Professional Documents
Culture Documents
testigo hostil?
Durante un juicio, en un pequeño pueblo, el abogado acusador llamó al estrado a su
primer testigo, una mujer de avanzada edad. El abogado se acercó y le preguntó, Sra.
Sánchez, ¿sabe quién soy?
Ella respondió: – Si, lo conozco Sr. García, lo conozco desde que era un niño y
francamente le digo que usted resultó ser una gran decepción para sus padres.
Siempre miente, cree saber de todo, es muy prepotente, abusivo, engaña a su esposa y
lo peor de todo, manipula a las personas. Se cree el mejor de todos, cuando en realidad
no es usted nadie. Si, lo conozco.
El abogado estaba perplejo. Sin saber exactamente qué hacer. Apuntando hacia el
fondo de la sala le preguntó a la Sra. Sánchez: – ¿Conoce al abogado de la defensa?
Nuevamente ella respondió: – Claro que sí. Yo también conozco al Sr. Pérez desde que
era un niño. Él es flojo y medio marica, y tiene un problema con la bebida. No puede
tener una relación normal con nadie y es el peor abogado del estado. Sin mencionar
que engaño a su esposa con tres putas diferentes. Una de ellas era la esposa suya.
¿Recuerda? si, yo conozco al Sr. García. Su mamá tampoco está orgullosa de él.
Entonces el juez llama a los dos abogados para que se acerquen al estrado y les dice:
– Si alguno de ustedes, le pregunta a esta vieja si me conoce a mí, lo mando a la silla
eléctrica
Como podéis imaginaros hoy vamos a hablar de esos testigos a los que podemos
denominar “hostiles” y que podrían definirse como aquellos que al dar testimonio suelen
perjudicar con sus respuestas el caso de la parte cuyo letrado está interrogando.
Concretando aun más, y centrándonos en el orden judicial en el que declaran, el testigo
hostil civil sería aquel que se identifica materialmente con el interés de la parte contraria
a la que lo interroga; por el contrario, en el orden penal, no es necesaria dicha
identificación, sino que bastaría con la alta probabilidad de perjudicar el caso a la que
nos hemos referido anteriormente.
Hesbert Benavente (cuyos trabajos han sido considerados en este post) identifica al
testigo hostil con testigos menores de edad o adultos con nivel de inteligencia o grado
de instrucción bajo y cuyo perjuicio al caso suele venir porque sus condiciones
personales no son compatibles con la dinámica de un interrogatorio, costándoles
contestar los interrogantes con el nivel de respuesta que se espera. No obstante, y
dados los objetivos de este post, no vamos a referirnos a este testigo sino al
anteriormente referido al que igualmente podríamos haber denominado adverso,
contrario, etc.
En este contexto, vamos a dedicar el post a indicar someramente algunas ideas que
pueden ayudarnos a realizar un interrogatorio eficaz cuando nos enfrentemos a esta
clase de testigo.
1ª.- Tener clara nuestra finalidad: Cuando vamos a llevar a cabo el interrogatorio de
un testigo hostil hemos de tener claro nuestro doble objetivo: poner en duda la
credibilidad del mismo y tratar de que reconozca aspectos positivos de nuestro caso y
negativos del contrario.
4º.- Anarquía controlada: En estos supuestos, y dado que el testimonio del testigo
tiene zonas oscuras (especialmente si ya ha declarado anteriormente), en lugar de
realizar un interrogatorio cronológico de los hechos, es más conveniente centrarnos en
aquellos aspectos sobre los que hemos de incidir, existiendo plena libertad para pasar
de unos a otros, de forma que el testigo tenga que ocuparse de resolver aquellos
aspectos inconsistentes de su declaración sin darle opción de controlar el interrogatorio.
5º.- No enfrentarnos nunca con el testigo: Los testigos deben ser tratados con
respeto durante el interrogatorio, pues éste debe realizarse con fluidez y un
enfrentamiento u hostilidad innecesaria entre abogado y testigo no conduce
absolutamente a nada. La razón de ello reside en que el testigo debe estar tranquilo,
para que a través del interrogatorio podamos indagar más fácilmente hasta obtener
nuestro propósito. Por tanto, entrar en una discusión o enfrentamiento verbal con el
testigo solo consigue perjudicarnos, pues nos aleja de la atención y concentración que
nos exige esta prueba. Obviamente, ello no impide que en determinadas circunstancias
deban (y creo que es bueno), producirse situaciones de tensión entre el abogado y el
testigo que ayudarán a desenmascararlo. No obstante, nunca se debe perder el
respeto.
8º.- Empleo de las preguntas: Las denominadas preguntas abiertas son aquellas
orientadas a recibir respuestas amplias,destinadas a conocer circunstancias generales,
estados de ánimo, sensaciones y opiniones del testigo. Como su nombre indica, la
pregunta abierta recibirá una respuesta abierta del testigo, que dispondrá de plena
libertad y margen para generar la respuesta. Normalmente se inician a través de un
pronombre, adjetivo o adverbio (quien, que cual, cuanto, donde, etc.) Las preguntas
cerradas son aquellas que esperan una respuesta que confirme o niegue el contenido
ínsito en las mismas.Por lotanto, respuestas puntuales, concretas, y específicas. Estas
preguntas se caracterizan porque el interrogador suministra mucha información
relevante al testigo a través de la pregunta, requiriendo su admisión o rechazo.
En definitiva, la conclusión más importante que podemos extraer de este post es que en
materia de interrogatorio de los testigos, y muy especialmente cuando nos encontramos
ante testigos hostiles, hemos de emplear una estrategia bien definida para la mayor
eficacia de nuestra intervención.