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ÍNDICE

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EDITORIAL REVISTA DE ANÁLISIS TRANSACCIONAL
Y PSICOLOGÍA HUMANISTA ................................................................................. 205
R

VOL. XXVI, Nº 59, pp. 201-396


ANALISIS TRANSACCIONAL
ARTÍCULOS ORIGINALES

TERRITORIO BERNE: RELACIONES EXTERNAS DE LA TEORÍA DEL GUIÓN.


Mariano bucero romanillos ........................................................................ 207
EL GUIÓN DE VIDA EN EL CUERPO: LAS DECISIONES SOMÁTICAS
Y ABORDAJE TERAPÉUTICO PARA SU INTERVENCIÓN.
Mario C. Salvador ........................................................................................ 238
y PSICOLOGIA HUMANISTA
ANÁLISIS FUNCIONAL DE LA PERSONALIDAD Y TRANSACCIONES
EN LA TERAPIA TRANSACCIONAL. Rafael Sáez Alonso ......................... 247
CIBERADICCIÓN: LOS RIEGOS DE INTERNET. Mª Consuelo Llinares Pellicer
y Mercé Lloret Boronat ............................................................................... 267
PSICOLOGÍA CLÍNICA: CONTENIDOS Y APLICACIONES.
Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf ............................... 297

REVISTA DE A. T. Y PSICOLOGÍA HUMANISTA


SOBRE EL NIÑO RETRAÍDO: Otro estado del yo apropiado, además
del Niño Sumiso y el Niño Rebelde. Jordi Oller Vallejo ............................. 321

ARTÍCULOS CLÁSICOS

EL SUICIDA: SER MATADO, MATARSE, MORIR. Ken Mellor ............................. 335


CÓMO HACER A UNA PERSONA PASIVO-AGRESIVA O PODER
Y CONTRAPODER. Molly Cole ................................................................... 343
LOS CONTRATOS. Shepard D. Gellert y Grace Wilson ..................................... 350

INFORMACIÓN DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA


DE ANÁLISIS TRANSACCIONAL ............................................................... 358

PUBLICIDAD DE CURSOS Y CONGRESOS ........................................................ 361

NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS .......................................................................... 369

NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE ARTÍCULOS EN LA REVISTA ............. 384

CARTAS AL DIRECTOR ........................................................................................ 391


R
o
Nº 59, 2. SEMESTRE/2008, AÑO XXVI
BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN A AESPAT Y REVISTA .......................................... 393

Apartado de Correos 60144 • 28080 MADRID


REVISTA DE ANÁLISIS TRANSACCIONAL Y PSICOLOGÍA HUMANISTA
–La Revista es el Órgano Oficial científico de AESPAT para la investigació
información y formación de profesionales y amantes del Análisis Transaccional. Se publica semestralmente–
EQUIPO EDITORIAL
SUPERVISOR GENERAL: Felicísimo Valbuena de la Fuente, Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad
Complutense de Madrid

EDITOR: Rafael Sáez Alonso, Presidente de la Asociación Española de Análisis Transaccional.


Universidad Complutense de Madrid

CONSEJO EDITORIAL: Alejandro Ávila Espada. Universidad Complutense de Madrid


Carmen Sandoval. Asociación Catalana de Análisis Transaccional. Barcelona
Elvira García de Torres. Universidad San Pablo-CEU, Valencia
Jesús Cartón Ibeas. Universidad de Deusto, Bilbao
José Luis Camino Roca. Universidad de Barcelona
María Teresa Sádaba. Caja de Ahorros de Navarra. Pamplona
Mario Arias Oliva. Universidad Rovira i Virgili, Tarragona
Mercedes Sáez. Asociación Catalana de Análisis Transaccional. Barcelona
Rosa Berganza Conde. Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
Salomé Berrocal Gonzalo. Universidad de Valladolid

DIRECTOR: Juan García Moreno. Universidad Complutense de Madrid

SECRETARIO: Mariano Bucero Romanillos. Clínico Transaccionalista

SECRETARÍA: 679755725 - Teléfono y Fax: 913942169, elcorreodegraci@hotmail.com


Apartado de Correos: 60144, 28080 Madrid
La Página Web de AESPAT: www.aespat.com Ofrecerá información actualizada sobre la Revista

CONSEJO DE REDACCIÓN O COMITÉ EDITORIAL


– COMITÉ DE CONTENIDOS:
Antonio Ares Parra. Universidad Complutense de Madrid
Celedonio Castanedo. Universidad Complutense de Madrid
Eva Aladro Vico. Universidad Complutense de Madrid

– COMITÉ DE REDACCIÓN (CORRECTOR Y UNIFICADOR DE ESTILO GRAMATICAL):


En Español e Inglés: Felicísimo Valbuena de la Fuente, Universidad Complutense de Madrid
En Francés: Carmen López-Manzanares Hervella, Catedrática de Francés

– COMITÉ DE FORMATO:
Carmen Thous Tusset. Universidad Francisco de Vitoria.Madrid
Graciela Padilla Castillo. Universidad Complutense de Madrid

CONSEJO ASESOR o COMITÉ CIENTÍFICO


Anna Rotondo. Co-directora de Cuaderni di Psicología, Analisi Transazionale e Scienze Umane, Milán
Claude Steiner. Miembro Didáctico de la International Transactional Analysis Association
Eloisa Gómez-Stern Sánchez. Universidad de Sevilla
Enrique Fernández Lópiz. Universidad de Granada
Gloria Noriega Gayol. Instituto Mexicano de Análisis Transaccional
Isaac Garrido Gutiérrez. Universidad Complutense de Madrid
José Grégoire. Miembro Docente y Supervisor en Análisis Transaccional, Arras
José Luis González Almendros. Universidad Complutense de Madrid
José Luis Martorell Ypiens. Universidad Nacional de Educación a Distancia
José María Román. Universidad de Valladolid
Juan Antonio Cruzado Rodríguez. Universidad Complutense de Madrid
Roberto Kertész. Universidad de Flores, Argentina
Susana Ligabue. Psicóloga y psicoterapeuta, Analista didacta transaccional. –TSTA–P ,EATA,ITAA, Milán
(Abierta la lista de especialistas asesores en caso necesario)
DELEGADOS DE ZONA (COMUNIDADES AUTÓNOMAS DE ESPAÑA)
Andalucía: Rafael Vidarte González Islas Baleares: Melchor Bennasar Bennasar
Aragón: Jesús F. Serrano García Islas Canarias: Juan Antonio Saavedra Quesada
Castilla y León: José Manuel Martínez Rodríguez Murcia: Mª Amparo Sánchez Ortega
Cataluña: Joseph María Ferran i Torrent Navarra: Francisco Javier Lecumberri Ayerra
Comunidad Valenciana: Juan Cruz Moreda Pérez de Eulate País Vasco: Jesús Cartón Ibeas
Galicia: Isabel Aschauer López Rioja: Francisco Javier Romero Fernández

