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El concepto de tópica podría entenderse como “lugar”. Son los lugares de los que es posible dar
una representación espacial figurada. Freud plantea dos tópicas, la primera en la cual distingue
inconsciente, preconsciente y consciente, y la segunda en la que distingue tres instancias: el ello, el
yo y el superyó.
Primera tópica: Freud distingue tres sistemas, Inconsciente, Preconsciente y Consciente, cada uno
de los cuales posee su función, su tipo de proceso, su energía de catexis. Entre estos sistemas
Freud sitúa las censuras, que inhiben y controlan el paso de uno al otro. El preconsciente es
aquello considerado susceptible de conciencia, mientras que lo inconsciente es lo contrario
(insusceptible de conciencia)
A partir de 1920 Freud elaboró otra concepción del aparato psíquico, la cual es llamada segunda
tópica. Aquí intervienen tres instancias: el ello, polo pulsional del sujeto; el yo, instancia que tiene
como función mediar entre las exigencias del Ello, del Superyó y de la realidad; y por último el
superyó, instancia que juzga y critica, constituida por la interiorización de las exigencias y
prohibiciones parentales.
Son los dos modos de funcionamiento del aparato psíquico. El proceso primario caracteriza al
sistema inconsciente, mediante este proceso la energía fluye libremente, pasa sin trabas de una
representación a la otra y esto es posible mediante mecanismos de desplazamiento y
condensación. El proceso primario se rige por el principio de placer. El proceso secundario
caracteriza al sistema consciente-preconsciente, la energía es ligada antes de fluir en forma
controlada, la satisfacción en este proceso aparece aplazada, y se rige por el principio de realidad.
El proceso secundario solo es posible en virtud de una buena catexis del yo. La atención, el juicio,
el razonamiento, etc son considerados elementos de este proceso.
INCONSCIENTE
Con esta palabra podemos designar, en primer lugar, todo contenido mental que no se encuentra
en la conciencia y al que el sujeto únicamente puede acceder con dificultad. Pero, en segundo
lugar, este término también se usa para designar uno de los sistemas del aparato psíquico: es la
parte no consciente que sólo puede ser consciente con grandes esfuerzos por parte del sujeto, y,
en particular, gracias al trabajo de la terapia. En el inconsciente se encuentran los deseos, instintos
y recuerdos que el sujeto reprime por resultarle inaceptables, fundamentalmente a causa de sus
propias valoraciones morales; es la capa más profunda de la mente y se identifica en gran medida
con el ello. Con todo, parte del super-yo también puede incluirse en el inconsciente en la medida en
que no siempre el sujeto es consciente de sus propias valoraciones morales y de la actuación de
dichas valoraciones en su vida psíquica y su conducta.
Freud concibió el inconsciente sólo como inconsciente individual, en el que se encuentran las
vivencias reprimidas del sujeto individual, pero Jung supuso, además del inconsciente individual, el
inconsciente colectivo, en el que habría que situar las vivencias comunes a toda la humanidad o
arquetipos y que se transmiten hereditariamente.
1) los fenómenos de hipnosis le mostraron que podemos saber algo sin saber que lo sabemos, y
que podemos desear algo sin saber la auténtica razón de ese deseo;
2)la referencia a una motivación inconsciente permite comprender los actos fallidos (acciones
aparentemente desprovistas de sentido por ser contrarias a la intención de la persona que las
realiza) y las confusiones verbales o "lapsus lingue" que ocurren en la vida cotidiana y a personas
normales;
3)En particular los sueños; el análisis de los sueños era para Freud "el camino real" para acceder al
Inconsciente. Los sueños sólo se pueden entender a partir de un significado profundo, no
consciente, distinto del significado explícito y superficial;
4)Sus estudios sobre la histeria le hicieron ver que en la mente pueden existir experiencias y
motivaciones determinantes de la conducta y de la salud física sin que, por efecto de la represión,
se sea conscientes de ello;
❖ ES ATEMPORAL: Es decir que en este nivel coexisten diferentes ideas sin importar orden
cronológico. Por ej. Deseos infantiles, junto a deseos adultos, y los mismos, se mezclan
todo el tiempo. Por ej: Un hombre sueña que esta en una clase de su universidad pero
tiene puesto el guardapolvo de su primaria y la profesora es su maestra de primer grado.
Hay presencia de contradicción: los deseos o sentimientos pueden coexistir sin que resulte
conflictivo. Por ej.: Una mujer sueña con que entra a un lugar hermoso, armónico,
iluminado, donde todo esta en orden, pero quiere irse rápido porque no esta a gusto en el
lugar.
c. Proyección: el sujeto proyecta sus impulsos agresivos sobre otros y luego se siente
presente.
antitéticos. Tampoco sabe decir que no y cuando necesita dar una negativa, debe
símbolos.
primera.
Dentro del sistema inconciente es necesario tener en cuenta una porción que se halla
integrada por elementos que si llegaran a ser concientes presentarían notables diferencias con los
demás, constituyendo el inconciente reprimido. Todo lo reprimido tiene que permanecer
inconciente, pero no forma por sí solo todo el contenido de este sistema.
El ello en su totalidad y parte del yo y del superyó se encuentran dentro del sistema
inconciente.
❖ CHISTES:
Freud le da un papel relevante al chiste porque éste desempeña un papel importante en la vida
anímica del sujeto. Los motivos de la formación del chistes son la liberación o el conseguir un
placer, es decir es la comunicación de algo en pocas palabras involucrando el leguaje y lo simbólico
para expresar algo que se piensa pero la critica no lo permite comunicar, es así como “disfrazado”
puede decir eso que quiere decir pero que antes no podía.
Para el cumplimiento del proceso psíquico del chiste es necesario de la primera persona (para
Freud en este momento seria el yo) y la tercera persona (una persona ajena) y una segunda el
objeto o situación x. El trabajo del chiste se consuma en la primera persona correspondiéndole a la
misma un monto de gasto psíquico.
En el caso del chiste, Freud halla que un fenómeno que ocurre es el de condensación, que consiste
en la fusión de dos palabras formando una sola, y por ese motivo, aunque se trate de una
equivocación, resulta chistosa; como en el caso de Heine y la palabra "familionar", en la que el
sujeto quiere decir "familiarmente", pero que se perturba con la idea de que esa familiaridad sólo le
es posible a un "millionario" y ello motivó a la fusión de palabras.
También se aprecia otro elemento en los chistes: el desplazamiento, para lo cual Freud alude a un
sinfín de ejemplos. El desplazamiento conduce, por lo general al sofismo o a la simpleza. A la vez,
pueden haber chistes que emplean un material en otro sentido, juego de palabras de doble sentido
con alusión o encubrimiento de idea. Y la gracia del chiste no se encuentra en el pensamiento
expresado, sino en la idea latente o en el propósito que lleva. Todos éstos y los de formación
verbales subordinan al concepto de formación de sustitutivos.
El chiste trae consigo la consecución de placer, lo que puede deducirse del hecho que obedece a la
satisfacción de la tendencia (hostilidad u obscenidad). Por ello, el chiste produce regocijo al vencer
un obstáculo exterior y uno interior. En este último la aportación de placer obedece a una economía
de gasto psíquico y al ahorro de la coerción.
Fácilmente puede observarse, en el chiste, cómo el deseo se realiza, disfrazando la intención para
burlar a la censura y vencer la coerción. Entonces, siguiendo a Freud, la relación entre el chiste y
el sueño, en los que se presentan los mismos fenómenos: desplazamiento, condensación,
elaboración inconsciente, etc. Aunque una gran diferencia entre ambos es que surgen en dominios
diferentes de la vida anímica y en lugares del sistema psicológico muy alejados uno del otro:
el sueño busca satisfacer una necesidad y ahorrar displacer, mientras que el chiste busca
conseguir placer.
El chiste tiene dos funciones: CONDENSACIÓN que consiste en la función de dos palabras
formando una sola y por ese motivo aunque se trate de una equivocación, resulta chistosa.
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DESOLAZAMIENTO que es la desviación del proceso mental ,es decir , el desplazamiento del
acento psíquico sobre un tema distinto del iniciado.
¿POR QUÉ UN CHISTE NOS HACE REÍR? El chiste y la risa son mecanismos que utiliza el
cerebro para aprender lo absurdo, por este motivo los chistes no son más divertidos después de
escucharlos varias veces.
❖ SUEÑOS
Para Freud los sueños fueron el elemento más apropiado para llegar al conocimiento del
inconsciente, les llamó la VIA REGIA del inconsciente. Los sueños son realización de los deseos.
¿Cómo se explica que muchas veces soñemos cosas tan desagradables? Esto se debe a que los
deseos que se realizan en el sueño son deseos inconscientes y estos no siempre son coincidentes
con los que deseamos en forma consciente. Esos deseos aparecen disfrazados en lo que
soñamos, por lo tanto no es fácil conocerlos. En el sueño se distingue entre un contenido
manifiesto, que es el relato de lo que soñamos, y un contenido latente que se refiere al real
significado que tiene el sueño.
El sueño pretende mantenernos dormidos, eliminar algú estímulo perturbador y realizar un deseo.
❖ ACTOS FALLIDOS.
Los actos fallidos son actos cuya realización importa una falla evidente en algún mecanismo
psíquico. Han sido agrupados, en general en siete tipos: orales, escritos, de falsa lectura y de falsa
audición, olvido temporal, pérdidas y actos sintomáticos.
Son solamente trastornos temporales de una función que en otro momento puede ser perfecta o
correctamente desarrollada; su falta de corrección es a veces conocida tan pronto como la atención
se focaliza sobre ello. Los factores desencadenantes de los actos fallidos pueden ser fisiológicos o
psicofisiológicos: en el primer caso puede tratarse de trastornos circulatorios o una indisposición y
entre los psicofisiológicos se cuentan la excitación y la distracción.
Los actos fallidos son contagiosos y pueden ser provocados por sugestión. Presentan un sentido
propio y, por lo tanto, tienen derecho a ser considerados como un acto psíquico completo, con su
fin propio y como una manifestación de contenido y significación peculiares. Existen actos fallidos
cuyo sentido es fácil de descubrir y otros no; en los primeros, la intención latente sustituye por
completo a la manifiesta, mientras que en los otros tiene que conformarse con deformarla o
modificarla, dando origen a creaciones mixtas que pueden resultan más o menos plenas de
contenido.
Existe en el acto fallido una parte perturbadora (la intención latente) y la otra perturbada, y de la
magnitud en que la primera afecte a la segunda depende que el acto fallido sea más o menos
comprensible.
