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(versión preliminar)
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Los estudiantes de las maestrías del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA)
deben presentar y aprobar un trabajo de grado (TDG), como parte de los requisitos exigidos
para obtener el grado académico de Magíster o Especialista, de acuerdo con lo establecido en la
Normativa General de Estudios de Postgrado del Consejo Nacional de Universidades y en la
normativa del IESA.
La finalidad de este manual es proporcionar a los estudiantes del IESA una guía práctica
para preparar y presentar sus TDG. El manual contiene el reglamento y el cronograma para la
preparación y la entrega de los trabajo de grado, orientaciones metodológicas, convenciones de
presentación, recomendaciones de estilo y criterios para la evaluación de los TDG.
El propósito es orientar y facilitar el trabajo tanto de los estudiantes como de sus tutores y
jurados. La revisión y la modificación del manual son responsabilidades exclusivas del Consejo
Académico y del Comité de Trabajo de Grado.
El Comité de Trabajo de Grado es el órgano encargado de la emisión de la normativa, la
aprobación de las propuestas de TDG y la solución de controversias que se pudieran presentar.
Está integrado por un grupo de profesores del IESA debidamente acreditados.
Nota: los cronogramas detallados para cada programa se encuentran en revisión y serán
publicados oportunamente.
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Normas generales
• El TDG puede ser presentado por una o dos personas. La autoría es personal, inédita y
original en todos sus elementos. El TDG no puede ser utilizado para la obtención de otro
título académico.
• El TDG no será objeto de comercialización. Pero su realización puede recibir financiamiento
de alguna organización, siempre y cuando su autor retenga plenos derechos sobre la obra.
• La elaboración del TDG requiere definir claramente un tema de investigación, utilizar
métodos de análisis y verificación aceptables en las disciplinas estudiadas en los programas
académicos del IESA y emplear adecuadamente las técnicas documentales.
• La elaboración del TDG requiere la orientación y la supervisión de un tutor. En caso de que
el estudiante solicite el apoyo de un tutor externo, éste debe cumplir los requisitos
establecidos por la normativa del IESA (Anexo 1). Tanto la elección del tema del TDG como
la selección del tutor son responsabilidades del estudiante.
• Para la inscripción del TDG el estudiante debe elaborar una "Propuesta de trabajo de grado"
y entregarla firmada por el tutor en la Gerencia de Postgrados (anexos 2 y 3).
• La elaboración y la presentación del TDG deben cumplir los requisitos que se señalan en
este Manual, y seguir los pasos que se especifican en el cronograma correspondiente a cada
programa académico. En el caso de que el estudiante no cumpla las fechas establecidas en el
cronograma corre el riesgo de que su TDG sea reprobado.
• El estudiante cuyo TDG sea reprobado —por incumplimiento del cronograma o por
deficiencias del trabajo— deberá iniciar un nuevo proceso de inscripción, incluyendo el
pago de la asignatura y la búsqueda de tutor. El tutor del trabajo original no está obligado a
retomar el TDG. El tiempo establecido para concluir el nuevo proceso no deberá exceder el
lapso previsto, a partir del inicio del programa académico.
• En caso de requerir un cambio del tema del TDG el estudiante presentará por escrito una
solicitud razonada a la Gerencia de Postgrados, avalada por el tutor. La solicitud será
sometida a la evaluación del Comité de TDG.
• En caso de requerir un cambio de tutor el estudiante notificará su intención por escrito a la
Gerencia de Postgrados y al tutor original. El estudiante será el encargado y el responsable
de buscar un nuevo tutor y notificará por escrito su aceptación a la Gerencia de Postgrados.
El cambio será sometido a la evaluación del Comité de TDG. Si fuese el tutor quien
desistiera se sigue el mismo procedimiento, salvo que corresponde al Comité de TDG
asignar el nuevo tutor.
• Una versión preliminar del informe final del TDG, encuadernado en espiral, debe ser
entregada en la fecha establecida por el calendario correspondiente a la Gerencia de
Postgrados, con el fin de designar a los integrantes del jurado evaluador. El TDG será
evaluado por dos integrantes de la comunidad académica: el tutor y un jurado escogido por
el Comité de TDG.
• La Gerencia de Postgrados informará a cada estudiante los nombres de los integrantes del
jurado evaluador y la forma de comunicarse con ellos. Tanto el estudiante como el jurado
asignado deben respetar el calendario correspondiente, para la entrega del TDG y la
respuesta de la evaluación.
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• La Gerencia de Postgrados establecerá la fecha y la hora para la defensa del TDG y se
encargará de comunicarlas al estudiante, al tutor y a los integrantes del jurado evaluador.
También se encargará de la reserva del salón y la elaboración del Acta de Veredicto. En la
defensa del TDG, el estudiante responderá las preguntas que hagan los integrantes del
jurado evaluador. El jurado determinará la calificación del TDG en los términos previstos en
este Manual y dará a conocer su veredicto en la etapa final de este acto.
• La Gerencia de Postgrados levantará el veredicto con la decisión final del jurado y el Acta de
Presentación del TDG, que serán firmados por el tutor, el jurado evaluador y el coordinador
del Comité de TDG, según corresponda.
• Una vez aprobado el TDG el estudiante deberá entregar un original de su trabajo en la
Gerencia de Postgrados. El original será encuadernado según las normas establecidas por el
IESA y formará parte de la colección de la Biblioteca.
• El TDG se regirá por el Decálogo del IESA.
• Aprobado.
• Aprobado con condiciones: aprobación sujeta a correcciones formales. En este caso se
aplicará el cronograma establecido para la entrega del TDG.
• No aprobado con oportunidad de revisión: aunque no se aprueba el texto recibido, se
permite al estudiante corregirlo para someterlo de nuevo a revisión. La entrega
corregida tendrá lugar en un lapso no superior a tres meses.
• Reprobado: no se aprueba bajo ningún concepto el TDG, en cuyo caso el interesado no
tendrá derecho a presentar un nuevo trabajo de grado.
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¿En qué consiste un trabajo de grado?
El TDG puede consistir en una investigación documental, una encuesta, un estudio de caso, un
experimento, una evaluación o análisis financiero (detallado y razonado) de una organización,
un modelo administrativo o financiero, un diseño organizacional o una discusión teórica sobre
un tema específico. Sea cual fuere el tipo de trabajo escogido, su objetivo debe ser
suficientemente preciso para que permita llegar a conclusiones o resultados específicos de
manera previsible.
Un TDG no es un ensayo, una revisión de bibliografía puramente informativa (o una reseña)
ni una síntesis de las ideas favoritas del estudiante. Tampoco es la obra de un intelectual
independiente, sino un ejercicio académico sometido a reglas y procedimientos, así como a la
aprobación de profesores representantes de una organización capacitada para expedir un título
académico: el IESA en este caso. Esto significa que el trabajo no puede llevarse a cabo si el
estudiante no cumple los requisitos establecidos por la organización.
El TDG es un esfuerzo que se realiza con recursos escasos, entre ellos el tiempo, para
responder una pregunta. Esa pregunta (o planteamiento de un problema) permite delimitar el
tema que se desea estudiar, orientar la búsqueda y poner límites al objetivo de la investigación.
Cuando se enuncia un objetivo muy general es difícil establecer su relación con una
pregunta específica. Lo más frecuente es que la pregunta, aun cuando esté relacionada con el
objetivo, se refiera a una parte muy pequeña de un fenómeno muy complejo. Por ejemplo,
"contribuir a mejorar la productividad" o "identificar los factores que explican la productividad"
son objetivos tan generales que es difícil especificar una pregunta capaz de delimitar un tema
sin dejar por fuera otros quizá más importantes.
Lo más recomendable es especificar con precisión los aspectos de un problema que sean
fácilmente observables o verificables. Por ejemplo, un enunciado como el siguiente proporciona
una idea más precisa del objetivo del trabajo:
Como puede apreciarse en este ejemplo, son muchos los supuestos y las incógnitas que
subyacen a un problema aparentemente sencillo. Cualquier investigación, por simple que
parezca, puede adquirir una complejidad enorme. La tabla de salvación del investigador, su
guía para orientarse en medio de esa complejidad, no es otra que la revisión de la bibliografía
disponible.
Difícilmente pueda encontrarse un tema sobre el cual no haya antecedentes de
investigación, discusión o especulación teórica. La revisión bibliográfica produce, entre otros,
dos beneficios inmediatos: (1) ayuda a clarificar el lenguaje utilizado al enunciar objetivos,
plantear problemas o definir variables, y (2) facilita la tarea de acotar o precisar un problema.
Por ejemplo, puede encontrarse que ya se han identificado relaciones entre diferentes esquemas
de incentivos y la productividad, o efectos diferentes de los incentivos en diferentes tipos de
organizaciones o en países diferentes.