BASE DE DATOS
La Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista está indexada
en las siguientes “BASES DE DATOS”: PSYKE, elaborada por la Biblioteca de la
Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid;
COMPLUDOC, de la Universidad Complutense de Madrid; PSICODOC, del
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid; CIDE, Biblioteca del Ministerio de Educación y Ciencia
DIALNET, de la Universidad de La Rioja
IMPRESIÓN
Gráficas DEHON c/ La Morera 23-25 - 28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)
Depósito Legal: M-36843-1981 - ISSN: 0212-9876. R.P.I. nº 1095554.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


202

ÍNDICE

EDITORIAL REVISTA DE ANÁLISIS TRANSACCIONAL Y PSICOLOGÍA HUMANISTA .... 205

ARTÍCULOS ORIGINALES

TERRITORIO BERNE: RELACIONES EXTERNAS DE LA TEORÍA DEL GUIÓN.


Mariano Bucero Romanillos ..................................................................................... 207
EL GUIÓN DE VIDA EN EL CUERPO: LAS DECISIONES SOMÁTICAS Y ABORDAJE
TERAPÉUTICO PARA SU INTERVENCIÓN. Mario C. Salvador .............................. 238
ANÁLISIS FUNCIONAL DE LA PERSONALIDAD Y TRANSACCIONES EN LA TERAPIA
TRANSACCIONAL. Rafael Sáez Alonso ................................................................... 247
CIBERADICCIÓN: LOS RIEGOS DE INTERNET. Mª Consuelo Llinares Pellicer
y Mercé Lloret Boronat .............................................................................................. 267
PSICOLOGÍA CLÍNICA: CONTENIDOS Y APLICACIONES. Ángel Izquierdo Martínez
y Ángeles Izquierdo Dopf .......................................................................................... 297
SOBRE EL NIÑO RETRAÍDO: Otro Estado del Yo apropiado, además del Niño Sumiso
y el Niño Rebelde. Jordi Oller Vallejo ........................................................................ 321

ARTÍCULOS CLÁSICOS

EL SUICIDA: SER MATADO, MATARSE, MORIR. Ken Mellor ........................................... 335


CÓMO HACER A UNA PERSONA PASIVO-AGRESIVA O PODER Y CONTRAPODER.
Molly Cole ................................................................................................................... 343
LOS CONTRATOS. Shepard D. Gellert y Grace Wilson .................................................... 350

INFORMACIÓN DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ANÁLISIS TRANSACCIONAL .... 358

PUBLICIDAD DE CURSOS Y CONGRESOS ....................................................................... 361

NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................................ 369

NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE ARTÍCULOS EN LA REVISTA ............................ 384

CARTAS AL DIRECTOR ....................................................................................................... 391

BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN A AESPAT Y REVISTA ........................................................ 393

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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CONTENTS

EDITORIAL OF TRANSACTIONAL ANALYSIS


AND HUMAN PSYCHOLOGY JOURNAL ............................................................................ 205

ORIGINAL ARTICLES

BERNE’S TERRITORY: SCRIPT THEORY EXTERNAL RELATIONS.


Mariano Bucero Romanillos ..................................................................................... 207
SOMATIC LIFE SCRIPT: SOMATIC DECISIONS AND THERAPEUTIC APPROACH
FOR HIS TREATMENT. Mario C. Salvador ............................................................... 238
FUNCTIONAL ANALYSIS IN TRANSACTIONAL THERAPY. Rafael Sáez Alonso ............ 247
CYBERADDICTION: THE INTERNET RISKS. Mª Consuelo Llinares Pellicer
y Mercé Lloret Boronat .............................................................................................. 267
CLINICAL PSYCHOLOGY: CONTENTS AND APPLICATIONS. Ángel Izquierdo Martínez
y Ángeles Izquierdo Dopf .......................................................................................... 297
ON THE WITHDRAWN CHILD: Another appropiate Ego State, in addition to the Compliant
Child and the Rebellious Child. Jordi Oller Vallejo .................................................... 321

CLASSIC ARTICLES

SUICIDE: BEING KILLED, KILLING, AND DYING. Ken Mellor ............................................ 335
HOW TO MAKE A PERSON PASSIVE-AGRESSIVE, OR THE POWER STRUGGLE
GAME. Molly Cole ...................................................................................................... 343
CONTRACTS. Shepard D. Gellert and Grace Wilson ........................................................ 350

INFORMATION FROM TRANSACTIONAL ANALYSIS SPANISH


ASSOCIATION (AESPAT) .......................................................................................... 358

COURSES AND CONGRESS ADVERTISING ..................................................................... 361

BIBLIOGRAPHIES NEWS .................................................................................................... 369

NORMS FOR PUBLISHING IN THE JOURNAL ................................................................... 384

LETTERS TO THE EDITOR .................................................................................................. 391

SUBSCRIPTION TO AESPAT AND TO THE JOURNAL ..................................................... 393

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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TABLE DE MATIÈRES

EDITORIAL DU MAGAZINE D´ANALYSE TRANSACTIONNELLE


ET DE PSYCHOLOGIE HUMAINE ............................................................................. 205

ARTICLES ORIGINAUX

TERRITOIRE BERNE: RELATIONS EXTERNES DE LA THÉORIE DU SCÉNARIO.


