Professional Documents
Culture Documents
Uno de los temas más interesantes en el estudio de las finanzas públicas, es el que se
relaciona con la creación de tributos por parte del estado, especialmente cuando este adopta
para su gobierno la forma representativa federal, como en el caso de Venezuela. Abordar el
tema no resulta tarea fácil si se toma en cuenta la diversidad de opiniones y posiciones
doctrinales sobre dos términos que para unos tienen diferentes significados y para otros
significados equivalentes, como son poder tributario y potestad tributaria
Para Héctor Villegas, el estudio de los términos poder tributario y potestad tributaria, debe
iniciarse aclarando el concepto de Soberanía. Apunta el Autor, que para la ciencia política
la soberanía significa “estar por encima de todo y de todos”. La soberanía reside en el
pueblo y de ella emana, entre otros múltiples poderes y facultades, el poder tributario, que
se define como “la facultad o la posibilidad jurídica del estado de exigir contribuciones a
las personas sometidas a su soberanía”. Del poder tributario surge en primer lugar, la
potestad tributaria que es la facultad estatal de crear, modificar o suprimir unilateralmente
tributos, lo cual, traducido al campo jurídico, implica la posibilidad de dictar normas
generadoras de contribuciones que las personas deben entregar coactivamente, para atender
las necesidades públicas. Desde este punto de vista, si la potestad tributaria viene atribuida
por ley, será posterior, lógica y cronológicamente al poder tributario que se fundamenta en
la soberanía. Queda claro entonces, que la potestad tributaria se ejerce a través de los
órganos legislativos y sobre la base de leyes formales que contendrán los elementos del
tributo y de la obligación tributaria. Otros autores aciertan con Villegas
Para el resto de los autores, con variantes de palabras, la potestad tributaria alude a las
facultades, deberes que la ley asigna a la administración para recaudar los tributos
Siendo la facultad que tiene el estado de crear unilateralmente tributos, cuyo pago sea
exigido a las personas sometidas a su competencia tributaria especial
-La potestad tributaria originaria: Se dice que la potestad tributaria es originaria cuando
emana de la naturaleza y esencia misma del estado, y en forma inmediata y directa de la
constitución de la república. Nace de la propia carta fundamental, donde exista constitución
escrita, o de los principios institucionales donde no exista la misma
El sujeto activo y el sujeto pasivo son los sujetos que intervienen en la relación tributaria u
obligación tributaria, la cual se establece cuando se verifica el hecho imponible. La relación
tributaria es la relación o vinculación que surge entre el Estado en las distintas expresiones
del Poder Público y el sujeto pasivo cuando se establece el hecho imponible y ese vínculo
es de carácter personal que recae sobre las personas naturales y jurídicas, no sobre los
bienes.
El Sujeto Activo
El Código Orgánico Tributario lo define en el artículo 18: “Es sujeto activo de la obligación
tributaria el ente público acreedor del tributo”. Este ente público puede ser Nacional,
Estatal o Municipal.
El sujeto Pasivo
El sujeto Pasivo son la personas naturales o jurídicas que están obligadas al pago de una
suma de dinero por concepto de tributo, siempre y cuando ocurra el presupuesto de hecho
establecido en la ley.
El Código Orgánico Tributario lo reseña en el artículo 19: “Es sujeto pasivo el obligado al
cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea en calidad de contribuyente o de
responsable”.
Por otra parte, los Responsables son sujetos pasivos obligados, por deuda ajena, al
cumplimiento de la obligación tributaria, sin tener carácter de contribuyente; así lo define el
Artículo 25 del COT.
Son responsables directos aquellos que son designados por la ley y por la administración
tributaria para que cumplan ante el fisco con el importe recibido y retenido de los
contribuyentes.
1. Los padres, los tutores y los curadores de los incapaces y de herencias yacentes.
2. Los directores, gerentes, administradores o representantes de las personas jurídicas
y demás entes colectivos con personalidad reconocida.
3. Los que dirijan, administren o tengan la disponibilidad de los bienes de entes
colectivos o unidades económicas que carezcan de personalidad jurídica.
4. Los mandatarios, respecto de los bienes que administren o dispongan.
5. Los síndicos y liquidadores de las quiebras; los liquidadores de sociedades, y los
administradores judiciales o particulares de las sucesiones, los interventores de
sociedades y asociaciones.
6. Los socios o accionistas de las sociedades liquidadas.
7. Los demás que conforme a las leyes así sean calificados.
El código orgánico tributario establece: sólo a las leyes corresponden regular con sujeción a
las normas generales de este código las siguientes materias:
1) Crear, modificar o suprimir tributos, definir el hecho imponible, fijar la alícuota del
tributo, la base de su cálculo e indicar los sujetos pasivos del mismo.
4) Las demás materias que les sean remitidas por este código.
Principio de Igualdad Tributaria: dicho principio constituye uno de los más importantes
en materia constitucional, legal y por supuesto en el ámbito del derecho tributario, se
encuentra consagrado de distintas formas en la constitución; el cual comprende diversos
aspectos:
b) Igualdad ante la ley: dispuesta en el artículo 21 de la CRBV, todos son iguales ante la ley
y no se admitirán las discriminaciones bajo ninguna condición.
c) Igualdad por la ley: en materia tributaria la igualdad por la ley se manifiesta a través de
la aplicación del principio de la capacidad contributiva, por el cual deben pagar más
impuestos quienes mayor riqueza generan y menos impuestos quienes menor riqueza
generan de forma que los tributos pueden ser aplicados con equidad.
La igualdad por la ley deviene de la aplicación del principio de justicia y se resumen muy
bien en el axioma del derecho de tratar igual a quienes son iguales y en forma desigual los
casos desiguales, pues nada hay más injusto que tratar todos los casos por igual.
d) Igualdad de las partes en la relación jurídica tributaria: mantiene este principio que no se
puede establecer reglas que permitan con posterioridad, que la relación jurídica no esté en
un plano de completa igualdad entre el sujeto activo y pasivo de la relación jurídica
tributaria.
El sujeto activo no es el titular del poder tributario y por ende es tan solo un sujeto más de
la relación jurídica tributaria y que al igual que el sujeto pasivo debe llevar adelante dicha
relación.
Excepción: este principio no aplica en los bienes de personas que han cometido delitos
contra la propiedad y la hacienda pública.
Significa que se impone una obligación jurídica general a todos los habitantes del país,
excluyendo los de privilegios que trate de relevar esa condición. Por otro lado, el maestro
Villegas expresa que este principio de generalidad se refiere más a un aspecto negativo que
positivo, en cuanto que no se trata de que todos deban pagar impuestos, según la
generalidad, sino que nadie debe ser eximido por privilegios personales, de clase, linaje o
casta.
Para ello la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en la
conferencia Internacional Americana, Bogotá, Colombia en el año 1948, dispone en el
artículo XXXVI que toda persona tiene el deber de pagar los impuestos establecidos por la
ley para el sostenimiento de los servicios públicos.
Este principio trata de que ninguna norma podrá aplicarse con carácter retroactivo salvo
que favorezca al infractor.
Maggiore considera que no han fallado los defensores del principio de retroactividad, en
virtud del cual la ley se aplicará en hechos cometidos antes de su vigencia. Así ha sostenido
que la nueva ley ya sea más benigna o más severa debe aplicarse a hechos anteriores a su
vigencia, por razones