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Por otro lado, es necesario que los estudiantes atiendan a la organización del
lenguaje musical para valerse así de elementos y herramientas para poder hacer,
con éste, música. Lo mismo, involucrará conocimientos tanto declarativos y
procedimentales como decisionales: los primeros, saber que es una estrofa,
saber que para tocar un bombo se necesita una baqueta, y etc., los segundos
ligados al poder hacer (desde tocar un instrumento o cantar, hasta poder
escuchar al otro) y los últimos a la capacidad de poder elegir.
El rol del docente será guiar a los alumnos para que ellos adquieran tanto
habilidades técnicas (individuales y grupales) como estrategias para poder llevar
a cabo una ejecución conjunta. La evaluación atravesará este proceso
constantemente: el docente continuamente hará a los alumnos hacerse
preguntas acerca de lo que están haciendo, de las decisiones que están
tomando, de los posibles errores a prevenir, y demás, y de esta forma se llegará
a un producto, como un momento más dentro de la producción, momento en el
que se puede decidir pasar a otra producción u otra actividad, sabiendo que hay
muchos aprendizajes construidos y muchos por construir.
El alumno en las PMG
En toda asignatura que involucre las PMG, el alumno cumple un rol fundamental,
que dista mucho de la concepción de “sujeto receptor”, para pasar a ser un sujeto
totalmente activo en la construcción de saberes. Es por eso que, que el alumno
se sienta motivado y dispuesto a aprender y a participar resulta imprescindible.
Como explica Gabriel Rusinek en su texto “Aprendizaje musical significativo”, el
desarrollo de habilidades musicales capacita a los adolescentes para mantener
durante sus vidas una relación activa con la música, por lo que, es necesario que
los mismos se sientan motivados, para ser capaces de atribuir significados a lo
que aprenden. Es necesario para que exista un aprendizaje que ellos puedan
establecer una relación no trivial entre conocimiento y experiencia musical, y
para esto deben hacer un esfuerzo, los alumnos deben decidir aprender.
La evaluación, para García Ramos (1989), puede ser vista como un proceso
sistemático que permite identificar, recoger y/o tratar datos sobre un hecho
educativo. Esta actividad permitirá a quien la realice, valorar aquello que se
evalúa para, en una segunda instancia, tomar decisiones asertivas sobre la
información obtenida.
En éste escrito, se plantea la evaluación del producto de una forma más amplia.
La música es un arte temporal, por lo cual se considera que el momento en el
que se lleva a cabo una ejecución es un momento sumamente valioso de
aprendizaje. La música difiere de las artes visuales en éste sentido: el artista que
pinta un lienzo, lo modifica hasta que el mismo o agentes externos, decide/n que
está terminado y lo expone, y de ese modo, en la exposición, según la
concepción de Umberto Eco, el espectador completa y da sentido a la obra. En
las producciones musicales esto no ocurre de la misma manera: los músicos
ensayan durante el tiempo que consideren necesario y luego, en el momento de
la presentación en vivo o de cualquier ejecución completa de la obra, nada
garantiza que todas las cosas previstas en el ensayo se den de la forma
deseada. Es sabido que, como exponen Ferrero, Martín y Meclazcke en
“Evaluación Procesual de las producciones Musicales grupales e individuales”,
cuanto mejor es el proceso, mejor va a ser el producto, y si el producto es bueno,
es probable que el proceso haya sido de mucho trabajo y mucho aprendizaje.
El registro fílmico
Por otro lado, Ferrero (2001) expone ventajas de la grabación audiovisual. Entre
ellas: que la grabación ayuda como memoria y favorece el recuerdo de lo visto
y lo escuchado en vivo y que permite captar sutilezas como por ejemplo la
disposición espacial del grupo, la actitud frente al posible público, la soltura
instrumental, entre otras.
Diario de clase
Cuestionario de evaluación
Con esta primer pregunta, los estudiantes saben de la importancia de poder tocar
de principio a fin la música a ejecutar en una presentación en vivo. El momento
de frenar para corregir cosas, es el ensayo. En el momento en vivo, la música
sigue, un error aleatorio y del momento, debe igual permitir seguir ejecutando la
obra.
Por otra parte, el pensar al docente como un intermediario entre las producciones
musicales y la reflexión que de ellas se obtenga, permite pensar en un docente
que no se considere como “el portador de todo conocimiento”, sino como “el que
me va a dar los soportes para que pueda construir mis saberes, con mis saberes
anteriores, para luego poder relacionarlos con saberes siguientes”.
Cuestionario de evaluación
Bibliografía
Ferrero, María Inés, “Tipos de conocimiento”, Trabajo de elaboración para
circulación interna, Conservatorio de Música Julián Aguirre de Lomas de
Zamora, 2005.
Ferrero, María Inés y Martín Mónica, “La importancia del feedback constructivo
en la evaluación de las ejecuciones musicales grupales”, Conservatorio de
Música Julian Aguirre de Lomas de Zamora. Saccom, Actas de la IX Reunión.
Perez Guarnieri Augusto, “Piden cumbia, les dan Bach… Piden tocar, los hacen
leer…”. Ponencia propuesta para las mesas e intercambio, Congreso Nacional
Fladem, San Rafael, 2010.