Mariano Bucero Romanillos ..................................................................................... 207
SCRIPT DE VIE SOMATIQUE: DES DÉCISIONS SOMATIQUES ET DES APPROCHES
THÉRAPEUTIQUES POUR SON TRAITEMENT. Mario C. Salvador ....................... 238
ANALYSE FONTIONNELLE DE LA PERSONNALITÉ ET DES TRANSACTIONS
EN THÉRAPIE TRANSATIONNELLE. Rafael Sáez Alonso ...................................... 247
CYBERADDICTION: LES RISQUES D'INTERNET. Mª Consuelo Llinares Pellicer
y Mercé Lloret Boronat .............................................................................................. 267
PSYCHOLOGIE CLINIQUE: CONTENUS ET APPLICATIONS. Ángel Izquierdo Martínez
y Ángeles Izquierdo Dopf .......................................................................................... 297
SUR L´ENFANT RENFERMÉ: Un autre état de l´ego approprié en plus de l'Enfant
Soumis et de l'Enfant Rebelle. Jordi Oller Vallejo ..................................................... 321

ARTICLES CLASSIQUES

LE SUICIDÉ: ÊTRE TUÉ , SE TUER, MOURIR. Ken Mellor ................................................ 335


COMMENT FAIRE UNE PERSONNE PASSIVE-AGGRESSIVE OU POUVOIR
ET CONTREPOUVOIR. Molly Cole ............................................................................ 343
LES CONTRATS. Shepard D. Gellert et Grace Wilson ...................................................... 350

INFORMATION DE L'ASSOCIATION ESPAGNOLE


D'ANALYSE TRANSACTIONNELLE ......................................................................... 358

PUBLICITÉ DE COURS ET DE CONGRÈS ......................................................................... 361

NOUVEAUTÉS BIBLIOGRAPHIQUES ................................................................................. 369

NORMES POUR LA PUBLICATION D'ARTICLES DANS LE MAGAZINE ......................... 384

LETTRES AU DIRECTEUR ................................................................................................... 391

ABONNEMENT À AESPAT ET AU MAGAZINE .................................................................. 393

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


E
205

DITORIAL
Hemos escogido dos palabras para caracterizar este número de la Revista: con-
solidación y avance.
Efectivamente, nuestra Revista ya ha empezado a entrar en varios Índices de
prestigio y difusión. Destacamos Dialnet, de la Universidad de la Rioja, que goza
de una gran reputación. Ahora pensamos que es cuestión de tiempo el que entre-
mos en el Latindex, un Índice que viene a ser el contrapunto, en español, del
Thompson norteamericano. La Biblioteca Nacional nos ha pedido todos los núme-
ros de la Revista de AT que no figuraban en sus fondos y que, después de conse
guir reunirlos todos, los entregaremos en seguida. Esto es señal de que cada vez
hay más interesados, estudiosos e investigadores que quieren saber más y más
cosas sobre el AT. También es un indicador muy importante de difusión que ten-
gamos en la Página Web de AESPAT las versiones en PDF de los artículos publi-
cados en la Revista desde su fundación. Próximamente incorporaremos un busca-
dor de términos.
Hemos recorrido un terreno muy considerable en la presentación científica de l
revista; os transmitimos nuestra satisfacción por el funcionamiento casi de reloj de
los Comités del Consejo de Redacción.
Estamos enviando un ejemplar de la Revista a las Bibliotecas de las Universida-
des. De esta forma, creemos que estamos facilitando mucho el trabajo de profe-
sores y estudiantes.
Contamos con la incorporación de nuevos socios clínicos después de pasar el co-
rrespondiente examen.
Después de referirnos a la consolidación de la Revista, queremos explicar cómo
concretamos el avance. Os presentamos una iniciativa que puede resultar muy
importante. La Universidad Complutense organiza una Escuela de Verano cuyos
Cursos tienen, como norma, una duración de 100 horas. A los estudiantes esas
horas les computan como ocho créditos. Hemos presentado, para la Escuela de
Verano de 2009, una Propuesta de Curso: Análisis Transaccional: Un modelo
efectivo de aplicación multidisciplinar. Dentro de la Revista podéis ver el Progra-
ma. Esperamos que la Universidad Complutense apruebe nuestra propuesta y
que se inscriban alumnos de los orígenes que hemos especificado.
En cuanto al número de la Revista que tenéis en las manos, observaréis que res-
ponde muy bien al título: Hay artículos sobre AT – fundamentalmente, de quienes
presentaron Ponencias en el XIV Congreso de AT– y otros que podemos inscribir
dentro de la Psicología Humanista. También seguimos en la línea de difundir ar-
tículos clásicos que pueden resultar muy útiles para los investigadores y los profe-
sionales.
El artículo de Mariano Bucero profundiza en lo que él ya denominó en el número
anterior como Territorio Berne. Desde luego, las contribuciones de este autor van
a ser de obligada consulta para quienes tengan dudas sobre cómo emplear el len-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


206

guaje de AT con garantías de rigor. Mario Salvador aporta una visión que sigue siendo muy ne-
cesaria en AT: las bases fisiológicas de esta Escuela Psicológico-Comunicativa. El artículo d
Rafael Sáez Alonso ensambla muy bien con el de Salvador, aunque los dos autores no hayan
acordado preestablecer esa armonía. El resultado de leer las dos contribuciones es obtener un
gran marco sobre el AT como Psicoterapia. María Consuelo Linares y Mercé Lloret se adentran
en los riesgos de las nuevas formas de comunicación que Internet ha hecho posibles y muestran
la importancia de hacer frente a esos nuevos retos. Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquier-
do Dopf sistematizan seis grandes grupos de terapias en Psicología Clínica. Facilitan, por tanto,
un mapa orientador que puede contribuir al autoconcepto de cada terapeuta. Jordi Oller Vallejo
vuelve a uno de sus temas favoritos, por los que ha logrado ya un reconocimiento internacional
en el TAJ: el Niño Retraído. Con lo cual, demuestra cómo su práctica profesional le obliga a
planterarse revisiones conceptuales que aumentan la precisión que siempre es tan necesaria en
un trabajo científico.
Entre los artículos clásicos, hemos escogido el de Ken Mellor, porque sigue teniendo una gran
vigencia. Una segunda o tercera lectura descubre la profundidad de lo que Mellor aborda y las
grandes posibilidades que contiene para plasmarlo en una narración novelística y/o cinematográ-
fica, con una profundidad mayor que las obras de Peter Shaffer, como Equus o Amadeus. Moll
Cole demuestra, en el suyo, una minuciosidad cartesiana para ir siguiendo, paso a paso, el juego
de poder y contrapoder. Shefard D. Gellert y Grace Wilson, con su estudio sobre los contratos,
nos estimulan para que sigamos investigando sobre este concepto, tan querido para Berne.
Tenemos muchas esperanzas puestas en lograr colocar a esta Revista entre las mejores dentro
de la Psicología y la Comunicación. No es una entelequia predecir que, en un año y medio, ha-
bremos situado a nuestra Revista en el grupo de cabeza dentro de las que hay sobre Psicología
y Comunicación. Todo esto redundará en aumentar la reputación del AT como marca y el presti-
gio de quienes lo cultivan.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 207