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Lo que se denomina usualmente "marco teórico" no debe concebirse como una sección
destinada a cumplir un requisito, sin mayor relación con el resto del texto, sino como un
resumen de los resultados de investigaciones previas y los supuestos en los cuales se basa la
especificación del problema en estudio. Las referencias bibliográficas deben tener una relación
directa y evidente con el tema, no utilizarse como rellenos o adornos.
El paso del objetivo a las conclusiones —el desarrollo del trabajo— debe seguir una
secuencia clara. Lo peor que puede pasarle a un TDG es (1) comenzar con un objetivo que no se
vea reflejado en la pregunta que orienta la búsqueda de información, (2) aplicar un método a un
problema diferente del especificado en la pregunta y (3) presentar conclusiones que no se
relacionen con el objetivo, la pregunta ni el método. Esto no sólo atentaría contra la posibilidad
de comunicar ideas o hallazgos sino que, además, pondría en peligro la aprobación del TDG.
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las ideas del autor (sin desechar información contraria ni abandonar el rigor y la imparcialidad).
En los trabajos de investigación se encuentran siempre tres operaciones implícitas:
• Informar: revisar, organizar y presentar la información disponible sobre un tema; por ejemplo,
¿cómo influye la publicidad en las decisiones de compra de los consumidores?
• Interpretar: examinar una variedad de perspectivas sobre un tema para extraer una conclusión
propia (por ejemplo: los dilemas éticos del uso de animales en experimentos) o buscar en diversas
fuentes hechos y opiniones pertinentes para plantear una hipótesis propia (por ejemplo: a mayor
inseguridad personal menor inversión en un país o una región).
• Analizar: aislar un problema no resuelto o una pregunta no respondida (por ejemplo: la
incapacidad de la teoría disponible para explicar ciertos fenómenos económicos) e intentar
resolver el problema o responder la pregunta mediante una evaluación crítica de fuentes
pertinentes y aceptables para la comunidad académica.
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características. Además, el estudio de caso es una estrategia particularmente pertinente, y
utilizada ampliamente, en el campo de la gerencia.
Suelen prestarse a confusión las expresiones "estudio de caso" y "caso de estudio". El caso de
estudio se emplea principalmente para la discusión en clase: es una manera de llevar al salón las
situaciones y problemas que ocurren en la gerencia, para entrenar a los estudiantes en el difícil
arte de la decisión. El autor suministra la información requerida para analizar las consecuencias
de opciones divergentes, tratando, en lo posible, de no presentar sus conclusiones o
interpretaciones.
El estudio de caso, en cambio, es la estrategia que sigue un investigador cuando se propone
analizar en detalle las características de un individuo, un grupo, una organización o incluso un
acontecimiento relevante (o "hecho histórico"). Su objetivo es extraer conclusiones a partir de la
observación y el análisis de fenómenos reales. Lo característico de un estudio de caso viene
dado por el énfasis en la comprensión de un fenómeno en su contexto particular. Esta
característica es esencial también para un buen caso de estudio: proporcionar al grupo de
discusión el sabor de la situación real, de las exigencias que enfrenta el gerente.
Existe una amplia bibliografía sobre los estudios de casos, a la cual debe referirse el
estudiante interesado en los detalles de esta estrategia de investigación (por ejemplo, Coller,
2000; Ragin y Becker, 1992; Yin, 1994). Aquí se presenta un breve resumen de sus rasgos
esenciales.
Quizá la característica más destacada del estudio de caso es el empleo de muchas y diversas
fuentes de información —observaciones, documentos, cuestionarios, entrevistas— para
responder preguntas del tipo ¿cómo y por qué? El estudio de caso comparte estas preguntas con
otras estrategias, tales como el experimento y la investigación histórica. En contraste, la encuesta
o la investigación documental se llevan a cabo para responder ¿quién, qué, dónde, cuánto,
cuántos? A diferencia de lo que ocurre en el experimento, en el estudio de caso no se controla ni
manipula el fenómeno estudiado.
La mayor utilidad del estudio de caso se aprecia cuando las fronteras entre el fenómeno y su
contexto no son evidentes o son difíciles de precisar; es decir, cuando no son obvias las
relaciones entre el comportamiento del individuo, grupo u organización, y las condiciones del
ambiente que pudieran servir como "causas" en una explicación. Por ello es la estrategia
recomendada para el estudio de fenómenos complejos, caracterizados por la actuación
simultánea de un gran número de variables con múltiples interrelaciones.
Se han señalado algunas limitaciones del estudio de caso: (1) exige mucho tiempo para
conseguir información suficiente, analizarla e interpretarla; (2) la información es difícil de
manejar (grabaciones, observaciones, registros poco estructurados); (3) requiere un mayor
esfuerzo de interpretación y reflexión que otras estrategias de investigación (como la encuesta o
el experimento, por ejemplo); y (4) no permite generalizar (pero sí generar y rechazar hipótesis).
El estudio de caso no se limita, forzosamente, a un individuo o una organización. De hecho,
siempre que sea posible, es recomendable hacer comparaciones. La selección del caso que se va
a estudiar es la decisión fundamental del investigador. Cuando se elige un caso, se renuncia a la
posibilidad de generalizar. Existen tres posibilidades de selección de casos únicos: (1) casos
relevantes para una teoría, (2) fenómenos extremos y (3) casos reveladores de una situación
actual. Si se selecciona un gran número de casos, es razonable preguntar si el estudio no se ha
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transformado en una encuesta (con sus problemas de muestreo). Al aumentar el número de
casos aumenta la representatividad, pero disminuyen el detalle y la diversidad de la
información. Pero, mientras menor sea el número de casos, mayores serán las posibilidades de
sesgo del observador. Una práctica saludable es buscar excepciones: casos que contradigan las
conjeturas o hipótesis del investigador. En definitiva, la naturaleza y el número de casos que
deban seleccionarse dependerán del objetivo de la investigación, la teoría o argumento central
que oriente el estudio y las posibilidades de tiempo y recursos.
La recolección de los datos en el estudio de caso recae, con mayor peso que en otras
estrategias, en las siguientes habilidades del investigador:
Reunir todas estas cualidades en una persona suele ser muy difícil. Por ello, a veces es necesario
asegurar la colaboración de varios observadores que confirmen, desde distintas perspectivas, la
información y la interpretación que se haga de ella.
Algunas recomendaciones útiles para la recolección de datos son las siguientes:
• ¿Qué vamos a saber como resultado del proyecto que no sepamos ahora?
• ¿Por qué vale la pena saber eso?
• ¿Cómo sabremos que las conclusiones son válidas?
Un evaluador no tiene tiempo para buscar respuestas ocultas a esas preguntas. Lo que vaya a
decir dígalo inmediata, resuelta y convincentemente. Una pregunta planteada claramente es
una buena manera de comenzar una propuesta: "¿Son los sistemas de partidos políticos fuertes
propicios para la estabilidad democrática?". La pregunta no debe ser retórica: su efecto depende
de que la respuesta no sea obvia. Exponer el tema central o la hipótesis es también una buena
manera de comenzar: "Los trabajadores no organizan sindicatos; son los sindicatos los que
organizan a los trabajadores" o "La combinación de crecimiento demográfico y reducción de la
tierra cultivable amenaza la seguridad alimentaria de las zonas tropicales para la próxima
década".
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Muestre su dominio del tema
La propuesta debe dejar claro no sólo qué se aprenderá como resultado de su trabajo de grado
sino, además, qué se aprenderá que no se sepa ya. Es vital que la propuesta resuma el estado
actual del conocimiento y proporcione una bibliografía actualizada. Ambos, el resumen y la
bibliografía, deben ser precisos y sucintos. No es necesario presentar "toda" la bibliografía, sino
aquella referida directamente al tema en el cual se espera agregar algo nuevo. La bibliografía es
una señal de la seriedad con que se ha asumido el trabajo. Muchas propuestas son rechazadas
porque las referencias son incompletas, obsoletas o no están conectadas directamente con el
trabajo. Quienes estén inseguros de sus recursos bibliográficos deben buscar, urgentemente,
colegas, bibliotecas y páginas de Internet.
Justifique su trabajo
Hay muchos modos de justificar el trabajo de grado. Algunos se conforman con declarar: "Esto
no ha sido estudiado". Pero ello deja dudas. ¿Será cierto que no se ha estudiado? ¿Valdrá la
pena estudiarlo?
Mencionar la importancia del tema es una manera menos ambigua de llamar la atención, si
se presentan argumentos y no simples declaraciones. Apelar a la relevancia actual del tema
puede ser útil también: la consolidación democrática en América Latina, el desempleo de la
población con educación superior, la economía informal en Venezuela. Es decisivo convencer a
los lectores de que tales temas son oportunos y que su estudio abre una ventana hacia algún
problema más profundo.
El interés teórico constituye, para muchos investigadores, un mérito especial. No es
necesario llegar hasta las bases axiomáticas de una disciplina; pero sí relacionar el problema con
los principales debates teóricos actuales. Las buenas propuestas muestran (1) que el trabajo
pondrá a prueba ideas establecidas u ofrecerá otras nuevas, y (2) que el autor está consciente de
la existencia de diversos puntos de vista, en lugar de asumir una postura sectaria e indiferente a
otras perspectivas.
