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Desde la época colonial se consideraba que el recaudo de los impuestos era una
profesión casi heroica y abocada con frecuencia a ser víctima de problemas y
malentendidos según apreciación del presidente del Tribunal de Cuentas de
España, Ubaldo Nieto de Alba, en un interesante libro sobre Cervantes como
recaudador de impuestos que fue para la corona española, en territorio del nuevo
reino de Granada. En ese texto se hace un homenaje a quienes desde hace varios
siglos cumplen la ingrata tarea de cuidar los dineros públicos, rendir cuentas fiscales
y hacer milagros con los escasos recursos que gastan los imperios o los gobiernos.
Es un reconocimiento a los ministros de hacienda, a quienes se ha considerado,
con acierto, como los “quijotes” de la administración pública.
Y en todos estos años los ministros de hacienda han hecho –cada uno en su
momento– un inmenso esfuerzo de imaginación para manejar la economía, en
medio de dificultades y con las limitaciones de ingresos que todos conocemos. Ese
esfuerzo se tradujo en políticas de largo alcance, muchas de las cuales tuvieron
afortunada continuidad y ajustes indispensables para ir adaptándose a la variable
mundo de las políticas cambiarias, monetarias y fiscales. Muchas de esas políticas,
tesis, indicadores y proyecciones se publicaron en distintas ediciones de la revista
Economía Colombiana.
4. ¿Cómo se pueden agrupar las áreas de intervenido del sector público según la
propuesta de la hacienda pública? Definirlos
Bajo este enfoque, el presupuesto debe cumplir con los siguientes requisitos:
a. Contenido: establece que deben estar todos los elementos que permitan
la definición y la adopción de los objetivos prioritarios. El grado de
aplicación no está dado por ninguno de los extremos, pues no existe un
presupuesto que carezca completamente de una base programática, así
como tampoco existe uno en el que se hubiese conseguido la total
aplicación de la técnica.
b. Forma: en cuanto a la forma, con él deben explicitarse todo los elementos
de la programación, es decir, se deben señalar los objetivos adoptados, las
acciones necesarias a efectuarse para lograr esos objetivos; los recursos
humanos, materiales y servicios de terceros que demanden esas acciones
así como los recursos monetarios necesarios que demanden esos
recursos.
Respecto de la forma mediante este principio se sostiene que deben
contemplarse todos los elementos que integran el concepto de
programación. Es decir, que deben expresarse claramente los objetivos
concretos adoptados, el conjunto de acciones necesarias para alcanzar
dichos objetivos, los recursos humanos, materiales y otros servicios que
demanden dichas acciones y para cuya movilización se requieren
determinados recursos monetarios, aspecto este último que determina los
créditos presupuestarios necesarios.
2. Integralidad: en la actualidad, la característica esencial del método de
presupuesto por programas, está dado por la integralidad en su
concepción y en su aplicación en los hechos. El presupuesto no sería
realmente programático si no cumple con las condiciones que imponen los
cuatro enfoques de la integralidad. Es decir, que el presupuesto debe ser: