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BIOGRAFIA DE ALEXANDER GRAHAN BELL

Alexander Graham Bell (Edimburgo, Escocia, Reino Unido, 3 de marzo de 1847-Beinn Bhreagh,
Isla del Cabo Bretón, Canadá, 2 de agosto de 1922) fue un científico, inventor y logopeda
británico, naturalizado estadounidense. Contribuyó al desarrollo de las telecomunicaciones y a
la tecnología de la aviación.

Tras una serie de trámites (que se prolongarían después durante años en forma de
reclamaciones judiciales), obtuvo en 1876 la patente del teléfono en Estados Unidos,1 a pesar
de que el aparato ya había sido desarrollado anteriormente por el italiano Antonio Meucci,
quien fue reconocido oficialmente en EEUU y de forma póstuma como inventor del teléfono
más de ciento veinte años después, el 11 de junio de 2002.234 Independientemente de ello, la
compañía que creó Bell para explotar la patente, la Bell Telephone Company, fue la
protagonista de los primeros pasos de la vertiginosa implantación del teléfono como medio de
comunicación de masas a escala internacional.

Muchos otros inventos ocuparon gran parte de la vida de Bell, entre ellos, la construcción del
hidroala y los estudios de aeronáutica.

Su padre, su abuelo y su hermano estuvieron relacionados con el trabajo en fonación y


locución (su madre y su esposa eran sordas), lo que influyó profundamente en el interés de
Bell por las investigaciones sobre la escucha y el habla, así como en sus experimentos con
aparatos para el oído.

En 1888, Alexander Graham Bell fue uno de los fundadores de la National Geographic Society y
el 7 de enero de 1898, asumió la presidencia de dicha institución.

Primeros años de vida y juventud

La familia de Alexander Graham Bell tratando de resucitar una oveja.

Alexander Bell nació en Edimburgo, Escocia, el 3 de marzo de 1847.8 El hogar familiar estaba
localizado en 16 South Charlotte Street, Edimburgo, y tiene una placa conmemorativa cerca de
la puerta, señalándola como el lugar de su nacimiento. Era hijo del profesor Alexander Melville
Bell y de Eliza Grace.9 Tuvo dos hermanos, Melville James Bell (1845-1870) y Edward Charles
Bell (1848-1867), que murieron de tuberculosis.10 Al nacer le pusieron por nombre Alexander.
Más tarde, suplicó a su padre que le pusiera un segundo nombre, como había hecho con sus
dos hermanos.11 Con motivo de su undécimo cumpleaños, su padre le permitió adoptar
"Graham" como segundo nombre, debido a la gran admiración que sentía hacia un amigo
canadiense de la familia llamado Alexander Graham.12 En privado, Alexander Graham era
conocido como "Aleck", nombre que su padre siguió utilizando cuando Alexander ya era
adulto.

Primer invento

Su mejor amigo era Ben Herdman, un vecino cuya familia operaba un molino harinero. En una
ocasión en la que los dos amigos, Ben y Aleck, hicieron una travesura, John Herdman (padre de
Ben) les regañó diciendo: «¿Por qué no hacen algo útil?». Aleck preguntó qué era necesario
hacer en el molino y le dijeron que descortezar el trigo, algo que se hacía mediante un tedioso
proceso. Entonces, a la edad de 12 años, Bell construyó un dispositivo hecho en casa que
combinó las paletas que rotaban con los sistemas de cepillos de clavos, creando una máquina
de descortezamiento simple que funcionaba y fue utilizada durante muchos años. En
agradecimiento, John Herdman les cedió un pequeño taller para que pudieran «inventar».
Primeros trabajos con el habla

Bell había heredado de su madre una naturaleza sensible y un talento particular hacia el arte,
la poesía y la música. Tocaba el piano sin haber recibido clases y era el pianista de la familia. A
pesar de su carácter reservado e introspectivo, poseía talento para la mímica y los "trucos con
la voz" relacionados con la ventriloquia, con los cuales entretenía a los invitados. Alexander
también se vio sensibilizado por la sordera gradual de su madre (que empezó a perder el
sentido del oído cuando Bell tenía tan solo 12 años). Bell y su madre desarrollaron un lenguaje
de señas con el que Bell podía transmitirle discretamente la conversación familiar. Además
desarrolló una técnica del discurso en tonos claros, modulados directamente de frente a su
madre, donde ella lo oiría con claridad razonable. Fue la preocupación de Bell por la sordera
de su madre lo que lo condujo a estudiar acústica.

Su familia estaba asociada con la enseñanza de la locución: su abuelo, Alexander Bell en


Londres, su tío en Dublín y su padre en Edimburgo, eran todos locutores. Su padre publicó una
variedad de trabajos sobre el tema, muchos de los cuales siguen siendo conocidos,
especialmente su trabajo The Standard Elocutionist (1860) y Tratado en el discurso visible, que
apareció en Edimburgo en 1868.1518 The Standard Elocutionist se publicó en 168 ediciones
británicas y se vendieron más de un cuarto de millón de ejemplares solo en los Estados Unidos.
En el libro, se explican sus métodos para enseñar a los mudos a articular palabras y a leer el
movimiento de los labios de otras personas para descifrar su significado. El padre de Alexander
les enseñó a él y a sus hermanos el lenguaje de señas (que llamó por entonces discurso
visible), además de identificar cualquier símbolo y su sonido. Alexander fue tan eficiente en
esta labor que se convirtió en parte de las demostraciones públicas de su padre, presentando
sus capacidades descifrando en latín, gaélico e incluso los símbolos del sánscrito, los mensajes
que su padre le transmitía mediante el lenguaje de señas.

Educación

Alexander Melville Bell con su esposa, Eliza Grace Symonds, y sus hijos: (de izquierda a
derecha) Melville James, Alexander Graham y Edward Charles.

Al igual que sus hermanos, Bell recibió sus primeros cursos escolares en casa de su padre.
Luego fue matriculado en la Royal High School en Edimburgo, Escocia, que dejó a la edad de 15
años. No fue un alumno destacado en la escuela, sino que, por el contrario, faltaba a clases y
obtenía calificaciones mediocres. Su interés principal estaba en las ciencias, especialmente la
biología, y mostraba indiferencia por el resto de las materias escolares, para consternación de
su exigente padre.