• Dada su larga tradición democrática, podía esperarse que Chile volviera a la democracia antes
que otros países del Cono Sur. ¿Se había extinguido esa tradición para 1973 o es falso ese
supuesto?
• Todo el mundo esperaba que el sindicato declarara la huelga y lograra mejores salarios para los
trabajadores. Pero la información disponible muestra precisamente lo contrario: los sindicatos
fuertes no hacen huelgas sino que refrenan las exigencias de los trabajadores.
Es bueno recordar que los temas de actualidad son, por lo general, los más estudiados. Si no
tiene algo original que decir, trate de evitarlos. Usualmente, esos son los temas sobre los cuales
alguien hizo ya la contribución decisiva. Si su instinto lo lleva hacia un problema alejado del
rumbo de la manada, siga su instinto, no la manada.
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Describa su método
Los métodos varían ampliamente entre las disciplinas, e incluso dentro de cada disciplina. Pero
dos cosas deben quedar claras: (1) las operaciones que se llevarán a cabo y (2) la manera como
se interpretarán los resultados de esas operaciones, en relación con el problema central.
Un método no es simplemente una lista de actividades, porque la mera lista no prueba que
ella constituya el mejor de los enfoques factibles. Es necesario argumentarlo. Algunas frases
comunes no identifican claramente operaciones de investigación. Por ejemplo, "examinar la
relación entre X y Z" no aporta información. Se sabe lo que significa para un médico "examinar"
a un enfermo, pero el "examen" de una relación entre variables es algo que se hace únicamente
de manera indirecta, mediante operaciones tales como hurgar en archivos polvorientos,
entrevistar, observar y tomar notas, recolectar datos y llevar a cabo pruebas estadísticas.
El proceso de recoger datos y pasar de los datos a la interpretación tiende a seguir reglas
más estandarizadas en unos campos que en otros. Sea tan específico como pueda acerca de las
actividades que emprenderá para recolectar información, las técnicas que utilizará para
analizarla y las pruebas de validez que aplicará. La mayoría de las propuestas rechazadas son
las que dejan a los lectores preguntándose qué hará realmente el investigador. Dígalo.
Especifique los archivos, las fuentes, las muestras y las técnicas de análisis.
Una propuesta que ofrece una comparación de casos tiene, por lo general, un atractivo
especial. En cierto sentido toda investigación es comparativa porque debe utilizar, implícita o
explícitamente, algún punto de referencia. Hacer explícita la comparación eleva su valor
científico. Al evaluar una propuesta comparativa, los lectores se preguntan si los casos han sido
seleccionados de manera tal que sus semejanzas y diferencias arrojen luz sobre la pregunta
central, y si el investigador es capaz de hacer una comparación imparcial. Cuando ambas
respuestas son positivas, la propuesta tiende a ser aprobada.
¿Cómo se conectan, finalmente, los procedimientos de investigación y sus productos con la
pregunta central? ¿Cómo se sabrá si su idea era correcta o errónea? En algunas disciplinas esto
significa aplicar el canon de la refutación de hipótesis: una hipótesis es aceptable si puede ser
sometida a prueba. Los evaluadores están abiertos también a enfoques menos formales. Lo
importante es convencerlos de que la investigación no conduce tendenciosamente a un final
preconcebido y que arrojará proposiciones sistemáticas e interesantes.
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La presentación del trabajo de grado
Las partes del trabajo de grado se organizan de la siguiente manera:
La primera página debe contener el título completo del trabajo, el grado al cual aspira el
estudiante, su nombre completo, la identificación del instituto y la fecha en que el trabajo es
sometido a evaluación. La versión final aprobada del TDG deberá incluir una segunda página
donde aparezcan los nombres y firmas de los jurados.
Después de las primeras páginas debe incluirse un resumen del trabajo cuya longitud no
exceda una página. El resumen debe contener, en forma clara, el objetivo del trabajo, su
argumento o problema central, una indicación de las pruebas o bases de apoyo del argumento y
las conclusiones principales del estudio. Al final del resumen debe incluirse un conjunto de tres
o cuatro palabras clave que describan de manera precisa el contenido del trabajo de grado, para
su catalogación en la Biblioteca del IESA.
Seguidamente el autor puede dedicar, si así lo desea, una página a expresar agradecimientos
o reconocimientos: sus deudas con las personas u organizaciones cuyas contribuciones hayan
sido importantes para la realización del trabajo. Luego se incluye un índice lo más detallado
posible de las partes del trabajo. Por último, antes del cuerpo propiamente dicho, viene una
parte esencial del TDG: la introducción. Su finalidad es orientar al lector acerca del contenido
del trabajo, con un grado de detalle mayor que el utilizado en el resumen. Su finalidad es
cautivar al lector y motivarlo a continuar la lectura.
Las normas referidas a formatos, textos y otras convenciones tienen como finalidad asegurar
la uniformidad de los TDG y facilitar la tarea del estudiante, al elegir entre la variedad de
posibles opciones de diseño. A continuación se detallan aspectos generales que deben cumplirse
en la presentación de los TDG.
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de palabras permiten programar un estilo "normal", para adoptar automáticamente estas
convenciones.
Un problema que ha generado la variedad de opciones disponibles, con las computadoras y
las impresoras láser, es la tendencia de los autores a emplear diversos tipos de letras y efectos
variados: tamaños diferentes, negritas, cursivas. Si bien la expansión de las posibilidades
fomenta la creatividad, también promueve diseños recargados y carentes de elegancia. La
apariencia de la página debe causar en el lector una sensación de comodidad y placer, como la
de pasear por un jardín ordenado, no la de transitar por una calle del centro de Caracas.
Lo más recomendable es utilizar letras de un tipo y un tamaño uniformes para todo el texto.
La práctica de subrayar palabras o textos no es conveniente; además, en la mayoría de los casos,
tal énfasis es innecesario. Otra práctica frecuente es emplear negritas para destacar palabras o
frases. Evite por completo esta práctica: las negritas distraen la atención del lector, reducen la
fuerza del resto del texto e interrumpen el flujo de la lectura (de Buen, 2000). Se recomienda
restringir su uso a títulos y subtítulos. También debe restringirse el uso de las cursivas a
expresiones extranjeras, localismos o títulos de obras y revistas.
Algunos autores tienden a hacer un uso excesivo de las mayúsculas. Evítelo. Tampoco use
las mayúsculas como una forma de énfasis. Recuerde, además, que las palabras en mayúsculas
simbolizan "gritos". Restrinja su uso para el comienzo de las oraciones y los nombres propios de
personas, ciudades, y títulos de obras o publicaciones. Los meses y los días se escriben siempre
con minúsculas. Las denominaciones de cargos tales como ministro o presidente no llevan
mayúsculas. Se puede escribir Estado, con mayúscula, cuando se refiere al conjunto de
instituciones de un país, para distinguirlo del "estado" en que puedan encontrarse tales
instituciones en un momento dado. Se recomienda, también, escribir gobierno o nación con
minúsculas. Por último, tampoco deben usarse mayúsculas después de dos puntos (:) o punto y
coma (;).
El uso competente de los diversos signos que aparecen en los textos requiere un
entrenamiento especial. Se recomienda su estudio en libros sobre redacción o diseño editorial
(por ejemplo, de Buen, 2000). Es bueno recordar, entre otras cosas, que los guiones utilizados
para separar partes de una frase son largos (—), a diferencia de los guiones cortos (-) utilizados
para unir palabras (como el ministro-presidente o la relación padre-hijo). Nunca deben
colocarse puntos después de los signos de cierre de interrogación (?) o admiración (!): nótese
que ya llevan el punto. Tampoco debe olvidarse que en español se utilizan signos de apertura y
cierre, para interrogación (¿?) y admiración (¡!). La primera utilización de una abreviatura o
sigla se presenta entre paréntesis después del nombre completo: Banco Central de Venezuela
(BCV), producto interno bruto (PIB).
El párrafo inicial, después de un título o subtítulo, no lleva sangría. Todos los párrafos
siguientes deben siempre iniciarse con una sangría moderada (en este texto se usa un cuarto de
pulgada) en la primera línea. Después de citas y listas, el texto no lleva sangría; pues, se espera,
su sentido se relaciona con la cita o lista precedente, para explicarla o evitar que quede
"colgando". En general, conviene evitar una profusión de citas y listas, pues crea la impresión de
que se están "recitando" puntos más que exponiendo razonamientos.
Cuando el texto contiene una lista puede presentarse de la siguiente manera:
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• Primer punto de la lista.
• Segundo punto de la lista.
• Tercer punto de la lista.
Obsérvese que la lista se presenta con el mismo interlineado del texto, se deja un espacio antes y
después de ella, y el texto siguiente comienza sin sangría. No se enumeran listas a menos que
los números tengan un significado especial (los diez mandamientos o los siete renglones de la
cesta básica).
