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2016
INDICE
INTRODUCCION........................................................................................... PAG 3
CONCLUSION............................................................................................... PAG 16
ANEXO.......................................................................................................... PAG 17
BIBLIOGRAFIA.............................................................................................. PAG 18
INTRODUCCION
EVALUACION
Segun Popham (1990) “El evaluador está obligado a valorar un fenómeno educativo
para poder tomar decisiones...” (Popham, 1990) De esta manera, pretendemos
remarcar la necesidad de evaluar a nuestros alumnos, haciendo hincapié en que no
se puede negar el carácter evaluativo propio del ser humano a la hora de tomar
decisiones, y que este es un aspecto fundamental si se pretende concebir la
evaluación como una guía para el desarrollo y la mejora de ciertos aspectos en el
aprendiz. El docente entonces, debe pensar la evaluación como una herramienta o
mecanismo que le proporcione una visión clara de cómo sus estudiantes transitan el
proceso de enseñanza-aprendizaje. A partir de ello, es fundamental que el mismo
guie al grupo a partir de esta toma de decisiones, las cuales marcaran hacia dónde y
de qué manera continúa el proceso. En función de lo anterior, es que consideramos
realizar el intento de pensar la mejor estrategia posible para evaluar, en nuestro
caso, la producción musical grupal.
Tipos de evaluación y agentes evaluadores
Al ser el docente el agente evaluador, deberá tener una actitud activa en cuanto al
seguimiento de cada grupo de aprendizaje en cada producción dada. El será quien
genere las propuestas y, por sobre todas las cosas, quien enseñe lo que luego se va
a evaluar. No debemos olvidar que el ejecutar música con otro incluye diversos tipos
de conocimientos (declarativos, procedimentales y decisionales) y es el profesor, con
su guía continua quien debe ayudar a los alumnos a que construyan estos saberes.
El docente estará en contacto permanente con sus grupos de producción (o con todo
el salón de ser una producción que involucre a todos en el mismo grupo) y hará
ajustes, indicaciones, preguntas, proporcionará material, etc., para que los mismos
puedan en cada clase avanzar en su objetivo: tocar con otro. Esta, como es sabido,
no es una habilidad innata, es una habilidad que se aprende, y que, la única forma
de aprenderla es mediante el hacer. Ningún estudiante aprenderá a concertar con su
compañero si nunca lo hace. No es un conocimiento que se pueda adquirir leyendo
un libro de texto que lo explique. El docente será quien se encargue de que esto sea
posible, evaluando continuamente el crecimiento de sus alumnos, tanto en aspectos
estrictamente musicales, como de grupo.
Como explican Martin, Ferrero y Meclazcke (2014), cuando nos referimos a un grupo
de producción musical, hacemos referencia a un conjunto de aprendices que
mediante su participación pretenden lograr determinados aprendizajes individuales.
Para que un grupo se conforme como tal, se deben dar tres condiciones. Por un
lado, deben compartir el espacio y el tiempo, por otro, tener un objetivo común y, por
último, que todos los miembros se conozcan y se relacionen. Es entonces que el
colectivo se conformará como una unidad que a través de esfuerzos cooperativos
intentará alcanzar su objetivo.
Estos conjuntos de individuos, por otro lado, no siempre tendrán la misma cantidad
de integrantes, ni perseguirán el mismo objetivo. Esto dependerá de la consigna
propuesta por el docente. Ciertas actividades pueden realizarse con todo el salón de
clase, mientras que para otras se conformarán grupos de pocos integrantes. Estos,
también, podrán trabajar sobre arreglos ya escritos, sobre creaciones personales,
así como también, con diferente tipo de música y de materiales (instrumentos
convencionales, cotidiáfonos, objetos sonoros, percusión corporal, juegos de
manos).