Después de dejar la escuela, Bell fue a Londres para vivir con su abuelo, Alexander Bell.
Durante el año que pasó con su abuelo, el amor por el aprendizaje creció en él, pasando largas
horas de estudio y manteniendo serias discusiones. Su abuelo dedicó grandes esfuerzos a que
su joven nieto aprendiera a hablar claramente y con convicción, cualidades que necesitaría
para hacerse profesor. A la edad de 16 años, Bell se aseguró un puesto como aprendiz de
profesor de locución y música en la Weston House Academy, en Elgin, Moray, Escocia. Aunque
era estudiante de latín y griego, enseñaba en un puesto permanente y 10 libras por sesión.23
El año siguiente asistió a la Universidad de Edimburgo, encontrándose con su hermano mayor
Melville que se había matriculado allí el año anterior, y donde Alexander se propuso hacer los
exámenes pero se graduó más adelante en la Universidad de Toronto.
Primeros experimentos con el sonido

Su padre estimuló el interés de sus hijos por el discurso y, en 1863, los llevó a ver un autómata
hecho por sir Charles Wheatstone basado en la anterior obra del barón Wolfgang von
Kempelen. El rudimentario "hombre mecánico" tenía la particularidad de que simulaba una
voz humana. Alexander se quedó fascinado por la máquina y consiguió una copia del libro de
von Kempelen publicado en Alemania, que tradujo a duras penas y, con esa información,
Alexander y su hermano mayor Melville construyeron su propia cabeza autómata. Su padre,
muy interesado en el proyecto, pagó los materiales. Mientras su hermano construía la
garganta y la laringe, Alexander hizo la tarea más difícil, recreando un cráneo realista. Sus
esfuerzos resultaron en una cabeza notable que podía «hablar» algunas palabras. Los
muchachos ajustaron cuidadosamente los «labios» para que pasara una corriente de aire a
presión a través de la tráquea y produjese el sonido «mama» muy reconocible. El invento
complació a los vecinos.

Intrigado por los resultados del autómata, Bell continuó experimentando con un ser vivo, el
Skye terrier de la familia, Trouve. Después de que Bell le enseñara a gruñir continuamente,
Aleck alcanzaba su boca y manipulaba los labios y las cuerdas vocales del perro para producir
un sonido crudo «Ow ah oo ga ma ma». Los visitantes creyeron que su perro podía articular
«How are you grandma?» («¿Cómo estás abuela?») y su experimento convenció a los
espectadores de que habían visto «un perro que habla». Sin embargo, estos experimentos
iniciales de Bell le llevaron a emprender su primer trabajo serio sobre la transmisión del
sonido, usando diapasones para explorar la resonancia. A la edad de 19 años, escribió un
informe de su trabajo y lo envió a Alexander Ellis, colega de su padre y Ellis respondió
inmediatamente indicando que los experimentos eran similares a trabajos existentes en
Alemania.

Consternado al enterarse de que el trabajo había sido realizado ya por Hermann von
Helmholtz, que había transportado una vocal sonora por medio de un diapasón similar, Bell se
dedicó a estudiar el libro del científico alemán, Sensation of Tone (Sensación del tono). De su
traducción de la edición alemana original, Alexander realizó una conjetura a partir de la cual
desarrollaría todo su trabajo futuro sobre la transmisión del sonido: «Sin saber mucho sobre el
tema, me parece que si una vocal de sonido puede ser producida por medios eléctricos, así
mismo podrían también serlo las consonantes, permitiendo articular el habla».

Tragedia familiar

En 1865, cuando la familia Bell se mudó a Londres, Alexander regresó a la Weston House como
un asistente y en sus horas libres, continuó con sus experimentos de sonido usando un equipo
básico de laboratorio. Allí se concentró en experimentar con electricidad para transmitir
sonido y después instaló un cable de telégrafo desde su cuarto en Somerset College hasta otro
de un amigo. Durante el otoño y el invierno, su salud empeoró, experimentando un marcado
cansancio. Su hermano menor, Edward (Ted) fue igualmente internado, diagnosticándosele
tuberculosis. Mientras Alexander se recuperaba, sirvió al año siguiente como instructor en el
Somerset College. Por el contrario la salud de su hermano siguió empeorando, y finalmente
fallecería. Tras la muerte de su hermano, Bell regresó a casa en 1867. Su hermano mayor,
Melly, se casó y se mudó, con aspiraciones a obtener un título en la Universidad de Londres,
Bell dedicó los años siguientes a preparar los exámenes de ingreso, empleando su tiempo libre
en la residencia de su familia a estudiar.
Colaborar con su padre en demostraciones de lenguaje de señas y lecturas, llevó a Bell a la
escuela privada para sordos de Susanna E. Hull, en South Kensington, Londres. Sus primeras
dos alumnas fueron «sordomudas», que tuvieron un notable progreso bajo su tutela. Mientras
tanto, su hermano mayor parece alcanzar el éxito sobre muchos frentes, incluyendo la
fundación de su propia escuela para locución, centrándose en la patente de un invento, y
empezando una familia. En mayo de 1870, Melville muere por una complicación de
tuberculosis, causando una crisis familiar. Su padre también había sufrido una enfermedad
debilitante anteriormente y había sanado tras una convalecencia en Terranova y Labrador. Los
padres de Bell adelantaron una mudanza largamente planeada cuando se dieron cuenta de
que su hijo restante también estaba enfermo. Haciendo un juicio rápido, Alexander Melville
Bell consultó a Bell para poder vender toda la propiedad familiar, concluyendo todos los
asuntos de su hermano (Bell tomó a un último alumno, curando un ceceo pronunciado) y se
unió con su madre y padre en la idea de partir para el Nuevo Mundo. Por ello, Bell, tuvo que
concluir su relación con Marie Eccleston, quien admitió que no estaba preparada para dejar
Inglaterra con él.

Canadá

En 1870, Bell, sus padres y la viuda de su hermano, Caroline (Margaret Ottaway), embarcaron
en el SS Nestorian hacia Canadá.3435 Después de arribar a Quebec, viajaron en tren hasta
Montreal y luego a París, Ontario para reunirse con el reverendo Thomas Henderson, un amigo
de la familia. Después de una corta estadía en casa del reverendo, compraron una granja de
diez acres y medio en Tutelo Heights (ahora llamado Tutela Heights), cerca de Brantford,
Ontario. La propiedad consistía en una huerta, una gran casa, un establo, un gallinero y un
estacionamiento para un carruaje, todo esto bordeando el Gran River.

