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Ferronato - Aproximaciones a la globalización

Introducción al proceso de globalización:

El capitalismo se ha ido potenciando en un tipo de economía mundializada. La revolución


Industrial ha ido evolucionando desde el maquinismo en Inglaterra, pasando por distintas fases,
hasta la aparición de la tecnología del silicio. El conocimiento tecno-científico ocupa un lugar de
privilegio junto al mercado y es el responsible del acortamiento de las distancias.

Con el agotamiento del sistema capitalista industrial, que transitó por el taylorismo y el fordismo,
se visualizan transformaciones en el modelo mismo. El mundo contemporáneo tiene profundas
dicotomías. La pobreza y la exclusión, la riqueza y la abundancia crecen en proporciones
geométricas. Sobre la base de la eficacia se han descartado valores morales. En el neoliberalismo,
la política está nítidamente subordinada a un poder económico-financiero supranacional, no
dejando lugar al tratamiento de problemas sociales. La gran perversión del neoliberalismo ha sido
su extraordinaria aptitud para producir desigualdades.

Los países centrales se han reservado el derecho de monitorear las economías de los periféricos, y
éstas deben acceder a demandas y exigencias muy rigurosas por no perder el crédito o la
inversión. La penetración de la cultura mass-mediada está modificando los valores de la sociedad
industrial. Todo está cambiando en forma vertiginosa.

De la Guerra Fría a la tecnología del silicio:

En 1946, Churchill caratuló a la USSR como la “cortina de hierro”, e instó a los Estados Unidos y a
Gran Bretaña a frenar el avance soviético, generando el enfrentamiento entre las dos
superpotencias nacidas al final de la Segunda Guerra.

La bipolaridad entre Occidente y el Bloque Socialista marcó huellas pronunciadas. Capitalismo y


Socialismo pugnaron por hegemonía, tensionando la relación internacional. La competencia por el
predominio mundial los inclinó hacia una carrera armamentista, donde los gobiernos invirtieron
en producir nuevos elementos ofensivos sofisticados y destructivos. La industria obtuvo una
importante expansión.

Cuando la OPEP decidió aumentar el precio del petróleo en 1973 se produjo una crisis económica.
Las dos superpotencias procuraron controlar las rutas de navegación de los buques petroleros,
generando una inestabilidad política que preanunciaba un enfrentamiento mayor. El sistema
internacional estaba plagado de tensiones, y el poder militar se había jerarquizado. La industria del
armamento creció, y el poder destructivo se retroalimentaba técnicamente.

El fin de la bipolaridad significó una disminución sustancial del riesgo de un enfrentamiento


atómico. Existen indicios de que la carrera armamentista parece haberse detenido con el
desmadre de las Fuerzas Armadas de la ex unión Soviética. A principios de la década del '90 la
coalición Soviética colapsó, y el capitalismo entró en una nueva dimensión tanto en lo económico
como en lo político y social. La apertura de la economía rusa posibilitó la inversión privada,
acelerando una etapa de desestatización de la economía.

La globalización es una tendencia de conformación de una sociedad capitalista mundial


homogeneizada. El capital financiero internacionalizado lo pretende todo, reduciendo a los
Estados Nacionales a una especia de entes autómatas, sin soberanía. El pensamiento
postmoderno utiliza lo fragmentario, fortuito y transitorio como mecanismo de análisis. Hacia el
interior social, la redistribución de la riqueza se torna asimétrica, provocando la exclusión de
vastos sectores de la sociedad. Un tercio de la población ha quedad fuera del modelo. En la
mayoría de los países ha crecido la economía, pero han aumentado la pobreza y el desempleo.

La expulsión del mercado laboral de amplios sectores de trabajadores suscita desazón social. La
automatización y la reingeniería del sector industrial ha sustituido gran parte del trabajo del
hombre. Esto ha contribuido a un achicamiento de la función del Estado, que no se hace cargo del
sustantivo aumento de la pobreza y la exclusión.

El hiperindividualismo del consumo privado y de mercado ha elevado al mismo mercado,


arremetiendo sobre el ámbito público. El Estado, débil y deficiente, se está sometiendo a sus
dictados, y los sectores desplazados tienen una profunda sensación de inestabilidad. La tendencia
hacia la fragmentación social conllevaría al agotamiento del modelo de integración nacional.
Asimismo, la globalización esta asociada a nuevos tipos de exclusión.

