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Política y Democracia.

Ensayo.

Por:

Xavier Ramón Góez Ramírez

Asignatura:

Humanidades II

Profesor

Héctor Mario Gutiérrez Flórez

Politécnico Jaime Isaza Cadavid

Rionegro – Antioquia

2018
POLITICA.

Como sabemos la política, es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la


acción del estado en beneficio de la sociedad, esta siempre tiende a dirigirse en dos
sentidos, en la derecha o en la izquierda, así como la gran importancia en lo
económico y lo social, por tal motivo tiene una autoridad legítima sobre el pueblo
por que los encargados de hacer política tienen en sus manos
ladirección de un pueblo aunque este no este de acuerdo con la toma de
decisiones que lo afectan tanto en lo económico y social. Porque el pueblo ni
delibera ni gobierna, el pueblo se gobierna por medio de representantes y
autoridades.

Aunque varios socialistas tienen varias definiciones sobre la política como Carlos
Marxs, Weber, Fourcoult, Giménez, es una mezcla de la ideología del individuo con
la posición del estado, que es en sí quién decide dependiendo de
losmediosa su alcance porque la la política del estado es la que ejercerá sobre elin
dividuo todo el poder a su merced, aunque este no esté de acuerdo con ello.

En partido político se sobreentiende y es reconocido como un ser moral quetiende


a reclutar diferentes personas con ideología de derecha o de izquierda para ocupar
los cargos gubernamentales del país y algunos curules dentro del congreso o algún
puesto clave para el partido que milita, aunque para esto existen diferentes posturas
en cuanto a esto y esto es el centro en si de la
política “la toma y maneje” del poder.

En los partidos políticos principalmente se funda lo que es conocido como


DEMOCRACIA que con fundamentos políticos y mediante mayoría hay una
transferencia de poder de unos a otros hacia el soberano pueblo, que algunas
veces se participa entre batallas por el poder de una forma amigable aunque la
verdad son batallas encarnizadas por llegar al control de un modo honesto
aparentemente, pero en realidad rudo y mezquino para poder hacer la avanzada y
llegar al propósito antes que su contrincante.

La política consiste algunas veces, en que la gente común recupere la gestión de


los asuntos comunes y se la quite al Estado y al sistema, mientras que otras veces
la política es conquistar el Estado o por lo menos, doblarle el brazo. Los partidos
políticos son en ocasiones considerados como la causa directa de la democracia
de baja intensidad que padecemos, pero en otras son el instrumento de la política
por excelencia y hoy por hoy, irreemplazables de la democracia. Porque a pesar
de que la democracia participativa son los cimientos de la ciudadanía, tampoco
debe abandonarse la democracia representativa.
Y si acudimos a las propuestas de actuación para los movimientos sociales
independientes, encontraremos una similar ambigüedad: el autor propone
simultáneamente las estrategias de la reforma del sistema, la revolución en busca
de otro y la desobediencia anarquizante.

DEMOCRACIA.

Desde sus orígenes, la idea de democracia ha sido considerada difusa e incluso


polémica. Esto se debe tanto a factores económicos como a la jerarquización social,
que provocan una serie de contradicciones entre la clase dominante y el pueblo. De
este modo, en la mayoría de países occidentales se trata de un sistema de gobierno
que se ubica entre la oligarquía y la tiranía, con funcionarios que priorizan la
acumulación de riquezas materiales por sobre todas las cosas.

Ante esta realidad, la confianza ciudadana se ha ido desvaneciendo. Asimismo,


problemas como el terrorismo, la disolución de la identidad nacional y el incremento
de controles fronterizos, han motivado la desaparición de ciertos fundamentos
básicos para un orden liberal, obstaculizando la búsqueda de alternativas políticas
para integrarse adecuadamente al mundo globalizado.
Esta falta de legitimidad en el sistema democrático se traduce en la necesidad de
que trascienda el ámbito jurídico y político. Debe enaltecer la pluralidad de intereses
y creencias, repensando su estructura en función de regular el conflicto mediante el
consenso. Si tomamos en cuenta los grandes índices de rechazo hacia el poder
encarnado en un solo individuo, nos encontramos que la gente está exigiendo una
nueva forma de democracia, donde se respeten sus principios esenciales y que no
se distorsione con el tiempo.

Particularmente se fija el autor en uno de los inventos políticos de la modernidad:


el modelo de representación política indirecta adoptado desde las revoluciones
burguesas, al que compara desfavorablemente con la representación propia de
las cortes medievales. Antes de la Revolución el político era el mandado y el
pueblo el mandatario. Ahora es al revés, y como es obvio, debido al mandato
innecesario y la irrevocabilidad de los representantes. Sería así la representación
política la que ha convertido la democracia en la política del embudo: en una
parte toda la sociedad, en la parte estrecha los elegidos, de forma que lo poquito
que les queda a los idiotas es votar cada cuatro años a los propuestos por la
elite.

El cambio de rumbo hacia el desastre lo provocó la nueva versión del capitalismo


inventada por el neoliberalismo, un sistema globalizado y muy competitivo que le
quitó al Estado todo poder de intervención social y convirtió a la sociedad en un
mercado, al dinero en mediador de todo y a las personas en mercancía.

La situación de las sociedades occidentales en la actualidad, convertidos en


mercados competitivos en los que las personas convertidas en mercancías y
donde el Estado es sólo un residuo al servicio del capitalismo, que presta una
apariencia de democracia para el camuflaje del sistema, es definida como
“fascismo social”. Sería un nuevo tipo de fascismo, caracterizado precisamente
por la expansión de la democracia y del pluralismo, pero fascismo también. Se
supone que el capitalismo creó un tipo de fascismo totalitario, monolítico y de
partido único porque le convenía en los años treinta. Ahora le conviene más uno
pluralista y democrático, y lo crea. Que este uso tan libre de los conceptos tenga
algún valor explicativo es cuestión bien distinta.

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