ARTÍCULOS ORIGINALES

TERRITORIO BERNE: RELACIONES EXTERNAS


DE LA TEORÍA DEL GUIÓN

MARIANO BUCERO ROMANILLOS1

RESUMEN
En varios lugares de su obra, Berne expresa de forma explícita las relaciones del
análisis de guiones con otras teorías y autores. Comenzando por la cuestión de las in-
fluencias en su obra, este artículo expone este aspecto, quizás poco conocido, mostran
do referencias a la relación con Freud y otros psicoanalistas, con el conductismo, el
análisis existencial, Laing, el psicodrama, la literatura, el teatro y el cine.
Palabras clave: Guión, bibliometría, psicoanálisis, conductismo, análisis existen-
cial, psicodrama, fenomenología, existencialismo, estructuralismo, funcionalismo,
humanismo.
BERNE’S TERRITORY: SCRIPT THEORY EXTERNAL RELATIONS

ABSTRACT
In several parts of his works, Berne specifically expresses the relations betwee
script and other theories and authors. Starting with the issue about the influences in hi
works, the author displays this aspect, perhaps not much known, bringing forward refe-
rences about the relation with Freud and other psychoanalysts, with behaviourism,
existential analysis, Laing, psychodrama, literature, theatre and cinema.
Key words: Script, bibliometrics, psychoanalysis, behaviourism, existential analysis,
psychodrama, phenomenology, existentialism, structuralism, functionalism, humanism.
TERRITOIRE BERNE: RELATIONS EXTERNES DE LA THÉORIE
DU SCÉNARIO

RÉSUMÉ
Dans plusieurs passages de son oeuvre, Berne exprime de manière spécifique les re
lations de l’analyse de scénario avec d’autres théories et auteurs. En commençant par
la question des influences dans son oeuvre, cet article expose cet aspect, peut-être, pe
connu, en montrant des références par rapport à Freud et à d’autres psychanalystes, le
béhaviorisme, l’analyse existentielle, Laing, le psychodrama, la littérature, le théâtre et
le cinéma.
Mots-clé: Scénario, bibliométrie, psychoanalyse, béhaviorisme, analyse existentie-
lle, psychodrama, phénoménologie, existentialisme, structuralisme, fonctionnalisme,
humanisme.

1
Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y Psicoterapeuta.
info@psicologoclinico.org

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


208 Mariano Bucero Romanillos

Más allá de lo que se dice que Berne Pero ello, más que proporcionar el sa-
dijo, y más acá de lo que se dice que quiso ber sobre cómo sentía y pensaba Berne,
decir, está lo que escribió en inglés y publi- es sólo un paso para aproximarse a tal
có en ese idioma. Ese lugar es lo que conocimiento, necesario cuando se aspi-
nombro como Territorio Berne. Ahí están ra a que el Análisis Transaccional (AT)
plasmados algunos de los “mapas” que so- sea un modelo aceptablemente decoroso
bre el “territorio humano” elaboró ese sin- para la Psicología Académica. Un acer-
gular terrícola –tal vez aspirante a marcia- camiento dificultado en el caso de los
no– que vivió hace tiempo y que tal vez hispanohablantes por la diversidad de
murió cumpliendo en parte su siguiente los campos semánticos de las palabras
aseveración: en inglés y en español, lo cual supone
Si por una gran desgracia muere en el pol- cierta dosis de interpretación. Dificultado
vo y el silencio, sólo los que le conozcan me- también porque una persona, incluido
jor captarán correctamente su lema, y todos
Berne, no siempre dice –o escribe– lo
los que se encuentren fuera de las cámaras
privadas de la amistad, el matrimonio y la me- que siente y piensa, y no siempre piensa
dicina lo verán erróneamente (Berne, 1975c, y siente tal como lo que dice. Además di-
p. 51, 1972) ficultado porque el significado que, de
Posiblemente, incluso para los inquilinos forma idiosincrásica, atribuimos a lo que
de esas cámaras privadas, sea imposible captamos unas veces converge y otras
saber qué sintió y qué pensó Berne, o tan diverge del que el autor quiere que le
siquiera conocer bastante de lo que hizo. atribuyamos.
Sin embargo, podemos averiguar parte de Así, Antoine de Saint-Exupéry al co-
lo que expresó si leemos sus obras, prefe- mienzo de El Principito cuenta que, cuan-
rentemente en inglés para evitar las distor- do tenía seis años, hizo el dibujo número
siones de las traducciones. Este es un co- 1 de la siguiente figura, que para él repre-
nocimiento más allá de los rumores y más sentaba una boa que digería a un elefan-
acá de las conjeturas e interpretaciones. te. Las personas mayores a las que se lo
Un conocimiento que no es cuestión del mostró lo interpretaron como un sombrero.
punto de vista, sino cuestión de la vista, y Para aclarar el malentendido hizo el dibujo
punto. número 2.

Fig. 1: Dibujos 1 y 2 de Saint-Exupéry.

