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y S o c ia l :l t e r c e r m u n d o
ra iá s WOKSLEX " E l t e r c e r M undon una nueva fuerza, vital en los asuntos
internacionales

por
PED ER W O R SLEY

Traducción de
MARTÍ SOLES
INTRODUCCIÓN

La creación del mundo

, H asta nuestros días, la sociedad hum ana nunca ha existido. Socie­


dades, sí ; civilizaciones e imperios que se extendieron por grandes
regiones e influyeron en millones de personas. No podía ser de o tra
m anera antes del crecim iento. de la civilización. No podíamos es­
perar una com unidad hum ana de am plitud mundial- en. la . Europa
paleolítica sólo habitada por unos pocos miles de hom bres. " E n 'té r­
minos m odernos —nos dice el arqueólogo— la producción total
dé energía en' la E uropa salvaje en cualquier m om ento determ inado
nunca excedió, probablem ente, a la de un solo bom bardero dé cuatro
m otores."1 '
Perpi .aun cuando las grandes civilizaciones eyolucionarpm es­
tablecieron sus fronteras en alguna parte.: Fueran, c u a le sfu e ran ,
sus proclam as de dominio universal —y el Im perio chino no tenía
D epartam ento de Relaciones Exteriores, puesto que era la civiliza­
ción y todo lo demás barbarie— reconocían la existencia de la vida,
m as allá de los lunes, pero sólo una vida bárbara. La línea en la
que term inaba la civilización era patrullada por gente arm ada y
guardada por las m urallas chinas y romanas. Por lo qué' respecta
a lo que había m ás állá> no estaban muy interesados/
E sta m utua ignorancia era tragicómica. Pudo haber sido fatal.
Surajah. D ow lah/nabab de Bengala, a quien derrotó Clive en Plas-
sey,:óreíá que sólo había 10 mil habitantes en todo Europa.2 Tam ­
bién los chinos pensaban que E uropa tenia poca población.
Én 1793, Ch'ien Lung, Em perador de China, se dirigió a un
p p ten ta d o b árb a ro , Jorge III. de Inglaterra, en respuesta a l á m isión
d e E a r l Macárthey, m ándado por Jorge i Pekín:
Vos, oh Rey, vivís más allá dé los confines de muchos mares; pero
impelido por vuestro humilde deseo dé participar de los beneficios de
nuestra civilización habéis enviado una misión qué trae respetiiósamenie
vuestro m em orial... Para mostrar vuestro afecto habéis enviado también
ofrendas de los productos de vuestro país.
He leído con atención .vuesipcí ’Ií>s-. térynmos' fervorosos
.' que contiene revelan una respetuosa humildad dé vuestra parte, lp que
es altamente loable...
.En cuanto a. vuestra petición de enviar a uno dé vuestros nacionales
para que sea acreditado en mi Óprte Celestial y qpri él fiá. de que quede
abcontrol del comercio de vqea&i? .pítís isón ésjd'^jstición es eon-
¡trarfa'á los usos de mi dinastía y no puede ser considerada.... Podríamos
1 C lark , From S avagery to Ciyilkxitipn, p, 30.
2 S trachey, The Ercd of E tnpire, p. 19,
C53 ( ■
sugerir: que imitara a los europeos que residen permanentemente en la Europa de principios del siglo xxx que ordenaba una gran purga
. Pekín y adoptar el vestido y las costumbres-chinas, pero nunca ha sido en primavera, siendo la raíz del ruibarbo un ingrediente que entraba a
deseó de nuestra dinastía obligar a la gente a hacer cosas impropias menudo eu los purgantes. La purga estacional era, según creían, entera­
e inconvenientes... mente necesaria en el caso de los niños, que sin ella se llenarían de
; En mi imperio, .sobre ei ancho mundo sólo tengo una meta, la de lombrices; .Peros».¿ más tarde [ los funcionarios chinos encargados de eli­
mantener un gobierno perfecto : y cumplir los deberes ..del E stad o .... minar el comercio del opio] modificaron sus creencias acerca del ruibar­
Como lo puede ver por sí mismo vuestro Embajador,rio, ténemos todo. bo y dijeron que sólo el té podía considerarse de absoluta necesidad.4
No doy valor a. los objetos extraños e ingeniosos y no tienen utilidad,
para nosotros las manufacturas de vuestro país. . .; J El abismo en tre las civilizaciones era demasiado gran de p a ra tender
Vos, oh Rey, habéis deseado "desde hace mucho las bendiciones de' -un puente entre las orillas, a veces incluso-demasiado grande p a ra un
nuestra civilización... Desde luego, ya he tomado nota de vuestro respe­ entendim iento m utuo. Periódicamente, cuando los hom bres r ompían
tuoso espíritu de sumisión... las barreras de m ontes, idioma, océano, m urallas, se quedaban
[En cuanto al comercio],. . nuestro Imperio Celeste posee todas boquiabiertos ante lo que veían. ¿Cómo podían los hom bres llevar
las cosas en abundancia prolífica y no ile, falta "ningún -producto dentro ^existencias^tan anim alescas? ¿E ran realm ente “hom bres"? En la Co-
de sus fronteras. T or tanto, fio hay ninguna necesidad de, importar las lonia del Cabo los nóm adas prim itivos eran cazados p o r deporte.
manufacturas de los'bárbaros, de fuera .a .cambXq.jie.ji!¿eslros. propios En Tasmania, los colonizadores de 1830,'ju n to con soldados, poli-
productos. Pero como el té, la seda y la porcelana que produce el Celeste
Imperio son necesidades perentorias de las naciones europeas y vuestras, c/ as 7 crim inales, recorrieron la isla en una batida m ilitar para
hemos permitido, como señal de favor, que hongs extranjeros se esta­ lim piarla de toda su población aborigen.5
blezcan en Cantón, de manera que vuestros requerimientos sean cumpli­ ; i E n los prim eros días d é la colonización las cosas eran a m enudo
dos y vuestro país participe así dé nuestra liberalidad. / distintas. En el Cabo, las relaciones entre los blancos y los negros
En cuanto al culto de vuestra nación al Señor dé los Cielos-[cristia­ ; ¡eran lo bastante equilibradas como para que fueran norm ales los
nismo] desde el principio de la historia emperadores prudentes, y m atrim onios entre holandeses y m ujeres hotentotes. E l caso m ás
gobernantes sabios dieron a China un sistema moral e inculcaron un í ¡famoso! fue el m atrim onio del explorador Van Meerhof, en 1664, con
código, el que desde tiempo, inmemorial ha sido observado religiosamen- Eva, ur¡a hotelitote, en el que la boda fue celebrada con una fiesta
,te por los millones que forman mi pueblo. Nunca ha habido interés nupcial en la Casa de Gobierno.6 1-
alguno por doctrinas heterodoxas.,. l a distinción; entre chinos y bár­ Este breve-período de tolerancia no duró m ucho. Las guerras
baros es muy estricta y la petición de vuestro Embajador en el sentido
de que los bárbaros obtengan completa libertad para difundir su religión de los hotentotes y la de Kaffir, m ás la im portación de esclavos en
es totalmente irrazonable. i _. . gran escala, cam biaron p ro n to las cosas. H acia l792 el Concejo de ia
« Podría ser, oh Rey» que las anteriores proposiciones hayan sido ./Iglesia: de ¡Ciudad del-vCabo -declaró que ya n o ¡existían razaseis
hechas por vuestro Embajador bajo su : propia responsabilidad, o acaso -¡tem poraleso religiosas p a ra :d eja r libres a los esclavos que se con-
vps mismo por ignorancia de nuestras reglas dinásticas y sin ninguna ivirtieran al cristianism o.7
intención de transgredirlas cuando expresasteis estas ideas y esperanzas ; Pero en todas partes los europeos encontraron culturas bien
distintas de las de los hotentotes y los abqrígipés; australianos,
Desplegad, oh Rey, una lealtad aun más ardiente en i el futufp y Cuando toparon veon esas civilizaciones se les
lésfórzáós por conservar para: siempre Nuestro afectó benévolo. . . 8 torio bien distinto: ¿Cómo pudieron estas magníficas eivibaacieaes.
pennanecer ignoradas? VEn et sigío~ xiii , "cuantío Marco Polo llegó
A¡pesar del tono altivo y las pretensiones universalistas del Em pera­ ¡!a la ciudad de THañg-cHou. entonces -en. decadeneia¿ encontró que
dor chino, su sociedad estaba mal j eq u ip ad a-p ara resistir iasj in­
cursiones dé la Europa -comercial.r-f erO' i para; una sociedad -¡que vi, .¡¿tiene una extensión de ¡cien¡millas,. . Hay, además -de¡¡ otras muchas
creía que “como hay un sol en los ■;:éielo¿iPasimismo sólo . puede . para los diversos barrios, diez plazas principales. Son cuadradas y cada
hab er un s o l o p o d e r supremo: ervla; tierra", era :dificíl com prender uno de ¡sus lados mide media milla¿., Todos los caminos están pavi-
que los sórdidos demonios ^ x tr ^ je r o s tra tantes de opio represen­
taran u n poden rríitcho; mayor que S ^ ^ ^ fiin a . '10011130' eii la época
de la'GueVra: del 'Ópio t : ... 4 Waley, The Opiunt War .Thrvugh Chínese E yest p.-33.
® Türnbull, B lack War. Los resultados quedaron m uy lejos d e lo que se
... la creencia en que los extranjeros. v.en particular los. ingleses, mori­ proponían: dos nativos m uertos, dos capturados, contra cuatro o cinco m uer­
rían de estreñimiento si se les privaba del ruibarbo estaba ihuy exten­ t o s ; costo: 35 mil libras esterlinas. Pero otras medidas si fueron efectivas:
dida. .. en China. Tuvo su origen, creo, en la práctica tan extendida en ..iéL úitirnn aborigen m u rió é n 1876.
'•* Rotix, 12¿rúe- £M*xz~r' Roúe,
7 Bepedict, Ráse and Racismi p. ivo.
3 Modern Chínese Históry, éd;. MácNair, pp. Eli. ,
•LA CREACIÓN D E I. MD’NO O IN TRO D U CCIÓ N

