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4 é z G p En 8 8 < z E FA gh g < sh 8 ail eq Caceiari Por Monica B. Cragnolini acié en Venecia en 1944, realizé sus estudios en la Universidad de Padua, sien- do sus maestros Carlo Diano Y Sergio Bettini . Se agradué en Estética, con una tesis sobre Kant (1966) Profesor de Estética del Instituto de Arquitectura de la Universidad de Venecia. Bx director y co-director de revistas como Angelus Novus, Con- ‘ropiano, Laboraiorio politico, ac tualmente co-dirige Paradasso. Estu- vo encargado de la edicién italiana de obras de Hartmann, Hofinannsthal, Simmel, Lukées, y Fink. Eseribié textos para la Opera “Prometeo”, de Luigi Noro. Ha tenido una activa participacién en 1a vida politica de su pais, siendo di- putado nacional por ef Partido Comu- nista durante dos periodos (1976- 1983) y desempefiindose desde fines de 1993 como alealde de su ciudad natal por el Partido Democrético de Jequierda (PDS), El tema que guia la labor de Caceiari en sus comienzos es la crisis del pen- samiento frente a las grandes sin de la dialéctca, junto a la conviccion de la no existencia de una “critica” en general. La idea de un discurso criti- co supone la posibilidad de un meta- lenguaje a partir del cual juzgar los otros lenguajes particulares, mostran- do los “errores” cometidos por los rmismos. Contrariamente, Cacciati se preocupa por “hacer visible mostran- do” las diversas lecturas y los diver- sos lenguajes que genera esta criss, Su “mostracién” obedece a una tesi, aquélla que considera que el ast Ila- mado “pensamiento negativo”, carac- terizado generalmente como “irracio- nalismo”, es en realidad un intento de respuesta ala crisis, intento que se es- pecifica en la creacion de “nuevos ér- denes”. El pensamiento negativo es quel que responde ala dialéctica he- geliana rechazando la posibitidad de las sintesis iltimas. Sin embargo, es- ta constatacion trégica de la inconei- liabilidad de las contradicciones. no genera tna respuesta puramente nlhi- lizante, sino que dar lugar a la posibi- lidad ce nuevos lenguajes, nuevos or- denamientos, una vez desaparecidas Jas “grandes totalidades”. Cacciari transita un camino interpretativo por el cual arriba a la Viena de fin de si slo en la que la crisis de los grandes Jenguajes totalizantes que intentaban representar lo Absoluto genera la aparicién de nuevos lenguajes parti- culares que ya no necesitan remitirse a un Logos exterior y legitimador, que les concederia “significado” Mientras que el lenguaje que queria decir lo Absoluto (Ia misica wagne- riana, por ejemplo) sufiia en esa ten- sién hacia un algo “Otro”, los lengua- jes que se mantienen dentro de sus Ii mites “muestrat” aquello que deben calla: el silencio mismo que se cier- ne sobre las palabras. Este viae inter- pretativo se desarrotla abarcando mu- cchos autores y_artisias: Nietzsche, Wittgenstein, Loos, George, Rilke, Kraus, Klee, Mare... De este modo, en Krisis tanto como en Dallo Stein- hhof- la Viena de fin de siglo es abor- dada fundamentalmente desde la te- rmética de la crisis del lenguaje y las posibilidades del decir, cuestin recu- rrente en la obra del pensador vene- ciano, Las aporias del signo son tema de Teone della Legge, donde, através del diaporem, se desarrolian las mismas desde la paradoja que significa el he- cho de que se den imagenes de la Ley mosaica, que es indecible. En un con- tinuo itinerario que atraviesa las me- morias de los signos, el recordar man- tiene la diferencia con respecto a un Inmemorial, aquello que jamas saldré del olvido. En. el pensamiento con- temporineo es posible encontrar la produccién rememorante de la ausen- te presencia de un improducible Otro: Rosenzweig, Kafka, Klee, Schin- berg, se transforman en transitos obli- ‘gados para arribar a aquello que sefia~ Taba Holderiin: “Un signo somos, sin sentido”. La dltima palabra que el pensamiento puede expresar se rela- ciona con el caricter trégico de la cexistencia, No s6lo es trégico el he- cho de que, a pesar dela distancia en- tre la verdad y las imagenes, las iti- ‘mas sean necesarias, sino también que la multiplicidad y Ja diferencia estén junto a la unidad y la identidad. Sigue en pe, 96 cultura 91 iosalig Viene de pig. 91 El carictertrigico de Ia existencia es Ieitmoriv en