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MEDICINA NATURISTA, 2011; Vol. 5 - N.

º 2: 71-74
I.S.S.N.: 1576-3080

Detritos psíquicos
José Tappe Martínez
Doctor en Medicina. Especialista en Psiquiatría. Postgrado en Medicina Naturista

RESUMEN:
De forma análoga a lo que sucede en la fisiología somática, la mente humana produciría residuos o detritos psíquicos
resultantes de su funcionamiento, básicamente tales como Miedo, Ira, Culpa y Tristeza, que se manifestarían en forma
de impulsos, emociones y cogniciones negativas que precisan de un adecuado procesamiento somatopsíquico para ser
transformados en contenidos no tóxicos y positivos para la persona y su entorno. Por el contrario, la acumulación signifi-
cativa de dichas “toxinas psíquicas” resultaría un factor condicionante en la génesis y/o mantenimiento intra e interpersonal
de síndromes ansiosos, depresivos, psicopáticos y psicóticos.
Palabras clave: psicoterapia, psicología natural, toxinas mentales, depresión.

ABSTRACT:
In a similar form to what happens in somatic physiology, human mind would make psychological detritus resulting from its
functioning, basically as Fear, Anger, Blame and Sadness, that would become evident in negative impulses, feelings and
cognitions that need of suitable somatopsychical processing to be transformated in non-toxic and possitive contents for
person and his environment. Otherwise, significant accumulation of these “psychological toxines” would be a conditional
factor into personal and interpersonal generate and/or maintenance of anxious, depressive, psychopathic and psychotic
syndromes.
Key words: psychotherapy, natural psychology, psychologycal toxines, depression.
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Es sobradamente conocido el hecho de que nues- cas.… Lo que a nosotros nos sobra “otros” lo precisan.
tro organismo somático constantemente produce sus- En caso contrario, si nuestro organismo no logra des-
tancias tóxicas, consecuencia de la actuación del me- embarazarse eficazmente de sus propios desechos, es
tabolismo sobre “inputs” exógenos como el agua, el claro que resultaría autointoxicado en mayor o menor
alimento, el aire,…es decir, resultantes del procesamien- grado por ellos, con las resultantes deletéreas conse-
to fisiológico de la Energía Vital, Prana, Qi, o como se cuencias de este oneroso hecho. Mal asunto, asímis-
le quiera llamar. Parte de dichos “detritos” son transfor- mo, si los detritos son vertidos sobre otro organismo
mados bioquímicamente en compuestos no tóxicos y que no los utiliza e incluso, como suele ser habitual, le
otra parte son expulsados al exterior, básicamente por resultan tóxicos. Hasta aquí, nada que nadie no sepa.
estas consabidas vías: respiración, sudoración, excre- ¡Pero anticipamos el simbolismo!
ción urinaria y excreción digestiva, en forma respectiva Porque en el plano mental, y de acuerdo con el
de “outputs”, de residuos orgánicos –tan escatológicos principio de unidad y analogía entre cuerpo y mente,
como necesarios– como el aire espirado, el sudor, la entre lo físico y lo psíquico, se podría considerar intui-
orina y las heces. Así, subproductos como el dióxido tiva, empírica y fenomenológicamente, que los detri-
de carbono, las toxinas cutáneas, la urea o los pútri- tos somáticos –por supuesto, salvando las distancias–
dos intestinales son eficazmente evacuados a la madre tendrían sus análogos, sus equivalentes psicológicos:
naturaleza para su aprovechamiento y/o reciclaje por Miedo, Ira, Culpa (o mejor dicho, “sentimientos de
otras formas de vida: bacterias, plantas, gusanos, mos- culpa”) y Tristeza, posiblemente los cuatro grandes