Bell instaló su taller en el garaje, junto al «lugar de sus sueños», un gran espacio rodeado de
árboles en la parte posterior de la propiedad colindando con el río. A pesar de su frágil
condición, Bell encontró de su gusto el clima de Canadá, y se adaptó rápidamente. Su interés
en el estudio de la voz humana continuó al descubrir la Six Nations Reserve al otro lado del río
en Onondaga. Allí aprendió el idioma mohawk y lo tradujo al lenguaje de señas. Por esa labor,
le fue concedida la distinción de jefe honorario e incluso participó en una ceremonia, donde
llevó un vestido mohawk y bailó sus danzas tradicionales.

Después de instalar su taller, Bell continuó sus experimentos con la electricidad y el


sonido.Diseñó un piano que podía transmitir su música a distancia por medio de la
electricidad. Una vez instalados, Bell y su padre hicieron planes para establecer una práctica de
enseñanza. En 1871 acompañó a su padre a Montreal, donde a Melville le propuso un puesto
para enseñar su sistema para el discurso visible o lenguaje de señas.

Trabajo con los sordos

La Escuela Clarke para sordos ubicada en Northampton.

Posteriormente, su padre fue invitado por Sarah Fuller, rectora de la Boston School for Deaf
Mutes (escuela para sordomudos que continua hoy como The Horace Mann School for the
Deaf and Hard of Hearing), en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, para entrenar a sus
instructores en el «Sistema de Discurso Visible» o lenguaje de señas, pero rechazó la oferta
cediéndole su lugar a su hijo. Bell viajó a Boston en abril de 1871 y concluyó un exitoso plan de
formación. Posteriormente le solicitaron repetir el programa en la Escuela Americana para
Sordomudos en Hartford y en la Escuela Clarke para Sordos en Northampton.

Volviendo a casa en Brantford, después de seis meses en el extranjero, Bell continuó sus
experimentos con su «telégrafo armónico». El concepto básico detrás del dispositivo era que
los mensajes se podían enviar a través de un mismo alambre mientras cada mensaje fuera
transmitido en un distinto pulso. Inseguro de su futuro, contempló el volver a Londres para
terminar sus estudios, pero decidió regresar a Boston como profesor.

Su padre le ayudó en sus inicios contactando con Gardiner Greene Hubbard, el presidente de
la Escuela Clarke para Sordos, de quien obtuvo una recomendación. Enseñando el sistema de
su padre en octubre de 1872, Alexander abrió una escuela en Boston llamada Fisiología Vocal y
Mecánicas del Habla (Vocal Physiology and Mechanics of Speech por su nombre en inglés), que
atrajo a un gran número de pupilos sordos (a su primera clase asistieron 30 estudiantes).
Trabajando como tutor privado, una de sus estudiantes más famosas fue Helen Keller, que
cursó clases con Bell desde temprana edad, sin la capacidad de ver, hablar u oír. Keller
manifestaría tiempo después que Bell había dedicado su vida a la penetración del «inhumano
silencio que separa y estrangula».

Artículo principal: Invención del teléfono

La historia de la invención del teléfono está marcada desde sus orígenes por una sucesión de
litigios, acusaciones y sospechas sobre el proceder de Alexander Graham Bell respecto a la
licitud de su patente. Ya en su época, debió hacer frente a más de 600 demandas de sus
competidores, entre las que se pueden destacar las del inventor Elisha Gray (defendiendo la
prioridad de su patente después de que caducase) y la de Antonio Meucci (un inventor de
origen italiano, cuyas patentes habían desaparecido del registro). Bell siempre fue capaz de
hacer valer sus derechos ante los tribunales, por lo que durante más de cien años se le ha
considerado como el inventor del teléfono. Sin embargo, una resolución de la Cámara de
Representantes de los Estados Unidos del año 2002, declaró a Antonio Meucci como el
legítimo inventor del teléfono.

De lo que no cabe duda es de que fue Bell (tras perfeccionar el teléfono comprando la patente
del micrófono de carbón de Edison), quien lo convirtió en un medio de comunicación de masas
mediante la fundación de la empresa Bell Telephone Company, independientemente de que
fuera suya la idea original o no.

Trabajos iniciales

En 1874, el trabajo inicial de Bell en el «telégrafo armónico» había entrado en una etapa de
consolidación, con progresos realizados tanto en su nuevo laboratorio de Boston (un centro
alquilado) como en su casa familiar en Canadá.53 Mientras trabajaba ese verano en Brantford,
Bell experimentó con un "fonoautógrafo", una máquina similar a una pluma que podía dibujar
formas de ondas sonoras sobre un vidrio ahumado trazando sus vibraciones. Bell pensó que
podría ser posible generar corrientes eléctricas ondulantes que se correspondieran a las ondas
de sonido. También pensó que utilizando varias lengüetas de metal sintonizadas a diferentes
frecuencias (como en un arpa de boca) podría convertir las corrientes ondulantes en sonido.54
Pero no tenía un modelo de trabajo para demostrar la factibilidad de estas ideas.

En 1874, el tráfico de mensajes telegráficos se estaba expandiendo rápidamente y en las


palabras del Presidente de la Western Union William Orton, se había convertido en "el sistema
nervioso del comercio". Orton había contratado a los inventores Thomas Alva Edison y Elisha
Gray para encontrar una manera de enviar múltiples mensajes telegráficos en cada línea
telegráfica para evitar el gran costo de la construcción de nuevas líneas.55

Cuando Bell mencionó a Gardiner Hubbard y a Thomas Sanders que estaba trabajando en un
método para enviar múltiples tonos en un cable telegráfico usando un dispositivo de múltiples
lengüetas, los dos ricos promotores comenzaron a apoyar financieramente los experimentos
de Bell. Los asuntos de la Patente 56 serían manejados por el abogado de Hubbard, Anthony
Pollok.57

En marzo de 1875, Bell y Pollok visitaron al famoso científico Joseph Henry, que era entonces
director del Instituto Smithsoniano, y le pidieron su opinión sobre el aparato eléctrico de
múltiples lengüetas con el que Bell esperaba transmitir la voz humana por telégrafo. Henry
respondió que Bell tenía "el germen de una gran invención". Cuando Bell dijo que no tenía los
conocimientos necesarios, Henry respondió: "¡Consíguelos!" Esa declaración alentó en gran
medida a Bell a seguir intentándolo, a pesar de que no tenía el equipo necesario para
continuar sus experimentos, ni la capacidad de crear un modelo de trabajo de sus ideas. Sin
embargo, una reunión casual en 1874 entre Bell y Thomas A. Watson, un diseñador eléctrico
experimentado y mecánico en la tienda de máquinas eléctricas de Charles Williams, cambió la
situación por completo.

