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TALLER DE HACIENDA PUBLICA

1. Defina el concepto de hacienda Publica ?

La Hacienda Pública se define tradicionalmente como la parte de la economía que


se ocupa del estudio de la actividad financiera del sector público; es decir, del
conjunto de las decisiones económicas que se manifiestan en la realización de
ingresos y gastos públicos y la mutua relación entre ellos. En economías de tipo
mixto, estas decisiones sobre la intervención de la autoridad pública se recogen
institucionalmente en el documento presupuestario.

Según esta definición tradicional, la Hacienda Pública se ha considerado como una


parte de la Economía Pública, reservándose este último término a la parcela de la
economía que se decide por la autoridad. Sin embargo, en las últimas décadas el
concepto de Hacienda Pública ha sido ampliado considerablemente,
desembocando en el más moderno de Economía Pública, aunque en la práctica
ambos términos suelen utilizarse como sinónimos.

En primer lugar, la Hacienda Pública no se ocupa fundamentalmente de cuestiones


monetarias o de liquidez, sino de las intervenciones públicas en una economía de
mercado. En consecuencia, no se dedica exclusivamente a los ingresos y gastos
públicos sino a otras cuestiones, como puede ser la resolución del problema de la
contaminación. En efecto, dicha externalidad se puede intentar corregir mediante
medidas de ingresos (exigiendo un impuesto a aquel agente que contamine) o de
gastos (subvencionar a aquellos que no lo hagan), pero también puede optarse por
actuar mediante la vía de la regulación y aprobar, por ejemplo, una ley que prohíba
determinados tipos de contaminación.

Por otro lado, el sujeto de la Hacienda Pública es el sector público concebido en un


sentido amplio, que incluye no solo a las Administraciones Públicas sino también a
las empresas públicas.

2.De acuerdo al documento como ha ido evolucionando el concepto de


HACIENDA PUBLICA?

Desde la época colonial se consideraba que el recaudo de los impuestos era una
profesión casi heroica y abocada con frecuencia a ser víctima de problemas y
malentendidos según apreciación del presidente del Tribunal de Cuentas de
España, Ubaldo Nieto de Alba, en un interesante libro sobre Cervantes como
recaudador de impuestos que fue para la corona española, en territorio del nuevo
reino de Granada. En ese texto se hace un homenaje a quienes desde hace varios
siglos cumplen la ingrata tarea de cuidar los dineros públicos, rendir cuentas fiscales
y hacer milagros con los escasos recursos que gastan los imperios o los gobiernos.
Es un reconocimiento a los ministros de hacienda, a quienes se ha considerado,
con acierto, como los “quijotes” de la administración pública.

En Colombia hemos tenido ministros de hacienda emprendedores, audaces,


rigurosos, ortodoxos, prácticos, hacendistas, librecambistas, monetaristas,
aperturistas, pragmáticos, austeros, de la Escuela de Chicago, de la Escuela de
Harvard, de la Escuela de Londres, y de otras muchas escuelas. Hemos tenido, en
el curso de nuestra convulsionada historia, ejemplos de ministros de hacienda que
forjaron y moldearon su vida para el servicio público, sacrificando honores y
posibilidades políticas cuando tenían en sus manos el imán de la inversión de los
dineros públicos y el manejo de bonanzas pasajeras. Se podría afirmar que en
Colombia los ministros de hacienda han sido generalmente ejemplo de austeridad,
de honradez profesional y transparencia en el manejo de la hacienda pública.

Los exministros de hacienda tienen un bien ganado prestigio de personas


honorables y tienen un especial reconocimiento público, los consultan, los escuchan
y los citan con frecuencia. Precisamente, por la actuación providente de los
ministros de hacienda, en la reciente historia económica del país –en los últimos
sesenta años–, se puede afirmar que Colombia ha sido un ejemplo en el manejo de
sus finanzas, en la atención oportuna de las crisis, en el pago de las deudas, en el
cumplimiento de los compromisos externos y en la seriedad de sus políticas de
desarrollo económico y social.

