CONTRATACIONES PÚBLICAS TRANSPARENTES: UN DESAFÍO EN LA EMERGENCIA

I. El derecho administrativo y la emergencia

Es imprescindible que la administración se someta a las normas que ella misma ha dictado; y a la vez respetarlas, es
así que el Estado ha encontrado el fundamento para ejercitar facultades excepcionales por fuera del marco normativo
que se comprometió a acatar, facultando un estado de emergencia como invocación de nuestra legislación, la cual no
es ni una situación excepcional, ni transitoria.

II. La contratación administrativa en la emergencia

Esta faculta al Poder Ejecutivo para ejercer funciones que legalmente no le han sido conferidas a la administración, ni
resultantes dentro del ejercicio de potestades admisibles. Una de las principales cuestiones que están en juego en
tales circunstancias es la propia estabilidad constitucional, la división de las funciones del poder y la posibilidad cierta
e inminente de privar de legitimidad o incluso de razonabilidad a los actos públicos.

III. La transparencia de la contratación administrativa en períodos de emergencia

La eficacia es también una cuestión estrechamente vinculada a la transparencia lo cual alcanza a los procedimientos
para la selección del futuro contratista y al proceso mismo de ejecución contractual, la emergencia ofrece un campo
fértil para el desarrollo de prácticas corruptas. Contrataciones corruptas, reducen también la calidad de los servicios
prestados o bienes adquiridos, crean incentivos hacia el sector informal, generan evasión fiscal, reducen los ingresos
del gobierno, imponen pesadas cargas sobre un número permanentemente decreciente de contribuyentes y
distorsionan todo programa de combate a la pobreza.

IV. El régimen de contrataciones públicas y la transparencia

La norma reconoce el principio de eficiencia aplicable expresamente para las contrataciones públicas. Se hacen
expresas menciones a las políticas en materia de transparencia y lucha contra la corrupción y contempla, en relación
a aquel principio, diversas medidas para alcanzar tal meta; entendemos que mientras más exacta sea la medición o
detección del riesgo, esto permitirá definir acciones anticipadamente con lo cual los posibles daños podrán ocurrir con
menor frecuencia.

V. Algunas medidas preventivas posibles

Existen algunas medidas preventivas para enfrentar el problema a fin que las contrataciones públicas no se conviertan
en un área apta para generar mayor corrupción; entre ellas: V.1. Pactos de integridad; V.2. Participación social; V.3.
Fundamentación suficiente; V.4. Procesos consultivos; V.5. Conocimiento previo de los criterios objetivos que serán
considerados para evaluar las ofertas; V.6. Publicidad; V.7. Tutela judicial efectiva; V.8. Adecuadas bases de datos; V.9.
Mecanismos de control.

Por otra parte, la presencia de auditorías independientes, no sólo legales, sino también sobre la eficiencia de la
inversión resulta esencial para posibilitar contrataciones responsables. Paralelamente un programa de información al
público, y que abarque tanto a funcionarios como a proveedores y contratistas y a la ciudadanía en general, permitiría
contar con una mejor rendición de cuentas la que provocará, contextos donde sea posible suprimir la corrupción, por
lo menos limitar las posibilidades de incurrir en ella y reducir consiguientemente las dimensiones del problema

VI. Perspectivas

No basta con introducir cambios normativos que en muchas oportunidades hacen retroceder También habrá que
prever y aplicar sanciones concretas contra la corrupción. Y es que esta convención es el primer instrumento que de
modo global incluye un conjunto de medidas anti corruptivas para ser aplicadas por cada país, incrementando la
cooperación internacional en prevención y para la devolución de activos y en la fiscalización de la corrupción.