En el olvido de propósitos, una persona lo olvida porque mantiene una situación incómoda con una
persona vinculada a su intención. En las equivocaciones orales, el proceso es similar a la
mnemotécnica porque una palabra recuerda a la otra. Para la pérdida de objetos, habría un deseo
inconciente de perderlos que logra manifestarse o una intención de realizar un sacrificio sustitutivo.
ACTO FALLIDO
* Los actos fallidos son aquellos en los que agún mecanismo físico experimenta un fallo evidente.
Según Freud se rigen por dos principios, el primero es que tienen sentido y el segundo que al ser
actos psíquicos tienen una intención. Son en realidad pequeños síntomas de problemas psíquicos
que se manifiestan en personas mentalmente sanas.
* Clasificación:
El sujeto percibe síntomas de forma distorsionada. Ejemplos: A) Un hombre que lleva todo el día
pensando en insectos, achaca cualquier picor a su presencia. B) Tras estudiar una enfermedad,
percibe sus síntomas.
+ Deslices orales:
Son los más variados y espontáneos, pueden ir desde decir lo contrario (algo inconveniente)
porque inconscientemente se desea lo contrario, a simplemente decir algo que no viene a cuento,
lo que estaba pasando o deseando. Ejemplos: A) Hombre al ver que hay poca gente en la
asamblea cuando está por empezar dice "se levanta la sesión" en vez de "se inicia" porque cree
que la sesión no debería realizarse. B) Llamar a una persona por otro nombre.
+ Deslices en la escritura:
+ Deslices auditivos:
Los deslices auditivos se dan cuando se oye falsamente algo, sin que exista apra ello una afección
en la capacidad auditiva. Como en los casos anteriores, está relacionado con el deseo inconsciente
y otros pensamientos en curso. A) Entiende que el profesor siempre le pregunta a él.
+ Olvidos
Olvido de nombres propios y nombres extranjeros, así como de palabras extranjeras en general:
Opera el propósito de evitar el discplacer que provocarían el recuerdo de los mismos.
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+ Pérdidas:
Generalmente ocurre cuando lo que se pierde proviene de alguien que genera un recuerdo
desagradable o si queremos sustituirlo por algo mejor. También puede darse por auto-castigo,
cuando existe el propósito de ofrendar algo al destino para defenderse contra otra pérdida temida.
+ Deslices en la lectura:
Se da generalmente el hecho de sustituir una palabra por otra, que casi siempre son parecidas,
debido a algún pensamiento que tenía anteriormente a quien le ocurre esto. Es decir, algo que se
desea sustituye aquello que no interesa.
Los síntomas neuróticos, al igual que los sueños y los actos fallidos, son otra de las
manifestaciones del inconsciente. A diferencia de los anteriores, que son considerados normales y
ocurren en forma permanente, los síntomas neuróticos indican algún grado de patología.
Todo síntoma es siempre señal de algo. En el caso de los síntomas neuróticos la señal está
indicando algún desajuste psíquico entre un deseo inconsciente y la imposibilidad de satisfacerlo.
Estos deseos inconscientes son los que -según la teoría psicoanalítica-aparecen disimulados a
través de los síntomas. En general los síntomas neuróticos son percibidos como molestos en mayor
o menor grado por el portador (quien lo padece). La mayoría de las personas portamos algún tipo
de síntoma neurótico; ello no es sinónimo de enfermedad mental ni de desequilibrio. La molestia,
preocupación o limitaciones que el síntoma produzca determinará la necesidad o no de enfrentarlo
y modificarlo.
1) Una persona que jamás sale de su casa sin volverse varias veces para comprobar si es que ha
cerrado bien la puerta.
2) Un chico que, cada vez que debe rendir un examen, queda afónico.
3) Un niño de seis años que cada vez que su madre intenta dejarlo en la puerta de la escuela tiene
una crisis de angustia.
La evolución que tendrá la neurosis expresada a través de esas conductas dependerá de muchas
razones internas y externas a cada uno.
Podemos nombrar como formaciones del inconsciente los sueños, los actos fallidos, los síntomas y
los chistes.
Los sueños tienen sentido, constituyen un mensaje cifrado, son considerados por Freud como la vía
regia para llegar al inconsciente. En los sueños se cuelan aspectos inconscientes que son difíciles
de tolerar en la vigilia. La formación del sueño se genera por el resto diurno con deseos
inconscientes. El resto diurno es preconsciente. Existe una censura entre el preconsciente e
inconsciente, por este motivo tiene que desfigurarse el deseo inconsciente para no generar
angustia. El trabajo del sueño consta de cuatro procesos: La condensación, el desplazamiento, el
miramiento por la figurabilidad y la elaboración secundaria.
Condensación: Varias representaciones se unen a una, (por ejemplo sueño con un amigo pero
tiene la cara de un familiar).
Desplazamiento: Una representación le sede toda su carga afectiva a otra. (Ej: sueño con alguien
que no tiene ninguna carga afectiva para mí y sueño que estoy enamorada de esa persona). Tiene
que haber una asociación entre las dos cosas. Desplazamos de una cuestión afectiva problemática
a algo que no es problemático. El desplazamiento ayuda a los deseos inconscientes a pasar
desfigurado, no tan agresivo. El acento afectivo pasa de una representación a la otra.
Acto Fallido: desliz verbal. Para Lacan es un “acto logrado”, lo que se dijo es mucho más
importante que lo que quería decir. En el acto fallido se cuela algo inconsciente.
Lapsus: (cuando decimos algo por otra cosa), cuando nos olvidamos o perdemos algo.
Síntoma: Freud piensa el síntoma como una formación de compromiso entre el deseo inconsciente
y la defensa. El síntoma habla, esta enunciando una verdad. No buscamos eliminar el síntoma, sino
entenderlo. El síntoma como retorno de lo reprimido. Formación sustitutiva de contenidos
inconscientes. Formación sustitutiva: síntoma, actos fallidos, etc.
Freud plantea que la pulsión es un concepto límite entre lo psíquico y lo somático. Es aquel proceso
dinámico consistente en un empuje que hace tender al organismo hacia un fin. Según Freud una
pulsión tiene su fuente en una excitación corporal; su fin es suprimir el estado de tensión, y gracias
al objeto la pulsión puede alcanzar su fin. La pulsión actúa como una fuerza constante que proviene
del interior del cuerpo por lo tanto la huída no lo resuelve, lo que resuelve este estado sería la
satisfacción. En pulsión y destinos de pulsión plantea la existencia de cuatro elementos:
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Drang (esfuerzo): se entiende por esfuerzo de una pulsión su factor motor, la medida de exigencia
de trabajo que ella representa.
Objeto: es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable de la pulsión. No
está enlazado originariamente con ella sino que se le coordina solo a consecuencia de su aptitud
para posibilitar la satisfacción. No necesariamente es un objeto ajeno, puede ser también una parte
del cuerpo.
Meta: la satisfacción que solo puede alcanzarse cancelando al estado de estimulación en la fuente
de la pulsión
Fuente: aquel proceso somático interior a un órgano o parte del cuerpo cuyo estímulo es
representado en la vida anímica por la pulsión.
En una primera instancia Freud distingue dos tipos de pulsiones: pulsiones de autoconservación y
pulsiones sexuales. Más adelante, al intentar explicar el concepto de la compulsión a la repetición
(1920), plantea las pulsiones de vida (pulsión de autoconservación y pulsión sexual) y por otra parte
las pulsiones de muerte.
En este texto Freud alude a que la observación lo lleva a establecer cuatro destinos de pulsión.
Narcisismo
Freud postuló la existencia de una fase de la evolución sexual intermedia entre el autoerotismo y el
amor objetal. El sujeto comienza tomándose a sí mismo, a su propio cuerpo como objeto de amor,
lo que permite una primera unificación de las pulsiones sexuales. El establece la existencia de un
equilibrio entre la “libido del yo” (catectizada en el yo) y la “libido de objeto”: cuanto más aumenta
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una más se empobrece la otra. El yo se considera como el gran reservorio de libido desde donde
esta es enviada hacia los objetos y que se halla siempre dispuesto a absorber la libido que retorna
a partir de los mismos. Esto nos conduce a una definición estructural del narcisismo, ya no aparece
como una fase evolutiva sino como una permanencia de libido, que ninguna catexia de objeto
permite sobrepasar completamente. El narcisismo primario designa ese estado precoz en que el
niño catectiza toda la libido sobre sí mismo, mientras que el narcisimo secundario designa una
vuelta sobre el yo de la libido retirada de sus catexis objetales. En el plano tópico el Ideal del Yo
representa una formación narcisista que jamás es abandonada.
Edipo
Aquellos deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres. En su forma
llamada positiva el complejo se presenta como el deseo de muerte del rival que es el personaje del
mismo sexo, y deseo sexual hacia el personaje de sexo opuesto. En su forma negativa, se presenta
a la inversa, amor hacia el progenitor del mismo sexo y odio y celos hacia el progenitor del sexo
opuesto. El complejo de Edipo desempeña un papel fundamental en la estructuración del psiquismo
y en la orientación del deseo humano. Freud afirma que el complejo de Edipo es completo, ya que
se presentan identificaciones con ambos padres, en mayor o menor medida. También plantea que
en el niño, la amenaza de castración por el padre posee un valor determinante en la renuncia al
objeto incestuoso, y el complejo termina de forma relativamente abrupta; mientras que en la niña el
complejo se hace posible y es introducido por la amenaza de castración.
REPRESIÓN (1915)
En su artículo La Represión 1915 Freud distingue una represión en sentido amplio que comprende
tres tiempos, y una represión en sentido estricto que sería el segundo tiempo de la anterior. El
primer tiempo, sería lo que denomina represión originaria, que no recae sobre la pulsión como tal,
sino sobre sus representantes que no llegan a la consciencia y a los cuales queda fijada la pulsión.
Se crea de esta manera un núcleo inconsciente, que funcionará como polo de atracción respecto a
los elementos a reprimir.
La represión propiamente dicha (segundo tiempo) supone un proceso doble, que une por un lado,
el rechazo de una instancia superior sobre aquello que ha de reprimirse, y por otro la atracción que
ese núcleo inconsciente ejerce sobre esos contenidos. Se trataría por lo tanto de un esfuerzo de
dar caza. Probablemente la tendencia a la represión no alcanzaría su propósito si estas fuerzas
(atracción y repulsión) no cooperasen, si no existiese algo reprimido desde antes presto a recoger
lo repelido por lo consciente.
