarazas
para los perros que muerden.
Aunque es largo mi negocio,
mi vuelta será muy breve, 50
el día de san Ciruelo
o la semana sin viernes.
No te parezcas a Venus,
ya que en beldad le pareces,
en hacer de tantos huevos 55
tantas frutas de sartenes.
Cuando sola te imagines,
para que de mí te acuerdes,
ponle a un pantuflo aguileño
un reverendo bonete. 60
Si creciere la tristeza,
4

una lonja cortar puedes


de un jamón, que bien sabrá
tornarte, de triste, alegre.
¡Oh, cómo sabe una lonja 65
más que todos cuantos leen,
y rabos de puercos más
que lenguas de bachilleres!
Mira, amiga, tu pantuflo,
porque verás, si lo vieres, 70
que se parece a mi cara
como una leche a otra leche.
Acuérdate de mis ojos,
que están, cuando estoy ausente,
encima de mi nariz 75
y debajo de la frente. »
En esto llegó Bandurrio
diciéndole que se apreste;
que para sesenta leguas
le faltan tres veces veinte. 80
A dar, pues, se parte el bobo
estocadas y reveses,
y tajos, orilla el Tajo,
en mil hermosos broqueles.
Luis de Góngora y Argote
***************************

A vos digo, señor Tajo,


el de las ninfas y ninfos,
boquirrubio toledano,
gran regador de membrillos;
a vos el vanaglorioso . 5
por el extraño artificio,
en España más sonado
que nariz con romadizo,
famoso entre los poetas,
tan leído como escrito, 10
y de todos celebrado
como el día del domingo,
por las Musas pregonado
más que jumento perdido,
por río de arenas de oro, 15
sin aureolas cernido;
llamado sois con razón
de todos sagrado río,
pues que pasáis por en medio
del ojo del Arzobispo. 20
Vos que en las sierras de Cuenca
5

(mirad qué humildes principios)


nacéis de una fuentecilla
adonde se orina un risco;
Vos, que por pena cada año 25
de vuestros graves delictos,
os menean las espaldas
más de ducientos mil pinos,
acordaos de todo aquesto,
y bajad el toldo, amigo, 30
cuando furioso regáis
los jardines de Filipo,
cuando sean vuestras aguas
munición de cien mil tiros,
admiración de los ojos, 35
y batería de castillos;
cuando vuestras aguas sean
relojes de peregrinos,
que miden el Sol por cuartos
y la Luna por sus quintos; 40
cuando mil nevados cisnes
pasen vuestros vados fríos,
cuando beban vuestras aguas
mil ciervos de Jesu Cristo.
Luis de Góngora y Argote

Bien pareces, padre Tajo,


que vuestros humildes hijos
lejos de aquestas riberas
viven en campos elíseos,
pues se atreven a las canas, 5
ceñidas de lauro y mirto,
a quien dan primero asiento
en la mar, fuentes y ríos,
que a vos el rey de las aguas,
porque pagáis como rico 10
en arenas de oro el censo,
virrey en España os hizo.
De perlas os dio el tusón
y de armas de jacintos,
el tridente de cristal 15
y el aposento de vidrio.
Lo que sois se ve muy bien
en un privilegio antiguo,
con el sello de coral
pendiente en dorados filos. 20
Gran locura fue querer
saber si sois bien nacido,
6

y de las sierras de Cuenca


daros por asiento el sitio.
Y por ser desto fiscal 25
Guadalquivir el morisco,
que a lo menos, si es hidalgo,
no lo dice el sobreescrito,
con vos se quiere igualar
y con su árabe apellido, 30
que a pesar de tantos tiempos,
guardáis el nombre latino;
con vos, que entráis en la Iglesia
viviendo en aljibes fríos,
sin que el estatuto os eche 35
por hereje ni judío.
No importa que vos reguéis
amacenas y membrillos,
pues él riega seca arena,
yerba, adelfas y lantiscos. 40
Y si tiene por milagro
que da humor a tanto olivo,
vos tenés vegas famosas
copiosas de rojos trigos.
Si besa tan arrogante 45
los muros de Hermenegildo,
¿qué le falta a los de Wamba,
de Leocadia defendidos?
Si se precia de traer,
en los indianos navíos, 50
piedras, oro, plata y perlas,
brasil y grana y zafiros,
vos a Lisboa traéis,
de más poderosos índios
oro, plata, especia y seda, 55
rubís y diamantes finos.
Y en riberas y cristales
vencéis al dorado Anfriso,
criando el agua delgada 60
bellos rostros peregrinos.
Y mirad la diferencia
de vuestro cristal nativo,
que cría rostros muy bellos,
y el Betis mulatos finos: 65
De donde opiniones hay
que nacéis del Paraíso
y que debajo de tierra
venís a Cuenca escondido.
Vos distes a Garcilaso 70
7

