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CONTEXTUALIZACIÓN TEATRO COLOMBIANO

EL TEATRO EN EL SIGLO XXI. Es, sin duda, sensible a los cambios, transformaciones sociales, políticas
y filosóficas, así como a los nuevos descubrimientos científicos. De ahí, que por lo general sobre la escena
de la ficción y el mito se adelanten instancias que más tarde tendrán cuerpo en la realidad. En 1990, Siglo
XXI se publicó un tomo con las piezas más representativas de Buenaventura, que incluye, aparte de "Los
Papeles del Infierno", otros títulos como: "Un Réquiem por el Padre Las Casas", "El Menú", "Se hizo
Justicia", "Crónica" y "El ánima sola". Esta última, una versión teatral de otro cuento de Tomás
Carrasquilla.

Escuelas de Teatro A mediados de los años 50 se crearon las Escuelas de Arte Dramático de Bogotá y
Cali, que dieron lugar a la consolidación de los primeros grupos estables del país. En Bogotá, la Escuela
Nacional de Arte Dramático, cuya sede se hallaba en la sala del Palomar, en los altos del teatro Colón,
tuvo como primer director al español Juan de Mena, y más tarde al actor, director y declamador Víctor
Mallarino. De las muestras de fin de año de esta escuela nacieron los primeros festivales de teatro, en los
años de 1956 y 1957. En Cali, por su parte, se formó la Escuela Departamental de Teatro, dirigida en un
comienzo por el maestro español Cayetano Luca de Tena, y más tarde por Enrique Buenaventura. Con
los años, de esta escuela surgiría toda una generación de actores, así como el Festival de Arte de Cali,
dirigido en su primera etapa por la actriz y gestora teatral Fanny Mikey quien dirigió el Teatro Nacional.
También jugó un importante papel en los años 60 la Escuela de Teatro del Distrito, más tarde llamada
Luis Enrique Osorio, que tras la creación del Instituto Distrital de Cultura se convirtió en la ASAB, Escuela
de Artes de Bogotá, que cuenta con carreras de Teatro, Danza y Bellas Artes, avaladas profesionalmente
por la Universidad Distrital. A ellas se sumaron la Universidad del Valle y la Universidad de Antioquia, y
más tarde, la Pedagógica y la Universidad del Bosque de Bogotá, que cuentan con las carreras de teatro
en sus departamentos de estudios profesionales.

Festivales de Teatro Los festivales han contribuido a desarrollar la actividad escénica en Colombia,
pues han permitido confrontar los trabajos de los grupos en un ámbito nacional e internacional. Entre los
primeros cabe destacar el Festival Nacional de Teatro, realizado en el teatro Colón desde 1957, gracias
a la energía y constante actividad de figuras como el profesor húngaro Ferenc Vajta, el director teatral, de
radio y televisión Bernardo Romero Lozano, maestro notable de muchos actores colombianos, y el apoyo
de un comité directivo entre quienes se contaban figuras de la cultura, la política y la vida social como
Pedro Gómez Valderrama, Gloria Zea, Andrés Holguín y muchos otros. A partir de 1965 comenzaron a
celebrarse los Festivales Nacionales de Teatro Universitario, con un carácter competitivo en una primera
etapa, con el fin de seleccionar grupos para participar en el Festival Nacional. En 1968 se creó el Festival
Internacional de Manizales, primero, para grupos de teatro universitario de América Latina y más tarde
para grupos experimentales y de nuevas tendencias, en especial de teatro latinoamericano y con
presencia de algunos grupos españoles del teatro independiente. El último y el más ambicioso e
importante de los festivales vino a consolidarse a finales del Siglo, como el Festival Iberoamericano de
Teatro de Bogotá, bajo la dirección de Fanny Mikey y la codirección en las primeras ediciones de Ramiro
Osorio, quien más tarde fue el primer Ministro de Cultura del País. Este Festival, de una amplia
concurrencia de grupos de todos los continentes, ha logrado adquirir el prestigio de ser uno de los
festivales más importantes del mundo en los últimos tiempos. En él han participado los grupos, tendencias
y directores de mayor renombre en la escena internacional.

