INTRODUCCIÓN

Sin duda algo que tenemos en común los seres humanos es el lenguaje, ya que está ligado a

nosotros por ser seres pensantes. El hecho de que el lenguaje ha transformado nuestro nivel de

entendimiento, reflexión y juicio porque posibilita el aumento de las formas de pensamiento y la

adquisición de conocimientos, me inclina a disertar sobre la importancia del uso del lenguaje

dentro de mi perfil profesional, partiendo de la definición del lenguaje, haciendo inferencia que

el término que citaré se relaciona a un interés general del Derecho, cuyo desarrollo hablaré más

adelante.

“El lenguaje es un conjunto finito o infinito de oraciones, cada una de ellas de longitud finita

y construida a partir de un conjunto finito de elementos” (Chomsky, 1957). Coincido con él, ya

que el lenguaje está en constante desarrollo, puede adaptarse a cualquier circunstancia y

diversos grupos sociales comprenden e instauran un lenguaje afín. De este modo es como

intervenimos en él, tomando en cuenta también la manera en que lo expresamos, lo compartimos

y los demás lo aprenden.

Es bien sabido que el lenguaje es una forma fundamental para llevar a cabo la comunicación.

Por tal motivo es de vital importancia adquirir un lenguaje congruente al tipo de contexto social

que nos atañe en determinado momento. De otra manera podrían surgir inconvenientes que

impidan a la comunicación fluir adecuadamente. El manejo de términos o conceptos erróneos

priva de la interacción idónea entre individuos que incluso pretendan establecer algún vínculo

social en específico, debido a que pueden surgir problemas de comprensión.

 En resumidas cuentas, la comunicación desempeña un papel fundamental en la socialización.

Y debido a que forma parte de nuestra vida cotidiana, es necesario saber y comprender en qué

consisten los vicios del lenguaje que han surgido a lo largo del tiempo, para que seamos capaces

de dar solución y mejora a la manera en que llevamos a cabo la convivencia humana.

Ahora bien, dentro de la sociedad se realizan distintos tipos de actividades, desde las más

elementales y empíricas, hasta las más estructuradas y complejas, y por lógica, cada una de ellas

se desarrolla en diferentes áreas o campos. Por lo tanto, también es importante contemplar que

el lenguaje se debe utilizar específicamente a la ciencia de la que se esté refiriendo, para

entender, interpretar y explicar los distintos procesos sociales propios del contexto que le rodea.

En el área del Derecho, la importancia del lenguaje es evidente. Lo que me lleva a hacer

referencia del lenguaje jurídico, el cual se deriva de innumerables casos reales intervenidos por

individuos a cargo de funciones previamente determinadas y que se orientan hacia un mismo

propósito.

Aquel que ejerce el Derecho, en cualquier tipo de actividad, ya sea teórica o práctica, técnica

o científica, se desempeña con la palabra, y lo fundamental es que esté capacitado para manejarla

con ingenio, exactitud y pericia.

Ya que el licenciado en Derecho debe mantener una actualización integral, científica y

humanística en lo teórico y en lo práctico, su lenguaje se va moldeando ampliamente,

facultándolo con la capacidad de interpretar y aplicar adecuadamente la normatividad jurídica,

así como de relacionarse con estatus sociales diferentes, aun cuando las personas con las que se

involucre tengan un acervo cultural bajo, puesto a que tienden a bien generar un lenguaje

coloquial, es decir, que hacen uso de palabras familiares denotando aspectos concretos, y sin la

necesidad de acudir a tecnicismos o cientificismos. En el caso de los abogados, se crea un

ambiente cómodo y de empatía con su cliente, el cual les permite conocer sus percepciones,

experiencias y observaciones de uno o varios hechos en particular, y así estar totalmente aptos

para interceder efectivamente por el individuo.

Todo lo anterior contribuye al cumplimiento de un fin, el de contribuir al desarrollo y

búsqueda de ordenamientos jurídicos que posibiliten el desenvolvimiento pleno de las

capacidades y habilidades humanas.