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Justicia Terapéutica:
Una Visión General
David B. Wexler
The University of Arizona
James E. Rogers College of Law
July 2014
*Traducción y edición de la versión en español: Gustavo Muñoz y Catalina Droppelmann,
Fundación Paz Ciudadana, Chile.
David B. Wexler1
La justicia terapéutica es el “estudio del rol de la ley como agente terapéutico” 2. Se centra en
el impacto de la ley en el espectro emocional y en el bienestar psicológico de las personas3.
Hasta ahora, la ley no había puesto mucha atención en esta área. La justicia terapéutica
centra nuestra atención en este aspecto subestimado anteriormente, humanizando la ley y
preocupándose del lado psicológico, emocional y humano de la ley y el proceso legal.
Básicamente, la justicia terapéutica es una perspectiva que considera la ley como una fuerza
social que produce comportamientos y consecuencias4. A veces, estas consecuencias caen
dentro del área que denominamos “terapéutica”; en otras oportunidades, se producen
consecuencias anti terapéuticas5 . La justicia terapéutica quiere que estemos conscientes de
esto y que veamos si la ley puede realizarse o aplicarse de una manera más terapéutica,
respetando al mismo tiempo, valores como la justicia y el proceso en sí6.
Es importante reconocer que la justicia terapéutica no sugiere por sí misma que las metas
terapéuticas deben derribar otras7. No apoya el paternalismo, la coerción, etc8. Es
simplemente una forma de ver la ley de una manera más enriquecedora y así traer a la
discusión aspectos que no han sido considerados anteriormente9. La justicia terapéutica
1
David Wexler es un distinguido profesor de investigación de Derecho y profesor en la Universidad de
Arizona. También, es profesor de derecho y director de la Red Internacional de Justicia Terapéutica en la
Universidad de Puerto Rico. La red tiene un sitio web, que incluye una bibliografía exhaustiva sobre
justicia terapéutica en <http://www.law.arizona.edu/upr.intj>. Se puede contactar al autor en
<davidBwexler@yahoo.com>.
2
David B. Wexler & Bruce J. Winick, Law in Therapeutic Key: Developments in Therapeutic Jurisprudence
xvii (1996) [hereinafter Key].
3
Ver ídem
4
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5
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6
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7
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8
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9
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Por lo tanto, la justicia terapéutica es el estudio de las consecuencias terapéuticas y anti
terapéuticas de la ley11. Cuando decimos “la ley”, queremos decir la ley en acción, no
simplemente la ley que aparece en los libros. La ley puede dividirse en las siguientes
categorías: (1) normas legales, tales como “no pregunte, no diga”12 o la Ley de
Norteamericanos con Discapacidades (Americans with Disabilities Act, ADA)13; (2)
procedimientos legales, tales como audiencias y juicios14; y (3) los roles de los actores legales y
el comportamiento de los jueces, los abogados y los terapeutas que se desempeñan en un
contexto legal15. Mucho de lo que los actores legales hacen, influye en el bienestar psicológico
y el espectro emocional de las personas afectadas por la ley16. Con esto me refiero, por
ejemplo, a los asuntos tales como el diálogo que los jueces tienen con los imputados o que los
abogados tienen con los clientes17.
Un ejemplo, de una “norma legal” que podría estudiarse desde la perspectiva de la justicia
terapéutica, es la regla de “no pregunte, no diga” que prohíbe el servicio militar a quien
reconozca ser homosexual o bisexual18. El gobierno tiene prohibido preguntar al respecto y
siempre que el recluta no hable de ello, se supone que no existe problema alguno19.
Sin embargo, una de las cosas que hace la justicia terapéutica, es clarificar algunas de las
consecuencias sutiles y no deseadas de las normas, que pueden tener efectos anti
terapéuticos20. Un estudio interesante sobre la norma “no pregunte, no diga” indicó que una
persona que es homosexual en el servicio militar y no puede contarlo, tendría miedo también
de hablar sobre otras cosas, porque esto aumentaría la probabilidad que le formulen la
pregunta del tema legalmente prohibido21. Entonces, hablar sobre dónde y con quién se fue de
vacaciones, puede ser incómodo al abrir la posibilidad de que se pregunte acerca de si se es
homosexual, tema de conversación prohibido.22
Por lo tanto, Kay Kavanagh, autora del artículo sobre “no pregunte, no diga”, sugirió que a ley,
en la práctica, puede causar gran aislamiento, marginalidad y superficialidad en las relacionas
sociales para un homosexual en el servicio militar, quizá más allá de lo que se anticipó cuando
10
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11
Ver ídem
12
Kay Kavanagh, Don't Ask, Don't Tell: Deception Required Disclosure Denied, in Key, ver nota 2, at 343.
