Professional Documents
Culture Documents
I. CASUISTICA DE JURISPRUDENCIA1
1
Normas Legales, Tomo 298, año 1998, sección de Jurisprudencia, Pág.A-13 al A-14.
6
contra Jorge Roberto carhuayo Tenorio; reformándola, declara inprocedente la citada
demanda, dejando a salvo el derecho de la demandante; sin costas ni costos.
Esta corte, por resolución del seis de diciembre de mil novecientos noventinueve, ha
declarado procedente el recurso por la causal contenida en el inciso segundo del
artículo trescientos ochentiséis del Código de Procedimientos Civiles, por la que la
recurrente denuncia la inaplicación de los artículos mil novecientos sesentinueve y mil
novecientos setenta del Código Civil, refiriendo que el demandado Cesar Burneo
Salazar tuvo una conducta negligente o imprudente pues venía conduciendo su
vehículo no obstante haber ingerido alcohol, causando la muerte a una persona, y que
al haber causado un daño está obligado indemnizarlo; por lo que el principio de
responsabilidad objetiva no ha sido aplicado al caso de autos.
3. CONSIDERANDO
Primero.- Que el ilícito civil afecta un interés particular, no siendo inprescindible que
haya existido culpa o dolo en el agente, es suficiente que el daño se haya producido,
dando lugar que se repare económicamente el menoscabo causado a quien ha sufrido
el daño a través de una acción privada, solicitándose indemnización por daños y
perjuicios.
Segundo.- Que , la norma contenida en el artículo mil novecientos sesentinueve del
Código Civil señala que aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro, esta
obligado a indemnizarlo, agregando que el descargo por falta de dolo o culpa
corresponde a su autor, y el artículo mil novecientos setenta del mismo Código, indica
que aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una
actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo
7
actividad que tiene las mismas características, lo que connleva a la obligación de parte
del conductor reparar el daño causado
Cuarto.- Que la representación de la recurrente respecto a sus menores hijos Denis
Marianela Y Nelsin Pierre Rojas Vilchez no fue materia de controversia, es mas, no fue
objetado por los demandados mediante los medios de defensa pertinentes en su
debida oportunidad; debiéndose tomar en cuenta que estos fueron declarados
rebeldes.
Quinto.- Que el derecho de los menores debe ser atendido , considerando que la
actona Leida Inés Vilchez Jimenez en representación de sus citados menores hijos,
como es de verse de las partidas de nacimientos de fojas quince y diecisiete, se
encuentra legitimada para interponer la presente demanda.
Sexto.- que en consecuencia, al expedirse la resolución de vista se ha incurrido en la
causal de inaplicación de las normas sustantivas denunciadas.
4. SENTENCIA.
Estando a las conclusiones a las que se arriba, de conformidad con el dictamen fiscal,
y en aplicación de lo preceptuadoen el inciso primero del artículo trescientos
noventiséis del Código de Procedimientos Civiles; declararon FUNDADO el recurso de
casación de fojas ciento noventiséis, interpuesta por doña Nélida Inés Vilchez
Jiménez, en consecuencia, CASARON la sentencia de vista de fojas ciento
ochentisiete, su fecha catorce de junio de mil novecientos noventinueve, expedida por
la sala Civil especializada para Procesos Abreviados y de conocimiento de la Corte
Superior de justicia de Lima; y, actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas ciento treintidós, su fecha veinte de agosto de mil
novecientos noventiocho, que declara FUNDADA en parte la demanda de fojas
dieciocho, en lo relativo a los menores Denis Marianela y Nelson Pierre Rojas Vilches,
representados por su señora madres Nelida Inés Vilchez Jiménez, en consecuencia
que los condenados don Julio Cesar Burneo Salazar y doña Mónica Tasayco de
Burneo, cumplan con pagar a favor de los referidos menores la suma de VEINTE MIL
NUEVOS SOLES por concepto de indemnización por daños y perjuicios, más
intereses legales que se devenguen a partir de la fecha en que se produjo el daño , e
INFUNDADA en lo relativo a Nélida Vilchez Jiménez y en cuanto va dirigida contra
don Jorge Roberto carhuayo Tenorio; con costas y costos; en los seguidos por doña
Nelida Vilchez Jimenez con don Julio Cesar Burneo y otra sobre indemnización de
daños y perjuicios; DISPUSIERON se publique la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS.PANTOJA; IBERICO; OVIEDO DE A.; CELIS; ALVA.”
