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1919
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MADRID
IMPRENTA Y ENCUADERNACIÓN DE JULIO COSANO
SUCESOR DE RICARDO F. DE ROJAS
Calle de Torija, número 5.—Teléfono M 316.
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FERNANDO SOLDEVILLA

EL ANO POLÍTICO

1919
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MADRID
IMPRENTA Y ENCUADERNACIÓN DE JULIO COSANO
SUCESOR DE RICARDO F. DE ROJAS

Calle de Torija, núm. 5.—Telefono 310.

1920
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ÜB LA

REJIL tCADEIIIII DE CIENCIAS MOlillLES Y POLlIlClS

Excmo. Sr.: La obra de ]). h'ernando Soldevilla titu-


lada EL AÑO POLÍTICO 1895, que la Dirección general
de Instrucción pública ha remitido a esta Academia
para que informe sobre ella a los efectos del Real de-
creto de 29 de Agosto último, es un tomo en 4,", pu-
blicado en 1896, que comprende 486 páginas du texto y
algunas más do prólogo, epílogo e índice, conteniendo
varios grabados, casi todos retratos de hombres polí-
ticos.
El objeto de este libro, según dice el autor, así como
de los que se propone publicar anualmente, es concre-
tar y perpetuar, en lo posible, los acontecimientos po-
líticos tratados por la Prensa durante todo el año, a fin
de que, en un momento determinado, puedan recor-
darse, conocer la fecha en que se verificaron, tener pre-
sentes los incidentes y detalles de mayor importancia
de cada uno de ellos, para poder después, en caso ne-
cesario, estudiarlos con más amplitud en las coleccio-
nes de los periódicos, en la Gaceta o en el Diario de 8e-
tiones.
Y en efecto, día por día consigna el autor los suce-
— VI-
SOS más importantes de la vida política de España du-
rante el pasado año de 1895, reseñando y extractando
los debates parlamentarios, los acuerdos de los Conse-
jos de Ministros, el origen y desarrollo de las crisis mi-
nisteriales, las declaraciones de los hombres públicos,
los proyectos de ley y las disi)Osiciones oficiales, los
princii)ales aci)ntecimientos de la jíucrra y el movi-
miento económico, bursátil y linanciero.
Todos estos sucesos, tratados y discutidos por la
Prensa periódica, preocupan y apasionan diariamente
a la opinión pública; j)ero después se olvidan, casi con
igual facilidad con que se pierde la hoja de ¡japel en que
fueron consignados. Recogerlos y ])erpetuarlos en un
libro, no sólo ufi'ece el interés de ir formando día por
día la historia política, sino que sirve [)ara que la opi-
nión pública elabore sus juicios sobre los problemas de
actualidad, y los hombres llamados a resolverlos, con
cabal conocimiento de los antecedentes respectivos y
del desenlace que tuvieron otros hechos análogos.
Por eso puede calificarse de verdaderamente útil la
obra que ha emprendido el Sr. tíoldevilla. El político en-
contrará en seguida en ella el dato que necesita de lo
sucedido en el año, sin tener (pie coleccionar recortes
de la Prensa. La opinión pública ])odrá fácilmente
orientarse en la marcha de la ])olítica, y sabrá a qué
atenerse sobre las promesas y los actos de los hombres
públicos, por lo que dijeron en la oposición, por lo que
hicieron en el Poder y j)or las soluciones que reali-
zaron.
Y aquí daría por terminado su dictamen la Acade-
mia, recomendando la adquisición de la obra por su
utilidad para las bibliotecas públicas, si no hubiese de
informar también acerca de las otras condiciones de
originalidad y relevante mérito ¡i (¡ue se reiiere el ar-
tículo 8." del Real decreto de 29 de Agosto de 1895.
— vu —
No ha pretendido, seguramente, el Sr. Soldevilla es-
cribir una obra científica, ni obtener patente de inven-
ción en este género de publicaciones, sino hacer en
España lo que se liace en el extranjero, como L'année
politique, de Mr. Andró Daniel (1874-95), e intentó en
nuestro país D. Nciuesio Fernández Cuesta con sus
«Anuarios histórico-críticos» (1891-92).
Con gran modestia declara el Sr. Soldevilla que
«debe esle libro a la Prensa», y que «para ser absolu-
tamente imparcial, ha omitido toda clase de comenta-
rios, limitándose a consignar los hechos tal como lle-
garon a su conocimiento».
No ha de decir la Academia si el autor se mantiene
siempre en este criterio de imparcialidad que tanto
anhela, pues no ha de penetrar en el examen de hechos
de actualidad, de los cuales son actores personas que
acaso estimasen la narración de modo diverso; pero sí
entiende que el Sr. Soldevilla ha podido hacer suya la
frase de Mr. Daniel, cuando comenzó la serie de sus
Anuarios políticos: «a pesar de todo el cuidado con que
he procurado ser imparcial, no me ha sido posible ha-
cer abstracción completa de mis ideas y de mis senti-
mientos».
De todas suertes, en aras de la imparcialidad ha
sacrificado, según dice, todo género de comentarios, y
claro es que, tanto por esta razón, cuanto por ser el
método de la obra meramente cronológico, no cabe
emitir juicio alguno sobre el pensamiento propio del
autor.
Cabe, sí, manifestar que dentro de las condiciones
del libro se revelan las cualidades del escritor, por la
claridad con que expone los sucesos, el acierto con que
sintetiza el estado de la opinión sobre cada asunto y la
discreción con que habla de cada hecho con amplitud
proporcionada a su relativa importancia.
— VIIT —

Por lo cual, y teniendo en cuenta la utilidad de esta


obra para las Bibliotecas, la Academia es de parecer
que conviene proteger su publicación en la forma que V. E.
estime más procedente, en vista de lo expuesto sobre
las condiciones de la misma.
Tal es la opinión que este Cuerpo somete al ilus-
trado criterio de V. E., devolviéndole adjunta la instan-
cia del interesado.
Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid, 17 de
Junio de 1896.— El Académico Secretario perpetuo,
José O. BarzanaUana. — Excmo. Sr. Ministro de Fo-
mento.

Nota. Pedido por el Excmo. Sr. Ministro de Fo-


mento a la Real Academia de Ciencias Morales y Polí-
ticas nuevo informe acerca de esta obra con motivo de
la publicación del volumen correspondiente al año 1898,
la docta Corporación, no solamente confirmó su favo-
rable juicio anterior, sino que manifestó, en reservado
informe que no reproducimos por su mucha extensión,
que la publicación había obtenido notables e interesan-
tes mejoras.
En el mismo sentido ha informado la Real Acade-
mia acerca del volumen correspondiente al año 1900,
al de 1901 y 1902, añadiendo que no era necesario re-
petir el infoi^me, puesto que no se trataba de una obra
nueva cada año, sino de sucesivos volúmenes de la
misma, por cuya causa, el Ministerio de Instrucción
pública dio el carácter de suscripción a la adquisición
de ejemplares que anualmente hace de la obra.
'íh'§?'^4"ie"^4f'^'íf"^'^'f'"íi^é"éh'é"é"§?'^'^'^

MES DE ENERO

D Í A 1."—El Ministerio.—Formaban el Gobierno, al


comenzar el año 1919, los señores siguientes:
Presidencia y Estado.—^r. Conde de Komanones.
Orada y Justicia.—D. Alejandro Roselló.
Gobernación.—1). Amallo Gimeno.
Hacienda.—D. Fermín Calbetón.
(Guerra.—General D. Dámaso Berenguer.
Marina.—Almirante Sr. Chacón.
Fomento.—Sr. Marqués de Cortina.
Instrucción pública.—D. Joaquín Salvatella.
Abastecimientos.—D. Baldomcro Argente.
El año no podía comenzar de manera más triste para
España. Los partidos, deshechos; los hombres públicos,
diseminados en grupos y facciones, formando Ministerios
a cada instante, que apenas duraban unas cuantas sema-
nas; el catalanismo, una vez alejados del Gobierno los
catalanistas, desbordado y atrevido, por la cobardía de
los partidos nacionales, amenazando claramente y traba-
jando para imponer su estatuto autonómico para Cata-
luña, que apenas encubría los propósitos separatistas.
Por último: en la cuestión exterior, la situación tam-
poco era halagüeña. Los colonistas franceses hacían ya
una viva y descarada campaña contra nuestros derechos
en Marruecos, sin que el Gobierno francés la hubiese
desautorizado en lo más mínimo.
Así comenzó para España el año 1919.

D Í A 2.—Constitución de la Comisión extraparla-


mentaria.—A las cinco y inedia de la tarde se reunió en
1
SOLDEVILLA.- EL AÑO POLÍTICO

la Presidencia la Comisión extrnparlainentaria nombrada


para estudiar el problema de la autonomía.
Tras un cambio de im])res¡onea, que emi)ezü por el
Sr. Sánchez de Toca, y tciniinó jtor el Sr. Maura, conví-
nose en empezar desdt; luego los ti'abajos.
Se acordó nombrar una, l'onencia, compuesta por los
Sres. Maura, Sánchez de Toen, Kodrijíáfiez, liuiz Jimé-
nez y Alcalá Zamora, para proponer el proyecto de ley
aludido en el decreto i)or el (|ue se creó la Comisión.
Rueño es hacer constnr que al mismo tiempo se reunía
en Barcelona el (Consejo de la Mancomunidad, para re-
dactar por sí el estatuto de la autonomía.
Altos cargos.—El Pey tirmó los nombramientos de
los Sres. Cobián (1). Kduardo) y Pérez Oliva para ocupar
las Subsecretarías de Hacienda y de Fomento, respecti-
vamente.
También fué nombrado magistrado del Tribunal Su-
premo D. .losé Ortega, Morejón, que era presidente de la
Audiencia territorial deMa,(lrid.
Para ocupar esta vaca,nte fué nombrado el que lo era
de la provincial de Madrid, D. Marcelino González Ruiz.

Santiago de Chile y España.—Entrega al Rey de


una carta del Alcalde de Santiago.—La restitución de
un escudo español.—La ilustre actriz María Guerrero
trajo a España ima, honrosísinuí misión, que le fué con-
fiada al abandonar la, ciudad de Santing'o de Chile, donde
tantos triunfos acababa de alcanzar.
Consistió ésta en lo siguiente: el alcalde de Santiago,
D. José Víctor Besa, publicó, en '25 de noviembre de 1916,
un decreto restituyendo el primitivo escudo de la ciudad,
que fué concedido i)or el emperador Carlos V, y que, du-
rante la guerra de la independencia chilena, había sido
sustituido por un escudo apócrifo.
Decía asi la disposición:

«Con las facultades que me concede el articulo 85 de


la ley de Municipalidades, decreto:
»Desde la fecha de la presente orden, sólo se conoce-
rá como escudo de la ciudad de Santiago el concedido a
ENERO DE 1919

la misma el 5 de abril de 1652 por el emperador Car-


los V, (}ue se señala por un león rampante (erguido sobre
sus p<atas traseras), con una espada desnuda en la mano
derecha, en campo de plata, y por una orla de ocho ve-
neras (conchas) de oro, en campo de gules, tal como está
esculpido en bronce en la sala del despacho del primer
Alcalde.»

El escudo fué, en efecto, restituido el día 1." de


diciembre.
El homenaje a líspaña fué muy satisfactorio para
nuestro país.
María Guerrero trajo para el Rey una copia del an-
terior decreto, y con ella una carta del Alcalde de San-
tiago para S. M., y una medalla de oro, representativa
del escudo primitivo, encerrada en un estuche color gris
perla, en forma de concha.
Lleva la moneda en el anverso el escudo, y en el re-
verso, una dedicatoria muy expresiva.
D Í A 5.—Cataluña.-Un documento de afirmación
monárquica.—Cuando tan profunda y extensa era en
Barcelona y en toda Cataluña la propaganda antiespa-
fiola y antimonárquica, se publicó en Barcelona un ma-
nifiesto, firmado por conocidas personalidades, entre
otras, el Conde de Figols, el Conde de Caralt, el Barón
do Purroy, el Conde de Santa María de Pomes y los Mar-
queses de Scntmenat, Olérdola, Ciutadilla, San Román y
Ayala, en el que se decía a la opinión pública que Catalu-
ña sólo puede ser próspera con la Monarquía.
Acudiendo a este llamamiento, se verificó el día G
(fiesta de los Reyes) una gran manifestación monárquica
en Barcelona, pues muchos miles de personas dejaron
tarjeta en la Capitanía general.

D Í A 7 —Ruiz Jiménez, presidente del Consejo de


Estado.—El Rey firmó un decreto nombrando Presidente
del Consejo de Estado al ilustre ex ministro liberal don
Joaquín Ruiz Jiménez.
El nombramiento mereció, al ser conocido, unánimes
elogios.
SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

D Í A 10.—La Sociedad de Naciones.—La Comisión


española.—En esta fecha se publicó el siguiente decreto:

«Con arreglo a lo dispuesto en el articulo 2." de mi


Real decreto de 9 de diciembre próximo pasado, a pro-
puesta del Ministro de Estado, y de acuerdo con mi Con-
sejo de Ministros,
> Vengo en nombrar Vocales de la Comisión encargada
de estudiar, desde el punto de vista de los intereses y
conveniencias nacionales, la eventual constitución de una
Sociedad de las Naciones y la participación de España en
la misma, en su pbnia soberanía, a 1). Manuel Garcia
Prieto, marqués de Alhucemas, diputado a Cortes y ex
presidente del Consejo de Ministros; D. Kafael Gasset y
Chinchilla, diputado a Cortes y ex ministro de la Corona;
D. Juan de la Cierva y Peñafiel, diputado a Cortes y ex
ministro de la Corona; D. Santiago Alba y Bonifaz, dipu-
tado a Cortes y ex ministro de la Corona; D. Francisco
de A. Cambó y Batlle, diputado a Cortes y ex ministro
de la Corona; ü . Mebiuiades Alvarez y González, ex di-
putado a Cortes; D. Manuel González Hontoria, diputado
a Cortes y ex subsecretario de Estado.»

D Í A 13.- El Gobierno y el proyecto de autono-


mía.—En la nota oñciosa del C^onsejo de Ministros cele-
brado en esta fecha se decia lo siguiente:

«Los Ministros recibieron anoche copia de la ponencia


aprobada por la Comisión extraparlamentaria sobre au-
tonomias regionales.
»A1 examinarla el Conscíjo, se hizo el debido elogio de
la competencia, patriotismo y elevación de miras con que
los autores de la ponencia han realizado la difícil labor
que les estaba encomendada.
»E1 Gobierno, fiel al propósito que le movió a crear la
Comisión extraparlamentaria, acordó llevar a las Cortes
la ponencia como proyecto de ley, sin introducir en ella
modificación alguna.
•Las sesiones de Cortes serán reanudadas el próximo
día 21.»
KNRRO DE 1919

Campaña contra una artista española.—Los porta-


estandartes del catalanismo—aunque no de la cortesía—
en Barcelona emprendieron una campaña de escándalo
contra una pobre cupletista llamada María Fócela, por
cantar un cuplé que terminaba con un viva España.

«En la función do esta tarde en el teatro Goya—tele-


grafiaron a un ])criód¡co—repitieron las manifestaciones
de protesta apenas salió la artista Mary Fócela.
•Varios espectadores corearon el cuplé «¡Viva Espa-
»fia!», y otros contestaron con vivas a Cataluña. Los
gritos dieron lugar a que se repartieran algunas bofe-
tadas.
»A1 salir a escena Mary P'ocíela, los espectadores, en
pie sobre las butacas, ])romovieron una grita espantosa.
Se oían vivas y gritos, y pronto llegaron a las manos ca-
talanistas y españolist.'is.
»A1 terminar la representación se reprodujo el tumul-
to, y al salir la artista a la calle, un numeroso grupo que
la esperaba prorrumpió en gritos contra ella. >

La cuestión de la autonomía.—Proyecto de bases


del estatuto regional.—El Consejo de Ministros acordó
aprobar sin modificaciones el proyecto de bases del es-
tatuto regional redactado por la Comisión extraparla-
mentaría.
La extensión de dicho documento nos impide repro-
ducirlo íntegro; pero van los párrafos siguientes:
«Artículo 1." Se refiere a la organización de la auto-
nomía municipal, ((ue está pendiente de examen por la
Comisión.
»Art. 2." Los Municipios cuyos términos formen te-
rritorio continuo y tengan actualmente tradiciones con-
servadas e intereses comunes que den a su agrupación
fundamento histórico o natural, podrán restaurar o cons-
tituir regiones en que cabrá reunir, pero no dividir, las
provincias existentes.
»Art. i3." El Gobierno, hallando cumplidos los ante-
dichos requisitos, y en vista de los términos de la instan-
cia, formulará el proyecto de ley para estatuir la región,
SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

designando en él claramente la materia de común inte-


rés para aquellos Municipios que haya de atribuirse al
Poder regional, y dejando siempre incólumes las autono-
mías municipales y la sobei'aiiía de la Nación.
»Las leyes de este estatuto regional no podrán ser al-
teradas sino expresamente por otras leyes del Reino, en
casos de ostensible necesidad.
»Ser;ín bases de tales estatutos regionales, a más de
las expresadas en el primer párrafo, las siguientes:
«Gobierno y administración, por las Autoridades re-
gionales, de los asuntos peculiares a la región.
•Elección popular predominante para constituir la
Diputación regional, integrándola con repi'csentación
corporativa de Ayuntamientos y Asociaciones.
»Existcncia de un organismo regional, ordenado por
la Diputación y ñscalizado por la misma, que rija y ad-
ministre los servicios.
>Delogación directa del Gobierno de S. M. en un Go-
bernador que, sin mezclarse con la administración de re-
giones y Municipios, dentro de sus legítimas autonomías,
las coordine y contenga en el límite de sus facultades y
respeto a las leyes.
•Intervención de los Tribunales de justicia o de las
Cortes para decidir en detínitiva sobre las referidas ex-
tralimitaciones.
>Mantenimicnto íntegro de la soberanía de las Cortes
con el Rey, para determinar y revisar los límites de las
autonomías y decidir las dificultades que su aplicación
plantee.
tLa región catalana.—Art. 4." Las cuatro provincias
de Barcelona, Gerona, Tarragona y Lérida formarán,
reunidas, la región de Cataluña. Para (íjercer en la capi-
tal de cada una de ollas las funciones administrativas
que, según esta ley, hayan de perdurar do las que a las
actuales Corporaciones y Autoridades provinciales atri-
buyen las disposiciones vigentes, la Diputación y la Ge-
neralidad regionales habrán de organizar y sostener en
las dichas capitales delegaciones adecuadas. En los asun-
tos que, como concernientes a la vida interior de la re-
gión, quedan asignados a ésta por el presente estatuto,
reservada siempre la autonomía de cada Municipio para
ENERO DE 1919

lo que le es peculiar, la tendr/m completa los orjíanismos


encargados de gobernar y admiuistr'ar a la región; de
modo que, mientras ellos obren dentro do tales límites,
responderán de su gestión tan sobimente: la Diputación,
ante los electores, y la (leneralidad regional, ante la Di-
putación, salvas las resi)()iisabili(l;ides civiles o penales
que sean exigibl(>s anttí los Tribunales de justicia. Con-
tra las decisiones (pie ema-nen de los organismos regiona-
les o de delegados suyos, no se concederá recurso alguno
que difiera al (lobierno o a sus representantes el conoci-
miento en el fondo de los asuntos (pie se atribuyen aho-
ra a la región.
»Art. B." Habrá en líarcelona una Diputación regio-
nal, elegida en sus dos tercios ¡tor sufragio universal, a
razón de un Diputado por cada 50.(XK) almas, con arre-
glo a la ley ordenadora d(í las elecciones para el Congre-
so de los Diputados, e iguales d(ímarcaciones electorales;
y en el tercio restante, una mitad de él por los Ayunta-
mientos, y la otra mitad por las denu'is Corporaciones y
Asociaciones existentes de la región a quien sea recono-
cido el voto.
>En nombre del K'ey, al Gobertiador corresponderá
convocar elecciones de representantx^s en la Diputación,
acordar las reuniones de ésta y suspender sus sesiones,
las cuales, sin embargo, no podrán estai- interrumpidas
durante más de seis meses consecutivos, ni durar menos
de un mes en cada afio natural, ni dejar de convocarse en
tiempo hábil para discutir y votar el presupuesto ordi-
nario. También podrá el (Gobernador, previo acuerdo ex-
preso del Consejo de J\linistros, disolver la Diputación,
convocando las consiguientes elecciones dentro del in-
mediato trimestre. De igual modo se reservará el Gober-
nador, en nombre d(íl Rey, sancionar y publicar las dis-
posiciones que hayan sido votadas definitivamente por la
Diputación, las cuales no serán cumplideras sin este re-
quisito.
•Queda a salvo la facultad del Estado para declarar
lesivas, y recurrir en vía, (iontenciosa, las resoluciones
que contraríen las reglas fundacionales.
»La enseñanza.—Art. 10. La Diputación y la Gene-
ralidad podrán instaurar, reformar, mantener, auxiliar
8 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

O promover, optando por las organizaciones, por las re-


muneraciones o por los métodos pedagógicos que prefie-
ran, cualquiera Instituto, Laboratorio, Biblioteca, Mu-
seos, Escuelas, cursos, obras y fundaciones de Índole
cultural o docente, sean para investigaciones científicas.
»Con respecto a la instrucción primaria, el Estado y
los Municipios seguirán en Cataluña el mismo régimen,
sistema y condiciones del resto de Es[)aria.
*El idioma.— Art. 16. Kn las deliberaciones orales de
la Diputación, de los Ayuntamientos o de otras cuales-
quiera Corporaciones oficiales, organizadas por la re-
gión, se podrá usar indistintamente la lengua catalana o
la castellana, y también al practicar actuaciones judi-
ciales o gubernativas, en las cuales intervengan litigan-
tes, procesados, peticionarios, peritos o testigos, más las
actas de las sesiones, las formalizacioncs escritas de dili-
gencias en los juicios o en los expedientes, y cualesquiera
otros documentos oficiales o públicos, sean cuales sean
su origen, su Índole y su destino, si se redactan en len-
gua catalana, deberán contener también su versión cas-
tellana; de modo que las firmas, signos, sellos y demás
requisitos de autenticidad, abonen y autoricen los dos
textos, para que juntamente éstos se archiven, comuni-
quen, notifiquen o publiquen.
•Ante los Tribunales de Cataluña se podrá informar
en catalán, previa conformidad de las partes y sus defen-
sores.»

D Í A 15.-- Bases relativas a la autonomía municipal.


A las cuatro y media de la tarde se reunió nuevamente
en la Presidencia la Comisión extraparlamentaria, y a
las doce y media de la noche quedaron aprobadas las si-
guientes bases de la autonomía municipal.
Elección corporafioa. Régimen de las Haciendas locales.—
Acerca del pj-imer punto, el Sr. Jlaura mantuvo tenaz-
mente la participación de las Asociaciones y Corporacio-
nes en la designación de Concejales, a pesar de la reserva
expresa que hicieron todos los liberales y de la resisten-
cia que en Cataluña y en otras regiones asoma ya ante
este intento.
Compatibilidades e incompatibilidades.—Una de las no-
ENERO DE 1919

vedados introducidas en la ponencia y en el régimen


hasta ahora practicado en las Corporaciones municipa-
les, es la de hacer compatible el cargo concejil con loa
de Diputado a Cortos y Sonador, para que puedan colo-
carse a la cabeza de los Ayuntamientos, como sucede en
el extranjero, personalidades salientes de la política, ele-
vando así el concepto y la autoridad de los Alcaldes, por
lo que ello pueda influir en el progreso y mejoramiento
de las poblaciones respectivas.
Quedó expresamente establecida la incapacidad de
los Sacerdotes, así seculares como regulares, para el
cargo de Concejal, rectificando con ello los rumores que
se habían esparcido y desvaneciendo toda duda en la
materia.
Se mantuvo el criterio de la Ponencia en el sentido
de que no existe límite alguno de tiempo para la reelec-
ción de los Concejales, si les acompaña el sufragio de
sus conciudadanos, así en las grandes como en las pe-
quefias poblaciones.
Se consignó expresamente la compatibilidad del cargo
de Catedrático, pai^a poner término a las dudas que la
redacción do l;i ponencia suscitaba.
El voto de la mujer.—Pretendieron algunos vocales
que el derecho electoral de las mujeres cabeza de fami-
lia, a quienes jjor primera vez iba a reconocerse en la
vida local, hubiera de ejercitarse en colegios especiales;
pero la inmensa mayoría do la Comisión se opuso a ello,
entendiendo que la cultura del pueblo español bastará a
impedir los peligros que algunos de aquéllos encontraban
en la concunencia de las mujeres a los colegios con los
electores del sexo masculino.
El re/tí?'értrfMm.—Establecióse el referéndum para que
antes de terminar el mandato legal de los Alcaldes pue-
dan, si así lo estiman conveniente, las localidades mis-
mas destituir a éstos de su cargo cuando su actuación no
merezca la confianza pública.
Enajenaciones y multas.—Fué objeto de especial exa-
men la adopción de garantías eficaces para evitar la
venta indebida de bienes comunales, así como la enaje-
nación de edificios y objetos que tengan carácter histó-
rico y artístico.
10 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Limitóse el arresto subsidiario a la imposición de


multas, atribuidas a las Autoridades municipales, así
como también la multiplicidad de aciuéllas por parte de
los Gobernadores.
Al terminar la reunión, el Presidente del Consejo mos-
tró calurosamente su gratitud y la del Gobierno a los co-
misionados todos, por la penosa labor que se habían ira-
puesto.

El estatuto vasco.—La Comisión extraparlamentaria


discutió el estatuto vasco, y no llegando a un acuerdo con
los representantes de dichas provincias y mucho menos
ellos, entonces fué acordada la siguiente fórmula:

cLos Ayuntamientos vascongados y navarros deben


preparar en cada provincia, con el asesoramieiito y estu-
dio que estimen oportunos, el proyecto de adaptación y
restauración de sus organismos ferales y autonomía regio-
nal, siguiendo las reglas de los artículos 2.° y 3.°, osean
las bases de procedimiento y principios autonómicos con-
tenidos en el estatuto regional.»

La protesta de Lérida.—El presidente de la Diputa-


ción de Lérida, Sr. Revira Agelet, dirigió a los individuos
de la Comisión extraparlamentaria una carta en que
decía:

cMuy respetable y distinguido señor mío: Si no me


considerara obligado a defender—por el cargo que ocu-
po -cuanto haya de ser benefícioso para la vida activa de
esta provincia, parte de cuyos intereses me están enco-
mendados por los pueblos que me concedieron su repre-
sentación, no me atrevería a molestarle en estos momen-
tos con el ruego encarecido de que, en el seno de la Co-
misión extraparlamentaria, defienda y logre el respeto
de existencia que corresponde a la Diputación de Lérida,
como a las demás Corporaciones provinciales.
»Estimo que dejar reducidas a simples y determinadas
delegaciones, con vida supeditada y miserable, los orga-
nismos provinciales, para crear la Diputación única en
Cataluña, lejos de signiflcar la consecución de nuestros
ENERO DE 1919 11

deseos doscentralizadoi'es, acaso equivaldría, en la prác-


tica, al nacimiento do una remora administrativa contra-
ria a la autonomía regional».
D Í A 16.—Suspensión de garantías en Barcelona.—
Sorprendió a todo el mundo (a los que no estaban entera-
dos) el hecho de que, habiendo Armado ya el Hoy el de-
creto de reunión de Cortes para el día '24, el Presidente
del Consejo, Sr. Conde de Komanones, fuese a Palacio a
poner a la firma del Monarca el decreto de suspensión do
garantías en Cataluña.
¿Qué había pasado? Era fácil do adivinar; pero, en fin,
el tír. Presidente, a la salida de un inesperado Consejo de
Ministros, lo dio a entender diciendo a los periodistas:
«Hemos resistido cuanto hemos podido, cuanto huma-
namente nos fué posible; pero yo no puedo olvidar que el
primer deber del Gobierno es gobernar, y no quiero que
los acontecimientos, si surgen, nos cojan desprevenidos.
»De un lado, la labor de los nacionalistas; de otro, la
actitud de determinados elementos, que quieren contra-
rrestar con energía las manifestaciones de aquéllos y,
finalmente, la agitación sindicalista, exacerbada estos
días, forman un ambiente bastante pesimista para que el
Gobierno se encuentre seriamente preocupado.»

El Consejo de Ministros acordó también aplazar la pu-


blicación en la Gaceta del decreto firmado por el Rey con-
vocando a las Cortes para el día 21 del actual. Decreto
que iba a ser publicado en la Gaceta del 18.
A la gravo situación creada por el sindicalismo había
que agregar, como dato gravísimo, el malestar que reina-
ba entre el elemento militar de la guarnición, por las ma-
nifestaciones que todas las noches se reproducían y en las
que se proferían gritos contra el Ejército, contra España
y contra la Patria.
Los informes de las Autoridades, singularmente los
del general Milans del Posch, eran muy pesimistas.
Según estos informes, se quería hacer en Barcelona
algo parecido a lo (juc aconteció hace años en aquella
población con motivo del asalto a la redacción del Cu-Cut.
12 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

No se trataba, pues, de sucesos que tuvieran relación


con los trabajos revolucionarios de los sindicalistas, sino
con el creciente estado de disgusto y de irritabilidad de
los elementos militares do la fíuarnición de líarcelona.
Parece que estos elementos estaban dispuestos a no
tolerar por más tiempo los escándalos tumultuosos que
todas las noches desarrollábanse en las ramblas, y otros
desahogos nacionalistas que como chispazos aislados,
pero sin duda respondiendo a un plan, se producían tam-
bién en los teatros y demás espectáculos públicos.

Mary-Focela.—La propaganda agresiva de los cata-


lanistas seguía con toda violencia, para dar importancia
a los preparativos de su Asamblea municipal. Ahora pre-
textaban para su ruido, el hecho de haberse formado una
liga espafiolista, que combatía los atrevimientos separa-
tistas. Y la infeliz cantante Mary-Focela era todas las no-
ches víctima de los más groseros insultos y de agresiones
peligrosas (hasta le arrojaron un ladrillo, según dijo el
escritor catalán Sr. Marsillach) y, sobre todo, motivo de
escándalo y ruido de los catalanistas.
Véase la semblanza que de ella hizo el distinguido
escritor, redactor de El Imparcial, Sr. López iiarbadillo:

«Mary-Focela es una señorita completamente digna de


ser empadronada en el amable gremio do la gente de paz.
Sale a las tablas vestida de maja, y en vez del casco de
Belona usa mantilla y peineta de teja. No esgrime más
que un ligero abanico. Sus grandes ojos, negros y espa-
ñoles, no saben más que reir. Su boca canta, graciosa y
alegre, unas coplejas baladíes y frivolas en que se habla
de cosas que no rozan ningún hondo problema nacional.
Amores, celos, la majeza, el novio, el buen señor que es
un conquistador. Mary-Focela no pretende transformar
el mundo; nunca ha pensado hacer una revolución. Me-
nuda, linda, leve como una ttor, es, más bien que una
Rosa Luxemburgo, una rosa de té.
»Y he aquí que sale en el teatro de Goya, da un
paseíllo taconeando airosa por la escena, y se pone a
cantar:
ENERO DE 1919 13

«Soy madrileña neta do Maravillas;


»soy de aquellas mujeres que el Dos de Mayo,
»con su ejemplo animaban a los chisperos
»a defender su patria contra el gabacho.
»Soy do aquellas mujeres que, enardecidas.
»llevaron loa cañones del Parque al Prado.
>Soy de aquellas mujeres que en plena lucha
«cargaban los fusiles a los soldados.
»TjUcho como una leona
>al grito de ¡viva España!,
»y es que por mis venas corre
íía sangre de Malasaña.
>Soy madrileña neta de Maravillas;
»ful novia del chispero más arrojado
»entre aquellos valientes que el año ocho
»la invasión contuvieron a trabucazos.
«Defendiendo su patria perdió la vida,
»y cuando vi quo, muerto, cayó a mi lado,
>agarrando el trabuco me ergui furiosa
»y quise por mi majo morir matando.
»Lucho como una leona
»al grito do ¡viva España!,
>y es que por mis venas corre
»la sangre de Malasafia.»

>Y nada más ha dicho la linda cupletista.


Y... ya está aquí el disturbio que se buscaba, ya está
el ruido, el escándalo, y una vez más se consiguió el efec-
to apetecido. Se comunica la bulla a la calle. Mary-Focela,
débil, temerosa, sin más rodela que un manguito de piel,
sale del teatro rodeada de guardias.»
DÍA 17.—La guarnición de Barcelona.—Comunica-
ción al Gobernador.- Con estos títulos publicó El Liberal
el siguiente artículo, que aquí reproducimos, por cons-
tarnos la verdad de cuanto en él se afirma, bien suave-
mente por cierto, para lo que en Barcelona ocurría:
«Se ha relacionado la suspensión de garantías en Bar-
celona con determinada rijosa actitud adoptada por loa
militares de aquella guarnición.
•Para aclarar este punto hemos conferenciado con
una personalidad militar recién llegada de la capital del
Principado, y esta personalidad nos ha hecho interesan-
tes manifestaciones, que en síntesis vamos a reproducir.
»Es cierta la actitud de protesta en que se han coló-
14 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

cado los militares de Barcelona contra la lenidad del Go-


bierno pfira castif,^ar actos en que salían heridos los sen-
timientos patrióticos de aquéllos y su propia diíi;nidad
personal como individuos militares.
>Los oliciales de Barcelona han creído (juc no podían
soportar más tiempo la depresiva situación en que como
españoles y particulares estaban colocados, y recurrieron
respetuosamente al Capitán general de la región, para
que éste comunicase al Ministro de la Guerra el trance
imperioso a que las circunstancias les obligaban.
»No ha sido una algarada militar—nos dice rmestro
comunicante—, ni una imposición de las antiguas .Tuntas.
Ha sido un movimiento unánime de dignidad profesional
y una representación de agravios que no podrían por más
tiempo consentirse.
>Las causas que lo han originado arrancan de bastan-
te tiempo ha. La guarnición de Barcelona ha venido dan-
do repetidas muestras de transigencia y ecuanimidad,
para no crear conflictos al Gobierno Ha habido tempora-
das en Barcelona en que oflcialniente se ha aconsejado a
los militares que no circulasen por las calles de uniforme
más que para los indispensables actos del servicio, yendo
al cuartel de paisano y sustituyendo allí el traje civil por
el militar, a fln de evitar rozamientos y disgustos con
determinados elementos de la ciudad condal. Los oflciales
han acatado la prevención y han ido de paisano a los
cuarteles.
»Todo ello, tan repetidamente sufrido, ha llegado a
colmar la medida de resignación y paciencia de los ofi-
ciales de aquella guarnición y han creído llegado el mo-
mento de no dejarse atrepellar ni zaherir más tiempo, ni
verse ofendidos en su pundonor de militares y de pa-
triotas.
»En una reunión, a la que concurrieron representan-
tes de todos los Cuerpos y dependencias de Barcelona, se
tomó el acuerdo de solicitar del Capitán general que ex-
pusiese al Ministro de la Guerra el estado de ánimo de la
guarnición y su propósito de no tolerar más ultrajes.
»E1 Capitán general, reconociendo la justicia de la pe-
tición, telegrafió en seguida al general Berenguer, quien
inmediatamente dio conocimiento al jefe del Gobierno.»
ENERO DE 1919 15

Confirmamos de nuevo la exactitud de estos informes,


que el Gobierno no se atrevió a rectificar.
No obstante, los escándalos en Barcelona continua-
ban. Hubo necesidad de enviar más fuerzas y algún bar-
co. Se hicieron más de cuarenta detenciones, y algunos
de los detenidos fueron llevados al Pelayo.

La suspensión de garantías.—En esta fecha se pu-


blicó el decreto, que decía así:

«A propuesta de mi Consejo de Ministros, y usando


de las facultades que me concede el articulo 17 de la
Constitución de la Monarquía,
»Vengo en decretar lo siguiente:
»Artículo 1." Se suspenden temporalmente en Barce-
lona y su provincia las garantías expresadas en los ar-
tículos 4.°, 5.", G." y '.».", y párrafos primero, segundo y
tercero del artículo 13 de la Constitución; y
>Art. '2." El Gobierno dará en su día cuenta a las
Cortes de este decreto.>
Como los lectores pueden comprender, es imposible,
dadas las condiciones de este libro, seguir en todos sus
detalles los escándalos y revueltas que a diario se susci-
taban en Barcelona.

Cómo se vivía en Barcelona.—El siguiente artículo


del ilustre escritor catalán Sr. Marsillach explica perfec-
tamente la situación creada en Barcelona por los catala-
nistas.

<La cosa más insignificante sirve de pretexto a los


catalanistas para armarla. El paso de un oficial del Ejér-
cito; el hablar en castellano unos transeúntes; una ban-
dera española izada en un balcón; un retén de policía o
de Guardia civil; el cuplé de una artista de varietés; la
carta espafiolísima que se lee en una comedia de Lerroux;
un «viva Espafia», en fin, todo se aprovecha y de todo se
saca partido para hacer manifestaciones de odio a la Na-
ción y a los castellanos y perturbar el orden público. Lo
que se ha hecho a Mary Fócela en el archivo de la corte-
16 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

sia nos ha avergonzado como catalanes que somos. No


es posible perseguir y acosar a una pobre mujer con más
saña, persistencia e injusticia. Incluso se atentó contra
su vida, arrojándole a la cabeza un formidable ladrillo.
>Los militares no pueden ir de uniforme por la calle
sin llevar para su defensa sable y revólver. Para dar un
viva a España o expresarse en voz alta favorablemente
a España, hay que empuñar la browning o hallarse dis-
puesto a ir a la Casa de socorro por árnica y vendajes.
Hace veinte años que, con más o menos largos intervalos
de paz, se vienen registrando estas violencias; pero nun-
ca hablan sido tan agresivas e intolerantes como ahora.
>Hemos llegado a un punto que hasta los más pacífi-
cos y timoratos desean la revolución sindicalista, por ver
si se acaba con tanta vergüenza y majadería.
•Cualquier mal es preferible, si ha de ser corto, a la
endemia subvenida catalanista.
»Entretanto, los sindicalistas están arma al brazo es-
perando la hora...
•Tal vez pronto toquemos los resultados de veinte
años de política anarquizante y de haber jugado la bur-
guesía con las palabras más explosivas del idioma. >

Y en efecto, el Sr. Marsillach fué profeta, pues el sin-


dicalismo, en explosión formidable, contuvo todas estas
intrigas e infamias antiespañolas.

La sindicación obligatoria.—El ministro de la Go-


bernación, Sr. Gimeno, dictó una Real orden que decía:

«Su Majestad el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer:


•Que por el Instituto de Reformas Sociales, con la
perentoriedad que reclaman las medidas que el Gobierno
se propone adoptar, se formule el dictamen o propuesta
a que se refiere la presente Real orden.»

D Í A 18.—La Conferencia de la Paz.—Las naciones


interaliadas.—Verificóse en Versalles en este día (ani-
versario de aquel en que en el mismo sitio se proclamó
la Constitución del Imperio alemán) la primera sesión de
ENERO DE 1919 17

las naciones aliadas, para establecer y acordar las con-


diciones de paz que habían de imponer a los vencidos.
La sesión inaugural dio principio a las tres de la
tarde.
Constituida la Asamblea, pronunció M. Poincaré el
discurso de apertura, que escucharon on pie todos los
asistentes.
El discurso trató de los puntos siguientes:
La elección de París como punto de reunión.—El sa-
crificio de Francia.—La responsabilidad y el pretexto de
la guerra.—La Liga general de las Naciones.—Los alia-
dos fijarán sus estatutos y las condiciones de adhesión a
ella.—Los fines del Derecho.—Garantías contra el impe-
rialismo.—La reforma del mapa.—Permanencia de la
Constitución de los nuevos Estados.—Las miras y maqui-
naciones de los Imperios centrales.—La sucesiva coope-
ración de las naciones al triunfo del derecho.—Los pue-
blos oprimidos. —Polonia, los checoeslovacos, los yugo-
eslavos, los armenios y los sirios.—Una cruzada de la
Humanidad.—Las consecuencias del triunfo.—La com-
posición de la Conferencia.—Fijación previa de las con-
diciones de paz.—Justicia en lo territorial y en lo eco-
nómico.
Y terminó diciendo:
«Estáis reunidos para reparar el dallo que hizo e im-
pedir que se reproduzca.
»Tenéis en vuestras manos el porvenir del mundo.
Os dejo, señores, entregados a vuestras hon^íis delibera-
ciones, y declaro abierta la Conferencia interaliada para
los preliminares de la paz.»

En el Ateneo. Discurso presidencial del Conde de


Romanones.—Ante un público numerosísimo, que lle-
naba de bote en bote el gran salón de la docta cosa, pro-
nunció el Sr. Conde de Romanones un discurso, que fué
objeto de vivisimos y apasionados comentarios, y nota
saliente de la política en estos días.
El tema del discurso presidencial fué «La inñuencia
de la guerra cji la transformación de los partidos políti-
cos y en la composición de los nuevos Gobiernos».
2
18 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

El orador, después de definir lo cpjc son los partidos


y de estudiar su actuación en las naciones, desde sus orí-
genes hasta antes de la j;'ucrra, hizo liistoria de los acon-
tecimientos políticos provocados por hi lucha- europea, y
de las innovaciones sociales impuestas por ella, hasta
llegar a la rápida transformación de los procedimientos
antiguos y que culmintiron en la, lorma de «unión sa-
grada».
A continuación, el Sr. Conde de Romanones fijó su
su criterio en los siguientes términos:

«El día último de la guerra ha sido también el día


primero de una etapa en que se decidirá la suerte de to-
dos los países. Y para ese momento, todos, incluso los
que no han sido beligerantes, tienen que estar prepara-
dos a salvar su presente y mejorar su porvenir. ¿Serán
instrumento adecuado para, ello los Gobiernos de partido?
»Necesariamente no, si los partidos han de moverse
en el marco estrecho en que hasta ahoia se produjeron.
•¿Significa esto la desaparición de los partidos políti-
cos? Lejos de mi pensamiento semejante absurdo. Al afir-
mar que los partidos en su estructura actual desaparece-
rán, no digo que no surjan nuevos partidos, todo lo con-
trario; precisamente, la necesidad de que estos nuevos
partidos surjan es uiui de las causas (pie impedirán la
subsistencia de los antiguos. Pero esos nuevos partidos
surgirán, no cu torno de personalidades, sino alzándose
de las entrañas de la conciencia pública sobre los pro-
blemas capitales de la era nueva, y tendrán por objeto,
además de fa ocupación del Poder, la propaganda de las
ideas y la organización de las fuerzas de opinión pú-
blica. >

D Í A 19.—Monumento a Galdós.—Acto inaugural.—


Ante escogida y muy numerosa concurrencia, en la que
figuraban representaciones de todos los Círculos, Centros
y Academias, se verificó, a las tres y media, el acto de
descubrir el monumento erigido en honor del glorioso
literato D. Benito Pérez Galdós frente a la Rosaleda del
Retiro. El Ayuntamiento, bajo nuizas, y la Banda muni-
cipal concurrieron también al homenaje.
ENERO DE 1919 19

Descubierto el monumento en medio de una gran ova-


ción, el Sr. D. Serafín Alvarez Quintero leyó unas cuar-
tillas bellamente escritas, ofreciendo el homenaje, ensal-
zando la obra literaria del Sr. Pérez Galdós, y haciendo
entrega del monumento al pueblo de Madrid.
El hermoso trabajo literario del Sr. Alvarcz Quintero
fué estruendosamente aplaudido. El alcalde, Sr. Garri-
do, pronunció acto seguido un sentido discurso, manifes-
tando que recibía el monumento en nombre del pueblo
de Madrid, y que éste lo conservaría con cariño y vene-
ración, para enseñanza de las futuras generaciones.
Terminado el acto, el Sr. Pérez Galdós subió a su ca-
rruaje, y en medio de una estruendosa ovación se retiró,
acompañado del teniente alcalde del distrito del Con-
greso, Sr. Serrán, y escoltado por la guardia municipal.
Durante el trayecto, una gran muchedumbre fué dan-
do vivas y aplaudiendo a Galdós.
D Í A 21.—Reapertura de las Cortes.—Declaracio-
nes de Romanones en el Congreso.—Reanudados los
trabajos parlamentarios, las sesiones de ambas Cámaras
comenzaron en esta fecha con bastante concurrencia.
En el Congreso, a poco de darse lectura a los proyec-
tos de autonomía y presupuestos, se produjo la primera
escaramuza de la temporada, que en algunos momentos
pareció que iba a tener consecuencias do orden político.
Tratábase de si la Comisión dictaminadora del proyecto
de autonomía había de ser una de las permanentes, o si,
habida cuenta de la importancia del asunto, debía nom-
brarse una especial.
Ya la interpretación reglamentaria se pronunció en
contra del deseo del Gobierno, por boca de diversos
representantes de las minorías; pero la intervención del
Sr. Dato acabó de dar relieve al debate. De tal modo
condicionó su apoyo a la obra minisierial, que más que
colaboración parecía una tutela lo que ofrecía. Así lo
entendió buena parte de la Cámara con un prolongado
rumor, y a ese sentido hubo de atemperarse el Presidente
del Consejo al contestarle. Sin embargo, ante la exhorta-
ción del Conde de Romanones a que opusieran sus votos
los correligionarios del Sr. Dato a aquellos proyectos que
20 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

presentase el Gobierno, por creer que serviría los anhe-


los del país, limitóse el Jefe del ])artido conservador a
replicar que la nornnv de conducta de éste ha sido siem-
pre la de prolongar cuanto ha podido la vida de las Cor-
tes, y (juc a ella, habrá de atenerse ahora, mientras no
se pongan a discusión ])royccto8 que re])ugnen a sus con-
vicciones. Anunció, aelcmás, que sus amigos no forma-
rían parte de esa (/omisión.
En medio de este ambiente de incertidumbre, en el
que unos y otros quedaron con las espadas levantadas,
despachó la Cámara la propuesta presidencial.

La política internacional. - Inmediatamente después


se entró en la interpelación anunciada por el Sr. Barcia
acerca de la política iTiternacional de España y el viaje
del jefe del Gobierno a París.
El orador señaló los actos y las omisiones censurables
que habia advertido a eatc^ res])ccto, y dirigió diferentes
requerimientos al Conde de rvomanoncs para precisar la
situación presente con relación a Gibraltar, Tánger y, en
general. Marruecos.
La contestación del Presidente del Consejo abarcó
todos los puntos y revistió innegable interés.
Los fueros vascos.— Declaración del Sr. Zabala.—
La alta Cámara acogió con visibles muestras de asenti-
miento las nobles palabras pronunciadas por el senador
vitalicio bilbaíno D. Martín Zal)ala, (^ue, no obstante de-
fender los fueros vascos, expuso que todas sus aspiracio-
nes y las de sus paisanos han de mantenerse dentro del
credo de la unidad de hi Patria, base substancial del en-
grandecimiento de todas las comarcas españolas.

El presupuesto para 1919-20.—El proyecto de ley


leído en esta tarde en el Congreso por el Sr. Ministro de
Hacienda fijaba para el presupuesto del Estado que ha-
bría de regir desde 1." de abril de 191 ü a 31 de marzo de
1920, las cifras siguientes:

Gastos, 2.066.065.(505 pesetas.


Ingresos, 1.648.800.0()8 pesetas.
ENERO DE 1919 21

El déficit inicial era, por tanto, de -±06.265.637 pese-


tas. Como no había de aprobarse, omitimos el detalle.
D Í A 22.—Sobre los Tribunales de honor.—Como
antecedente dijíno de teiierst; en cuenta, consignamos
aquí sucintamente la, discusión habida on el Congreso,
con motivo del fallo de un Tribunal de honor y la conce-
sión de un suplicatorio.
El Sr. García Morales, teniente coronel de Estado Ma-
yor, que fué objeto de un fallo condenatorio de un Tribu-
nal de honor, de su inisina clase, por hechos relacionados
con la administración de la Sociedad de seguros «Los
Previsores del Porvenir», en la que este señor ocupó un
alto cargo, añrmo que el Tribunal de honor que le expul-
só del Ejército siendo Coronel de Kstado Mayor no había
cumplido los preceptos legales y, jior lo tanto, su fallo
era nulo.
El Sr. Suárcz Inclán (1). Pío), general procedente del
referido Cuerpo, pidió la palabra.
Continuó el Sr. García Morales y preguntó si un ex-
pulsado del Ejército puede ser Diputado a Cortes.
El creía que no. Dijo (jue una (;osa es perder el honor
y otra cosa que se lo a,rrel)atcii; (jue tiene presentada una
instancia al Rey, y pidió (]uo ésta pasara a informe del
Consejo Supremo de Guerra y Marina.
El Sr. Ministro de hi Guerra: «Recuerde S. S. que los
fallos del Tribunal de honor son inapelables. Recuerde el
Señor García Morales que se i-eunieron doce Coroneles de
Estado mayor, los cuales acordaron su separación, por
entender que había realizado actos que manchaban el
uniforme militar.»
El Sr. García Morales: «¿Fui yo citado a dicho Tri-
bunal?»
El Sr. Ministro de la Guerra: «No era necesario.
(Rumores.) Así lo dispone la ley, y ruego a la Cámara
que me dispense por no ])rofundizar en ese asunto. >

El Sr. (íarcía Morales leyó algunos preceptos legales


y citó principios generales de Derecho, en virtud de los
cuales nadie puede ser juzgado sin ser oído, y una carta.
22 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

escrita a destiempo, en que se le citaba al Tribunal de


honor, y la recibía en Zamora a la misma hora en que se
reunía el referido Tribunal. Insistió en que se había in-
fringido la ley y los más elementales principios del Códi-
go de Justicia militar.

El Sr. Ministro de la Guerra: «Cuando el Ministro


aprueba el fallo de un Tribunal de honor, es inapelable.
Si S. S. creyó que había quebrantamiento de forma, de-
bió recurrir a lo contencioso.»
Rectificó el Sr. García Morales, diciendo: «Si se admi-
te que un Tribunal puede juzgar a un hombre sin admitir
la defensa del acusado, señores, habrá que pensar en el
puñal. El empleo es una propiedad, que sólo pueden qui-
tar los Tribunales.
»E1 Tribunal de honor que así actuó es una reunión
de cuadrilleros, que le hirió por la espalda.»

El Sr. Suárcz Inclán protestó.


El Sr. García Morales so expresaba en términos de
gran vehemencia y la Cámara ofrecía un aspecto de ani-
mación inusitada.
F]I Sr. Presidente, en vista del giro que tomaba el
debate, propuso que prosiguiera en sesión secreta.
El Sr. Castrovido dijo que la cuestión tenía dos aspee-
tos: la personal, que debía tratarse cu sesión secreta, y
otra, la referente a los Tribunales de honor, que debía
discutirse a plena luz.
Se expresó en términos muy enérgicos contra la
actuación de dichos Tribunales.
En la tribuna pública una voz dice: ¡Bravo! {liu-
nwres.)
El Sr. Min'stro de la Guerra: cNo es m.i misión defen-
der la conducta de los Tribimalcs ni la bondad de su ins-
titución. Yo me limito a cumplir la ley.»

Sesión secreta.—La sesión secreta duró tres cuartos


de hora, y tras la intervención de los Sres. Suarez Inclán,
presidente del Tribunal de honor, que explicó muy deta-
lladamente las razones por las cuales se adoptó tal fallo,
KNERO DE 1919 23

Ministro de la Guerra

, - - oportuno
suplicatorio para proceder contra dicho Diputado, fuese
concedido, a fin de darle medios paj-a justificarse.
D Í A 23—El estatuto de Cataluña, elaborado por la
Mancomunidad.—Kn esta feclia se publicó dicho docu-
mento, y como, por su mucha extensión, os imposible con-
signarlo integro, copiamoa las ]irincipalcs disposiciones.
Consta de ocho capítulos y 03 artículos.
En la cabeza dice: «Míeutras no se modifique este es-
tatuto, el régimen y gobierno de Cataluña se sujetará a
las siguientes disposiciones:
«El articulo 1." expresa que la región catalana se en-
tenderá constituida, como en la actualidad, por el terri-
torio de las provincias de Gerona, Barcelona, Lérida y
Tarragona.
El articulo 2.", que el Gobierno de Cataluña estará in-
tegrado por un Parlamento, un Poder ejecutivo y un Go-
bernador general, los cuales regirán con plena autoridad
en las cuestiones interiores de Cataluña. Nada podrá ha-
cer el Poder ejecutivo mientras no legisle el legislativo.
4." Contra las resoluciones del Gobierno de Cataluña,
en las materias de su potestad, no cabe recurso ante el
Poder central.
5." En el caso de que el Gobierno de Cataluña invada
las atribuciones del Poder central o de alguna otra
región, correspondo al Parlamento español declarar la
nulidad del acuerdo que constituya la extralimitación.
6." Los Poderes legislativo y ejecutivo organizarán
la vida interior de Cataluña, excepto en aquellas mate-
rias reservadas al Poder central.
Al efecto, abarcará su acción los siguientes extremos:
Enseñanza en todos sus grados; régimen municipal y
provincial, organización de la justicia; todas las obras
públicas, excepto los ferrocarriles de carácter general,
caminos, canales y puertos; la vigilancia, mientras no se
declare el estado de guerra.
24 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

7." La misión del Estado queda reducida a velar por


el cumplimiento de esas prescripciones.»

El Santo del Rey en Madrid y Barcelona. Se ve-


rificó en esta fecha, en Palacio, la celebración del Santo
de S. M. el Rey, leyendo los presidentes de las Cámaras,
Sres. Groizard y Villanueva, respectivamente del Senado
y del Congreso, sendos discursos reglamentarios, que
fueron muy elocuentemente contestados por D. AKonso.
La nota saliente de la recepción fué que estuvo mu-
cho más concurrida que otros aFios, especialmente por el
elemento militar, que se presentó en gran número y con
gran brillantez.
Pero aun tuvo más importancia lo acontecido en
Barcelona, donde otros años este acto pasaba casi inad-
vertido, y en el presente, inliuídos por el entusiasmo de
la unión monárquica, desñlaron por la Capitanía general
los elementos más valiosos de Barcelona y más de trein-
ta mil personas de las clases populares.
Terminada la recepción, el Capitán general se asomó
al balcón para saludar la bandera. El público le saludó
con aplausos, y se repitieron los vivas con gran entu-
siasmo.
El acto tuvo un epílogo no menos grandioso. En tres
mesas, colocadas en el patio de Capitanía, se deposita-
ron copias de un mensaje, cubriéndose de lirnias cente-
nares de pliegos, en el cual se decía:

€A las Cortes: Fué siempre norma de todo corazón


noble en España dar muestra de gratitud por los bene-
ficios recibidos, y entendemos que ha sido muy grande el
que ha reportado a nuestra Nación el alto, generoso y
magnánimo proceder de nuestro amado Monarca D. Al-
fonso XIII, derrochando tesoros de caridad con railes de
gentes desventuradas, de todos los países, durante los
terribles años de la guerra que ha desolado al mundo.
»Y ejercitando el derecho de petición que nos conce-
de el articulo 13 de la Constitución de la Monarquía, nos
dirigimos a las Cortes, que a toda la Nación representan,
en súplica de que se tribute un homenaje público y solem-
ne de admiración y cariño a Su Majestad el Rey D. Al-
ENERO DE 1919 25

fouso XTII, creándose por ley del Reino una Orden titu-
lada de la Caridad, con una única cruz o venera, otor-
gada a S. M., en recompensa de sus altos y extraordina-
rios merecimientos.
»Y se inicie por el Gobierno una suscripción pública,
para regalar al Rey la insignia, donde, sobre oro con
brillantes, escriba el pueblo español el testimonio de su
reconocimiento.
»Barcelona, 23 de enero de 1919.—Conde de GüelL —
Marqués de Castelldosrius. — Marqués de Al farras. — Manuel
Girona.—A. Ortiz de la Torre.—J. Vancells.—Marques de
San Román.—E. Vidal Ribas.—Carlos de Abert.» —{Si-
guen las firmas.)
Fué de notar la actitud del Sr. Cambó, que, a la vez
que se abstuvo de asistir al acto de afirmación monárqui-
ca celebrado en la ciudad condal, telegrafiaba por otro
lado a la Mayordomía de Palacio felicitando al Rey por
su fiesta onomástica.
«Esto es—dijo el Sr. Roig y Bergadá—consecuencia
de las dos políticas que sigue el regionalismo catalán;
agrada a los separatistas de la Liga y cumple con sus
deberes de ex Ministro con la Corona.
íPor eso hace falta saber quiénes viven al margen de
la Constitución y quiénes dentro de ella.»
D Í A 25.—Aprobación, por la Mancomunidad, del
estatuto de Cataluña.—En esta sesión quedó aprobado
por la citada Asamblea y los demás parlamentarios
republicanos y jaimistas el estatuto de autonomía.
En la de la tarde, el Sr. Moles expresó su temor de
que el Gobernador general pudiera, en un momento de-
terminado, por cuestiones políticas, disolver el Parla-
mento catalán, en virtud de las facultades que se le con-
cedían en el artículo 13. Pidió que se reformarse el esta-
tuto en el sentido de dificultar las atribuciones del
Gobernador general.
Le contestó el Sr. Cambó diciendo que si el Goberna-
dor catalán era contrario a Cataluña, por muchas
dificultades que se pusieran en sus atribuciones, Catalu-
ña resultaría perjudicada en la misma manera.
26 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

«Esto—añadió—ya se ha planteado en época del ab-


solutismo del padre Mariana. No encuentro más que una
solución, y es que cuando el Rey es contrario a un
pueblo, no queda más remedio que asesinar al Rey.»
(Rumores.)
Esta frase, que se refería, sin duda, a la del padre
Mariana en su libro Del Rey y de la Institución Real, don-
de dice que es licito matar ai tirano, causó, sin duda por
mal explicada y peor comprendida, muy mal efecto.
Discurso de Cambó.—Se levantó a hacer uso de la
palabra el Sr. Cambó, que habló con tono de imposición
y autoritario.

«Hemos de pensar-dijo—que la prudencia con que


está redactado ese estatuto impone a todos una decisión
máxima, por si no atienden nuestras peticiones.
»Este pleito representa por entero nuestra voluntad,
y me da pena ver cómo hay quien espera algo de Madrid.
»La solución ha de ser la que imponga nuestra vo-
luntad.
>Nos acusan de separatistas. Los que tal hacen no
piensan que los separatistas son ellos. Si nosotros tuvié-
ramos que separarnos de España, al día siguiente ten-
dríamos necesidad de volver a unirnos, porque hay inte-
reses conjuntos que nos ligan.
•Cuando un pueblo pide su libertad y no se le conce-
de, queda sometido a un régimen excepcional.
•Nosotros llevaremos el estatuto al Parlamento para
que lo reconozca, pero no para que lo regatee.
•Hay cuatro soluciones para el camino de nuestras rei-
vindicaciones: una, que reneguemos de nuestros ideales y
de nuestro amor a Cataluña; pero si hiciéramos esto, pro-
duciríamos un grave daño a nuestra región y a España.
•Otra es la separación; esto no hay catalán que pueda
quererlo, por infinidad de razones; entre ellas, por la
significación geográfica en que estamos colocados, y por-
que nos liga a España toda la política exterior.
•Suecia y Noruega se separaron, porque están dividi-
das por una cordillera, y la una mira a Inglaterra, y la
ENERO DE 1919 27

otra a Alemania. Como no tenemos nosotros esta situa-


ción geográfica, hemos de continuar siempre unidos a
España.
•También hay la solución de la hipocresía; pero de
ésta no quiero ni aun hablar. No queda más solución,
para alcanzar nuestras aspiraciones, que la escogida,
que es la cuarta.
«Cataluña, por medio de sus Municipios, ha expre-
sado dos veces su deseo de obtener la autonomía. Yo
aceptaría el plebiscito individual, si los hombres del
Parlamento español se comprometiesen a acatarlo.
»Si España satisface nuestras aspiraciones, demostra-
rá capacidad para resolver los problemas interiores.»
{Grandes aplausos.)
A propuesta del Sr. Puig y Cadafalch, se aprobaron
por aclamación los siguientes acuerdos:
«Primero. Declarar inadecuado, para dar satisfac-
ción a las reivindicaciones de Cataluña, el proyecto pre-
sentado por el Gobierno a las Cortes, de acuerdo con la
Ponencia extraparlamentaria.
•Segundo. Afirmar que el estatuto aprobado por la
Asamblea constituye la expresión de la voluntad unáni-
me do Cataluña, la fórmula jurídica de su autonomía, sin
cuya consagración no podrá existir en nuestra tierra un
régimen de normalidad y de justicia; y
«Tercero. í]ncomendar a los parlamentarios que pro-
curen, por todos los medios de que dispongan, la aproba-
ción del estatuto, y reclamar de todos los Senadores,
Diputados, Diputaciones, Ayuntamientos y ciudadanos
de Cataluña, que pongan su energía al servicio del esta-
tuto, para hacerlo prevalecer, contra todos los esfuerzos
ilegítimos que desconozcan la verdadera voluntad del pue-
blo catalán.»
Dijo La Época, y era verdad:
«La autonomía concebida por el Sr. Cambó será muy
buena, pero es lo cierto que nadie la quiere.
»Los médicos se reúnen, y manifiestan su voluntad
decidida de no depender de Poderes regionales.
28 aOLDEVILLA.—EL, AÑO POLÍTICO

»Lo8 funcionarios de Telégrafos amenazan con medi-


das extremas, antes de abandonar al Poder central.
»Los maestros recuerdan con horror los tiempos en
que no dependían del Estado.
»¿No significan nada esos votos?»
En efecto, unos y otros habían enviado al Gobierno
documentos de protesta contra la autonomía.
Liga de Naciones. - E n el Ministerio de Estado se
celebró la reunión de las personalidades designadas para
estudiar el proyecto de Liga de Naciones, formulado por
Mr. Wilson, en cuanto el citado proyecto pueda relacio-
narse con España.
A la reunión asistieron, además del jefe del Gobier-
no, los Sres. Maura, Marqués de Alhucemas, Sánchez de
Toca, González Besada, Alba, Vizconde de Eza, Weyler,
Miranda, Gasset, Alvarez (Ú. Melquíades), Fernández
Prida y González Hontoria.
Excusaron su asistencia los Sres. Cierva y Cambó.
La reunión duró escasamente medía hora, manifes-
tando al salir, los reunidos, que se habían limitado a dar
por constituida la Comisión, y a nombrar una Ponencia,
formada por los Sres. Sánchez de Toca, Fernández Prida
y González Hontoria, que se encargará de hacer un estu-
dio de todos aquellos problemas de la Liga de Naciones
que puedan interesar directamente a España.

D Í A 26.—La Asamblea de las Diputaciones caste-


llanas.—La Asamblea de las Diputaciones castellanas,
reunida en Segovia, acordó elevar al Gobierno las siguien-
tes conclusiones sobre régimen municipal, provincial y
regional:

«Las Municipalidades serán autónomas, entendién-


dose el concepto de autonomía como derecho a regirse
por sí mismas en lo que les sea propio e inherente, sin
extrañas ingerencias, lo mismo referente a iniciativas
que respecto a desarrollo de sus funciones, así como to-
cante a la ejecución de sus acuerdos.
»La provincia entera, representada por la Diputación
ENERO DE 1919 29

provincial de las provincias todas, tendrá igual catego-


ría legal.
»Las Diputaciones provinciales deben transformarse,
constituyéndolas de la manera más apropiada para el
desenvolvimiento de los intereses morales y materiales
de cada provincia, conservando siempre el Estado la
plena soberanía que le corresponde dentro de la unidad
nacional.
»La Comisión encargada de la ponencia sobre estudio
de la autonomía regional formuló ésta sobre bases inde-
pendientes, y basándola en la facultad de mancomunar-
se, concedida a las Diputaciones por Real decreto de 18
de diciembre de 1913. Reconócese a las provincias el de-
recho a organizarse en región.
»Las Diputaciones, de acuerdo con los Ayuntamien-
tos de las respectivas provincias, estudiarán la forma de
constituirse en organismo regional.
»Las Diputaciones castellanas se opondrán a toda
excepción, en cuanto al régimen regional, por estimar
como privilegio cualquier desigualdad de trato.
»Las Diputaciones castellanas ven con profunda in-
dignación que en la propuesta de la Comisión extrapar-
lamentaria se autorice, en los artículos 10 y 16 del dic-
tamen, la coexistencia del idioma catalán y español en
las materias a que respectivamente se refieren, por en-
tender que ello implica, a más de un perjuicio presente
para las relaciones con el resto de la Nación, un peligro
próximo para la integridad de la Patria; sin significar
esto protesta contra el uso de dialectos regionales en
relaciones no oficiales.»

Como se ve, estas conclusiones de las Diputaciones


castellanas están llenas de españolismo y de amor a la
Patria común; pero así y todo, lo mismo esta provincia
que las demás que seguían igual conducta, favorecían
inconscientemente el movimiento de disgregación patro-
cinado por los catalanistas, pues en dicha actitud encon-
traban éstos argumentos para apoyar su demanda y sus
ocultas intenciones, diciendo que todas las regiones espa-
ñolas pedían la autonomía, pero silenciando el distinto
fin que cada una de ellas perseguía.
30 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

La Asamblea municipal catalana. —En el Palacio


de la Música Catalana, de Barcelona, se celebró la
Asamblea de los Municipios, sin que en ella ocurrieran
incidentes.
Conóurrieron representantes de 978 Municipios. Se
adhirieron otros 72, y dejaron de enviar representa-
ción 30.
Presidió el Sr. Puig y Cadafaich, acompañándole en
el estrado los Consejeros de la Mancomunidad, los Alcal-
des de las cuatro capitales catalanas y los parlamen-
tarios.
La procacidad separatista. ^ L a actitud de los ene-
migos de España llegaba al colmo.
En una tintorería de la calle del Conde del Asalto, la
Policía descubrió una fábrica de insignias separatistas.
La Policía se incautó de material para la fabricación de
insignias.
Se practicó un registro en el Centro autonomista de
dependientes de comercio y de la industria, que dio el re-
sultado apetecido por la Policía.
De mano en mano corrían hojas de incitación al odio
y la violencia contra cuanto sea españa y suene a españa,
escrito con minúscula, para más soez baldón. A nosotros
llegó una que decía así:
«¡¡Catalanes!!
»Estamos cansados de sufrir atropellos y de ser asesi-
nados por los sayones que españa nos envía. Tomemos
los domicilios a todos esos criminales, porque la hora de
la justicia catalana está próxima. Por más que se escon-
dan, los encontraremos.»
La tolerancia, por no decir otra cosa, rayaba en co-
bardía.
¡Y pensar que veinte años antes (cuando lo aconse-
jaba al autor de este libro) (1), hubiera podido evitarse
todo esto con un poco de energía!
La misma Upoca dijo lo siguiente:

(1) La opinión en Cataluña. Estudio sobre el catalán ismo.


ENEEO DE 1919 31

«No puede desconocerse la gravedad de la situación


de Barcelona, y no hablamos de gravedad atendiendo a
las colisiones de las ramblas, incidente menudo para una
ciudad de vida intensa. La gravedad estriba en la exal-
tación de pasiones y en el divorcio de criterios, en el am-
biente de rebeldía, y en los elementos que concurren al
mismo, con móviles distintos, pero con el denominador
común de la perturbación.
»E1 Gobierno no cumplirá con su deber si se limita a
ser mero espectador de esos criterios.»

Conferencia anticatalanista.—En el teatro del Cen-


tro dio una conferencia el presidente de la Liga Patriótica
Española de Barcelona, Sr. Bordas.
Todas las localidades del teatro estaban llenas. El
Sr. Dorado hizo la presentación del orador, diciendo de
él que era un patriota, y ponderando la fuerza que había
alcanzado la Liga Patriótica Española.
Al levantarse a hablar el Sr. Bordas, fué saludado con
aplausos.
Dirigió un saludo al pueblo de Madrid, y comenzó su
disertación protestando de los desafueros de esos merca-
deres de la política, que, después de haber formado parte
del Gobierno, procuran la desmembración de la Patria.
En párrafos elocuentes recordó las glorias de la unidad
española.
Añadió que no hay ambiente, ni el pueblo catalán co-
noce el alcance de la petición, y que la Mancomunidad
vive de los Erarios exhaustos de las cuatro provincias
catalanas, sobre las que ejerce coacción y predominio.
«Para justificar los gastos, ha creado varios servicios
públicos, que no responden del todo a sus fines, así como
varios arbitrios y gravámenes, con protesta de muchos
organismos.»
Hablando de los empréstitos emitidos por la Manco-
munidad, dijo que no se cubrieron nunca, porque el ca-
pital no siente el catalanismo.
Se quejó de que los demás políticos hubieran encu-
bierto las audacias y peticiones de los catalanes con el
82 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

silencio y la cobardía—pues no se atrevió nadie a des-


enmascararlos—y censuró la ceguera de los Poderes pú-
blicos, permitiendo que la Mancomunidad redacte todos
sus documentos en catalán.
Aseguró que toda la trama de la Mancomunidad está
sostenida por la Asociación de Viajantes de Comercio e
Industria, de Barcelona.
«El 98 por 100 de los Ayuntamientos de Cataluña
— dijo—ni tienen idea, ni noción de lo que es la autono-
mía integral.»

No creía en la proclamación de un Gobierno provisio-


nal en Barcelona, porque no tendrían valor para hacerlo,
y prueba de esto es la vuelta a las Cortes de los parla-
mentarios catalanes, los que traicionaron a la Patria es-
pañola, para someter a ellas el estatuto que han confec-
cionado.
Terminó diciendo que la Liga Patriótica Española
había venido al mundo para conseguir y para medrar.
El orador fué aplaudidísimo.

D Í A 27.—Pesimismo e intranquilidad.—El día de la


fecha fué de gran desaliento en la vida pública.
En los centros políticos, singularmente en el Congreso,
hubo animación inusitada.
Todas las conversaciones versaban acerca de la situa-
ción difícil por que atravesaba la política, a consecuen-
cia de los diversos y gravísimos problemas que habían
ido acumulándose.
Tan arraigada estaba la idea de una próxima crisis,
que a última hora se anunció que se declararía en el Con-
sejo que estaba celebrándose en la Presidencia, y fueran
pocos, muy pocos, los que pusieron en duda la certeza del
rumor.
—Eso sería una cobardía—dijo el Conde de Romano-
nes.—El Gobierno no puede desertar. Mañana nos pre-
sentaremos a las Cortes, y allí pasará lo que pase.
Los Diputados aragoneses.—Oposición al estatuto
catalán.—De diez a doce de la noche, se reunieron en
ENERO DE 1919 83

una sección del Congreso las Diputados por Aragón con


la Comisión permanente que se encontraba en Madrid
representando a los Municipios aragoneses.
Los reunidos acordaron que los Diputados por Aragón
se opusieran, por todos los medios reglamentarios, a la
aprobación del estatuto de Cataluña, mientras el Parla-
mento no aprobara antes la autonomía municipal, recla-
mada por la Mancomunidad de Ayuntamientos arago-
neses.
El Sr. Alvarado fué designado para exponer esta ac-
titud de los representantes de Aragón en el debate que
se suscitaría sobre el problema autonómico.

Conferencia del Sr. Llanos y Torriglia.—«Cataluña


e Irlanda>.—El ex subsecretario de la Presidencia del
Consejo de Ministros, D. Félix Llanos y Torriglia, ocupó
la tribuna de la Real Academia de Jurisprudencia y Le-
gislación, dando una interesantísima conferencia sobre
«Cataluña e Irlanda».

«Sólo un espíritu de odio—dijo—puede escribir para-


lelos los casos de Cataluña e Irlanda. Esta, sojuzgada al
poder británico; Cataluña, la región amada, la región
favorecida de España.
• Comunes son los orígenes de Cataluña y Castilla.
Celtas e iberos fueron los primeros pobladores de ambos
pueblos y juntos sufrimos y derrocamos las dominaciones
fenicia, romana, cartaginesa y musulmana, y unidos re-
chazamos la invasión napoleónica; y si aciertos y erro-
res registra la historia de los Monarcas castellanos, igua-
les y simultáneos fueron los de los Condes catalanes y
Reyes de Aragón, y no nos avenimos a que las glorias
catalanas sean privativas de aquella región: son, mal
que les pese a los catalanistas, glorias españolas.
>No fué nunca Cataluña la que se levantó frente al
absolutismo: que en los campos de Toledo surgió un Pa-
dilla y en los campos de Villalar se levantó el cadalso, e
igual que Cataluña, España entera protestó indignada
contra los Felipes y contra los Olivares.»

El Sr. Llanos fué aplaudidísimo.


34 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

La situación en Barcelona.—En esta ciudad seguía


creciente, la efervescencia antiespaíiola. Las colisiones y
pendencias se repetían. La salida de los Diputados cata-
lanistas para Madrid aumentó esta excitación.
El Sr. Cambó, dando a entender que, o conseguían lo
que deseaban en seguida, o volverían inmediatamente,
antes de partir el tren, hablando con sus amigos, les dijo
que tenía el conveuciniiento de que los parlamentarios,
y él entre ellos, no tardarían más de dos días en regresar
a Barcelona.

El catalán en la Universidad.—En varias cátedras,


un alumno, cumpliendo los acuerdos de la Asociación ca-
talana de estudiantes, pidió a los profesores que se per-
mitiese contestar en catalán a los discípulos que fuesen
preguntados, respetando siempre el derecho de hacerlo
en castellano a los que no estuviesen conformes con el
empleo de la lengua regional.
Los catedráticos, que sin duda no tenían instruccio-
nes concretas de la autoridad académica sobre el asunto,
ofrecieron consultar el caso, y que dentro de tres o cua-
tro días contestarían a la demanda.
Por su parte, el Rector de la Universidad dijo que
consultaría con el Ministro de Instrucción pública antes
de adoptar una resolución.
Los estudiantes de Medicina izaron en el hospital Clí-
nico una bandera catalana, haciendo guardia ante la en-
seña de la región. La Policía intimó a los escolares a que
retiraran la bandera, cerrando éstos las puertas de la
verja que cierra el edificio, para evitar que la fuerza pú-
blica entrara en el recinto.
Avisado el Gobernador de lo que ocurría, telefoneó al
Rector de la Universidad, y éste la hizo quitar.

Importante articulo de «La Correspondencia Mili-


tar».—Un artículo publicado por La Correspondencia Mili-
tar fué objeto de muchos y vivos comentarios.
El artículo, redactado todo él en tonos enérgicos, ter-
minaba con el siguiente párrafo:

«Si la inmensa míiyoría de Cataluña quiere ser libre,


ENERO DE 1919 36

quiere separarse de España, que lo diga claramente; pero


para pedir la libertad, la más amplia autonomía, no hay
derecho a insultar a España, a escarnecer su bandera y
a ofender a su Ejército, y quienes tal hagan, son los
que, no por sus ideas catalanistas, sino por sus misera-
bles y canallescos actos con España, pagarán tan insen-
sato e indigno propósito con sangre de sus venas y con
riesgo indudable de su vida.»
También se habló, con fundamento, de determinadas
reuniones en el Centro del Ejército y la Armada.
El Comisario de España en Marruecos.—En la Ga-
ceta se publicó un Real decreto del Ministerio de Estado
nombrando alto comisario de España en Marruecos al
general de división D. Dámaso Berenguer.
Nuevo Ministro de la Guerra.—Con motivo del an-
terior nombramiento, sustituyó al general Berenguer en
el Ministerio de la Guerra el general Muñoz Cobos, que
en este mismo día juró el cargo y tomó posesión.
El teniente general D. Diego Muñoz Cobos y Serrano
nació el 19 de enero de 1864, ingresando en 1868 en el
arma de Caballería, como Alférez de menor edad, y
prestando sus servicios como oficial de Húsares de la
Princesa en los Ejércitos del Norte y de Cataluña, a las ór-
denes de los respectivos Generales en jefe de los mismos.
Por los méritos contraídos en dichas operaciones ob-
tuvo el empleo de Teniente, y siguiendo en operaciones,
en 1873 fué ascendido a Capitán.
Por antigüedad o méritos de guerra llegó a la catego-
ría de Teniente general.
En este empleo ha sido Consejero del Supremo de
Guerra y Marina, y en la actualidad mandaba la tercera
región (Valencia).
D Í A 28.—El estatuto autonómico de los catalanis-
t a s . - Su discusión.—Día fué este de expectación gran-
dísima, y, por qué no decirlo, de zozobra y temor por lo
que pudiera acontecer.
Llegaron en esta fecha los Diputados regionalistas,
36 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

no como representantes de una parte de España que vie-


nen a discutir con los de otras regiones algo que puede
convenir a todas o a cada una de ellas, sino como con-
quistadores, con aire de perdonavidas, que vienen a exi-
gir del resto de España lo que a ellos se les antoja bueno
para la parte de España que representan.

Discurso de Cambó.—El Sr. Cambó empezó recor-


dando lo sucedido al discutirse el problema de la autono-
mía catalana.
«El problema - dijo— es de derecho constitucional. En
los momentos en que se va a renovar el mundo, deben
respetarse los derechos de los pueblos.
»Si hay quien sospeche que en esa voluntad del pue-
blo catalán se ataca la unidad de España, tiene el deber
de combatirlo y oponerse a ello. Quien crea que la volun-
tad de Cataluña es atentatoria a la unidad de España [Ru-
mores), empiece por reconocer que Cataluña está hoy se-
parada espiritualmente de España.>

A grandes rasgos describió las principales bases del


estatuto.
«Desde luego—dijo—, declaramos que rechazamos el
proyecto de autonomía presentado por el Gobierno, y
rendimos justicia a las buenas intenciones del Gobierno
y de la Comisión extraparlamentaria. El dictamen de la
Ponencia partía de un principio falso, suponiendo que
el problema catalán es un problema de descentralización,
cuando en realidad es un problema de soberanía. (Rumo-
res.) Nosotros lo esperamos todo de la fe que tiene Cata-
luña en BU ideal. Así lo creen las restantes regiones de
España.
»Si aceptamos el proyecto de autonomía propuesto
por el Gobierno, os engañaríamos; porque al día siguien-
te el problema estaría tan latente como antes. Nosotros
no podemos retroceder. Si la solución es favorable, se
habrá resuelto un problema de libertad jurídicamente. La
solución ha de ser rápida. [Rumores.)
•Interesa a todos dar término a la situación excep-
ENERO DE 1919 37

cional de Barcelona. (Rumores.) Sólo se resolverá dando


satisfacción completa a la voluntad del pueblo catalán.
{Rumores.) Nosotros venimos haciendo esfuerzos para
evitar que el problema tome otro aspecto.» {Rumores.)
El Sr. Senra: «No lo creemos.» {Rumores.)

Entre los catalanistas y varios Diputados de los dis-


tintos sectores se cambiaron enérgicas frases. La confu-
sión fué enorme.
El Sr. Cambó: «¿No lo creéis? ¡Pues no me importa!
{Grandes voces.) ¿Qué creéis, quo somos los causantes de
lo que sucede en Cataluña? Pues fusiladnos; pero al día
siguiente el problema continuará en pie, porque es la vo-
luntad del pueblo catalán.»
Varias voces: «¡Sí!, ¡sí!, ¡sí! ¡No, no!»
El Sr. Cambó: «Queremos encauzar el problema.
»Id a Cataluña y os enteraréis de su voluntad. Termi-
no pidiendo al Gobierno y a los representantes de las
fuerzas políticas que expresen sus opiniones.» {Aplausos
de los regionalistas.)

Discurso de Romanones. —El Sr. Presidente del Con-


sejo dijo:
«Estaraos en tiempos de gravedad, que requieren
suma calma.
»E1 proyecto de ley presentado está inspirado en la
contestación que dio el mensaje de la Mancomunidad.
Todos reconocemos la necesidad de resolver el problema
catalán concediendo la autonomía, sin más limitaciones
que la integridad de la unidad patria y la soberanía del
Estado.
»E1 Sr. Cambó desdeñó el proyecto de autonomía, que
es un gran avance, y que en él están todas las aspiracio-
nes de Cataluña.
»La autonomía no puede concederse sin la voluntad
del Parlamento, que es la voluntad del pueblo.
»Me duele el término apremiante y conminatorio en
que acaba de hablar el Sr. Cambó. {Muy bien.) No se
quiere discutir el proyecto del Gobierno, y se pretende
38 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

que la Cámara apruebe el estatuto elaborado en Barce-


lona. Esto no puede ser. Se concederá aquello que las
Cortes y el Rey concedan. {Muy bien.)
»Yo no dudo que la votación que solicita el Sr. Cam-
bó le sería favorable; pero además de la voluntad de Ca-
taluña, es necesaria la opinión del resto de España.
• Comprendo que existe en Barcelona uua situación
excepcional; pero confío en el patriotismo del Sr. Cambó
y sus amigos para resolverla.
»E1 Gobierno está dispuesto a que cese dicha anorma-
lidad, dentro de la ley, pero de una manera inexorable.
(Rumores.)

Discurso del Sr. Dato.—El Sr. Dato suscribió los


primeros conceptos del discurso del Conde de Romano-
nes. Dijo que quería desvanecer la errónea afirmación
del Sr. Cambó, de que la ausencia de los conservadores
de la Comisión extraparlamentarla anunciaba la inefica-
cia de la gestión, pues su abstención fuó precisamente
encaminada a dejar en la más completa libertad de acción
al Gobierno.
Enumeró las disposiciones del partido conservador en
favor de las aspiraciones do Cataluña desde la presenta-
ción del proyecto de régimen local hasta la Mancomuni-
dad por decreto.

«Y siendo así, ¿cómo puede pensar nadie que nosotros


nos opongamos a la concesión de nada que signifique
progreso para Cataluña? Adelanto que gran parte del
proyecto del Gobierno obtendrá los votos de esta minoría.
•Necesidades constitucionales imponen la inmediata
aprobación del presupuesto.»
El Sr. Presidente del Consejo: «No demos lugar al
equivoco: simultanearemos presupuestos y proyecto de
autonomía.»
El Sr. Dato: «Pero, en atención a las circunstancias,
me someto a las decisiones de la Presidencia del Con-
sejo. »

Y dirigiéndose a los regionalistas, les preguntó si es-


KNERO DE 1919 39

taban dispuestos, en nombre de Cataluña, a rechazar lo


que las Cámaras españolas y el Rey acuerden. (/¿Minores.)

<No; no es eso creíble; de lo contrario, no estarían el


Sr. Cambó y sus amigos sentados en estos bancos. >
(Aplausos.)

Cambó.—«En cuanto al acatamiento de la voluntad


del Parlamento, ésta so acata mientras no tienen fuerza
para oponerse a esa voluntad aquellos a quienes perjudi-
ca. Cuando pueden éstos, derriban al Parlamento. (J¿M-
mores.)
El Sr. Maura asintió.
•Eso sucedió con el cambio do régimen político en
España. La voluntad de un pueblo es algo más respeta-
ble que una Monarquía. Esta cambia; aquélla subsiste.
(Rumores.)
>Y para qué quiere el Sr. Dato que colaboremos,
¿para proseguir la historia de España?»

El Sr. Dato acusó al Sr. Cambó de haber hecho pro-


pagandas catalanistas al amparo do funciones públicas.
(Aplausos de los amsenmdores.)
Recordó las diatribas de los catalanes contra la pasi-
vidad de los Gobiernos, y después de pasar ellos por el
Gobierno, se hallaba sin resolver el único problema que
existe en España, que es el problema económico.

Discurso de Pedregal. — «El partido reformista


—dijo—está de acuerdo con el Sr. Cambó en que no puede
continuarse la historia de España y que hay que llegar
a un cambio político. Nadie se opone a que el problema
calalán se discuta en el Parlamento. Es inadmisible que
el Sr. Dato, con sus palabras, haya resucitado el antiguo
tema de los partidos legales e ilegales.
»Creo, como el Sr. Cambó, que las decisiones del Par-
lamento pueden ser desacatadas. Así lo sostuvo el señor
Cánovas del Castillo.
»Cataluña tendrá que someterse a la voluntad del
resto de España en lo que se refiere al concepto de sobe-
40 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

ranía; pero no podemos entrometernos en lo que afecte a


su régimen interno.» (Rumores.)
En este instante, el Presidente suspendió la discusión
y se entró en el orden del día.
A muchos les pareció que aquella suspensión resultó,
más que extraña, inconcebible. La tarde había sido muy
favorable para el Gobierno y para los intereses sustanti-
vos de España. Ya no había ni quien hubiera pedido la
palabra en el banco de los cntalanistas. En tal instante,
se le ocurrió al presidente, Sr. Villanuova, no sabemos si
por inspiración propia o por indicación del Gobierno, sus-
pender el debate en vez de darle por definitivamente con-
cluido, como procedía.

Contrariedad de los catalanistas.—La situación de


los catalanistas al terminar el debate era de visible con-
trariedad y de bien explicable confusión. ¿Qué vamos a
hacer ahora?—preguntaban algunos de los más ingenuos.
Y los jefes de grupo no acertaban a satisfacer la natural
curiosidad de sus correligionarios.
Cuando el Sr. Cambó y sus amigos, suspendido el de-
bate, salieron a los pasillos, manifestaron que sólo tenían
dos caminos que seguir." marcharse en seguida a Barce-
lona o, de quedarse en Madrid, hacer obstrucción a todo.

Las Diputaciones castellanas.—La Comisión ejecu-


tiva de las Diputaciones castellano-leonesas, formada
por los Presidentes de la de Burgos, h^egovia, Soria y Va-
lladolid, llegó a Madrid para hacer entrega a las Cortes,
por medio de sus representantes parlamentarios, de las
conclusiones por unanimidad aprobadas en la Asamblea
de Segovia, como desarrollo de la base segunda del men-
saje redactado en Burgos en 2 de diciembre último; y
esta tarde hizo entrega de las bases en el Congreso el
diputado Sr. Crespo de Lara.
Las conclusiones demandaban, entre otras cosas:

«1.* Afirmación de la unidad nacional, conservando


el Estado integras todas las facultades de soberanía.
»2.* Amplia descentralización económico-administra-
ENEBO DE 1919 41

tiva, que permita el desenvolvimiento libre de los Muni-


cipios y de las provincias; y
•a." Oposición terminante y categórica a que níngu-
guna provincia o región de España obtenga autonomía
que envuelva merma en el Poder único y soberano de
la nacionalidad española.»
Se reunieron en el Congreso los Presidentes de las
Diputaciones con los representantes parlamentarios, y
acordaron ofrecerse al Gobierno, en nombre de las Di-
putaciones y de los pueblos que las integran, para el
mantenimiento del orden y defensa de la integridad de
la Patria, sin reparar en sacrificios y sin admitir imposi-
ciones que atenten a la dignidad del Poder público y a
los sentimientos de españolismo arraigados en la con-
ciencia nacional, cuya debilitación sería deshonrosa
para los hombres encargados de sostener la unidad de
España.

Felicitaciones.—Fueron cursados a Barcelona los dos


telegramas siguientes:

«Presidente Liga Patriótica Española.—Comisión eje-


cutiva Liga Diputaciones castellanas felicita efusiva-
mente esa entidad por su grandiosa y patriótica actuación
en defensa unidad de nuestra España.—Presidentes Dipu-
putaciones Burgos, Segovia, Soria y ValladoUd.»
«Capitán general.—Comisión ejecutiva Liga Diputa-
ciones castellanas respetuosamente saluda y se ofrece
a V. E., que personifica nuestro valeroso Ejército y re-
presenta unidad patria española en esa región.—Pre«í-
dentea Diputaciones Burgos, Segovia, Soria y VaUadolid. *
Los Presidentes de las mismas Diputaciones dejaron
tarjeta al Presidente del Centro del Ejército y de la Ar-
mada.
Senado.—Importante preguntadel general Aznar.—
En la sesión del Senado, el general Aznar preguntó al
Gobierno si estaba informado de las vejaciones de que era
objeto el Ejército en Cataluña.
42 SOLDÉ VILLA.—EL. AÑO I'OLÍTICO

Preguntó también al Gobierno si se hallaba dispuesto


a evitar que esas vejaciones continuaran, y añadió que
se impedirían con sólo hacer cumplir las leyes.

«Se han suspendido las garantías constitucionales


—dijo—; eso no es bastante, pues debe declararse el esta-
do de guerra en Barcelona.
»Es necesario no esperar el segundo aldabonazo, que
pudiera llegar pronto y con graves circunstancias, y que
pudiera ocasionar la llegada del tercero, obligando a ce-
rrar las Cortes.
»Es necesario evitar por el Gobierno que se obligue al
Ejército a una intervención que no desea, haciendo res-
petar sus prestigios y su autoridad, porque el í]jército
debe ser como el juez de campo, que, estando ajeno a
ellas, presencia las luchas de los políticos.»

Esta pregunta, que, por lo poco diplomática, pareció


ruda, fué muy comentada.

D Í A 29.—El debate catalanista. —Domingo.—Lo


resucitó en esta fecha en el Congreso, pero con escasa
fortuna, por la actitud en que se colocó, exactamente igual
a la del Sr. Cambó, el diputado republicano Sr. Domingo,
que por adoptar una postura falsa, hasta insinuó que la
decadencia de España—¡oh, manes de Isabel y de Cisne-
ros!—provenía de la unidad nacional o del descubrimiento
de América...

«Si la actitud del Parlamento y del Gobierno—dijo —


expresada ayer es la última palabra, Cataluña irá por la
autonomía, y por vosotros, para conseguirla, se saldrá
de la legalidad.»

Romanones.—El Sr. Presidente del Consejo dijo: «La


contestación que ayer diera al Sr. Cambó es la única, la
última contestación del Gobierno. Ya lo sabe Cataluña.
(Muy bien.)
>Frente al estatuto de Cataluña, el Gobierno tiene el
suyo, obra de grandes personalidades.
•¿Creen sus señorías que el Parlamento puede aprobar
ENERO DE 1919 43

el estatuto con igual rapidez que lo ha hecho la Manco-


munidad catalana, que lo han aprobado en dos horas?»
(Protestas.)
Batlle.—«Los tradicionalistas catalanes —dijo el seflor
Batlle—hacemos nuestro el estatuto aprobado por la Man-
comunidad, porque es la base de transacción de todos los
partidos políticos, y así, nosotros, aunque contrarios al
régimen representativo, lo aceptamos. Conste que al
aceptar este estatuto conservamos integra nuestra tradi-
ción y nuestro credo.»

Nougués.—El Sr. Nougués dijo que ningún catalán


puede quedar satisfecho con que el debate autonómico
termine en forma que no baste para calmar los espíritus,
más que en Cataluña, en el resto de España.
Censuró la actuación de la Unión Patriótica, diciendo
que era causa de todas las perturbaciones (de Barcelona).
«Tiene tupé el Sr. Nougués—dijo un oyente—. Y los
insultos a p]spafia y la labor continua contra ella, espe-
cialmente desde hace veinticinco años, ¿son también por
culpa de la Unión Patriótica?»
(El Sr. Nougués se arrepintió más tarde de su inclina-
ción nacionalista.)
Calificó el cargo de Gobernador general de Cataluña
de Jalifa. (Risas.)
*Pues, a pesar de ello, los republicanos federales, aun
repugnándonos, lo admitimos.»

Anunció que si se aprobaba el estatuto catalán, él no


prestaría su personal cooperación al Gobierno regional;
pero aconsejaría a sus amigos que lo acatasen.
El Sr. Barriobero intervino y enumeró los aspectos
parlamentario, real y jurídico del estatuto catalán, opi-
nando que toda región tiene el derecho de petición, y que
sus demandas deben ser oídas.
La nota saliente, por lo inesperada, fué el discurso del
Sr. Urzáiz:
44 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

cEl Gobierno -dijo — , ante todo, debe informarse


hasta qué punto la demanda de los Diputados catalanes
constituye la aspiración de Cataluña. Algo análogo ha
hecho recientemente el Gobierno inglés para estudiar la
cuestión de Irlanda.
>Si la mayoría de Cataluña aspira a estas reformas,
comprended que será estéril discutir si es bueno o es
malo. (Algunos rumores.) Conste que hablo como español,
desligado de toda representación política, y sólo pretendo
el bien de todas las regiones.
»Si el Parlamento llega a convencerse que Cataluña
quiere gobernarse por un régimen especial, ¿a qué opo-
nernos?»
El Sr. Presidente del Consejo: «El pensamiento del
Gobierno está contenido en el proyecto. La pregunta del
Sr. Urzáiz es muy complicada. Precisamente para cono-
cer la opinión de Cataluña desea que se discuta el pro-
yecto presentado por el Gobierno, y que en su discusión
se revele esa opinión que tanto anhelamos conocer.»

Después de rectificar ambos, dijo el Sr. Presidente:


«No habiendo ningún Diputado que tenga pedida la pala-
bra, queda terminado este debate.»
La mayor parte de los Diputados abandonaron la Cá-
mara, y el Presidente dió comienzo a la discusión de los
presupuestos.
Así terminó un debate que los nacionalistas catalanes
anunciaron como ariete para dcrribaí* al Gobierno o con-
seguir en veinticuatro horas lo que ellos anhelaban; y
como no lo consiguieron y, además, quedaron vencidos y
maltrechos, para resarcirse, por no decir para vengarse,
acordaron hacer obstrucción a los presupuestos.

Inmunidad parlamentaría. — Creemos interesante


consignar el siguiente dato parlamentario:
El Sr, í]palza preguntó si puede ser requerido un Di-
putado para que asista a un juicio como testigo y conmi-
nado por el Juez a que será conducido a la presencia ju-
dicial por los agentes de la autoridad. El Diputado de
referencia fué multado por no haber respondido a la cita-
ción judicial.
ENERO DE 1919 45

El Sr. Ministro do Gracia y Justicia prometió ente-


rarse del caso concreto, y creía que algo habría sucedido,
cuando el Diputado do referencia había pagado la multa.
El Sr. Presidente: «Los Diputados deben cumplir las
leyes como los demás ciudadanos. El Congreso sólo debe
intervenir cuando se trate de procesamiento o prisión.»

El Sr. Epalza afirmó que la multa es una sanción pu-


nitiva, y, además, implica desconsideración para un Di-
putado que, en cumplimiento de sus deberes, se hallaba
en Madrid.
El Sr. Ministro de Gracia y Justicia creía que el Di-
putado, antes de pagar la multa, debió reclamar.
El Sr. Presidente sostuvo que en este caso no es la
multa una pena, sino una corrección que en nada afecta
a la inmunidad parlamentaria. El caso no es nuevo, y la
Mesa podría exponer repetidos antecedentes.