mentados con ,piedras y lacillos cocidos... hay un millón seis­ abundante m aterial arqueológico y docum ental sobre este im perio,12
cientas mil casas....« Ahora el mito Va no es, como lo presum e Ja eísciélopedia, una
sim ple ."dist(^iQIT-,. Tam poco f!s "historia”. Gomo lo m ostró Máli-
En esta época Ja vida en Europa era insegura, 3gs com unicaciones npwski en form a clásica, Ci rsito. actúa éprifó “tMÜo" del orden
prim itivas y la civilización en decadencia.'0 Aún tres siglos después, _social de h o y :: “proporciona un patrón retrospectivo de ios valores
cuntido la civilización epEopea había adelantado qonsiderableriiente, "morales, eí orden .sociológico y la creencia m ágica” cuya “función”
la región no europea podía seguir asom brando a ios conquistadores es "reforzar la tradición y dotarla de un m avor valor y prestigio al
españoles de M éxico: ~ ~ " .. ' ■■ ~ rastre a r en los tiempos tma readidad Más alta, m ejor v m ás ..sobre­
natural de aconteclaüentQS ’intiicaáifes”.^ Pero c a e puede incorporar,
Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y, en utilizar y elaborÍ3Y ^?r~iiS pós¿f&s mit&pméticós, acontecim ientos
tierra firme otras grandes poblazones. y aquella calzada tan derecha y h istóricos reales ai igual que “acontecim ientos ” m íticos puros. Por
por piveí cómo iba a México, nos quedamos admirados, y decíamos~qúe difícil que sea la tarea, con todo, es posible destilar la historia de
pareéía a las cosas dq encantamiento que cuentan en el libro de Amadís, •la leyenda popular. Y es peligroso descartar el valor histórico
por las grajjpes forres y cues y edificios qué teman déñtrb; en’ elragua, y
todos de calicanto, y aun algunos de nuestros soldados decían qué si de toda tradición oral :
aquello que veían .s i -esa entre sueños. .. Y después que entramos e n
amella, ciudad- de" Estapaíapáv dé. la manera .de los palacios donde nos En 1914, un funcionario distrital francés, Bonnel de Mezieres, excavó
aposentaron, de cuán grandes y bien labrados eran, dé cantería muy en un lugar en el que la tradición sugería (aunqueninguna elevación
prima, y la madera de cedros y de otros buenos árboles olorosos,, con notable sobre lá sabana lo indicaba)...
grandes patios y cuartos, cosas muy de ver, y entoldados con paramentos
de algodón. Pespués de bien visto todo aquello, fuimos a la huerta y y encontró, lo que probablem ente es Kum bí Saléh, la capital del
jardín, que fue cosa muy admirable verlo y pasearlo, qué no me hartaba antiguo Im perio de Ghana.14 En Sudáfrica, las- leyendas Venda dé
de m irar la (hversidad_de_árbole¿ y los olores que cada uno tenía, y an­ una colina secreta sagrada en el Transvaal fueron lá cláve para
denes llenos de,rosas •$•'f J b r i^ .y n ia ^ rósale^ d e l á -tierra el descubrim iento de íós "entierros de oro” de: Mapungub\ye,45
Ahóra todo está por el suelo, perdido, que no hay c o s a ...10 Leyendas como éstas pueden, por tanto, contener u n meollo de
Una generación, después de. la conquista sólo se podía decir “qué i verdad histórica. Otras son enteram ente "m itológicas”. Pero tam bién
‘ los europeos tienen sus mitolomasv: Cuando Cortés y sus com pañeros
no hay cosa” : tan enteram ente las altas civilizaciones eran destrui­ /a : quem aron sus Payes eri las playáside México, el gran dram a dé su
das o arrasadas que pronto fueron olvidadas y lós blancos dudaron
de su existencia. Y los descendientes de los conquistadores recor­ acto era congruente con las imaginaciones .voraces de los hom bres
daron. ’ .. mque no sólo habían salido a saquear, sino que se consideraban tam-
La ignorancia del hom bre sobre sus sem ejantes no sólo es asunto bién campeones cruzados de la Cristiandad y héroes de lá épica
4 V los rom ances medievales, al encuentro de "las cosas de e n c a n ta .
de ausencia de. información. También está coridiciohada p o r la fal­
ta dé interés .enrconseguíi^ a priort e intereses tm euto que cuentan en el libro de Amadís”. Uña E spaña que acababa
investidos que de term inan" 1a s r e acciones mucho, m ás allá dei con­ de ser reconquistada d é'lo s infieles, y que hacía poco había sido
tacto real. A m enudo están ahí “los hechos”, si se los busca desapa­ declarada totalm ente inhabitable, para los caballeros andantes, por

/
sionadam ente. Pero el sudafricano que m ira la h isto ria cultural Cervantes, ya rio podía satisfacer >la imaginación de los conquista­
africada a través de los lentes distorsionadores de. la superioridad dores potenciales. .Entonces estos, espíritus inquietos volvieron los
racial no puede , ver claram ente. Una enciclopedia reciente^ p o r ojos a lo lejos, buscando nuevos m undos que conquistar. Codiciaron
ejem plo, se refiere a la antigüa civilización de M onom atapa como a el oro de Él Dórado, pero tam jgiéqla vida etern a de la Fuente de la
“un legendario im perio que los prim eros viajeros creían que existía Juventud.18 La realidad que hallarorri^-ías avanzadas civilizaciones
en el interior del África del Sur", “léyendá” que estaría basada en de México y Perú— sólo opnfinnó ejl realism o ~de sus sueños
las “historias distorsionadas de las tribus ilativas",11 a. p e sa r’ del insensatos Pero la caballería ^L^yIJa.-€aridad cristiana— pronto se
i? Véase la bibliografía al capítulo 9 de Davidson, Oíd Africa Rediscovered,
* V ia j e s de Marco Poto, pp. 192-204. L a , milla china equivalía a üít poco pp-. 275-6, especialmente Wischoff,T h e Zimbabwe M onomatapa Culture in South-
más de quinientos metros. i, .. I éast Africa.
* Véase Bloch. F e u d a j S o c ie ty , p a r te I I : " T h e E n v i r ó n m e n t : C o n d í ti o n s i3 " M y th in Primitive Psychology'1, M a g ic,S cien ce, and Religión, p. 146.
o t E i f e a n d M e n t a l C l im a te " , pp. 59-120. M Davidson, op. cit., p . '86 (las cursivas son m ías).
L _j^/3ernal Díaz del Castillo, H istoria verdadera de la concilista de ¡a N ueva 15 Jbid., p. 216.
E ;pana, pp. 147-S. i« CÜssold, The Seven Cities of Cíbola, en especial el capítulo I I : "Antillia,
11 En'cyclopaedia of Southern Africa, ed. Rosenthal, p. 340. Seven Cities, and a Fountain''.
IN TR O D U C C IÓ N 13
12 1 A GREAGIÓM DEL MUNDO
interm itentes, accidentales o periódicos. Los hom bres podían ad­
...y (fue los reyes paganos que no rindieran su cérviz al yugo septiiian quirir un nuevo tipo de canoa, un nuevo culto religioso, un nuevo
todo él peso de la cólera dél fuerte brazc portugués, h a s ta quedar ren- y señor de la puerta siguiente —ahí afuera-r- pero nunca sabían qué
didos o sin ■vida. hábia m ás allá, nunca penetraron “ahí afuera". M m undo, para
los Nuer, era así en el siglo :oi): 23
Helo ¿hí volviendo de nuevo sobre ella, al ríen do brecha en las murallas
•“ y liafeiéhdose^áso con su espada a través del apiñado y .temible escuadrón
, de géatiles ,3r-.;áe m orosa ■
Otros países- europeos, colocados m ás favorablem ente, y sobre
todo Inglaterra, pudieron beneficiarse de la experiencia pionera dé
españoles y portugueses y de sus propias aventuras de expansión
en "acum ulación prim itiva". No refrenaron su explotación cabal:
después de Plassey, Cíive solo sacó m ás de 2 300 000 libras esterlinas,
adem ás de un ingreso anual de 270 mil.22
Pero al contrario que en España, esta riqueza^ no fue utilizada
p ara p e rp e tu ar "el capitalism o de botín” o el m ercantilism o tradi-
- ciunal, o sim plem ente para construir u n sistem a de plantación
colonial b u ro c rá tic o . Se utilizó p a ra establecer u n a nueva división
del tr abajo internacional: convirtiendo las tierras conquistadas en
una fue~hte de recursos p a ra un capitalism o industrial dinámico y en
expansión. S e 1¿ prosperidad 3 el- "com ercio triánguíar^~3él Gran
Circuito —Esclavos del África a Am érica; m inerales y comestibles Más allá de la línea dé colinas, al otro lado del río, nunca Se
de América a E u ro p a ; bienes m anufacturados b aratos de Europa aventuraban.. E ra el territorio de los enemigos,:; al áinie se entraba
v América a África— vino la prosperidad de Liverpool, M anchester, sólo c b ¿ '.i^ ( S 6 s ito i~ é ^ ^ { a |e¿i de guerra o de m atrim onio —gente
I B ristol y una contribución significativa a l m ontaje de la revolución a la que s.e necesitaba: pnncipaTmente como víctim as 'o amigos»
industrial británica. Desde entonces, la égida europea sobre el resto sum inistradores o consumidores;, pero que " perm anecía esencial-
del m undo se hizo m arcada. Los térm inos del comercio se invir­ m ente separada y m arginal a la sociedad propia de uno y, por tanto,
tieron, a m edida que las avanzadas civilizaciones de Oriente de­ potencialm ente hostil. Com erciar conTellos era aventurarse en una
cayeron u n a a una, al ser destruida su industria para dejar lugar atm ó sfera. peligrosam ente cargad a ; se necesitab a realizar los ritos
a los productos de M anchester, Lyon,qAmsterdam y. Bruselas y mágicos elaborados para el com ercio dé Ins \n1n He Trnhr-ia^q para
sus recursos naturales - transportados p a ra alim entar las, fábricas protegerse a sí m ismos.24: --
de Europa. En verdad, en este, m undo "objetivamente":: señcilló, hicieron
k Desde Ihegn, objetivam ente el m undo siempre. ha_sjdo u n o . contactos m uy im portantes: ios puehlos euyas labores em plean él
m ucho antes de que, las, r e la c io n e s sociales de. am plitud m undial traslado: los comerciantes en form a notable, los conquistadores
se establecieran m ucho antes desque. los españoles anclaran en. desde luego y a veces ios buscadores de prosélitos. Incluso con un
América o los ingleses en lá India.. Incluso los -.cazadores-y recolec­ equipo bien lim itado podían hacerse viajes extraordinarios. De he­
tores m ás prim itivos nunca;, han estado aislados. Xa civilización cho, Ja "exploración" consistía en pasar de m ano en m ano, guiada
ha atravesado de una sociedad a otra, ha.cam biado y se ha añadido, a lo largo de rutas gastadasi por el uso. A veces se llevaron a cabo
o perdido, en el procesó-—p o r la guerra, el m atrim onio intersocie­ verdaderas exploraciones:; Marco Aurelio envió un em bajador a
tario, la conversión, la discusión. Pero el contacto era de cuentas Nankíri en el año 166 d. c.,25 los propios chinos llegaron a Africa
en un hiló, aunque —para u sa r una expresión irlandesa—r sin hilo y al Caspio,20 los nórdicos viajaron a N orteam érica y los polinesios
alguno. La simple contigüidad era el principal mecanismo facilita­ exploraron las islas del Pacífico, m ucho-antes de la gran era de
dor.1Pequeños o grandes, donde las sociedades perm anecían política­ los viajes de descubrim iento europeos.
m ente independientes de sus vecinas y no estaban incorporadas
a una civilización m ás avanzada, susí contactos con el .exterior eran .. 23 "N uer SocioRpatial Categories", en Evans-Pritchard, The Nuer, p / 114
2-í Malinowski, Argohauts af the W estern Pacific, y Uberoi, Potitic’s, of the
K'utd Ring.
z* Sansorn, The Western World and Japón, p. 20.
21 Camoens, Los Lusiadas, Canto X ,. pp. 205 y. 213. 28 F itzg én ld , China, pp. 196-201.
22 Strachey, crp. cit., p. 33 (en libras esterlinas de 1959).