Han cumplido el mandamiento de la moneda sana sin ahorcar el buen principio de


redistribuir el ingreso y luchar contra la desigualdad. Además, Colombia es hoy un
país preferido para cuantiosas inversiones y proyectos de desarrollo de mediano y
largo plazo, con recursos privados extranjeros.

Sin entrar en análisis técnicos y recurriendo apenas al registro de la información


económica que nos han proporcionado los medios de comunicación, se encuentra
material suficiente para afirmar que los ministros de hacienda de estos últimos
sesenta años se caracterizaron por la seriedad en el manejo fiscal y presupuestal y
por el rigor en la defensa de la estabilidad económica y financiera del país.

Hace sesenta años el contralor de la época, el general Alberto Ruiz Novoa -


estudioso oficial del ejército colombiano- creó la Revista Economía Colombiana,
como órgano principal de difusión de los estudios de la Contraloría General de la
Republica y de destacados dirigentes que deseaban hacer conocer su pensamiento
sobre las políticas públicas que le convenían al país.

Y en todos estos años los ministros de hacienda han hecho –cada uno en su
momento– un inmenso esfuerzo de imaginación para manejar la economía, en
medio de dificultades y con las limitaciones de ingresos que todos conocemos. Ese
esfuerzo se tradujo en políticas de largo alcance, muchas de las cuales tuvieron
afortunada continuidad y ajustes indispensables para ir adaptándose a la variable
mundo de las políticas cambiarias, monetarias y fiscales. Muchas de esas políticas,
tesis, indicadores y proyecciones se publicaron en distintas ediciones de la revista
Economía Colombiana.

Desde la escasez de plata, la creación de la Junta Monetaria, las valerosas


decisiones del control de cambios con el famoso decreto 444, las peleas con el
fondo monetario, las brillantes argumentaciones de los ministros frente a las
agencias internacionales de crédito, el riguroso cumplimiento de los compromisos
de la deuda externa a pesar de nuestros limitados recaudos internos, las reuniones
del grupo de consulta, el complejo manejo de las negociaciones cafeteras en
Londres, el manejo de la política cafetera interna, la parafiscalidad, la creación de
modelos originales sobre ahorro nacional y financiación de vivienda, la financiación
de audaces programas sociales que no tenían financiamiento externo, las múltiples
reformas tributarias, el cambio del concepto de propiedad con función social, la
trascendental reforma constitucional de 1991 que dio origen a la autonomía del
Banco de la República y a profundos cambios en el diseño y ejecución de las
políticas monetaria, cambiaria y fiscal del país son, entre otras muchas, decisiones
afortunadas que blindaron al país frente a las crisis importadas o fenómenos de
recesión que golpearon con rigor al empleo y al ingreso de muchos consumidores
del mundo globalizado que hoy vivimos.

3. Por qué es importante que los gobiernos intervengan en los gobiernos?

La intervención del Estado puede ser orientativa, en el sentido que incentiva a la