la zampoña y el pellico
con que se vistió Tirreno,
Camila, Albanio y Salicio.
Vos solo, a Gregorio Hernández
aquel espíritu altivo 75
con que hizo castellanas
las Eneidas de Virgilio.
Y sin estos, otros muchos
que han enseñado y escrito,
sin lo que hoy mayor os hace 80
que el famoso Tibre y Mino.
Cisnes tiene el claro Betis
y pastores de cortijos,
pero los nuestros exceden
las riberas de Caístro. 85
Donde quiera hay Anteones
que se miran afligidos,
pero no, como en Toledo,
hermosísimos Narcisos.
Si él cría caballos fuertes 90
y jinetes peregrinos,
gracias al moro, inventor
de acicates y de estribos,
que vos criaréis ovejas,
como el cordero del Frigio 95
que al Tusón del Rey de España
ofrezcan el vellocino.
Y si se duele que estáis
desengañado y corrido
de la premática nueva 100
que vuestra fama deshizo,
decilde que vuestros rostros
están agora escondidos
y que su belleza esconden
por no matar ni ser vistos. 105
Y que si vos no tenéis
la belleza que se ha dicho,
que se mire a sí y que calle,
vergonzoso de sí mismo.
¡Oh, cuánta dama andaluz (sic), 110
cuánto manto y sombrerillo,
al Sol, como el caracol,
saldrá agora con el frío!
¡Oh cuánta color castaña,
oh , cuánto bayo bruñido, 115
oh, cuánta color de cobre,
de azabache y cardenillo!
8

Mucha mano de nogal


con su sebo de cabrito,
tijera de tundidor 120
que la untan con tocino.
Cuellos de ébano sutil,
entre camisa y corpiño,
dos pechos entre pellejos,
como barriga de ximio. 125
Las bocas huelen a azahar
y la camisa a polvillos,
porque dicen que lo feo
enamora siendo limpio.
Esto y agua almacigada, 130
patatas y garabitos,
sacará Guadalquivir
las fiestas y los domingos.
¡Ay de la vega de Tajo
y de sus rostros y picos, 135
de los mantos toledanos,
blancura, donaire y bríos!
Lo que es aquí natural,
allí se llama artificio,
porque en Toledo no hay otro 140
sino el que Juanelo hizo.
Mucho dijera de ti,
dichoso y famoso río,
pero quede agora el cargo
a cualquiera de tus hijos; 145
que un pastor de Manzanares,
que agora te habita quiso
pagarte el agua que bebe
en este humilde servicio.
Y tiempo vendrá que pueda, 150
con otro más alto estilo,
subir tus aguas más altas
que el alcázar del Olimpo.
Lope de Vega

Triste pisa y afligido


las arenas de Pisuerga
el ausente de su dama,
el desdichado Zulema,
moro alcaide y no vellido, 5
amador con ajaqueca,
arrocinado de cara
y carigordo de piernas.
No lleva por la marlota
9