Enrique Buenaventura y el Teatro de Cali A mediados del Siglo XX Enrique Buenaventura regresa de
una gira por América del Sur y se integra a la Escuela Departamental de Teatro del Valle. De allí surgirá
el Teatro Experimental de Cali, que con los años se convertirá en un grupo independiente. Al Tec dedicará
Buenaventura su actividad escénica durante toda su vida, y tras su muerte, sus cenizas fueron físicamente
sembradas en la sede del teatro. La figura de Buenaventura se destaca como el artífice más completo del
teatro colombiano en el Siglo XX. Autor, director, ensayista, poeta, promotor teatral, pintor y teórico del
teatro, consiguió desarrollar una dramaturgia propia, logrando concentrar importantes influencias, como
la del esperpento de Valle Inclán, el teatro épico de Bertolt Brecht y una constante búsqueda de temas y
personajes colombianos, latinoamericanos y del Caribe. Su amplia obra comprende piezas como El
Monumento, A la diestra de Dios Padre, basada en un cuento de Tomás Carrasquilla, de la cual realizó
más de cinco versiones diferentes, Los papeles del infierno, un grupo de obras cortas sobre la violencia
en Colombia, La Orgía, El Menú, La Trampa, El Convertible rojo, Historia de una bala de Plata, La tragedia
del rey Christopher XX.

(Reyes, 2017)

EXPERIENCIA GRUPOS TEATRALES

Los grupos teatrales En 1966 Santiago García y otros directores, actores y artistas, fundaron la Casa
de la Cultura, cuya obra de estreno fue Soldados, basada en la novela La Casa Grande, de Álvaro Cepeda
Zamudio, en versión y dirección de Carlos José Reyes. Santiago García llevará a escena varias obras de
teatro contemporáneo, entre ellas el Marat Sade, de Peter Weiss. Esta institución escénica más tarde se
convertirá en el Teatro La Candelaria, al adquirir sede propia en el tradicional barrio bogotano.

La Candelaria inició sus actividades llevando a escena obras del repertorio universal, como Bertolt Brecht,
Esquilo, Ramón del Valle Inclán, Peter Weiss y muchos otros, para dedicarse más tarde a la investigación
de la dramaturgia nacional y la creación de sus propias obras, mediante el sistema de Creación Colectiva
usado con un peculiar estilo por García y sus compañeros de trabajo. Con este último método La
Candelaria ha llevado a escena algunas de las obras más destacadas del teatro colombiano de fines del
Siglo XX, como Guadalupe Años Sin Cuenta, La ciudad Dorada, Golpe de Suerte o El Paso. También el
grupo ha trabajado la dramaturgia de autor, con obras del propio Santiago García, como El Diálogo del
Rebusque, inspirada en Quevedo, Maravilla Estar y otras, o piezas de otros miembros del grupo, como La
Tras Escena, de Fernando Peñuela, o El viento y la ceniza, de Patricia Ariza.

Tras el surgimiento de este primer grupo con sede propia comenzaron a formarse otros, a fines de los
años 60 y comienzos de los 70, que continúan desarrollando sus actividades artísticas en la actualidad,
como el Teatro “La Mama, éste grupo inició una campaña a mediados de los años 70 para adquirir sede
propia, bajo la dirección de Eddy Armando, quien sigue al frente del grupo en el presente. Entre sus
montajes más destacados se encuentra su obra Los tiempos del ruido.

En 1970 inició sus actividades el Teatro “El Local”, del cual ha sido director a lo largo de su historia Miguel
Torres, actor, director, dramaturgo y escritor de notables calidades. Entre sus primeros montajes de un
estilo muy personal, puede mencionarse El deseo atrapado por la cola y en su sede propia, en el barrio
de La Candelaria, la obra La Siempreviva, inspirada en el tema de los desaparecidos en el Palacio de
Justicia, a finales de 1985.

En 1968 fue creado el Teatro Popular de Bogotá (TPB), por un grupo de directores formados en la escuela
de teatro de Praga, Checoslovaquia, Jaime Santos, Rosario Montaña y Jorge Alí Triana, quien dirigió el
grupo hasta su final liquidación, en la última década del Siglo. El TPB realizó una importante labor en giras
por todo el territorio nacional, hasta adquirir su propia sede, el antiguo Teatro Odeón, que antes estuvo a
cargo del Teatro “El Búho”, a comienzos de los años 60, la Corporación Festival de Teatro y la Universidad
de América.

El TPB trabajó durante un poco más de 25 años, con un variado repertorio de teatro mundial, con obras
de autores clásicos y modernos. Entre sus creaciones nacionales cabe destacar la pieza: I Took Panamá,
sobre la separación de Panamá de Colombia en 1903, una creación del grupo con dramaturgia de Luis
Alberto García y dirección de Jorge Alí Triana.