Los encabezamientos de los párrafos títulos o subtítulos se emplean para facilitar la lectura.
No se recomienda numerarlos, a menos que sea un trabajo muy largo dividido en muchos
capítulos con muchas divisiones, que no es el caso de un TDG en el IESA. Aunque el número de
divisiones depende de la estructura de cada trabajo y las preferencias del autor, no es
recomendable una excesiva diferenciación, pues crea confusión en lugar de facilitar la lectura.
Los procesadores de palabras permiten definir un estilo para cada nivel de subtítulo y
mantenerlo pegado al texto que sigue (lo cual evita el corte de página inmediatamente después
del subtítulo); además, el índice se elabora de manera automática. Se recomienda el uso de
estilos sencillos; por ejemplo, subtítulo de primer nivel centrado en negritas, segundo nivel
alineado a la izquierda en negritas y, si es necesario, tercer nivel a la izquierda en cursivas y
negritas para distinguirlo del segundo. En cada nivel debe dejarse un espacio antes del subtítulo
para separarlo visualmente del párrafo anterior. Nunca coloque un punto (.) ni dos puntos (:) al
final de títulos o subtítulos. Tampoco coloque un subtítulo inmediatamente después de otro
subtítulo: escriba siempre un texto que prepare al lector o introduzca los puntos que siguen.
Recuerde que no es necesario un subtítulo si no hay otros del mismo nivel en esa sección: basta
con el subtítulo de nivel superior. Una recomendación final sobre los subtítulos se refiere a su
redacción, más que a los aspectos tipográficos. Hay quienes consideran todo un arte la
redacción de títulos y subtítulos, pero algunos consejos pueden resultar útiles (Lesikar, 1984).
Los subtítulos deben, en primer lugar, ser breves y capaces de expresar el tema tratado. En
el ejemplo siguiente, los subtítulos expresan un tema pero son excesivamente largos.
Obviamente, estos subtítulos contienen demasiada información. Pero no es fácil determinar qué
debe dejarse fuera. Esto depende, en gran medida, del análisis que el autor haya hecho del
material y de lo que haya considerado más significativo. Un análisis podría generar los
siguientes subtítulos:
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El esquema de un TDG, como el de casi cualquier texto, requiere cierta variedad. Evite el uso
excesivo de una palabra o expresión, porque las repeticiones muy frecuentes tienden a ser
monótonas. El siguiente extracto de un esquema ilustra este punto:
En general, es poco probable que los subtítulos realmente descriptivos utilicen las mismas
palabras; porque es muy difícil que las secciones sucesivas presenten la misma información. Por
ejemplo, el esquema temático anterior puede mejorarse haciendo que los subtítulos sean un
poco más narrativos.
Una regla general es que los subtítulos de cada nivel del esquema tengan una forma similar; es
decir, una estructura paralela. Por ejemplo, si el subtítulo de primer nivel es una oración, todos
los otros subtítulos de primer nivel deberían ser oraciones. El siguiente esquema ilustra
violaciones de este principio.
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ganancias de PDVSA superan cien millardos" y evitarle al lector la tarea de leer "Bs.
101.333.234,34". Los abogados pueden tener razones para escribir las cifras dos (2) veces, pero
esta práctica no es necesaria en un TDG. Finalmente, ningún párrafo debe comenzar con un
número escrito en cifras.
Los años no llevan puntos para indicar miles: no se escribe "2.003" sino 2003. No use "%"
sino "por ciento" ni "Bs." sino "bolívares"; a menos que sea necesario en algún cuadro o gráfico
por falta de espacio. Igualmente, es preferible escribir la palabra "dólares" en lugar del signo
"US$"; no hace falta aclarar que se habla de dólares estadounidenses (ni, mucho menos,
"americanos"), a menos que puedan confundirse con los de otro país.
Cuando se mencionan varias cifras en un párrafo, es inconveniente escribirlas con palabras.
La regla general es no abrumar al lector. Cuando se acumulan muchas cifras, es el momento de
pensar en un cuadro o un gráfico. La misma regla —no abrumar al lector— se aplica a los
cuadros. Un cuadro inserto en el texto no debe tener más de cuatro columnas. Los cuadros
complicados con muchas columnas deben presentarse como anexos al final del trabajo. Por lo
general, un gráfico comunica la información de manera más clara y con mayor efectividad que
un cuadro. Utilice un gráfico cuando sea posible. Pero los gráficos deben estar bien dibujados y
ser de fácil comprensión: no acumule muchas líneas cruzadas en un gráfico y cuidado con los
gráficos complejos cuya interpretación depende de la reproducción de áreas grises poco
diferenciadas.
Los cuadros y gráficos bien presentados llevan la información siguiente: título, unidades
precisas, período y fuente. Debe evitarse el uso de abreviaturas en las leyendas. Los cuadros y
gráficos son para ayudar al lector, no para confundirlo o espantarlo. Si el número de cuadros o
gráficos no es muy grande, y no se requiere un índice de cuadros o gráficos, es innecesario
numerarlos. Haga lo posible por evitar la práctica de describirlos: "El Cuadro 3 muestra los
valores de tal variable". Aparte de ser obvio, si el cuadro está bien hecho, se desperdicia espacio
del texto y se da la impresión de ausencia de ideas o argumentos. El cuadro o gráfico sirve para
apoyar un argumento, no para sustituir el análisis ni para mostrar el esfuerzo de recolección de
información o la destreza en el uso de las herramientas de computación. Ejemplo de título,
notas y fuentes para cuadros y gráficos:
Notas: (a) en los cuadros se utilizan letras entre paréntesis para distinguir claramente las notas de los
datos; (b) se recomienda utilizar una letra de tamaño inferior al del texto y elevada.
Fuente: Banco Central de Venezuela, Informe anual 1983 (cuadro V-6).
Los anexos deben tener un índice (si contienen mucha información) y títulos claros, similares a
los de los cuadros y gráficos. En general, se recomienda evitar la inclusión de información
(cuadros o listas), cuyo contenido no sea pertinente o necesario para ilustrar un punto o apoyar
una idea. Incluir excesiva información (que raramente se revisa) reduce el espacio disponible
para presentar ideas y argumentos que son, en definitiva, la sustancia del TDG. Un cuadro
pequeño o un gráfico incluido en el texto son, a menudo, suficientes para apoyar un punto o
facilitar la comunicación.
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Citas y referencias
Para las referencias se recomienda utilizar el llamado estilo "científico" (autor y año de la
publicación); por ejemplo: (Turabian, 1996). En las citas textuales las referencias deben incluir,
además, la página donde se encuentra el texto citado; por ejemplo: (Turabian, 1996: 35). La
referencia completa se presenta en la Bibliografía, al final del trabajo. Las notas de pie de página
se utilizan para añadir información que el autor decide no incluir en el texto principal, no para
indicar referencias bibliográficas. Ahora bien, es preferible seguir el principio según el cual lo
que merezca ser dicho debe decirse en el texto, en lugar de incluir una profusión de notas que
dificultan la tarea del lector.
¿Cuándo se cita una fuente? Ante la duda de citar o no alguna fuente, lo recomendable es
aplicar tres reglas sencillas. La primera se refiere a las citas textuales. Cualquier utilización
directa de las palabras de otro autor debe presentarse entre comillas, en el caso de citas de tres
líneas o menos: "La claridad es el germen de la elegancia" (Metz, 1991: 109). Las citas largas se
presentan apartadas (con la misma distancia de la sangría inicial del párrafo) y sin comillas
(sobran cuando el texto se presenta de manera diferente), como se muestra en la cita siguiente.
Los analistas que utilizan grupos dotados de intereses para explicar cómo se esparce una idea, se
acepta una teoría o se rechaza una máquina, no advierten el hecho de que los mismos grupos y los
mismos intereses que aparecen como causas en sus explicaciones resultan de la purificación y la
extracción artificial de un puñado de vínculos de esas ideas, teorías y máquinas (Latour, 1987: 141).
Obsérvese que la cita se presenta con el mismo interlineado del texto, se deja un espacio antes y
después de la cita, y el texto siguiente comienza sin sangría. Recuerde que una cita no debe
quedar aislada, sin explicación o como mero adorno.
La segunda regla se refiere a la utilización de ideas generales de otro autor. Aun si tales
ideas se expresan en forma diferente, se debe hacer una referencia indicando la fuente (Latour,
1987). La tercera regla se aplica en situaciones de incertidumbre. Cuando una idea le parezca
obvia, muy conocida o "de su propia inspiración", escoja siempre la alternativa más segura: citar
la fuente. Así evita caer en el peligro del plagio. En el IESA, el plagio se toma en serio. Ha
causado tanto la expulsión de estudiantes como el despido de empleados. ¡Evítelo!
Debe evitarse el uso de citas cuyo contenido no sea pertinente al argumento expuesto, o que
su relación quede en la oscuridad. Debe evitarse, también, la profusión de citas con el simple
objetivo de suplir la ausencia de ideas propias.