8
Esta jurisprudencia nos deja pocos elementos respecto al ítem de los hechos que
produjo el daño a los menores Denis Marianela y Nelson Pierre Rojas Vilches,
generando el deber de indemnizar a los dañadores responsables. Sin embargo en
torno a ello, quizá forzando algunos aspectos probables de la figura, se pueda hacer
un análisis jurídico y doctrinal del caso; al mismo tiempo observar las conclusiones y
fundamentos del juez, magistrados superiores y supremos en torno al caso.
Los hechos de la casuística podemos resumirlo del modo siguientes: Que, Cesar
Burneo Salazar venía conduciendo su vehículo, en estado etílico, a una velocidad por
encima de la reglamentaria; que en esas circunstancias las maniobras para frenar o
evitar un accidente no son posibles; que, como consecuencia arrolla a una persona
produciendo su muerte. La víctima deja viuda y dos menores hijos (Denis Marianela y
Nelson Pierre Rojas Vilches), quienes por la pérdida irreparable del padre les ocasionó
un daño. Bajo estos argumentos interpone demanda por indemnización de daños y
perjuicios; por su parte los demandados absuelven señalando que el accidente se
produjo como consecuencia de la negligencia de la víctima; sin embargo no prueba tal
alegación. El Juez de la causa declara fundado en parte la demanda respecto a los
menores, en consecuencia, ordena que los condenados don Julio Cesar Burneo y
doña Mónica Tasayco de Burneo, cumpla con pagar a favor de los referidos menores
la suma de veinte mil nuevos soles por concepto de indemnización de daños y
perjuicios, más intereses legales; pero, declaró infundado respecto a la madre de los
menores (viuda), en cuanto va dirigida contra don Jorge Roberto Carhuayo Tenorio.
Apelada esta sentencia, la resolución de vista declara improcedente la demanda.
Interpuesto el recurso de casación la Corte Suprema declaró fundada el recurso de
casación, por lo que casaron la sentencia de vista y declaró fundada la de primera
instancia en los extremos de éste.
Me parece pertinente bosquejar y analizar esta casuística, y en torno a éste todos los
alcances y consecuencias jurídicas relacionado a la responsabilidad objetiva en
materia de accidentes de tránsito, empezando de lo que significa la responsabilidad
civil
9
La Responsabilidad Civil se refiere a los aspectos fundamentales de indemnizar los
daños ocasionados entre los particulares, ya sea que éstas se hubieran producido
como consecuencia de la inejecución de una obligación surgida de un contrato
(responsabilidad contractual; o como resultado de una conducta, sin que existiera
entre los sujetos o las partes vínculo alguno, habiéndose violado el deber genérico de
no causar daño. Por ello Lizardo Taboada Córdova señala que “la disciplina de la
responsabilidad civil está referida al aspecto fundamental de indemnizar los daños
ocasionados en la vida de relación a los particulares, bien se trate de daños
producidos como consecuencia del incumplimiento de una obligación voluntaria,
principalmente contractual, o bien se trate de daños que sean el resultado de una
conducta, sin que exista entre los sujetos ningún vínculo de orden obligacional"2; del
mismo modo, Renato Scognamiglio señala refiriéndose a la responsabilidad
extracontractual, que se basa principalmente en la verificación de un daño injusto,
frente al cual, de ocurrir ciertos presupuestos, el Derecho intenta reaccionar con la
imposición de un deber de resarcimiento al sujeto causante del daño3 Entonces, en el
accidente de tránsito, como en la casuística, la responsabilidad tiene carácter objetivo
y es de naturaleza extracontractual, por cuanto no media contrato alguno entre el
propietario del vehículo, que es, también, dañador potencial, cuya actividad de
conductor es el ejercicio de una actividad riesgosa; en consecuencia indemnizar el
daño ocasionado a la víctima, quién en su condición de transeúnte siempre ha sido la
víctima potencial respecto a los conductores de vehículos. Pero, esta responsabilidad
civil por el daño causado no responde a una situación mecánica, sino a toda una
perspectiva global de lo que significa la responsabilidad; es decir, a la cosmovición de
la responsabilidad civil; por ello Gastón Fernández4 señala que “Esta evolución de la
cosmovición de la responsabilidad civil, es propia bajo diversos argumentos- tanto del