bordada cifra, ni empresa 10


en el campo de la adarga,
ni en banderilla letra,
porque es el moro idiota,
y no ha tenido poeta
de los sastres de este tiempo, 15
cuyas plumas son tiseras.
Los ojos tiene en el río,
cuyas ondas se lo llevan,
y él envueltas en las ondas
lleva sus lágrimas tiernas. 20
Tanto llora el hideputa
que, si el año de la seca
llorara en dos hazas mías,
acudiera a diez hanegas.
Los espacios que no llora 25
de memorias se alimenta,
porque le dan las memorias
lo que los ojos le niegan.
Piensos se da de memorias,
rumiando glorias y penas, 30
como rábanos mi mula
y una mona berenjenas.
Contempla luego en Balaja,
la cual, mientras la contempla,
olas de imaginación 35
o se la traen o la llevan,
y ella se está merendando
duraznicos en su huerta,
y tirándole los cuescos
al que tal pasa por ella. 40
Ojos claros, cejas rubias
al vivo se le presentan,
lanzando rayos los ojos,
y flechas de amor las cejas.
El moro, contemplativo, 45
a los de su dama vuela
como a los ojos del búho
cernícalos de uñas prietas.
“Ay, mora bella –le dice-,
no menos dulce que bella: 50
no estraguen tu condición
las condiciones de ausencia.
-Ay, moro más gemidor
que el eje de una carreta:
pues no soy tu mora yo, 55
no me requiebres la cabeza.
10

-Recibe allá este suspiro


y este llanto de esta tierra,
donde el rey me ha desterrado,
y mis cuidados me entierran. 60
- Llore alto, moro amigo,
suspire recio y con fuerza,
que han de andar llanto y suspiro
más de noventa y seis leguas”.
En esto, ya salteado 65
de una varonil vergüenza,
a lavar el tierno rostro,
de su caballo se apea;
También se apea el galán
porque quiere en el arena 70
sembrar perejil guisado
para vuestras reverencias.
Luis de Góngora

2. Los sonetos
A ti, Lope de Vega, el elocuente,
repentino poeta acelerado;
morador de la fuente del Mercado
sustentado con sangre de inocente.
Hanme dicho que dices de repente, 5
y que de tu decir estás pagado,
y también que arrojas de pensado
coplones que caminan a los veinte.
Huélgome de ello, Lope, y gusto mucho
del rumbo que traéis y la braveza. 10
Sed buen hijo; serví a doña Fulana,
que a fe de pobre, por lo que escucho
es murmurar de vos tanta pobreza
con vanagloria y presunción ufana

A LA ARCADIA, DE LOPE DE VEGA CARPIO

Por tu vida, Lopillo, que me borres


las diez y nueve torres del escudo,
porque, aunque todas son de viento, dudo
que tengas viento para tantas torres.
11

¡Válgante los de Arcadia! ¿ No te corres 5


armar de un parmar de un pavés noble a un pastor rudo?
¡Oh tronco de Micol, Nabal barbudo!
¡Oh brazos leganeses, y vinorres!:
no le deis en blasón escudo.
Vuelva a su oficio, y al rocín alado 10
En el teatro sáquele los reznos

No fabrique más torres sobre arena,


si no es que ya, segunda vez casado
nos quiere hacer torres los torreznos.

A CIERTO SEÑOR QUE LE ENVIÓ LA DRAGONTEA


DE LOPE DE VEGA

Señor, aquel Dragón de inglés veneno,


criado entre las flores de la Vega
más fértil que el dorado Tajo riega,
vino a mis manos: púselo en mi seno.
Para ruido de tan grande trueno 5
es relámpago chico: no me ciega.
Soberbias velas alza: mal navega.
Potro es gallardo, pero va sin freno.
La musa castellana bien la emplea
en tiernos, dulces, músicos papeles, 10
como en pañales niña que gorjea.
¡Oh planeta gentil, de el mundo Apeles,
rompe mis ocios, porque el mundo vea
que el Betis sabe usar de tus pinceles!
*****************

A LA JERUSALÉN CONQUISTADA
QUE COMPUSO LOPE DE VEGA

Vimo, señora Lopa, su Epopeya,


e por Diosa, aunque sá mucho legante,
que no hay negra poeta que se pante,
e si se panta, no sá negra eya.
Corpo de san Tomé con tanta Reya. 5
¿No hubo (cagayera fusse o fante)
Morenica gelofa que en Levante
12

as Musas obrigasse aun a peeya?


...¿Turo fu Garcerán? ¿Turo fu Osorio?
Mentira branca certa prima mia 10
do Rey de Congo canta don Gorgorio,
la hecha si, vos tuvo argentería,
la negrita sará turo abalorio,
corvo na pruma, cisne na harmonía. (Millé, LX)

*********************************

Canta, cisne andaluz, que el verde coro


del Tajo escucha tu divino acento,
si, ingrato, el Betis no responde atento
al aplauso que debe a tu decoro.
…Más de tu Soledad el eco adoro 5
que el alma y vos de lírico portento,
pues tú solo pusiste al instrumento
sobre trastes de plata, cuerdas de oro.
Huya con pies de nieve Galatea,
gigante del Parnaso, que en tu llama, 10
sacra ninfa inmortal, arder desea.