7
agestó a m edida.que unos pocos cientos de hom bres, como máquinas tés enferm aron al ver los’ sacrificios de seres hum anos que se hacían
insensibles/lucharon p o r un im perio de oro y esclavos, contra cien­ en su honor: los sacrificios en masa de los aztecas los h orrori­
tos- de miles de sem ejantes. ; . i ::; y'.- V- .4- z a ro n . Por tanto en Choliila, México, como, enC axam arca, Perú, los
Fue. Bernal Díaz, el tosco soldado al que virnos contem plar ..propios .españoles no vacilaron er¡ utilizar la m atanza prem editada,
asom brado la capital azteca de Tenochtiílan (en el mismo lugar ' traicionéra y en gran escala en m ultitudes confiadas,, como in stru ­
en el que se levanta la ciudad de México), Díaz y sus cam aradas, m ento terro rista de política, y la iglesia bendijo sus actós.
quiénes hicieron la prim era irrupción europea decisiva en el mundo. ó Cerca de dos siglos m ás tarde, la superioridad de la disciplina
Establecieron, una relación fatídica de superioridad e inferioridad m ilitar ¡del hom bre blanco y su organización había de ser de nuevo
que iba a sostener al hom bre blanco en su deseo, .de conquista dem ostrada, en Plassey, cuando la caída, de otro gran im perio dio
-mundial -últim a, y lo iba a llevar a la creación del mundo como, a Gran. [Bretaña la llave hacia un subcontinente. La victoria de
un solo sistem a social: Por im presionados que quedaran los espa­ Clive sobre Surajah Dowlah en Plassey no se debió a una superio­
ñoles por los jardines botánicos y zoológicos de Tenochtitian, la ridad técnica avasalladora —ya que los ejércitos del Nabab estaban
sociedad azteca debía'desm oronarse ánte ellos. Por. ello, su sentido igualm ente bien equipados— sino sobre todo a la disciplina, al
de superioridad es comprensible. Pizarro en el Perú, de nuevo, entrenamiento y al ejercicio militar británicos.17
conquistó un im perio de dieciséis millones de habitantes con sólo : La victoria de Clive ,en Plassey,:aL contrario que la conquista^
300 iiom bres y cincuenta caballos. A: pesar de su gran extensión española ,en América r'-fue la vir.torja d e un p a ís en d e sa r r o llo Joacia
y de su organización avanzada,- por notables que fueran sus civiliza­ el mayor poder industria r capitalista. .Por ello el efecto de la con­
ciones elaboradas, los imperios del Nuevo M undo no pudieron re­ quista británica ¿feTTa “India, aunque~~destfucfora' de la economía
sistir el ataque español. En' México, Cortés tuvo la ayuda -de. cientos indígena y aunque explotadora, llevó en última mstancia_.a la .so­
de miles, de aliados tlaxcaltecas :■ así :supo explotar las rivalidades ciedad india por el camino de la modernización .
internas. Y tuvo la ayuda form idable de la creencia religiosa de Una España réprésara’y aútorit&ria, dominada política y cultural-'
que los españoles eran dioses que volvían, un m ito oue afectó par­ f mente por las provincias atrasadas' de Castilla ía Vieja y Aragón,18
ticularm ente al irresoluto em perador Moctezuma. Pero ninguno [ ' no fus capaz de utilizar el oro de las Indias para el "despegue” hacia
de estos factores contó para el triunfo de Pizarro en el P en i,'ex ­ I lá 1industrialización capitalista moderna. La riqueza del N uevo
cepto en la m edida en que el Suprem o Inca/A tahualpa, apenas si 1 Mundo, por el contrario, se utilizó para mantener una sociedad ar-
había asum ido las .riendas del poder después de una guerra civil. 1 caica. El militarismo y la xenofobia petrificaron el orden social;
Desde luego, Pizarro tuvo el ejem plo de Cortés para inspirarlo y V una cristiandad inquisitorial lo santificó, en el país y fuera de éL
guiarlo. Es verdad que el Cristianismo produjo en ultramar defensores tan
El equipo superior fue crucial en la victoria española: esos nobles d élo s indios como el gran dominico Bartolomé de las Casas.18
velludos m onstruos blancos, cubiertos de m etal y m ontados en sus Pero el Santo de las Indias perdió. Un obispo portugués fue a
altos "ciervos”, sem braron el terro r en los corazones de los soldados sentarse en su silla de piedra de Loanda, África occidental, "bendi­
campesinos de a pie, por bravos que fueren contra los caballeros ciendo a los esclavos a medida que entraban en las bodegas de los,
y sus propios temores. Bernal Díaz, hom bre luchador y práctico, da esclavistas 'y a’través de su bendición apostólica garantizándoles
un completo reconocim iento a la im portancia de los instrum entos la bienaventuranza indecible de una vida futura con la que no tiene
de guerra en las victorias españolas: el caballo, l a : arm adura, las comparación el corto período de tribulación terrena’ "-20
ballestas, los cañones, los perros y los "ingenios” ¿e guerra. Pero , i ’ La tradición'establecida en la Española (3a isla dividida hoy
no fueron las arm as de hierro ni sus cotas las que dieron el oro del entre Haití y la República Dominicana) —donde la población, india
Nuevo Mundo a hom bres como Cortés y Pizarro. Fue tam bién su se redujo de dos o trescientos mil en 1492 a dos aldeas en 1570—
organización, su .discipliñá. su confianza y la fuerza de sus motiva­ probó ser irresistible^ La violencia: y el terror- comprobaron ser .un
ciones los que les dieron-venta ja s 1cruciales. La- "ética” del conquis­ dispositivo atrincherado.. La guerra se convirtió en un arte, v la
tador era c ru c ia l; los ayudó a crear un espíritu de hierro que guerra coionial incluso pudo- inspirar el arte:
igualaba a su equipo.' de .-batalla tria ¡ crueldad y la determinación
alcanzaban la victoria. . | V?T Strachey, qp. cit., p. 38. E n cuanto a la comparación genera! de las
civilizaciones india v británica este escritor afirm a que "desde luego no había
IJna vez que Cortes hubo quem ado sus naves; una vez quejlos ' ‘ tan grande abism o entre ellas” (p. 12); "junto a la Delhí de los Mogules el
hom bres de Pizarro cruzaron ladínea que éste trazó en tierras perua­ ' 'Londres ‘'.«fe ‘-1715 ''habría parecido en muchos aspectos u±t pueblo cam pestre"
nas no hubo ya. posibilidad de,regreso. La m uerte o la victoria eran * (p. 16) . '• '1 ' ":i:
la elección y en tales circunstancias los hom bres no dieron cuartel. j 38 .Véáse -K iem ait, "S tate and Na&gu-. (WestyEarope. •: Spáin; ..-AMcá-’V-
Coilier, indicáis of the Amencas.
Además, los españoles tenían el apoyo divino. Los hom bres de Cor­ Hays, From Ape to Angel, p. 257;
De hecho, nunca n u do, un snanE n l s uieu. üi^iaui*. i_,tx uui
hum ana ha sido una, pero sólo ''objetivam ente'1: existió "en sí", reform istas que se reoeiaoan contra jos enuuree-iaos anciens re-
peró no "para los hom bres'1. La sociedad h u m an a sólo vino a existir . .. gimes se proyectaron en esas sociedades recién halladas.
subjetivamente., los hom bres sólo adquirieron el conocim iento de En Lee Boo, príncipe de las islas Palau, y Omai, noble salvaje
que form aban p arte de un solo inundo social a través del compa- de Huahine —visitantes exóticos de los Mares del Sur en Inglate-
drazgo del im perialism o europeo. La escena inicial del ultim o acto rra~ ^ Pub.da sociedad'áügustá 'encontró la confirm ación de sus
del dram a comenzado por España se desarrolló en el siglo xviii, ; teorías ¡de la naturaleza hum ana, tán disímiles pero igualm ente ra-
en los campos de Plassey en 1757. , ciónalistás y optim istas ; por un lado, ia escuela dél prim itivism o
Pero las zonas fronterizas dé los m undos sel ados sólo fueron duro", que ponía el acento en las vidas ascéticas y espartanas de
cruzadas gradualm ente. El Japcm perm aneció sellado hasta 1853. los isleños; por el otro. los ''prim ítiiristaiA s^ves que vpían pn