La Nación ha sido despojada de una importante función, que es la de construir una economía
nacional. La economía se encuentra motorizada por desiciones políticas e intereses privados, que
esquivan el control de los gobiernos. Empresas multinacionales toman decisiones comerciales que
son autónomas de las políticas de Estado.

La inclinación a la fusión y alianza entre compañias rivales se realizan para lograr mejores
resultados y beneficios, limitando la posibilidad de un enfrentamiento costoso, por la exacerbada
competencia. Las tres empresas petroleras más grandes representan el 3.5% del comercio
mundial, y de sus políticas comerciales dependen varias economías nacionales que deben acceder
a sus propuestas.

Pilares de la sociedad global:

Los cambios producidos por la sistematización de la alta tecnología han revolucionado los ámbitos
de vida del hombre. La revolución de las finanzas y las comunicaciones y el auge de la sociedad
multinacional dan testimonio de un proceso acumulativo de transformaciones. Se podrían
distinguir seis facetas tecnológicas, económicas, políticas y socioculturales que constituyen al
sustento de la era global.

1- La erosión del Estado Nacional

Los Estados nacionales han disminuido su capacidad de soberana ante la incorporación progresiva
de normas regulatorias internacionales. Los arbitrios de los inversores extranjeros fijan las
condiciones sobre la base de un criterio pragmático de interés y beneficio económico-financiero.
Luego de la Revolución Francesa, la Nación legitima al Estado y éste tiene un espacio físico, una
cultura y una historia propios, que lo diferencian del resto. Es una sociedad territorialmente
organizada y una comunidad identitaria, que tiene carácter cultural-histórico. La globalización de
la economía, el fin de los particularismos y la homologación de las culturas nos lleva a pensar cual
es el destino del Estado-Nación.

Luego de la paz de Versalles, los gravísimos problemas que surgieron se combatieron con
programas de obras públicas, donde el Estado benefactor protagonizaba un rol importante en la
economía. Este Estado Intervencionista ha entrado en decadencia. La modernización del Estado lo
transformó en uno mas eficiente y dinámico, con una relación horizontal y cercana a los
ciudadanos.

Uno de los mayores problemas a solucionar de los Estados Nacionales es la aceptación de la


globalización, adecuando todas sus estructuras para lograr una competitividad inclusiva. La
integración regional promueve valores similares, a efectos de lograr una mejor ubicación en la
participación del mercado global. El mundo es cada vez más interdependiente. Algunos países de
Europa se dirigen hacia una regionalización económica y política, que disminuye la potencialidad
soberana e independiente de los Estados Nacionales que la componen. La regionalización
económica se produce a través de alianzas estratégicas entre países diferentes que conforman
espacios regionales comunes, que construyen un entramado complejo de intereses y objetivos
para mejorar su posicionamiento.
La Unión Europea se estructuró sobre la base de una “integración comunitaria”. Se crearon
organismos de carácter supragubernamental encargados de controlar y ejecutar las obligaciones
comunitarias regionales asumidas. El Instituto Monetario Europeo adopó el euro como única
moneda circulante.

Las diversas asociaciones regionales son el resultado de estrategias macroeconómicas. Estas


mismas acercan a los pueblos, debilitan las fronteras y las aduanas, desaldeanizando hábitos de
consumo. El Estado-Nación pasa por una fase crítica, buscando reformularse. Las alianzas entre las
empresas y la conformación de bloques económicos dejan obsoleta la división política del mundo
en Estados Nacionales. En este caso, como el poder reside en los mercados, la política en el
sentido amplio del término se diluye. Al Estado-Nación se han fondeado expectativas de gran
parte de la población que se siente expulsada de los modelos liderados por el mercado.

2- El impacto tecnológico y la comunicación social:

Las innovaciones tecnológicas que se incorporaron a la industria de las comunicaciones


constituyeron una fuerza que penetró en todo el mundo. Esto ha revolucionado la política
mundial, acercando a los pueblos más remotos. Coincide con una creciente subordinación de una
gran porción de la población mundial hacia las culturas transnacionales hegemónicas.

Los medios de comunicación masiva atraviesan con facilidad las fronteras nacionales y culturales.
Las imágenes de la guerra fueron angustiantes y se pudieron ver en tiempo real. Con la guerra en
los Balcanes se hicieron añicos los argumentos globalizadores de una cultura universal
homogeneizada. La cultura electrónica no puede frenar los impulsos fragmentarios del
separatismo étnico y del fundamentalismo religioso.