La bibliografía
Las referencias en el texto contienen únicamente autores, años y, cuando se reproducen citas
textuales, páginas. Las referencias con todos sus detalles (autor, año, título, ciudad, editorial u
otros datos) se presentan en una lista ordenada alfabéticamente al final del trabajo bajo el título
"Bibliografía".
Cuando se hace referencia a varias obras de un mismo autor se repite el apellido y se
ordenan las referencias por los años (de menor a mayor). Si se hace referencia a obras del mismo
autor publicadas en un mismo año, se colocan letras en minúsculas (comenzando por la "a") al
lado del año: 2002a, 2002b. Cuando se hace referencia a una obra de varios autores, se
recomienda nombrarlos a todos. Sin embargo, si el número excede de tres autores, después de
19
nombrarlos todos la primera vez, es aceptable que en las siguientes referencias se nombre al
primero y se añada "y otros". Algunos autores prefieren el giro latino et al., lo cual no es
necesario ni recomendable; pues, aparte de lucir pretencioso, su uso equivocado produce muy
mala impresión.
Se separan con puntos los distintos elementos de información: autor, título y lugar de
edición. Los títulos de libros, revistas y periódicos van en cursivas y los títulos de artículos entre
comillas. Se utilizan mayúsculas únicamente en la primera palabra del título, no en la del
subtítulo: El caso Venezuela: una ilusión de armonía. Se escriben con mayúsculas también los
sustantivos en los títulos de congresos y organizaciones: Ponencia presentada en el seminario
"Problemas de Gestión de las Empresas Públicas en América Latina" de la Asociación para el
Avance de la Gerencia.
Las leyes reciben un tratamiento especial. En el texto se indica entre paréntesis el nombre de
la ley citada y el artículo u ordinal, si es pertinente (Código Civil, art. 27, ord. 3°). En la
bibliografía se refiere la ley con su año de aprobación y su autor es: República de Venezuela. Se
indican, además, el número y la fecha de publicación en la Gaceta Oficial. En la bibliografía se
presentan únicamente los documentos referidos en el texto del trabajo, en orden alfabético. No
se agrupan los documentos por tipos (libros, artículos, leyes). En los ejemplos siguientes se
especifican los tipos de documentos solamente para ilustrar las diferentes formas de referencias
bibliográficas.
Libros
• Banco Mundial (1997): Informe sobre el desarrollo mundial 1997: el Estado en un mundo en
transformación. Washington: Banco Mundial.
• Francés, A. (1990): Venezuela posible. Caracas: Corimón-Ediciones IESA.
• Kelly, J. (1989): Guía de estilo. Caracas: Ediciones IESA.
• Naím, M. y R. Piñango (eds.) (1984): El caso Venezuela: una ilusión de armonía. Caracas: Ediciones
IESA.
• World Bank (1997): World development report 1997. Nueva York: Oxford University Press.
Capítulos en libros
• Gómez, H. y P. Márquez (1998): "Gerencia a la criolla: ¿qué podemos aprender de ocho
experiencias exitosas?". En H. Gómez, C. Leal, L. Vivas y P. Márquez (eds.): Gerencia exitosa con
sello latinoamericano. Caracas: Galac.
• Malavé, J. (1998): "From bounded systems to interlocking practices: logics of organizing". En R.
Chia (ed.): In the realm of organization. Londres: Routledge.
Artículos en revistas
• Gómez, H., J. Malavé y R. Piñango (1994): "A public-private model for health service delivery".
The International Executive. Vol. 36. No. 6.
• Menocal, M.R. (2003): "Al-Ándalus: un modelo de cultura para nuestro tiempo". Debates IESA.
Vol. VIII. No. 3.
• The Economist (1999): "Soft money wins again", 23-29 de octubre, p. 34.
Artículos en periódicos
• Herrera, J. (2003): "El regreso del vómito negro". El Universal, 5 de septiembre, p. 1-2.
20
• El Nacional (2003): "MSDS no decretará emergencia nacional por fiebre amarilla", 5 de septiembre,
p. A-2.
Trabajos inéditos
• Malavé, J. (1998): "Manual para la preparación de trabajo de grado". Papel de trabajo inédito.
Caracas: IESA.
Documentos oficiales
• BCV (1976): "Metodología de las cuentas nacionales de Venezuela". Caracas: Banco Central de
Venezuela.
Leyes
• República de Venezuela (1984): "Ley de carrera de los profesores e investigadores del IESA".
Gaceta Oficial. No. 15.345, 15 de mayo.
Obras de referencia
• Agencia EFE (2000): Manual de español urgente. Madrid: Ediciones Cátedra.
• Diccionario de uso del español actual (1997). Madrid: Ediciones SM.
• Kranzberg, M. (1993): "History of the organization of work". Encyclopædia Britannica. Vol. 29, pp.
917-27. Chicago: Encyclopedia Britannica.
• Moliner, M. (1996): Diccionario de uso del español. Madrid: Gredos.
• Real Academia Española (2006): Diccionario esencial de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe.
Documentos electrónicos
• Baker, G., R. Gibbons y K. Murphy (1997): "Implicit contracts and the theory of the firm". Social
Science Research Network: http://papers.ssrn.com/paper.qry? ABSTRACT_ID=2211. Consulta: 5
de mayo de 1999.
• Cuerda, J.L. (1997): "Para abrir los ojos". El país digital. No. 371:
www.elpais.es/p/19970509/cultura/tesis.htm#uno. Consulta: 9 de mayo de 1997.
• International Standard Organization (1996): "Excerpts from ISO draft international standard 690-
2": www.nlc-bnc.ca/iso/tc46sc9/690 2e.htm. Consulta: 13 de marzo de 1997.
• Rivas Santos, V. y M. Hernández Moreno (1996): "Refranero castellano": http://kal-
el.ugr.es/~victor/refranes2.htm. Consulta: 26 de abril de 1997.
• Wollstonecraft, M. (1996): "A vindication of the rights of women". Cap. XII: "On national
education". Universidad de Columbia, Biblioteca Bartleby. Transcripción y conversión al formato
HTML de la edición de 1792 (Boston: Thomas and Andrews):
www.cc.columbia.edu/acis/bartleby/wollstonecraft/12.htm. Consulta: 5 de mayo de 1997.
21
Catalogación de los trabajos de grado en la Biblioteca del IESA
Los TDG constituyen referencias valiosas para otros estudios o TDG. Para facilitar su consulta,
es necesaria su correcta catalogación en la colección de la Biblioteca del IESA. Ello requiere
colocar, después del resumen ejecutivo del trabajo, un conjunto de tres o cuatro palabras clave
que describan el tema tratado. La Biblioteca dispone de listas de materias y descriptores. Los
TDG se catalogan, además, por sectores, países o regiones objeto de estudio.
Trate de ubicar su trabajo dentro de las listas que ya están normalizadas en la base de datos
de la Biblioteca. Si tiene dudas o no encuentra palabras que considere apropiadas, coloque los
descriptores que según su criterio se ajusten mejor al contenido de su trabajo. Por último, en la
Biblioteca encontrará la ayuda que necesite.
Claridad de la exposición
Quizá el problema de redacción que más atenta contra la calidad de un TDG, y es más frecuente
de lo que se cree, es la incoherencia (Salas y Elejalde, 1997). La incoherencia es el resultado de la
falta de enlaces y, por lo tanto, de continuidad entre los sentidos de las distintas partes del texto.
"Incoloras ideas verdes duermen furiosamente". Las ideas no pueden ser incoloras y verdes al mismo
tiempo, tampoco pueden dormir y menos con furia.
Evite abordar temas que no vengan al caso o extenderse en digresiones que no interesen al
lector. No pierda de vista el tema ni el propósito de su documento. Algunos grandes escritores
suelen añadir digresiones en sus relatos, detalles aparentemente innecesarios o reflexiones sobre
los hechos que narran. Pero no confunda una novela con un ensayo y mucho menos con un
TDG.
Para muchos escritores la brevedad es una virtud; pero no es una licencia para no explicar ni
sustentar las opiniones. El resultado de exagerar en la búsqueda de la brevedad suele ser una
serie de párrafos de una oración o párrafos cuyas oraciones podrían ser ideas para varios
párrafos. Ambos extremos son perjudiciales.
Procure que cada párrafo tenga su oración principal y sus oraciones de apoyo. Si necesita
dividir un párrafo en dos o más párrafos, a fin de aclarar su exposición, hágalo sin dudar. Si sus
párrafos son muy breves y constan sólo de una oración principal, agregue oraciones de apoyo.
Los párrafos sin foco se caracterizan por oraciones poco o nada relacionadas con la idea
expresada en la oración principal. Hay varias soluciones. Si el tema del párrafo está claro,
simplemente borre las oraciones que se desvíen de la idea principal o muévalas a otra parte del
22
texto. Algunas veces, el párrafo se desvía de la idea principal porque el autor no tiene con que
sostenerla. En este caso, busque más datos de apoyo o cambie la oración principal de manera
que se ajuste a la información disponible.