civil law como del cammon law . En el derecho continental, por ejemplo, es importante
el aporte que realiza la doctrina italiana, la cual entiende (y no se discute hoy) que la
responsabilidad civil debe ser vista desde dos perspectivas: 1) una micro-económica,
que permite comprobar la forma como se manifiestan los elementos de la
responsabilidad civil en una vinculación intersubjetiva: y, 2) otra macro-económica a
partir del cual se persigue analizar la función de la responsabilidad civil, según el
modelo económico que se tome como referencia”. Básicamente se refiere a las
categorías “diáticas” y “sistémicas”. Las diáticas, como mecanismos de enfoque y
comprensión respecto a la forma de cómo se manifiestan los elementos de la
2
Lizardo Taboada Córdova, Elementos de la Responsabilidad Civil, Pág.25
3
Renato Scognamoglio, Responsabilidad contractual y extracontractual, Revista Ius et veritas 22, Pág.54
4
Gastón fernandez, Artículo en: Ius Veritas 22, pág. 12
10
responsabilidad civil: la antijuricidad, el daño causado, la relación de causalidad, y
factores de atribución; y la sistémica, referido al modelo económico que se tenga en
cuenta, básicamente al enfoque que se puede hacer a la responsabilidad civil, desde
el derecho económico, teniendo como marco los diferentes enfoques y teorías, desde
el civil law o common low.
5
Lizardo Taboada Córdova, Elementos de la Responsabilidad Civil, Pág. 27
11
La responsabilidad objetiva difiere de la responsabilidad subjetiva, en tanto que esta
responsabilidad subjetiva tiene como elemento a la culpa cuya nota distintiva es la
existencia de un nivel de prevención o nivel de diligencia standard que exime del
resarcimiento de daño; en términos económicos este nivel de diligencia que exime al
dañador es inducir a las víctimas a ser diligentes, por cuanto existe una
responsabilidad complementarias por el daño, que se va ha trasladar del dañador
hacía la víctima cuando el primero (dañador), en esta relación dañador – víctima, ha
sido diligente; por ello Leysser L. León señala que “el criterio de la culpa induce tanto a
los dañadores, cuanto a las víctimas potenciales, a realizar conductas preventivas que
minimicen los costos sociales. Los dañadores minimizan la responsabilidad prevista
adoptando prevenciones. Las víctimas minimizan la responsabilidad complementaria
adoptando y prevenciones. Estas dos decisiones de inversión en prevenciones,
independientemente una de la otra, minimiza los costos sociales de los accidentes”6
Pier Giuseppe Monateri señala que las condiciones necesarias para que la
responsabilidad objetiva sea un instrumento necesario para minimizar el costo social
de los accidentes son tres7:
1. L tecnología de prevención debe ser “unilateral”
2. El resarcimiento para la víctima tiene que ser “perfecto”
3. Debe ser claro, ex ante, quiénes son el dañador y víctima potenciales.
6
Leysser L. León, estudios sobre la Responsabilidad Civil, Pág. 119
7
Leyser, L. León, estudios sobre Responsabilidad Civil, Pág.125
12
La prevención unilateral se refiere que solo una de las partes, en este caso el
dañador potencial, tiene la capacidad tecnológica para reducir la ocurrencia o la
gravedad de los accidentes previstos; por ejemplo, en la casuística que se ha
señalado, referido al accidente de tránsito, el dañador potencial es el conductor o
propietario del vehículo (bien riesgoso); el o ellos pueden adoptar medidas o acciones
de diligencia a efectos de evitar o disminuir la gravedad de los accidentes; sin
embargo las víctimas potenciales que pueden ser los pasajeros o cualquier transeúnte
no pueden hacer nada para evitar reducir la gravedad de los accidentes, por cuanto
estos eventos son imprevistos. El conductor – propietario del vehículo que arrolló al
padre de los niños, víctimas del daño, debieron haber tomado todas las previciones o
diligencias para evitar dicho accidente o disminuir su gravedad (no haber llegado a
matar); al no hacerlo, en virtud del mandato legal de la responsabilidad objetiva, está
obligado a indemnizar a las víctimas; no puede eludir su responsabilidad.
Que las víctimas y dañadores potenciales deben ser conocidos ex ante por la
misma condición de la prevención unilateral en las responsabilidades objetivas.