Senado.—Ruidoso incidente.—El general Aznar in-


sistió en pedir la declaración del estado de guerra, di-
ciendo que hay que emplear la fuerza, pero con una gran
energía, hasta arrasar en escombros a las ciudades que
se revuelvan contra la Patria.
El Sr. Duque de San Pedro de Galatino: cBarcelona,
no: una parte de sus hombres.»
El Sr. Garriga: «Pero, ¿creen los Sres. Senadores que
Barcelona se revuelve contra la Patria?»
El Sr. Fabié: «La Liga Regionalista, sí.»
El Sr. Garriga: «Eso es mentira.»
Se promovió un terrible tumulto, y muchos Senado-
res, de pie, increparon al Sr. Garriga. El Sr. Fabié avan-
zó hacia su banco, y trató de agredirle. El tumulto au-
mentó, oyéndose voces de «¡Fuera!», «¡Fuera de aquí!»,
contra el Sr. Garriga.
El espectáculo era de los que nunca se conocieron en
la Cámara. Nadie se entendía, y la Presidencia no logra-
ba imponer silencio.
El Sr, Presidente del Consejo de Ministros, desde el
46 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

banco azul, gritaba recomendando a todos la calma, y


dirigiéndose al Sr. Garriga, le dijo:
—Es urgentísimo que S. S. dé una explicación cate-
górica.
El Sr. Garriga logró, por fin, hacerse oir, y declaró
que la palabra mentira la dijo en un momento de ofusca-
ción, y, por lo tanto, la retiraba en absoluto.
La conducta del Sr. Garriga fué muy censurada.
El Jmparcial dijo:

«Una de las notas más pintorescas que se escucharon


en el vivísimo incidente producido en la alta Cámara,
fué la que dieron algunos Senadores, requiriendo con
grandes voces al Sr. Garriga y Massó a que dimitiese el
cargo que, a pesar de todo, sigue ejerciendo, pues es de
advertir que aquel Senador, a quien nombró el Sr. Cam-
bó, cuando era Ministro de Fomento, Comisario Regio en
el Banco de Emisiones, entidad que depende de dicho
Ministerio, continúa tranquilamente disfrutando de la
prebenda, no obstante que se trata de un cargo de libre
elección del Gobierno.»

D Í A 30. — La autonomía. — Propósitos de compo-


nenda.—El día de la fecha, aparte de seguir discutiendo
los presupuestos, fué de conferencias y tentativas de
componenda en el pleito catalán.
El que más directamente llevó estos trabajos fué el
diputado catalán Sr. Sala.
Este, después de dar cuenta de sus propósitos a la Co-
misión dictaminadora del proyecto de autonomía, confe-
renció con los Sres. Cambó, Ventosa y Rodés.
Los tres ex Ministros regionalistas propusieron al
Sr. Sala que formulase un voto particular al dictamen de
la Comisión, en el cual se contuviese el estatuto catalán,
a fin de darle forma reglamentaria para que pudiese ser
discutido.
El Sr. Sala aceptó en principio la propuesta, pero
fracasó la negociación.
D Í A 31.—La obstrucción, anunciada oficialmente.
Como respondiendo a este desengaño, el Sr. Ventosa in-
ENERO DE 1919 47

tervino en la discusión de presupuestos, y dijo que si no


se discutía el problema de autonomía antes que el pre-
supuesto, los regionalistas entorpecerían todas las discu-
siones, y advirtió el peligro de que Cataluña resolviera
su pleito por cauces no parlamentarios.
Fundamentó su actitud en que la autonomía habría de
surtir efectos en el presupuesto, y ya que la fórmula del
año económico permitía prorrogar el plazo hasta el 1."
de junio, así podría luego discutirse el presupuesto con las
innovaciones que determinase el régimen autonómico.
El Ministro de Fomento expresó cuáles eran los bue-
nos deseos del Gobierno de ir simultaneando la discusión
de ambos proyectos y dedicando tres horas diarias a
cada uno.
No encontraba inconveniente en que la ley autonómi-
ca se votase antes o después del presupuesto, porque
siempre se podrían acoplar a éste las exigencias de
aquélla.
Terminó pidiendo a los regionalistas que colaboraran
en la obra del Gobierno.

Castellanos, aragoneses y navarros.—Los Diputa-


dos castellanos y aragoneses manifestaban que no eran
opuestos a que se discutiese el proyecto de autonomía,
sino que lo que deseaban era que se debatiera primero la
autonomía municipal y cuanto afecta a las Haciendas lo-
cales.
Los representantes de Navarra acordaron solicitar de
la Comisión de autonomía que desglosara la de aquella
región y se reconociera en toda su integridad la persona-
lidad de Navarra.

Los consumos,—Proposición Bernad.—El Sr. Ber-


nad, primer firmante de una proposición, la apoyó expo-
niendo la conveniencia de que, antes que los presupues-
tos, se discutiera el proyecto de exacciones locales y se
suprimiese el impuesto de consumos en toda España.
El Ministro de Fomento contestó que el Gobierno no
podía aceptar la proposición tal como estaba redactada.
Comprendía la necesidad de que alcance a los pueblos
la supresión de consumos, y añadió que el Gobierno reco-
48 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

gia el espíritu de la proposición, y que lo acoplaría a pro-


yectos como el de la autonomía que iban a discutirse.
Los Reyes en la Embajada norteamericana. — Por
primera vez, después de la guerra, abriéronse en esta
fecha los salones de la Embajada norteamericana, para
ofrecer a los Reyes de España una fiesta.
Por esta circunstancia la mencionamos aquí, porque
a ella asistieron los Reyes, que salieron complacidísimos
de la Embajada.
Cuantus mutatum ab illo.
MES DE FEBRERO
D Í A 1 ."—Sobre el estatuto de la Mancomunidad.
Continúa el tejer y destejer. - E l Sr. Sala, encargado
de presentar el estatuto de la Mancomunidad catalana
en forma de voto particular al dictamen de la Comisión
del Congreso, conferenció con el Sr. Cambó y no pudo
haber acuerdo, advirtiéndose en las primeras palabras
que pronunciara éste que su actitud era irreductible.
El voto particular había de ser copia literal del esta-
tuto.
El Sr. Sala desistió de suscribir el voto, comunicán-
dolo así al Presidente de la Cámara, ya que el jefe del
Gobierno no se hallaba en el Congreso.
No obstante, prosiguieron con más ahinco, si cabe,
las gestiones oficiosas para llegar a una conciliación, y
el Sr. Sala no fué extraño a ellas.
Cambó, irreductible y sindicalista.—Momentos an-
tes de salir del Congreso el Sr. Cambó, dijo que los repre-
sentantes parlamentarios de Cataluña mantenían ínte-
gramente el estatuto de la Mancomunidad, y cada día
confiaban más en el triunfo.
Añadió que si no se concede la autonomía por los me-
dios legales, se implantará a impulsos de una convulsión
revolucionaria.

D Í A 4—Debate catalanista.—Discurso de Rahola.


Escándalo formidable.—El Sr. Rahola reanudó el pesa-
dísimo debate catalanista y explanó una interpelación
acerca de la suspensión de garantías en Barcelona y su
provincia.
60 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

Explicó la forma en que se constituyó la Liga Patrió-


tica, la cual recogió —dijo—a toda la patriotería andante,
y, a semejanza de lo hecho en la Revolución fra,ncc3a,
que personificó en una mujerzuela, la diosa do la Razón,
así los patriotas de Barcelona pcrsoniticaron la patria en
una cupletista de cuarto orden: la Mary-Focela.
Las palabras del Sr. Rahola produjeron una protesta
en todos los ámbitos de la Cámara, como no recordaban
otra los más antiguos parlamentarios.
De los bancos de los liberales y conservadores salieron
enérgicas increpaciones contra el diputado catalanista.
Acentuó su protesta el Sr. Armiñán, y entre éste y el se-
ñor Cambó se cruzaron conceptos durísimos. De pronto
se vio al Sr. Armiñán, que ocupaba un escaño cercano y
más elevado alSr. Rahola, enarbolar su bastón, dirigién-
dose en actitud agresiva contra éste.
Los Diputados que se hallaban más próximos, entre
ellos el Sr. Alba, contuvieron al Sr. Armiñán. En tanto,
el Sr. Rahola, bastón en mano, se aprestaba a la defensa.
Los Diputados catalanes le rodearon, y en este mo-
mento el Congreso presentaba un espectáculo verdadera-
mente inusitado.
Voces, denuestos, vítores se cruzaban en todos los
sentidos.
El Sr. Gassct (D. Ricardo) intentó dirigirse a los esca-
ños de los regionalistas, y fué detenido.
De escaño a escaño se cruzaban vehementísimos diá-
logos.
El Sr. Senra, a grandes voces, pedia la palabra.
No cedía el escándalo, y los Sres. Armiñán y Rahola
forcejeaban para desasirse de los que los sujetaban y lan-
zarse uno sobre otro.
El jefe del Gobierno abandonó el banco azul, y, en
unión de los Sres. Dato, Alba y otros Diputados, procuró
disuadir a los contendientes, que no cesaban de propinar-
se toda clase de insultos.
Las tribunas, y especialmente la de la Prensa, toma-
ban parte activa en este ruidosísimo incidente, y un ins-
tante hubo en que el Presidente no sabía si atender al
hemiciclo o a las tribunas, y unas veces amenazaba con
suspender la sesión y otras con desalojar aquéllas.
FEBRERO DE 1919 51

Aprovechando unos instantes en que cedió el tumulto,


el Sr. Cambó intentó hablar; pero no consiguió su propó-
sito, porque una nueva y casi general protesta de la Cá-
mara lo impidió.
Nuevamente se reprodujo el tumulto, y el Sr. Vincen-
ti, subido en la tribuna de Secretarios, golpeó ruidosa-
mente el pupitre.
Por segunda, y hasta por tercera vez, el Sr. Cambó
pretendió hacer oir su palabra. Nuevas y expresivas
muestras de desagrado se opusieron a ello, y el leader re-
gionalista, densamente pálido, cruzó los brazos sobre el
pecho y se sentó.
Hasta entonces la Cámara no recobró la serenidad.
El incidente duró unos treinta minutos.
El Sr. Rahola pidió que se leyeran sus palabras, y
añadió que hablaba sin apasionamientos.
El Sr. Presidente: «Estos movimientos en una Cáma-
ra en estos instantes están cx])lieados. No se leerán esas
palabras, y espero que S. S. pronuncie conceptos de des-
agravio al santo concepto del patriotismo.»
El Sr. Rahola dijo que sus palabras habían sido ins-
piradas por su amor a la Patria, condenando los hechos.
El Sr. Presidente: «No creo que en las palabras del
Sr. Rahola, después de su aclaración, haya agravio algu-
no para el nombre de la Patria.»

Los catalanes aplaudieron.


Prosiguió el Sr. Rahola examinando la actuación de
la Liga Patriótica Española.
Después siguió el debate de presupuestos, al que loa
catalanistas seguían haciendo obstrucción.
Se vio en lo ocurrido en el Congreso el propósito
de los catalanistas de promover un escándalo para hallar
una salida a la poco airosa situación en que se encon-
traban.

La autonomía. — Dictamen de la Comisión parla-


mentaria. —Quedó sobre la Mesa del Congreso el dicta-
52 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

raen emitido por la Comisión dictaminadora, suscrito por


los Diputados liberales Sres. Alcalá Zamora, Pérez Oli-
va, Ortega Gasset, López Monis, Marqués de Villabrági-
ma, Montañés y Centeno, y los demócratas Sres. Raven-
tós, Benítez do Lugo, Kindelán y Martínez de Lugo.
Los Sres. Sala, Artiüano, Bilbao y Martínez de Ve-
lasco formularon voto particular; éáte solainouto en lo
que hacía referencia al voto corporativo.
El Sr. Sala presentaría uno a la totalidad, con un solo
artículo, que no reprodujera para nada el llamado esta-
tuto catalán.

Fallecimiento de Calbetón.—Después de algunos


días de enfermedad, a las ocho y media de la noche, fa •
Ueció en esta fecha, en su casa de la calle de Lista, el mi-
nistro de Hacienda, D. Fermín Calbetón y Blanchón.
Había nacido en San Sebastián el año 1853. Estudió
con notable aprovechamiento la carrera de Derecho en
Madrid.
Fué Catedrático de la Universidad de La Habana. En
1884 ostentó por primera vez representación parlamenta-
ria, obteniendo acta doble por Matanzas (Cuba) y San
Sebastián, renunciando aquélla. Fué Diputado en las
Cortes del 84, 8ü a 91 y 93 a 95; Senador electivo en las
del 98 al 1901 y del 1901 al 1903. En estas últimas des-
empeño el cargo de Secretario del Senado.
Fué Subsecretario de Gracia y Justicia y dos veces
Ministro: la primera, en el Gobierno del insigne Canale-
jas, en que ocvipó el Ministerio de Fomento; la segunda,
al constituirse el Gabinete de que formaba parte, en que
desempeñaba la cartera de Hacienda.
Dos veces fué representante de España en la Santa
Sede.
Su muerte fué muy sentida.
Le sucedió interinamente en el Ministerio de Hacien-
da el Sr. Marqués de Cortina, que ya estaba encargado
del puesto desde que el Sr. Calbetón cayó enfermo.
D Í A 5.—Las minorías, el presupuesto y la «guillo-
tina!.—-En vista de la obstrucción que los catalanistas
hacían a la aprobación de los presupuestos, el jefe del
FEBEEEO DE 1919 53

Gobierno, Sr. Conde de Romanones, reunió a los jefes de


las minorías para tratar de solucionar el conñicto.
Inmediatamente después de levantada la sesión del
Congreso, se reunieron en el despacho del Presidente de
la Cámara el jefe del Gobierno, el Sr. Villanueva, el pre-
sidente de la Comisión de Presupuestos, Rr. Alvarado, y
los jefes de las distintas minorías, Sres. Maura, Dato,
Alba, Alcalá Zamora, Gasset, Cambó, Epalza, Pedregal,
Nougués, Santa Cruz, Prieto, Rodés, Pradera y Señante,
para conocer el acuerdo del Gobierno de aplicar la gui-
llotina a la discusión de presupuestos.
La reunión, como era de esperar, no dio fruto concre-
to de ninguna especie. Todos los presentes cuidaron de
advertir que no podía adoptarse acuerdo alguno, sino
meramente dejar señalada la actitud de los diferentes
grupos políticos, a reserva de ratificarla con mayor am-
plitud ante la Cámara el día en que hubiera de adoptar-
se el primer acuerdo de aplicación de la guillotina.
D Í A 6.—La autonomía.- Gran discurso de Gime-
no.—Continuó en esta fecha la interpelación del señor
Rahola.
Con su léxico agrio, fué refiriendo a su placer los su-
cesos de Barcelona.
¿Pruebas de lo dicho? ¡Ah!, una información hecha
por la Mancomunidad catalana.
Con gran oportunidad y razón, el Sr. Sánchez Guerra
preguntó qué articulo de los dos decretos por que la Man-
comunidad se rige le otorga facultades para esa clase de
informaciones.
El Sr. Rahola terminó con una amenaza, para si no se
atiende a Cataluña —Cataluña, para el Sr. Rahola, es la
Liga—, hablando de lo que habían aumentado las co-
rrientes separatistas en Irlanda por no haber implanta-
do la Gran Bretaña el home rule.
Contestó al Sr. Rahola el Sr. Giraono.
Enfermo y todo, con visibles muestras de fatiga, hija
de la convalecencia, el Ministro de la Gobernación pro-
nunció un discurso muy feliz, que fué entusiastamente
aplaudido.
Defendió cumplidamente al Ejército y a la Polici» d«
54 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

los ataques del Sr. Rahola, y demostró cómo la cordura


y paciencia de los militares habían excedido toda pon-
deración, y cómo la clausura del Centro Autonomista de
FEBRERO DE 1919 55

Dependientes de Comercio estaba tan indicada, que en él


se encontraron armas, y tan sancionada por el éxito, que
desde que se llevó a cabo cesaron las algaradas calle-
jeras.
El momento interesante del discurso del Sr. Gimeno
fué cuando reveló algo que la Mancomunidad había omi-
tido en sus deliberaciones y el Sr. Rahola en su interpe-
lación: el que algunas banderitas de las ostentadas lleva-
ban la estrella solitaria, símbolo del separatismo. El Mi-
nistro de la Gobernación exhibió una, y de los bancos
regionalistas no salieron protestas.
El Sr. Gimeno, que había estado duro con los catala-
nistas y con el Sr. Rahola, haciéndoles ver que ni Espa-
ña era tan decadente como proclamaban, ni ellos tan su-
periores a los demás, como de continuo decían, terminó
apelando a la concordia.
Su discurso fué muy aplaudido, y fueron muchos los
Diputados que desfilaron por el banco azul, felicitándole.
Al abandonar el salón de sesiones el Ministro de la
Gobernación, un numeroso grupo de Diputados de todos
los matices le hizo objeto de expresivas manifestaciones
de simpatía, acompafiándole entre aplausos hasta el des-
pacho de Ministros.
El discurso del Sr. Gimeno fué favorablemente co-
mentado en los pasillos, considerándose como uno de sus
más brillantes triunfos parlamentarios.
Violencias de Ventosa.--En cambio, el Sr. Ventosa
estaba disgustado por lo mal parado que quedaba el plei-
to catalanista.
Cuando los Diputados salían del salón de sesiones, al
término de la jornada, varios periodistas se acercaron al
ex Ministro catalanista y le dijeron:
—Esto quiere indicar que van ustedes con la Repú-
blica.
Y el Sr. Ventosa contestó:
—No, eso no quiere decir que vayamos con la Monar-
quía ni con ]a República, sino que si no se aprueba el es-
tatuto catalán, se iría a la separación de Cataluña y Es-
paña.
Huelgan los comentarios.
66 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Discurso de Castrovido.—El Sr. Castrovido hizo uso


de la palabra, diciendo:
«El proyecto de autonomia es una verdadera reforma
constitucional, y estas Cortes, legalraente, no pueden
acometerla. Lo que se va a hacer es ilegal y subversivo.
Estamos tratando esta cuestión como se podría hacer en
un Casino de pueblo. Hay que ir a unas Cortes Constitu-
yentes.»

Pidió que el jefe del Gobierno contestase si pueden


estas Cortes reformar el artículo 11 de la Constitución.

La autonomía.—Voto particular del Sr. Sala.—De-


cía así:
«Artículo 1.°, o disposición general previa. Cuando
los Ayuntamientos de Cataluña se constituyan autonómi-
camente, serán oídos sobre todas las cuestiones de vida
propia autónoma de la región catalana. Podr.á haber refe-
réndum en cada pueblo sobre esos acuerdos de los Ayun-
tamientos. En cada partido judicial se reunirán los repre-
sentantes de sus Ayuntamientos para procurar que se ar-
monicen sus acuerdos. Todo lo que se dispone habrá de
realizarse en dos meses. Otros dos meses tendrá el Go-
bierno, después de conocer los acuerdos, para reali-
zarlos.»

Intervinieron los Sres. Alcalá Zamora, Domingo,


Nougués, el Conde de Romanones, Viguri, Castrovido y,
por último, el Sr. Cambó, que dijo lo siguiente, contes-
tando a una pregunta de Domingo:

«Creemos nosotros, entendemos nosotros, queremos


nosotros, que se dé la autonomía a Cataluña dentro de
este régimen, en este Parlamento y con este Gobierno, a
ser posible, y muy pronto, porque esa es la única solu-
ción salvadora. Pero si no lo conseguimos, como ante
todo lo esencial para nosotros es el amor inquebrantable
a Cataluña, nosotros salvaremos las barreras que se opon-
gan a la voluntad del pueblo.»
FEBRERO DE 1919 67

El Sr. Cambó terminó diciendo:


«Es un problema nacionalista; pero si queréis, lla-
madle de personalidad.
»La autonomía no es un medio, sino el término de un
proceso.
>En las Flandes, en Italia, en las colonias, los pleitos
eran separatistas, porque todo nos separaba; pero en
Cataluña no es tal el pleito, como es absurdo que perma-
nezca separado Portugal, dentro de la misma Península,
y que no estaría en tal situación si en España no hubiera
subsistido el concepto rígido actual del Estado.
>La autonomía de Cataluña es el camino de la unifica-
ción con Portugal.» (Gh-andes rumores.)
Romanones.—El Sr. Presidente del Consejo se con-
gratuló (¡!) del discurso del Sr. Cambó, que había venido
a desvanecer ciertos rumores, invitaba a la reflexión y
hacía pensar en llegar a la concordia.
Discurso de Alcalá Zamora.—Contestó al Sr. Cam-
bó el Sr. Alcalá Zamora, como presidente de la Comisión,
diciendo que era inadmisible que se quisiera imponer al
resto del país un estatuto redactado por una Asamblea
ilegal.
Explicó que si se aprobara el referido estatuto, Bar-
celona absorbería a toda Cataluña, y formaríase un cuer-
po de gran cabeza y escasos pies.
En párrafos brillantes habló de las instituciones de
Derecho peculiares de Aragón, Vizcaya, Navarra y Ca-
taluña, que pueden vivir y deben conservarse al lado de
la legislación común, para demostrar que los catalanis-
tas, en el famoso estatuto votado por la Mancomunidad,
no utilizaban ninguna de esas normas tradicionales, pro-
pias y peculiares de su comarca.

«La Comisión—dijo—no acepta el estatuto catalán,


porque no es biológico el espíritu que lo inspira. La vida
no es algo privativo de Cataluña; es de todas las regio-
nes de España.
»Y así creen loa catalanistas que el Estado es el fére-
58 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

tro de una nación muerta. Los dos siglos últimos han


modelado la vida de Catalufia conjunta con la do Esi)a-
fia, y por eso no podéis renegar ni separaros de la mo-
dalidad jurídica, étnica ni social, como pretendéis.»
El Sr. Alcalá Zamora obtuvo un clamoroso éxito par-
lamentario.
Comentarios al debate.—Del resultado de la discu-
sión se vio que se habían mantenido propósitos secretos
de llegar a un arreglo; pero... era imposible.
Los jefes de grupo no intervinieron en el debate, como
quería el Sr. Cambó, porque ya lo habían hecho amplia-
mente en la Comisión.
D Í A 8.—Articulo separatista y republicano de «La
Veu».—Como si todo lo anterior no dijese bastante, bas-
taría publicar lo siguiente, de un artículo de La Veu, ór-
gano de los catalanistas, titulado «Las responsabilidades»:
«Cataluña quiere su libertad, su autonomía. Todos los
que se opongan a ello serán sus enemigos. Si dentro del
régimen no hay ningún partido, ni ninguna representa-
ción solvente y responsable, que haga suyas las reivin-
dicaciones de Catalufia, no será Catalufia la que habrá
huido del régimen: será éste el que se habrá separado de
Catalufia.
Es necesario que, antes de pronunciar la palabra de-
finitiva, todos estos políticos que se llaman defensores
del régimen aquilaten la inmensa, responsabilidad que
contraen al declarar implícitamente que las reivindica-
ciones de Catalufia no pueden triunfar dentro de la Mo-
narquía actual.
Eso es equivalente a decir que el régimen y las liber-
tades de Catalufia son incompatibles; y si llega un mo-
mento en que esa incompatibilidad sea irreductible, nos-
otros no tendremos ninguna responsabilidad.»
Por lo demás, los disturbios en Barcelona, que por or-
den de los catalanistas habían estado suspendidos tres o
cuatro días (lo que duró la discusión en las Cortes), vol-
vieron a renacer de nuevo.
FEBKERO DE 1919 59

Cuestiones sociales. — Entretanto, paralizada la


vida nacional por la cuestión catalana, que absorbía casi
toda la actividad del Gobierno, apenas si la nación i)ara-
ba mientes en que las cuestiones sociales eran graves y
numerosas, y que por estos días habían surgido huelgas
importantes en Sevilla, Cádiz, Valencia, Castellón, Al-
coy, Puerto Real, San Fernando y otras poblaciones; en
algunas de ellas, especialmente en Cádiz y en Valencia,
con graves caracteres, asalto de almacenes, muchos he-
ridos y algunos muertos, y otras desgracias.

Graves sucesos en Granada.—Contra el caciquis-


mo.—Un caso verdaderamente extraordinario y cómico,
si no hubiera resultado trágico, se dio en Granada con
relación a la vida política.
Había en dicha ciudad una familia (los La Chica) re-
presentante del más tiránico y absurdo caciquismo.
Sin fuerzas propias al principio, pero protegida por
aquel infausto gobernante D. Segismundo Moret, fué con
el transcurso de los años adquiriendo influencias, hasta
llegar a proceder como un verdadero bajá marroquí el
cabeza de ella.
Allí no había Diputado si no se contaba con el Sr. La
Chica; ni Gobernador, si no se sujetaba a las exigencias
del cacique (que no siempre eran justas); él siempre
era Diputado, y la Alcaldía y los principales puestos y
sinecuras de la provincia eran para sus deudos y alle-
gados.
Y como su tribu constituía ya una verdadera fuerza,
cuando caía un partido, el que lo sucedía procuraba en-
tenderse con el reyezuelo, repartiéndose las actas y todo
lo que hubiera que repartir, con lo cual dicho se está que
su poder crecía cada vez más, pasando así por diversas
jefaturas políticas, según la que él veía que podía, desde
Madrid, dispensarle mayor influencia.
Pero fueron tantos los abusos que cometió, que ya el
pueblo no pudo resistir más, y sin que podamos determi-
nar las causas, se alzó contra él la opinión, de tal modo
compacta y unánime, que determinó una verdadera re-
volución.
Sociedades obreras, Catedráticos, Diputados, estu-
60 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

diantee, todo el mundo se alzó contra el caciquismo de La


Chica; hubo mítines y manifestaciones, algunas cómicas,
como la de estudiantes, que simuló el entierro del Sr. La
Chica.
Lo triste fué que la fuerza pública hubo de intervenir,
con tal desacierto o tal desgracia, que primero fué muer-
to de un balazo un estudiante y luego otro hombre y otra
mujer muerta, y resultaron muchos heridos.
A la sazón estaba en Madrid una Comisión que había
venido a protestar contra la conducta del cacique, y la
cuestión hubo de tratarse en el Congreso; se destituyó al
Alcalde (un La Chica), se admitió la dimisión al Gober
nador, se cerró la Universidad y los establecimientos pú-
blicos, y fué, en fin, un día de duelo en aquella hermosa
ciudad.
El Sr. La Chica no pudo volver a Granada en mucho
tiempo, viviendo oculto en Madrid, y siempre que inten-
taba volver a su casa, se anunciaban manifestaciones
públicas. Se vio, naturalmente, abandonado de todos sus
antiguos protectores, que eran liberales; se hizo conser-
vador: datista, primero, y después, ciervista, pero ni así
pudo intervenir en política, dándole a entender sus últi-
mos amigos que era, según la frase inglesa, persona m-
desirable.
Verdad que la opinión fué dura con el Sr. La Chica;
pero, en realidad, éste había dado margen para ello. Uno
de los primeros, el primero, acaso, que se atrevió a lan-
zar piedras contra el pedestal del cacique granadino fué
el ilustre periodista D. Enrique Fajardo Fabián Vidal,
también granadino, que le atacó duramente en varios ar-
tículos publicados en La Correspondencia de España.
El suceso repercutió en toda España durante mucho
tiempo, pues los estudiantes de todas las Universidades
86 declararon en huelga, haciendo causa común con sus
compalíeros de Granada, para vengar la muerte del es-
tudiante muerto en la lucha.

D Í A 12.—LOS atentados sindicalistas.—Con tanta


frecuencia se cometían atentados criminales sindicalistas
en Barcelona (consecuencia de la cobardía de los ciuda-
danos, que no se atrevían a declarar contra los autores.
FEBRERO DE 1919 61

aunque habían prosiíiiciado el crimen), que el Capitán


general hubo de toiuar algunas medidas, y al efecto pu-
blicó el bando siguiente:
<Don Joaquín Miláns del Bosch, capitán general de
la cuarta región, hago saber:
>Que cu vista de los atontados personales perpetra-
dos en estos días como consecuencia de los conflictos
obreros, y continuando inexorablemente resuelto a ga-
rantir la seguridad personal en esta provincia, ordeno y
mando:
»Artículo único. Toda agresión, cualquiera que sea
el resultado de la misma, que directa o indirectamente
tenga relación con las huelgas, será rápida y enérgica-
mente juzgada y reprimida con arreglo a lo dispuesto en
el artículo 3.° de mi bando de '24 de marzo último, tra-
mitándose por lus Jueces militares los procedimientos
con la rápida y rigurosa aplicación de las leyes penales.
•Barcelona, 11 de junio de 1919.»
Esto no se cumplió, quizá porque los atentados poste-
riores cno serían sindicalistas».
Y en efecto, tampoco el miedo fué grande, pues en
esta fecha se recibió el siguiente telegrama de aquell a
ciudad:

«Esta noche ha ocurrido un nuevo atentado de carác-


ter societario. Al pasar por la calle de San Juan de Mal-
ta el contramaestre Luis Mas, fué agredido por unos des-
conocidos, que le hicieron varios disparos y le hirieron
gravemente en el vientre.
' »Lo3 agresores se dieron a la fuga.»

D Í A 13.—LOS estudiantes, la valla de Vitórica y el


Presidente y los periodistas de la tribuna del Con-
greso. -Un incidente cómico político ocurrió en esta fe-
cha. Para comprenderlo bien, conviene hacer constar
que un Sr. Vitórica, acaudalado propietario de una casa
de la calle de Cedaceros, estaba en pleito con el Ayunta-
miento, que le expropió parte de dicha casa, y mantenía
en ella, desde hacía varios años, una valla que dificulta-
62 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

ba enormemente (sin beneficio alguno para el dueño) la


circulación por aquella vía.
Esto causaba verdadera iiidijínacióii al pueblo de i\Ia-
drid, derrotando al Sr. Vitórica, que presentó su candi-
datura para Diputado a Cortes por Madrid. (Bien es ver-
dad que gastando muchos miles de duros -80.000, dijeron
algunos—fué elegido por un distrito de Extremadura.)
Pues bien; en este día, los estudiantes de Madrid se
declararon en huelga para demostrar su adhesión a sus
compañeros de Granada. En manifestación se dirigieron
al Palace Hotel y al Congreso, persiguiendo al Sr. La
Chica, y luego derribaron la valla del Sr. Vitórica.
Asi las cosas, comenzó la sesión del Congreso. Se dis-
cutía una proposición del Sr. Pedj'egal.
Entró el Sr. Vitórica en la Cámara, y se produjo un
movimiento de curiosidad.
Al sentarse en su escaño el Sr. Vitórica, dirigiéndose
al Sr. Presidente, le pidió que se le amparase en su dere-
cho, porque de una de las tribunas (señalando a la de la
Prensa) le habían hecho una alusión molesta.
El Sr. Prieto: <Ya está ahí el de la valla.»
El Sr. Presidente le llama al orden, y varios Diputa-
dos protestan de la interrupción del Sr. Prieto.
Los socialistas y republicanos defendieron al Sr. Prie-
to, promoviéndose un fuerte altercado.
El Sr. Barriobero: «Habrá que poner una valla en la
tribuna.» [Risas.)
El Sr. Presidente: «Y a S. S. otra.»
Luego, dirigiéndose a la tribuna de la Prensa, en tono
violento, dijo que haría respetar el derecho que tienen
todos los Diputados, y que si el hecho se repetía, desalo-
jaría la tribuna de la Prensa y aplicaría las sanciones
legales a que hubiere lugar.
Terminó su increpación con estas palabras: «¡Así co-
rresponden los periodistas a la hospitalidad que se les
concede!»
Estas frases produjeron un movimiento de gran indig-
nación, y espontáneamente abandonaron todos los perio-
distas sus puestos, significando su protesta.
El incidente adquirió importancia, porque ningún pe-
riódico quiso dar la sanción de su silencio a la frase hos'
pitalidad lanzada por el Presidente.
FEBRERO DE 1919 63

Los Srcs. Fraile,)3 Rodríguez y Barriobero Herrán


defendieron en la Ciámara el derecho de los periodistas.
En la sesión del día 18, y contestando a una pregunta
del Sr. Francos Rodríguez, dio el Sr. Villanueva dignas
explicaciones.

D Í A 15.—Conferencia de Maura en el Círculo mili-


tar sobre la Liga de las Naciones.—Interesantísima fué
esta conferencia, que terminó con el siguiente párrafo;
El Sr. Maura dijo que tiene escasa confianza en las
sanciones que se proponen para los pueblos que no hagan
honor a los compromisos contraídos, obligándoles por me-
dio de medidas económicas y diplomáticas, y sometidos a
las sanciones de un Código internacional.

<Si así sucedieiM, podríamos decir que habíamos dado


con el Paraíso. Cuando un pueblo se niegue a cumplir sus
compromisos, es (^uc ya estará afilando sus armas. Y un
país en ese trance, o teme la fuerza, y en ese caso no se
revela, o es que dispone de ella para hacerlo. ¿O es que
creen que los hombres van a ser de distinta manera que
fueron antes?
>Prohibir la venta de armas es un cacheo colectivo, y
con ello sólo se lucran los fuertes. Irrealizable es limitar
los presupuestos de Guerra de cada nación, porque no
pueden considerarse como tales las cifras de determinada
sección. Presupuesto de guerra es, cuando llega el caso,
el presupuesto de toda la nación, y no hay ningún pueblo
que acceda a esta intervención. Más inadmisible es aún
hacer el monopolio de los explosivos, porque yo al que lo
tuviera le saludaría diciéndole: «Ave, César del mundo.»
»Pero ¿qué observo? ¿Os sonreís porque me entreten-
go en este examen, cuando llegan del foco de estos paci-
fistas noticias de los más formidables armamentos nava-
les? {Grandes aplausos.)
»En suma: que la defensa nacional es obra exclusiva
de su soberanía. Ciertamente que España está muy lejos
de aquellos pueblos que necesitan limitar sus armamen-
tos de agresión. España necesita contar, por su posición
geográfica, con medios de defensa que superen a todas
sus actividades, por bien empleadas que éstas sean.»
64 SOT.DEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

Al terminar su discurso, el Sr. Maura fué objeto de


una calurosa demostración de simpatía, y con iguales
muestras de consideración que al entrar, fué despedido.
D Í A 17.—Grave situación en Barcelona.—A las di-
ficultades que se oponían a la vida del Gobierno, vino a
sumarse otra mucho más grave: las huelgas de Barcelo-
na. Para tratar de este asunto, se reunieron los Ministros
en Consejo, y después de tres horas de discusión, dieron
una nota oficiosa en que se decía:

<E1 Ministro de la Gobernación dio cuenta del estado


en que se encuentran las huelgas de Barcelona y otros
puntos.
»Se examinó con detenimiento la situación, conse-
cuencias posibles y medidas que en bu cnso se hubiere de
adoptar.»

Conviene advertir, para comprender la gravedad de


la situación, que a la huelga comenzada por la importan-
tísima Sociedad «La Canadiese», se agregó la de los
obreros del arte textil. Unos y otros sumaban, según dijo
el mismo Presidente del Consejo, una cifra considerable,
que acaso excediera de 30.000 obreros.
Estas dos huelgas no es preciso decir tenían una im-
portancia extraordinaria, no sólo por el número de obre-
ros que comprenden, sino por la serie de industrias y de
negocios de Barcelona a las cuales afectan, y que do no
solucionarse, dejarían a Barcelona sin agua, luz ni ser-
vicio de tranvías.
El gobernador, Sr. González Rotwos, que se disponía
a dejar el puesto para venir a ocupar su plaza del Con-
sejo de Estado, hubo de seguir en Barcelona.
Aparte esto, había grandes en huelga en Cádiz, Sevi-
lla y otras muchas poblaciones.

Contra el caciquismo.—En Córdoba y Sevilla.—


En España, todas las cosas suceden por series. Comenzó
el ataque a los caciques por Granada, e inmediatamente
se extendió a otras provincias.
En Córdoba se efectuó una manifestación, organizada
FEBEERO DE 1919 66

por el elemento obrero, pero en la que también tomaron


parte, sumándose a la comitiva, muchas personas de la
clase media.
Durante el recorrido de la manifestación se lanzaron
gritos contra los que son y fueron caciques cordobeses, y
se originiíron algunos tumultos.
Un grupo de obreros, al disolverse la manifestación
y pasar por la calle de Jordana, apedreó el Círculo libe-
ral, único que permanecía abierto.
Loa cristales y el mobiliario de los salones inmediatos
a la calle sufrieron grandes desperfectos.
Después, los grupos, que habían engrosado bastante,
apedrearon el hermoso monumento erigido al Sr. Ba-
rroso.
Todas las figuras sufrieron graves desperfectos. Algu-
nas quedaron sin cabeza; fué un brutal atentado a la po-
lítica, que pagó el arte.
La fuerza pública practicó varias detenciones.
En Sevilla, renunció a la jefatura del partido liberal
el Sr. Borbolla, que tanta influencia había tenido siempre
en aquella provincia.

Los jaimistas y D. Jaime.—El pretendiente disuel-


ve la Junta central.—El jaimismo moría. El Correo
Español publicó en esta fecha un extenso manifiesto de
I). .Taime, en que decía:

«Como principio de la reorganización que me propon-


go dar a nuestras fuerzas, declaro disuelta la Junta cen-
tral instaurada desde mi carta a mí querido Felíu en
noviembre de 1912, y asumo la suprema dirección, de-
signando como mi Secretario general político en España,
ínterin adopto una resolución definitiva, a D. Pascual
Comín, residente en Zaragoza, por cuyo conducto os haré
llegar mis instrucciones, y al que podéis desde ahora di-
rigir los votos que deseéis elevar hasta mí.»

En resumen, que este anacrónico partido se disolvía.

D Í A 19. —España en Marruecos.—Rodés, Romano-


nes y Lema.—Con motivo de discutirse el presupuesto de
5
66 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Estado, 86 trató del problema de Marruecos, pronuncian-


do interesantes discursos los Sres. Rodos, Conde de Ro-
manos y Marqués de Lema.

Atentado contra Clemenceau. —Se recibió en esta


fecha la siguiente noticia de París:
«Esta mañana, a las ocho y cuarenta y cinco, el
Sr. Clemenceau se dirigía en automóvil al Ministerio de
la Guerra.
»A1 pasar el vehículo por el ángulo que forman la
calle de Franklin y el bulevar Lesseps, un individuo
que estaba en acecho en el evacuatorio vecino corrió ha-
cía el auto empuñando una pistola.
»Ante8 de que los agentes que escoltaban a Clemen-
ceau pudieran impedirlo, el sujeto en cuestión hizo fuego
contra el conductor del auto, que recibió un balazo.
»Otro disparo hirió asimismo a un guardia de la Paz
que entonces se acercó para quitarle el arma.
>E1 agresor, volviendo la pistola hacia la ventanilla
del carruaje, hizo tres disparos más, que atravesaron la
capota. Uno de los proyectiles hirió levemente en un hom-
bro al jefe del Gobierno francés, que se había asomado a
la ventanilla para enterarse de lo que ocurría.
»A1 ver que acudían otros agentes de vigilancia, el in-
dividuo en cuestión hizo fuego contra ellos, hiriendo a
uno. La gente corría asustada en todas direcciones; pero
al ver que el arma estaba ya descargada, cooperaron a
la detención del agresor, que se defendió a puñetazo lim-
pio durante largo rato.
»A1 cabo lograron reducirlo a la impotencia, lleván-
doselo a la Comisaría inmediata, adonde le siguió un nu-
meroso grupo que quería lincharlo.
> Aunque en un principio se supuso que se trataba de
un subdito ruso, añilado al bolcheviquismo, resulta que
ello no es cierto. El agresor, que se apellida Cottint, es
francés y reside en Compiegne.»

Las heridas de Clemenceau no fueron de importancia;


pero el hecho produjo gran sensación en España. En el
Congreso se trató el asunto.
FEBKEKO DE 1919 67

El Sr. Presidente del Consejo dijo que, con verdadero


pesar, iba a dar cuenta del atentado de que había sido
víctima el Sr. Clemenceau. Leyó el telegrama de nuestro
Embajador en París y pidió que el Presidente del Congre-
so enviase al Gobierno fi-ancés la expresión de sentimien-
to de la Cámara española, y con ella de toda España, p«r
este inicuo acto.
El Sr. Presidente dedicó frases de sentido elogio a la
figura del Presidente del Consejo de Ministros de Francia.
Por unanimidad se acordó que constase en acta el sen-
timiento de la Cámara.
Día21.—Crisis.—Salida de Argente.—Nombramien-
to de Rodríguez (D. Leonardo).—Sorprendió a todo el
mundo la repentina dimisión del Ministro de Abasteci-
mientos, Sr. Argente, y su sustitución por el Diputado
conservador D. Leonardo Rodríguez. Los que estaban en-
terados veían bien que la actitud del Alcalde y el Gober-
nador, claramente contraria al Ministro, hacía muy difícil
la situación del Sr. Argente.
Y, por si esto fuese poco, la resistencia de éste a su-
primir los Sindicatos harineros le había creado una situa-
ción muy grave en el Congreso; prueba de ello, la propo-
sición incidental acordada por un número considerable de
Diputados y Senadores que representaban comarcas agra-
rias, y que fué presentada a la Cámara para ser apoyada
en la sesión de esta tarde por el Sr. Gasset.
La importancia de dicha proposición incidental se de-
muestra con sólo consignar que la firmaban, además del
Sr. Gasset, los Sres. Martínez Acacio, conservador; Ma-
tesanz, albista; Castrovido, republicano; Rivas Mateos,
amigo del Sr. Alcalá Zamora; Duque de Almodóvar, gar-
ciprictista, y Yáñez.
En esta fecha dimitió el Sr. Argente, y el Presidente,
Conde de Romanones, creyó oportuno buscarle sustituto
entre los conservadores.
La explicación dada en el Congreso, al plantearse el
d ebate sobre la crisis, fué muy obscura.
«Necesitaba—dijo el Conde de Romanones— una perso-
na competente, y pense en el Sr. Rodríguez, que con tanto
acierto desempeñó la Dirección de Comercio,
68 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

»A la una salí de Palacio; a las dos y media juraba,


y ahi esttá.» (Grandes riitan y rumores.)
El Sr. Dato it\tervino y dijo: «Debo hacer constar que
el noinbríimicnto del Sr. Líodriguex no supone la colaíio-
ración de la minoría; el Sr. Rodríguez no ha llevado al
Gobierno más que su representación personal. >
El Sr. Prieto dijo: «Hay otra incógnita. Se ha rumo-
reado que el Sr. Rodríguez ha venido al Ministerio por
designación del Sr. Cambó.»
El Presidente del Consejo: «No lo sabia.»
El Sr. Prieto: «Estamos tan acostumbrados a la igno-
rancia de su señoría, que no nos sorprende esa manifes-
tación.»
Nuevamente el Presidente del Consejo encerróse en
equívocos y subterfugios de todo género para evitar la
explicación de la crisis, apelando, en último término, a
la lectura de una carta del Sr. Argente, que más contri-
buyó a agravar qu"e a resolver el embrollo parlamentario,
ya que el Sr. Argente decía en tal documento, que si aban-
donaba el Gobierno, era porque éste no compartía el pro-
grama de radicales medidas que hubo de proponerle para
afrontar la crisis de las subsistencias, y que, en cambio,
se le excitaba a cómodas transacciones que su dignidad
no le permitía aceptar.
Inútil es decir más. Sino que el Sr. Argente siguió
siendo persona de la más íntima confianza del Sr. Presi-
dente del Consejo.
Según la opinión, no estuvo acertado el Sr. Conde de
Romanones. El Sr. Rodríguez era íntimo del Sr. Cambó
y su representante en regionalismo en Galicia, y estaba
relacionado, según de público se dijo, con algunas em-
presas navieras.

Gran conflicto en Barcelona.—Se declara la huelga


general.—Se recibieron las siguientes noticias de la ca-
pital catalana:
«Como se venía anunciando, los obreros de cLa Ca-
nadiense» han declarado hoy la huelga general.
»Como consecuencia de esta declaración, el personal
FEBRERO DE 1919 69

de tranvías ha abandonado el servicio, cesando comple-


tamente la circulación en la ciudad.
»Los obreros del ramo de aguas han dejado también
el trabajo, siendo, por esta causa, en extremo difícil el
abastecimiento de la población.
»Lo8 operarios de las fábricas del gas y de electrici-
dad han abandonado el trabajo, parándose el suministro
de energía y de luz.
»La ciudad ha quedado completamente a obscuras.»
Este era el conflicto que más preocupaba al Gobierno,
y que, en realidad, borró todos los otros.
Además, en Madrid se había declarado la huelga de
panaderos. Afortunadamente, el Alcalde, Sr. Garrido Jua-
risti, resolvió bien el conflicto.
Muerte de Julio BurelL—En esta fecha falleció don
Julio BurelL
Había nacido Burell en Iznájar (Córdoba) en 18B9. Hizo
sus estudios en el Instituto cordobés de la Asunción, en
otro libre de Loja y en el de Málaga. Ya desde los quince
o diez y seis años comenzó a asombrar por el fuego y la
pasión que en toda discusión ponía, por los impetuosos
discursos que pronunciaba y por los vibrantes artículos
que escribía.
Llegado a Madrid, pronto se distinguió en la famosa
Cacharrería del Ateneo, donde su talento fué unánime-
mente reconocido. Pero su vocución le llevó a cultivar
exclusivamente el periodismo. Un artículo^ especialmen-
te, le valió un triunfo. Se titulaba «Jesucristo en Fornos»,
y el acierto fué tal, que consolidó la fama de su autor.
Por cierto que a él no le gustaba el artículo, y años
después le molestaba que se lo recordasen, y... con razón.
Peí o donde la labor periodística de Burell fué más ac-
tiva e intensa, donde más demostró sus excepcionales
dotes de periodista político, fué en el Heraldo de Madrid,
al lado del Sr. Canalejas.
Después perteneció a El Inqmrcial y El Gráfico. Últi-
mamente, al fundarse El Mundo, lo dirigió durante algún
tiempo.
Como político, tuvo representación en el Parlamento
desde muy joven con carácter conservador.
70 80L.DKVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Fué sucesivamente Gobernador civil de Jaén, Toledo,


con Cánovas, y Granada, y Director general de Agricul-
tura y de Obras públicas.
Al formarse el Gobierno presidido por el Sr. Canale-
jas, fué nombrado Ministro de Instrucción pública. Des-
pués, en Gabinetes del Marqués de Alhucemas, fué Minis-
tro de Instrucción y de Gobernación, y, por último, ya
recientemente, otra vez de Instrucción pública.
La Academia Española le había elegido, hacia unos
meses, individuo de número. Era también Consejero de
Estado y poseía la gran cruz de Alfonso XII.
D Í A 2 3 . - La situación política.—Era muy grave. El
Conde de Roraanones estaba dispuesto a dejar el Poder,
conteniéndole sólo el estado de anarquía existente en al-
gunas provincias (en Palma de Mallorca estaban en esta-
do de guerra).
La situación de Barcelona continuaba igualmente
grave, y menudeaban los conflictos y los atentados.
DIA24.—Planteamiento y solución de la crisis.—
A la hora de costumbre, poco después de las diez y media
de la mañana, acudió a Palacio el jefe del Gobierno.
El anuncio de que iba a presentar la dimisión del Mi-
nisterio hizo que, como siempre, los alrededores de la
puerta del Príncipe estuvieran desde primera hora muy
concurridos por periodistas, y que en la plaxa de Oriente
abundaran los grupos de curiosos.
El Conde de Komaiiones, al llegar al Alcázar, se limitó
a decir que había recil)ido en su domicilio varias visitas,
y que iba a despachar con Su Majestad.
La entrevista del Conde de Komanones con el Sobe-
rano duró hasta las doce menos cuarto. Como es natural,
en cuanto el Presidente apareció en el zaguán, fué rodea-
do por los periodistas, a quienes habló en el acto del si-
guiente modo:
tPoco he de decirles. He presentado a Su Majestad mi
dimisión y la de todo el Gobierno, por motivos (pie están
bien evidentes y que se relacionan con la actual situación
parlamentaria, y las dificultades para los presupuestos
especialmente.
FEBRERO DE 1919 71

»E1 Rey ha estimado que esta dimisión no tenía como


fundamento aquellas exigencias en que otras veces se han
apoyado los jefes de Gobierno para dimitir sus cargos, y
haciéndome ver el estrago que producirla en estos mo-
naentos suscitar una crisis, que traería consigo un periodo
sin Gobierno — tanto más cuando las circunstancias,
aunque han mejorado en Barcelona, no son aún completa-
mente satisfactorias—, me ha ratiñcado una vez más sü
confianza y me ha rogado que continúe al frente del Go-
bierno, recordándome que la principal finalidad del Mi-
nisterio que formé hace tres meses fué la aprobación de
los presupuestos.
»Ante el requerimiento del Rey, yo no podía seguir
discutiendo—con los Reyes no se discute—; pero indiqué
al Monarca la conveniencia de que no se mantenga ais-
lado, por temor a suspicacias y comentarios, de aquellos
hombres que dirigen las fuerzas parlamentarias.
»En efecto; Su Majestad conversará estos días—hoy,
con uno; mañana, con otro, y pasado, acaso con ningu-
no—con los distintos jefes de grupos, sin que estas con-
versaciones supongan en modo alguno consultas, ni den
lugar a incertidumbres. Por eso les prevengo yo, para
evitar luego infundadas alarmas de l'rensa.
»Y nada más, señores. Esta tarde tendremos Consejo,
y mañana, a las Cortes.»
—De modo, Sr. Presidente, que sigue usted...
—Sigo yo... No quiero emplear el verbo que se me
ocurre, porque es demasiado expresivo. Pero no hay más
remedio.
El Rey y los jefes políticos. - E l Sr. Dato, en Pala-
cio.—La serie de conversaciones anunciada por el jefe
del Gobierno comenzó a las seis menos cuarto de la tarde,
hora en que llegó a Palacio el jefe del partido conser-
vador.
AI salir, dijo:
<Su Majestad me ha dado cuenta de la dimisión pre-
sentada, por el Conde de Ronianones y de la ratificación
que le ha hecho do los poderes, ratificación que yo he
aplaudido.
72 SOLDETILLA,—EL AÑO POLÍTICO

•Reiteró a Su Majestad que el partido conservador


seguirá, como hasta aquí, prestando su apoyo al Gobierno
y procurando facilitar la discusión y votación do los pre-
supuestos. Luego me preguntó el Monarca mi opinión so-
bre los distintos problemas de actualidad, y le he expuesto
mi criterio. Su Majestad se propone consultar sobre estos
problemas la opinión de los demás jefes de fuerzas par-
lameutaria3.>

Preguntaron también los periodistas cucálcs eran los


problemas objeto de la consulta y si entre ellos estaba el
de la autonomía.

«Todos los problemas—contestó el Sr. Dato — : los de


política interior y los de política exterior. De éstos espe-
cialmente, en una conversación larga e intima con Su
Majestad, se pueden expresar los juicios con más clari-
dad y precisión que puede hacerse en una sesión de Cor-
tes; pues en ésta los hombres políticos han de sentirse,
naturalmente, un tanto cohibidos por deberes de discre-
ción. Por ello ha querido Su Majestad conferenciar con
los jefes de grupos.»

Los periodistas se despidieron del Sr. Dato, dicién-


dole:
—Entonces, hasta dentro de unos días.
—No—contestó el Sr. Dato—. Es de esperar y de
desear que sea dentro de mucho tiempo, porque esto es
lo que necesita el país, es decir, Gobiernos duraderos.

D Í A 25.—El Sr. Alba, en Palacio.—Cerca de una


hora duró la permanencia del Sr. Alba en Palacio.
Salió momentos antes de la una, e hizo las siguientes
manifestaciones:
«S. M. el Rey se ha dignado preguntarme acerca do
la situación política y parlamentaria.
»Yo le he contestado cotí mi car.'icterística sinc(íri(lad,
y que no excluye respeto, que debe ser la primordial con-
dición de todo hombre público.
»En cuanto a la situación política, dije al Rey que nos-
FEBRERO DE 1919 73

otros, fieles al compromiso que contrajimos con este Go-


bierno, le apoyaremos para lef^alizar la, situación (>conó-
mica; pero he advertido a S. M. que i)or empeño de rea-
lizarle no ha de atropellarse la aprobación de las leyes
de ingresos, que tanto importan a los contribuyentes. Di-
chas leyes serán examinadas con serenidad. A ello se
avino el Conde de Romanónos eu la reunión de las mino-
rías.
»Nosotros no nos hemos mostrado remisos en el cum-
plimiento de nuestro deber.»
Las huelgas.—Estas se extendían por toda España.
En Valencia, en El Ferrol, en Salamanca, en Castellón,
en Cádiz, en Sevilla y en otros puntofí alcanzaron verda-
dera importancia. La de Barcelona seguía.

D Í A 27.—Suspensión de las sesiones de Cortes.


En el Congreso.—Sorprendió mucho lo acontecido en
este día.
Apenas sentado el Sr. ViUanueva en el sillón presi-
dencial, y habiendo escasa concurrencia en escaños y
tribunas, el Sr. Presidente del Consejo de Ministros su-
bió a la tribuna de Secretarios y dio lectura al siguiente
decreto:
clisando de la prerrogativa que me corresponde, con
arreglo al iirtículo 32 de la Constitución de la Monarquía,
y de acuerdo con el parecer de mi Consejo de Ministros,
vengo en decretar lo siguiente:
»Artículo único. Se suspenden las sesiones de Cortes
en la presente legislatura.
»Dado en Palacio, etc.»

El Conde de Romanones explica su decisión.—La


lectura del decreto que antecede produjo un gran revue-
lo en el salón de sesiones, y más tarde en los pasillos de
la Cámara.
El jefe del (Jobieriio, que, sin despojarse del unifor-
me, se disponía a marchar al Senado con objeto de dar
lectura del decreto en ¡iquella ('amara, fué abordado por
loa periodistas, ya en la puerta del ascensor.
74 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

«Esto se ha terminado—dijo el Presidente—. Yo no


tenía más remedio que hacerlo. La sesión de ayer colmó
la medida, porque en ella se plantearon .-isiintos que es
imposible tocar mientras se negocian en el Extranjero.
(vSe refería a la cuestión internacional y, sobre todo, a
Marruecos.)
»Yo no podía estar aquí, como se me reclamaba, y
cumplir al mismo tiempo mis deberes en lo que se refiere
al orden público.
•Además, no hay que olvidar que desde que se abrie-
ron las Cortes no se ha conseguido hacer, en materia de
presupuestos, más que aprobar el capítulo de <Obliga-
ciones generales», el de la Presidencia y tres del presu-
puesto del Ministerio de Estado.
»Yo no tengo la menor culpa de esto. Creo que más
culpables que yo son los que han entorpecido la labor del
Gobierno.
»Y ahora, señores, a pasar buen Carnaval.>
Con esto terminó su conversación el Conde de Roma-
nones, y marchó al Senado. A pesar de estas explicacio-
nes, ningún hombre político se explicaba lo ocurrido.
Se celebró Consejo, y a los periodistas se les facilitó
la siguiente nota oficiosa, al terminar la reunión.

«El Consejo ha estimado necesario, después de haber


acordado, bajo la presidencia de S. M. el Rey, la suspen-
sión de sesiones de Cortes, explicar a la opinión los mo-
tivos de dicho acuerdo.
»E1 Gobierno no podía continuar intentando inútil-
mente, con inutilidad bien demostrada en las últimas se-
siones del Congreso, el avance en la discusión del prosu-
puesto y la resolución de los problemas encomendados a
la deliberación del Parlamento.
»La actuación del Gobierno en las Cámaras, sobre re-
sultar ineficaz en el orden legislativo, tenía el inconve-
niente de restarle tiempo y actividad para el estudio de
los diversos conflictos sociales y de subsistencias plan-
teados en Espafia, a cuya solución necesita consagrarse
y se va a consagrar sin descanso, utilizando en defensa
del orden público todos los resortes del Poder y prepa-
FEBRERO DE 1919 75

rando las formas jurídicas en que habrán de hallar re-


conocimiento y satisfacción, en todo lo que tienen de le-
gítimas, las aspiraciones que promueven aquellos con-
flictos.
»A estas razones ha obedecido el acuerdo unánime del
Consejo de esta mañana.
•Conocidas las noticias comunicadas por el Ministro
de la Gobernación respecto a la situación en la provincia
de Lérida, el Gobierno ha acordado suspender en la mis-
ma las garantías constitucionales.»
Los catalanistas y Marruecos.—El Sr. Vivero ex-
plicó en El Imparcial la actuación catalanista en la cues-
tión de Marruecos, de este modo:
«Los Sres. Rodos y Cambó han tenido la desgracia de
coincidir en la intención y el tiempo con la ofensiva im-
perialista francesa contra innegables derechos españoles
en Marruecos. Cuando en París se demandaba la revisión
del Convenio de 1912, lo pedía aquí, con idéntico alcan-
ce, el Sr. Rodés; cuando se reclamaba en la almoneda de
las grandes Potencias aliadas, en nombre de Francia, la
delimitación de nuevans zoas, el Sr. Cambó se alzaba en
su escaño para aconsejar la cesión a los colonistas fran-
ceses de once o doce mil kilómetros cuadrados de nuestro
territorio norteafricano; esto es, la formación de nuevas
zonas. Quede ahí la noticia de la extraña coincidencia y
experimente cada cual el asombro que le parezca opor-
tuno.
»Del Sr. Rodés ya sabemos que es partidario del aban-
dono de Marruecos desde que, a su vuelta de París en
1914, vino a propugnar en el Congreso una teoría anties-
pañola. Pero, ¿cómo comparte hoy ese criterio el señor
Cambó, tan airado entonces contra el Sr. Rodos?
•Sorprende la coincidencia del nacionalismo catala-
nista con el imperialismo galo.
•El Sr. Cambó, que ahora, en un alarde de patriotismo
transpirenaico, declara que nuextra situación en el conti-
nente africano no puede plantear nunca para España un pro •
blema de dignidad, afirmaba en 1914 que abandonarlo seria
una vergüenza para el país, declaración voluntaria de la
76 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

quiebra de España. El que hoy suscribe, sin ruborizarse,


la tesis francesa de nuestra renuncia a Marruecos, en
1914 sentíase escandalizado jwr la proposición aquí ea'pues-
ta por el Sr. liodés. Quien a la hora de ahora propu^'na
que debemos darle a Francia los terrenos que codicia,
porque nunca nos servirán para nada, veíales tanto valor
en 1914, que aunqtie su evacuación no fuese deshonrosa y
pudiéramos retiramos sin vilipendio, ni aun en ese caso po-
dríamos abandonar la zona de protectorado •»

D Í A 28.—Grave motín por subsistencias en Ma-


drid.—En esta fecha se promovieron graves disturbios
en Madrid a causa de la carestía de la subsistencias.
A las diez de la mañana acudió un grupo de mujeres
al Ayuntamiento profiriendo gritos de: ¡Mueran los ladro-
nes! ¡Abajo los que comercian coa el pueblo! ¡Queremos
pan barato!, y otros parecidos.
Algunas de las que más gritaban propusieron un asal-
to a las tahonas, y la idea fué acogida con unánimes de-
mostraciones de entusiasmo.
Las mujeres dirigiéronse luego a los barrios bajos,
produciendo gian alboroto, y en el Rastro, la plaza de la
Cebada y calles adyacentes, obligaron a retirar los pues-
tos ambulantes de toda clase de mercancías.
Quienes no obedecieron en el acto veían aparecer por
el aire las mercancías, y si protestaban, lo pasaban mal.
Por todos los barrios bajos fueron asaltadas y destro-
zadas infinitas tiendas de comestibles y tahonas, sin que
realmente—digamos la verdad—la fuerza pública hicie-
se gran cosa en contra de los manifestantes.
A las dos de la madrugada se verifícó en la Puerta
del Sol la proclamación del estado de guerra.
La realizó una compafiía del regimiento de León, con
bandera y banda de cornetas y tambores.
Formadas las fuerzas dando fj ente al Ministerio de la
Gobernación, el Coronel sargento mayor de la plaza leyó
el bando del Capitán general y una alocución dirigida al
vecindario madrileño.
Proclamada la ley marcial, el Capitán general dispu-
so la distribución de fuerzas para la vigilancia de las
calles.
FEBRERO DE 1919 77

Aquélla quedó encomendada a la brigada de Húsares,


que se distribó estratágicamonte en piquetes, y a la Guar-
dia civil de caballería'.
Las fuerzas do otras armas no saiici'on de los cuarte-
les hasta las seis de la mañana.
A esta hora se hizo la distribución de las mismas
para vigilar las fábricas, talleres, edificios públicos y
comercios.
La Infantería estuvo dividida en secciones y acampa-
ba en las plazas.
La Artillería y secciones de ametralladoras se halla-
ban en los barrios extremos.
Hubo 63 detenidos. Las clases conservadoras censu-
raron mucho la pasividad de las Autoridades.
La Época dijo:
«El vecindario de Madrid se ha visto intranquilizado
todo el día con la peiturbación grave, engendrada en las
calles por los asaltantes de tahonas y tiendas. Los suce-
sos continúan con mal cariz a la hora en que cerramos
esta edición.
Las Autoridades y el Poder público deben aplicarse a
corregir los abusos que en el encarecimiento de la vida
pueda haber; pero deben proteger también la normalidad
pública y la seguridad y hacienda de los ciudadanos.
Costosa está la vida; pero no creemos que los desafue-
ros de hoy sirvan para mejorarla.»

Y tanto pudieron, que más adelante se indemnizó a


los comerciantes de las pérdidas sufridas.

El Gobernador y los panaderos.—Con una fórmula


propuesta por el gobernador, Sr. Romeo, se terminó el
conflicto de la huelga de panaderos por breve tiempo.
MES DE MARZO

DÍA 1.°—La incautación de las tahonas.— El Go-


bierno dirigió al Gobernador una comunicación, en la
que disponía lo siguiente:
«Primero. Autorizar a V. E. para que se incaute e
intervenga, según loá casos, las fábricas de paniñcación
y tahonas de esta corte, con objeto de que no se inte-
rrumpa un solo momento la elaboración del pan.
•Segundo. Que se proceda a reanudar el trabajo en
unos y otros establecimientos, con arreglo a las siguien-
tes bases.» Etc.
El Sr. Romeo llevó a cabo con celeridad y buen éxi-
to la medida.
DÍA 2.—La exportación del aceite.—Catorce millo-
nes de kilos en dos meses.—Según estadística publica-
da por la Gaceta, en el mes de febrero anterior, fueron
exportados 9.682.201 Kg. de aceite.
Como la exportación fué en enero de 4.632.361 Kg.,
el total durante los dos meses se elevaba a 14.264.662
kilogramos.
Y entretanto, en España, el aceite, por las nubes.
Era un verdadero escándalo.
DÍA 3.—Después de los sucesos.—Levantamiento
del estado de guerra.-Cumplidas las setenta y dos ho-
ras de detención que la ley concede, el Juez especial,
D. José Oppelt, decretó el procesamiento y prisión de
80 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

todos los detenidos a raíz de los sucosos del día 28, que
sumraban, aproximadamente, unoy .•'.'.K).
Un 20 por 100 de los detcTiidos (•(urospondía a suje-
tos del hani]);i, Indroiies piolVsion;ilcs a, quienes se pu(>-
de incluir en el dicho «A río levuclto, ganancia de pes-
cadores».
Kstos individuos se mezclaban entre los saqueadores
de huma fe, es decir, los que por indignación, por ham-
bre, por lo que fuera, franqueaban las puertas de las
tiendas y llegaban al interior para colmar sus apetitos.
Entonces, los del rio revuelto entraban a saco, y lo que ro-
baban lo malvendían inmeditataraente.
Se publicó el bando del Capitán general, levantando
el estado de guerra.

España y América.—Interesantes declaraciones del


Rey.—De una interviú celebrada con el Rey de España
por un redactor del Diario de la Marir.n, habanero, toma-
mos las siguientes declaraciones de S. M.:
«Espiritual, social y comercialmente estoy interesa-
do en el afianzamiento de las relaciones entre España y
América. Vinculadas por el idioma con lazos espiritua-
les irrompibles, esas 20 naciones americanas, en pleno
desarrollo y palpitando al unísono de las aspiraciones
modernas, marchan hacia- un futuro esplendoroso. Lo re-
conozco asi, y sepan esas 20 Kepúl)licas americanas que
tienen en España su casa propia, su nación solariega. A
la vez que esas naciones de América vienen hacia Espa-
ña por un camino de armonía y de luz, también yo se-
ñalo a los españoles las rutas de América como rutas de
confraternidad y de efusión.
•El florecimiento de aquellos países, emancipados con
personalidad acentuada, tiene en mi leales simpatías, y
cuantas más consideraciones y protección, respeto y
atenciones tengan aquellos Gobiernos y aquellos países
para las grandes colonias españolas, mayor será mi agra-
decimiento y el agradecimiento de toda España.»

Respecto al tratado de emigración hispano-cubano,


dijo D. Alfonso:
MARZO DE 1919 ai

€ Oportunamente le expresé al digno Ministro de Cuba,


la satisfación y el ngrado (luc me produciría que se
iniciasen las negociaciones, y después—¿por qué no he
do deíiirlo?—me han producido satisfacción la labor que
realiza, el Gobierno de Cuba y la de mi Gobierno a este
respecto. Desde luego sol)rc la base de la emigración go-
londrina. Precisamente el propio Sr. Marqués de Perijáa
estaba presente en la entrevista con el ilustre diplomáti-
co cubano. Y aquí, precisamente, tengo el informe del
Sr. Mariátegui, ministro de Cuba, elevado al Ministro
de Estado. Sólo hace una pequeña observación. Es lle-
gada la hora de los tratados y de los convenios entre Es-
paña y todos los países de América, para asegurarnos
unos y otros el porvenir.»
D Í A 7.— Contra el contrabando y el acaparamien-
to.—Se publicó el siguiente Real decreto:
«De acuerdo con mi Consejo de Ministros, y a pro-
puesta del de Hacienda,
»Vengo en decretar lo siguiente:
•Artículo 1.° Los que, con infracción de las disposi-
ciones vigentes, trataren de exportar al Extranjero subs-
tancias alimenticias serán considerados como reos del
delito de contrabando, definido en el articulo 3.°, núme-
ro 9, de la ley de 3 de septiembre de 1904, y comprendi-
dos, además, en el conexo del número 3.°, artículo 9.°,
de la referida ley; quedando, por tanto, incursos en la
pena de seis meses a tres años de prisión correccional.»
Asimismo se publicó otro contra el acaparamiento.
Por él se declaraba expresamente prohibida la tenen-
cia clandestina de trigo, cebada, centeno, arroz, judías,
lentejas, habas, garbanzos, avena, maíz, harina de es-
tas especies, aceito de oliva, patatas, huevos, azúcar,
carbón de todas clases, granos y semillas destinadas a
la alimentación del ganado, distintas a las anteriormen-
te expresadits, nitrato de sosa, sulfato amónico, super-
, fosfatos de cal, cloruro y sulfato de potasa, azufre, y, en
general, todos los abonos químicos.
Las penas que podían imponerse era de tres clases:
82 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

principales, accesorias y subsidiarias. Las principales


oran: prisión correccional de seis meses a tres años y
multas. La accesoria, comiso e inliabilitación para el
desempeño de cargos públicos y pago de costas procesa-
les. La subsidiaria, por insolvencia del reo para satis -
facer las penas pecuniarias, el arresto o la prisión co-
rreccional, a razón de un día por cada cinco pesetas de
multa. El arresto o prisión no podría exceder de un año.
Las penas de multa nunca tendrían el carácter de aflic-
tivas, cualquiera que fuere su cuantía.
El vendedor que pretendiese eludir los efectos de la
tasa y fijación de precio, entregando al comprador ar-
ticules que no correspondieran en peso, unidad o clase a
los fijados para determinar su precio, sería entregado a
los Tribunales como presunto autor del delito de estafa.
En general, se conocieron muy poco loa efectos de es-
tas plausibles medidas. Se nombraron inspectores, a fin
de que llevaran a la práctica estas disposiciones. En ge-
neral, los nombramientos (que eran compatibles con todo
otro destino), con raras excepciones, no sirvieron más
que para favorecer a los privilegiados, permitiéndoles
faltar a su oficina en Madrid, donde cobraban su sueldo,
y cobrar otro en alguna provincia.

D Í A 8.—La movilización de los obreros de La Ca-


nadiense.—El Gobierno, visto el giro que tomaban los
acontecimientos, se vio obligado a publicar el siguiente
decreto:
«Artículo 1.° Con arreglo a lo prevenido en los ar-
tículos 219, 220 y 221 de la vigente ley de Reclutamien-
to, queda el Ministro de la Guerra autorizado para llamar
a filas, en su totalidad o en parte, a los individuos de se-
gunda situación de servicio activo, pertenecientes al de
las industrias comprendidas en los servicios de suminis
tro de energía eléctrica, transporte, alumbrado e indus-
trias y los de agua para riegos o abastecimiento de po-
blaciones, o dedicados habitualmente a ocupaciones de
esta clase.»
D Í A 9.—Una bomba en Barcelona.—Seguía igual
MARZO DE 1919 83

O peor la situación de Barcelona. En esta fecha se reci-


bió la siguiente noticia:
«A las diez menos cuarto de la noche, en la calle de
Córce,íi;a, estalló una bomba.
»La detonación fué tan tremenda, que los cristales
de muchas casas do los alrededores se hicieron añicos.
Una reja adosada al edificio quedó arrancada de cuajo.
íPasados los primeros momentos de estupor, se obser-
vó que en el suelo había varios heridos que demandaban
socorro. Recogidos inmediatamente, fueron llevados al
Dispensario de la barriada de Gracia, donde se les prac-
ticó la pi-imera cura.
«Gustavo Blanch, herido por la explosión de la bom-
ba, falleció.»
D Í A 10.—Amenaza de los sindicalistas.—Al decreto
de movilización de los obreros, contestaron los sindica-
listas con la siguiente circular:

«A todos los empleados movilizados:


• Señor: Enterada la organización obrera de Barce-
lona, y teniendo en cuenta el bando puesto por la prime-
ra Autoridad militar, y creyendo nosotros que esto sería
una fuerza para contrarrestar la fuerza indestructible de
la organización de Cataluña, hemos determinado:
»Todo individuo sujeto a las reservas que acepte el
bando militar, tendrá también que aceptar las conse-
cuencias en su propia persona, y para terminar, le deci-
mos que escoja de las dos suertes que tiene delante.—.E?
Comité de organización.»

D Í A 11.—LOS atentados sindicalistas.—Temor de


los testigos y de las mismas víctimas.—Por otra parte,
en la ciudad catalana, con motivo de los procesos de los
atentados sindicalistas, se repetían los hechos acaecidos
en la temporada de las bombas, es decir, que «nadie
sabía nada, ni habia visto nada>.
Véase lo que dijeron de aquella ciudad:

«Esta mañana se ha reanudado en la Audiencia la


84 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

vista de la causa instruida por asesinato frustado del


mayordomo de la Casa Balct y Vendrell.
»La Autoridad había adoptado iguales precauciones
que ayer en los alrededores del ediücio y en el interior
de éste.
»La sala está llena por completo. Domina el elemento
obrero.
»A1 abrirse la sesión compareció el agredido, D. José
OUer.
• Después de él declararon D. Juan Pladellorens y don
Juan Playa, quienes le acompañaban el día que fué ob-
jeto del atentado.
»A pesar de que en el sumario detallaron los tres el
hecho, acusando, especialmente el primero, a los hoy
procesados, en el acto del juicio no han precisado nada,
ni han acusado a persona alguna, negando las manifes-
taciones hechas anteriormente y desvirtuando otras. Al
ser preguntados, alegaron que debieron ser mal interpre-
tadas. Los tres adoptaron igual actitud, a pesar de las
insistentes preguntas del Tribunal.
»E1 Presidente les preguntó si habían sido amenaza-
dos o coaccionadoe para declarar en el sentido que lo
hacían, o si es que se sentían cohibidos, o si, en una pa-
labra, tenían miedo. Los tres contestaron negativamente.
>E1 Fiscal calificó de farsa indigna lo que ocurría, y
pidió la lectura integra de las declaraciones que habían
prestado en el sumario los tres declarantes, que conti-
nuaron en la sala a disposición del Tribunal, por orden
del Presidente.
»En vista del resultado de la prueba, la acusación
privada se ha retirado, desistiendo de continuar, toda
vez que ninguno de los agredidos ha formulado cargo al-
guno contra los procesados.>
El procesado quedó absuelto, a pesar de la acusación
fiscal, por no aparecer contra él prueba alguna, pues ni
el agredido le acusó de nada.
Y lo mismo sucedió con los restantes, y eso que pa-
saban ya de sesenta los patronos o empleados de fábricas
asesinados, o gravemente heridos, al decir de las gentes,
por los sindicalistas.
MARZO DE 1919 85

El Sr. Doval, a Barcelona.—Como hombre de con-


fianza del Presidente del Consejo, fué nombrado Jefe Su-
perior de Policía de Barcelona D. Gerardo Doval, ilus-
tre abogado y famoso criminalista, de cuyas altas dotes
esperaba mucho el Gobierno.
En esta fecha salió para Barcelona el Sr. Doval.

Importante decomiso en Sevilla. —En esta fecha fa-


cilitó la siguiente nota oficiosa el Ministerio de Abasteci-
mientos:
«Loa inspectores nombrados por el Ministerio de
Abastecimientos para proceder a las incautaciones han
llegado a sus destinos.
»En Sevilla hicieron un reconocimiento en la finca
derjominada La Rinconada, perteneciente al Sr. Sánchez
Dalp, que tenia dcchxrados 28.000 Kg. de trigo y peque-
fias cantidades de otros cereales, no teniendo declarada
la menor existencia de aceite.
»En el registro se han encontrado 138.427 Kg. de
habas, .1Í)7.7C)2 de trigo, -l.BDS de garbanzos, 24.7G4 de
avena, 3'.)(').ti7U de aceite, 87.770 de maíz y 26.9% de ce-
bada.
»Todas las existencias han sido incautadas por el Go-
bernador, y el Sr. Sánchez Dalp ha quedado sujeto, con-
forme a las últimas disposiciones, a un proceso. >
En total, se trataba de 1.176.796 Kg. de diversas sub-
sistencias.
Kl asunto metió mucho ruido; el Sr. Sánchez Dalp se
defendió, y terminó el proceso con la imposición de una
crecida multa, que luego le fué condonada.

El capitán Voyer, absuelto.-La Sala de justicia del


Consejo Supremo de Guerra y Marina dictó fallo absol-
viendo libremente de los delitos que le imputaban al Ca-
pitán D. Aníbal Voyer, durante los sucesos de Bilbao en
el aílo 1917.
F'.n su virtud, el mencionado Tribunal ordenó telegrá-
ficamente al Capitán general de la sexta región que el
citado oficial fuese inmediatamente puesto eu libertad.
86 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

D Í A 12.—El estado de guerra en Barcelona.—Hubo


Consejo de Ministros. Se consultó a Barcelona sobre
la conveniencia de declarar el estado de guerra.
Las Autoridades tuvieron poco que deliberar. En
cuanto recibieron la aprobación del Gobierno, acordaron
declararlo.
Aparte de otras consideraciones, al Gobierno le movió
a apelar al estado de guerra cierta reunión sindicalista,
que debía celebrarse aquella noche, no obstante hallarse
en suspenso las garantías constitucionales en la provin-
cia de Barcelona, en cuya junta parece que se iban a
adoptar acuerdos transcendentales.

Moróte, a Barcelona.—En conferencia que celebra-


ron el Presidente del Consejo y el subsecretario de la
Presidencia, D. José Moróte, se convino que por la tarde
marchara éste a Barcelona para realizar una misión in-
formativa, que sólo había de durar cuarenta y ocho
horas.
El Sr. Moróte se puso al habla con anterioridad con
elementos muy significados de la capital de Cataluña, a
quienes sirvió de intermediario estos días, para conferen-
ciar por teléfono con Madrid, el Alcalde accidental de
Barcelona, D. Emiliano Iglesias.
Fué este viaje un buen deseo del Sr. Conde de Roma-
nones, que le trajo nuevos y graves conflictoa, pues no
vio, en su afán de buscar solución por todos los medios,
que—dejando a un lado las relevantes condiciones de ta-
lento y de habilidad del Sr. Moróte—a las Autoridades
de Barcelona, especialmente al Capitán general, que
acababa de encargarse del mando de la provincia, por
haber declarado el estado de guerra, no había de pare-
cerles bien que se les mandara como una especie de dele-
gado del Gobierno, casi para contrastar su conducta o
para intervenir, a espaldas de ellos, en los conflictos pen-
dientes, a un funcionario de inferior categoría oficial que
la del Capitán general.
Si al menos se hubiera tratado de un Ministro, que
hubiera procedido de acuerdo con la alta autoridad mili-
tar, acaso las consecuencias hubieran sido otras; pero en
tales condiciones, no podía menos de surgir el conflicto.
MARZO DE 1919 87

La jornada de ocho horas.—Los Consejos parita-


rios.—En la nota oficiosa del Consejo de Ministros se de-
cía lo siguiente:
«Se ha acordado fijar en ocho horas la jornada má-
xima para el ramo de construcción en toda EspaRa; crear
asimismo en toda Espafia los Consejos paritarios, encar-
gados de seilalar el salario mínimo, nombrando desde'
luego una Comisión, compuesta de tres ol)rcros, tres pa-
tronos y tres arquitectos, que, sin perjuicio de la poste-
rior constitución del Consejo paritario, resuelva en el
plazo de cuatro días aquel extremo con referencia con-
creta al ramo de construcción en Madrid, y crear una
Comisión que estudie la oscilación del precio de los mate-
riales desde el afio 1911 al actual»

DIA 13.—El nuevo Gobernador de Barcelona.—El


Rey firmó un decreto nombrando gobernador civil de
Barcelona a D. Carlos Montañés.
En el expreso de las seis y veinte de la tarde marchó
el Sr. Montañés a Barcelona. Le despidieron en la esta-
ción el jefe del Gobierno, el Ministro de Instrucción pú-
blica, el director de Obras públicas, Sr. Azqueta, y algu-
nas otras personas.
Dijo el nuevo Gobernador a El Mundo:
<E1 problema de Barcelona lo resolveré, y pronto.
»No haré el juego ni a catalanistas, ni a republi-
canos, ni a monárquicos.
«Anteayer me llamó el Conde de Romanones y rae
dijo que necesitaba de raí, porque yo conocía a fondo
Barcelona.
>Creo que conozco aquello bien, porque he vivido en-
tre los obreros y entre los industriales, y sé que unos
pueden pedir y los otros conceder.»
Chocaron a mucha gente estas declaraciones tan opti-
mistas y este noml)raniiento, que parecía otra genialidad
de las {{ue, en este orden de personal, venía llevando a
cabo el Conde de Romanones, pues no se tenían noticias
de condición especial alguna que explicara la designa-
88 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

clon. El Sr. Montañés era ingeniero, había sido obrero e


ingeniero jefe de La Canadiense.
D Í A 15.—Barcelona sin periódicos.—La censura
roja. -Seguía la anormalidad en Barcelona, ocurriendo
muchos incidentes y algunas agresiones.
En esta fecha, los obreros del Sindicato de improntas
de periódicos recibieron una comunicación, con el sello
del Sindicato de Artes Gráficas.
i^í^En su virtud, todos los tipógrafos de las imprentas de
periódicos abandonaron el trabajo. Por lo tanto, no se
publicó ningún periódico en Barcelona.
Antes de esto, ya se habían negado a componer nada
relativo a la huelga que no favoreciese a los obreros.

f^'DIA 16.—La jornada de ocho horas.—En la Gaceta


de esta fecha, se insertó el Real decreto anunciado para
la concesión de la jornada de ocho horas a todos los ofi-
cios de la construcción. He aquí la parte dispositiva:

fArtículo 1.° Se establece la jornada máxima de ocho


horas para los oficios del ramo de construcción en toda
España.
»Art. 2.° El Gobierno adoptará las determinaciones
que estime convenientes, en relación con la solicitud de
aumento de jornal formulada por los obreros del ramo de
construcción, en cuanto conozca el dictamen de la Comi-
sión mixta nombrada con este objeto por Real orden de
13 del actual, que deberá ser elevado al Gobierno en el
plazo de setenta y dos horas, señalado en dicha soberana
disposición; y
»Art. 3." En el término de ocho días, oído el Instituto
de Reformas Sociales, se crearán, por Real decreto, en
toda Espafia, los Consejos paritarios que han de entender
en los problemas relacionados con el capital y el trabajo,
y proponer al Gobierno las soluciones que estime perti-
nentes. »

Firmaban el decreto el Presidente del Consejo y todos


los Ministros.
MARZO DE 1919 89

D Í A 17.—Solución de la huelga de La Canadiense


en Barcelona. —Se dio como arreglada esta gravísima
cuestión.
El propio Conde de Romanones deoia, al recibir las
enhorabuenas de los periodistas, (]uea la una de la tarde
parecía todo en buen camino; a las cinco se habían pre-
sentado dificultades; a las seis no podía d;ir una contesta-
ción resuelta, y por fin, a las ocho y media se firmaba
el convenio. El Subseci-etario de la Presidencia, el Go-
bernador civil de Barcelona y el Jefe de la Policía bar-
celonesa lo suscribieron en nombre de la Autoridad.
D Í A 18.—Solución de la huelga de Barcelona. - E l
presidente del Consejo, Sr. Conde de Romanones, mos-
trándose muy satisfecho, dijo en esta fecha:
«Al fin, después de una lucha tremenda, se firmaron
las bases de arreglo en Barcelona. Ha durado la negocia-
ción todo el día. A la una de la tarde, el Sr. Moróte me
transmitió impresiones optimistas; pero, a pesar de olio,
mi intranquilidad continuaba, porque en estos asuntos
surgen dificultadíjs a cada momento. A las cinco de la
tarde, como yo me temía, me dijo que una de las condi-
ciones era discutidísima y que tal vez diera origen al
rompimiento. A esa hora me preguntó una alta persona-
lidad, y nada en concreto pude contestarle, y lo mismo
ocurrió a las siete de la tarde. Al fin, a las ocláo y media
en punto, las bases fueron firmadas, y me dieron la noti-
cia los Sres. Moróte, Montañés y Doval, que estaban
reunidos.
»Yo ya sé que ciertos elementos hablarán mañana de
claudicaciones del Poder público, de que era necesario
dar la batalla, y de que así no es posible gobernar. No
rae importa. DoTide me (jonvenia decirlo, ya dije esta
mañana que estos son mis procedimientos y que a ellos
ajusto siempre mi conducta.»
Lo ocurrido fué lo siguiente, narrado por un testigo
presencial:
<El mitin.—A. las nueve de la noche se celebró el
anunciado mitin sindicalista en el teatro del Bosque.
90 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

•Como delegado del Gobernador, tomó asiento en el


escenario el propio jefe de Policía, D. üer.-irdo Doval.
»K1 Secretario lee las bases ñrniadas la noche ante-
rior por los representantes del GTobicrno, de las Compa-
ñías y de los obreros.
»Los concurrentes las aprueban por aclamación y se
acuerda por unanimidad reanudar el trabajo.
>Iba a darse por terminado el mitin; pero la concu-
rrencia pidió a grandes voces que se diesen explicaciones
sobre lo pactado acerca de la libertad de los presos.
»Y como en esta petición insistieran reiteradamente
los asistentes, el Comité de huelga leyó una carta del señor
Moróte, en la cual éste se comprometía a que el Gobierno de-
jase en libertad a los presos en los incidentes de estos días.
»Asiraismo se leyó una carta, firmada por todas las
Compañías cuyo personal estaba en huelga, comprome-
tiéndose a readmitir a todos Jos obreros.
»No se dieron por satisfechos los reunidos con el ofre-
cimiento escrito del Sr. Moróte, y persistieron en deman-
dar la libertad inmediata de los presos.
• Entonces el Comité de huelga acordó, y comunicó a
los concurrentes, marchar en el acto al Gobierno civil
para solicitar autorización con objeto de celebrar al día
siguiente, por la noche, un segundo mitin en Las Arenas,
y en el cual daría cuenta del resultado de las gestiones
que inmediatamente iba a realizar para conseguir el cum-
plimiento de la promesa hecha por el Sr. Moróte.
• Pero, a pesar de estas explicaciones, tampoco se
apaciguaron las protestas, y el Comité tuvo que afirmar
que respondía con su vida de la libertad de los compa-
ñeros detenidos.
•Entonces pudo darse por terminado el mitin, y los
concurrentes abandonaron ordenadamente el local en que
se había celebrado.
»Los presos son puestos en lihertad-—Terminado el mi-
tin del Bosque, el Comité obrero de huelga visitó al Go-
bernador para pedirle la inmediata libertad de los com-
pañeros detenidos durante la huelga.
>E1 Gobernador les contestó que aquella misma noche
quedarían en libertad todos los presos y detenidos. Y así
sucedió.
MARZO DE 1919 91

»Lo3 Presidentes de los Sindicatos pidieron permiso al


Got)ernador para celebrar niafiana miércoles, por la no-
che, un mitin en Las Arenas.
>E1 Gobernador concedió en el acto la autorización.
»E1 Comité de huelga publicó la siguiente convo-
catoria:
€ Trabajadores: Haciendo honor el Gobierno a lo pac-
»tado con la representación obrera de Barcelona, hoy por
»Ia noche, a las nueve, estarán presentes los presos en el
>mitin de Las Arenas. Os recomendamos la asistencia al
•mitin y os recomendamos que nadie reanude el trabajo
»hasta el jueves. —El Comité.»
».l Madrid.—En el expreso de esta noche salió para
Madrid el subsecretario de la Presidencia, Sr. Moróte.
>En la estación fué despedido por el Gobernador, se-
fior Montañés; el jefe de Policía, Sr. Do val; el Sr. Mora-
les Pareja y una representación del Ayuntamiento.»

Comentarios.-Acerca del efecto causado en la opi-


nión por la actuación d(íl Gobierno y sus delegados, véan-
se estos dos comentarios, de periódicos tan distintos.
Dijo El Debate:
«Estimamos nosotros que el Gobierno no tuvo necesi-
dad de convertir en soldados a los huelguistas; pero tam-
bién creemos que, una vez militarizados, debió velar y
exigir el más estricto cumplimiento de la disciplina.
Hacer lo contrario es llevar la rebeldía a los cuarteles y
contaminar a una clase social que está sana, y que es la
garantía y la salvaguardia de la sociedad entera.»
Y dijo El Liberal:
«El Gobierno ha desprestigiado resortes que hasta
hora fueron eficaces, y que lo hubieran sido—utilizados
en tiempo y sazón —en lo sucesivo; ha quebrantado su
])ro])ia autorid.-id, ha dado a los obreros un triunfo tan
completo como el que los más exaltados pudieran soñar,
y ha mantenido a España entera, durante treinta días,
en una zozobra peligrosa e inútil.»
92 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Los militares y las huelgas—Era indudable que la


solución dada a la huelga, prometiendo, por quien no po-
día hacerlo, determinaciones que sólo jtodia tomar la
justicia militar, había de disgustar al Ejército, y lo vere-
mos oportunamente.
Durante todo el día estuvieron circulando por Madrid
diferentes rumores relacionados con supuestas actitudes
del elemento armado, como consecuencia de la solución
que habla tenido la huelga de Barcelona.
De todos modos, las relaciones entre el Poder civil y
el militar quedaron muy tirantes, y no había de tardar
en verse los resultados.

D Í A 19.—Final de la huelga de Barcelona.-Se ce-


lebró otro mitin obrero en Barcelona, acordando, aunque
con resistencias y reparos, volver al trabajo.
A las tres de la tardo habían sido puestos en libertad,
por orden gubernativa, 76 obrei'os de los que sufrían pi-i-
sión con anterioridad al estado de guerra.
Entre los libertados ñguraban los conocidos sindica-
listas Miranda, Seguí, Quemades, Baireda, Tltieda, He-
rrero, Mellado y el Noy del Sucre.
En la prisión celular quedaban 33 presos, ocho de ellos
a disposición de la Autoridad militar.
Elogiaron al Gobierno La Correspondencia de España,
antes dirigida por el gobernador civil de Madrid a la
sazón, Sr. Romeo; El País, y España Nueva.
El seguro de paro forzoso.—En la Gaceta se publicó
un decreto del Ministerio de Fomento por el que se esta-
blecía el seguro de paro forzoso.
Se disponía en él lo siguiente:
«Artículo 1.° A partir de la publicación del presente
Real decreto, el Estado subvencionará, con una cantidad
igual al importe de las primas efectivas que i-ecauden, a
las Sociedades mutuas obreras que tengan por único y
exclusivo objeto el seguro de paro forzoso, o a las que,
cumpliendo diversos fines de previsión, se acomodasen a
establecer una separación absoluta en sus ingresos y gas-
tos para unos y otros conceptos, adaptándose a las pres-
MARZO DK 1919 98

cripciones reglamentarias que al efecto se dicten.» Et-


cétera.
DÍA 20.—Subsistencias.—Acaparamiento.—Moti-
nes.—Permisos de exportación.—Seguía cada vez más
grave la cuestión de las subsistencias, cuyos precios eran
exorbitantes. Se había incoado proceso contra el señor
Sánchez Dalp, y, además, contra el acaudalado ex ma-
tador de toros Emilio Torres {Bombita), por ocultación de
aceite.
El Gobernador de Valencia emprendió una campaña
contra los acaparadores.
En esta fecha se efectuaron los siguientes descubri-
mientos, seguidos de incautación, en los almacenes de
la viuda de Sulcase: 624.430 Kg. de azúcar, 37.000 de
garbanzos, 600 de alubias, 2.200 de algarrobas y 860 de
carbón; almacenes de la viuda e hijos de Nogués, 6.271
sacos de arroz bliinco de 100 Kg. cada uno, 1.480 de
arroz en cascara y 433 de desperdicios de arroz.
En Cádiz, en virtud do una denuncia de la Alcaldía,
el .Juez de instrucción encarceló a importantes comer-
ciantes que vendieron sus mercancías fuera del precio
de tasa.
En la Coruña estalló un intenso motín de la gente
del pueblo contra los comerciantes que no querían ven-
der los comestibles al precio de tasa. Hubo pedreas, asal-
tos de tiendas y reparto de géneros en el muelle, resul-
tando del choque con la fuerza pública varios heridos.
No obstante esto, continuaban dándose permisos es-
peciales de exportación, lo cual hacía que se murmura-
se mucho del Gobierno, por su... inocencia o su largueza.

Anulación de los permisos de exportación.—Al día


siguiente publicó la Gaceta una Real orden de Abasteci-
mientos, cuya parte dispositiva decía:

tPrimero. A partir de la publicación de la preseate


Keal orden en la Gaceta de Madrid, transcurrido un pla-
zo de treinta dias para los permisos de exportación de
substancias alimenticias concedidos antes del 1.° de ene-
ro del corriente año y de sesenta días para los que hu-
94 S O L D E V I L L A . — E L AÑO POLÍTICO

hieran sido concedidos después de dicha fecha, se decla-


ran anulados todos ellos, por el total o por la parte que
no se hubiere utilizado.»

Realmente, esta disposición se tomó como una l)urla,


pues en sesenta días ya había tiempo para que se des-
pacharan a su gusto los acaparadores y exportadores, y,
además, como se verá en su día, un Ministro declaró des-
pués que había permisos valederos hasta el 8 de no-
viembre.

Otra huelga de carteros.—En esta fecha, los carte-


ros, disgustados porque no se les cumplían las ofertas
que se les habían hecho respecto a los haberes y al re-
parto de la correspondencia, se declararon nuevamente
en huelga de brazos caídos, es decir, que concurrían a la
oficina, pero no hacían el reparto.
En Barcelona y otras poblacidiies secundaron en se-
guida el paro de Madrid, que se hizo general; pero al fin
se arregló.
D Í A 21.—Operación importante en África.—En esta
fecha facilitaron en el Ministerio de la Guerra la nota
que sigue:
cCon arreglo al plan convenido, ayer 20, a las once
y media, fuerzas de la Comandancia general de Ceuta,
a las órdenes del general López Sanz, han ocupado Al-
cázar Seguer y la posición Cudia Gomara, al O. del río
Alcázar.»

Cambio de política en África.—El Presidente del


Consejo, al encomiar la importancia de la operación lle-
vada a cabo, que era el prólogo de otras, hacía notar que
el éxito de ella era debido al cambio de política operado
en Marruecos, al que aludió recientemente en el Congre-
so al decir que había que mudar la orientación seguida
hasta aquí.
Con esta ocupación serían ya casi imposibles los ac-
tos de piratería en el Estrecho.
Este cambio de política era debido a lo siguiente: «Se
MARZO DE 1919 96

recordará (1) que después de muchas mudanzas y vaci-


laciones, se decidió ol Gobierno a seguir la política con-
traria a la seguida por el general Fernández Silvestre,
respecto al famoso bandido guerrillero moro el Raisuli,
El general Silvestre creía—y lo procuraba— que era
preciso acabar con él; pero hombre de gran valor, de há-
bil estrategia en esta clase de campañas, y, sobre todo,
teniendo una gran influencia sobre las kabilas, dificulta-
va grandemente la política y las operaciones militares
de España.
El Gobierno, pues, acordó (después de haberle tenido
Silvestre casi cogido y en rehenes individuos de su fa-
milia) entenderse con él, nombrarle Jalifa del campo y
auxiliarle con gran cantidad de dinero, y aun creemos
que con muchas armas y municiones, aunque los Minis-
tros lo negaban.
Vivióse algún tiem¡»o en paz; fué el General español
a visitarle a su campo; recibióle el moro con aires de
superioridad (los moros la ostentan siempre), y hablando
claramente, con su ayuda y protección, pudieron los es-
pañoles pasar el Fondak y hallar libre el camino de Te-
tuán.
Así estaban las cosas, cuando los franceses y los in
gleses, creyendo—con razón o sin ella—que el Raisuli
era amigo de los alemanes y que en África los protegía,
exigieroTí del Gobierno español—muy diplomáticamente,
por supuesto —que no favoreciese ni diese su protección
al Raisuli, pues esto equivalía a favorecer a los ale-
manes.
El Gobierno, a título de neutral, entró por este cami-
no; se quitaron al Raisuli las facultades que se le habían
dado (dejándole, sin embargo, el dinero y las armas, que
no era fácil quitarle), y se siguió política distinta en un
todo, de acuerdo con los franceses, para lo cual confe-
renciaron los generales Liautey (que estuvo en Madrid
y la gente le llamaba lío-trae), y Berenguer.
Las consecuencias de este cambio de política las ve-
remos más adelante.