El mejor antídoto contra el desorden es elaborar un esquema, antes de empezar a escribir. El
esquema más sencillo consta de tres partes:
1. Introducción: enuncie el problema y explique cómo va a resolverlo; es decir, desde cuál punto de
vista lo examinará y cuáles pasos seguirá.
2. Desarrollo: presente los detalles de la argumentación. Procure que para cada argumento haya no
menos de un párrafo que lo explique. Siempre es recomendable apoyar las afirmaciones en datos
o citas.
3. Conclusiones: evalúe el resultado de la argumentación y enuncie su conclusión (aceptación o
rechazo de una hipótesis, por ejemplo).
Las partes de la oración suelen aparecer en un orden más que en otro. El orden usual de la
oración es: sujeto-verbo-objeto directo-objeto indirecto-complemento. Los estudiantes suelen
olvidar esta observación y escribir las partes de la oración en cualquier orden. Simplicidad es la
clave: no construya oraciones excesivamente complejas. A veces intentamos decir muchas cosas
en una oración. En ese caso, trate de dividir la oración en dos o tres, respetando la estructura
normal de una oración. Por ejemplo:
En este trabajo no se hace referencia a lo expuesto por los economistas clásicos para evitar repetir lo
que es ya conocido por todos y desviar la atención de lo que se quiere discutir.
Es preferible escribir:
En este trabajo no se hace referencia a lo expuesto por los economistas clásicos. De esta manera se
evita repetir lo que es ya conocido por todos y desviar la atención de lo que se quiere discutir.
Es preferible escribir:
La puntuación sirve para diferenciar y relacionar las partes del texto. Como regla general, use el
punto y aparte para diferenciar párrafos. Si los distintos párrafos no se distinguen mediante el
punto y aparte, ¿qué los separa? Use el punto seguido para distinguir las partes del párrafo. Si
no aparecen separadas por el punto seguido, el lector podría confundir las oraciones
principales, de enlace o de apoyo. Procure usar el punto seguido cada dos o tres líneas hasta
que se acostumbre. Luego puede probar con cantidades mayores de líneas. Use la coma dentro
de cada una de las partes del párrafo.
23
Uso correcto del lenguaje
A los problemas de estructura y claridad se agregan los relativos al uso del lenguaje. Cada tipo
de texto exige un tipo de léxico. Por ejemplo, el lenguaje de los textos universitarios es diferente
del de los artículos de la sección deportiva del periódico. Uno de los problemas que enfrentan
los estudiantes es escoger el tipo de palabras que usarán al escribir; con frecuencia, preguntan si
deben escribir "en sus propias palabras". ¿Qué significa esa pregunta? Por lo general significa:
¿podemos escribir de cualquier manera, sin atender a las exigencias del lenguaje académico?
Existen expresiones vinculadas con formas de discriminación política, racial o sexual, que
pueden molestar a los lectores o prestarse a malas interpretaciones. Por ejemplo: "Lorena es
doctora en economía, presidente de la compañía y madre de tres niños". ¿Es necesario precisar
que es madre? Ocurren a veces casos más lamentables: "Sus padres eran pobres, pero ella salió
muy inteligente". Ese "pero" revela un prejuicio que debe eliminarse.
Los lugares comunes son frases hechas o citas tan conocidas que, utilizadas en cualquier
ocasión, no ayudan a comprender lo que se dice. Su simpleza suele aburrir al lector culto y
evitar trabajo intelectual al ocioso. Con frecuencia, los periodistas se refieren al agua como "el
preciado líquido", "no se puede tapar el sol con dedo" y las ciudades son "pujantes". También
suele abusarse de la expresión redundante "hoy en día", cuando basta con decir "hoy". Los
lugares comunes hacen perder el interés en el texto. Las llamadas "muletillas" son expresiones
que suelen repetirse e intercalarse sin necesidad y con mucha frecuencia; "por supuesto"
(cuando no se está suponiendo algo) o "de alguna manera" (una especificación que no especifica
y revela inseguridad).
Un efecto similar, quizá peor, tiene el uso excesivo de adjetivos. Por ejemplo, en trabajos
académicos no es necesario adornar los nombres de autores o sus artículos con adjetivos tales
como conocido, importante o interesante. El hecho de citarlos es propaganda suficiente, y
ningún autor serio se siente obligado a referirse a sus colegas con tanta adulación. Los buenos
escritores casi nunca utilizan giros tales como "el mismo", "el mencionado" o "lo dicho". ¿Por
qué no aprender de los maestros?
El castellano es un idioma rico en palabras y es lamentable que no sean aprovechadas. Rara
es la palabra inglesa que no tenga su equivalente, como es el caso de feedback (realimentación o
simplemente, respuesta o réplica). Benchmark puede traducirse en muchos casos como estándar
o modelo. Eventually significa en inglés finalmente, no "eventualmente" como se traduce
comúnmente. Pocos autores recuerdan que, en español, alternativa se refiere sólo a dos
posibilidades; si hay más, se usa la palabra opción. Algunos autores utilizan el anglicismo
"asumir" cuando quieren decir suponer. Se asume un cargo, una responsabilidad o una
posición, mientras que un científico puede suponer que la ocurrencia de un fenómeno es muy
probable en ciertas circunstancias.
En español no se dice "saber como": el "como" sobra si se habla, por ejemplo, de "saber tocar
la guitarra". Tampoco hacen falta los verbos "poder" o "lograr" antes de algún otro verbo: se
formula una estrategia para obtener beneficios, no para "poder" o "lograr" obtenerlos. No debe
hablarse de documentos "clasificados", cuando son secretos o confidenciales; ni de préstamos
"blandos", cuando son subsidiados u otorgados con una baja tasa de interés.
Uno vicio que ha ganado terreno es el mal uso de los gerundios: "un informe conteniendo"
(un informe que contiene), "compró haciendo subir el precio" (compró e hizo subir el precio) o
24
"gerenciando en Venezuela" (gerencia en Venezuela). Lo cierto es que, aparte de ser
traducciones apresuradas del inglés, tales usos delatan la ignorancia o la incompetencia del
autor y, lo peor, tienden a deformar el idioma: "más grave que utilizar palabras en otros idiomas
es trasladar sentidos" (Sánchez, 2003: A-7). Tampoco tiene sentido decir que alguien actúa "bajo"
un supuesto, un marco legal o unas circunstancias; en todo caso, se actúa de acuerdo con algún
supuesto, respetando un marco legal o en ciertas circunstancias. En casos como éste, además, se
empobrece el idioma al reducir la variedad de palabras que pueden utilizarse. Ejemplo de ello
es el uso de la expresión "a través de", cuando no se está atravesando algo, sino como sustituta
de otras más precisas en distintas circunstancias: mediante, por medio de, gracias a, a partir de,
con la ayuda de.
El uso correcto de los signos de puntuación es fundamental para redactar cualquier texto.
Pero no es sencillo. Requiere entrenamiento y en algunos casos, como el de la coma, es todo un
arte (Alamar, 2003). Un buen uso de las comas permite lograr la entonación adecuada y la
claridad requerida. La coma indica una pausa breve, pero hay casos en los que la escritura la
exige sin que se refleje en la entonación. Por ejemplo, las frases "Sí, señor" y "Así, pues" se
pronuncian sin pausas. El uso excesivo (o la falta) de comas puede hacer incomprensible un
texto. Su colocación o supresión puede alterar el sentido de una frase. Por ejemplo: "No sé
bailar, bien lo sabes" tiene un sentido diferente de "No sé bailar bien, lo sabes". Hay comas
obligatorias, como las que se utilizan para separar los elementos de una enumeración, salvo el
último elemento si va precedido por una conjunción (y, e, o, u): "La crisis actual se caracteriza
por desempleo, inflación e informalidad". También se separan con comas dos complementos:
"El cambio ocurrirá después de las elecciones, cuando salga el presidente". También es
recomendable el empleo de la coma cuando une oraciones de cierta extensión y distinto sujeto;
especialmente, cuando el contenido es también diferente: "El gerente estuvo enfermo toda la
semana, y su asistente no apareció por la oficina". También se coloca coma delante de una
conjunción para evitar ambigüedades:
• Siempre estudia por las mañanas, y por las tardes nunca trabaja.
• Siempre estudia por las mañanas y por las tardes, nunca trabaja.
Las frases que interrumpen momentáneamente la idea principal, para ampliar lo dicho o
mencionar a su autor, se escriben entre comas: "La razón, dijo un filósofo, la posee quien la ha
perdido". Nótese el efecto de las comas en el sentido de la frase en el ejemplo siguiente:
Usualmente se coloca una coma delante de las frases introducidas por expresiones adversativas
(pero, mas, aunque, sino, sin embargo, a pesar de): "El avión despegó, a pesar del mal tiempo".