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“detritos psíquicos” básicos, los cuales, en el fondo mente, “el plomo se transforma en oro”, depende de
y para muchos, conformarían las cuatro caras, tan re- muy diversos factores, externos e internos, objetivos
lacionadas y codependientes entre sí, del elemento y subjetivos, tales como la intensidad y frecuencia de
“Odio”, considerado como estado vivencial sombra los psicotraumas acontecidos, los apoyos humanos y
y carencial del elemento “Amor” (y de sus diversas sociales, el momento histórico y cultural de la comu-
facetas o expresiones: Valor, Paz, Responsabilidad, nidad humana, factores medioambientales y ecopsi-
Alegría). Añadiéndose al primero, por ende, una casi cológicos, la educación y la cultura, la madurez y de-
innominable barahúnda de “familiares” de segundo y sarrollo psicológicos personales, la estructura básica
tercer grado, derivados, variantes y combinaciones de somatopsicofisiológica y de personalidad del individuo…
aquellos antedichos: envidia, celos, codicia, ansiedad, y, en especial, de la actitud vital (“¿ante qué se es
frustración, rabia, angustia, paranoia, esquizoidía, de- responsable?”), voluntad (“querer hacerlo”), motiva-
pendencia, evitación, narcisismo, obsesividad, histrio- ción (“¿por qué hacerlo?”) e inteligencia emocional
nismo. Se trata, en definitiva, de pulsiones, sentimien- (“¿cómo hacerlo?”) personales necesarios para que
tos, emociones, cogniciones, conductas y actitudes el cambio pueda operarse. Por eso, es bien conocido
negativas que se comportan sobre el individuo y su el hecho de cómo ante un mismo problema vital una
entorno como auténticas “toxinas psíquicas”, compo- persona se deprime y otra se hace más fuerte, cómo el
nentes mentales producidos o inducidos en el “meta- que ante una provocación una reacciona violentamen-
bolismo psicológico” cotidiano de forma inherente a te y otra con serenidad, cómo ante una amenaza una
la naturaleza de la mente humana y a su puesta en sale corriendo y otra pro-reacciona con valor, cómo
contacto e interacción con lo externo, a su triple patrón ante una injuria una sucumbe abrumada por el peso de
innato, y reforzado por la experiencia, de “Ignorancia- la culpa y otra actúa con una actitud compasiva ante
Apego-Aversión”, siendo inexorable y no patológico sus falsos acusadores.
a priori que, en mayor o menor medida, se generen Psicopatológicamente, el Miedo, la Ira, la Culpa
en los aconteceres, neutros, placenteros o sufrientes, y la Tristeza, de forma similar a lo que acontece con
tantas veces psicotraumáticos, de la vida cotidiana o sus análogos somáticos, mal, deficiente o insuficien-
24 excepcional. Esta concepción de lo análogo o extra- temente procesados o “metabolizados” tenderán a
polable entre lo psicológica y lo somáticamente tóxico acumularse de forma tóxica, e incluso patógena, en
verdaderamente no es ni novedosa ni propiedad par- la psique del individuo y, con el tiempo y las condicio-
ticular de escuela epistemológica concreta; quizá, pro- nes necesarias y suficientes, propender a condicio-
bablemente, sea tan vieja como la Humanidad; más nar cuadros o síndromes respectivamente ansiosos,
bien pertenece a lo “Arquetípico”, al acerbo psicoló- psicopáticos, psicóticos y depresivos, según el detrito
gico intuitivo general de la Humanidad, a lo “Natural”, psíquico predominantemente acumulado, señalándo-
a lo vivencial, siendo demostrable por la experiencia se no obstante el hecho de que una determinada toxi-
(que, como suele decirse es “madre de la ciencia”) y na psíquica no es exclusiva ni excluyente para cada
la evidencia, y de auténtico “Sentido Común” (es decir, uno de los grandes y básicos síndromes psicopato-
experienciado por el común de los mortales). lógicos, ya que en el fondo todas estarían presentes
Psicofisiológicamente, el Odio y sus vástagos en todos de alguna manera, en mayor o menor gra-
(recordemos: Miedo, Ira, Culpa y Tristeza) deben ser do, en forma manifiesta o potencial. Lo que ocurre es
adecuadamente procesados y “digeridos” por la propia que según cada caso, particular y sindrómico, hay un
mente, siendo aceptados, integrados, interpretados, predominio de una o varias. Así, en una Psicopatía
sublimados, canalizados, conscientificados. En defi- (déficit de empatía, agresividad, impulsividad, falta de
nitiva, transformándose su energía psíquica negativa responsabilidad…) no sólo hay ira, que será el compo-
en positiva a un ritmo proporcional al de su génesis. nente predominante, sino también ausencia de senti-
Como ejemplo o paradigma, la transformación de la mientos de culpa y miedo a la pérdida del control de
agresividad en energía física mediante el ejercicio, la la realidad externa. En la Depresión (anhedonia, vacío
de la culpa en responsabilidad mediante la conscien- existencial, desesperanza…) hay una profunda tristeza
te asunción de lo sucedido, la aceptación y adapta- “más allá de la tristeza” como síntoma nuclear, pero
ción a las pérdidas vitales o el correcto afrontamiento asímismo se suelen encontrar ira reprimida e intro-
y superación del miedo. La eficacia de este proceso yectada e importante autoculpación. En la Ansiedad
de alquimia psíquica en el que, hablando simbólica- (tensión psicofísica, expectación aprensiva, hiperac-