Í
H asta que las 'civilizaciones." previam ente, separadas fueron' incor­ Tahití un eró tico 'Ja rd ín del Edén.27' Lo a r ¡i s t alT’y t i 1iza dos como
poradas a un orden mundial en desarrollo, construido sobre los cámaras fotográficas hum anas én los viajeSSde_descubrimiento di-
duros hechos del com ercio y el poder, el descubrim iento del hom bre -bujaron a los hum anos que vieron en form a ta n naturalista como
por el hom bre fue absorbido fácilm ente en un panoram a hecho de a las plantas y animales.. ; Pero a veces incluso la naturaleza fue
ilusiones más .que de realidades. Las historias d e los viajeros medie­ K vista con ojos europeos: él eucalipto australiano fue dibujado a
vales europeos han sido desechadas como “cuentes de hadas" sobre menudo con el suave follaje y ios contornos de un bosque europeo.
antropófagos y hom bres que cargan s u s : cabezas ba jo, el brazo. Cüando pasaron de las plantas a las personas la distorsión fue con
Marco Polo fue ridiculizado y su nom bre se convirtió en el equiva­ mucho m ás común. La búsqueda espiritual de E uropa influyó in­
lente del. siglo XIV ;d él Barón "de 'M ünchhausen, Los grandes viajes cluso en la 'visión dé los narradores científicos: griegos con túñl-
de exploración Ming fueron sólo un interludio en la historia china cas divirtiéndose bajo las palm eras en “grutas, r y "anfiteatros" del
que se centraba en el continente asiático, fuente de curiosidades , Pacífico déL ^ r j y y a qüé; IóS isleños representaban la ''evidencia1'
viviente de que las cosas podían ordenarse de m anera distinta, tal
para la Corté Im perial —“jirafas de b u e n . augurio"— m as no el
"principio de un'nuevo orden internacional. Grandes imperios sur­ como el estudio de Grecia y Roma m ostró que una vez había sido
gieron y cayeron mucho antes que los europeos salieran de Eu­ 'EN. distinto en la cúha de la propia^em tixación europea. Evidentemen-.
V£V fe, la naturaleza hum ana fue/ creadq/en sociedad. Sólo con cam -\
ropa; nuevas religiones habían cambiado las c r e e n c i a s ; y ,'las’ vi-, i biar el m edio la hum ánidad habíerme cam biar. ¡Sólo liberando al
das de los hom bies Una Horda Dorada pudo asolar las estepas I hombre de los efectosidistorsionadores.de las instituciones sociales
del corazón eui asiático, destruir y dom inar Peí o de m anera más i jrracionales, sólo estrangulando al último iey con las entrañas del
usual, el conquistador sim plem ente elaboró un sistem a estatal im— I tíltim oidérigo; surgiría un Hom bre libre, natural, una criatura ra-
positivo exprim idor .sobre una economía agraria aldeana,: monolí-
tica y estacionaria. Los invasores tungusos, mongoles y m anchúes
de China adoptaron la civilización china. Para el cam pesino re­
I cional como los'niños intactos de las islas de los Amigos.
V Los hom bres empezaron a conocerse y a ref lejarse unos en o tro s. /
presentaban un nuevo conjunto de señores a los. que había que ' Pero el reflejo se fue volviendo cada vez más condicionado por la
; naturaleza de Sus relaciones reales v directas sobre el terreno. más
.. .pagar'hl eterno tributo. El europeo :.fue. :sQ.lo.él ; último ¡dp la serie. ■■ que por las categorías derivadas de sus propias sociedades. A
También para Europa la significación futura de los grandes v medida que los blancos entraron; más y mas en tíoriflictó con los
viajes de descubrim iento al Nuevo Mundo y ál Pacífico era difícil v isleños, el idilio 'se hiZo rriás difícil de conceh-r, “¿E:¡ posible —re-
de discernir. Para ¡a ■Europa de! siglo xvm , el significado de la caicó JeanJacques Rousseáu al .tener noticia de! la-m atan za de
parte no .europea era dictado sobre, todo por “la propia situación f un exploradoh francés por ios m aoríes—. es- pos ibltl que ios bucnos
; de. Europa ÍqiS: ct\;ilÍzaciones;:recién dc^ibj-eH atrthrdus Mpres ,del lin o s de. ,1a NatWrelcza puedan 'llegar a '¡ser tafr peijvérsbs? " La sig-
. B u rln o eran ineros hechos externos; ertíh respuestas los nroble- V nificarión rnoráLríe "las civiíizacionc.s recién descubiertas empezó á
■ mas ;JnIéTcctualcs;^ .He' EurópaV^__^-^-'r'' • eamlpiar a. dé Europa; se fue éntreíazando
de la Iglesia cada vesv-más—^Ríesigualmen te. Á medida q u e . el aborigen austra­
; .y■CLRcy’.rnirabu hacui otras tierras y:;ücmpos>en busca d e;in sp ira­ liano se convirtió en un estorbo que elim inar para la expansión de
ción.' Ptiirá: ;-Per§iá^'"China, la. antigua Gre- las granjas de ovejas, oVen ain'dcspreciáble rem anenle .-embrutccide
. .-i-. '• hn¡rin crimrihndélós: ,dc los quc se, podía -extraer esperanzas. . ; por la; bebida, parásito andrajoso,/cam bia el;re.tratej;-<ie¿í«at;sv;o de
Botány-Bav; el
fresca de los relato.-, ck- Cóok, Bougainviiíe; Frevcinet, Flinders y desaparece tan¿ráyñdamenie ..como el pastoraiism o griego y góiiee
otros- que —en - buscar de -cosas m u y 'd istin tas— encontraron gente
que m u en la idilita Polinesia Las esperanzas v sueños de los :: - 7 Véase tos dibujos d¿..&hfthf;p'áravÍ£((rÍipl'<ti>''VTs/ón:'dncí -ifie Sutiíh: i’aiilic,
Í76S-IS50. ' re ye" ,: >- r,,;.
16 ■IA' CR'6AC16N bel mundo in tr o d u c c ió n - - 17
de lo s-artistas rom ánticas, A principios , iei sigla,; XIX el aborigen 'soldados españolas , fueron arrojados de M arruecos por el pequeño
¡ sé Ji%XQnwért|do._en motivo de ris a : "í£bg Teapót and his Two
.GiiiSi ... a<T he<t appeared afíer having ¿ 'light^ep.-?.28 --En ves del ejército, de Atíd-ei-Krífn.
. Peró éstas fueron iúehas a rauérié dé i n f-, sentenéiadas.
Jardín: ...del .Edén, los cristianas evangeiizidofes'évejaii ahora "u n . Todavía hubo resistencia, pero E # ó p ¡ , p o -* u p a inexora-
..laatepj* -sóí©-^paséis--ser salvado de la'con- "’b lw r'Ü / últim o ésrifSb - I n á # Ibiféíafeó 'a f W S ' S H ' í t « í Punjan-,1
L detíacién eterna m ediante la acción misionera concertada". La des- fue conquistado y anexado en 1848-184 “ i i i liento de re­
mrdéz id ó la tra ya. no era inocencia n a tu ra l sino tin a afrenta- al Dios crear el viejo Orden en eí subcOníinéiite hidip vino diez años des­
.7/eHgatÍVO,.: pués con el "M otín’’. Poco después, todo ei proceso había sido
* ■ La certeza de la superioridad " n a tu ra l’ de . E uropa fue fácil al
¿celerado.
cenfrontaria-con los. nóm adas australianos,cazadores y recolectores. La fase realm ente crucial que term inó con ia división triunfante
E ra m ás difícil tenerla en, regiones , dbnd6 la superioridad de Eu­
ropa;. de-.nmgüiiá manera- eralevidente.; La m ayor;;p a rte del m undo .^rdsTgtebo entero entre un puñado iáe potencias europeas vino en
rio--era como .Muemt H olanda/ y en un p rin c ip ió p o c o tenía: que ' 1885. Él- logro europeo de este, periodo no fue sim plem ente una
, ofrecer E uropa. IrcIusq, tan tarde como; en el siglo xyiil, quienes ^-íépetláóB de vifejos modelos de "im perialism o'’; m arcó el alba de
una nueva era de ia historia hum ana, caracterizada po r un im peria­
- f r i t a b a s !¥edot>c a p & i;d e i Japón,'; encontraban- u n a floreciente ciu-
vdá&'d-e un- rollkia, de: habitantes,, mü-cño más. poblada que cualquier lismo de nuevo tipo, como respuesta.’a claras y nuevas presiones"
ciudad- europea contem poránea. Por todas partes la riqueza de la económicas y financieras en ia -propia E uropa. Y tuvo lugar como
cultura asiática: se hacía con m ucho evidente., resultado la unificación del globo en un solo sistem a social. Si
v En h cjccáda. de 1620, el historiador económico nos dice que el hubiéram os de escoger una fecha para los inicios de la historia
tonelaje de los .navios holandeses en Indonesia e ra sólo de 24 m il mundial, por tanto, podríam os hacer algo peor, que seguir la suges­
toneladas, en comparación con las 50 mil de Indonesia, las 18 m il de tión de Leniñ; ya que e l año del Congreso de Berlín y de lá p a rti­
China y S»ara, 3 mil de Achín y 10 m il de Coromandel.29’ ción del .Africa m arca una división. En comparación, el 1914 no
1a significación de Europa en este tipo de comerció;, interna-; significa nada. A ;los ojos de un eminente historiador asiático, lo
cional e ra periférica, sus productos de poca im portancia relativa, que llamamos presuntuosam ente Gran Guéfrá M undial de 1914-
sus necesidades grandes, su civilización no m ás desarrollada. El 191.8 no fue más que "la. guerra civil europea”.31
o ro ,sa lía de la s 'a rc a s europeas para com prar los productos del A las tres décadas del Congreso de Berlín la conquista m ilitar y
el control político de jacto tradujo las; esferas: dé influencia po­
'" la s civilizaciones no europeas eran tan avanzadas y cultivadas, tenciales, en el papel, en. imperios verdaderos. La m ayor p arte de
tan crueles y fanáticas como cualquiera de las europeas. E n fecha la superficie dé la tierra estaba segura bajó él control europeo:
tan avanzada como 1824, los ashand fueron tan fuertes corno; para Túhez.'y Egipto fueron ocupadas, finalmente, en los años 1880; los
vencer al ejército de Sir Charles McCarthy, y 5utilizaron: su cráneo mahdi fueron, derrotados en Om durraan en 1894 y ei África central
p a ra adornar los tam bores del Asantaheiie. En 1879, los Zulúes pu- . fue., ocupada -hacia 1900. Algunas zonas recalcitrantes y m arginales
i #.ejétdtQ ;':bntáhjcó- en, Isaqdlhw ána y ofrecieron . quedaron.: Ia ocupación francesa dél norte de África, em pezada en
fuérid/resistencia á otra sociedad: pastora nómada, la de los boers, Argelia en 1830, no se había completado todavía cuando un acuer­
quiénes,-, como; recordamos, diferían de los zulúes, en su equipo do de 1912 dio Marruecos a T ra n c ía y T n póirtariia''~a Italia. Pero
cultural, sólo, en tres aspectos decisivos: poseían la Biblia, la rueda sólo hasta 1933rl934 pudó Francia pacificar fíñaím enté’á M árfüecos ;
y lasi arm as dé fuego.*1 Incluso en los albores del siglo xx un ejér­ Italia no derrotó a los sanusi hasta 1932/32 ni a Etiopía hasta' 1936.
cito. etíope pudo derrotar a- Italia, en. AdpíMa,: -y- -en 1921 siete mil Pero éstas fueron las últim as resistencias a. ja absorción de las
. sociedades independientes. Los imperios m undiales europeos que
•w -.'S i^ b j~ ^ í« i^ riá ín in a .;1 3 8 . Como contraste, véanse las lám inas 79-84, se repartieron la tierra no crearon un conjunto de imperios cerra-
98-ÍOl ss., [La.traducción;.aproxim ada del pie sería:. “El rey T etera y sus
dos. Ginebras.,, . .tal, com o.quedaron después de la borrachera.” (T.) 1 * dos y m utuam ente separados según el modelo tradlcroháT cluhbi
28 Van Leür, Indonesian Trade. and Society. p: 325. i ^rancia, Gran B retaña', Alemania, Holanda1, Italia, In clu so España
30 Véase, la descripción de! Dr. Philip del modo-,:de vida .“escita” de los i y' P ortugal, estaban "ínterconectados. éñ un m arco abovedado de
boers. nómadas, de,principios, del xix en"M acnlillán, Bantu,- Boer, and Briton, I combinaciones de. c o m e m iS ^ ^poqefj áliañ^^ cñgeñ-
pp. 24-5, y Arendt, Jjhé Origins.of Toíalitarianism , pp. 185-207. Péro la barbarie
de los boers difería, en un aspecto crucial de la de los zulúes: n o era sim­ ! irad as por un capitalism o en expansión. —
plemente ún sencillo paralelismo de pobre tecnología y medio desfavorable, ya v Europa había logrado una transform ación due creó al rrumdo
.que, “ los b « r s vivían. de. sus esclavos de la mi sm a m anera que los nativos
vivían, d e ... la .naturaleza,... aunque ésta era otra forma do Vida anim al
. . .uxi proceso que sólo podía term in ar con su p ropia degeneración”. "1 Pnnikkár, Asia and Western Dominance, p. 197.
S- Evans-Pritchard, The Sannsi of Cyrmaica.