(1) Véase EL AÑO POLITIOO, 1917 y 1918.


96 SOLDEVII;LA.-^EL AÑQ POLÍTICO

D Í A 22.—Perturbación política.—Crisis latente.—


La situación política era muy coiiiplicada. El Conde de
Komanones estaba convencido de, (.\\\e no aprobaba los
preaupuoatos con las vijíontes Cortos, y no quei'ia, presen-
tarse a ellas, sino que prerería lo hiciera un (gobierno
parlamentario. Estuvieron muy acentuadas las combina-
ciones con los reformistas, y hablábase de otro Gabinete
Maura.
La situación era complicadísima, porque la cuestión
económica no estaba legalizada, y todos los elementos
políticos eran opuestos a la exacción de tributos por
decreto.
D Í A 24.—La huelga general en Barcelona.—Crisis
planteada y suspendida.—Dos sucesos políticos, a cual
más importantes, y que, no por esperados causaronmenor
sensación, acontecieron en esta fcciui. El planteamiento
de la crisis y la huelga general en Barcelona.
Los sucesos ocurrieron del modo siguiente:
El Presidente del Consejo, Sr. Conde de Komanones,
rodeado de conflictos, fatigado de tanta lucha, y sin
fuerzas políticas propias ni prestadas para poder gober-
nar, decidió llevar al Rey la dimisión del Ministerio.
La causa determinante de esta decisión fué la siguien-
te, derivada del mal zurcido que se había echado a la
huelga de Barcelona.
El Conde de Komanones tuvo noticias de que en Bar-
celona se preparaba de nuevo la huelga general ante la
negativa de las Autoridades militares a poner en libertad
a 24 detenidos durante la anterior huelga.
Conferenció en seguida el Presidente del Consejo
con el Ministro de la Guerra, al cual recomendó que or-
denará al Capitán general de Cataluña la libertad inme-
diata de los detenidos.
El general Miláns del Bosch contestó con un telegra-
ma comunicando al Gobierno que, de los '24 detenidos,
17 eran paisanos y siete movilizados, y de todos ellos
habían sido libertados 13, de éstos, tres movilizados;
pero que los restantes no podían ser puestos en libertad,
por estar sometidos a proceso por la jurisdicción militar.
Terminaba el general Miláns del Bosch su telegrama
MARZO DE 1919 97

dirigido al Ministro de la Guerra reiterándole, con carác-


ter irrevocable, la dimisión que hacía varios días presen-
tara al Gobierno.
El Conde de Romanoues, en vista de estas noticias y
de la actitud que revelaba el telegrama del Capitán ge-
neral de Cataluña, decidió plantear sin demora ninguna
la crisis total.
En efecto: en la conferencia diaria de la mañana con
el Rey, que duró más de hora media, después de confe-
renciar con el ministro de la Gobernación, Sr. Gimeno,
el Conde de Roraanones hizo ante el Rey un balance mi-
nucioso, sin ocultar detalles ningunos, de la política ge-
neral durante los últimos meses, y le informó con la
misma amplitud del estado de los diversos conflictos so-
ciales pendientes.
Transcurrida esta parte de la entrevista, el Conde de
Romanónos manifestó al Rey que estimaba llegado el mo-
mento, ya anunciado por él, de dar a la situación políti-
ca otras normas y orientaciones, si era necesario, y que
para conseguirlo le entregaba la dimisión de todo el Go-
bierno.
Don Alfonso no dio respuesta definitiva al Presidente;
poro ésto salió do Palacio considerándose ya como dimi-
sionario.
Desde Palacio se trasladó el Presidente a su domici-
lio, pues 80 hallaba algo delicado, y en el momento mismo
en que se disponía a llamar a los Ministros para darles
cuíínta de la resolución que había adoptado al despachar
con el Rey, el de la Gobernación le anunció por teléfono
que se disponía a visitarle, para darle cuenta de una no-
ticia importantísima que acababa de recibir, a saber: que
en Baicelona se había declarado la huelga general.
Las noticias que comunicó el Ministro de la Goberna-
ción al Conde de Romanones produjeron en éste el natu-
ral efecto.
El Conde de Romanones anunció al Rey que, decla-
rada la huelga general en Barcelona, el Gobierno no
desertaba do sus deberes, y que permanecería, por tanto,
en su puesto mientras la normalidad no quedase restable-
cida; así lo declaró su periódico, Diario Unirerml.
98 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Sobre las causas de la huelga.-Quejas de Roma-


nones.—Durante las varias entrevistas que el jefe del
(Jobierno concedió a los periodistas después de haber
despachado con el Monarca, aludió insistentemente al
fracaso de sus procedimientos de gobierno.
— La situación está mal, no hay duda; mis procedi-
mientos pacíficos no han dado resultado —dijo.
Los promotores del paro pretextan que éste es debido
a no haberse puesto en libertad a los detenidos que que-
daban en Montjuich. Por la seriedad del Gobierno y por
la importancia del paro, me interesa hacer constar que
los presos a quienes aluden los causantes de la huelga
apenas si llegan a veinte, y todos ellos est;in sometidos a
proceso por la jurisdicción militar o por los Tribunales
ordinarios.
En efecto, la huelga se planteó. Omitimos detalles.
Baste decir que holgaron hasta los sacristanes y campa-
neros de las iglesias.
Las bailarinas y coristas de los teatros también anun-
ciaron la huelga, si no se les aumentaba sueldo.
El servicio de enterramientos se efectuó hasta las
doce del día. Después no se hicieron las fúnebres opera-
ciones. Quedaron sin enterrar 40 cadáveres.

Suspensión de garantías y estado de guerra.—


Se celebró un segundo Consejo de Ministros, y después de
otros acuerdos, entre ellos la molestia de adelantar la
hora oficial, «el Presidente del Consejo dio cuenta de las
ultimas noticias relacionadas con la situación de Barce-
lona y de las medidas que el Gobierno se ve precisado a
adoptar para el restablecimiento de la normalidad en
aquella población».
Estas medidas fueron sencillamente la declaración del
estado de guerra en Barcelona y la suspensión de garan-
tías en toda la Nación. Este decreto, publicado el día si-
guiente, llevaba un extenso preámbulo justificativo y
explicativo de las medidas y reformas de orden social
llevadas a cabo por el Gobierno.
Después del Consejo, el Conde de Romanónos volvió a
Palacio a dar cuenta al Rey de los acuerdos adoptados y
de las noticias recibidas.
MARZO DE 1Ü19 1)9

La huelga de carteros seguía lo mismo, habiéndose


presentado centenares de instancias de individuos que
aspiraban a tales puestos.
D Í A 2 5 . - L a censura roja. —Una carta de la Aso-
ciación del Arte de Imprinnr.—«Sr. Director del perió-
dico ...
»Muy señor nuestro: En vista de los acontecimientos
de anormalidad constitucional por que atraviesa España,
situación a la que nos han llevado los propios gobernan-
lea con sus torpezas y atropellos, la Asociación del Arte
de Imprimir, consciente de sus deberes como clase, no
podía pasar sin su protesta la imposición de la previa
censura a la Prensa, medida arbitraria, con la cual se
irrogan enormes perjuicios económicos a las propias Em-
presas periodísticas y se quiere poner diques a la libre
emisión del pensamiento.
»Por esas razones, y por aclamación, en la junta ge-
neral celebrada esta noche, se ha acordado que, desde el
instante que empiece a regir la censura gubernamental,
los tipógrafos se nieguen a componer cualquier original
que, velada o directamente, vaya en perjuicio de los tra-
bajadores de España o d^el Extranjero.
»En la seguridad de que este acuerdo será cumplido
ficlmcTite, nos reiteramos suyos afectísimos seguros ser-
vidores, que estrechan su mano. Por la Junta directiva:
el Secretario, Antonio Gil laioada.—El Presidente, José
Rodríguez Romero.
«Madrid, 26 de marzo de 1919.»

Hubo reunión de directores de periódicos para tratar


del asunto; casi todos cedieron a la presión de los tipó-
grafos; algunos llegaron a un arreglo con sus operarios;
otros, como La Acción y La Época, dejaron de publicarse
un día, pero no cedieron a la imposición, La Época des-
pidió a todos sus operarios; y el .4 ü C, dando muestras de
virilidad y previsión, no dejó de publicarse; y el segundo
continuó también su publicación, sin ceder en nada a las
imposiciones obreras.
En Valencia también hubo huelga de gravedad y no
se publicaron periódicos.
100 SOLDEVILLA.—EL AtíO POLÍTICO

En Barcelona se declaró otra vez el estado de guerra,


se suspendieron los espectáculos y se prohibió la circu-
lación por las calles después de las once de la noche.
El Capitán general publicó un bando, cuyos artículos
principales decían:

«Artículo 1.° Durante la noche, y desde las veintiuna


horas, permanecerán cerradas las puertas de las entra-
das de las casas de esta capital y pueblos agregados.
»Art. 4." Durante las noches, y desde las veintitrés
horas, queda prohibido circular por esta población a todo
el que no sea agente de la autoridad o esté autorizado
para ello. Los que tuvieren urgente necesidad de salir de
sus domicilios después de dicha hora deberán justificarlo
ante los agentes de la autoridad que así se lo exijan.
»Los contraventores a lo anteriormente dispuesto
serán juzgados con la rapidez y rigor que las leyes per-
mitan.
»Art. B.° KSC considerarán reos de delito de rebelión
militar aquellos individuos que sin estar autorizados por
la autoridad militar o pertenecer a los somatenes de esta
capital, se les ocupen armas de cualquier clase, cuyo uso
quedó terminantemente prohibido por el artículo 5." del
bando de declaración del estado de guerra, fecha de ayer.>

También se suspendieron una corrida de toros que de-


bía celebrarse por la tarde y las funciones de teatro y
demás espectáculos anunciados para la noche.
Llegada de Maura.—En el expreso de Andalucía
regresó a Madrid el Sr. Maura, se dijo que llamado por
el Gobierno.
Momentos después recibió en su casa la visita del
Conde de Romanones.
La conferencia de ambos duró bastante tiempo.
El Conde informó al Sr. Maura de cuanto había ocu-
rrido durante su ausencia y de la marcha de los conflic-
tos de orden público planteados.
Parece ser que el Sr. Maura ofreció al Conde todo su
apoyo moral para que el Gobierno se desenvolviese, en
las difíciles circunstancias por que atraviesa España.
MARZO DE 1919 101

D Í A 26.—Día de alarma.—Huelgas y amenazas.—


El día de la fecha fué en toda España, pero especialmen-
te en Madrid, de verdadera ansiedad.
En la Casa del Pueblo no decayó un momento la ani-
mación hasta muy avanzada la madrugada. Todas o casi
todas las Sociedades celebraron reuniones en sus respec-
tivos locales, y, en general, todo indicaba que nos halla-
mos en vísperas de un movimiento inusitado.
En Barcelona no había nada nuevo, pero seguía la
gravedad.
En Valencia se había declarado la huelga general, y
con ella el estado de guerra.
Aunque aun no estaba declarada, también se inició la
huelga general en la Coruña.
En Alcoy y Alicante existía alguna agitación entre
los obreros del arte textil.
En Sevilla hubo un conato de huelga general.
En Madrid continuaba el pleito del ramo de construc-
ción, pues todos los obreros de él habian ido a la huelga y
el paro era completo, por desavenencia con los patronos.
El Ministro se disponía a reanudar las conferencias
que suspendió de madrugada entre patronos y obreros,
con objeto de buscar una solución al conflicto.
Hubo huelga de modistas.
D Í A 27.—Las dos censuras—La gubernamental.—
Una nota facilitada por el Gobierno a Jos periódicos dijo
lo siguiente:
«1." No se podrán dirigir ataques contra las institu-
ciones.
»2." No se podrá escribir acerca de la disciplina mi-
litar.
»3." No se podrá publicar ninguna noticia acerca de
movimientos de tropas.
»4." No se permitirá la publicación de ninguna noti-
cia o comentario que se refiera a planteamiento de huel-
gas en España ni en el Extranjero.»

La censura obrera.—Noticias que quedaba prohibido


publicar:
102 SOLDÉ VILLA. —EL AÑO POLÍTICO

«1.° Ataques contra la organización obrera y el mo-


vimiento huelguistico.
>2.° Las que, por su intención, tiendan a quebrantar
la disciplina societaria y el espíritu de solidaridad
obrera.
»3.° Notas oficiosas del Gobierno o de cualquiera otra
Autoridad, tanto civil como militar, y que se relacionen
con los dos puntos anteriores.
»4:.^ Las que se refieran a actos de sabotage o violen-
cia atribuidos al elemento obrero; y
»6.° Las noticias sobre el movimiento extranjero que
estén comprendidos en los puntos anteriores.»
Quedan prohibidas:
«L" Todas las noticias que, por tendenciosas, vayan
en desprestigio de los carteros y en contra de la huelga.
»2." Todos los telegramas de provincias que digan
han vuelto los obreros al trabajo.
«S." El número exagerado de cartas repartidas que
diariamente se publica por el Gobierno; y
»4.° Suprimir, por igualmente inexacto, haber hecho
actos de sahotage. — El Comité.»
Todos los periódicos publicaron la siguiente nota:
«En virtud del acuerdo adoptado unánimemente en la
reunión de Directores de periódicos celebrada ayer, y
como acto de solidaridad con sus colegas madrileños. El...
no se publicar.'í mañana» (día 29).
El Liberal dijo:
«Repetimos hoy lo que hemos dicho antes de que las
dos censuras existiesen:
»Nosotros defenderemos siempre la plena, absoluta
libertad de imprenta, consagración de las libertades del
pensamiento y de la palabra, garantía del progreso, base
de todos los derechos humanos, postulado de la civi-
lización.»
El Imparcial tituló su editorial, «Defendamos al
obrero, pero amparando la sociedad».
MARZO DE 1919 103

Al día siguiente (29), en que los periódicos de Madrid


no se publicaron, sólo se publicó El Socialista.
D Í A 29.—Sobre la crisis.—Dimisión de Romanones.
Claro es que en situación tan anormal, no podía menos
de hablarse de crisis.
Véase lo dicho por el órgano oficioso del Gobierno,
Diario Universal:
«Insistentemente se habla estos días de probabilida-
des de crisis, y en este sentido circulan todo género de
rumores y se dan como cosa segura e inmediata variadas
soluciones, ya civiles, ya militares. Podemos asegurar
que todo ello carece de fundamento. La situación respon-
de en todo a lo que en estas mismas columnas hemos dicho
al producirse la huelga general de Barcelona; se proponía
el Conde de Romanones plantear al Rey la cuestión de
confianza; la anormalidad que la capital de Cataluña se
produjo repentinamente hizo que el propósito quedara en
suspenso, por entender el jefe del Gobierno que el deber
le obligaba a permanecer en su puesto hasta dar solución
a los conflictos planteados. Siguen éstos su curso, y con-
tinúa, por tanto, el aplazamiento de la cuestión política,
cuestión de que es perfectamente inútil hablar mientras
la anormalidad de las circunstancias no desaparezca.»

Lo que había ocurrido era lo siguiente: Que molestos


los elementos militares de Barcelona por la frecuencia
con que se echaba mano de los soldados para sustituir a
los obreros huelguistas, no ya en servicios de interés ge-
neral o del Estado, sino para empresas particulares más
o menos importantes, y sobre todo con la ninguna sanción
que, a su juicio, se imponía a aquellos elementos pertur-
badores, cuyas faltas eran reparadas por individuos del
Ejército, las Juntas militares de defensa hicieron llegar
a manos del Gobierno un documento, referente a la inter-
vención del Ejército, representado en sus .Tuntas y Auto-
ridades, «en ias cuestiones sociales». En resumen: que
manifestaban su desacuerdo con la marcha seguida por
las Autoridades civiles sobre esta actitud, la paliaban
expresando su deseo de no intervenir, recalcando la con-
104 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

veniencia de no utilizar a los soldados para sustituir a los


huelguistas y las malas consecuencias originadas por
ciertas movilizaciones, que, pudiendo parecer parciales,
perjudicaban a la disciplina militar, por cuanto, no siem-
pre los movilizados acudían a filas y tampoco se impo-
nían siempre las sanciones necesarias.
En vista de esto, el Conde de Romanones presentó al
Rey la dimisión de su cargo y dijo a sus amigos que no
volvería a gobernar mientras existiesen las Juntas de
defensa; pero como estalló de nuevo y con más gravedad
la huelga general, hubo de resignarse y seguir en el Go-
bierno hasta que la tranquilidad se restableciese.
El documento, después de un largo preámbulo, decía,
entre otras cosas, lo siguiente:

fEn virtud de lo expuesto:


•Considerando: Que el Ejército, al intervenir como
elemento de trabajo en las disensiones sociales, se aparta
de su misión, se mueve entre la indiferencia de los unos,
la hostilidad implícita de los otros y la energía de los
más, ha de subsistir a lo que corresponde a la acción
ciudadana, cada vez más dormida y egoísta, y que si no
se ataja con urgencia esta marcha, quedará pronto inuti-
lizado para llenar aquellas funciones que la Patria la ha
encomendado y que ha jurado cumplir, la Asamblea de
l'7rsidentes, en representación de todas las Armas, Cuer-
pos e Institutos del Ejército, acuerda:
»Primero. Prestar su ayuda al Poder legal para el
funcionamiento en todas las circunstancias de los servi-
cios públicos de carácter general, una vez hayan fraca-
sado los demás instrumentos que posee el Estado.
»Segundo. Abastecer en los demás casos (servicios
regionales y locales) como elemento de trabajo.
»Tercero. Como fuerza armada que es, atenida a sus
estrechos y terminantes reglamentos, defenderá el orden
público y mantendrá la ley mediante el uso de la fuerza,
que ejercerá sin contemplaciones, por lo que no admite
que se le encomienden misiones de parlamentar, transi-
gir y contemporizar. Las órdenes han de ser concretas,
claras y expresivas. Sacadas las tropas a la calle, de lo
que pueda acurrir no será responsable el Ejército.
MARZO DE 1919 106

>Cuarto. Decretada una movilización total o parcial,


y sujetos los movilizados a los mismos deberes que los
hombres de filas, las leyes militares alcanzan a unos y
otros por igual, y las sanciones han de aplicarse inexo-
rablemente aun después de la movilización. En este sen-
tido, el Ejército no admitirá otras exenciones de culpa-
bilidad ni más perdón que los otorgados por las Cortes
con el Rey.
»Quinta. Invitar al Poder constituido a meditar sobre
la conveniencia de reformar la legislación vigente con
miras a: 1.° Exigir responsabilidades a los causantes de
loa conflictos sociales, según los casos. 2.° Intervenir la
Administración con más eficacia en la organización de
servicios de carácter general. 3.° A prevenir los choques
entre el capital y el trabajo, para que el Estado, las Di-
putaciones y Municipios no se hallen a merced de las di-
vergencias entre patronos y obreros, en aquellas indus-
trias que afectan a la vida de la nación, de la provincia
y de la ciudad.»
Fué comentadísimo el documento.
El cisma jaimísta.—Un manifiesto de D. Jaime .—
El Correo Español publicó un nuevo manifiesto de don
Jaime, dirigido «a sus leales», en el cual se lamentaba de
los ataques de que había sido objeto, principalmente en
las dudas de su fe religiosa.
Recordaba el jefe de los tradicionalistas palabras de
su padre en las que éste aseguraba:
«Nadie más calumniado, nadie blanco de mayores in-
justicias que los carlistas y yo. Para que ninguna contra-
dicción nos faltase, hasta hemos visto con frecuencia
revolverse contra nosotros a aquellos que tenían interés
en ayudarnos y deber de defendernos.»
DIA31.—Romanones anuncia la cuestión de con-
fianza.—El Diario Universal publicó el suelto siguiente,
en el cual con toda claridad se anuncia la crisis:
«Con la indudable mejoría de la situación en el país,
106 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

han vuelto a renacer los consabidos rumores y comenta-


rios políticos y han cobrado nueva vida las combinacio-
nes ministeriales que con ligeras variantes han venido
dándose durante esta temporada. Todo ello es prematuro,
pues si bien es verdad que, en general, la anormalidad de
la situación se acerca a su término sin haber tenido ma-
nifestaciones violentas, no lo es menos que entramos
ahora en un período delicado en extremo, puesto que
durante él se han de liquidar las diferencias que entre
patronos y obreros se han producido con motivo de las
últimas huelgas, y acaso también traten unos y otros de
establecer normas de relación para el porvenir.
»Ello requiere, como es natural, una vigilancia per-
severante y exquisita por parte del Gobierno, que se
compaginaría mal con la interinidad forzosa que trae
consigo la tramitación de una crisis.
»Por ello, y basándonos en informes que consideramos
fidedignos, creemos que la situación política en el mo-
mento actual está definida con toda exactitud en las pa-
labras del Conde de Romanones, cuando, hablando ano-
che con varios periodistas, decía que para plantear la
cuestión política habrá de esperarse a que haya en el país,
no ya una paz octaviaría, sino una paz paradisiaca.»

Se comentó mucho.
MES DE ABRIL
D Í A 1.°—Discurso del Rey en la Sociedad Econó-
mica Matritense.—En el salón de sesiones del Ayunta-
miento celebró la Real Sociedad Económica de Amigos
del País solemne Junta extraordinaria para proceder al
reparto de premios a la virtud, concedidos por la culta
Corporación. Presidió S. M. el Rey.
Después de loa discursos de salutación y explicación
del acto, pronunciados por los Sres. Prieto Pazos, Esté-
vez, padre Tortosa y el presidente de la Sociedad, sefior
D. Manuel Molina, se procedió al reparto de los premios,
y terminado éste, S. M. el Rey dirigió la palabra en tér-
minos de espontánea sinceridad, en medio de un religio-
so silencio.
Habló S. M, de los beneficios que reporta la Asocia-
ción Económica Matritense, y dijo que si un Rey glorioso
como Carlos III ñrmó sus estatutos, él habia realizado su
labor económica librando de la muerte a 100.000 hombres
cada año durante los cuatro que duró la guerra europea.
Gracias a la neutralidad, hoy España está fuerte, vi-
gorosa y dispuesta a seguir las victoriosas empresas de
sus antepasados.
Expresó el Monarca sus optimismos para el porvenir,
porque si en los momentos presentes las nubes empañan
el horizonte nacional, pronto resplandecerá el sol de la
paz, que vivifica los pueblos y alegra las almas.
Al concluir el Rey su elocuente discurso, fué objeto
• de clamorosos aplausos, y se terminó el acto entre entu-
siastas vivas al Monarca.

La cuestión de los somatenes.—Para garantir el or-


den en Barcelona y otros puntos de Cataluña, se brinda-
108 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

ron al Gobierno los individuos que componen el Cuerpo


de somatenes armados.
Ya hemos visto, por haberlo dicho un ilustre escri-
tor catalán, la poca importancia que tuvo su actuación.
Las entidades que los dirigen quisieron obtener, y
gestionaron del Gobierno en su provecho, un gran bene-
ficio, una ventaja inmensa: la de que se les considerase
como fuerza armada, y se les diese el fuero del ejército
regular.
La cuestión era gravísima.
Los somatenes han llegado a contar en algunas épocas
con 40.000 afiliados.
Fué en su principio, ha dicho un escritor catalán, una
fuerza conservadora para defender lo establecido.
Es hoy un arma en manos de determinados elemen-
tos, que puede ser un peligro para la nacionalidad espa-
ñola.
El Conde de Romanones, al hablar de esto, dijo:

«Este es un asunto que reviste mucha importancia, por-


que si tiene ventajas, tiene también sus inconvenientes.
»Yo no digo ahora que si ni que no, sino que es una
cuestión que el Gobierno ha de estudiar y medir mucho
antes de resolver en ningún sentido. >

El Presidente del Consejo no era partidario de tal con-


cesión; pero... no se atrevió a negarla de frente.

La jornada de ocho horas.—En la Gaceta de esta


fecha se publicó el decreto estableciendo la jornada ge-
neral de ocho horas.
El decreto no se había de poner en vigor hasta el mes
de octubre, porque, siendo la jornada general de ocho
horas un asunto muy complejo, había necesidad de oir a
muchos organismos y entidades antes de su implantación
con carácter de generalidad.

DÍA 3.—Cuestiones sociales.—La situación en Bar-


celona.—Continuaba su evolución la huelga general de
la ciudad catalana.
ABRIL DE 191í> 109

Detención del jefe del sindicalismo catalán.—Eu


esta fecha se consiguió capturar al jefe del sindicalismo
catalán, Ángel Pestaña.
La detención se efectuó por individuos de la Guardia
civil y de Policía.
En Barcelona se dio mucha importancia a la deten-
ción de Pestaña, por considerarlo el jefe del movimiento
sindicalista de Cataluña.
La detención del sindicalista produjo gran depresión
en sus secuaces. Gracias a haberse disfrazado de sacer-
dote pudo circular libremente por Barcelona durante to-
dos estos días.

Legislación del trabajo.—En esta fecha aparecieron


en la Gaceta los anunciados Reales decretos, firmados por
Su Majestad, y refrendados por el Presidente del Consejo
y todos los Ministros.
Decían asi:

<íLa jornada legal.—Articulo 1." La jornada máxima


legal será de ocho horas al día o cuarenta y ocho sema-
nales en todos los trabajos a partir de 1.° de octubre
de 1919.»

tEl trabajo en la panadería.—Artículo 1.° Se prohibe


todo trabajo en tahonas, hornos y fábricas de pan duran-
te seis horas consecutivas, que habrán de comprenderse
necesariamente entre las ocho de la noche y las cinco de
la mañana.
«Esta disposición se aplicará igualmente a la fabrica-
ción de pan en fondas, hoteles y posadas, así como a la
de los artículos de confitería, pastelería o repostería y
demás similares.
»Art. 2,° La jornada de trabajo tendrá la duración
que patronos y obreros acuerden, sin que en ningún caso
se puedan comprender en ella las seis horas en que el
trabajo se prohibe, según el párrafo 1.° del artículo an-
terior. »

D Í A 5.—La situación política.—Reinaba una gran


desorientación y mayor obscuridad en esta cuestión.
lio SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

La situación social seguía casi estacionaria, aunque


parecía tender a mejorar, si bien los periódicos acorda-
ron suspender su publicación indefinidamente.
Se hablaba de crisis, porque el presidente del Con-
sejo, Sr. Conde de Romanones, había planteado al Rey
días antes la cuestión de confianza, no habiéndose resuel-
to por la gravedad de las circunstancias en Madrid y en
Barcelona.
El Conde de Romanones dijo a este propósito:
«Si se restablece pronto, como espero, la normalidad
en Barcelona, no tardará en volverse a la paz paradisia-
ca, que estimo precisa para el desenvolvimiento de la
política.
>Para julio debe haber nuevos presupuestos, y los
habrá,
»Cuando el lunes planteé ante S. M. la cuestión de
confianza, había dos soluciones: convocar a elecciones
generales o que el actual Parlamento legalizase la situa-
ción económica.
• Ya no cabe más que la última.
»Creo, pues, que pronto habrá paz paradisiaca y que
estas Cortes deben aprobar los presupuestos.»
D Í A 7.—España en África.- Nuevo combate.—El
Gabinete diplomático del Ministerio de Estado entregó la
nota siguiente:

«El Alto Comisario de España en Marruecos da cuen-


ta de un hecho de armas que las fuerzas regulares indí-
genas realizaron en el poblado de Beiii Salah.
>E1 enemigo sufrió grandes pérdidas, recogiéndosele
importante botín de ganado.
• Ocupadas durante la noche las posiciones que fueron
objetivo de nuestras tropas, pudo con dicho motivo apre-
ciarse, por la actitud del enemigo, el considerable que-
branto sufrido por éste. Las bajas de dichas fuerzas re-
gulares, en su mayoría indígenas, fueron sensibles. >
En el Ministerio de la Guerra facilitaron una nota que
ampliaba la referencia del Ministerio de Estado.
ABRIL DK 1919 111

Según dicha nota, a consecuencia de la operación, ha-


bía que lamentar por nuestra parte sensibles bajas, pues
resultaron muertos el capitán D. Fermín Hidalgo de Cis-
neros y los tenientes D. Juan Iribarren Jiménez y U, An-
drés í'érez Rodríguez; herido grave, el capitán D. José
Ayuso Casamayor; menos grave, el del mismo empleo
D, Juan Soto Acosta, y leve, el teniente D. Antonio Bran-
dis Benito, todos ellos de Infantería de las mencionadas
fuerzas indígenas.
Las bajas de tropa fueron en su mayoría de indígenas.
D Í A 8 . - L a situación en Barcelona—Declaracio-
nes del Sr. Doval.—El jefe de Policía, Sr. Doval, hizo al
corresponsal de ^ ií C declaraciones de interés respecto
al juicio que le merecía a él el problema planteado.
No juzgaba el Sr. Doval muy fácil el que los sindica-
listas pudieran volver a reorganizarse rápidamente, y las
razones que daba eran las siguientes;
«Yo he hablado largamente con Pestaña, que es el
verdadero organizador, la capacidad directiva de este
movimiento. Me parece que no sería difícil entenderse
con él. Es hombre que sabe que cada obra tiene su hora,
y niega en redondo que los atentados sean obra de los
sindicalistas, o, mejor dicho, de la organización. Afirma
que si él creyera asesinos a los que le rodean, los aban-
donaría, y que esos asesinos, así como los que amenazan
a los jurados y a los testigos de las vistas que ahora se
celebran, son elementos que se han mezclado quizás con
los sindicalistas, pero que no obedecen indicaciones de
los Sindicatos. En resumen, creo que este pleito del te-
rrorismo debe y puede tratarse aparte del otro.»

Además de lo dicho por el Sr. Doval, había otra lucha,


no por latente y encubierta menos violenta, entre la au-
toridad civil y la militar, como lo prueba el siguiente
telegrama:

«Se ignora el motivo de la detención de los hermanos


Roca, pertenecientes al Sindicato del arte fabril La Cons-
tancia.
112 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

•Fueron puestos a disposición del Gobernador, cuya


autoridad, después de recibirles declaración, ordenó su
libertad.
»A1 enterarse de ello la Autoridad militar, ordenó que
fueran de nuevo detenidos y puestos a su disposición los
dos hermanos, como así se ha hecho.»
Como se ve, el conflicto de Autoridades había estalla-
do ya.
No tardaremos en ver las consecuencias.
DÍA 10.—La situación política y social.—Menos
que nada.—El presidente, Sr. Conde de Romanones, se-
guía aparentando (nótese que decimos aparentando) que
nada ocurría.
Al recibir a los periodistas aprovechó la ocasión para
desmentir la noticia de que iban a ser relevados el Go-
bernador civil y el Jefe de Policía de Barcelona.
—Los Si'es. Montañés y Doval—anadió—son insustifui-
hles.
Consignamos todas estas minucias para ir marcando
precisamente el camino que llevaba la crisis, «por donde
había de venir la muerte».
DÍA 11.—Contra la disolución de Cortes.—Se ha-
blaba con insistencia, por los amigos del Gobierno, del
decreto de disolución a favor de éste.
La Época, en nombre del partido conservador, salió
al paso al rumor, diciendo que «lo mismo las circunstan-
cias de orden interior que exterior obligan a no destruir
el instrumento legislativo que puede hacer falta en un
momento dado».
La huelga de tranviarios.—Otro conflicto que, afor-
tunadamente, no llegó a estallar en Madrid, gracias a la
prudente transigencia de los Sres. Aguado y Cuadra, di-
rector y secretario, respectivamente, de la Compañía de
tranvías.
DÍA 12.—Un banquete a S. M. el Rey.—A la una y
media de la tarde de este día se celebró el almuerzo or-
ABKIL DE 1919 llí

ganizado por el Colegio de Agentes de Cambio y Bolsa de


Madrid para conmemorar el nombramiento del Monai'ca
como Síndico Presidente honorario, acordado por la Jun-
ta sindical con ocasión del nuevo reglamento de la Bolsa.
A la hora prevenida llegó el Roy al palacio de la con-
tratación.
Recibieron a D. Alfonso el presidente del Consejo, se-
fior Conde de Romanones; el Ministro de Hacienda y la
Junta sindical del Colegio.
La comitiva se trasladó seguidamente al salón de re-
cepciones de la Bolsa, donde se sirvió el almuerzo. Ter-
minado éste, le fué entregada al Monarca una lujosa car-
tera de piel de Rusia, en la que se hallaba incluida una
inscripción representativa de cinco acciones del Banco
de Espafia que el Colegio de Agentes puso en manos del
Roy ])ara que se dignase ofrecerla a au augusta, esposa
con destino a los comodoi'os de caridad, fundados y pa-
trocinados por la Reina Doña Victoria.
A continuación hizo uso do la palabra S. ]\I. el Rey
para ngi'adecer, en nombre de la Reina, el donativo que
se hacia a los comcdoi'cs de caridad, añadiendo estas in-
teresantes palabras:

«Estoy hablando en la Casa que representa el crédito


púlilico, donde se cotizan los fondos del instado y demás
efectos, y como yo deseo para Espafia un crédito el más
alto posible, os excito a que, en honor de nuestra patria,
lo mantengáis y lo ensalcéis. La inscripción del Banco
nacional que me acaba de ser entregada significa un mo-
vimiento de vuestra caridad, que yo agradezco y aplau-
do, y significa, además, una expresión de sentimiento en
favor de los menesterosos, que son siempre dignos de
^poyo y do protección.»

Una gran salva de aplausos acogió las últimas pala-


bras del Rey, que fué vitoreado.
El Rey visitó después el salón de contrataciones, per-
nianeciendo en él hasta la hora oficial. Luego subió al
salón de cotizar, posesionándose de la presidencia hono-
raria del Colegio, y firmó el libro de actas donde figuran
los cambioB contratados.
8
114 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Al salir del palacio de la Bolsa fué vitoreado y aplau-


dido con entusiasmo.

D Í A 13.—La Liga de las Naciones—Aprobación


del Estatuto.—En esta techa aprobó la Comisión de la
Liga de las Naciones el Estatuto por qnc habín de regir-
se, y que no publicarnos íntegro por su mucha extensión.
Véanse los principales puntos del lamoso documento:
cPrimero. La Liga de Naciones estii creada para pro-
mover la cooperación internacional y asegurar la paz.
En la Liga estarán incluidos:
a) Todos los Estados beligerantes nombrados en un
documento anexo al Convenio.
b) Todos los Estados neutros taml)ién nombrados; y
c) En lo l'uturo, todos los países que se gobiernen por
si mismos.
Tercero. Los Estados miembros se comprometen:
a) A reducir sus armamentos, siendo sugeridos por el
Consejo los planes para esa reducción, y a no aumentar-
los sin previo asentimiento del Consejo.
c) A respetar el territorio y la independencia política
de cada uno de los demás y a garantizarlos contra aje-
nas agresiones.
d) A someter todos los litigios internacionales al fallo
o a la encuesta del Consejo, el cual, sin embargo, no pue-
de formular opinión sobre ningún litigio que afecte sola-
mente a la jurisdicción de los Estados; a no ir en ningún
caso a la guerra antes de tres meses, después de emitirse
un fallo o una recomendación unánime, y, además, a no
ir entonces a la guerra con un Estado que acepte el fallo
o la recomendación.»

Recepción del Vizconde de Eza.—En esta fecha se


celebró en la Real Academia de Ciencias Morales y Polí-
ticas la recepción, como individuo do número, del ilustre
ex ministro conservador D. Luis Marichalar y Monreal,
vizconde de Eza.
El acto fué muy brillante. Ocupó la Presidencia ol
director, D. Alejandro Groizard, que tenía a su derecha
al obispo de Madrid Alcalá, Sr. Meló, y al secretario de
AIÍKIL DE l!»lí> 115

la Corporación, Conde de Lizári-a^a, y a su izquierda, al


ministro de lU;lfj;iea, barón Van der Elat, y al censor, don
•laviíM- Uí;-arte.
Kl discurso, (]ue versó sobre «La organización econó-
mica nacional», fué l)rillaiitisiiuo y lleno de verdadei'a
ciencia social.
Coij'ió la contestación a cargo del ilusti'c académico
y correligionario en política del nuevo académico, señor
Conde de Liziirraga.

DÍA 14.-Crisis total y político-militar. En esta


feclm, y cuando acaso menos se esperaba, surgió la cri-
sis. El Sr. Conde de Komanoniís no ]iudo aguantar m.ás
las piesiones que le empujaban y hubo de diniitir. Esta
es l;i vei'dad, digan lo (pie (|ui(í]an las explicaciones ofi-
ciales; ])or(pie aunque el Presidente del (/Onsejo fuese
voluntariamente a renovar la crisis que había anunciado
semanas antes, claro es que esto olxnlecía a que no podía
resi.stir iniis.
Como la censura ei'a ta,n fuiu'te, la Prensa apenas
dijo nada acerca de las caus.'is de la cr¡si.s; pei'o (^s ¡udii-
dabie (pie, aparte de la dificultad que tenía el (¡obierno
para sacar los presupuestos de las Cortes, venía influyen-
do ya hacía días en la vida, mejor dicho, en la nujcrte
del (Jobierno, la situación tirante, (!asi violenta, de; cier-
tos elementos militares con determinadas Autoridades
civiles.
Relatemos ahora brevemente (pues son tantos los de-
talles, que seria inacabable su relación ciicunstanciad¿i)
la liarte externa del planteamiento, desarrollo y resolu-
ción de la crisis.
Nada, al i)arecer, la animciaba. El Presidente estuvo
en Palacio por la mañana despachando con el Pey, y
aiiiuiue casi nadie lo sabía, le anunció que se proponía
presentar la dimisión del Gobierno.
A las dos y media de la tarde, cuando todo era calma
y normalidad en Palacio y sus alrededores, llegó inespe-
radamente al regio alcázar el l'residentc del Consejo.
Nadie había en la puerta del Piínci])e ([ue pudiera in-
terrogarle sobre su imprevista visita, y nada, por consi-
guiente, pudo saberse.
IKi SOM)KVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Una hora más tardo—ya los pocos periodistas que ha-


bían acudido esperaban la salida del (^oude de Roniano-
nes—llegó D. Antonio Maura, llamado a Palacio por el
]\Ionarca.
Hasta cerca de las cinco no salió de Palacio el Presi-
dente del Consejo.
Fué claro en sus explicaciones:
«Ya saben ustedes—dijo—que hace hoy tres semanas,
en un lunes como hoy, presentó a S. M. la dimisión del
(íobicrno. Surgió entonces la huelga general y tuve que
retirar la dimisión. Hoy ya es otra cosa. Todo está tran-
quilo en Barcelona. Kl trabajo se desenvuelve nueva-
mente con absoluta normalidad y no hay ninguno de los
inconvenientes que hace tres semanas hubo. En vista de
eso, acabo de poner en manos de S. M. la dimisión do
todo el Gobierno. El Rey la ha aceptado y han comenza-
do ya las consultas. Después del Sr. Maura vendrii. el
Sr. Dato y luego los Presidentes de las Cámaras, y eso
es todo.>
Las consultas.—La del Sr. Maura.—A las cinco y
diez minutos terminó la entrevista del Sr. Maura con el
Soberano, y sólo dijo a los periodistas:
«A lo que ha dicho el Presidente rae atengo. ¡No le
creía tan decidido!»
El Sr. García Prieto.—El marqués de Alhucemas fué
recibido por S. M. antes que el Sr. Villanueva, por haber
sido llamado con antelación. Permaneció con S. M. hasta
cerca de las seis y media.
Al salir manifestó:
«Me ha dicho S. M. que esta mañana el Conde de Ro-
manones, durante el despacho, reanudó la conversación
sobre la crisis que abordó hace tres semanas; dijo a Su
Jlajestad que todc estaba tranquilo, y si, como esperaba,
volvían hoy al trabajo los obreros en Barcelona, volvería
por la tarde para presentar la dimisión. Los obreros, por
lo visto, reanudaron sus faenas, y el Conde de Romano-
nes volvió, en efecto, a Palacio.»
ABRIL DE 1919 117

- ¿Y el consejo de usted a la Corona?


—Ea muy sencillo. La formación de un Gobierno que
pueda ir a las ('ortes. Yo considero imprescindible que
vayamos al Parlamento para la aprobación de los presu-
puestos, que debe ser ley, y para la resolución de otras
cuestiones urgentes. Yo estoy dispuesto a apoyar a todo
el que se encargue de formar Gobierno.
El Marqués de Alhucemas terminó diciendo que mar-
chaba a casa del Sr. Groizard para darle cuenta de la
consulta.
El Sr. ViUanueva.—A las seis menos cuarto se pre-
sentó en Palacio el Presidente del Congreso, quien al su-
bir se limitó a mostrarse sorprendido por la crisis.
A su salida dijo a los periodistas:
«Las cosas no están para dilaciones. Lo que se estu-
dia principalmente es el precepto constitucional para la
legalización económica.»

El Sr. Dato.—Alas seis y media llegó a Palacio el


.jefe del partido conservador, a quien los periodistas die-
ron noticia de las anteriores visitas.
El Sr. Dato se manifestó también sorprendido del
planteamiento de la crisis.
Cuando a las siete y cuarto salió, dijo a los periodis-
tas lo siguiente:
«Su Majestad me ha informado de la dimisión presen-
tada por el Conde de Romanones y de las consultas cele-
bradas con otros políticos.
»Conio consejo, yo he dicho a tí. M. que la primera
necesidad del Gobierno que se constituya habrá de ser la
de obtener de las Cortes la aprobación de un presupuesto.
»A esto se ha limitado mi consulta.»
Maura, encargado de formar Gobierno.—A las
ocho de la noche llegó nuevamente a Palacio el señor
Maura.
Salió a las nueve, y dirigiéndose a los periodistas,
manifestó:
118 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

«El Rey me ha dado el encargo de formar Gobierno.


He aceptado, y esta noche, sin perder minuto, me dedi-
caré a cumplir la misión que acaba de confiárseme.
• Mañana, antes del mediodía, volveré a ver al Rey
para darle cuenta del resultado de mis gestiones.»
Desde Palacio se dirigió el Sr. Maura al domicilio del
Conde de Romanones.
Su conferencia con el Presidente dimisionario fué
breve. Dióle cuenta de haber aceptado el encargo de for-
mar Gobierno.
El nuevo Presidente rogó al dimisionario le permitie-
se usar el telégrafo y el teléfono oficial para comunicarse
con el Sr. La Cierva, que se hallaba en Murcia, y ])roba,-
blomente con alguna otra personalidad ausente de .Ala
drid.
El Conde de Romanones ofreció al Sr. Maura su apo-
yo incondicional y el de sus amigos para ayudar al nue-
vo Gobierno a aprobar los presupuestos.

Frases del Conde.—Algunos amigos del Conde de


Romanones, que le visitaron después de encargarse de
formar Ministerio el Sr. Maura, oyeron decir al Presiden-
te dimisionario:
—¡Ya indiqué yo hace días que no tenía ninguna di-
ficultad de cariícter político!
Y luego anadió:
— Pero cualquiera puede en estos momentos S(!r Pre-
sidente del Consejo menos yo.
Conviene tener en cuenta estas frases para el mejor
conocimiento del origen de la crisis.

La actitud de los conservadores.—Algunos perio-


distas visitaron al Sr. Dato en su domicilio a última hora
de la tarde.
El jefe de los conservadores manifestó que dicho par-
tido apoyaría a un Gabinete Maura y a todo Gobierno
que se constituyese para aprobar los presupuestos.
—Todo Gabinete tendrá el decidido apoyo de los con-
servadores, claro que salvando el criterio del partido en
determinadas cuestiones de Gobierno.
ABRIL DE 1919 119

El ilustre exministro conservador Sr. Bergamín re-


cibió también la visita de algunos periodistas.
—¿Es cierto -le dijo uno de ellos—que se tratab;i de
hacer una concentración conservadora cuya base fueran
usted y los Sres. González Besada, y Sánchez de Toca?
No negó el Sr. Bergamin que se hubiera tratado de
llevar a la práctica ese pensamiento, pero agregó:
—Creo difícil que el Sr. Maura pida el concurso para
una concentracióiv conservadora, pues hace pocos días
rechazó esa misma propuesta que hicimos nosotros. Aho-
ra bien; los conservadores prestarán su concurso a todo
(lobierno para sostener el mantenimiento del orden pú-
blico y para legalizar la situación económica. De esto
estoy seguro y no necesito hablar con el Sr. Dato.
Tampoco creía el Sr. Sánchez de Toca, cuando reci-
bió la visita de los periodistas, que el Sr. Maura pidiera
la colaboración de los conservadores para formar Go-
bierno.
—Estimo—dijo - que formará el Gabinete con ele-
mentos propios y algunos romanonistas, siendo la finali-
dad de dicho Gobierno limitada, pues estimo que su mi-
sión primordial ha de ser mantener el orden público y
aprobar los presupuestos.

La Condesa de San Luis.—Esta ilustre dama, tan


célebre por su ingenio como por su peregrina belleza,
imitando a aquellas nobles señoras castellanas como
Doña Beatriz Galindo (la Latina) y otras no menos ilus-
tres, que demostraron saber a la par sostener el cetro de
la hermosura y el del talento, dio una conferencia en ol
teatro de la Princesa acerca de las cuestiones sociales
contemporáneas, que fué elogiadisima.
Creemos oportuno dar cuenta de ella con las siguien-
tes palabras del Sr. Conde de Komanoncs.
llíiblando con sus amigos y con algunos periodistas,
dijo que había oído en el teatro de la Princesa la Confe-
rencia leida por la Condesa de San Luis en la función a
beneficio de Díaz de Mendoza.
- P o r cierto-afiadió-que resultó interesante que
una dama de la aristocracia, hija de un grande de Espa-
ña, que fué gentilhombre de Isabel II, y esposa de un
120 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

Diputado conservador, diera una conferencia tan intere-


sante, exponiendo ideas muy atrevidas, en cuanto al or-
den social se refiere. Habló de la necesidad del reparto
de la propiedad; arremetió contra la aristocracia, com-
batiendo después a todo el mundo, incluso a raí. Hacien-
do alusión a mi persona, decía que capeaba muy bien,
pero que tenía excesivo movimiento de pies, y que a la
hora de la verdad rae echaba fuera, no atreviéndome a
entrar a matar.
Efectivamente, la conferencia fué muy aplaudida y
comentada, y la ilustre conferenciante recibió muchas
felicitaciones.

D Í A 15.-Solución de la crisis. -Nuevo Gobierno.


En efecto, como indicaron los Sres. Sánchez de Toca, y
Ber^amíii, no hubo Jlinisterio de concentración, ni si()uic-
ra intento de tal cosa, por parte del Sr. Maura, y eojiviene
tener esto en cuenta, porque más adelante ha de sonar
muchas veces como ari;umento.
El Sr. Maura formó un Gobierno con sus íntimos, po-
dríamos decir con sus familiares, dando cabida en él, sin
carácter político, al ronianonísta Sr. González Hontoria,
para continuar las relaciones internacionales, dado su
marcado carácter aliadófilo.
A! salir de Palacio a la mañana siguiente el Sr. Slau-
ra, manifestó que los Ministros que constituían el Go-
bierno eran los siguientes:
Presidencia, 1). Antonio Maura.
Estado, D. Manuel González Hontoria.
Gracia y Justicia, Sr. Vizconde de Matamala.
Marina, general Sr. Miranda.
Hacienda, D. Juan de la Cierva.
(lobernación, D. Antonio Goicoechea.
Fomento, D. Ángel Ossorio Gallardo.
Instrucción pública, D. César Silió.
La cartera de Guerra—agregó—es casi seguro que la
desempeñe el general de Artillería D. Luis Santiago,
que se encuentra de gobernador militar en Cartagena, y
que hoy por la mañana llegará a Madrid.
Respecto a la de Abastecimientos, di.jo el Sr. Maura
que estaba pendiente de unas conferencias.
ABRIL DE 1919 121

En efecto, el general Santiago fué nombrado ministro


de la Guerra, y de Abastecimientos lo fué D. José Maes-
tre, gran capitalista y poderoso minero de Cartagena.

Urgoiti rechaza la cartera—El Sr. Maura llegó a


Palacio a las doce de la mañana para asistir a lá jura
del Ministro de la Guerra.
Al entrar fué interrogado por los periodistas acerca
de la provisión de la cartera de Abastecimientos.
—El Sr. Urgoiti—contestó—, a quien, como ustedes
saben, había ofrecido el cargo, no ha aceptado, fundán-
dose en que no se considera suficientemente preparado
para el desempeño de esa cartera. Hay, pues, que pen-
sar en otra persona.
Merece consignarse cata actitud del Sr. Urgoiti, que
no habiendo sido nunca nada oficialmente, rechaza l;i
cartera ministerial, creyéndose falto de preparación para
desempeñarla, cuando todo el mundo sabe que el sefior
Urgoiti es un distinguido ingeniero, un gran industrial y
un expertísimo financiero, tiene grandes condiciones or-
ganizadoras y administrativas y es, además, un excelen-
te escritor.
El Sr. La Cierva llegó a las tres de la tarde, y des-
pués de una larga conferencia con el Sr. Maura, fué a
jurar, y después, al Consejo de Ministros.

Declaraciones del Marqués de Alhucemas.—El jefe


del partido demócrata hizo las siguientes declaraciones:

«Tuve el honor de decir a S. M., en la consulta a que


repentinamente fui llamado —y así se lo repetí a los pe-
riodistas a mi salida de Palacio—, que el partido liberal
democrático prestaría su decidido apoyo al Gobierno que
se formase para facilitar la aprobación de los presupues-
tos y para la realización de reformas sociales que son
indispensables. Esto mismo ratifico delante del Gobierno
que acaba de constituirse.
»Dije en las Cortes, porque ello respondía a mi íntimo
pensamiento, que esta no era la hora de las derechas, y
continúo pensando lo mismo.»
122 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Los Sres. Alvarez (D. Melquíades) y Lerroux recibie-


ron muy mal la formación del Gabinete.
Dice el Conde de Romanones.—Manifestó el Presi-
dente saliente que la aceptación del Poder por el señor
Maura había que estimarla como un sacrificio personal.
Creía que la crisis había tenido la solución lógica.
«El Ministerio tiene una significación política comple-
tamente contraria a la mía, lo cual no quita para que yo,
en el Parlamento y para legalizar la situación económi-
ca, le dó mi apoyo sin condiciones. A ello estoy obligado
por interés del país. Además, el Sr. Maura, al encargar-
se de formar Gobierno en las actuales circmistancias, ha
realizado un sacrificio, al cual debe ir aneja la gratitud
de todos.
>Claro es que este juicio mío y este apoyo que yo
ofrezco hubieran sido iguales si el encargado de formar
Gobierno hubiese sido el Sr. Dato u otra personalidad
política.»

Esto hizo confirmarse a la gente política en su creen-


cia de que la crisis se había llevado a cabo de acuerdo y
con el consejo del Sr. Conde de Romanones.
Repetidas veces se lo dieron a entender.

Los nuevos Ministros —D. Manuel González Hon-


toria.—Muy joven, a los cuarenta y un años, llegó don
Manuel Qonz;ilez Uontoria al Ministerio, con una signifi-
cación personal que está por cima de las discrepancias
políticas.
Ingresó el Sr. González Uontoria en la carrera diplo-
mática en 18'J8. Su personalidad comenzó a destacarse
cuando, muy mozo todavía, formó parte de la Comi-
sión que, presidida por el Duque de Almodóvar del Uío,
representó a nuestra nación en la Conferencia de Alge-
ciras.
Desempeñó distintos cargos en el Extranjero, como
Secretario en las Embajadas de l'arís y de Londres y en
la Legación de La liaya y miembro de varias Misiones
extraordinarias; su actuación casi permanente se ha des-
ABRIL DE 1919 123

arrollado en Madrid, en el Ministerio, donde fué Subse-


cretario.
Al dejar la Subsecretaría pidió la excedencia y figuró
por primera vez como Diputado, afiliándose a la política
del (3onde de Komaiiones; pero, especiali/iado en sus es-
tudios, más que determinada significación partidista, tie-
ne el Sr. Hontoria una representación técnica y singular.

D. Antonio Goicoechea. —El nuevo Ministro, como


los demás nombrados, es joven aún; nació en Barcelona
el 21 de enero de 1876.
.lurisconsulto distinguido, ha ejercido la carrera algún
tiempo con provecho. Fué Secretario de Sala dol Tril)U-
nal Supremo, estando excedente en la actualidad. Er.i-
catedrático auxiliar de la Facultad de Derecho en la Uni
versidad Central y persona de sólida cultura.
Por primera vez figuró en las Cortes en 1901), repre-
sentando al distrito de Becerrea. Actualmente era Dipu-
tado por Madrid y Concejal del Ayuntamiento madrileño.
Había desempeñado también con gran acierto la Subse-
cretaría de Gracia y Justicia.

D. César Silió y Costas.- Desde el año 1903 viene


figurando el Sr. Silió en la política española como perso-
nalidad de gran relieve, representando en las Cortes la
circunscripción de Valladolid.
Antes se había dado a conocer por sus brillantes cam-
pañas en la Prensa y como publicista y abogado.
Talento sólido, vasta instrucción, tales son las condi-
ciones características del Sr. Silió.
Ejerció la carrera en aquella capital castellana y lue-
go en Madrid, y fué Director de El Norte de Castilla. Ha
publicado varios libros, entre ellos los titulados Prohleman
del día, La criminalidad eupañola y La crisis del Derecho
penal.

D. Ángel Ossorio y Gallardo. -Nació el Sr. Ossorio


y Gallardo en Madrid, el 20 de junio de 1873. Es hijo dol
ilustre escritor y periodista difunto Ossorio y Bcrnard.
Comenzó su carrera política al lado del Sr. Gasset,
124 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

que le hizo Concejal del Ayuntamiento de Madrid, cargo


que también ejercía ahora. Luego siguió afiliado al par-
tido conservador y más tarde unido al Sr. Maura.
El Sr. Ossorio y Gallardo no había desempeñado más
que un cargo político importante: siendo ministro de la
Gobernación el Sr. Cierva, actual ministro de Hacienda,
fué aquél Gobernador civil de Barcelona; allí le sorpren-
dieron los sucesos de la semana tnigica, y de su gestión
se habló mucho en el Congreso.

D. José Maestre Pérez.—El Sr. ]\Iaestrc es médi-


co. Lo fué, como su hermano D. Tomás, después de una
carrera brillantísima. No ha ejercido la Medicina.
Dueño de un cuantioso capital, y puesto desde su ju-
ventud al frente de grandes empresas mineras, fabriles,
de obras públicas, etc., ha demostrado siempre su talen-
to poco común, su certero golpe de vista, su competencia,
ñnancicra, su espíritu moderno, su gran corazón.
Ha sido varias veces Diputado a Cortes por Cartage-
na y Senador por Murcia.
Es hombre de positivo mérito.
¿Origen de la crisis?—Como la censura era tan com-
pleta, la Prensa no podía decir nada que al Gobierno no
le agradase, y aunque algunos periódicos habían hecho
veladas alusiones a la situación tirante en que se halla-
b<iu las relaciones entre parte del elemento armado y el
Gobierno o algunas Autoridades, la verdad no se sabía;
pero es indudable que esta tirantez de relaciones fué la
causa inmedita de la crisis, que el Conde de Romanónos
no pensaba plantear hasta pasadas la Pascuas. (Se esta-
ba al comienzo de hi Semana Santa.)
Veamos algo de lo sucedido. Estando tramitándose la
crisis, se hizo pública la noticia de que habían llegado a
Madrid los Sres. Montañés y Doval, gobernador civil y
jefe de Policía, respectivamente, de Barcelona.
La gran Prensa no dijo más acerca de este asunto;
pero la gente bien enterada sabia que dichos señores
habían salido de Barcelona materialmente coaccionados
por otros elementos, con los cuales no estaban en buena
armonía.
ABRIL DE 1919 125

La gran Prensa, repetimos, no dijo nada, cohibida


]wr la censura; i)cro un periódico de iinporLancia secun-
daria. La Patria, publicó lo que a continuación copiamos,
acaso sin pasar por la censura, por lo cual el periódico
fué recogido en seguida, teniendo nosotros la fortuna de
que un representante de la Autoridad nos entregase un
ejemplar, como elemento para la Historia.
Decía el periódico:
*Doval y Montañés, en Madrid.—Esta maíñana, en el
expreso de Barcelona, llegaron a Madrid los Sres. Doval
y Montañés.
"Aunque los periodistas trataron de que hicieran al-
guna declaración, todo fué inútil.
«Dichos señores se encerraron en la más absoluta re-
serva, negando que hubieran salido de Barcelona bajo
ninguna clase de presión.
»En la estación les esperaba el subsecretario de la
Presidencia, D. José Moróte.
*l)e una carta de Barcelona. —Los oficiales del Ejérci-
to de Barcelona acordaron pedir la destitución del gobei--
nador civil, Sr. Montañés, y la del Sr. Doval, jefe de
Policía.
»E1 viernes salió de Barcelona una Comisión de ofi-
ciales del Ejército, proponiéndose visitar al Rey, cuya
audiencia les había concedido.
»Los hermanos Roca, jefes del movimiento sindicalis-
ta de Barcelona, que habían sido detenidos por las Auto-
ridades militares, fueron mandados llamar por el señor
Doval, según dijo, para tomar unas notas.
»EÍ capitán del Ejército D. Mariano Melguizo los
acompañó a la Jefatura de Policía y esperó fuera a que
los presos fueran devueltos por el Sr. Doval.
»E8te y el Gobernador pusieron en libertad a estos
peligrosísimos sindicalistas, sin tener en cuenta que esta-
ban en una plaza en estado de guerra.
»Al enterarse el general Perales, dio órdenes termi-
nantes para que fueran detenidos nuevamente, consi-
guiéndose poco después.
•Los militares de Barcelona hacen grandes elogios de
Bravo Portillo, porque dicen que vale mucho y conoce a
126 .MOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

toda la fíente pelif^rosa, y que de soí-'uir las cosas como


iban, habrían echado al Capitán ííeneral.
>Los sindicalistas cobraron el silbado el 10 por KM) de
los jornales devengados durante la semana.
»--Ksto—dicen los militares—es una vergüenza, des-
pués de tantos días en estado de guerra, y lo que precisa
es más Policía secreta.
>Los oliciales que han venido a Madrid traen, ade-
más, el encargo de decir a D, Alfonso que es imposible
la política que sigue el Conde de Romanones, enemigo de
Espiifia, porque fomenta con sus claudicaciones esta odio
sa canipafia.
»Los ofleiales de guarnición en Barcelona dicen ([ue
lio hay fuerzas ca])aces contra Pestaña, quien está en el
l'vincexa de Asfio'ws tratado a cuerpo de r(\v.
>Los individuos que se aventur;iban a, transitar por
Barcelona después de la hora scfíalnda por las Autorida-
des, eran obligados a- barrer la plaza de ('atnluria.
»Las fue]-zas del Ejército permanecen en la calle.»
Toda esta parte referente a la conminación de los
militares al Poder civil es lo que debió ser causa deter-
minante de la crisis, no la expulsión de los Sres. Monta-
fies y Doval, pues cuando éstos comunicaron desde Par-
celona lo que les había sucedido, preguntando (¡ué hacían
al Conde de Komanones, ya. éste había planteado la cri-
sis, y al contestarles, recordando, sin duda, la frase del
infante D. Antonio, cuando los franceses se lo llevaron a
Bayona, de «ahí queda eso; hasta el valle del .losafat»,
el Conde de Komanones contestó a sus amigos:
—Hagan lo que estimen más conveniente; yo ya no
soy Presidente del Consejo.
Advertimos que esta frase nos la ha comunicado una
persona de la intimidad del Conde de Romanones, y que
tenía motivo para estar enterada.
Sin embargo, repetimos que en Madrid no se dijo en
impreso uada de tal asunto; antes bien, lo negaban en los
Centros oficiales; pero poco después, Le Temps, de París,
publicaba un artículo (una carta de su corresponsal en
Madrid) titulado cLa crisis española», en el cual, aparte
de los incidentes relativos a Bravo Portillo y al somatén,
decía lo siguiente:
ABRIL DE 1919 127

«Cuanto al incidente Montañés, véase exactamente


cómo se produjo. Las Autoridades militares de Barcelo
na, descontentas de las medidas conciliadoras tomadas
por el (iol)ernador civil en favor de los huelf^'uistas, cxi-
i^ií'ron del Oobiei-no, hacia ya algunos días, que separase
de su puesto a diclio Tuncionario. El Conde de líomano-
nes no dio res])uesta alguna a una petición tan fuera de
lugar y cubrió la responsabilidad de su subordinado. Las
Juntas militares decidieron entonces enviar al Goiierna-
dor una Delegación de Oficiales de la guarnición, con
objeto de recordarle <que el tren de Madrid salía de
Barcelona a las ocho de la tarde». Esta Comisión se pre-
sentó dos veces en el domicilio del Sr. Montaflés. No ha-
bi(>ndo intervenido ninguna Autoridad militar en la cues-
tión ])ara llamar al orden a los autores de esta diítermi-
nación incorrecta, y viéndose el Sr. MontiiTiés obligado,
a consecuencia, de una intervención m.ás viva todavía, a
salir de línrcelona,, el Presidente del Consejo, cubriendo
hasta el último momento a su decidido colaborador, aban-
donó el Poder, no sin haber advertido a la Corona los
peligros de la situación creada.»

Esto es lo que dice el periódico francés. Como se ve,


discrepa un poco de lo que circulaba en Madrid, pero en
el fondo, el hecho es el mismo.
i'iSte suceso produjo gran sensación y desagradable
impresión en Madrid, debiendo advertir, que aquí, donde
son muy conocidos, especialmente el Sr. Doval, y alta-
mente estimadas las dotes de ambos señores, la opinión
fué unánime al censurarles por su falta de energía.
—Debían —dijo la gente—haberse resistido y llegar
hasta el punto de que les sacaran entre bayonetas, y si
era preciso, atados por las calles de Barcelona. ¿Qué les
había de pasar ai se resisten? Absolutamente nada.
Hablando de esto, dijo un periodista al Sr. Lerroux:
— Le hemos preguntado (al Sr. Doval) si era verdad
que había salido de Jíarcelona entre bayonetas, y lo ha
negado.
— Eso—repuso el Sr. Lerroux—hubiera sido glorioso;
pero ha sido peor, porque han bastado las vainas.
Luego, como pasado el primer momento, en Madrid
todo se toma a broma, y hay finísimo ingenio para dar-
128 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

las, ya en prosa ya en verso, circularon por todas partes


las siguientes incorrectas quintillas:

«TELEGRAMA
»Telograma quo, pn Madrid,
vrocibió mi principal
»el dia l'ó de abril:
• He Barcelona: Oficial:
«Envió ferrocarril
»a Montañés y a Doval.
»re8o neto: cuatro mil.
»Tarifa: doble especial.
>I.o firma un guardia civil.
»Lo autoriza un {general.»

Los adjetivos correspondientes al peso y la clase de


tarifa no son precisnmente los aquí estampados, sino
otros nuís molestos (no ofensivos); poro como ambos se-
flores son dos cum]tlidos caballeros, de méi'ito indiscuti-
ble j ' de intachable reputación, no los consignamos aquí,
para no molestarles.
El Ministerio fué muy mal recibido por las izquierdas,
tanto monárquicas como republicanas, no solamente por
la tendencia política que representaba, sino porque fué
creencia general que había sido impuesto por determina-
dos elementos, con la precisa condición de que formara
parte del Gobierno el Sr. La Cierva.

Por qué se marchó el Conde de Romanones.—El


Diario Universal, órgano en la Prensa del Conde de Roma-
nones, lo dijo bastante claro el dia 17:

«La razón no puede ser más clara: la política que el


Sr. Conde de Romanones venía desarrollando y se pro-
ponía desarrollar en lo sucesivo tropezaba, y a estas fe-
chas no lo ignora nadie, con obstáculos perfectamente
conocidos
y se impuso la nece-
sidad apremiantisima de sustituirla por la contraria, por
la representada por el Gobierno actual, y singularmente
por el Sr. Maura y el Sr. La Cierva.
ABRIL DE 1919 129

>No se ha tratado, pues, de una componenda ui de un


capricho, sino de una consecuencia lóf^ica do anteceden-
tea perfectamente claros y conotfidos. Ksto no puede ser
desconocido por nadie, y atinnar lo contrario es no ha-
berse enterado aún óe que la política ha dejado de ser lo
que fué.»

D Í A 16.-Grave conflicto al Gobierno.—Huelga de


Telégrafos.—Apenas juraron los Ministros, y ya se en-
contraron planteado un conlücto gravísimo. La huelga
general de los telcgraflstas.
Estos, recordando la actuación que respecto de ellos
había tenido el Sr. La Cierva, en cuanto fué nombrado
Ministi-o, se declararon en huelga en toda España.
El Consejo de Ministros reunido dio la siguiente nota
oficiosa:
«El Consejo, después de examinar y resolver los asun-
tos más uigeiites de diloienles d(>partameiitos, ha. anali-
zado con todo detenimiento la situación creada por la
actitud de los telegrafistas, y ha adoptado acerca del par-
ticular las providencias oportunas a fin de asegurar con
toda perentoriedad la contiíiuidad del servicio y el resta-
blecimiento de la disciplina.
».Se acordó un voto do confianza al Presidente, para,
que, en unión de los Ministros de los respectivos depar-
tamentos, resuelvan sobre los nombramientos del alto
personal. >
El Sr. La Cierva, con gran delicadeza, ofreció su di-
misión al Presidente del Consejo dos veces; pero el Con-
sejo, que expei'imentaba gran disgusto, acordó no acep-
tarhi y afiontar la situación por todos los medios posibles,
«acoi dando dijo el Sr. (joicoeídiea, ministro de la (lo-
bernación - prescindir en absoluto d é l a militarización,
porque entendemos que el P^jército se lialla abrumado de
trabajo y de atenciones y no puede recargársele más de
lo que está».
Apaite e&ta razón, el Gobierno tcinió que la militari-
zación le diese resultado tan poco... útil como la última
que se hizo en Barcelona.
9
130 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Goino la huelga, con más o menos incidentes y peri-


pecias, vino al lin a solucionarse, presciiidiinos de seguir-
la al detalle.
Se adhirieron a la hucljía los de Tcl('"roiios, y hubo in-
cautación de (Jentros de comuiiica('i()u y ali^uuas vio-
lencias.
Notabilísimo documento de Lerroux. —El jefe de los
republicanos radicales, D. Alejandro Lerroux, en vista
de que la censura le impedía publicar en la Prensa las
manifestaciones políticas que debía hacer, imprimió un
manifiesto en forma de carta dirigida a su amigo y co-
rreligionario D. José Allué, de Málaga, documento ver-
daderamente interesantísimo, que se repartió profusa-
mente por España, y que no publicamos por su mucha
extensión.

D Í A 17.—Exceso de Ministros. —Dijo La Época:


«En noviembre de 1917, aun no hace año y medio, se
quiso dar por extinguidos a los grandes partidos, y se
dijo que era pi'eciso acabar con la homogeneidad de los
Gobiernos y entrar por el camino del régimen de grupos.
»IIa sido preciso, para ir mal viviendo en esa etapa,
acudir incluso al expediente del Gobierno nacional, y
aun así, acabado este, la homogeneidad se ha impuesto
de tal modo, que el Sr. Maura ha reclutado los Ministros
en su grupo parlamentario, con excepciones especialísi-
nias y muy explicadas, que, por lo tanto, confirman la
regla, y el Conde de Romanones hizo antes lo propio.
»A pesar de todo, el número de Gabinetes consumidos
en ese período ha sido: uno, presidido por el Marqués de
Alhucemas; otro, por el Sr. Maura; otro, reconstituido
por este mismo; otro. Alhucemas (segunda vez); otro,
Romanones, y ahora el de I). Antonio Maura.
»Los Ministros nuevos en ese periodo han sido: don
Manuel González Hontoria, D. .loaquin Fernández Prida,
D. José Roig y Pergadá, ü . Alejandro Rosselló, general
Berenguer, general Muñoz Cobo, general Santiago, almi-
rante Chacón, Vizconde de Matamala, D. Antonio Goi-
coechea, D. Juan Ventosa, Conde de Caralt, Marqués de
AHKIL DE 1919 131

Cortina, D. Niceto Alealá-Zamora, D. Franciseo Cambó,


D. Ángel Ossorio v Gallardo, D. Felipe Rodos, D. Luis
Silvela, I). Joaqm'ii Salvatella, D. (Y^sar Silió, I). Pablo
Garniea, D. Raldonioro Argente y D. Leonardo Kodrí-
guez.
>Es decir, 23 hombres nuevos que han llegado a los
Consejos de la Corona en diez j ' siete meses.
»A pesar de lodo, el país sigue sin renovarse, el pro-
greso se ha interrumpido por la, inestabilidad de los Go
biernos y de los Ministros, y la paz social no ha ganado
nada, cjue nosotros sepamos.
»¡Sü]o el Sr. Cambó se siente satisfecho!»
El Sr. Cambó fué el principal propulsor,-si no el crea-
dor en estos últimos tiempos, de la idea de los (lábinetes
de grupo.
Otros políticos la siguieron por moda, por convenien-
cia o por inconsciencia, sin ver que el Si-. Cambó, hom-
bre de percepción finísima, deseando en cuanto pudiera
llegar a un Ministerio, peio no como secuaz y partidai'io
de ningún jefe de j)artido, piopagó esta idea jiara llevar,
él o sus amigos, al Gobicjiío la repiescntación de su
grupo.
Eso fué todo. Y todos cayeron en la red.
Los altos cargos.—P^n esta fecha fueron provistos
los siguientes:
Para la Subsecietaría de la Presidencia, I). Francisco
Jloreno Zulueta, conde ár los Andes; ])ara la de Estado,
D. Emilio Palacio y Fau, que d('scmi)enaba el cargo do
jcle de la Sección de Política de diclio Ministerio: ¡jai'a
lado Gol ernacióii, ]). .loacpjín Montes .lovellar; pai'a, la
de Instrucción pública, J). .losé Martínez Kuiz (Azorín);
para la de P'omento, el Sr. Santos P'cay; para la de fla-
ciend-a, el Sr. Montesinos Checa; para la de Gracia y
Justicia, el Conde de Gamazo, y para la de Abasteci-
mientos, el Marqués de la Frontera.
Directores generales fueron: de Correos y Telégrafos,
D. Nicanor de las Alas Pumarino; de Obras púlvlíc;is, el
ingeniero Sr. Sánchez Cuervo; de Administración local,
el Sr. Alvarez Arranz; de Aduanas, \). Luis MoTvtiel; de
132 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Prisiones, 1). Alfonso Pidal; de los Rea;istros, el Sr. Díaz


de Revenga.
Para el Gobierno civil de Barcelona, el JManiués de
Uetortillo; director p:oncral de Primera, enseñanza, don
Pío Zavala,; dii'cctor ¡^eiieral de Afíriciiltura, 1). Antonio
Monedero Martí, pi'esiileiite de la Coiifederaciün Nacio-
nal Católica Agraria, y delegado regio de. Primera ense-
ñanza, el Sr. Bonilla San Martín.

DÍA 18. -Actitud de los conservadores.—En el do-


micilio del Sr. Dato se reunieron los ex Ministros conser-
vadores. La conversación duró desde las once de la ma-
ñana hasta la una y media de la tarde, y como resultado
de ella, el Sr. Dato facilitó la siguiente nota:

«Reunidos los ex ]\Iinistros conservadores, bajo la pre-


sidencia del Sr. Dato, para continuar las deliberacio-
nes comentadas en la reunión del día 11, ratificóse todo
lo anteriormente acordado como normas de conducta del
partido liberal-conservador ante la situación genei-al po-
lítica que viene desenvolviéndose desde la suspensión de
las sesiones de Cortes, y, consecuentes con esas normas,
aprobaron unáninnMnente las manifestaciones liechas por
el jefe del partido al presidente del nuevo Ministerio,
Sr. Maura, de prestar a éste su cooperación más resuelta
en cuanto afecta a la conservación y defensa del orden
público y su asistencia parlamentaria para la aprobación
de un presupuesto constitucional, y expresaron su fervo-
roso anhelo de hallar ocasiones de aplaudir sus actos de
Gobierno.»

DÍA 21.—La minoría ministerial.—Otro de los argu-


mentos hechos contra la subida del Sr. Maura al Poder,
era el de que precisamente los grupos políticos de éste y
del Sr. La Cierva, unidos, representaban una inferioridad
numérica muy grande respecto de los conservadores y
de los liberales, aun sin agregar a éstos las izcjuierd.is.
Los mauristas eran 20; los ciervistas, 23; total, 52; que
deducidos los que habían aceptado cargo, quedaban re-
ducidos a 35.
ABRIL DE 1919 133

D Í A 22.—LOS empleados de Hacienda.—Una nume-


rosa Comisión de empleados, en la que figuraban repre-
sentantes de todos los Centros dependientes del Ministerio
de Hacienda, fué recibida a mediodía por el Sr. La Cierva.
La recepción se verificó en el antedespacho oficial del
Ministro.
El oficial mayor del Ministerio, Sr. Cabanillas, hizo
la presentación de los empleados, y significó al Ministro
la complaceucia de los visitantes con motivo do su desig-
nación para la cartera de Hacienda.
El Ministro pronunció un largo discurso, en el que
hizo historia de su actuación en otros Ministerios en lo
que se refiere al personal; prometió seguir en el departa-
mento de Hacienda las mismas normas en que había ins-
pirado su conducta anterior, y terminó pidiendo el con-
curso de todos para desarrollar la amplia labor que se
proponía llevar a la práctica.
Conviene fijarse en este acto, pues en él se indicaban
ya propósitos del Sr. La Cierva, que había de traer des-
pués alguna perturbación y no pequeño compromiso para
el Gobierno.

D Í A 23. —Altos cargos. — Fué nombrado delegado


regio de Pósitos D. .Juan Moneva y Pujol, catedrático de
Zaragoza y amigo del Sr. Ossorio. Era un buen hombre,
pero tenía la manía del regionalismo integral, exaltado;
cuando llegaba a Ariza, viniendo a Madrid, decía que
ya llegaba a la frontera de España, y cuando escribía
cartas con papel de membrete del Círculo Aragonés, po-
nía debajo: «Consulado de Aragón en España».
Por lo demás... era un bello sujeto.
También fué nombrado comisario general de Seguros
el ilustre financiero D. José Ramón Martínez Agulló, ex-
director general del Tesoro.
D Í A 2 4 . - La nota programa del Gobierno. —En esta
fecha se reunieron los Jlinistros en Palacio, bajo la pre-
sidencia de S. M. el Rey.
De lo tratado en el (Jonsejo se facilitó por la tarde, en
en el Ministerio de la (üobernacióu, una nota larguísima
en que se decía:
134 SOLDÉ VILLA.—EL A S O POLÍTICO

€ Apunte-extracto del discurso del Presidente en el


Consejo presidido por S. M., hoy 24 de abril de 1919:
>Dijo que S. M., mejor que nadie, era sabedor de que
se veía encargado del Gobierno sin haberlo procurado,
pretendido ni deseado, y aun después de apurar las ex-
cusas, porque consideraba y considera que habría debido
poderse mantener o formar un Ministerio menos extraño
que es el actual a la generación del presente estado de
cosas públicas, y más compenetrado con lag colectivida-
des parlamentarias que deben subsanar la forma de pre-
supuestos; pero una vez honrado con la confianza de la
Corona, todos los Ministros querían corresponder a ella y
sentían sus obligaciones oficiales con igual ahinco que si
hubieran apetecido y demandado el Poder.
>Dijo que no le causaba estrañeza ver tergiversada
su significación mediante caricaturas diversas, trazadas
cada una según la parcialidad del dibujante; pero que
estos artificios no alteraban el hecho de no ser el actual
un Gobierno de partido. Que aun mirándose a sí propio
y DO a los demás componentes del Ministerio, ostensi-
blemente desligados de su persona en el orden político,
recordaba no haber consentido nunca presidir ni en for-
mar un partido más.
»Levantando la mirada sobre todas las preocupacio-
nes episódicas e inmediatas, a reserva de ir concretan-
do los pasos a compás de las posibilidades que se consi-
gan, sintetizó las obligaciones del Gobierno de este
modo: es ineludible una amplia, honda y generosa reno-
vación en las normas de nuestra vida social, en los va-
rios órdenes de actividades y de intereses.
•Formuló después una síntesis de la política exterior,
haciendo notar que 1» presencia del Sr. González Hon-
toria en el Ministerio de Estado era testimonio fehacien-
te de que no habrá en el orden internacional la menor
mudanza. De asuntos interiores, habló principalmente
de huelgas y de las apremiantes dificultades en que en-
tiende el Ministerio de Abastecimientos.»
Esta nota fué comentadísima.
DÍA 28. - L a catástrofe de Tarancón.—Con motivo
de las subsistencias, se originó en Tarancón (Cuenca) un
ABRIL. DE 1919 136

motín que acabó en catástrofe, pues hubo varios muertos


y muchos heridos. El Gobierno prohibió que se hablase
de ello, y sólo varios días después, al recibir a los perio-
distas el Ministro de la Gobernación, aludiendo a dichos
sucesos, manifestó que los informes del Gobierno eran que
hubo allí seis muertos y numerosos heridos; pero que
como en esos días estaban interrumpidas las comunica-
ciones, el Gobierno no sabe aún concretamente lo ocu-
rrido.

O disolución o dimisión.—No es éste el caso de Gam-


betta y Mac-Mahon, cuando aquél dijo a éste el día famo-
so 18 de marzo: ou se soumettre ou se demettre, aquí era el
Gobierno, el Sr. Maura, que decía: fO me dan el decreto
de disolución o dimito».
El deseo del Gobierno, en vista de las circunstancias,
era la aprobación, en veinticuatro o cuarenta y ocho ho-
ras, de un proyecto de ley de un solo artículo, con lo cual
se daría fuerza legal automáticamente a todos los dictá-
menes de la Comisión de Presupuestos, así con relación a
gastos como a ingresos, sirviendo esto de prólogo a la
inmediata clausura de las Cortes, y si no, la disolución de
éstas.
Véase lo que decía La Acción, periódico afecto al Go-
bierno:

«¿Qué adelantaría el Gobierno—dicen las gentes —con


ir al Parlamento en tales condiciones?
•Sufrir un quebranto indiscutible, porque la aproba-
ción rápida parecen dispuestos a impedirla los elemen-
tos a que aludimos, y en tal caso al Gobierno no le que-
darían más que dos caminos: o cerrar las Cortes, para
que los defensores de las esencias democráticas, que no
las han abierto nunca, se dieran el gustazo de hablar
de tiranía y de golpes de Estado, o resignarse a la dis-
cusión estéril que consumiera un tiempo precioso o hi-
ciera imposible toda labor ministerial.
•Por todas esas consideraciones, la mayor parte de
la gente, la que no entra ni sale en los tinglados políti-
cos, cree que la mejor solución sería disolver de una
vez unas Cortes de las que nada puede esperarse.»
136 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

Para conocer la actitud de los jefes de minorías, el


Presidente visitó a los Sres. Conde de Romanones, Alba
y Alvarez (D. Melquíades), y requirió la opinión del señor
Cambó, que se hallaba en Barcelona.
En la visita del Sr. Maura a D. Melquíades Alvarez,
éste contestó que la minoría reformista se proponía dis-
cutir el presupuesto en la forma ordinaria y acostumbra-
da', pues aun quedaban dos meses hasta el 30 de junio.
Respecto al segundo punto, la respuesta del jefe refor-
mista fué todavía más categórica. Se proponía esta mino-
ría discutir la crisis con toda la amplitud y a fondo, por
entender que se trataba de una de las crisis más trans-
cendentales para el régimen parlamentario y para la
vida pública española.
Después visitó el jefe del Gobierno al Sr. Alba.
Este, después de oir al Sr. Maura, le manifestó que
su respuesta se la enviaría por escrito, a fln de que en
todo momento pudiera acreditarse de una manera feha-
ciente la opinión emitida por él.
La respuesta del Sr. Alba quedó en el mismo día en
poder del Presidente del Consejo, y en ella se oponía re-
sueltamente a que se aprobasen los presupuestos sin dis-
cutirlos, y no estaba tampoco dispuesto a consentir que
se escamoteara el debate sobre la crisis.
Por lo que se refiere al Conde de Romanones, mani-
festó al Sr. Maura que, dada la firme actitud de los seüo-
res Alba y Alvarez, no podía ser una excepción en el
concierto de las izquierdas parlamentarias, y que, por
tanto, sus amigos, aunque con toda clase de miramientos
en la forma, tendrían que votar en contra de cualquier
iniciativa del Gobierno encaminada a la aprobación ra-
pidísima del presupuesto y al cierre del Parlamento sin
discutir ninguno de los graves problemas pendientes.
Gran revuelo produjo esta actitud del Gobierno, es-
perándose con interés la contestación de los restantes
jefes de minorías.
DÍA 30. —La crisis planteada.—La expectación po-
lítica era enorme. Hubo también Consejo de Ministros, y
en él se acordó plantear al Rey el dilema de disolución
o dimisión, como lo prueban las frases del Sr. Maura a
los periodistas al salir del Consejo:
ABRIL DE 1919 187

—No hay nota —dijo—. La nota la daré yo el viernes


(era miércoles), después del Consejo con S, M., que no se
celebra mañana, porque tenemos que concurrir al acto de
la toma de posesión de los nuevos Consejeros de Estado.
A pesar de esta declaración del jefe del Gobierno,
luego fué facilitada la siguiente nota oficiosa:
«El Consejo ha terminado la deliberación sobre la si-
tuación parlamentaria y la conveniencia de la reunión
de las Cortes, y en el Consejo que con S. M. se celebra-
rá el próximo viernes se dará cuenta del resultado.»
Siguieron, no obstante, las consultas. El Presidente
del Consejo, a poco de despachar con el Monarca, visitó
en su domicilio al Sr. Dato.
La entrevista de ambos personajes duró cerca de una
hora, y durante ella, el jefe del Gobierno, después de
informar al del partido liberal-conservador del resultado
de sus conferencias con otros prohombres y del propósito
de ultimar las consultas que le restaban por evacuar,
departió con el Sr. Dato acerca de la rápida aprobación
de los presupuestos sobre la base de la presentación de
un dictamen con un solo artículo.
El Sr. Dato, ratificando la actitud mantenida desde
el momento en que el Sr. Maura ocupó el Poder, ofrece-
ría a éste todas las facilidades apetecibles para legalizar
en el Parlamento, es decir, constitucionalmente, la situa-
ción económica.
MES DE MAYO

DÍA 1."-Siguen los propósitos de disolución.—


Dato, en Palacio.—La expectación política desde que se
supieron los propósitos del Gobierno era exttAoi'dinaría,
y aumentó al saber que el Sr. Dato había celebrado una
larga entrevista con el Rey.
Sus amigos dijeron lo siguiente: '

<E1 Sr. Dato habrá hablado al Monarca con la ente-


reza a que le obligan la jefatura del partido conservador,
y su lealtad, a prueba de sacrificios, de desengaños y de
amarguras, a la Corona.
»Sólo cuando veamos en la Gaceta el decreto de diso-
lución de Cortes o el de prórroga de los presupuestos,
creeremos en semejante peligrosísima locura. No conce-
bimos tamaño suicidio. >

El Marqués de Alhucemas.—Aparte esto, todos Iqs


partidos de la izquierda, monárquicos, republicanos y
socialistas, se manifestaban airadamente contrarios al
propósito del Gobierno.
El Sr, Marqués de Alhucemas dijo:
cEn tesis general, ya es conocido mi criterio. Se
aproxima bastante al del jefe del partido conservador.
E? preciso un presupuesto constitucional. ¡Nada a espal-
das de las Cortes!
»No creo que el Gobierno pida el decreto de disolu-
ción, y si tal ocurriese, dudo mucho de que le fuera otor-
gado...»
140 SOLDKVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

El Conde de Romanones.—El jefe del partido libe-


ral sólo se preocupaba de que no le creyeran cómplice
de la subida de Maura al Poder.
«Es una insensatez atribuirme en el cambio operado
en la polític^ por, la yenida-de Maura—decía el Conde
de Romanone^btra ;iaterveilción que la de haberme
convencido de que las orientaciones necesarias en estos
momentos son incompatibles, o por lo menos para mí lo
han sido, con todo intento de gobernar, siempre que no
se modifiquen ciertas incomprensibles actuaciones con-
sultiiras.»,
En cuapto a sus relaciones con el Gobierno, el Diario
Ümver^al, éirg&no del Conde, dijo:
«Las circunstancias tpdas, cuanto acontece en el
mundo, dentro y fuera de España, aconsejan una política
dej^quierdas. Entiéndase bien: no sólo Gobierno de iz-
qiiierdaSj sino política de izquierdas, francamente ex-
pansiva, con elreconocim/ento de los problemas obreros,
la necesidad de tratar con la representación de los orga-
nismos, de la clase trabajadora y de implantar reformas
económicas, en aj-monía coii la índole de estos problemas;
refprma tributaria y fiscal, basada en un ordenamiento
distinto del actual, y, juntamente con esto, respeto ab-
soluto a los Poderes constituidos, necesidad de que éstos
funcionen sin ingerencia de ningún elemento extrafio a
aquellos que integren el Gobierno.»
El Sr. Cambó.—El jefe de los regionalistas facilitó
la siguiente nota, en la que reproducía la contestación
que dio al requerimiento del jefe del Gobierno:
«Evacuando la consulta que se ha servido formular-
me, he de decirle que el circunscribir la actuación de
las actuales Cortes a la aprobación rituaria de un presu.
puesto, para dar cumplimiento externo a un precepto
votado por las propias Cortes, significaría, a mi enten-
der, un olvido total de las apremiantes y sustantivas
realidades de la vida española, que demandan con apre-
MAYO DE 1919 141

mió una solución jurídica que permita, reintsgiiaír a la


normalidad de la vida constitucional a grandes masas de
ciudadanos.» i.

Luego, como era de rigor, hablaba de la monserga


autonomista para Cataluña.

Palabras del Sr. Maura.—El Impardal, a ra^s de


combatir el propósito de la disolución, decía:
«También se exhumaba otro texto, que aun cuando
no sea constitucional, para loa ministeriales, y aun para
los partidos políticos, tiene que ser apreciado en todo su
valor. Nos referimos a palabras pronunciadas por don
Antonio Maura el 30 de junio de 1906, justamente cuando
el Sr. Moret pensaba pedir ese mismo decreto que tanto
anhelan ahora los mauristas.»
»lie aquí las paliibras en cuestión:
«Antes califiqué de locura ese propósito de Moret (se
•refiere al decreto de disolución). Hoy la llamo brava es-
• tulticia. El Presidente del Consejo no convertirá su en-
»sueño en realidad. No pueden llegar a tanto las prerro-
»gativas do la Corona. Mas si por uno de esos atavismos
»de la inconsciencia se le confirmara en su deseo, habría
»que establecer la indisciplina coñfltitucional como noríria
»de gobierno. Seria la plomacja tiradíi. en curva', para
«dejar el edificio en disposición de cuartearse al primer
•soplo de viento. ¡Y no iría este arquitecto á restau-
•rarlo!»

La carta de Alba.—Sobre todas estas actitudes, se


habló de la carta del Sr. Alba, documento importante,
en el cual, después de desmenuzar y anatematizar la po-
lítica seguida por el Gobierno, asentaba y explicaba los
siguientes apotegmas:

«El nuevo Parlamento sería reproducción del actual.


Hay que ir a lao Cortes y vivir en ellas.—Las Monarquías
han de ser «Repúblicas coronadas».—Los aduladores del
Rey.—Patriótico concurso.»
142 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

La manifestación obrera.—Se verificó la acostum-


brada manifestación obrera del 1.° de mayo, reuniéndose
a primera hora en la plaza de Isabel II las Sociedades
que integran la Casa del Pueblo.
Los manifestantes llevaban grandes carteles de lienzo
con incripciones, que decían: ¡Viva Rusia!, ¡Abajo los
acaparadores!, y otros.
Poí la Puerta del Sol y calle de Alcalá se dirigieron
a la plaza de la Independencia, cantando el himno de la
Internacional.
A diferencia de otros años, en este se registraron
graves tumultos.
DÍA 2.—El decreto de disolución.—En efecto, el
propósito del Sr. Maura quedó convertido en realidad.
Véásé lo ocurrido.
Consejo en Palacio.—Hubo Consejo, que empezó a
las diez y media y duró hasta las doce y media.
Al salir, el Sr. Maura fué rodeado por los periodistas,
y dijo:
«He pronunciado ante S. M. un discurso, cuyo ex-
tracto facilitaré en la Presidencia a las tres de la tarde,
poi:que todavía tengo que redactarle.
»En el discurso terminé exponiendo al Monarca la
actual situación política y entregándole la dimisión de
todo el Gobierno.
»El Rey, después de razonar con altas consideraciones
por qué no tomaba tiempo para meditar sobre mi resolu-
ción, en e.l acto me ratificó su confianza, y como mi con-
sejo ál SobéiTino era la necesidad de disolver estas Cortes
y Convocar unas nuevas, me ha dicho S. M. que le traiga
inmediáta.mente el decreto de disolución y que lo firmará
en el acto: <
>Después nos hemos reunido en Consejillo para deli-
berar acerca de las fechas, y hemos acordado que las
elecciones de Diputados se verifiquen el domingo 1.° de
junio próximo.»
Efectivamente, a la una y media de la tarde volvió
MAtó DE 19lá ' 148

a Palacio el Presidente del Consejo, y sólo Jiermaneció


cinco minutos en el despacho del Rey. '
Al salir manifestó que S. M. había firmado el decreto
de disolución del Congreso y de la parte electiva del
Senado. .'
Declaración ministerial.—Nota-extracto del Con-
sejo presidido por S. M. hoy 2 de mayo de 1919.—En
este documento eiíponia el Sr.-Maura sú actuación y sus
propósitos; pero lo que más llamó la atención fué el si-
guiente párrafo:' •'
cAl terminar el Presidente su discurso, S. M. mani-
festó, que como quiera que veiíía siguiendo con la atení •
ción debida el curso de los sucesos a que el Presidente se i
había referido, tenía reflexionada maduramente su deci-
sión, y ésta era conforme con el Consejo que le. daba el
Ministerio, cuyas dimisiones no admitía, y a quien ratifi-
caba plenamente su confianza, deseoso S. M. de evitar,
por el bien público, la apariencia de perplejidad a i que
darían motivo cualesquiera consultas, toda vez que le
eran bien conocidas las diversas opiniones, y qu^ juzgaba
que el actual Ministerio, por la perdona del Presidente y por
nu composidófn, no sería aventajado por otro alguno en el
designio de amparar la desiateresada y justiciera ifnparciali-
dad que en las elecciones se requiere de parte del Qóbiemo.
Expuso el deseo de que él Real decreto de disolución de
las Cortes se firmase inmediatamente,jy fii no podía ser
durante la sesión del Consejo, dentro cfeirdía de hoy.
¿El Presidente manifestó que, con gjratitud propor-
cionada al honor de la confianza regia, el Gobierno ente-
ro estaba pronto a apurar sus fuerzas en el intento de
corresponder a ella para servir a la Nación y a la Coro-
na. Siguió una breve deliberación, en lá cual sefijócomo
fecha para la votación dé Diputados á Cortes el 1." de
junio, con intento de que las nuevas Cámaras se reúnan
dentro de la última decena del mismo mes.»
Este documento y la decisión del Gobierno produje-
ron verdadero estupor en él toundo político.
Excepto los íntimos partidarios del Gobierno, todos
144. SOLDEVILLÍL.—EL AÑO POLÍTICO

I9 <^aliíicaron de golpe de Estado; protestaron contra él


enérgicamente y se prepararon a, combatirle y a destruir
sus efectos.
Véase la actitud de los partidos, y conste que no ha-
blamos más que de los monárquicos y el reformista, pues
las izquierdas avanzadas hablaban aun con mayor indig-
nación.
• • , . ' - I

Los reformistas.—D. Melquíades Alvarez dijo:


«La solución de la crisis es, a mi entender, tan des-
acertada y absurda, que, sobre comprometer grandemen-
te el porvenir del país, constituye un reto peligroso a la
opinión liberal y democráitica, que es la que representa
la mayor fuerza.»

Los roikianonistas.^—El Diario Universal publicó los


siguientes párrafos de una conversación telefónica man-
tenida con el Conde de Roraanones, que pasó el día en
G-oadaJajara:
«Me ha causado profunda sorpresa el conocer la reso-
lución dada a íá crisis, por creer que es un absurdo y una
temeridad llegar a la disolución de las Cortes sin habef
oído el Rey a los representantes de todos los partidos y
agrupaciones politicas.

