En las anemias macrocíticas la determinación de reticulocitos tiene un mayor valor que en el grupo anterior. La historia clínica, los reticulocitos y los hallazgos del frotis van a ser determinantes en el algoritmo diagnóstico, que se expone en la figura 7. 1. Una vez descartada la presencia de tóxicos (alcohol y fármacos como hidroxiurea, metotrexato o trimetoprim), el primer paso será solicitar el recuento de reticulocitos y una revisión del frotis de sangre periférica. La extensión de sangre periférica puede orientar al diagnóstico etiológico: macrocitosis uniforme (alcoholismo), dianocitos (hepatopatía crónica), macroovalocitos e hipersegmentación de neutrófilos (anemia megaloblástica), policromasia y esquistocitos o esferocitos (anemia hemolítica) o signos displásicos no relacionados con fármacos (enfermedades hematológicas). En caso de un aumento de reticulocitos, deberíamos orientar el estudio hacia la búsqueda de datos de hemólisis ( -aumento de la LDH y -la bilirrubina indirecta y -descenso de la haptoglobina) o sangrado. En caso de un descenso en el IPR, se solicitarán hormonas tiroideas y niveles de ácido fólico y vitamina B12 para descartar estados carenciales. Bibliografía: MORALEDA JIMÉNEZ, JOSÉ MARÍA. (2017). PREGRADO DE HEMATOLOGÍA. EDITORIAL Luzán 5. Recuperado: Abril 25, 2019. Consultado de: www.sehh.es/images/stories/recursos/2017/10/Libro-HEMATOLOGIA- Pregrado.pdf