Este es un discurso realizado por Arguedas en 1968, cuando recibió el premio Inca Garcilaso de la Vega; aquí explica el por qué y el cómo de la realización de sus obras. Él dice que este país ha sido por largo tiempo dividido en dos: dos polos, dos naciones, dos países, dos mundos; uno cognoscible y moderno, y otro impenetrable y arcaico; cuando hablamos de este último país, nos referimos a las zonas andinas del Perú, lo rural. Dice que hemos colocado un muro entre ambos, donde el mundo costeño, específicamente limeño, ha aislado ese mundo rural, aparentemente inerte; pero Arguedas que perteneció a ese mundo sabe que no es cierto, no es mundo inerte, es un mundo que produce conocimientos, que canta, y crea mitos. El por qué de su tipo de obra, es él, la mezcla entre esos dos mundo, divididos por un muro imaginario que se siente real; él es lo peruano, porque ser peruano no significa dejar una cultura para pertenecer a la otra, no se trata de mundos antagónicos, ni enemigos mortales, ambos son parte de un mismo mundo, y Arguedas lo representa, él es el quechua y el español, lo andino y lo limeño. Es esta mezcla o unión, o mejor aún, este vínculo vivo de ambos mundos, que él quiere esparcir por todo el Perú, universalizar esa unión, sin necesidad de convertir a sus lectores en unos ACULTURADOS, porque era posible crear un vínculo entre ambos mundos y derribar ese muro imaginado. El cómo es explicado por dos principios que le sirvieron para la realización de sus trabajos; estos fueron: la ideología socialistas y los movimientos socialistas, también la aplicación de conocimientos creados en todo el mundo, mayormente europeos, para entender la complejidad, diversidad e infinitud de lo peruano (tanto lo terrenal, como lo humano). El socialismo le sirvió, para dar una orientación a su propósito, él quería cambiar las cosas, quería hacer algo, ante esta dicotomía nacional, que no solo se presentaba y afectaba al país, sino él mismo, como un hombre dual. Mientras que los conocimientos universales le servían para aplicarlos en su comprensión de lo peruano, no consistía en una imitación ya que eso sería imposible, esos conocimientos no podrían abarcar tanta infinidad, magia y belleza del Perú.