Con el apoyo financiero de Sanders y Hubbard, Bell contrató a Thomas Watson como su
asistente,58 y los dos hombres continuaron experimentando con la telegrafía armónica. El 2 de
junio de 1875, Watson arrancó accidentalmente una de las lengüetas y Bell, en el extremo
receptor del alambre, oyó los matices de la lengüeta; los armónicos que serían necesarios para
transmitir el habla, mostrándole que solo se necesitaba una lengüeta o armadura, y no varias.
Esto llevó a reconsiderar el teléfono autoexcitado, que podría transmitir indistintamente tanto
la voz como los sonidos, pero que todavía no podía transmitir palabras con la claridad
necesaria.

La carrera hacia la oficina de patentes

En 1875, Bell desarrolló un telégrafo armónico, del que solicitó la patente. Desde que había
acordado compartir los beneficios obtenidos en los Estados Unidos con sus inversores
Gardiner Hubbard y Thomas Sanders, Bell solicitó que un asociado en Ontario, el político
canadiense George Brown, intentara patentarlo en Gran Bretaña, instruyendo a sus abogados
para solicitar una patente en los Estados Unidos solo después de recibir la confirmación de la
patente en Gran Bretaña (Gran Bretaña por entonces solo emitía patentes para
descubrimientos no patentados previamente en otros lugares).59
Dibujo de la patente del teléfono de Alexander Graham Bell,60 7 de marzo de 1876

Mientras tanto, Elisha Gray también estaba experimentando con telegrafía acústica y pensaba
en una forma de transmitir el habla usando un transmisor de agua. El 14 de febrero de 1876,
Gray presentó una patente simplificada (sin un examen de los aspectos sometibles a patente, y
con una duración de un año) ante la Oficina de Patentes de EE.UU. sobre un diseño de teléfono
que utilizaba un transmisor de agua. Esa misma mañana, el abogado de Bell presentó la
solicitud de Bell a la oficina de patentes. Existe un debate considerable acerca de quién llegó
primero, y Gray posteriormente desafió la primacía de la patente de Bell. Bell estaba en Boston
el 14 de febrero y no llegó a Washington hasta el 26 de febrero.

La patente 174.465, fue emitida a favor de Bell el 7 de marzo de 1876 por la Oficina de
Patentes y Marcas de Estados Unidos. Abarcaba "el método y el aparato para transmitir los
sonidos vocales u otros sonidos telegráficamente ... causando ondulaciones eléctricas similares
en forma a las vibraciones del aire que acompaña a dicho sonido vocal u otro sonido." 61 62
Bell volvió a Boston el mismo día, y al día siguiente reanudó el trabajo, dibujando en su
cuaderno un diagrama similar al patentado por Gray.

El 10 de marzo de 1876, tres días después de que se emitiera su patente, Bell logró que su
teléfono funcionara, usando un transmisor líquido similar al diseño de Gray. La vibración del
diafragma hizo que una aguja vibrara en el agua, variando la resistencia eléctrica en el circuito.
Cuando Bell pronunció la famosa frase "Mr. Watson-ven aquí-quiero verte" en el transmisor
líquido,63 Watson, a la escucha en el extremo receptor en una habitación contigua, recibió las
palabras claramente.64

Aunque Bell fue, y todavía es, acusado de robar el teléfono de Gray, 65 utilizó el diseño del
transmisor de agua de Gray solo después de que se le concediera su propia patente, y solo
como un experimento científico conceptual,66 para saciar su curiosidad confirmando que su
"Discurso" (las palabras de Bell) podía ser transmitido eléctricamente.67 Después de marzo de
1876, Bell se centró en mejorar el teléfono electromagnético y nunca utilizó el transmisor
líquido de Gray en demostraciones públicas o para su uso comercial.68

La cuestión de la prioridad del uso de la resistencia eléctrica variable en el teléfono fue


planteada por el examinador antes de que se aprobara la solicitud de patente de Bell. Le dijo a
Bell que su reclamación sobre la característica de la resistencia variable también estaba
descrita en la solicitud de Gray. Bell señaló un dispositivo de resistencia variable en una de sus
patentes anteriores, en la que se describía un recipiente lleno de mercurio, no de agua. Había
presentado la solicitud del dispositivo con mercurio en la oficina de patentes un año antes, el
25 de febrero de 1875, mucho antes de que Elisha Gray describiera el dispositivo con agua.
Además, Gray no renovó su solicitud de patente, y debido a que no impugnó la prioridad de
Bell, el examinador aprobó la patente de Bell el 3 de marzo de 1876. Gray había reinventado el
teléfono de resistencia variable, pero Bell fue el primero en documentar la idea y el primero en
probarla con éxito en un teléfono.69

El examinador de patentes, Zenas Fisk Wilber, declaró más tarde en un acta notarial que era
un alcohólico que estaba muy endeudado con el abogado de Bell, Marcellus Bailey, con quien
había servido en la Guerra Civil. Afirmó que había enseñado la patente de Gray a Bailey. Wilber
también afirmó (después de que Bell llegó a Washington DC desde Boston) que mostró la
patente de Gray a Bell, y que Bell le pagó 100 dólares. Bell afirmó que discutieron la patente
solo en términos generales, aunque en una carta a Gray, Bell admitió que aprendió algunos
detalles técnicos. Bell consignó en un acta notarial que nunca había dado dinero a Wilber.70