9
como sistem a social. -Se tratab a de un orden mundial fundado por forzosa de las sociedades cerradas el nacionalismo se convirtió.en
la conquista y m antenido-por,ja- fuerza. E l nuevo “m undo" nó era fuerza que podía volverse contra cualquier gobierno extranjero.
una fuerza que po,(3ía volverse co n tra cualquier gobierno ex tra in ero . Aún la ayuda del hom bre blanco podía ser aceptada p ara la causa,
En un polo la industrializada E u ro p a ; en el otro, los desheredados. tal. como los nuevos "reinos'' árabes fueron trazados a p a rtir dél
Paradójicam ente; el m undo había- si.do .dividido eri el proceso de desm em brado Im perio Otomano..
su unificación, dividido: en esferas de influencia y en tre pobres y Entré las poblaciones indígenas' del m undo colonizado estaban
ricos. las que hicieron la paz cón los europeos y que no encontraron lu­
En el proceso la propia E uropa fue transform ada. Por tanto, gar én los nacientes movimientos nacionalistas. Las autoridades
la nueva fase fue destruir sin tem or alguno la tradicional nación- tradicionales fueron incorporadas al aparato del gobierno colonial.
. Estado, europea occidental. Ahora era_el m eollo ¡le un sistehia im­ Las adm inistraciones coloniales estaban demasiado interesadas en
perial m ás amplio. La nación-Estadó de los antiguos tiem pos, en utilizar el prestigio y el poder de tales personas .con el fin, de m an­
adelante, sería tina categoría arcaica que nunca habría de alcanzar tener una som bra de legitimidad y una aparente continuidad de
■ su’antigua im portancia, Incluso con la .disolución del orden mundial las instituciones que, de hecho, desde ese momento se habían vuel­
im perialista: E f éspacio social de Francia incluía ahora a Indochina to parte de una m aquinaria guiada decisivamente por los europeos.
y Argelia; e l dé Gfán- B retaña a.:Sudáfrica v la India. Nó podía Para los nacionalistas estos participantes en eí gobierno extranjero,
haber ya uri retroceso a las entidades localistas dé la época prein- directo Ó indirecto, fueron ‘m otejados-de “beni oui-oui". El .capital-
dustríal. Ahora sü destino trascendía sin remedio los lím ites tra- lista "cpm pradore", dónde .existió, éfá doblemente: atacado, como
. dicionáles d é 'u n a edOhomía nacionalista o .europea .occidental o in­ explotador de su propio pueblo y como agente, del extranjero. El
cluso atlántica: v^Eh particular, nunca m ás podría la Gran B retaña capitalista “nacionalista'', sin embargo. iba a presentar al movimien­
to nacionalista un problem a mayor, e irresoluble, en la m edida en
encogerse dentro dé sus, dimites dependía del mundo extem o para
que losj hom bres que 'buscaban rem over un tipo de desigualdad
los m ateriales v los^mercados.^ ; - : ■ . :: -v- : ■-
El apogeo del alto imperialismo, aunque exeepcionahnenie im ­ social —¡a vinculada con Áá;négációfoüeYnacion3lídad-ro;;se-í:encón-
drarpn á lia d o á-c o n , connacionales¡jqueSno obstante los explotaban
portante, fuedgualm enté.breve. A finés del siglo XIX parecía^ que como empleados. Los m ovim ientos que buscaban reforzar el lla­
el Oriehté;:se;fiabía hundido1.para siempre., La industria tradicional mado nacionalista, incluyendo en el movimiento políticas sociales
de la India había sido destruida desdé m ucho antes para dar. paso jque büscatjan asegurarse el apoyo de las masas, tuvieron que mala-
a k dé Láncásliiré. Lá cultura dél m andarín chinó fue . desplazada barear co n : m ucha' delicadeza -p ará m a n ten e r la : lealtácf :de arabos:
por l a c id tu rald e l culi. : Pero lejos de consolidar su control, Eu­ el obrero y el patrón. ■-■H o 'vAA
ropa encontró un nuevo tipo de resistencia a su gobierno desarro­ ! ; La suerte de los elernentos indígenas —nuevos o tradieional-e.'?- -
llado en las ciudades-qué la dinámica, europea llevó a la existencia, ; en el aparato adm inistrativo del poder colonial pudo ser afortuna­
y en la s aldeas perturbadas de su sueño m ilenario. La mezcla de. da, pero tam bién pudo exponer al beneficiado por un cargo público
nacionalism o y revolución social que había de ser e l hito deL-Sl: a la desaprobación só c iá h ' Iban a ser víctimas con el tiem po de
glo xx f u e la-nueva am enaza. Este: nuevo, antieuropeísm o. no era una creciente m area de sentim iento -anticolonial, ;o fu ero n arreba­
u n desafio final. E ra si un nuevo reto que buscaba volver1a definir tados por el m o v im ien to nacionalista. : Q>nenes unieron s u ! suerte
y a p rd e n a f: éh mtm do d e -u n a xnanerú to talm en te n u eva;; Pero la al colonialismo cpp frecuencia, hicieron urna-%reciáüósV fatal de la '
vieja resisíÉncia y -iá nueva-‘rsvotiición se traslaparon: las tribus naturaleza del colonialismo europeo. : Basaron' su ju ic io en ía sabi-
m arroquíes luchaban/contra la intrusión- francesa, en un extrem o duría Convencional acuftiüla’d á : de- las sociedades agrícolas'. Este
del inundo islámico; m ie n tra s: q u e : en- el otro Indonesia;,establecía imperíálismo -^dijeron—Asé detendrá^.--tal -corno los im perios'.esta­
su propio Partido Comuriista.. Lás viejas y las nuevas luchas podían blecidos p o r oíros extranjeros en los siglos pasados. Pero dé hechcr**
aun entrem ezclarse, e n in d c h a s y complejas-, fo rm a s: re.volucionis- los europeos no establecieron im perios'''m ilenarios"., Lo. más asoin
m o,.consefoadüri.sm o,.el viejo orguilo. -naGional-..y-- la -nueva concien-, brosó del gobierno m undial europeo, si .tomamos en cuenta la su
cia ínternacionahsta ;sé H s io n a fe n : Ha- modernización ~del Japón perioridad abrum adora de los cimientos tecnológicos sobre los que
tuvo lugar a través del afincam iento dei poder del Em perado r; el estaba! construido, es ía extraordinaria: brevedad de sti duración
reformista-udv,,AmaUuÍlah se inclinó por ja-m odernización del Afga­ Esta brevedad deriva d é la perturbación social que produjo, ya quf
nistán ; la Kabáka dé Buganda y .ef 'Sultaríada de. M arruecos se con­ su efetno .no fue; sim plem ente,'com o lo pensaron muchos de quie
virtieron en- m e ta s. tanto para io s tradieionalistas como para los n'es loí experimentaron,"él'; típó"de cambió que un cambio, de dinas
reform istas, siendo su punto de unión el rechazo del extranjero. tía traía consigó clásicam ente en Ghiha; El efecto europeo signi
Por lo común ei gobierno extranjero de! hom bre blanco era la m eta íicó río sólo un.cam bio en: alguná -paríe dé. "allá arrib a" en los má:
de los náeionalistas,.;pero en el. ferm ento creado por la apertu ra a

10
INTRODUCCIÓN 21
!,A CREACIÓN DEL MUNDO
paaia de su p o b la c íó n .^ [^ rQrgamzaciones de partido/)no los ejér­
altos cen tro s ■nerviosos 4*í po4er, sino una transform ación funda­ citos, jban a ser el arm a principal dis'poniBTdr~-— —
m ental de la vida social del cam pesino y el aldeano comunes. En JM 4 la guerra civil europea- abrió grandes brechas en las fi­
■ Al contrarió que los invasores manchúes o m ongoles:de China, las de fas-potencias que áaminaban. el m undo no europeo. Se hicie­
ovia sucesión de gobernantes despóticos sudam ericanos, los con- ron prom esas y los ideales- se disputaron fe. adnrriración de ambos
. qmstffldores. europeos d e , A iroasia transform aron decisivamente- la grupos de contendientes-, Los-pueblos .colonizados:, en cierta me­
sociedad. Millones de hom bres fueron arrojados de la tierra, unos dida, se sintieron. impr.esionaQos .ppr .ei llam ado ,de los Catorce
i é cóoNÍrtíérórs en trabajadores de plantación o de la ciudad/ unos en •Puntos, de Wilson,: aunque de todos modos m ostraron poco entu­
iduinpénproletarios sem iem pleados' o desocupados, otros en bandi- siasmo p-or los problem as de la guerra civil europea. En form as
d ó s ilfíó m b re s d e ,u n s ta tu s elevado fueron derrib ad o s; los .funcio* menos ideales, •observaron la guerra en térm inos realpolitik y ma­
- n s n M ;:y;,imestrÉ)s obtuvieron nuevos puestos. Ei comercio indí­ nejaron las divisiones entre sus gobernantes p ara ventaja propia.
gena: lucho contra la poderosa competencia ex tran jera respaldada Algunos lo hicieron muy habilidosamente.: el Japón surgió como
p o r ú n gobíérno bien: dispuesto^ ' Y los conquistados vistieron to» uno de los aliados victoriosos y los/árabes recibieron, p o r su p arte
color”, no como. símbolo externo de domina-, una independencia “balcanizada”. Pero u n nuevo factor se intro­
{ 'c ió n --^ p n io era la coleta que los manchúes obligaron a llevar a dujo en ía situación cuando Rusia salió de las filas de las poten­
:■lósí'caiaesi^ .sisfí como, p a rte dé lá carne de su cuerpo. ■ cias imperialistas.
E ste tipo -de •'mnsforruaeión social trajo consigo una drástica Lá resonancia de la Revolución rusa no fue m uy m arcada fuera
re s p u e s ta : ei nacionalism o m ilitante, cuyo carácter particu lar dife­ de Europa después de las consecuencias inm ediatas de 1917, Tuvo
ría según e l carácter especial de cada país. Algunos, por ejem plo, sü mayor efecto en una China que ya estaba dentro del rem olino
nunca s e incorporaron form al y políticam ente a los im perios blan­ revolucionario. Pero los socialrevoiucionarios de todo el Oriente
cos. Tailandia, po r ejem plo, bajo la dinastía Bangkok, pudo con­ parecían más interesados, m ás pronto o m ás tardé,, en una revolu­
serv ar u n a independencia precaria, puesto que gobernantes sagaces ción: europea que na sólo proclam ara el poder p ara las,m asas, sino
‘ contrapusieron lá G ran B retaña a Francia. Otros tuvieron éxito también^ la tierra y el pan, la autodeterm inación nacional y ía des­
al salvar' rem anentes significativos de autonom ía como "protecto- trucción del im perialism oi Algunos de estos llam ados obtuvieron
.ra d o s ” o semicolonias. Los Estados latinoam ericanos conservaron desde luego respuesta en distintas épocas y lugares entre las clases
su independencia constitucional a p esar del control económico ex­ trabajadoras desorientadas y ham brientas de los. países, avanzados
tra n je ro . P ero la m anio bra m ás brillante fue la del Japón, que después de las horribles, consecuencias de la p rim era G uerra Mun­
■realizó una transform ación, asom brosa de toda su civilización y de dial, pero todos estos llamados juntos eran muy explosivos en ios
•ello evitó una dom inación política directa euro-norteam ericana. Los países en que las penas de las m asas no eran resultado anorm al
jóvenes turcos hicieron u n a revolución menos cabal pero que de de una guerra devastadora, sino: la condición crónica de Ja vida
todos m odos implicó una profunda m odernización de las costum ­ diaria, condición, determ inada por la: subyugación nacional. .
bres diarias : los- pantalones y el alfabeto latino al igual que el cam­ Europa estaba enferm a de guerra; Asia estaba lista para la lu ­
bio estrictam ente_pniítico. cha. Con Europa debilitada y dividida surgieron nuevas posibili­
En ese m om ento, las revoluciones nacionales y sociales estaban dades de explotar estas debilidades y divisiones. Después de Tur-
^ya entrelazadas, de: m a n e ra :inevitable,: y a qu¡e; lo que este" tipo de - quía, Japón y Rusia, la "independencia” ya no era un fin en sí
; im perialism o' im plicaba -no era sólo la dominación gubernam ental m ism o: sólo podía ser un principio. "Liberarse d e .. . ” no era sufi­
sino- úna/revolución:. total. ciente; la p u ra "libertad" estaba vacía de contenido. Mas sí ahora
■ E lig ía m p u p te c lá v e fue el. de 1905, cuando el Japón m ostró que entraba en la agenda del siglo xx la: descolonización total.
; unvpaíS:.asiático: m odernizado podía p e r lo menos h a c er-fren te a Por lo tanto, la revoluciónlcolonial del siglo xx no ha sido sobre
•. ima¿pótéjiciá¿gsMrippa.arcaica en sus propios, térm inos, Cuando, en los votos o las constituciones. u.qs hom bres no han disputado por
Tsushiffla,T5s navios de la Marina Im perial Rusa se hundieron el derecho a tener una élite de explotadores connacionales im puesta
i esretrérdás,olas;,?:él:'ixiitó de la invencibilidad, europea se hundió con sobre ellos, o por el privilegio de escoger en una urna electoral
ellos. Los japoneses victoriosos no e ra n los únicos espectadores: cada determ inado núm ero de años lo que un cínico com paró con la
m illones de personas, de China a Perú, observaban con ellos. Los elección entré colgarse o ahogarse,33 Pero si no han luchado por
europeos podían ser conquistados, si uno se m odernizaba y peleaba.
Desde ese m om ento, la. m odernización y el; desarrollo de las má- 33 Están interesados en la. verdadera dem ocracia: y.Já dem ocracia surgirá,
quimu; de poder m ilitares y políticas ib an a ser parte integral del aun ;en las form as más inesperadas.. E n 1955/ el m ariscal Pibul Songgram,
■pensam iento nacionalista. Pero para m uchos países, escasos de a r­ dictador de Tailandia, visitó la Gran B retaña y se sintió im presionado por
mas y de equipe, la única fuente de poder era la fuerza m ultitudi- <-•1 Speaker’s C om er (Rinccn de los Oradores) de Hyde Park. A su regreso