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Finalmente el tercer tiempo sería el retorno de lo reprimido en forma de síntomas, sueños, actos
fallidos, etc.
Freud aclara que solamente son reprimidos los representantes representativos de la pulsión, es
decir: ideas, imágenes, etc.
Angustia
Freud en la conferencia 25 comienza realizando una primera diferencia en la cual postula por una
parte la angustia realista y por otra la angustia neurótica. La angustia realista, sería en un primer
momento considerada como racional y comprensible, es aquella que surge debido a un peligro
exterior y nos prepara para la “huída”; dentro de este tipo de angustia estaría manifestándose la
pulsión de autoconservación. Más adelante, Freud plantea que esta afirmación acerca de
considerar la angustia realista como racional y comprensible debe revisarse, ya que ante la
aparición de un peligro externo, lo esperable sería poder reflexionar y prepararnos para la huída
correspondiente, sin establecer la angustia como tal, y afirma que “el desarrollo de la angustia
nunca es adecuado”. Presenta el concepto de “apronte” para el peligro, el cual lleva consigo un
aumento de la tensión sensorial y motora (esto es considerado como algo positivo) y por otro lado
lo que sentimos como estado de angustia. Repite que lo adecuado sería el apronte y no el
desarrollo mismo de la angustia. Más adelante, Freud realiza una segunda distinción entre angustia
y miedo, en la cual clarifica que en el caso de la angustia, se prescinde del objeto, mientras que en
el miedo la atención está dirigida a él. Menciona que el terror es efecto de un peligro que no fue
precedido por el apronte angustiado, por lo que podemos decir que el hombre se defiende del
horror mediante la angustia.
La primera forma de angustia neurótica, se define como un estado general de angustia, lo que se
dice angustia libremente flotante. Llamamos a este estado angustia expectante o expectativa
angustiada. Las personas que padecen este tipo de angustia, entre todas las posibilidades siempre
se quedan con la más terrible. Freud asocia este estado con la neurosis de angustia.
El segundo caso de angustia neurótica, a diferencia del anterior, está psíquicamente ligada a
ciertos objetos y situaciones. Muchos de los objetos y situaciones temidos por los fóbicos tienen
también algo de ominoso para el resto de las personas, la diferencia radica en que el monto de
angustia que les generan estos objetos y/o situaciones a las personas que padecen este tipo de
angustia, es excesivo, extremo, exagerado. Lo que importa considerar en este caso es el monto de
angustia, y no el objeto. En la conferencia 25 Freud incluye las fobias en lo que denominó neurosis
de angustia.
La tercer forma de angustia neurótica aparece acompañando síntomas histéricos, en estos estados
se pierde totalmente el nexo entre la angustia y el estado de peligro. Es el caso de la histeria.
En esta conferencia Freud llega a la conclusión que en un sentido abstracto no parecería erróneo
decir que en general los síntomas solo se forman para substraerse a un desarrollo de angustia que
de lo contrario sería inevitable.
¿Qué relación existiría entre la angustia realista, frente al peligro externo y la angustia neurótica?
Para responder dicha pregunta Freud parte de la base de la oposición Yo-libido.
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La angustia realista sería la reacción del yo frente a un peligro externo, y la angustia neurótica la
reacción del yo frente al reclamo de la libido, reacción frente a un peligro interno.
Angustia neurótica- peligro interno- aparece síntoma, que produce una ligazón de la angustia
Transferencia
Proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de
un determinado tipo de relación establecida con ellos, y de un modo especial, dentro de la relación
analítica. Se trata de una repetición de prototipos infantiles, vivida con un marcado sentimiento de
actualidad. Freud descubre que lo que se revive en la transferencia es la relación del sujeto con las
figuras parentales, y especialmente la ambivalencia pulsional que caracteriza dicha relación.
Existen dos tipos de transferencia, una negativa de sentimientos hostiles, y una positiva, que a su
vez se descompone en transferencia de sentimientos amistosos o tiernos que son susceptibles de
consciencia y la de sus prosecuciones en lo inconsciente. De estos últimos, el análisis demuestra
que de manera regular se remontan a fuentes eróticas.
En este trabajo Freud habla del descuido del estudio de la sexualidad infantil, al punto de llegar a
afirmarse que la pulsión sexual faltaría en la infancia. ¿Cuáles serían las causas de este descuido?
Freud alude a los reparos de los investigadores por los prejuicios sociales y de su propia
educación, en principio; otra causa sería la amnesia infantil, en la mayoría de los seres humanos
(no en todos) toma los primeros años de vida hasta los 6 u 8 años.
Las impresiones olvidadas han sido determinantes de la vida psíquica y del desarrollo posterior,
éstas no desaparecen sino que habrían sido apartadas de la conciencia, reprimidas.
Freud alude a que el quehacer sexual se apuntala primero en una función que sirve a la
conservación de la vida, y solo después se independiza. Pone como ejemplo el chupeteo, los labios
se comportan como una zona erógena, y al principio el placer se logra por la estimulación del aflujo
de leche, vemos entonces como la satisfacción de la zona erógena se asocia con la necesidad de
alimentarse.
Solo después y debido a la necesidad de repetir dicha satisfacción, se divorcia el placer sexual de
la necesidad de buscar alimento, y vemos entonces al niño pequeño chupetear sus dedos, etc.
El chupeteo nos muestra los dos caracteres decisivos de la sexualidad infantil, primero ésta
aparece apuntalándose en la satisfacción de las grandes necesidades orgánicas, y segundo se
comporta de manera autoerótica, es decir busca y encuentra sus objetos en el propio cuerpo, lo
que se infiere en relación al alimento, también se repite en parte respecto de las excreciones. La
vida sexual del niño se caracterizaría pues por una serie de pulsiones parciales que,
independientemente unas de otras, buscan ganar placer, en parte en el cuerpo propio, en parte ya
en un objeto exterior; entre estos órganos muy pronto se distinguirán los genitales.
Freud nos habla de lo que denomina “la investigación sexual de los niños”, ésta arranca muy
temprano, en general antes del tercer año de vida. No arranca de la diferencia de los sexos, que
nada significa para el niño, pues, al menos el varón atribuye a los dos sexos idénticos genitales: el
masculino. El varón descubre la vagina en una hermanita o una compañera, y frente a esto intenta
al principio desmentir el testimonio de sus sentidos, no puede concebir un ser humano semejante a
él que carezca de esa parte que tanto aprecia. Más tarde, siente temor ante la posibilidad que se le
ha abierto y comienzan a ejercer sus efectos con posterioridad las amenazas que pudo haber
recibido antes por ocuparse con demasiada intensidad de su miembro. Cae así ante el imperio del
complejo de castración.
De la nena sabemos que a causa de la falta de un gran pene visible, se considera gravemente
perjudicada, envidia al varón su pertenencia. En la infancia el clítoris de la niña desempeña
enteramente el papel del pene, es el portador de una particular excitabilidad. Para que la niña se
haga mujer es importante que el clítoris ceda a tiempo y por completo esa sensibilidad a la vagina.
La elaboración onírica es un mecanismo por el cual las ideas latentes (lo más importante del sueño)
son disfrazadas o transformadas en otro código: el contenido manifiesto. Mediante la elaboración
entonces lo latente aparece disfrazado en lo manifiesto, tarea que se lleva a cabo mediante
mecanismos como la condensación, el desplazamiento, etc.
La brevedad del sueño manifiesto, comparada con la amplitud y riqueza de lo latente, nos obliga a
pensar que hay un trabajo de condensación, por el cual en un contenido manifiesto se condensan
varias ideas latentes. La condensación se ve especialmente cuando en el sueño aparecen palabras
raras (las cuales condensan varias ideas).
El desplazamiento consiste en representar una idea latente en otros contenidos manifiestos que
aparentemente no tienen nada que ver. En la elaboración onírica se manifiesta un poder psíquico
que despoja de su intensidad a los elementos de elevado valor psíquico (latentes) y crea, además,
por la superdeterminación de otros elementos menos valiosos, nuevos valores, que pasan entonces
al contenido manifiesto.
Resumen con mayor detalle el punto B de este capítulo 7 de La interpretación de los sueños
En sus intentos por explicar el mecanismo de los sueños, Freud desarrolla en esta sección de "La
interpretación de los sueños" su primera teoría del aparato psíquico, también llamada primera
tópica freudiana.
El sueño es un acto psíquico importante y completo, y su fuerza impulsora es siempre un deseo por
realizar. Su aspecto, en el que nos es imposible reconocer tal deseo, y sus muchas singularidades
y absurdidades proceden de: 1) la influencia de la censura psíquica que ha actuado sobre él
durante su formación, pero a más de la necesidad de escapar a esta censura, han colaborado en
su formación, 2) una necesidad de condensar el material psíquico, 3) un cuidado de que fuera
posible su representación por medio de imágenes sensoriales y, 4) además -aunque no
regularmente-, el cuidado de que el producto onírico total presentase un aspecto racional e
inteligente.
Deberemos investigar la relación recíproca existente entre el motivo optativo y las cuatro
condiciones indicadas, así como las de estas últimas entre sí. Por último, se incluirá al sueño en la
totalidad de la vida anímica.
En un sueño analizado anteriormente, quedó establecido que fue para permitir una realización de
deseos que el proceso mental del reposo quedó convertido en un sueño.
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En dicho sueño, la idea latente sería: «Veo un resplandor que viene de la habitación en la que está
el cadáver. Quizá haya caído una vela sobre el ataúd y se esté quemando el niño.» El sueño
reproduce sin modificación alguna el resultado de esta reflexión, pero lo introduce en una situación
presente y percibida por los sentidos como un suceso de la vigilia. Este es, como sabemos, el
carácter psicológico más general y evidente del sueño. Una idea, casi siempre la que entraña el
deseo, queda objetivizada en el sueño y representada en forma de escena vivida.
Un examen más detenido nos hace observar que la forma aparente de este sueño nos muestra dos
caracteres casi independientes entre sí. El primero es la representación en forma de situación
presente, omitiendo el «quizá». El otro es la transformación de la idea en imágenes visuales y en
palabras.
Por ejemplo, en el sueño de la inyección de Irma la idea latente aparece en optativo: «¡Ojalá fuese
Otto el culpable de la enfermedad de Irma!» El sueño reprime el optativo y lo sustituye por un
simple presente: «Sí; Otto tiene la culpa de la enfermedad de Irma.» El presente es el tiempo en
que el deseo es representado como realizado, lo que también se ve en la ensoñación diurna.