La izquierda, Uberal.^El exministro Sr. Alba con-


densó en las siguientes líneas el juicio que merecía a Su
partido la disolución del Parlamento:

«Delante del anuncio de la disolución, no pienso en


mis intereses políticos, y poniendo la vista sólo en Espa-
ña, en el orden social y en la Monarquía, digo sencilla-
mente que la jornada de hoy puede ser histórica, y que
la responsabilidad de ella, para quien serenamente con-
temple los sucesos, no es tanto del Sr. Maura como de
aquellos hombres que, titulándose liberales, han prepa-
rado en las sombras, desde hace bastante tiempo, el su-
ceso del di^.;»
MAYO DE 1919 146

Gestiones de aproximación fracasadas.—Dijo El


Impar cial:
«Surgida la crisis que puso en la Presidencia al señor
Maura, procuróse la conciliación, ofreciendo tres carte-
ras a otros tantos conservadores cidóneos». Rechazada
la oferta, brindóse un elevado sitial y doce puestos de
menor considez'ación a los conservadores que designase
el Sr. Dato. Fracasó también la inteligencia, y puestos
los tenaces amigables componedores, con mimbres y
tiempo, a perseguir la concentración, llegaron a ofrecer
las Presidencias de las Cámaras para losSres.Dato y Sán-
cliez Toca, y tres carteras, pero ni aun asi se llegó a la
anhelada concentración.»
DÍA 3.—El decreto de disolución.—Incertidumbre.
Decía así el decreto publicado en la Gaceta de esta fecha:
«Usando de la prerrogativa que rae corresponde por
el artículo 32 de la Constitución de la Monarquía, de
acuerdo con mi Consejo de Ministros,
•Vengo en decretar lo siguiente:
•Artículo 1.° Se declaran disueltos el Congreso de los
Diputados y la parte electiva del Senado.
»Art. 2." Las elecciones de Diputados y Senadores se
celebrarán dentro del plazo legal, señalándose oportuna-
mente la fecha.»
El plazo legal a que se refiere el artículo 2° del ante-
rior Real decreto es, con arreglo al mismo artículo 32 de
la Constitución, el de tres meses.
Como se ve, la situación era tan incierta, tan compli-
cada, que el mismo Gobierno dudaba en señalar la fecha
de las elecciones. La causa principal era queelSr. Mau-
ra esperaba todavía poder vencer la resistencia del señor
Dato, mejor dicho, de algunos amigos del Sr. Dato, y
conseguir que tomasen parte en el Gobierno, llegando a
formar una concentración conservadora.
De este Gobierno formaría parte algún maurista de
los más conciliadores, siendo, en cambio, eliminados el
Sr. La Cierva y los hombres más belicosos, como los se-
10
146 SOLDEVILLA.—EL ASO POLÍTICO

ñores Goicoechea, Oasorio y Silió, a quienes los viejos


conservadores no podían olvidar todas su3 ruidosas cam
pañas de los últimos años.
Todo dependía de la resolución que adoptaran loa ex
Ministros conservadores, que habían de reunirse al día
siguiente.
Actitud de los partidos.—Los romanonistas—Entre
tanto, los partidos se prestaban ya a la lucha. A las cin •
co de la tarde se congregaron en el hotel del Conde de
Romanonea loa 16 ex Ministros del partido que acaudilla
y diversos Senadores y ex Senadores, Diputados y ex Di-
putados.
El Conde pronunció un importante discurso.
Al hablar de la solución de la crisis y de la venida de
Maura, recogió irónicamente los comentarios que le im-
putaban la responsabilidad, y añadió que sobre esto no
había que buscar explicaciones obscuras, porque la mis-
ma cauaa que le había obligado a él a salir del Poder ha-
bía traído el Gobierno presidido por Maura.
Afirmó que ni en el momento de la crisis ni en ningu-
no de los días sucesivos oyó hablar del decreto de diso-
lución, y que por eso le sorprendió la noticia; pero agre-
gó que no podía discutirlo, porque puestas en la nota ofi-
ciosa de ayer ciertas afirmaciones en boca de S. M, el Rey,
a él le parecería una irreverencia discutir públicamente
con el Monarca, aunque no pocas cosas tendría que decir,
si la discusión fuera con el Presidente del Consejo.
Al final de su discurso, el Conde de Romanones, des-
pués de hacer un elogio del Ejército, afirmó que era pun-
to esencial y característica del partido que dirige el no
estar dispuesto a asumir nunca el Poder mientras no
desaparezcan de un modo radical aquellos obstáculos que
ahora le habían impedido desarrollar una política liberal.
Estas palabras, que pronunció muy meditadaraente,
fueron acogidas con estruendosos aplausos.
Los socialistas.—En el domicilio de D. Pablo Iglesias
se reunieron a última hora de la tarde el Comité nacional
del partido socialista y los Sres. Besteiro, Prieto, Largo
Caballero, Anguiano y Saborit.
MAYO DE 1919 ,147

Al terminar la reunión se facilitó la siguiente nota


oficiosa:
«Reunidas las Comisión ejecutiva del partido socialis-
ta obrero y la minoría parlamentaria del mismo, mos-
tráronse unánimes al apreciar las causas de la última
crisis, que son las mismas de la súbita disolución del Par-
lamento, y no siendo posible hacer público el juicio que
la situación les merece, acordaron limitarse por ahora a
declarar que gustosamente se sumaría el partido socialis-
ta a una actitud de abstención en la próxima lucha elec-
toral, si en esa actitud coincidieran, en defensa de la su-
premacía y de la dignidad del Poder civil, todas las agru-
paciones que, situadas fuera o dentro del régimen, estén
apartadas de la natural función gubernativa de escudar
a poderes irresponsables.»
DÍA 4.— Actitud de los partidos,—Los liberales-
conservadores.— A las once de la mañana se reunieron
en casa del Sr. Dato los exministros Sres. Sánchez de
Toca, González Besada, Conde de Bugallal, Bergamín,
Burgos, ligarte, Sánchez Guerra, Andrade, Espada, Con-
de de Esteban Collantes, Vizconde de Eza, Domínguez
Pascual y Marqués de Lema. ,>
La reunión tenninó cerca de la una y media, facilitan-
do el Sr. Dato la siguiente nota: ,i, r
«Reunidos los ex Ministros conservadores, bajo la
presidencia del Sr. Dato, en vista del Real decreto de
ayer disolviendo las Cortes de 1918, resumen unánimes
su deliberación y acuerdos en la siguiente nota:
«El partido liberal conservador, libre eu absoluto de
«toda responsabilidad en los antecedentes y motivos que
•pudieron ocasionar el decreto de disolución dictado por
»Su Majestad en el legítimo ejercicio de su prerrogativa
•constitucional, contempla serenamente la grave situa-
>ción política creada, y para determinar su línea de con-
»ducta, levanta su corazón sobre toda clase de recuerdos,
•poniendo su actitud presente a la altura de su noble tra-
•dición y de todos sus patrióticos deberes.
148 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

»En diversas ocasiones, algunas bien recientes, se ha


•procurado por parte de los conservadores establecer
»inteligencia8 con fuerzas afines, sin que pudiera lograr-
»se entonces satisfactorio resultado, no obstante haber
•llevado el esfuerzo hasta el extremo limite, consentido
>por sentimientos de dignidad y de propio respeto, de que
»no pueden prescindir los individuos ui las colectivida-
•des, sin que ello represente un suicidio moral que a unos
»y a otras incapacita para la vida y para el Gobierno.
•En reuniones anteriores, por diversos motivos oca-
•sionadas, el Sr. Dato declaró, en nombre de todos los
•congregados y con expreso asentimiento de las fuerzas
•que le siguen, que el actual Ministerio contarla en las
>Cortes con nuestra leal colaboración para la votación
»de un presupuesto constitucional y en todas partes con
•nuestro patriótico concurso para la defensa del orden pú-
•blico y de la integridad del régimen constitucional y
•parlamentario.
•Los deberes que inspiraron esta declaración subsis-
•ten Íntegros.
«Nuestra actitud, por tanto, debe permanecer inalte-
>rable.
»E1 partido conservador irá a las elecciones con su
•organización, su bandera y su jefatura, dispuesto siem-
>pre, como hasta aquí, a responder con abnegado desin-
>teres a sus deberes para con la Patria y la Monarquía.»
Manifestaciones del Sr. Sánchez de Toca—Este ex
Presidente del Senado dijo, sobre la situación de la po-
lítica:
«Mi actitud era y es bien conocida. Yo creo que se
necesita una gran concentración de fuerzas conservado-
ras para servir altos intereses nacionales. Cuando se in-
tentó la fusión, su fuerza hubiera sido incontrastable,
porque era propósito decidido el que ningún sector que-
dara fuera de aquélla. No encontramos obstáculo alguno
e>D el Sr. Cierva; en cambio, D. Antonio Maura se ence-
rró en una hermética actitud de pesimismo, y a cuantos
requerimientos se le hicieron contestó invariablemente:
«¿Para qué?»
MAYO DE 1919 149

»Tal vez su actitud dependiera de una excesiva inte-


ligencia con determinado político...
»Yo creo firmemente que la unión de los conservado-
res hubiera sido improtestable antea del acontecimiento
que ayer presenciamos. Ahora no sé.
»E1 Sr. Maura cambió la dinámica, y lo que antes del
decreto pudo ser hacedero y fácil, podrá encontrar luego
grandes dificultades. >
Los reformistas.—En el teatro del Centro celebraron
un mitin los reformistas para exponer su actitud. Fué^un
acto importante. Hablaron los tíres. Azcárate, Azaña,
Palacios y Zulueta, pronunciando después el Sr. Alvarez
un elocuentísimo discurso, en el cual, aparte de exponer
su criterio respecto de otros asuntos y problemas, dijo:
«Vengo a recoger las manifestaciones de los anterio-
res oradores, con moderación desde luego, pero sin dis-
parar mi pensamiento.
>Como español, yo siento tristeza; como liberal, me
encuentro avergonzado.
»Es preciso que estudiemos el desenvolvimiento de los
nuevos fueros de España, porque la ley de imitación es
*en política una ley biológica.
»E1 pueblo interviene directamente en la vida del Es-
tado, siendo sus decisiones única e indiscutible ley para
todos,
> Y esto es justo. Por encima del Parlamento deben fun-
cionar los Consejos de obreros, que pongan el veto a las
decisiones contrarias a la opinión de la mayoría del país.
>Los ejércitos permanentes se suprimen o quedan sus-
tituidos por ejércitos voluntarios y reducidísimos, invir-
tiendo así los factores de la economía nacional en benefi-
cio de la industria y el trabajo.
>Con la democracia se hunde el militarismo y los pri-
vilegios de clase. Los Reyes tienen que olvidar lo que
han sido en la Historia, para convertirse en servidores
leales de la voluntad nacional. >
Inquirió las causas de la última crisis, asegurando
que en una monarquía constitycional y parlamentaria,
16Ó SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

tal pregunta sería ociosa, porque las crisis son siempre


procesos de opinión, cuyas decisiones tiene que acatar la
Corona, so pena de suscitar peligros en torno suyo.
«El Rey—agregó—no es más que un vigilante a quien
el pueblo coloca en la altura para que recoja las opinio-
nes y las traduzca con fidelidad.
»Si en cualquier otro país se hubiera consumado una
crisis sin garantías constitucionales, el hecho habría sido
tachado de sacrilegio.
' »A los Reyes no se les enseña aquí en España a des-
empeñar bien su oficio, cuando deberíase siempre recor-
darles la máxima de Saavedra Fajardo:
«A los Reyes los ponen en peligro las lenguas de sus
«Ministros, más por mordaces que por indiscretas.>
»Yo no quiero hablar del Ejército, pero puedo hablar
de las Juntas militares, cuya existencia legal no debe
saber el Gobierno.»
Dedicó algunos parrajos a censurar a los Sres. Maura
y Cierva, a quienes culpó de toda la desventura que pa-
rece haberse abatido sobre España, y aseguró que los so-
cialistas cooperarán dentro de muy poco a la formación
de un Gobierno radical.
Estas palabras levantaron algunas protestas, que aca-
lló el orador exponiendo que las exigencias de la vida re-
claman a los políticos ser lógicos y prácticos.
Terminó afirmando que los reformistas no habían ab-
dicado ni abdicarán jamás sus convicciones, y que iban
al Poder llevando tras si el anhelo, la esperanza del pue-
blo sano.
El Sr. Alvarez fué ovacionado por los oyentes.
La prerrogativa regia y la reforma constitucional.
Discurso del Sr. Pedregal.—En esta fecha se verificó la
recepción en la Academia de Ciencias Morales y Políti-
cas de ü. José Manuel Pedregal, el cual leyó un intere-
santísimo discurso, que fué escuchado con singular aten-
ción por el auditorio distinguidísimo que llenaba la sala
de actos de la docta Corporación.
Dijo, entre otras cosas:
MAYO DE 1919 161

«Con el régimen actual, el Rey lo es todo. La ampli-


tud de las facultades regias en la Constitución española
es tan grande, que ningún jefe de Estado a la moderna
puede ufanarse de tener tantas en la realidad, aunque
las expresen los textos constitucionales.
»No se reduce por ello al Rey a ser un autómata, por-
que para servir sus convicciones tiene la influencia, el
prestigio personal, como en Inglaterra; pero no el ejerci-
cio de un Poder que depende exclusivamente de la volun-
tad de la Nación.
»Para conservar las Monarquías y dilatar su existen-
cia, hay que ponerlas al servicio de la democracia; esto
es lo científico, lo justo, lo legítimo, y bien se echa de
ver que los organismos ilegítimos, las oligarquías que
han aprovechado las reales prerrogativas para su como-
didad, corren el peligro de la anulación y tras ellas cae
aquello que pretenden defender.»

El ilustre exministro Sr. D. Amos Salvador leyó la


contestación de costumbre y cortesía al recipiendario,
que constituyó un trabajo muy elocuente.

DÍA 5.—Maura y Dato.—La nota política del día fué


la conferencia celebrada por los Sres. Maura y Dato en
casa de éste, con objeto, por parte del Sr. Presidente del
Consejo, de recabar para su Gobierno, en la forma y ex
tensión que pudiera, el auxilio del partido conservador.
La entrevista duró desde las diez y media de la ma-
ñana hasta las doce menos cuarto, y como resumen de
la conversación, las cosas continuaron exactamente
igual que en el momento de publicarse la nota oficiosa
de la reunión de los ex Ministros.
Ante el texto de la nota de los ex Ministros, el señor
Maura empezó por exponer la conveniencia de que mi-
nisteriales y conservadores marchasen unidos en la cam-
paña electoral, único modo de conseguir la mayoría pre-
cisa para la labor de gobierno que, reunidas las Cortes,
podría determinar que el Sr. Dato ocupara la Presiden-
cia del Consejo o la del Congreso.
El Sr. Dato contestó que la nota era intangible, y que.
162 SOLDEVILLA.—EL A*0 POLÍTICO

por tanto, los conservadores lucharían con su organiza-


ción, su bandera y su jefatura.
El jefe del Gobierno insinuó entonces los perjuicios
que podrían sobrevenir a los conservadores de acudir a
las urnas sin el concurso de los candidatos adictos. Y
como este argumento no hizo mella en el ánimo del señor
Dato, la conferencia se dio por terminada.
Una frase.—Se atribuyó a uno de los ex Ministros
más conspicuos del partido conservador, a quien se le
hablaba de la posibilidad de que la fusión de ministeria-
les y conservadores, si no se realizaba ahora, se llevaría
a cabo una vez reunidas las Cortes, la frase siguiente:
—Ni podemos prestar apoyos indignos ni suscitar obs-
táculos caprichosos.
Otro conservador importante recordaba los insultos
que en distintas ocasiones le habían dirigido los raauris-
tas, apedreándolos con toda clase de tremendos insultos,
que culminan en esta frase, una de tantas del actual Mi-
nistro de Fomento:
—¡Hay que extirpar al partido conservador! ¡Siquiera
por higiene pública!
En efecto, el Sr. Maura y sus amigos habían ofendido
demasiado a sus antiguos correligionarios, para que éstos
pudiesen olvidar tan pronto.
DÍA 6.—La actitud de los partidos.—Reunión de
ex Ministros demócratas.—A las once y media se re-
unieron en casa del Marqués de Alhucemas los ex Minis-
tros demócratas, asistiendo los Sres. Groizard, Villanue-
va. Navarro Reverter, Salvador, Eguilior, Rodrigáñez,
Pidal, Suárez Inclán, Alvarado, Arias de Miranda, Ruiz
Valarino, Conde de Sagasta, Francos Rodríguez, Duque
de Almodóvar del Valle, Silvela y Garnica.
La reunión terminó a las dos de la tarde, y de ella se
facilitó una nota oficiosa, en la que figuraban las siguien-
tes conclusiones:
tDeclarar que las Cortes disueltas nacieron por vo-
luntad de los electores, la cual no se perturbó ni con in-
flujo ni con presiones del Poder público, como pueden
MATO DE 1919 153

acreditarlo los diversos factores políticos que integraron


aquel Gobierno, y, especialmente, el entonces Ministro
de la Gobernación, hoy de Gracia y Justicia, escogido
expresamente por el Sr. Marqués de Alhucemas para
presidir las elecciones, no sólo por sus cualidades inte-
lectuales, sino por su neutralidad y rectitud bien notoria.
•Que el partido democrático prestó siempre su con-
curso a los sucesivos Gobiernos sin condiciones ni flaque-
zas, por lo cual estima que las Cortes disueltas, conve-
nientemente utilizadas, según especial estructura y com-
posición libérrima, podían haber prestado aún servicios
eminentes al pais, aunque no al deseo particularísimo de
algunos de sus hombres públicos.
»Que el partido democrático ratifica con entusiasmo
la frase feliz de su jefe, pronunciada en memorable dis-
curso, de que la actual no es la hora de las derechas, por lo
que mantendrá su propia política, acentuadamente de-
mocrática y social.
•Que con los elementos que integran su organización
va a la lucha el partido democrático, representado prin-
cipalmente por los que hasta la disolución de las pasadas
Cortes tuvieron en ellas puestos electivos.
>Que sería una ficción la propaganda electoral y los
trámites de la lucha sin la plenitud de derechos que otor-
ga la Constitución a candidatos y electores, no debiendo
recogerse la oferta de una merced de amplitud otorgada
por el Gobierno, sino exigir el restablecimiento de todas
las gawantías, sin las cuales el voto no puede ser libre,
y, por lo tanto, eficaz. La libertad de la tribuna y de la
Prensa son recursos indispensables, no sólo para la con-
tienda electoral, sino también en las presentes circuns-
tancias para el esclarecimiento, cada día más necesario,
de las causas e incidentes de la última crisis, poniendo
con ello fin a ataques dirigirlos contra organismos funda-
mentales del país.»
• Esta actitud fué muy favorablemente comentada.
Otra reunión de conservadores. - Para esta fecha se
había anunciado una nueva reunión de los ex Ministros
conservadores en el domicilio del Sr. Dato; pero, sin em-
154 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

bargo, se celebró en el domicilio del Sr. Sánchez de Toca,


y a ella concurrieron todos los ex Ministros conservado-
res y el jofe del partido, Sr. Dato.
En la reunión, el Sr. Dato dio cuenta amplia a los re-
unidos de la visita que le hizo en su domicilio el Presi-
dente del Consejo.
Todos los ex Ministros aprobaron la conducta obser-
vada por el Sr. Dato, y, unánimemente, también acorda-
ron ratificar en absoluto la nota oficiosa que se facilitó
después de la reunión anterior.
Comienzan las quejas electorales.—Se comentó mu-
cho la circunstancia de que mientras todavía estaba el
Sr. Maura gestionando auxilios y concentraciones de los
conservadores, se empezase ya a combatir duramente a
algunos candidatos de este partido.
Ya el Sr. García Duran, amigo del Sr. Conde de Bu-
gallal y exdiputado por Carballino, se quejaba de los
atropellos que contra él cometían las Autoridades de la
provincia y del distrito, y en esta fecha recibió un tele-
grama de Cea en el que le comunicaban que el delegado,
acompañado de la Guardia civil, apresó al concejal don
Antonio Figueirido, le esposaron y 1© maltrataron. Ade-
más, el Juez municipal perseguía por las fincas y los do-
micilios a los Concejales.
Daba la coincidencia de que el candidato que preten-
día luchar por Carballino era el Sr. Calvo Sotelo, secre
tario del Sr. Maura.
Actitud de los partidos.—Los republicanos.-Inte-
sante nota oficiosa.—Desde las cuatro hasta las seis y
media de la tarde estuvieron reunidos, en el domicilio del
Sr. Lerroux, los ex Diputados republicanos que se encon-
traban en Madrid y el Directorio republicano.
Por unanimidad aprobaron la siguiente nota:
«Reunido el Directorio nacional de la Federación Re-
publicana, con asistencia de algunos de sus compañeros
que han tenido representación parlamentaria, después
de examinar detenida y serenamente la situación creada
en España por los recientes sucesos políticos, y luego de
MATO DE 1919 155

haber deliberado sobre las obligaciones que la actuali-


dad, los ideales y el patriotismo imponen a los republi-
canos, acordaron hacer pública la siguiente declaración:
»1.° El Gobierno actual no es la representación legí-
tima del Poder, sino en la apariencia. (La censura prohi-
bió la publicación del resto de este apartado.)
>2.'' La disolución del Parlamento es una concesión
de favoritismo en las presentes circunstancias, y es una
provocadora temeridad, porque no podrá legalizarse la
situación económica dentro de las normas constituciona-
les, y ninguna Autoridad tendrá derecho, como no sea
por la fuerza, a exigir a los ciudadanos contribuyentes
el cumplimiento de deberes que no lo son sino por el dic-
tado de la ley funcional del Estado.
. »3.'' Las circunstancias universales reclaman para
nuestro país la necesidad de unas Cortes Constituyentes.
»La convocatoria para elegir unas que no lo van a
ser podría considerarse, aun prescindiendo de su origen,
como una apelación al país.
•Pero declarado el estado de guerra en parte del te-
rritorio; suspendidas las garantías constitucionales; en
función rigurosa la previa censura; presos, deportados o
perseguidos arbitrariamente elementos políticos y socia-
les que influyen en la opinión; clausurados Centros de
Sociedades obreras y políticas, esa apelación es un sar-
casmo que requiere adecuada protesta. > Etc.
DÍA 8.—otra entrevista de los Sres. Maura y Dato.
Concordia electoral.—La entrevista de los Sres. Maura
y Dato a que aludía el Sr. Sánchez de Toca se verificó
en esta fecha, por la mañana, en el domicilio del Pre-
sidente del Consejo, y duró, aproximadamente, media
hora.
El Sr. Dato comenzó por justificar los términos de la
nota redactada por los ex .Miniátroa en la reunión verifi-
cada en casa del Sr. Sánchez de Toca.
Entonces el Sr. Maura expuso a su interlocutor la
dificilísima situación que se crearía al Gabinete y a la
Corona de persistir en su repulsa el partido liberal-con-
servador, y viendo que no convencía al Sr. Dato, que se
limitaba a ofrecer su concurso para el mantenimiento
156 80LDEVILLA.--EL A#0 POLÍTICO

del orden público, lá legalización de la situación eco-


nómica y la coincidencia en aquellos proyectos que ofre-
ciesen las soluciones preconizadas por el partido que
acaudilla, llegó a indicarle:
—No se ha firmado el decreto de convocatoria de las
elecciones, en espera del resultado de nuestra entrevista.
Si la rivalidad ha de perdurar, en el Consejo de esta
tarde acordaremos presentar la cuestión de confianza.
Dispóngase usted a gobernar.
El Sr. Dato siguió alegando las razones que tenia para
no concertar la unión que se le brindaba, y entre otras,
la de dar pábulo a la sospecha de que la inteligencia
sobrevenía por hallarse los mauristas en posesión de la
Gaceta, y ante la contingencia de la desaparición de este
Gobierno, afirmó resueltamente que en estos instantes no
se encargaría del Poder.
El Sr. Maura reargüyó que el interés del país y de la
Monarquía reclamaban de todos algún sacrificio, y ex-
clamó:
—Además, sus correligionarios de Galicia, que tan
enojados están con nosotros (aludía a los Sres. González
Besada y Conde de Bugallal), nos consentirán que tenga-
mos la humildad cristiana de retirar los candidatos que
les poníamos en contra. Lo mismo podríamos hacer en
toda España. Los 106 Diputados conservadores que han
venido al último Congreso no tendrán contrincantes mau-
ristas... Además, ¿es que a un Gobierno que representa
ideas afines le va a declarar el partido conservador la
implacable hostilidad, esa hostilidad que no declaró a
verdaderos adversarios?
Como la solución era todo lo satisfactoria que podía
apetecer el Sr. Dato, el jefe del partido liberal-conserva-
dor no tuvo reparo que oponer al Sr. Maura.
Pronto se supo que el Sr, Calvo Sotelo, secretario del
jefe del Gobierno, no lucharía contra el conservador señor
García Duran, y que la misma orden habían recibido
cuantos candidatos mauristas pensaban luchar enfrente
de los datistas.
El Sr. Dato conferenció después con los Sres. Gonzá-
lez Besada y Sánchez de Toca, para darles cuenta del
resultado de la entrevista.
MAYO DE 1919 157

DÍA 9.—El asunto de los Toisones.—Coincidiendo


con estas intrigas, conferencias y decisiones de unión o
de separación, corrió como cierta la noticia de que el
Rey había firmado, hacía dos días, los decretos conce-
diendo el Toisón de Oro a los Sres. Maura, Dato, Conde
de Romanones y Marqués de Alhucemas.
El Sr. Maura la desmintió en absoluto, pero no pudo
negar que la noticia se envió a los interesados, anuncián-
doles que el Rey había firmado los decretos correspon-
dientes, noticia que fué transmitida por teléfono a pro-
vincias por un familiar de uno de los personajes que figu-
raban como agraciados con el Toisón.
La concesión de éstos se llevaba con tanto misterio,
que, extendidos los decretos, se dejaron en blanco los
nombres, con objeto, sin duda, de que ni los propios fun-
cionarios de la Presidencia se enterasen de ello antes de
que fuesen firmados por el Rey.
Fuera o no fuera cierto, desde luego, el hecho de ha-
berse dado publicidad a la concesión de esas mercedes
antes de lo que convenía, fué causa del aplazamiento.
El hecho dio lugar a comentarios y disgustos.
DÍA 11.—Reunión de ios demócratas.—El jefe del
partido liberal demócrata, Sr. Marqués de Alhucemas,
reunió a sus amigos en el salón de sesiones del Senado,
iniciando así la campaña de propaganda electoral.
Asistieron a la reunión 61 ex Senadores y 86 ex Dipu-
tados, dándose cuenta de 35 adhesiones.
El Sr. García Prieto pronunció un elocuente discurso,
en el que dijo:
fHe querido reuniros antes de que cada uno marche
a tomar parte en las próximas elecciones.
•Nosotros lucharemos como fervorosos monárquicos,
claro está, porque estimamos que la Monarquía no puede
nunca ser en España una forma accidental de régimen.
Antes al contrario, creemos que ella significa la mejor
garantía de la paz social, y el más eficaz medio de desa-
rrollo de los intereses nacionales.
»Y a fuer de monárquicos respetuosos, acatamos la
resolución de suspender las Cortes pasadas, y nos dispo-
158 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

nemos a buscar en el sufragio del pueblo la ratificación


de nuestros poderes, que han de servirnos para discutir
luego con todo detenimiento y serenidad las causas que
han podido mover al Gobierno a turbar en las circunstan-
cias actuales la paz del país, y a convocar unas elecciones
cuyo resultado supone una regresión violenta en la poli-
tica de todas las naciones. (Aplausos.)
»En cuanto a nuestras relaciones con el Gobierno del
Sr. Maura, yo afirmo que ofrecí, primero al Rey y luego
al propio Presidente del Consejo, que nosotros facilitaría-
mos hasta donde fuera necesario la legalización en la si-
tuación económica. De ello responde la actitud discreta
y gubernamental del Sr. Alvarado en la Comisión de
Presupuestos.
»No participamos del criterio socialista español,
opuesto siempre a considerar al régimen monárquico
propicio al desenvolvimiento de las más radicales mejo-
ras sociales.
•Por nuestra parte, significando con ello el senti-
miento de cuantos no juzgan incompatible el guberna-
mentalismo con la verdadera democracia, hemos acogi-
do, no con simpatía, con entusiasmo, varias de las con-
clusiones aprobadas en el reciente Congreso socialista
de Berna.
•Excuso repetir el programa demócrata, y espero que
el Gobierno permitirá la propaganda electoral más am-
plia.
>Nuestros enemigos, cambiando la táctica de sus ata-
ques apasionados, han llegado a suponer en nosotros un
pacto vergonzante con el Gobierno, y han llegado a decir
en público la merced que sirvió para comprarnos. (Una
voz: Eso es despreciable.) Por eso mismo no quiero yo
ahora molestarme ni molestaros en pronunciar una sola
palabra de réplica. Los que nos conocen saben muy de
sobra la honestidad con que el partido procede siempre
en todos sus órdenes.» (Aplausos.)
Expuso a continuación que constituiría una oficina de
reclamaciones electorales, y terminó diciendo que no es-
peraba atropellos por parte del Gobierno en la próxima
lucha.
MAYO DE 1919 1B9

«No los espero—dijo—, pero tampoco los temo. Si, a


pesar de sus promesas, el Gobierno coaccionara nuestro
derecho, la parte permanente del Senado que nos es
afecta sabria corresponder en debida forma a tal conduc-
ta.» (Grandes aplausos.)
DÍA 12.—Famosa carta del ex Ministro de la Que-
rrá, a la sazón Capitán general de Madrid, al Marqués
de Alhucemas.—En esta fecha se hizo pública la carta
que el exministro de la Guerra y senador vitalicio, ge-
neral D. Francisco de Aguilera, dirigió al jefe del partido
liberal democrático, Sr. Marqués de Alhucemas, carta
que fué la nota política del día, y en la cual decía:
«7 mayo 1919.
*Excmo. Sr. Marqués de Alhucemas.
»Mi distinguido y querido amigo: He recibido la aten-
ta carta de usted, de ayer, y me apresuro a contestarla;
no extrañando, antes bien, estimando y agradeciendo las
razones de delicadeza que han aconsejado a usted no
citarme a la reunión de ex Ministros demócratas que se
celebró en su domicilio y bajo su presidencia, y a la que
realmente me hubiese estorbado acudir el cargo militar
que en la actualidad desempeño.
Aparte de esta razón, otras de distinta índole han ido
labrando en mi ánimo la resolución de apartarme de la
vida activa de la política, y como ello trae aparejada
como primera consecuencia la de separarme también,
con sentimiento, del partido democrático que usted diri-
ge, creóme obligado a exponer a usted brevemente los
fundamentos de mi meditada resolución. En ello verá
usted reflejada rai modesta, pero muy sincera opinión
sobre la actual situación política, ya que, tan amable-
mente, me dice usted que hubiese deseado conocerla.
»No piense usted, sin embargo, que ninguna mezqui-
na razón de esta o de parecida índole—pues la que apun-
to me viene accidentalmente a la pluma—son las que me
deciden a exteriorizar hoy una determinación que medito
y maduro desde hace algún tiempo.
160 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

iMuéveme exclusivamente a tomarla el no ver en


nuestros hombres políticos la suficiente abnegación, des-
interés y altruismo que creo indispensables para llegar a
la constitución de grandes y compactos partidos a la ma-
nera de los que, en tiempos no lejanos, alternaban y se
sucedían en la gobernación del país, no usufructaiido el
goce del mando y del Poder en un tumo pacifico (según
la conocida y despectiva frase de los que no supieron
apreciar entonces las ventajas de tan conveniente siste-
ma de gobierno), sino viniendo a ser las dos ruedas ne-
cesarias para que pueda sostenerse y marchar el carro
del Estado, las dos pesas indispensables para mantener
en el fiel la balanza de la libertad y del derecho,
•Rotos, deshechos, disgregados aquellos grandes par-
tidos, hoy... ya vemos todos lo que está ocurriendo. Su-
cédense las crisis y los cambios políticos con una frecuen-
cia cada vez más acelerada y peligrosa. Ante problema
de tal transcendencia y gravedad, ¿qué importancia tiene
la disolución de unas Cortes que han arrastrado vida tan
efímera y azarosa, ni a qué viene tocar a rebato para
acudir a los comicios en demanda del voto popular que
traiga al Parlamento otra serie de grupos, más o menos
nutridos, pero ninguno con la fuerza y mayoría necesa-
rias para ser el firme sostén de un Gobierno estable y
duradero?
>De no percatarse todos, lo mismo los grupos de la
derecha que los de la izquierda, que es precisa e ineludi-
ble la fusión de unos y otros para volver a constituir
aquellos grandes partidos—fusión que debería realizarse,
no de un modo accidental y limitado a fines electorales y
de momento, sino de una manera firme y permanente—,
fácil es presagiar gravísimos peligros, que al buen crite-
rio de usted no pueden ocultarse tampoco, y ante los cua-
les recabo mi libertad de acción y me elimino, por ahora
al menos, de las filas de la política militante.
»No es este acto mío—de muy escasa importancia,
por la poca representación política de la persona que lo
lleva a cabo—una vergonzosa ni vergonzante deserción.
Muy al contrario, al determinarme a este voluntario
pase a la escala de la reserva politica (no puedo prescindir
de los términos del tecnicismo militar a que estoy acos-
MAYO DE 1919 161

tumbrado de por vida), pienso que si los políticos espa-


ñoles no comprenden los verdaderos intereses de la Na-
ción, ésta no habría de perecer por ellos, y buscaría, den-
tro de la legalidad y de los elementos constituidos, nue-
vos procedimientos y sistemas para oponer un dique a la
ola revolucionaria y anárquica que, de otro modo, pudie-
ra arrollarnos a todos.
»La función crea el órgano, dice la Medicina. Si tal día
llegase, surgirá seguramente—acaso exista ya—el órga-
no apto y dispuesto, que es también el más abnegado y
altruista, y que no necesito nombrarlo, el cual trajera
entonces la salvación a nuestra Patria.—Frandsco de
Aguilera.»

Esta carta fué comentadísima, porque se traducía en


ella, más o menos claramente, una amenaza con la indi-
cación del intervencionismo en el Gobierno de determi-
nados elementos, y hasta se habló de exigir cierta res-
ponsabilidad oficial al autor de ella, separándole del car-
go de Capitán general de Madrid, que desempeñaba;
pero... nada de eso se hizo; acaso se intentó, y acaso
también se encontraran para ello serias dificultades.

Declaraciones del Conde de San Luis.—El periódi-


co ^ J5 í? publicó una interesante carta del antiguo y
prestigioso afiliado al partido conservador, Sr. Conde de
San Luis, haciendo constar que eran muchos los conser-
vadores que respondían a un firme y profundo convenci-
miento en favor de prestar su resuelto apoyo al Sr. Mau-
ra, añadiendo:

«Si en la nota oficiosa del partido conservador se de-


clara que se han venido haciendo trabajos en favor de
una inteligencia con los amigos del Sr. Maura, prueba es
de que se creía conveniente y compatible con la digni-
dad, y, por consiguiente, mayor razón hay ahora para
llevarla a cabo y realizar una obra de Gobierno intensa
y eficaz, prescindiendo de cuestiones de amor propio y
no encerrándose en actitudes equívocas o negativas, que,
11
162 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

si dieran al traste con la situación actual, traerían a Es-


paña consecuencias gravísimas...
»Aun puede admitirse que nuestro partido quiera con-
servaí' su fisonomía propia, su signiíicaeión y su jefatura;
pero la nota oficiosa que se dio después de la reunión de
nuestros ex Ministros puede ampliarse y, en la realidad,
se ampliará seguramente, haciendo extensivo nuestro
apoyo a toda obra de Gobierno que en el orden social,
financiero o de conveniencia pública afecte al interés y
al bien del país, dentro de los principios tradicionales del
partido liberal conservador.»
Contra el caciquismo granadino. - Los estudiantes
de la Universidad solicitaron permiso de sus Catedráticos
para abandonar sus aulas en son de protesta por los su-
cesos de Granada y de sentimiento por el desgraciado fin
de algunos compañeros de la ciudad andaluza, que per-
dieron la vida a consecuencia de dichos sucesos.
El acusado de causante de todos estos sucesos, por sus
manojos caciquiles, era el diputado D. Juan Ramón La
Chica. Jamás se ha visto una explosión del sentimiento
popular como la presente.
Los Catedráticos accedieron a esta petición.
Entonces, una Comisión de escolares subió a pedir al
rector, Sr. RodríguezCarracido, que se cerrase mediapuer-
ta de la Universidad en señal de duelo, como así se hizo.
Visitaron al Ministro, al Presidente del Consejo y
fueron al Ateneo y al hotel donde se hospedaba el señor
La Chica, que tuvo que huir y esconderse en un domici-
lio particular—porque a Granada tampoco le dejaban
volver—. Después, los estudiantes se colocaron en las es-
calinatas de la puerta principal del Congreso, ostentando
varios de ellos velas encendidas, al mismo tiempo que
entonaban una letanía dedicada al Sr. La Chica y fijaban
en las puertas de la Cámara popular unos pasquines con
la siguiente inscripción: «¡Muera La Chica! Orapronobis».
A requerimientos de las Autoridades, los estudiantes
86 fraccionaron en diversos grupos.
La Unión Monárquica Nacional.—Cansados varios
importantes elementos de Barcelona de las audacias y las
MAYO DK 1919 163

tropelías de la Liga Regionalista, y del carácter anties-


pafiol que imprimiera a toda su actuación política, deci-
dieron formar un partido que, sin desatender las aspira-
ciones legítimas de Cataluña dentro de la unión nacional,
pudiera contrarrestar la destructora actuación de los ca-
talanistas.
D. Alfonso Sala tuvo el acierto de unirlos.
«Se trata—dijo un escritor catalán—de una agrupa-
ción de patriotas monárquicos, muy catalanes y muy es-
pañoles, que se han impuesto la misión de arrancar a
Cataluña de manos del separatismo de la Liga y trabajar
con denuedo por el restablecimiento de la paz moral y
material de nuestra tierra, dándose al obrero lo que en
justicia se merece y a Cataluña lo que ésta ha menester
para su mejor desenvolvimiento y grandeza, compatible
con la unidad nacional.»
DÍA 16.—El derecho de reunión.— En contestación
a una visita hecha por los prohombres liberales al señor
Maura, en el Consejo de Ministros celebrado en esta fe-
cha, se acordó publicar un Real decreto alzando durante
el período electoral la suspensión de la garantía constitu-
cional relativa al ejercicio del derecho de reunión. Por el
Ministerio de la Gobernación se darían instrucciones a
los Gobernadores, a fin de que la. censura no pusiera el
menor estorbo a la libre propaganda de los partidos para
linos electorales.
Esta disposición fué muy discutida por los Ministros,
y después por los representantes de los partidos.
Indemnización a los comerciantes.—También fué
aprobada en Consejo la propuesta del Ministro de Ha-
cienda para la concesión a la Cámara de Comercio de un
anticipo reintegrable de 400.000 pesetas con destino al
abono de daños a los comerciantes perjudicados en los
sucesos ocurridos en Madrid en el mes de febrero último.
DÍA 17.—Graves acuerdos de las izquierdas.—En
efecto, la resolución del Gobierno respecto de las garan-
tías causó muy mal efecto entre las huestes de las iz-
164 SOLDEVILLA.—EL ASO POLÍTICO

quieixias, y para tratar de ella volvieron a reunirse los


jefes.
Los acuerdos tomados fueron de mucha importancia
y enérgicos.
Primeramente se discutió el punto relativo al retrai-
miento electoral, pero fué desechado, prevaleciendo uná-
nimemente el criterio de mantener el acuerdo tomado en
la primera reunión respecto a declarar facciosas las
Cortes que se eligiesen sin estar restablecida por com-
pleto la normalidad constitucional, y a imposibilitar toda
acción del Gobierno dentro de las mismas Cortea.
Después de tomado este acuerdo, se redactó una de-
claración o manifiesto dirigido al país, dando cuenta de
los fundamentos de la actitud que se veían obligados a
adoptar.
Sabido era que ambos expresidentes del Consejo co-
mían por la noche en Palacio, por ser el cumpleaños de Su
Majestad el Rey, y, sin duda, estimaron obligación suya
enterarle de los graves acuerdos tomados en la reunión.
Como al banquete asistieron también los Sres. Maura,
La Cierva y la mayoría de los Ministros, el Gobierno
quedó también enterado de la resolución adoptada por las
izquierdas.
El manifiesto de las izquierdas.—Reunidos nueva-
mente los jefes de las izquierdas, aprobaron el documen-
to siguiente, dado en nota oficiosa:
€ Después de las singulares circunstancias que rodea-
ron el decreto disolviendo las Cortes, el insólito propósito
de consultar la voluntad nacional dentro de un régimen
de excepción, ha hecho que se junten en un solo juicio
los representantes de las izquierdas.
»Con toda mesura notificóse al Gobierno la convenien-
cia, por muy altas consideraciones, de que fuese alzada
la suspensión de garantías.
>A1 divulgar la respuesta que la nota oficiosa contie-
ne, resérvase con extremada avaricia todo linaje de jus-
tificaciones. Exenta del más humilde argumento la re-
pulsa, niega el término de la suspensión de garantías,
brindando sólo el arbitrio ministerial la farisaica libera-
MAYO DE 1919 165

lidad de consentir reuniones electorales. A nadie puede


ocultarse cómo la propaganda de idearios para ganar
voluntades y crear opinión ha menester inexcusables
difusiones de publicidad: no son lícitas.
>La imperfección de nuestra vida ciudadana dota
pródigamente a los Gobiernos de medios para influir en
las elecciones, y añádese ahora la vigilancia y censura
de la palabra escrita, la posibilidad de decretar deten-
ciones y todo el cortejo de facultades que pone al arbitrio
del gobernante un régimen excepcional.
•Merced a unos comicios forjados con el martillo de
la arbitrariedad en el yunque de una suspensión de ga-
rantías, presentaráse falseado el pensamiento nacional,
ofreciendo a la contemplación de propios y extraños
como una España reaccionaria y quietista la que nos-
otros creemos orientada y dispuesta para las más fecun-
das transformaciones sociales y democráticas.
•Como unas Cortes en semejantes condiciones reunidas
no pueden ser legítima representación del país; como su
génesis impura sólo puede dar origen a un Parlamento fac-
cioso, punto de partida para grandes conmociones, harto
más lamentable en la realidad que en el discurso, nos
juzgamos obligados a invalidar totalmente su actuación.
»Consciente8 de la gravedad del acuerdo, a él apela-
mos en la certidumbre de atajar perturbaciones de im-
ponderables consecuencias y adscribimos nuestra ñrme
resolución al propósito de lograr medios parlamentarios
nacidos en cuna legítima.
•Las libertades públicas se conquistaron con cruentos
esfuerzos; quienes las heredamos sin sacrificio no las
dejaremos burlar sin lucha.
•Y por todo ello nos estimamos en el deber irrevoca-
ble de no considerar legítimas las Cortes convocadas, si
se mantiene la suspensión de garantías, y de impedir,
por los procedimientos que se hallen al alcance de las
fuerzas políticas que representamos, la aprobación de
cuantos proyectos de ley se sometan a debate, sin, exclu-
sión alguna, bien sea con el Gobierno actual, bien con
cualquiera otro que pretendiera servirse del Parlamento
formado, no nos sentimos capaces de decir elegido, en las
condiciones señaladas.
166 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

• Madrid, 18 de mayo de 1919.—Marqués de Alhuce-


mas, Conde de Romanones, Santiago Alba, Niceto Alcalá
Zamora, José Manuel Pedregal, Roberto Castrovido, Julián
Besteiro, Rafael Gasset,»
Graves sucesos en Montilla.-Con motivo de la pro-
paganda electoral del candidato republicano Sr. Ayuso,
por haber querido impedir un mitin, por violencia de unos
y precipitación de otros, ocurrieron sucesos sangrientos,
resultando cuatro muertos y 18 heridos, entre ellos un
Teniente de la Guardia civil.
DÍA 19.—El Gobierno contesta a la nota de las
izquierdas.—Se celebró Consejo de Ministros, y de él se
dio la siguiente nota:
cEl Consejo de Ministros, visto el documento que ayer
suscribieron los jefes de las fuerzas políticas reunidos en
el Palacio del Congreso, ha deliberado acerca del estado
de cosas que aquellas manifestaciones y aquellos acuer-
dos determinan. Ha examinado nuevamente la necesidad
de mantener la parte no revocada de la suspensión de
garantías constitucionales, y aunque nuevamente desea
que llegue ocasión en que poder alzarla por completo,
halla que los motivos, harto justificados al tiempo de
decretarla el Gabinete antecesor, no se han desvanecido.
•Considera que éste es asunto cuya apreciación y de-
cisión están estrechamente unidos a la responsabilidad de
los encargados de gobernar.
»Es ostensible que los miramientos relativos al orden
público, interés primordial y común, que también impor-
ta para la libertad y sinceridad electoral, no se subordi-
nan positivamente al hecho de ocurrir unas elecciones,
las cuales han debido ser convocadas, sin libre opción de
fecha, cabalmente para procurar la fiel observancia de la
ley constitucional.
•Con ánimo de conciliar las obligaciones del Gobier-
no y el respeto a la libertad electoral, ha restringido
cuanto le era lícito los inconvenientes anejos a la reali-
dad política, que data de antes de su advenimiento al
Poder.
MAYO DE 1919 167

»Toda su conducta da inequívocas señales de respeto


a la voluntad de los electores, y aunque se haya mencio-
nado la posibilidad del abuso de las atribuciones excep-
cionales, con designio de cohibirla, no se podrán citar
actos positivos de índole semejante.
»Con8Ídera el Gobierno que la opinión nacional, po-
seedora de todos los elementos de juicio, tiene cercana y
obvia la ocasión para pronunciar su veredicto, al cual
deberán todos acatamiento. Y como quiera que ha sido
y es evidentísima la legitimidad de cuantos consejos tiene
dados a la Corona el actual Gobierno, no puede temer que
prosperen calificaciones injustificables que él lamenta.
> Aceptó sin buscarlo su arduo cometido y sin que los
hombres que lo formaban hayan dificultado la actuación
de sus predecesores. Presume que le asiste una gran ma-
yoría de la opinión nacional y sin este apoyo no consen-
tiría gobernar. Tócale ahora a la Nación manifestar su
sentir y su voluntad.»
El Sr. Maura, hablando con los periodistas, manifes-
tó que, en efecto, eran graves los acuerdos de las iz-
quierdas.
Visitó a los Sres. Marqués de Alhucemas y Conde de
Romanones para tratar del asunto-, pero no llegaron a
ningún acuerdo.
La efervescencia era grande, y no exageraba el Dia-
rio Universal al decir:
cJamás, ni en ninguna parte, pudo Gobierno alguno
resistir a un movimiento de opinión semejante al que los
acuerdos de las izquierdas inician, y quizás nunca tam-
poco se dio una conmoción semejante ni ambiente tan
propicio a ella como el que, dentro y fuera de España, se
da ahora.
>Sólo empeñándose en no ver realidad tan clara y pa-
tente puede el Gobierno persistir en su gravísimo error y
sostener, para sólo beneficio de un escaso número de ami-
gos que suspiran por el acta, la suspensión de garantías. >
Por estas palabras de un diario monárquico templado,
podrá deducirse cómo se expresaban los más avanzados.
168 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

AB G, El Debate y algún otro de la derecha defen-


dían la actuación del Gobierno, aparte La Acción, que
hacía una campafia violentísima contra las izquierdas.
DÍA 20.—Nuevas plantillas de Hacienda.—Apenas
llegado al Ministerio de Hacienda el Sr. La Cierva, ofre-
ció a los funcionarios de este departamento remediar
algunas deficiencias que en sentir de aquéllos, tenían las
plantillas del personal, modificándolas favorablemente.
Como esto ha de dar lugar a muchas discusiones, con-
signamos aquí que en esta fecha firmó el Rey el corres-
pondiente decreto.
DÍA 21.—LOS aristócratas y los partidos monár-
quicos de la izquierda. -Carta del Duque de Bivona.
El Sr. Duque de Bivona escribió al Sr. Marqués de Alhu-
cemas una carta en que decía:
cExpuesto lo anterior (y otros razonamientos), com-
prenderá usted que ni mis convicciones democráticas ni
mi adhesión a la Monarquía y al Bey me permiten acom-
pañarle en la jornada que señala el acuerdo con las iz-
quierdas dinásticas y revolucionarias. Si tal acuerdo tu-
viera sus lógicas e inevitables consecuencias, se abriría
para España un período de perturbación de que serán
responsables aquellos monárquicos que han suscrito el
documento, y si, como algunos sospechan, viniera pronto
una rectificación, ella acabaría con el mermado prestigio
político que queda a los directores de las agrupaciones
liberales.»
Contestación del Marqués de Alhucemas.—En res-
puesta a la carta que el Duque de Bivona dirigió al Mar-
qués de Alhucemas, éste le contestó con otra en que,
después de firmes razonamientos, le decía:
«Creo tener derecho, por consiguiente, a que la justi-
cia de los hombres rectos reconozca que podré estar equi-
vocado en mi apreciación—pues no presumo de infali-
ble—, pero que mi conducta en los momentos actuales se
halla inspirada, como siempre, en la defensa leal de la
MAYO DE 1919 169

Monarquía y en su mejor servicio, puesto que su existen-


cia en España la be considerado, y la proclamo en cuan-
tas ocasiones se presentan, como consubstancial con el
orden y el progreso de mi país.»

La autonomía universitaria.—En esta fecba publi-


có el ministro de Instrucción pública, Sr. Silió, un im-
portantísimo decreto estableciendo la autonomía univer-
sitaria. Su mucha extensión nos impide publicarle.
El decreto fué muy discutido, y muy diversas y con-
tradictorias las opiniones que los más ilustres profesores
de España expusieron acerca de tal disposición.

DÍA 23.—LOS grandes de España y los partidos.—


El Sr. Duque de Baena, senador vitalicio, uno de los
amigos más leales y sinceros del Rey, dijo, respecto a la
actitud de las izquierdas:
«Yo respeto el criterio de mi amigo Bivona, cuya ca-
ballerosidad conozco; pero estoy a cien leguas de com-
partirlo. Yo no alcanzo a descubrir en aquella circuns-
tancial conjunción de las izquierdas nada que menoscabe
los prestigios de la Monarquía. Es un acto en defensa de
la inviolabilidad de la Constitución y nada más. ¿Cómo
se podía esperar otra cosa de hombres como el Marqués
de Alhucemas y el Conde de Romanones, tan leales a la
Monarquía, a la que con tanta abnegación han servido?
¿Con qué derecho se recusa el paso que acaban de dar
estos dos hombres para conciliar su amor al régimen y
sus convicciones democráticas? ¿Quién ha dicho que el
liberalismo y la Monarquía sean incompatibles?
»Yo estoy donde estaba: en la Monarquía, que ha sido
la cuna de mis ideales, y en el partido liberal, que aspi-
ro a ver muy pronto influido por un sentido de gobierno
que es el que ahora prevalece en Europa. Los tiempos
son de tolerancia, y no de intransigencia. Así creo servir
lealmente a mi Rey y a mi Patria.»

El general Aznar.—El general Aznar dijo que no


pensaba separarse del partido democrático, añadiendo:
170 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

f Por lo mismo que me considero adicto y leal al Rey,


como el que más, militaré siempre alli dondeno se pre-
senten dificultades a la dinastía y a la Monarquía.
»Si hay alguien que pueda suponer que en el partido
que acaudilla el ilustre Marqués de Alhucemas no hay
una lealtad grande al Soberano, está equivocado; pues
probados son y de pública notcriedad los servicios gran-
des que el Sr. García Prieto ha prestado siempre al Rey,
y muy especialmente en los últimos tiempos.»
DÍA 25.—Las elecciones.—Diputados proclamados
por el articulo 29.—Verificada en esta fecha la presen-
tación de candidatos, y la proclamación de Diputados
por el articulo 29, fueron proclamados los siguientes:
Álava.— La Guardia, D. Gervasio de Artifiano, ca-
tólico.
Albacete.—Casas Ibáfiez, D. Ramón Ochando Serra-
no, independiente.
Alicante. — Pego, D. Miguel Maura Gamazo, mau-
rista.
Villajoyosa, D. Luis López Dóriga, maurista.
Almería.—Capital, D. Luis Silvela, demócrata; don
Ulpiano García Blanes, maurista, y el Sr. Jiménez y Ra-
mírez, conservador.
Vera, D. Augusto Barcia, independiente.
Avila.—Arenas de San Pedro, D. Emilio Ortufio, con-
servador.
Piedrahita, D. Jorge Silvela, conservador.
.Barfa/oz.—Almendralejo, Sr. Marqués de Valderrey,
ciervista.
Castuera, Sr. Marqués de Villabrágima, romanonista
Villanueva de la Serena, D. Enrique Fernández Daza
maurista.
Don Benito, Sr. Montes Castillo, maurista.
Baleares. — Mahón, D. Guillermo García Parreño
maurista.
^Mí-gros.—Aranda de Duero, D. Santos Arias de Mi
randa, demócrata.
Cáceres.—Alcántara, D. Antonio Garay Vitórica, ro
manonista.
Plasencia, Sr. Conde de la Maza, albista.
MATO DE 1919 171

Castellón de la Plana.—Albocácer, Sr, Barón de Cár-


cer, ciervista.
Capital, D. Fernando Gasset, republicano.
Coruña.—Corcubión, D. Benito Blanco Espada, con-
servador.
Capital, D. José María Ozores de Prado, demócrata;
Sr. Marqués de Figueroa, maurista, y D. José Moral,
conservador.
Noya.—T>. Ricardo Gasset.
Santa María de Ortigueira.—D. Alonso GuUón y Gar-
cía Prieto, demócrata.
Cuenca.—Cañete, D. Enrique Arribas, maurista.
Huete, Sr. Conde de San Luis, conservador.
Tarancón, D. Juan Cervantes, conservador.
Granada. — Alhama, D. Joaquín Montes Jovellar,
maurista.
Huesear, D. José Moróte, romanonista.
Loja, D. Gonzalo Fernández" de Córdoba, maurista.
Ouadalaja7'a.—Capital, Sr. Conde de Romanónos.
Huesca.—Capital, D. Miguel Moya Ojanguren, inde-
pendiente.
Sarifiena, D. Juan Alvarado, demócrata.
Jaén.—Ubeda, Sr. Conde de Velayos, romanonista.
Lecín.—Valencia de Don Juan, D. Mariano Alonso
Castrillo y Bayón, demócrata.
Lérida.—Balaguer, D. Felipe Rodés, nacionalista.
Seo de Urgel, D. Bartolomé Trías, tradicionalista.
Sort, D. Daniel Ríu, albista.
Logroño.—Santo Domingo de la Calzada, D. Miguel
Villanueva y Gómez, demócrata.
ZM^O. —Mondoñedo, D. Felipe Lazcano, ciervista.
Málaga.—Antequera, D. José Luna Pérez, conser-
vador,
Navarra.—Tafalla, Sr. Conde del Vado, conservador.
Tudela, D. José María Méndez de Vigo, conservador.
Orense. — Puebla de Trives, D. Prudencio Rovira,
maurista.
Oyiedo.—Pravia, D. Armando de las Alas Pumarifio,
maurista.
Aviles, D. José Manuel Pedregal, reformista.
Belmonte, Sr. Conde de Mieres, conservador.
172 SOLDEVILLA.—EL AftO POLÍTICO

Cangas de Tineo, D. Félix Suárez Tnclán, demócrata.


Infiesto, D. Manuel Arguelles, conservador.
Llanes, Sr. Marqués de Arguelles, conservador.
Tineo, Sr. Marqués de Lema, conservador.
Luarca, Sr. Marqués de Teverga, demócrata.
Pontevedra.—La Cañiza, D. Alejandro Mon, conser-
vador.
La Estrada, Sr. Marqués de Riestra, demócrata.
Puenteáreas, D. Manuel Fernández Barrón, conser-
vador.
Puente Caldelas, D. Raimundo Fernández Villaverde,
conservador.
Túy, D. Mariano Ordófiez, conservador.
Salamanca.—Béjar, D. Filiberto Villalobos, refor-
mista.
Ciudad Rodrigo, D. Clemente de Velasco, romano-
nista.
Sequeros, D. Eloy Bullón, conservador.
Santander.—Cábuérniga,, D. Pablo Garnica, demó-
crata.
Laredo, D. Luis María de Aznar, conservador.
Segovia.—Caéllar, D. Mariano Matesanz, albista.
Capital, Sr. Marqués de Cafiadahonda, maurista.
Sevilla.—Carmona,, D. Lorenzo Domínguez Pascual,
conservador.
Tarragona.—Gandesa, D. Juan Pich y Pou, republi-
cano.
Teruel.— Mora de Rubielos, D. Fernando Sánchez de
Toca, conservador.
Alcafiiz, D. Rafael Andrade, conservador.
Valderrobres, D, Carlos Emilio Montañés, roraano-
nista.
To/edo. — Ocafia, D. Adelaido Rodríguez, romano-
nista.
VaZencia.—Albaida, Sr. Conde de Torreflel, conser-
vador.
Liria, D. Juan Izquierdo, romanonista.
Torrente, D. Juan Bautista Valldecabres, conser-
vador.
Zamora.—Benavente, D. Leopoldo Tordesilías, con-
servador.
MAYO DE 1919 173

Puebla de Sanabria, D. Fernando López Monis, roma-


nonista.
Zaragoza.—Egea de los Caballeros, D. José Gascón y
Marín, albista.
Canarias.—Lanzarote, D. José Betancort, romano-
nista.
Hierro, D. Francisco Armas Clos, ciervista.
Santa Cruz de la Palma, D. Pedro Poggio,-conser-
vador.
Los Llanos, D. Julián Van-Baumberghen, demócrata.
RESUMEN
Conservadores 27
Maurístag 12
Demócratas 18
Romanonistas 11
Ciervisras 5
Albistas .'.... 3
Independientes 3
Republicanos 2
Reformistas 2
Gassetistas 1
Regionalistas 1
Católicos • 1
ToUd 81

Las oposiciones censuraron duramente al Gobierno,


por la presión llevada a cabo contra los adversarios.

DÍA 27.—Nuevas condiciones para ser Director


general.—El Ministro de Hacienda, 3r. La Cierva, pu-
blicó el siguiente decreto:
«Para ejercer el cargo de Director general será re-
quisito indispensable reunir una de las condiciones seña-
ladas en el artículo 27 de la ley de 21 de julio de 1876, o
alguna de las siguientes: ser individuo de la Real Aca-
demia Espafiola o de las de la Historia, Bellas Artes de
San Femando, Ciencias Exactas, Físicas y Naturales,
Ciencias Morales y Políticas o de Medicina, de Madrid.
Ser o haber sido Catedrático numerario de Universidad
174 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

O de una de las Escuelas especiales de Ingenieros de Ca-


minos, Canales y Puertos, de Montes, de Minas, Agróno-
mos, Industriales, Arquitectura o Superior del Magiste-
rio. Ser o haber sido durante dos años Vocal del Instituto
de Reformas Sociales, Presidente de una Cámara Oficial
de Comercio, de Industria, Agrícola o de la Propiedad,
de la Asociación de Ganaderos del Reino, de la de Agri-
cultores de España o de algún otro Centro o Corporación
análoga legalmente constituida. Haber ejercido durante
cinco afios una carrera o profesión para la cual se re-
quiera titulo académico de Facultad o de enseñanza su-
perior, de las comprendidas en los capítulos I y II,
título II, de la ley de Instrucción pública de 9 de sep-
tiembre de 1867. O haber sido elegido Diputado provin-
cial en tres elecciones generales, habiendo desempeñado
el cargo de Presidente de Diputación durante dos afios.»

El decreto fué objeto de censuras.


D Í A 29.—Importante discurso de Alba.—Con moti-
vo de la lucha electoral, fué a Valladolid el Sr. D. San-
tiago Alba, e invitado por sus amigos, pronunció, en el
Salón Pradera, un discurso sobre política general, recor-
dando su obra económica y financiera de 1916, que vino
a dar contenido ideal a la izquierda monárquica y seña-
lando las dificultades con que tropezó por parte de mu-
chos que hoy se lamentan de la infecundidad de las Cor-
tes, siendo ellos los culpables de que España no esté
habilitada para los grandes problemas de la paz.
Afirmó que del Gobierno nacional no salió, sino que
le arrojaron.
La Mancomunidad se hallaba a punto de no poder pa-
gar sus atenciones, como le sucede ahora, y el Sr. Cam-
bó, accediendo a los apremios de Puig y Cadafalch,
.planteó el pleito de las delegaciones.
El orador se opuso, no por estorbar aspiraciones de Ca-
taluña en cuanto tengan de legitimas, sino porque la pro-
puesta de Cambó exigía un proyecto legislativo especial.
El Consejo opinó como él, pero el orador comprendió
que al hundir las delegaciones, había hecho también im-
posible su permanencia en el Gobierno,
MATO DE 1919 176

En efecto, los Ministros catalanes comenzaron por


hacer los discursos del teatro del Bosque, francamente
nacionalistas. Pronto comprendió las maniobras de Cam-
bó y Ventosa para hacerle imposible la vida ministerial.
Así, al tratar del sueldo de los maestros, se opusieron al
aumento a 1.600 pesetas. Esta reforma había sido pro-
puesta y aceptada por los catalanistas en la Asamblea
de parlamentarios.
Sin embargo, se le hizo saltar del Gobierno, y a los
ocho días se concedía al Conde de Romanónos casi todo
lo que a él se le había negado.
Si se hubiese accedido a las demandas de la Manco-
munidad, entregándole los 300 ó,400 millones de pesetas
que Cambó pedía, la Mancomunidad habría sido inven-
cible cuando más tarde quiso imponerse al Gobierno y al
Parlamento con un estatuto de autonomía.
Desarrolló el concepto de ésta para la izquierda libe-
ral, basado en la autonomía municipal y confiando a los
Ayuntamientos la elaboración del estatuto del organismo
autónomo regional, en vez de entregar los Municipios
atados de pies y manos a la Diputación de Barcelona,
que es lo que pretendía el Sr. Cambó.
Las Monarquías que han sobrevivido a la catástrofe
europea buscan sus soluciones y sus hombres en las iz-
quierdas.
El Sr. Alba fué muy aplaudido por el numeroso au-
ditorio.
DÍA 30.—El monumento del Sagrado Corazón,
como signo de consagración de España al Corazón
de Jesús.—La nota política social religiosa del día de
esta fecha, acaso la más transcendental de todo el año,
fué la inauguración del monumento erigido al Sagrado
Corazón en el sitio llamado cerro de los Angeles, junto
a la ermita de este nombre, en el término de Jetafe.
El acto tuvo resonancia grandísima, y extraordinaria
importancia. Todo lo que representaba, capital, aristo-
cracia, autoridad, ejército, clero, tribunales, enseñanza,
estuvo representado ampliamente en la ceremonia.
Madrid estaba engalanado con colgaduras.
La fiesta estuvo bien dispuesta y organizada.
176 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Concurrieron millares de personas.


El pueblo de Jetafe en masa había acudido al lado de
la ermita.
El aspecto de todos aquellos lugares a las once de la
mañana era sorprendente, pues ya se congregaban en
torno del monumento más de 12.000 personas, más los
vecindarios de Jetafe, Villaverde bajo, Seseña y otros
pueblos vecinos.
La ceremonia.—En el monumento se colocó un altar.
Loe invitados se fueron colocando frente a él, dejando
un trecho de más de cuatro metros de ancho, para dejar
paso a las Comisiones religiosas, civiles y militares.
Al pie del monumento se extendía un riquísimo tapiz
de la Real Fábrica.
A la izquierda se elevaba la tribuna de la Familia
Real, que estaba artísticamente adornada con reposte-
ros, guirnaldas de flores y tapices.
En el techo de la tribuna ondeaba el pendón de Cas-
tilla.
A la derecha del monumento se erguía una enorme
bandera española, que se divisaba desde larga distancia.
A ambos lados estaban colocados varios sillones para
los Obispos llegados a Madrid, para el Nuncio de Su San-
tidad, el Gobierno y las Autoridades.
Presidía todas las Comisiones religiosas el Marqués
de Comillas, que vestía el uniforme de la Orden de San
Gregorio.
Al frente de las Ordenes Militares figuraba el Presi-
dente del Consejo y Tribunal Metropolitano de las mis
mas, Sr. Duque del Infantado.
Asistieron muchos Prelados.
Poco antes de comenzar la fiesta, llegó al Cerro de
los Angeles el Presidente del Consejo, Sr. Maura, cuya
presencia fué acogida con cariñosos aplausos.
Después fueron llegando los Ministros de la Goberna-
ción, Estado, Hacienda, Instrucción pública. Fomento,
Abastecimientos, Guerra, y Marina. Todos vestían de
uniforme.
A las once y media, el cornetín de órdenes del regi-
miento del Rey, apostado en la carretera, anunció la
presencia de los E«yes.
MAYO DE 1919 177

A la puerta de la tribuna recibieron a ios Soberanob


el Gobierno en pleno y el cardenal Quisasola.
El público, en cuanto se dio cuenta de la llegada de
los Reyes, tributó a los Soberanos una ovación, dando
vivas al Rey, a la Reina, a España y al Sagrado Corazón.
SS. MM. revistaron, acto seguido, las compañías d ^
regimiento del Rey. i
El Rey y el *Acto de consagración*.—Una vez regresa-
da la Familia Real a la tribuna, comenzó la ceremonia
religiosa. l
Primeramente bendijo el monumento el Nuncio de su
Santidad. Después se celebró una misa rezada, oficiando
el Obispo de Madrid-Alcalá.
Terminada la misa, el maestro de ceremonias, señor
Olmedo, se dirigió a la tribuna regia e invitó al Monarca
a que leyese el tActo de consagración» de la España ca-
tólica al Corazón de Jesús.
El Rey descendió de la tribuna, seguido de toda la
Familia Real, y subió solo al pedestal donde se hallaba
colocado el altar, dando lectura a las siguientes pala-
bras:

«Corazón de Jesús Sacramentado, Corazón d ^ Dios


Hombre, Redentor del mundo. Rey de Reyes y Sefior de
los que dominan:
• España, pueblo de tu herencia y de tus predileccio»
nes, se postra hoy reverente ante este trono de tus bon-
dades que para Ti se alza en el centro de la Península.
Todas las razas que la habitan, todas las regiones que la
integran han constituido en la sucesión de los siglos y a
través de comunes azares y mutuas lealtades esta gran
Patria española, fuerte y constante en el amor a la Reli-
gión y en su adhesión a la Monarquía.
> Sintiendo la tradición católica de la realeza española
y continuando gozosos la historia de su fe y de su devo-
ción a Vuestra Divina Persona, confesamos que Vos vi-
nisteis a la tierra a establecer el Reino de Dios en la paz
de las almas redimidas por vuestra sangre y en la dicha
de los pueblos que se rijan por vuestra santa ley; reco-
nocemos que tenéis por blasón de vuestra divinidad con-
ceder participación de vuestro poder a los Príncipes de
12
178 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

la tierra y que de Vos reciben eficacia y sanción todas


las leyes justas en cuyo cumplimiento estriba el imperio
del orden y de la paz,
»VoÍ8 sois el camino seguro que conduce a la posesión
de la vida eterna; luz inextinguible que alumbra los en-
tendimientos para que conozcan la verdad y principio
propulsor de toda vida y de todo legitimo progreso so-
cial, afianzándose en Vos y en el poderío y suavidad de
vuestra gracia todas las virtudes y heroísmos que elevan
y hermosean el alma.
»Venga, pues, a nosotros tu Santísimo Reino, que es
Reino de justicia y de amor. Reinad en los corazones de
los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia
de los sabios, en las aulas de la ciencia y de las letras y
en nuestras leyes e instituciones patrias.
»Gracias, Señor, por habernos librado misericordiosa-
mente de la común desgracia de la guerra, que tantos
pueblos ha desangrado: continuad con nosotros la obra
de vuestra amorosa providencia.
>Desde estas alturas que para Vos hemos escogido
como símbolo del deseo que nos anima de que presidáis
todas nuestras empresas, bendecid a los pobres, a los
obreros, a los proletarios todos, para que en la pacifica
armonía de todas las clases sociales, encuentren justicia
y caridad que haga más suave su vida, más llevadero su
trabajo. Bendecid al Ejército y a la Marina, brazos ar-
mados de la Patria, para que en la lealtad de su discipli-
na y en el valor de sus armas sean siempre salvaguardia
de la Nación y defensa del Derecho. Bendecidnos a todos
los que aquí reunidos en la cordialidad de unos mismos
santos amores de la Religión y de la Patria queremos
consagraros nuestra vida, pidiéndoos como premio de ella
el morir en la seguridad de vuestro amor y en el regala-
do seno de vuestro Corazón adorable. Asi sea.»
La procesión.—Terminada la lectura del acto de con-
sagración, se organizó la procesión.
El discurso leído por S. M. el Rey fué objeto de mu-
chos comentarios.
No faltó quien creyera que el Gobierno se había ex-
cedido.
MATO DE 1919 179

Un artículo de «El País».—Este periódico, republi-


cano sincero, publicó un articulo titulado «El Paraguay
en Europa», de su ilustre director, Sr. Castrovido, en que
decia:
«La España oficial ha cometido un abuso de autoridad,
de poder y hasta de confianza al consagrar toda la Nación
al Corazón de Jesús. Si en los campos de batalla, en vez
de triunfar el ejército liberal, hubiese triunfado Carlos V
o Carlos VII, no se hubiera verificado en él ombligo de
España, en el centro geométrico de la Península Ibérica,
un acto más contrario a la historia española, a las tradi-
ciones patrias, a la libertad, a la civilización, al decora
del Poder público.
> Hasta que dinastías extranjeras dominaron la Nación,
hubo en la práctica lo que hoy llamamos libertad de cul-
tos. Existe hoy en la zona marroquí sometida a la in-
fluencia de España, no en la Nación.
»E1 Gobierno ha puesto en labios del Monarca un dis-
curso gárrulo, insustancial, clerical, impropio de un Go-
bierno que se dice constitucional y parlamentario, y
muy adecuado a un luis, a un individuo de la juventud
integrista, de un orador o recitador de poesías en las ve-
ladas de la Unión Católica.» Etc. ' .

Diario Universal, portavoz de la fracción del partido


liberal acaudillada por el Conde de Romanones, publicó
el siguiente suelto con este título:
* ¿Pastoral o discurso de la Corona?—Publicábamos en
nuestro número de anoche el texto íntegro del discurso
leído ayer por S. M. el Rey en el acto de la consagración
del monumento al Corazón de Jesús en el cerro de los
Angeles.
»Nosotros, monárquicos convencidos, tan firmes y
abnegados como el que más; nosotros, respetuosos tam-
bién como el que más con el dogma católico, entendemos
que las palabras puestas en labios de S. M. el Rey por el
Gobierno, único responsable de todos los actos que el
Monarca realiza, no tendrían importancia ni alcance po-
lítico si hubieran sido leídas por el Obispo de Sión o por
ISO 80LDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

cualquiera otro dignísimo Prelado; pero siéndolo por el


jefe supremo del Estado, encierran una transcendencia
inmensa. Esas palabras constituyen, a juicio de no pocos,
un reto para el liberalismo español. Por eso, a fuer de
monárquicos sinceros, de amigos de la religión, pero
enemigos de que la religión se convierta en arma políti-
ca, Jo lamentamos muy amargamente.»
DÍA 31.—La lucha electoral.—Los famosos delega-
dos.—Alhucemas y Alba protestan.—El Marqués de
Alhucemas visitó al Presidente del Consejo para consig-
nar su protesta por los atropellos que se cometían con los
candidatos de su partido.
Le presentó casos concretos de graves transgresiones
de la ley.
£1 jefe del Gobierno se mostró desconocedor de los
hechos que se le exponían y tomó nota de los más seña-
lados, para, una vez comprobados, procurar corregirlos.
Por su parte, el Sr. Alba había escrito una extensa
carta al Sr. Maura protestando contra las arbitrariedades
electorales que se cometían en la provincia de Vallado-
lid, que muy bien pudieran dar origen a lamentables su-
cesos.
Lo que más indignó a las oposiciones, y había de dar
después mucho que decir, fué el nombramiento de dele-
gados en forma y condiciones y con facultades que no
se habían visto anteriormente, a saber: facultados para
nombrar otros, crear fuerza armada y suspender Ayun-
tamientos y empleados.
MES DE JUNIO
DÍA 1.°—Las elecciones generales.—El Gobierno,
vencido.—Verificáronse en esta fecha las elecciones ge-
nerales en toda España, resultando el Gobierno con un
número de Diputados inferior a las demás fracciones gu-
bernamentales.
En Madrid, sobre todo, la derrota fué completa y
resonante. Luchaban frente a frente las dos siguientes
candidaturas: la monárquica, formada por los señores
D, Fernando Suárez de Tangil y de Ángulo, conde de
Vallellano; D. Carlos Martín Alvarez, D. Gerardo Basti-
llo y Ortiz, D. Luis Harguindey y Pérez, D. Emilio Al-
fredo Serrano y Jover y D. Francisco Javier Jiménez de
la Puente, conde de Santa Engracia (liberal albista), y la
republicana y socialista, compuesta por los Sres. D. Pablo
Iglesias Posse, D. Roberto Castrovido Sanz, D. Rafael
SaUllas Ponzano, D. Julián Besteiro Fernández, D. Mi-
guel Morayta Serrano y D. Luis Zulueta Escolano.
La lucha fué empeñada, aunque, a decir verdad, en
Madrid no hubo escándalos ni colisiones de importancia.
El resultado fué el siguiente:
D. Julián Besteiro Fernández, socialista, 86.761 votos;
D. Pablo Iglesias Posse, socialista, 36.469; D. Roberto
Castrovido Sanz, republicano, 36.294; D. Luis Zulueta
Escolano, reformista, 36.188; ü. Rafael Salillas Ponzano,
republicano, 36.786; D. Miguel Morayta Serrano, repu-
blicano, 36.336; Sr. Conde de Santa Engracia, albista,
33.906; D. Emilio Serrano Jover, maurista, 83.687; don
Gerardo Bustillo Ortiz, maurista, 33.682; Sr. Conde de
Vallellano, maurista, 33.666; D. Luis Harguindey Pérez,
maurista, 33.646; D. Carlos Martin Alvarez, maurista,
182 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

33.526; D. Joaquín Pí y Arsuaga, federal, 1.607; D. Da-


niel García Albertos, federal, 1.362; D. Aniceto Lloren-
te, federal, 1.266.
Fueron proclamados Diputados los ocho primeros.
Triunfaron, pues, los candidatos de la izquierda por
unos 3.000 votos de mayoría, sin contar el millar que les
quitó la presentación aparte de los tres candidatos fede-
rales.
Un Barcelona.—En esta capital, la candidatura regio-
nalista obtuvo 32.140 votos; la republicana, 24.008; la
monárquica, 11.364, y la socialista, 3.406.
Los republicanos eran los Sres. Lerroux y Alomar.
La Lliga perdió 6.000 votos; las izquierdas, también
casi esa cifra, y, en cambio, surgió, haciendo un afirma-
ción brillante, la Unión Monárquica.
Diez u once Diputados pertenecientes a esta agrupa-
ción iban a ocupar asiento en el Congreso, con lo cual
el Sr. Cambó no podría decir que Cataluña es la Lliga,
ni que el Estatuto de la Mancomunidad es la afirmación
suprema catalana.
Sn Bühao.—En la capital de Vizcaya hubo grandes
desórdenes y graves colisiones, suscitadas por los nacio-
nalistas o bizcaitarras, que combatían rudamente la can-
didatura del socialista D. Indalecio Prieto, que, al fin,
salió vencedor.
En toda la provincia, los nacionalistas luchaban con
mucho dinero, apareciendo vencedores en Durango y
Marquina, pero cuyas actas fueron anuladas.
Las protestas fueron muchas y ruidosas.
El futuro Congreso.—La nueva Cámara popular,
después de las variaciones que hubo en las actas, ya por
el Congreso, ya por el Tribunal Supremo, y de las cuales
(de las más ruidosas) daremos cuenta, quedó formada por
los Diputados siguientes:
.4Zam.—Amurrio, Sr. Marqués de Urquijo, conserva-
dor.
I La Guardia, Sr. Artifiano, jaimista.
Vitoria, Sr. Dato, conservador.
Albacete.—Capital, Sr. García Más, ciervista.
Almansa, Sr. Marqués de la Calzada, ciervista.
JUNIO DE 1919 183

Alcaraz, Sr. Martínez Acacio, conservador.


Hellín, resultado muy dudoso entre los Sres. López
Ruiz, liberal, y Mafias Gurpi, ciervista.
Casas Ibáfiez, Sr. Ochando, independiente.
AZícaníe.—Alicante, Sres. Francos Rodríguez y Rojas,
demócratas, y Orts y Calvo, maurista.
Alcoy, Sr. González Hontoria, romanonista.
Dolores, Sr. Ruiz Valarino, demócrata.
Denia, Sr. Raventós, romanonista.
Orihuela, Sr. Barcala, romanonista.
Pego, D. Miguel Maura, maurista.
Villajoyosa, Sr, López Dóriga, conservador.
Villena, Sr. López Ferrer, maurista.
Almería. — Almería, D. Luis Silvela, demócrata; don
Ulpiano García Blanes, maurista, y el Sr. Jiménez Ra-
mírez, conservador.
Berja, Sr. Cervantes, conservador.
Purchena, Sr. Amado, romanonista.
Sorbas, Sr. Martínez Ruiz, ciervista.
Vélez Rubio, Sr. López Ballesteros, liberal.
Vera, Sr. Barcia, independiente.
Avila.—Avila, D. Francisco González Rojas.
Aróvalo, Sr. Amat, conservador.
Arenas de San Pedro, Sr. Ortufio, conservador.
Piedrahita, Sr. Silvela, conservador.
Badajoz.—Badajoz, Sres. Marqués de la Frontera,
maurista; García Guerrero, maurista, y Vázquez, socia-
lista.
Castuera, Sr. Marqués de Villabrágima, romanonista.
Don Benito, Sr. Montes Castillo, maurista.
Fregenal, Sr. Argente, romanonista.
Llerena, Sr. Maeso, maurista.
Mérida, Sr. Conejo, maurista.
Villanueva de la Serena, Sr. Fernández Daza, mau-
rista.
Almendralejo, Sr. Marqués de Valderrey, maurista.
• SoZeare».-Capital, D. Antonio Maura; el Sr. Socíasy
el Conde de Sallent, datistas, y los Sres. Reselló y Pas-
cual, liberales.
Ibiza, D. Carlos Román, albista.
JBarccZona.—Barcelona, D. Pedrp Rahola, D. Francis-
184 SOLDEVIIiLA. —EL AÑO POLÍTICO

00 Cambó, D. Alberto Rusiflol, D. Magín Morera y Gali-


licia y D. Narciso Batlle y Baró, regionalistas, y los se-
ñores Alomar y Lerroux, radicales.
Tarrasa, D. Alfonso Sala, de la Unión Monárquica
Nacional,
Arenys de Mar, D. José Milá y Camps, conservador.
Berga, Sr. Conde de Figols, maurista.
Igualada, Sr. Girona, de la Unión Monárquica.
Mataró, Sr. Conde de Lavern, romanonista.
Granollers, Sr. Lligé, regionalista.
Castellstersol, Sr. Vehils, regionalista.
Manresa, Sr. Arderías, regionalista.
Sabadell, Sr. Layret, regionalista.
San Feliú de Llobregat, Sr. Miraclc, regionalista.
Villafranca de Panadés, Sr. Zulueta, regionalista.
Villanueva y Geltrú, Sr. Bertrán y Musitu, regiona-
lista.
Vich, Sr. Trías, jairaista.
Burgos.—Burgos, Sr. Aparicio, ciervista; D. Tomás
de Alonso de Armiño y D. Aurelio Gómez González.
Aranda de Duero, Sr. Arias de Miranda, demócrata.
Castrogeriz, Sr. Crespo de Lara.
Miranda de Ebro, Sr. Andrade, maurista.
Salas de los Infantes, Sr. Peña, ciervista.
Villarcayo, Sr. Marqués de Ariluce, maurista.
Cáceres.—Cáceres, Sr. Vitórica, maurista.
Alcántara, Sr. Garay, demócrata.
Coria, Sr. Rivas Mateos, zamorista.
Hoyos, Sr. Conde de Casa Valencia, conservador.
Navalmoral de la Mata, Sr. Marqués de la Romana,
maurista.
Plasencia, Sr. Conde de la Maza, albista.
Trujillo, Sr. Granda.
Cádiz.—Cádiz, Sr. Bueno, maurista; Sr. Lazaga, con-
servador, y Sr. Aramburu, albista.
Algeciras, Sr. Torres Belefla, conservador.
Grazalema, Sr. Marqués de Casa Mendaro, conser-
vador.
Jerez de la Frontera, Sr. Conde de los Andes, mau-
rista; Sr. Romero Martínez, ciervista, y Sr. Garvey, con-
servador.
JUNIO DE 191» 186

Medina Sidonia, Sr. Romeu, romanonísta.


Puerto de Santa María, Sr. Carranza, maurista.
Canarias.—L&B Palmas, Sr. Castillo Olivares, demó-
crata; Sr. Matos, conservador, y Sr. Argente, romano-
nista. .
Fuenteventura, Sr. Manrique de Lara, demócrata.
Tenerife, Sres. Benitez de Lugo, demócrata; Salazar,
conservador, y Delgado Barrete, maurista.
Hierro, Sr. Armas Clot, ciervista.
Lanzarote, Sr. Betancourt, romanonista.
Los Llanos, Sr. Poggio, conservador.
Santa Cruz de la Palma, Sr. Van-Bauraberghem.
Castellón.—CaatellÓQ, D. Fernando Gaseet, republi-
cano.
Albocácer, Sr. Barón de Cárcer, ciervista.
Lucena, Sr, Cantos, demócrata.
Morella, Sr. Montiel, ciervista.
Nules, Sr. Chicharro, tradicionalista.
Segorbe, Sr. Navarro Reverter, demócrata.
Vinaroz, Sr. Sáiz de Carlos, demócrata.
Ciudad Real.—Ciudad Real, Sr. Fernández Tejerína,
maurista.
Alcázar, Sr. Gasset, gassetista.
Almadén, Sr. González Llana.
Almagro, Sr. Baillo, romanonista.
Daimel, Sr. Martínez Campos, maurista.
Villanueva de los Infantes, Sr. Gutiérrez de la Vega,
conservador.
(7drdo6a.—Córdoba, Sres. Barroso, demócrata, y Ba-
rrios y Sotomayor, conservadores.
Cabra, Sr. Sánchez Guerra, conservador.
Hinojosa del Duque, Sr. Castillejo, conservadoar.
Lucena, Sr. Duque de Almodóvar, demócrata.
Montilla, Sr. Ayuso, republicano.
Posadas, Sr. Gamero Cívico, conservador.
Priego, Sr. Torrea Roldan, zamorista. •
Coruña.—ha, Coruña, Sres. Ozores, demócrata; Mar-
qués de Figueroa, maurista, y Pan de Soraluce, conser-
vador.
Arzúa, Sr. O'Shea.
Betanzos, Sr. Sánchez Anido, demócrata.
186 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Corcubión, Sr. Blanco Espada, conservador.


El Ferrol, Sr. García Valerio, demócrata.
Muros, Sr. Parames, maurista.
Noya, D. Ricardo Gasset, gassetista.
Padrón, D. Antonio Rodríguez Pérez.
Puentedeume, D. Julio Wais San Martín.
Santa María de Ordenes, Sr. Senra, gassetista.
Santa María de Ortigueira, Sr. Alonso Gullón, demó-
crata.
Santiago, Sr. Cotarelo, demócrata.
CWTíca.—Cuenca, Sr. Fanjul, maurista.
Cañete, Sr. Arribas, maurista.
Huete, Sr. Conde de San Luis, conservador.
Motilla del Palancar, Sr. Casanovas.
San Clemente, D. Pío Zabala, maurista.
Tarancón, Sr. Cervantes, conservador.
G'erona.-Gerona, Sr. Conde de Figols, maurista.
Figueras, Sr. Pí y Suñer, republicano.
La Bisbal, D. Salvador Albert, republicano.
Olot, Sr. Pons, maurista.
Puigcerdá, Sr. Bertrán, regionalista.
Santa Coloma de Farnés, Sr. Ventosa, regionalista.
Torroella de Mongrí, Sr. Fournier, conservador.
Vilademuls, Sr. Moxó, maurista.
Granada.—Granada, Sres. Camacho, maurista; De los
Ríos, socialista, y Moreno Agrela.
Albufiol, D. Santiago Alba, albista.
Alhama, Sr. Montes Jovellar, maurista.
Baza, D. Melchor Saiz Pardo.
Guadix, D. Antonio Marín Hervás,
Huesear, Sr. Moróte, romanonista.
Loja, Sr. Fernández de Córdoba, maurista.
Motril, Sr. Romero Civantos, zamorista.
Orgiva, D. Natalio Rivas, albista.
Guadálajara.—Guadalajara, Sr. Conde de Romanones.
Brihuega, Sr. Brocas, romanonista.
Molina, Sr. Villanueva, romanonista.
Paatrana, Sr. Salvatella, romanonista.
SigOenza, Sr. Abril Ochoa, romanonista.
QvÁpúzcoa.—San Sebastián, Sr. Ángulo, maurista.
Azpeitia, Sr. Señante, integrista.
JUNIO DE 1919 187

Tolosa, D. Ignacio González Gareaga.


Vergara, Sr. Juaristi, jaitnista.
Zumaya, Sr. Churruca, maurista.
flttcZüa.—Huelva, Sres. Espina, conservador; Limón,
romanonista, y Mora, conservador.
Aracena, Sr. Sánchez Dalp, conservador.
Valverde del Camino, Sr. Barriobero, republicano.
flttcíca.—Huesca, D. Miguel Moya Ojanguren, inde-
pendiente.
Benabarre, D. Juan Urrutia.
Barbastro, Sr. Aura Boronat, romanonista.
Boltafia, D. Francisco Bastos.
Fraga, D. José Valero Hervás.
Jaca, Sr. Escuer, romanonista.
Sarifiena, Sr. Alvarado, demócrata.
Jaén.—J&én, Sres. Fernández Ramos, conservador;
Anguita, romanonista, y Lozano, conservador.
Baeza, Sr. Oriol, ciervista.
Cazoría, Sr. Foronda, conservador.
La Carolina, Sr. Alcalá Zamora, zamorista.
Martos, Sr. Ruiz Córdoba, conservador.
Ubeda, Sr. Conde de Velayos, romanonista.
Villacarrillo, D. Ángel Uceda López.
León.—León, Sr. Zapico, maurista.
Astorga, Sr. GuUón, demócrata.
La Bafieza, Sr. Pérez Crespo, demócrata.
La Vecilla, Sr. Conde de Sagasta, liberal.
Murías de Paredes, Sr. Rodríguez, conservador.
Ponferrada, Sr. López, demócrata.
Riafio, Sr. MoUeda, conservador.
Sahagún, Sr. Barriobero y Armas, liberal.
Valencia de Don Juan, Sr. Alonso Castrillo, demó-
crata.
Villafranca del Bierzo, Sr. Belaunde, albiata.
Lérida.—Lérida, Sr. Moles, republicano.
Balaguer, Sr. Rodés.
. Borjas, Sr. Maciá, nacionalista republicano.
Tremp, Sr. Llar!, reformista.
Seo de Urgel, D. José María Trías.
Solsona, Sr. Sarradell, Unión Monárquica.
Cervera, Sr. Marsand, conservador.
188 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Sort, D. Daniel Riu.


Logroño.— Logroño, Sr. Salvador Carreras, demó-
crata.
Arnedo, D. Isidoro Rodrigáftez, demócrata.
Santo Domingo de la Calzada, Sr. Villanueva, demó-
crata.
Tírrecilla de Cameros, Sr. Villanueva (hijo), demó-
crata.
Lugo.—lMgo, Sres. González Besada y Rodríguez Vi-
guri, conservadores, y Quiroga Espín, albista.
Becerrea, Sr. Conde de Pefia Ramiro, conservador.
Chantada, Sr. Rodríguez, romanonista.
Fonsagrada, Sr. Pórtela, demócrata.
Mondofiedo, Sr, Lezcano, ciervista.
Monforte, Sr, Qoicoechea, maurista.
Quiroga, Sr. Liado, romanonista.
Ribadeo, Sr. Busteío, romanonista.
Vivero, Sr. Soto Reguera, albista.
Madrid.—Madrid, Sres. Besteiro e Iglesias, socialis-
tas; Zulueta, reformista; Castrovido, Salillas y Morayta,
republicanos; Conde de Santa Engracia, albista, y Serra-
no Jover, maurista.
Alcalá de Henares, Sr. García del Moral, romano-
nista.
Chinchón, Sr. Raboso, zamorista.
Getafe, Sr. Cobián, demócrata.
Torrelaguna, Sr. Marqués de Torrelaguna, conser-
vador.
Navalcarnero, Sr. Gallinal, maurista.
Jl/íí/ajfa.—Málaga, Sres. Velandia, conservador; Esco-
bar, albista, y Gross (D. Ricardo).
Antequera, Sr. Luna, conservador.
Archidona, Sr. Molina Padilla, maurista.
Campillos, Sr. Pérez de la Cruz, conservador.
Coín, D. Eduardo Ortega Gasset.
Gaucín, Sr. Armiñán, albista.
Ronda, Sr. Estrada, conservador.
Torrox, Sr. Pérez-Urruti, ciervista.
Vélez Málaga, Sr. Alvarado, ciervista.
Jlfurcia.—Murcia, Sres. La Cierva y Diez Revenga,
ciervistas, y Danio, romanonista.
JUNIO DK 1919 180

Cartagena, Sree. Espín, Maestre y Moreno, ciervistas,


y García Vaso, romanonista.
Cieza, Sr. Marqués de Pidal, ciervista.
Lorca, Sr. Rodríguez Valdés, ciervista.
Muía, Sr. La Cierva.
Yecla, Sr. Codorníu, ciervista.
Navarra.—Pamplona, Sres. Leyún, maurista; Aranza-
di, nacionalista, y Sr. Baleztena.
Aoiz, Sr. Barricart, maurista.
Estella, Sr. Gastón, albista.
Ta'falla, Sr. Conde del Vado, conservador.
Tudela, Sr. Méndez Vigo, conservador.
Orense.—Orense, Sr. Ramos.
Bande, Sr. Conde de Bugallal, conservador.
Carballino, Sr. Calvo Sotelo, maurista.
Celanova, Sr. Cánido, conservador.
Ginzo de Limia, Sr. Úsera, conservador.
Puebla de Trives, Sr. Rovira, maurista.
Ribadavia, Sr. Estévez, conservador,
Valdeorras, D. Francisco Barber.
Verín, Sr. Espada, conservador.
Oviedo.—Oviedo, D. Melquíades Alvarez, reformista;
Sres. Saborit, socialista, y Herrero, conservador.
Aviles, Sr. Pedregal, reformista.
Belmonte, Sr. Conde de Mieres, conservador.
Cangas de Tineo, Sr. Suárez Inclán, demócrata.
Castropol, D, Melquíades Alvarez, reformista.
Gijón, Sr. Menéndez, socialists.
Pravia, Sr. Alas (D. Fernando), maurista.
Villaviciosa, Sr. Alas Pumarifio, maurista.
Luarca, Sr. Marqués de Teverga, conaervador.
Llanes, Sr. Arguelles, conservador.
Tineo, Sr. Marqués de Lema, conservador.
PaZeracía.—Falencia, Sr. Calderón, conservador.
Astudillo, Sr. De la Portilla, conservada.
. Carrión, Sr. Cuesta, maurista.
Cervera del Río Pisuerga, D. Ángel Ruiz Huidobro.
Saldafla, Sr. Abasólo, romanonista,
Poníowdra.—Pontevedra, Sr. Vincenti, romanonista.
Caldas de Reyes, Sr. Sagasta (D. Bernardo), demó-
crata.
MO SOLDEVILLA.—EL A*0 POLÍTIOO

j, Cambados, Sr. Seoane, conservador.


La Cañiza, D. Alejandro Mon y Landa.
La Estrada, D. Vicente Riestra.
Lalín, Sr. Sáinz de Vicufia.
Puenteáreas, D. Manuel Fernández Barrón.
Puente Caldelas, D.Raimundo F^nández Villaverde.
I Redondela^ Sn Riestra, conservador.
Tuy, D. Mariano Ordófiez.
Vigo, Sr. Urzáiz, liberal independiente.
/S(i£ii»Minca.—Salamanca, Sr. Martin Veioz, tedepen-
diente.
Béjar, Sr. Villalobos, reformista.
Ciudad Rodrigo, Sr. Velasco, romanonista.
Ledesma, Sr. Olivera, romanonista.
Peflaranda, Sr. Power, albista.
Sequeros, Sr. Bullón, conservador.
Vitigudino, Sr. Bartol.
jSofitaiMÍer.—Santander, Sres. Ruano, conservador;
Picó, demócrata, y Mazarrasa, conservador.
Laredo, Sr. Aznar, conservador.
Cabuémiga, Sr. Gamica, demócrata.
<8(fo«jaj — Segovia, Sr^ Marqués de Oafiadahonda,
maurista.
Cuéllar, Sr. Matesanz> albista.
Riaza, Sr. Gil de Biedina, conservador.
Santa María de Nieva, Sr. Conde de Adanero, mau-
rista.
jSeoiOa.—Sevilla, Sres. Ibarra y Conde de Oolombí,
conservadores; Marqués de Valentina, maurista; O'Ange-
lo y Charlo, albistas..
CanooiAj Sr. Domínguez Pascual, conservador.
Cazalla de la Sierra, Sr. Rodríguez de la Borbolla,
albista.
Ecij«y Sr. Conde de Aguilar, maurista.
Estepa, Sr. Castillo Vaquero, albista.
Marchena, Sr. Rojas Marcos, católico.
..MÜiNráD, Sr^ Oyuela, albista.
Sanlúcar la Mayor, Sr. Cafial, conservador.
. Jltseira, Sr. Marqués de Monteflorido^ maurista.
' 3orui,rTSoxÍA,ST. Vizoofide de £za, conservador.
Agreda, Sr. Azpeitia, romanonista.
jumo DE 1919 ; <>; 191

Almazán, Sr. González Gregorio^ agrario. . / .,


Burgo de Osma, Sr. Aragón, e4Hiaervador.i. iii /
Tarragona.—^Tarragona^ Sres. Noui^oés, rcpaUidano;
AlbafuU, regionalista, y Nicolau, gassetista. V i
Gandesa, Sr. Pich y Pon, repuWcano. v' *
Roquetas, Sr. Eindelán, demócrata. • , '
Tortosa, Sr. Domingo, republicano. :M i: .
Valla, Sr. Colom, nacionalista.
Vendrell, Sr. Figueroa, republicano. , ,
TerueZ.—Teruel, Sr. Ferrán Zapatero, ciesvistau K 11
Albarracin, Sr. Barón de Velaaco^ )ro(nanonittai7.
Alcafiiz, Sr. Andrade, conservador.
Moatalb^« Sr. Castel, conserrador.
Mora de Rubielos, D. Femando Sánchez de Toca. ir. •
; VaMerrobres^, D. Carlos Emilio Montafléa. <. ¡i
Tofeáo.—Toledo, Sr. Leyún, maurista. .; -. .
niescas, Sr. Lequerica,:mauri8ta.
Ocafia, Sr. Rodríguez, romanonista.
Orgaz, Sr. Díaz Cordovés, conservador. > , i
Puente del Arzobispo, Sr. Goicoechea, tnaurüta.
Quintanar de la Orden, Sr. Zubiriá, maurista. >
Talavera de la Reina, Sr. Beruete, romanonúta. *
Torrijos, Sr. Taramona, romanonista.
Valmcia,—Valencia, Sres. Conde de Montoméa^ con-
servador; García Guijarro, mellista, y Azzatí, repoMii-
cano. ,:-:'!»>'!: :iS ,'i .••-..; . :,il'A.::.J"
Albaída, Sr. Conde de Si'orreflel^ cKUiflervador. i
Aldra, Sr. Montesinos Checa, ciervista.
Qnlva, Sr. Ferrán, maurista. |
, Chiva, Sr. Lasala, ciervista. , ,/ i
' Enguera, Sr. Jfaestre, ciervista. j , , ,,,,.
, Gandía, Sr. Loygorri, cieirv^ista. • ,„ ^
,¡, Játiba, D. Salvador Cañáis,, / , ., . ,',jj,
Liria, Sr.Izquierdo, roiji^anonista. / ,; > n-f i
Requena, Sr. GarcíaBeirkingaPardo,demócrata.'
Sagnnto, Sr. Hernández Lázaro, conservador.
• Sueca, Sr. Muga, albista.
Torrente, Sr. Valdecabre, con^rvadoT.
FoOtuíoMd.—Valladolid, Sres. Alba, Pimentel y Ga-
rran.
Medina del Campo, Sr. Conde de Gamazo, maurista.
SOLDEVIULÜ.:—CL AftO POjilTOO

Nava del fiey, Sr, Zorita, albista.


