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Tercero de Teología
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“Les aseguro que, si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos. El
que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. Y el que reciba
en mi nombre a uno de estos niños a mí me recibe” (Mt 18,3-5)
INTRODUCCIÓN
Problema de Investigación:
El objetivo de la educación en la fe para niños es presentarles a un Dios que
los ama y quiere lo mejor para ellos. En la medida que este conocimiento es
interiorizado y comprendido, se puede llegar a fortalecer una experiencia
personal y espiritual, contribuyendo a su realización como protagonistas en la
amistad con Dios y constructores de un mundo más solidario y justo.
De tal manera, el interés de nuestra investigación es lograr interpretar y
determinar cómo influye la ERE, considerando que el desarrollo emocional,
social y físico de un niño, tiene un impacto directo en su desarrollo general y
más adelante en el adulto en el que se convertirá.
Por otro lado una de las misiones de la Iglesia es ofrecer a hombres y mujeres
el Mensaje Cristiano, para que estos libremente acepten a Cristo y configuren
su vida con Él, para esto la iglesia cuenta con personas bautizadas, que
poseen la vocación cristiana de proclamar y educar en la fe, ya sea como
catequistas o como maestros en el área de Educación Religiosa (ERE), en
colegios confesionales.
Por lo tanto otro documento que aborda este tema es EDUCAR EN LA FE de
Alvarez y Perales (1989), este texto resaltan la vocación del educador cristiano
y su influencia en el desarrollo de una experiencia de Dios, plantea que “el
catequista o maestro hace eco a la Palabra de Dios; es el que tiene la misión
de puente, tendido entre Dios y los hombres; es el que ha sido constituido en
instrumento selecto, capacitado por el Espíritu Santo para secundar su obra;
el que tiene como destino estupendo: el ser preparador de un encuentro con
Dios…” (Álvarez y Perales, 1989, p.16).
De este modo los niños van comprendiendo que orar no es tan difícil como
parecía, y que, aunque sí requiere un esfuerzo, ciertamente genera múltiples
beneficios. “se tiene atención por sí mismo y los demás… el grupo respeta a
sus miembros y estos al grupo…entre ellos se ejerce, incluso cierta función
terapéutica, pero, ante todo, se permita que cada uno asuma su propia
personalidad, responsable ante Dios y ante el mundo de los hombres” (p38)
Es aquí donde cabe la posibilidad de despertar un apetito por las “cosas de
Dios” en los niños, ya que al sentir y al vivir la fe, crece un deseo de querer
profundizar en su experiencia de relación con Dios, y un anhelo de participar
sacramentalmente en ese encuentro personal y de iglesia.
OBJETIVO GENERAL
PROPUESTA METODOLOGICA