Para Fechner, las escenas oníricas son distintas de aquellas donde se desenvuelve la vida de
representación despierta, y dice que sólo esto puede hacernos comprender las singularidades de la
vida onírica.
La idea que así se nos ofrece es la de una localidad psíquica. La localidad psíquica corresponderá
a un lugar situado en el interior del aparato anímico, donde surge uno de los grados preliminares de
la imagen. En el microscopio y en el telescopio son estos lugares puntos ideales; esto es, puntos en
los que no se halla situado ningún elemento concreto del aparato.
Nos representamos, pues, el aparato anímico como un instrumento compuesto a cuyos elementos
damos el nombre de instancias o sistemas. Tales sistemas presentarían una orientación especial
constante entre sí, de un modo semejante a los diversos sistemas de lentes del telescopio, situados
unos detrás de otros, de manera que existiría un orden fijo de sucesión establecido por la
circunstancia de que en determinados procesos psíquicos la excitación recorre los sistemas
conforme a una sucesión temporal determinada, orden que puede quedar modificado en otros
procesos. De los componentes del aparato hablaremos en adelante con el nombre del «sistema y».
Lo primero que nos llama la atención es que este aparato compuesto de sistema y posee una
dirección. Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos (internos o externos) y termina en
inervaciones. De este modo adscribimos al aparato un extremo sensible y un extremo motor. En el
primero hay un sistema que recibe las percepciones, y en el motor, otro que libera la motilidad. El
proceso psíquico se desarrolla en general pasando desde el extremo de percepción hasta el
extremo de motilidad. Así, pues, el esquema más general del aparato psíquico presentaría el
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En el extremo sensible, las percepciones dejan en nuestro aparato psíquico una huella mnémica
(referida a la función de la memoria). Tal huella mnémica no puede consistir sino en modificaciones
permanentes de los elementos del sistema. Pero, el que un mismo sistema haya de retener
fielmente modificaciones de sus elementos y conservar, sin embargo, una capacidad constante de
acoger nuevos motivos de modificación supone no pocas dificultades. Para salvarlas, podemos
distribuir estas dos funciones en sistemas distintos, suponiendo que los estímulos de percepción
son acogidos por un sistema anterior del aparato que no conserva nada de ellos, esto es, que
carece de toda memoria, y que detrás de este sistema hay otro que transforma la momentánea
excitación del primero en huellas duraderas. La FIGURA 2 corresponde a este nuevo aspecto del
aparato psíquico (ver al final).
Sabido es que las percepciones que actúan sobre el sistema P perduran algo más que su
contenido. Nuestras percepciones demuestran hallarse también enlazadas entre sí en la memoria,
conforme a su primitiva coincidencia en el tiempo (hecho conocido como asociación). Ahora bien: el
sistema P no puede conservar las huellas para la asociación, puesto que carece de memoria. Cada
uno de los elementos P quedaría obstruido en su función si un resto de una asociación anterior se
opusiera a una nueva percepción. Debemos, pues, suponer que los sistemas mnémicos
constituyen la base de la asociación. Esta consistirá entonces en que, siguiendo la menor
resistencia, se propagará la excitación preferentemente de un primer elemento Hm a un segundo
elemento, en lugar de saltar a otro tercero. Un detenido examen nos muestra, pues, la necesidad
de aceptar la existencia de más de uno de estos sistemas Hm, en cada uno de los cuales es objeto
de una distinta fijación la excitación propagada por los elementos P. El primero de estos sistemas
Hm contendrá de todos modos la fijación de la asociación por simultaneidad, y en los más alejados
quedará ordenado el mismo material de excitación según otros distintos órdenes de coincidencia,
de manera que estos sistemas posteriores representarían, por ejemplo, las relaciones de analogía,
etc.
Intercalemos aquí una importante indicación. El sistema P, que no conserva las modificaciones,
esto es, carece de memoria, aporta a nuestra conciencia toda la variedad de las cualidades
sensibles. Por el contrario, nuestros recuerdos son inconscientes en sí. Pueden devenir
conscientes, pero despliegan todos sus efectos en estado inconsciente. Aquello que denominamos
nuestro carácter reposa sobre las huellas mnémicas de nuestras impresiones, y precisamente
aquellas impresiones que han actuado más intensamente sobre nosotros, o sea las de nuestra
primera juventud, son las que no se hacen conscientes casi nunca.
Pero cuando los recuerdos se hacen de nuevo conscientes no muestran cualidad sensorial alguna
o sólo muy pequeña, en comparación con las percepciones. Todo lo que hasta ahora hemos
supuesto sobre la composición del aparato psíquico en su extremo sensible ha sido sin tener en
cuenta para nada el sueño ni las explicaciones psicológicas que de su estudio pueden deducirse.
Este estudio nos proporciona, en cambio, gran ayuda para el conocimiento de otro sector del
aparato. Hemos visto que nos era imposible explicar la formación de los sueños si no nos
decidíamos a aceptar la existencia de dos instancias psíquicas, una de las cuales somete a una
crítica la actividad de la otra; crítica de la que resulta la exclusión de esta última de la conciencia.
La instancia crítica mantiene con la conciencia relaciones más íntimas que la criticada, hallándose
situada entre ésta y la conciencia a manera de pantalla. Hemos encontrado, además, puntos de
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apoyo para identificar la instancia crítica con aquello que dirige nuestra vida despierta y decide
sobre nuestra actividad voluntaria y consciente. Si ahora sustituimos estas instancias por sistemas,
quedará situado el sistema crítico en el extremo motor del aparato psíquico supuesto. Incluiremos,
pues, ambos sistemas en nuestro esquema y les daremos nombres que indiquen su relación con la
conciencia: ver FIGURA 3 al final.
Al último de los sistemas situados en el extremo motor le damos el nombre de preconciente para
indicar que sus procesos de excitación pueden pasar directamente a la conciencia siempre que
aparezcan cumplidas determinadas condiciones; por ejemplo, la de cierta intensidad, etc. Este
sistema es también el que posee la llave del acceso a la motilidad voluntaria. Al sistema que se
halla detrás de él le damos el nombre de inconsciente porque no comunica con la conciencia sino a
través de lo preconciente, sistema que impone al proceso de excitación, a manera de peaje,
determinadas transformaciones.
Situaremos el estímulo de la formación de los sueños en el sistema Inc., aunque, como más
adelante explicaremos, no es esto rigurosamente exacto, pues la formación de los sueños se halla
forzada a enlazarse con ideas latentes que pertenecen al sistema de lo preconciente. Pero también
averiguaremos en otro lugar, al tratar del deseo onírico, que la fuerza impulsora del sueño es
proporcionada por el sistema Inc., y esta última circunstancia nos mueve a aceptar el sistema
inconsciente como el punto de partida de la formación de los sueños. Este estímulo onírico
exteriorizará, como todos los demás productos mentales, la tendencia a propagarse al sistema
Prec. y pasar de éste a la conciencia.
La experiencia nos enseña que durante el día aparece desplazado por la censura de la resistencia,
y para las ideas latentes, este camino que conduce a la conciencia a través de lo preconciente.
Durante la noche se procuran dichas ideas el acceso a la conciencia, surgiendo aquí la
interrogación de por qué camino y merced a qué modificación lo consiguen. Si el acceso de estas
ideas latentes a la conciencia dependiera de una disminución nocturna de la resistencia que vigila
en la frontera entre lo inconsciente y lo preconciente, tendríamos sueños que nos mostrarían el
carácter alucinatorio que ahora nos interesa. El relajamiento de la censura entre los dos sistemas
Inc. y Prec. no puede explicarnos, por tanto, sino aquellos productos oníricos exentos de imágenes
sensoriales.
Hay que pensar que en el sueño alucinatorio sucede lo siguiente: la excitación toma un camino
regresivo: en lugar de avanzar hacia el extremo motor del aparato (como en la vigilia, dirección
progresiva), se propaga hacia el extremo sensible, y acaba por llegar al sistema de las
percepciones.
Pero, porqué no sucede también esto en el sueño? Ya habíamos dicho que la elaboración del
sueño llevaba a cabo una total transmutación de todos los valores psíquicos, despojando de su
intensidad a unas representaciones para transferirlas a otras. Esta modificación del proceso
psíquico acostumbrado es la que hace posible cargar el sistema de las P hasta la completa
vitalidad en una dirección inversa, o sea partiendo de las ideas.
regresión dentro del aparato anímico, puede ahora explicarse porqué las relaciones intelectuales de
las ideas, latentes entre sí, desaparecen en la elaboración del sueño o no encuentran sino muy
trabajosamente una expresión. En efecto, estas relaciones intelectuales no se hallan contenidas en
los primeros sistemas Hm, sino en otros anteriores a ellos, y tienen que perder su expresión en el
proceso regresivo hasta las imágenes de percepción.
Mas ¿por qué transformaciones resulta posible esta regresión, imposible durante el día?
Sospechamos que se trata de modificaciones de las cargas de energía de cada uno de los
sistemas; modificaciones que los hacen más o menos transitables o intransitables para el curso de
la excitación. Esta circunstancia constituiría aquel «apartamiento del mundo exterior» en el que
algunos ven la explicación de los caracteres psicológicos del sueño. Sin embargo, al explicar la
regresión del sueño habremos de tener en cuenta aquellas otras regresiones que tienen efecto en
los estados patológicos de la vigilia; regresiones a las que nuestra anterior hipótesis resulta
inaplicable, pues se desarrolla, a pesar de no hallarse interrumpida la corriente sensible, en
dirección progresiva.
Freud menciona aquí algunos ejemplos, como el del niño que cuando quería dormir lo asaltaban
visiones de caras verdes, que tenían relación con el aspecto de la cara que según su madre tenía
por masturbarse. Estos y otros ejemplos robustecen la afirmación de que en estos casos de
transformación represiva de las ideas hemos de tener en cuenta la influencia de un recuerdo
reprimido o inconsciente, infantil en la mayoría de los casos. Este recuerdo arrastra consigo a la
regresión; esto es, a la forma de representación, en la que el mismo se halla dado psíquicamente, a
las ideas con él enlazadas y privadas de expresión por la censura.
Si recordamos cuál es el papel que en las ideas latentes corresponde a los sucesos infantiles o a
las fantasías en ellos basadas; con cuánta frecuencia emergen de nuevo fragmentos de los mismos
en el contenido latente, y cómo los mismos deseos del sueño aparecen muchas veces derivados de
ellos, no rechazaremos la probabilidad de que la transformación de las ideas en imágenes visuales
sea también en el sueño la consecuencia de la atracción que el recuerdo, representado
visualmente, y que tiende a resucitar, ejerce sobre las ideas privadas de conciencia, que aspiran a
hallar una expresión. Según esta hipótesis, podría también describirse el sueño como la sustitución
de la escena infantil, modificada por su transferencia a lo reciente. La escena infantil no puede
conseguir su renovación real y tiene que contentarse con retornar a título de sueño.
