En la industria manufacturera es importante crear mecanismos que permitan reemplazar cualquier

ejemplar de un conjunto de productos, sus partes, sus materiales u otra producción con otro ejemplar
tipo, sin que se vean afectadas las características funcionales.

Desde un planteamiento clásico, no es necesario que para ello se establezcan unos valores “exactos"
para las magnitudes críticas, sino que es suficiente que dichos valores vengan obligados a pertenecer
a un intervalo de tolerancia, de mayor o menor valor según la aplicación y el grado de responsabilidad
correspondiente.

Dichos mecanismos, así como el conjunto de fundamentos o referentes cuyo cumplimiento durante
la concepción, el diseño, la fabricación, la utilización y el mantenimiento garantizan la equivalencia de
las piezas, las unidades de ensamble y los productos constituyen la base filosófica de la
intercambiabilidad.

La intercambiabilidad puede entenderse, según el estado del producto como la equivalencia

conceptual, funcional, constructiva, tecnológica o de servicio de dicho producto con otro que ha de
reemplazarlo.

La fabricación en serie no se puede basar en un sistema de ajuste individual y manual de cada par de
piezas. Es necesario que las piezas sean intercambiables, es decir, que cualquier par de piezas que se
utilicen para formar un acoplamiento, lo puedan realizar sin necesidad de ningún retoque. La
fabricación intercambiable desempeña un importante papel en la elaboración de productos técnicos
en grandes series o en cantidades masivas.

En la producción de módulos de ensamble, en la construcción de máquinas y equipos, la

intercambiabilidad total juega un papel importante y es recomendable desde el punto de vista
económico para las piezas de calidad inferior a la sexta.

Con la intercambiabilidad total se simplifica el proceso de ensamble, éste se reduce a la unión sencilla
de partes, realizada fundamentalmente por operarios menos calificados; es posible normalizar con
exactitud el proceso en el tiempo, establecer un ritmo de trabajo y emplear un método de flujo
(cuando una fábrica le suministra a otra productos unificados, unidades de ensamble y piezas de
nomenclatura limitada); se simplifica la reparación del producto, ya que cualquier pieza gastada o
fracturada o unidad de ensamble puede reemplazarse por una nueva o una reparada bajo condiciones
tecnológicas que permiten el restablecimiento de las características funcionales totalmente.

La intercambiabilidad también puede ser externa (se consideran sólo los parámetros de explotación,
forma de las superficies a unir y dimensiones, sin considerar la composición) e interna, la cual se aplica
a las piezas, unidades de ensamble y mecanismos que forman el producto.

Dentro de los fundamentos básicos de intercambiabilidad requeridos en la producción de piezas está

la de observar la intercambiabilidad, esencial para el cumplimiento de las características de diseño de
los elementos dentro de los límites permitidos, se requiere que durante la fabricación de las piezas y
el ensamble de los módulos se observe rigurosamente una exactitud normalizada de los parámetros
funcionales.

Un aspecto importante para garantizar el cumplimiento del principio de intercambiabilidad, base para
el trabajo durable y económico de las piezas consiste en determinar el conjunto de partes de repuesto
para cambio rápido y para la conservación de la capacidad de trabajo exigida por un tiempo
prolongado. Para esto se realizan análisis y se reconocen los “puntos débiles” del producto, es decir
las piezas y unidades de ensamble que en mayor medida se someten al desgaste y que influyen en los
indicativos de desempeño.