13
Michael Perlin, en el Thomas M. Cooley Law Review Disabilities Law Symposium (Oct. 29, 1999).
14
Ver Janet Weinstein, y la Never the Twain Shall Meet: The Best Interest of Children and the Adversary
System, 52 U. Miami L. Rev. 79 (1999) (que provee un análisis detallado de los procedimientos legales,
las audiencias y los juicios que involucran la custodia de niños).
15
Ver David B. Wexler, Therapeutic Jurisprudence and the Criminal Courts, in Key, ver nota 2 (que trata
sobre la justicia terapéutica en un contexto de tribunales de justicia penal).
16
Ver Marjorie A. Silver, Love, Hate, and Other Emotional Interference in the Lawyer/Client
Relationship, 6 Clinical L. Rev. 259, 293‐94 (1999).
17
Ver ídem
18
See Kavanagh, ver nota 12, at 343.
19
Ver ídem en 346.
20
Ver ídem en 344‐45
21
Ver ídem
22
Ver ídem
La justicia terapéutica es un contexto para hacer y provocar ciertas preguntas, que pueden de
lo contrario no ser tratadas. A menudo, las respuestas a esas preguntas son empíricas. ¿Kay
Kavanaugh tiene razón al sugerir que la norma tiene un efecto inhibidor en otros temas de
conversación? En segundo lugar, incluso si es verdad de manera empírica lo anterior, sigue
estando la pregunta normativa: ¿Existe algo que debamos hacer sobre dicha norma? La justicia
terapéutica agudiza el debate y se centra en él; no proveyendo respuestas necesariamente,
pero sí, haciendo públicas las preguntas.
Entonces, “no pregunte, no diga” es un ejemplo de una norma y de cómo esta puede
observarse desde una perspectiva de justicia terapéutica27.
A continuación, revisaremos un “procedimiento legal”28. Un ejemplo, del procedimiento legal
visto desde el punto de vista de la justicia terapéutica, es un artículo de la Profesora Janet
Weinstein acerca de las disputas por la custodia de los hijos.29 Weinstein escribió sobre cómo
el proceso adversarial, en el contexto de custodia de los hijos, puede ser traumático para el
menor y dañino para la relación de los padres que, a pesar del divorcio, pueden necesitar tener
algún tipo de relación en el futuro simplemente para el bien del niño.30
El análisis de Weinstein es muy interesante porque expone cómo el proceso adversarial nos
alienta a encontrar lo peor sobre la otra parte, sacarlo a la luz y conversar sobre cuán terrible
es el otro padre.31 Esto es traumático para los hijos y, por supuesto, dañino para la relación de
los padres32. Pueden existir entonces, otras formas menos dañinas de resolver estos
problemas; como la mediación o los nuevos mecanismos de divorcio colaborativo. La justicia
terapéutica se centra en estas exploraciones creativas.33
Finalmente, se expone un ejemplo de una tercera categoría denominada “roles legales”. Esta
categoría examina el comportamiento de los abogados, los jueces y otros actores en el sistema
23
Ver ídem en 344
24
Ver ídem en 353‐54
25
Ver ídem
26
Ver ídem en 353‐64
27
Ver ídem en 343‐63
28
Ver Weinstein, nota 14
29
Ver ídem en 343‐63
30
Ver ídem en 123‐24
31
Ver ídem en 86‐88
32
Ver ídem
33
Ver David B. Wexler, Therapeutic Jurisprudence and the Culture of Critique, 10 J. Contemp. Legal
Issues 263 (1999).