Finalmente, digamos que el acto de soñar es por sí una regresión a las más tempranas
circunstancias del soñador, una resurrección de su infancia con todos sus impulsos instintivos y sus
formas expresivas. Detrás de esta infancia individual se nos promete una visión de la infancia
filogénica y del desarrollo de la raza humana; desarrollo del cual no es el individual, sino una
reproducción abreviada e influida por las circunstancias accidentales de la vida. Sospechamos ya
cuán acertada es la opinión de Nietzsche de que “el sueño continúa un estado primitivo de la
humanidad, al que apenas podemos llegar por un camino directo” y esperamos que el análisis de
los sueños nos conduzca al conocimiento de la herencia arcaica del hombre y nos permita
descubrir en él lo anímicamente innato.
psicoanálisis es a la psiquiatría lo que la histología a la anatomía: esta estudia las formas exteriores
de los órganos; aquella, su constitución a partir de los tejidos y de las células.
En esta conferencia Freud hace una clara distinción entre el enfoque de la psiquiatría clásica de su
época y la del psicoanálisis. El describe a la sintomatología de la llamada Neurosis Obsesiva, en
donde hay conductas para muchos irracionales, y a diferencia de la psiquiatría que los
consideraban como “degenerados” y no trataban de explicar estas conductas, el plantea que hay un
sentido oculto detrás de cada síntoma.
Para esto el narra dos casos de su propia clínica en dónde quiere demostrar que siempre hay un
suceso precedente y desencadenante que está oculto a la conciencia del paciente. El dice que el
síntoma en es individual y Rico sentido, y este sentido se entrama con la historia del enfermo.
Coincide en este punto con Janet al considerarlos “exteriorizaciones del Inconsciente”.
También hace una diferencia entre la sintomatología de la neurosis obsesiva y la de la histeria de
conversión. En esta última la angustia se aloja en el cuerpo y en la Neurosis Obsesiva el
sufrimiento esta en el alma, caracterizada por pensamientos recurrentes que el enfermo no puede
refrenar y son movidos a realizar acciones que no le dan satisfacción alguna. Estos pensamientos
son el disparador de una esforzada actividad de pensamiento que deja exhausto al enfermo. Hay
impulsos en estos pensamientos que no puede materializar entonces realiza un montón de
actividades para evitar llevar a cabo esas atrocidades para la conciencia. El resultado es el triunfo
de la huída y la precaución. El enfermo no puede dejar de hacer estas rutinas, porque en ellas
desplaza la pulsión que lo atormenta, pero no las suprime. Él lo describe como un penar
estrafalario. El plantea que analizar el síntoma te lleva al núcleo más íntimo de un caso.
“El primer caso que plantea es el de una mujer de 30 años cuya acción obsesiva más recurrente
era la de correr de una habitación a la otra, detenerse en el medio frente a una mesa, llamar a la
mucama por cualquier tontería, despedirla y luego corría a la habitación siguiente. Al preguntarle
por qué lo hacía decía “no saber”, pero de pronto supo porque lo hacía. Relato que en la noche de
bodas su marido resulto impotente. Este había corrido de una habitación a las otras reiteradas
veces para intentar concretar el acto sexual sin éxito alguno; y este exclamo que era “como para
avergonzarse ante una mucama”. Por eso tomó un frasco con tinta roja y manchó en vez de las
sábanas, un mantel, para simular que había desvirgado a su mujer. Freud hace un paralelismo
entre mesa y cama. En este caso la paciente se identifica con su marido, representa su papel. El
núcleo de esta acción es el llamado a la mucama a quién le pone la mancha ante los ojos y de esta
manera salva al marido de la vergüenza.”
Con este caso Freud insinúa que detrás de estas acciones repetitivas hay algo oculto que casi
siempre seria de carácter sexual. Para demostrarlo plantea el siguiente caso.
“Cuenta el caso de una señorita de 19 años que tenía una molesta rutina a la hora de acostarse.
Digo molesta porque su ritual le llevaba casi 2 horas en realizarse y era un hecho inevitable si
quería dormir. Ella exigía que parasen todos los relojes de péndulo de la sala, y sacar hasta el
pequeño reloj de pulsera de su mesita de noche, porque no la dejaban dormir con el tic-tac.
También exigía que retirasen todos los floreros y jarrones de su dormitorio por miedo a que se
cayeran y también tenía un modo particular de acomodar sus almohadas, en donde no podían tocar
el respaldo, y ella debía acomodar la cabeza exactamente en el centro del rombo que formaba el
almohadón. Además exigía que sus padres dejaran la puerta entornada de su dormitorio. Freud
interroga en varias oportunidades a la paciente y después de muchas resistencias de ella a asociar
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su sintomatología, descubren la relación que tienen los relojes con el “latir” involuntario del clítoris
en las noches. También al obligarlos a los padres a dejar su puerta entreabierta exige que estos no
tengan intimidad sexual. Freud analiza cada detalle narrado por ella como si fuera un sueño desde
su simbología, y vuelve a demostrar que lo oculto y reprimido es de índole sexual.”
Freud concluye que los síntomas neuróticos tienen un sentido similar al de las operaciones fallidas
y los sueños y que están en vinculación directa con el paciente. El plantea que la tarea del analista
es descubrir esta situación del pasado en la que la idea estaba justificada y la acción respondía a
su fin. El habla de que los síntomas tienen rasgos “típicos” y rasgos “particulares”. Es estos que se
va a poder investigar la historia que los desencadeno. Los rasgos típicos son los que van a
ayudarnos para enmarcar al paciente en un diagnostico, y los “singulares” sirven de material para
desentramar la vivencia particular.
Freud saca de los dos casos anteriores (Conferencia 17), dos de las conclusiones más importantes
que presenta como paradigmas.
1) Las dos pacientes parecen estar fijadas a un momento de su pasado, dentro de su enfermedad;
enajenadas del presente y del futuro.
Hace como analogía de esta clase de neuróticos, a las neurosis traumáticas, en donde tienen en su
base una fijación al momento del accidente traumático, como puede ser una guerra o accidentes *,
donde después suelen soñar con esta vivencias traumáticas a las que parecen quedar fijados.
En el caso de la joven que no pudo consolidar el matrimonio y eso puede asimilarse como un
trauma, en cambio la segunda, el amor hacia el padre de la niñez, no podría decirse como
traumático.
Entonces toda neurosis tiene como base una fijación de un hecho del pasado, pero no toda fijación
tiene como consecuencia la neurosis.
2) El nexo entre la escena de la noche de bodas y la acción obsesiva permanecía oculto para ella y
fue destrabado bajo la influencia del trabajo de la cura, el cual costó mucho esfuerzo al igual que el
caso de la muchacha que separaba la almohada del respaldo.
Ese nexo es el que proporciona lo que hemos llamado el «sentido» de la acción obsesiva, el cual
generalmente es desconocido para el quien los tiene, por tanto se pude decir que son procesos que
quizás algún momento fueron conscientes, pero la necesidad de un trabajo analítico para
interpretarlos para hacerlos conscientes, hacen suponer que sean inconscientes.
Por tanto reconoce la importancia de Breuer, del descubrimiento de que los síntomas desparecen al
llegar a hacer conscientes las precondiciones inconscientes, o sea, mudar al consciente lo
inconsciente, aunque contra esto se encuentra la amnesia que hace olvidar el nexo entre ambos,
tal como en estos casos.
Para ello es importante el desde donde y el para que de los síntomas.
El desde donde, se resuelve en impresiones provenientes del exterior, que fueron conscientes
alguna vez y que pueden haber pasado a ser inconscientes y él para que de un síntoma es un
proceso endopsicológico, que pudo nunca haber sido consciente y haber permanecido
inconsciente.
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Cuando se emprende el reestablecimiento de un enfermo él nos opone una tenaz resistencia que
se mantiene durante todo el tratamiento, sin reconocerlos como tales. Es harto diversificada,
refinada, difícil de reconocer. Cuando se fija la R.T.F. (calma observación de sí sin reflexión,
comunicación de las percepciones interiores en la secuencias en que emergen – sentimientos,
pensamientos, recuerdos – resignación de cualquier motivo que lleve a la exclusión o selección , el
resultado del tratamiento depende de su obediencia) se convierte en el blanco de la resistencia. Se
evade de sus imperativos. Pero decirlo todo significa realmente decirlo todo. Los neuróticos
obsesivos le sobreimponen su conciencia moral y dudas, los que padecen histeria de angustia la
llevan al ad absurdum produciendo ocurrencias harto alejadas. Cuando se logra cierta obediencia
se traslada a la lucha con argumentos, objeciones a la doctrina analítica. Admite razones, quiere
ilustrarse, se individualiza como distracción de nuestras tareas específicas. Otras veces, en vez de
recordar repite unas actitudes y mociones afectivas de su vida que transferencia de por medio
puede emplearse para resistencia de por medio pueden emplearse para resistirse al médico y a la
cura. Si se trata de un hombre tomará este material de su relación con el padre en cuyo lugar pone
al médico y entonces sus resistencias parten del afán de afirmar su autonomía , de su ambición de
igualar o superar al padre. El propósito de descaminar al médico para haber sustituido el propósito
de la cura. Las mujeres, transferencia tierna, erótica; hace que se pierdan los intereses actuales de
la cura, que se abandonen los compromisos asumidos. Celos y amargura frente al rechazo,
estropea el entendimiento con el médico.
No sólo juicio adverso, contienen tanto el material más importante del pasado del enfermo que se
convierten en los mejores soportes si se les sale dar el giro adecuado. Siempre se pone al principio
al servicio de la resistencia. Esas resistencias tienen que salir a la luz, y entendemos que el
vencimiento de éstas es la operación fundamental del análisis. Además, el enfermo explota todas
las contingencias que puedan surgir durante el tratamiento.
Esta resistencia se convirtió en la base de nuestra concepción dinámica de la neurosis. Los
resultados de la hipnosis eran caprichosos y no duraderos, por eso la abandoné. Tal estado
sustraía al médico la percepción de las resistencias, no pudiendo colegir la dinámica de la neurosis,
comenzando el psicoanálisis propiamente dicho cuando se renunció a su ayuda.