11
pan. Dan disputado la üüertaa ue cre a r un nuevo ornen so ciary
de ootener u t a nueva dignidad. H an afirrnaáo su determ inación dé su futuro podía sim plem ente basarse'-en la reproducció
ta m p o c o .
ser hom bres, no cosas; no sujetos,_sinü„ob_etos de respeto, para dé Europa. ~ •
ellos y p a ra sus hijos, lo mismo q u e 'p a ra el ex trañ o ; y de expresar
sus propias personalidades según lá m anera de su p ro p ia herencia
cultural, rio necesariam ente con la dei hombre blanco :
Me siento ridículo
con stXs zdpatos, con sus trajes de etiqueta,
con sus camisas almidonadas, con sus cuellos duros,
con sus monóculbs y sus sombreros hongo.
Me siento ridículo
con mis pulgares, no importa
que suden de la noche d ía mañana cuando están desnudos,
con rnis miembros, fajados y debilitados,
llevándose la belleza de ini cuerpo en un taparrabos.
Me siento ridícuto :
con mi nuca en una chimenea de fábrica
con estas jaquecas que nunca acaban
hasta que no saludo a alguien.
Me Siento ridículo ,.;t. '
uno de sus cómplices, uno de sus alcahuetes
asesino entre los asesinos, mis manos aterradoramente rojas
con la sangré de sus civilizaciones.. .M
P ara algunos la cultura del hom bre blanco .era.ridicula p o r ser an­
tin a tu ra l y antihum ana. Para otros la cultura occidental represen­
ta b a él progresó. Un gran nacióñalista y socialista indonesio, Soetan
S jah rir, E d ijo /h a cia 1930, en una carta escrita desdé una cárcel
holandesa: ,
Lo que el Occidente nos ha enseñado... [es u n a ].(3 fonna de vida y_
de disputa más elevadá'rrwy esto es lo que admiro del Occideulb a ”
pesar.de su b ru t^ id a ^ y jd e su bajeza... Incluso aceptaría el capitalis­
mo como .mefÓraPcohtra la sabiduría y la religión orientales más fa­
mosas;. . vi El Oriente ha de volverse Occidente... Fausto ha de revelarse
ál hombre y la mente orientales...85 *

inició :un¿; R in c ó n d e los Oradores en- Bangkok y .permitió la form ación de


partidos políticos; Esto, ilevó a un volumen tal de críticas a su gobierno que,
u n a vez más, extremó, el control. "P ronto se formó un P artido del Movimiento
de Izquierda de Hy.de P ark como protesta” (Rose, Socialism in Southern Asia,
p. 181), / . . .
34 "Soldé", de- Léon-G. Damas, .poeta, guayanés, de Pigmeiits, reim preso en
Anthólogic de la naúvelíe poésié négre; ét nuilgache: d e lángue. frárifaise, ed.
Senghor, pp. 11-12. .
35 Out <?/ Exite, p.; 14-6.
LA RELACIÓN COLONIAL 25
en el que tenían una representación desproporcionada.2 Por otro
lado, la experiencia de Argelia enseñó a la nueva Q u in ti República
Eli interludio europeo-. de De Gaulle que, a menos que se hicieran coflcesiohe* en él -Mfried-,
negra”, los intereses de Francia en el resto del fj, itinéntei séirian
amenazados por otras Argehas 3 i
lai sim p le, amenaza dél, cambio- ■■de ^violencia' potencial en real
hizo qué lá-violencia-m uchas veces íuera<innecesaria. Además, al­
gunas potencias estaban preparadas; p a ra 'v e r libres las-colonias
^iriultim á¡'.IristañCia:: Das poténefáAdéjabas, como Grán Bretaña,
LA■RELACIÓN COLONIAL deseosas ító; etdtatf tjé^eticiónes' tóM less'^-cbstosas de Indonesia o
ei Vietnam, se cbióáfcaróiri-éñv^ de autogobierno que,
El control europeo no fue establecido en toda la tie rra : m eram ente juntpVcüii dá fíriné' represión de cñsós com o'él de los Mau-Mau o él
medios m ilitares, La> acumulación fragm entada del irnperio de jos cbm ünistas malayos; les perniitiérOn conservar su ' reputa­
procedía emíorinaS; tap. diversas como, las propias, sociedades epn ción] y; su influencia' económica y p o lític a .' .Dónde"^ 'tüvieron que
las que entraba. -en,- cojiiaGtp -'elf hombre.- b ltó o Á /'I h s sociedades sin enfrentarse a uñ nacionalismo revolucionario apoyado-por el total
Estado no podían ofrecer m ás que una resistencia local;. Es más, de lá población, corrio eb el casó de C hipre,dá represión fallo es­
p a ra cauchos, pueblos ^esistenGia. ranra vez era la salida. En üh truendosamente. ■ c á,; ..vpxv. .
principio, la llegada de. los; blancos no daba lugar a' nadasigñificá- El ejem plo-clásico de flexibilidad fue la India, donde un go­
tivo : dem asiado tarde, como en el caso de los kikuyu, bailaron que bierno laborista británico/ enfrentado a un subcontinente hostil,
su autonom ía —y su tierra— había desaparecido, y sucum bieron Tomó el sendero dé la razón: suéeso crucial no sólo p ara la India,
quietam ente o surgió una frustración desesperada. En todas partes sino tam bién para Birrnáma v; Géilári, •y én ú ltib io : lugar, para el
se consideró la compañía de los europeos como un medio de obte­ mundo colonizado, én él qüe lá tránsitión ñó revolucionaria ; de
ner el acceso.,a las m aravillas del hom bre blanco. la India hacia la independencia inspiró a otros países a persistir
El proceso de desem barazarse fue;igualmente diversificado. Pero en sus esfuerzos dé negociación y présión/ cuandOidétotrO modo ya
si, tanto en la colonización pomq..en- da1.'d ^ ’c ^ipn^étóñ/.ld-. Tuerza habrían tornado las arm as en su desésperaciób th ira., ..Aun Éran-
siem pre fue la últim a sanción, no siempre fue empleada. Unas °ia. en Siria y Líbano, salió de zonas más m arginales en las que
pocas acciones político-militares decisivas establecieron nuevos ba­ las utilidades nb.„jLÍstificaban los costos de una- represión m ilitar
lances de poder para; to d a región. . Las repercusiones de ¡las revo­ prplóngadá.' Qrán ’B re ta ñ a ,' y después'1los Estados- Unidos, con
luciones más decisivas establecieron tam bién algo más que un grandes intereses petroleros y estratégicos en la zona, iban a m an­
cambio local o regional; alteraron todo el campo de fuerzas a escala tener sü "presencia" hasta mucho más tarde, .hasta el punto de
m undial. En el m undo de ía posguerra, acontecimientos cruciales una intervención m ilitar. ' - V-¡ ■-....
fueron la lucha independentista de Indonesia, la Revolución Chiba, En la era actual de progreso constitucional hacia la indepen­
c u an d o — según la gráfica frase de Mao— China "se puso en pie”, o dencia .para ia s colonias francesas e inglesas del Africa Occidental,
Cuba, en lá que la revolución social, por largo tiempo incubándose sigue siendo im portante com prender la interacción com pleja entre
en América Latina,''fue incluida firm em ente en la orden del día los m étodos violentos y no violentos dél proceso de descolonización.
del siglo. El logro de la transición pacífica hacia la independencia en el
Las incursiones en el colonialismo no fueron fáciles. En Indo­ Africa negra” fue pagado con creces por los ciudadanos dé países
nesia, e í "Turco” W esterling hizo m atar 30 mil personas sólo én las tales como ei Vietnam y Argelia, donde la batalla fue específica­
Célebes sudoccidentales. Chiang Kai-Shek, para reforzar sü poder mente m ilitar. En estos países se recurrió a la violencia del tipo
sobre Form osa en 1947, m ató a 10 mil personas en unas cuantas más ex trem ado: '
semanas. En siete años m urieron cerca de un millón de argelinos.
Pero la lucha de Argelia, por ejemplo, firm em ente apoyada po r la De re p e n te se n tí alg o así com o la salv aje m o rd e d u ra de u n a f ie ra que
derrota de los franceses en el Vietnam, transform ó la política co­ me, a r r a n c a s e l á c a rn e a ti r o n e s .. . J a . . . m e h ab ía co n e ctad o la pinza
lonial francesa como un todo. Por. otro .lado, el ejemplo .de Argelia en el sexo. L as sa c u d id a s qué m e estre m e cía n e ra n ta n fu e rte s que las
correas de u n to b illo se so lta ro n . .A
estimuló a ios colonos franceses del Africa Occidental Francesa en
su lucha por conservar él sistem a de doble colegio electoral, 2 Thompson y Adloff, Fretich West Africa, p. 57.
? Hamon, "Introduction á I’Étude des Fardes Politiques de PAfrique
Frahgaise", Réviie Juridique et Politique d'Outre-Mer, p. 165.
1 P ara el Africa central, véase The B irth o f a Plural Socicty. - ''f 1 Alleg, La tortura, p. 62.
■ 1241 .

13
Los franceses que hicieron esio no cían lauiaias Dup uc cu Uíu u „ u¡1u , cuimji una
en m edio de u n a sociedad en otros aspectos civilizada. Toda socie­ tradición en la que apoyarse. También en el caso de Holanda y
dad tiene .su reserva de torturadores potenciales. Pero sólo, ciertas . Cían B retaña la tradición colonial era absorbida por la cultura
situaciones facilitan su.surgim iento, su utilización como medios de del país m etropolitano. Generac.ones dé soldados y civiles reci-
"control social”. Los sadistás sólo sóri utüiztdos como instrum ento biiron su educación en las calles de Pórt Said, Adén y Calcuta. El
diario de la política por los gobiernos em pujados'a extrem os deses­ ten o r y la ignorancia,, p or un íade, y la superioridad y el desprecio
perados. -r . ° f r o, ^ o ñ ^ jg ^ a l^ ñ e n los constitutivos contradictorios que
. La violencia ‘'aceptable” , tiene su uso centra el pueblo ochado ~c ^ p r m a n _,gl_rindrqm.e, peculiar de sus relacjoñéT^esEum anízadas.
p o r completo, o m enospreciado. ,-, y temido. Muchos de loS^ tortu­ Fíente a las m iríadas de m endisos^ám enazadores y lisonjeros el
radores .franceses de Argelia eran profesionistas, p ero tam bién los hembre blanco. se siente asqueado, asustado, confundido, incluso
soldados rasos’ p a rticip a b an . o consentían tales ho rro res. fue- m inchado:. y
ron llevados como torturadores, pero habían m adurado en una
sociedad en la que, en un largo período, e. orgullo herido por la La vida diaria parece ser un repudio permanente de la noción verdadera
pérd id a del im perio, la derrota y la .ocupación acum uladas indu­ de la relación hum ana... Porque si tratas al desamparado como iaual
jeron si respuestas agresivas; que se dirigieron contra los chivos protestará contra tu 'injusticia. No quieren ser iguales... Pero esta pre­
expiatorios a la mano. Cualquier sociedad perm eada p o r genera­ sión incesante, este ingenio siempre alerta para engañarte... al final se
ciones de experiencia colonial tiene algunos chivos expiatorios muy vuelve insoportable, aunque venga de seres humanos. Y con todo ¿cómo
a la m ano. La to rtu ra fue practicada, desde luego, por los europeos endurecerse tino,; mismo? «
sobre otros europeos, por decenas de millares, durante la segunda
G uerra M undial. Pero estos europeos eran considerados Vnter- Pero los hom bres blancos aprendieron a ser duros ■ la coexisten­
m en sch en ,, seres sin derechos ni valor. "La to rtu ra puntualizo cia de culpa y_ venganza se m ostró m uchas veees, en form a más
S artre— es un requisito del odio racial.” Por tanto, expresa una punzante, en años recientes, en la popularidad de Suez el año 1956.
jerarquía de desprecio y temor,: cuyos signos visibles están im pre­ Tam bién el no blanco desarrolló un complejo de m ecanism os
sos en el color de la piel o en las características físicas. La herencia de defensa. La “enajenación” del hom bre po r el hom bre, tan la­
colonial en la qüe eLgobiem o se basa en. la fuerza superior y en mentada en las sociedades industriales de Occidente, no era nada
la creencia en un status superior, produce crónica y potencialm ente én com paración con la enajenación extrem ada del- colonizado por
el colonizador., .Los. a frica n o sfo rm aro n su propio código para tra ­
•ids últim os daños que el hom bre puede infligir a sus sem ejantes. La tar al hom bre b lan c o :
Bom ba hubiera sido u t i l i z a d a . duda por los. alem anes si las
;s i n