Villalón, 8r. OváJlén, albista.
Vüxmya.'-S^^bma, Sr. Prieto, socialista.
Baracaldo, Sr. i ^ l z a , nacionalista.
Durango, Sr. Salazar, conservador.
Guemica, Sr. Arana, nacionalista.
Marquina, Sr. Arroyo, nacionalista.
Valmaseda, Sr. Balpúda, albista.
Zamora.—Zamora, D. Luis Ibarra, Marqués de Iba-
rra, maurista.
Alcafiioee, Sr. Cembrano, demócrata.
Benavente, Sr, Tordesülas, demócrata.
Bermillo de Sayage, D. Manuel Requejo y Herrero,
romaiK>miBta.
Puebla de Saon^ria, Sr. López Monis, romanoiüsta.
Toro, Sr. Marqués de Encinares, conservador.
Villalpando, Sr. Silió, maurísta.
Zaro^oM.—Zara^za, Sres. Baselga, católico; Caste-
llano, conservad*»-, y Tejero, republicano.
Beieiutie, Sr. Roneo, romanonista.
Calatayvd, Sr. Alvarez Arrans, ciervista.
CaapÉi^Sr. Onozio y Gallardo, maurista.
Daróca, Sr. Loaano, ciervista.
£geaitle los Qáballeros, D. José Gascón y Marín, al-
bista;
La Almunia, Sr. Poza, maurista.
Taraaona, Sr. Burillo, conservador.
Escrutinio general.-Verificóse en toda EspaSa sin
graves disensiones. Después de veríflcade, los datos que
pueden considerarse—con pequefia diferencia—definiti-
vos sobre las elecciones, más las proclamaeiones per el
articulo 29 en el domingo anterior, arrojan ia siguiente
clasificación de los Diputados electos:
A>1» inte
62
98 W
-r. • ' (OQUMI núai» «o elmtíAtmijon*. .. 6 8
302 151
.BJr ( • | f i i . = ii •j.:.M.!};v ' 'i',) • : • ' } . , •
jumo DB¡ 191» 198

LiberalM del 8r. García Prieto 63 '67


— — Conde de Bomanonei 89 M'
- Sr. Alba.. 80 i»
— — Sr. Gaaet. » 8
— -> Sr. Álcali Zamora b 11
— DO clasificado! 2 7
188 168
Reglonaliatasde Cataluña 15 23
— — Vizcaya 5 7
— — otrai provincial 8 8
"la ~M
fieíormiataa 6 9
RepubUcanoa 18 IS
Sodallitas 6 6
TradicionalÍBtas ft 9
Independientes .... 10 7
Diputados con dos actas 6 >
~M" ~1ÍB
£1 Gobierno no tenía mayoría.
DÍA 2. - Las senaditrfas vitalicias. —Mucho did qu;^
que decir en estos días el nombramiento de Senadores
vitalicios. Se Habla ya hablado anteriormente del asun-
to, dando a entender que entre ellos iba iñás de un pa-
riente del Sr. Maura y alguno del Sr. La Cierva.
Al llegar, días antes, el Sr. Maura a la Presidencia;^
le preguntó un periodista:
—¿Tiene fundamento la noticia publicada sobre los
nombramientos de Senadores vitalicios?
—Absolutamente ninguno—contesté el Sr. Maura.
—¿De modo que no se han firmado?
—Eso es una cosa que está prohibida. Yo—afladió el
Presidente en lenguaje anfibológico y paradójico—digo
de las vitalicias que es una cosa que corresponde al cielo
y corre detrás de las estrellas más remotas. De modo que
esta es una cuestión de la que no se puede hablar y de la
que nada se sabe hasta que aparece en la Gaceta.
Y en efecto, en esta fecha el Minislaro de la Goben^
194 SOLDBVBLLA.—EL A S O POLÍTICO

ción facilitó de madrugada a los periodistas la siguiente


combinación, firmada por el Rey, que publicó un perió-
dico con las correspondientes observaciones:
«Sr. D. Gabriel Maura, hijo del Sr. Maura.
>Sr. Conde del Moral de Calatrava, consuegro del se-
fior Maura.
»D. César de la Mora, sobrino del Sr. Maura.
>D. Joaquín Codomiu, suegro del Sr. La Cierva.
»D. Ángel Guirao Girada, amigo del Sr. La Cierva, y
que retiró su candidatura de Diputado por Murcia, para
dejársela a un hijo del Sr. La Cierva.
»D. Antonio Marín de la Barcena, ciervista. Presiden-
te de la Sala tercera del Tribunal Supremo.
»D. José Maestre Pérez, Ministro de Abastecimientos,
amigo del Sr. La Cierva.
>D. Joaquín Fernández Prida.
»Sr. Marqués de Larios.
»D. Javier Gil Becerril.
»Sr. General Marina.
>Sr. General Flórez.
>D. Guillermo Osma.»
Al conocerse los anteriores nombramientos, se hicie-
ron muchos y picantes comentarios, porque como el sefior
Maura se dedicaba con tanta frecuencia a hacer frases
mordaces contra todos sus adversarios políticos, hablan-
do del «grifo y el vaso», la francachela, etc., todo el
mundo ahora se volvía contra él, censurando sus proce-
dimientos, y decían:
<¡La8 cosas que el Sr. Maura habría dicho de un Pre-
sidente del Consejo que hubiera tenido el atrevimiento
de adjudicar a su familia tres senadurías vitalicias! >
Hay que hacer constar, en justicia, que a nadie le
pareció abusivo el nombramiento de D. Gabriel Maura,
que, por su entendimiento, su ilustración y su laboriosi-
dad, estaba llamado a los más altos puestos.
DÍA 3.—Fanecimiento de Besada.—En esta fecha,
y casi de repente, aunque de tiempo atrás venía minado
JUNIO DE 1919: „ . ^

por honda enfermedad^ faUeció el ilustre «xmiolnt^ V^jB^ri


González Besada. La noticia causó gran 8entimif^nt(^. , ,
Di Augusto GkMDzález Besada había nacido en IFtgr
(Pontevedra) >^ día 24 dé junio de 1866; tenia, pu«f»\ se-
senta y cuatro afios deedad.
' En 1899 fué elegido Diputado por Cambados, cuya
circunscripción representó en varías legislaturas, sieadq
luego elegido por Algecíras, Almería, Lugo y Alcoy, «a
l^islaturas posteriores. ;.'
Fué Gobernador de la Corufia, y luego, varias vece^,
Ministro de Hacienda, Gobernación y Fomento, y {Resi-
dente del Ciongreso en la legislatura de 1914. . ^ ^, >
Como escritor había adquirido gran prestigíoj,^ ^endo
sus obras más conocidas una Historia crüiea éklaj^^t^t^-
ra gaBega, La emigmeióaf Aptfituk» de•SaneJ^-,§0^.'g^^ef!j.
narlalnmUa Barataria, La reconstítueián económiM a^éaia
«fi •« rdadón con el prestg^ttetto dd Ettada, una prefioaa.
biografía de Rosalía de Castro y sus discursos de recep-1
ción en las Academias .,
Era un orador elocuente, metódico, de palabra cáÚda
y de claro concepto. Era asimismo uno de Ips hombres
más íntegros, de los más sólidos prestigios de la política,
y era, sobre todo, un hombre bueno. Su muerte fué yer-
dadeíamente sentida. ,=
DÍA 7.—Réunióa de los coni«irftdorea^-rr|^,Vlqt.
cióil de Vida i>ara, el Gobierno, visto ^eacaao nwnérQ de
Diputados ministeriales, estaba en su unión con los con-
servadores, y para ello se hacían toda clase» de esfiíerzos
y de ciertas, especialmente la de las presidencias,del
Senado y Congreso para los Sres. Sánchez de Tocia' y
Dato. , . ,: ..:...,.;;,:;,:
A las once de la mafiana se reunieron ea casa;^i^.sé|<:(r
Dato los ezministros del partido liberal conservador sé-
firaw Primo de Rivera, Sánchez de Toca, Beisamín,
Marqués de Lema, Conde de Esteban Collantés. Sánchez
Guerra, Domínguez Pascual, Conde de Bugalla!, Vizcon-
de de Eza, Espada y ligarte.
He aquí la referencia:
i . «Empezó la reunión por la lectura de un escrito redác-
196 SOLDEVILLA.—EL ASO POLÍTICO

tado por el Sr. Sánchez de Toca, en el cual hacía histo-


ria de dos reuniones celebradas tiempo atrás, por los
ex Ministros conservadores, en que se trató de la unión
de todos los elementos de orden, entendiéndose por tales
todos los conservadores y las extremas derechas.
»En la primera reunión fué el propio Sr. Sánchez de
Toca el encargado de visitar al Sr. Maura para conocer
SQ pensamiento respecto de esa unión.
»E1 Sr. Maura escuchó atentamente al ilustre emisa-
rio, y escuetamente, secamente formuló una negativa.
»E1 Sr. Sánchez de Toca, en la segunda reunión de ex
Ministros, convocada para conocer la entrevista con el
Sr. Maura, dio cuenta de la actitud de éste, totalmente
contraria a la propuesta del partido conservador, sin que
alegase razón alguna para rechazarla.
•Entendieron los ex Ministros conservadores que la
negativa del Sr. Maura no debía poner término a la ne-
gociación, sino, por el contrario, que debía insistirse, y
entonces fué designado el Sr. La Cierva para que visitase
al Presidente del Consejo.
»E1 mismo resultado negativo tuvo esta entrevista
entre el Sr. Maura y el Ministro de Hacienda.
»A1 dar cuenta éste a los ex Ministros conservadores
de su conferencia con el Sr. Maura, lamentáronse todos
no tanto de la negativa como de la sequedad que la
acompañaba.
»E1 acuerdo fué dar por terminada toda negociación. >
El Sr. Dato visitó al Sr. Maura a las tres de la tarde
para darle cuenta de lo acordado en la reunión de ex
Ministros conservadores, que es lo que se consigna en la
siguiente nota oficiosa, que el Sr. Queralt facilitó en el
Congreso:
tReunidos los ex Ministros conservadores para exa-
minar la presente situación de los asuntos públicos y de-
terminar la conducta que deberían seguir con relación a
ellos, dedicaron, ante todo, el más sentido recuerdo a la
memoria inolvidable del Sr. González Besada, cuya pér-
dida llora el partido conservador.
«Próximo a congregarse el nuevo Parlamento, ratifl-
JUNIO DE 1919 197

cáronse los reunidos en el contenido de la nota de 4 de


mayo, que declaró, una vez más, la situación del partido
con su propia personalidad independiente, aunque mo-
vido siempre por elevados y patrióticos impulsos, dis-
puesto a cooperar con sus fuerzas a la obra parlamen-
taria del Gobierno, ya en cuantas medidas legislativas se
consideren por él necesarias para el cumplimiento de los
preceptos constitucionalos, a la realización de los fines
esenciales de Gobierno, ya en aquellas otras que no opo-
niéndose a los principios del partido conservador, juzgue
el Ministerio conveniente al desenvolvimiento de los inte-
reses nacionales.
»Su apoyo será tanto más sincero y desinteresado
cuanto más apartado esté de toda participación en cargos
públicos, políticos o parlamentarios, y sólo inspirado en
el cumplimiento de altos deberes y en la coincidencia
que esperan ha de ser frecuente de doctrinas y solu-
ciones convenientes para los intereses del país.»
DÍA 8.-Nuevos atentados en Barcelona.—Se re-
cibió el siguiente telegrama:
«Esta noche, en el momento en que pasaba por la
calle de Valencia, en el cruce con la de Calabria, D. Fd-
derico Serrano, desde una esquina le hicieron varios dis-
paros de arma de fuego, produciéndole dos heridas
graves, en el vientre una y en la cabeza la otra.
»E1 Sr. Serrano fué conducido al Dispensario' de la
Cruz Roja, donde falleció. El transeúnte Sr. Serra fué
al Hospital clínico.
»E1 agresor se llama Manuel Villalonga, de veinti-
cinco años, soltero, carpintero.
»£1 patrono muerto era dueño de una importante car-
pintería de la calle de Aragón. El transeúnte herido es
empleado del comercio. Tiene la herida en el costado iz-
quierdo y está calificado de pronóstico grave.»
DÍA 10.—Nueva reunión de las izquierdas.—Verifi-
cóse en esta fecha, por indicación del Sr. Alba, una nueva
reunión de los jefes de las izquierdas.
La expectación era muy grande por conocer el resul-
198 SOLDEVILLA.—EL ASO POLÍTICO

tado de la reunión, tanto más cuanto se susurraba que


había debilidades por parte del Sr. Conde de Romanónos.
No fué así, o no apareció, por lo menos. En la reunión
hubo mucho entusiasmo y mucha unidad de criterio.
£1 Sr. Alcalá Zamora facilitó la siguiente nota
oficiosa:
«Reunidos los Sres. Conde de Romanones, Marqués de
Alhucemas, Alba, Alcalá-Zamora, Gasset, Lerroux, Al-
varez (D. Melquíades) y Besteiro, ratificaron por unani-
midad e íntegramente el anterior acuerdo de 18 de mayo,
del cual ha venido a ser nueva justificación la conducta
posteriormente observada por el Gobierno.
»Se convino:
>Primero. No intervenir ni participar en la elección
de Mesa y Comisiones de la Junta de Diputados.
«Segundo. Reclamar la mayor severidad en el exa-
men de las actas, recabando la libertad para votar,
aunque no lo proponga el Tribunal Supremo, la nulidad
de toda elección en que hayan ejercido notorio influjo la
anormalidad constitucional, los abusos gubernativos o el
soborno.
•Tercero. Exigir sanción eficaz contra todas las ar-
bitrariedades cometidas por el Gobierno, y a los Ministros,
la responsabilidad en que han incurrido conforme a la
Constitución.»
Al Gobierno, aunque sus amigos lo negaban, le pre-
ocupó, realmente, el resultado de la reunión.
DÍA 11.-Esfuerzos por la concentración.—Un al-
muerzo histórico. En los Círculos políticos fué tema en
esta fecha de todas las conversaciones el almuerzo cele-
brado por la mañana en el domicilio de la Sra. Condesa
de Casa-Valencia.
La aristocrática dama tiene la costumbre de sentar a
su mesa todos los miércoles a determinadas personalida-
des, entre los cuales figura frecuentemente el Sr. Dato.
Al almuerzo de este día fueron invitados los señores
Maura, La Cierva, Dato y Sánchez Guerra.
Ya se hallaban estos personajes en el palacio de la
JUNIO DE 1919 199

Condesa cuando llegó también para almorzar el Rey, al


que, por cierto, no acompañaba ninguno de sus ayudan-
tes ni de sus servidores palatinos.
Llegado el momento de tomar el café, conversó el Rey
con los personajes políticos ya citados.
Es fácil suponer, estando en pleito la presidencia del
Congreso y pendiente de los conservadores la vida del
Gobierno, acerca de qué versó la conversación.
Una de las más ilustres personalidades del partido
conservador fué interrogada por la tarde, y manifestó lo
siguiente:
«No tenía noticia de ese almuerzo, por lo cual supon-
go que los Sres. Dato y Sánchez Guerra ignoraban quié-
nes iban a ser los demás comensales; y no creo que este
almuerzo haya modificado en lo más mínimo la actitud de
los conservadores.»
La Época publicó la siguiente nota:
«Alrededor de cuantas conferencias celebran los seño-
res Maura, Dato, La Cierva y personalidades del Gobier-
no y del partido conservador se tejen comentarios del
más variado gusto, y mientras unos afirman que las dis-
crepancias son más hondas cada día, otros salen dicien-
do que hay unión estrecha, colaboraciones personales,
criterios identificados.
•Reunidos los ex Ministros conservadores en fecha bien
reciente, dijeron lo que unánimemente, con unanimidad
poco frecuente en política, pensaban, inspirándose en
consideraciones patrióticas, a las que- supieron subordi-
nar todo egoísmo o interés de partido. Y como las cir-
cunstancias no han cambiado, y no ha habido nuevas
reuniones, el resultado de las conferencias que se cele-
bran, que indudablemente serán de afectuosísima cordia-
lidad, no ha de ser bastante para alterar lo que se ha
dicho a la opinión públicamente, meditadamente. >
DÍA 15. — Elección de Senadores. — Se verificó en
esta fecha la elección de Senadores, que dio el resultado
siguiente:
PEOVINCUS. —Álava.—T>. Carlos Ajuria, maurista;
200 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

D. Vicente González Chavarri, integrista, y D. Antonio


Mazarrasa, mellista.
Albacete. — D. Damián Flores y D. Fabián Gabino
Flores, albistas, y D. Rodolfo del Castillo, indepen-
diente.
Alicante.—D. José Torres Sala, maurista; Sr. Mar-
qués de Valero de Palma y D. Rafael Beltrán, demó-
cratas.
Almería.—Conde de Villamonte; D. Gustavo Ruiz de
Grijaiba y D. Augusto Gálvez Cañero, conservadores.
Amia. — D. Félix de Gregorio Hernández, D. César
Jiménez Arenas y D. Nicolás Sánchez Albornoz, conser-
vadores.
Badajoz.—ST. Conde de Osilo, maurista; D. Manuel
María Albarrán, conservador, y D. Feliciano Gómez
Bravo, romanonista.
Baleares.—Sr. Marqués de Cenia, conservador; D. Mi-
guel Reselló, maurista, y D. Fernando Weyler, demó-
crata.
Barcelona.—D. Ricardo Ramos Cordero, D. Juan Ga-
rriga Masso, D. Luis A. Sedó y D. Luis Argemí, regio-
nalistas.
Burgos.—B. Rafael Bermejo y D. Ramón Cuesta, con-
servadores, y D. José Martínez de Velasco, demócrata.
Cáceres.—I). Andrés Sánchez de la Rosa, albista; don
Basilio Gutiérrez Cedrún, maurista, y Conde de Romilla.
Cádiz. — D. José Gómez Aramburu y D. Bartolomé
Bohorques, conservadores, y D. Guillermo Gil Rebolefio,
maurista.
Canarias.—D. Antonio Izquierdo, D, Luis Redonet
y D. José Miguel Sotomayor.
Castellón.—D. Antonio Fabié y D. Luis García de la
Rasilla, conservadores, y el Sr. Gómez Igual, albista.
Ciudad Beal.—D. Antonio Criado, liberal agrario; se-
ñor Conde de las Cabezuelas, conservador, y Sr. Conde
de Casa-Valiente, liberal agrario.
Córdoba.—D. Francisco Ruiz Frías, D. Rafael Conde
y Sr. Marqués de Cabra, conservadores.
Coruña.—D. Miguel López de Sáa, demócrata; D. Joa-
quín Chapaprieta, albista, y D. Daniel López, romano-
nista.
JUNIO DE 1919 aoi

Cuenca.—Sres. Romero Girón, maurista; Picazo, con-


servador, y Ballesteros (D. A.), romanonista.
Oerona.—Sres. Marqués de Camps y Ferrer y Vidal,
regionalistas, y D. Carlos Cussi, romanonista.
Granada.—Sres. Casinello, Marqués de Montefuerte,
y D. Ekiuardo Estelat, conservador.
Chtadalajara.—D. José Antonio Ubiema y D, Juan Or-
tueta, romanonistas, y D. Pascual Ruiz López, demócrata.
Quipúzcoa. — Sr. Conde de Lariz, integrista; D. José
Ampuero, tradicionalista, y D. José Victoriano Galdiz,
conservador.
fl««í«a.-Marqués viudo de Mondéjar, D. Antonio
Royo Villanova, D. Manuel Rebollo y D. Gustavo Ruiz
de Grijalba, conservadores.
Huesca.—D. Luis Fatás, romanonista, y D. José Al-
muzara y D. Vicente Piniés, conservadores.
Jain.—D. Antonio Fernández Villalta, conservador;
Marqués de la Hermida y D. Manuel Sáenz de Quejana,
conservador.
León.—D. Antonio GuUón, D. Alvaro Saavedra y don
José Rosado Gil, demócratas.
Lérida.—Srea. Valls, maurista; Matheu, romanonista,
y D. Emilio Riu, albista.
Logroño. — D. Perfecto Jalón, D. Víctor del Vallé y
D. Santiago G. Vaquero, demócratas.
Lugo.—D. Pegerto Pardo Balmonte y D. Avelino Mon-
tero \lllegas, demócratas, y D. Lorenzo del Busto, con-
servador.
Madrid. —D. Eduardo Yáfiez, conservador; Sr. Mar-
qués de Aldama, demócrata; D. Vicente Buendia, roma-
nonista, y D. Felipe Montoya, conservador.
Málaga.~D. Félix Sáenz Calvo y D.José Alvarez Net,
conservadores, y D. Ricardo Albert, albista.
Murcia.—D. Joaquín García, Sr. Conde de Campillos
y D. José María Servet, mauristas.
Navarra.—Sres. Vizconde de Val de Erro, maurista;
Gayarre, albista, y Sanz Escartín (D. C).
Orense.—D. Federico Carlos Bas, D. Augusto Príncipe
y D. Joaquín Calderón, conservadores.
Oviedo.—B. Benito Castro, conservador; D.Juan Uría,
demócrata, y Conde de la Vega del Sella.
902 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

Patencia. — D. Juan Polanco y D. Manuel Martínez,


conservadores, y Sr. García Muñoz, maurista.
Pontevedra.—^T. Marqués de Elduayen, maurista; don
Santos Fernández Laza y Sr. Marqués de Santa Maria,
demócratas.
Salamanca.—D. Isidro Pérez Oliva y D. Enrique Es-
perabé, romanonistas, y D. Jesús Sánchez, maurista.
Santander.—Conde de Mansilla, Conde de Limpias y
D. Avelino Zorrilla, romanonista.
Segovia. — D. Rufino Cano de Rueda y Sr. Conde de
los Villares, conservadores, y D. Francisco Zorrilla, al-
bista.
Sevilla.—Marqués de Torrenueva, Conde de Halcón
y D. Cristóbal de Puerta.
Soria—D. Faustino Archilla, conservador; D. Tomás
Allende, maurista, y D. Manuel Rico, albista.
Tarragona. -Sr. Marqués de Villanueva y Geltrú, re-
glonalista monárquico; D. Tomás Mayol, republicano na-
cionalista, y D. José Elias de Molins, conservador.
leruel. — Sr. Marqués de Tosos y D. Antonio Santa
Cruz, conservadores, y D. Gerardo Doval, romanonista.
loledo. — D. Ángel Conde Arroyo, conservador; don
Arturo de Taramona, romanonista, y Sr. Conde de Ca-
sal, conservador.
Fflfencia.—Sres. D. José María Gadea, Marqués de
González y Barón de Valvert, mauristas, y D. Juan Do-
miné, romanonista.
Váttadolid.—D. Eusebio Giraldo, D. José Jalón y don
Ángel Mateo, mauristas.
Vizcaya.—ü. Esteban Bilbao, jaimista, y D. Pedro
Chalbaud y D. José Horn, nacionalistas.
ZawMM'a.—Sres. García Molinas y Muñoz Cobo, roma-
nonistas, y D. Mateo Silvela, conservador.
Zaragoza. — D. Luis Pérez Cistué, conservador; don
Sixto Celorrio, zamorista, y Sr. Marqués de Arlanza,
maurista.
REALES ACADEMIAS,—JSspa/loifa, D. Francisco A. Com-
melerán, maurista; de la Historia, Sr. Marqués de Lau-
rencín, demócrata; de BeUas Artes, D. Ángel Aviles,
maurista; de Ciencias Exactas, D. Daniel Cortázar, mau-
rista; de Ciencias Morales, D. Eduardo Sanz Escartín, con-
JUNIO DE 1919 203

servador, y de Medicina, D. Nicolás R. Abaytúa, mau-


rista.
SOCIEDADES ECONÓMICAS.—D. Fernando Guirao, mau-
rista, por la Matrüense de Amigos del País; Sr. Borbolla
(hijo), albista, por la Económica de SeviUa; Sr. Duran y
Ventosa, regionalista, por la de Barcelona; y Sr. Tormo,
maurista, por la de Valencia.
UNIVERSIDADES. -De Madrid, D. Luis Ortega More-
jón, maurista; de Barcelona, D. José Daurella y RuU, de-
mócrata; de Granada, D. José Rodríguez Carracido; de
Oviedo, D. Fermín Canella, romanonista; de Salamanca,
D. Luis Maldonado, conservador; de Sevilla, D. Francis-
co Pagés, romanonista; de Valenda, D. Rafael Altamira,
romanonista; de Valladolid, D. Felipe Clemente de Die-
go, maurista, y de Zetragoza, D. Ricardo Royo Villanova,
conservador.
ARZOBISPADOS.—2o7cdo, Sr. Obispo de Plasencia; Se-
villa, Sr. Obispo de Teneriíe; Granada, Sr. Obispo de Ha-
mach (Administrador apostólico de Jaén); Santiago, sefior
Obispo auxiliar; Zaragoza, Sr. Obispo de Tarazona; Ta-
rragona, Sr. Obispo de Gerona; Valencia, Sr. Obispo de
Se^gorbe; Burgos, Sr. Arzobispo de Burgos; Valladolid, se-
fior Obispo de Segovia.
RissuHBN. — Los triunfantes eran: 58 conservadores,
86 mauristas, 20 demócratas, 21 romanonistas, 12 albis-
tas, dos liberales agrarios, dos integristas, dos naciona-
listas, un mellista, dos jaimistas, ocho regionalistas, un
agrario independiente, un republicano nacionalista, un
zamorista y dos independientes.
Composición del Senado.—Con arreglo al resultado
anterior, el Senado quedaba compuesto del modo si-
guiente:
Senadores permanentes.—Conservadores, 58; indepen-
dientes, 33; demócratas, 28; romanonistas, 18; mauristas,
17; albistas, 5; ciervistas, 6; palatinos, 4; jaimistas, 2;
indefinido, 1; gassetista, 1, y Arzobispos, 7.
Senadores e/ecfe'eo*.—Conservadores, 58; mauristas,
88; demócratas, 22; romanonistas^ 20; albistas, 14; gas-
setistas, 3; regionalistas, 7; jaimistas, 3; nacionalistas,
2; integristas, 2; independientes, 2; mellista, 1; liberal
ÍÍ04 SOLDEVILLA..—EL AÑO POLÍTICO

autonomista, 1; republicano nacionalista, 1, y zamoris-


ta, 1.
2otoí.—Conservadores, 116; mauristas y ciervistas,
61; demócratas, 60; romanonistas, 38; independientes,
85; albistas, 19; regionalistas, 7; gassetistas, 4; palati-
nos, 4; jaimistas, 6; nacionalistas, 2; integristas, 2; me-
Uista, 1; liberal autonomista, 1; republicano nacionalis-
ta, 1; zamorista, 1, y Arzobispos, 7.
El Gobierno, pues, tuvo otra nueva e importante de-
rrota, y la Prensa se la echó en cara con insistencia.
Se hablaba de crisis.
DÍA 16.—El Rey y las escalas de reserva.—En el
Palace Hotel se celebró en esta fecha el banquete de los
jefes y oficiales de la escala de reserva, acto que Su Ma-
jestad el Rey, queriendo dar una prueba de afecto a los
militares, honró con su presencia.
De toda España vinieron Comisiones de jefes y oficia-
les de dicha escala del Ejército y de la Marina.
Todos los jefes y oficiales vestían de uniforme y lu-
cían condecoraciones.
Minutos antes de las dos llegó S. M. el Rey en auto-
móvil, acompañado por el jefe de su Casa militar, gene-
ral Huerta, y el ayudante coronel Molins.
Vestía el Soberano uniforme de verano de capitán ge-
neral de Infantería, con las insignias del Toisón de Oro
y la gran cruz de Carlos III.
Ocupó la presidencia de la mesa S. M. el Rey, tenien-
do a la derecha al Marqués de Tenerife.
Terminado el banquete, el comandante Sr. Salgado
leyó una carta de adhesión, muy cariñosa, del capitán
general Marqués de Estella, en la que se excusaba de
asistir, por encontrarse delicado de salud.
A continuación, el Sr. Salgado, como presidente de la
Comisión organizadora, leyó un discurso de salutación y
gratitud a S. M. el Rey y a cuantos se asociaron al acto,
que será de imborrable recuerdo para los jefes y oficia-
les de la escala de reserva, que quisieron con él rendir
iervoroso homenaje de amor a la Patria y al Soberano.
Terminó el Sr. Salgado diciendo:
«Levantad conmigo vuestros pensamientos, y, pues-
JUNIO DR 1919 90B

tas las almas en la Patria, ofrendemos una vez más en


holocausto suyo nuestra sangre. Compañeros: Con la Pa-
tria, por la Patria, todo para la Patria. ¡Viva España!
¡Viva el Rey!»
Estos vítores fueron contestados por todos con clamo<
roso entusiasmo.
Discurso del Rey.— Al restablecerse el silencio, se
levantó a hablar S. M. el Rey, siendo saludado con una
ovación estruendosa.
El Monarca, con enérgica entonación, dijo:
«Es para mí una satisfacción muy grande el poder
presidir el banquete de los jefes y oficiales de la escala
de reserva.
>Todos os habéis acordado del uniforme español; y
no ha habido ningún solo detalle del sentimentalismo
nuestro que se os haya escapado; os habéis acordado de
vuestro Rey, de los Principes dé.la Milicia y de las fuer;
zas de mar y tierra.
»Las estrellas que lucís en vuestras bocamangas tie-
nen una doble significación. Primero, acreditan vuestro
valor personal, ya que han sido conquistadas en el cam-
po de batalla, y en segundo lugar, la constancia, que
también han sido adquiridas a fuerza de trabajo y de
machacar en vuestro deber.
»Yo estaría hablando mucho tiempo; mas ¿para qué?
Todos me conocéis, hace mucho tiempo, lo mismo los que
habéis servido en la guarnición de Madrid que los que
habéis estado en provincias.
•Voy a terminar con el mismo grito dado por el co-
mandante Sr. Salgado, que es el que siempre nos une
cuando nos congregamos:
•Señores jefes y oficiales: ¡Viva España!»
Las palabras de D. Alfonso fueron acogidas con una
ovación indescriptible.
Terminado el discurso de S. M. el Rey, los comensa*
, les cantaron La canción del toldado, y D. Alfonso acom-
pañó a los demás cantando el hermoso himno.
a06 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

El Soberano se despidió de los concurrentes, repitién-


dose la ovación.

DÍA 21.—El Rey y los ingenieros civiles.—Acto im-


portantísimo.—Verdadera importancia revistió el so-
lemne acto en esta fecha en la Escuela de Ingenieros de
Caminos, para honrar la memoria del ilustre miembro
del Cuerpo D. Eduardo Escalona, imponer la gran cruz
de Alfonso XII al sabio profesor de dicho Centro docen-
te, D. Juan M. Zafra, y entregar al Rey el mensaje que
elevaba a S. M. la Ingeniería española.
AUi estaba congregado todo lo más notable de la cien-
cia y de la política.
A continuación de descubrir la lápida, el presidente
del Instituto de Ingenieros Civiles, el sabio e ilustre don
Francisco Terán dió lectura al mensaje que elevaba a
S. M., redactado por el ingeniero de Montes D. Andrés
Avelino de Armenteras, y escrito en un artístico perga-
mino, en el cual decía:

<Señor: Los ingenieros españoles quisiéramos que


nuestra Patria realizara en plazo breve una completa
transformación de la economía nacional, que al propio
tiempo que la engrandeciera, enalteciese los prestigios
de su historia, y como nuestra misión es aplicar la Cien-
cia al desenvolvimiento de la riqueza, recabamos el pues-
to de honor que en esta empresa nos corresponde, sin
más finalidad que la de aportar a ella un trabajo abne-
gado en beneficio de la prosperidad general. No descono-
mos, Señor, que la evolución de los tiempos va cambian-
do los timbres de grandeza de las naciones, y nos con-
sideramos obligados a proclamar que creemos que la
hegemonía moderna está reservada a los pueblos que
más produzcan y que mejor desarrollen sus industrias y
su comercio exterior.

»i Quiera Dios, Señor, que tengan pronto cumplida


realidad nuestras aspiraciones y que den días de gloria
y de prosperidad a la Patrial»
JUNIO DE 1919 207

Al terminar la lectura de tan importante documento,


resonó una salva de aplausos.
Habla el Rey.—A continuación de unas breves frases
del Ministro, el Rey, con voz clara y vibrante, pronun-
ció el discurso siguiente:
«Nada es tan grato a un Rey como enaltecer en jus-
ticia a los hijos valiosos de la Patria. La majestad es tal,
porque persigue las abnegaciones de la virtud, las obras
del talento, los arrojos del valor y todos los frutos excel-
sos de una raza; que si el Poder no fuera tutela paternal
de esas noblezas espirituales, sería cosa bien menguada
y nada apetecible.
>De ahí que al honrar a hombre de tan singular me-
recimiento como el Sr. Zafra, que estudia, ejercita y en-
seña con éxito una provechosa disciplina, recibe el Rey
a su vez un honor, porque es el pueblo español entero,
al que él representa, el verdadero exaltado por el ho-
menaje, , •,, 1
•Los individuos usufructúan el galardón; pero es el
pueblo su pleno propietario, ya que la gloria encarna en
la trabazón histórica que ilumina su porvenir.
»No necesitaba su cortesía haber recordado palabras
que en otra ocasión dirigí a los ingenieros españoles, para
que el sentimiento que las inspiró estuviese hoy presente
en mi ánimo, como lo está a cada hora.
»En vuestro esfuerzo radica efectivamente buena
parte del engrandecimiento de España. Y porque fío eü
que sabréis cumplir vuestro deber; porque creo que en
vosotros alcanzan igual nivel la Ciencia y el patnotis-
mo; porque habéis atinado a no hablar de nquezas ma-
teriales, sin preocuparos al propio tiempo de la paz so-
cial y del mejoramiento de los menesterosos, caracte-
rística de nuestra época; porque sabéis y queréis dar a
vuestra labor aquel tinte de espiritualidad sin el que la
vida no merecía ser vivida, os digo, con el alma henchi-
da de fe, de alegría y de seguridad en nuestro porvenir,
que estoy a vuestro lado, o mejor, que reclamo mi puesto
en la ardiente y sagrada tarea a que pretendéis entrega-
ros. (Grandes aplausos y vivas al Rey.)
906 SOLDEVnXA.—EL AÑO POLÍTICO

, >Mi ilusión se duplica al advertir que formuláis jun-


ios vuestro mensaje los ingenieros de todas las especia-
lidades. Asi debe ser, y por ello los emblemas de vues-
tsas armas ostento en mi uniforme, porque a un mismo
fin encamina sus esfuerzos el ingeniero que capta y ca-
naliza el agua, el que defiende la obra contra el torren-
te, el que busca los minerales para construirla, el que
aprovecha el caudal para los cultivos y el que sabe ex-
plotarla industrialmente.
•Vuestra compenetración es prenda de acierto y de
triunfo; por eso fué clara visión de la necesidad el cons-
tituir todos unidos el Instituto de Ingenieros Civiles, cuya
presidencia me enorgullece.»
La ovación que se tributó al Monarca fué unánime y
prolongada.
DÍA 24.—Apertura de las Cortes.—Cambio inespe-
rado.—Verificóse en esta fecha el solemne acto de la
apertura de las Cortes, y por cierto que aconteció un
caso jamás visto desde que en España hay sistema re-
presentativo.
La Cfaceta del día 23 publicó un decreto, cuyo titulo
era: f Ceremonial que se observará en el solemne acto de
abrirse las Cortes el día 24 de junio de 1919 en el palacio
del Congreso de los Diputados>, y a continuación señala-
ba el orden en que debían realizarse el traslado de la
Corte al Congreso y los detalles de la ceremonia de aper-
tura en la Cámara popular.
En las primeras horas de la mañana de esta fecha co-
menzó a circular en Madrid el rumor de que el acto de
apertura de las Cortes, que debía celebrarse en el Con-
greso, se celebraría en el Senado.
Añadíase que la noche antes, a las ocho y media, es-
tuvo el Sr. Maura en Palacio, y que en su conferencia
con el Monarca se trató del asunto.
La Ghceta, que en esta fecha salió más tarde que de
costumbre, convenció a los que aun dudaban de la noti-
cia, porque decía lo siguiente: tCeremonial que se obser-
:irará en el solemne acto de abrir las Cortes el día 24 de
junio de 1919 en el palacio del Senado», y a continuación
JUNIO DE 1919 209

seguían las reglas a las que había de ajustarse la cere-


monia de apertura, iguales a las del Congreso, con las
variantes de referirse a la alta Cámara.
Esto causó verdadero asombro y no poco disgusto,
porque hubo que anular las papeletas dadas para la cere-
monia, y como muchas damas y personas principales no
tallan noticia del cambio, se encontraron con gran boato
y de toda gala a las puertas del Congreso sin poder en-
trar, porque... las papeletas no servían y, además, no te-
nía-objeto la entrada.
' Hasta muchos Diputados fueron al Congreso de frac,
porque no habían recibido la circular que, a mediodía, se
les envió, diciendo:
* Congreso de los Diputados.—Tengo el honor de parti-
cipar a V. S. que la sesión regia de apertura de las Cor-
tes se celebrará esta tarde, a las cuatro, en el palacio
del Senado, en vez del Condeso de los Diputados.
»Secretaría del Congreso, 24 de junio de 1919.—El
oficial mayor, Antonio Oamoneda.
•Quedan anuladas las invitaciones de tribuna repar-
tidas para el acto.»
Explicación oficial.—Al llegar el Sr. Maura a la Pre-
sidencia, preguntó a los periodistas qué se decía.
—Nada—le dijeron~; se comenta la modificación in-
troducida para el acto de la apertura.
—Pues la cosa es bien sencilla, señores. Que está más
cerca de Palticio el Senado que el Congreso.
Ayer—siguió diciendo—fué, como ustedes saben, un
día de mucho calor, y hacía falta, dado el largo trayecto
que tiene que recorrer la comitiva, una división para cu-
brir la carrera. Esto precisaba traer soldados de los can-
temes y tenerlos cinco horas formados a pie firme.
Por eso ha sido el cambio, pues, por lo demás, serán
los mismos Diputados, los mismos Senadores y la misma
familia Real.»
A pesar de estas explicaciones del Sr. Maura, los
comentarios que se hicieron fueron muy vivos y poco
•satisfactorios para el Gobierno.
14
5110 SOLDEVILlAí —EL 4 S 0 POLÍTICO

,, ¿La verdadera causa?—Hubo dos versiones. La pri-


mera, la de que se temía un atentado contra la persona
del Monarca, porque se hablaba de anarquistas detenidos
y de algún otro que no lo pudo ser. La segunda versión
era la de que el Qobierno tuvo el temor de que los partidos
extremos del Congreso se proponían hacer en el salón de
sesiones una manifestación hostil a la llegada del Monar-
ca. Querían gritar, por ejemplo: ¡Viva la supremacía del
Poder civill ¡Viva la Constituciónl ¡Viva la libertad!
De estos propósitos se enteró el Gobierno, y empren-
dió en seguida gestiones para que no se llevaran a la
práctica.
Como la gesfión resultó ineficaz, se acordó la varia-
ción.
—La prueba—decía en el Congreso el Sr. Prieto—de
que no teníamos flnes ulteriores de cierta índole está en
que, pudiendo asistir al Senado, no lo hemos hecho, deján-
dolo para el instante oportuno en esta Cámara.
Todos los hombres públicos de la oposición censura-
ron esta disposición del Gobierno.
Lo cierto fué que el pueblo de Madrid, que quiere ver-
daderamente al Rey, creyó que a éste no le había agrada-
dado la decisión ministerial, y que se avino a ella no sin
viva protesta, por no provocar una crisis en aquellos
momentos, rompiendo su pasividad constitucional; pero
lamentó que D. Alfonso no hubiera infringido en este
punto sus deberes constitucionales, pues si, en contra de
la opinión del Gobierno, el Rey monta a caballo y va al
Congreso a abrir las Cortes, no hubieran pisado sus pies
el suelo: la multitud le hubiera llevado en brazos, entre
vítores y aclamaciones.
Y si hubiera ocurrido un incidente, cosa que D. Al-
fonso no teme nunca. Un beü morir tvMa la vita amura.
Ahora, que el pueblo no tiene las responsabilidades
que el Gobierno.
El discurso de la Corona.—£1 acto se verificó sin
incidente alguno, con el ceremonial de costumbre.
La entrada de la familia real en el salón de sesiones
fué acogida con nutridos aplausos.
Los Reyes se colocaron en el trono, y a uno y otro
'lll!< JUMO DE 1919 MI

lado, los MinistroÉ; detrás quedaron ka jefes de Palacio


y personas de la servidumbre regia.
£1 Sr. Maura entregó al Monarca el discurso de aper-
tura, que D. Alfonso leyó con voz clara y serena.
Él documento deoia así:

t Señores Senadores y Diputados:


•Sed bienvenidos a ejercer en esta hora decisiva la
representación del país, a cuyos anhelos debemos y que-
remos todos corresponder con fervorosa diligencia.»
Con los párrafos y la redacción de rúbrica trataba los
puntos siguientes:
< Erigida Finlandia en Estado independiente, Espafia
la ha reconocido como tal, lo mismo que a la República
de Polonia y a la checoeslovaca.
>En la venidera situación de las cosas, subsistirán al
igual que hasta aquí los motivos que hubo, al abrir las
Cortes de 1907, para señalar, con el asenso general de la
nación, las que son orientaciones fundamentales de núes-
tra política exterior.
•Iniciada una Liga de Naciones con el ñn principal
de que sea respetado el Derecho entre los Estados, Espa-
fia manifestó en principio su adhesión y ha tenido la hon-
ra de ser llamada a formar parte del Comité ejecutivo
provisional. Deliberaréis a su tiempo acerca de ello.
•En Marruecos, la obra pacificadora ha tenido duran-
te los últimos meses notable impulso, bajo la inteligente
dirección del Alto Comisario y por la meritoria labor de
nuestro Ejército; una y otra asi asistidas del concurso in-
dígena. En breve examinaréis propuestas enderezadas a
simplificar allí los servicios, reforzar las rentas locales y
aliviar las cargas del Tesoro. Igualmente juzgaréis las
reformas que mi Gobierno proyecta en las posesiones del
África occidental.
>Las materias hacia las cuales el bien público solici-
tará con urgencia vuestra atención son excepcionalmen-
te numerosas. Urgentísimo es que vuestro voto autorice
1M! gastos públicos, oóo sus dotaciones, en el presento
219 gOLDEYILLÁ. —BL ASÍO ¡ POLÍTIOO

afio, durante el ctutl necesitaréis aciordar para 1920 iun


presupuesto adecuado a las necesidades del piás;
»Mi Gobierno, sin relajar la desvelada solicitud que es
debida a todos los servicios, ni desistir de las reformas
judiciales que obtuvieron la aprobación del Senado, ni
levantar mano en los complementos que las militares
votadas ya necesitarán, en orden al reclutamiento, la
movilización, la instrucción y la aviación, se sujetará a
la prioridad que de modo imperioso sefialan las circuns-
tancias, al oixlenar la serie de proyectos que ha de some->
ter a vuestro examen.
>Habrá que allegar recursos proporcionados a los jus-
tos pero muy costosos anhelos populares, como aon: mejo-
rar, de diversos modos, la condición de las clases socialesi
más numerosas, dando efectividad a la legislación que
c<«L este fin se ha ido promulgando, completándola y ex-
tendiéndola así a los trabajadores del campo como a los
marítimos; generalizar en el pueblo la instrucción, cons-
truir al efecto edificios escolares, extender las enseñan-
zas profesionales e impulsar los avances en la sHperior
cultura; acelerar la construcción de acuartelamientos hi-
giénicos y del material de guerra; ráiprender la ejecución
de un plan extraordinario de las obras públicas más re-
productivas, construyendo el Estado las líneas férreas
necesarias y completando la habilitación sistemática de
los transportes terrestres y marítimos; nacionalizar la
producción industrial de todos los materiales y elementos
para nuestras construcciones; encauzar y fomentar con
las organizaciones y los institutos adecuados una mejora
agraria que generalice la obtención del rendimiento má-
ximo de que sea capaz el suelo patrio, concillando el res-
peto a la propiedad privada con la conveniencia social de
favorecer el acceso a ella de quienes sean aptos para fe-
cundizarla; instituir servicios de asistencia pública, dar
mayor eficacia a los sanitarios y acometer el empeño de
que las viviendas insalubres tengan sustitución efectiva,
y vaya remediándose la carestía, cuando no la carencia,
de las que humanitariamente son habitables.
>£1 aumento de ingresos ha de obtenerse, en parte,
vigorizando el organismo gestor de la Hacienda; en otra
parte, adaptando y modificando algunas de las actualea
' J u ^ ó rii 191d 213

impóisicionés^ 'c'dtt adV^^iertencia dé'ho estorbar íós medros


de la riqueza pública; mas así estas reformas cómo el es-
tablecin^iéntó dé in^ptíestos nuevos, habrán de tener un
sentido justicieramente social, aliviar a los pequefios con-
tHbuyerites, alentair á los trabajadores con tendencia a
su mejora económica, hasta facilitarles métodos para ha-'
cersé partícipes en la producción, y gravar, dentro d^
límites prudentes, al capital que obtiene de varios modos
la protección del Estado. Uno de estos amparos es la re-
visión aránéelatia, qué no puede deníorarse y que debe-
rá corresponder a lá honda innovación de todos los mer-
cados y délos valores, de modo, que la defensa estricta'
dé la producción espaiflolá atienda el eslabonadp, aprovi-
sionamiento de Üd iüdustrias transformadora^ y a loé
intereses del general consumo.
»A piy^iiósitodiélá.reforma del régimen tocal y. dé su
necesario asiento, qué han dé ser las haciéhdas peculia-
res, se controvierte afios ha el grado de autonoihía de
los Municipios y dé lari regiones. Hacia el desenlace se
aiiduvieron yá las principales jomadas, habiéndose con^
seguido, por lo que atafie a las municipalidades, un
general asenso qiie cuadta a decisiones de tanta trans-
cendencia, y puQiéndose cwiflar en que análogas confor-
midades se obtendrán mediante un examen desapasiona-
do de la éuestióh réeidnal. Mi Gobierno estima que no
sé deben demorar las ííésíjtlucion^ en estas material, es-
trechamente cbhélas eón la general tefónna de los ser-
vféios públicos y' 'con aspectos substanciales de la ciuda-
danía y de las prácticas políticas. Seréis oportunamente'
invitados a deliberar sobre estos magnos asuntos.»

Una vez Jeídb el mjeneaje, el Presidente del Consejo,


en nombre de S- M. el Bey,,declaró abiertas las Cortes
de 1919, dándose por terminado el acto.
Los parlamentarios, puestos en pie, dieron vivas a
SS. MM., que coreó el público del salón y tribunas.

DÍA 25.—La primera sesión de las Cortes.—No fué


Táí'af afortunado el comienzo de la vida de las nuevas
Cortes. '
214 80LDEVILÍ.A.—9L ^SíX POLÍTICO

A las cuatro en punto, el Sr. Aura Boronat exclamó:


—Empieza la votación de Presidente. ,
La votación duró quince minutos escasos, y hecho el
escrutinio, dio el siguiente resultado: 167 votantes, de los
cuales 166 habían votado al Marqués de Figueroa, y una.
papeleta en blanco.
El Sr. Prieto pidió la lectura de los artículos 8.° y 9.°,
del reglamento.
El Sr. Prieto: «Según dichos artículos, para la elec-
ción del Presidente se necesita mayoría absoluta; es de-
cir, la mitad más uno, o yo no entiendo de adjetivos, y
en ese caso, ahí está el Presidente de la Academia Espa-,
fióla.» (Rumores y protestas de la mayoria.)
Las minorías contestaron con análogos rujotipres, y el
Sr. Prieto dijo que a él le gusta el jaleo, y podía, por tan-
to, continuar.
Sostiene que el Marqués de Figueroa no ha obtenido
la votación reglamentaria, y, por lo tanto,, su elección
era nula.
El Sr. Presidente del Consejo lee el artículo 189.
El Sr. Prieto afirma que el artículo es aplicable «i la
votación de leyes, no a la elección del Presidente.
El Sr. Alba apoya los razonamientos del Sr. Prieto,
el cual tenía perfecto derecho a pedir la niílidad, y para
demostrarlo leyó el artículo 6.°, que previene que para
la votación presidencial han de ser llamados los Diputa-
dos por lista.
El Sr. Presidente del Consejo: «El concepto de abso-
luto ha sido suprimido en el nuevo reglamento. > Creía
que el artículo 9.° bastaba para deshacer el error en que
se hallaba el Sr. Alba. Y sostuvo tal criterio el Sr. Mau-
ra respecto a este articulo, que las minorías lo acogieron
con grandes risas.
El Sr. Prieto pidió que se repitiera la votaftión, según
el articulo 9.°, y el resultado sería el níismo.
Y añade: «Primero votarán los del grifo y después los
del vaso, y estaremos en paz. > (Bisas.)
El Sr. Presidente de la Cámara leyó datos de otras elecT
clones, y los tomó a partir del afio 1876. (Chandes risas^
JUNIO DE 1919 : 216

El Sr. Nougués: «No cabe duda de que el Gobierno no


tiene mayoría, ni siquiera para votar un Presidente.»
Votación de Vicepresidentes.—El Sr. Presidente,
haciendo caso omiso de estas manifestaciones, anunció la
votación de Vicepresidentes.
Los republicanos y socialistas, en pie, protestaban;
pero la votación empezó.
Se hizo el silencio, y un Secretario leyó los siguientes
resultados: Sr. Amat, 139 votos; Sr. Cafial, 127; Sr. Ro-
jas Marco, 117; Sr. Espín, 109.
Papeletas en blanco, una. Votantes, 168.
Censura a la Presidencia. — El Sr. Alba no dejó
pasar en silencio la conducta del Presidente, que califie4
de alcaldada, empezando la elección dé Vicepresidentes
sin haberse conocido la opinión de la Cámara. Un Presi-
dente de edad no podía tomarse las atribuciones que se
había tomado. Hizo constar, pues, su protesta.
El presidente, Sr. Aura Boronat, justiftcó su actitud yi
rechazó las censuras que le había dirigido el Sr. Alba,
afiadiendo:
«Es, pues, odiosa la actitud adoptada por el SrwAlba^
no ya por mi persona, sino por el cargo que ocupo. Un
Presidente de edad no podía admitir un debate. Creo que
he cumplido con mi deber; pero si así pp fuera, una-vez
constituida la Mesa, tiene el Sr. Alba ocasión de discutir,
mi conducta, dejando para entonces esos bríos. > (ía mar
yoria aplaude.)
Se procedió a la votación de Secretarios» resultando
elegidos los Sres. Luna Pérez, por 96 votos; Fernández
Barrón, 87; Alas Pumarifio, 83, y Loygorri, 74.
El nuevo Presidente.—El Marqués de Figueroa ocu-
pó la presidencia, y con él los nuevos Secretarios. El
primero leyó un discurso de salutación a la Cámara^
agradeciendo el haber sido elegido y prometiendo dedi-
car todo su esfuerzo ai cumplimiento de los difícilea de-
beres que su alto cargo le imponían. , ,
21i6 SOLDEVILÍÍÁ.-^EL AÑO POLÍTICO

Prometía ser ñel defensor del derecho de todos, y di-


rigiéndose a los que no le habían votado, les dijo que del
contraste nace precisamente el estímulo para la labor que
le había sido confiada, y esperaba que todos le ayudarían
a deserapefiar una misión que ha de estar robustecida
con el concurso de la Cámara. (Aplausos de la mayoría.)
Votaciones de Presidentes.—Como queda consig-
nado, el Sr. Marqués de Figueroa obtuvo 167 votos.
Desde el año 1876, las cifras de las votaciones conse-
guidas por los sucesivos Presidentes del Congreso son las
siguientes: 1876: Posada Herrera, 273 votos.—1879: Ló-
pez de Ayala, 230.—1881: Conde de Toreno, 249.—1885:
Hartos, 198.—1889: Alonso Martínez, 237.—1891: Pidal,
229.—1893: Marqués de la Vega de Armijo, 234.—1894:
ídem, 223.-1896: Pidal, 281.—1898: Marqués de la Vega
de Armijo, 251.—1899: Pidal, 201.—1900: Villaverde,
202.-1901: Marqués de la Vega de Armijo, 232.-1901:
Moret, 200.-1902: Marqués de la Vega de Armijo, 217.—
1903: Villaverde, 231. —1903: Romero Robledo, 186.—
1905: Marqués de la Vega de Armijo, 216.—1907: Dato,
215.—1910: Conde de Romanónos, 252.—1912: Villanue-
va, 278.-1914: González Besada, 285.—1916: Villanue-
va, 291.—1918: Villanueva, 218.
En 1903 y 1907, los liberales se abstuvieron de tomar
parte en la votación.
Ahora, en cumplimiento del pacto acordado, las iz-
quierdas se negaron también a prestar su concurso a la
elección.
Senado.—A las cuatro declaró abierta la sesión el
Presidente, Sr. Allendesalazar.
Había bastante animación en escaños y tribunas.
Después de una breve intervención del Sr. Marqués
de Mochales, se procedió a la elección de Secretarios, en
la que resultaron elegidos los Sres. D. José María Garay,
por 63 votos; D. Antonio Santa Cruz, 96; Sr. Conde del
Asalto, por 52, y Sr. Gil de Reboleño, por 30.
Otra reunión de las izquierdas.—A las ocho y me-
dia se reunieron en el despacho de Secretarios del Con-
greso los jefes de las izquierdas', té^'ítiinando lá reiunión
a las diez menos diez. "', '\
En la reunión del cHa anterior, y después de rátiflcár-'
se en el acuerdo de no dar medio alguno para gobernar
al actual Ministerio, todos loa reunidos propusieron que
fuese el Conde de Roniknoiíes el encargado dé hacer en
el Congreso la declaración de negativa absoluta y resuel-
ta a la pretensión deí Gobierno.
El Conde de Romanones pidió veinticuatro horas parai
decidirse o no a ello, esto es, si él había de encargarle
de hacer la declaración o ?i ésta correría, a pargo de otro
de los jefes izquíérdliftas. i.';
• El Conde de Rbmanóhép se resistió bastante, alegan-
do multitud de razonéis; péi-o ante 1» insistencia unánfflie-
de sus compafieros, accedió al An ^ ello. . '
D. Javier Ugarte.-^En esta fecha falleció repentina-
mente el exminiatro D. Javier|Ugarte.
Era hombre él difunto de'íina modestia ejemplar y
una cultura vastísima. '' '
Pertenecía al Cuerpo Jurídico Militar, llegando a su
más alta jerarquía, y desempeñando cargos importanti-
simos, entre ellos el de Consejero togado de ^Guerra y
Marina. ''
Desempeñó las carteras de Fomento, Gobernación y
Gracia y Justicia; presidía la Sociedad Geográfica y per-
tenecía a las Academias Espafiola y de Ciencias Morales
y Políticas.
Su muerte fué miuy sentida.
DÍA 28. -La firma de la paz. - E n esta fecha, a las
tres de la tarde, fué flrtnadó enVersalleS'ei tratado de paz.
Ocupados los asientos por los delegados, él' Sf. Cle-
menceau, que presidía, teniendo a Wiíson a Su derecha y
a Lloyd George a su izquierda, declaró abierta la sesión
y pronunció la siguiente alocución:
«Señores: Se abre la sesión sobfe las condiciones del
Tratado de paz entre las potencias aliadas y asociadas y
el Imperio Alemán. El acuerdo está hecho y el teícto re-
dactado. '' '
216 80LDEVIU*i.^|ai ASO POLÍTICO

»E1 Presidente de la Conferencia certifica que el tex-


to que va a ser firmado está conforme con el texto de los
ejemplares entregados a los delegados alemanes.
iLas firmas se van a poner al pie del texto original.
•Estas firmas valdrán como un compromiso irrevoca-
ble, que será cumplido y ejecutado en su integridad en
todas las condiciones fijadas.
ȣn esas condiciones tengo el honor de invitar a los
plenipotenciarios alemanes a que se sirvan poner sus
firmas.»
Los dos plenipotenciarios alemanes se pusieron en pie
y se dirigieron a la mesa, firmando primero el Sr. Muller
y después el Sr. Bell, volviendo a sus puestos silenciosa*
mente.
Acto seguido, Wilson y los miembros de la Delega-
ción americana, firmaron y volvieron a sus asientos, son-
riendo.
Lloyd QeorgC' y la Delegación británica firmaron a
continuación, y siguieron después los Sres. Clemenceau,
Pichón, Klotz, Taniieu y Jules Camben, y después 1» De-
legación italiana, formada por los Sres. Sonnino, Impe-
riali y Creapi.
La Delegación japonesa cerró la firma de las grandes
potencias y comenzaron a firmar las potencias de intere-
ses limitados, siendo la primera la Delegación de Bélgica,
y detrás de ella, Bolivia, Brasil, Grecia, etc. La última
firma fué la de los representantes del Uruguay, que ter-
minó a las tres y cuarenta minutos de la tarde.
El Sr. Clemenceau se levantó de nuevo y dijo:
«Las condiciones de paz entre los aliados y asociados
y Alemania están firmadas.
>Se levanta la sesión.»
Importantes declaraciones de los delgados ale-
manes.—Los delegados alfemanes Sres. Muller y Bell
hicieron las siguieates declaraciones:
fFirmamos el Txat^do sin ninguna reserva mental.
£1 pueblo alemán hará lo que esté en su poder para trar
. jvmo DE 1919 n ,' I; ?i(|

tar de conformarse a las cláusulas; pero creemos ^ue •la


Entente, en su propio interés, considerará necesaiio mo-'
dificar algunos artículos cuando se dé cuenta de la iim¡po-¡
aibilidad de su ejecución.
»No creemos que insista la Entente en la entrega del
ex Kaiser y de los altos oficiales. >
>E1 Gobierno central no ayudará a ningún atí^que al¡
centro de Polonia. Alemania hará todos sus eefmierzos;
para demostrar que es digna de entrar en 1» I«iga de i«S'
Naciones.> ,¡ M .' •
•' • •, 1 > ' ' • • • '

La noticia en Madrid.—En las primeras honae 4e la


tarde se tuvo la noticia en Madrid del venturos» ^eciu>
de haber sido suscrito en Veosalles el Tratado de rpaz, -f
no por ser esperada fué acogida con menores pruebas da
júbilo. ,I !
Pronto aparecieron engalanados los baloanes «le algu-
nos Centros ministeriales, siendo el primero dd: éstos eJt
de Gobernación, las Embajadas, Ijegaciones y Consula-
dos de los países aliados y adheridos^ Centros de rocfooti
no pocas casas particulares y los grandes hoteles.
Por la noche lucieron espléndidas iluminaciones, sin-
gularmente en la Embajada norteamericana^ y en lop
restaurantes donde se reúne la colonia extranjera ikvibQ
jubilosas demostraciones por el anhelado acontetciciilefito.
El Presidente del Consejo español envió au ¡felicita-,
ción a varios Presidentes de las naciones aliadas> • ,
Palabras del Rey de España.-r-Se recibió el «iguido^
te telegrama de París, dando cuenta de que el pieíriódioo
Le Tempa publicaba una intefesante interviú qjue >au«07
rresponsal en Madrid había celebrado con el : ^ y detEsT
pafia. >
Su Majestad se expresó en los isiguieptes términos:
«La noticia de que se iba a firmar la paz oom [Alema-
nia ha sido acogida en España con una alegría que es
imposible describir.
»Es el fin de una realidad tan trágica, que a veces se
pregunta uno si no se traita de un suefio. Hoaotroaiyque
figurábam£is entre los pueblos a quieté» ¡lasnoir«ttnatdu&^
^W SOLDEVILtA'. -Í-EL A*0 POLÍTICO

dks no nos habian impuesto la obligación de compartir


vuestros dolores, sabíamos que las angustias que ainino-
ribamoB, que las vidas que conseguíamos salvar del de-
sastre no significaban sino muy poco en la suma del do-
lor universal.
tEntre todos estos sufrimientos, los de Francia me
llegabari; especialmente, al corazón. No en vano corre
potmii venas la sangre de vuestros antiguos Reyes y he
visto ia.ñtá/¿ veces esa espléndida tierra, en donde he tra-
bado tantas y tan cordiales amistades. Nunca me hubie-
se perdonado agregar a vuestras preocupaciones aquellas
que se hubiesen derivado de la hipótesis del abandono,
por piarte de Espafia, de su neutralidad. Asi es que cuan-
do, al principio de la gueita, vuestro Gobierno, insufl-
óiéntemente preparado para una agresión, luchaba con
las dificultades de la movilización, le di a conocer que la
frontera d© los Pirineos no le daría, en ninguna ocasión,
motivo alguno de inquietudes.
»EB£O es ya del pasado. Digamos más bien que vues-
tra patria sale de esta guerra, sin duda, con terribles he-
ridas, pero con un aumento inmenso en su influencia,
debido al ejemplo de tenacidad y de heroísmo, al éxito
y á la energía que su pueblo, sus soldados, sus generales
y sUlb gobetHáñteEi han dado, movidos todos por el ideal
de lia Patria y por la esperanza, tantos años acariciada,
de reconstruir en su intensidad el territorio francés
de 1870.
«Digamos que la paz os da no sólo la realización de
eete objetivo, sino también concesiones y ventajas que,
éntrelas manos de un pueblo tan grande y emprendedor
coma er pueblo francés, llegarán a ser un poderoso ins-
trumento para la reparación de las desgracias pasadas y
base de una posición que quizá jamás ha ocupado Fran-
cia de una ihattera permanente en la Historia. >
Además de estas manifestaciones, S. M. el Rey cam-
bió ios siguientes telegramas con los jefes de Estado:
Al presidente Wilson, el siguiente radiograma:
! «Con motivo de la firma de la Paz, en la cual, en
unión dtf I vuestro pai8^ habéis tomado tan preeminente
JUNIO. DB 1919 'ÜSÍ

parte, me es muy grato dirigürós felicilacioiiés y legaros


aceptéis mis mejores votos y los de Espafia por la dicha
y prosperidad de los Estados Unidos en la nueva era que
acaba de comenzar. Os deseo feliz viaje, asi como a miB-
tress y miss Wilson.
»Firmado:-áZ/bnío.»
El presidente Wilson contestó a S. M. el Rey en loa
siguientes términos:
«Tengo en muy alto aprecio el mensaje de V. M., y
con ello me congratulo por la ñrma de la Paz. Miro con
igual confianza que V. M. el nuevo día en que las nacio-
nes lograron la paz por sus comunes consejos, amistad y
cooperación, y tengo la seguridad de expresar el sentir
del pueblo de'los Estados Unidos al hacer votos por que
el mundo pueda gozar los frutos de tiempos mejores.
•Firmado: Woodrow Wilson.»
Se comentó bastante la sequedad del telegrama de
Wilson, pues mientras D. Alfonso hacia votos por la pros-
peridad de los Estados Unidos y de la mujer y la hija del
Presidente, éste no tuvo para Espafia ni para la Reina
el menor recuerdo.
También puso D. Alfonso telegramas a los Reyes de
Inglaterra e Italia, que fueron muy afectuosamente con-
testados.
DÍA 29.—Prórroga del presupuesto por decreto.—
La Gaceta de esta fecha insertó el anunciado Real decre-
to de Hacienda, que disponía lo siguiente:
«Artículo 1.° Se prorroga durante el próximo mes de
julio la vigencia de las disposiciones del artículo 3.° de
la ley de 21 de diciembre de 1918, y en su consecuencia,
se fijan en 192.362.739,21 pesetas los créditos para las
Obligaciones generales del Estado y de los departamen-
tos ministeriales en dicho mes de julio, con la distribu-
ción por servicios, capítulos y artículos que se expresan
en el siguiente estado letra A. Etc., etc.
>Art. 4." El Gobierno dará cuenta a las Cortes del
presente decreto.»
S0LDEVI|Í|4{-TIIL' (4f>í^ I POLÍTICO

, Fi»,á/tU^icptf9un.'^Ea el Consejo de esta fecha, a


propuesta del jdinistro de la Gobernación, se acordó co-
municar por medio de Eeal orden circular a los Gober-
nadores las oportunas instrucciones a fin de que a partir
de 1." de julio, y mientras razones de orden público no
aconsejasen otra cosa, dejaran de ejercitar la censura
previa para la Prensa, salvo en donde estuviese declara-
do el estddo de guerra.»
MES DE JULIO

DÍA 1.°—Una proposición incidental de censura al


Gobierno.—En la reunión de los jefes de las izquierdas,
celebrada el 27 de junio, se acordó presentar la siguiente
proposición incidental:
<A la Junta de Diputados.
»Lo8 Diputados electos que suscriben, teniendo en
cuenta:
«Primero. Que la decisión del Gobierno prorrogando
para el mes de julio créditos cuya vigencia está limitada
por la ley de 21 de diciembre de 1918 al mes actual, lejos
de ajustarse, como dice, a la misma, es su infracción inde-
fendible, con violación manifiesta del texto constitucional
en su letra terminante y en sus fundamentos esenciales.
>Tienen la honra de proponer a la Junta de Diputados
se sirva declarar que la decisión del Gobierno es incons-
titucional y nula, que aquél no merece la confianza y
concurso de la Asamblea para solucionar el conflicto por
él mismo creado,»
Y en esta fecha se verificó la discusión, que tuvo gran-
dísimo interés.
La expectación era extraordinaria, porque, además, se
esperaba conocer la actitud de los conservadores, de la
cual dependía el resultado de la votación y, por consi-
guiente, la vida del Gobierno.
Después que el Congreso acordó constara en acta su
satisfacción por la firma de la paz, el Sr. Conde de Roma-
nones, encargado por las izquierdas deliberadamente de
294 - SOLI>EVILLA.^EL AÑO I»OyTICO

apoyar la proposición citada, se levantó a hacerlo, di-


ciendo:
«Jamás, desde que hay régimen parlamentarlo, se ha
cometido una transgresión constitucional como la que ha
realizado el Gobierno. Nadie se ha atrevido a tanto como
el Sr. Maura. Ni por un solo día se han prorrogado los
presupuestos, violando así lo único que permanecía intan-
gible. Kl principio de que los tributos y pagos deben ser
votados por las Cortes constituye la esencia constitucio-
nal, que ha sido derramada por el Gobierno.
íLas Cortes resolvieron en diciembre que los tributos
sólo estaban autorizados hasta el 30 de junio, y el Gobier-
no, al violar este principio, ha cometido la transgresión
más enorme del artículo 85 de la Constitución. Todos ios
principios constitucionales están basados en el funciona-
lismo del presupuesto con dependencia de las Cortes.»

El Sr. La Cierva.—El Sr. Ministro de Hacienda ex-


puso que debían reconocer la importancia del acto exclu-
sivamente político que realizaban las minorías.
cLo que ahora se hace—dijo—es la continuación de
una política que se ha presentado siempre frente a los
actos normales de los Gobiernos conservadores. (Protestas
de Jas izquierdas. Aplausos de la mayoría.)
»E1 decreto de prórroga del presupuesto es consecuen-
cia de un caso de fuerza mayor.
»Dice el Conde de Romanones que nunca se ha hecho
tal cosa, y que jamás ha habido infracción semejante de
la Constitución.
«Previsor el Conde de Romanones, prevé que el hecho
puede repetirse.
»En 1853, por Real decreto, se mandó que rigieran
como ley los presupuestos para el otro año. (Rumores.)
»¿No decía el Conde de Romanones que no existían
precedentes en el régimen parinnientario?
>En 1857, por decreto se prorrogó el presupuesto de
gastos.
»E1 26 de junio de 1874, por decreto se fijaron los
gastos e ingresos del ejercicio de 1874-76, y rigieron.
JULIO DE 1919 225

»De modo que creo tener derecho a rectificar la afir-


mación del Conde de Romanones, de que jamás se había
hecho tal cosa.»

El Sr. Dato.—A requerimiento del Sr. Conde de Ro-


manones, después de otros Diputados, intervino el señor
Dato, y dijo:
«Sin duda, S. S. no ha escuchado con atención al Con-
de de Bugallal.
»na hecho innecesaria el Conde de Bugallal la inter-
vención a que S. S. me obliga.
»Se discute si el Gobierno infringe la Constitución con
el decreto.
»E1 Ministro de Hacienda noblemente lo ha declarado,
y el Conde de Bugallal ha dicho que cualquier Gabinete,
y, por lo tanto, nosotros, hubiéramos hecho lo mismo en
estas circunstancias.
>¿No está ello claro, a juicio de la Cámara?» (Grandes
aplausos.)
El Sr. Maura.—El Sr. Presidente del Consejo de Mi-
nistros intervino, diciendo:

«El Gobierno no desconoce lo sucedido.


»E1 nudo de la cuestión es si somos culpables nosotros
de la infracción.
»No veáis reproches en mis palabras: yo pido justicia.
»Yo no pedí el Poder.
«Requerido, di mi opinión favorable a una solución de
liberales, juntos o separados, con aquellas Cortes, para
aprobar un presupuesto.
»Hubo otra consulta, y después se me requirió, en
forma tal, que sin haber vuelto la espalda al propio ho-
nor, no podía dejar de encargarme del Gobierno.
»Yo no he asaltado el Poder, no lo he escalado, no he
hecho nada por pretenderlo. (Muy bien.)
»Yo vine aquí porque se marcharon los que tenían ma-
yoría. (Aplausos.)
»Si me hubiese presentado a las anteriores Cortes,
habría perdido el tiempo, necesario para cosas útiles.
16
226 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

»La prueba de que el Gobierno atenHia la normalidad


parlamentaria fué el señalamiento inmediato de las elec-
ciones.
>Yo no he tenido partido; no lo he querido tener; yo
no lo quiero. (Humores.)
>No he perseguido, pues, fines de partido al convocar
estas Cortes.»
Terminó el Sr. Maura manifestando que España desea
que se trabaje en pro de la regeneración del país.
Kl Sr. Conde de Romanónos rectificó.
Las izquierdas pidieron que la proposición se votara
nominalmente.
Se verificó, en efecto, la votación, lentamente, duran-
do una media hora.
Varios Diputados demócratas protestaron porque cre-
yeron que algunos Diputados de las izquierdas abando-
naban el salón.
Al fin se conoció el resultado de la votación. Por 200
votos contra 114 no se tomó en consideración la proposi-
ción de las izquierdas.
Los ministeriales miraban a los bancos de la oposición
con aire triunfador.
Kl Sr. Barcia, señalando al Sr. Dato: «A ése se lo de-
béis.»
Los ministeriales prorrumpieron en aplausos al jefe
del partido conservador, y el Sr. Dato saludó.
Se juzgó como caso curiosísimo, sin precedente, el que
los Ministros Diputados, con el jefe del Gobierno a la ca-
beza, se votaron a sí mismos, cosa que no ocurre cuando
se trata de votos de confianza. De ahí que al emitir su
sufragio el Sr. Ministro de Estado, que se hallaba después
del Sr. Maura, se oyese un clamoreo enorme.
Otro caso curioso: no se abstuvieron aquellos Diputa-
dos electos que tenían sus actas anuladas por el Supremo.
Al terminarse la votación, un grupo de amigos del se-
ñor La Cierva, y éste a la cabeza, aplaudió al Sr. Dato
y a sus amigos, y el propio Sr. La Cierva se acercó al es-
caño del jefe del partido conservador y agradeció al señor
Dato su salvador concurso.
El jefe del Gobierno, a las nueve de la noche, estuvo
JULIO DE 1919 227

en el domicilio de D. Eduardo Dato, para hacerle presente


s" aj^radecimiento por su actitud noble y levantada du-
rante la sesión.

El acta de RiañO;—Dijo un periódico imparcial:


«Entre los innumerables abusos de que han sido testi-
gos los pueblos durante la última elección, se destacan
los cometidos en Riafio, distrito por donde luchaba contra
un candidato ministerial el exdiputado Sr. D. Carlos
iMerino Sagasta, hijo del Conde de Sagasta, nieto del gran
estadista y fundador del partido liberal.
»Las extralimitaciones de toda índole, como amenazas,
aetenciones, coacciones y sobornos, se consignan en pro-
testas que, fundamentadas en actas notariales de presen-
cia, en requerimientos judiciales llevados a cabo el mismo
«•a de la elección, en certificaciones de las Juntas del
<-enso, etc., se han formulado por el Sr. Merino.
»Pero nada puede reflejar tan bien en pocas líneas la
persecución de que se ha hecho objeto al Sr. Merino como
este curiosísimo dato: dos delegados del Gobernador civil
eran hermanos del candidato ministerial. Es un caso típico
ae despreocupación que seguramente no podrán sancio-
nar con su aquiescencia ni el Supremo ni el Congreso. >

c, ^l^ 2.—Discurso de Alhucemas.—Se suscitó en el


'penado el debate sobre la prórroga del presupuesto.
Intérprete de la opinión de las izquierdas fué el señor
Marqués de Alhucemas, quien, en un discurso de tonos
i-aimos y en una rectificación vibrante, que merecieron
a aprobación de todos los elementos por quienes habló,
puso al Gobierno en un brete y al Presidente del Consejo
en una postura difícil. Porque, al recordarle las amargu-
ras por que hizo pasar el Sr. Maura, por motivos bien fú-
tiles si se comparan con la infracción constitucional co-
metida y confesada ahora, a los Sres. Sagasta y Montero'
Kios y, sobre todo, al exhumar los textos de las catilina-
rias dirigidas al Sr. Fernández Villaverde en 1906 v al
»r Moret en 1910, la Cámara pudo convencerse de la fa-
rista^^"^'*^'*"^'^ *^"^ pretendía divinizar los modos mau-
228 SOLDRVILLA.—EL KXO POLÍTICO

El Sr. Ministro de Hacienda, primero; el. Presidente


del Consejo, después, liraitárouse a reproducir los discur-
sos pronunciados en el Congreso, incluso, por parte del
Sr. Maura, hasta con el argumento ñual en que invocaba
la heterogénea composición del bloque izquierdista.

D Í A 3.—Sesión tempestuosa sobre actas.—Las pa-


labras del Ministro de Gracia y Justicia.—La sesión de
esta fecha en el Congreso revistió un interés político ex-
traordinario, pues demostró una vez más que el Gobierno
no podía vivir.
La vehemencia y el escándalo superaron a toda pon-
deración.
La causa ocasional fué la discusión del acta de Santa
María de Nieva. Impugnó el dictamen del Tribunal de
actas el Rr. Pórtela, que, desde sus primeras palabras,
arremetió duramente contra el Gobierno. Con frase recia
y terrible acusó al Ministro de la Gobernación y a muchos
Gobernadores civiles, afirmando que eran gentes presi-
diahJefi.
El Ministro de la Gobernación, violento por el ataque,
arremetió contra el Sr. Pórtela y llegó a decir que «el
Sr. Portóla estaba legalmente derrotado por Fonsagrada».
Estas palabras produjeron un gran alboroto.
Se apaciguó el escándalo para escuchar al Ministro
de Gracia y Justicia, que comenzó a producirse con gran
modestia y mesura. Al final de su discurso confesó, con
una ingenuidad pui'amente infantil, que «solamente en
seis actas, que conocía por los antecedentes que se la ha-
bían dado, intervino, para pedir a los Sres. Magisti-ados
que forman el Tribunal, que hiciesen justicia a los candi-
datos que, ajuicio s u y o - d e l Ministro -, tenían razón».
El escándalo que se produjo en la Cámara es inena-
rrable, y creció cuando el Sr. Pórtela afirmó que la ges-
tión del Vizconde de Matamala obedecía a un acuerdo
del Consejo de Ministros y favorecía a familiares y deu-
dos del Sr. Maura.
La tempestad se tornó en huracán, y sobre el Gobier-
no caían a torrentes las más tremendas acusaciones. La
calma sólo se hizo cuando D. Melquiadez Alvarez se le-
vantó a defender una proposición de censura contra el
•JULIO DE 1019 229

Ministro de Gracia y Justicia, que el Presidente de la


Cámara se negó a que fuese leída.
El Sr. Alvarez expuso que se trataba de un caso com-
prendido en el artículo IC) del reglanionto, y (lue por de-
coro del propio Gobierno debía inmediatamente leerse la
proposición.
El Sr. Presidente del Consejo insistió en que se podía
hablar de todo sin faltar al precepto reglamentario.
El Sr. Alvarez desistió de su intento, pronunciando
un violento discurso contra el Gobierno y, especialmente,
contra el Sr. Maura.
Terminó diciendo que el Gobierno estaba en el banco
azul sin dignidad, sin prestigio y sin decoro. (Formula-
ron grandes protesfax Zo.s ministerialoí.)
Entre unos y otros bancos se cruzaron toda suerte de
increpaciones, promoviéndose un nuevo y formidable es-
cándalo.
El Sr. Presidente del Consejo dijo que de las palabras
del Sr. Alvarez, como de todo lo ocurrido en esta tarde,
se deducía l)ien a las claras que la Cámai-a estaba a cero
grados en punto a urbanidad. (Se re-produce el escándalo.)
Afladió que el Ministro de Gracia y Justicia no había
cometido ninguno de los actos de que con frases tan gor-
das le acusaba el Sr. Alvarez, y que su gestión se había
limitado a llamar la atención del Tribunal Sui)remo sobre
varios casos de soborno.
Concluyó manifestando que ciertas frases debieran
estar proscrii)tas en los labios de los parlamentarios.
El Sr. Alvarez recordó cómo el Sr. Maura, que se
asusta1)a ahora de la dureza de la palabra, procedía
cuando atacaba cruelmente al Sr. Sagasta, agonizante, y
agregó:
«Su sefioría cree que la urbanidad ha huido de estos
bancos, y yo pienso que la hipocresía se ha aposentado
en ése.» (Muy hien.)
El Sr. Dato intervino y empezó por decir que por lo
que se había oido esta tarde no se podía juzgar el asunto,
y, por lo tanto, hasta que todos se explicasen no debían
adoptarse acuerdos ni actitudes.
230 SOLDEVILLA.~EL AÑO POLÍTICO

Manifestó que el debate no había sido respetuoso con


el Tribunal Supremo, que es el pontífice máximo para la
aplicación de la materia jurídica.
Lamentó que se hubiera puesto tanta pasión política
en estos debates, lo cual es contrario a la serenidad de
juicio tan necesaria en ellos.
Terminó manifestando que lo realizado hoy no había
sido un acto de gobierno. Si se considerara como tal, se-
ria necesario deliberar sobre él.
El Sr. Maura repitió palabras del Ministro de Gracia
y Justicia, diciendo que había procedido por su única ini-
ciativa y responsabilidad.
Dimisión no admitida.—El Ministro de Gracia y
Justicia, Sr. Vizconde de Jlatamala, presentó al jefe del
Gobierno la dimisión en unas breves palabras que cru-
zaron.
No le fué admitida, y se acordó que el Gobierno la
rechazara unánimemente, si insistiera en sus propósitos.

D Í A 5.—Importantes manifestaciones de Dato res-


pecto a los dictámenes del Supremo.—Como se venía
poniendo en práctica el hecho de combatir y aun anular
los dictámenes de actas emitidos por el Tribunal Supre-
mo, el Sr. Dato, con motivo del incidente promovido por
las frases del Ministro de Gracia y Justicia, Sr. Vizconde
de Matamala, dijo lo siguiente, cuando le requirió el se-
ñor Alvarez:

«Estamos, señores, verdaderamente apasionados con


estos debates que con las actas se relacionan, que son,
por su Índole, los que más soliviantan las pasiones de
unos y otros partidos políticos. Creímos haber logrado
simplificar, esos debates, y aun poner término a los abu-
sos, a las deficiencias, a las corruptelas de las Comisio-
nes de actas y a las extralimitaciones de las mayorías
parlamentarias, llevando la verificación de nuestros po-
deres al Tribunal Supremo. Fué ésta una iniciativa no
de los conservadores, sino del partido liberal, de un hom-
bre ilustre, de un tan insigne parlamentario como Moret,
iniciativa a la cual hubo de deferir, haciendo suya la res-
JULIO DE 1919 231

ponsabiiidad de la medida, el Sr. Presidente del Consejo


de Ministros, ilustre jefe, a la sazón, del partido liberal
conservador. Desde entonces, la verificación de nuestros
poderes, que es la función más alta e importante de nues-
tra soberanía, ha estado sometida, lo está actualmente,
al Tribunal Supremo. liemos tocado algunos de los incon-
venientes de aquel precepto legislativo, pero no es ésto
el momento de revocarlo; si se forma una opinión favora-
ble a la reforma del actual procedimiento, debe traerse
aquí el oportuno proyecto de ley por iniciativa del Go-
bierno, o presentarse en su día una proposición de ley por
iniciativa del Parlamento.
»Creo que lo que dejo consignado bastará para que el
Sr. Alvarez y todos los Sres. Diputados reconozcan que
mientras las manifestaciones que aquí hemos escuchado
al Sr. Jlinistro de Gracia y Justicia no se conviertan eu
acto o doctrina de gobierno, no ])odcmos dirigir a cst(!
censura alguna, ya que no son actos de gobierno en la
política de Gabinete las manifestaciones de un Ministro.»
(Aplausos en la minoría conservadora.)
D Í A 6.—Elecciones provinciales.—Nueva derrota
del Gobierno.—Verificáronse en esta fecha las eleccio-
nes provinciales en toda España, quedando el Gobierno
en gran minoría.
Se habló de crisis.
D Í A 8.—El acta de Marquina.—En el Congreso S(Í
entró a discutir el acta de Marquina, para la cual, como a
las de Baracaldo y Guernica, había propuesto el Tribu-
nal Supremo la al'nulación, i)or las enormes coacciones
ejercidas por los nacionalistas, que eran los que apare-
cían vencedores. La discusión fué viva, emitiéndose di-
versas opiniones respecto a la validez de los dictámenes
del Supremo.
D Í A 9.—Graves sucesos en Puebla Larga.—Se re-
cibieron las siguientes noticias de Valencia:
«En Puebla Larga, pueblo de esta provincia, ocurrie-
ron anoche graves sucesps.
232 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

»E1 origen de éstos se encuentra en la agitación socie-


taria que se observaba hace tiempo en buen número de
pueblos.
»Celebróse un mitin, y, a la salida, al aparecer la
Guardia civil, se produjo un alboroto tremendo.
>La gente comenzó a dar gritos para que se retirasen
los guardias.
>Como éstos no lo hicieron, de los grupos salieron al-
gunas piedras contra las fuerzas de la Guardia civil.
>Entonces ésta dio los toques de atención y disparó
sus fusiles contra los concurrentes al mitin, entre los
cuales figuraban mujeres y chicos.
>Lo8 amotinados dispararon sobre los guardias algu-
nos tiros de revólver; pero cuando la fuerza repitió sus
descargas, huyeron despavoridos en todas direcciones,
refugiándose en las casas cercanas.
»En el lugar donde se hablan desarrollado estos suce-
sos quedaban tendidas diez o doce personas.
»De ellas cuatro estaban muertas, y de los heridos,
cuatro graves.»
DÍA 10.—Los delegados electorales.—Se discutió
el acta de Illescas, impugnando el informe del Tribunal
de actas D. Niceto Alcalá Zamora, planteandp de un
modo genérico el problema de las delegaciones. Pronun-
ció un admirable discurso, refiriendo actos atroces de los
delegados.
El Sr. Villanueva dijo: «Escuchando esto, causa bo-
chorno llamarse español.»
En estas condiciones, se levantó a contestar el señor
Goicoechea, en tono valiente y agresivo, diciendo:
«Todos me habéis pedido que nombrase delegados;
hasta los socialistas en Córdoba »
Quiso rectificar en el acto el Sr. Saborit, y la mayo-
ría comenzó a vociferar, ahogando la voz del Diputado
obrero. Durante media hora, el escándalo sostenido por
la mayoría fué espantoso.
Se hizo, por fin, oir el Presidente, que comenzó por
amonestar duramente a todos, dio seguridades al Sr. Sa-
JULIO DE 1919 S83

borit de que sería oído... y continuó el Sr. Goicoechea,


al cual dijo el Sr. Villanueva:

«Tiene S. .S. un modo de mirar, que yo no lo admito.»


El Sr. Saborit reputó de falsa la afirmación del Mi-
nistro, cuidándose de subrayar que ningún socialista ha-
bía luchado frente al Sr. Alcalá Zamora ni frente a nin-
gún amigo de este señor.

DÍA 11.—Los delegados.—Continuó discutiéndose el


acta de lUescas, y con este motivo siguió tratándose con
gran altura y no menor violencia la cuestión de los dele-
gados electorales, pronunc^iando elocuentes discursos los
Sres. Lerroux, Alcalá Zamora y Alba (su mucha exten-
sión nos impide publicarlos), que combatieron duramen-
te al Ministro de la Gobernación.
Este, al defenderse con su acostumbrada agresividad,
aparte de acusar a las oposiciones de haberle pedido de-
legados, hizo referencia a determinados documentos o
Memorias dejadas eh el Ministerio por anteriores Minis-
tros, y que debían ser secretos, por lo cual el Sr. Alba
trató duramente al Sr. Goicoechea.
Después, los Sres. Brocas, Ayuso y López Balleste-
r o s - q u e hizo un excelente discurso—manifestaron que
era inexacto que a ellos se les hubiera dado delegados.
Por fin, se aprobó el acta de Illescas por 110 votos
contra 74, después de un notable discurso del Sr. Sán-
chez Guerra sobre la actitud de los conservadores.

La inhibición de Maura.—Pero la nota más saliente


de este debate (con haber tenido tantas) fué la siguiente:
Al reseñar lo sucedido, dijo La Época:

«El Sr. Presidente del Consejo de Ministros dice que


no puede intervenir directamente en la discusión de la
política electoral, porque no está preparado para ello.
»—Yo—añade—he permanecido durante once aftos
alejado de las incidencias de la vida política, y carezco,
por tantOj de aquel entrenamiento que requieren estos
afanes.
284 SOLDEVILLA.—EL A.SO POLÍTICO

«Pero en este banco hay un Ministro que lleva en el


asunto la voz de todo el Gobierno, y muy particularmen-
te la mia.»
Y, en efecto, el Sr. Maura abandonó el banco azul.
Esta actitud, que agravaba la conducta del Sr. Mau-
ra, de no acudir a la discusión de dictámenes importan-
tes, para lo cual le requirió repetidamente el Sr. Alcalá
Zamora, fué muy comentada.

D Í A 12.—Campaña de las derechas.—Venían ya


hacía algún tiempo los periódicos de las derechas publi-
cando una serie de comunicaciones y telegramas de en-
tidades económicas, sociales, de instrucción, agrícolas,
de comercio, etc., etc., de toda España, pero en especial
de los Sindicatos agrícolas católicos, instituciones rela-
tivamente modernas, pero que habían adquirido grandí-
sima importancia; campaña de verdadera transcendencia,
lamentándose de la forma y manera de perder el tiempo
en las Cámaras en discusiones inútiles y personales, im-
pidiendo al Gobierno gobernar, que era lo que se necesi-
taba.
Un periódico liberal contestó en la forma siguiente:
«Desde hace días, ciertos organismos semioficiales y
otros afectos a la tónica política del Gobierno cursan a
Madrid un mensaje telegráfico de concepción uniforme.
Todos ellos piden que las Cortes dejen de hacer política
y se apliquen a la obra constructora que la Nación de-
manda. Más claro: que se otorgue desde luego amplia am-
nistía para los hechos ministeriales, que la opinión va
conociendo y juzga con dureza por el daño producido a la
causa del orden, tan ligada a la tonificación de la riqueza.
>¿No han reparado los firmantes de esos telegramas,
en que el Sr. La Cierva expuso ha poco en la alta Cáma-
ra que no había de pensarse en presupuestos hasta oc-
tubre? Pues ahí tienen la mejor réplica a sus candorosas
ilusiones.»

La Fiscalia del Tribunal de Cuentas.—Por Real de-


creto de la Presidencia del Consejo, que en esta fecha
JULIO DE 1919 236

publicó la Gaceta, fué nombrado Fiscal del Tribunal de


Cuentas el exdiputado a Cortes D. Félix do Llanos y
Torriglia, ilustre publicista y hombre de prob:xda auto-
ridad en la política y en la Administración pública.

En honor de un sabio.—Homenaje al Dr. Huertas


Por lo que representa de progreso en las costuml)rea so-
ciales y en la reverencia a los hombres que han labora-
do en bien de la Humanidad, consignamos aquí el siguien-
te hecho:
En representación de todo el Cuerpo facultativo de la
Beneficencia provincial, los Dres. Ortiz de la Torre, Pé-
rez Valdés, Marafión, Olivares, Sanchiz Banús, Pagés
y Asúa, acompañados de su ilustre decano, el Dr. Isla,
tributaron un justo homenaje al sabio Dr. Ó. Francisco
Huertas Barrero, que por imposiciones del reglamento,
cesaba en el cargo oficial de profesor de sala del Hospi-
tal provincial, donde durante más de cuarenta años rea-
lizó una labor tan gloriosa para la ciencia médica como
fructífera para la Humanidad doliente.
El acto del homenaje fué tan sencillo como hermoso.
Los eminentes profesores de la Beneficencia provin-
cial entregaron al Dr. Huertas, en su domicilio, un ar-
tístico pergamino, redactado en estos términos:

^Sr. D. francisco Huertas y Barrero.


