You are on page 1of 2

EDUCACION INTERCULTURAL EN AMERICA LATINA: TENSIONES

ACTUALES

Una lectura crítica sobre el proceso de estas últimas décadas nos permite
afirmar que la perspectiva de la interculturalidad admite diferentes búsquedas y
preocupaciones, tanto desde el punto de vista de la reflexión teórica como
desde el punto de vista de las iniciativas concretas, especialmente en el ámbito
de la educación. Se trata de una problemática compleja que se halla
traspasada por diferentes tensiones. De estas, intentaremos analizar aquellas
que consideramos fundamentales.

INTERCULTURALIDAD FUNCIONAL VS. INTERCULTURALIDAD CRITICA

La primera tensión que quisiéramos destacar tiene que ver con las relaciones
entre la interculturalidad y la dinámica de la sociedad, en general. Muchas han
sido las propuestas para identificar diferentes concepciones de
interculturalidad, explícita o implícitamente, en los diversos discursos y/o
prácticas. Resaltamos la postura de Fidel Tubino (2005), autor peruano que se
viene dedicando a discutir la temática que nos ocupa, por considerarla
particularmente esclarecedora. En su texto "La interculturalidad crítica como
proyecto ético-político", distingue dos perspectivas fundamentales: la
interculturalidad funcional y la interculturalidad crítica.

El autor parte de la afirmación de que la creciente incorporación de la


interculturalidad en el discurso oficial de los estados y organismos
internacionales se ha apoyado, en la mayoría de los países, en una postura de
no cuestionamiento del modelo sociopolítico vigente, la cual, además, se
encuentra marcada por la lógica neoliberal. Es decir, como afirma el autor, "no
pone en duda las reglas del juego" (Tubino, 2005:3). En este sentido, la
interculturalidad se asume como una estrategia que favorece la cohesión
social, en tanto y en cuanto asimila a los grupos socioculturales
subalternizados a la cultura hegemónica. Se trata de "promover el diálogo y la
tolerancia sin afectar las causas de la asimetría social y cultural actualmente
vigentes" (Tubino, 2005:5). Las relaciones de poder entre los diferentes grupos
socioculturales no son puestos en duda. De esta manera, el interculturalismo
funcional tiende a disminuir las áreas de tensión y conflicto entre los diversos
grupos y movimientos sociales, cuyo foco de atención son las cuestiones
socioidentitarias, evitando que la estructura y las relaciones de poder vigentes
sean afectadas.

Sin embargo, poner en duda estas relaciones es exactamente el foco de la


perspectiva de la interculturalidad crítica. Se trata de cuestionar las diferencias
y desigualdades construidas a lo largo de la historia entre diferentes grupos
socioculturales, étnico-raciales, de género, de orientación sexual, entre otros.
Se parte de la afirmación de que la interculturalidad apunta hacia la
construcción de sociedades que asuman las diferencias como constitutivas de
la democracia y sean capaces de construir relaciones nuevas, verdaderamente
igualitarias entre los diferentes grupos socioculturales, lo que supone
empoderar a aquellos que, históricamente, fueron considerados inferiores.
Según Tubino (2005: 5):

La asimetría social y la discriminación cultural no permiten un diálogo


intercultural auténtico. Por eso no hay que comenzar por el diálogo, sino por
cuestionarnos cuáles son las condiciones existentes de diálogo. O, para ser
más precisos, es necesario exigir que el diálogo entre las culturas sea, en
primer lugar, un diálogo sobre los factores económicos, políticos, militares,
etc, que condicionan actualmente el intercambio franco entre las culturas de
la humanidad. Esta exigencia se hace hoy imprescindible para que no
caigamos en la ideología de un diálogo descontextualizado, que se limita a
favorecer los intereses creados de la civilización dominante, y que no toma
en consideración la asimetría de poder que hoy reina en el mundo. Para que
el diálogo sea real, es necesario hacer visibles las causas del no diálogo, lo
que pasa, necesariamente, por un discurso de crítica social.

La interculturalidad crítica pretende ser una propuesta ética y política con el


objetivo de construir sociedades democráticas que articulen la igualdad y el
reconocimiento de las diferentes culturas, y de proponer alternativas al carácter
monocultural occidentalizante, que domina en la mayoría de los países del
continente.

Estas dos perspectivas se cruzan, se chocan y algunas veces se articulan


contradictoriamente en las diversas búsquedas, experiencias y propuestas que
se llevan a cabo en el continente. Esta es la principal tensión que se halla
presente en el debate sobre las relaciones entre interculturalidad y educación,
hoy en América Latina, y que traspasa a todas las demás.

BIBLIOGRAFIA
Tubino, F. (2005). La interculturalidad crítica como proyecto ético-político.
Encuentro continental de educadores agustinos, Lima, enero
2005, http://oala.villanova.edu/congresos/educación/lima-ponen-02.html.
Lopez-Hurtado Quiroz, L. E. (2007). Trece claves para entender la
Interculturalidad en la Educación Latinoamericana. En: Prats, E.
(coord.), Multiculturalismo y Educación para la Equidad. Barcelona: Octaedro-
OEI (pp. 13-44).

You might also like