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Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Seminario Francisco José de Caldas


Kevin Felipe Murcia Gómez
Código: 20151167058

El punto inicial de encuentro de los ilustrados, más allá del universo familiar y regional,
estuvo constituido por el colegio y la universidad, tanto en Popayán como en Santafé. Los
centros escolares de estas dos ciudades permitieron el encuentro de las distintas
proveniencias regionales. En el caso de Popayán, de manera más limitada, pues allí no
llegaban sino estudiantes de esa gobernación y de la provincia de Antioquia; y de manera
ampliada y casi que general en el caso de Santafé, a cuyos dos colegios universitarios
concurrían jóvenes venidos de todos los puntos del virreinato, incluida la alejada Costa
Norte.
Concluido el ciclo de estudios, los ilustrados se encontraron situados en las principales
provincias y ciudades del virreinato. En Popayán, en Cali y en Buga, en donde se
reunieron los que habían ido a Santafé a realizar estudios con los que no fueron, o lo
hicieron en Quito. En Cartagena, a donde fue a establecerse la familia Pombo, y de donde
vinieron a Santafé otros estudiantes. En la Provincia del Socorro, de donde eran
originarios un buen número de universitarios de finales del siglo XVIII. Lo mismo en la
provincia de Mariquita, que era además la zona de influencia inmediata de la Expedición
Botánica, y en donde, a principios del siglo XIX, varios alcaldes, corregidores y
funcionarios de la Real Hacienda, que habían sido alumnos de la “filosofía moderna”. Y en
menor medida en las provincias de Neiva y de Antioquia.
Pero esta situación no fue solamente la de Popayán. La actividad naturalista, y más en
general ilustrada, incluye, en posiciones importantes, a familias de comerciantes
enriquecidos, como la de los Pombo, a un hombre como Antonio Nariño, perteneciente a
una vieja familia, por años dominante en los principales cargos de la burocracia, a
individuos de familias sin mayores recursos y ningún título de nobleza, como Zea, y a
gentes como Salvador Rizo, quien, antes de ser reclutado como pintor de la Expedición
Botánica, y llegar a ser mayordomo de ella, gran amigo de Mutis, y finalmente su albacea
testamentario, era solamente un pintor sin formación académica, que se empleaba como
dibujante de mapas del colonizador español Antonio de la Torre. Este hecho debe
resaltarse, pues el origen social de los ilustrados no remite de manera exclusiva a la
sociedad noble, ni su único lugar de encuentro lo constituyó la universidad. Igualmente se
pueden mencionar los casos del pintor Francisco Javier Matis, o de colaboradores de la
Expedición Botánica como Dionisio Franco, Antonio Gago, Juan Bautista Aguiar, Víctor
Manuel Prieto, y así de algunos otros que participaron de la actividad de los naturalistas
neogranadinos, de sus discusiones y de su amistad, de su correspondencia, sin
pertenecer a la “sociedad noble”, sin haber tenido vida universitaria ninguna, sino
solamente en tanto participantes de un mismo universo cultural, al que a veces se llamó
“filosofía moderna” y en otras ocasiones “historia natural”.
Desde luego que se trataba de relaciones jerárquicas, como por lo demás lo son todas las
relaciones intelectuales; como es cierto también que un sector de los “trabajadores de la
botánica”, como los recolectores y el grueso de los pintores de la expedición Botánica –
casi todos de origen social humilde-, no formaba parte del grupo de los ilustrados. Pero la
comprobación que se ofrece, sobre la base de las informaciones existentes, es la de una
relativa diversidad de orígenes sociales dentro del reducido grupo de los ilustrados, sin
que se les pueda adscribir a una categoría social exclusiva, a pesar de que hayan sido
dos o tres miembros de la “nobleza pobre” llegada con las últimas migraciones españolas
del siglo XVIII, los que hayan resultado los elementos de mayor dinámica, o tal vez de
mayor figuración. Pero además debe considerarse que, por fuera del grupo ilustrado, pero
en relación con él, existió una amplia “actividad ilustrada” de vecinos, de comerciantes
españoles establecidos de manera transitoria en Nueva Granada, de pequeños
funcionarios y colonizadores españoles, todos con diferentes orígenes sociales (lo que
hemos llamado la “periferia ilustrada”), que participaron no del grupo ilustrado ni de sus
proyectos editoriales, pero sí de muchas de las tareas que suponía la investigación de la
naturaleza, y con cuyos fundamentos teóricos entraron en contacto.