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tividad neurovegetativa…) predomina el miedo difuso irreversible. Como ejemplos prácticos, caigamos en la
o concreto desproporcionados, pero con frecuencia cuenta de cómo un psicópata consigue que otros que
los cuadros ansiosos se complican con síntomas de- no lo son le sigan en su perversa conducta, cómo en
presivos y existe hostilidad reprimida. Por último, en la familia de un depresivo muchos terminan manifes-
las Psicosis (delirios, alucinaciones, desconexión de tando síntomas depresivos, cómo el miedo colectivo
la realidad…) es típica la proyección paranoide de los suele extenderse como una marea tóxica de histeria
propios sentimientos de culpa, pero asímismo el miedo o paranoia social, cómo el que se siente culpable ter-
psicótico (desintegrativo y/o paranoide), así como ira mina por hacérselo sentir a los demás… Fenómenos
proyectada sobre el objeto externo. Veamos además de “contagio psíquico”, lamentablemente tan “efica-
cómo las cuatro toxinas psíquicas básicas se retroa- ces” como el del catarro común. Pero notablemente
limentarían mutuamente en un círculo vicioso nocivo, más dañinos. Paradójicamente, el que transmitió el
puesto en marcha tras la vivencia de “Separatidad” Miedo, la Ira, la Culpa o la Tristeza se suele sentir
–magistralmente explicitada en la obra del psicoanalis- pasajeramente aliviado al descargárselos a otro/s; de
ta Erich Fromm–, la vivencia de separación existencial hecho casi todos conocemos personas (“tóxicas”) que
del mundo, que sería la primordial tras el nacimiento actúan así, pero esto es transitorio y falaz, porque si
humano: verbigracia, psicodinámicamente diríase que persiste la raíz que sigue generando las toxinas, más
el Miedo (a la pérdida del objeto de deseo o apego) tarde o más temprano, vuelven dichos estados emo-
lleva a la Ira (por haberlo perdido), ésta a la Culpa (de cionales a la carga y se aviva la llama del mecanismo
haber sido el causante de su pérdida) y a su vez a psicopatógeno. El Odio necesita de sí mismo para
la Tristeza (por perder la esperanza en recuperarlo). sobrevivir. Y es un inquilino invasivo, no se contenta
Y así, vuelta a empezar, amén de otros tortuosos y con su propio espacio.
sufrientes caminos que refuerzan la patogénesis: el Finalmente, de manera asímismo paralela a lo que
Miedo agota al organismo que finalmente cae en la sucede con nuestros detritos somáticos acontecería a
Tristeza, la Culpa genera Ira al no asumirse… ¡Y vice- los psíquicos (ya se sabe, aquel principio hermético de
versa! Todo lleva a todo. Y, como las enseñanzas bu- “como es arriba es abajo, como es dentro es afuera”):
distas explican, probablemente lo que esté detrás de que deben ser transformados en productos no tóxicos, 25
esta dinámica del “Círculo del Odio” sería el Apego al e incluso –¡ultreia!– beneficiosos para el ser propio o
“objeto de deseo” (especialmente al ego), la Aversión ajeno. En este “proceso alquímico”, de forma análoga
al “objeto de repulsa” y, en el fondo y sobre todo, la a la metafórica transformación del plomo en oro, se
Ignorancia de nuestra Naturaleza Esencial. transmutarían, respectivamente, Miedo, Ira, Culpa y
Otro mecanismo tóxico-patógeno, simbólicamen- Tristeza, en Valor, Paz, Responsabilidad y Alegría. En
te afín a lo que sucede con los detritos físicos, es definitiva, y a grosso modo, Odio en Amor. ¡Ahí es
el conocido “vertido tóxico” al exterior, con sus con- nada! ¿Cómo? Teóricamente, mediante el cultivo de
secuentes deletéreos efectos de “contaminación” del vectores psíquicos tales como Confianza, Aceptación,
ambiente externo; en el caso que nos ocupa no se- Consciencia y Esperanza, naves que posibilitarían el
rían ya ríos, bosques, tierras o mares los afectados, trasiego desde las islas del sufrimiento a mares más
sino en su equivalente psíquico, la mente de otro ser felices. En terminología psicodinámica este proceso se
humano, sus afectos, sus pensamientos, su conduc- denomina “Sublimación”, esto es, transformación de
ta, su consciencia. Y así, la Ira, la Tristeza, el Miedo la energía psíquica negativa en positiva; positiva para
y la Culpa que rebosan de una persona se “conta- uno mismo y para el entorno humano y material. Ener-
gian”, impregnan y pueden terminar contaminando gía positiva y libre para el desarrollo psíquico, para el
la mente de otra tan nocivamente como lo harían el camino de la felicidad propia y la del vecino, para el de
petróleo, los metales pesados o las dioxinas con un todos los seres. Pero, ¿cómo se realiza en la práctica
organismo biológico. Así pues, frecuentemente nos dicha alquimia? Ésta es la pregunta y la respuesta
encontraremos con ira que genera más ira, tristeza dorada. Y estas humildes líneas introductorias no pre-
que engendra más tristeza, miedo que da más miedo, tenden ser en modo alguno un manual en tal asunto,
culpa que induce culpa. Es por ello, por lo que uno sino más bien un estímulo para tratar de mejorar el
debería de ser consciente de este pérfido mecanismo propio funcionamiento psíquico. Entre las obras que
de retroalimentación negativa para tratar de disiparlo se citan en la bibliografía, si bien, ni mucho menos,
no lesivamente antes de que el daño a terceros sea “no están todos los que son”, se encuentran excelen-