Nuestro C.C. vigente en su Art. 1970, implícitamente, establece quienes son los
dañadores potenciales: aquellos que mediante un bien riesgosos, o el ejercicio de una
actividad riesgosa o peligrosa causa un daño; las víctimas potenciales son aquellos
que sufren el daño como consecuencia del anterior. En nuestro caso de jurisprudencia,
el conductor – propietarios (Julio César Burneo Salazar y doña Mónica Tasayco de
Burneo) del vehículo están identificados por la ley como los responsables del hecho
dañoso (accidente de tránsito), y los familiares, hijos, del sujeto muerto arrollado por el
vehículo las víctimas. También el Art. 2050 del Código Civil Italiano señala la
responsabilidad objetiva a quién desarrolla una actividad peligrosa.
8
Gerardo F. Ludeña Gonzales, separata sobre la “Pérdida de Chance”, Pág.1
13
I.A.- LA ANTIJURICIDAD EN EL CONTEXTO DE LA CASUISTICA Y EL DERECHO
ECONOMICO
Las normas aplicados en la casación corresponden a los artículos 1969 y 1970 del
C.C. los que configuran una antijuricidad típica y atípica en su sentido amplio y
material (no formal), porque en ambos se hace referencia únicamente a la producción
de un daño, sin especificar el origen del mismo o la conducta que lo hubiera podido
ocasionar o causar; extendiéndose que cualquier conducta que cause un daño, con tal
que sea ilícito, da lugar a la obligación legal de pago de indemnización. Lógicamente,
en el ámbito extracontractual al no estar predeterminadas las conductas, se entiende
que cualquier conducta ocasionado por el dañador potencial puede ser susceptible
de dar lugar a una responsabilidad en la medida que se trate de una conducta que
cause un daño.
9
Lizardo taboada Córdova, Elementos de la Responsabilidad Civil, Pág. 35
14
Como es de advertir, la antijuricidad es un elemento fundamental en la estructura de
los hechos jurídicos ilícitos que origina una responsabilidad civil; pues negarlo sería
como negar la propia clasificación de los hechos jurídicos voluntarios, que
unánimemente se dividen en lícitos o ilícitos. En consecuencia si evocamos los
Artículos 1969 y 1970 del Código Civil, las mismas que también fueron fundamento de
la casación (de nuestro caso tipo), llegaremos a la conclusión, que dichos dispositivos
señalan situaciones jurídicos ilícitos de manera general, no especificando que tipo de
ilicitudes y los tipos de daño como consecuencia de un tipo de conducta ilícita; sino
que ambas normas se limitan a señalar que cuando se cause daño por dolo o culpa, o
medien una actividad riesgosa o peligrosa, se origina para el autor la existencia de la
obligación indemnizartoria a favor de la víctima. El hecho que en el inciso 1) del Art.
1971 del mismo dispositivo legal señale que no hay responsabilidad en el ejercicio
regular de un derecho, no significa que desaparezca la responsabilidad civil frente a
un hecho dañoso; mas bien tal inciso implícitamente hace referencia de la existencia
de antijuricidad, entendida como conducta prohibida, no permitida por el sistema
jurídico y como tal ilícita o antijurídica. El incumplimiento de una obligación previa y
voluntariamente pactada, y la violación al deber genérico de no causar daño, son
actividades contrarias a Derecho, y como consecuencia hechos antijurídicos, por
contravenir una norma jurídica que prohibe expresa o tácitamente dicha conducta.
10
Lozardo taboada, Elementos de Responsabilidad Civil, Pág.44
15
Es, pues, en la responsabilidad extracontractual, que la antijuricidad adquiere mayor
relevancia e importancia, porque en dicha responsabilidad se tiene que establecer con
claridad cuando hay responsabilidad civil.
Debemos partir de la premisa señalado por la mayoría de los autores respecto al daño
en una responsabilidad extracontractual.
Segundo, hay unanimidad en los autores respecto a la categorías de los daños, los
mismos que pueden ser de dos: las patrimoniales y las extrapatrimoniales. Por su
lado, las patrimoniales pueden ser de dos clases: el daño emergente y el lucro
cesante. El daño emergente es la pérdida patrimonial efectivamente sufrido; y el lucro
cesante, es entendida como la ganancia dejada de percibir. Respecto al daño
extrapatrimonial. Los daños extrapatrimoniales según nuestro C.C. son el daño moral y
el daño a la persona. Claro esta que ambas categorías de daños corresponden tanto a
la responsabilidad contractual como extracontractual.