Siguientes progresos

Continuando sus experimentos en Brantford, Bell llevó a su casa un modelo de trabajo de su


teléfono. El 3 de agosto de 1876, desde la oficina de telégrafos en Mount Pleasant, a 8 km de
distancia de Brantford, Bell envió un telegrama tentativo indicando que estaba listo. Con una
oficina llena de curiosos espectadores como testigos, se pudieron oír unas débiles voces a
través del dispositivo. La noche siguiente sorprendió a los invitados y a su familia cuando
recibió un mensaje en su casa de Brantford, desde una distancia de seis kilómetros a través de
un improvisado cable amarrado a líneas telegráficas y cercas, y colocado a través de un túnel.
Esta vez, las personas que estaban en la oficina pudieron escuchar claramente a la gente
leyendo y cantando desde Brantford. Estos experimentos demostraron concluyentemente que
el teléfono podría funcionar a largas distancias.71

Bell y sus socios, Hubbard y Sanders, ofrecieron vender la patente directamente a la Western
Union por 100.000 dólares. El presidente de la Western Union rechazó la oferta,
argumentando que el teléfono no era más que un juguete. Dos años más tarde, le comentó a
sus colegas que si pudiera conseguir la patente por 25 millones, lo consideraría una ganga.
Para entonces, la compañía de Bell ya no quería vender la patente. Los inversores de Bell se
convertirían en millonarios, mientras que Bell se manejó bien con su parte del negocio y en un
momento dado acumuló activos por un valor de casi un millón de dólares.72

Bell en la apertura de la línea de larga distancia desde Nueva York a Chicago en 1892.

Bell comenzó una serie de demostraciones y conferencias públicas para introducir el nuevo
medio de comunicación entre la comunidad científica así como entre el público en general. En
1872, le mostró el teléfono al presidente de los Estados Unidos Rutherford B. Hayes, y este le
dijo que era un gran invento, pero se preguntó quién querría utilizarlo.73 Su demostración en
la exposición del centenario en Filadelfia de 1876, hizo del teléfono la noticia de titulares
alrededor del mundo al día siguiente.74 Influyentes visitantes como el emperador Pedro II de
Brasil pudieron observar el invento. Después, Bell tendría la oportunidad de mostrarle
personalmente el teléfono a William Thomson, primer barón Kelvin, el renombrado científico
escocés por sus estudios en termodinámica, y hasta a la reina Victoria I del Reino Unido, quien
pidió una audiencia privada en el Castillo de Osborne, en su hogar de la isla de Wight. La reina
calificó la demostración de extraordinaria. El entusiasmo que rodeaba a las demostraciones en
público de Bell ayudó a la aceptación del revolucionario dispositivo.75

La Bell Telephone Company fue creada en 1877 y para 1886, más de 150 000 personas en los
Estados Unidos poseían teléfonos. Los ingenieros de la compañía de Bell introdujeron
numerosas mejoras en el teléfono, que se convirtió en uno de los productos más exitosos. En
1879, la compañía de Bell adquirió las patentes de Edison para el micrófono de carbón de la
Western Union. Esto hizo el teléfono práctico para las largas distancias, al contrario del
transmisor accionado por voz de Bell que requería que los usuarios gritaran en él para que se
oyera en el teléfono de recepción, aún en las distancias cortas. El 25 de enero de 1915
Alexander Graham Bell envió la primera llamada telefónica transcontinental, desde el 15 de
Day Street en la ciudad de Nueva York, que fue recibida por Thomas Watson en el 333 de
Grant Avenue en San Francisco, California. The New York Times reportó:

El 9 de octubre de 1876, Alexander Graham Bell y Thomas Watson hablaron por teléfono el
uno con el otro mediante un alambre tendido entre Cambridge y Boston. Esa fue la primera
conversación mantenida a través de un alambre. En la tarde de ayer (25 de enero de 1915) los
mismos hombres hablaron por teléfono mediante un cable de 3400 millas entre Nueva York y
San Francisco. El señor Bell se encontraba en Nueva York y su socio el señor Watson estaba en
el lado opuesto del continente. Ellos se escucharon más claramente que en la primera
conversación, de hace 38 años.76

La figura de Bell fue utilizada de forma reiterada por AT&T y las empresas del grupo en su
publicidad, como parte de una elaborada política de imagen. Pese a su presencia en las
ceremonias, no desempeñó ningún papel activo en el desarrollo técnico del negocio que se
creó en torno a su patente.77

Competidores

Durante 18 años, la Bell Telephone Company hizo frente a 600 demandas de inventores que
reclamaban haber inventado el teléfono, sin perder un solo caso. Las notas del laboratorio de
Bell y las cartas a la familia eran la clave para establecer con precisión las fechas del origen de
sus experimentos.78

Una de las principales demandas fue interpuesta por el inventor italiano Antonio Meucci,
quién reclamó haber creado el primer modelo operativo de un teléfono en Italia en 1834. En
1876, Meucci llevó a Bell ante la justicia para establecer su prioridad. Los modelos de
funcionamiento de Meucci habían sido extraviados, según se informaba, por exactamente el
mismo laboratorio de la Western Union en donde Bell realizó sus experimentos. Meucci perdió
su caso debido a la carencia de la evidencia material de sus invenciones. El trabajo de Meucci,
como el de muchos otros inventores del periodo, estaba basado en principios acústicos
anteriores.79

Paradójicamente, más de cien años después, gracias a los esfuerzos del miembro del Congreso
Vito Fossella, la resolución 269 de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos del 11
de junio de 2002 resolvió que el trabajo de Meucci en la invención del teléfono debe ser
reconocido, aunque esta decisión de carácter moral no tenga consecuencias materiales.80

Sin embargo, Bell debió lidiar hasta su muerte con litigios relativos a la patente del teléfono,
como cuando se retrasó en el pago del importe para la patente alemana y la firma eléctrica
Siemens y Halske (S&H) se convirtió en un fabricante rival de los teléfonos de Bell bajo su
propia patente, produciendo copias casi idénticas del teléfono de Bell sin pagar derechos.81
Una serie de acuerdos en otros países consolidaron finalmente la implantación global del
teléfono.

