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2. ¿Cómo podrían todos tener agua suficiente sin conflicto?

Cerca de 700 millones de personas sufren hoy en día escasez de agua (definida como
menos de 1.000 metros cúbicos por persona por año), lo que podría crecer hasta 3 mil
millones en 2025 debido al cambio climático, el crecimiento demográfico y la creciente
demanda de agua per cápita. El estrés hídrico (1.000-1.700 metros cúbicos por persona por
año) podría afectar a la mitad de los países en el año 2025 y el 75% de la población
mundial en 2050. Las napas freáticas están descendiendo en todos los continentes, uno de
cada diez de los principales ríos del mundo parte del año no llegan al mar, la tierra agrícola
se está salinizando; los acuíferos de aguas subterráneas se están contaminando, y la
urbanización aumenta la demanda de agua sobre infraestructuras envejecidas. La FAO
estima que el agua para la agricultura necesita aumentar un 60% para alimentar a un
adicional de dos millones de personas en 2030. A menos que ocurran grandes cambios
políticos y tecnológicos, los conflictos por concesiones para los usos agrícolas, urbanos y
ecológicos de agua son inevitables, junto con las migraciones masivas y guerras. Sin
embargo, se han alcanzado algunos acuerdos sobre la distribución del agua, incluso entre
poblaciones en conflicto, que han dado lugar a la cooperación en otras áreas.

La agricultura ya representa el 70% del uso humano de agua dulce, pero se necesita aún
más para alimentar a la creciente población con ingresos en aumento. Alrededor de 30% de
la producción mundial de cereales podría perderse en las actuales regiones de producción
debido a la escasez de agua; sin embargo en Rusia y Canadá se podrían abrir nuevas áreas
debido al cambio climático. China y Arabia Saudita han comenzado a comprar tierras en
otros países para cultivar. Los sistemas de refrigeración para la producción de energía
requieren grandes cantidades de agua. La demanda de energía puede aumentar un 50% en
20 años, que, junto con el aumento de la demanda de alimentos, harán necesarios cambios
drásticos en la gestión del agua. La demanda mundial de carne podría aumentar un 50% en
2025, y duplicarse en 2050, acelerando aún más la demanda de agua per cápita. La
naturaleza también necesita agua suficiente para sostener la vida. El aumento del
abastecimiento reduce el conflicto sobre la distribución. Los avances en la desalinización,
como la presurización de agua de mar para producir chorros de vapor, la filtración a través
de los nanotubos de carbono y la ósmosis inversa, son necesarios junto con tratamientos
menos costosos para reducir la contaminación y mejorar la captación de agua. La demanda
futura de agua dulce podría reducirse por la utilización de agricultura de agua salada en las
costas, la producción de carne sin crianza de animales, aumentando el vegetarianismo, y la
reutilización de agua tratada.

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