»A1 cumplir este año el término de au actuación como
profesor de la Beneficencia provincial, queremos todos
nosotros, los que hemos sido y seguiremos siendo sus
compañeros y amigos, ofrecerle este recuerdo de una fe-
cha en la que el sentimiento de su partida se mitiga/ con
la consideración de que coincide en usted con la plenitud
de su actividad espiritual y de su entusiasmo por la la-
bor hospitalaria.
»De su largo paso por el Hospital General de Madrid,
de las horas asiduas de su asistencia a las clínicas, para
las que siempre halló lugar, aun en los días de más in-
tensa solicitud profesional, no deja más que ejemplos in-
olvidables y gratos: leal ayuda para su» compafieros;
236 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

bondadosa sabiduría para sus discípulos, solicitud y ca-


ridad inagotable para sus enfermos.»
El Dr. Huertas, verdaderamente conmovido, dio las
gracias a la Comisión que así le honraba, honrándose a
sí misma y a toda la clase médica española.
D Í A 14.—Gran combate en Marruecos.—Ya hemos
dicho en otro lugar que el cambio de política que, más o
menos espontáneamente, habíamos adoptado respecto a
Marruecos, nos había trocado de amigos en enemigos del
poderoso Raisuli. En esta fecha nos demostró lo que se
puede temer de su actitud. El Gobierno recibió un tole-
grama oficial dando cuenta de un empeñado combate con
las fuerzas de dicho moro; pero preferimos, i)ara mayo-
res detalles, insertar aquí el telegrama recibido por El
Imparcial.
Decía así:

«El día 11, fuerzas procedentes de las posiciones de


Melusa y Sidi Talja, mandadas por el coronel Rodríguez
del Barrio, emprendieron el avance de norte a sur, yen-
do a ocupar posiciones importanteá en Yebel Zemzen,
que comienza en el vértice del ángulo formado por am-
bos puestos y llega, en sus últimas estribaciones, hasta
las cercanías del desfiladero del Fondac.
»Yebel Zemzen es, pues, la llave de la importantísi-
ma cabila de Uad-Rás.
»E1 Raisuli, viendo en peligro la influencia que allí
viene ejerciendo, y temeroso no ya de perder esta cabila,
sino de que el dominarla nosotros permita acentuar la
labor política que desarrollamos en las antiguas, indig-
nadas por la tiranía del jerife, decidió un esfuerzo supre-
mo para expulsarnos del Zemzen.
»Reconcentró en la cabila de Beni Idef, situada al sur
de la de Uad-Rás, todas las fuerzas de que dispone y,
aprovechando la noche, las echó, dirigiéndolas personal-
mente, sobre las posiciones que separan nuestra zona de
la exterior de Tánger.
»E1 ataque fué violentísimo, pues en el plan de El
Raisuli entraba apoderarse de ellas a toda costa, para
JULIO DE 1919 887

cortar nuestras comunicaciones no sólo de laa posicioAes


del monte Zemzen, sino de las otras de la zona de Ceuta
y Tetuán.
»E1 total de las bajas enemigas comprobadas es de 95.
vSe sabe de muchos desaparecidos, a los que buscan sus
familias.
»La impresión en Tetuán es que estos combates son
de los más gloriosos y fructíferos habidos en esta parte
de Marruecos.»
Resultaron muertos los comandantes Vera y Laguar-
dia, capitán Zabaleta y teniente Teófilo de Francisco.
Heridos: teniente coronel de regulares Emilio Cfiais,
capitanes Araujo y Ropero y tenientes Villarreal, Alonso,
Riego, Luque, Moral, Arce y Pérez.
De tropa, 34 muertos y 86 heridos, todos de regulares,
policías y batallón voluntarios del regimieuto de Ceuta.
D Í A 15.—Crisis total.—Caída del Gabinete Maura.
La vida trabajosa y precaria que arrastraba el Gobierno
terminó en esta fecha por una sencilla votación de actas,
así como un individuo de naturaleza gastada y débil mue-
re repentinamente a consecuencia de un ligero cons-
tipado.
Ya se presentía el suceso, y el Conde de Romanones
dijo a los periodistas: «Tengan ustedes cuidado, que esta
será la semana apocalíptica.»
Lo ocurrido fué lo siguiente, narrado con la mayor
brevedad.
Se trataba del acta de Coria.
El Sr. Alcalá Zamora impugnó el dictamen, atacando
duramente al Tribunal Supremo, que propuso la anula-
ción de la elección en que aparecía derrotado el candida-
to ministerial, que era D. Honorio Valentín Qamazo, so-
brino del Sr. Maura.
El Sr. Colom Cardany rectificó las afirmaciones del
Sr. Alcalá Zamora con referencia a los diversos pueblos
y diferentes acusaciones hechas por éste.
El Sr. Alcalá Zamora se lamentó de la ausencia del
Sr. Maura y del Ministro de Gracia y Justicia.
Dijo que se estaba frente a uno de los casos de iniqui-
25S SOLDÉVIH,4 |-t-EI« IAÑQ POLÍTICO

dadíinás grande que se han dado en ninguno de los Par-


lamentos deil mundo.
El Sr. Rivas Mateos, con poca fortuna, por cierto, de
feíidió su acta, y, con gran exaltación, dijo que el dicta-
men del ípupremo constituía una infamia.
Negó terminante que hubiera sobornado al cuerpo
electoral, ¡y dijo que él no había mentido nunca.
Se pidió votación nominal para la aprobación del dic-
tamen, y verificada ésta, fué desechado por 107 votos
contra 96 de los ministeriales.
La derrota produjo aplausos de los republicanos.
Terminada la votación, entraron en el salón el señor
Sántíhez Guerra y otros conservadores que, con el señor
Dato, se habían ausentado durante el debate.
Se dió lectura a un artículo del reglamento, y se pre-
guntó si se declaraba válida la elección y si se proclama-
ba al candidato electo.
Entonces, los ministerialespidioion votación nominal,
votando en contra de la proclamación del Sr.K i vas Mateos.
También perdieron los ministeriales esta segunda vo-
tación, puesto que fué proclamado el Sr. Rivas Mateos,
por 113 votos de las minorías contra 91.
Al leerse el resultado de la votación, nuevamente
aplaudieron los republicanos y socialistas.
La situación, pues, ya estaba vista. El Gobierno ha-
bía sido derrotado dos veces consecutivas. Las conse-
cuencias políticas vinieron en el acto.
El Ministro de Hadenda, inmediatamente, abandonó
el banco azul. Por su gesto se pudo adivinar su contra-
riedad. El Sr. La Cierva se dirigió al despacho de Minis-
tros, pidió comunicación con el Sr. Maura, que se hallaba
en su domicilio, y le dió cuenta, en brevísimas palabras
de lo ocurrido. Después, con firmeza, añadió:
—Pase lo que pase, yo no sigo.
Ante el requerimiento del Sr. Maura, el Ministro de
Hacienda montó en su automóvil y marchó a conferen-
ciar con el jefe del Gobierno.
Los sucesos se desarrollaron luego de la siguiente
manera:
Después de la intervención de algimos Diputados, el
Ministro de la Gobernación dijo:
JULIO DB) 1919 289

«El Sr. Presidente del Consejo expuso su opinión per-


sonal sobre la votación de los dictámenes. No hay la con-
tradicción que se señala. Se dejó a salvo el caso de que
se presentara un caso notoriamente injusto.»
Terminó diciendo que no podía exponer la opinión del
Gobierno, que no había deliberado; pero la suya personal
ora que no podía continuar en el Gobierno sin plena dig-
nidad, robustecida por la mayoría en que aquél se apoya.
(/Sensación.)
El Conde de Romanones: «Con eso ba8ta.> {Grandes
rumores y comentarios.)
El Sr. Dato dijo que algunos conservadores decidie-
ron abstenerse, por las razones expuestas, y otros vota-
ron en pro o en contra.
«El Presidente del Consejo dijo que él no intervenía
en esta cuestión de actas, y que no podían ser para el
Gobierno cuestión de gabinete, y por eso entendimos que
podíamos obrar libremente.
»Si mis amigos hubieran podido sospechar tal crite-
rio, no hubieran obrado libremente.»
Dato visita a Maura.—A las nueve y veinte llegó al
domicilio del jefe del Gobierno D. Eduardo Dato.
Es inútil encarecer la importancia de la visita.
—He venido -dijo a los periodistas-, porque necesi-
taba dar'una explicación de lo ocurrido al Sr. Maura. Le
he dicho que las palabras del Ministro de la Gobernación
me cansaron una profunda sorpresa, porque no hubo de-
claración de Gobierno. Los conservadores no sabían que
esto era una cuestión de gabinete.
Consejo de Ministros.—Acuerdo de dimisión.—El
primer Ministro que llegó al domicilio del Sr. Maura fué
e l d e Hacienda. Conferenciaron ambos, y el Presidente,
acto continuo, citó a Consejo.
El acuerdo fué unánime de crisis total.
El Sr. Maura, inmediatamente, se puso en comunica-
ción telefónica con S. M. el Rey y le presentó la dimisión
del Gobierno.
24ft SOLDEVILIj^-f-B)^, AÑO ifOLÍTICO

DÍA: iie.r—Desarrollo de la crisis.—Este cambio mi-


niaterial, como los anteriores, y aun más que los anterio-
res, fué de difícil y larga solución.
Para describirla con detalles, no bastaría un libro
como éste.
Ocurrió lo siguiente:
El Sr. Maura dimitió, y se negó en absoluto a conti-
nuar, proponiendo al Rey que le sustituyera el Sr. Dato.
Este, en las repetidas veces que estuvo en Palacio, y
a las repetidas ofertas y ruegos que se le hicieron para
que aceptara el Poder, se negó en absoluto, no obstante
que los ex Ministros de su partido se inclinaban a que
aceptara; pero se negó, alegando que se hallaba enfermo
(y era verdad), indicando para que formase Gobierno al
Sr. Sánchez de Toca.
Este acudió a Palacio, encargándole tanteara la opi-
nión para un Ministerio de conceiilración conservadora;
pero le fué imposible, siendo él quien primero rechazaba
la unión con el Sr. Maura, y asi se acordó en las diver-
sas reuniones celebradas por los ex Ministros conserva-
dores, los cuales sostuvieron como principio incontrover-
tible e invariable la afirmación siguiente, hecha por el
Sr. Sánchez de Toca al ampliar la referencia que había
dado de su entrevista con el Rey:
cMi permanencia en Palacio ha sido larga, porque he
tenido que hacer historia retrospectiva, que se imponía.
»He hablado de todos los trabajos realizados por los
conservadores para llegar a acuerdos con el Sr. Maura
en cuanto a una acción gubernamental. El Sr. Maura re-
chazó esos propósitos, contestando siempre que él no te-
nía partido, porque no lo constituían unos jóvenes y unos
senectos que coincidían con su manera de apreciar las
cosas públicas.
»Vino aquella transformación de la política del mes
de abril, y días más tarde, y de un modo fulminante, el
decreto de disolución.
• Después de esto, a lo cual los conservadores eran
ajenos, se hicieron ofrecimientos a éstos, que no podían
aceptar, por no estimarlos compatibles con su decoro.
•Ocurre lo del otro día, y se plantea la crisis.
JULIO DE 1919 241

»Se me pide mi opinión, y la expreso en sentido con-


trario a un Gabinete de concentración, que no estimo
necesario ni oportuno.
»lle creído que debe seguir el Sr. Maura, para que
liquide la situación parlamentaria. >
Visitas palatinas.—Por la tarde se afirmó que el jefe
superior de Palacio, Sr. Marqués de la Torrecilla, había
estado en el domicilio del Sr. Maura, y que a la misma
hora, con la diferencia de un minuto, y en el mismo au-
tomóvil, llegó a casa del Sr. Sánchez de Toca el Sr. Mar-
qués de Comillas.
Estas visitas tenían íntima relación con la solución
del problema político, y nosotros podemos añadir que
también intervenía en esta cuestión el Sr. Uuque del In-
fantado, Marqués de Santillana, y parece que alguno
de estos prohombres (así nos lo aseguró un procer pala-
tino) hacía gran oposición al Sr. Sánchez de Toca, por
asuntos ajenos a la política, trabajando por la continua-
ción del Sr. Maura, con o sin concentración.
Hasta intervino el general Marqués de Estella, y se
dijo que en la reunión de exministros terminó su con-
versación con estas palabras:
— ¡Pues el Rey desea que se concentren ustedes, y si
lio, entregará a D. Melquíades Alvarez el decreto de di-
solución!
Tampoco surtió efecto.
Se encargó nuevamente de formar Gobierno de con-
centración al Sr. Maura, y los conservadores dieron una
nota oficiosa, en que, después de recordar las negativas
del Sr. Maura, decía:
«El partido conservador estima que una participa-
ción en el Gobierno del Sr. Maura no podría ser útil si
no sirviera para modificar la actitud irritada de las iz-
quierdas, cuando menos de las monárquicas, que impo-
sibilita el funcionamiento normal de la obra parlamenta-
ria, y nmy señaladamente teniendo en cuenta la situa-
ción de la regia prerrogativa en estos momentos para la
legalización constitucional del presupuesto. De otra suer-
te se imposibilitaría toda solución en sentido consérva-
le
'M2 SOLDKVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

dor independicnto del actual Gahinoto, confundiendo, sin


ventaja para los intereses públicos, responsabilidades
que hoy aparecen deslindadas.»
Las izquierdas también acordaron la nota siguiente:
«Reunidos los representantes de las izquierdas, ante
las noticias relativas al proceso de la crisis, ratifican
unánimemente la decisión inquebrantable de combatir
con acentuada hostilidad a todo Gobierno del que sean
componentes o en el que estén representados los elemen-
tos (lue formaban el Ministerio dimisionario.»
Fracasó, pues, el Sr. ]\Iaura, y hubo las siguientes
consultas.
Alhucemas.—El Sr. Marqués de Alhucemas mani-
festó que en su consulta con el Soberano se había limita-
do a aconsejar que debía formarse un Gobierno sedante,
que contara con facilidades en las Cortes.
Romanones.—Dijo a los periodistas lo siguiente:
—]Mi consejo ha sido que debe entregarse el Poder a
quien más pronto pueda constituir Gobierno, más pronto
pueda presentarse en el Parlamento y más pronto tam-
bién pueda sacar del Parlamento la obra que hoy más
apremia.

Alvarez.—Más de una hora duró la conferencia del


Sr. D. Melquíades Alvarez con el Rey.
Al salir, hizo a los periodistas las manifestaciones
siguientes:
—Entiendo que debiera formarse, y esto he aconse-
jado a S. M., un Gobierno idóneo, que quizá, quizá tu-
viera la mayor tolerancia, no me atrevo a decir benevo-
lencia, de las izquierdas, siempre que ofreciera las ga-
rantías suficientes que hemos de exigir para legalizar la
situación económica.

DÍA 19.—El general Miranda.—Se hizo un último


esfuerzo para llegar a un Gobierno de concentración, en-
cargando de formarlo al ministro de Marina, general Mi-
JULIO DE 1919 243

randa, que fracasó por completo, aunque el Conde de Ro-


mañanes y algún otro le ofrecieron Ministros.
Sánchez de Toca en Palacio.—A la una y media de
la tarde del 20 llegó al regio alcázar el Sr. Sánchez de
Toca, que, después de una importante aclaración, acerca
do si algunos elementos le ponían el veto, como no era
cierto, se encargó de formarle.
El nuevo Gobierno. — Poco tiempo tardó el señor
Sánchez de Toca en constituir el Gobierno: a las cuatro
y media de la tarde llevó a Palacio una lista de nom-
bres, para someterla a la aprobación del Rey.
Salió en seguida, y poco después de la cinco, ya el
Ministerio estaba constituido del modo siguiente:
Presidencia. D. Joaquín Sánchez de Toca.
Estado, Sr. Marqués de Lema.
Gracia y Justicia, D. Pascual Amat.
Hacienda, Sr. Conde de Bugallal.
Gobernación, D. Manuel Burgos y Mazo.
Guerra, teniente general D. Antonio Tovar y Mar-
coleta.
Marina, general D. Manuel Flórez.
Fomento, D. Abilio Calderón.
Instrucción pública, D. José Prado y Palacio.
Abastecimientos, Sr. Marqués de Mochales.
La Presidencia del Congreso se adjudicó, desde lue-
go, al Sr. Sánchez Guerra.
En la del Senado se deseaba que continuase el señor
Allendesalazar.
A las seis juraron el cargo.
¡Ya era hora!
Después, todos los Ministros visitaron al Sr. Dato.
El Sr. Dato les agradeció esta prueba de consideración.
Resumen de «La Época».—El periódico conservador
resumió de este modo el desarrollo y resultado de la crisis:

«Se ha solucionado la crisis como tenía que solucio-


narse. Tan claro era el resultado, que ya anoche pudi-
mos apuntarlo todos los periódicos.
244 SOI.DKVILLíA.'—EL AÑO POLÍTICO

>La negativa del Sr. Maura a seguir gobernando con


(iabinete homogéneo ha sido retunda; los jefes liberales
y reformista han aconsejado que se formase un (iobier-
110 conservador; el Sr. Dato, aunque mejorado de su en-
fermedad, no tiene la salud bastante para echar sobre
sus hombros la carga pesada que supone el Gobierno en
estos tiempos...
»No había otra solución mejor que la de llamar a los
Consejos de la Corona al i)art¡do conservador, presidido
por el Sr. Sánchez de Toca, cuya alta mentalidad y di-
latados servicios garantizan que puede responder plena-
mente a la confianza que se le otorga.»

La Prensa liberal de todos los matices recibió muy


bien al nuevo Ministerio; las derechas, con expectante
desconfinnza, excepto el A ]! O, que le demostró una tre-
menda hostilidad.

Una nota del Sr. Maura.—El Presidente dimisionario


se desi)idió con una nota, en la cual, después de hacer
historia retros])ectiva para defenderse do las acusaciones
de no haber aceptado la unión cuando se la proi)usieron,
dijo:

f El consejo con que fué acompañada la dimisión de-


signó al digno jefe del partido conservador para encar-
garse del (íobierno, con el apoyo de los dem;Vs adictos al
Ministerio que se retiraba. Aunque S. M. se dignó llamar
así al Sr. Dato, no habiendo éste podido, desgraciada-
mente, tomar la carga, me manifesté dispuesto a reasu-
mirla, si entraban, por fin, en el Gabinete los represen-
tantes autorizados de aquella considerable zona de la
mayoría, porque con ello se extirparía la causa de la di-
misión. La Corona me honró con el encargo de esta con-
centración conservadora. Públicas han sido las peripe-
cias del conato, hasta verlo frustrado, y le corresponde
a la opinión imparcial juzgar el caso.
»Me aparto, no ya de recriminaciones, sino también
de comentarios, para los cuales rae faltaría imparciali-
dad, aunque procuraría alcanzarla. Me apena que ni los
desvelos de mis compañeros ni los míos hayan alcanzado
JULIO DE 1919 245

el cumplimiento de los designios en que estábamos empe-


ñados. »
Este documento fué muy comentado, por su fondo y
por su forma.
El nuevo Presidente del Consejo—D. .Joaquín Sán-
chez de Toca y Calvo nació el 24 de septiembre de 1852,
e hizo sus primeros estudios en Ikn-deos, licenciándose
posteriormente en Derecho cu la Universidad Central en
octubre de 1872.
Fué diputado por primera vez el nño 18S4 porTaran-
cón, y en otras Cortes sucesivas representó el distrito de
Sarifiena.
En realidad, el nuevo Presidente era el hombre más
preparado para el carjío, poi- su talento, su historia polí-
tica, su sabiduría y su laboriosidad.
El Sr. Sánchez de Toca, aparte de sus múltiples car-
gos, ha publicado más de cuarenta obras políticas, socia-
les, económicas, financieras, militares, históricas, etcé-
tera: todas importantísimas, y, además, numerosos folle-
tos, discursos y artículos sobre diversas materias.
Los Ministros nuevos. El de Orada y Justicia.—
El Sr. D. Pascual Amat y Esteve, que es hombre de mé-
rito, nació en Yccla (Murcia) en octubre de 1855. Es abo-
gado de gran cultura y publicista, y pertenece al Cuerpo
de Intendencia Militar, en el que, después do haber sido
varias veces profesor de la Academia, ha llegado a ser
Intendente.
En el Congreso se distinguió como orador reposado,
estudioso y elocuente. Trató con gran competencia las
cuestiones militares y jurídicas, y formó parte de muchas
Comisiones importantes, entre ellas la de Presupuestos,
de la que fué Presidente.
Ha publicado muchos interesantes trabajos jurídicos,
militares y sobre enseñanza.
El de la Guerra.—El general Tovar nació el aho 1817,
y comenzó a servir en los cadetes de Cataluña, distin-
guiéndose bien pronto por sus excepcionales condiciones.
246 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

En la guerra carlista, en Cuba, y recientemente en los


campos de África, el general Tovar tuvo a su cargo difí-
ciles empresas, logrando en ellas conquistarse la simpa-
tía y el afecto del Ejército, en el que goza de grande y
merecido prestigio.

El de Fomento. — Nació D. Abilio Calderón Rojo en


Falencia, en 1870, y vino por primera vez a las Cortes
el 98, como Diputado por aquella capital, en la que tiene,
como en la provincia, gran influencia. Desde entonces no
ha dejado de ostentar su representación parlamentaria.
Ha formado parte de muchas Comisiones, tomando
parte en debates importantes, cual los del proyecto de
reformas de Administración local.

El de Instrucción pública y Bellas Artes.—D. .losé


del Prado y Palacio, gran amigo del Sr. Dato, nacido el
3 de enero de 1866, pertenece al Cuerpo de Ingenieros
Agrónomos. Muy culto y competente en su carrera, ea
autor de importantes proyectos y trabajos.
Figura en la política desde hace muchos años, mili-
tando siempre al lado del Sr. Dato. Fué Diputado por
Jaén en varias Cortes consecutivas; también lo ha sido
por Lugo. Era Senador vitalicio.
Había sido Secretario y Vicepresidente del Congreso,
Director general de Agricultura, Subsecretario de Gober-
nación y, después, Alcalde de Madrid.
Ha publicado varios interesantes libros.

El de Abastecimientos.— Nació D. Miguel López de


Carrizosa y de Giles en .Terez de la Frontera, en 18.57, y
pertenecía a una ilustre familia de la nobleza jerezana.
Desde 1883 estaba en posesión del marquesado de Mo-
chales, siéndolo también de Casa Pavón.
Militó siempre en el partido conservador, al lado de
Cánovas. Fué Diputado a Cortes varias veces por el
Puerto de Santa María, por Vigo y por .Jerez; luego fué
Senador por Cádiz y por Orense, y lo era vitalicio des-
de 1909.
Había formado parte de muchas Comisiones y fué Pre-
JULIO PE 1919 247^

Bidente de la de Presupuestos, del Congreso, en las Cor-


' " p'r-^u gran competencia estaba indicado desde hacia
mucho tiempo para la cartera de Hacienda.

^ ^ f S í - ^ ' i - ^ - ^ B de Alhucemas una carta


en que le decía:
.El resultado de las elecciones aíirma estas dos eosris:
que el Gol)ierno está nn.erto y que volvenu s a te i en
i t a s Cortes los liberales, unidos, ^ . ' ^ " ' ' r v n Lo X c l '
»Mi antigüedad en el partido liberal y m couüuci. ,
sier^^pe S i t u a d a en el sentido de I - o c u ^ r la - u ^ n de
sus miembros, me da derecho para roga os q^« « ™ ¿ ^
lo que haya que olvidar, que ^^^^^^'^^'^\^^^^ ios man-
cesarlo sacrificarse, y que nos deis un ,iefe que nos man
' ' I S i l ^ lo hacéis, ¿qué representaremos en la poli-
tica más que una perturbación?»
El dia 18 contestó el Sr. Marqués de Alhucemas:
.Vn mí no habrás de encontrar el menor obstáculo
p a r f í í í l í L d é i ^ d e la patriótica "bra q u e ^ » aqueUa
inicias, V, por mi parte, estoy dispuesto a los sacriíicios
que para lograrla sean necesarios.»
El mismo día dijo el Sr. Conde de Romanones:
cAnte una apelación como la tuy-';, no tc"go más que
una sola eontestación: cuando se t^^^t^/^^niñcar sacrf-
nuestros ideales, nada para mi puede signiücar sacri
ficio.»
Fl Sr Alcalá Zamora contestó «que él nunca será
obsScufo p a r í i a unión de los l i ^ - ^ l - ' ^ í ^ l ^ . ^ ^ . ^ " ? , ^ ^ .
iniciativa del Sr. Salvador y su buena voluntad no pros
peren».
Y el Sr. Gasset contesto:
248 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

«Para mí, el primer puesto corresponde a las ideas.


Convenidas éstas, los mismos que foi-inulen las aspiracio-
nes del liberalismo español deben elegir la persona que
dirija.
»¿Por qué usted, con su autoridad, no añade a la ini-
ciativa de su carta la de reunir aquellos elementos que
pueden fijar en expresiones concretas el ideario liberal?»
El Sr. Alba, en una extensa y muy meditada carta,
en la que hacia la historia del partido liberal, y esboza-
ba lo que debía ser, dijo:

«En todo caso, y siempre dentro del procedimiento y


do la finalidad que dejo esbozados, lo que haya do hacer-
se, soy partidario de que se haga íntegramente a la vis-
ta del público, tomando cada cual sobre sí la responsabi-
lidad de sus juicios y de sus actitudes. Comienzo, como
ves, por mostrar los míos, y ello justifica el carácter y la
extensión de la presente epístola.»

Hubo varias reuniones en casa del Sr. Salvador, de-


mostrando todos muy buenos propósitos, y el 15 de julio
obsequió D. Amos con un almuerzo a los jefes de grupo.
Los periodistas le pidieron noticias, y el Sr. Salvador
dijo:
—Nada, señores, optimismo; mucho optimismo. Du-
rante el almuerzo y de sobremesa hemos hablado del
programa ya redactado, y hemos convenido que se publi-
que con un preámbulo que razone el porqué en unos ex-
tremos no es tan radical como en otros.
—¿Y de jefatura?
—No hay dificultades. De ello hemos tratado, y verán
ustedes cómo se resuelve satisfactoriamente.
Para esta reunión se trataba de contar con el Sr. Al-
varez.
En tal estado quedó la anhelada unión de los liberales.
D Í A 21.—El primer Consejo.—A las seis de la tarde
se reunieron los Ministros en la Presidencia, para cele-
brar el primer Consejo de este Gobierno, y acordaron ir
al día siguiente a las Cortes.
JULIO DE 1019 . 249

Fallecimiento del Marqués de Mochales.—Un acci-


dente tristísimo acaeció durante el Consejo: el falleci-
miento del ministro de Abastecimientos, Sr. Marqués de
IMochalos. Ocurrió lo siguiente:
Había terminado ya el Consejo, y se hallaban los Mi
nistros hablando particularmente mientras uno de ellos
extendía la nota oficiosa que hal)ia de facilitarse luego a
los periodistas, cuando el Marqués de Mochales salió a la
antesala del salón de Consejos, preguntando al portero
mayor dónde estaba la habitación de toilette.
Transcurridos apenas diez minutos, el referido porte-
ro mayor oyó un golpe seco que partía de dicha habita-
ción, y que inmediatamente le hizo presumir que era el
de un cuerpo al caer desplomado.
Cuando entró en la habitación, el desdichado Marqués
estaba muerto.
El Conde de Bugallal, con los hermanos del Marqués
de Mochales, se trasladó al domicilio del finado, para co-
municar a su ilustre viuda la triste nueva.
El Sr. Prado Palacio comunicó la noticia al Sr. Dato.
A las nueve de la noche, por expreso deseo de la Mar-
quesa de Mochales, fué trasladado el cadáver a su domi-
cilio.
El Sr. Marqués de Móchalos se hallaba delicado hacía
algún tiempo; pero nadie, acaso excepto él mismo, creía
que su estado era de cuidado, para fallecer tan pronto,
precisamente cuando acababa de obtener el logro de sus
legitimas aspiraciones de cerca de veinte años: la de lle-
gar a Consejero de la Corona.
La noticia produjo sensación, y la muerte fué muy
sentida.

D Í A 22.—El Gobierno en las Cortes.—A las cuatro


menos veinte se presentó en el banco azul del Congreso
el nuevo Gobierno, ocupando los escaños del salón de se-
siones la mayoría de los Diputados. Los mauristas y cier-
vistas estaban en escaso número, no viéndose entre ellos
a ninguno de los Ministros del anterior ÍTabinete.
EÍ Sr. Sánchez de Toca, después de dedicar un senti-
do recuerdo al fallecimiento del Marqués de Mochales,
hizo la declaración ministerial.
250 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Esta abarcó tres puntos esenciales: la invitación a la


concordia entre todos los grupos parlamentarios, la rcápi-
da constitución del Parlamento y la legalización econó-
mica.
En lo relativo a la segunda cuestión, el Presidente
del Consejo declaró que, aunque el Congreso es soberano
para votar libremente los dictámenes del Supremo, el
Gobierno aconsejaba que fuesen aceptados todos.
Respecto a la fórmula económica, se manifestó parti-
dario de volver al año económico en la forma que ha ve-
nido rigiendo en España durante muchos años, desde la
Restauración; esto es, de julio a junio, por ser la carac
teristica de la estructura de nuestra nación la riqueza
agrícola.
El Sr. Sánchez de Toca añadió que esto no quería de-
cir en modo alguno que hubieran de i)eniianecer cerra-
das las Cortes todo el año, sino por el contrario, que de-
bían funcionar constantemente, para dar el impulso que
reclaman con urgencia las necesidades del país en el or-
den social y económico particularmente.
Después se levantó la sesión en señal de duelo.
El discurso fué bien recibido. En el Senado se repitió
el acto con poca diferencia.
Dimisión del Presidente del Senado. El Sr. AUen-
desalazar presentó la dimisión del cargo de Presidente
del Senado.
El Gobierno, en el Consejo de Ministros, acordó rogar
al Sr. Allendesalazar que la retirase; pero éste no acce-
dió al ruego del Gobierno.
Los Sres. Rodríguez San Pedro y Bergamín, de quie-
nes se habló para dicho puesto, no se mostraron dispues-
tos a aceptar, y quedó la Presidencia vacante, ejercien-
do de Presidente el Vicepresidente primero, Sr. Rolland.

D Í A 23. —Actitud de las izquierdas.—Desde las


once y media de la mañana hasta la una de la tarde es-
tuvieron reunidos en el Congreso los jefes de las iz-
quierdas.
Por la tarde, después de haber quedado evacuada por
D. Pablo Iglesias la consulta a sus amigos sobre el con-
JULIO T)E 1ÍÍ19 2B1

tenido de los acuerdos adoptados en la reunión, el señor


Alcalá Zamora facilitó la nota oficiosa siguiente:

«Las izquierdas reunidas ratifican una vez más su


propósito de mantener su inteligencia con arreglo a los
anteriores acuerdos e impedir, como consecuencia de los
mismos, que las fuerzas políticas fautoras de estas Cortes
vuelvan por ningún medio a adueñarse del Poder.
»Para ciertos problemas que se relacionan con su sig-
nificación especialísima, la minoría socialista recabó,
como en otr;i-s ocasiones, su libertad de acción.»

El Ministro de Abastecimientos. - Por la mañana


llegó de Sevilla el diputado D. Carlos Cañal, quien poco
después fué llamado por el Presidente del Consejo para
ofrecerle la cartera de Abastecimientos.
Aceptada por el Sr. Cañal, a la una y media de la tar-
de juró el cargo ante el Rey, en la forma acostumbrada.
"E1 Sr. Cañal era el Ministro más joven del Gobierno.
Nació en Sevilla en 1876, y en aquella capital, donde es
querido de todos, reside constantemente. Posee los títulos
de Doctor en Derecho y en Filosofía y Letras, y en am-
bas carreras se ha distinguido como abogado elocuente y
como escritor fácil y correcto.
En 1914 fué Subsecretario de Gracia y Justicia, sien-
do Ministro el Sr. Dato.
Posee las grandes cruces de Alfonso XII y de Benefi-
cencia, y es autor de muchos interesantes libros, folletos
y discursos.
Mandos militares.-Primo de Rivera y Silvestre.
El Rey firmó un decreto nomlirando Comandante general
de Ceuta al general de división Sr. Fernández Silvestre;
otro, ascendiendo a teniente general a D. Miguel Primo
de Rivera, y otro, por último, nombrando jefe de la pri
mera división al general Arráiz de Conderena.

D Í A 24.—La fórmula económica.—A última hora de


la tarde se reunieron en el despacho de Ministros del Con-
greso el jefe del Gobierno, el Ministro de Hacienda y los
262 SOLDÉVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

representantes de las minorías, para tratar de la fórmu-


la económica.
Cuando terminó la junta, el Ministro indicó que se
había acordado que la autorización económica rigiera
hasta el 31 de marzo, para entrar desde esta fecha en el
régimen anual de presupuestos.
Respecto a la fecha de presentación del presupuesto,
las minorías propusieron hasta el 31 de octubre, y el Go-
bierno indicó la conveniencia de respetar la fecha del 15
de noviembre que fija la ley Alba, sin hacerse hincapié
por parte de unos y otros en las fechas que se indican.
D Í A 25.—La Mesa del Senado. —El Rey firmó los
nombramientos de Vicepresidentes de la alta Cámara.
Para la primera Viccpresidencia fué n ombrado el ge-
neral D. José Marina Vega; para la segunda, el Sr. Conde
de Bernar; para la tercera el Sr. Rolland, y para la cuar-
ta, el Sr. Tormo.
La primera y la segunda Secretaría recayeron, res-
pectivamente, en los Sres. Santa Cruz y Conde del Asal-
to, y la tercera y la cuarta, en los Sres. Gil Rebolefio y
Garay, siendo éste después sustituido por el Sr. Barón
de la Torre.
D Í A 26.—LOS pinos del Sr. La Cierva —Se habló
ya en esta fecha de conjuras para tirar al Gobierno.
Aparte de otras manifestaciones de intrigas, los ma-
liciosos, después del Consejo de Ministros, presentaban
en actitud de no acomodarse a la fórmula económica pro-
puesta por las izquierdas al Sr. Ministro de Hacienda, y
un periódico no sospechoso daba las siguientes palabras,
puestas en boca del Sr. La Cierva, que acababa de llegar
de Murcia:

«He hablado con mis pinos solire las cosas que están
pasando, y mis pinos me han aconsejado que venga a
Madrid, pues aquí tengo que decir ciertas cosas que ellos
me han dicho.
>Se ha hablado de mi gestión con respecto a las plan-
tillas de Hacienda, y he venido con el propósito de res
ponder a los cargos que se me hagan.
JULIO DE 1919 ,1 263

• —Parece—dijo un periodista—que esto se va a ce-


rrar pronto.
,—Usted no ha hablado con mis pinos.
. - E n t o n c e s , ¿cuándo va usted a reanudar su ve-
rancoV
.—Es posible que yo haya terminado ya mi veraneo.»
Todas estas cosas dieron lugar a comentarios más o
menos apasionados, atribuyéndose al ex Ministro de
Hacienda otras frases, de las que deducían los comen-
taristas que el Sr. La Cierva venia con propósitos de
pelear.
D Í A 28.-Constitución del Congreso.—Violento
debate parlamentario. - La sesión del Congreso de esta
fecha fué interesante. El Sr. La Cierva volvió de Murcia
con la deliberada intención de combatir al Gobierno en
todos los terrenos que pudiera. ^ ^ ^. „„, „
El Gobierno había ofrecido al Sr. La Cierva puestos
en la Mesa del (Jongrcso. , /-, i ^„
Pero el tir. La Cierva envió una carta al Conde de
Bugallal rechazando el ofrecimiento y rogándole que
transmitiese esta decisión al jefe del Gobierno.
Al mismo tiempo se supo que el Marqués de Figueroa,
maurista, había visitado a los jefes de las minorías par-
lamentarias gubernamentales para participarles que los
elementos maurociervistas presentaban su candidatura
a la Presidencia de la Cámara, y les rogaba que les pres-
tasen su apoyo. . , , o T „ n\^,.^ra
Después se supo que los amigos del Sr. La Uerva
daban a la elección de Mesa carácter político, sostenien-
do la candidatura de la interina. .
Las extremas izquierdas, o sea los reformistas, repu-
bliciinos y socialistas, advertidos de esta maniobra anun-
ciaban que si se consideraba precisa su colaboración para
conseguir el triunfo de la candidatura del Gobierno, vo-
tarían con él, siendo ésta la primera vez que emitieran
su sufragio. , . , , ,„
Los regionalistas anunciaban que se abstendrían de
votar, por importarles lo mismo una candidatura que
otra.
2S4' 80LDEVILtX'.'-l-EU AÍÍO 'POLÍTICO

Discurso de Cierva.—Un Secretario leyó los artículos


del refílamento que establecen las reglas por que ha de
ser elegida la Mesa del (Congreso.
El Sr. Cierva hizo uso de la palabra para explicar la
actitud de las minorías maurista y ciervista.
Dijo que el actual Gobierno se constituyó después de
rechazar los insistentes deseos de una concentración con
servadora.
«Hemos esperado—agregó—a presenciar los actos de
ese Gobierno para juzgarla, y estamos convencidos de
que no corresponden a la confianza que en él pusimos y
a nuestra actitud con respecto a él.
>E1 Gobierno ha rechazado sistemáticamente el auxi-
lio de las fuerzas conservadoras y ha vuelto los ojos hacia
aquellas otras agrupaciones que no son conservadoras y
que antes se unieron para declarar facciosas las Cortes,
y que luego se coaligaron para impedir que nosotros vol-
viéramos al Poder.
>Y tengo, además, que deciros, que si continúa el Go-
bierno solicitando, como hasta aquí, la colaboración de
las izquierdas, nosotros tendremos que oponernos a toda
vuestra obra.> {Rumores prolongados. Aplausos en mauris-
tas y ciervistas.)

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros intervino,


diciendo:

«No he tenido, en mi larga vida parlamentaria, oca-


sión de presenciar un acto como el realizado por el señor
Cierva.
»Su señoría no puede ignorar que nosotros apoyamos
decididamente al anterior Gobierno.
»Y hemos venido aquí a realizar una obra de paz y
cordialidad que nos lleve a un resultado práctico parla-
mentario.»
Refirió la labor realizada para llegar a constituir el
Congreso y buscar una solución a la situación económica.
«Nosotros rogamos en el Senado al Sr. AUendesalazar
JULIO DE 1919 265

que continuara en su puesto, y lo mismo rogamos al aefior


Marqués de Figucnia.
»Los votos serán, en suma, quienes designen aquí el
Presidente.»
Terminó diciendo que estas cuestiones son tan sólo
cosa de temperamentos.
El Sr. Cierva: «Cuando hable el Sr. Conde de Roma-
nones sabremos si la última crisis fué parlamentaria.
»Su señoría cree que ese Gobierno tiene mayoría, y
como nosotros no lo somos, la mayoría está ahí. (Por los
bancos de Jas izquierdas.)
»Su señoría naufragó cuando cabalgaba sobre la Jun-
tas de defensa militares.» {Grandesprotestas de los conser-
vadores.)
El Sr. Prieto: «T.as ha llamado muías.»
El Sr. Cierva: • Kso es una apreciación de los muuste-
riales como S. S. {Protestas en las izquierdas.)
>No protestéis, porque ya somos libres para hablar.»
{Se promueve un escándalo que dura largo rato.)
El Sr. Lerroux: «¡Y eso se llama gente de orden!»
{Nuevo escándalo.)
El Sr. Cierva: «El Sr. Sánchez de Toca buscó apoyo
en las Juntas para gobernar, y luego dijo de ellas lo que
todos sabemos. . ...
• Estáis en el Gobierno porque nos obligasteis a dimi-
tir. Bien claro lo dicen todos los episodios de la crisis.»
El debate fué largo y violento.
Elección de Presidente. - A las cinco en punto co-
menzó la elección de Presidente, en la que tomaron parte
todas las minorías, excepto los regionalistas, republicanos

A las seis menos diez terminó la votación, en la que


tomaron parte 290 Diputados, y arrojó el escrutinio el
siguiente resultado:
D. José Sánchez Guerra, 182 votos.
Sr. Marqués de Figueroa, 107.
Papeletas en blanco, una.
2f56: SOLDEVriitJA.l—Eí. íáRO'iPOLÍTICO

i La elección de Vicepresidentes y Secretarios.—


Acto seguido se procedió a la elección de Vicepresidentes.
(.)tra hora se destinó a ella, resultando elegidos los
siguientes señores: Ortufio, 171 votos; Aura lioronat, 164:
Ordóñez, 161, y Rojas Marcos, 141. El ür. Espín, candi-
dato de los ciervistas, obtuvo 98 votos.
En esta votación tomaron parte 279 electores.
La votación de Secretarios dio los siguientes resulta-
dos: Alas Pumarifio, 116 votos; Loygorri, U3; Barro-
so, 107; Luna Pérez, 96; Román, 91, y Fernández Ba-
rren, 86.
Quedaban, por lo tanto, nombrados Secretarios los cua-
tro primeros.
Discurso presidencial.—Verificada la ceremonia del
juramento, el Sr. Sánchez Guerra ocupó el sillón presi-
dencial y pronunció el siguiente discurso:
«Señores Diputados: Vuestra indulgencia bondadosa
me acaba de elevar hasta el más alto sitial electivo en
los países regidos por Monarquías constitucionales. Mi
modestia se pone en estos momentos de mayor relieve al
considerar la desproporción entre la aptitud y la misión
que me han conferido vuestros votos, y fuera no corres-
ponderos bien el reprocharos por el poco acuerdo que ha-
béis tenido en la elección.
»En el mundo, en los presentes momentos, todo está
en crisis, y España no podía ser una excepción. Pero en
nuestro país, el régimen parlamentario, con todas sus im-
perfecciones, es el único baluarte que queda para la de
fensa de todos los derechos ciudadanos y contra los atro-
pellos del Poder, y si él desapareciese, volverianse a es-
cribir las hediondas páginas de la dictadura y del poder
personal.
»No tengo derecho a hacer programas. Eso incumbe
al jete del Gobierno, que ya ha cumplido esta misión. En
este momento he de olvidar aquello que nos separa, para
no acordarme más que de aquello que nos una.
»Y en cuanto a mi misión presidencial, no quiero ha-
cer tampoco programa alguno, que de hacerlo, habría de
sintetizarse en estas breves palabras: cumplimiento del
.JULIO DE 1919 2B7

deber; pero estimo que sólo el enunciarlo sería ofenderos


a vosotros y a mi mismo.
>Aspiro a podei' dejar a mi sucesor acrecentado, si es
posible, este depósito de autoridad. Para ello cuento con
el concurso de todos vosotros.
>IIasta este sitial nolian de llegarnunca los efluvios de
la pasión, y he de dedicar todos mis esfuerzos a ser la ga-
rantía del derecho de todos. Desde aquí espero obtener la
colaboración de los afines y el respeto de los adversarios.
»Soy de aquellos que opinan que en el Parlamento
todo puede decirse, sin más limitaciones que aquellas que
a todos impone la cortesía. Es éste un régimen de diálogo
entre el Gobierno y las representaciones de todas las fuer-
zas políticas del país. Debéis tener en cuenta que a los
Gobiernos se les puede residenciar; pero nunca escarne-
cer. El prestigio del Parlamento así lo exige. Si no se hace
asi, mal podremos educar al país, del cual somos todos
sus directores.»

Pequeneces.—El «usía» y el «señoría».—Propuso el


Presidente que se efectuara el sorteo de Secciones, aun-
que, si alguien no estaba conforme con esta resolución,
estaba dispuesto a su aplazamiento.
El Sr. La Cierva, dada la importancia que requiere y
la detención que se necesita para el sorteo, propone que
se efectúe mañana. Serían peligrosas las precipitaciones.
El Presidente dijo que él deseaba armonizar los crite-
rios de todos, y así, pues, se procederá como usía lo dice.
{Extrañezapor el uso del tratamiento.)
El Sr. La Cierva: «Pues que u8Ía>... (Risas.)
El Presidente: «Es tradicional en esta casa el trata-
miento dado, y usía lo sabe bien.» {Grandes y prolongados
rumores.)
El Sr. La Cierva: «No digo nada.»
El Presidente: «No me refiero a usía, sino que contesto
a un rumor de cierta parte de la Cámara.
»Se procederá en el sorteo de Secciones como propone
w«ía. Se levanta la sesión.»
Comentarios.— La actitud del Sr. La Cierva fué muy
comentada. Se hizo notar que el Sr. Dato había venido de
17
268 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Vitoria, convaleciente, para jurar y emitir su voto en la


(•lección (le Presidente, mientras ((ue el Sr. Maura no upa-
re(;i(') por el (Jons;'r(íSo, y el Conde de Komanones, (pie
aparecía muy contrariado jioniue se mezclase su nombre
en la conjura, en cuanto votc> al Presidente, sin afíuardar
a la jura, marchó en automóvil con dirección a iJiarritz.

El nuevo Presidente del Congreso.—D. José Sán-


chez Guerra.—Por títulos bien legítimos, los de su ta-
lento, y sus eminentes servicios a la Monarquía y al par-
tido conservador, llegó a la presidencia de la Cámara
popular el Sr. Sánchez Guerra, que surgió a la vida pú-
blica desde las filas del periodismo.
Parlamentario expertísimo, conocedor,como pocos, de
los preceptos reglamentarios, pues siempre se le recono-
ció como autoridad indiscutible en la materia,y, al mismo
tiempo, hombre de viva y ágil inteligencia, de compren-
sión rai)idísima y de fino ingenio andaluz, todos estima-
ron, incluso sus enemigos luiís apasionados, (jue el luievo
elegido seria un excelente Presidente del Congreso.
Nacido en Córdoba, tiene, como buen andaluz, la ima-
ginación lozana, el ingenio agudo y la inteligencia rápida
y comprensiva.
Terminada su carrera de abogado, se inició brillante-
mente en el periodismo como redactor de La Iberia, y tan
meritorias fueron sus campanas y tan rápido su encum-
bramiento, que no tardó en ocupar la Dirección. En su
hoja de servicios como periodista, hay que incluir tam-
bién el haber sido director de El EapañoJ, de La Adminin-
tración y de la revista Ei^paña. También fué uno de los
más autorizados redactores de la HeviMa Política y Parla-
mentaria. Fué polemista terrible, articulista ingenioso y
poeta de lozana inspiración.
Afiliado al y)artido liberal, figuró en la fracción del
Sr. Gamazo y siguió al Sr. Maura, muerto aquél, y con
61 advino al partido conservador, en el que ha prestado
sus servicios más valiosos. Con el Sr. Maura fué Subse-
cretario de Ultramar. Luego Gobernador civil de Madrid,
Ministro de Fomento, Gobernador del Panco de España,
Ministro de la Gobernación... Y en todos esos cargos
acreditó sus altas dotes de mando, su energía sin jactan-
JULIO DE 1919 269

cía, su autoridad, su inteligencia y su honradez inmacu-


lada. Tal es su honrosa ejecutoria en la vida pública.
Pero ante todo y sobre todo, el Sr. Sánchez Guerra
fué un gran parlamentario. Vino a las Cortes por prime-
ra vez en 1886 como Diputado a Cortes por Cabra, y des-
de entonces no ha dejado de representar el mismo distri-
to en todos los Parlamentos.
En todos los cargos que desempeñó dejó un recuerdo
grato de su actividad, de su iniciativa y de su rectitud;
el recuerdo de un gran trabajador y de un político
honrado.

Altos cargos.—S. M. el Rey firmó los siguientes nom-


bramientos: subsecretario de Gracia y Justicia, Sr. Mar-
tínez Acacio; de Instrucción pública, Sr. Bullón; de Fo-
mento, Sr. Gálvez Cañero; director general de Correos,
Sr. Ruano; comisario de Pósitos, Sr. Marqués de Val-
deiglesias; director de Primera Enseñanza, Sr. Poggio;
presidente del Consejo de Instrucción pública, Sr. Sanz
Escartín; subsecretario de Hacienda, Sr. Arguelles; de
Abastecimientos, Sr. Rodríguez Viguri; director de los
Registros, Sr. Fournier; director de Prisiones, Sr. Díaz
Cordovés; de Administración local, Sr. Estévez; comisa-
rio de Seguros, Sr. Marqués de Grijalba; fiscal del Tri-
bunal de Cuentas, D. Justino Bernard, y gobernador de
Madrid, D. Juan Antonio Cavestany.

D Í A 29.—La fórmula económica.—Discurso de La


Cierva.— El texto del articulado de la fórmula económi-
ea que leyó en el Congreso el Sr. Ministro de Hacienda
era el siguiente:

«Artículo 1." Los presupuestos de gastos e ingresos


del Estado, con su articulado, declarados en vigor para
el año 1918, con arreglo al artículo 86 de la Constitución
de la Monarquía, por el Real decreto de 30 de diciembre
de 1917, que, a virtud de lo dispuesto en la ley de 21 de
diciembre de 1918, han estado vigentes hasta el 30 de
junio último, y que por Real decreto de 29 de junio fue-
ron prorrogados para el mes de julio inmediato, continua-
rán rigiendo hasta el 31 de marzo de 1920,
260 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

»Art, 2." Se considerarán créditos propios de los tres


últimos trimestres del afio económico de i;)19 20 el 76
por 100 de los autorizados ]iara 1018 por el antedicho
lleal decreto de 1917, con las ampliaciones necesarias
l)ara dar cumi)liraiento a las obligaciones a que se relio-
ren los artículos 2/' y 3." de ley de 21 do diciembre de
1918, y con la parte propoi'cional de las ampliaciones,
suplementos do crédito y créditos extraordinarios conce-
didos posteriormente para atender a los gastos de mate-
rial, obras y servicios públicos, deduciendo de todos ellos,
y para cada servicio, el importe de los créditos sobran-
tes en el primor trimestre do 1919, transferidos al presu-
puesto de 1919-20 en cumplimiento del párrafo 3.°, ar-
tículo 3.°, de la antes citada ley.» Etc.

Seguía la enumeración de los servicios cuyos créditos


se consideraban ampliados.
La nota política del día fué la discusión de esta fór-
mula, que combatió rudamente el Sr. La Cierva, y defen-
dió con gran competencia el Ministro de Hacienda, señor
Conde de Bugalla!, que obtuvo un gran éxito parlamen-
tario.

D Í A 3 0 . - Aprobación del Mensaje en el Senado.—


Importante discurso de Sánchez Toca -Continuando
el debate del Mensaje, y después de un buen discurso en
contra del Sr. lloig y Bergadá, y de unas observaciones
del Sr. Sanz Escaitín (ü. Cesáreo), el Sr. Presidente del
Consejo hizo el resumen en un importante discurso.
Después de hacer liistoria política retrospectiva, el
jefe del (lobierno analizó en una rápida réplica los dis-
cursos de los señores que habían intervenido en la discu-
sión del Mensaje.
Habló incidentalmente de la fórmula económica, para
cuya aprobación había un plazo perentorio.
«Gracias al concurso de todas las minorías— dijo —
llegaremos, un poco artiñciosamente, es cierto, pero lle-
garemos a la legalización económica. La fórmula no será
prorrogable hasta abril, a menos que en su día, y con el
proyecto de presupuestos a la vista, lo acordase el Par-
JULIO DE 1919 261

lamento El primer beneficio de esta fórmula será la des-


aparición del fimesto sistema de las dozavas partes.»
DÍA 31 - Dictamen sobre la fórmula económica.-
Poco después de las cuatro ae reunió, por se.íunda vez,
la Comisión de Presupuestos, i.ara, continuar el estudio
de la fórmula. , i m ^ ,
Quedó firmado el dictamen para entregarlo a la Mesa
El provecto se votó en bloque, aprobándose por ] i
votos contra 13 de mauristas, ciervistas y el hr. Ir-rieto.
Todos éstos consignaron su protesta y se reservaron
el derecho de presentar votos particulares al dictamen.
Los manrociervistas anunciaban a ultima hora que,
por su parte, habría tantos votos particulares como pues-
tos tenían en la, Comisión. .
Entcado el Ministro de Hacienda, por el Presidente
de la Comisión de Presupuestos, de la actitud en que se
habian colocado los maurociervistas, reciuirio ai br. i.a
Cierva, a fin de tratar con él sobre el particular.
No se llegó a acuerdo alguno. „ u^.a
Intervino el Sr. La Cierva en el debate a ultima hora,
para decir que ellos concederían inmediatamente al (go-
bierno la autorización para una dozava parte correspon-
diente al mes de agosto, y anunciar que sus amigos y ei
llegarían a la obstrucción, si se les atropellaba.
El incidente, en el que intervinieron, ademas, ios se-
ñores Villanueva y Ordófiez, demostió claramente que
el rtr. La Cierva estaba dispuesto a todo para combata
y, si podía, derribar al Gobierno.
MES DE AGOSTO

D Í A 1 ° - La representación proporcional.-Propo-
sicíJn d a ssset
s e t —En
- E n la sesión de esta fecha^^en
leena, en el Cou-
e^i v-u,,-
preso, el ( xministro Sr. Gnsset apoyó, y aprobó el Con-
fíreso, con la
preso, la aquiescencia
aqu del (íobierno, la proposición
siguiente:
cDolorosas, evidentes y P^psrcsivas manife^^^^
del soborno electoral demandan pronta relorma de la

''"^-.Razones de alto interés para l'"^ P-f';^.^^,;^J j S


han inclinado a una pran mayona de lo« ''f' «^ " ' ^
en el sentido de establecerlos procedimientos electorales
de representación proporcional. „^i„„f.,fi r,omi-
»Sol.re refieiar con más exactitud la voluntad popu
Uv las , ^ r a Í Í circu cuando no impiden,
dmcultlncoriderablementelosavaiu-esd^^
.Trátase de una aspiración cuyo estudio y plantuí
"^^^;:^;!íí:l^:;^?:-tamodmeardesdel^^^^

su soberanía para la re^ ibiuu u^ F


'""^'ciaro es que con bien meditado amparo de la justi-
ein V rlol derecho de las minorías.
oportunos proyectos que puL.ucu v

a d v m í r a T u c los .^rcsc.lanteB d d Poder público mo»-


264 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

traran su acuerdo tocante a la nocosidad y uriícncia de


incorporar a nuestra lci;-isLición anib.is reformas.
»Palacio del Coiii^rcso, 2',) de julio de l'.IW.»

Firmaban la proposición los Srcs. LerrouK, por los nv


publicanos; Villanueva, por los demócratas; Ar!,'eiiti% j^or
los liberales; Alba, por la izquierda liberal; Pedre^-al, por
los reformistas, y Prieto, por los socialistas.
Aceptada por el Gobierno y aprobada ])or la Cfimara,
quedaba prejuzgado que pasaba al Coni^reso el examen
de actas que venía entregado al Supremo.

D Í A 6. - L a fórmula económica. - E n el despacho del


Presidente del Congreso, Sr. Sáncihez (Guerra, con asis-
tencia de éste, del jefe d(^l Gobierno y del ]\lin¡stro de
Hacienda, se reunieron, a las tres de la tarde, los repre-
sentantes de las minorías para determinar la fórmula: eco-
nómica que había de regir hasta la aprobación de los pre-
supuestos.
Después de desecharse una propuesta del Sr. La Cier-
va y otra del Sr. Rodés, por un aditamento que el Sr. La
Cierva exigía, el Sr. Sánchez de Toca, después de una
conferencia celebrada con el Sr. La Cierva, reunió nue-
vamente a los demás representantes do grupos parla-
mentarios, sometiendo a su aprobación una fórmula que
publicaremos el día de su votación.
La fórmula fué aceptada después de alguna discusión
en la Cámara. En esta discusión, el diputado republicano
Sr. Lairet pronunció algunas frases violentas para el
Ejército, que fueron muy bien contestadas por el Sr. Pre-
sidente del Consejo (Sánchez de Toca). Se promovió un
incidente muy vivo, por creerse que el diputado Sr. Mar
tín Veloz se proponía agredir al Sr. Lairet; pero nada su-
cedió, y el Sr. Veloz dio las más francas explicaciones de
su movimiento.
El escándalo fué grande. Fueron muy aplaudidas las
nobles palabras del presidente del Consejo, Sr. Sánchez
de Toca, en defensa del Ejército y la declaración del Pre-
sidente de la Cámara, haciendo constar que todo podía
tratarse en el Parlamento.
AfiOSTO DE 1919 266

DÍA 8. -Sobre la lectura de documentos en la Cá-


mara.—En la sesión del (Jon^reso de esta fecha, antes de
aprobarse el acta, el Sr. S.ilvatclla coial)atió el criterio
presidencial prohibiendo la lectura de documentos no au-
torizados previamente por la Mesa.
El Sr. Presidente: «El asunto es de tal importancia,
que merece un minucioso c.'íamcn, y no creo el momento
el más oportuno, porque están atiseutos importantes per-
sonalidades de la Cámara, cuya opinión sobre el punto
que se debate conviene conocer.>
Recordó algún caso en que, por no cumplirse la pres-
cripción del articulo 141, originó serios contratievnpos,
entre ellos uno presidiendo D. Cristino Martes.
Aclaró el Presidente el concepto del artículo 160, que
concede a la Presidencia la facultad de autorizar o no la
lectura de algún escrito, diciendo que puede darse el caso
de que se lea algo injurioso para un ausente, que no pue-
de defenderse y no le queda otro recurso que la violen-
cia, porque ni aun le cabe el recurrir ante los Tribu-
nales de justicia.
El Sr". Salvatella rectificó, afirmándose en el criterio
anteriormente expuesto.
El Sr. Presidente: «La Jlesa examinará cada caso y
resolverá.»
El Sr. La Cierva creía que debía quedar esclarecido
este punto, para saber hasta qué limite puede ejercer el
derecho el Diputado, no dejándolo a un criterio discre-
cional.
El Sr. Presidente: «Desde luego, pueden leerse docu-
mentos, escritos y referencias de carácter oficial, legal o
técnico, quedando la restricción para casos de índole par-
ticular o personal.»
El Sr. La Cierva insistió en que se dilucidara lo mas
pronto posible. , , -i. • j ,
El Sr.llodés opinaba que, prevaleciendo el criterio del
Sr. Sánchez Guerra, quedaba restringida la libertad de la
tribuna parlamentaria, y le recordó que en la discusión
de los sucesos de agosto de 1917 leyó gran número de car-
tas, telegramas, proclamas, artículos periodísticos y otros
escritos para defender su gestión como Ministro.
266 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

El Sr. Presidente afirmó que los documentos que leyó


entonces estaban previamente autorizados por la Presi-
dencia.
Hay que distinguir entre los documentos que lee un
Diputado para argumentar su discurso y aquellos otros
que se presentan sin tener una pertinencia estricta con
el asunto. Anunció su proyecto de celebrar una conferen-
cia con los jefes de las minorías, para llegar a un acuer-
do respecto a la interpretación de estos artículos del re-
glamento.
El Sr. Villanueva recordó que, siendo él Presidente,
autorizó lo que ahora se consideraba vitando; pero advir-
tió que desde que se sentó por primera vez en la Cáma-
ra, se había seguido aquel criterio. Kl Presidente se ha
reservado el derecho de atajar al orador cuando pronun-
cie o lea palabras que opine que no debe oir la Cámara.
Y habiendo sido esa la práctica constante, quédese, pues,
el Presidente con aquella facultad, y permita las costum-
bres parlamentarias que no lesionen intereses.
El Sr. Presidente le agradeció sus consejos; pero dijo
que no podía aceptar en absoluto la teoría expuesta por
el Sr. Villanueva.
D Í A 11.—Votación de la fórmula económica.—Los
haberes del clero.—Después de muchos discursos de po-
lítica retrospectiva pronunciados en la Cámara, a li>s
tres de la tarde se reunieron en el despacho do Ministros,
convocados por el jefe del Gobierno, los jefes de las mi-
norias.
La reunión fué breve, y en ella quedó convenido el
aumento de sueldo al clero, que propuso en la sesión an-
terior el Sr. Ministro de Hacienda, al aceptar en parte el
voto particular del Sr. Chicharro.
Sobre esto se acordó la siguiente fórmula, que redac-
tó el Sr. Alba:
«El aumento de los haberes a que se refiere el párra-
fo anterior se considerará cantidad a compensar en el
arreglo pendiente con la Santa Sede.
»E1 Gobierno presentará a las Cortes, antes de que
comience a regir el presupuesto para 1920 a 1921, la pro-
AGOSTO DE 1919 267

puesta definitiva de distribución del de culto y clero, to-


mando en cuenta la compensación antes prescripta.»

La votación se verificó el dia 13, aprobándose la fór-


mula por 201 votos contra ocho, de alf^ún republicano,
los socialistas y un regionalista.

El partido tradicionalista.—Telegrafiaron de Bilbao:

«En el Casino de Archanda se ha celebrado el anun-


ciado banquete de afirmación tradicionalista, asistiendo
800 comensales.
iPresidió el Sr. Vázquez de Mella, y concurrieron los
senadores Sres. Sanz y Escartín, Mazarrasa y Ampuero;
los diputados a Cortes Sres. Careaga, Juaristi y Chicha-
rro; el exdiputado Sr. Pradera, la Junta provincial del
partido de Vizcaya y los Diputados provinciales señores
Abasólo y Basterra.
»En el salón había muchos sacerdotes y Comisiones de
Álava, Guipúzcoa, Navarra y la Rioja, ondeando en el
escenario la bandera española del Circulo Vitoriano.
»A1 entrar los prohombres del tradicionalismo, fueron
ovacionados.
»E1 Sr. Gardeajabal, de la Juventud de Bilbao, hizo
la ofrenda del banquete y leyó varias adhesiones.
>E1 Sr. Ampuero abogó por que las fuerzas tradicio-
nalistas formen en la vanguardia de las derechas espa-
ñolas, y el Sr. Sanz Escartín dedicó un recuerdo a los
héroes del ejército carlista.»

Pronunciaron elocuentes discursos los Sres. Pradera y


Mella, y dijo La Época:

«El primer resultado de ese acto es el nacimiento de


un partido de derechas, que va a tener su organización,
su periódico, y que excluye la dinastía de D. Jaime. Esto
puede ser un ensanchamiento de la Monarquía por la de-
recha, como antes por la izquierda se ensanchó con la
actitud adoptada por el Sr. Alvarez. Los monárquicos
sinceros hemos de felicitarnos de ello.»
268 SOLDÉ VILLA.—EL A^O POLÍTICO

D Í A 12.—La discusión del Mensaje en el Congreso.


Un gran discurso del Sr. Lerroux. — La orden del día
del Conjíreso se invirtió por entero en (liscutir el dicta-
men de contestación al discurso de la Corona.
Con motivo de la enmienda presentada por el Sr. Le-
rroux, pronunció éste un elocuente discurso, de tonos gu-
bernamentales, que produjo en la Cámara impresión ex-
traordinaria.
Lamentándose de la ausencia de algunos personajes
politices (Maura y Roinanones), que por diversas razones
se hallaban más obligados que otros a permanecer en
Madrid, lo cual le obligaba a ser parco en sus juicios, el
Sr. Lerroux dedicó la primera parte de su discurso a
mostrar al Conde de Romanones como inspirador, si no
autor, de todo lo ocurrido en la crisis de abril, que origi-
nó la formación del Gobierno maurociervista.
En elevados tonos, movido por un amplio sentido
politice, examinó la situación de Barcelona, que no re-
median la suspensión de las garantías ni el estado de
guerra.
A juicio del Sr. Lerroux, podría hacerse desaparecer
con una investigación severa que permitiera conocer la-
organización sindicalista, con la viva lucha de clases y
los atentados obreros, para los cuales no tuvo disculpas,
y la modificación inmediata y radicalisima de la Policía.,
en la que el comisario Bravo Portillo actuaba ilegal-
mente.
Refiriéndose a la cuestión de Marruecos, el Sr. Le
rroux sostuvo que España no debe abandonar África,
porque es éste el obligado camino para América, y, sin
pensar en grandes esfuerzos bélicos, debemos cuidarnos
preferentemente en aquélla del fomento de los intereses
materiales.
En el orden internacional reiteró sus simpatías hacia
la Entente, y condenó el régimen bolcheviqui.
El Sr. Lerroux, que en todos momentos tuvo a la Cá-
mara pendiente de su palabra, fué al salir a los pasillos
recibido con aplausos nutridos, felicitándole, entre otras
personas, el Sr. Andrade, que, como Presidente de la Co-
misión, había contestado en un breve discurso al jefe de
los radicales.
AGOSTO DE 1919

Lema. — El Sr. Ministro de Estado contestó que se


congratulaba de (iuc los republicanos estimen necesaria
la conservación de la zona marroquí.
Para conservarla, el Gobierno procurará siempre la
acción paciüca, hasta lo posible, así como proveer al
Ejército de todos los elementos necesarios; añadiendo que
la ¡dea del ejército voluntario no asustaba al Gobierno.
Justificó la neutralidad en que se colocó España, y
dijo que si hubiésemos intervenido, ese presupuesto, que
ahora es formidable, sería mucho más formidable to-
davía.
En cuanto a la enmienda, opinaba que la emigración
de esos millones entorpecería la obra de reconstitución
nacional; y concluyó diciendo que la idea era hermosa,
pero que realizarla no lo permiten nuestros medios.
Burgos.—El Sr. Ministro de la Gobernación intervino
brevemente para tratar de la cuestión social, e hizo con-
sideraciones generales sohní el prestigio del Ejército y
de la Policía.
Se deseclió la enmienda del Sr. Lerroux.
El Sr. Calvo Sotelo apoyó otra enmienda proponiendo
que el Instituto de Reformas Sociales se convierta en un
oi-ganismo no meramente consultivo, sino resolutivo, sin
l)erjuicio de que pueda apelarse a las Cortes.
D Í A 13.—La fórmula económica en el Senado.—
A las seis de la tarde llegó al Senado la comunicación de
la Cámara popular con la fórmula económica aprobada.
Como la Comisión tenía hecho el estudio del proyecto,
se limitó a examinar el artículo 9.°, dando en seguida
dictamen de conformidad con lo aprobado por el Con-
greso.
Al comenzar la discusión, el Sr. Chapaprieta suscitó
un incidente, alegando que no conocía bien el contenido
del proyecto, y que debiera dejarse para discutirlo en la
sesión siguiente.
Las razones expuestas por el jefe del Gobierno no
bastaron a convencer al Senador albista; pero la Cámara
hubo de dar la razón al Sr. Sánchez de Toca, acordando
la urgencia para la discusión.
270 SOLDKVÍíJí-^. ^ E L AÑO fOLÍTICO

De los turnos pedidos contra- la. totalidad, sólo hizo


uso el vSr. (larriga, quien en tono ;ilj;() vivo calificó de
comedia cuanto había ocurrido en esta discusión.
Kl Sr. riniés, al refutar sus argumentos en nombre
de la ('omisión, tuvo tal acierto, que una por una fueron
rebatidas las palabras del Sr. (Jarriga. La Cámara pre-
mió al Sr. Piniés con murmullos de aprobación y aquies-
cencia.
Continuó la discusión, y tras una breve intervención
de los Sres. Chapapricta, Anfión y Rodrigáñez,contesta-
da por el Sr. Ministro de Hacienda, quedó aprobado el
proyecto.
Se acordó la urgencia de la votación definitiva y
quedó definitivamente votado.

Nuevo Subsecretario de Guerra—Píntre otros de-


cretos, firmó en esta fecha el Rey iinu nonibrando Subse-
cretario del Ministerio de la Guerra al general de briga-
da D. Josó de Cavalcanti.

La discusión del Mensaje.—Domingo, Alba, Prieto,


Villanueva. -Votada definitivamente la fórmula econó-
mica, prosiguió en el Congreso la discusión del Mensaje,
levantándose en primer término a consumir un turno en
contra el Sr. Domingo.
Dedicó su discurso a tratar de la inestabilidad de los
(lobiernos, de la falta de medios de comunicaciones en
í)8pafia y del poder militar, que, a juicio del Diputado
republicano, constituye un verdadero sindicalismo.
Intervino después el Sr. Alba, quien, en un discurso
breve, pero interesante, se dolió de la ausencia de deter-
minadas personalidades políticas, que le obligaba, no a
desistir, sino a aplazar, el examen de los últimos episo-
dios políticos, de lo cual, a su juicio, no puede prescin-
dirse, y recogió los rumores acerca de una próxima con-
centración de los elementos conservadores, para señalar
con este motivo los peligros que ello representaría para
el C-iobierno que se intentara formar, pues inmediata-
mente surgiría el bloque de las izquierdas.
Hablaron a continuación los Sres. Prieto y Villanue-
AGOSTO DE 1919 271

va, para fijar en oste debate la actitud de las minorías


en cuya rnprosontai'ii'ni hal)lalian.
L;i contestación al Mensaje quedó aprobada.

DÍA 14.—El Ministro y los patronos industriales


de Barcelona.—La situación creada en Cataluña a los
patronos por los obreros huelguistas la consideraban
aquéllos insostenible.
En esta fecha, una Comisión de patronos vino a Ma-
drid y conferenció con el Ministro de la Gobernación, no-
tificándole que estaban dispuestos a declarar el lock-out.

D Í A 15.—Nuevo Gobernador de Barcelona.—En


esta fecha fué nombrado Gobernador de Barcelona don
.Tullo Amado, distinguido periodista, procedente del Ejér-
cito y director propietario de La Correspondencia Militar,
que pasaba por ser «ngano de las Juntas militares de de-
fensa; por lo menos, sioinprc las defendió y parecía hablar
en su nombre.

La fórmula económica.—Publicóse en esta fecha, y

«Don Alfonso XIII, por la gracia de Dios y la Cons-


titución, Kcy de España; a todos los que la presente vie-
ren y entendieren, sabed: que las Cortes han decretado
y Nos sancionado lo siguiente:
> Artículo 1.° Los presupuestos de gastos e ingresos
del Estado, con su articulado, declarados en vigor para
el año 1918, con arreglo al artículo 85 de la Constitución
de la Monarquía, por el Real decreto de 30 de diciembre
de 1917, que, a virtud de lo dispuesto en la ley de 21 de
diciembre de 1918, han estado vigentes hasta el 80 de
junio último, y que por Real decreto de 29 de junio, fue-
ron prorrogados para el mes de julio inmediato, seguirán
rigiendo hasta 31 de diciembre de 1919, entendiéndose
prorrogada su vigencia hasta 31 de marzo de 1920, en el
caso de que, hallándose reunidas las Cortes y tramitán-
dose parlamentariamente el nuevo proyecto de presu-
puesto que habrá de regir desde 1.° de abril, no fuese
27íá SOLDÉVWÍIJA .—EL AÑOi POLÍTICO

votado antes de la citada fecha del 31 de diciembre.>


Etcétera. Desi)iiéH scf^uian las ,iiU()i¡y..u'i(ines.
D Í A 16. Se agrava la cuestión social en Barcelo-
na.^Telegrafiaron en esta fecha:
«En un taller de calderería en cobre, propiedad de
los Sres. Sabater y Segura, establecido en la calle del
Lluch, número 126, ha estallado, a las doce y media de
la tarde, una bomba atada a una de las ventanas del edi-
ficio, según las huellas que ha dejado en la pared la
mecha.
»E1 propietario de la finca es el Presidente de la Aso-
ciación de patronos caldereros en cobre.
»Ha resultado con heridas levos en la cabeza una
mujer de cincuenta afios, llamada María Nogués Nadal,
que se hallaba en el momento de la explosión a unos 60
metros del lugar donde fue colociulo el artefacto.
»No es el primer atentado cometido contra la Casa
Sabater. En 3 de enero último estallaron en sus talleres
dos petiirdos, que no causaron dafio alguno. >
El Presidente del Consejo y los Ministros de la Gober-
nación y de Gracia y Justicia lecibieron el siguiente te-
legrama de la clase patronal de Barcelona, que ya ha-
bían hablado con el Ministro.
El telegrama decía asi:

«A los Excmos. Sres. Presidente del Consejo de Mi-


nistros, Ministro de la Gobernación y Ministro de Gracia
y Justicia.
»Federación Patronal Barcelona protesta ¡inte V. E.
campafia iniciada por parte Prensa Madrid contra ella y
contra comisario de Policía Bravo Portillo, a (luien fingen
creer instrumento patronal para persecución obreros.
Violenta campaña es consecuencia impunidad en que
han quedado más de un centenar de agresiones a patro-
nos, cifra que contrasta con hecho signiiicativo de no ha-
berse cometido atentado alguno durante tiempo Bravo
Portillo mandó Brigada Servicios Especiales.
•Acción Sindical se dirige contra Federación Patro-
AGOSTO DE 1919 273

nal y contra toda clase de funcionarios que por cumpli-


miento del deber pueden ser obstáculo para ellos.
»Kiemplos: actuación Bravo Portillo como policía y
la de 1). Luis González, subdirector Prisión Celular dé
ésta, trasladado a Badajoz en virtud campaña de cierta
Prensa.»
Comienza el <lock-out>.-Los patronos comenzaron
a defenderse. Dijeron de Barcelona:
«Continúan holgando, a causa del lock-out de los pa-
tronos, los ladrilleros y tintoreros. También siguen para-
lizados los ti-abajos en la mayoría de las edificaciones en
construcción, tales como la ]3anca Aniús y los hoteles
Ritz y Colón.
»Los metalúrgicos y algunos talleres de curtidos huel-
gan también.
»Hoy, al terminar la jornada, han sido despedidos
todos los obreros del ramo de construcción en Barcelona.
El lock-out durará ocho días, para dar margen a los traba-
jadores despedidos a entablar negociaciones. íSi, pasado
este plazo, no se hubiera llegado a un acuerdo, los patro-
nos empezarán a reclutar personal nuevo, sin perjuicio
de adoptar otras medidas, entre ellas la de hacer exten-
sivo el lock-out a otras industrias.
•También el ramo de elaborar madera holgará inde-
finidamente desde el lunes.»
Incendios en los campos. -Seguían estas manifesta-
ciones terribles de la guerra social. En las provincias de
Sevilla, Cádiz y Málaga se produjeron intencionadamen-
te grandes incendios en montes y sembrados, que ocasio-
naron grandes pérdidas.
D Í A 17.—Banquete en honor de Lerroux.—Organi-
zado por el Directorio de la Federación republicana de
Madi'id se celebró en los jardines de La Huerta un ban-
quete al que concurrieron unos 5UÜ comensales, para
festejar al jefe de la minoría republicana del Congreso,
D Alejandro Lerroux, con ocasión de su notable discur-
so pronunciado en la penúltima sesión del Congreso.
18
274 80LDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Hablaron primero los Sres. Artigas, Morayta y Sali-


nas, y después el Sr. Lerroux, que pronunció un elocuen-
te discurso, en el cual dijo:
«Todo hace esperar que muy pronto el partido repu-
blicano, sin renunciación de lo que fué su constante doc-
trina, constituirá una garantía de crédito para el país,
garantía sin la cual no podemos pensar en la conquista
del Poder para el bien de la Patria.
«Enfrente de los que critican mi último discurso en
el Congreso, he de declarar que mi posición en la políti-
ca española no ha variado ni he tenido por qué hacer
ninguna rectificación de conducta. Acaso mi ideario, con
las enseñanzas de la vida, haya aumentado; pero nunca
se ha modificado mi significación inicial. Jamás han
triunfado los radicalismos sin hacerse gubernamentales.
No evoluciona el radicalismo: es el concepto de gul)er-
namentalisrao el que avanza. Son las circunstancias las
que se imponen, y asi veo ahora a mi derecha a muchos
que .ayer me llamaban anarquista. No soy ni guberna-
mental ni conservador en el sentido que quieren mis de-
tractores. He sido gubernamental, porque siempre aspiré
a gobernar, teniendo una fe ilimitada en mis ideas, que
jamás fueron utopias. Soy romiintico, porque creo que en
toda obra humana debe armonizarse el ideal con el sen-
tido práctico.
lEspaña—afirmó—sufrirá más pérdidas que si hubie-
se intervenido en la contienda europea, si no se apresu-
ra a modificar su conducta.
»No hemos perdido nuestros hijos en la guerra: pero
los perdemos en la emigración; nos los arrebatan las en-
fermedades; nos los hace inútiles la falta de cultura.
»La primera cuestión que hay que resolver es el pro-
blema de la libertad, esto es, el cambio del régimen po-
lítico, evitándose en lo posible conmociones violentas.
La misión del partido republicano debe ser la de conver-
tirse en órgano de transformación.
»No somos partidos obreristas de la clase social; pero
queremos la destrucción de los privilegios de los de arri-
ba, y no por el afán de ver rodar cabezas coronadas,
y procuráremos levantar el nivel de los de abajo hasta
AGOSTO DE 1919 276

que éstos estén en condiciones de regir sus propios des-


tinos.
«Kstamos al lado del i)rolotarlado, aunque sm fusio-
narnos con el ])artido socialista obrero. Keconozco que no
slenii)re tiene razón el obrero: pero aun cuando no la tie-
ne slenipi'c, está de su ])artc \:i justicia histórica, forma-
da por tantos años de opresión, y así, cuando delinque,
debe aplicái-sele la clemencia.
»Ya no hay hombres Mesías, y yo no estoy dispuesto
a ser el Kuiz Zorrilla de ahora, porque las responsabili-
dades deben ser de todos.
.Creo que deben imperar el orden y la disciplina,
dando a ambos conceptos un signiñcado diferente del
actual. Antes debe ser discutido; pero, una vez acordado,
debe ser respetado. Os hablo como si estuviésemos al si-
í;uicnte día de haber traspasado el Rey la frontera y yo
tni las puertas de la Presidencia del Consejo de Ministros.
»Ko ignoro que las revoluciones consumen a los hom-
bres que las hacen. Si yo fuese una victima, gustoso iría
al sacrificio, si había contribuido a la redención de mi
Patria.»
Al terminar el Sr. Lcrroux, los vítores y aplausos se
prolongaron largo rato, repitiéndose hasta que abandonó
aquellos lugares.

Ataque a un destacamento español.—Doce solda-


dos muertos.-Entre los heridos hay cuatro oficiales.
Se recibió el siguiente telegrama de París:

t Según noticias que se reciben de Tánger, un desta-


camento español que se dirigía de Regucdla a Regama,
fué atacado por las fuerzas del Raisuli, entablándose un
violento combate.
«El destacamento español se defendió bravamente
del enemigo, que era numerosísimo, y al que se causaron
grandes bajas.
• Quedaron sobre el campo doce soldados muertos.
También hubo numerosos heridos, entre ellos cuatro oñ-
ciales.»
'276 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

DÍA 18.—Final de las sesiones de Cortes.—En esta


fecha celebró el Senado su última sesión de esta etapa
parlamentaria.
La actitud del Sr. Chapaprieta impidió que se apro-
base el expediente electoral de la provincia de Vallado-
lid, que quedó para el otoflo.
La sesión terminó con la fórmula de que para la pró-
xima se avisaría a domicilio.
Los conflictos sociales en Cataluña. — Mientras
transcurría el plazo de ocho días señalado por los patro-
nos del ramo de construcción de Barcelona para que pu-
diera llegar a un acuerdo con los patronos, adquirió ca-
racteres de mucha gravedad el paro de los obreros en las
fábricas de hilados y tejidos, no sólo de la provincia, sino
también del resto de la región.
El motivo del conflicto fué negarse los obreros de la
montaña a aceptar el nuevo horario de trabajo fijado por
la Federación patronal.
El número de fábricas cerradas pasaba de ciento.
En Sabadell, el paro era completo, pues en las fábri-
cas que no cerraron, tampoco entraron los obreros al
trabajo.
En las poblaciones de la costa, donde hay fábricas de
géneros de punto, fué el paro general.
Se calculaba que el número de huelguistas en el arte
textil era de 40.000.
D Í A 21.—La Confederación patronal y el Ministro
de la Gobernación.—A propósito de la situación en Bar-
celona, la Confederación patronal española dirigió al Mi-
nistro de la Gobernación la siguiente carta:

cMadrid, 20 agosto 1919.


'Excmo. Sr. Ministro de la Gobeimación.
«Distinguido señor mío: Circulan estos días en la
Prensa noticias de carácter oficial unas veces y oficioso
otras, atribuyendo a intransigencia de la Federación pa-
tronal la situación creada en Barcelona.
AGOSTO DE 1919 277

.Acostumbrados al absoluto desconocimiento con que


se trata siempre de las cuestiones sociales de Cata uña
no puede sorprendernos nada, por absurdo y peregrino
que p a r a c a ; pero sí nos cumple protestar contra aque-
fla imputación, por ser público y notorio ^f^^f^^^^;^
que sea el resultado de lo que allí ocurre, se deb« ^ ««™-
placencia de los Poderes públicos y al poco tacto de los
que en Barcelona han ejercido autoridad. „,,,„,
.Después de una serie de más de ochenta atentados
contra patronos y un sinnúmero de actos de sabotage en
la más completa impunidad unos y otros, no puede arro-
jarse la responsabilidad de culpas ajenas sobre los patro-
nos, y si por el Gobierno o cualqmera de sus órganos si-
guiera el sistema de las informaciones tendenciosaa
nosotros las daremos muy claras y concretas, al tiempo
de paralizar en absoluto todos los trabajos en la corte y
en las provincias adheridas a nuestra organización en
espera de tiempos en que las vidas de los ciudadanos que
contribuyen y producen tengan eficaz Sarantia
.Será muy lamentable tener que ^l^S'-»^. ^ t^^ f *^f ™°'
pero ello es firme propósito de la «'•ganización que se
honra en presidir su atento seguro servidor, que besa su
mano, Francisco Junoy.»
A esta carta contestó el Ministro de la Gobernación
con un telegrama muy digno y enérgico.
La huelga de marinos mercantes.-La gravedad de
la situación en que se encontraba Cataluña vino a au-
mentarse con el siguiente conflicto: • . „ A^
Se reunieron los capitanes, pilotos y maquinistas de
la Marina mercante con los navieros, para tratar de las
peticiones que aquéllos tenían formuladas, sin que llega-
ran a un acuerdo, pues los navieros se negaron a aumen-
tar los sueldos sin contar primero con los demás navieros
españoles, pues de lo contrario, dijeron que quedarían en
situación de inferioridad. .
A las seis de la tarde se volvieron a reunir los capi-
tanes, pilotos y maquinistas, y en vista de que los acuer-
dos que se tomasen sólo podían curaplirios un 70 por 100
de los asociados, decidieron tan solamente la ruptura de
278 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

relaciones con los navieros y el desembarque inmediato


de los raarinoj.
Kn su consecuencia, empezaron a desembarcar. El
mayor número de los desembarcados pertenecía a la
Compañía Traiismediternlnea.
DIA22.—El Rey,en los submarinos.—En esta fecha,
Su Majestad el Rey, que se hallaba en Santander, visitó
la escuadrilla de submarinos, que en dicho puerto estaba
anclada.
A las cuatro y media, los sumergibles, seguidos de los
cazatorpederos Proi^erpina y Buxtamante, salieron hasta
el abra en línea y por el orden de su numeración, y allí
esperaron la liega^da del haac Peral, que cerraba la línea,.
Todos los submarinos desfilaron por l)abor del Monfu-
riol, desde donde S. M. el Rey presenciaba la mai!Íoi)ra,
que resultó admirable.
Loa submarinos sumergiéronse rapidísimamente hasta
desaparecer en absoluto debajo del agua. El haac. Peral
subió a la superficie al acercarse al costado del Montu-
riol y volvió a desparecer de mievo debajo del agua.
Cuando los tres submarinos llevaban media hora na-
vegando bajo el agua, maniobró con gran precisión el
Monfnriol, que se sumergió en pocos momentos, sin que
de él quedase fuera más que el pabellón morado de Cas-
tilla. Después de unos segundos de emoción intensa, el
público prorrumpió en una ovación al Rey, que con la
tripulación del sumergible habia desaparecido bajo las
ondas.
Durante la inmersión, el Rey recorrió todos lo depar-
tamentos del buque y estuvo enterándose del funciona-
miento de toda la maquinaria.
El Monfnriol estuvo sumergido treinta y cinco minu-
tos, en cuyo tiempo anduvo unas seis millas.
Cuando se hallaban a doce metros, el comandante
jefe de la fiotílla, capitán de fragata, Sr. GaTcía Reyes,
sacó una botella de champagne y se la alargó al Rey.
—¿A cuántos metros estamos?—preguntó D. Alfonso.
—A doce, señor—respondió el Comandante.
—Pues descendamos otro, que es mi número.
Hízose así, y entonces el Monarca descorchó la bote-
AGOSTO DE 1919 279

lia y, alzando su copa, brindó por la Marina y por


*^^^cuando transcurrieron unos veinticinco minutos,
e m i s i ó el submario re^io, y el inmenso publico ovaciono
T n u e v o al Soberano. Poco después fueron apareciendo
I S es antes submarinos a uno y otro lado de MonM
El Rev felicitó especial y efusivamente al jete de la
escuadrilla por el éxito de las maniobras.
Un documento de los sindicalistas.-íJi Liberal de
esta'^f^ct'pu^í'^ó un manifiesto de los sindi^^^^^^
sentado al Cont^reso por el .hputado br. Laire que era
un documento modelo de habilidad y no falto de elo-

' " ' E n ' é l los sindicalistas trataban de los siguientes pun-
tos: .Conflictos obligados.-Patronos y AutoridadesJ^^
cambian en problemas de «¿ios.-Las organizaciones
obreras no son responsables de los crmienes Bociales^-
Persecuciones contra los obreros ^^^^'J'f^^^fe'll
de Clemenceau.-Feligros q"c pueden « « ^ > r e ™ de h^
iniusticia-Invocación a los hombres de buena volun
tad - C a u s a s de la anormalidad en Barcelona», y otros
" X S Í e S r - e l 20 de Julio ültú.o, y l ^ f i r m a ^
Simón Piera Seguí, Agustín Castella, Ángel Pestaña, Da
" " ' ^ í mucha extensión nos impide publicarlo íntegro,
como desearíamos.
DÍA23 - L a República alemana.-Alemania la na-
cióiUmpetialista po" excelencia, estaba y^ «-y-/^<i^^^
República, y marchaba, aunque muy lenta y difícilmente,
hacia su reconstitución.
Véanse las noticias recibidas de Weimar.
• <E1 primer Presidente de la República alemana,
Ebert, ha prestado ayer juramento de fidelidad a la Cons-

*'^''l:Ei"prcsidente llegó a la plaza del Teatro Nacional


poco después de las cinco, en medio de las aclamaciones
de numerosa multitud.
280 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

»E1 Presidente de la Asamblea nacional, Fehrem-


bach, que esperaba en el vestíbulo, condujo a Ebert a la
tribuna y le entregó el documento que contenía la fór-
mula del juramento y le dirigió una alocución recor-
dando que la confianza del pueblo alemán le había colo-
cado a la cabeza de la Rej)iiblica alemana.
• Ebert contestó afirmando su voluntad de permanecer
fiel a la Constitución, que simboliza la libertad de sus
compatriotas, y a la confianza de la Asamblea y de la
Nación, confianza que le dará las fuerzas necesarias para
estar siempre dispuesto a defender los nuevos principios
de Libertad y de Derecho.
»Después del juramento, los Ministros se colocaron
alrededor de Ebert, quien les declaró que, siendo el pri-
mer funcionario de la República, debía también prestar
juramento de fidelidad a la Constitución.
»Fehrembach pronunció a continuación un discurso
de clausura invitando al pueblo alemán a afirmar su vo-
luntad de vivir en orden y tranquilidad, de trabajar
infatigablemente y de permanecer fielmente unido al
orden social.
>Ebert se dirigió después a la terraza del Teatro Na-
cional, desde donde renovó ante la muchedumbre el
juramento de fidelidad al pueblo.
>Fué aplaudido con entusiasmo y la música tocó el
DeutscMand Uber Alies.»
Después, también Alemania, como Rusia, llegó al
mayor grado de desconcierto y ananjuía.
En Hungría había sido proclamado Presidente el
Archiduque José, pero tuvo que dimitir.
D Í A 27.—Por la concentración.—Declaraciones del
Vizconde de Eza, Amat y Calderón.—En un banquete
con que sus correligionarios y amigos obscíjuiaron en
Soria al Sr. Vizconde de Eza, este ilustre exministro,
después de ocuparse de política local, dijo lo siguiente,
que publicó La Época:
<Proclamo la necesidad de la unión de fuerzas y entu-
siasmos, haciendo así la vida social más intensa, más
sana y más noble.
AGOSTO DE 1919 281

»Hay que posponer todo egoísmo.


»Afirma que el concepto matriz de la actuación suya
es la unión.
>E1 fraccionamiento es un corrosivo en la política
nacional.
»Se necesitan programas claros, definidos y concretos
en todos los partidos; que sean honrados en la doctrina;
que tomen en cuenta las realidades nacionales; que atien-
dan a los intereses de las distintas comarcas. Esos pro-
gramas contarían con asentimientos numerosos y sin-
ceros.»
También los Ministros Sres. Amat y Calderón, en
sendos banquetes con que les obsequiaron sus amigos en
Avila y Falencia, abogaron por la unión de los conser-
vadores; el primero, incondicional; el segundo, bajo la
dirección de D, Eduardo Dato.
DÍA 30.—El embrollo de Barcelona.—El diputado
Domingo, el Gobernador, el Ministro y el Capitán ge-
neral.—El periódico El Sol dijo que el Sr. Amado, al ir a
Barcelona, se había puesto de acuerdo con determinados
sindicalistas, ofreciendo o aceptando ciertas condiciones.
Hubo muchos dimes y diretes respecto a la actuación
del gobernador civil de Barcelona, Sr, Amado. De Barce-
lona dijeron:

«El diputado a Cortes por Tortosa, Sr. Domingo,


cuando ha leído en la Prensa la solución del problema
social de Barcelona que el Sr. Amado pensaba proponer
al Gobierno, ha dicho que esa solución fué la que él in-
dicó al Sr Amado, en el domicilio del Sr. Moróte, en una
entrevista que el Sr. Moróte facilitó, cediendo a los
deseos del que hoy es Gobernador de Barcelona.
»En esa entrevista—dice el Sr. Domingo—, formulé
por escrito, a ruego del Sr. Amado, las bases que podían
dar solución a la guerra social en Barcelona, y aquellas
bases eran:
>Levantamiento del estado de guerra.
>Alejamiento de Barcelona de Bravo Portillo y del
coronel de la Guardia civil Sr. Aldir, —que fué quien por
282 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

encargo de las Juntas de Defensa, ordenó al ex gober-


nador de Barcelona Sr. Montañés que abandonara el
cargo y saliera para Madrid.
•Apertura del Centro Autonomista de Dependientes
de Comercio y de la Industria y de las Sociedades obre-
ras clausuradas.
íAmplia amnistía para todos los procesados y encar-
celados por los delitos políticos y sociales.
• Reunión del Parlamento industrial, pero no el pro-
yectado por Romanones, en el que tenían igual número
de representantes los patronos y los obreros, sino, a
semejanza del de la Gran líretana, con una proporción
semejante a la del Parlamento industrial británico.
»É1 Sr. Domingo aflade que el Sr. Amado guardó el
papel que él escribió, y que aunque lo que el Gober-
nador de Barcelona ha propuesto al Gobierno es lo mismo
que él consignó por escrito, le satisface ver que el señor
Amado ha ido a Barcelona a resolver en sentido liberal
y civil los conflictos sociales.»
Amado lo niega.—Siguieron diciendo de Barcelona:
«El Gobernador civil interino ha facilitado la siguien-
te nota:
>E1 Sr. Amado, desde Madrid, me encarga diga en su
nombre que es completamente inexacto cuanto la Prensa
publica referente a cierta entrevista con D. Marcelino
Domingo para seguir plan alguno, así como, por lo tanto,
que le entregase nota de ninguna especie, siendo todo
ello solamente incalificable información, que constituye
una ofensa grave para el Sr. Amado por parte de quien,
conociéndole, pueda creerlo.»

El Ministro interviene.- El ministro de la Goberna-


ción, Sr. Burgos, se mostraba algo extrañado por la insis-
tente afirmación de la existencia de determinados pactos
entre el Gobierno y ciertos elementos sociales de Barce-
lona, a pesar de sus reiteradas negativas.
«La actuación—dijo—del Gobernador civil de esa pro-
vincia, así como la de los restantes, obedece a un crite-
AGOSTO DE 1919 283

rio del Gobierno, que consiste en que sus representantes


procuren cvita,r por todos los medios posibles los con-
flictos de carácter social. Esa es una táctica que no creo
que pueda motivar las censuras de nadie. Para conseguir
estos fines es necesario que los Gobernadores se pongan
al habla cou ])ati'onos y obreros, enterándose bien por
ambas partes, no solamente por una de ellas, como algu-
nos quieren hacer creer.
«Los (iobernadores, dentro de estas normas generales,
tienen amplísimas facultades para resolver por sí, de un
modo discrecional, y en el acierto que tengan en su ges-
tión estriba su mérito o demérito.»
El Capitán general disiente.—«Ksta noche—dijeron
en Barcelona -e! (Capitán general de ('ataluña ha hecho
interesantes manifestaciones, (jue han sido muy comen-
tadas.
»Nos ha dicho:
» —Como habrán visto ustedes, el Sr. Amado ha des-
mentido categóricamente cuanto dice un periódico de
Madrid acerca de su supuesta entrevista con D. Marco-
lino Domingo.
»Yo, por mi parte, me atengo a lo que dice el Gober-
nador, pues si éste, que es el primer interesado, lo des-
miente, ¿qué voy a hacer yo? Me atengo, por lo tanto, a
lo que dice el Sr. Amado.
>Lo que sí afirmo es que la situación de Barcelona no
se arregla con represiones ni con combinaciones.
»E1 Gobernador civil llegará el lunes o el martes, y
seguramente con el decreto levantando el estado de
guerra.
•Insisto en creer que la situación de Barcelona no se
soluciona con pactos ni represiones, sino con leyes.
»Lo demás son paliativos que no curan el mal...
»Mientras los Sindicatos recauden 50.000 pesetas
mensuales, sin dar cuenta de su inversión ni llevar libros,
ni registros de ninguna clase, todo será ineficaz y no
se podrá evitar que haya muchos agitadores profesio-
nales.»
Como se ve, no podía estar más claro el hecho de que
284 SOLDETILLA.—EL AÑO POLÍTICO

existían las gestiones del Gobernador, de acuerdo con el


Ministro de la Gobernación, que patrocinaba esta polí-
tica, y a disgusto, o por lo menos con el escepticismo, del
Capitán general.
Por eso llegó a hablarse de dimisión de éste.
MES DE SEPTIEMBRE
D Í A 1.°-La8 cuestiones sociales.—En Barcelona
continuaba la paralización del trabajo, casi totalmente,
ya por huelga o ya por lock-out; en Andalucía (Cádiz,
Granada, Huelva, Sevilla, etc.), seguían los incendios
intencionados en los campos; en Valencia, porque el Go-
bernador suspendió la publicación del periódico Solidari-
dad Obrera, órgano de los sindicalistas, los tipógrafos se
reunieron inmediatamente y acordaron el paro total en
el oficio; y los obreros del campo, en vísperas de la re-
colección del arroz, acordaron declarar la huelga ge-
neral.