En el curso del tratamiento la intensidad de la resistencia varía, desecha su actitud crítica y la
vuelve a retomar; en su afán de oponerse a cualquier precio puede dar la imagen de un imbécil en
el campo afectivo. Por tanto, su crítica no es una función autónoma sino auxiliar de sus actitudes
afectivas y dirigida por su resistencia.
Ahí registramos fuerzas poderosas que se oponen a un cambio de estado, tienen que ser las
mismas que en su tiempo lo impusieron. La existencia del síntoma tiene por premisa que algún
proceso anímico no fue elevado hasta el final, devenir cc. El síntoma es sustituto de lo que se
interceptó. Debe haberse producido una violenta renuncia por lo que permaneció icc. Esa misma
renuncia se opone durante la cura al esfuerzo por volver a trasportar lo icc a lo cc. Esto lo sentimos
como resistencia. El proceso que la resistencia revela, recibe el nombre de represión.
Se aparta del juicio adverso en cuanto se conserva la energía y no resta recuerdo; se consuma sin
que el yo lo note. La condición de cc o icc es sólo una de sus propiedades, no unívoca, sentido
sistemático; cualidad como indicio de su destino. Símil de la fotografía, estadio negativo, positivo. El
proceso singular pertenece primeramente al sistema psíquico de lo icc y después, en ciertas
circunstancias puede pasar al sistema cc.
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La representación más grosera de los sistemas es la especial, a su vez, la más cómoda. Gran
vestíbulo (s. icc), otro más estrecho (prcc), individuo en el salón prcc (cc), umbral entre icc y prcc
(guardián) [...] Son imágenes auxiliares para comprender las observaciones.
La organización del aparato psíquico tendría que ser para pasar justificada, validez universal. El
guardián es la censura a la que estaba sometida la formación del sueño manifiesto. La diversidad
de los modos de trabajo en la vida anímica se convirtió en la característica de ambos sistemas; la
relación con la conciencia se consideró un signo de pertenencia a alguno de los dos sistemas.
Pero el sueño no es un fenómeno patológico.
La represión es la condición previa del síntoma. Éste es el sustituto de algo estorbado por la
represión. En cuanto a qué fuerzas la imponen, son fuerzas del yo.
Por otra parte, el análisis permite indicar el propósito de los síntomas neuróticos; éste nos
introduciría siempre en las vivencias y deseos sexuales del enfermo, sirven al propósito de la
satisfacción de los deseos sexuales; los síntomas sirven a la satisfacción que les falta en la vida.
Estas personas enferman a raíz de una frustración cualquiera, cuando la realidad les escatima la
satisfacción de sus deseos sexuales. Ello reafirma la tesis anterior.
Opuestos no equivalen a contradicción; los síntomas llevan el propósito de obtener satisfacción
sexual o bien, defenderse de ella; en la histeria prevalece el primero, en la neurosis obsesiva el
segundo. Esta bipolaridad tiene un fundamento en una pieza de su mecanismo: son productos de
compromiso, subrogan tanto a lo reprimido como a lo represor; la subrogación puede inclinarse
entonces, más a un lado o al otro, es raro que una influencia falte por completo. En la histeria
coinciden, en la neurosis obsesiva s separan en dos tiempos, dos acciones sucesivas que se
cancelan.
Con bastante frecuencia se limitan a reanimar una sensación o figurar una fantasía de un complejo
sexual, carácter infantil... las objeciones a una ampliación extrema de la satisfacción sexual se
reduce a una discusión de lo que es lícito llamar sexual...
Para la ciencia hay un grupo de personas cuya vida sexual se apartan del promedio, estos, son los
perversos que disfrutan relaciones con el mismo sexo, (los homosexuales o invertidos) que
renuncian a la reproducción. Pueden o no ser personas éticas e intelectuales. Los científicos han
entrado a considerar un tercer sexo. Pero hay otra serie de anormales:
En los que se ha mudado el objeto sexual, boca y ano en lugar de vagina.
• Los que cuentan los genitales por su función excretora y no sexual, apartadas por indecorosas en
la educción del individuo, siguen atrayendo el interés sexual.
• Otros reemplazan genitales como objeto sexual, y lo reemplazan por otra parte del cuerpo: Pecho,
trenza o pie por dar un ejemplo.
• Para otros una pieza de vestido colma todos sus deseos: Zapato, ropa, etc. Son los fetichistas.
En la sexualidad humana adulta puede verse una sexualidad normal y una perversa donde no
siempre su objeto de deseo es el sexo opuesto y la meta normal es el coito en la unión de dos
genitales, existe una variedad de prácticas sexuales tomadas por los perversos que alteran el
objeto sexual normal e igualmente la meta normal propuesta por la sociedad, pero ellos tienen la
seguridad de que así gozaran y sin sentir remordimiento alguno por esta acción. Estas inclinaciones
sexuales normales como anormales vienen de una sexualidad infantil.
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Al hablar de diferencia sexual en el infante el niño cree que hay un genital universal para niña y
niño, desmintiendo esto cuando se da cuenta que la niña carece de él, sintiendo angustia a perder
su pene y se hace a la idea que ella lo tuvo alguna vez solo que ha sido castigada y lo ha perdido,
el lo tomara como un posible castigo de sus deseos indecorosos que se presentan en el Complejo
de Edipo, mientras que la niña al darse cuenta que no tiene pene, se siente perjudicada, sintiendo
envidia del pene del niño,desarrollando un deseo de ser hombre, deseo que se retomara mas tarde
en la neurosis histérica, la niña se alejara de forma hostil de su madre por no haberle hecho
completa, siendo una mujer en falta.
Lo que confiere un carácter tan inequivalente sexual a la práctica perversa, a pesar de la ajenidad
de su objeto y de sus metas es la circunstancia de que el acto de satisfacción perversa desemboca
no obstante, las mas de veces en un orgasmo completo y en el vaciamiento de las practicas
genitales solo en un adulto, en un beso, que ya sería un acto perverso pues consiste en la unión de
dos zonas erógenas bucales, en lugar de dos genitales, este acto puede llevar a la descarga genital
y a un orgasmo, para unos mirar, palpar ya consisten en un goce sexual.
Aunque algunos neuróticos practican esto no quiere decir que sean neuróticos perversos, pues la
estructuras entre si no se pueden cruzar.
La perversión consiste en que estas desviaciones que se consumen de forma exclusiva, la
sexualidad perversa esta por regla general, notablemente centrada en unas acciones que
presionan hacia una meta casi siempre única y con una pulsión parcial que somete a las otras a
sus propósitos, es decir la diferencia entre sexualidad normal y perversa es la diversidad de las
pulsiones parciales dominantes y por tanto de las metas sexuales.
La sexualidad normal y perversa arraigan de una sexualidadinfantil pero en un niño difícilmente son
posibles el orgasmo y la excreción genital, estos son sustituidos por unos indicios que son
reconocidos como sexuales, esta sexualidad carece de organización, tiene pulsiones parciales,
tiene igual derecho, cada una persigue por cuenta propia el logro del placer, pues lo alcanza
mediante ciertas actividades por que aun no conoce la unión de los genitales para llegar al coito,
desde el tercer año de edad la sexualidad del niño, por esta época ya empiezan a excitarse los
genitales y quizás sobreviene un periodo de masturbación infantil.
Durante el sexto al octavo año de vida en adelante se observan una detención y un retroceso en el
desarrollo sexual, llamado periodo de latencia y que es víctima de una amnesia infantil, lo
comienzos de esta vida sexual contenidos en el proporcionan el motivo de este olvido, siendo el
resultado de una represión que se olvida por que causa malestar y angustia.
La conformación de la vida sexual del niño antes que instaure el primado de los genitales, se
expresa en la primera época infantil, la anterior al periodo de latencia y se organiza de manera
duradera a partir de la pubertad, antes de la latencia donde se sitúan las pulsiones parciales
genitales, se sitúan las pulsiones sádicos anales, donde todavía no hay una diferencia de sexos,
esta se caracteriza es por una expresión de apoderamiento que fácilmente desborda hacia lo cruel,
las aspiraciones de meta pasiva seanudan a las zonas erógenas del orificio anal, muy importante
en este periodo, la pulsión de ver y saber se despiertan con fuerza, los genitales solo participaran
en la vida sexual de forma órganos para la excreción de orina y eses, antes de esta fase existe una
organización más temprana y primitiva, en que la zona erógena es la boca donde este
desempeñara el papel principal
El punto de partida de viraje de ese desarrollo subordinado de todas las pulsiones parciales bajo el
primado de los genitales y con el sometimiento de la sexualidad a la función de la reproducción,
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antes de esto lo que hay es una sexualidad descompaginada, con una práctica autónoma de las
diversas pulsiones parciales que aspiran a un placer de órgano vinculándose con el objeto que
algunas veces es retenido como el apoderamiento, ver y saber que se da por unas organizaciones
pro genitales.
El primer objeto de los componentes orales de la pulsión sexual es el pecho materno, que satisface
la necesidad de nutrición del lactante, la pulsión oral se vuelve autoerotica al abandonar el pecho y
reemplazarlo por una parte del mismo cuerpo.
El propósito y lo que se espera de la sexualidad infantil es abandonar el autoerotismo, permitir
buscar placer en un objeto ajeno y unificar los diferentes objetos de las pulsiones singulares,
sustituyéndolas por un objeto único, esto se lograra cuando dicho objeto único es a su vez es un
cuerpo completo en su totalidad parecido al propio.
Etiología.
La función libidinal recorre un largo camino de desarrollo hasta entrar al servicio de la reproducción
de manera normal.
Partes de la función libidinal quedaron retrasadas de modo permanente en los primeros estadios, y
cierto grado de inhibición se mezclara en el cuadro de desarrollo total.
En cada aspiración sexual separada, hay partes que quedan retrasadas en estadios anteriores del
desarrollo.
-Las partes q ya han avanzado pueden revertir, en un movimiento de retroceso, hasta una de las
etapas anteriores.
-La aspiración será impulsada a una regresión cuando el ejercicio de su función y el logro de su
meta de satisfacción tropiece con obstáculos externos en la forma más tardía o de nivel evolutivo
superior.
-2 TIPOS: Retroceso a los primeros objetos investidos por la libido; y Retroceso de toda la
organización sexual a estadios anteriores.
REPRESION: proceso por el cual un acto admisible en la Conciencia, se vuelve ICC y pertenece al
sistema ICC.
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Cuando el acto anímico ICC no se lo admite en el PRCC., sino q es rechazado por la Censura.