También va coma delante de las frases introducidas por así que, de manera que, puesto que,
debido a que, por lo tanto, aunque: "Las clases comenzaron más tarde de lo previsto, debido a
que no habían terminado las reparaciones".
Debe prestarse mucha atención a los usos incorrectos de las comas. Por ejemplo, evite
separar el sujeto y el predicado con una coma: "Un desgraciado incidente, ocasionó la renuncia
25
de la junta directiva". Se exceptúan los casos en los que se intercala una frase entre sujeto y
predicado o cuando el sujeto es demasiado largo:
Otros usos incorrectos, pero comunes, son los siguientes: (1) separar con coma una oración
subordinada ("Nos prometieron, que vendrían ese domingo"); (2) poner coma entre las dos
partes de un predicado compuesto ("Los resultados obtenidos, y las pruebas realizadas en el
laboratorio contradijeron la hipótesis"); (3) usar coma antes de paréntesis o rayas: ("Cuando
llegó del bufete, —a las cinco de la tarde— lo contó todo").
Algunos errores de acentuación ocurren con tanta frecuencia que vale la pena alertar sobre
ellos. Un error frecuente ocurre con la palabra "aun": lleva acento cuando tiene el sentido de
todavía ("aún no ha llegado") y no se acentúa cuando puede sustituirse por incluso, hasta,
siquiera. La palabra "mas" no lleva acento cuando significa "pero", en todos los demás casos
lleva acento. Las palabras formadas a partir de verbos que terminan en "uir" (concluir, incluir)
no llevan acento en la i: "El constructor ha concluido la obra". Distinto ocurre cuando se unen
las vocales "ui" en palabras de más de dos sílabas: "concluí el trabajo ayer". No llevan acento las
palabras de una sílaba (di, fue, ti, fui, vio, dio, fe): "Fui al banco". Nunca se acentúa la
conjunción "o". Antiguamente se acentuaba cuando aparecía entre dos números, para evitar su
confusión con el número "0", pero los procesadores de palabras han reducido esa posibilidad al
mínimo.
Errores frecuentes
Aparte de estos problemas generales hay una larga serie de errores que parecen formar parte
del lenguaje común. Pero no por ello dejan de ser errores. Por ejemplo, muchas personas
tienden a escribir "en función a", "de acuerdo a", "diferente a" y "mayor (o menor) a"; pero las
expresiones correctas son "en función de", "de acuerdo con", "diferente de" y "mayor (o menor)
que" o "superior (o inferior) a". Igualmente, no es correcto decir "en base a" sino "con base en" o
"a partir de".
Suele escucharse un uso incorrecto de la expresión "en función de" con un sentido de
finalidad. Se dice, por ejemplo, "se tomó la decisión en función de mejorar la eficiencia"; lo
correcto sería "se tomó la decisión con el propósito (o, simplemente, para) mejorar la eficiencia".
La expresión "a nivel de" está mal empleada cuando no se refiere a un nivel que esté por encima
o debajo de otro, sino a "ámbitos" o "contextos" diferentes. Sólo son admisibles los "niveles"
cuando se refieren a alturas (a nivel del mar) o jerarquías (generales, coroneles o soldados).
Se ha popularizado el uso de "donde" con un sentido temporal, en lugar de su sentido
espacial: el año o la época "donde", en lugar de cuando. Asimismo, se ha establecido un uso no
siempre necesario de "con" después de cumplir: es suficiente cumplir las leyes o un requisito. En
cambio, sí hace falta cuando se dice: "fui al cementerio para cumplir con mi amiga".
El uso de las preposiciones (ni hablar de las concordancias de número y género entre sujeto
y verbo) constituye una fuente inagotable de errores. Tan grave y tan amplio es este tema que
26
escapa a las dimensiones de este manual. Sólo queda recomendar la mayor atención a las frases
y oraciones, para identificar incoherencias e incongruencias de sentido.
La defensora del lector del diario El Nacional, Alba Sánchez (2002a y 2002b), ha recopilado
una serie errores que aparecen una y otra vez en el periódico, a pesar de los esfuerzos de los
encargados de perseguirlos: los llamados "caza gazapos". Las listas siguientes recogen algunos
de estos errores; entre paréntesis se incluyen sentidos o expresiones correctas.
Ejemplos de abuso de las expresiones "a nivel de" y "niveles" son los siguientes:
27
• ... el número de quienes accedieron a que sus familiares fallecidos regalaran tejidos a otros que
los necesitaban duplicó las cifras de 1999, de 144 pasó a 164.
• Sin embargo, no todos esos órganos lograron transplantarse.
• Un funcionario de la nueva Policía Metropolitana del estado Vargas fue ultimado el pasado lunes
en el edificio donde reside.
• Muchas de las empresas nacionales se dieron cuenta...
• ... cada docente asumió el llamado de acuerdo a su criterio, resolviendo dar clases ante la
asistencia masiva.
• ... según los datos que maneja la asociación de supermercados, éstos manejan...
• ... los primeros afectados por la situación cambiaria serán los productores importados.
La indispensable revisión
Pocos autores son tan talentosos que puedan expresarse clara y correctamente en el primer
borrador. La mayor parte de los trabajos escritos, y con mayor razón los TDG, requiere no una
sino varias revisiones, para asegurar la claridad del texto y el uso correcto del idioma. Las
siguientes recomendaciones, basadas en el "Laboratorio de escritura en línea" (Purdue
University, 2002), tienen como finalidad clarificar el sentido de la revisión y ayudar a los
estudiantes a llevarla a cabo de manera efectiva.
Un texto mal escrito y sin foco implica una pérdida de tiempo para todos. La costumbre de
enviar la primera versión al tutor o los jurados es muy peligrosa. No sólo exige mayor inversión
de tiempo y esfuerzo al lector, y se corre el riesgo de que malinterprete o confunda las cosas,
sino que, además, el estudiante se arriesga a adquirir una reputación de precipitado,
descuidado o irresponsable.
Una revisión efectiva requiere del autor un cambio de perspectiva: distanciarse de su
escritura y asumir el papel de un lector exigente. De lo contrario, tiende a ver en el texto lo que
28
piensa, no lo que está realmente allí. Algunas preguntas pueden ayudar a lograr tal
distanciamiento.
Hay prioridades al decidir por dónde empezar: qué revisar y corregir. Los primeros aspectos
que deben revisarse son aquellos de los cuales depende, en mayor medida, la claridad del
mensaje. Luego, para el borrador final, se revisan los aspectos de ortografía, gramática y
presentación; aunque se recomienda tratar de observar las reglas y convenciones desde el
comienzo, para evitar descuidos u olvidos.
Los elementos que exigen atención prioritaria son el propósito, la organización y el
desarrollo del trabajo.
• Propósito: ¿cuál es el objetivo del trabajo? ¿Será evidente para el lector? ¿Se puede resumir el
objetivo en una oración? ¿Aparece el argumento central al comienzo del trabajo? ¿Queda claro al
final si se logró el objetivo?
• Organización: ¿está organizado el texto de una manera lógica y sencilla? ¿Se relaciona cada
párrafo con una idea principal? ¿Se puede identificar rápidamente la información más
importante? ¿Aparece junta la información sobre un mismo tema? ¿Han leído otros el trabajo?
¿Lo han entendido?
• Desarrollo: ¿es efectivo y lógico el orden de presentación de los puntos? ¿Hay suficiente
información y ejemplos para apoyar el punto principal? ¿Lucen algunos párrafos más cortos y
escasos de información que otros? ¿Es necesaria toda la información incluida?
Los elementos de segundo orden, no por ello menos importantes, incluyen aspectos tales como
formato y presentación, sintaxis, puntuación, léxico y ortografía.
29
No hay mejor ejercicio para revisar un texto, sobre todo si es propio, que leerlo en voz alta.
Quizá parezca innecesario recomendar el uso del comando de corrección de ortografía y
gramática del procesador de palabras. Pero es tan frecuente encontrar textos con tal abundancia
y recurrencia de errores que es difícil exagerar la necesidad de recomendarlo. Estudiantes, ¡por
favor, apliquen la revisión de ortografía y gramática antes de imprimir sus trabajo! No resuelve
todos los problemas y, con frecuencia, contiene errores, pero ayuda.
Falacias derivadas de suponer que el todo no es más que la suma de las partes
• División: ya que el todo tiene cierta propiedad, las partes tienen esa misma propiedad.
o Las bombas convencionales hicieron más daño durante la Segunda Guerra Mundial que las
bombas atómicas. Por lo tanto, las bombas convencionales son más peligrosas que las bombas
atómicas.
o Dado que el cerebro es capaz de experimentar conciencia, cada neurona del cerebro tiene que ser
capaz de experimentar conciencia.
• Composición: ya que las partes tienen cierta propiedad, el todo tiene esa misma propiedad.
o Todos los objetos de la Tierra caen hacia abajo. Por lo tanto, la Tierra cae hacia abajo.
o Cada número natural es finito. Por lo tanto, el conjunto de todos los números naturales es finito.