Esta historia ilustra las tres directrices llazgos (exponer ambos dibujos) siguiendo
que he adoptado para explorar el Territorio el estilo de Mario el marciano, el personaje
Berne: reparar en lo obvio (el punto en el que según Berne «viene a la Tierra y ha de
extremo derecho del dibujo 1), encontrar lo regresar y contar cómo es, no cómo las
recóndito (un elefante) y mostrar dichos ha- gentes de la Tierra dicen que es, o cómo

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 209

quieren que él piense que es» (Berne, 1972). La dificultad surge cuando no ha
1975c, p. 61, 1972). acuerdo sobre quiénes fueron los abuelos,
En el presente trabajo la exploración co- ni consenso sobre el propio origen, y se
mienza con un reconocimiento global, “a buscan las raíces de la identidad entre opi-
vista de pájaro”, sobre cuáles pueden ser niones abstrusas y ocurrencias momentá-
las relaciones entre la obra psicológica ber- neas, que sostienen que tiene los rasgos de
niana y otras teorías y autores, basándose los Herrero, de los Sastre, o del fontanero.
en menciones explícitas hechas por Berne. En el ámbito del AT es recurrente el de-
Esto nos permite ubicarnos en el contexto bate acerca de por cuáles escuelas, corrien-
sintónico con el objetivo específico de est tes, modelos o autores pudo estar influen
artículo: la exploración detallada de las re- ciado Berne, y hacia cuáles se aproximan
laciones externas de la teoría del guión: su sus teorías y sus prácticas. ¿Adaptador
conexión con otras escuelas, corrientes, idiosincrásico del psicoanálisis? (ver prefa-
modelos y autores. cio de Abrahan Brill en Berne, 1947, pp. IX-
En este recorrido de lo general a lo parti- X, 1947) ¿Psicoanalista vocacional que tras
cular, de lo global a lo detallado, de nuevo no ser aceptado en el cielo del Instituto Psi-
utilizo la práctica de que el primer año de coanalítico buscó un camino en el inframun-
las citas sea el de la edición utilizada, y el do? (ver Jorgensen y Jorgensen, 1984,
segundo, en cursiva, el de la publicación pp.152 y ss.) ¿Elaborador de una alternati-
del original. También continúo usando el tí- va de precisión frente a la vaguedad psicoa-
tulo inglés de la obra, indicando su traduc- nalítica? (ver Harris, 2003, p. 12, 1969) ¿In-
ción la primera vez que la cito, y abrevian- tegrador profundamente influido por el mo
do a partir de la segunda mención median- vimiento de la Psicología Humanista? (ver
te el uso de las primeras palabras del título Martorell y Casado, 2001, pp. 7 y 8).
seguidas de “puntos suspensivos”. Esta variedad de consideraciones sobre
Una vez más, declaro mi auténtico res- Berne y su creación “AT”, me evoca el ma-
peto por la decisión de quien lea de saltar- nido cuento de los tres ciegos que quisie-
se los párrafos que quiera o incluso el ar- ron conocer cómo era un elefante, no el de
tículo entero. En este sentido suscribo la Saint-Exupéry, sino otro cuyo color cambia
frase bellamente paradójica que le oí a un según quien lo cite, variando su origen de
pariente de un pariente: “Nuestro vínculo hindú a chino, pasando por sufí.
es la libertad”. Al igual que en tantos campos del saber
humano, en la aproximación al conocimien-
to de las influencias en Berne, surgen va
1. APROXIMACIÓN A LAS rios escollos, algunos relacionados con los
INFLUENCIAS EN LA OBRA errores en el procesamiento de la informa-
PSICOLÓGICA DE BERNE ción mencionados por Beck (2003, pp.21 y
22, 1979) y que a la lectora y al lector avi-
Al acercarme a una mejor comprensión sados les resonarán con los conceptos de
de lo que quiso expresar Berne, evoco el los Schiff de 1971 (Friedlander, 2007, pp.
capítulo cuarto de su obra What Do You 46 y ss.), los de Kertész (2003, pp. 83 y
Say After You Say Hello?, donde puede en- ss.) y las “gafas del guión” de Martorell
tenderse que para el análisis del guión de (2000, pp.165 y ss.). La poligénesis existe
una persona es mejor obtener información y está entre nosotros.
sobre sus antepasados. Así menciona que Un escollo son las opiniones basadas en
«en lo que se refiere a las influencias a otras opiniones que a la vez lo están en
cestrales, la cuestión sencilla más producti- otras, y sin que alguna esté basada en lo es-
va de preguntar es “¿Qué tipo de vida lleva- crito por Berne. Esto pertenece al ámbito de
ban sus abuelos?”» (Berne, 1975c, p.90, la “teoría del rumor” sobre la que han tratado

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


210 Mariano Bucero Romanillos

Allport y Postman (1988), a la vez que tiene influido por un autor, escuela, etc., sin po
relación con el concepto de mistificación d sibilidad de gradaciones y de matices, si-
Laing (1965). Un ejemplo podría ser la histo- guiendo un pensamiento binario, donde
ria de que Berne antes de morir comentó a reina el “o” y está desterrado el “y”. Así
los médicos que para un hombre era doble- Berne es psicoanalista o es humanista,
mente difícil vivir sobrepasando la edad en como si fuera imposible estar en una posi-
que murió su madre. Según los Jorgensen, ción con algunos puntos comunes con uno
sus médicos nunca le oyeron hablar de ello y otro grupo, sin pertenece a ninguno. En
(Jorgensen y Jorgensen, 1984, p. 1). apoyo de esta posibilidad parece encon-
Otro obstáculo es lo que podríamos lla- trarse lo expuesto por Martorell al respecto
mar el “síndrome de Procusto”: conocida la (2000, pp. 65 y 66)
obra de Berne, se mutila un aspecto o se Por cierto, ya que estoy citando reitera-
“estira” otro para que encaje con la etiqueta damente a Beck, cabe mencionar que éste
que previamente se le ha atribuido. Este cita a Berne (Beck, 2002, p.18 y p.378), lo
proceder estaría relacionado con la inferen- mismo que hace Albert Ellis (2003, p.18)
cia arbitraria y la abstracción selectiva que que afirma que a finales de la década
relata Beck (2002, pp. 21-22). Por ejemplo, 1940, unos cuantos terapeutas, adiestra-
puede haber una tendencia a “encoger” la dos como él en el campo del psicoanálisis,
producción de Berne comentando muy al ver las limitaciones y mitos psicoanalíti-
poco que en 1968, en plena época transac- cos «reconociéndolo o no, se habían incli-
cionalista, hizo la 3ª edición del libro A Lay- nado más hacia Adler que hacia Freud. Al-
man’s Guide to Psychiatry and Psychoa- gunos de estos eran Karen Horney (1939),
nalysis (“Guía de psiquiatría y psicoanálisis Franz Alexander y Thomas French (1946),
para legos”). Tal vez sea porque el título y Eric Berne (1957), Alexander Herzberg
el tema no encajan bien con una imagen de (1945), George Kelly (1955),…». El “reco-
Berne disidente del psicoanálisis. En otro nociéndolo o no”, tiene ecos de atribución y
caso, puede tenderse a “estirar” su consi- de la imposibilidad de refutación que María
deración inicial de que el guión es incons- Jesús Barrios critica al AT (Barrios, 1991,
ciente (Berne, 1975ª, p.23), ya que encaja p. 70), pero si leemos a Adler (2000), qui-
mejor con el concepto del guión de vida ge- zás coincidamos con Ellis.
neralizado en el ámbito de AT. Mencionar Más allá de estos escollos, hay dos ma-
que llegó a afirmar que no era inconscient neras para acercarse a la comprensión de
(Berne, 1973b, p. 148, 1970; 1975c, pp. 80 Berne, menos afectadas por esas distor-
y 91, 1972) desencaja con dicho concepto. siones. Son acercamientos basados en el
Un escollo más es considerar el empleo estudio de los contenidos de sus textos
de un término como demostrativo de una (p.e. Casado, 2008) o en el estudio de las
adscripción de Berne a una escuela o una características y circunstancias de su vida
teoría. Esta actuación estaría relacionada y del contexto de su época (p.e. Jongersen
con la abstracción selectiva, la generaliza- y Jongersen, 1984; García Moreno, 2007a
ción y la maximización y minimización que y 2007b). A la postre, también hay un pro-
expone Beck (2002, p.22). Por ejemplo, el ceso de interpretación, una atribución de
empleo reiterativo del término conducta (be- significado a los datos conseguidos, per
havior) es una tentación para afirmar qu considero que llegar a la interpretación tras
Berne era conductista, al igual que sucede un recorrido más libre de distorsiones,
con otros términos tales como fenómeno o caso de que no permita saber la realidad
existencial y sus respectivas adscripciones. –supuesto constructivista–, al menos facili-
El pensamiento dicotómico, que relata ta una mayor aproximación a la misma
Beck (2002, p.22), es otra dificultad pre –constructivismo crítico– (Feixas y Ville-
sente. En este estilo, Berne está o no está gas, 2000, pp. 24 y 25).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 211