11
Javier Tamayo Jaramillo, De la responsabilidad Civil, Tm. I, Pág. 223
16
Respecto a la categoría del daño patrimonial, se puede decir que son las lesiones a
los derechos patrimoniales de la víctima que requieren ser indemnizados, de ahí que
el artículo1985 del C.C. dispone forma expresa que “la indemnización comprende las
consecuencias que se deriven de la acción u omisión generadora del daño emergente
como del lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral, debiendo existir una
relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño producido.”. Lizardo
Taboada, a efectos de diferenciar entre el daño emergente y lucro cesante hace el
siguiente ejemplo: “como consecuencia de un accidente de tránsito, una persona
pierde su vehículo que utilizaba como instrumento de trabajo para hacer taxi,, el daño
emergente estará conformado por el costo de reposición del vehículo siniestrado,
mientras que el lucro cesante, por los montos que el taxista dejara de percibir por su
trabajo como taxista con su vehículo”12.
12
Lizardo Taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, pág.57
17
producido a la víctima o a su familia”. A este respecto, algunos autores sostienen que
el ámbito de aplicación del daño moral como una lesión a los sentimientos
considerados socialmente legitimados y aceptables, se restringe a los
sentimientos que tenemos a los integrantes de nuestra familia, en el sentido amplio de
la palabra; para otros, el daño moral no se agota jurídicamente en los sentimientos de
los miembros de la familia, sino también en cualquier otro sentimiento considerado
digno y legítimo, como podría ser el caso de un ahijado, de una novia, de un padrino,
etc., y concuerdan con el Art. 215 C.C. que prescribe: “hay intimación cuando se
inspira al agente el fundado temor de sufrir un mal inminente y grave en su persona,
su cónyuge, o sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad o en los bienes de uno u otro. Tratándose de otras personas o bienes,
corresponderá al juez decidir sobre la anulación, según las circunstancias”.
13
Lizardo taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, pág.58
14
Lizardo taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, Pág. 59
15
Javier tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil, T.IV, Pág.161
16
“G:J:”, t. LXXXVII, pág.56
17
Javier Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil, T.IV, pág.161
18
Javier Tamayo Jaramillo es la que, a mi concepto, se ajusta a los cánones modernos
de la concepción moderna, en cuanto señala que la reparación civil por daño moral
busca remediar las angustias y depresiones por el hecho lesivo; se refiere a la parte
psicológica de la persona. Más no estoy, de acuerdo respecto a su segunda
concepción referido a buscar remediar el dolor físico que en un momento determinado
pudo sufrir la víctima del accidente.
18
Themis 30, Pág. 201
19
situación, por cierto, tiene su raíz en la misma acción del demandante, víctima, (tiene
que ver con la calidad de escrito del abogado) concretizada mediante la demanda por
el que efectúa una pretensión, En este caso, la pretensión del demandante, de seguro
no está debidamente especificado en cuanto a los tipos de daños, masque la simple
petición de genérica de indemnización de daños y perjuicios; sobre cuya pretensión el
juzgador se ha de pronunciar.
19
Themis 30, pág. 201
20
Themis 38, pág.181y 182
21
Themis 38, pág. 182
20
acuerdo a su más recóndita e intransferible vocación; es verse impedida de realizar a
plenitud lo que, por ser libre, “decidió ser”.