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tes y sabias propuestas para hacerlo, advirtiendo que 5. Collinge W. Las energías sutiles. Barcelona:
un texto impreso no debiera pretender ni ser sustitu- RBA,1999.
tivo de la maestría humana personal. Cada caso es 6. Desikachar TKV (Versión). Yoga-Sutra de Pa-
cada caso, cada cual es como es. Pero en tan ardua tanjali. Madrid: EDAF, 1994.
–como necesaria y benéfica– tarea avancemos que 7. Ferrucci P. Belleza para sanar el alma. Barce-
en primer lugar hay que armarse de motivación y vo- lona: Urano, 2009.
luntad (“Querer hacerlo”). Después viene el desarrollo 8. Frankl V. Logoterapia y Análisis Existencial. Bar-
de la autopercepción, autoconocimiento y autoacepta- celona: Herder, 1990.
ción (“¿Por qué soy como soy?”). Para a continuación 9. Fromm E. El miedo a la libertad. Barcelona:
(“¿Cómo hacerlo?”) poderse adentrar en el ejercicio Paidós, 1987.
guiado (por un maestro, que no por un “fantasma”), sin 10. Gascoigne S. La Medicina China. Barcelona:
radicalismos, con humanismo, adaptado y sensato, de RBA, 1998.
las técnicas y métodos de desarrollo y maduración psi- 11. Goleman D. Inteligencia Emocional. Barcelo-
cofísicas personales (Psicoeducación, Psicoterapia, na: Kairós, 1996.
Terapias Naturales, Terapias Ocupacionales, Terapias 12. Hammer L. Psicología y Medicina China. Bar-
Corporales, Meditación, Ecopsicología…). A través y ha- celona: La Liebre de Marzo, 2002.
cia la Consciencia. Por último, la experiencia feliz de 13. Maitland S. Viaje al silencio. Barcelona: Alba,
convivir en un cuerpo y una mente con menos toxinas 2010.
psíquicas y mejor salud mental (mayores niveles de 14. Nhat Hanh T. Hacia la paz interior. Barcelona:
alegría, paz, responsabilidad, tolerancia, flexibilidad, Plaza & Janés, 1992.
generosidad, ecuanimidad, compasión, en definitiva, 15. Olalla N. Yoga Nidra. Efectos en el cerebro y el
en mejores condiciones para dar y recibir Amor). Un sistema nervioso. Zaragoza: Prames, 2007.
contacto más pleno con la fuente y el devenir de la 16. Oses M. Bharat (Psicología Ayurveda). Sevilla:
evolución humana. Mater, 2007.
17. Ricard M. El arte de la meditación. Barcelona:
26 Urano, 2009.
BIBLIOGRAFÍA 18. Ruiz M. Los Cuatro Acuerdos. Barcelona: Ura-
no, 1998.
1. Akong A. El arte de domar el tigre. Alicante: 19. Saz P. Introducción al ayuno terapéutico. Za-
Dharma, 1993. ragoza: Pablo Saz Peiró, 1994.
2. Alfonso E. Curso de Medicina Natural. Buenos 20. Tappe J. Psicoterapia “natural”. Medicina Na-
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3. Al-Sulami S. Las enfermedades del alma y sus 21. Thondup T. El poder curativo de la mente. Bar-
remedios (Tratado de Psicología Sufí). Palma de Ma- celona: Ediciones B, 1999.
llorca: José J. de Olañeta, 2001. 22. Vázquez S (Director). Buda y su enseñanza.
4. Bach E. La curación por las flores. Madrid: Madrid: EDAF, 2007.
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