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66 El matadero” de Bstebun Kiechoverria, es- crito hacia 1838 y leido cuatro décadas des- pués, inicia el cuento argentino, prisionero en parte del molde costumbristi. Senin real mente Roberto J. Payro y Fray Mocho los encargados de echar Ins bases del chento en nuestro pais, siguiendo ki propuesta real echeverriana. Con Horacio Quiroga el genero alcanza nitidos perfiles y a medida que avanza el siglo veinte se enriquece con variedad de textos, de lineamientos, de propuestas. Jorge Luis Borges, Luis Gudino Krimer, Silvina Ocampo, Julio Cortizar, Germain Rozenma- cher, Daniel Moyano y Juan José Saer son ejemplos cabales de esa diversidad. Contirman también esta riqueza los panoramas, estudios criticos y antologias sobre el cuento argentino, hoy independientes de la reiteracion incans ble de autores y cuentos aparentemente cons: grados. Cada antologia es una propuesta, un modo de entender lo literario, una posicién ante la literatura nacional, Y asi lo entiende nuestra antologista, Beatriz Sarlo, para verte- brar a través de los textos seleccionados una historia totalizadora del cuento argentino. llustracién de tapa: Ernesto de la Gércova. Sinan y sin trabajo (detalle). C Volumen dable penta da feciclo wae Eats" Centro Editor de América Latina mas libros para mas El cuento argentino Quiroga,Borges Cortazar y otros i antologia Biblioteca argentina fundamental Antologia y prélogo por la profesora Beatriz Sario N lotas: Sergio Visconti € CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA Dejamos constancia de nuestro siguientes editoriales: Emecé Eslitores, por tuber Gute feos ahora de "EL muerto” de Jorge ‘ui Bor rizado Ia inclusién de es, Por haber autorizado @ Bragudo” de Haroldo Conti, oan Prepara dicha editorial, © 1979 Centro Eui Buenos pct? Editor de América Latina S.A, > Junin. 981 Fi eal, pepablice Argentina: Capital: Meteo Cancelle Sylllty Eeheveria 2469, c* C, Buenos Aen Trenance . Belgrano 624, 6* Aires, ee ; Corregidor Edi- See esata ea, etn de fered a lms State or Rome ue oi ee edn, Se, gra te PROLOGO. la cuentos argentinos fueron elegidos aciones— para trazar un panorama de ativa breve que respondicra @ ciertas Aqui quedarin explicitos algunos de los gobernaron esta seleccién. La palabra ‘al parecer, se vincula fundamentalmen- calidad intrinseca del material antologiza- ‘embargo, en este caso se relaciona mds el sistema de pautas y recaudos que tuvie~ decisive sobre las operaciones cuyo resul- presente volumen. : desde “El matadero”* de Echeverria ‘actualidad ha transcurrido casi un siglo y En este lapso, la produccién cuentistica ar ino fue ni constante ni pareja. Entre el texto erria y Payré 0 Fray Mocho corren afios para la conformacién de la Argentina con- a —la consolidacién del predominio oli- 9 y el anudamiento de las relaciones con In- gon sus eslabones principales—, pero afios yados y secundarios en 10 que se refiere a la de una narrative moderna. ito 7- José Herndndes, fundamentales en la de una lengua literaria nacional (bien to Borges, y se lee en mucha literatura del siglo ), no aspiran en cambio a un lugar privilegiado historia del género de ficcién: sitwarlos en ella forzar sus respectivas retéricas y olvidar para qué escribieron como la forma en que obras funcionaron efectivamente. No todo relato lin cuento, no toda historia con peripecias es, por Hubs, si, cuentos antes del 900 ¥ quedan por wa jss razones fucra de esta antologia. En primer lu i porque en la configuracién de una tradicion li- nacional algunos de ellos tienen significacién usa y otros (los de Cané o Wilde) mds bien for parte de un perfil literario global —el de la ‘generacién del ochenta— y no fueron un I

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