cosas hubieran ocurrido de distinta m anera, p e ra sü utilización en 1. La primera cosa que hay que recordar siempre es que no conoce-
Nagas.aki e H iroshim a fue. aceptada^con gran facilidad por eJ Ucci- inps el Gp^zón de Jos europeos. ■
: dente porque fue lanzada, contra orientales odiados y temidos. 2. Mostrad respeto; si es necesario, asentid a las mentiras.
El uso de m étodos finales: de violencia es más fácil donde las J. Nunca olvidéis temer al blanco, porque si lo teméis estaréis listos
jera rq u ía s de desprecio se han. ido elaborando durante siglos, y es­ cuando os decepcione.
tán fuertem ente arraigadas. Incluso cuando Tos países europeos ;4. Escuchad cuidadosamente lo que dice y observad lo que hace v
occidentáles fueron sacudidos por las ideas liberadoras ae la Re­ ;í aprenderéis mucho.
volución francesa, su. aplicación cesó al doblar el Cabo de Buena 5. Muchos europeos y muchos;-nativos -decepcionan, pero ningún
europeo puede sentir el dolor del nativo.! 1 - e
Esperanza. La república.; bátava de.,los PaíseS Bajos predicaría la 6. Los europeos nos odian y no nos muestran respetó."
libertad, igualdad y fraternidad, pero no para sus posesiones colo­
niales ::dé las Iridias.6 ‘ , El europeo, recalca el reyS w azi, debe deniostrar que es un umun-
Gas .relaciones.; coloniales E an sido un poderoso contraageníe de , ¡su. ( persona).8 Los europeos creen que la m entalidad africana es
lás: id e á ilib e ra lé s clásicas. -En realidad, han sido parte de la conti­ ^mK-1- Va, -. .PreloSlca”' por-, debajo. de nuestra comprensión, pero
nua tradición francesa o británica de nociones de dem ocracia e in­ ••ambien, debido m su-incom prensibilidad y a su carácter im prede-
dividualismo. Él predom inio.de una .tradición u otra, ha fluctuado ubie, debe ser tem ida. En un extremo, los europeos creían que
de una a otra época. Pero, siem pre ha-habido, suficiente tradición todos los africanos eran caníbales por proclividad, dados a la prác-
' colonialipara facilitar ia evocación de respuestas bien arraigadas
' con basé pn -sentimientos; fam iliares. Los jovenes franceses ha- Aix-vi-Strauss, >‘Gro\vds"; Neyv -Lefi JReviow, "15, pp. 4-5
.'Luper,-..77íc..l/m7oroi..o/ Cotour, pu. 35-6.
>• Jahn, Aímt i r u ce*)c' ” rl I5anJ11 del m untu, véase Tempéls,. Bantu :PkUosophy.
8 Hall, A History oj South Easi Asia, p- 405..

1.4
28 É L IN T E R L U D IO EUROPEO LA RELACIÓN COLON IAL 29
tica de lá m uerte ritu a l,• igualmente, ios africanas le.-tenían- terro r ,. jos musulmanes no comprenden dé ninguna manera la fe de los
al hom bre blanco al observar en las áuttípsiás j ' las servicios de •cristiaios, ni tan siquiera sabed qüe no comprenden.13
transfusión de sangre la contm uácion de'^ lá astigtiá m anufactura
de m am iani, la m edicina de lá. "m om ia” ' á báse g¿ la sangre de Fero la ignorancia m utua; no .se basaba s«mulemep.te' en la falta
hom bres m uertos.’9 ñlás a menudo;, el conflicíb.•fesr moderado;, di­ ¿de,intimidad-. ,Se cim entábá, é n . úna relación dé poder. La .domi­
luido. y m ás ■o b licu o : este escritor se lia sentado en las cabañas nación., europea: sobre - él' -réstó de! mando excluyó !a fam iliaridad
de "no europeos” en tres continentes, oyendo a las otras veces am i­ y procreó el odio así. cómo el engaño,
gables m adres decir a sus hijos que lloran ante lá proxim idad del La dom inación política no sólo hizo posible la sujeción7del no
hom bre blanco : "Si no te callas ,-el hom bre blanco te com erá . La éiiropeo, sino tam bién uri proceso de empequeñecim iento y la ni­
creencia no siem pre era, sin embargo; iirt_£üeiitp^ de "duendes velación. inferior. Hacia fines deí siglo xix, la rica diversidad, de
para a s u s ta ra los h i^ S ;S m o .u n á creencia verdadera y persistente civilizaciones y sociedades del mundo exterior a E uropa había sido
sostenida tam bién con calor p o r lóá.ádultos AF-ri sujetada a un proceso dé simplificación. Las altas culturas de Amé­
Lá investigación, reciente; .ha;, recalcado; quería. gente tiende a rica, como hemos visto, fueron eliminadas, desde m ucho tiem po
considerar a los mietíibíQS de otros grupos no íam iliares en térm i­ antes. Es notable? que en la India el dom inio-política abriera el
nos de-'estereotipos, porque, sÓloríbS: conoceií léxteimámente. .No.iii- camino a la destrucción de’ las industrias'artesanales tradicionales
teraetúaii con. ellos ¿órap gerapiiáudádiefe:rtQt^eS<s^;jióÍQ- Se tra tan indias, sobre todo, las textiles, para hacer lugar á Lancashire. Pero
entre) sí en sus capacidades de .funciónJ.restringidas.. Como ,rebul­ la simplificación fue tam b ié n ' de categorías hum anas,
tado, no observan i;a conducta dé los demás con la suficiente inti­ A ñnes.:.del siglo pasado,- la superioridad "natural" de E uropa
m idad para ver la extensión de su individualidad, ó la extensión en fue un artículo de fe estándar. Las diversas y antes respetadas
que7se desvían en la práctica, siendo hum anos, de las norm as "ofi­ culturas orientales fueron'llevadas a , la inferioridad;: común. E,1
ciales" de sus sociedades. En consecuencia, el extranjero es visto culi de Cantón tuvo su réplica eri: el . Hugli.*: Hoy, según, el: re ­
“en un solo7plano”, sólo como m iem bro de una categoría ; le faltan cuento de Needham de la ciencia y la civilización chinas que m arcan
los rasgos idiosincrásicos de una personalidad hum ana individual. una época,14 nos adm iram os de que la . era del culi haya podido
(De aquí el fenómeno común de la. conform idad .superrígida del borrar tan efectivamente, la memoria de los siglos anteriores;;, que
recién convertido, que conoce las norm as pero le falta la experien­ un Macaulay haya, podido proclam ar con tai arrogáneia que "un .
cia deis" desistim iento perm itido y regulado de las norm as que los solo anaquel de una biblioteca europea tiene más valor que toda
m iem bros antiguos del g ru p o ,.. han adquirido,. . en et transcurso la lite ra tu ra -.nativa’ de ría India, y. Arabia", rí rí'rí::
de sú : socialización.") H ■ , * ( Así, las culturas del .Japón y de China, India y e¡ Asia m eri­
S ila b ism o social de las: relaciones oficiales despersonalizadas dional fueron desechadas con desprecio —-o, en el m ejor de los
entre el gobernante blanco y- el gobernado no blanco es tal que fa­ casos, como “orientalism o” fantástico——por una E uropa confiada
cilita pensar en el Otro, como "sub'nombre” insensible, por los go­ en el giro evolutivo ineiuctable. de la historia hacia su resu m e n :
bernantes, y como dios sin corazón, por el gobernado. Fanón ob­ "la m ejora constante m aterial y moral de la hum anidad desde los
servó que el colono e stá , en lo cierto en su afirm ación de que bastos, instrum entos de piedra, y la prom iscuidad sexual a las m á­
"conoce” m ejor a la gente colonizada, que los. otros, precisam ente quinas de vapor y el matrimonio, monógamo” del alto m undo occi-'
porque ha creado su personalidad.12 . 4 dental del siglo xix.’s La relación del resto del mundo, con E uropa
Esta, falsa atribución de caracteres, al Otro .fue; inevitable en fue haciéndose de inferioridad v atraso. Incluso los revolucionarios
un m undo en el quería ignorancia m utua va tan.adentro;, que; des­ europeos creían en el advenimiento del socialismo e n los países
pués de siglos de confrontación entreríos m undos m usulm án y cris­ industriales de Occidente. La parte no europea había quedado
tiano, un notable estudioso occidental deí Islam escribió en Í957 que atrás en e l: proceso evolutivo, y sus instituciones sociales y heren­
cias culturales eran ahora sólo' muy arcaicas y sobrevivencias ca­
prichosas. .
NutñfíTvíríyrí Occidente su superioridad com o’simple m ateria
!) Baker, "M umiani", Tanganyika N otes and Records, núm . 21, pp. 108-9.
io P ara unos cuantos ejemplos de. la muy difundida creencia africana en qe tecnoIogúyEra una superioridad total; ya que Livings’tone; Man-
el canibalismo europeo, véase Kuper, op. cit., pp. .34-5; Shepperson y Price, cbexter_yríáu3iblia iban de la mano, no de! todo como hipocresía
Independent African, pp. 10, 70, 86, 87 y, en especial, 440; y Frenkel, Wayaleshi,
quien describe cómo esta vieja creencia surgió para aterro riz ar a los africanos Sm ith, Islani in Modern History, p. 108.
del: centro, durante los disturbios sobre la Federación. ^ * El canal más occidental del Ganges. [T.l
i r Merton, Social Theory and Social Strncture, p. 427. _ ij Needham, Science and Civiliiation in China.
12 Les damnés de la terre, p. 30; V an V de la révolution algérienne, p. 34. 15 Radcliffe-Brown, Struciure and Function in Primitive Society, p. 203.
30 EL IN T E R L U D IO EUROPEO u re la c ió n c o lo n ia l
racionalizadora, no por ningún uso de la religión, basto-y de doble Lís doctrinas "im perialistas sociales” sólo triunfaron con dificultad
intención, “justificador" d e : intereses m ateriales más sórdidos,, sino scbre una escuela o ral y atrincherada que afirm aba las doctrinas
porque cada uno form aba parta, de un todo cultural, éticam ente liberales clásicas d e .lib re comercio, incluso dentro de las filas dél
superior al cue había desplazado. • ... Ptrtido Conservador. Sólo a principios del siglo los líderes Tory,
La superiorj'Sad «l^m iógicáxjq m ilitarjib a de la m ano con la liberales y laboristas,; sé convencieron de la rectitud de basar la
superioridad (ofganizadOTpr-nrecienteirrelffe inyectada —m uchas ve­ estrategia económ ica y política británica en el Im perio.17
ces desde el ptdngipio^z por. un sentido ético-religioso de inevita- Tanto éntre los colonizados como entre los colonizadores la
bilidad por m andato divino. "Prim itivo” se convirtió en una etiqueta doctrina de la inevitábilidad del imperio europeo no siem pre arrai­
aplicada sin discrim inación ninguna a las personas de color de todo go con facilidad. Lá colonización de la personalidad fue un proceso
el m undo. La ciencia social creció cómo reflejo de la división del largo y complejo. T am bién el colonizado tuvo* que aprenderse su
m tm do: los antropólogos estudiaron la no Europa, adem ás de las papel en el nuevo p a tró n de relaciones. La actitud tradicional china
tradiciones populares campesinas de la propia E uropa. Aunque un de superioridad hacía, el m undo exterior, por ejem plo, se m antuvo
Tylor podía dehecho.estudiar México, un Bastían B irm ania y un Rat- e incluso fue estim ulada deliberadam ente. Proporcionó un campo
tra y los ashanti, la tendencia fue ligar el estudio de estas culturas fecundo al antieuropeísm o :de origen im perial de la sublevación de
com plejas con el estudio de los sencillos aborígenes australianos y les boxers. Pero tam bién fue asim ilable ,al contexto de ün nuevo
.los bosquim anos de Sudáfrica. l.os sociólogos, por otro lado, estu­ nacionalismo que difería señaladam ente dél antiguo sentim iento
diaban a los blancos: los cargadores de los muelles del East End, autoesíimativo de u n Im perio Celeste superior y cerrado. Lás pobla­
los “hijos del Jago" golpeados por la pobreza, tan prim ili vos en ciones de las grandes sociedades “asiáticas" habían seguido viviendo
m uchos aspectos como los nóm adas del otro lado del m undo. El gran can las pautas estáticas seguidas por las religiones que convida­
peligro era que los desheredados de Europa podían ver su imagen ban a los h o m b re s. a cesar en su esfuerzo terrenal, y. en las que
en los desposeídos del África o del A sia: e. ciclo de la reencarnación reflejaba la oscilación de la vida de aldea
sobre las generaciones y los tiempos. En el re tra to clásico de la
Estuve ayer en el East End de Londres y escuché un mitin de los des­ 1aldea india, Marx vio
ocupados. Escuché los airados db.curscs, que eran un simple grito de
“pan”, "pan”, "pan”, y en mi caminó a casa reflexione sobre, la escena
y quedé más convencido que nunca de la importancia del imperialis- ■-..lá llave del secreto,...de la; inyariabilidad de las sociedades asiáticas
trio ... Mi acariciada idea.es solucionar el problema social: para salvar mvariabilidad de tal contraste con la constante disolución y refundición
los 40 millones de habitantes del Reino Unido de una guerra civil san­ de Estados asiáticos; y los cambios constantes de dinastías., . [en] esas
g r i e n t a , n o s o t r a s , :los estadistas coloniales, debemos adquirir nuevas tie­
pequeñas y ancianas comunidades indias, algunas de las cuales han sobre­
rras en’ las cuales establecer el excedente.de población, para proporcionar vivido hasta h o y ... basadas en la posesión comunal de ía tierra, en la
nuevos mercados a los bienes producidos en fábricas y minas. El Impenqr mezcla de agricultura y artesanía y en una inalterable división del tra­
bajo;,.1» \
como he dicho siempre, es una cuestión de pan y mantequilla. Si queréis
. evitar la guerra civil os. habéis be convertir en imperialistas.™
Los Estados desapárécierph;TáS dinastías se derrum baron, pero la
El rem edio de Rhodes no significaba necesariam ente la distribu­ cornunidad de la aldea persistió y volvió a crecer después de la des-
ción de superutilidades. para todos, pero si un m ayor grado de trijcción. Fue innecesario que el.gobernante interfiriera de cerca en
comprom iso individual de las masas en el im perialism o, a través la ¡vida diaria de la ald ea; sólo lo suficiente p a ra recolectar • los
f de la emigración, el servicio colonial o; sim plem ente, de la acepta­ . impuestos anuales. E n este .aspecto, paradójicam ente suficiente, el
ción de la creencia de que s u s ' intereses dependían del m anteni­ sueño liberal del laissez. fairé de un gobierno que quería confinarse
m iento deí, Imperio. r . - a jas funciones m ínim as clásicas de m antener la paz y preservar '
k La creencia én. la ineyitabiHdad .y derecho del Im perto no era, a sociedad contra el desorden interno y la amenaza externa, era
: como se suponía comúnmente, un artículo cardinal de fe en todo mas cercano a los despotism os orientales. Pero la 'tradición?)}- no e!
contrato, era la basé de organización.
eF'áfrTtf’Xrx'ritrcKisoHiw^ de J a so^ lcdf '
abandonado a los habitantes del East End. Radicales cómo Cobden v,.: Los, nuevos impériós-ieuropéos. e ran , de otro, tipo m u ^ d is tjn io -
V Bricht se . opusieron a la asocia 6ión m ás estrecha de la Gran.. *yi las af irmaciones: ;de superioridad/ china: ni eí, sopor milenario
B retaña con lo que ahora denominamos los “dominios blancos , Qel campesino ofrecían una adecuada protección, aun a un nivel
aunque n o estalian Contra: ligas: estrechas con la India e Irlanda.
i 1. Véase, crt p articu la r,' Rpbm.sors v: GalLagher. Africa and the Victoriaiis
• ;' :ú - ' 4 K
. : rfr'Gcci) RIkhIcs. ciiado.ípor Lcnin. Imperialista. p. 72. . - Das Kapitril. Vol.- I¡. pp: 350, 353, '