En nuestro caso tipo de daño, relativo al accidente de tránsito con secuela de muerte
de un transeúnte padre de familia, por el cual dos hijos menores quedan en orfandad y
la esposa viuda, que como consecuencia sufren un daño, debo manifestar
articulando las concepciones vertidas por los autores citados, que soy de la opinión
que concurren las dos categorías de daños extrapatrimoniales: el daño moral y el daño
a la persona. Daño moral, porque se produce dolor en los sentimientos de los hijos y la
viuda. Es jurídicamente lógico y legítimo este dolor profundo en los sentimientos
internos y psíquicos de las víctimas. Concurre el daño a la persona en sus dos
manifestaciones: el daño a la integridad física de la víctima, que como consecuencia
deja de existir; pero también en las víctimas (hijos en orfandad) que de seguro
sufrieron un daño en su integridad psicológica, es decir traumas por la pérdida súbita e
irreparable de su querido padre. También el daño en el proyecto de vida, por cuanto
dicho padre era el único sustento (alimentación, salud, educación) de los hijos,
quienes en su pleno desarrollo físico, psicológico, intelectual y social de forma natural
tiene un futuro (por la misma estructura educativa – social), concluir sus estudios de
primaria, secundaria y superior para ser algo en la bina (en suma alcanzar su
bienestar), pero que esta situación de la pérdida del padre, como consecuencia del
accidente genera lesión en el normal desarrollo y proceso educativo de los hijos; de
hecho, es posible que se altera sustancialmente este proyecto de vida, o de algún
modo aún puede frustrarse de manera definitiva. Las estadísticas señalan la existencia
22
Lizardo Taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, pág.62
21
de alto porcentaje de niños de la calle, pandillaje infantil, delincuencia etc. provienen
de las canteras de niños en orfandad. Pero, también se produce el daño patrimonial
de daño emergente, porque, como consecuencia del fallecimiento de la víctima
directa, le ha sobrevenido gasto dinerario en el sepelio y otros.
Relación de causalidad “se entiende en el sentido de que debe existir una relación de
causa – efecto, es decir, de antecedente-consecuencia entre la conducta antijurídica
del autor y el daño causado a la víctima, pues de lo contrario no existiría
responsabilidad civil extracontractual y no nacerá la obligación legal de indemnizar”24.
Es claro que la conducta dañoso debe ser antijurídica, por lo que para la aplicación de
nuestro caso tenemos notamos que la antijuricidad radica en la violación de la
prohibición general de no causar daño. Nuestro caso de jurisprudencia, y todos los
daños producidos mediante un bien riesgoso, o el ejercicio de un bien riesgoso o
peligroso se ubica en el artículo 1970 del C.C.
Es importante señalas que a fin de que una conducta sea causa adecuada de un
daño requieren la concurrencia de dos factores: una el factor in concreto, y otra el
factor in abstracto. El factor in concreto se refiere a una relación de causalidad física
o material, lo que significa que en los hechos, el daño se ha producido efectivamente,
de manera concreta – fáctica de la conducta antijurídica del autor. Por su parte el
factor in abstracto se entiende como aquella conducta antijurídica abstractamente
considerada, de acuerdo a la experiencia normal y cotidiana; lo cual significa que el
hecho según su curso normal de los acontecimientos es capaz o adecuado para
producir el daño causado. En los accidente de tránsito, definitivamente se dan ambos
factores, porque por un lado de manera fáctica se produce el accidente que genera
lesiones, consecuentemente produce daño en la víctima; y por otro lado la conducta
antijurídica, generalmente, es por negligencia en la actividad de un bien riesgoso
(conducción). En suma, siendo la responsabilidad objetiva, el hecho de haber causado
daño a otro con bien riesgoso está obligado a indemnizar.
23
Lizardo Taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, Pá. 62
24
Lizardo taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, pág.75
22
En el transcurso del proceso civil sobre indemnización de daños y perjuicios, en
nuestra casuística, los demandados al momento de absolver el traslado de la
demanda, en su defensa alegaron que el accidente se produjo como consecuencia de
la negligencia de la víctima, por lo que solicitan se le exima de responsabilidad. Han
procurado recurrir a la figura de la fractura causal, el cual tiene que ver con el
conflicto de dos conductas o causas sobre la realización del daño; en este caso: la
conducta del conductor que ocasiona el daño, frente a la conducta, presunta, de
negligencia de la propia víctima. En este conflicto de conductas, a aquella que no ha
producido el daño se le denomina causa inicial, mientras que a la conducta que sí
llego a causar el daño se le denomina causa ajena25. Se advierte, de autos, que no
existe tal fractura causal, por cuanto el hecho dañoso se produjo como consecuencia
exclusiva del civilmente responsable Cesar Burneo (demandado), en razón que al
momento de generar el daño se encontraba en estado de ebriedad y como tal
conducía su vehículo a una velocidad por encima de la reglamentaria, en
consecuencia mantenía una conducta negligente que dio lugar al daño. Pero si,
postulo, que se da la figura de la responsabilidad solidaria, por el que, también la
esposa del causante del siniestro, en su condición de copropietaria del bien riesgos
(vehículo), debe asumir conjuntamente con su esposo el resarcimiento de los daños
causados a la víctima; también, la figura puede darse en los casos que el conductor
conducía su vehículo conjuntamente con su esposa, estando ella igual en estado de
ebriedad, aunque esto no sería determinante, porque es suficiente la norma
establecida por el Art. 1970 del C.C. que establece responsable a aquel que ocasiona
daño mediante un bien riesgoso. En este contexto, el causante directo del daño es
propietario del bien riesgoso y su esposa es la copropietaria, por lo tanto ambos se
encontraban en la condición de dañadores potenciales frente a la víctima potencial,
que podría, ser como en este caso, un peatón. Producido el daño, los dañadores
potenciales, se constituyen en dañadores efectivamente causante, por el que deben
asumir con responsabilidad solidaria los daños causados a la víctima; en nuestro caso
a los familiares: hijos y esposan en cuanto se encuentran legitimados.