La justicia terapéutica surgió de la ley de la salud mental, el área que ha sido el tema principal
del Simposio sobre Leyes de la Discapacidad del Thomas M. Cooley Law Review, del cual se
extraen estos comentarios.38 La justicia terapéutica adquirió experiencia del compromiso civil,
la defensa por demencia y la incapacidad de enfrentar un juicio.39 También, observó la forma
en que un sistema diseñado para ayudar a que las personas se recuperen o consigan salud
mental a menudo fracasa o causa lo contrario.40
Por lo tanto, una perspectiva desarrollada a partir del reconocimiento de que la ley, nos guste
o no, funciona a veces como agente terapéutico o anti terapéutico.41 Por supuesto que esto es
altamente importante para la ley de salud mental. Sin embargo, la perspectiva de justicia
terapéutica se aplica ahora a otras áreas legales, probablemente a todas. Por ejemplo, se
aplica a la ley de salud mental, la ley penal, la ley juvenil, la ley de familia y otras áreas. La ley
de daños corporales también ha recibido atención.42 Consideramos la compensación en la ley
de daños corporales como una forma de intentar resarcir a las personas con dinero; poner a
34
Ver Wexler, nota 15, en 167‐68
35
Ver ídem en 168
36
Ver ídem en 167‐168
37
Ver Donald Meichenbaum & Dennis C. Turk, Facilitating Treatment Adherence: A Practitioner's
Guidebook (1987)
38
Tratado en el Simposio sobre Leyes de Discapacidad del Thomas M. Cooley Law Review (Oct. 29,
1999).
39
Ver David B. Wexler, Therapeutic Jurisprudence: The Law as a Therapeutic Agent (1990) (que se centra
en problemas de salud mental)
40
Ver ídem en 9. Un primer ejemplo que me llevó pensar en líneas que culminaron en el desarrollo de la
perspectiva de justicia terapéutica fue encontrarme con una situación que involucraba un estatuto de
Arizona que pagaba los costos de transporte al hospital estatal sólo a pacientes asignados por el
tribunal, no para voluntarios. Así creaba legislativamente un incentivo para ser hospitalizado de manera
involuntaria. Ver David B. Wexler, Stanley E. Scoville, et al, The Administration of Psychiatric Justice:
Theory and Practice in Arizona, 13 Ariz. L. Rev. 1, 58 n.186 (1971).
41
Ver Wexler & Winick, nota 2, en xvii. Escribí el primer documento sobre justicia terapéutica, que
explicaba y nombraba la perspectiva, para el taller sobre salud mental‐legal del National Institute of
Mental Health en el año 1987. Me pidieron escribir dentro del área general de ley y terapia, y decidí
afinar mi objetivo concentrándome no solo en ley y terapia sino que más bien en la ley como terapia,
como terapia mediante la ley, de ese modo ofreciendo un marco conceptual de la justicia terapéutica
como campo diferenciado de investigación. Para una versión histórica, ver David B. Wexler, The
Development of Therapeutic Jurisprudence: From Theory to Practice, 68 Revista Juridica Universidad de
Puerto Rico 691(1999).
42
Ver Daniel W. Shuman, The Psychology of Compensation in Tort Law, in Key, nota 2, en 438
los perjudicados en una posición que no habrían estado si no hubiesen sufrido un accidente.43
Es incómodo, pero está diseñado para compensarlos.44
Lo que la justicia terapéutica agrega a esta discusión es que la compensación puede “por sí
misma” influir en el curso de la recuperación.45 A veces, simplemente el tiempo no sana. Por
ejemplo, vemos que algunas personas no se recuperan hasta que se resuelve un caso y, en
algunas ocasiones, exageran o acentúan el daño.46 De esta forma, la compensación puede
afectar de manera independiente el proceso de sanación de la persona, 47 más allá del
propósito teórico.48 La justicia terapéutica alienta a que las personas piensen sobre eso y lo
estudien para ver si existen ciertas formas para poder disminuir el impacto.49 En resumen, la
justicia terapéutica comenzó como un nuevo giro en la ley de salud mental y ahora se ha
convertido en un giro de salud mental en la ley general, y en todas las áreas legales.
Una de las cosas que la justicia terapéutica trata de hacer, es observar con cuidado la literatura
prometedora de la psicología, la psiquiatría, las ciencias del comportamiento, la criminología y
el trabajo social para ver si estos conocimientos pueden incorporarse o introducirse en el
sistema legal.50 En este aspecto, la justicia terapéutica es muy diferente de los primeros
desarrollos de la justicia de salud mental, donde el esfuerzo era en realidad ver lo que estaba
“mal” con este tipo de literatura o testimonio.51 Existían buenas razones para que ese primer
énfasis, centrado exclusivamente en lo que estaba mal, en lugar de también considerar lo que
estaba “bien” y cómo poder “utilizar” algo de este material.
