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Por lo tanto cuando la ley 1952 en su artículo 263 indica que los procesos
que se encuentren en investigación continuarán su trámite con la ley 734
incluye los que se encuentran en pliego de cargos en atención a su
correspondencia con el procedimiento ordinario y además de estos los que
estén con citación a audiencia pero, como se indica en el inciso 2° del
artículo 265, eso deberá tenerse en cuenta hasta el 28 de julio de 2020 ya
que las normas de la indagación previa, investigación disciplinaria y
juzgamiento que trae el nuevo código general disciplinario entrarán en
vigencia hasta esa fecha pero únicamente para los que se encuentren en
estudio o indagación.
Tendremos entonces que a partir del 28 de mayo se deberá aplicar, en lo
sustancial las normas de la ley 1952 de 2019, esto es: principios,
competencias, sujetos disciplinables, derechos, deberes, prohibiciones,
inhabilidades e incompatibilidades, sanciones, faltas graves, leves y régimen
de particulares, gravísimas, competencias, régimen probatorio,
impedimentos, recusaciones, notificaciones, comunicaciones, recursos,
nulidades, ejecución y registro de sanciones.
Ahora bien, una dificultad aún más grande para los operadores
disciplinarios implica el tener que aplicar el principio de favorabilidad de la
nueva norma, ya que existen muchas situaciones más favorables que esta ley
nueva trae comprendiendo que dicho principio se aplica al nivel de dos leyes
que se encuentran en tránsito una reemplazando la otra y no propiamente
cuando existan beneficios dentro de la misma ley ya que para ello están los
principios de especialidad, subsidiariedad y proporcionalidad.
Pues bien, dicha norma quedó diferida al 28 de julio de 2020 por mandato
expreso del mismo artículo 265 y deberá aplicarse hasta tanto la Corte
Constitucional no manifieste posición contraria. Digo esto porque ya se
encuentra en trámite una demanda de constitucionalidad que considero
tiene asidero en la medida que el principio de favorabilidad, no solo de
rango constitucional sino también elevado a norma fundamental dentro del
marco del derecho internacional de los derechos humanos, debe ser de
aplicación inmediata y no diferido o condicionado a lo que los legisladores
planteén, aun así, la norma tiene vigencia hasta tanto no exista un
pronunciamiento contrario.