Que como, si la envidia te desama,


en ondas de cristal la lira orfea,
en círculos de sol irá tu fama. La Circe (1624)

**********************

A LOS APASIONADOS POR LOPE DE VEGA

Patos del aguachirle castellana,


que de su rudo origen fácil riega,
y tal vez dulce inunda nuestra vega,
con razón Vega, por lo siempre llana;
pisad graznando la corriente cana 5
del antiguo idioma, y, turba lega,
las ondas acusad, cuantas os niega
ático estilo, erudición romana.

Los cisnes venerad cultos, no aquellos


que escuchan su canoro fin los ríos; 10
aquellos sí, que de su docta espuma
13

vistió Aganipe. ¿Huís?, ¿o queréis vellos,


palustres aves? Vuestra vulgar pluma
no borre, no, más charcos. ¡Zabullíos! (Millé, LLVI)

*******

CRÍTICAS AL CULTERANISMO Y A LOS SEGUIDORES DE GÓNGORA

.Boscán, tarde llegamos. ¿Hay posada?


-Llamad desde la posta, Garcilaso.
-¿Quién es- Dos caballeros del Parnaso.
-No hay donde nocturnar palestra armada.

.-No entiendo lo que dice la criada. 5


Madona, ¿qué decís? –Que afecten paso,
que ostenta libros el mentido ocaso,
y el sol dipinge la porción rosada.

.¿Estás en ti, mujer? –Negóse al tino


el ambulante huésped. -¿Que en tan poco 10
tiempo tal lengua entre cristianos haya?

.Boscán, perdido habemos el camino;


preguntad por Castilla, que estoy loco,
o no habemos salido de Vizcaya.
(El laurel de Apolo)

.Pululando de culto, Claudio amigo,


minotaurista soy desde mañana;
derelinquo la frasi castellana,
vayan las Solitúdines conmigo.

.Por precursora, desde hoy más me obligo 5


al aurora llamar Bautista o Juana,
chamelote la mar, la ronca rana
mosca del agua, y sarna de oro al trigo.

Mal afecto de mí, con tedio y murrio,


cáligas diré ya, que no griguiescos 10
como en el tiempo del pastor Bandurrio.

Estos versos, ¿son turcos o tudescos?


Tú, Letor Garibay, si eres bamburrio,
apláudelos, que son cultidiablescos.
(La Dorotea, Acto IV, esc.2)
14

CONJURA UN CULTO Y HABLAN LOS DOS


DE MEDIO SONETO ABAJO

“- Conjúrote, demonio culterano,


que salgas deste mozo miserable,
que apenas sabe hablar (caso notable),
y ya presume de Anfión tebano.

Por la lira de Apolo soberano 5


te conjuro, cultero inexorable,
que le des libertad para que hable
en su nativo idioma castellano-“

“-¿Por qué me torques bárbara tan mente?


¿Qué cultiborra y brandalín tabaco
caractiquizan toda intonsa frente?-“

“-Habla cristiano, perro. –Soy polaco.


-Tenelde, que se va. –No me ates, tente.
Suéltame. –Aquí de Apolo. –Aquí de Baco”

II. GÓNGORA Y QUEVEDO

Luis de Góngora
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva este río crecido,


y llevará cada día,
las cosas que por la vía 5
de la cámara han salido,
y cuanto se ha proveído,
según leyes de Digesto,
por jüeces que, antes desto,
lo recibieron a prueba. 10
Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva el cristal que le envía,


una dama y otra dama,
digo el cristal que derrama 15
la fuente de mediodía
y lo que da la otra vía,
sea pebete o sea topacio;
que al fin damas de Palacio
son ángeles hijos de Eva. 20
15

Qué lleva el señor Esgueva?


Yo os diré lo que lleva.

