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Las quejas y la indecisión – 55 excusas

famosas
1. Si no tuviera una esposa y una familia…

2. Si tuviera suficiente ‘empuje’…

3. Si tuviera dinero…

4. Si tuviera una buena educación…

5. Si pudiera conseguir un trabajo…

6. Si gozara de buena salud…

7. Si dispusiera de tiempo…

8. Si los tiempos fueran mejores…

9. Si otras personas me comprendieran…

10. Si otras personas me comprendieran…

11. Si las condiciones que me rodean fueran diferentes…

12. Si pudiera volver a vivir mi vida…

13. Si no tuviera miedo de lo que ‘ellos’ dicen…

14. Si me hubieran dado una oportunidad…

15. Si ahora tuviera una oportunidad…

16. Si otras personas no lo hubieran conseguido por mí…

17. Si no sucediera nada que me detuviera…

18. Si fuera más joven…

19. Si pudiera hacer lo que quisiera…

20. Si hubiera nacido rico…

21. Si pudiera conocer a la ‘gente adecuada’…


22. Si tuviera el talento que algunas personas tienen…

23. Si me atreviera a imponerme…

24. Si sólo hubiera aprovechado las oportunidades del pasado…

25. Si la gente no me pusiera nervioso…

26. Si no tuviera que mantener la casa y cuidar de los hijos…

27. Si pudiera ahorrar algún dinero…

28. Si el jefe me apreciara…

29. Si contara con alguien que me ayudara…

30. Si mi familia me comprendiera…

31. Si viviera en una gran ciudad…

32. Si sólo pudiera empezar…

33. Si fuera libre…

34. Si tuviera la personalidad de algunos individuos…

35. Si no fuera tan gordo…

36. Si mi talento fuera conocido…

37. Si pudiera abrirme ‘paso’…

38. Si pudiera librarme de deudas…

39. Si no hubiera fracasado…

40. Si supiera cómo…

41. Si nadie se me opusiera…

42. Si no tuviera tantas preocupaciones…

43. Si pudiera casarme con la persona adecuada…

44. Si la gente no fuera tan insensible…


45. Si mi familia no fuera tan extravagante…

46. Si estuviera seguro de mí mismo…

47. Si no tuviera la suerte en contra…

48. Si hubiera nacido bajo otro signo…

49. Si no fuera cierto que ‘lo que tiene que ser, será…’

50. Si no tuviera que trabajar tanto…

51. Si no hubiera perdido mi dinero…

52. Si viviera en un barrio diferente…

53. Si no tuviera un pasado…

54. Si tuviera una empresa propia…

55. Si los demás me escucharan…

Las personas que no alcanzan el éxito tienen un rasgo característico común. CONOCEN
TODAS LAS RAZONES QUE EXPLICAN EL FRACASO, y disponen de lo que
consideran que son toda clase de justificaciones para explicar su propia falta de logros.

Algunas de esas justificaciones son inteligentes, y unas pocas de ellas se hallan incluso
confirmadas por los hechos. Pero no se pueden utilizar excusas para no tener dinero. El
mundo que nos rodea sólo quiere saber una cosa: ¿ha alcanzado usted el éxito?

Un analista del carácter compiló una lista de las excusas que suelen utilizarse con mayor
frecuencia. A medida que lea la lista, examínese a sí mismo con cuidado, y determine
cuántas de estas excusas ha hecho suyas, si es que hay alguna.

SI… y éste es el mayor de todos ellos, SI yo tuviera el valor de verme tal y como soy en
realidad, DESCUBRIRÍA QUÉ ES LO QUE PASA CONMIGO, Y LO CORREGIRÍA.
Entonces tendría la oportunidad de aprovechar mis propios errores y aprender algo de la
experiencia de los demás, pues sé que me ocurre algo que no está del todo bien porque
estaría donde debería estar si me hubiese pasado más tiempo analizando mis debilidades, y
menos buscando excusas que las justificaran.

Encontrar excusas con las que explicar el fracaso es un pasatiempo nacional. El hábito es
tan viejo como el ser humano, ¡Y FATAL PARA EL ÉXITO! ¿Por qué la gente se aferra a
sus mezquinas excusas? La respuesta es evidente. Defienden sus excusas porque ellos
mismos las crean. Toda excusa es hija de la propia imaginación. Y está en la naturaleza del
hombre defender lo que es producto del propio cerebro.
Encontrar excusas es un hábito profundamente arraigado. Los hábitos son difíciles de
romper, sobre todo cuando ofrecen una justificación para algo que hemos hecho.

Elbert Hubbard dijo: ‘Siempre ha sido un misterio para mí saber por qué la gente se
pasa tanto tiempo engañándose a sí misma, creando excusas para justificar sus
debilidades. Si ese tiempo se utilizara de un modo diferente, bastaría para curar la
debilidad, y entonces no necesitaríamos de ninguna excusa’.

Antes de terminar, quisiera recordarle que ‘la vida es un tablero de ajedrez y el


contrincante es el tiempo. Si vacilan antes de mover, o descuidan hacer el movimiento
con prontitud, el tiempo los vencerá, hombres. Juegan contra un contrincante que no
tolera la indecisión’.

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