25
Lizardo taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, pág.78
23
en aplicación del citado artículo 1972 del Código Civil. Por otro lado, el Art. 1973 del
Código Civil, está referido a la reducción de la indemnización por imprudencia
concurrente, resultando aplicable cuando existen factores contributivas al evento
dañoso, caso que no es de autos, por cuanto no se ha probado que este se produjo
por la impericia del demandado, produciéndose la ruptura delñ nexo causal, y en
consecuencia, dicha norma no resulta aplicable”25.b-
25.b-
Normas Legales, Tomo 312, mayo 2002, Sección Jurisprudencia, pág. A-15
26
Leysser L. León, Estudio sobre la Responsabilidad Civil, pág.185.
27
Lizardo Taboada, Elementos de la Responsabilidad Civil, pág.90
24
se hay producido, dando lugar a que se repare económicamente el menoscabo
causado a quien ha sufrido el daño a través de una acción privada, solicitándose la
indemnización por daños y perjuicios”27.b-
27.b-
Normas Legales, Tomo298, marzo 2001, Sección Jurisprudencias, pág. A-13
27.b-
Normas Legales, Tomo282, noviembre 1999, Sección de Jurisprudencia, pág. A-17
25
daño. Creo que esta casación, en lo que respecta a los intereses es muy acertado su
pronunciamiento.
28
Normas Legales, Tomo 304, mes de setiembre 2001, Sección de Jurisprudencia pág. A-10
26
CONCLUSIONES
2.- Los daños producidos como consecuencia de un bien riesgoso, o por el ejercicio de
la actividad riesgosa o peligrosa, tal es nuestro caso tipo (daño por accidente de
tránsito), se encuentran enmarcado dentro de la responsabilidad extracontractual de
sistema objetivo, en el cual las víctimas y dañadores potenciales deben ser conocidos
ex ante por la misma condición de la prevención unilateral imperante en las
responsabilidades objetivas. Además es antijuricidad atípica genérica, como resultado
de conductas prohibidas expresa o tácitamente por normas de derecho privado, sin
ninguna implicancia de orden penal . Viene a significar la strict liability, lo cual,
según sustentan los tratadistas, resulta ser una de las grandes alternativas frente a la
culpa; en razón que hace que el dañador sea responsable de los daños ocasionados,
muy independientemente del grado de inversión que haya hecho en prevención. En
consecuencia no existe ningún nivel de prevención que pueda salvar al dañador de la
responsabilidad de indemnizar a la víctima, salvo los casos de la fractura causal. Se
encuentra incorporado en el Art. 1970 del C.C.
27
3.- En los accidentes de tránsito la antijuricidad es atípica, y la responsabilidad
objetiva. El hecho de causar daño a otro mediante un bien riesgos (vehículo), en el
ejercicio de la actividad riesgosa, que viene a constituir el hecho de conducir un
vehículo en estado de ebriedad, ocasionando daño, tiene que asumir la
responsabilidad de la indemnización.
28
BIBLIOGRAFIA
LEON, LEYSSER L.
Estudios sobre la Responsabilidad Civil, ARA Editores, Lima, 2001
Separatas de:
SCOGNAMIGLIO, Renato
Responsabilidad Contractual y Extracontractual, Ius et veritas 22
29
INDICE
Conclusiones ........................................................................................................ 27
Bibliografía ............................................................................................................ 29
Indice .................................................................................................................... 30
Anexo
III.
30