Así es como el docente tomará, para las autoras, el grupo como eje para evaluar
considerando diversos aspectos (detallados en la grilla) y realizando un proceso
continuo de retroalimentación (feedback), es decir, un aporte continuo de
información sobre las propias acciones para corregirlas o perfeccionarlas entre
profesor y alumno. Esta herramienta resulta fundamental en la evaluación del
proceso, donde el docente, clase a clase se comunica con cada agrupación de
aprendizaje o con cada alumno individualmente para tener un diálogo sobre sus
acciones, que le permitan seguir creciendo. Es por medio de la grilla de evaluación
que el profesor podrá considerar cuales son los aspectos centrales a remarcar en
cada grupo y en cada momento.
Por otro lado, lo que cada individuo construya de cada producción es individual y
depende de la motivación que el mismo tenga. Es sabido que el alumno únicamente
aprende si decide hacerlo, y para que esto ocurra debe sentir, de alguna forma, que
lo que hace tiene sentido para él. El profesor mediante la grilla podrá también
averiguar qué aspectos debe reforzar en cada uno para que todos se sientan
motivados y todos ‘tengan ganas y estén dispuestos’ a participar en el grupo.
Resultaría desalentador para un compañero que tiene muchas ideas para tocar o
cantar que ningún par comparta el interés. Es el docente quien debe encargarse
mediante sus estrategias didácticas de que cada individuo aprenda conocimientos
que le resulten significativos. Esto es, que no sea simplemente adquirir datos o tocar
sin reflexionar, sino poder cantar, tocar, escuchar, relacionando de manera no trivial
con conocimientos anteriores.
BLOQUE II
LA PMG
GRILLA DE EVALUACIÓN
Por otro lado, los alumnos deben ser conscientes de los aspectos que están
aprendiendo y por ende de las expectativas de logro y de los objetivos de cada
producción que están siendo evaluados por su docente. De tal manera, se
sobreentiende que se evaluará el proceso de adquisición de las habilidades por lo
que si en cierto momento alguna de las ‘habilidades’ aún no están aprendidas es
parte del proceso general.
Indicadores de la grilla
- Participación de integrantes:
Sera necesario determinar el motivo por el cual nadie participa, en caso que así
suceda, para que el docente pueda reformular propuestas que no son atractivas o
advertir si existe algún motivo determinado. Así mismo, si el indicador marca que no
todos participan, y por ejemplo se está realizando una producción con grupos
pequeños de alumnos, focalizar la atención en quienes no participen y buscar
rotación en los integrantes de grupos para futuros trabajos. Por último, si todos
participan dentro de un grupo en una producción clase a clase, no puede dejar de
prestarse atención a lo mismo, para poder proponer nuevas actividades con las
mismas formaciones grupales, o poder incluir alumnos que no participen en un grupo
donde todos lo hacen y observar su desenvolvimiento.
- Entonación:
- Ritmo y tiempo:
- Planos Sonoros:
Este ítem propone la observación de uno de los elementos más presentes durante
una práctica musical, el error. Los errores se suceden constantemente, y es tarea del
docente, no solo corregirlos satisfactoriamente, generando así que en un momento
dado esa corrección sea incorporada por el alumno para no volver a fallar en lo
mismo de la misma manera, si no transmitirle al grupo la importancia del error dentro
de cualquier proceso de aprendizaje.
Si bien, fuera del ambiente académico, podemos basar nuestro contacto con la
música desde el disfrute de cada uno de los pequeños pasos que implica un proceso
que no tiene una finalidad última, el entorno escolar nos obliga a que producto y
proceso se entrelacen continuamente. Es entonces que desde nuestra mirada,
concluimos que para valorizar un producto que identifica a un determinado grupo, es
indispensable haber entrado en contacto con la gestación y el crecimiento del
mismo.
ANEXO
BIBLIOGRAFIA
Bibliografia citada:
Ferrero, María Inés y Martin, Monica, Las Producciones Musicales Grupales – Como
podemos garantizar la evaluación de resultados, Buenos Aires, 2011.
Bibliografia consultada: