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¿QUÉ SON LOS COLORANTES?

Muchas veces hemos oído hablar sobre ellos, pero apostamos a que son contadas las personas que en
verdad saben de qué se trata y cómo están presentes en nuestra alimentación día a día. Por lo general,
para describirlo con pocas palabras, en unas breves líneas y de la forma más clara, se añaden a ciertos
alimentos con el fin de dotarlo de color o manipular sus gamas o tonalidades.

Existen dos tipos distintos: los naturales y los que ha fabricado el hombre; los primeros forman parte
del alimento en cuestión, los segundos son agregados en algún punto de su manejo (todo depende de
qué clase de alimento sea el que se esté manejando). Por lo general se manejan dosis bastante
pequeñas.
En nuestro tiempo el uso de colorantes tiene como objetivo esencial influir en el proceso venta-
compra de dicho alimentos, así como en el impacto que éste tendrá en el público. Para poner un
ejemplo muy claro y concreto: ¿alguna vez ha visto en el supermercado un pimiento o un jitomate
cuyo color es uniforme, sin variaciones y, tal vez, hasta hay cierto brillo en su superficie? Bueno, pues
es muy posible que una de esas verduras haya sido modificada para que su color tomara tal forma.
Si por el contrario, vemos en el supermercado una verdura cuyo color no es uniforme (puede ser muy
brillante en ciertas áreas y en otras, opaco; o puede tener una tonalidad más clara en alguna zona y
otra más intensa en algún punto distinto) de inmediato lo asociaremos con el buen estado de dicho
alimento. Y más allá y posiblemente, el aspecto más interesante de esto: será una comida que no es
atractiva para nuestra vista.
Hablemos un poco sobre aquellos colorantes que provienen de medios naturales. Por lo regular se
obtienen de plantas, de ciertos animales (insectos, peces, etc.), o de minerales. La presentación con la
que se ofrecerá al público depende mucho de el tipo de extracción que se realizó para que fuera
obtenido. Si bien hace algunos años el público prefería el colorante de tipo sintético (es cierto que si
comparamos cómo se ve algún objeto teñido con uno de origen natural y uno sintético veremos
diferencias muy contrastantes) en los últimos tiempos aquellos de origen natural han experimentado
un boom en el mercado.
Es importante regresar unas líneas arriba a un punto esencial del que hablábamos. Cuando una verdura
o fruta ha sido pigmentada, no sólo hay un fin de mera estrategia de marketing de fondo. También hay
una reacción natural; queremos decir que, posiblemente, ciertos pesticidas, fertilizantes o tanto el
entorno abierto de la huerta o el frío y artificial del súper pudieron ser factores para que el color y la
apariencia de dicha fruta o verdura sufriera cierta disminución en su color.
Otro de los fines u posibilidades que ofrece el uso de colorantes involucra un sentido básico del ser
humano: el olfato. Es posible que su uso conlleve ciertas ventajas, como hacer que una verdura o
comida en particular tenga un mejor olor, ya sea potenciando el que naturalmente expele el alimento
en cuestión o manipulándolo de forma sutil para que sea más atractivo. Otra de estas ventajas es
añadirle, además de color y olor, vitaminas y nutrientes a tal comida.
Si cambiamos un poco el mapa y nos enfocamos en aquellos que conocemos como sintéticos,
encontraremos que sus múltiples cualidades, no le demeritan nada ante los de origen vegetal. ¿Cuáles
son estas cualidades?, se preguntará el lector. Pues en primer lugar el hecho de que sean de origen
sintético debe asegurarle al consumidor que durante su fabricación no se utilizaron materiales tóxicos
o que puedan ser nocivos para el ser humano; la capacidad de pigmentación que tienen es, en verdad,
muy fuerte, dando como resultado tonos intensos; su composición no debe alterarse ante las
condiciones del medio ambiente, ya sea la exposición a distintas temperaturas, o cualquier tipo de luz,
ya sea natural o artificial, sin embargo, esto es un factor que no siempre se lograr cumplir y en muchos
casos no mantenerlo en una condición específica altera su “estabilidad”; al ser sintético, también es
necesario cuidar que cualquier persona perciba no sienta, ni siquiera como un olor sutil, un
composición química. Finalmente, el precio por lo general es accesible.
Existen distintas etiquetas mediante las que han sido esquematizados y ordenados: primero están los
que se ocupan para alterar la apariencia de verduras, frutas y ciertas comidas. Estas etiquetas abarcan
desde los que han sido analizados y se conocen todas su propiedades, las posibilidades de toxicidad
(que preferentemente debe ser nulas) , así como el poco conocimiento del mismo en ciertos casos.
Estos incisos que hemos resumido de una forma muy somera y mediante bastante síntesis para la
presentada entrada, por lo general se encuentran impresos en las etiquetas informativas de distintos
productos.
A ciertas personas les causa dolor de cabeza definir de forma estricta cuando se trata de uno natural o
sintético. El problema proviene para poder definir con exactitud que tan bueno puede ser su
consumo. Aunque ya mencionamos cuál es la diferencia entre ambos, la complicación surge, por
ejemplo cuando un compuesto es idéntico, pero en un caso se obtuvo a a través de medios naturales,
mientras que en el otro fue resultados de diversas pruebas de tipo químico. Sin embargo, este debate
no debería preocuparnos demasiado, ya que es bien sabido y corroborado que aquellos de origen
natural no son nocivos o tóxicos para salud.

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