La tensión motivada en Bell por sus constantes apariciones ante los tribunales, necesarias por
las numerosas batallas legales, provocaron su dimisión de la compañía. Muchos casos eran
repetitivos, y se fueron resolviendo debido a la resignación de sus rivales con el paso del
tiempo, como la demanda del inventor Elisha Gray (que también había patentado por su
cuenta un dispositivo telefónico y reclamó sus derechos ante los tribunales).82

En 2013 investigadores del Smithsonian recuperan la voz de Graham Bell, grabada en discos de
cera y cartón de 125 años atrás, por medio de tecnología óptica.8384

Reivindicación póstuma de Antonio Meucci como inventor del teléfono

Artículo principal: El inventor del teléfono no fue Alexander Graham Bell sino Antonio Meucci

El 11 de junio de 2002, el Boletín Oficial de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos


publicó la Resolución n.º 269, por la que se honra la vida y el trabajo del inventor
italoestadounidense Antonio Meucci (1808-1889). En la misma se reconoce que no fue
Alexander Graham Bell quien inventó el teléfono, sino Meucci. Se afirma además que Meucci
demostró y publicó su invento en 1860, concluyendo con un reconocimiento a su autoría de
dicha invención.85

Vida en familia

Alexander Graham Bell, su esposa Mabel Gardiner Hubbard y sus hijas Elsie (izquierda) y
Marian (ca. 1885).

El 11 de julio de 1877, algunos días después de que se fundara la Bell Telephone Company, Bell
se casó con Mabel Hubbard (1857-1923) en la finca de los Hubbard en Cambridge
(Massachusetts), y poco después, emprendió una luna de miel de un año por Europa. Durante
este viaje, Bell llevó un modelo de su teléfono con él.

Aunque el noviazgo había comenzado años atrás, Bell esperó hasta estar financieramente
seguro antes de casarse. A pesar de que el teléfono pareció ser un éxito «inmediato», no era
inicialmente una empresa rentable y las principales fuentes de la renta de Bell eran las
conferencias hasta después de 1897.86 Tendrían cuatro niños: Elisa (Elsie) May Bell (1878-
1964) que se casaría con Gilbert Grosvenor, editor de la National Geographic Society, Marian
Hubbard Bell (conocida como Daisy) (1880-1962) y otros dos hijos que murieron en su infancia.

En 1882, Bell se naturalizó ciudadano estadounidense. La familia de Bell mantuvo su residencia


en Washington D. C., donde Bell instaló su laboratorio. En 1915, describió su estado como: «No
soy uno de esos «americanos escritos con guion» que afirman lealtad a dos países».87 A pesar
de este declaración, Bell sería reclamado como «hijo nativo» por Canadá, Escocia y los Estados
Unidos.88 Para el verano de 1885, los Bell tuvieron unas vacaciones en la isla del Cabo Bretón,
en Nueva Escocia, pasando tiempo en la pequeña aldea de Baddeck. Al regresar en 1886, Bell
comenzó a construir un inmueble en medio del campo de Baddeck, con vista al lago Bras d'Or.
En 1889 ya había una casa grande, bautizada The Lodge ('la casa de campo' en español) y dos
años más tarde comenzó la construcción de un complejo más grande de edificios, que los Bell
nombrarían Beinn Bhreagh (gaélico: 'montaña hermosa') en honor a las ancestrales Tierras
Altas de Escocia de Alexander.89 Bell pasaría sus últimos días y algunos de sus años más
productivos en la residencia de Washington D. C. y en Beinn Bhreagh.90
Invenciones posteriores

Aunque Alexander Graham Bell se asocia más con la invención del teléfono, sus intereses eran
muy variados. Según uno de sus biógrafos, Charlotte Gray, el trabajo de Bell osciló «sin
restricciones a través del paisaje científico» y a menudo se fue a la cama leyendo con
voracidad la Enciclopedia Británica, detonante para nuevas áreas de interés.91 La amplitud del
genio inventivo de Bell está representada solo en parte por las 18 patentes concedidas en su
propio nombre en solitario y por las otras 12 que compartía con sus colaboradores. En total se
incluyen 14 para el teléfono y el telégrafo, cuatro para el fotófono, una para el fonógrafo,
cinco para vehículos aéreos, cuatro para «hidroaeroplanos» y dos para las células de selenio.
Los inventos de Bell abarcaron una amplia gama de intereses e incluían un «pulmón de acero»
para ayudar en la respiración, un audímetro para detectar problemas de audición leve, un
dispositivo para localizar icebergs, investigaciones sobre la manera de separar la sal del agua
de mar, y sus trabajos en la búsqueda de combustibles alternativos.

Trabajó extensivamente en investigación médica e inventó técnicas para la enseñanza del


habla a los sordos. Durante su periodo en el Laboratorio Volta, Bell y sus asociados
consideraron la posibilidad de grabar un campo magnético en un disco como medio de
reproducción del sonido. Aunque el trío experimentó brevemente con el concepto, no
pudieron desarrollar un prototipo viable. Abandonaron la idea, sin darse cuenta de que habían
vislumbrado un principio básico que un día encontraría su aplicación en el magnetófono, las
unidades de disco duro, los disquetes y otros medios de almacenamiento magnético.

La propia casa de Bell utilizaba una forma primitiva de aire acondicionado, con ventiladores
que impulsaban corrientes de aire a través de grandes bloques de hielo. También anticipó
preocupaciones modernas como la escasez de combustible y la contaminación industrial. El
gas metano, razonó, podría producirse a partir de los residuos de las granjas y las fábricas. En
su estado canadiense de Nueva Escocia, experimentó con el compostaje de residuos y
dispositivos para captar agua de la atmósfera. En una entrevista para una revista publicada
poco antes de su muerte, reflexionó sobre la posibilidad de utilizar paneles solares
fotovoltáicos para calentar casas.

Receptor fotofónico, una de las dos partes del equipo de comunicación sin cables de Bell (hacia
1880)

Bell y su asistente Charles Sumner Tainter inventaron conjuntamente un teléfono inalámbrico,


el denominado fotófono, lo que permitió la transmisión de sonidos y conversaciones humanos
normales mediante un haz de luz.9293 Los dos hombres más tarde se convirtieron en
asociados de pleno derecho en el Laboratorio Volta.