Cacciari, y se relaciona, entre otros temas, con el reconoci- riento de las escisiones y la imposi- bilidad de sintetizarias. En lugar de tender puentes, el hombre debe asu- mir su dimension tragico-infeliz, La tragedia expresa -por ejemplo, en Lukaes- el conflicto entre Ia imepre- sentabilidad de las formas por parte de la vida, y ta asuncién formal de este conflicto, No hay puentes entre forma y corriente de la vida: Ia trage- dia es Ia voz misma de esta ausencia de puentes. Como la referencia de Cacciati a la figura del Angel era constante en st trinsito por diversos autores, se tor- rnaba necesario aclarar su “obstinada hilia”, labor a ta que se aboca en L Angelo necesario. El pasaje por las diversas angeologias le permite esta- blecer ef nexo con la temitica del lenguaje y el problema de la repte- sentacién, La u-tépica dimensién del ‘Angel lo hace testimonio del miste- rio en tanto tal, de to invisible sin ‘raicionarlo, El Angel de las represen- taciones contemporineas (Rilke, Klee, Kafka) ya es un dngel mudo: no s6lo es impredicable el mensaje, sino que ademas el mensajero esti cansado, y olvida. En Rilke, el pais angélico del “ninguna parte” se halla ya en la “dimensién interior” del hombre, mientras que los angeles de Klee representan al angel criatura, pPéjaro atemorizado que terminaré di solviendo su sustancia en las meta rmorfosis de los signos (Kafka). El ‘Angelus Novus se presenta asi como fcono del instante ruptura del cont ‘mum, del discurtr (por eso, también Infante). Este tema del angel muestra la pecu- liar relaci6n con la tradicién que tie- ne Cacciari. Porque el autor que sabe combinar el viejo didlogo platénico con la mas rigurosa sistematicidad y con el microcosmos del aforismo, no ‘ransita por el pasado filoséfico -y ‘cultural con los pies cansados del erudito que desempolva, para vene- 96 cultura, rarlas, “momias conceptuales” ~co- ‘mo ditia Nietasche-, sino con el ca- rminar que vuelve una y otra vez so- bre si mismo, con ese eaminar que, cen lugar de “transgredir” o “superar” Jos limites y los términos, profundiza una y otfa vez en ellos con fruicién “amorosa”. En ese sentido, su pensa- riento lo retrotrae “mais acd” de las ‘superaciones” tan propias del fin de siglo y, en lugar de superacion de li- ‘mites, Cacciari propone una insisten- cia del pensamiento en el limite mis- ‘mo, De alli que “retome” un tema tan areaico como el del inicio. Dellizio reine las ideas de filoso- fia negativa yfilosoia postiva desde el mareo wiitgensteiniano. La filoso- fia curopea es fundamentalmente ei- tico-negativa: en su trea disolutiva de las formas, debe detenerse ante ese abismo de la rizén que Wittgens- tein sefalaba como “que ef mundo es", De aqui parte la filosofia positi- vvade Schelling de Ia rzén “estupe- facta” que reconoce el pre-supuesto que ningin intelecto crea o produce. este Inicio, no-ente, n-origen, im posible, se dedica est libro en el que Jas aguas de Ia filosofiay la teologia pareeen confundlise. Porque la teolo- gia es culminacion de la filosofia en Aristoteles y Platén, y se toma indis- cemible en muchos filbsofos (en este sentido, también Nietzsche es un 6 logo). En Dran, Merdianos de la decision en el pensamiento contemporéneo, plantea Ia necesidad de profundizar Jos limites de la época en que ningin “término” y ninguna “ley” son respe- tados. El pensamiento,segin Caceia- ri, debe comprender su propio limite, Un pensamiento que no comprende su propio limite desconoce su verda- dera potencia,asicomo una memoria que no comprende que es memoria del propio olvido carece de una com- prensién de su propio ser. Desde aqui, la filosofia de Caceiari podria ser caracterizada como un pense miento de la re-sistencia (en el con- cepto, no contra él, como parecieran sugetir algunas corrientes contempo- rineas) y de la in-sistencia en ciertos problemas filoséficos que actual- ‘mente se pretenden superados (como cl del inicio). ¥ ésta es una “filosofia priictica”, una filosofia del “dran” del hhacer que indica el instante, el mo- mento de la decisidn. El tema de la decisién nos lleva al de la politica carente de fundamentos: intentar buscarlos significa conside- rarla de manera teolégica. Partiendo de la infelicidad del hombre, de su

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