Lleva lágrimas cansadas


de cansados amadores,
que, de puros servidores, 25
son de tres ojos lloradas;
de aquel digo acrecentadas,
que una nube le da enojo,
porque no hay nube de este ojo
que no truene y que no llueva. 30
Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva pescado de mar,


aunque no muy de provecho.
que, salido del estrecho, 35
va a Pisuerga a desovar;
si antes era calamar
o si antes era salmón,
se convierte en camarón
luego que en el río se ceba. 40
Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, no patos reales


ni otro pájaro marino,
sino el noble palomino 45
nacido en nobles pañales;
colmenas lleva y panales,
que el río les da posada;
la colmena es vidrïada,
y el panal es cera nueva. 50
Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, sin tener su orilla


árbol, ni verde ni fresco,
fruta que es toda de cuesco, 55
y de madura, amarilla;
hácese de ella en Castilla
conserva en cualquiera casa,
y tanta ciruela pasa,
que no hay quien sin ella beba. 60
Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva. (Millé, 121)
Francisco de Quevedo
16

CONTRA DON LUIS DE GÓNGORA


Décimas
Ya que coplas componéis,
ved que dicen los poetas
que, siendo para secretas,
muy públicas las hacéis.
Cólica dicen tenéis, 5
pues por la boca purgáis;
satírico diz que estáis;
a todos nos dais matraca:
descubierto habéis la caca
con las cacas que cantáis. 10
De vos dicen por ahí
Apolo y todo su bando
que sois poeta nefando
pues cantáis culos así.
Por lo cual me han dicho a mí 15
que desde hoy en adelante
diga que obras vuestras cante,
por el mandado de Apolo,
con el son de un rabel sólo,
un rabadán ignorante. 20
No hay música donde estén
vuestros inmundos trabajos:
que si suenan bien los bajos,
los tiples no suenan bien.
Y cuando tonos les den 25
de los que el vulgo levanta,
¿cuál hombre o mujer que canta,
si tiene cabeza cuerda,
a pies de coplas de mierda,
hará pasos de garganta? 30
Con Esgueva es vuestro enojo;
nombre de sucio le dan,
siendo, de puro galán,
todos sus males de ojo.
Con mucha razón me arrojo; 35
que sólo los bien nacidos
celebramos atrevidos,
que en otra conversación,
por ser sucios, como son,
no pueden ser admitidos. 40
Vuestros conceptos alabo,
pues, de pura buena pesca,
17

los hacéis a la gatesca,


pues los hacéis por el rabo.
Tenéis un ingenio bravo, 45
hacéis cosas peregrinas,
vuestras coplas son divinas;
sino que dice un dotor
que vuestras letras, señor,
se han convertido en letrinas. 50
Que alabe será muy justo
vuestras coplas mi voz sola,
pues por ser todas de cola,
se pegan a cualquier gusto.
Desde el scita al negro adusto, 55
y desde el Tajo dorado
al Nilo tan celebrado,
no hay ingenio tan machucho
ni crecido; mas ¿qué mucho,
si crece de estercolado? 60
Son tan sucias de mirar
las coplas que dais por ricas,
que las dan en las boticas
para hacer vomitar.
Un nombre os ando a buscar 65
que os venga derechamente,
y hallo que os llama un valiente,
que de Córdoba os conoce,
poeta de entre once y doce,
que es cuando vacia la gente. 70

¿Adónde hallaréis excusa


para lo que vemos todos,
pues fue en verano y sin lodos
tan rabiosa vuestra musa?
Si acaso Circe o Medusa, 75
o juntas ambas a dos,
os han mudado, por Dios,
que olvidéis tal prelacía
antes que la pulicía
venga a conocer de vos. 80

Yo por mí, no pongo duda,


en que las coplas pasadas,
según están de cagadas,
las hicisteis con ayuda.
Más valdrá que tengáis muda 85
18

la lengua en las suciedades;


dejad las ventosidades:
mirad que sois en tal caso
albañal por do el Parnaso
purga sus bascosidades. 90 (Blecua, 826)

A Don Francisco de Quevedo


Anacreonte español, no hay quien os tope,
que no diga con mucha cortesía,
que ya que vuestros pies son de elegía,
que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope, 5
que al de Belerofonte cada día
sobre zuecos de cómica poesía
se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
dicen que quieren traducir al griego, 10
no habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
porque a luz saque ciertos versos flojos,
y entenderéis cualquier gregüesco luego. (Millé, LXII)