Fue José Celestino Mutis uno de los más destacados ilustrados de la Nueva Granada.
Sobresalió como reformador de la educación a través de diversas cátedras en el Colegio
Mayor de Nuestra Señora del Rosario y fue promotor y director de la Real Expedición
Botánica de la Nueva Granada. En el seno de su biblioteca, conformada por más de
10.000 volúmenes, se perfeccionó en la ciencia y en el conocimiento una elite de
discípulos que lideraron el movimiento de independencia. Muchos de ellos participaron
activamente en tertulias literarias de corte masónico donde se discutían las nuevas
ideologías y tendencias. Aparentemente existen conexiones entre algunas de estas
sociedades y las juntas de Cádiz.
Recién establecido en Santafé trató sin éxito de dictar la cátedra de medicina en el
Colegio del Rosario; en 1802, con la colaboración de Miguel de Isla, por fin pudo abrirla
con lujo de detalles y con un programa innovador. En 1762 había inaugurado la cátedra
de matemáticas en el mismo Colegio Mayor teniendo como meta la de capacitar a la
juventud en los estudios filosóficos a través de las ciencias exactas. En más de una
oportunidad denunció el estado de la educación, inculpando a las órdenes religiosas por
impedir el desarrollo de una verdadera universidad. En 1764 asumió la cátedra de física y
expuso las ideas de Newton, Copérnico y Galileo. Esto dio pie para que en 1768, y
presuntamente por enseñar herejías, se le acusase en forma mojigata ante la Santa
Inquisición. Tras esta acusación estaba la resistencia de los religiosos agustinos y de los
frailes dominicos, quienes, temiendo perder poder, se oponían a la organización de una
universidad pública moderna. La idea de erigir una universidad ilustrada fue defendida en
distintos momentos, además de Mutis por el fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón
y por los virreyes Antonio Caballero y Góngora y Manuel Guirior, a quienes les
preocupaba el tipo de pedagogía impartida y el estado de los colegios de Santafé. Cabe
recordar que las reformas borbónicas contemplaban nuevas constituciones y nuevos
planes de estudio para los colegios. En 1768, el fiscal Moreno y Escandón, elaboró un
“Proyecto para la erección en la ciudad de Santafé de Bogotá de una universidad de
estudios generales” cuya concepción implicaba desmontar el poder de las órdenes
religiosas y acabar con la enseñanza, elitista y escolástica.
Los dominicos aspiraban llenar el vacío y poseer los bienes dejados en 1767 por los
jesuitas tras su expulsión y por ello utilizaron todos los medios para bloquear esta
iniciativa. Tiempo después el virrey Guirior insistió, y con la ayuda de Moreno estableció
un “Método provisional e interino que han de observar los colegios de Santafé, por ahora
y hasta tanto se erige la universidad pública y Su Majestad decide otra cosa”. El método
propuesto implicaba el uso obligatorio de una moderna biblioteca, pues acababa de un
tajo con la tradición de dictar lecciones.
A principios del siglo se produjeron en Europa diferentes acontecimientos que vinieron a
influir poderosamente en la Nueva Granada. En 1803 Napoleón se apoderó de Portugal.