economía privada, para que ésta realice determinadas acciones. La acción del
sector público sobre la economía puede tomar la forma de regulación de los
distintos procesos económicos, mediante la actividad legislativa conforme el marco
institucional dentro del que se desarrolla la producción, el comercio y las finanzas o
mediante la manipulación y control de las variables económicas significativas que
guían la iniciativa privada, a través de la política fiscal, monetaria o comercial. Así
mismo, la intervención estatal puede realizarse a través de la intervención directa
del sector público en la actividad económica.
A lo largo la historia moderna el papel del Estado ha sido de diversas maneras:
 Se desarrollaba el papel del Estado como gerente social de la igualdad de
oportunidades, creando la estructura económica de una sociedad de bienestar
que proporciona educación, sanidad y protección, mediante la generación de los
subsidios y pensiones a todos los ciudadanos.
 El Estado interviene en la economía para corregir situaciones de crisis originadas
por la expansión de la gran industria en el siglo XIX.
 Así como ha jugado diversos papeles, también ha tenido diversos objetivos,
algunos de estos han sido:
 La intervención del Estado tiene como finalidad aumentar el gasto público e
incrementar los impuestos en una cantidad igual, es decir; sin crear un déficit
público, sin aumentar la deuda pública y al mismo tiempo, generando un efecto
positivo sobre el producto y el empleo. En una situación de elevado desempleo,
la política económica es capaz de reactivar la producción y el empleo
manteniendo finanzas públicas "sanas".
 Fortalecimiento del Estado mediante las nacionalizaciones y expropiaciones
de empresas; lo cual dio comienzo a la formación del sector público en los
sectores claves de la economía.
 El Estado debe poner orden en la economía, reorientar las políticas y adoptar
medidas para reactivar las economías, salvaguardando el interés y
la seguridad nacional.
 El Estado crea formas institucionales que no se reducen a garantizar la
maximización de la rentabilidad o a evitar la violencia en el enfrentamiento de los
intereses contrarios en el seno de la sociedad, sino que reconoce la mayor
complejidad social y la necesidad de establecer cauces institucionales para
disminuir el potencial desorganizador del desarrollo.
 El Estado debe ser agente de cambio social y transformación económica. Para
ello requiere de un aparato burocrático que funcione fluidamente.
 A través de la empresa pública, el Estado se vuelve en sí mismo un agente de la
acumulación de capital, protagonista directo en la producción, distribución
y financiamiento.
 El objetivo primordial de la intervención estatal se basa en el apoyo a
las inversiones privadas y a la creación de infraestructura asumiendo
los riesgos y promoviendo nuevas áreas de inversión.
 Propiciar la participación de los diversos grupos sociales en el desarrollo,
mediante la elaboración de la política económica en la cual se relacionen
aspectos políticos y económicos, ya que dicha política se enfrenta
permanentemente a la necesidad de regular un sistema que atienda a la
inestabilidad económica, social y política. La política económica es el resultado
de conflictos entre grupos y clases que tienden a consolidar, crear o disolver
equilibrios político-sociales en el campo económico. Los objetivos de la política
económica deben expresar los intereses substantivos de los grupos dominantes,
pero también deben considerar los intereses de los grupos dominados para
garantizar consenso y justificación.
 Institucionalizar los procesos de política económica aprobando: objetivos,
aplicando instrumentos, organizando instituciones, evaluando las acciones
aplicadas, y estableciendo compromisos entre diferentes grupos sociales para
procurar el equilibrio.

La constante presencia estatal en la economía no se reduce sólo al aspecto legal,


a las condiciones generales que permiten el libre intercambio, sino que también
contempla acciones de acumulación, distributivas e inclusive productivas, ya sea
por una presencia directa del Estado como productor o través de un arsenal de
instrumentos, procedimientos, normas y políticas que regulan y ordenan la actividad
individual.

4. ¿Cómo se pueden agrupar las áreas de intervenido del sector público según la
propuesta de la hacienda pública? Definirlos

La Hacienda Pública es aquella parte de la Economía Pública que recoge la


intervención que la autoridad pública efectúa en una economía de mercado,
fundamentalmente a través de los diversos programas de ingresos y gastos
públicos. Comprende, por tanto, las intervenciones públicas que se llevan a cabo
con ingresos y gastos públicos; los presupuestos, donde se recogen tales gastos e
ingresos; los posibles déficits presupuestarios y de la forma de financiarlos. También
considera cuál es el papel del sector público en una economía de mercado moderna,
qué factores legitiman su presencia, cómo se comportan las diversas
Administraciones públicas y cómo se adoptan decisiones públicas. Asimismo,
analiza los efectos económicos y sociales de esas actuaciones públicas en el sector
privado de la economía. Y todo ello siguiendo los criterios de eficiencia y equidad.

Según FUENTES QUINTANA la Hacienda Pública sería el Conjunto de elecciones


económicas que comportan la realización de ingresos y gastos públicos y la mutua
relación existente entre ellos. El centro de estas elecciones vendría dado por el
presupuesto del Estado que recoge en cada sociedad el conjunto de decisiones
financieras que han de ser programadas por la economía pública.