Otro grupo de amplia trayectoria y gran importancia ha sido el Teatro Libre de Bogotá, dirigido por Ricardo
Camacho. Este conjunto surgió del Teatro Experimental de la Universidad de los Andes, y más adelante
ha consolidado su trabajo, contando con dos sedes, la primera en la Candelaria y la segunda en
Chapinero, ubicada en el antiguo Teatro de la Comedia, construido por Luis Enrique Osorio a mediados
del Siglo XX. El Teatro Libre ha contado, además, con la cooperación de otros directores, como Jorge
plata y Germán Moure y de destacados dramaturgos, como Jairo Aníbal Niño, autor, entre otras obras,
de El Monte Calvo, El Sol Subterráneo o Los inquilinos de la ira, estas dos últimas llevadas a escena por
el Teatro Libre. También se destaca el montaje de la obra La agonía del difunto, original de Esteban
Navajas, concebida como una crítica social y una fuerte dosis de humor negro. El Teatro Libre cuenta,
además, con una Escuela de Teatro que ha logrado importantes resultados en la formación de actores y
directores a finales del Siglo XX.

En Bogotá se destaca la actividad del Teatro Nacional, fundado y dirigido con una eficaz gestión por Fanny
Mikey, quien ha logrado formar un público estable para sus temporadas permanentes en las tres sedes
con las que cuenta, en la Calle 71, en el Barrio La Castellana y la Casa del Teatro, ubicada en el Barrio
La Soledad.

En el año de 1969 fue creada la Corporación Colombiana de Teatro, que tuvo a su cargo la organización
de festivales y muestras de teatro nacional y aún desarrolla importantes actividades del sector, al contar
con su propia sede, ubicada al lado del Teatro La candelaria.

Otros muchos grupos han surgido en Bogotá, Medellín o Cali. En Medellín la tarea de Gilberto Martínez,
Mario Yepes y otros gestores y directores escénicos, logró impulsar tanto la creación de grupos como el
surgimiento de una nueva dramaturgia. Aparte de los nombrados, cabe mencionar la alta calidad estética
lograda por el grupo Matacandelas, dirigido por Cristóbal Peláez, o la nueva dramaturgia del grupo Ex
Fanfarria, con obras de José Manuel Freydel, asesinado en extrañas circunstancias en Medellín.

Con una trayectoria semejante se encuentran el Pequeño Teatro, dirigido por Rodrigo Saldarriaga y
el Taller de Artes de Medellín, dirigido por Samuel Vásquez. También ha sido importante la tarea
desarrollada por el grupo Águila descalza, cuya obra País paisa se convirtió en un gran éxito de taquilla.

En Bogotá han surgido grupos importantes, cuya sola lista no alcanza a caber en estas líneas, y por lo
tanto sólo nombramos a los más destacados, entre los que se cuentan Mapa Teatro, dirigido por los
hermanos Rolf y Heidi Abderhalden, el grupo Acto Latino, con una amplia trayectoria, bajo la dirección de
Sergio González, el Teatro Ensamblaje, dirigido por Misael Torres, quien ha logrado montajes de alta
calidad, tanto para obras de sala como para teatro callejero, en especial Las tres preguntas del Diablo, de
Misael Torres, o las piezas inspiradas en Cien Años de Soledad, de García Márquez, la primera de las
cuales fue Memoria y olvido de Úrsula Iguarán, realizada en colaboración con Juan Carlos Moyano.
También ha logrado continuidad y varias obras significativas para sala y para teatro de calle el grupo El
Tecal (Teatro Estudio Calarcá), dirigido por Críspulo Torres, así como el Teatro Taller de Colombia, el
decano de los grupos de teatro de calle, dirigido por Jorge Vargas y Mario Matallana, o el grupo La Casa
del Silencio, de teatro gestual y mimo, dirigido por Juan Carlos Agudelo.

Entre los dramaturgos más destacados de las últimas promociones cabe destacar los nombres de Fabio
Rubiano, Víctor Viviescas, Álvaro Campos, Carolina Vivas o Henry Díaz. También ha tenido un importante
desarrollo la danza teatro, con la obra de Álvaro Restrepo y su Colegio del Cuerpo o el grupo L´Explose,
dirigido por Tino Fernández con la participación dramatúrgica de Juliana Reyes.

Finalmente, a la par con la diversidad de propuestas del teatro han tenido un importante desarrollo, en
toda clase de técnicas y modalidades, las obras de Teatro de Títeres, con grupos consolidados de gran
calidad como La Libélula Dorada, grupo dirigido por los hermanos Iván Darío y César Álvarez, o Hilos
Mágicos, dirigido por Ciro Gómez, que cuentan con sede propia y desarrollan una permanente actividad.
Los titiriteros se han agrupado en una asociación llamada ATICO, con la cual han desarrollado importantes
muestras evaluativos y jornadas para amplios públicos populares, infantiles o juveniles, logrando
importantes resultados en la consolidación del sector. (Reyes, 2017)

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