Las innovaciones tecnológicas han modificado las condiciones de producción y difusión de


diferentes formas de expresión cultural. La posibilidad de penetrar en los hogares insinúa una
apertura y una horizontalización notable. El sistema de imágenes, los símbolos y el lenguaje de la
microelectrónica y de la computación han invadido todas las actividades del hombre en el mundo.
La multiplicación vertiginosa de la comunicación ha producido una especie de saturación
informática. A pesar de ello, las influencias locales y regionales no han desaparecido. Se podría
describir la situación como una oscilación entre las fuerzas de permanencia y las de innovación.

Michel Foucault diferencia cuatro tipos de tecnologías. La tecnología de producción, que permite
al hombre transformar y manipular la naturaleza. La tecnología de los sistemas de los signos, por
la cual se utilizan símbolos y se configuran nuevos lenguajes. La tecnología del poder, que sobre la
base del conocimiento tecno-científico determina la conducta de los individuos y los somete a
ciertos tipos de dominación. La tecnología del yo, que permite a los individuos a efectuar por
cuenta propia cierto numero de operaciones sobre sus pensamientos y conductas.

En el proceso globalizador, las sociedades se fragmentan y se mundializan al mismo tiempo. Los


mass-media se dirigen a un público que no tiene conciencia de sí mismo, y este no puede
manifestar exigencias ante la cultura de masas. La publicidad sugiere al público lo que debe
desear. Transmite un pensamiento ideológico de un modo seductor, expandido y permanente. La
explosión de las autopistas de información y la extraordinaria adhesión que suscitan van marcando
nuevas tendencias y los primeros indicios de profundos cambios en los hábitos y costumbres de la
gente.

3- La mundialización de las finanzas:

Las finanzas en la era de la globalización se caracterizan por dos tendencias paralelas: la progresiva
liberalización de las normas que regulan el movimiento de capitales y el persistente aumento de
los flujos internacionales que se han precipitado sobre el mapa mundial, fomentando un mercado
global.

Las economías nacionales son cada vez más interdependientes. La necesidad creciente de
negocios en inversiones de mínimo riesgo y máxima rentabilidad exige una dinámica y un
conocimiento extremadamente minucioso de la problemática política mundial. La incertidumbre
que genera la inestabilidad de los mercados muestra lo falible que puede ser el mundo de los
negocios internacionales. Las crisis han puesto a prueba la resistencia del sistema económico
mundial imperante.

Las empresas, corporaciones y conglomerados transnacionales sobresalieron de las economías


nacionales por su desarrollo. El problema es que ni el mercado total ni el capitalismo total son
para todos. Un tercio de la población mundial ha sido excluida del modelo.
Los excesos del capitalismo, su “economía casino”, la apuesta a enormes intereses sin sustento, las
estafas, abuso de confianza y la corrupción de una enorme masa financiera especulativa están
saltando a la vista. La estabilización macroeconómica se ha convertido en la “Ley de Leyes” de la
política internacional y su potente instalación se ha llevado adelante con un costo social
conmovedor.

4- Los cambios en los sistemas de produccion industrial:

La competitividad de la industria se cimentó en su elevada productividad, la expansión del


comercio exterior, un constante proceso de innovación tecnológica y nuevas formas de
organización del trabajo en el taller. Para Taylor, la planificación estratégica, el control de su
implementación y la especialización de tareas elementales y rutinarias eran la fórmula del proceso
productivo. El fordismo se caracterizó por la cadena de procucción semiautomática. Se inclinó por
la fabricación en serie de bienes de consumo masivo.

La revolución tecnológica de finales de milenio crearon nuevas formas de producción que


desplazan a la mano de obra. Este modelo, obsesionado por el volumen, descuidó la calidad de su
producción. La transformación de la industria cambió la mano de obra por tecnología y capital, y
las materias primas naturales fueron reemplazadas por insumos de origen sintético.

La investigación científico-tecnológica requiere cada vez de mayor especialización y conocimiento,


dando origen a una nueva división del trabajo, donde sólo hay lugar para los más aptos,
cualificados y entrenados. El obrero del banco de montaje de la fábrica taylorista ha cedido
posiciones a un nuevo formato de trabajadores bilingües y altamente especializados. Churchill
auguró: “los imperios del futuro son imperios de la mente”.

5- Aldea global, megaciudades, política y cultura:

El realismo político muestra una profunda crisis de valores y el fallecimiento definitivo de las
“ideologías”. La exigencia de sociedades abiertas y democráticas sobrevuela el planeta, por el otro
lado, la palpable tendencia a extremar el individualismo y la fragmentación social constituyen un
escenario poco propicio para el desarrollo político democrático. En los países centrales la riqueza
permite políticas compensadoras, por parte del Estado, y los movimientos sociales intervienen
significativamente en la esfera pública. Por otro lado, en los países periféricos se gesta una
diferencia intolerable entre la miseria y la riqueza.