Siguiendo a MUSGRAVE, tres son las funciones básicas de la Hacienda Pública:


Función Asignativa, esto es, trata de mejorar la asignación de recursos, promover
la eficiencia de los procesos económicos, es decir, que la asignación de recursos
sea rentable desde el punto de vista económico; Función Distributiva, consistente
en mejorar la distribución de la renta y la riqueza y Función estabilizadora, es decir,
buscar la estabilidad económica (pleno empleo, estabilidad de precios, balanza de
pagos equilibrada y promover el Desarrollo Económico Sostenible).

5. ¿Definir el concepto de instrumentos presupuestarios?

El presupuesto es un medio para prever y decidir la producción que se va a realizar


en un período determinado, así como para asignar formalmente los recursos que
esa producción exige en la praxis de una institución, Sector o Región. Este carácter
práctico del presupuesto implica que debe concebírselo como un sistema
administrativo que se materializa por etapas: formulación, discusión y sanción,
ejecución, control y evaluación.

Bajo este enfoque, el presupuesto debe cumplir con los siguientes requisitos:

n Primero: El presupuesto debe ser agregable y desagregarle en centros de


producción, donde el producto de cada centro debe ser excluyente de
cualquier otro producto, de cualquier otro centro de producción de su mismo
ámbito. De no ser así, el total de asignación de recursos que se exprese el
nivel del gasto presupuestario no tendría significado y encerraría
duplicaciones y confusiones.
n Segundo: Las relaciones entre los recursos asignados y los productos
resultantes de esa asignación deben ser perfectamente definidas; no puede
haber dudas sobre el producto que se persigue con determinada asignación
de recursos y un mismo recurso o parte fraccionable del mismo no puede ser
requisito presupuestario de dos o más productos.
n Tercero: La asignación de recursos para obtener los productos, que
directamente requieren los objetivos de las políticas (productos terminales)
exige también de la asignación de recursos para lograr otros productos que
permitan o apoyen la producción de los productos terminales (productos
intermedios). De manera que, una parte de la producción expresada en el
presupuesto es un requisito directo de las políticas y otra parte sólo es un
requisito indirecto de tales políticas.
n Cuarto: El presupuesto debe expresar la red de producción donde cada
producto es condicionado y, a la vez, condiciona a otros productos de la red,
existiendo así unas determinadas relaciones de coherencia entre las diversas
producciones que se presupuestan.

Los Principios del Presupuesto

1. Programación: Se desprende de la propia naturaleza del presupuesto y


sostiene que éste -el presupuesto- debe tener el contenido y la forma de la
programación.

a. Contenido: establece que deben estar todos los elementos que permitan
la definición y la adopción de los objetivos prioritarios. El grado de
aplicación no está dado por ninguno de los extremos, pues no existe un
presupuesto que carezca completamente de una base programática, así
como tampoco existe uno en el que se hubiese conseguido la total
aplicación de la técnica.
b. Forma: en cuanto a la forma, con él deben explicitarse todo los elementos
de la programación, es decir, se deben señalar los objetivos adoptados, las
acciones necesarias a efectuarse para lograr esos objetivos; los recursos
humanos, materiales y servicios de terceros que demanden esas acciones
así como los recursos monetarios necesarios que demanden esos
recursos.
Respecto de la forma mediante este principio se sostiene que deben
contemplarse todos los elementos que integran el concepto de
programación. Es decir, que deben expresarse claramente los objetivos
concretos adoptados, el conjunto de acciones necesarias para alcanzar
dichos objetivos, los recursos humanos, materiales y otros servicios que
demanden dichas acciones y para cuya movilización se requieren
determinados recursos monetarios, aspecto este último que determina los
créditos presupuestarios necesarios.
2. Integralidad: en la actualidad, la característica esencial del método de
presupuesto por programas, está dado por la integralidad en su
concepción y en su aplicación en los hechos. El presupuesto no sería
realmente programático si no cumple con las condiciones que imponen los
cuatro enfoques de la integralidad. Es decir, que el presupuesto debe ser:

a. Un instrumento del sistema de planificación;


b. El reflejo de una política presupuestaria única;
c. Un proceso debidamente vertebrado; y
d. Un instrumento en el que debe aparecer todos los elementos de la
programación.
3. Universalidad: dentro de este postulado se sustenta la necesidad de que
aquello que constituye materia del presupuesto debe ser incorporado en él.