D Í A 2.-Levantamiento del estado de guerra en


Barcelona.—En la Capitanía general se celebró una re-
unión de la Junta de Autoridades.
No obstante lo anteriormente dicho, en Barcelona se
acordó levantar el estado de guerra, quedando, sin em-
bargo, subsistente la suspensión de garantías constitucio-
nales, dispuesta por Real decreto de 17 de enero.
D Í A 3—LOS funcionarios de Hacienda.—Volvió a
surgir en esta fecha el temor de conflicto con los funcio-
narios de Hacienda, los cuales, disgustados con el decre-
to de arreglo de sus plantillas y aumento de haberes,
pedían que no se publicara el decreto redactado por el
Ministro y firmado por el Rey, y que se aplicasen com-
pletamente las plantillas ofrecidas por el Sr. La Cierva,
que creían más beneficiosas. Hubo manifestaciones tu-
multuosas; pero el decreto se publicó. En Barcelona hubo
huelga de brazos caídos.
286 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

D Í A 4.- D . Alejandro Groizard.—Kn El Escorial,


donde se hallaba pasando los mesi's de verano, falleció
el ilustro expresidente del Senado 1). Alejandro (Jt-oizard
y üónioz de hi Serna, una de las más i)n>sti.i;-iosas li^'uras
del paitido liberal y de las jioeas (pie aun vivían i)ei1e-
necieiites a los Gobiernos (pie sirvieron a la Corona allá
por los años de 1874 a 1880.
Nació en Madrid el Sr. Groizard el 18 de junio de
1830; tenía, pues, ochenta y imeve años. El año 53 se
licenció en Derecho, y al año siguiente se doctoró. Des-
pués, mientras que sus compañeros de carrera los seño-
res Cánovas del Castillo y Conde de Casa Valencia in-
í^resaban en la diplomática, él fué nombrado auxiliar del
Ministerio de la Gobernación.
Después de ocupar altos puestos en la Magistratura,
fué al Parlamento como Senador, n^presentando varias
veces en la alta Cámara a la provincia- de Badajoz.
Distinguióse como orador, y fué tlegido Vicepresiden-
te, pero este cargo no impidió cjue sus aptitudes tuvieran
la conveniente aplicación, colaborando con asidua inteli-
gencia en las reformas legislativas del período revolu-
cionario.
Obra suya es el Código penal, ilustrada más tarde
con su libro de Comentarios al mismo.
En 1872, el Sr. Sagasta le ofreció la cartera de Fomen-
to, y el Gabinete Malcampo le tuvo también por Minis-
tro, desempeñando la cartera de Gracia y Justicia.
Como recompensa por sus servicios, fué nombrado, al
venir los liberales al Poder, Presidente del Consejo de
Estado.
En 1894 fué nombrado Ministro de Fomento, y en
1897, de Gracia y Justicia, bajo la presidencia del señor
Sagasta. Constituyó con el Marqués de Vega Armijo y
el Sr. Alonso Martínez el centro parlamentario y contri-
buyó a preparar el proyecto de Constitución.
D Í A 5.—Asesinato de Bravo Portillo.—En esta fe-
cha fué asesinado vilmente, en Barcelona, el famoso co-
misario de Policía Sr. Bravo Portillo, que tanto había
perseguido a los asesinos de patronos y a los criminales
de toda especie.
SEPTIEMBRE DB 1919 287

Esta fué la causa de su muerte, que conmovió a toda


Barcelona, llevada a cabo como se caza a una alimaña,
en pleno día, y sin que nadie fuera detenido.
El ¡Sr. Bravo Portillo no era un policía vulgar, sino
un hombre de esmerada educación, de carrera literaria,
que había imanado varias plazas por oposición, y, sobre
todo, tenía un valor verdaderamente heroico, lo que aca-
so fuese causa de su carácter un tanto jactancioso, amigo
de la ostentación, de la vanidad y de la vida espléndida,
lo cual hizo que le acusaran de favorecer a los alemanes.
De todos modos, es indudable que los autores de crí-
menes sociales le tenían miedo, y por eso le mataron de
manera tan alevosa.
D Í A 7.—Solución de las huelgas de Barcelona.—
Lo mismo el ])úl)Iico que los patronos y los obreros de
Barcelona cstabjuí f'nl ¡fiados de tan constantes luchas, y
alh'i en el fondo, temciosos todos de los resultados que
traería el camino emprendido.
Fábricas cerradas por huelga y hoycottages, miles de
obreros sin trabajo, por lanzamientos y lock-outs, más de
cien patronos victimas de violentas agresiones, con
muerte de algunos, y comienzo de agresiones contra al-
gunos obreros.
Acaso unos y otros tuvieron miedo a la responsabili-
dad contraída y a los perjuicios que para cada cual pu-
dieran resultar.
Con esta base, y con la actividad, buena voluntad y
acierto del Gobernador civil, se pudo llegar a un arreglo,
a un armisticio, podríamos decir.
El Sr. Amado, teniendo en cuenta que había oído a
los patronos, no tuvo inconveniente en oír a los obreros.
Les agradeció las buenas disposiciones en que se halla-
ban, y les dijo que procuraría que, sin humillación para
nadie, pudiera llegarse a una fórmula circunstancial para
la solución de los conflictos.
El Sr. Amado comunicó los trabajos hechos a los pa-
tronos; éstos se reunieron, tratando del asunto y acordan-
do aceptar lo convenido por el Gobernador y publicar a
su vez un manifiesto.
¿Hubo vencidos? ¿Hubo vencedores? Las mauifesta-
288 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

clones respectivas de cada uno de estos elementos los da-


ban por triunfantes.
El Sr. Amado obtuvo un éxito por el momento, y fué
muy aplaudido. Desgraciadamente, la paz no fué du-
radera.
El Congreso de Ciencias de Bilbao.—Se celebró en
esta fecha este importantísimo acto, con gran solemni-
dad, presidiendo S. M. el Rey.
La sala del teatro ofrecía un aspecto brillantísimo.
Estaban ocupadas todas las localidades. En el escenario
estaban los Sres. Dato, Ministro de Instrucción pública
(Prado Palacio), Capitán general. Obispo de la diócesis,
Senadores y Diputados por la provincia, las Autoridades
y el ingeniero Sr. Torres Quevedo.
El Presidente de la Asociación Francesa para el Pro-
greso de las Ciencias se congratuli» de esti'echar los lazos
que unen a las Asociaciones esp;ifióla y francesa.

Discurso del Sr. Torres Quevedo.—El Sr. Torres


Quevedo pronunció un hermoso discurso acerca de la na-
vegación aérea, relatando sus trabajos hasta que conci-
bió unos proyectos de globos con características diferen-
ciales de todos los conocidos, al que decidió bautizar con
el nombre de España.
Propuso, como solución de la comunicación aérea de
viajeros, un aparato de forma tubular que ofrezca poca
resistencia para la marcha.
Terminó el Sr. Torres Quevedo censurando la frialdad
cou que en España se reciben toda clase de novedades
científicas.
El discurso fué muy celebrado.

Discurso del Rey.—Después de breves palabras pro-


nunciadas en portugués por el representante de Oporto,
levantóse el Rey, que fué objeto de una clamorosa ova-
ción. Después de saludar a los concurrentes, dijo el Mo-
narca:

«La Ciencia, que tan audaces pasos ha dado durante


la guerra, resolviendo, bajo el aguijón de la necesidad.
SEPTIEMBRE DE 1919 289

movida por el fervoi' patriótico, problemas no plantea-


dos durante largos anos, no respondería a la merced de
l;i bondad divina, que lia hecho asequibles sus verdades
11 la inteligencia humana, si no sirviera, en estas com-
plejas y transcendcíutales cuestiones, surgidas al alborear
1;Í. paz, de luz y de guía para continuar y acrecentar el
progreso de los pueblos. Ella, que en la hora terrible del
combate, de la destrucción, ha impulsado prodigiosa-
mente los adelantos de la Jlecánica y de la Química; que
ha sacado a todas las ciencias del cálculo el máximo
rendimiento; que ha inventado, en materia de sustituti-
vos, de equivalencias prácticas, cosas ni siquiera pre-
vistas, ¿cómo no ha de encontrar ahora, para reconstruir
lo deshecho, para recuperar la fuerza y la vida perdidíis,
el mismo eco genial, la misma potencia fecunda? Esta
íirmísinia. consoladora esperanza es lo que saludo yo en
vosotros al congregaros en esta Asamblea, digna conti-
nuación de las que ya habéis celebrado en el curso del
decenio último, de cuya radiación universal es buena
muestra el número y la In-illantez de las representacio-
nes extranjeras que"^han venido a acompañaros.
»Keciban nuestros huéspedes mi cordial y sincera
hienvenida; ellos serán mañana pregoneros generosos de
cómo en nuestra Espai'ia se trabaja, de cómo en nuestra
Espafia se siente y se cultiva esta ennoblccedora disci-
plina de la (-Ciencia, que a todos los hombres nos junta
con lazos de paz y de amor.»

Las aclamaciones con que fué acogido el discurso del


J\íonarca se repitieron al salir los Reyes del teatro y en
todo el trayecto hasta el grupo escolar de Indauchu,
donde el Rey visitó la Exposición de material científico,
de la que hizo grandes elogios.

D Í A 9 . - E l Parlamento español y la República do-


minicana. — Subscrita por todas las representaciones
parlamentarias, fué entregada al Gobierno español, y
éste transmitió íntegramente al Gol)iorno de Washing-
ton, la siguiente fórmula, que firmaban los Hres. Conde
de Komanones, Mai'qués de Alhucemas, Cambó, Alba,
19
290 SOLDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

D. Melquíades Alvarez, Prieto, Gasset, Lerroux, Alcalá


Zamora, Goicoechea y Barcia.
«Los que suscriben. Senadores y Diputados del Par-
lamento español, están de acuerdo, sin reservas de nin-
gún género, en el parecer de que sería oportuno en estos
momentos que el Gobierno do España expresara amisto-
samente al Gobierno do Washington el anhelo de la Re-
pública dominicana, de que se restablezca en ella el régi-
men anulado por la ocupación militar a que está sometido
aquel país, y estiman que el propio Gobierno español
debería interponer sus buenos oficios cerca del Gobierno
americano, cumpliendo con ello altos deberes morales,
por lo que respecta al pueblo dominicano, y de cordial
amistad hacia el Gobierno de los Estados Unidos. >

El Congreso de las Ciencias.—Eza.—Discurso del


Ministro de Instrucción pública.-Se verificó en esta
fecha la clausura del Congreso de las Ciencias, y después
de hablar los representantes de Portugal (el do Francia
lo hizo en sesión anterior), el Sr. Carracido y el Vizcon-
de Eza, en nombre del Sr. Dato, y de acordar que el pró-
ximo Congreso se reúna en Portugal, leyó el discurso de
clausura, verdaderamente notable, el Sr. Ministro de
Instrucción pública.
Los congresistas hicieron al Sr. Prado y Palacio una
cariñosa y prolongada ovación.

El indulto.—En esta fecha firmó S. M. el Rey un am-


plísimo indulto general, que, aparte de los reos do delitos
comunes, comprendía también los siguientes (que es para
los que se gestionó):

«Art. 3.*^ Concedo indulto total a los sentenciados


por transgresiones castigadas en la ley de 27 de abril de
1900 sobre coligaciones, huelgas y paros o con ocasión
de las mismas, siempre que no se trate de los delitos co-
munes ni del insulto o agresión a la fuerza armada.
»Art. 4.° Concedo también indulto total, cualquiera
que sea la pena impuesta, a los sentenciados por delitos
y faltas cometidas por medio de la imprenta, el grabado
SEPTIEMBRE DE 19^9 291

u otra forma mecánica de publicación, o por medio de la


palabra liablada en reuniones o manifestaciones, espec-
táculos públicos o actos análogos de cualquier índole.»
Como se ve. ol Gobierno iba dando todas las peticio-
nes de que habló el Sr. Dominj^-o como prometidas por el
Sr. Amado a los sindicalistas.
El Conde de Bugallal y las plantillas de Hacienda.
Los funcionarios de Hacienda, que se hallaban en acti-
tud de protesta, esperaban con un interés enorme el re-
sultado del Consejo celebrado en esta fecha para conocer
los términos en que el Sr. Bugallal resolvía las reclama-
ciones formuladas por el pei-sonal de su departamento
acerca de la aplicación de la fórmula económica a las
plantillas del mismo.
El Hr. Bugallal publicó una interesantísima Real or-
den, que no consignamos aquí por su extensión, con la
cual, sin aminorar los prestigios y la autoridad drA Poder
público, solucionó la cuestión, dejando satisfechos a los
funcionarios de su departamento, según ellos mismos lo
manifestaron públicamente.
El Ministro fué muy felicitado.
D Í A 13.—LOS separatistas.-Una vergüenza nacio-
nal.—Con motivo de la ceremonia que los nacionalistas
catalanes llevaban a cabo todos los años el 11 de sep-
tiembre, en conmemoración de la pérdida de sus fueros
cuando los ejércitos de Felipe V tomaron a Barcelona,
en éste, como todos los afios, ni llevar coronas a la esta-
tua de Casanova, que, según los nacionalistas, murió por
defender los fueros, se profirieron gritos ofensivos e in-
sultantes para la Patria y la nacionalidad españolas.
Como nunca los habían castigado (que es lo que debiera
haberse hecho en los primeros años, para evitar estas
ofensas), no ya con armas ni calabozo, sino sencilla-
luente con un"as varas de acebuche, con lo cual hubiera
bastado, cada vez se mostraban más insolentes y pro-
caces.
En esta fecha, además de los gritos y dcTiuestos regla-
mentarios, lanzados contra España, insultaron y agredie-
292 SOLDEVILLA. — E L AÑO POLÍTICO

ron a dos oficiales del Ejército que acertaron a pasar


por cerca, del sitio de la ceremonia.
Tan verdad es esto, que la Autoridad militar, para
evitar nuevas agresiones, hubo de dar la sii,núente nota:
«El Capitán general se ha servido disponer que, hasta
nueva orden, los jefes y oficiales de esta guarnición lle-
ven siempre sable, y que cuando salgan de pasco a caba-
llo, pueden llevar un ordenanza en la misma forma.»
¿Puede darse mayor vergüenza?
D Í A 18.—Otros crímenes sindicalistas.-En esta
fecha fué gravemente hei'ido el hijo de un patrono, y
después asesinado D. Edu.inlo Ferrer C.istro, expresi-
dente del Sindicato de metiih'irgicos.
Do Barcelona dijeron:
«Este nuevo crimen del sindicalismo es objeto de vi-
vísimos comentarios, todos de justa indignación.
»La Federación Patronal ha, dirigido al Presidente
del Consejo de Ministros el siguiente telegrama:
«Fl nuevo crimen cometido esta- tarde en la persona
xlel encn.rgado de una, iVibriea, conocido por antisindica-
»lista exalta luiestra, indig'.ación, obügiliulonos a dirigir-
>nos nuevamente al Gobierno en términos conminatorios
»y apremiantes. Ante el estado de absoluta, indefensión en
>quelos gobernantes nos tienen, y obedeciendo al instinto
»dc conservación, si otro más alto no nos guiara, declara-
»mos nuestro decidido propósito de prescindir del men-
>guado amparo de los Poderes públicos y recurrir a nues-
»tras proi)ias fuerzas, para exigir y obtener el respeto y
»la seguridad de los ciudadanos honrados, acudiendo para
»ello al paro general en í^spaila, si es preciso.
sReconocemos la buena, voluntad del Gobernador y la
«buena fe en resolver la intolerable situación; pero com-
»prendcmos la hnpotcncia en que se encuentra para la
»ejccución de sus ])ropósitos, por carecer de fuerza bas-
»tante y por contar solamente con el menguado concurso
»de una exigua Policía, mal dirigida y peor pagada.
•Lealmcnte anunciamos al Gobierno que hemos con-
SEPTIEMBRE DE 1919 293

«vocadouna Asainblen p,-eneral de la Federación Patronal,


»p.'u-a (luc ella nos indique c! camino a se.iruir ante la trá-
«íi'ica persistencia de los criiiiencs cometidos al amparo
>de una vergonzosa impunidad.»

DÍA 19.—LOS sindicalistas y los crímenes de Bar-


celona.—Se publicó en IJarcelona la siguiente nota:

«Las organizaciones obreras, ante las repetidas agre-


siones de que son victimas obreros y patronos de esta
ciudad, expi-esan su sincei'o sentimiento por tales hechos,
que vienen a, ])er])etuar una sobreexcitación de los áni-
mos, dificultando con ello las negociaciones entabladas,
a la, vez (pie iKvrturban la lucha, que si bien es inevitable,
por los intereses en pugna, debe manten<'rse en un am-
biente de nobleza y serenidad por todos indistintamente.
»No titul)eamosen declai'ar (jue nosoti'os coadyuvare-
mos eficazmente, porcpie recliazamos toda responsabili-
dad en tales hechos, a que los mismos no se repitan, ya
que Jos organismos obreros de Ikircelona, por su fuerza
y capacidad, no necesitan recurrir a procedimientos tan
ineficaces como i-eprobables. — ^/6'owi¿tó de Jos Sindicatos. >

DÍA 2 0 . - L O S patronos aci'den a S. M. el Rey y pi-


den gobernar.—Algunos días antes, aprovechando la
estancia de S. M. el b'ey en Jladrid, la Confederación
Patronal Espahola hizo llegar a su manos una interessn-
te documento, que decía así:

«Scfior: Las noticias de los últimos atentados sindica-


listas y el tenue comentai'io que han merecido del Go-
b!erno\'olman la n;edida de nuestra paciencia, puesta a
pruelia uno y otro día poi' los que, aparte su conocida, es-
tulticia, no poseen condición alguna digmi de exaltación
a los {'onsejos de la Corona.
»E1 desgobierno en que vivimos obliga a la clase pa-
tronal (^spafiola,, (pie con el elemento militar comparte el
vigor (le la raza, constituyendo la savia nacional y el
único sostén del orden y de la ])rospcridad de la Patria,
a recurrir en última instancia a la preclara sabiduría de
294 SOLDEVILLA. - E L AÑO TOLÍTICO

V. M., cuyas virtudes cívicas son la postrera esperanza


de salvación para Espafla.
»Lo3 patronos, como sector or£:;anizado de la sociedad
española, quieren participar en la labor directora de la
reorganización nacional, sin egoísmos, ni otro interés
que lograr la paz y el bienestar del país, que de una y
otro requieren tan sólo para vivir, sin reeurrir a bajos
menesteres ni inconfesables manejos. Quieren, cuando
menos, los patronos ser atendidos en sus justas aspira-
ciones, ver garantizadas sus vidas y haciendas, tan res-
petables, al menos, como la apacible existencia de vues-
tros Ministros.
»Pasan de ciento los crímenes sociales que a la luz
del día y en el corazón de la hermosa ciudad de Barcelo-
na se han cometido, sin que jamás hayan sido evitados
ni castigados. Caliente aún la sangre de innumerables
victimas, que claman contra los responsables morales de
su derramamiento, el (loi)ierno, desatendiendo desdeño-
samente nuestras prudentes advertencias y nuestras jus-
tas peticiones, mil y mil veces formuladas sin el menor
éxito, pacta con Sindicatos irresponsables, de poder a
poder, entregando prendas eñcaces, sin las que esos mis-
mos Sindicatos ni siquiera aceptarían sus promesas, y
desciende, desde la altura a que el Poder público debiera
hallarse colocado, hasta los más vergonzosos contuber-
nios.
>La organización patronal, pese a todos los esfuerzos
de los Gobiernos que en impedirlo ponen todo su empeño,
es hoy fuerte y poderosa. Tiene soluciones para los pro-
blemas sociales y nacionales, inspiradas en realidades
vivas que no columbran los políticos turnantes El pueblo
quiere y debe gobernarse a sí mismo, y la clase patronal
no puede seguir al margen de la vida pública, sino parti-
cipar en ella, en íntima colaboración con la clase obrera,
con hombres de ciencia y con el Ejército, que es cuanto
en España puede conducir a la realización de loa eleva-
dos designios (¡uc V. M. jjersigue.
•Señor: La Patria exige una transformación radical
en los procedimientos de gobierno y una eliminación ab-
soluta de elementos que tienen sobre si tantas y tan gra-
ves responsabilidades.
SEPTIEMBRE DE 1910 295

»Madrid, diez y nueve de septiembre de mil novecien-


tos diez y nueve.-' SKÑOK: A L. K. P. de V. M., La Con-
federación Patronal Española: Francisco Jumy, Presiden-
te; Antonio Behla, Secretario general.»

Este documento causó sensación.

El escándalo de la txiporiacibn. El Imporcial, des-


pués de enumerar el horrible aumento de la exportación
del calzado, decía:

«¿Y qué decir de los con estibios, trocados casi gene-


ralmente en artículos de lujoV Se los exporta a tutiplén.
Las salidas de arroz pasan desde 6.405 pesetas a
3.207.177. Las de azúcar—y ello es aún más notable—,
saltan desde la irrisoria suma de 104 pesetas a la esplén-
dida de 2.065 BOL Pues, ;.y el aceite? Expórteselo duran-
te el primer cuatrimestre de 1918 por valor de 1.758.103
pesetas; lo exportado desde enero a abril de 1919 se va-
lora en 33.374.434.» Etc.

Lo que dice Besteiro acerca de la colaboración so-


cialista en un Gobierno.—Como somos los españoles tan
impresionables, que en minutos pasamos del más regoci-
jado optimismo al pesimismo más desconsolador, y como
realmente las circunstancias por que atnivesaba la Na-
ción eran muy críticas, se hablaba ya de buscar un ali-
vio a estos males, llevando a formar parte de un Gobier-
no, no al Sr. Lerroux, que para algunos resultaba con-
servador, sino a los socialistas más avanzados.
Hablando de esto, dijo el diputado socialista Sr. Bes-
teiro:
«El proletariado aspira a la posesión del Poder, y ella
es su finalidad última; la colaboración de los socialistas
en algunos Gobiernos es circunstancial e impuesta por
necesidades de momento, que acaso lo justifiquen; pero
en España no tendrían jamás disculpa, porque nosotros
somos absolutamente incompatibles con la Monarquía y
con ella nunca colaboraremos en el Gobierno,[y jamás
296 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

creímos en la desaparición de los obstáculos tradiciona-


les sino por la supresión de la Monarquía misma.»
D Í A 22.—La jornada de ocho horas.—P'n la Gaci-ta
de esta fecha aparecií) la l!(>;il orden de (iobornación re-
lativa a la jornada m;ixima de ocho horas, a la, cual ])re-
cedia el informe del Instituto de Reformas Sociales. Des-
pués decía asi:

<1.° Que la jornada máxima lej^-al de ocho horas sen'i


oblifíatoria desde 1." de octul)re i)róximo para todos los
trabajos con respecto a los cuales no haya ])ro[)uesta de
las Juntas locales de lloíornvis Hocinles antes de dicha
fecha; y
»2." Que en cuanto a los trabajos en (jue haya pro-
puesta por las .funtaa, la determinación de la jornada se
hará por el Instituto antes de 1." de enero, después de
examinar las propuestas.»

Al mismo tiempo so publicó otra Real orden de Go-


bernación sobi-e aplicación de la jornada de ocho horas a
la dependencia, mercantil.
El Instituto de Reformas Sociales informó que no pro-
cedía hacer excepción ali^una en este caso.

«La ley de 4 d(\ julio de 1Í)IS—decía —no es propia-


mente una ley de jornada, sino de descanso obliííatorio;
en ella se dispone que el personal a (|ue afecta tiene dere-
cho a un descanso no interrumpido de doce horas diarias,
y a otras dos horas para comer.»

La viíícncia de estas disposiciones produjo g-randes


pérdidas y nuichos conflictos. Los elementos patronales y
Cámaras de Comercio protestaron contra esta disposición,
pues uno de los problemas más i^-raves de resolver fué la
aplicación de la ley a los servicios ferroviarios.

D Í A 24.—Se reanudan las operaciones en Marrue-


cos.—Decidido, mejor dicho, obligado el Gobierno, por
las razones ya expuestas en otro lugar de este libro, a
reanudar las operaciones militares en Marruecos, a fin
SEPTIEMBRE DE 1919 297

de pacificar nuestra -Aona de acuerde con las indicacio-


nes niiii.sfosan (¡no Fi'ancia nos hal)ia hecho, necesidad en
estos monKüitos más hondamente sentida, cuanto que el
partido colonista francés o.xtreinaba sus trabajos y no
ocultah;i sus intenciones d(í arrebatar a España su zona
de influencia marrociui, y, sobre todo, apoderarse de
Tání:;er, y como, además, los moros nos hablan hecho al-
gunas agresiones, causándonos víctimas de oficiales y
soldados, comenzaron en esta fecha las operaciones, cuyo
principal objeto era el apoderarnos del famoso paso del
Fondak, cuartel general del iiaisuli.

Eí Ministerio de Abastecimientos.—Actitud del se-
ñor Cañal. Al terminar un Consejo de Ministros, hizo
constar el Sr. Cahal que, a su juicio, el Ministerio de
Abastecimientos del)ía, suprimirse o transformarse.
La energía con que el Sr. Canal defendió su criterio
causó extrañeza a sus compañeros.
El debate que se entabló con este motivo terminó en
un aplazamiento, que solicitó el Sr. Sánchez de Toca, y
se nombró una Ponencia, formada por Cañal y los se-
ñores Conde de lUigallal y (Calderón, que se encargara
de proponer una solución.
Insistió el Sr. Cañal en su propuesta de supresión del
Ministerio y su transformación en una Dirección general
dependiente de Fomento, en tanto que el Sr. Calderón no
se mostraba propicio a aceptar las nuevas facultades y
preocupaciones que sobre élhabian de pesar, y no pudién-
dose llegar a un acuerdo, se convino dejar íntegra la
cuestión al Consejo de Ministros.
Como se ve, este es el primer caso en que un Minis-
tro, el Sr. Cañal, tiene la sinceridad y la honradez de
pro])oner la supresión del Ministerio que desempeña, en
vista de su inutilidad. Hay que añadir que, según mani-
festaciones del mismo interesado, pedía esto en vista de
la falta do facultades y atribuciones (^ue dicho departa-
mento tenía, pues la ejecución de cualquier medida de
transportes, de comunicaciones, etc., había de pasar por
otros IMínisterios, los cuales no siemprcí facilitaban el
servicio ordenado por su compañero. Por eso el Sr. Ca-
ñal, que había tratado de hacer buena labor en este Mi-
298 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

nisterio, pidió que se organizase mejor, o se suprimiese,


pasando, como üirección, a depender de otro departa-
mento.
Visitó el Sr. Cañal al jefe del Gobierno para hablarle
del resultado de la reunión de la Ponencia, y el Sr. Sán-
chez de Toca le expuso, como sus compañeros, que lo
que se pretendía no se podía hacer por decreto, por ser
de la competencia de las Cortes.
Entendiendo lo contrario el Ministro de Abasteci-
mientos, puso el cargo a disposición del Presidente del
Consejo.

D Í A 26—San Luis, ministro.—En vista de la actitud


del Sr. Cañal, y dada cuenta al Sr. Dato, se acordó pro-
poner a S. M. el Rey para Ministro de Abastecimientos
al Sr. Conde de San Luis.
D Í A 27.—España en Marruecos.—Traición de sol-
dados indígenas.—Al terminar el Consejo de Ministros
celebrado en esta fecha, fué facilitada a los periodistas
la siguiente nota explicativa de la operación realizada
en Marruecos.
«El Alto Comisario ha comunicado esta mañana al
Ministro de la Guerra la marcha de las oper;iciones em-
prendidas, dando cuenta de que a las ocho del día de hoy
han sido ocupados el Cónico y el Ilarcha por las fuerzas
de Tetuán, que han vencido con gran bizarría y pericia
la resistencia del enemigo.
La mia de Policía de Malalien, al trasladarse en la
madrugada de ayer desde su cabecera al zoco El Jemis,
de Anyera, para concentrarse en este punto con el resto
de su columna, que iba a tomar parte en la operación
sobre Wad-Rás, y a su paso por el poblado deBeni-Salem,
cayó en una emboscada donde hallaron la muerte casi
todos los oficiales.»

D Í A 29.-Jura y toma de posesión del Conde de


San Luis.—El nuevo ]\Iinistro de Abastecimientos, que
había prestado juramento de su cargo el día anterior en
San Sebastián, donde aun se hallaba la Corte de jornada,
SEPTIEMBBE DE 1919 299

tomó posesión de su cargo en el día do la fecha, pronun-


ciando un discurso en el cual se mostró contrario a la
supresión del Ministerio, por entender que en los mo-
mentos en que se agudiza el problema de las subsisten-
cias, lo conveniente era rol)Usteccrlo y darle toda la efica-
cia posible.
El Conde de San Luis fué obsequiado con una comida
en el Hotel Ritz. a la que concurrieron, entre otros, el
Presidente del Congreso y el Ministro de la Gobernación.

El nuevo ministro de Abastecimientos, D. Fernando


Sartorius y Chacón, conde de San Luis, era un hombre de
antiu;ua historia, y de brillante tradición política. Hijo de
aquel ilustre Conde de San Luis, fundador del título, Presi-
dente del Consejo en tiempos de ü." Isabel II, que tanto
trabajó, y no sin fruto, por los intereses públicos de la Na-
ción, y (lió tanto brillo a la literatura y a las artes,
nació el 17 de diciembre de 1860; ingresó en el Ejército
en 1877 y ascendió a Capitán en 1896, perteneciendo
hacía ya años a la reserva gratuita.
Hombre de claro entendimiento, culto y caballeroso,
su nombre y su personalidad son muy estimados en la
vida social y política.
Diputado en 1896 por Cañete, ha venido represen-
tando el distrito sin interrupción hasta la fecha. lia sido
Gobernador de Jladrid, Director de Obras públicas, Em-
bajador de España en Portugal, y dos veces Comisario
general de Seguros, donde dejó gratísimos recuerdos; y
en todos los puestos que ha desempeñado demostró inteli-
gencia y celo, y sol)re todo, una gran dignidad en el
ejercicio de ellos.
D Í A 30.—Solemne acto en Vitoria, en honor de
S. M. el Rey.—Con motivo de haberse concedido al Rey
la gran Cruz de Beneficencia, por su conducta magná-
nima y generosa durante la guerra mundial, distinción
que fué pedida por los Ayuntamientos de España. Su Ma-
jestad aceptó gozoso, pero tuvo el noble rasgo de que se
honrase con las insignias de dicha Orden la bandera del
300 SOLDEVILI.A.—EL AÑO POLÍTICO

Regimiento del Rey,, número ] , que se hallaba de guarni-


ción en Vitoria, y con motivo di^ la inaugurnción de las
obras de un cuartel, se acordó que en esta fecha se verifi-
case también aquel acto, y a Vitoria fué S. ]\I. el Rey,
aeompafiado de la Reina D. Victoria.
En tan solemne acto, S. ]\I. pronunció un patriótico y
conmovedor discurso.
Temas y preocupaciones.—Los augurios eran tris-
tes en las esferas sociales y políticas, a consecuencia de
los trastornos sociales.
La Época,ór^nno del Gobierno, no se atrevió a ocultar
lo tenebroso de la situación, y decía en un artículo:
«El horizonte se presenta tan nublado en el orden
social como en el atmosférico. La tormenta amenaza, y
08 necesario estar ])revenidos para afrontarla con ;ininio
entero y con firme proiiósito de dominarla.
>Se anuncian huelgas en los servicios ferroviarios y
en las minas, dos de las más importantes manifestacio-
nes de la vida económica nacional. Por un lado, ame-
nazan, pues, nuevas dificultades en los transportes, ya
deficientes y escasos; por otro, se tiende a dismimiii- la
producción de un artículo tan im])ortaiitc para la indus-
tria y para la economía privada, como el carbón, cuya
escasez crearía graves conflictos.»

Y luego, para defender al Gobierno de la responsabi-


lidad que otros elementos le atribuían, decía:
«El Gobierno se ha encontrado con un Real decreto
estableciendo la jornada de ocho horas (aludía al Go-
bierno del Conde de Komanones), y está adaptando la
letra imperiosa del mismo a las realidades sociales y eco-
nómicas, desconocidas por el Gabinene que en pleno
refrendó la disposición aludida.
»De la buena fe con que ha procedido el Gobierno en
general, y el Ministro de Fomento en particular, liaj'
testimonios sobrados en la Gaceta, incluso en la de hoy.
Se está adaptando racionalmente la jornada de ocho
horas, y la amenaza obrera no puede ser más injusta.»
MES DE OCTUBRE
D Í A 1."—Implantación de la jornada de ocho
horas,—Con alíennos incidentes, pero con mucho meno-
res trastornos de lo que se temía, comenzó a implantar-
se en esta techa la jornada do ocho horas, que tanto ate-
rrorizaba cuando, a principios del siglo, la incluían ya
los obreros en sii.s ¡x'titnoncs de 1." de mayo. Esto no
quiere decir que no se viera con recelo su implantación,
ni que dejara de producir importantes perturbaciones en
la vida normal y en la economía de la Nación.
La Junta local de Reformas Sociales había acordado
con antelación exceptuar de la jonuida de ocho horas
todos los establecimientos comprendidos eu la ley de
jornada mercantil, los cuales no sufrían ninguna altera-
ción, continuando con la jornada de diez horas.
has industrias exceptuadas en la propuesta se regi-
rían por la jornada que cíida una de ellas tenía estable-
cida.
Los dependientes no se conformaron.
En Madrid.—Con motivo de la implantación en la
corte de la nueva jornada de trabajo, las Autoridades
adoptaron grandes precauciones.
Retenes de guardias de Seguridad se establecieron en
los centros oficiales y en otros lugares donde podían pro-
ducirse incidentes con motivo del nuevo régimen de
trabajo.
La entradií de los obreros en sus respectivos tallei-es
y obras se efectuó sin incidente alguno.
Solamente se produjo alguna perturbación por el cam-
bio de horario de los tranvías, pues desconocedores de la
302 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

reforma los obreros y empleados, no encontraban, a las


hor.'is que tenían por costumbre, los vehículos (¡ue habían
de trasladarlos a sus respectivos luii'Jircs de trnbnjo.
Respecto de los tranvías, ocurrió un incidente muy
curioso. Para amoldarse a las ocho horas de trabajo, la
Compañía limitó el servicio de noche, haciéndolo termi-
nar, próximamente, una hora más pronto en todas las
líneas.
Al público en general no le agradó la reforma, pero
sufría pacientemente el mal, excepto las empresas tea-
trales, que viendo con esto dificultada su existencia,
pues el pviblico, sin tranvías a la salida, no asistiría a
los cspect.áculos. amenazaron con declararse en huelga y
cerrar todos los teatros en brcAC plazo, si no volvían los
tranvías al horario antiguo. Y... así sucedió después de
algunas conferencias.
El ministro de la Gobernación, Si-. Burgos, pasó toda
la tarde en su despacho oficial con el ])resideiite del Ins-
tituto de Reformas Soci.ales, i<i. Vizconde de Eza, para
conocer en cada momento los informes que frecuente-
mente recibía, conforme a las instrucciones dadas a las
Autoridades de Madrid y provincias acerca de la implan-
tación de la jornada de trabajo.
Los obreros madrileños cumplieron la jornada de
ocho horas en casi todas las industrias.
En los talleres donde los patronos no fijaron previa-
mente el horario, lo dieron por terminado los obreros,
abandonando sus tareas al cumplirse las ocho horas.
Los patronos panaderos concedieron a todos sus ope-
rarios, sin excepción, la jornada de ocho horas a partir
de este día.
Durante m.añana y tarde hubo mucha animación en
la Casa del Pueblo.
En su domicilio social recibían las directivas obreras
noticias de la implantación de la jornada.
El cumplimiento de ésta hizo que en las horas cen-
trales del día fuese m;is completo que en los anteriores
el cierre de los comercios, pues Madrid presentaba el as-
pecto de los días festivos.
Durante la mañana se produjeron algunos incidentes
de escasa importancia en diferentes barriadas.
OCTUBRE DE 1919 303

En el vecino pueblo de Vallecas, un grupo de hortela-


nos exigió del Alcalde la implantación inmediata de la
jornada de ocho horas.
En la capital hubo muchos oficios, especialmente loa
pintores y sastres, que se declararon en huelga.
En provincias también hubo algunos incideutea.
Aparte éstos, eran numerosas las huelgas que exis-
tían en toda España por otras causas, como la de coci-
neros y camareros de Barcelona, que hacía imposible la
vida en la hermosa ciudad.
En Madrid había desaparecido, de sus calles y plazas,
antes de ser de noche, la animación y la alegría carac-
terísticas de la corte; el cierre de los comercios apenas
daban las ocho dejaba las vías obscuras y desiertas,
como en una capital de tercer orden o alguna población
antigua falta de vida y luz.
La catástrofe del tenporal en Levante.—Grandísi-
mas pérdidas v uuin(>rüsas desgracias ocasionaron loa
temporales en Murciia, Cartagena, Orihuela y otras mu-
chas poblaciones levantinas. Tan horribles tormentas no
se habían visto jamás. El Consejo de Ministros hubo de
reunirse para adoptar medidas de auxilio y salvación.
Se acordó que fuera a la región devastada el Ministro
de Fomento, Sr. Calderón, con facultades amplias para
acordar y resolver lo que fuera oportuno.
Imposición de la corbata al estandarte del regi-
miento de Alfonso XIIL—En esta fecha, el Monarca,
que se hallaba en Vitoria, recibió de manos del Sr. Elío
la corbata de la Orden de Beneficencia, e inraediatamen
te la impuso al estandarte del regimiento de Alfonso XIIL
Después montó a caballo, y rompiendo la marcha al
frente de aquel regimiento, fué a colocarse a la derecha
de la tribuna regia.
Cuando acabó de pasar, salió el Rey al galope a po-
nerse al frente del regimiento, entrando así en el cuartel.
Hubo después banquete oficial, y tanto en estos actoa
como al salir de Vitoria, los Reyes fueron ovacionados
con gran entusiasmo.
304 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

DÍA 3.—Conferencia del sindicalista Ángel Pesta-


ña. —Para gestionar varios asuntos interesantes para su
política, y i>ai'a ver al l\I¡nistro de ];i (ioheniación, según
se dijo, gestionando un indulto, vino a jMadi'id el jefe del
sindicalismo catalán, Ángel Pestaña, que poco antes ha-
bla salido de la cárcel, donde estuvo largos dias a conse-
cuencia de los sucesos de Barcelona.
Aprovechando este viaje, el Sr. Pestaña dio, en el
teatro de la Comedia, una conferencia, que debió dar el
otro sindicalista, Noy del Sucre, verdaderamente intere-
sante.
La expectación era enorme, y el teatro estuvo lleni-
simo.
Expuso detalladamente el origen y d(>senvolvimiento
de las huelgas pasadas y la proclamación del estado de
guerra.
El conferenciante entra en l,i ¡.iitc iu;is interesante
de su discurso, en la actuación y ductrina de los sindica-
listas, y dijo:

<¿Quó somos los sindicalistas, qué queremos^


»No8otros vamos, como íin, a la socialización de la
tierra y de la producción; nosotros vamos al comunismo.
(Grandes aplausos.)
»Que todo hombre útil disponga de pan para su mesa
y educación para sus hijos. ¿Cómo vamos a realizarlo?
Por la organización. Is'o soñamos con que ese íin ideal
esté ahi, a la vuelta de la esquina. Ha de ser objeto de
una labor larga y honda. Desde la tribuna y desde la
calle y desde la cátedra se han de inculcar los derechos
y también los deberes.
>Eso es lo que queremos. No queremos que unos va-
yan en automóvil mientras otros se arrastran por el suelo.
Para eso ya tenemos este régimen. (Ocación.)
»Abogados, médicos, literatos, poetas, periodistas...
Todos los obreros intelectuales tenéis (jue venir a luchar.
No esperéis nada de los Estados ni de las leyes. ¡Ah!
¡Pero no vengáis con hegemonía, sino con amistad, con
compañerismo! De otro modo, os consideraremos como al
policía, como al guardia civil y como al verdugo.» (Gran-
des aplausos.)
OCTUBRE DE; 1919 305

El Sr. Pestaña tuvo un gran éxito personal, y parte


de la Prensa dio extraordinario vuelo y gran importan-
cia a la conferencia.
D Í A 4.—Conferencia de Salvador Seguí («Noy del
Sucre»).—El sindicalismo se ponía de moda (como las
doctrinas filosóficas en los albores de la revolución fran-
cesa). A la conferencia de Pestaña siguió la de Salvador
Seguí, otro jefe sindicalista. Habló, muy bien, en la Casa
del Pueblo, y dijo:

«La bancarrota del capital pone totalmente en manos


de los trabajadores la organización única de los pueblos,
y son los obreros los que han de marcar las nuevas rutas.
»Mas para llegar a esa perfección no hay otro camino
que el trazado por nosotros: el Sindicato único. El ha de
crear las escuelas técnicas que preparen al hombre a
cumplir perfectamente su misión. De ahí que necesitemos,
que reclamemos, que obliguemos a venir a nuestro lado,
cuanto antes mejor, a los hombres técnicos, a los hombres
de ciencia, a los hombres de valer. Porque con ellos hare-
mos rápidamente una labor revolucionaria, la más formi-
dable revolución que puede hacerse.»

También Seguí fué muy aplaudido. Tanto éste como


Pestaña, presentándose modestamente, hablando con
gran habilidad, demostraron que merecían la confianza
que en ellos tenían sus correligionarios, y conquistaron
las simpatías de muchas gentes.
A los primeros que conquistaron y vencieron fué a
los periodistas, que en seguida comenzaron a sindicarse
con los tipógrafos, demostrando así que reconocían la su-
perioridad organizadora y doctrinal de éstos.

D Í A 5.—España en Marruecos.—La ocupación del


Fondak.—En esta fecha llevó a cabo nuestro ejército de
África una gloriosa y útil operación, apoderándose del
famoso Fondak, guarida, por su inexpugnable situación,
del temible Raisuli, que tanto combatía a España, y llave
de las comunicaciones de Tánger a Tetuán y el interior
de Marruecos.
20
306 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

A mediodía, en el Ministerio de la Guerra, facilitaron


la siguiente nota:
«Como consecuencia del éxito de las operaciones rea-
lizadas, ha quedado asegurada por completo la comuni-
cación de Tetuán con Tánger y Larache.»
De esta nota se deducía bien claramente que el nudo
de esas comunicaciones, esto es, el Fondak, se hallaba
ya en poder de los españoles.
La noticia causó excelente impresión.
DÍA 11.—La Comisión mixta del Trabajo.—En esta
fecha firmó S. M. el Rey un importante Real decreto de
la Presidencia del Consej'o de Ministros, creando la Co-
misión mixta del Trabajo. Llevaba un preámbulo sincero
y substancioso.
Decía así la parte dispositiva:
«Artículo 1.° A fin de llegar a soluciones ético-j'urí-
dicas en los conflictos sociales planteados en Cataluña,
así como a la determinación de normas para la conviven-
cia armónica del trabajo y la producción, se crea una
Comisión del Trabajo compuesta de igual número de pa-
tronos y obreros.
»E1 Presidente de la Comisión será nombrado por
Real decreto.
>Los demás cargos durarán cuatro años, renovándose
por mitad cada dos, y pudiendo ser reelegidos los que los
hayan desempeñado.
»Art. 2.° La Comisión del Trabajo en Cataluña ten-
drá su residencia en Barcelona, abarcando su jurisdicción
las cuatro provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y
Tarragona. La Comisión podrá establecer en éstas las
Delegaciones que entienda convenientes.
»Art. S.° ... Aparte de cuantas atribuciones pueda
concedérsele en lo sucesivo, le corresponderán desde lue-
go las siguientes:
»a) Entender en los conflictos que se produzcan entre
patronos y obreros de cualquier industria, arte, oficio o
profesión en el territorio de su jurisdicción, procurando
OCTUBRE DE 1919 307

resolverlos y pronunciando en todo caso el laudo corres-


pondiente.
tb) Fijar los jornales profesionales y los mínimos que
hayan de regir en rada localidad para cada industria,
arte u oficio.
•»c) Asesorar sobre la reglamentación de la legislación
social vigente y de las disposiciones que en lo sucesivo
se dicten y cuidar de la fiscalización de sus aplicaciones
y ejecución.
>dj Intervenir en los accidentes que se produzcan con
motivo de la implantación de la jornada legal de ocho
horas, y en la determinación de lo que es hora de traba-
jo dentro de cada categoría y especialidad de éste, así
como las excepciones que sea conveniente establecer, y
de las prórrogas de la jornada máxima que se pueda au-
torizar, fijando las remuneraciones especiales que corres-
ponda abonar por las horas extraordinarias.
•>e) Proponer al Gobierno las medidas legislativas o
acuerdos del Poder público que estime convenientes para
la paz social.
yf) Informar acerca de todas las consultas que le sean
sometidas por el Gobierno, así como prestar su colabora-
ción para la mayor eficacia de la legislación social.» Et-
cétera.
Esta disposición fué muy bien recibida, y algunos fa-
bricantes felicitaron al Sr. Sánchez de Toca.
0

El Conde de Romanones en Londres.—Se celebró


en la Embajada española en Inglaterra una comida oficial
en honor del Conde de Romanones, que hacia un viaje a
París y Londres.
Asistieron los principales miembros de la colonia es-
pañola y relevantes personalidades de la política y de la
diplomacia británicas. Entre los concurrentes figuraban
el ministro de la Guerra, Mr. Winston Churchill, y sir
Esme Howard, recientemente nombrado embajador de
la Gran Bretaña en Madrid.
Por la mañana fué recibido el Conde de Romanones
por Mr. Lloyd George.
La entrevista fué larga y cordial, y aun cuando tuvo
308 SOLDEVILLA.—El. AÑO POLÍTICO

carácter particular, es lógico que los dos hombres de Es-


tado, en el curso de la conversación, cambiaran impre-
siones sobre las cuestiones políticas y económicas que
interesan a las relaciones hispanobritánicas.
Al mediodía, el jefe del partido liberal británico, mis-
tar Asquith, invitó a almorzar al Conde de Romanónos.
Asistió también al almuerzo el presidente del Consejo
de ministros de Grecia, Sr. Venizelos.
El verdadero motivo del viaje del Conde de Romano-
nes a Londres fué el de tantear y suavizar, a título de
aliadófilo que siempre fué, la actitud de ambas naciones
respecto a los derechos de España en Tánger y la zona
española de Marruecos.

D Í A 15.—Violencias sociales.—En todas partes to-


maban los movimientos sociales carácter agresivo. En
Madrid, los pintores y sastres asaltaron talleros y tien-
das donde se trabajaba; en Rilbao, en una Asamblea de
mineros, hubo sucesos graves, con colisiones y heridos,
en Sevilla, los huelguistas corchotaponeros originaron
tumultos, resultando al apaciguarlos tres heridos; en Va-
lencia, Granada, Las Palmas y otros puntos, hubo tam-
bién violentas manifestaciones, y en Barcelona, además
de continuar las huelgas existentes cada vez más graves,
estallaron en pocos días otras dos bombas.

Progresos de Madrid.—El metropolitano.—En esta


fecha se inauguró con gran solemnidad el primer ramal
(de Cuatro Caminos a la Puerta del Sol) del metropolita-
no de Madrid.
S. M. el Rey, que siente un deleite espiritual asocián-
dose a todas las manifestaciones representativas del pro-
greso, acudió a honrar con su presencia el solemne acto.

Servicio postal aéreo.—También en esta fecha—que


será más merecidamente histórica que otras, por los ser-
vicios que en ella se implantaron -firmó S. M. el Rey un
decreto que comenzaba así:

«A propuesta del Ministro de la Gobernación, de


OCTUBRE DE 1919 309

acuerdo con mi Consejo de ]\linistros, vengo en decretar


lo siguiente:
«Articulo 1.° Se establece el servicio postal aéreo so-
bre la base de las líneas ex])lotadas por el Estado y las
de las Corapaflías nacionales y extranjeras que el Go-
bierno autorice. Por el Ministerio de la Gobernación se
establecerán, como vía de ensayo, algunas linens aéreas,
especialmente las marítimas que han de unir la Penínsu-
la con nuestras oficinas de África y Baleares.»
D Í A 22.—El manifiesto de Maura.—En esta fecha
publicó el Hr. Maura un importante documento, en el cual,
después de historiar toda la ])olítica de los últimos afios,
desde 1909, fustigándole sin piedad, decía respecto de la
actual situación.
«Esencia constitucional de las Cortes es que ocupen
el banco azul los mantenedores de una política a ella
fieles, y que con fidelidad aniUoga la fiscalicen y contras-
ten sus contrarios; con defraudar concertadamente unos
y otros los sendos cometidos, no se tienen Cortes del Rei-
no. Una ley de Presupuestos es siempre i^auta para toda
la vida del p]stado y reguladora eficientisima de las acti-
vidades principales y los intereses de miis cuenta en la
nación. Tan sólo se puede enterúler y decir que las Cor-
tes la examinan y la votan cuando toman en seria con-
sideración y juzgan, según los contrapuestos criterios,
cada (uial de estos asuntos iiiagiios, no cuando éstos son
pisoteados como rampa de acceso a la ansiada domina-
ción oficial.
•Trastrocada y corrompida la esencia noble de las ins-
tituciones, no es maravilla- que también se trabuquen los
efectos de su funcionamiento. Ko puede entrar en el cer-
tamen quien juzga del modo que juzgo yo la conducta de
postergar los grandes intereses de la Nación, vinculados
en una ley de Presupuestos, y Scacrificarlos en cabalas
banderizas.»
D Í A 25.—Anuncio del flock-out».—Comunicó el se-
fior Graupera al Gobernador civil, terminada la Asam-
blea patronal de Barcelona, que los patronos declararían
310 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

el día 3 de noviembre el lock-out general de todas las in-


dustrias, como protesta contra los obreros por no haber
cumplido el pacto que firmaron con el Gobernador, de no
crear nuevas huelgas y esperar a la constitución de la
Comisión del Trabajo, y contra la intervención del sindi-
calismo rojo, ya que continúan registrándose los atenta-
dos de carácter social.

Manifestaciones del Ministro de la Gobernación. —


El Sr. Burgos dijo a los periodistas:
«El Congreso de la Federación Patronal de Barcelona
ha acordado la declaración del lock-out general.
»Una minoría, no quiero decir de exaltados, pero si
de apasionados, se ha sobrepuesto a los demás y ha con-
seguido desviar aquella Asamblea de los cauces de armo-
nía en que se venia desarrollando.
»E1 Gobierno no oculta la dolorosa impresión que le
ha producido el ver que elementos de orden adoptan me-
didas tan extremas, y que, dado el ambiente general, no
sólo en España, sino en el mundo entero, no ha vacilado
en crear una situación tan crítica como la que plantea
aquel acuerdo.
•Grave es la medida, por lo que afecta a los obreros
en huelga; pero juzgúese si es justo lanzar a la calle, a
los rigores de la miseria, a los operarios que no han aban-
donado el trabajo.»

Estas declaraciones y otras análogas hechas por el


Ministro en diversas ocasiones causaron gran enojo a los
patronos.
D Í A 26.—El «lock out» y el Ministro.—La Asamblea
de patronos visitó en grupo (más de 2.000 individuos) al
Capitán general de Barcelona, que los recibió muy bien,
y al cual vitorearon, porque esperaban más apoyo de él
que del Gobierno.
El Ministro de la Gobernación, Sr. Burgos, dijo lo si-
guiente, hablando de este conflicto:

«Desde luego declaro que el lock-out es de todo punto


OCTUBRE DE 1919 311

contraproducente y de consecuencias que acaso no hayan


previsto en toda su extensión los que han llevado a sus
compañeros a la adopción de tan extrema medida. Igno-
ro hasta qué punto puede considerarse legal un paro ab-
soluto que alcanza a todas las manifestaciones de la acti-
vidad nacional.»
D Í A 29.—La Confederación patronal, contra el Go-
bierno.—La Confederación patronal de España remitió
una nota a la Prensa en que decía:

«Segundo. Que tal representación de los intereses


patronales de toda la nación, agrupada en torno de esta
Confederación, ha exteriorizado su protesta unánime
contra los procedimientos subversivos empleados por el
Gobierno en complicidad con el sincalismo rojo, habién-
dose sumado a esta protesta una gran masa de ciudada-
nos no industriales ni comerciantes, que ven con simpa-
tía el movimiento iniciado por la Confederación.
»Tercero. Que el Comité nacional de la Confedera-
ción, como ejecutor de los acuerdos del Congreso pa-
tronal, no ha pedido ni pedirá nada al Ministro de la
Gobernación; pero toma nota de sus públicas manifesta-
ciones, según las cuales continuará no amparando a los
patronos contra la acción criminal de los Sindicatos, a
los cuales alienta, como es público y notorio.

»Quinto. Que la espontánea y numerosísima manifes-


tación que acudió a saludar al Ejército, representado en
la persona del Capitán general de Cataluña, es fiel reñe-
jo de que la clase patronal no ve garantías de orden y
tranquilidad más que en dicha institución, tan víctima
como los mismos patronos del sindicalismo; pero en modo
alguno significa halagos ni conjuras, de que los patronos
quieren ver siempre alejado al Ejército.

•Noveno. Que a la constante imprudencia del señor


Burgos y a su habitual provocación se deberá que la Fe-
312 SOLOEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

deración patronal de Barcelona y esta Confederación no


puedan acceder a los requerimientos que alguien que
puede hacerlos les dirigió para que aplazasen el lock-out
hasta el regreso de S. M.»

D Í A 30.—otro documento violentisimo de la pa-


tronal.—Publicó esta entidad otro documento en el cual
decía:
«Los que aun se aferran al argumento de ridiculas
conjuras, impulsados por un último esfuerzo del instinto
de conservación, sepan que las Federaciones patronales
no depondrán su actitud hasta que el sagrado depósito
del Poder recaiga en hombros capaces de ejercerlo, siu
otro ideal que el bien y la tranquilidad de la Patria, pues-
ta en trance gravísimo por la acción sucesiva de todos
los partidos políticos sin excepción, pues todos contribuye-
ron a convertir en feria de apetitos vergonzosos el ejer-
cicio de la función de g o b i e r n o

Alguien creyó, y algún periódico lo insinuó con más o


menos claridad, que el Sr. La Cierva estaba de acuerdo
con estos elementos para tal campaña.
MES DE NOVIEMBRE
D Í A 1 . " - E Í «lock-out» en Cataluña. — Los patro-
nos, los obreros y el Ministro.-Para el día siguiente
se anunciaba en Barcelona el comienzo del lock-out o des-
pido general de obreros.
La Conicdcración patronal publicó una nota en que
decía, después de exponer las razones que para ello te-
nia, lo siguiente:
«Por lo que se refiere a Barcelona, el lock-out, decre-
tado por la Federación patronal indefinidamente, abar-
cará los siguientes grupos de industrias:
»Toda8 las de los ramos de construcción, madera,
transportes y metalúrgico; industrias del caucho y simi-
lares; fábricas de material eléctrico, cables, lamparas y
similares; aglomerados de carbón y depósitos de carbón
al por mayor: industrias químicas; consignación y adua-
nas; fábricas de carrocerías; artes gráficas y del libro (in-
cluso fabricación del papel y cartonajes); fabricas de vi-
drio plano V hueco; cordeleros y albarderos; fábricas de
juguetes y artículos de bazar; fábricas de sombreros; to-
neleria y anexos; instrumentos de música, y loa lama-
dos ramos del agua (tintes, aprestos y anexos), de la piel
(curtidos, calzados, etc.), y textil. _
.Quedan exceptuados del lock-out los servicios públi-
cos y el ramo de la alimentación. . •, . •
.El lock-out será total en todas las citadas industrias,
y en muchas relacionadas con ellas, que no se especifi-
can, tendrá derivaciones inevitables. >
El Comité de la Federación local de Sindicatos obre-
ros de Barcelona publicó un manifiesto en que, entre
otras, hacía las siguientes acusaciones:
314 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

«Nosotros acusamos a la Federación patronal de in-


tentar para el próximo lunes, 3 de noviembre, provocar
una alteración de orden público, para que haya lucha
entre los obreros y la fuerza pública y que se declare de
nuevo el estado de guerra.
•Nosotros acusamos a la Federación patronal de te-
ner a su servicio confidentes y agentes provocadores para
que la semana próxima se produzcan alteraciones de or-
den público.
»Nosotros acusamos a la Federación patronal de te-
ner a su servicio una banda de licenciados de presidio,
compuesta de más de 16 individuos, a quienes da un suel-
do de IB pesetas diarias; destinados a fingirse policías al
servicio de las Autoridades militares, para cuando se de-
clare el estado de guerra, asesinar a 20 ó 30 de los más
significados sindicalistas, pero cargando la responsabili-
dad de estos asesinatos a las Autoridades.
iNosotros acusamos a la Federación patronal de que
está en contacto con un extranjero para la comisión de
estos delitos.
»Los documentos y pruebas de cuanto afirmamos po-
dremos darlos a la publicidad dentro de breves días y
citando nombres.
•Resultado de cuanto decimos, que se pretende: des-
truir los Sindicatos, provocar el estado de guerra, asesi-
nar a los más significados obreros, provocar alteraciones
de orden público, y, como final de todo esto, provocar la
crisis del actual Gobierno.»

El ministro de la Gobernación, Sr. Burgos, dijo, ha-


blando de este documento:
tAparte de ciertas acusaciones, que paso por alto,
por no ser éste el instante más propicio para discutirlas,
tiene un fondo admirable de sensatez.
>En general, se advierte una propensión de la mayor
parte de los elementos sociales a mantenerse dentro de
un estado de orden.
»Para mí, no son desconocidos los manejos de deter-
minados elementos, que, con una desaprensión lamenta-
ble, buscan toda ocasión para crear dificultades.»
NOVIEMBRE DE 1919 316

Estas palabras causaron mucha sensación y gran dis-


gusto entre los elementos patronales.
Dimisión de Burgos.—En el Consejo celebrado en
esta fecha (que fué un éxito para el ministro de Hacien-
da, Sr. Conde de Bugallal, por la lectura de los presu-
puestos), el ministro de la Gobernación, Sr. Burgos, te-
niendo en cuenta lo que le combatían la Federación pa-
tronal y los elementos ciervistas, presento la dimisión
de su cargo; pero el Consejo, por unanimidad, la recha-
zó en absoluto, afirmando más la solidaridad que unía a
todos loa individuos del Gobierno.
D Í A 2. El <lock-out» en Barcelona. -Continuaban
la ansiedad y los temores en Barcelona, ante el aspecto
que tomaba la cuestión social.
El gobernador, Sr. Amado, auxiliado por importantes
personas de la capital, hacía todos los esfuerzos posibles
para evitar tan desagradable acontecimiento; pero no lo
conseguía, a pesar de infinitas conferencias y gestiones.
Conviene advertir que los Sindicatos (y ésta era la
principal causa de desavenencia) tenían en todo taller o
fábrica un delegado, que era quien mandaba en jefe en
la casa, ordenando o prohibiendo despidos o admisiones
y creando a diario multitud de conflictos.
Homenaje a Miláns del Bosch.—Cuanto mayor era
la enemiga, y aun el disgusto, que demostraba la cla-
se patronal catalana por las Autoridades civiles, era ma-
yor su respeto, y aun su entusiasmo, por las militares.
En esta fecha se verificó en Capitanía general el so-
lemne acto de entregar al general Miláns del Bosch el
bastón de mando que, por suscripción popular, le rega-
laba Barcelona, en agradecimiento a su gestión en de-
fensa del orden y del principio de autoridad.
El acto resultó brillantísimo, asistiendo a él más de
6.000 personas.
D Í A 3.—Comienza el «lockout>.—Comenzó el des-
pido de obreros, según estaba anunciado, que se fué ex-
tendiendo y agravando sucesivamente.
310 SOLDEVILLA. —EL AÑO roiJTTCO

El lock-out alcanzaba también a la Prensa. Sólo se


publicaron en Bnrcelona El Liheral y El Progi-eso.
Líis Autoridndes militares tomaron algima.s medidas,
pero no pasó nada, de lo anunciado por los sindicalistas.
D Í A 4.—El agio de la moneda extranjera.—Impor-
tantísima Real orden de Hacienda.—Las codicias des-
enfrenadas que se habían despertado durante la ¡guerra
continuaban creciendo, cuando, al firmar la paz, las na-
ciones beligerantes comenzaban a desenvolverse, para
reponerse de las fabulosas pérdidas que todas habían ex-
perimentado. Su signo de cambio estaba bajiaimo, y los
capitales es])anoles se lanzaron en su persecución, tra-
tando de adquirir prandcs cantidades de moneda extran-
jera, especialmente de francos y marcos, siendo muchos
los cientos de millones que salieron de Espafia para era-
pleai'se en tales valores.
El Sr. Conde de Bugalla!, para remediar el dafio, ])U-
blicó en la Gaceta de esta fecha la siiruiente Real orden:

«S. M. el Rey (q. D. g.), de acuerdo con su Consejo de


Ministros, y sin perjuicio de nuevas medidas que la expe-
riencia de lo que se propone pueda aconsejar, y la pro})ia.
Banca promover, se ha dignado disponer:
»1." Con objeto de regular el mercado de giros a satis-
facer en moneda que no sea nacional y que se cotice con
quebranto, se crean, tanto en Jladrid como en las demás
capitales y poblaciones donde las necesidades lo exijan,
Juntas de cambio constituidas por tres individuos desig-
nados por el Ministro de Hacienda a propuesta de las Aso-
ciaciones de Banqueros y Bancos del Centro, de Barcelona
y del Norte de í'spafia.

>Dichas Juntas extenderán talones de autorización,


en los que consten la cantidad, fecha, necesidades del pe-
ticionario, clase de moneda y plaza librada. El que reciba
la autorización, bien sea librador o tomador, remitini
diariamente a la Junta un estado de las operaciones con
las autorizaciones que hubiese recibido o se le hubiesen
presentado, respectivamente.
NOVIEMBRE DE 1919 317

»4.° Los contra ven toros de la presente Real orden


serán castigados, a propuesta de la Junta, con una multa
que podrá llegar al 10 por 100 del importe de la opera-

La mucha extensión del documento nos impide con -


signarlo íntegro, limitándonos a lo principal.

DÍA 5.—Importante discurso del Conde de Roma-


nones.—Después del manifiesto delSr. Maura y de las de-
claraciones del Sr. La Cierva y otros políticos, no podía
permanecer callado el Sr. Conde de Romanones. En efec-
to, en esta fecha, sus amigos políticos le obsequiaron con
una comida.
Terminada, ésta, ol Sr. López Monis (D. F.), en nombre
de la Comisión oi'L',,;iii/adora, hizo el ofrecimiento, lla-
mando al Conde de Uonianones «jefe del liberalismo espa-
ílob, «suprema garantia de la Patria», genio portentoso
y hombre de férrea voluntad.
El CJonde de Romanones pronunció un importante dis-
curso, en el cual, d(^spués de hacer la historia y defensa
de su gestión en el Gobierno, rechazó los cargos que se le
habían hecho, atribuyendo a su iniciativa la subida del
Sr. Maura.
En la cuestión internacional, dijo:

«Estoy seguro de que la mayoría de la opinión espa-


ñola reconoce que es conveniente una compenetración
mayor con los aliados, demostrar de una manera más efl-
caz" nuestras simpatías hacia ellos, pero me cabe la duda
de si igual unanimidad de opinión se logrará para llegar
a que esta compenetración, esta simpatía se cristalice de
una manera definitiva.
«Esta es la hora de definir sobre la base que acabo de
indicar nuestras relaciones, de establecer nuestros víncu-
los no solamente con Francia e Inglaterra, sino con los
Estados Unidos, con Italia, con Portugal y con todos los
países americanos de nuestra raza.»

En la cuestión de Tánger, dijo:


318 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

«Mis opiniones sobre Tánger y Marruecos son bien


conocidas: las he repetido muchas veces en el Parlamen-
to, las he dado a conocer en otras ocasiones:
•Nuestros derechos en Marruecos, consagrados por
tratados solemnes, son intangibles: lo que allí se pactó,
pactado está, y hay que mantenerlo: se trata para nos-
otros de lo que pudieran llamarse valores imponderables.
Si España desertara de Marruecos, aunque sus costas es-
tén bañadas en una gran extensión por el Mediterráneo,
dejaria de ser nación mediterránea.
•Hay que rendirse ante los hechos: Francia, victorio-
sa, piensa en el mañana. El pasado puede llevarla, en
relación con Marruecos, a una actitud de desconfianza
hacia nosotros, y esta desconfianza puede ser el mayor
obstáculo en el pleito de Tánger, y para afrontarle sólo
tenemos, a mi entender, un camino: que esta desconfianza
desaparezca, porque, al desaparecer, con ella también
desaparece el pleito y el conflicto. Marruecos y Tánger
no son pleito para tratado aisladamente; deben formar
parte de una obra de conjunto, de esa obra de conjunto a
que vengo refiriéndome.»

D Í A 7.—Las cuestiones sociales.—Barcelona, Va-


lencia, Madrid, Sevilla, Cádiz, Riotinto.—Se vivía en
plena efervescencia de obrerismo y sindicalismo. En Bar-
celona seguía planteado el lock-out y menudeaban los in-
cidentes y... los explosivos. En Valencia existían 18 huel-
gas de importancia, algunas de ellas con carácter dura-
mente agresivo contra cosas y personas. En Madrid se-
guía muy aguda y agresiva la de pintores, y en varios
pueblos de la provincia de Sevilla, también holgaban y
agredían los campesinos,

D Í A 8—Convocatoria de Cortes desde Londres.—


Telegrama del Rey.—La Gaceta de esta fecha publicó el
decreto convocando a las Cortes para el día 14, firmado
por el Rey en la Embajada de España en Londres.
El Gobierno recibió un telegrama del Monarca conce-
bido en términos muy efusivos.
Los ministeriales se mostraban sumamente satisfe-
chos, diciendo que la firma del decreto era una ratifica-
ción de la confianza del Rey.
NOVIEMBRE DE 1919 319

«Todas las intrigas y maniobras políticas de los mau-


rociervistas—anadian—se han estrellado ante la firma de
ese decreto.»
Fallecimiento d« Betegón.—Falleció en esta fecha
el distinguido periodista D. Javier Betegón _, ^ . ^
Era un periodista de vieja cepa. Hace más de treinta
años fundó y dirigió el periódico La Libertad, en el que
hizo notables campañas políticas. Más tarde entró a for-
mar parte de la redacción de La Época, y a este colega
ha pertenecido hasta su inesperado fallecimiento.
Fué Diputado a Cortes, y varias veces Gobernador
civil de provincias y Concejal y Teniente alcalde de Ma-
drid. Su muerte fué muy sentida.
DÍA n . - V i a j e del Rey a Francia e Inglaterra.-El
día 18 de octubre, en el expreso de Irun, salió de Madrid
S. M. el Rey para realizar su viaje a París y Londres.
La despedida que se le hizo fué extraordinaria, ex-
cepcional, porque estaba en la conciencia de todos que,
aunque con carácter particular, el viaje de D. Alfonso
tenía gran interés e inmensa transcendencia para Espa-
ña. Así es que todas las clases sociales, políticos, noble-
za, clase media. Cuerpo diplomático y gente del pueblo
llenaban la estación, y le despidieron al grito de ¡viva
España! ¡viva el Rey! , , ,, ...
Objeto del viaje. -Este viaje, al cual se había antici-
pado como explorador aliadófilo el Conde de Romanones,
tenía, según la opinión general, este objetivo:
«El Rey sabe—dijo El SoZ-que es necesario dar al
mundo la impresión de que España es algo más que unas
cuantas tertulias de cortesanos. Y va a París, y va a
Londres, a reanudar la vieja amistad con los hombres
más ilustres de Francia y de Inglaterra, a reanudar
aquella preciosa amistad que sufrió graves quebrantos
durante los cuatro años de batallas sangrientas.
»Luego, terminada esta misión, aclarada las actitu-
des y definida la situación de cada país, el Rey hablará
de Marruecos, de Tánger, del ferrocarril internacional,
del problema del Mediterráneo.»
3áO SOLDEVILLÁ.—JíL ASÓ POLÍTICO

El Diario Universal dijo:


«Llega a París on una hora delicada y oportuna; de-
licada, porque pueden presentirse motivos de desacuer-
do; oportuna, porque su presencia allí es el testimonio de
que la Nación española quiere mantener con la Repúbli-
ca francesa una amistad, la más íntima.
, »La desconfianza que pudo engendrar una equivoca-
ción del pasado, hay que deshacerla por actos que inspi-
ren una confianza completa en el porvenir.
•Marruecos, Tánger. He aquí el motivo de la posible
desavenencia. Marruecos y Tánger tienen para Francia,
según acabamos de oir en su Parlamento, un valor ines-
timable; pero Marruecos y Tánger tienen para España
un valor de aquellos que no pueden reducirse a cálculos
ni a cifras. Nosotros estamos convoncides de que con sólo
abordar el problema, que recoiiorcmos que es problema,
con ánimo exento de prejuicio, li;m de hallarse fórmulas
que no sólo eviten posibles conflictos, sino que sirvan
para estrechar de una manera sólida las relaciones de
amistad de uno y otro pueblo. >

Estas manifestaciones tenían importancia, porque


eran las del Conde de Romanones, que acababa de llegar
de Londres y París, y había conferenciado en esta misma
fecha con D. Alfonso.
El Liberal, republicano, dijo:
«No conocemos un solo español con responsabilidad
de Gobierno que no considere que la posesión de Tánger
o, por lo menos, el influjo preponderante de España en
Tánger, es esencial para nuestra Nación, si nuestra Na-
ción ha de realizar la obra protectora y civilizadora que
en su zona le está encomendada.»

El Pensamiento Español, tradicionalista, dijo:


«Desde el momento en que atraviese la frontera de
España y pise territorio extranjero, nosotros sólo hemos
de ver en D. Alfonso al más alto representante de la Pa-
tria. Queremos, con tal motivo, ahorrar todo comentario
NOVIEMÍRK DE 1919 821

y omitir toda hipótesis que pudiera restarle alguna fuer-


za. Ostentará desde el punto y hora en que se halle entre
los extraños la completa, íntegra representación del pue-
blo español.»
Tanto en Francia como en Inglaterra, fué tratado don
Alfonso con el mayor respeto y extriaordinario afecto.
Después de asistif a muchas invitaciones y fiestas y
de recibir muchos agasajos, en esta fecha (6 de diciem-
bre) salió de Londres el Rey D. Alfonso, teniendo una
cariñosa despedida. S. M. la Reina D.* Victoria quedó en
Inglaterra para pasar una temporada con su familia.
Camarera poco atenta.—Todos en Londres fueron aten-
tos con el Rey de España, menos una camarera del hotel
Ritz, donde D. Alfonso se hospedaba.
Hallándose una tarde en sus habitaciones, como la
chimenea estuviera apagada, D. Alfonso se dirigió muy
cortésmente a una camarera, rogándole encendiera el
fuego.
La camarera, muy poco afectuosamente, contestó:
—No puedo hacerlo: es mi hora de paseo.
Esto lo contaba después D. Alfonso con mucho grace-
jo, para pintar el estado en que se hallan en otras capi-
tales de Europa con respecto a la servidumbre.
El Rey en Madrid.—En esta fecha llegó a Madrid el
Rey, procedente de San Sebastián, donde se había dete-
nido algún día, así como en Francia, haciendo vida par-
ticular y visitando algunos campos de batalla.
En la estación esperaban las personas de la Real fa-
nailia, excepto el infante D. Alfonso de Orleáns, el Qo-
biemo, las Autoridades y otras numerosas personali-
dades.
El Rey saludó afectuosamente a los presentes, dando
un fuerte apretón de manos al general Berenguer.
Luego se trasladó en automóvil a Palacio.
Poco después llegó al regio alcázar el Embajador de
Inglaterra, quien conversó con D. Alfonso varios minutos.
Inmediatamente le yisitó el Presidente del Consejo.
El Sr. Sánchez de Toca no ocultaba por la tarde, a
las personas que le visitaron, la satisfacción que le había
21
322 SOLDEVILLA.—EL A S O POLÍTICO

producido la entrevista con el Rey, por los términos en


que éste había expuesto los resultados de su viaje a París
y Londres.
Pero no se supo más. De lo que pueda resultar de ese
viaje, indudablemente beneficios para España, digamos
con el clásico italiano:
Aipósteri Vardua sentenza.
DÍA 22.—Solución del conflicto de Barcelona.—En
esta fecha, y después de muchas dificultades y controver-
sias, se llegó a un acuerdo entre obreros y patronos en
Barcelona, acordándose aprobar dos nuevas bases, que,
al parecer, solucionaban el conflicto, y encargándose el
Gobierno de mandarlas cumplir de Real orden.
La satisfacción entre los que no estaban al tanto de
estas cuestiones fué grande; pero duró poco, porque ni el
acuerdo ni la Real orden fueron cumplidos.

DÍA 14.—Reapertura de las Cortes—Los presu-


puestos.—Reanudáronse en esta fecha las sesiones de
Cortes, dando lectura el ministro de Hacienda, Sr. Conde
de Bugallal, del proyecto de presupuestos, obra verdade-
ramente importantísima y que acusaba un trabajo ím-
probo y una superior mentalidad.
En sus cifras globales llevaba el nuevo proyecto la
siguiente comparación, en millones de pesetas, con las
que presentaron en noviembre de 1918 y enero de 1919
los Sres. González Besada y Calbetón:

CONCEPTOS Besada. OalbetóQ. Bugallal.

2.176 2.066 2.373


1.722 1.760 1.934
453 301 489
1.597 1.648 1.962
270 203 2
578 417 411

El Sr. Conde de Bugallal explicó su presupuesto en un


NOVIEMBRE DE 1919 323

elocuente discurso, en el cual hubo dos notas salientes:


la sinceridad y la confianza.
El Conde de Bugallal fué muy aplaudido.
Otros proyectos.—También leyó el Ministro los pro-
yectos siguientes:
Reforma tributaria—Proyecto de ley sobre elevación
del cupo de la contribución territorial.—Contribución de
utilidades.-ídem industrial y de comercio.—Impuesto
de derechos reales.—ídem sobre grandezas y títulos.—
ídem sobre transportes marítimos.—ídem sobre los te-
rrestres.—ídem sobre el alcohol y la cerveza.—Timbre
del Estado.—Impuesto de tonelaje.^dem sobre la achi-
coria.—Autorización para nuevos contratos de tabacos,
cerillas y timbres.—Impuesto sobre aumento de fortu-
na.—ídem sobre valor en venta de productos manufac-
turados o transformados.—Bases para el impuesto de cé-
dulas personales, y otros tres proyectos estableciendo
prescripciones para la enajenación de fincas adjudicadas
a la Hacienda por débitos de contribuciones.
Al día siguiente leyó el Ministro de la Gobernación
los proyectos de Accidentes del trabajo, asistencia pú-
blica y reforma electoral, y el de Fomento, el de casas
baratas.
También el Sr. Burgos y Mazo presentó a las Cáma-
ras otros proyectos, algunos de los cuales fueron califica-
dos de excesivamente atrevidos, y aun de perturbado-
res, como el de sindicación forzosa y el de contrato del
traloajo.
Además de éstos, presentó los siguientes: «Consejos
paritarios, bases para regular la vida municipal y pro-
filaxis de las enfermedades infecciosas».
Importante discurso de La Cierva.- Una página
de la historia política.—Así tituló el exministro señor
La Cierva la conferencia que dio en esta fecha en el ho-
tel Ritz, con ocasión de la Asamblea maurista que se es-
taba celebrando.
A las seis y media en punto ocupó la mesa presiden-
cial el Sr. La Cierva, figurando a uno y otro lado los ex
Ministros del partido maurista.
324 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Al acto no asistió D. Antonio Maura.


La concurrencia era numerosísima.
«He callado—dijo—durante estos meses, sólo por res-
peto al Sr. Maura, porque quería que antes se dejase oir
su voz.
• Vengo esta noche a hablar ante un auditorio íntima-
mente compenetrado con el sentir del Sr. Maura tanto
como yo lo estoy.

>Hc venido a confesarme ante vosotros, y he de de-


clarar noblemente que entonces sufrí mi primera equi-
vocación.» {Aplausos.)

A continuación examinó lo sucedido en 1917: el con-


flicto militar de 1 ° de junio y la Asamblea de parlamen-
tarios, seguida de la huelga general que el Gobierno ca-
lificó de revolucionaria.

«Al regresar de Murcia—dijo—aquel verano, el señor


Dato me llamó para decirme que se veía en la necesidad
de reorganizar el Gabinete y me invitaba a que acepta-
se la cartera de Guerra. Le contesté que si mi presencia
en el Gobierno representaba la conciliación del Sr, Dato
con el Sr. Maura, no tenía inconveniente en aceptar el
ofrecimiento que se me hacía.

•Entré en el Ministerio de la Guerra, donde la fami-


lia militar me prestó todo su afecto y donde sólo tuve
pruebas de una perfecta disciplina, y las Juntas de de-
fensa fueron apartándose de toda gestión política.
»Después vino el Gabinete nacional, buscándose el
nombre del Sr. Maura como pabellón para cubrir la mer-
cancía política averiada.
»Yo quedé siendo el pretoriano, el dictador fracasa-
do, el hombre que, encaramándose sobre el Ejército, ha-
bía querido dominar a España... cuando no muchas ho-
ras antes, en la misma Cámara regia, se me decía que
debía presidir el Consejo. Yo contesté que aquello equi-
valdría a la dictadura militar, y yo no llevaría nunca a
una dictadura a mi patria.» (Gh'andes aplausos.)
NOVIEMBRE DE 1919 325

Hizo una detallada historia de los intentos de concen-


tración conservadora, y dijo: . .,
«Este Gobierno no ha realizado obra útil alguna ni
ha abordado seriamente ningún problema.
•Todo tiene por origen el que un Gob|ierno conservar
dor que carece de fuerza parlamentaria se preste a ser
el instrumento de las izquierdas y a gobernar contra los
elementos conservadores del país, no sólo política, sino
socialmente considerados estos elementos. Por eso nues-
tra enemiga implacable.
>Este Gobierno llevó un Gobernador a Barcelona, el
cual declaró que a las pocas horas de llegar rompió telpr
nes, tramoyas y bambalinas, y aseguró que el problema
allí planteado era de fácil solución.
»Y ésta vino aparentemente, pactándose uu indulto,
levantándose el estado de guerra y haciendo concesior
nes a los sindicalistas.
> Después vinieron a Madrid los más afamados sindi-
calistas, y, acaso por consejo del Ministro de la Gober-
nación, hicieron en el teatro de la Comedia la expo8Íciói;i
de sus doctrinas.
»Si se cree que deben gobernar las izquierdas, h*
de decir en el Parlamento que gobiernen francamente,
encargándose del Poder; pero lo que no puedo consentirr
se es que un Gobierno llamado conservador esté al fren-
te de los destinos, ensayando normas para resolver los
problemas gravísimos planteados, a fin de que no se des.
gasten los elementos que constituyen ese conglomerado
de izquierdas y no se quebrante la semivirgiual de don
Melquíades Alvarez.» >'
Y terminó repitiendo una vez más que se proponía
combatir al Gobierno, porque había sido mal engendrado.
«No se me ocultan los graves peligros a que me ex-
pongo al combatir la política actual. Se me llamará tii
gre, enemigo del obrero, sanguinario. Que Dios nos juz-i
gue a todos.» (Grandes aplausos y vivas al partido ma,;iii.rista,
y al tír. La Cierva.)
32(5 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

La falta de espacio nos impide publicar más extenso


este discurso, que fué muy comentado.
DÍA 16.—El Congreso de Ingeniería.—Verificóse en
esta fecha, en la amplia sala del teatro Real, uno de los
actos más hermosos y transcendentales de la vida na-
cional.
Nos referimos a la inauguración del Congreso de In-
geniería.
Presidida por S. M. el Rey, celebróse la sesión que
inauguraba sus tareas. Los temas presentados en el mis-
mo, las personalidades que a él concurrían y que aqué-
llos desarrollaban fueron una demostración viva de la
importancia de tal Asamblea.
Discurso del Presidente del Instituto de Ingenie-
ros Civiles.—El Presidente del Instituto de Ingenieros
Civiles, Sr. Terán, un verdadero sabio y un hombre bue-
no, leyó, después que el Secretario hubo leído la Memo-
ria reglamentaria, un discurso verdaderamente notable
y de gran importancia, por la ciencia que contenia y el
patriotismo en que estaba inspirado.
Rindió al Monarca un homenaje de adhesión y grati-
tud, y refiriéndose a la obra del Congreso, manifestó que
eran sus características un acendrado patriotismo y una
fe inquebrantable en el trabajo y porvenir de España.
Discurso del Rey.—Al levantarse el Monarca, todo
el mundo se puso en pie e hizo a S. M. una entusiasta
manifestación.
Pasados algunos momentos, se hizo el silencio, y Don
Alfonso leyó un hermoso y patriótico discurso, en el cual
dijo lo siguiente:
«Señores congresistas: Escucho siempre complacido la
voz optimista de los Ingenieros españoles. El gran con-
fortante del espíritu humano, la esperanza, surge espon-
táneo y vigoroso al conjuro de sus palabras alentadoras,
porque no pueden ser mera ilusión, ensueño del deseo, las
venturas que predicen para la Patria quienes tienen el
hábito de basar sus afirmaciones con la exactitud del
NOVIEMBRE DE 1919 327

cálculo matemático en los antecedentes y datos que les


procura su ciencia.
' "ÍLa"Providencia",*que nos apartó de los horrores de la
guerra, nos exigiría estrecha cuenta de las horas de indi-
ferencia y abandono, porque no es la paz la inactividad,
sino el trabajo impulsado por el amor al bien que permite
al espíritu, cumplido el deber, recrearse satisfecho en el
bienestar de todos, por todos ganado en la fecunda labor,
lucha también santa y noble, que habéis inscrito en vues-
tro programa.
»La gloria será' vuestra recompensa cuando Espa,fia
pueda sentirse orgullosa del esfuerzo que espera de todos
sus hijos.
>Señore8 congresistas: Sed bienvenidos a esta Asam-
blea. La Patria os contempla para pasar revista a las
fuerzas intelectuales de que dispone para labrar ei ca-
mino de su total reconstitución. >

El Rey fué ovacionado.


DÍA 17. —Congreso Oceanógrafico.—También en
esta fecha se celebró un acto importante: la inauguración
del Congreso Oceanógrafico, presidido por el Principe de.
Monaco, venido a España exclusivamente para esto.
La sesión inaugural, verificada en el Senado, la pre-
sidió S. M. el Rey, rodeado de brillante pléyade de per-,
sonajes. , ^ , «
Con la venia de S. M., hizo uso de la palabra el señor
De Buen, pronunciando un breve y elocuente discurso, en
el que habló del carácter práctico y humanitario del Con-
greso y de que está llamado a dar las reglas para la na-
vegación submarina.
Discurso del Príncipe de Monaco.—El Príncipe de
Monaco leyó un discurso en francés, recordando que hace
años tuvo la satisfacción de exponer, ante una concurren-
cia española muy distinguida, la intensidad y la fecundi-
328 SOLDEVILIiA.—EL A.ÑO POLÍTICO

dad de una ciencia nuteva, a la que ól consagra loS ma-


yores esfuerzos de su vida.
Hizo en él un elogio de la ciencia del mar, y dijo que
el Rey D. Alfonso XIII presta su bienhechora influencia
a los que a su estudio se consagran.
«Nosotros—terminó diciendo—queremos esclarecer la
historia de la naturaleza y la utilización de los océanos,
de esos espacios que constituyen el más vasto dominio
del mundo viviente, y que encierran tantas fuerzas mate-
riales para el desenvolvimiento y bienestar de los hom-i
bres y tanta luz para esclarecer el porvenir.»
AI terminar la lectura, el Príncipe de Monaco fué muy
aplaudido.
Discurso del Rey.—A continuación se levantó S. M. el
Rey» y con todos los concurrentes de pie, leyó un bello
discurso, en el cual, después de saludar al Príncipe de
Monaco y a la concurrencia, dijo:

«La Nación española, a quien la Providencia concedió


en el pasado la alta misión de completar el planeta con
el descubrimiento de nuevas tierras y de nuevos mares,
que el arrojo y la pericia de sus navegantes incorporó a
la civilización universal^ quiere también distinguirse en
el porvenir por el entusiasmo y la eficacia en el estudio
científico del mar, y sobre todo, del mar Mediterráneo,
que ofrece en su historia un manantial de poesía y encie-
rra en sus profundidades un tesoro de enseñanza,
>Mi Gobierno, que, acogiendo con simpatía el voto
unánime de las Conferencias de Roma de 1914 y 1919, ha
convocado esta docta reunión, seguirá con el mayor inte-
rés vuestras deliberaciones, dispuesto a que vuestros sa-
bios acuerdos tengan toda la eficacia posible y se convier-
tan en hermosa realidad.»
Al finalizar S. M. fué aplaudido, y al atravesar el sa-
lón con el Príncipe de Monaco, se dieron vivas al Rey y
al Príncipe.
_ _ ^ ^ NOVIEMBBE; DE' 1919 • 989

DÍA 19.—La obstrucción ciervista.—Aparte del de-


bate acerca de las Juntas militares, que trasladamos a
lugar oportuno, la nota política del día fué la enérgica
obstrucción del Sr. La Cierva y sus amigos en el Con-
greso, pidiendo la palabra sobre el acta, votación nomi-
nal para su aprobación e invirtiendo luego mucho tiempo
en dirigir ruegos y preguntas al Gobierno.
Hasta para la toma en consideración de una propoaí-'
ción de ley relativa al alcantarillado de Santander pi-
dieron los maurociervistas votación nominal.
La Cámara se manifestaba molesta. La Época dijo:
«Los amigos del Sr. Cierva han sido fieles a su pro-
mesa, iniciando la obstrucción en el Congreso. Votación
nes nominales, preguntas que escatimen el tiempo del
orden del día, a todo se acude.
»Eso tiene un mérito doble: la novedad y la franqueza.
La novedad, porque la obstrucción no se había visto ma-
nejada nunca por quienes se digan representantes de un
espíritu conservador. La franiqtjeza, porqué; i^o se busca
el recato ni el disimulo.»
DÍA 21.—Sigue la obstrucción.—El Sr. La Cierva
anunció desde primera hora su propósito, y lo cumplió.
Sus amigos pidieron que se votara el acta nominal-
mente, y, como el día anterior, abandonaron el salón de
sesiones para restar votos.
Los Diputados con cargo.—El mismo Sr. La Cierva
defendió una proposición incidental para que se diese
cuenta de los Diputados que habían aceptado cargo.
Contestó el Ministro de la Gobernación, Sr. Burgos,
que el Gobierno entendía que la cualidad de Diputado ao
se perfecciona con la elección, sino con di juramento.
Respetuoso, sin embargo, con el Parlamento, se allanó
de
antemano a aceptar la solución que el asunto tuviera.
El incidente San Luis-Maestre.—Entre losincidenteer
parlamentarios que produjeron gran escándalo, hubo uno
en esta fecha entre el Conde de San Luis, ministro de
Abastecimientos, y el diputado ciervista Sr. Maestre líft-'
880 SOLDEVILLA..—EL A S O POLÍTICO

borde, que fué objeto de grandes comentarios, y al que


se dio un alcance que verdaderamente no correspondía a
la realidad de lo ocurrido.
Interpelaba el Sr. Muga al Ministro de Abastecimien-
tos sobre la Real orden en que se anunciaba un concurso
para autorizar exportación de arroz a cambio de impor-
tación de trigo; el Sr. Maestre Laborde, interrumpiendo
en alta voz, dijo:
«Esa es una combinación poco limpia.»
Y el Sr. Conde de San Luis, en tono muy bajo, con el
evidente deseo de dar a sus palabras carácter puramente
privado, y que sólo fueran oídas por aquel a quien se di-
rigían, dijo al Sr. Maestre:
«Si usted me cree capaz de hacer cosas poco limpias,
será porque es usted un c...>
Nunca pudo suponer el Conde de San Luis—así lo hizo
constar luego—que el Sr. Maestre hubiera de repetirá
voces aquella frase, que él pronunció sin el propósito de
ingerirla en la discusión pública, produciéndose entonces
tal alboroto, que hubo de suspenderse la sesión.
Aclaradas luego las cosas, resultó que todo había sido
un verdadero quid pro quod, puesto que el Sr. Maestre La-
borde dijo a cuantos quisieron oirle, que en su interrup-
ción no había querido referirse al Conde de San Luis. Así
lo reconocieron unánimemente los representantes de todas
las fracciones de la Cámara, incluso el Sr. Cierva, que,
reunidos en el despacho del Presidente, convinieron en
que éste diera por terminado el incidente al reanudar la
sesión, que se había tenido que interrumpir por la momen-
tánea excitación de los ánimos, enarbolándose algunos
bastones y cruzándose frases agrias entre el Subsecreta-
rio de Abastecimientos, Sr. Viguri, con otros Diputados
ministeriales, y los del grupo ciervista, que rodeaba al
Sr. Maestre.

DÍA 25.—Se agrava la situación en Barcelona.—


Tres petardos en la Capitania general.—-La cuestión
NOVIEMBRE DE 1919 331

social en Barcelona volvía a recrudecerse duramente. Los


patronos, que habían roto con el Gobierno, anunciaban
el lockout y muchos obreros se declaraban en huelga,
anunciando la general.
En el propio edificio de la Capitanía general habían
estallado tres petardos.
El hecho causó estupor en la ciudad.
Muerte del Marqués de Vadillo.—En la madrugada
de este día falleció el respetable exministro conservador,
Senador vitalicio y Catedrático jubilado de la Universidad
Central, D. Francisco Javier González de Castejón y Elío,
marqués de Vadillo.
Comenzó su vida política como Diputado indepen-
diente en las Cortes de 1879 a 1880.
Con el Sr. Cos Gayón fué Director general de lo Con-
tencioso y Subsecretario de Gobernación y Gracia y Jus-
ticia en Gobiernos de Cánovas del Castillo.
Escribió, además de un tratado de Derecho Natural
muy notable. El matrimonio dvil y canónico, El Poder tem-
poral de los Papas, Codificación y El principio de autoridad
en la vida social.
Su muerte fué muy sentida.
i i i

MES DE DICIEMBRE
DÍA 4.—Nuevo EmMador de Inglaterra. — Con
gran solemnidad se verificó en esta fecha la reieepción
del embajador de Inglaterra, Sir Esme Wiliiam Hó^ard,
cuyo discurso, así como el de contestación de S, M., el
Rey, revistieron altísimo interés.
Muerte de Fernando Boch^rini.—En Leóq^, donde
desempeñaba el cargo de Interventor de Hacienda, falle-
ció, victima de rápida tragedia, el antiguo periodista don
Fernando Bocherini y Abenza. j Vu
Durante muchos años figuró en las redacciones de El
Dia, en su primera época; M Mundo y otros ppriéoicoB,
en los que hizo acertadas campañas como articulista po-
lítico y como repórter. » •* ,
Fué uno de los fundadores de la Asocíadón de la
Prensa, figurando como Secretario en su primera Junf»
directiva.
Perteneció a la Diputación provincial de Madrid y
después desempeñó, entre otros, los cargos de Goberna-
dor civil en las provincias de Avila, Toledo y Lugo.
Persiguióle la desgracia, y cuando parecía que ib* a
vencerla, faltóle el v^lor para resistir, y se quitó la vida.
DIA 5.—Huelga de periodistas y de oficios y pro-
fesiones auxiliares de la Prensa.—Hacía tiempo que
los periodistas madrileños venían trabajando para for-
mar un Sindicato, y poder, de este modo, imppOierse a
las empresas para exigirles el mejoramiento de las conf
diciones de trabajo.
Como por sí solos, los periodistas, no podían conse-
guirlo, pues un redactor, y varios^ son muy fáciles de sus-
384 ' 80LDÍVILLA.—EL Aík) POLÍTICO

tituir, hicieron causa común con tipógrafos, vendedores


y repartidores, los cuales no se sustituyen tan fácilmente:
los primeros, por la técnica del oficio, y los otros, por la
clase de trabajo que desempeñan.
Una vez solidarizados y sintiéndose fuertes, plantea-
ron la ctfgaláón- a las empresas, tratando de establecer
condiciones *en todos los ramos auxiliares del periodismo,
aparte de los redactores.
Empezaron las conferencias entre los representantes
del Sindicato y los de las empresas, las cuales aceptaban
casi todas las que al inejoramiento del periodista se refe-
riaii; pero a determinadas condiciones no pudieron ac-
ceder, y no llegando a un acuerdo, tanto los periodistas
como sus cóasociados de todas claees, plantearon la huel-
ga en esta fecha, dejando de publicarse casi todos los
periódicos, excepto ABC, La Época y algún otro, que
sólo quedaron sin publicarse algún día, por espíritu de so-
lidaridad con sus colegas.
Los periodistas del Sindicato publicaron un periódico
titulado Nuestro Diario, en el cual atacaban duramente a
las empresas, y especialmente a D. Miguel Moya, pre-
sidente de la Sociedad Editorial, y al Sr; Luca de Tena.
Nuevo Gobernador de Madrid.—En esta fecha tomó
posesión de sü cargo el nuevo gobernador civil de Ma-
drid, Sr. Marqués de Grijaiba, dándosela el gobernador
saliente, Sr. Cavestany.
' El Ministro, ál dar cuenta de este cambio, hizo gran-
des elogios de ambas Autoridades.
El Sr'. Marqués de Grijalba, antiguo subsecretario de
Gracia y Justicia, salió para ocupar el Gobierno civil, de
la Oomiisaría general de Seguros, cargo dificilísimo, que
desempeñó con una inteligencia y una caballerosidad ex-
traordinarias, dejando allí gratísimo recuerdo.
DÍA 6.—La situación en Barcelona.—Se había agra-
vado mucho la situación de Barcelona con motivo de las
huelgas y del lock-out, que fué consecuencia de aquéllas.
Véase lo que dijeron de aquella ciudad:
«Aunque no se ha alterado el orden en el exterior, la
situación se agrava por momentos.
DICIEMÍ8RE DE 1919 836

»E1 aspecto de la ciudad, con todos sus comercios ce-


rrados, es desolador.
> Aunque la anormalidad se ha hecho endémica y ya
están acostumbrados a ella los barceloneses, la inquietud
y la preocupación suben de punto.
•Todos los comercios permanecen cerrados, y esto
hace sentir vivamente la realidad del conflicto.»
Movimiento socialista.—El aumento de individuos y
entidades socialistas fué el siguiente:

Múmero Número
ORGANISMOS de entldadea. de afllladoi.

