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Una estructura criminal conformada por policías hondureños

enviaba armas a las FARC de Colombia


Un piloto colombiano capturado manifestó que el arsenal decomisado a un inspector iba
destinado al grupo guerrillero

Tras el aterrizaje de la narcoavioneta, policías honestos capturan al piloto colombiano Luis Mauricio Palacios
y al guatemalteco José Ramón Gamboa.

Luego de que denunció a los miembros de la estructura criminal uniformada, el policía Exequiel Antonio
Estrada Izaguirre fue asesinado.

Una estructura criminal de la Policía, conformada por al menos 30 personas entre oficiales y
agentes, se dedicaba a coordinador el aterrizaje de narcoavionetas en Olancho, Comayagua,
Colón y Choluteca.
El inspector Juan Carlos Sotelo le pidió al entonces director de Tránsito asignar equipo para investigar el caso.
Sotelo también fue asesinado
Investigación EL HERALDO 20.02.2017

Tegucigalpa, Honduras
Una estructura criminal conformada por unos 30 policías -entre oficiales y agentes de la escala
básica-, un diputado y un gerente de una empresa enviaba armas a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y cometía otros delitos en la zona sur y central de
Honduras.

Así lo establece el expediente investigativo número SEDS-0416-2010, que parte de un


documento que envió el 7 de marzo del 2003 el policía Exequiel Antonio Estrada Izaguirre
a la Dirección de la Policía Preventiva, el cual fue verificado con una investigación registrada
en el oficio DGPP-DNT-No.0275-2004, realizada por un oficial asignado a la Sección de
Análisis de Tránsito.

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El expediente que entre 2010 y 2016 fue actualizado contiene diligencias realizadas, patrones
fotográficos, movimientos migratorios y comunicaciones internas.

En una de las comunicaciones hace referencia a que entre el 2004 y 2010 el expediente -cuando
se mantuvo oculto- fue saqueado por los mismos oficiales involucrados con el fin de borrar
todo tipo de evidencia que los ligara con la banda criminal.
En los documentos consta que del 2010 en adelante al menos dos ministros de seguridad y
los directores de la Policía conocieron la investigación, pero el expediente nunca fue enviado
al Ministerio Público.
Gracias a esa desidia seis oficiales señalados siguen activos con el rango de subcomisionados
y actualmente están en lista de ascenso. Igual seis elementos de la escala básica, involucrados,
continúan en la institución.

EL HERALDO conoció que parte del expediente SEDS-0416-2010 está entre los documentos
que la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) confiscó en las instalaciones de
la Secretaría de Seguridad ubicada en el Ocotal, Francisco Morazán.

De interés: Cúpula policial planificó y asesinó al zar antidrogas

Denuncia
Impotente ante el actuar delictivo de algunos de sus compañeros, el 7 de marzo del 2003 Estrada
Izaguirre, asignado en la posta de Monjarás, Choluteca, le mandó un informe a la entonces
directora general de la Policía Preventiva, Coralia Rivera de Coca, donde detalla nombres,
apellidos, rangos y puestos de asignación de los oficiales y agentes de la escala básica que
forman parte de la estructura criminal.
Estrada Izaguirre, quien meses después fue asesinado, le pidió a Rivera nombrar un equipo de
investigación para que confirmara su denuncia y evitar que sus compañeros y superiores
siguieran cometiendo delitos, “ya que estos oficiales y policías nos están haciendo ver mal a
todos los policías que estamos asignados aquí en Monjarás”, escribió.

300 fusiles Fal


y 300.000 municiones se perdieron del Escuadrón Cobras. El caso se descubrió a finales de
agosto
de 2011.

También sugirió “que el equipo de investigación no sea de la DGIC (Dirección General de


Investigación Criminal) ni de análisis de la Policía Preventiva, en vista de que ellos también
están participando en esas acciones ilícitas”.

Ante tal situación, el inspector Juan Carlos Sotelo, edecán de Rivera, le pidió al entonces
director de Tránsito investigar el caso con urgencia. “Remita a Cálix Hollman para que
investigue de inmediato”, escribió el edecán en la parte superior del informe.
En julio de 2007 Sotelo también fue acribillado a tiros en la colonia América, ubicada en
esta capital.
Ambas muertes siguen en la total impunidad. Como los delitos contra la vida no prescriben, la
depurada Policía y la fiscalía aún tienen una tarea pendiente.
El oficial de Tránsito que investigó la relación de oficiales y agentes con el crimen organizado
escribió en su informe que encontró en los archivos de la sede policial, en Choluteca, la
declaración del piloto colombiano Luis Mauricio Palacios Giraldo, donde manifiesta que a él
se le había encomendado venir a llevar el arsenal que le decomisaron a un inspector de policía.