RESPUESTA DE DON FRANCISCO DE QUEVEDO


A DON LUIS DE GÓNGORA

Romance
Poeta de ¡Oh, qué lindicos!
verdugo de los vocablos,
que a puras vueltas de cuerda
los haces que digan algo;
perseguidor de los ríos, 5
como si fueras borracho,
sin perdonar a las fuentes
ni, por lo sucio, a los charcos;
tú, que de tajo le diste
en un romancito a Tajo, 10
porque en las sierras de Cuenca
le dan los pinos de palos,
acordársete debiera
de aquel buen tiempo pasado
que fuiste poeta Encina 15
por lo que te varearon.
Poeta de bujarrones
y sirena de los rabos,
19

pues son de ojos de culo


todas tus obras o rasgos; 20
caballero, porque nunca
has caído de tu asno;
escoba de la basura
de las ninfas del Parnaso;
poeta de lo comido, 25
musa de desatacados,
ingenio de melecina
que siempre apunta a lo bajo,
no es posible que seas hijo
de ciudad a cuyos partos 30
debe Roma, y todo el mundo,
los Sénecas y Lucanos.
Córdoba no te parió,
si no es que se hizo preñado
algún arrabal de ti, 35
y que naciste en el campo.
Racionero dicen que eres,
mas yo irracional te hallo,
aunque en la cola y por lo sucio
canónigo eres del Rastro. 40
Góngora te llaman todos,
ilustre apellido y claro,
mas viénete como al potro
el Manrique, por su amo,
¿Quién te mete con los griegos 45
aun no siendo tú troyano?
Por qué de lo que no has visto
hablas como papagayo?
¿Qué te hizo Anacreonte
en los versos castellanos, 50
que le alabas cuando más
pretendes vituperallo?
Sus “suavidades (llamaste)
de arrope”, y has acertado,
que es mosto dulce, y él hizo 55
dulce el mosto con su canto.
Y al pobre Lope de Vega
te lo llevaste de paso
sólo por llamarse Lope,
de tu consonante esclavo. 60
¿Qué te movió a poner lengua
en dos ingenios tan raros,
sin ser bacines ni pullas,
que son vínculo tus labios?
Como Eróstrato, quisiste, 65
20

hallándote despreciado,
quemar lo mejor del mundo,
abrasar dos templos altos;
que es tanta la infamia tuya,
que buscas nombre, afrentado 70
por medio de un gran castigo,
a costa de mil agravios.
Hiciéraste tus coplitas
una bueno y otro malo,
y cuando van por aceite 75
cantáranlas los muchachos.
De la herida a la jineta,
estribos cortos y largos
remataran de tus chistes
los conceptillos de asco, 80
y dejaras de pedir
antojos, de vista falto,
pues los que tú has menester
son los que traen los caballos.
Par sacar versos flojos, 85
o sea para soltarlos,
basta la vena que tienes:
hartos arrojas cada año.
No entendemos los greguescos
por acá, aunque los usamos; 90
dánoslo a entender tú,
que andas siempre en los barrios.
[Y] advierte que ni Quevedo
ni Lope harán de ti caso,
para honrarte con respuesta: 95
que fuera grande pecado.
Yo, que soy un poetilla
hijo de todos los diablos,
humildemente nacido
entre hongos y entre esparto; 100
como el barbero aprendiz,
que para probar la mano
se ejercita en zanahorias
antes que en venas de brazos,
así yo poeticomienzo, 105
para ver cómo lo hago;
atreveréme después
a satirizar cristianos:
Gongorilla, Gongorilla,
de parte de Dios te mando 110
que, en penitencia de haber
hecho soneto tan malo,
21