Naturalmente que la amplitud de este principio depende del concepto que


se tenga de presupuesto. Si este sólo fuera la expresión financiera del
programa de gobierno, no cabría la inclusión de los elementos en términos
físicos, con lo cual la programación quedaría truncada.

En la concepción tradicional se consideraba que este principio podía


exponerse cabalmente bajo la "prohibición" de la existencia de fondos
extrapresupuestarios.
4. Exclusividad: en cierto modo este principio complementa y precisa el
postulado de la universalidad, exigiendo que no se incluyan en la ley anual
de presupuesto asuntos que no sean inherentes a esta materia. Ambos
principios tratan de precisar los límites y preservar la claridad del
presupuesto, así como de otros instrumentos jurídicos respetando el ámbito
de otras ciencias o técnicas. No obstante, de que en la mayoría de los
países existe legislación expresa sobre el principio de exclusividad, en los
hechos no siempre se cumplen dichas disposiciones legales.

En algunos países de América Latina, particularmente en épocas pasadas,


se estableció la costumbre de incluir en la ley de presupuestos disposiciones
sobre administración en general, y de personal en particular, tributación,
política salarial, etc., llegando, excepcionalmente, desde luego, a dictar
normas que ampliaban o reformaban el Código Civil y el Código de
Comercio. Sobre todo, en este último aspecto, tal inclusión no era fruto de
un error, sino que se procuraba evitar la rigurosidad del trámite
parlamentario a que están sujetas tales cuestiones.

5. Unidad: este principio se refiere a la obligatoriedad de que los presupuestos


de todas las instituciones del sector público sean elaborados, aprobados,
ejecutados y evaluados con plena sujeción a la política presupuestaria única
definida y adoptada por la autoridad competente, de acuerdo con la ley,
basándose en un solo método y expresándose uniformemente.

En otras palabras, es indispensable que el presupuesto de cada entidad se


ajuste al principio de unidad, en su contenido, en sus métodos y en su
expresión. Es menester que sus políticas de financiamiento, funcionamiento
y capitalización sean totalmente complementarias entre sí.
6. Acuciosidad: para el cumplimiento de esta norma es imprescindible la
presencia de las siguientes condiciones básicas en las diversas etapas del
proceso presupuestario:

a Profundidad, sistema y organicidad en la labor técnica, en la toma de


decisiones, en la realización de acciones y en la formación y presentación
del juicio sobre unas y otras, y
b Sinceridad, honestidad y precisión en la adopción de los objetivos y fijación
de los correspondientes medios; en el proceso de su concreción o
utilización; y en la evaluación de nivel del cumplimiento de los fines, del
grado de racionalidad en la aplicación de los medios y de las causas de
posibles desviaciones.
En otras palabras, este principio implica que se debe tender a la fijación de
objetivos posibles de alcanzar, altamente complementarios entre sí y que
tengan la más alta prioridad.

7. Claridad: este principio tiene importancia para la eficiencia del


presupuesto como instrumento de gobierno, administración y ejecución de
los planes de desarrollo socio-económicos. Es esencialmente de carácter
formal; si los documentos presupuestarios se expresan de manera
ordenada y clara, todas las etapas del proceso pueden ser llevadas a cabo
con mayor eficacia.
8. Especificación: este principio se refiere, básicamente, al aspecto
financiero del presupuesto y significa que, en materia de ingresos debe
señalarse con precisión las fuentes que los originan, y en el caso de las
erogaciones, las características de los bienes y servicios que deben
adquirirse.

En materia de gastos para la aplicación de esta norma, es necesario


alejarse de dos posiciones extremas que pueden presentarse; una sería
asignar una cantidad global que serviría para adquirir todos los insumos
necesarios para alcanzar cada objetivo concreto y otra, que consistiría en
el detalle minucioso de cada uno de tales bienes y servicios.