Hace unos meses, poco después de ex- entre unos cuantos que están relacionados
poner en el XIV Congreso Español de Aná- con las escuelas. Esto se ajusta a la directriz
lisis Transaccional la ponencia Territorio de exploración de “reparar en lo obvio”.
Berne: Influencias, inconsciencia y determi
nismo en el guión, que es la base de este El campo del estudio
artículo, se me ocurrió que puede haber un
tercer modo de acercamiento a la cuestión El campo de trabajo está formado por
de las influencias en Berne y su proximida nueve libros y ocho artículos, lo que consti-
a otras teorías. Consiste en verificar qu tuye la mayor parte del Territorio Berne.
autores del ámbito de la Psicología y qué Los libros son los que se exponen a conti-
términos de las diversas escuelas mencio- nuación, y la notación que precede a cada
naba explícitamente. Inicialmente sería un uno es la referencia utilizada en las tablas
recuento numérico y por lo tanto cuantitati- que luego se mostrarán.
vo, que mejoraría la posibilidad de llegar a Berne, 1947. The Mind in Action (La
la fase de interpretación, con menos de los mente en acción). Editado originalmente en
sesgos antes expuestos. 1947. No traducido al español.
En mi creencia de que la poligénesis Berne, 1957a. A Layman’s Guide to
existe, indagando encontré dos estudios re- Psychiatry and Psychoanalysis (Guía de
lacionados con ese método, aunque posi- psiquiatría y psicoanálisis para legos). Edi-
blemente haya otros más. Uno, proveniente tado originalmente en 1957. Traducido al
del campo de las Ciencias de la Informa- español en 1959 como Mecanismos de la
ción, es el artículo El análisis cualitativo de mente.
citas como instrumento para el estudio de Berne, 1961. Transactional Analysis in
la transmisión y evaluación de las ideas Psychotherapy (Análisis Transaccional en
científica (López Yepes, Ros, Prat y Fer- psicoterapia). Editado originalmente en
nández Bajón, 2005). En éste, desde la 1961. Traducido al español con dicho título
perspectiva del análisis de la obra de un en 1975.
científico, se parte de «la noción de base Berne, 1963. The Structure and Dyna-
científica deudor o conjunto de ideas to- mics of Organizations and Groups (La es-
madas de otros autores como base de un tructura y dinámica de las organizaciones y
nuevo conocimiento para dar cima a su los grupos). Editado originalmente en 1963.
obra…» (López Yepes y otros, 2005, p. No traducido aún al español.
87), y se realiza un análisis de una obra del Berne, 1964. Games People Play (Jue-
primero de los autores, de un modo cuanti- gos que juega la gente). Editado original-
tativo y cualitativo. El otro estudio, proce- mente en 1964. Traducido al español en
dente del campo de la Psicología, es el ar- 1966 como Juegos en que participamos.
tículo La influencia de la Psicología de l Berne, 1966. Principles of Group Treat-
Gestalt en la elaboración del sistema teóri- ment.(Principios de tratamiento de grupo).
co de Jean Piaget (Grau y Peiró, 2000), Editado originalmente en 1966. Traducido
que es un trabajo basado en el análisis de en 1983 al español como Introducción al
citas y en el análisis de textos y contenidos. tratamiento de grupo.
Cuando encontré estas voces consonan- Berne, 1968. A Layman’s Guide to Psy-
tes, ya estaba realizando el estudio que a chiatry and Psychoanalysis (Guía de psi-
continuación relato. El planteamiento ha sido quiatría y psicoanálisis para legos) Editado
verificar qué autores de los más destacado originalmente en 1968. No traducido al es-
y representativos de diversas escuelas, co- pañol.
rrientes y modelos relacionados con la Psico- Berne, 1970. Sex in Human Loving
logía son mencionados por Berne y cuáles (Sexo en el amor humano). Editado origi-
no, así como cuáles términos menciona, de nalmente en 1970. Traducido al español en

