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Sin embargo, los antecedentes de la educación inicial en el Perú se remontan a muchos años atrás.
En 1896, Juana Alarco de Dammert, a través de la Fundación de la Sociedad Auxiliadora de la
Infancia, inicia las primeras acciones asistenciales a niños menores de 5 años, una de ellas fue la
Cuna Maternal de la Sociedad Auxiliadora de la Infancia, dirigida a familias de escasos recursos.
Unos años más tarde, funda la Cuna Infantil Privada Los Naranjos para atender a los hijos de las
madres obreras en los Barrios Altos. En ese mismo año, 1902, Elvira García y García crea el primer
Kindergarten (Jardín de Infantes en alemán) privado del Perú.
En 1968, por iniciativa de Cáritas, se crearon en Puno los primeros Wawa Wasi que en quechua
significa “Casa de niños”. Programa que surgió para hacer frente al problema de muchas familias
rurales, en donde se propició la generación de un espacio muy similar al doméstico, donde los niños
menores de 5 años realizan actividades lúdicas y reciben alimentación complementaria. En los años
70, los Wawa Wasi se empezaron a extender a todo el país. En 1996, se transfirió este programa del
Ministerio de Educación al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES). Actualmente atiende
a más de 53 mil niños, con un presupuesto de 46 millones de soles.
Pero fue en el año 1972 que oficialmente se inició el Nivel de Educación Inicial, mediante la Ley
General de Educación N° 19326, para atender a los niños y niñas desde el nacimiento hasta los
cinco años. Pero aun sin carácter obligatorio.
En 1973, se oficializó el primer programa no escolarizado para niños de 3 a 5 años con la
denominación de Proyecto Experimental de Educación Inicial No Escolarizada- PROPEDEINE,
como una forma de expandir la cobertura de este nivel educativo. Después pasaría a convertirse en
el Programa No Escolarizado de Educación Inicial (PRONOEI), que con la cooperación de
UNICEF y de AID se extendieron a todo el Perú.
La educación inicial se basa en el amor y comprensión hacia los niños de 0 a 5 años, pues es en
esa edad, prioritariamente, que la carencia del amor, del afecto, del cariño y de una alimentación
adecuada producen en el niño efectos negativos irreversibles en el desarrollo de su personalidad.
Por eso es fundamental e importante estimular y guiar al niño con una educación basada en amor y
valores, resaltando sus habilidades y capacidades.
El rol de los padres de familia y del hogar en la educación inicial es complementario, pues el niño
debe de estar en un hogar con las mejores condiciones de vida, para que sean estimulantes y puedan
potenciar el desarrollo socio emocional y afectivo, así como también las habilidades psicomotoras,
biológicas e intelectuales de los infantes.
La Educación Inicial está concebida como el primer nivel de la Educación Básica Regular para
atender integralmente con eficacia a los niños y niñas de 0 a 5 años. Su objetivo es el desarrollo
integral del niño, teniendo en cuenta sus características y necesidades específicas en espacios
escolarizados y no escolarizados, con el aporte de la familia, su comunidad y su país.
Debido a todas las circunstancias adversas que se presentan, los profesores y profesoras
de Educación Inicial deben fortalecer la atención de los niños y niñas en las instituciones de
educativas de Educación Inicial, en los Programas Especiales (PRONOEI y PIETBAF, entre otros),
perfeccionando sus metodologías, desarrollando sus competencias y capacidades profesionales, su
inteligencia emocional y brindando capacitaciones a los padres de familia; con el objetivo de crear
las mejores condiciones para el normal desarrollo integral de los niños.