La especificación significa no sólo la distinción del objetivo del gasto o la


fuente del ingreso, sino además la ubicación de aquellos y a veces de
éstos, dentro de las instituciones, a nivel global de las distintas categorías
presupuestarias, y, en no contados casos, según una distribución espacial.
También es indispensable una correcta distinción entre tales niveles o
categorías de programación del gasto.
9. Periodicidad: este principio tiene su fundamento, por un lado, en la
característica dinámica de la acción estatal y de la realidad global del país,
y, por otra parte, en la misma naturaleza del presupuesto.

A través de este principio se procura la armonización de dos posiciones


extremas, adoptando un período presupuestario que no sea tan amplio que
imposibilite la previsión con cierto grado de minuciosidad, ni tan breve que
impida la realización de las correspondientes tareas.

La solución adoptada, en la mayoría de los países es la de considerar al


período presupuestario de duración anual.
10. Continuidad: se podría pensar que al sostener la vigencia del principio de
periocidad se estuviera preconizando verdaderos cortes en el tiempo, de
tal suerte que cada presupuesto no tiene relación con los que le
antecedieron, ni con los venideros. De ahí que es necesario conjugar la
anualidad con la continuidad, por supuesto que con plenos caracteres
dinámicos.

Esta norma postula que todas la etapas década ejercicio presupuestario


deben apoyarse en los resultados de ejercicios anteriores y tomar, en
cuenta las expectativas de ejercicios futuros.
11. Flexibilidad: a través de este principio se sustenta que el presupuesto no
adolezca de rigideces que le impidan constituirse en un eficaz instrumento
de: Administración, Gobierno y Planificación.

Para lograr la flexibilidad en la ejecución del presupuesto, es necesario


remover los factores que obstaculizan una fluida realización de esta etapa
presupuestaria, dotando a los niveles administrativos, del poder suficiente
para modificar los medios en provecho de los fines prioritarios del Estado.

Según este principio es necesario sino eliminar, por lo menos restringir al


máximo los llamados "Recursos Afectados" es decir, las asignaciones con
destino específico prefijado.

En resumen, la flexibilidad tiende al cumplimiento esencial del


presupuesto, aunque para ello deban modificarse sus detalles.
12. Equilibrio: este principio se refiere esencialmente al aspecto financiero del
presupuesto aun cuando éste depende en último término de los objetivos
que se adopten; de la técnica que se utilice en la combinación de factores
para la producción de los bienes y servicios de origen estatal; de las
políticas de salarios y de precios y, en consecuencia, también del grado de
estabilidad de la economía.

6. ¿Cómo se agrupan los ingresos y los gastos para su análisis en la


contabilidad de la hacienda pública?

Los ingresos públicos pueden definirse de manera general y sencilla como


todas aquellas entradas de dinero que recibe el Estado y que le permiten
financiar la satisfacción de necesidades colectivas, es decir, que le
permiten financiar el gasto público y cumplir su función dentro de la
sociedad.

Según el criterio financiero según su prioridad y de acuerdo a la economía


ORDINARIOS: Son aquellos que el Estado recibe en forma periódica, puede repetir
su recaudación periodo tras periodo, y su generación no agota la fuente de donde
provienen ni compromete el patrimonio actual o futuro del Estado y sus entes. 
Ejemplos: el Impuesto sobre la renta y el Impuesto al valor agregado.