Carlos IV fue incapaz de controlar la situación y el favorito Manuel Godoy, permitió el
ingreso a la Península de las tropas francesas. El futuro Fernando VII intrigó en contra de
su propio padre hasta forzarlo a abdicar en su favor. Napoleón aprovechó esto para
organizar la entrevista de Bayona, tras la cual y en una burda tramoya, Fernando VII
devolvió la corona a su padre, para que este abdicara a favor de Napoleón. Como
consecuencia de ello se produjeron los levantamientos del 2 de mayo, se formaron
guerrillas y surgieron desórdenes en toda España. Como medio de gobierno se
organizaron “juntas” en todas las provincias. A partir de 1809, en todas las ciudades y
villas del Nuevo Reino de Granada se comenzó a vivir una agitación sorda provocada por
la crisis de la monarquía española y por el deseo de que las provincias americanas
contaran con sus propias “Juntas de Gobierno”, al igual que ocurría en España. El 10 de
agosto de 1809 se produjo la insurrección de Quito, que dio lugar a la constitución de una
“Junta Suprema de Gobierno”; la misma juró obediencia a Fernando VII y de paso invitó a
las demás colonias americanas a seguir su ejemplo. Enterado de tales sucesos, el virrey
Amar destinó tres destacamentos para enviar armas y pertrechos a Quito.
Simultáneamente surgió una conspiración, promovida entre otros por Joaquín Castro,
Juan José Monsalve, José María Rosillo, Vicente Cadena, José Antonio Olaya y el
canónigo Andrés Rosillo y Meruelo. La meta de esta conspiración era la de apoderarse de
las armas destinadas a Quito para enviarlas al Socorro y generar así un nuevo
levantamiento comunero. El plan fracasó; unos de los complotados huyeron hacia El
Socorro y otros se dirigieron a los llanos de Casanare, donde se formó una guerrilla que
alcanzó a dar algunos golpes hasta ser derrotada. Varios de los revolucionarios fueron
apresados y ejecutados; las cabezas de dos de ellos (Vicente Cadena y José María
Rosillo), fueron remitidas a la capital para ser exhibidas y producir escarnio en la
población.
Mutis fue un destacado representante del movimiento ilustrado en la Nueva Granada.
Como tal fue un innovador educativo, colaboró en la introducción de nuevas cátedras y
fue uno de los promotores en Santafé de la creación de una Sociedad Económica de
Amigos del País. La Expedición Botánica respondía a los postulados de las políticas
ilustradas y en su seno se formaron en la ciencia varios jóvenes que actuaron como
líderes del movimiento de emancipación. Estos se formaron sin su ayuda pero sí a la
sombra de su biblioteca y de su ideario. La Expedición como tal no fue un abrigo de
complotados; las ideas de emancipación se manejó más en las tertulias literarias y en los
colegios mayores. El Observatorio Astronómico de Santafé, dependencia de la
Expedición, si se utilizó como sitio de reunión de los complotados pero tiempo después de
la muerte de Mutis, ocurrida el 11 de septiembre de 1808.
Lo que sí se puede afirmar es que quienes estuvieron detenidos en Cádiz mantuvieron
contactos con las logias locales, así como con las de París y Londres, y allí buscaron
apoyo para su causa. Claros ejemplos de ello son Antonio Nariño, Sinforoso Mutis y
Francisco Antonio Zea. Podemos concluir que en la emancipación granadina influyó en
buena medida la ideología ilustrada y que la mayoría de sus líderes maduraron
intelectualmente a la sombra de la Biblioteca de la Expedición, en las tertulias literarias y
en las aulas de los Colegios Mayores de Santafé.
Las ideas de la ilustración se vieron reflejadas en rebeliones negras en su lucha contra la
esclavitud, la insurrección de los comuneros. Una institución representativa de la
ilustración muy ligada a la revolución de independencia fue la expedición botánica de
1783 con la orientación de José Celestino Mutis. Otra influencia de la ilustración fue la
libertad de los derechos del hombre en Santa fe de Bogotá donde Antonio Nariño publico
los derechos del hombre.

BIBLIOGRAFÍA:
Http://ingecultura.blogspot.com/2005/05/la-ilustracion_21.html
Http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/articles-113117_archivo.pdf
Http://cms.univalle.edu.co/socioeconomia/media/ckfinder/files/Los%20Ilustrados%20de%2
0Nueva%20Granada,%20Una%20Comunidad%20de%20Interpretaci%C3%b3n.pdf

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