30
o Los expertos están de acuerdo en que la mejor forma de evitar la guerra nuclear es prepararse
para ella.
o Se dice que el ministro de Educación decretará una nueva fiesta en octubre.
• Forma sobre contenido: la manera de presentar el argumento se toma como apoyo de la
conclusión.
o Nixon perdió el debate presidencial debido al sudor en su frente.
o Chávez sabe movilizar a las masas, así que debe tener razón.
o ¿Por qué no tomas en cuenta los consejos de ese joven tan bien vestido?
Falacias inductivas
El razonamiento inductivo consiste en inferir las propiedades de una población, a partir de las
propiedades de una muestra. Ninguna inferencia es perfecta: aun cuando las premisas sean
ciertas, la conclusión podría ser falsa.
31
o Las manzanas de la parte de arriba de la caja parecen buenas. Por lo tanto todas las manzanas
deben ser buenas.
• Falsa analogía: en una analogía se demuestra que dos objetos A y B son similares. Luego se
argumenta que si A tiene la propiedad P, B también debería tenerla. Una analogía falla
cuando los objetos A y B son diferentes en algo que impide que ambos tengan la propiedad
P.
o Los empleados son como clavos. Hay que golpearlos en la cabeza para que trabajen.
o El gobierno es como un negocio y debe tener en cuenta las ganancias.
• Inducción negada: una conclusión obtenida apropiadamente se niega a pesar de la
información disponible.
o Hugo ha tenido doce accidentes en los últimos tres meses, pero insiste en que se trata de una
coincidencia y que no fueron culpa suya.
o Las encuestas muestran que el partido X obtendrá menos de diez diputados. Sin embargo, su
líder insiste en que el partido está mucho mejor de lo que muestran las encuestas.
• Exclusión: se excluye información que arrojaría dudas sobre un argumento.
o Juan nació en Cumaná y los cumaneses son, por lo general, adecos. Por lo tanto, lo más probable
es que Juan vote por AD (se omite el dato de que Juan ha vivido siempre en Caracas).
o Los "azules" ganaran el próximo juego, pues han ganado nueve de los diez últimos (no se dice
que ocho de las victorias fueron obtenidas contra equipos débiles).
Falacias estadísticas
Una generalización estadística no siempre es cierta. A menudo se usan las expresiones "la
mayoría" o "generalmente", sin garantía de certeza.
Falacias de causalidad
• Correlación coincidental: suponer que, como un acontecimiento ocurre después de otro, éste
fue la causa de aquél.
o La inmigración de Colombia hacia Venezuela aumentó. Poco después el gasto en ayuda social
también aumentó. Por lo tanto, el aumento en la inmigración causó el aumento en la ayuda social.
o Tomé una pastilla y dos días después mi resfriado desapareció.
• Efecto conjunto: se sostiene que un hecho es causa de otro, cuando en realidad ambos son el
resultado de una causa común menos evidente.
o Estamos experimentando una alta tasa de desempleo, debido a la baja demanda de consumo.
o Tienes fiebre y eso hace que te salgan pepas.
32
• Causa verdadera pero insignificante: un objeto es realmente causa de un fenómeno, pero su
efecto es insignificante cuando se compara con otras causas. No hay falacia si las demás
causas son también insignificantes. Por ejemplo, no es una falacia decir que usted ayudó a
derrotar al gobierno actual, ya que su voto tiene tanto peso como cualquier otro y es parte
de la causa.
o El humo del tabaco causa contaminación del aire en Caracas.
o Dejar el horno encendido toda la noche contribuye al calentamiento global.
• Dirección equivocada: se invierte la relación causa-efecto.
o El cáncer produce adicción al tabaco.
o La educación sexual ha incrementado la incidencia de SIDA.
• Causa compleja: el efecto es causado por numerosos objetos o eventos, de los cuales la causa
identificada es una parte.
o El accidente fue provocado por la mala ubicación del árbol.
o La explosión del Challenger fue ocasionada por el frío.
Falacias de ambigüedad
El uso de una palabra o frase ambigua puede ocurrir de dos maneras: la palabra o frase tiene
más de un significado o no tiene un significado claro.
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• Ambigüedad: una frase admite dos o más significados diferentes.
o El poder en la organización se deriva de la posición que asume la persona.
o El fiscal puso boletas a varios carros en estado de embriaguez.
• Acentuación: se usa énfasis para sugerir un significado diferente del contenido real de la
proposición.
o Sería ilegal si ofreciéramos... ¡CERVEZA GRATIS!
o El primer oficial, para vengarse del capitán, escribió en su bitácora: "El Capitán hoy está sobrio".
Explicaciones inválidas
Una explicación intenta responder la pregunta "¿por qué?". Una buena explicación se debe
basar en una teoría científica.
• Apoyo forzado: la explicación intenta probar cómo sucede un fenómeno; pero el fenómeno
no sucede o no existe evidencia de que suceda.
o La razón de que muchos solteros sean tímidos es que sus madres fueron dominantes.
o La mayoría de la gente se opone a la huelga porque teme perder su trabajo.
• Ausencia de apoyo: la explicación intenta describir cómo sucede un fenómeno. En este caso
hay evidencia de que el fenómeno ocurrió, pero la evidencia es exagerada o sesgada.
o La reingeniería ha fracasado porque la gente se resiste al cambio.
o Chávez llegó al poder con los votos de la mayoría de los venezolanos, porque estaban hartos de
la corrupción.
• Imposibilidad de comprobación: la hipótesis ofrecida para explicar por qué sucede cierto
fenómeno no se puede comprobar experimentalmente. Una hipótesis no puede comprobarse
cuando no hace predicciones o predice eventos que ocurrirían aunque no sea cierta.
o Gané la lotería gracias a mi aura psíquica.
o La razón por la que todo existe es que Dios lo creó.
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• Profundidad limitada: la hipótesis explica el fenómeno recurriendo a causas ocultas o
simplemente aduce su pertenencia a cierta categoría.
o A mi gato le gusta el atún porque es un gato.
o Bush es militarista porque es estadounidense.
o Eso lo dices porque eres de la oposición
Definiciones defectuosas
El propósito de una definición es establecer el significado exacto de una palabra. Una buena
definición permite entender la palabra o concepto sin ayuda externa.
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Anexo 1: Requisitos para ser tutor externo de un trabajo de grado
Para considerarse la designación de un tutor externo de un TDG, en cualquiera de los
programas que se dictan en el IESA, éste debe cumplir los siguientes requisitos:
A solicitud del tutor, o a juicio del Comité de TDG, se podrá nombrar un cotutor perteneciente
al IESA. Una vez aprobado, el tutor externo debe ajustarse a las normas y procedimientos que
rigen la elaboración de trabajos de grado en el IESA.
Formato
• Extensión: máximo una página
• Tipo de letra: Times New Roman, letra tamaño 11
• Espacio entre líneas: sencillo (un espacio)
• Margen de página: 2,5 cm. (por los cuatro lados)
• Títulos y secciones: las indicadas en plantilla anexa.
Objetivo
Descripción breve (en cuatro o cinco líneas) del objetivo central de la propuesta.
• Sean precisos. Debe quedar claro (cual receta de cocina) todo el procedimiento que van a usar en
el estudio.
• Si van a utilizar grupos focales, indiquen cuántos y a qué tipos de personas.
• Si van a aplicar una encuesta, indiquen el tamaño de la muestra, de dónde la sacarán y el tipo de
instrumento que utilizarán.
• Si van a usar una base de datos, indiquen cuál exactamente y cómo la piensan procesar.
• Si van a hacer un trabajo de campo, indiquen en qué consiste, dónde lo van a hacer, con qué tipo
de personas piensan hablar y cómo van a procesar y sistematizar la información recolectada.
• Sin van a hacer investigación documental, indiquen cuáles archivos revisarán y qué
procedimiento van a utilizar para analizar sus contenidos, extraer información y sistematizarla.
Otro requisito
La propuesta debe ser firmada por el tutor o acompañada de un correo electrónico enviado por
el tutor a la Gerencia de Posgrados para su aprobación.
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Anexo 3: La propuesta de trabajo de grado
Conclusiones que pueden preverse: "[Escriba las conclusiones que pueden preverse]"
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Referencias
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www.elcastellano.org/ns/edicion/ultima/usodelacoma.html). Consulta: 5 de abril de 2003.
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• Latour, B. (1987): Science in action. Milton Keynes: Open University Press.
• Lesikar, R.V. (1984): How to write a report your boss will read and remember. Homewood: Dow
Jones-Irwin.
• Metz, M.L. (1991): Redacción y estilo: una guía para evitar los errores más frecuentes. México:
Trillas.
• Przeworski, A. y F. Salomon (1995): "The art of writing proposals: some candid suggestions
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Council: www.psu.ac.th/PresidentOffice/EduService/research/umass/artprop.htm. Consulta:
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University of Chicago Press.
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Edif. IESA, Av. IESA, San Bernardino. Caracas, Venezuela. www. iesa.edu.ve
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