EXTRAORDINARIOS: Presentan característica distintiva que la fuente que los


genera no permite su repetición continua y periódica, y afecta o compromete la
disminución del patrimonio del Estado en el presente o en el futuro.
Los ingresos públicos también se pueden clasificar desde tres criterios diferentes:
1. Atendiendo a la permanencia y durabilidad de la fuente. 2. Su inclusión o no en
el presupuesto 3. Carácter con que actúa el perceptor.
Concepto de Gasto Público: El gasto público es la cantidad de recursos financieros,
materiales y humanos que el sector público representado por el gobierno emplea
para el cumplimiento de sus funciones, entre las que se encuentran de manera
primordial la de satisfacer los servicios públicos de la sociedad.
Así mismo el gasto público es un instrumento importante de la política económica
de cualquier país pues por medio de este, el gobierno influye en los niveles de
consumo, inversión, empleo, etc.
El gasto público es considerado la devolución a la sociedad de algunos recursos
económicos que el gobierno captó vía ingresos públicos, por medio de su sistema
tributario principalmente.
La forma de estructurar el gasto público es de gran importancia para la economía
en general, pues siendo un instrumento poderoso que afecta la economía, su
manejo causa u origina diversos fenómenos que algunas veces son positivos y otras
veces son negativos para un país e incluso otros países que estén fuertemente
correlacionados económicamente.
Del análisis de la estructuración y aplicación del gasto público se pueden predecir
ciertos comportamientos de la economía, así como los fines que persigue el sector
público.
En estas actividades el sector público ha venido utilizando al gasto para tratar de
dar más empleo, estimular la actividad económica, crear la infraestructura
productiva del país, dar vivienda a los trabajadores, elevar el nivel educativo
proporcionando educación gratuita, proporcionar servicios de salud, etc.
7. ¿Por qué en el documento se expresa que la deuda pública del Estado es el
recurso público financiero más importante?
Habitualmente, los valores de deuda son vistos como instrumentos de inversión muy
confiables, debido a la gran seguridad de recuperación y a los rendimientos que
generan, porque —salvo casos excepcionales— los entes públicos cumplen sus
obligaciones. Por lo mismo se les considera de bajo riesgo. En cualquier caso, y
dependiendo de cada país, las agencias de calificación de riesgos califican el riesgo
crediticio, que puede ser mayor o menor, y que sirve de referencia a los inversores
a la hora de exigir un mayor o menor interés.
La deuda pública se estructura a plazo fijo. Hasta el vencimiento no se recupera la
inversión. Por ello, a los estados les interesa la existencia de un mercado de
valores en el cual se negocien los títulos.
De esta forma, si una persona quiere recuperar su inversión, busca un comprador
de sus títulos, que le pagará algo más de lo que a él le costó el título (aunque el
precio depende de la evolución de los tipos de interés). Esto hace mucho más
atractiva la deuda pública para los inversores, al aumentar la liquidez.
Históricamente, los mercados de valores nacen como negociación de deuda privada
y posteriormente comienzan a negociar deuda pública.

8- ¿Cómo está compuesta la deuda pública?

La deuda pública está compuesta:

 Impuestos y otros recursos ordinarios (precios públicos, transferencias


recibidas, tasas, etc.).
 Creación de dinero, mediante un proceso de expansión monetaria.
 Emisión de deuda pública.

Pero además de esto, el Estado puede utilizar la deuda como instrumento de


política económica y en este caso debe aplicar la política de deuda que considere
en cada momento más apropiada a los fines que persigue.
La deuda pública puede afectar, de una manera más o menos directa, a variables
económicas de las que depende básicamente el funcionamiento real de la
economía, tales como la oferta monetaria, el tipo de interés, el ahorro y sus formas
de canalización, bien sea nacional o extranjero, e intermunicipal, etc.
La deuda pública es la obligación que tiene el Estado por los préstamos totales
acumulados que ha recibido o por los que es responsable, expresándose a través
del valor monetario total de los bonos y obligaciones que se encuentran en manos
del público.

9- ¿Explique de una forma clara y concreta el concepto de la teoría de la hacienda


y el crecimiento económico?

El crecimiento económico es entendido como la evolución positiva de los


estándares de vida de un territorio, habitualmente países, medidos en términos de
la capacidad productiva de su economía y de su renta dentro de un periodo de
tiempo concreto.
La definición más estricta de crecimiento económico es la que indica que se produce
un aumento en términos de renta o de los bienes y servicios que la economía de un
territorio produce en un tiempo determinado generalmente medido en años.

El concepto de renta puede englobar dentro de esta definición otros muchos


indicadores económicos de bienestar de un país o región cualquiera. Aspectos
como el nivel de ahorro o de inversión de sus ciudadanos y su balanza comercial
son algunos que comúnmente se tienen en cuenta a la hora de estudiar el
crecimiento económico. Dicho lo cual, el medidor más utilizado para medir la
evolución económica suele ser las fluctuaciones del PIB (Producto interior bruto) del
país analizado.