16
•IA SOCIEDAD -ADMINISTRATIVA ,.33'
3 2 -’ EL ÍM 'rih tL Ü D IO EUROPEO
que conservaba alejado dél no blanco. Sólo descubriendo este se­
psicológico, frente a las incursiones d e la civilización occidental. creto se llegaría a la posesión del "Cargó” —los bienes del hom bre
La rebelión de Taiping, p o r éjéiftpló, reflejó la convulsión de toda blanco.-1
una sociedad ante el choque de la desintegración m anchó y de la El hombre no blanco estaba tan agobiado por sü apropiación
intervención: europea; la m uerte p o r decenas de millones de seres de la creencia en la superioridad blanca en form a tan ingenua
hizo que la prim era guerra d e . m atanzas masivas del Occidente, como bajo cualquier maquinaria de represión. Cuanto m ás fuerte
lET'Guerra Civil 'norteam ericana, pareciera apacible en comparación, sai creencia,, menos necesario el. uso de ia fuerza. Quizá nunca sabre­
Si las arm as de fuego de Catling y los textiles de Lancashire mos bien la extensión del efecto sobre las psiques de los colonizados
proporcionaz'pn los medios técnicos p a ra establecer el dominio de d d colonialismo europeo. Pero un revolucionario p siq u iatra como
E uropa, la aclimatación y aceptación de la superioridad total de la Fanón analizó para nosotros los gruesos desórdenes m entales cau­
cultura europea —no sólo p o r la fuerza— iban a m antener al no sados por la guerra colonia],— y siguió las tensiones psicológicas
europeo en nina larga subordinación psicológica. El aldeano pude
más. insidiosas generadas dentro del individuo, dentro de la fam ilia
consen/krse inalterado ideológicamente,, pero el "nuevo hom bre' y entre Jas. gcneracionesj como, resultado de la "colonización de la
educado según los üheam ientós occidqhtales sé vio afectado por
personalidad”.— En un sentido más académico y conservador,.M ah-
.tíh íiém pó, íáríibératiÓ n.de spapenasysi'podía ser.esp erad a en una nemi para Madágas.car,24; y Elkins para el Nuevo Mundo negro,25
B íiiúánia: en l a que íá .Asociación de. Jóvenes B udistas declaró, en
recalcaron que el estereotipo de Sambo, el negro aniñado, depen­
-féchá táá'.léjaftk'cá'pBi diente, pasivo, no es sim plem ente un estereotipo, sino que representa
Hablamos inglés y apreciamos¿er modo de vida .occidental. Ló.- ¡considera* la “infantilización” real de hom bres adultos por Otros hom bres que
mos un privilegio y un honor servir a nuestros gobernantes. Somos se convirtieron, en sus "padres” —duros o blandos. .
gente' bien nacida N'geniíétwatJM : :
LA SOCIEDAD A D M I N I S T R A T I V A ./
Lá- superioridad del Occidente, parecía uvidenté eri si tanto p ara
conquistados como para .conquistadores. Indujo;.".eri.el. conquistado Los nuevos-territorios absorbidos por las potencias- europeas esta­
un sentido dé. inferioridad y dependencia, y su correlato natural, la can en. gran parte habitados por gente, .qué vivía bajq instituciones
creencia en’ la inevitabilidad —incluso el deréchó-ri- deí gpbiém o de gobierno. agrícoIas y tradicionales. Éstas estaban fonñacías por
blanco. La superioridad tecnológica ele barcos, m áquinas de escri­ innumerables aldeas sólo ligadas, en ei caso de los im perios m ás
bir, dinero y am etralladoras, y la superioridad organizativa blanca avanzados, por un aparato cobertor de control político y recaudación
parecían expresión de la superioridad to tal ábrum adorá del "espíri­ de impuestos, y;;por uniform idades culturales tales como creencias
tu racional" occidental. ‘ , religiosas com unes ;.y. sistem as tribales, familiares y de castas. Por
Tuvieron que paSar varias décadas antes de que los hom bres mas ejemplo, en la India la im portancia deí hindüism o como fue rza
severam ente sujetos a la privación bajo el gobierno colonial se .culturaJUinificadora ha sido reforzada cada vez más por los estudios
recobraran de ía experiencia traum ática de la conquista po r tal sociológicos de la India preeuropéa.28 A través de un largo proceso
' potencia superior y .sacaran sus conclusiones: que se puede im itar histórico_ dé "sanscrítización” —la adopción de las costum bres'
al hom bre blanco, absorber sus conocimientos, disciplina y. ener­ brahmánicas por los grupos no hindúes y la incorporación dé estos
gía, con el fin de echarlo. Tales nociones “socialrevolucionarias” grupos en nn s is te m a de'castas g e n e r a l— las comunidades de castas
iban a desarrollarse después, en el siglo xx, entre las m asas per­ locales encerradas en si pudieron articularse dentro de una comu­
turbadas y los "nuevos hom bres”, y no entre las élites burgue­ nidad cultural religiosa am plia y global., Pero la comunidad religiosa
sas occidentalizadas dé .fines"del siglo xix que c re c ie ro n ... a la ■ pan-hindú”, prceuropea de ningún modo era equivalente a la nacion-
som bra de los explotadores extranjeros, de los que fueron con m u­ Lstado india moderna, ya que la nacionalidad india es bien distinta
cho los agentes/interm ediarios y d e p e n d ie n te s ...” -0 del Tundutsmo tradicional. Los hindúes, en la India prebritánica,
Otras sociedades menos complejas, al in te rp re ta r el efecto del
Occidente en sus propias categorías, llegaron a la conclusión de que Véase mi The Trumpet S h a llS o u n d . I ,
• Fanón,. Les dam nés. d e : la- Ierre, pp. 189-235. . •.
la superioridad del . hombre blanco era tan grande qué debía deri­ 1-anoh, L'nn V de la révolution algérienne,' passim.
var de poderes sobrenaturales. Desde luego, el hom bre blanco no P ro sp e ro and Calihan.
trabajaba. Por tanto, su mando superior sobre los recursos débía — Siavery. —
basarse en última instancia en la posesión de cierto secreto m ístico •r¡inivas- Society:- Among the Cóorgs of South India, en
¡i: . , r'p- 2U-22, v el estudio iniciador de S. S. O’Malluv, "T h e
. J I’n' S:Kk"r'-,,jnd”- cr- Modem Judia and the West, recopilado por Cf'Malícy,
Citado en Emerson, From E tupiré lo Nation. p . 243. . jL ■)
2" Hobsbawm, The Age of Rcvohition. J789-1? p. 143.

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