Se subordina a la REGRESION. Hay un retroceso desde una etapa más alta del desarrollo a una
más baja.
Se cumple la unificación de las pulsiones parciales en los genitales: sus resultados chocan con la
resistencia del sistema prcc. Enlazado con la CC.
Pues bien, las personas contraen una NEUROSIS cuando se les quita la posibilidad de satisfacer
su libido, vale decir, por una FRUSTRACION. Y sus síntomas son justamente el sustituto de la
satisfacción denegada.
De todas maneras, esto no implica q necesariamente se ha de enfermar ante una privación; sino q
tal factor se registra en todos los casos de neurosis investigados.
La frustración, para producir efectos patógenos tiene q recaer sobre la forma de satisfacción q la
persona quiere con exclusividad, la única de q ella es capaz.
En base a esto hay q tener en cuenta las MOCIONES PULSIONALES DE CARÁCTER SEXUAL
SON PLASTICAS, o sea, pueden reemplazarse entre sí; una puede tomar sobre si la intensidad de
las otras; cuando la satisfacción de una es frustrada por la realidad, la de la otra puede ofrecer un
resarcimiento total. Capacidad de mudar su objeto, para cambiarlo por otro más asequible.
Pues bien, entre los procesos q protegen de enfermar por privación, encontramos a la
SUBLIMACION, por la cual, la aspiración sexual abandona su meta de placer parcial o de la
reproducción, y adopta otra q se relaciona genéticamente con la resignada, q es Social. Por lo cual,
se dedica a tramitar cierta parte de la libido.
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La más importante d estas restricciones es la q recae sobre la movilidad de la libido, pues hace
depender la satisfacción del individuo del logro de un número muy escaso de metas y objetos.
Baste recordar q un desarrollo libidinal incompleto deja tras si Fijaciones libidinales muy extensas a
fases anteriores de la org y del hallazgo de objeto. Es así q se discierne en la FIJACION LIBIDINAL
el 2º factor importante q se conjuga con la FRUSTRCION para causar la enfermedad.
Por lo cual “su constitución sexual no les habría provocado la neurosis si no hubieran tenido tales
vivencias, y estas no habrían tenido un efecto traumático sobre ellos con otra disposición de su
libido”.
Pues bien, para q la Frustración Exterior tenga efectos patógenos es preciso q se le sume la
Frustración Interior.
-Ahora bien, ¿Cuáles son los poderes de q parte el veto a la aspiración libidinosa? O sea, ¿Cuál es
la otra parte en el conflicto patógeno? Son las fuerzas no sexuales: PULSIONES YOICAS.
y sexuales.
Se presenta como conflicto entre diversas aspiraciones sexuales: una es siempre acorde al YO; y la
otra convoca al YO a defenderse. Por lo cual hablamos de “Conflicto entre el YO y la Sexualidad.
PULSIONES YOICAS.
¿Cómo reacciona el YO cuando su libido deja tras si una fuerte fijación? Si la admite : Perversión.
libidinal del adulto se nos descompone en dos factores: la disposición heredada y la predisposición
adquirida en la primera infancia.
Causación de la neurosis = predisposición por + vivencial accidental fijación libidinal del adulto
(traumático) constitución social vivenciar (vivenciar prehistórico) infantil.
La constitución sexual hereditaria brinda una gran diversidad de disposiciones según que esta o
aquella pulsión parcial (por sí o en unión) posea fuerza particular; la constitución sexual forma con
el vivenciar infantil otra serie complementaria, semejante a la de predisposición – vivenciar
accidental adulto.
La libido de los neuróticos está ligada a vivencias sexuales infantiles; pero si fueron investidas
regresivamente, no sugiere esto que las vivencias libidinales cobraron importancia sólo
tardíamente. Dos observaciones:
● Sería inconcebible que la libido regresase con tanta regularidad a épocas tempranas, si ahí no
hubiera nada que pudiera ejercer una atracción sobre ella. La fijación sólo cobra valor si la
hacemos consistir en la inmovilización de un determinado monto de energía libidinosa.
Entre la intensidad e importancia psíquica patógena de las vivencias infantiles y la de las más
tardías hay una relación de complementariedad; tenemos los extremos de la “inhibición del
desarrollo” y de la “regresión” y, entre ellos, todos los grados de conjugación de ambos factores.
Los síntomas crean un sustituto para la satisfacción frustrada, por medio de una regresión a épocas
anteriores, ligado a ello el retroceso de estadios anteriores del desarrollo en la elección de objeto o
en la organización.
El síntoma repite aquella modalidad de satisfacción de su temprana infancia desfigurada por la
censura, volcada a una sensación de sufrimiento y mezclada con elementos que provienen de la
ocasión que llevo a contraer la enfermedad. La modalidad de satisfacción es extraña. Irreconocible
para el enfermo, aporta sufrimiento (en parte del conflicto bajo cuya presión se formó el síntoma,
está destinado a provocar resistencia o repugnancia) Prescinden del objeto y resignan, por tanto,
su vínculo con la realidad exterior (retroceso al principio de placer); retroceso a un autoerotismo
ampliado, reemplazan una modificación del mundo exterior por una modificación del cuerpo. En
ésta han cooperado los mismos procesos icc que en el sueño; condensación y desplazamiento.
Figura algo como cumplido: una satisfacción a la manera de lo infantil; pero por medio de una
condensación extrema puede comprimirse en una sensación o inervación únicas, y por un
desplazamiento extremo circunscribirse a un pequeño detalle del complejo libidinoso.
La libido está fijada a vivencias infantiles desde las cuales se crean síntomas. Estas escenas no
siempre son verdaderas; generalmente no lo son, en oposición a la verdad histórica. Las vivencias
infantiles construidas en el análisis o recordadas, son unas veces irrefutablemente falsas, otras
verdaderas, generalmente una mezcla de verdad y falsedad. Los síntomas son ora la figuración de
vivencias que tuvieron una influencia sobre la fijación, ora la figuración de fantasías. Difícil
decidirse. Primer apoyo en los recuerdos infantiles, que pueden estar igualmente falseados,
mezclar mucho de verdad y falsedad. Es algo propio de los enfermos y no del análisis.
También las fantasías poseen una suerte de realidad: poseen realidad psíquica por oposición a una
realidad material; en el mundo de la neurosis la realidad psíquica es la decisiva. Algunos
acontecimientos que retornan: observación del comercio sexual entre los padres, seducción por
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una persona adulta y la amenaza de castración. Fantasía o realidad, no hemos logrado registrar
diferencia alguna en cuanto a las consecuencias. Estas fantasías son necesarias y si no sucedieron
en la realidad, se inventan en la fantasía.
En su obediencia al principio de realidad, el niño debe renunciar de manera transitoria o
permanente a los objetos y metas de su aspiración de placer – no sólo sexual –. Pero no se lleva a
cabo sin resarcimiento; ha reservado una actividad del alma emancipada del requisito de realidad.
Toda aspiración alcanza la forma de representación de cumplimiento, a lo que se anuda una
satisfacción aunque a sabiendas de su no – realidad.
Las producciones de la fantasía más conocidas son los sueños diurnos (satisfacciones imaginadas
de deseos eróticos, de ambición y grandeza que florecen con tanto más exhuberancia cuanto más
llama la realidad a moderarse o a ser paciente) No necesariamente cc, los hay icc. Éstos son la
fuente de los sueños nocturnos y de los síntomas neuróticos.
Cómo encuentra la libido el camino hacia esos lugares de fijación. Objetos y orientaciones de los
lugares de fijación o sus retoños son mantenidos en la fantasía, gozan de cierta tolerancia por parte
del yo bajo una condición cuantitativa, infringida ahora por el reflujo libidinal de la regresión, ahora
son sometidas a la represión, si antes fueron prcc o cc; y son libradas así a la atracción del icc. Allí
migra hacia sus orígenes icc, los lugares de fijación. La retirada de la libido a la fantasía es un
estadio intermedio en el camino de la formación del síntoma (introversión) Éste designa el
extrañamiento de la libido respecto de posibilidades de satisfacción real, y la sobreinvestidura de
las fantasías inofensivas. El carácter irreal de la satisfacción y el descuido de la diferencia fantasía
y realidad, ya h
En de igual género en su respecto – sino de cuánto más de una pulsión parcial respecto de otra,
esté presente en la disposición. Lo mismo vale para la capacidad de resistencia a contraer una
neurosis (capacidad de sublimación; Q no aplicada tolerada)
En la causa y en el mecanismo de todas las neurosis actúan siempre los mismos factores, solo que
en la formación de los síntomas, el papel prevaleciente recae en distintos lugares.
El síntoma es sustentado por el yo en virtud de que ofrece una satisfacción a la tendencia yoica
represora. Además, la tramitación del conflicto mediante la formación del síntoma es más cómodo
y agradable para el principio de placer ya que ahorra al yo un gran trabajo interior que es sentido
como penoso. El neurótico en todos los casos se refugia en la enfermedad frente a un conflicto.
Este refugio es una huida, la cual le da al yo una ganancia secundaria.
Cuando una organización psíquica como la de la enfermedad ha subsistido por largo tiempo, al final
se comporta como un ser autónomo, manifiesta algo así como una pulsión de autonservacion.
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La etiología en las formas comunes de las neurosis actuales, es la vida sexual. Si se lleva una vida
sexual normal no hay neurosis (actual) (neurastenia, neurosis de angustia y la hipocondría).
Los síntomas en las neurosis actuales provienen de la libido y son aplicaciones anormales de la, un
sustituto de la satisfacción.
Los síntomas en las neurosis actuales no tienen sentido alguno, carecen de significado psíquico.
No solo se exteriorizan en el cuerpo, sino que ellos mismos son procesos enteramente corporales,
en cuya génesis faltan todos los complejos mecanismos anímicos, entonces ellos son realmente lo
que por tanto tiempo se creyó que eran los síntomas psiconeuroticos.
La función sexual influye tanto sobre la vida del cuerpo como sobre la del alma. Si en los síntomas
de las psiconeurosis se ven manifestaciones de la perturbación en sus efectos psíquicos, en las
neurosis actuales se verá las directas consecuencias somáticas de los trastornos sexuales.
Las neurosis actuales tienen una semejanza con los estados patológicos generados por la
influencia crónica de materias toxicas extrañas y por el brusco retiro de ellas, es decir, con las
intoxicaciones y los estados de abstinencia (toxinas que son engendradas por el propio
metabolismo).