El actual pensamiento de la justicia terapéutica nos alienta a buscar fuertemente desarrollos
prometedores, incluso si la literatura de la ciencia del comportamiento no tiene nada que ver
con la ley. También, alienta a que las personas piensen creativamente sobre cómo estos
desarrollos prometedores pueden introducirse en el sistema legal.52 El siguiente ejemplo, se
une a la discusión anterior sobre el rol del juez cuando fija condiciones de libertad vigilada o
las condiciones para ser puesto en libertad condicional de un hospital psiquiátrico, luego de un
juicio de no culpabilidad por razones de demencia.53
Facilitating Treatment Adherence (facilitar la adherencia al tratamiento) es un libro escrito por
psicólogos sobre principios psicológicos que podrían ayudar a que doctores y otros
proveedores de salud hagan que sus pacientes cumplan de mejor manera el consejo médico.54
No se trata específicamente sobre psiquiatría, aunque podría incluir esa especialidad médica,
43
Ver ídem
44
Ver ídem en 441
45
Ver ídem en 433
46
Ver ídem
47
Ver ídem
48
Ver ídem
49
Ver idem en 443‐44; ver también Katherine Lippel, Therapeutic and Anti‐Therapeutic Consequences of
Workers' Compensation, 22 Int'l J. L. & Psychiatry 521 (1999)
50
Ver Wexler, nota 2, en xvii
51
Ver Wexler, nota 15, en 167‐77
52
Ver ídem en 167
53
Ver Meichenbaum & Turk, nota 37, en 159‐60
54
Ver Meichenbaum & Turk, nota 37
ni tampoco tiene que ver con derecho.55 Sin embargo, las palabras “facilitar la adherencia al
tratamiento”, me resultaron estimulantes desde un punto de la justicia terapéutica.56 Me
pregunté si la ley podría utilizar algo de esto para facilitar el cumplimiento de un infractor
puesto en libertad vigilada y facilitar el cumplimiento de una persona absuelta por demencia
con las condiciones de libertad en una institución.57
Estos principios primero trataron algunos elementos de sentido común, como hablar en
términos simples.58 A veces, los pacientes no cumplen con el consejo médico porque nunca
entendieron bien el mensaje.59 No se les dijo en términos simples lo que el doctor sugería que
hicieran o no se les preguntó antes de irse, “ahora, asegurémonos de que entendió bien.
Dígame que va a hacer, ¿cuán a menudo va a tomarse estas pastillas? ¿Se toman con o sin
comidas? ¿Cuán a menudo se toman?” 60De esta manera, a veces el no cumplimiento es
consecuencia de una claridad insuficiente a la hora de dar instrucciones.61
Otro principio que Meichenbaum y Turk trataron fue la forma de un contrato de
comportamiento.62 Cuando las personas firman un contrato de este tipo, es más probable que
cumplan con el consejo médico, que si no lo firman.63 Por otro lado, si hicieran un compromiso
público ante personas más allá de los proveedores de salud, sería más probable que
cumplieran.64 En relación a lo anterior, si los familiares se informaran de lo que los pacientes
deben hacer, sería más probable que estos cumplieran.65
Es interesante pensar sobre cómo estos principios pueden operar en un contexto legal.66 Por
ejemplo, si un juez considera una propuesta para que un paciente absuelto por demencia sea
puesto en libertad condicional de un hospital o cuando un juez decide conceder libertad
vigilada en una audiencia, el tribunal podría conceptualizar la libertad condicional en un tipo
de contrato de comportamiento: “Estoy de acuerdo de concederle la libertad condicional si
usted está de acuerdo con acatar las condiciones.”
Uno podría también imaginar una audiencia como un foro, donde una persona absuelta por
demencia o un imputado, hace un compromiso público respecto de ciertas condiciones a
cumplir.67 También, se puede ver si familiares que estén de acuerdo estén presentes en esa
audiencia.68
Están son formas de intentar introducir estos principios de cumplimiento de salud mental y
psicológica en un contexto legal. Ahora, ¿funcionarán de la misma manera en ese contexto?
55
Ver ídem
56
Ver ídem
57
Ver Wexler, nota 15, en 165
58
Ver Meichenbaum & Turk, nota 37, en 81, 116
59
Ver ídem en 76
60
Ver ídem en 122
61
Ver ídem en 113
62
Ver ídem en 164‐73
63
Ver ídem en 164
64
Ver ídem en 124‐25
65
Ver ídem
66
Ver ídem en 164
67
Ver Wexler, nota 15, en 167‐68
68
Ver ídem en 168
Ese es el tipo de pregunta empírica que la justicia terapéutica sugiere o formula, pero no
responde.
