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Siete poemas de Rafael José Muñoz

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Literatura para generaciones pixeladas

[#2] Siete poemas de Rafael José Muñoz


(Anzoátegui, 1928 – Caracas, 1981) ~
Publicado el 25 septiembre, 2016 por Oriette D'Angelo
***

Rafael José Muñoz (Anzoátegui, 1928 – Caracas, 1981). Poeta. Fue redactor de la revista Zona
Franca y asiduo colaborador de la Revista Nacional de Cultura. De su obra publicada sobresalen
Los pasos de la muerte (1953) y El círculo de los 3 soles (1968). Los poemas aquí seleccionados
pertenecen a la 2da edición del libro El círculo de los 3 soles publicado por Fondo Editorial del
Caribe en 2005.

***

Visa hacia los astros

Visiones a base de hongos,


a base de ojos de serpiente,
de mirar fijamente el número 1 en un astro;
visiones de no ver nada, celesteando solamente,
lloviendo como si se arrastrara una soga seca.

Vamos a ver lejos, vamos a cerrar los ojos,


vamos a quedarnos solos,
como quien resucita a un muerto;
vamos a sonar todos estos escapularios
en sacaputilos pelados,
vamos a sonambular
con los misterios trús trús.

Vale la pena que esperemos


mientras la bella visa
de su sazonado corazón
remonta el vuelo,
como cantando en la niebla
una canción de vientos y de piedras.

Es necesario esperar qué.


estemos de luto y nos quedemos sin botón.

Caracas, 24 de junio de 1964.

***

Visiones entre los lunares del vidrio

La materia se mueve por entre estos lunares


del vidrio que ahora veo, a muchos kilómetros de billones.
Contemplemos: son dos dimensiones,
cinco estados de la materia,
seis espacios de formas veís.
Lo cual no introduce la velocidad de aproximación
al Vux de Vux.

Es decir:

0,00077 multiplicado por el cuadrado


de la velocidad de la luz captada a un rombo
de un viejo raquis,
expresada a su vez en centímetros,
lo que equivale a:

Zeta Energía.

Huevo de Trucksucks.

Caracas, 7 de octubre de 1964.

***

Génesis

En sueño me dijo: ahora comenzará:


Y aparecieron varitas de papel, músicas
de truquñuqkes, cálidos;

Y aparecieron relámpagos sobre las índigas


demostraciones de espigas
que eran arterias después de crecer en la muliedra.

Y partieron como gusanos aindiados


y mordidos en su fuego de lopis,
del Ludus Perorum.

Y se negaron a ser hermafroditos, como el sol y la luna,


y se llamaron Rebis y Milius.

Después, nada, un secreto de actividades


en su billón de raquis franco furtis
y en el Jacob Huran, Hile und Coaly.
Luego el rojo bendito y házla venir
a la Radio.

Mens convertio ipsis.

Desembocando por la Madre Vieja.


Caracas, 18 de diciembre de 1964.

***

Fúnebre también

No puedo soportar, mis lágrimas corren como un venado,


el día está gris, se parece a la tipografía garrido;
hoy me pregunto si yo soy un rey o un alfil,
hoy, que estoy vestido con estas cintas moradas,
cuando me digo: muy bien, señor soñador de máquinas izquierdas.

No puedo soportar tanto signo extraño ante mí,


esas paredes que arrastran rostros y gusaneras que se ríen de vivir
y que parecen papeles de polos contrahechos por el café;
no puedo soportar esto en mis ojos,
mejor tener un corazón de indio sin arcilla,
mejor es sentarse sobre esa piedra y ver hacia allá.

¿Cuántas faltas juntas he cometido?


¿Cuántos pasos insondables di hacia la espalda mortal?

No lo sé, hoy es un jueves gris, atónito de penas,


hoy viviré parado en la otra esquina, a la derecha de la muerte.
Y contaré mis horizontes, téngalo por seguro,
y comprenderé al fin que son no más tres:

El domingo, el que reza y, el que camina.