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


212 Mariano Bucero Romanillos

1975 como Hacer el amor. ¿Qué hace us- En el caso de los autores que a la vez se
ted del amor cuando hace el amor?. relacionan con la Filosofía, he utilizado
Berne, 1972. What Do You Say After además la referencia de Störig (2004).
You Say Hello? (¿Qué dice usted des- En cuanto al constructivismo, también he
pués de decir hola?) Edición original en usado la referencia de Neimeyer y Maho-
1972. Traducido en 1974 al español con ney (1998) y de Feixas y Villegas (2000).
dicho título. Por lo relevante en la obra de Berne del
Los artículos son los recopilados en In- concepto de juegos, he seleccionado auto-
tuition and Ego States (Intuición y estados res relacionados con la teoría de juegos
del yo), editado por la ITAA en 1977 y no matemáticos basándose en Poundstone
traducido al español. Son los siguientes, (2006) y Aguado (2007).
precedidos por la referencia que se utiliza He escogido los autores del Análisis Tran-
en las tablas y que indica el año de su pu- saccional, incluido el propio Berne, se han es-
blicación: cogido en base a los que él mismo menciona
en más ocasiones en las obras consideradas.
Berne, 1949. The Nature of Intuition El mantenerse en un número de autores
Berne, 1952. Concerning the Nature of suficientemente amplio, pero dentro de lo
Diagnosis límites marcados por el espacio de un ar-
Berne, 1953. Concerning the Nature of tículo, ha conllevado la exclusión de autores
Communication que pueden ser relevantes, sean del campo
Berne, 1955. Primal Images and Primal psicoanalítico (Abraham, Stekel, Mennin-
Judgment ger), del conductista (Anrep, Mowrer), o de
Berne, 1957b. The Ego Image la Terapia Gestalt (Goodman, Weiss). A la
Berne, 1957c. Ego States in Psychothe- vez la adscripción de algún autor a una es-
rapy cuela es habitualmente motivo de discusión
Berne, 1958. Transactional Analysis: A en los ámbitos académicos (p.e McDougall,
New and Effective Method of Group The- Lewin, Kantor, Kelly). Más allá de estas limi-
rapy taciones, parafraseando a Labrador (2004),
Berne, 1962. The Psychodynamics of In- puede decirse que aunque no están todos
tuition los que son, al menos son todos los que es-
tán, es decir, los 128 autores.
La elección de autores y términos Los términos relacionados con las es-
cuelas, son los nombres y términos funda-
En la selección de autores, la condición mentales de las mismas, o palabras que,
es que sean de la época contemporánea, aún siendo similares, pueden ser emplea-
relevantes en su respectivo campo del sa- das con un significado distinto a como s
ber a la par que representativos y, obvia- emplean en dichas escuelas. Son 53.
mente, coetáneos o anteriores a Berne. La
atribución de relevancia y representatividad El análisis cuantitativo
ha estado basada en las opiniones de auto-
res generalmente reconocidos como autori- En el Diccionario de la Lengua Española
dades en la materia. la palabra mención tiene las acepciones de
Para escoger los autores del campo de «recuerdo o memoria que se hace de una
la Psicología he utilizado lo expuesto por persona o cosa, nombrándola, contándola
Mandolini (1960), Foulquié (1965), Mayor o refiriéndola» y también de «nombrar a al
(1974), Riviere (1975), Martorell (1996), guien o algo, hablando o escribiendo»
Hergenhahn (2001), Martorell y Prieto (RAE, 2001 p. 1485). Cita tiene las acep-
(2002), Labrador, Cruzado y Muñoz (2004), ciones de «nota de ley, doctrina, autoridad
y Tortosa y Civera (2006). o cualquier otro texto que se alega para

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 213

prueba de lo que se dice o refiere» y tam nombre principal y en sus formas deriva-
bién de «mención» (RAE, 2001 pp. 561- das, como por ejemplo en fenómeno: phe-
562). De modo que mención tiene un signi- nomenon, phenomena, phenomenological,
ficado más amplio que cita, pudiendo con- phenomenologically.
siderarse ésta como un tipo de aquella. The Mind in Action (Berne, 1947, 1947),
En este trabajo he contabilizado mencio- A Layman’s Guide to Psychiatry and Psy-
nes y citas. Así, por ejemplo, Virginia Satir choanalysis de 1957 (Berne, 1973a) y A
es mencionada al comentar que algunos de Layman’s Guide… de 1968 (Berne, 1971)
los escritores sobresalientes en terapia fa- son tres ediciones de la misma obra, en
miliar «son Ackerman, Bell, Grotjahn y Sa- las que se varió el título, se hicieron lige-
tir» (Berne, 1966, p. 200, 1966) y por lo tan- ras modificaciones en el texto de la segun-
to se la contabiliza al igual que cuando se da con respecto a la primera, y notables
cita que «el libro más legible de terapia fa- cambios de la tercera en relación a las an-
miliar es Terapia Familiar Conjunta, de Vir- teriores. Por ello, en vez de sumar las
ginia Satir» (Berne, 1971, p. 301, 1968). En menciones en las tres obras de un mismo
consecuencia, el número resultante será autor o término, he optado por elegir el nú-
sensiblemente mayor que el de las citas en mero más alto de menciones en cualquie-
un sentido más restrictivo, precisamente ra de las tres. El no hacerlo así sumaría la
porque el recuento es más exhaustivo. misma mención varias veces por estar re-
Por tanto, en el análisis cuantitativo he petida y hubiera falseado el recuento com-
contabilizado cada vez que se menciona el parativo entre autores y términos. Por
nombre de un autor o un término de los se- ejemplo, Sheldon (Ind.73) aparecería con
leccionados, sea la mención en el texto, a 10 menciones, varias de ellas repetidas, y
pie de página, en las notas y referencias bi- parecería mucho más mencionado que
bliográficas de final de capítulo, en el índi William James (Ind.26) que aparece con
de autores y materias del final de la obra, 3, pero sin repetir. Sin embargo, sí he cre-
en la bibliografía final. Esto proporciona lo ído conveniente contabilizar el número de
datos de qué autores y términos son los obras de la trilogía The Mind… en que
mencionados, cuántas veces en cada obra, aparece un autor o término, ya que por las
en cuáles obras, en qué cantidad total de variaciones entre ediciones, no siempre
ellas, y qué número de veces en total. Di- hay una constancia de su presencia. Por
chos datos se recogen en las tablas de re- ello Sheldon aparece con 4 menciones en
sultados que están al final del presente ar 3 obras.
tículo. Es posible que algún autor o término
Los autores y términos están agrupados haya sido mencionado por Berne alguna
en apartados que corresponden a escuelas vez más de las contabilizadas, aunque esta
y teorías. Dentro de cada apartado, apare- eventualidad haya aparecido raramente en
cen primero los autores ordenados alfabéti- los muestreos realizados. No obstante, es
camente y a continuación los términos rele- necesario tenerla en cuenta pues indica
vantes de dicho apartado. A cada autor y a que no es adecuado afirmar rotundament
cada término se le ha asignado un “número que un autor o término nunca es menciona-
de índice (Ind.)”, lo cual, al ser mencionado do o citado en la parte del Territorio Berne
en este artículo, facilita su localización en objeto de este estudio.
las tablas finales si queremos consultar d
forma más específica en qué obras apare Consideraciones cualitativas
ce y con qué frecuencia. sobre el análisis cuantitativo
Huelga decir que el estudio se ha hecho
en los libros en inglés y que por lo tanto los Permitámonos ponernos en el punto de
términos se han buscado en inglés, en su vista de Mario el marciano y reparar nue-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