¿Deberíamos hacerlo? ¿Va a tomar demasiado tiempo? ¿Los jueces tienen el tiempo para
hacer esto? Esa es la pregunta normativa que se formula a partir de todo esto. Pero, lo que
sugiero, es que ahora estamos haciendo preguntas que de otra manera no estaríamos
formulando.
Otra forma en la que la justicia terapéutica ha tratado de utilizar información de la ciencia de
comportamiento, se relaciona con las distorsiones cognitivas de los infractores, especialmente
los infractores sexuales.69 Muchos terapeutas sugieren que para dar el primer paso en el
tratamiento de infractores, se necesita enfrentar la minimización o negación del infractor.70
También, los infractores tienen que afrontar responsabilidades.71 Tienen que superar las
distorsiones cognitivas de la negación y la minimización, tales como “yo no lo hice”, “lo hice,
pero no fue mi idea” o “lo hice, fue mi idea pero no fue por satisfacción sexual”.72
Una pregunta que la justicia terapéutica podría hacer es si la ley en la práctica opera para
fomentar la restructuración cognitiva o si en realidad perpetúa estas distorsiones.73 Un área
que podemos examinar es el proceso en el que un sujeto se declara culpable. Cuando los
jueces toman una declaración de culpabilidad y la mayoría de las personas se declara culpable,
existe un requisito para que el tribunal encuentre que esa declaración es voluntaria y que
existe una base fáctica para la declaración. 74 Existen diferentes maneras de comportarse
cuando un juez acepta la declaración de culpabilidad de los infractores y algunos antropólogos
legales que han asistido a las cortes, han categorizado y clasificado estos comportamientos
judiciales.75
Algunos jueces están bastante “orientados a los expedientes”.76 Intentan evitar tratar con el
imputado porque éste podría “entorpecer” el expediente.77 En lugar de eso, consideran
declaraciones del fiscal, del abogado defensor o algo en el archivo que establezca la base
fáctica de la declaración de culpabilidad.78 Estos tribunales involucran a los imputados de
manera mínima.79
Otros jueces hablan abiertamienta con el imputado, como: “Está bien, se da cuenta de que
esto es el delito del que se declara culpable. Por favor, dígame con sus propias palabras lo que
pasó, cuándo, etc.”80 Este segundo tipo de comportamiento judicial, podría ser un poco mejor
69
Ver ídem en 159
70
Ver ídem
71
Ver ídem en 159, 161‐62
72
Ver ídem en 159
73
Ver ídem
74
Ver ídem en 159‐60.
75
Ver ídem en 159‐64
76
Ver ídem en 163
77
Ver ídem
78
Ver ídem en 162‐63
79
Ver ídem en 163
80
Ver ídem en 161‐62
que el primero, porque da ese primer paso de confrontar la negación, la minimización, además
alienta a que infractor asuma responsabilidad.81
El siguiente ejemplo se refiere a los derechos y las responsabilidades, y su relación con la
rehabilitación.82 He estado interesado en la literatura reciente que se relaciona con los
principios para prevenir recaídas y cómo éstos podrían introducirse en la ley.
Durante muchos años, existió un verdadero pesimismo en la rehabilitación y sus intentos.83
Comenzó en la década de los 70, cuando Martinson sugirió que en realidad nada funcionaba,
lo que provocó un largo periodo de tiempo en que la gente se rindió frente a la
rehabilitación.84
Recientemente, han aparecido paquetes y programas de rehabilitación, en especial de tipo
cognitiva/conductual, que parecen bastante prometedores.85 Uno de estos tratamientos de
tipo cognitivo/conductual alienta a que los infractores piensen en la cadena de eventos que
llevaron a la delincuencia y luego tratan de que ellos anticipen sus conductas para detener el
delito.86 Esto permite que un infractor resuelva dos cosas: (1) ¿Cuáles son las situaciones de
alto riesgo en el caso particular para la comisión de un delito?; y (2) ¿cómo pueden evitarse las
situaciones de alto riesgo y cómo pueden enfrentarse si estas aparecen?87
Estas situaciones pueden ser cosas tales como, darse cuenta de que se encuentra en riesgo los
viernes en la noche después de haber ido a una fiesta con alguien en particular. El infractor
puede decidir que no debe salir los viernes en la noche. Esta determinación es una forma de
evitar conductas de alto riesgo.88 En lugar de salir el viernes en la noche con “Juanito” y
meterse en problemas, el infractor puede elegir quedarse en casa. Pero, ¿qué pasa la noche
posterior cuando “Juanito” llama?, o ¿qué pasa cuando “Juanito” toca la puerta del infractor?