183 10.060
1 100
Grupos socialistas españoles en el Extran-
4 196
160 31.757

338 42.113

En el año anterior se componía el partido de 233 en-


tidades, con 14.B88 afiliados.
DÍA 9.-otra vez las Juntas militares de defensa.—
Crisis total (1).—El Sr. Sánchez de Toca, Presidente del
Consejo de Ministros, planteó la crisis total; pero aunque
el acto se verificó en esta fecha, su origen era muy ante-
rior, y procedía de la actitud de la Junta de defensa de
Infantería.
Véase lo ocurrido, consignado muy sumariamente, y
que hemos creído oportuno reunir, para su más clara
comprensión, en un solo relato, que consignar cada trá-
mite en su respectiva fecha.
Desde hace muchos años, bastantes más de los que
(1) Debemos advertir que muchos de los datos de esta relación
están tomados, como garantía de mayor exactitud, de la notable
revista Nuestro liempo, publicada y dirigida por el ilustre perio-
dista D. Salvador Ganáis, a la sazón subsecretario de la Presiden-
cia del Consejo.
80LDEy^;-I,A,—Kí. ^ 0 , PQLÍTICO

tiene de f^cba el triste fenómeno de sindicalismo militar


manifestado en 1.° de junio de 1917, era problema orgá-
nico que preocupaba y apasionaba al Arma de Infante-
ría, el de si las funciones de Estado Mayor en el Ejérci-
to han de ser obra de una organización o servicio propio
de un Cuerpo eapecial.
Todo esto, repetimos, era anterior a las Juntas de de-
fensa; pero es claro que la existencia de éstas, con cuan-
tos estragps han, producido en la moral del Ejército, ha-
bia agriado y enconado aquel problema orgánico, hasta
convertirlo en una cuestión pasional, que recientemente
habia tenido muy enojosas manifestaciones. Las Armas
generales, la Infantería al menos, venían exigiendo de
los oficiales suyos que se preparaban para el ingreso en el
Cuerpo de Ep*,ido Mayor el compromiso de no volver al
Arma de su procedencia, si fracasaban en el intento.
Respecto de la última promoción al ingreso en la Es-
cijjela Superior de Guerra, se habían exagerado laa exi-
gencias respecto de los oficiales de Infantería, y éstos se
creyeron en el caso de redactar un manifiesto a sus com-
pañeros de Arma, apartándose de las Juntas de defensa.
Hacia un año, próximamente, surgió un incidente del
que el público apenas tuvo noticia. Las Juntas militares
toparon coh la rebeldía de un oficial de Infantería, alum-
no de la Escuela Superior de Guerra. Este alumno se
llamaba D. Ramón Martínez de Aragón.
Hubo lances o conatos de lances, y la herida de amor
propio en las Juntas quedó abierto, al mismo tiempo que
aumentaba el disgusto en los alumnos de la Escuela Su-
perior de Guerra, los cuales publicaron la declaración
siguiente:
«Los oficiales que suscriben, considerando que no rea-
lizan las Juntas los actos que su primitiva orientación
hacía esperar, no juzgan ni censuran por el momento la
conducta de éstas; pero obrando con arreglo a los dicta-
dos de su conciencia, acuerdan separarse de dicho orga-
nismo; advirtiendo, no obstante, que están dispuestos a
formar en todo momento al lado de sus compañeros para
el logro del ideal de justicia.—Madrid, 16 de octubre
de 1919.—Joaquín Alonso Barcia, Antonio Roca, íernando
DICIEMBRE DE 1919 337

Oárate, Manuel de Quesada, Joaquín Boneta, José Díaz de


Villegas, Juan Priego, Fernando Amiches, José Navas 8an-
juán, Ildefonso Domínguez, lernando del Águila, José Laz-
cano, Antonio Aymaf, Eleuterio ViUanueva, Ramón M. de
Aragón y Carrión, Juan Barja, José Coello de Portugal,
Luis de Lamo, Francism Domínguez, Miguel Martin Na-
ranjo, Manuel L^ombardero, Luis Montes, Ramón Mora.»
Esta fué la declaración que firmaron; pero aun era
raáa importante un folleto en el que se condenaba la ac-
titud y la labor de las Juntas.
El dia 24 de octubre se reunieron 86 tenientes de In-
fantería de la guarnición de Madrid y acordaron decla-
rar que los 26 compañeros suyos, alumnos de la Escuela
Superior de Guerra, al firmar un acta y editar un folleto
dando publicidad a hechos sobre los cuales habían pro-
metido por su honor guardar secreto, habían realizado
un acto deshonroso, por lo cual debían ser juzgados en
Tribunal de honor y separados del Ejército. Por conse-
cuencia de tal acuerdo, un Tribunal de honor, compuesto
de 10 tenientes de Infantería de la Escuela Superior de
Ouerra, juzgó sucesiva y separadamente a 16 de los 25
oficiales acusados por el hecho de haber publicado en el
periódico El Sol la carta antes mencionada acerca de un
asunto sobre el cual habían prometido por su honor guar-
dar reserva. Ese Tribunal acordó, por ocho votos contra
dos, la separación del servicio de dos de aquellos 16 ofi-
ciales alumnos; por siete contra tres, la de otros siete, y
por seis votos contra cuatro, la de los siete restantes. En
las actas levantadas por el Tribunal de honor se hacia
constar que se habían cumplido todos los requisitos que
marcan los artículos 720 al 727 del Código de Justicia
militar y disposiciones aclaratorias para su perfecta y
legal constitución. La discrepancia consistía (pues nos-
otros no hemos de definir la cuestión técnica) en si estaba
el Tribunal bien constituido por 10 tenientes de la Escue-
la Superior de Guerra, o si eran insuficientes para juzgar
a 16 acusados, cosa que debían hacer los de la misma o
superior categoría de otros Cuerpos de la guarnición.
Fué público y notorio en Madrid, que en la reunión
inicial del procedimiento, celebrada el 24 de octubre, se
22
338 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

había producido algún tumulto por parte de los residen-


ciados, y también se habló de alguna gestión hecha cer-
ca del Ministro de la Guerra sobre el particular.
Actuó el Tribunal de honor, y el Ministro de la Gue-
rra elevó el expediente en consulta al Consejo Supremo
de Guerra y Marina el día 8 de noviembre. El 14 emitió
informe la Fiscalía del alto Tribunal, favorable a la eje-
cución de lo actuado por el de honor, por entender qne
éste había funcionado perfectamente dentro de las nor-
mas legales. Discutió el Consejo esa ponencia en sesión
del día 24, y como una gran mayoría se pronunciara
contra ella, se designó una Comisión, compuesta por los
generales Cirujeda, Márquez, Puente y Mille, para que
redactara el proyecto de acuerdo, que fué aprobado el
día 28. El 1.° de diciembre lo comunicó el Consejo al Mi-
nistro de la Guerra.

La cuestión en el Congreso.—Interpelación del se-


ñor Prieto.—El asunto tomó estado parlamentario, y en
la sesión del 19 de noviembre, el Sr. Prieto explanó su
interpelación relacionada con la actuación de las Juntas
de defensa, en la que intervinieron los Sres. Lerroux,
Alvarez (D. Melquíades), Villanueva, La Cierva, Castro-
vido, Moles, el Ministro de la Guerra y el Presidente del
Consejo.
Después de breves rectiñcaciones, se terminó el de-
bate, del que por falta de espacio damos muy ligera idea,
consignando, no obstante, con claridad la actitud de to-
dos los grupos políticos respecto a la cuestión, viéndose
bien claro que ninguno de los gubernamentales o presun-
tos gubernamentales se puso enfrente de la actuación de
las Juntas de defensa.
Nota saliente, que surgió al final y cuando los Dipu-
tados comentaban ya las diversas intervenciones, fué la
declaración del Sr. Ministro de la Guerra, afirmando que
el Ejército, con Juntas técnicas o sin ellas, discutidas o
no, mantendrán en todo caso, frente a problemas políti-
co-sociales, su legendaria disciplina y se someterá sin
reservas a las decisiones del Parlamento.
Con esta afirmación se relacionaba la reciente entre-
vista de ios coroneles con el Ministro.
DICIEMBRE I>E 1919 339

Aparte este aspecto del conflicto, el capitán general


de Madrid, Sr. Aguilera, dimitió; pero después de algunos
días fuera de Madrid, volvió a hacerse cargo de la Capi-
tanía general.
La intervención del Consejo Supremo de Guerra y
Marina en la ejecución de los fallos de los Tribunales de
honor no es logalmente preceptiva. Por sentencia del
Tribunal de lo Contencioso en 16 de mayo de 1900, se
declaró que la carencia de esa intervención no constituía
vicio de nulidad. Pero en una de las reformas del regla-
mento interior del Ministerio de la Guerra se incluyó un
articulo, el 34, en el cual se hacía obligatoria aquella
consulta sobre lo único que cabe examinar, la legalidad
del procedimiento, ya que respecto del fondo es soberana
la facultad del Tribunal. El Sr. La Cierva, en mayo de
1918, el día mismo de ejecutar, previa audiencia del
Consejo Supremo, el fallo' del Tribunal de honor contra
el coronel Márquez, publicó otra Real orden derogando
aquel artículo 34 y suprimiendo la obligación de oir al
al alto Cuerpo.
Al encontrarse con este caso, verdaderamente excep-
cional, el Ministro de la Guerra lo sometió al Consejo de
Ministros, y de su acuerdo se publicó esta versión ofi-
ciosa:
«Al ser sometida al Consejo de Ministros por el de la
Guerra la decisión sobre si los actos de los Tribunales de
honor deben ser ejecutoriados sin oir al Consejo Supre-
mo, de acuerdo con lo dispuesto en la Real orden de mar-
zo de 1918, o si, por el contrario, procede actuar confor-
me al precepto entonces derogado, o sea el artículo 34
del reglamento para régimen y despacho del Ministerio
de la Guerra, el Consejo de Ministros emitió unánime pare-
cer de que siempre que hubiera la menor duda respecto a la
legalidad de la constitución del Tribunal de honor, sería indis-
pensable la previa consulta al Consejo Supremo, puesto que
la esencia de la jurisdicción de dichos Tribunales de ho-
nor radica en que satisfagan sus veredictos al doble re-
quisito de la plenitud de soberanía de cada Arma o Cuer-
po para apreciar y definir su concepto del propio honor
dentro de la propia solidaridad y de la más escrupulosa
340 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

legalidad en el procedimiento y constitución del Tribu-


nal, ya que en ello está la garantía del derecho constitu-
cional de todo español a no ser juzgado sino por jueces o
Tribunal competentes en virtud de ley anterior y en la
forma prescrita por disposiciones legales también ante-
riores.»

El Ministro de la Guerra sintió esas dudas, consultó


al Consejo Supremo y decidió acogerse a su parecer, en
contra del que habían formulado los Fiscales. La deci-
sión del Ministro produjo gran revuelo. Se había confiado
en que el transcurso del tiempo disuadiría al Arma de
Infantería del enojo que la dominaba respecto de sus
compañeros infieles al compromiso contraído, y no era
así, antes al contrario, tales cosas se decían, tales rebel-
días y coacciones se atribuían al Arma de Infantería, que
el Ministro de la Guerra se sentía, al resolver, cohibido
por el temor de que se atril)uyera a cobardía y encogi-
miento lo que tenía el propósito de hacer, y llevó al Con-
sejo de Ministros celebrado el día 1." de diciembre au di-
misión personal. El Gobierno entero, reconociendo que
aquel estado de opinión afectaba a todos, hizo causa co-
mún con el Ministro de la (iluerra, y aquella misma no-
che quedó planteada ante el Key la crisis total.
Después del debate mantenido en el Congreso tres
días antes, el Ministerio no podía (juedar bajo la sospecha
de que había actuado por la imposición de poderes ilegí-
timos, cuya existencia en tal forma coactiva había nega-
do en el seno de la representación nacional. O aquel es-
tado de opinión se desvanecía por hechos fehacientes o
el Gobierno estaba obligado a retirarse antes de aparecer
deshonrado por él. Acaeció lo primero. El día 2, por la
noche, apareció en la Prensa una declaración terminante,
que quería desvanecer en absoluto aquel estado de opi-
nión; pero que hacía ver el firme propósito de las Juntas
de conseguir lo que deseaban. Decía así:

«Un asunto de honor, promovido por unos oficiales


que olvidaron a lo que el suyo les obligaba, produjo un
movimiento unánime en el Arma, que no podía tolerar
que en su seno continuaran quienes agraviaron aquel
DICIEMBRE DE 1919 341

atributo que es primordial galardón de quien viste uni-


forme. , 1 1 •
>Convencida de su perfecto derecho a resolver el plei-
to surgido dentro de ella, no pensó ni por un momento
acudir a otros caminos que los que Ins leyes do la, Nación
la ofrecían, v asi lo hizo, siguiéndolos con toda la calma
y toda la frialdad que imperan siempre en quien tía en
su razón y en su derecho.
>No la han hecho salirse de ellos ni los obstáculos
hallados ni las resistencias que se la oponían; ha acepta-
do cuantos medios se la brindaron para llegar por la ley
al único íin que se proponia: hacer efectiva su .lusta de-
cisión de velar por su prestigio y honor; nada, pues, de
lo que en cualquier orden pueda acontecer ha de ser atri-
buido al Arma de Infantería sin incurrir en la in.justicia.>
El Eey, después de escuchar la opinión de algunos
personajes (el Sr. ]\Iaura se excusó de darla), ratificó su
confianza al Cobierno, y ya pudo continuar desembara-
zadamente la, actuación que al Ministro de la Guerra in-
cumbía en el asunto, que claro es que no podía dejarse
en la anulación de lo actuado. El general Tovar dicto el
día 3 de diciembre, después de oir sobre ella al Consejo
de Ministros, la siguiente J-ícal orden circular;

«No estando previsto en el capítulo 111 del título XXV


del Código de Justicia militar el caso en que sean vanos
los que por la misma causa deban ser juzgados por J n -
buual de honor, v como consecuencia de cUo^iio pueda
existir la circunsümcia primera del articulo /21 del ci-
tado texto legal, por la que se dispone que para la cons-
titución de estos Tribunales es preciso que las cuatro
quintas partes de los individuos de la clase a que perte-
nezca el acusado que sirvan en el mismo Cuerpo armado
u oficina estimen deshonroso el hecho de que se trata,
»E1 liey (q D. g.) se ha servido lesolver que para ta-
les casos se constituvan los Tribunales de referencia con
todos los del mismo ¡«mpleo, Arma y escala residentes en
la localidad, presididos por el más antiguo, y que si di-
cha constitución hubiera de tener lugar en la capitalidad
de las regiones, corresponda autorizarlos a los Capitanes
342 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

generales, de quienes se solicitará por conducto del Go-


bernador militar, correspondiendo en otro caso la conce-
sión a éste o al Comandante militar, quienes darán cuen-
ta de ello a la autoridad de la región.»

El 'i7 de noviembre se reunió la Sala de gobierno del


Tribunal Supremo y emitió dictamen declarando la nuli-
dad de dicho Tribunal de honor; dando, por consiguiente,
la razón a los alumnos diplomados a quienes se condenó.
Terminada la reunión, el Ministro do la Guerra cele-
bró una extensa conferencia con el Sr. Martínez Raposo,
presidente de la Junta de defensa del Arma de Infante-
ría, y poco después marchó el general Tovar a conferen-
ciar con el jefe del Gobierno.
De los 18 Consejeros, 14 votaron que el Tribunal de
honor no estaba bien constituido, y cuatro, en favor. Ks-
tos últimos eran los dos fiscales y los tenientes genera-
les Carbó y López Herrero. Al conocerse en el Congreso
el fallo, fué muy favorablemente comentado.
Claro es que el acuerdo dictado por el Consejo Supre-
mo de Guerra y Marina fué objeto de encontrados comen-
tarios en los Círculos militares.
Sin embargo, la nota dominante en los comentarios
era la de serenidad y la de mantener la disciplina y la
unión.
Se dijo, no obstante, que las Juntas habían ido a ofre-
cer la dictadura al general Aguilera, el cual no la aceptó
ni la rechazó, limitándose a decir que no lo bastaba el
ofrecimiento hecho sólo por la Junta de Infantería, y que-
ría la de las demás Armas.
Se hizo público un documento (copia de un acta de
una Junta regional del Arma de Caballería), en el cual
se consignaba lo siguiente:

«El Presidente manifestó que la reunión tenía por


objeto dar cuenta a la misma de que en el día de ayer
fué citado por el Presidente de la Junta de Infantería,
para una reunión de Presidentes de Juntas, y que en
dicha reunión, el Presidente de la de Infantería expuso
los acuerdos tomados por la misma Arma, y que son los
siguientes:
DICIEMBRE DE 1919 343

»1.'' Los fefes de Cuerpo y organismos de Infantería


de esta guarnición se presentarán el día 3 al Gobernador
militar de la plaza para hacerle presente la actitud de la
de Infantería motivada por el fallo del Consejo Supremo
de Guerra y Marina concerniente al Tnl)unal de honor
de los oficiales de la Escuela Superior de Guerra, contra-
rio al sentir del Arma. . . ,,
>2." Si el Gobierno no satisfacía las aspiraciones del
Arma, se reunirían cu los cuarteles todos los jetes y
oficiales, repartiéndose los que no tengan destino en
Cuerpos, entre los regimientos de la guarnición, como
protesta a dicho fallo. ,., ,. ,
»3." Que si aun así no se daba cumplida satisfacción
al Arma, dejarían de montarse los servicios de Plaza y
Cuerpo encomendados a ella.»
En cambio, La Correspondencia Militar decía lo si-
guiente:
«Que ni el Arma de Infantería, ni representación de
ella debidamente avalorada, se ha salido en instante
alguno de la legalidad, ni ha marcado por si, a ñame,
plazos para nada, ni ha recabado nuevas disposiciones
oficiales, ni ha dejado nunca de someterse, llegado el
momento decisivo,'a las determinaciones de superiores
entidades colectivas o individuales, siguiendo escrupulo-
samente el camino que se ha indicado, y confiando con
tranquila dignidad en los ofrecimientos que, sin conmi-
nación alguna, se le han hecho. j;„„„oaf.,
.A lo único que ha estado y sigue estando disP^fsta
la Infantería esjafiola es a que su espíritu y honor "o
sean mancillados. Y como nadie cree que haya exis ido
ni exista tal intento, nadie ha podido pensar en futuras
determinaciones colectivas a base de tan torpes y peli-
grosos empeños.»
Entretanto, el mismo día 3 se reunía el nuevo Tribu-
nal de honor, formado por los tenientes de Infantería de
la guarnición, y después de una sesión de diez o doce
horas, acordó la expulsión, no de 16, como en noviembre,
sino de 23 de los 25 inculpados. De nada sirvió que los
344 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

oficiales expulsados dirif^ieran una instancia a S. M. el


Rey, y otro una carta al Arma de Infantería haciendo
protestas de disciplina y de amor a la Infantería y al
Ejército. El día 4 pasaron las actas a las Autoridades mi-
litares, y por ellas, al Ministro de la Guerra. De nada sir-
vió tampoco la siguiente carta, que publicó un periódico:

«Membrete tachado: El Ministro de la Guerra.


*S7\ D. Silverio Martínez Raposo.
«Madrid, 6 de diciembre de 1919.
»Mi querido Coronel y amigo: Con motivo de la cele-
bración de nuestra excelsa Patrona, pudiera el Arma de
Infantería realizar un acto de clemencia; sería inmensa
la satisfacción de un oficial que, como yo, sirvió en ella,
en las cinco partes del mundo, más de cuarenta años.
»Venga el olvido y la paz, para bien de la Patria, del
Rey y del Ejército.
>E1 Arma ha recibido ya su satisfacción.
»Deseo haga conocer esta aspiración a los Coroneles
de Infantería residentes en Madrid.
»Su muy afectísimo amigo el teniente general proce-
dente del Arma de Infantería, Antonio Tovar.»
Sabido es que el Sr. Martínez Raposo es el Presidente
de la Junta de defensa de Infantería.
La súplica del general Tovar no fué atendida.
Hubo también varias protestas en otras clases socia-
les, pero no sirvieron de nada.
El 6 se firmaban las 23 Reales órdenes de baja en el
servicio; el 6 las publicaba el Diario Oficial del Ministerio
de la Guerra y se acordaba el planteamiento de la crisis
total, que no se hizo efectiva hasta el día 9, por la ma-
ñana, al llegar a Madrid S. M. el Rey.
*
• *

El Ministro de la Gobernación de aquel Gabinete, se-


ñor Burgos, verdadero iniciador de la crisis, dio una ex-
plicación de su actitud. Para él, no se debió plantear la
WCIEMBEE D E / 1 9 1 9 l'i I 945

crisis del día 1: primero, porque creía que no eran exac-


tas las referencias que el ]\finÍ8tro hacía sobre «un estado
de opinión»; secundo, porque si hubiera sido exacto, ha-
bría habido la obligación de resistirlo.

«¿Existía—dijo la nota del Sr. Burgos y Mazo—ese


poder tenebroso a quien muchos atribuyen una interven-
ción anticonstitucional en la vida pública, a cuyo influjo
caen unos Gobiernos y se forman otros?
•Pues era necesario que no permaneciera en la som-
bra, que se exhibiera visiblemente, que no hubiera ma-
nera de que pudiera negar después su ingerencia, con-
trayendo claramente, directamente, la responsabilidad
de sus actos ante el país, a fin de que la opinión justifi-
cada de éste y el peso de la propia responsabilidad de
aquél fuesen el freno que le contuviese en lo sucesivo o
la fuerza moral que lo hiciera desaparecer, «ya que no
pudiéramos contar con la material para imponer la ley».
>¿No existía ese poder? Pues no debíamos de ninguna
manera realizar nada que contribuyera a confirmar la
opinión de los que creen en él, pues sin quererlo infería-
mos un daño inmenso al interés general y al Ejército.
»Nuestra línea de conducta, en mi sentir, se hallaba
claramente trazada.
•Debíamos seguir, sin vacilar un instante, nuestra
labor; dar al asunto que nos había traído el conflicto la
tramitación corriente, sin demora; pero sin precipitación
excesiva, que diera la sensación de que nos hallábamos
impelidos por presiones ilegitimas, con merma de la au-
toridad y de la dignidad del Gobierno.
»Si actuando así llegábamos, como yo creía, al térmi-
no de nuestra labor sin contratiempo alguno, habríamos
deshecho un fantasma, acreditando que no existía ese
poder anticonstitucional y prestando un servicio inmenso
al país, al Rey y al Ejército.
íSi, por el contrario, y por desgracia, los temores de
algunos tenían fundamento, convenía que dejáramos lle-
gar los acontecimientos, que el hecho material de arro-
jarnos del Poder se realizara, porque esto seguramente
produciría en el mismo elemento que lo llevase a cabo,
80 pena de sumirnos en la anarquía, la reacción saluda-
ble que había de extirpar el mal.
346 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

»Mi opinión no prevaleció ante la insistencia del Mi-


nistro de la Guerra, la crisis se planteó y pareció que
habíamos salido de ella más fuertes por las ratificaciones
de la confianza de D. Alfonso y por el consejo de las ilus-
tres personalidades consultadas por el Rey; pero bien
pronto hemos podido apreciar el quebranto, en mi sentir
irreparable por ahora, que nos ha causado y la necesi-
dad en que nos hallamos de volver a presentar nuestras
dimisiones.
>Es indudable que siendo acuerdo del Consejo de Mi-
nistros dar al nuevo fallo del Tribunal de honor la trami-
tación que tuvo el anterior, enviándolo a informe del
Consejo Supremo de Guerra y Marina, la discrepancia
con el Ministro del ramo y el hecho de que éste haya re-
suelto por sí, sin llenar este trámite, hallaría la solución
más lógica en una crisis parcial que sólo comprendiese
al Ministro de la Guerra; pero es también evidente que
la inmensa mayoría de la opinión pública, al pensar que
esa crisis ha podido producirse antes de la resolución del
Ministro, crea ver una maniobra, por la cual, aprove-
chándonos del acto realizado para resolver un conñicto,
lo sacrificábamos después, cargando sobre él toda la res-
ponsabilidad, y aunque esto es completamente inexacto
y la verdad la que he expuesto, el efecto en la opinión
pública sería en extremo nocivo para nosotros y nos sen-
tiríamos sin aquella fuerza moral necesaria a los Gobier-
nos para dirigir con dignidad y autoridad los destinos
públicos,
»Por esto yo, que fui enemigo de plantear la primera
crisis, entiendo que, aun no siendo solidario de lo actuado
por el Ministro de la Guerra, un motivo de pública hones-
tidad me obliga hoy a acompañarle en su salida del Mi-
nisterio.»

La nota fué muy comentada, y por algunos elementos


aplaudida.

Después del fallo.—Los señores exoficiales de la


Escuela de Guerra D. José Coello de Portugal y D. Ra-
món Martínez Aragón presentaron instancia pidiendo
DICIEMBRE DE 1919 34T

se anulara el fallo que les expulsaba del Ejército, y les


fué denegado. ;
Estas Reales órdenes habían de ser base para la pre-í,
sentación del recurso contencioso administrativo que en-
tablaría el exrainistro Sr. Bergamin a nombre de los in-
teresados.

En el Congreso.—Proposición del Sr. Domingo.—


Interesantísima fué la sesión del Congreso en el día de
la fecha. Se discutió la siguiente proposición del Sr. Do-
mingo:
tLos Diputados que suscriben someten a la aproba-
ción del Congreso la siguiente proposición incidental:
»E1 Congreso de los Diputados declara la ¡ilegalidad
de las Juntas de defensa militares.
«Palacio del Congreso, 26 de noviembre de 1919. -
Marcelino Domingo, Francisco Laj/ret, Gabriel Alomar, In-
dalecio Prieto, Manuel Hilario Ayuso, Roberto Costrovido.»
Este Diputado republicano, autor de la proposición,
examinó el problema desde su punto de vista, comba-
tiendo el sindicalismo del elemento armado y señalando
las ocasiones en que las Juntas, por haber intervenido en
política, han puesto en peligro la supremacía del Poder
civil. Abundando en los puntos de vista que sobre este
mismo asunto expuso en sesiones pasadas D. Indalecio
Prieto, el Sr. Domingo pidió la opinión de las minorías
de la Cámara y del Gobierno, estrechando en su dialéc-
tica a todas las fuerzas políticas.
Iniciaron la polémica los Sres. Rodríguez Viguri,
Alcalá Zamora y Ayuso, declarando, dentro de su posi-
ción y de sus credos respectivos, que consideraban ilega-
les las Juntas de defensa. Habló de nuevo el Sr. Domin-
go, apremiando en forma conminatoria al Conde de Ro-
manones y a los que habían gobernado desde el 1.° de
junio de 1917, y afirmando que el silencio del Parlamento
le rebajaría hasta degradarle.

Discurso de Alvarez.—El jefe de los reformistas in-


tervino, y feliz de expresión, definió las Juntas de defen-
348 SOLDEVTLLA.—EL A S O POLÍTICO

sa como ór^aiiismos sustancialmente anticonstituciona-


les. El problema, abordado desde muy alto, abarcaba las
grandes cuestiones del Derecho público moderno.
Su anatema contra el sindicalismo militar fué tan
concreto, que en toda la Cámara se produjo un rumor de
sensación. Después entonó un himno a la ciudadanía y
al Poder civil, también subrayado por la Cámara con
unánimes píiiebas de asentimiento.
Recordó después cómo las Juntas habían nacido en
un ambiente de simpatía y de estímulo popular, por en-
tenderse que respondían a satisfacer anhelos de justicia
sentidos por todo el país; pero, al mismo tiempo, y con
igual acierto, señaló los peligros de que pudieran con-
vertirse en instrumento de un político ambicioso o de un
militar audaz.

Prieto.—El Sr. Prieto repitió que las Juntas militares


debían desaparecer, porque su actitud es la brecha por
donde se lanzan al desorden todas las fuerzas de España.
Discurso de Romanones.—Intervino el jefe liberal,
haciendo declaraciones interesantes.
Con gran firmeza declaró que había dimitido porque
su autoridad de gobernante estuvo menoscabada por un
acto de las Juntas de defensa militares. Y luego, con
tono de irrevocable firmeza, hizo saber que no volvería a
gobernar mientras subsistan esos organismos extracons-
titucionales.
Una reunión de ex Ministros liberales aprobó después
estas declaraciones.

Proposición Alvarez.—El Sr. Alvarez pidió nueva-


mente la palabra para advertir algo que olvidó: que ellos
no votarán la proposición del Sr. Domingo, porque la
que respondía exactamente a su criterio era otra que
habían presentado a la Mesa, y que dice:
«El Congreso declara ilegales las Juntas de defensa;
pero confía en que, mediante la acción ejemplar del Po-
der público y el patriotismo del Ejército, se llegue inme-
diatamente a una solución constitucional que, recogiendo
DICIEMBRE DE 1919 i; I • 849

anhelos legítimos, consagre la autoridad del Po<ieaí,n98n


ponsable, y la soberanía del Parlamento» ...on ••'.•'•
El 8r. Presidente, luego de haber invitado al Sr. Al-
varez a que defendiera la proposición, y haberse-excu-
sado éste por haberla defendido ya, dijo que iba la poner
a votación la propuesta, porque a ello le obliga el regla-
mento.
El Sr. Cierva examinó el espíritu de la proposición
del Sr. Alvarez. No veía que existiera la menor diferen-
cia entre ésta y la anterior, puesto que en las dos se
tiende a que el Congreso declare que las Juntas de de-
fensa son incompatibles con todo Gobierno. Que es lo
mismo dicho por el Conde de Romanones cuando había
invitado al Ministro de la Guerra a terminar con las
Juntas.
El Sr. Nougués: «Así, declarando todos lo mismo, no
queda más solución que S. S.» (Risas.)

Sánchez de Toca.—El Presidente del Consejo, en


nombre del Gobierno, declaró que debía votarse contra
las proposiciones que se discutían. Los maurociervistas
y los liberales-conservadores coincidían en criterio y ac-
titud.

Cambó.—El Sr. Cambó pidió que las proposiciones


fuesen retiradas por sus autores. Entonó un canto lleno
de alabanzas para la labor que acababa de realizar el
Parlamento, y señaló, con el asentimiento de todos, la
unanimidad del Congreso al estimar ilegales las Juntas
de defensa.
El último en hablar fué el Sr. Lerroux, que pronun-
ció utia oración de elocuencia suma; condenó las Juntas,
enalteciendo al Ejército, y con un alto sentido guberna-
mental.
El Ministro de la Guerra tomó la palabra solamente
para decir que la sesión había sido un motivo de gratitud
para el Ejército, tratado con gran consideración por todos
los oradores.
Retirada la proposición del Sr. Alvarez, y votada no-
860 S O L D E V Í L I A . — E L AÑO POLÍTICO

minahnleaíte -lá del Sr. Domingo, resultó desechada por


72 votos contra 11.
La sesión fué interesantísima.
D Í A 10.—Desarrollo de la crisis. —Planteada la cri-
8ia, y djnjitido el Gabinete Sánchez de Toca, S. M. el Rey,
que se hallaba cazando en Santa Cruz de Múdela, vino a
Madrid, y encargó de formar Gobierno al Sr. Dato. Para
ahorrar detalles de conferencias y visitas, diremos en
concreto que no le formó, porque ocurrió lo siguiente:
El Sr, Dato venía anunciando, desde su caída del Po-
der en 1917, que no presidiría ningún Gobierno sin con-
tar de ajttjtemano con el decreto de disolución, como único
medio de restablecer la normalidad política, tan alterada
desde entonces.
Consecuente con estos propósitos, manifestó al Rey
que no exigía de presente el decreto; pero deseaba poder
contar con los medios de gobernar, si fuera necesario
usarlos, y que le era indispensable la autorización, para
poder hacer pública esta actitud.
Esta fué la dificultad. Los expresidentes liberales
del Consejo, Marqués de Alhucemas y Conde de Roma-
nones, que ya estaban advertidos, consultados por Su
Majestad, opinaron que el decreto de disolución podría
ser dado por el Rey en determinado momento y ante di-
ficultades parlamentarias que asi lo aconsejasen; pero
que no era político ni oportuno actualmente el anuncio
de su otorgamiento.
Prosperó esta opinión, porque tras las visitas que los
citados ex Presidentes hicieron al Sr. Dato, para conven-
cerle de que aceptara sin decreto, el jefe conservador, de
acuerdo con los ex Ministros de su partido, conferenció
por teléfono con S. M. y resignó los poderes con que había
sido honrado.
Al mismo tiempo indicó al Rey la posibilidad de que
se formara un Gobierno por el Ministro dimisionario de
Hacienda, que intentase la legalización económica.

El Conde de Bugallal, encargado—Aceptó S. M. el


Consejo y llamó a Palacio al Conde de Bugallal; pero
éste, al recibir el encargo de formar Gobierno, aunque no
DICIEBIBRE DE 1919 851

lo declinó, se reservó la contestación definitiva hasta con-


sultar con su jefe. No hay que decir que el Sr. Dato, que
había aconsejado que el Conde de Bugallal fuera llamado
al Poder, indicó a éste la conveniencia de que aceptara y
comenzase las gestiones que creyera preciso realizar;
pero el ex Ministro de Hacienda, hombre de gran pru-
dencia y discreción, deseoso de contar con todas las po-
sibles garantías antes de acometer empresa tan difícil
en aquellos momentos, rogó al Sr. Dato que hablase con
los prohombres del partido que creyera conveniente, y
luego le comunicase su impresión, para obrar en conse-
cuencia.
Siguió el Sr. Dato esta indicación, y conferenció des-
pués con el Conde de Bugallal, quien regresó a su domi-
cilio poco después de las doce de la noche.
La decisión del Monarca al dar sus poderes al Conde
de Bugallal tuvo favorable acogida.
Se reconocía que la solución era la única adecuada en
el momento, porque no podía inspirar recelos a ningún
sector parlamentario, ya que se presentaba con un ca-
rácter de liquidación de negocios que excluía todo pleito
político; pero el Conde de Bugallal deseaba conferenciar
de nuevo con su jefe, para saber de una manera positiva
si el Gobierno que formara había de contar con el apoyo
decidido de todos los elementos datistas, porque en el
partido conservador preveía ciertas actitudes de desvío
que podrían ofrecerle dificultades, ya que algún ex Mi
nistro no juzgaba prudente la solución...
DÍA 11.—Sigue la crisis.—En tal situación quedó
planteado el problema político.
El Conde de Bugallal comenzó sus exploraciones en-
tre los jefes de los partidos, y tanto el Sr. Marqués de
Alhucemas como los Sres. Conde de Romanones y Alba,
le ofrecieron no dificultarle la aprobación de los presu-
puestos.
El obstáculo nació en su propio partido, con el que
creía contar, por las voces del jefe, del Presidente dimi-
sionario y del Presidente de la Cámara.
Mientras el Conde de Bugallal realizaba sus trabajos,
conñado en las promesas de los Sres. Dato, Sánchez de
368 SOLDEVnJiA.-^BIi: ¡AÑO! POLÍTICO

Toca y Sótichéz Guerra, celebraban una conferencia otros


hombres del partido, y pusieron en conocimiento del se-
ñor Dato sus deseos de que se celebrara una nueva re-
unión de ex Ministros, y el jefe de los conservadores se
apresuró a complacerlos.
A las tres y media de la tarde quedaron reunidos en
el domicilio del Sr. Sánchez de Toca los ex Ministros con-
servadores. Los reunidos eran 15, y entre ellos figuraban
los Sres. Dato y Conde de Bugallal.
Minutos después de las seis terminó la reunión de los
ex Ministros, dando una nota que decía:

cReunidos los ex Ministros conservadores bajo la pre-


sidencia del Sr. Dato, han oído las explicaciones del
Conde de Bugallal y han cambiado impresiones sobre los
problemas políticos actuales.»

La explicación de lo ocurrido se encuentra en las pa-


labras dichas después por el Sr. Conde de Bugallal.

El Conde de Bugallal declina los poderes.—El Mi-


nistro dimisionario de Hacienda llegó a Palacio a las
siete menos veinticinco de la tarde.
Se dirigió a los periodistas, diciendo:

«Señores, ha terminado mi misión.


»Con el mandato expreso de mis dos jefes, y en la
firme opinión de que el partido conservador no puede
negarse nunca a intentar prestar a la Corona los servi-
cios que ella le exija, acepté el encargo del Monarca; pero
esto sólo con carácter provisional, y en vista de las difi-
cultades surgidas, he declinado tan honroso encargo.
•Expuse detalladamente a mis compañeros el estado
de la cuestión, y ellos, después de un debate animado,
en el que se estudiaron minuciosamente todos los extre-
mos del problema, acordaron ratificarse en el propósito
de no colaborar en ningún Gabinete conservador a cuya
cabeza no figurase el Sr. Dato.
•Volví, por tanto, a Palacio a declinar los poderes, y
a preguntas del Rey manifesté que los ex Ministros de mi
DICIEMBRE DE 1919 363

partido estimaban, como orientación precisa de la crisis,


la formación de un Gobierno de coalición parlamentaria.
>Yo no tengo necesidad de asegurar a ustedes que mi
deseo más ferviente seria en este momento el de alean-,
zar el descanso, relativo, claro está, que creo haber legí-
timamente ganado. Sin embargo, aceptó la orden de mi
jefe el Sr. Dato para seguir en Hacienda, y aquí, o donde
mi colaboración se juzgue útil, permaneceré todo el tiem-
po que el jefe del partido conservador disponga.»

El Sr. Allendesalazar, encargado.—Minutos antea


de las siete y media llegó a Palacio el Presidente del Se-
nado, Sr. Allendesalazar, quien subió inmediatamente a
la cámara regia.
Permaneció con D. Alfonso poco más de media hora,
y al salir dijo a los reporters que había sido encargado de
formar Gobierno, y que iba a intentarlo, comenzando
acto seguido las gestiones para ello, y que al día siguiente,
mediada la mañana, volvería a Palacio para enterar al
Rey del curso o del resultado de sus trabajos.
El Sr. Allendesalazar salió de Palacio con el propósito
de intentar la formación de un Gobierno en el que en,-,
traseu casi todos los sectores parlamentarios, para ir a la,
rápida aprobación de una ley económica.
D Í A 12.—Solución de la crisis.—Después de varias
conferencias y visitas, a las cinco y media de la tarde de
esta fecha se presentó el Sr. Allendesalazar en Palacio
con el Gobierno siguiente:
Presidencia, D. Manuel Allendesalazar, maurista.
Estado, Sr. Marqués de Lema, conservador.
Gracia y .Justicia, D. Pablo Garnica, demócrata.
Gobernación, D. Joaquín Fernández Prida, maurista.
Guerra, general D. José Villalba.
Marina, contralmirante D. Manuel Flórez.
Hacienda, Conde de Bugallal, conservador.
Fomento, D. Amalio Gimeno, liberal.
Instrucción pública, D. Natalio Rivas, albista.
Abastecimientos, D. Francisco Terán.
El nuevo Presidente añadió que el general Villalba
no estaba aún más que designado. Se hallaba actualmen-,
23
354 80LDEVILLA. —EL AÑO POLÍTICO

te en Londres, adonde se le había telegrafiado, ofrecién-


dole la cartera.
Para la cartera de Abastecimientos estaba pensada
una persona técnica; pero el nombramiento depende de
una consulta previa.
El Sr. Allendesalazar, al dar los nombres de los nue-
vos Ministros, fué indicando la filiación política de cada
uno, para marcar los partidos o grupos que en el Go-
bierno estaban representados y que son los aquí indicados.
El general Villalba, militar de buena historia, aceptó
la cartera, y para Abastecimientos fué nombrado el ilus-
tre ingeniero de Caminos Sr. D. Francisco Terán, presi-
dente del Congreso de Ingeniería y del Instituto de Inge-
nieros Civiles, hombre de mucho mérito científico y de
una bondad extremada, que fué con mucha repugnancia
al Ministerio.
En carta que escribió al autor de estas líneas, le
decía:
€ ¡Compadézcame V., mi querido D. Fernando!»
Por las personas que integraban el Gobierno, se puede
deducir la actitud de los diversos grupos políticos que
representaban favorables al Gobierno; por esto sólo cree-
mos necesario consignar la actitud de los grupos no re-
presentados en el Gabinete.

El Sr. La Cierva.—Este, con toda franqueza, expuso


al Sr. Allendesalazar su opinión, resueltamente opuesta
a cualquier Gobierno que careciera de las condiciones de
energía, prestigio y autoridad que consideraba impres-
cindibles en los actuales momentos, de tanta gravedad
para España.

Nuevos periódicos.—En esta fecha, los redactores


sindicalistas separados del Heraldo de Madrid publi-
caron un nuevo periódico, titulado El Heraldo. A esto se
opuso ante los Tribunales la Empresa de Heraldo de Ma-
drid, y ganado el juicio, el nuevo periódico se tituló
Nuevo Heraldo, titulo que tampoco pudo subsistir, por
igual razón que el anterior, y siguió publicándose con el
titulo de Hoy. Lo dirigió los primeros días D. Cristóbal
de Castro.
DICIEMBRE DE 1919 355

El «lock-out» en Madrid.—Los conflictos sociales se


extendían y agravaban.
La Federación patronal visitó al Alcalde en esta
lecha, para hacerle saber que en este día comenzaría
el lock-out en Madrid, y que únicamente sería levantado
bajo las condiciones siguientes:
«1." Que se levanten, por parte de los obreros todas
las huelgas y boycots pendientes en Madrid, volviendo al
trabajo en las rñismas condiciones que regían antes de
las huelgas y del hck-out; es decir, reanudando el trabajo
lo más tarde el viernes por la mañana y trabajando nor-
malmente viernes y sábado de la actual semana.» Etc.

D Í A 13.—El nuevo Presidente del Consejo.-Don


Manuel Allendesalazar. —La personalidad política del
nuevo Presidente del Consejo nos ofrece un caso muy
digno de atención. Hombre sencillo, modesto, sin gran-
des ambiciones, más amante de la tranquilidad de su
hogar que de las luchas de la política, ha llegado, sin
embargo, a ocupar las más altas posiciones. Ello es
debido, no solamente a la buena fortuna que le acom-
pañó siempre, sino a su maduro talento, a su exquisito
tacto y a su gran prudencia, que inspiraron a todos pro-
funda confianza.
Su designación fué bien acogida por la opinión.
El nuevo Ministro de Instrucción pública.—D. Nata-
lio Rivas, nuevo ministro de Instrucción pública, era
amigo y pertenecía al grupo liberal acaudillado por don
Santiago Alba, el cual le indicó para una cartera, en re-
presentación suya, cuando el Sr. Allendesalazar fué pi-
diendo Ministros a los diversos prohombres políticos jefes
de grupo.
El Sr. Alba pagó con esta propuesta grandes servicios
que le hiciera el Sr. Rivas, cuando, siendo éste amigo in-
timo del Sr. Moret, influyó con D. Segismundo para que
hiciera Ministro al Sr. Alba.
La característica del Sr. Rivas era la simpatía y el
afecto con que la generalidad le miraba.
Hombre inteligente, muy ilustrado, y Diputado hacía
856 SOLDEVILLA.—RL AÑO POI.ÍTICO

muchos años por la provincia de (Granada,' había sido dos


veces Subsecretario de Instrucción pública, donde dejó
muy buenos recuerdos.

Sánchez de Toca, presidente del Senado.—El Rey


firmó también el decreto nomtírando presidente del Se-
nado a D. Joaquín Sánchez de Toca.

Otro nuevo periódico. —«La Libertad».—Eu esta


fecha vio la luz pública otro nuevo periódico, titulado
La Libertad, redactado por varios ex redactores de El Li-
beral y dirigido por el Sr. 1). Luis de Otovza.
Continuaron las polémicas entn> sindicalistas y parti-
darios de las empresas, y duraiito los días que estuvie-
ron sin publicarse algunos periódicos, hubo luchas, deten-
ciones, por oponerse los grupos de periodistas y vendedo-
res sindicados a que se vendiera, el A B C, que, por no
tener personal de aquella clase, no interrumpió su publi-
cación.

La redacción de «El Imparcial».—Los redactores de


El Imparcial, al contrario, se reiutogi-aron todos a su re-
dacción.
Escribieron una carta al Sindicato de periodistas jus-
tificándola, y diciendo que si se habían unido en un prin-
cipio a la huelga, lo habían liecho por compañerismo,
pero en modo alguno por tener reclamaciones que formu-
lar colectivamente contra la Empresa, a la que todos y
cada uno debían respeto.
Transcurridos tantos días sin hallar solución al con-
flicto, los redactores de El imparcial, que no estaban con-
formes con la actuación del Sindicato, al que se adhirie-
ron entendiendo que pretendía tan sólo recabar mejoras
morales y materiales para la clase, estimaban que
debían recabar su libertad de acción.

D Í A 16.—Huelga de tranviarios—En esta fecha


86 declararon en huelga los tranviarios de Madrid, ex-
cepto aquellos que pertenecían a una Asociación espe-
cial que no tenía relaciones con la Casa del Pueblo, ele-
DICIEMBRE DE 1919 367

mentó impulsor de esta huel^ía, que no era económica,


sino de orígenes revolucionarios.
Meses antes habla surgido otro intento de huelga,
porque los tranviarios socialistas querían que la Gompa-
nía les reconociese la existencia legal de su AsociaciÓQ,
unida con las denominadas de electricidad, agua y simi-
lares. Kl objetivo d(í esta amalgama era sencillamente el
ponerse en condiciones de dominar a la Empresa de tran-
vías, pues si una huelga de operarios era fácil de ven?
cer con la sustitución, la huelga de electricistas, por la
falta de fluido, imposibilitaba el servicio de tranvías.
La Empresa, cediendo en todas las reclamaciones
beneficiosas para ol i)(írsonal, se negó en absoluto a
aceptar tal condición, y pudo al fin evitar que estallase
la huelga; pero ahora se reproducía, porque una gran
parte, si no la mayoi-, de los tranviarios había ingre-
sado en la Casa dei Pueblo, y contaban, o creían contar,
con el auxilio de las dichas Asociaciones de electricistaSj
gasistas, etc., que les habían prometido ir a la huelga,
con lo cual claro está que hubiera sido muy difícil de
dominar el conflicto.
Pero tal ayuda no tuvo efecto, y aunque durante tres
o cuatro días, el servicio no fué tan completo como de
ordinario, y hubo por parte de los huelguistas coaccio-
nes, pedradas, palos y toda suerte de ataques a los co-
ches y a los operaiios (^ue trabajaban, la energía y la
habilidad del Sr. Aguado, director de la Compañía, per-
sonalmente queridísimo del personal, y la prudencia y la
intensísima labor del Sr. (Cuadra, secretario de la Com-
pañía, dominaron el conflicto, después de rechazar la
mediación que el Alcalde les ofreciera, y pidiendo sólo
que la Autoridad prestase apoyo y amparo a la libertad
del trabajo.
La Empresa, para justificar su actitud y demostrarla
sinrazón de la huelga, publicó una nota explicando las
ventajas y emolumentos que en poco más de un año
había concedido a su personal, y en verdad, eran impor-
tantes, y demostraba que los motivos de la huelga no
eran económicos, sino claramente revolucionarios.
Aparte esto, dio origen también a algunos conflictos
la intervención, en funciones de autoridad, de varios iu-
368 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

dlvlduos pertenecientes a la <Acción Ciudadana», Asocia-


ción instituida con el propósito de auxiliar a la Autoridad
en esta clase de conflictos sociales, y a cuyos individuos,
por no conocerlos, y aun conociéndolos, no querían pres-
tar acatamiento muchos viajeros.

La situación de Barcelona.—Asesinato de dos


guardias civiles.—Cada dia era más grave la situación
en esta hermosa ciudad, pues eran frecuentes las bombas
y los atentados.
En esta fecha, al pasar por la calle de Córcega una
pareja de la Guardia civil, dos individuos que se fingían
dormidos en el quicio de la puerta de una taberna acome-
tieron por la espalda a los guardias, y los asesinaron.
Este crimen produjo honda sensación.

DIA 18.—El Congreso sindicalista. - E n esta fecha


terminó sus sesiones el Congreso sindicalista celebrado
'en Madrid, en el cual se expusieron toda clase de propó-
sitos revolucionarios, terniinande por acordar adherirse
á la Tercera Internacional; es decir, al sindicalismo más
acentuado.

Director de Correos.—En esta fecha se firmó el nom-


bramiento de D. Nicanor de las Alas Puraariño para el
cargo de director general de Correos y Telégrafos, que,
con gran acierto, lo había desempeñado anteriormente.

DIA 22.—Nuevo Gobernador de Barcelona.—En


esta fecha tomó posesión del cargo de gobernador de
Barcelona—por dimisión reiterada del Sr. Amado—el
Sr. Maestre Laborde, Conde de Salvatierra, que a la sa-
zón lo era de Sevilla.

DIA 30.—El proyecto de aumento de tarifas ferro-


viarias.—En esta fecha fué presentado este proyecto en
el Senado.
Tras un extenso preámbulo, en el que se consignaba
que el Gobierno presentaba el proyecto como una ponen-
cia, se decía en la parte dispositiva:
DICIEMBRE DE 1919 369

cArtículo 1.° Los concesionarios de ferrocarriles de


servicio general y de uso público podrán elevar el actual
aumento de 15 por 100 en sus tarifas hasta los límites si-
guientes: . , crv inrt
•Transporte de viajeros, primera clase, 60 por 100;
segunda clase, 48 por Í00; tercera clase, 46 por 100.
«Transporte de mercancías: Grande y pequeña velo-
cidad, 60 por 100.
»Mientras se apliquen los mayores recargos que la
presente ley autoriza, no podrá ser anulada ninguna ta-
rifa especial.» Kltc.
Esta cuestión estaba dispuesta a dar mucho juego.
La dimisión del Sr. Piniés.—Presentó la dimisión de
su cargo, con carácter irrevocable, el director de Obras
públicas'Sr. Piniés. ^ ^. ., • •>. A
Justificaba esta actitud el Sr. Piniés, con exquisita de-
licadeza, en que formando parte de la Comisión del Se-
nado qué había de dictaminar el proyecto de elevación
de tarifas, y no estando conforme con algunos extremos
del mismo, encontraba justificada su ausencia de la Di-
rección de Obras públicas,
Presentación del Gobierno a las Cortes.—Se veri-
ficó en esta fecha. •, ^
El Sr Allendesalazar, sencillamente, anunció que la
finalidad apetecida era la de dotar a España de un pre-
supuesto nírmal constitucional. ¡No es mucho cuando aun
estamos viviendo financieramente, por lo que a ingresos
respecta, en 1914! , ., ^,, „
De uA modo claro anunció también que a eso, y sólo a
eso, subordinaba el Gabinete su vida. _ _
Se suscitó un debate acerca de la cuestión militar, in-
terviniendo los Sres. Ventosa, Milá y Camps Barcia,
Prieto, Balparda, Ayuso, Layret, el Ministro de la Guerra
y el Presidente del Consejo, que hicieron las dos siguien-
tes interesantes declaraciones.
El general Villalba y el Poder civil.—El Sr. Minis-
tro de la Guerra dijo: «El Capitán general pudo aceptar
860 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

O no la instancia de que se trata; pero yo declaro que


este Ministro de la Guerra y este Gobierno mantendrán
la supremacía del Poder civil por encima de los demás
Poderes.»

Se reparará la injusticia.—El Sr. Prieto: «La expul-


sión de los alumnos de la Escuela Superior de Guerra es
una injusticia sangrienta. ¿Está dispuesto a repararla el
Gobierno?»
El Sr. Presidente del Consejo: «El Gobierno ha exa-
minado esta expulsión con emoción honda.
»No faltaremos a la ley; pero prometemos someter
este asunto al Parlamento en tiempo oportuno, beneficio-
so, fácil, sin enconar heridas de unos y otros y cuando el
tiempo actúe de sedante. El Gobierno vendrá a proponer
un medio factible a ello; nos comprometemos solemne-
mente». (Algunos aplausos.)

D Í A 31.—Los expulsados de la Escuela Superior


de Guerra.—Tratóse esta cuestión en el Senado por el
Sr. González Echavarri, y en la reunión de las Secciones
del Senado, fué autorizada la lectura de la siguiente pro-
posición de ley, presentada a la Cámara por el teniente
general Sr. Ochando:

«Artículo 1." Queda suprimido, desde la publicación


de esta ley, el capítulo lll, título XXV, tratado III del
Código de Justicia militar, que se ocupa de los Tribunales
de honor.
»Artículo 2." Se reintegran a la p]scuela Superior de
Guerra, en calidad de tenientes alumnos, para seguir los
estudios hasta que ingresen de capitanes en el Cuerpo de
Estado Mayor, una vez realizadas las prácticas regla-
mentarias, a los '23 tenientes alumnos que han sido sepa-
rados de Real orden, previo el fallo del Tribunal de ho-
nor constituido sin llenarse todos los requisitos que exige
el Código de Justicia militar.»

El fin de ano en la Puerta del Sol.—Lo mismo que


al terminar los años anteriores: comparsas, borrachos,
ruido y escándalo.
DICIEMBRE DE 1919 361

La lluvia deslució un tanto el cortejo de los alboro-


tadores.
Los cafes estuvieron también menos concurridos.
En los teatros, no se suspendió la representación ni
se repartieron las uvas.
Verdad es que las uvas estaban a cuatro pesetas el
kilo y a 0,60 los paquetitos de una docena de granos.
Al caer la bola del reloj en la gran plaza, se alzó un
clamor imponente.
Asi acabó el año 1919, que podríamos llamar el año
de la crisis y de las huelgas, del desconcierto y de la in-
disciplina en todas las clases sociales.
El comienzo de 1920 no se muestra más grato.
íCn las principales capitales de España, hay huelgas,
paros forzosos, motines y asesinatos por cuestiones so-
ciales.
En Madrid no trabajaba casi ningún oficio, y de Bar-
celona dijeron:

«El balance de este año resulta desastroso.


>Los comercios e industrias cerrarán con enormes
pérdidas. Además, al finalizar este año, hay más de
160.000 personas sin trabajo.
»Los conflictos, lejos de solucionarse, se extienden
más cada día.»
Y todavía había otros daños más graves que estos da-
ños; y otros criminales más duros que los causantes de
los males citados. Nos referimos a los logreros, acapara-
dores, avaros y ambiciosos (y a los que los protegían),
que con su proceder criminal, iban encareciendo de día
en día las subsistencias de modo tal, que la vida se hacía
imposible para todos los españoles, excepción hecha de
aquellos que se habían enriquecido fabulosamente duran-
te la guerra.
BREVE EPÍLOGO

Desde el fin del 1919 hasta la fecha, no han mejorado


las circunstancias de la vida y de la política.
La cuestión militar volvió a surgir, aunque más leve-
mente, con motivo de la sustitución del Capitán general
de Cataluña; el Sindicalismo siguió violento, causando
víctimas de criminales agresiones, manifestándose con
una nota de gravedad en Zaragoza, donde hubo un co-
nato de sublevación en el cuartel de artillería. Domina-
da en el acto, varios cabos y soldados fueron pasados
por las armas.
Se aprobaron, por fin, los presupuestos, por lo cual
recibieron plácemes el Sr. Presidente del Consejo y el Mi-
nistro de Hacienda, si bien, por las circunstancias en que
se vivía, el déficit inicial era crecido, y una vez resuelta
esta cuestión tan grave, aun dejando pendiente la de ta-
rifas ferroviarias, que apasionó mucho a la opinión, el
Sr. Allendesalazar presentó la dimisión del Ministerio.
El Sr. Dato formó el Ministerio siguiente:
Presidencia y Marina, Dato.
Estado, Marqués de Lema.
Gracia y Justicia, Conde de Bugallal.
Gobernación, Bergamín.
Hacienda, Domínguez Pascual.
Guerra, Vizconde de Eza.
Fomento, Ortuño.
Instrucción pública, Espada.
El Ministerio de Abastecimientos se suprime, para
crear el del Trabajo.
Este Ministerio dio origen a muchos comentarios.
•J^'t-M:.t-i

ÍNDICE ALFABÉTICO

pftg». Pági.

Afirmaci 6n monárquica en Asamblea municipal cata-


Cataluña 3 lana (La) 30
África (.Operación y cam- Atentados sindicalistas . 83
bio de política en) 94 Atentados sindicalistas.—
Alarma (Día de). Huelgas Bando del Capitán ge-
y amenazas 101 neral 60
Alba (Importante discur- Auton omia.—A probación
so de) 174 del Estatuto por lá Man-
Alcalá Zamora 57 comunidad 26
Alhucemas ' Declaracio- Autonomía. - Estatuto re-
nes del Marqués d e ) — 121 dactado por la Manco-
Alhucemas (iJiscurso de) comunidad 23
en el Senado .. 227 Autonomía municipal. . 8
Alhucemas y Alba protes- Autonomía. Bases del Es-
tan de la conducta elec- tatuto regional 5
toral 180 Autonomía (El Gobierno
Alhucemas (Contestación y el proyecto de) 4
de) 168 Autonomía ;La). Gran dii-
Alto Comisario en Marrue- curso de Qimeno B3
cos 35 Autonomía universitaria. 169
Altos cargos 259 Autonomía (La). —Dicta-
Alvarez (Proposición).... 348 men de la Comisión.... 51
AUendesalazar (El Sr.)en- Aznar(Manifestacione8de) 169
cargado 353 Aznar. — Importante pre-
Articulo separatista de La gunta del General en el
Veu 58 Senado 41

Baena (Manifestaciones bernador, el Ministro y


del Duque de) 169 el Capitán general. . . . 281
Barcelona. (Suspensión de Barcelona(Soluci6n de las
garantías en) 11 huelgas de) 287
Barcelona (F;i embrollo Barcelona (Nuevos aten-
de).—Domingo, el Go- tados) 197
866 SOLDÉ VILLA.—EL AÑO POLÍTICO

P4gg. Paga.

Barcelona.— El Ministro y Besada (Fallecimiento de) 194


los patronos industria- Besteiro y la colflbnración
les 271 socialista en un Gobier-
Barcelona (Grave situa- no 295
ción en) 64 Bivona íCarta del Duque
Barcelona i Gran conflicto de) al Marqués de Alhu-
to en).—Huelg'a geno- cemas 168
ral 68 Bravo Portillo (Asesinato
Barcelona. —Solución de de) 286
la huelga ,. 89 Bugalla! (El Conde de) y
Barcelona (Cómo se vivía las plantillas de Hacien-
en) 15 da 291
Barcelona (La situación Burell (Muerte de) 69
en) 34 Burgos 269

c
Caciquismo (Contra el)... 64 Comisión extraparlamen-
Caciquismo g r a n a d i n o taria (La).. . 1
(Contra el) 162 Comisión mixta del Traba-
C a l b e t ó n (Fallecimiento jo (La) 306
de) 52 Concentración (Esfuerzos
Calvo Sotelo 269 por la).—Un almuerzo
Cambó 349 histórico 198
Cambó (Discurso de) 26 Concentración (Por la).—
Campaña contra una ar- DeclaracioneB de Eza,
tista española 5 Araat y Calderón 280
Cañal (Su actitud en el Conde de Bugallal (El) de-
Ministerio de Abasteci- clina los poderes 352
mientos) 297 Conde de Bugallal (El),
Cargos (Altos) 2 encargado 350
Cartfos (Los altos). 131 y 133 Condesa de San Luis (La). 119
Carta del general Aguile- Condiciones para Director
ra a Alhucemas 159 general 173
Castrovido 56 Confederación p a t r o n a l
Catalanistas (Los) y Ma- (La) contra el Gobierno. 311
rruecos 75 Confederación p a t r o n a l
Catalán en la Universidad (La) y el Ministro de la
(El) 34 Gobernación 276
Censura (Fin de la) 222 Conferencia a n t i c a t a l a
Censura (Proposición de) nista 31
al Gobierno 223 Conferencia de l a P a z
Censura roja (La) 99 (La). 16
Censuras (Las dos) 101 Congreso ( C o n s t i t u c i ó n
Clemenceau ( A t e n t a d o del). —Violento debate
contra) 66 parlamentario .. . 253
Comerciantes (Indemniza- Congreso de las Ciencias
ción a los) 163 (El) 290
ÍNDICE ALFABÉTICO 867

Paga. Págt.

Congreso de Ciencias de Cortes (Reapertura de las) 19


Bilbao (M) 288 Cortes (Reapertura de las).
Congreso (El presidente y Los presupuestos 823
los periodistas de la tri- Crímenes s i n d i c a l i s t a s
buna del) 61 (Otros) 292
Congreso (En el . — Pro- Crisis {Desarrollo de l a ) . . 360
posición del Sr. Domin- Crisis (Origen de la) 124
go 347 Crisis planteada 136
Congreso (El) de Ingenie- Crisis planteada y suspen-
ría 326 dida 96
Congreso Oceanógrafico.. 327 Crisis (Planteamiento y
Congreso sindicalista . . . . 358 solución de la) 70
Conservadores ( A c t i t u d Crisis.—Salida de Argen-
de los) 132 te.—Nombramiento de
Conservadores (Reunión y Rodríguez (D. Leonar-
acuerdo de los) 195 do) 67
Consumos (Los), —Propo- Crisis (Sigue la) 861
sición Bernad 47 Crisis (Sobre la).—Dimi-
Contestación del Gobier- sión de Romauoneg.... IOS
no a las izquierdas 166 Crisis (Solución de la) 858
Contrabando y acapara- Crisis (Polución de la).—
miento (Contra el) 81 Gobierno de Maura . . . 120
Corona (Discurso de l a ) . . 210 Crisis total. (Calda del Ga-
Cortes (Apertura de las).. 208 binete Maura.) 237-
Cortes (El Gobierno e n Crisis total y político-mi-
las) 249 litar 116
Cortes (Final de las sesio- Cuestión (La) en el Con-
nesde) 276 greso.—Interpelación
Cortes (Primera sesión de) 213 del Sr. Prieto 888

CU
Chile y España. (Mensaje traído por Maria Guerrero.)

Dato (Importantes mani- Demócratas (Reunión de


festaciones de) respecto los). — Discurso de Alhu-
a dictámenes del Supre- cemas 157
mo 230 Derechas (Campañas d e
Debate catalanista 42 las) 284
Debate catalanista.—Es- Derecho de reunión (El).. 168
cándalo formidable.... 49 Dimisión (La) del Sr. Pi-
Declaración ministerial.. 143 niés 869
Decomiso en Sevilla 85 Diputaciones c a s t e l l a n a s
Decreto de disolución 145 (Asamblea de) 28
Delegados e l e c t o r a l e s Diputaciones c a s t e l l a n a s
(Los).—Larga discusión 232 (Las) 40
3^8 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

PAg8. PáffS.

Diputados a r a g o n e s e s Disniución o dimisión.... 135


(Los). . 82 Documento violentísimo
Diputados (Los) con car- de la Patronal (Otro). . 312
go 329 Doval, a Barcelona 85
Director de Correos 358 Doval (Declaraciones de). 111

Elección de Senadores 199 Estado de guerra en Bar-


Eleccionesgenerales celona (Levantamiento
(Las).—El G o b i e r n o , del) 285
vencido . 181 Estatuto catalán.- Su dis-
Elecciones (Las). - Articu- cusión en el Congre-
lo 29 170 so 35
Elecciones provinciales... 231 Esíntuto vasco 10
El usía y el señoría 267 Exportación (El escánda-
Embajador de Inglaterra lo de la) 295
(Nuevo) 333 Expulsados (Los) de la Es-
España v América.—Inte- cuela Superior de Gue-
resantes declaraciones rra 360
del Rey 80

Fallo (Después del) 846 En el despacho del Pre-


F e r n a n d o Bocherini sidente y en la sesión.. 264
(Muerte de) 833 Fórmula económica (La)
Fin de año (El) en la Puer- en el Senado 269
ta del Sol 360 Fórmula económica (La).
Fórmula económica (La). 251 Su publicación 272
fórmula económica (Dic- Fórmula económica (Vo-
tamen sobre la) 261 tación de la) 266
Fórmula económica (La). Fueros VASCOS (Los). De-
Discurso de La Cierva . 259 claración d e l Sr. Za-
Fórmula económica (La). bala 20

o-
Galdós (Monumento a ) . . . 18 Groizard ( D . A l e j a n -
Gobernador do Barcelona dro) 286
(El nuevo) 87 Guarnición de Barcelona
Gobernador de Barcelona (La). Comunicación al
(Nuevo) 271 gobernador 13
Granada. (Graves sucesos Guillotina (La) 52
en)..; 59
ÍNDICE ALFABÉTICO 369

H
Pá8«.

Hacionrla (Los funciona- Huelga de tfanviarios... 856


• rios (le) 285 Huertas ( H o m e n a j e al
Huelga de porio'iistas y doctor) 235
do oficios y [¡rofcsioncs
auxiliares do la Prensa. 333

Incendios en los campos.. 273 IzquierdasCGraves acuer-


Incidente nudoso en el dos de las) 163
Senado 4') Izquierdas (Manifiesto de
Indulto (F,l) 290 las) 164
I n m u n i d a d parlamenta- I z q u i e r d a s ( N u e v a re-
ria 44 unión de las) 197
Izquierdas (Actitud do Izquierdas (Otra reunión
las) 2,'iO délas) 216

Jaime (I").) y los jainiistas. 65 Jornada de ocho h o r a s


Jaime (Uu manifiesto do (La) 88 y 296
don) 105 Juntas militares de defen-
Jornada de ocho h o r a s sa (Otra vez las).—Cri-
(Implantación de la). .. üOl sis total 335

La Cierva (El Sr.) 354 Lorroux (Banquete en ho-


La C i e r v a (Importante nor de). . 273
discurso de). Una pá- Lerroux ( G r a n discurso
gina de la historia po- del Sr.) en la discusión
lítica. 323 del Mensaje. . . . 268
La Cierva (Los pinos del Lerroux (Notable docu-
señor) . ,. 252 mento) . . . 130
La Correspondencia. Mili- Liga de Naciones 28
tar (Importante, articulo Liga de las Naciones (La).
de) 34 Aprobación del Estatuto 114
L e c t u r a de documentos Lock-out (Anuncio del)... 309
en la CámaraíSebre la). 265 Lock-out (Comienza e l ) . . 278
Lema (Discurso de) 269 Lock-out (El) en Madrid . 855

TJJ-.
Llanos y Torriglia (Conferencia del Sr.). 38
24
370 SOLDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

:LS/L
Ptg8. P4g8.

Mandos y ascensos milita- Maura, encargado de for-


res 251 mar Gobierno 117
Marinos m e r c a n t e s (La Maura (La i n h i b i c i ó n
huelga de) 277 de) 233
Marqués de Mochales (Fa- Maura (Una nota del Sr.), 244
llecimiento del) 249 Maura y D a t o . . . . 151 y 155
Marqués de Vadillo (Muer- Mensaje (Aprobación del).
te del) 331 Domingo, Alba, Prieto,
Marruecos.—Ataque a un Villanueva 270
destacamento español; Mensaje en el S e n a d o
doce soldados muertos. 273 (Aprobación del).—Dis-
Marruecos ( E s p a ñ a en). curso de Sánchez Toca. 260
Bodes, Rom a n o n e s y Ministerio El) 1
Lema 65 Ministro de Abastecimien-
Marruecos (Gran combate tos (F:1) 251
en) 236 Ministro de la Goberna-
Marruecos (La ocupación ción.— Manifestaciones
del Fondak) 805 del Sr. Burgos 310
Marruecos (Se reanudan Ministro de la G u e r r a
las operaciones en) . . . 296 (Nuevo) 35
Marruecos—Traición de Ministros (Exceso de) 130
soldados indígenas 298 Ministros (Los nuevos).. . 122
Mary-Foeela 12 Moiote, a Barcelona . . . . 86
Maura. Conferencia en el Motín por subsistencias en
Circulo militar sobre la Madrid 76
Liga de las Naciones. . 63 Movimiento socialista... . 335
Maura (El manifiesto de). 309

3sr
Nuevo G o b e r n a d o r de Nuevo periódico (Otro).—
Barcelona 358 La Libertad. 366
Nuevo Gobernador de Ma Nuevo Presidente (El) del
drld 334 Consejo. — D . Manuel
Nuevo Gobierno (El) de Allendesalazar 356
Sánchez Toca 243 Nuevos periódicos 354
Nuevo'Ministro (El) de
Instrucción pública 356

Obstrucdón ciervista (La) 829

Panaderos. El Gobernador Partidos ( A c t i t u d de


y los 77 los). . . . 146
ÍNDICI^ ALFABÉTICO ^i
Ptgi.

Patronos (Los) acuden a dé Ingenieros C i v i l e s


S. M. e] Koy y piden go- (Discurso del) 326
bernar ". " 293 Presidente (Elección d¿)j'.. ..
Paz (La firma de la). . . . 217 Sanche» G u e r r a . . . . . » Í J I "256
Pedregal (Discurso de) en Pt-esidente (Nuevo). Mar- ''<;
la Academia 150 qués deFigueroa !; 816
Pesimismo e i n t r a n q u i - P r e s i d e n t e s (Votacio-i;
lidad 32 nes d e ) . . . . . i,'II 216
Pestaña (Conferencia del Presupuesto pftTail919í.aá;, ,
sindicalista An<;el) . . . 304 ( E I ) í V U ; . . - . . ; . . ' J . . . g , . -:,;-90
Política internacional (La) Prieto l...,i.. 848
Discurso do Barcia 20 Principe de Monaco (Ois-I
Preocupaciones (Temas y) 300 curso del) 327
Presentación del Gobier- Procacidad separatista. . < 80
no a las Cortes 359 Programa del Gkibierne.. i 138
Presidente d e l Congreso Progreso de Madrid.—£1 'i
(El nuevo). — D. José metropolitano £08
Sánchez Guerra 258 Prórroga del presnjraMtoi Sil
Presidente del Consejo (El Proyecto (El) de aumento
nuevD) y Ministros nue- de tarifa» ferroTÍ«rit».i'' iíl68
vos . ... 245 Proyectos (Otíos)... . , . . i «88
Presidente d e l Instituto

I*

Redacción (La) de El Im- Rey (El) y laí escalas «te


parcial . . . . . . 356 reserva.. 5Í04
R e g i m i e n t o d e Alfon- Rey (El) y los Ingenleiw»
so XIII (Imposición de civiles • • 206
la corbata al estandar- Rey (El) y los jefes poll-
te del) 303 ticos 71
Representación proporcio- Rey (Habla el) 207
nal ( L a ) . I'roposición Rey (solemne acto en Vito-
Gasset 263 ria en honor de S. M. el). 299
.República alemana (La).. 279 Reyes (Los) en la Embar
República dominicana (K\ jada norteamericana... #8
P a r l a m e n t o español Riaño (El acta de) i<i 227
y la) 289 Romanónos (Dice el Cent.:
Rey (Banquete a S. M. el). 112 de de) 122
Rey de España (Palabras . Romanones (Discurso de). 848
del) 2lá^'' Romanones (Discurso del
Rey (Discurso del). 107, Conde de) en el Ateneo. 17
2C5, 288, Sae y 328 Romanones (El Conde de) .i
R6y (El) en los subma- en Londres BQ7
rinos 278 Ruiz Jiménez, Presidente
Rey (El) en Madrid 321 del Consejo de Estado.. 8
372 80LDEVILLA.—EL AÑO POLÍTICO

Ptga. PtgS.

Sagrado Corazón (Conga- Sesión tempestuosa sobre


gración del monumento actas 228
al).,../... 175 Sigue la obstrucción 329
Sala 56 Sindicación obligatoria
Salvador Seguí, tNoy del (La) 16
Sucre > (Conferencia de) 305 Sindicalistas (Los) y los
Sánchez de Toca 349 crimeues de Bareelona. 293
San Luis (Declaraciones Sindicalistas (Un docu-
del Conde de) .. 161 mento de los).. . . 279
San Luis-Maestre. (EU in- Situación (La) de Barcelo-
cidente) 329 na.—Asesinato de dos
San Luis (Jura y toma de guardias civiles .. 358
posesión del Conde Situación (La) en Barce-
de) 298 lona 334
San Luis, Ministro 298 Situación (Se agrava la)
. Santo del Bey en Madrid en Barcelona. — Petar-
y Barcelona (£1) 24 dos en la Capitanía ge-
Senado (Composición del). 203 neral 330
Senado (Elección de Me- Sociales (Las cuestiones). 285
sa) 216 Sociedad de Naci ones (La).
Senado (La Mesa del)... 252 Comisión española. . . . 4
S e n a d u r í a s vitalicias Solución del conflicto de
(Las) 193 Barcelona 322
Separatistas (Los). Una Subsecretario de Guerra
vergfiienza nacional... 291 (Nuevo) 270
Se reparará la injusticia. 360 Suspensión de garantías y
Servicio postal aéreo 808 estado de guerra 98

Telégrafos (Huelga de). . 129 Tribunal de Cuentas (La


Temporal en Levante (La Fiscalía del) 234
catástrofe del) 303 Tribunales de honor (So-
Toisones (El asunto de los). 157 bre los) 21
Tradicionalista (El par-
tido) 267

X7
Ugarte (D. Javier) 217 Unión Monárquica Nacio-
Unión de los liberales (So- nal (La) 162
bre la).—Iniciativa de Urgoitirechazalacartera. 121
D. Amos Salvador... . 248
ÍNDICE ALFABÉTICO 373

"V-
PAg8. Pági.

Ventosa 55 Violencins socialeB 808


Vicepresidentes y Secre- Vizconde de Eza (Recep-
tarios (Elección de) y ción del) 114
discurso presidencial... 256 Voyer (El capitán), ab-
Vilialba (El general) y el suelto 86
Poder civil 359
Lfl EQUITATIVA
(Fundación Rosillo.)
SOCIEDIO MERCKNTIL DE SEGUROS ^OB^íE L i VID» t PRIMA FIJA T BAJO UR REBINEN MIXTO

DOMICILIO SOCIAL:

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ra, ultramarinos. Barquillo, 3 .
Barcelona. —Sr. Hijo de. Don ídem —Sres. Hijos deRipoU,
José Vidal V Ribas, rambla de Puerta del Sol, 8, La Mallor-
San José, 2.'i; calle de Pela- quina.
yo, 42; calle del Hospital, 2, y í d e m . - D. Francisco de Cos,
plaza del Borne, 8. C'inde do Xiquena, 2, y paseo
ídem. —n. Manuel Urrutia, de Recoletos, núm. 21, comesti-
rambla de Santa .Vlónica, 8 y 10, bles.
primero. ídem.—D. Francisco Alda-
Bilbao. —D.Miguel Hormae- ma, Ciudad Rodrigo, 10 y 15,
chea, Bidebarrieta, 2. comestibles.
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ta María, 17. bán, Nicolás María Rivero, 12
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Alfonso Xiri. 4. ídem. —D. Santiago de MelH-
C á d i z . - D . José Serrano de nodo. Conde oe Romanónos, 12,
la Jara, Antonio López, 3. ultramarinos.
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marinos. nias.
Ciudad Real.—D. Diesfo Pi- ídem.—D.H.Pidoux, calle de
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Hotel Pizarroso. ídem.—D. Ju«n Fernández
Córdoba. —Viuda e liijos do Rodríguez, Hortalega, 15. e In-
M Ortega, Duque de Horna- fantas, 4 y 6, vin'»s.
chueíos, 14. ídem.—Viuda de Ángel Du-
ídem. — D. Esteban Gómez que, Alcalá, 41, IJO Neqrita.
Mateo, plaza de Kag'asta, 1. ídem. D. Jorge Balaguer,
Corona. —D Justo Navarro, calle do la Montera, 51, La Ma-
Santa Catalina, 1. lliirqnina
El Ferriil. - D. Rafael Lamas iilcm. - Bodega Victoria, Oló-
Taxonera, 21. zaga, 6, teléfono 640.
Granada. D. Luis Aguado .tlálai^a. - D. A. de Burgos
Gómez. Santiago, 16, 1 ° Maesso, b o d e g a s , Don Cris-
Hnelra —I». Valeriano Cior- tian, 8.
dia, Concepción, 12. O v i e d o . - S r a . Viuda de Don
J a é n . — I). Joaquín Porras, G. Mori, Cimadevilla, 6.
Bernabé Soriano, núm. 31, con- RIbadeselIa < A s t u r i a s ) . —
fitería. D. líamón F e r n á n d e z y Rui
Jerez de la Frontera.—Don Sánchez, C e r e a l e s y Ultrama-
Luis de Cala y Aguirre, Cono- rinos.
cedores, 4. Salamanca . — D . Lázaro
L'nares. — D. Antonio Cor Bartolomé, Rúa, 13 y 15.
doba. A g u a , 7, La Estrella San Ildefonso (Real Sitio).—
Orienal. Y D. Adriano Alvarez, plaza del
Madrid. -Sra8. Hijas de Don f Vidriado, núm. 4.
San S e b a s t i á u — D . Mateo | Olmedo y Carranza, Albareda,
Balaguer, Camino, 7. X núim-ro ¿9.
ídem. —I). Josí Kchavo, T.a Valdiria — 1 \ Pedro Nadal;
Urbana, plaza de Guipúzcoa, 15. Pasiiial V Genis, 11, comercio.
Idem.-CHsa Delbó.s, pruvec- Valladoliil.-I). Eudosio Ló-
doroh efectivos de la Ki'al Casa, pez, CHIIC (ie SHnt'H^o, 1 y 3.
Legazpl, 4 y 6. Vitoria - I ) Manuel Hernán-
Santander. — D. Bernardo dez, plaza de la Independen-
Martínez. Alameda primera, 20 cia, 4
y 22 (almacén de vinos). ídem —Sres. D. Maximino
Seg«Tla.-D. Manuel Pérez P(^rez y Compañía, Postas, 16
suct 8or de Ochoa, Juan Bravo, f) ^ Zaragoza.— D. Miguel Mur,
S e T Í l l a . - D . José María de 'i¡ Coso, 37

Advertencias.
La procedencia legítima de estos vinos se acredita con la mar-
ca, cuya reproducción aparece en primera plana de este anuncio,
la cual va siempre puesta en las barricas y barriles y en sus
dobles envases, en las caja.s para botellas, en las cápsulas, cor-
cbos, etiquetas y en el plomo que sellará la malla de alambre que
envuelve a la botella y a la media botella. En las etiquetas y en
los corchos va marcado el año del vino.
Todos los envases se envían precintados.

AVISO MUY IMPORTANTE A LOS CONSUMIDORES

Se admiten las botellas y las medias botellas vacias, abonando


al consumidor 0,60 por la botella y 0,ri() por la media botella, con
tal de que devuelvan las mismas con sus fundas y sus cajas. No se
admiten los envases vacíos del vino en barí leas y barriles. Tam-
poco se remiten etiquetas con esta clase do pedidos.

Exigid siempre intacta la malla de alambre que


precinta a la botella y a la media botella.

Fíjense muy especialmente en nuestra marca concedida.


•#

PASBO BB EBCDLBf 03,12, UkMlD


Autorizado por la ley de 2 de diciembre de 1872,
y con exclusivo privilegio p a r a emitir cédulas, eu virtud
del I)ecreto-ley de 24 de julio de 1875,

CAPITAL SOCIAL: 50.000.000 DE PESETAS

Desembolso: el 50 pop 100, o sean


25.000.000 de pesetas efectivas.
El BANCO HIPOTECAHIO DE ESPAÑA hace préstamos desde
cinco a cincuenta años con prinaera hipoteca sobre fincas rústi-
cas y urbanas, dando hat-ta el 50 por 100 de su valor, excep-
tuando los olivares, viñas y arbolados, sobre los que sólo presta
la tercera parte de su valor.
Terminadas las cincuenta anualidades, o las que se hayan
pactado, q\ieda la linca libre para el propietario, sin necesidad
de ningrin gasto ni tener entonces que reembolsar parte alguna
del capital.
El prestatario que al pedir el préstamo envíe una relación
clara, aunque sea breve, de sus títulos de propiedad, obtendrá
una contestación inmediata sobre si es posible el préstamo, y
tendrá muiho adelantado para que el préstamo se conceda con
la mayor celeridad, si hay términos hábiles. En la contestación
se le prevendrá lo que ha de hacer para completar su titulación,
en caso de que fuese necesario.
Además, el BANCO HIPOTBCAKIO hace préstamos en metálico
a corto plazo, desde uno a tres años, sobre casas en construc-
ción en esta corte, bajo condiciones especiales y que estarán de
manifiesto en diclio establecimiento.
Hace préstamos hasta tres meses de plazo sobre valores
del Estado o sobre sus propias cédulas hipotecarias u obliga-
ciones.
Recibe en depósito cualquier clase de valores en papel y
metálico, lingotes y alhajas.
Admite imposiciones en cuenta corriente.

<^ /^
SOCIEDAD

ALTOS W O S D[ VIZCAYA
FÁBRICAS EN BARACALDO Y SESTAO

L i n g o t e al cok de calidad superior para fundiciones


y hornos Martin-Siemens.—Aceros Bessemer y Siemens-
Martin en las dimensiones usuales para el comercio y cons-
trucciones.—Carriles V l g n o l e , pesados y ligeros, para
ferrocarriles, minas y otras industiias.—Carriles FliOe-
n i z O Broca, para tranvías eléctricos.—Viguería para
toda clase de construcciones.—Chapas gruesas y finas.—
C o n s t r u c c i o n e s de v i g a s armadas para puentes y edi-
ficios.—Fabricación especial de hoja de lata.—Cubos
y baños galvanizados.—Latería para fábricas de conser-
vas.—Envases de hoja de lata para diversas aplicaciones.

DIRIGID TODA LA CORRESPONDENCIA A

ALTOS HORNOS DE VIZCAYA


THE STñJlDflRD
LIFE ASSURANCE COMPANY
(COMPAÑÍA DE SEGUROS SOBRE LA VIDA)
Establecida en 1825.—Incorporada en 1910.

Inscrita e n el Registro del Ministerio de Fomento.

Los asegurados en THE STANDARD están protegidoB, por las reser-


vas depoeitadas en España, de acuerdo con la ley de 14 de mayo
de 1903, por los fondón acumulados de la Compañía, que ascendían
en 16 de noviembre de 1913 a la importante cantidad de

Pesetas 342.580.000 oro.


Los siniestros pagados por THE STANDARD desde BU fundación
importaban el 15 de noviembre de 1917

Pesetas 867.470.000 oro.

DIRECTOR GENERAL EN ESPAÑA:

Plaza de Cataluña, núm. 13.


BARCELONA

Autorizado por la Comisaría de Seguros en 22 de noviembre de 1917,


LA iON r [L FÉNIX [
COmPAÑÍA DE SEGUROS REUNIDOS

Capital social:
12.000.000
de pesetas efectivas.
Completamente desembolsado.

Agencias en todas las provincias de España,


Francia y Portugal.

Cuarenta y nueve años de existencia.

Seguros sobre la vida.


Seguros contra incendios.

Alcalá, 43.
Oficinas: Caballero de Gracia, 60.

MADRID
La Papelera Española
MOOIKDAU A N O S Í I H A

JBTXJJBA.CD

Capital: 4 0 000.000 de pesetas.


Producción diaria: 125.000 kilogramos.
Delegación en Madrid: Florida, 8.
Delegación en Barcelona: Bailen, 6.

F A B R I C A S DE P A S T A S
en Rentería, Oroz-Betelu, Villava, Segovia, Villalgordo,
Áraiigureu-Ularrain e Illarramendi.

FABRICAS DE PAPEL
en Aranguren, Arrigorriaga, Tolosa (dos fábricas), Villava,
Rentería (dos fál)ricas), Oroz-Betelu, Segovia, Villanueva
del Gallego, Villalgordo (dos fábricas) y Valladolid.

TALLERES DE MANIPULACIÓN
en Tolosa, Madrid, Aranguren, Arrigorriaga y Segovia.

ALMACENES Y DEPÓSITOS
en Madrid, Barcelona, San Sebastián, Sevilla, Valencia,
Valladolid, Alicante, Alcoy, Bilbao, Coruña, Gijón, Málaga,
Pamplona y Zaragoza.

Papeles de todas clases.


LA CORRESPONDENCIA A LA PAPELERA ESPAÑOLA DELEGACIÓN DE MADRID
APAKTADÜ 316

Telegramas y telefonemas:
PAPELERA, n f l b R I b
El Fénix Agrícola
Compañía anónima de seguros reunidos a prima fija.

Inscrita en el Registro que establece la ley del4de mayo de 1908


por Real orden de 8 de julio de 1909.

Domicilio social: LOS MADRAZO, 34.-MADRID

Capital suscrito Pesetas 1.000.000,00


ídem desembolsado — 300.000,00
Reserva estatutaria — 75.034,06
ídem de riesgos en curso (cons-
tituida en valores del Estado,
depositados en el Banco de Es-
paña) — 478.243,84
Primas recaudadas en 1914 — 1.787.291,46
Siniestros satisfechos hasta 31 de
diciembre de 1914 — 3.123.265,69

Ram* de vida del ganado.


Ramo de robo, hurto y extravío del ganado.
(Primera Sociedad que lo ha establecido).
Póliza especial de vida para el ganado de
recría y el destinado exclusivamente a
las faenas agrícolas.
(Primas muy reducidas.)

MADRID.—Dirección general: Los Madrazo, 34.


CÓRDOBA.—Inspección general: Plaza de Cánovas.
SEVILLA.—Agencia general: Cánovas del Castillo, 43.
JEREZ.-Inspección regional para Sevilla, Cádiz, Málaga
y Granada: Cánovas del Castillo, 14.
DOMICILIO S O C I A L :

PASEO ÚE RECOLETOS, NÚMERO 17

Capital completamente desembolsado: ^O millones de pesetas.


-' NneroB anmeatoH del capital.

Sucursal en París: 69, RUÉ DE LA TICTOISE


Agencias en la Cornffa, Almería, Linares, Jaéu y Córdoba.
Sub-Agencias en La Carolina y übeda y otras muchas
recientemente creadas.

EL BANCO ESPAÑOL DE CRÉDITO recibe cantidades en cuentas


corrientes de depósito.
Las cuentas corrientes pagaderas:
A la vista producen 1 por 100 de interés.
A ocho días vista 1 Vs ídem id.
A un mes 2 ídem id.
A tres meses 2 '/a '«I»"» id.
A seis meses.... 3 ídem id.

EL BANCO ESPAÑOL DE CRÉDITO se encarga de cumplimentar


cuantas órdenes de Bolsa se le confíen, en condiciones sumamente
ventajosas.
Anticipa en cualquier momento el importe de los cupones de va-
lores públicos.
Anticipa el importe de los cupones de valores industriales desde
que se anuncia oficialmente su pago.
EL BANCO ESPAÑOL DE CRÉDITO realiza, además, todas las
operaciones ordinarias de banca, tales como descuentos y cobros de
efectos comerciales, emisión de cheques, compra y venta de monedas
extranjeras, expedición de cartas de crédito para viajes, depósitos de
valores y anticipo de cantidades con garantía de los mismos.
EL BANCO ESPAÑOL DE CRÉDITO ha establecido un servicio
de cajas de seguridad para la custodia de valores, alhajas, papeles de
interés, etc., que tiene a disposición del público, siendo muy módica
la tarifa de alquiler de dichas cajas.
25
JOYA MEDICINAL

AGUAS MINERALES NATURALES

CARABANA
Purgantes-í>«- Depurativas
Antibíliosas^íí-Antiherpéticas
ÚNICAS DE SU ESPECIE

DE CONSUMO UNIVERSAL
VENTA EN TODAS LAS FARMACIAS Y DROGUERÍAS DE TODOS LOS PAÍSES

Propietarios:

VIUDA E HIJOS DE R. J. CHÁVARRI

Dirección y oficinas: L E A L T A D , 12.


B I P VITHLiO DE ESPHÍB
Compañía anónima de seguios
Capital social Ptas. 15.000.000,00
Capital desembolsado — 3.750.000,00
Reservas en 31 de diciembre de
1918, comprendidos los rease-
guros - 45.274.078,96
Pagado a los asegurados hasta
31 de diciembre de 1 9 1 8 . . . . — 84.915.551,27

Esta Sociedad se dedica especialmente a cons-


tituir capitales pagaderos a la muerte del ase-
gurado o a un plazo determinado para el cum-
plimiento de obligaciones, formación de dotes,
redención de quintas y demás combinaciones aná-
logas, rentas vitalicias inmediatas o diferidas y
compra de usufructos y nudas propiedades.
ífepresentaci'ones en toda Sspaña.

Domicilio social:
Rambla Cataluña, 18, y Cortes, 6 0 3 .

nutorizado por la Comisarla general e Inspección de Seguros.


EÜKOPE CO-lIPASY
SOCIEDtD MUTUt DE SEGUROS

COmíll LA iERTE, IHUIILIZACÉ Y ROBO OEL CAÑADO


INSCRIPTA POR ÜKAL OUDKN KN EL 1ÍEU1.STH0 CREADO

POR LA LEY DE 14 DE MAYO DE 190S

Única Sociedad inscripta como MUTUA para el seguro


contra el

nOBO DSZ. GAITADO

PARA MAS DETALLES, DIRIOIRSE A LAS OFICINAS CENTRALES DH

EUROPE COMPANY
PliRZA DE BlüBflO, ISHJCD. 11.

SE ADMITEN REPRESENTANTES ACTIVOS

Inútil soliciiar sin referencias de primer orden,

nutorizada íu publicación por la Comisarla general de Seguros.


Servicios de la Compañía Trasatlántica

Línea de Cuba-Méjico.
Servicio mensual saliendo de Bilbao, de Santander, de Gijón y de
Corufia, para Habana y Veracruz. ¡Salidas do Veracruz y de Habana
para Coruña, Gijón y Santander.
Línea «lo linrnos Aires.
Servicio mensual saliendo de líarcidona, de Málaga y de Cádiz,
para Santa Cruz de Tenerife, Montevideo y Buenos Aires; emprendien-
do el viaje de regreso desde Buenos Aires y Montevideo.
Línea de Ncw-York, < nha-Méjico.
Servicio mensual saliendo de Barcelona, de Valencia, de Málaga
y de Cádiz, para Xew-York, Habana y Veracruz. Regreso de Veracruz
y de Habana con escida en Kew-York.

Línea (le Venezuela-Colombia.


Servicio niensual saliendo de Barcelona, de Valencia, de Málaga y
de Cádiz jiara I,ns I^nlnins, Rauta Cruz de Tenerife, Santa Cruz de la
Pahua, Puerto Rico y Habana. Salidas de Colón para Sabanilla, Cu
ra(;,ao, Puerto Cabello, La Gnayra, Puerto Rico, Canarias, Cádiz y
Barcelona,
Línea de Fernando Póo.
Servicio mensual saliendo de Barcelona, de Valeniia, de .\licante,
de Cádiz, para Las Palmas, Santa C-ruz de Tenerife, Santa Cruz de la
Palma y puertos de la costa octidental de África.
Regreso de Fernando I'óo, haciendo bis escalas de Canarias y de la
Península indicadas en el viaje de ida.

Además de los indicados servicios, la Coaipafiía Trasatlántica tiene


establecidos los especiales de los puertos del Mediterráneo a New-
York, puertos Cantábrico a New-York y la linea de Barcelona a Filipi-
nas, cuyas salidas no son lijas y se anunciarán oportunamente en cada
viaje.

Estos vapores odmiton carga en las coniliciones más favorables y


pasajeros, a quienes l:i Conijiañía da alojamiento muy cómodo y trato
esmerado, como ha acreditado en su dilatado servicio. Todos los va-
poies tienen telegrafía sin hilos.
Tanibién se admite carga y se expiden pasajes para todos los puer-
tos del mundo, servidos por líneas regulares.
Las fechas de salida se anunciarán con la debida oportunidad.
ñ Equitativa
dos Estados Unidos do Brazil
(La Equitativa de los Estados Unidos del Brasil)
Sociedad mutua de seguros sobre la irida.
Dirección general para España:

Alcalá, 73, nadrid.


-^Í:^ —

SEGUROS DE VIDA con primas vitalicias y beneficios acumulados.


SEGUROS DE VIDA con primas temporales y beneficios acumulados.
SEGUROS DE VIDA míitos, a cobrar a los 10,15 6 20 afios con beneficios acumulados.
SEGURO DE VIDA en conjunto [sobre dos cabezas], y beneficios acumulados,

Ses:uros de vida de todas clases


con sorteo semestral en metálico.
Con una póliza de seguro con sorteo, se pueJe constituir un capi-
tal, garantir el porvenir de la familia y recibir en efectivo el importe
de la póliza, si resulta premiada en los sorteos que se celebran el 16
de abril y el 16 de octubre de cada año.

.^-.„-—.—,—,^^- Subdirecciones: —-^^--.^. -^-


Valencia: Pérea Pujol, 6.—Barcelona: Rambla de Santa Mónica, 23.
Bilbao: Muelle de Ripa, 7.—Sevilla: Rioja, 20.—Granada: Oficios, 14.—
Badajoz: Melchor Evora, 1.—Palma de Mallorca: Bonás, 8.—La Coru-
fia: Hotel de París.
La Urbana y El Sena
Compafiía anónima a primas fijas contra los accidentes.

C a p i t a l social:
Seis millones enteramemte desembolsados.

Automóviles. Personal de casas particu-


Coches y caballos. lares.
Carros de transporte. Ascensores.
Cocheros y palafreueros. Caza.
Seguro individual. Seguro de responsabilidad
Conductores mecánicos. civil.

Representación general en España:


Calle de Esparteros, 1, pral.—Teléfono 2.866.

vigencias en todas las provincias.

Anuncio autorizado por la Comisaría general de Seguros


el 8 de marzo de 1913.
La Cataiana
SEGUROS CONTRA INCENDIOS Y EXPLOSIONES OE TODA CLASE
contra la pérdida de alquilares, riesgos locativos de recursos y ds paralización
de trabajo a causa de incendio,

FUNDADA EN 1865
INSCRITA BN BL REGISTRO DEL MINISTERJO DB FOMENTO

bomiciliada en Barcelona:
Rambla de Cataluña, 15, y calle Cortes, 624.

Desenvolvimiento de la Compañía durante el ejercicio de 1917.

BALANCES COMPARADOS I

191» 1917
Capital suscrito ' 5.000.000 5.000.000
ídem desembolsado 1.500.000 1.500.000
Reserva estatutaria 1.000.000 I 000.000
Reservas técnicas 2.750.980,72 3.2.06.375,40 i
ídem de previsión y garantía 1.120.905,91 1 401.5.37,96 i
Primas de ejercicio (5.804.681,45 7.808.639,76 ¡
Siniestros indemnizados hasta 31 de
diciembre 24.055.903,23 1 27.893.465,32

Estado demostrativo del desenvolvimiento de la Compañía.

Reserva Reservas
Años. Primas. Siniestros de r i e s g o s estatutaria
Indemnizados. y para
en curso. eventualidades

1869 185.556,06 33.400,46 61.882,02 38.755,57


1879 .349.627,24 114.208,14 116.542,41 143.269,68
1889 766.3.57,26 251.855,08 265.452,42 704.774
1899 1.201.734,32 449.7!)0,19 4Ü0..578,10 817.,531,70
1909 2.291.118,56 980 243,33 763.706,19 1.241.773,49
1919 10.693.513,31 5.916.647,64 3.564..504,43 1.8S5.000

nutorlzado por la Inspección de Seguros en 15 de marzo de 1918.


Banco de Cartagena
Sociedad anónima
Capital nominal Pesetas 20.000.000
Suscrito y desembolsado — 15.000.000
Fondo de reserva — 1.600.000

Presidente: Exorno. Sr. Marqués de Villamejor.

Casa central: MADRID


Sucursales:
Cartagena, Murcia, Sevilla, Alicante, Cádiz, Huelva, Me-
lilla, Lorca, La Unión, Águilas, Orihuela, Mazarrón, Cieza,
Carayaca, Hellin, Elche, Yecla, Totana.

Compra y venta al contado y en Bolsa de toda clase de


fondos públicos y valores industriales.
Cobro y descuento de cupones y de efectos de giro sobre
Espnfia y el extranjero.
Cesión de giros en pesetas, libras, francos, marcos, etc.
Giros sobre Cuba, Puerto Rico, Filipinas y principales
plazas de América y Asia.
Giros telegráficos,
Cartas de crédito.
Compra y venta de monedas y de billetes extranjeros.
Préstamos y créditos en cuenta corriente, con garantía
de firmas o de valores cotizables.
Depósito en custodia de toda clase de objetos preciosos
y valores, sin cobrar premio alguno a sus clientes.
Cuentas corrientes con interés.
Cajas de alquiler.
Cajas de ahorros, con un interés de 3 por 100 annal.

Este Banco está afiliado con la Bauqae Belge ponr l'étrangrer^


(filial de la Société Géuérale de Belgique), que tiene BU central en
Bruselas, y sucursales en Londres, París, Colonia, El Cairo, Ale-
jandría, Tautali (Egipto), Shanghai, Tientsiu, Fekiu (China).

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