Lea además: The New York Times revela nombres de policías involucrados en muerte de
zar antidrogas

Armas a las FARC


En el detallado informe, Estrada Izaguirre hace referencia al aterrizaje de una narcoavioneta el
16 de octubre de 2002 en la carretera que de San José de la Landa conduce a la aldea de El
Tulito, Choluteca, así como a la captura del piloto colombiano Luis Mauricio Palacios
Giraldo y del copiloto guatemalteco José Ramón Gamboa Lara.

En el documento con sello y firma de recibido por Sotelo aparecen los nombres del diputado
Armando Ávila Panchamé, el de un gerente corporativo, el de cuatro inspectores de la
policía (rangos con que se les menciona en el informe enviado en 2003, aunque 2 de ellos ya
eran subcomisarios).
Posteriormente cuando el oficial de Tránsito realiza su investigación -que entrega el 20 de abril
de 2004- encuentra que el inspector Leonel Enrique Matute Chávez había sido capturado el
1 de mayo de 2001 en el Cerro de Hula, transportando en una camioneta 88 fusiles AK-47 y
un fusil M-16.
Un comunicado enviado por la entonces DGIC tras la captura dice: “investigaciones
preliminares realizadas por la Fiscalía del Crimen Organizado establecen que las armas estarían
destinadas a narcotraficantes de Sudamérica, como también a grupos guerrilleros que operan
en esa parte del continente”.

Este hecho también está registrado en el expediente judicial 13604-2002-J#1 C-V. En el


consta que el inspector capturado declaró que hacía 15 días había sido asignado a Choluteca.
Él fue acusado por el delito de transporte y portación ilegal de armas en perjuicio del Estado
de Honduras.
En su declaración, Matute Chávez sostuvo que sin saber que el carro venía lleno de armas,
comenzó a conducirlo desde Sabanagrande y lo hizo por petición de un sujeto que le había dado
jalón, quien le contó que tenía su papá enfermo.

Lea además: Policías también mataron a Alfredo Landaverde


“Me dijo que si yo podía hacerle el favor de traerle el vehículo al sector de Tegucigalpa, ya que
me iban a estar esperando en la colonia Loarque, me iban a estar esperando dos hermanos de
él”.

Sin embargo, a pesar de haber sido capturado in fraganti, el inspector salió libre
provisionalmente a los pocos meses luego de pagar de 2,880 lempiras.

El 11 de diciembre de 2002 el Juzgado de Letras Penal de la Sección Judicial de Tegucigalpa


ordenó dejar en libertad al oficial a quien se le sigue proceso por los delitos de posesión ilegal
de armas, “en virtud de haberse modificado el auto de prisión en su contra y haber ofrecido
caución suficiente a su favor”.

Piloto
Sin embargo, en la declaración que el piloto colombiano Luis Mauricio Palacios Giraldo dio
en la jefatura departamental de Choluteca, el 16 de octubre de 2002 a las 6:25, minutos después
de haber sido capturado contingencialmente, sostuvo que le habían ofrecido venir a Honduras
a llevar el cargamento de armas decomisadas al inspector antes mencionado.

186 armas
fueron robadas del Escuadrón Cobras en diciembre de 2007. Las investigaciones condujeron
a oficiales.

El piloto, a quien se le registra como suboficial de las reservas de la Fuerza Aérea


Revolucionaria de Colombia y miembro activo de las FARC, originario y residente en
Medellín, ante la pregunta del interrogador de que si ya había venido otras veces a Choluteca,
contestó: “Mirá, aquí (Choluteca) no había venido nunca a dejar mercadería, es la primera vez
que vengo, pero otros compañeros sí ya habían venido. He venido varias veces a Honduras,
pero a otros sitios a dejar droga y dólares para el pago de armas, recuerdo que he venido a San
Esteban en Olancho, otro sitio creo que es en Yoro, a la propiedad de (), hermano del
diputado. Y el otro sitio es en Comayagua.

Iba a venir antes porque mi jefe me había encomendado la misión de venir a San Esteban a
traer un cargamento de armas que le estaban juntando el diputado Panchamé y el comandante
(...), pero fue imposible venir porque le informó el diputado Panchamé al comandante
Londoño que se las habían decomisado en un operativo al oficial de policía que las
transportaba para su residencia a San Esteban. Ese oficial recuerdo que se llama Leonel
Matute, para confirmar lo reportado mi jefe buscó la noticia en Internet y ahí se enteró del
decomiso de las armas al oficial y me dijo ya no irás a Honduras, quitaron las armas”.
“Mirá, esas armas se las mandaban al comandante Londoño para ponerlas al servicio de la
FARC en Colombia a cambio de unos kilos de cocaína”, declaró el piloto.
Esta declaración se mantuvo en el archivo de la jefatura policial número 6 de Choluteca y
nunca fue anexada a la acusación que la fiscalía le hizo al piloto y copiloto capturado.

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