La televisión promueve valores efímeros y errantes. La política y los partidos políticos no han
comprendido que la transformación producida los está excluyendo. El proceso de uniformación de
la cultura se inclina a elegir nuevos mediadores entre el poder y la gente. La televisión y el
periodismo poseen elevados niveles de credibilidad, y los políticos sufren un descrédito
preocupante gracias a la corrupción.

Otros conceptos que se fueron diluyendo son el de derecha e izquierda. En estos momentos
presenciamos una política ambidiestra en el manejo de la cosa pública. Las sociedades
occidentales se aproximan a una democracia debilitada. Esto se debe al deterioro de la educación,
el auge de la televisión que empobrece la información y el mundo de las imágenes que desactiva la
posibilidad de comprender los problemas y afrontarlos racionalmente.

Globalización y fragmentación son convergentes y establecen nuevas interpretaciones y debates.


Las megaciudades tienen una gran importancia económica por su gigantesco volumen de negocios
internacionales, que provoca asimetrías dentro de los mismos Estados Nacionales que conforman.
Entre las ciudades se entrecruzan intereses variados, que no necesariamente responden de
manera vertical a objetivos nacionales. Las ciudades del próximo siglo serán los nódulos donde se
desarrollarán las redes mundiales. Estas deberán desarrollar una política activa que le permita
anticiparse a los cambios. Las actividades económicas mundiales se llevan a cabo cada vez más
entre ciudades que entre naciones. El género humano estará entonces en camino de convertirse
en un género urbano.

El golpe de la globalización provoca transformaciones urbanas muy marcadas. Las megaciudades


no solamente tienen problemas similares, se asemejan tanto que copian estilos arquitectónicos y
proyectos urbanísticos de un evidente perfil postmoderno. En las principales áreas metropolitanas
del mundo se han multiplicado las ventajas relativas de la era global, aunque se han acentuado
gravísimos problemas, como el de la inseguridad urbana.

La sociedad y la economía de nuestro tiempo están siendo remodeladas por el surgimiento e


implante de un nuevo modelo tecnológico, otorgándole a este último una preponderancia
decisiva. Los partidos políticos, sindicatos, asociaciones profesionales y el propio Estado están
atravesando una crisis de cambio. Las organizaciones no gubernamentales se han multiplicado. El
desafío de los partidos políticos será entender a la ciudadanía desencantada que busca refugio en
diferentes ONG (llamado “tercer sector”). La acción comunitaria de servicios a la comunidad y el
voluntariado constituyen un entramado de grupos no gubernamentales. Allí donde el Estado es
insuficiente o se desentiende del problema aparecen las ONG. La colaboración de la sociedad civil
recibe un amplio apoyo financiero de organismos internacionales.

6- Impacto global sobre el medio ambiente:

La larga etapa de la Modernidad Industrial produjo un colosal deterioro ambiental. Desechos que
no son absorbidos, ni requeridos, ni biodegradados han producido contaminación. Se podría
asemejar el término “ecología” con “la economía de la naturaleza”. El hombre está
inexorablemente ligado al medio ambiente. Mediante el desarrollo industrial, el hombre alteró los
ciclos bioquímicos de la naturaleza. La temperatura media del planeta se está elevando como
resultado de la acumulación de gases que retienen el calor en la atmósfera. El crecimiento de la
población mundial requiere una creciente utilización de materias primas y combustibles cuyos
enormes volúmenes contribuyen a ensuciar.

La contaminación por el crecimiento poblacional es uno de los enigmas más serios que la política
mundial debería descifrar y ejercer estrategias globales para solucionarlo. Los Estados Nacionales
deben planificar y ejecutar políticas de urgente concreción. Para cumplir con el desarrollo
sustentable se necesita un proyecto de defensa intergral que posibilite frenar la degradación del
planeta.

En este sentido, la comuna debe tener un protagonismo esencial, ya que desde lo local se pueden
controlar más eficientemente las políticas de Estado que involucran al tema ambiental. Existe una
relación muy estrecha entre las diversas formas de contaminación y la salud de las personas. La
temática ambiental constituye una posibilidad de trabajar por el bien común. Es necesario llegar a
un acuerdo político internacional con objetivos posibles que tiendan a frenar el actual proceso de
deterioro.

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