Se ven en las neurosis unas consecuencias de perturbaciones en el metabolismo sexual, sea que
estas toxinas sexuales se produzcan en mayor cantidad que la que puede dominar la persona, o
sea que circunstancias internas y aun psíquicas, perjudiquen el empleo correcto de esos
materiales.
El nexo existente entre los síntomas de las NA y de las PSICONEUROSIS muestra que la
formación del síntoma en la psiconeurosis deviene del síntoma de la neurosis actual, el cual es el
núcleo, la etapa previa del síntoma psiconeurotico.
Por condensación y desplazamiento ha pasado a ser respecto de toda una serie de fantasías o
recuerdos libidinosos, el sustituto de su satisfacción.
La angustia es una experiencia emocional penosa producida por excitaciones de los órganos
internos del cuerpo; es un estado consciente que puede ser distinguido subjetivamente por la
persona, de otras experiencias de dolor, depresión, melancolía y tensiones producidas por el
hambre, la sed, el sexo y otras necesidades corporales
No existe la angustia inconsciente, así como tampoco existe el dolor inconsciente
Angustia es sinónimo de miedo; Freud distinguió 3 tipos de angustia: Angustia Real, Angustia
neurótica y Angustia moral. Estos 3 tipos, difieren solo respecto de sus fuentes:
ANGUSTIA REAL: Es una experiencia emocional penosa que se produce al percibir un peligro en
el mundo externo. La percepción del peligro y el surgimiento de la angustia pueden ser innatos. Los
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temores se adquieren mas fácilmente durante la infancia. Las experiencias que colman de angustia
se llaman traumáticas, porque reducen a la persona a un estado infantil de invalidez. El prototipo de
todas las experiencias traumáticas es el trauma del nacimiento. Todos los miedos se relacionan con
las primeras experiencias de des validez y derivan de ellas; por eso es tan importante proteger al
niño pequeño de experiencias traumáticas.
ANGUSTIA NEUROTICA: Es provocada por la percepción de un peligro proveniente de los
instintos. Puede manifestarse en 3 formas: a) Aprensión flotante: Esta angustia caracteriza a la
persona nerviosa que siempre está esperando que ocurra algo terrible, esta persona tiene miedo de
su propio ello; b) La Fobia: es un miedo intenso e irracional y se da de esta forma porque la fuente
principal de la angustia se encuentra en el ello más que en el mundo externo. El rasgo
característico de la fobia es que la intensidad del miedo no guarda proporción alguna con la
peligrosidad del objeto que la persona teme. Detrás de cada miedo neurótico hay un deseo
primitivo del ello por el objeto que se teme. La persona desea lo que teme, o desea algo asociado
con el objeto temido o simbolizado por este. c) La tercera forma de angustia neurótica se observa
en reacciones de pánico o casi pánico. Estas reacciones se manifiestan repentinamente,
aparentemente sin ser provocadas. A veces se lee que una persona enloqueció y disparo contra
diversos individuos a quienes no conocía y que no le habían hecho nada. Más tarde no pudo
explicar porque hizo tal cosa. Estas reacciones son ejemplos del comportamiento de descarga cuya
finalidad es liberar a la persona de una angustia neurótica excesivamente penosa, haciendo lo que
el ello exige, a pesar de las prohibiciones del yo y del superyó. El pánico es una forma de reacción
extrema que se manifiesta en formas menos violentas. La angustia neurótica se basa en la angustia
real en el sentido de que una persona tiene que asociar una demanda instintiva con un peligro
externo antes de que aprenda a temer sus instintos. La angustia neurótica no es posesión exclusiva
de la gente neurótica. La gente normal también experimenta angustia neurótica, pero esta no
domina su vida en el mismo grado en que lo hace en la vida de los neuróticos
ANGUSTIA MORAL: Se experimenta como sentimientos de culpa o de vergüenza en el yo, es
suscitada por la percepción de un peligro proveniente de la conciencia moral. El miedo original del
que deriva la angustia moral es un miedo objetivo: el miedo a los padres que castigan. El conflicto
es puramente intrapsiquico, ya que la angustia moral es una consecuencia del miedo objetivo a los
padres. La angustia moral tiene lazos estrechos con la angustia neurótica; y estos lazos son
creados por la disciplina del los padres que en gran parte se dirigen contra la expresión de impulsos
sexuales y agresivos. En la angustia neurótica y moral el peligro no está en el mundo externo ni en
un daño físico doloroso o una privación física la que la persona teme. ¿ Que teme entonces? Tiene
miedo del miedo en sí. Esto es evidente en el caso de sentimientos de culpa que son directamente
penosos para la persona
La distinción entre los 3 tipos de angustia, no quiere decir que la persona que experimenta la
angustia se dé cuenta de su fuente real. Puede pensar que tiene miedo a algo del mundo exterior,
cuando en realidad su miedo surge de un peligro impulsivo o de una amenaza del superyó. Un
estado de angustia puede tener más de una fuente, o también pueden mezclarse las tres.
Freud reserva el nombre de “ Libido “ para las fuerzas pulsionales de la vida sexual que el yo dirige
a los objetos de sus aspiraciones sexuales y a todas las demás pulsiones de autoconservación las
llama “ interés “.
Explica la relación entre libido yoica y libido de objeto a través de las amebas, indicando que estos
seres emiten sus seudópodos al exterior y pueden recoger estas prolongaciones y adoptar de
nuevo forma de glóbulo, de esta misma forma se envía la libido a los objetos mientras la masa
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principal de la libido permanece en el interior del yo, en condiciones normales, la libido yoica se
traspone en libido de objeto y puede recogerse en el interior del yo nuevamente. Sin embargo en
algunas personas es imposible el envío de la libido hacía los objetos y esta se queda en el interior
del yo, tomando a este ultimo como su objeto y es así como surge el narcisismo; pero ¿ Como
distinguir el narcisismo y egoísmo? El narcisismo es el complemento libidinoso del egoísmo. Se
puede ser absolutamente egoísta y mantener relaciones de objeto libidinosas, en la medida en que
la satisfacción libidinosa se cuente entre las necesidades del yo; el egoísmo cuidara que el objeto
no traiga perjuicios al yo. También se puede ser egoísta y al mismo tiempo narcisista, es decir,
tener una escasa necesidad de objeto; así pues el narcisismo es lo obvio, lo constante y el
narcisismo el elemento variable.
Ahora bien, el recogimiento de la libido de objeto en el interior del yo, no es directamente patógeno,
pero pasa a ser patógeno cuando un determinado proceso es el que obliga a quitar la libido de los
objetos y esta libido convertida en narcisista, no puede hallar el camino de regreso hacía los
objetos y en todos los casos de neurosis narcisista, la fijación de la libido se remonta a fases muy
anteriores del desarrollo.
La elección de objeto puede producirse según 2 tipos:
a) El Narcisista en el que el yo propio es remplazado por otro que se le parece en todo lo posible
b) El Tipo de apuntalamiento en que las personas han adquirido valor por haber satisfecho
necesidades de la vida y son escogidas como objetos también por la libido.
Por ultimo cabe recalcar que una fuerte fijación libidinal en el tipo narcisista de la elección de objeto
ocasiona la disposición a la homosexualidad manifiesta.
Freud indica que para sustituir en el paciente lo inconsciente por lo consciente, debemos
representarnos a lo inconsciente tópicamente; se debe rebuscar en su recuerdo el lugar en que eso
se produjo por obra de una represión, y si esta represión se elimina, la sustitución de lo
inconsciente por lo consciente se consuma. Pero ¿cómo se remueve una resistencia que mantiene
en pie a una represión? Coligiéndola y presentándosela al paciente, recordemos que esta
resistencia no pertenece al inconsciente, si no al YO.
Freud llama transferencia al fenómeno que está en la mas intima relación con la naturaleza de la
enfermedad misma. Toda la proclividad de afecto del paciente estaba ya preparada en la enferma y
con el tratamiento psicoanalítico se transfirió sobre la persona del médico. Esta transferencia puede
presentarse como un tormentoso reclamo de amor o en formas más atenuadas. Sin embargo Freud
observo que en los pacientes masculinos la transferencia negativa.
La transferencia surge en el paciente desde el comienzo del Tx. Y durante un tiempo constituye el
más poderoso resorte impulsor del trabajo; pero si después se muda en resistencia es preciso
prestarle atención y ver que modifica su relación con la cura bajo 2 condiciones: 1) Cuando como
inclinación tierna ha dejado ver los signos de su procedencia de la necesidad sexual, que suscita
entonces una resistencia interior contra ella, y 2) Cuando surgen los sentimientos hostiles que
importan un vinculo afectivo al igual que los tiernos.
Freud señala que queda prohibido ceder a las demandas del paciente derivadas de su
transferencia y que sería absurdo rechazarlas con indignación, se supera la transferencia cuando
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Los que adolecen de neurosis narcisistas no tienen capacidad e transferencia, rechazan al médico
con indiferencia y debido a esto no es posible curarlos.
La tarea terapéutica analítica, consiste en desasir la libido de sus provisionales ligaduras sustraídas
al Yo, para ponerla de nuevo al servicio de este. ¿Donde está la libido del neurótico? Está ligada a
los síntomas, que le procuran la satisfacción sustitutiva, la única posible por el momento. Por tanto,
es necesario apoderarse de los síntomas, resolverlos y para lograr esto es necesario remontarse
hasta la génesis de estos síntomas, hasta el conflicto del cual nacieron. La pieza decisiva del
trabajo, se ejecuta cuando en la relación con el médico, en la transferencia se crean versiones
nuevas de aquel viejo conflicto, como el enfermo querría comportarse como lo hizo en su tiempo,
mientras que el médico lo obliga a tomar otra decisión. La transferencia se convierte entonces en el
campo de batalla y en lugar de la enfermedad propia del paciente, aparece la de la transferencia y
en lugar de los diversos tipos de objetos libidinales irreales, aparece un único objeto también
fantaseado: la persona del médico.
El trabajo terapéutico se descompone en 2 fases: 1) Toda la libido es esforzada a pasar de los
síntomas a la transferencia y 2) Se libra batalla en torno de este nuevo objeto, y otra vez se libera a
él de la libido. El buen desenlace consiste en que se elimine la represión de tal forma que la libido
no pueda sustraerse nuevamente al Yo mediante la huida al inconsciente.
Freud dice que los sueños, los actos fallidos y las asociaciones libres, nos sirven para colegir el
sentido de los síntomas y descubrir la colocación de la libido. Nos muestran los deseos que
cayeron bajo la represión y los objetos a los cuales quedo aferrada la libido sustraída al Yo.