No obstante, la distribución de la riqueza de un país o las características específicas


de su sistema productivo pueden esconder aspectos que la medición en términos
de renta no logra explicar con detalle. El empleo del PIB como medidor ayuda a
simplificar la realidad a la hora de analizar el crecimiento, aunque no logre explicar
con total claridad la verdadera mejora de las condiciones de vida.
10- ¿Cuáles son las causas que obstaculizan la imposición de reformas tributarias
en los países en vías de desarrollo?
Si nos preguntamos por qué se pagan impuestos, la respuesta simple es que,
mientras no surja una idea mejor, la tributación es el único medio práctico de
recaudar ingresos para financiar el gasto público en bienes y servicios que demanda
la mayoría de las personas.
Sin embargo, el establecimiento de un sistema tributario justo y eficiente no es
simple, en particular en los países en desarrollo que procuran integrarse en la
economía mundial.
En estos países, el sistema tributario ideal sería recaudar los ingresos esenciales
sin un excesivo endeudamiento público, y hacerlo sin desalentar la actividad
económica y sin desviarse demasiado de los sistemas tributarios de otros países.
En los países en desarrollo, la implantación de sistemas tributarios eficientes
presenta enormes problemas.
En primer lugar, en estos países la mayor parte de los trabajadores están
empleados en la agricultura o en pequeñas empresas informales. Como raramente
perciben salarios fijos y regulares, sus ingresos fluctúan, y muchos de ellos se
pagan en efectivo, sin contabilizarse.
Por lo tanto, resulta difícil calcular la base de un impuesto sobre la renta. En tales
países, los trabajadores en general no gastan sus ingresos en grandes
establecimientos que mantienen registros exactos de las ventas y los inventarios.
Como resultado, los medios modernos de recaudación de ingresos desempeñan un
papel menos importante en estas economías, excluyendo virtualmente la posibilidad
de que el gobierno logre elevados niveles de ingresos tributarios.
En segundo lugar, es difícil crear una administración tributaria eficiente sin contar
con un personal bien educado y bien capacitado, 1 cuando falta dinero para pagar
salarios adecuados a los funcionarios encargados de la recaudación tributaria y para
informatizar las operaciones (o incluso para proveer servicios eficientes de teléfonos
y correo), y cuando la capacidad de los contribuyentes para llevar sus cuentas es
limitada.
En consecuencia, con frecuencia los gobiernos siguen el camino de la menor
resistencia, implantando sistemas tributarios que les permiten explotar las opciones
disponibles en vez de establecer sistemas tributarios racionales, modernos y
eficientes. En tercer lugar, como resultado de la estructura informal de la economía
de muchos países en desarrollo y por las limitaciones financieras que las aquejan,
las oficinas de estadística y de impuestos encuentran dificultades para generar
estadísticas confiables.
Esta falta de datos impide que los responsables de la formulación de políticas
evalúen el impacto potencial de los cambios en el sistema tributario. En
consecuencia, en muchos casos se opta por introducir cambios marginales en vez
de grandes cambios estructurales, incluso cuando éstos últimos resultan
obviamente preferibles.
Ello perpetúa la ineficiencia de las estructuras tributarias. En cuarto lugar, los
ingresos tienden a estar distribuidos en forma más desigual dentro de los países en
desarrollo. Si bien en esta situación la recaudación de elevados ingresos tributarios
requiere idealmente que los ricos soporten una mayor carga tributaria que los
pobres, con frecuencia el poder económico y político de los contribuyentes ricos les
permite impedir la adopción de reformas fiscales que incrementarían su carga
tributaria.
Ello explica en parte por qué muchos países en desarrollo no han explotado
plenamente los impuestos sobre la renta de las personas físicas y los impuestos
sobre la propiedad, y por qué sus sistemas tributarios raramente logran una
progresividad satisfactoria (en otras palabras, que los ricos paguen
proporcionalmente más impuestos).
En conclusión, en los países en desarrollo, la política tributaria se basa con
frecuencia en el arte de lo posible y no tanto en el logro de los fines óptimos.

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