Los terapeutas han desarrollado enfoques para trabajar con estos problemas y para que los
infractores preparen planes para prevenir recaídas.89 También, hay ciertos programas, como
programas de “razonamiento y rehabilitación”, que enseñan a los infractores cambios
cognitivos, a detenerse a pensar y entender las consecuencias, para anticipar situaciones de
alto riesgo y aprender a evitarlas y enfrentarlas.90
81
Ver ídem; ver también Katherine Corry Eastman, Sexual Abuse Treatment in Kansas's Prisons:
Compelling Inmate to Admit Guilt, 38 Washburn L. J. 949 (1999); Jonathon Kadan, Therapy for Convicted
Sex Offenders: Pursuing Rehabilitation Without Incrimination, 89 J. Crim. L. & Criminology 347 (1998)
82
Ver Dr. Robert Miller, tratado en el Simposio sobre Leyes de Discapacidad del Thomas M. Cooley Law
Review (Oct. 29, 1999)
83
Ver Robert Martinson, What Works? Questions and Answers About Prison Reform, 35 Public Interest
22 (1974) (que señala que la evidencia no indicaba que la rehabilitación funcionara)
84
Ver ídem
85
Ver James McGuire, What Works: Reducing Reoffending (McGuire ed., 1995).
86
See Jack Bush, Teaching Self‐Risk Management to Violent Offenders, en McGuire, nota 85, en 139, 141
87
Ver ídem
88
Ver ídem
89
Ver Christine Knott, The STOP Programme: Reasoning and Rehabilitation in a British Setting, en
McGuire, nota 84, en 115
90
Ver Knott, nota 89
Estos programas parecen ser razonablemente exitosos.91 Uno de los temas en el que estoy
interesado actualmente, desde el punto de la justicia terapéutica, es cómo esto puede
introducirse en la ley. En un sentido obvio, este tipo de programas de rehabilitación, de
razonamiento y de resolución de problemas, pueden hacerse ampliamente disponibles en
contextos de centros de cumplimiento comunitario y correccional.92 Por supuesto que una
forma de unirlos aun más con la ley sería decir que como condición de la libertad vigilada o
libertad condicional, se debe asistir o completar uno de estos programas.93
Sin embargo, una forma más sutil de pensar en esto en términos de justicia terapéutica, es
preguntar cómo las técnicas “razonamiento y la rehabilitación” pueden formar parte del
proceso legal en sí.94 La sugerencia es que si un juez o un consejero de libertad vigilada se
familiariza con estas técnicas y va a considerar a alguien para ser puesto en libertad vigilada, el
juez pueda decir: “voy a considerarlo pero quiero que idee un tipo de plan preliminar que
utilizaremos como base para la discusión. Quiero que entienda por qué debiera concederle
libertad condicional y por qué debiera estar tranquilo de que usted logrará cumplir. Para que
yo me sienta tranquilo, necesito saber lo que usted considera que son situaciones de alto
riesgo y cómo va a evitarlas o enfrentarlas”.95
Si se sigue ese enfoque, los tribunales promoverán el proceso de auto‐responsabilidad
cognitiva como parte y carga de la de sentencia.96 El proceso puede operar de esta manera:
“Me doy cuenta de que causo conflictos los viernes por la noche; por lo tanto, propongo que
me quedaré en casa”. De un momento a otro, no es un juez que está imponiendo algo. Es algo
que el sujeto está proponiendo, considerándolo así, que es algo justo. El sujeto tiene voz en
ésto y, presumiblemente, el cumplimiento de esta condición será mejor.97
Espero haber entregado una idea de lo que es la justicia terapéutica a través de estos
ejemplos, y cómo trata de alcanzar objetivos terapéuticos, a través de la sola operación del
sistema legal.
91
Ver ídem
92
Ver ídem
93
Ver ídem
94
Ver David B. Wexler, How The Law Can Use What Works: A Therapeutic Jurisprudence Look at Recent
Research in Rehabilitation, 15 Behav. Sci. & L. 365, 367 (1997)
95
Ver idem en 367‐68
96
Ver Knott, nota 85, en 117
97
Ver ídem