El 21 de junio de 1880, el asistente de Bell transmitió un mensaje de voz con su sistema de


teléfono móvil a una distancia considerable, desde la azotea de la Franklin School (en
Washington DC) hasta la ventana del laboratorio de Bell, a unos 200 m de distancia, 19 años
antes de la primera transmisión de voz por radio.94959697

Bell opinaba que el principio del fotófono era el «mayor logro» de su vida, hasta el punto de
que poco antes de su muerte manifestó a un periodista que "El fotófono es la invención más
grande que jamás he hecho, mayor que el teléfono".98 El fotófono fue un precursor de los
sistemas de comunicaciones por fibra óptica que se hicieron populares en todo el mundo en la
década de 1980.99100 La patente principal se publicó en diciembre de 1880, muchas décadas
antes de que los principios del fotófono llegaran a ser de uso popular.
A Bell también se le atribuye el desarrollo de una de las primeras versiones de un detector de
metales en 1881. El dispositivo se desarrolló rápidamente en un intento de encontrar la bala
alojada en el cuerpo del presidente de los EE. UU. James Garfield tras sufrir el atentado que
finalmente acabaría con su vida unos días más tarde. Según algunas versiones, el detector de
metales funcionó a la perfección en las pruebas, pero no encontró la bala del asesino en parte
porque el armazón de la cama de metal en la que yacía el presidente perturbó el
funcionamiento del aparato.101 Los cirujanos del presidente, que eran escépticos hacia el
dispositivo ignoraron las peticiones de Bell para trasladar al presidente a una cama sin piezas
ni muelles de metal.101 Alternativamente, aunque Bell había detectado un ligero sonido en su
primera prueba, la bala podía haber estado a demasiada profundidad como para ser detectada
por el primitivo instrumento.101

La relación detallada del caso redactada por el propio Bell y presentada a la Asociación
Estadounidense para el Avance de la Ciencia en 1882, difiere en varios puntos particulares de
la mayoría de las versiones múltiples y variadas actualmente en circulación, sobre todo al sacar
la conclusión de que el metal exterior no era el responsable de la imposibilidad de localizar la
bala. Perplejo por los resultados peculiares que había obtenido durante un examen de
Garfield, Bell «volvió a la Residencia Presidencial a la mañana siguiente... para comprobar con
los cirujanos si estaban completamente seguros de que todo el metal había sido retirado de la
zona de la cama. Fue entonces cuando recordó que debajo del colchón de crin de caballo en
que el presidente yacía, había otro colchón formado por alambres de acero. Tras obtener un
duplicado, encontró que el colchón consistía en una especie de red entretejida de alambres de
acero, con grandes mallas. El alcance del [área que produce una respuesta del detector] era
tan pequeña en comparación con el área de la cama, que parecía razonable concluir que el
colchón de acero no había producido ningún efecto perjudicial en el dispositivo". En una nota
al pie, Bell añadió que "La muerte del presidente Garfield y el posterior examen post mortem,
sin embargo, demostraron que la bala estaba a demasiada distancia de la superficie como para
ser detectada por nuestro aparato». 102

En marzo de 1906, la revista Scientific American publicaba un artículo del pionero


estadounidense William E. Meacham explicando el principio básico del hidroala y de los botes
hidroplanos. Bell consideró la invención del hidroavión como un logro muy significativo.
Basándose en la información obtenida a partir de este artículo, comenzó a esbozar conceptos
de lo que ahora se llama un hidroavión. Bell y su asistente Frederick W. "Casey" Baldwin
comenzaron la experimentación de un hidroala en el verano de 1908 como una posible ayuda
al despegue de aviones desde el agua. Baldwin estudió la obra del inventor italiano Enrico
Forlanini y comenzó a construir modelos de prueba. Esto condujo a Bell al desarrollo de
vehículos acuáticos que en la práctica eran hidroalas.

Durante su gira mundial de 1910 a 1911, Bell y Baldwin se reunieron con Forlanini en Francia.
Realizaron paseos en el hidroala de Forlanini sobre el lago Mayor. Baldwin describió la
experiencia tan suave como la sensación de volar. Al volver a Baddeck, fueron desarrollados
una serie de conceptos iniciales como modelos experimentales, incluyendo el Dhonnas Beag
(en gaélico escocés, Pequeño Diablo), el primer hidroala autopropulsado Bell-Baldwin.103 Los
botes experimentales eran esencialmente prototipos de conceptos de prueba que culminaron
en el HD-4, un diseño más consolidado impulsado por motores Renault. Se alcanzó una
velocidad máxima de 87 km/h con el catamarán, que exhibió una gran aceleración y buena
estabilidad y dirección, con la capacidad de tomar olas sin dificultad.104 En 1913, Bell contrató
a Walter Pinaud, un diseñador y constructor de yates de Sídney, así mismo propietario del
Astillero Pinaud en Westmount, Nueva Escocia para trabajar en los pontones del HD-4. Pinaud
pronto se hizo cargo de los astilleros de los Laboratorios Bell en Beinn Bhreagh, cerca del
edificio de Bell en Baddeck, Nueva Escocia. La experiencia de Pinaud en la construcción de
embarcaciones le permitió realizar cambios de diseño útiles para el HD-4. Después de la
Primera Guerra Mundial, se comenzó a trabajar de nuevo en el HD-4. El informe de Bell a la
Armada de los Estados Unidos le permitió obtener dos motores de 350 hp en julio de 1919. El
9 de septiembre de 1919, el HD-4 estableció un récord mundial de velocidad marina de 114
km/h,105 un registro que se mantuvo durante diez años.

En 1891, Bell había comenzado una serie de experimentos para desarrollar aeronaves
propulsadas más pesadas que el aire. La AEA se formó cuando Bell compartió la visión del
vuelo con su esposa, quien le aconsejó que buscara ayuda «joven» dado que él ya había
cumplido los 60 años de edad.

En 1898, Bell experimentó con cometas caja tetraédricas y alas construidas uniendo varias de
estas cometas forradas con tela de seda de color carmesí. Bell fue inspirado en parte por el
trabajo del ingeniero aeronáutico australiano Lawrence Hargrave con cometas caja
tripuladas.106 Hargrave se negó a patentar sus inventos, en una decisión similar a la de Bell de
no solicitar patentes de algunas de sus invenciones. Bell también eligió la seda de color
carmesí por ser muy visible sobre el cielo de color claro para la realización de estudios
fotográficos sobre sus experiencias de vuelo. Las alas tetraédricas fueron nombradas Cygnet I,
II y III, y fueron probadas —tanto tripuladas como no tripuladas— (Cygnet I se estrelló durante
un vuelo que transportaba a Selfridge) en el período comprendido entre 1907-1912. Algunas
de las cometas de Bell se exhiben actualmente en el Alexander Graham Bell National Historic
Site'.107

Bell era partidario de la investigación en ingeniería aeroespacial a través de la Aerial