Caracas, 9 de abril de 1964.

***

Pastoral

Hemos vuelto acá mismo, como si tuviéramos que volar,


como si tuviéramos que ir al pueblo aquel de un tacto,
ciegos casi, haciendo, onnilupes en el caminar,
mostrándonos las rodillas, como dos pedazos de ceros,
repitiendo en cabizbajo: ¡cuánto durará la caminada, Señor!

Porque es largo este trayecto entre mi ojo


y la esquina de aquel horizonte que allá veo;
es largo, un camino de garzas, unos polvos de alcatraz,
una sonora nube de espacios enfermos y agriados por mulas.
Para llegar quemaremos el plomo de la entoncera,
el barro a barro, el sendero de hojarasca, los recuerdos,
todo eso que hace llorar en la infancia,
que nos hace descubrir trenzas doradas en la suma del alfabeto,
eso que nos deslumbra cuando entramos al corredor y vemos
sus otoños centrales, sus cuatro esquinas con 8 faroles.

No, no me digas que volvemos a la infancia:


me espera un toro en las 12 lunas del caserío,
y me esperan las gallinas en sempiterna misa de amor
y también los maíces y el olor del jardín cuando llueve.

No me digas que volvemos a la infancia:


tú sabes lo que es caminar 24 soles hacia allá.

Caracas, 12 de abril de 1964.

***

Pastorales

Déjame, quiero deslizarme por el mundo abstracto


por la colina sueña perros, en olores ancianos;
déjame, (y el trueno y las cascadas)
no quiero reemplazar este sol de medianoche,
mejor estoy en esta cueva, amarrando los misterios.

Oigo cómo suenan las clavellinas,


cómo bailan las nieblas en sus moños oscuros,
en su profundidad de muerte a bajo nivel;
contemplo este llano y aquella sequía
que inventa fantasmas hasta bajar
a la cumbre donde se cenicientan los retoños.

Déjame, las flores caen


sobre el inflamado invierno. Es tarde.

Ya es, tarde para subir al prado,


para ver la vaca, lanzar sus humos
hacia el viento negro que viene de la colina;
ya es tarde, se acercan los duendes,
traen manojos de rosas antiguas
y cuervos para asustar el corazón.
Ya es tarde, es doloroso ver la pradera
vencida por estos meses de invierno.

Adiós, recuerdos a Boll, mi hermano oscuro,


mi hermano que regaba la tierra en tardes neblosas
y lanzaba sus cantos hacía el horizonte
donde la tempestad abría garzas lúgubres.

Adiós, no es necesario que vuelvas,


lleva el caballo a pastar,
detrás de las nubes aquellas,
donde se reúnen los animales
a contemplar las piedras
el silencio de la hondonada gris.

Adiós, no hagas caso de las gaviotas:


ellas titilan en el crepúsculo como rosas viejas.

Caracas, 26 de abril de 1964.

***

Lección de matemáticas

Denomínase veinte dimensión


la que pasando por el meridiano Grénwiche
toca los pulsos de la menina;
denomínase así cuando tiene 3 x 3,
3 x ≠ º£ 26) Igual una koloka macesa.

Es decir, dimensiónéen 24 a 3 x 2
y vuélvanlo a la luna, mientras su perigeo
indica la región donde Urania se oculta
y asoma sus lomos blancos desde el 3.000000000000.
7. 000000 834 x 17
millones;
y resten lo que encontraron, el Siglo Luz 5 16 a las 7ª
Y elévenlo a Simatías de Dex,
a Solinas de Cucesinas Locruz.

Es claro que daría la fórmula encontrada


en el Cajón del Yurro Solar.
Z mayúsculas,
Z

1.0000000000.9876543210123567890.1234. por Beta en Alfa


2.0000000000.34567890123456789098769.0 = XYW;OJO de A.

Caracas, 28 de setiembre de 1964.

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