andes como Juan Guarín,


doce años como gato,
y con tu soneto al cuello, 115
por escarmiento y espando.
Y advierte que si respondes
a estos versos, mentecato,
que te aguarda por respuesta
otro soneto más largo. 120
Y que desde aqueste punto
toda mi vida consagro
a decir mal de tus cosas,
aun entre sueños hablando.
Contra Galicia escribiste, 125
tierra de tocino y nabos,
que, como toda es limpieza,
toda junta te dio enfado.
Muy dificultoso eres,
no te entenderá un letrado, 130
pues, aborreciendo puercos,
lo puerco celebras tanto.
Cristiano viejo no eres,
porque aún no te vemos cano;
hi de algo, eso sin duda, 135
pero con duda hidalgo.
Llámate quien te conoce
Mondonguero del Parnaso,
pues vaciar y llenar vientres
tienes solamente a cargo. 140
Almorrana eres de Apolo,
por donde el dios, soberano
gracioso, purga inmundicias
y sangre, si está enojado.
Díceme tienes por lengua 145
una tripa entre los labios,
viendo que hablas con ella
ventosedad todo el año.
Y para adelante digo
que te enmiendes de tus cargos, 150
y pues eres manicorto,
no seas tan lengüilargo. (Blecua, 828)

Soneto
Yo te untaré mis obras con tocino,
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino.
22

Apenas hombre, sacerdote indino, 5


que aprendiste sin christus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y, en la Corte, bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía, 10
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía. (Blecua, 829)

Otro contra el dicho


Soneto

Tantos años y tantos todo el día;


menos hombre, más Dios, Góngora hermano.
No altar, garito sí; poco cristiano,
mucho tahúr; no clérigo, sí arpía.
Alzar, no a Dios, ¡extraña clerecía!, 5
misal apenas, naipe cotidiano;
sacar lengua y barato, viejo y vano,
son sus misas, no templo y sacristía.
Los que güelen tu musa y tus emplastos
cuando en canas y arrugas te amortajas, 10
tal epitafio dan a tu locura:
“Yace aquí el capellán del rey de bastos,
que en Córdoba nació, murió en Barajas
y en las Pintas le dieron sepultura”. (Blecua, 833)

Al mismo [Don Francisco de Quevedo]


Cierto poeta, en forma peregrina
cuanto devota, se medió a romero,
con quien pudiera bien todo barbero
lavar la más llagada disciplina.
Era su benditísima esclavina, 5
en cuanto suya, de un hermoso cuero,
su báculo timón de el más zorrero
bajel, que desde el Faro de Cecina
a Brindis, sin hacer agua, navega.
Este sin landre claudicante Roque, 10
23

de una venera justamente vano,


…que en oro engasta, sancta insignia aloque,
a San Trago camina, donde llega;
que tanto anda el cojo como el sano. (Millé, LXXV)

De los que censuraron su Polifemo


Pisó las calles de Madrid el fiero
monóculo galán de Galatea,
y cual suele tejer bárbara aldea
soga de goznes contra forastero,

rígido un bachiller, otro severo, 5


crítica turba al fin, si no pigmea,
su diente afila y su veneno emplea
en el disforme cíclope cabrero.
A pesar del lucero de su frente,
le hacen oscuro, y él en dos razones, 10
que en dos truenos libró de su occidente:
“Si quieren, respondió, los pedantones
luz nueva, en hemisferio diferente,
den su memorial a los calzones.” (Millé, 39)

Contra D. Luis de Góngora y su poesía


Soneto
Este cíclope, no sicilïano,
del microcosmos, sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisfero
zona divide en término italiano;
este círculo vivo en todo plano; 5
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;
el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio, barbado de melenas; 10
esta cima del vicio y del insulto;
éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas. (Blecua, 832).

Receta para hacer Soledades en un día


24

Soneto
Quien quisiere ser culto en solo un día,
la jeri (aprenderá) gonza siguiente:
fulgores, arrogar, joven, presiente,
candor, construye, métrica armonía;

poco, mucho, si no, purpuracía, 5


neutralidad, conculca, erige, mente,
pulsa, ostenta, libra, adolescente,
señas, traslada, pira, frustra, arpía;

cede, impide, cisuras, petulante,


palestra, liba, meta, argento, alterna, 10
si bien, disuelve, émulo, canoro.

Use mucho de líquido y de errante,


su poco de nocturno y de caverna,
anden listos livor, adunco y poro,

Que ya toda Castilla, 15


con sola esta cartilla,
se abrasa de poetas babilones,
escribiendo sonetos confusiones;
y en la Mancha, pastores y gañanes,
atestadas de ajos las barrigas, 20
hacen ya cultedades como migas. (Blecua, 825)

You might also like