Experiment Association (AEA), formada oficialmente en Baddeck, Nueva Escocia, en octubre de
1907 a sugerencia de su esposa Mabel y con su apoyo financiero después de la venta de
algunos de sus bienes inmobiliarios.108 La AEA fue encabezada por Bell y los miembros
fundadores fueron cuatro jóvenes: el estadounidense Glenn H. Curtiss, por entonces un
fabricante de motocicletas que tenía el título de "hombre más rápido del mundo", después de
haber pilotado una motocicleta construida por él mismo, y que posteriormente fue
galardonado con el Scientific American Trophy para el primer vuelo oficial de un kilómetro en
el Hemisferio Occidental, y que más tarde se convirtió en un fabricante de renombre mundial
de aviones; el Teniente Thomas Selfridge, un observador oficial del Gobierno Federal de EE.
UU. y una de las pocas personas en el ejército que creían que la aviación era el futuro;
Frederick W. Baldwin, el primer británico-canadiense en pilotar un vuelo público en
Hammondsport, Nueva York; y J. A. D. McCurdy. Baldwin y McCurdy eran recientes graduados
de ingeniería de la Universidad de Toronto.109

El trabajo de la AEA progresó hacia las máquinas más pesadas que el aire, aplicando sus
conocimientos de las cometas a los planeadores. Pasando a Corning a continuación, el grupo
diseñó y construyó el Red Wing, con estructura de bambú, recubierto de seda roja y
alimentado por un pequeño motor refrigerado por aire.110 El 12 de marzo de 1908, sobre
Keuka Lake, el biplano despegó en el primer vuelo público en América del Norte.111 112 Las
innovaciones incorporadas a este diseño incluían una cabina para el piloto y un timón de cola
(posteriores variaciones en el diseño original incorporarían alerones como medio de control de
vuelo). Uno de los inventos de la AEA, una forma práctica del filo del ala para instalar el alerón,
se convertiría en un componente estándar en todos los aviones.113 El White Wing y el June
Bug iban a ser los siguientes diseños y a finales de 1908, se habían realizado más de 150 vuelos
sin contratiempo. Sin embargo, la AEA había agotado sus reservas iniciales y solo una
aportación extraordinaria de Mabel Gardiner de 15 000 dólares permitió continuar con los
experimentos.114 El teniente Selfridge también se había convertido en la primera persona
muerta en un vuelo con un vehículo motorizado más pesado que el aire en un accidente con
un Wright Modelo A en Fort Myer, Virginia, el 17 de septiembre de 1908.

Su diseño de aeronaves final, el Silver Dart, encarna todos los avances logrados en los aparatos
anteriores. El 23 de febrero de 1909, Bell pudo presenciar como el Silver Dart pilotado por
McCurdy, realizó el primer vuelo de la aeronave en Canadá partiendo de la superficie
congelada de Bras d'Or.115 Bell estaba preocupado porque pensaba que el vuelo era
demasiado peligroso y había dispuesto que un equipo médico estuviera presente. Realizado el
vuelo con éxito, la AEA se disolvió y el Silver Dart retornó a Baldwin y McCurdy, que fundaron
la Canadian Aerodrome Company y posteriormente hicieron una demostración de la aeronave
al Ejército de Canadá.116

Eugenesia

Véase también: Eugenesia en Estados Unidos

Junto con muchos pensadores y científicos prominentes de la época, Bell estaba relacionado
con el movimiento eugenésico en los Estados Unidos. En 1881 investigó la tasa de sordera en
Martha's Vineyard, Massachusetts y el 13 de noviembre de 1883 presentó a la Academia
Nacional de Ciencias su Memoir Upon the Formation of a Deaf Variety of the Human Race117
(Memoria sobre la formación de una variedad sorda de la especie humana) donde concluía
que padres con sordera congénita tenían más probabilidades de tener hijos sordos y sugería
que las parejas en que ambos fueran sordos no deberían casarse.118 Sin embargo, fue su
afición por la cría de ganado la que condujo a su designación para el David Starr Jordan's
Committee on Eugenics (Comité de Eugenesia David Starr Jordan), bajo los auspicios de la
American Breeders' Association (Asociación de Criadores de América). Este comité extendió
inequívocamente sus postulados a la especie humana.119 De 1912 a 1918 presidió la junta de
asesores científicos de la Eugenics Record Office (Oficina de Registro de Eugenesia) asociada
con el Laboratorio de Cold Spring Harbor en Nueva York y asistió regularmente a las reuniones.
Fue el presidente honorario del Segundo Congreso Internacional de Eugenesia celebrado en
Nueva York en 1921 bajo los auspicios del Museo Americano de Historia Natural.
Organizaciones como estas abogaron (con éxito en algunos estados) por la aprobación de leyes
que establecieran la esterilización forzosa de personas consideradas, como Bell las llamó, una
"variedad defectuosa de la raza humana". A fines de los años treinta, aproximadamente la
mitad de los estados en los EE. UU. tenían leyes eugenésicas y las leyes de California fueron un
modelo para leyes eugenésicas en la Alemania nazi.

Premios

Alexander Graham Bell en sus últimos años.

En 1880, Bell recibió el Premio Volta de la Academia Francesa de Ciencias e invirtió el dinero
obtenido con este premio (50 mil francos) en el desarrollo de un nuevo proyecto, el fotófono,
en colaboración con Charles Sumner Tainter. El invento intentaba transmitir el sonido
utilizando un rayo de luz, un precursor de la fibra óptica. También trabajó en uno de los
primeros sistemas de grabación de sonidos conocido, basado en imprimir un campo magnético
para reproducir sonidos. La idea fue abandonada al no poderse construir un prototipo; sin
embargo, los principios básicos encontrarían aplicaciones prácticas casi un siglo más tarde, en
las cintas magnéticas y las computadoras.

Bell recibió varias distinciones, entre ellas la Legión de honor del gobierno francés, el premio
Volta ya mencionado, la Medalla Albert de la Royal Society of Arts, la medalla Edison, y un
doctorado por la Universidad de Würtzburg. Registró 18 patentes individuales, y doce más con
sus colaboradores, entre ellas 14 por el teléfono y telégrafo, cuatro por el fotófono, una por el
fonógrafo, nueve por vehículos aéreos (incluyendo cuatro de hidroplanos) y dos por celdas de
selenio. También se adjudica a Bell la invención del detector de metales, en 1881.Muerte

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