214 Mariano Bucero Romanillos

vamente en lo obvio: encontrar que Berne “considero que”, mejor que los de “Berne
nombró a un autor o un término nos indica claramente es”, “Berne evidentemente co-
que conocía la existencia de esos nom- noce”, “Berne obviamente piensa”, y de-
bres. Y aquí termina el terreno de la abso- más. Es un alejarse de las zonas “contami-
luta certeza y comienza el de la suposi- nadas” del estado del yo Adulto que a ve-
ción y la probabilidad, puesto que hacer ces se ocultan tras en la rotundidad.
esas menciones, no implica necesaria- Desde esta mesura, el hallar que Berne
mente que conociera parcial o totalmente nunca, o muy pocas veces, nombró a un
las concepciones de ese autor o los signi- autor o un término, no nos autoriza para
ficados especializados de ese término. suponer que no lo conociera o no tuviera
Podremos aproximarnos a conocer su co- relevancia para él, pues es posible que, por
nocimiento, estudiando el contexto de sus diversos motivos, no considerase oportuno
menciones y el contenido de las mismas. expresar dicho conocimiento o dicha rele-
Y luego, más temprano o más tarde, con vancia. Considero que, la escasez de men-
menor o mayor consciencia, reconocién- ciones, lo que nos indica es la necesidad
dolo o no (como podría decir Ellis), hare- de prudencia para establecer que Berne
mos una comparación de lo encontrado fue influido por un autor que no aparec
con nuestros conocimientos sobre esos mencionado. Por ejemplo, afirmar que es
autores y términos. tuvo influido por el estructuralismo, cuand
A partir de ahí, podemos seguir varios no menciona ni a Wundt (Ind.2) ni a Titche-
caminos que varían desde “¡Estoy hecho ner (Ind.1), será pretencioso a menos que
un lío, esto es un rollo al que no merece la se aporte un sofisticado análisis. Con sofi
pena dedicarle más tiempo y lo dejo!”, has- ticado me refiero a algo bastante distinto d
ta la relativamente rápida calificación d la exposición de Hergenhahn (2001, p.
Berne como conocedor o no del autor o del 597) sosteniendo que George Kelly era
término, pasando por la decisión de que es existencialista.
necesario estudiarle más a fondo para lle- En el mismo estilo, el comprobar que un
gar a una conclusión. Pero, la llegada al autor o un término fueron mencionados nu-
“etiquetaje” final, siempre es por compara merosas veces, no permite afirmar má
ción con nuestros conocimientos; y nues- allá de que Berne, a saber por qué moti-
tras insuficiencias y distorsiones en los mis vos, consideró relevante hacerlo en deter-
mos teñirán nuestra evaluación. Así por minados momentos. Por ejemplo, ni sabe-
ejemplo, ¿es adecuado concluir que Berne mos sus motivos para mencionar solamen-
conocía el significado psicoanalítico del tér te en una ocasión a H. S. Sullivan (Ind.56),
mino transferencia conociéndolo deficiente oficialmente creador de la teoría interper-
mente nosotros? sonal de la psiquiatría (Berne, 1973a, p.
Mario el marciano, también puede reco- 272, 1957), ni para utilizar 1.800 veces el
nocer como obvio que si para valorar los término juego (Ind.180). Esto, por sí solo,
conocimientos de Berne acerca de todos no nos permite afirmar ni negar que para é
los autores y términos que menciona, fuera tuviese poca relevancia Sullivan y mucha
preciso que tuviéramos un conocimiento relevancia el juego. Será el estudio del
exhaustivo de ellos, además de estar bajo contenido de sus textos y de sus contextos
el influjo del driver (conductor, impulsor lo que nos dará más pistas, si bien los da-
“Sé perfecto”, no podríamos hacer más que tos cuantitativos sugieran que en el caso
unos pocos etiquetajes. Entiendo que es del juego se encontrarán referencias direc-
conveniente alejarse tanto de la poquedad tas, y en el de Sullivan habrá que hacer un
perfeccionista como del exceso fantasioso, refinado análisis. O de otra manera: l
y en esa mesura procurar introducir térmi- cuantiosa o la escasa mención es algo ob-
nos tales como “creo que”, “opino que”, vio que sirve para llamar la atención e ini-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 215

ciar una búsqueda más allá, de modo simi- Resultados


lar a que fijarse en el punto de la derech
del dibujo número 1 de Saint-Exupéry per- A continuación expongo dos tablas que
mite plantearnos que a lo mejor no esta- muestran los autores y términos, de entre
mos ante un sombrero. los seleccionados, que son mencionados
También parece obvio que es conve- en al menos 4 obras, es decir, el 23,5 % de
niente considerar que el hecho de que Ber- las 17 estudiadas. Considero que esto con-
ne mencione a un autor o un término, ya juga equilibradamente el mostrar resulta-
sean pocas o muchas veces, no implica su dos representativos y mantener un tamaño
necesaria adscripción al mismo. Sirva de reducido de la presentación. No obstante,
ejemplo su mención de Hitler en tres oca- como ya he dicho, al final del presente ar
siones (Berne, 1975c, p.181 y p. 502, tículo expongo las seis tablas que mues-
1972). En este sentido es paradigmático el tran de forma pormenorizada los resultados
ejemplo de Adler, que en su obra El carác- del recuento.
ter neurótico (1993) cita en numerosas oca- Aplicando a los autores el criterio de ser
siones a Freud: para discrepar de él en la mencionados en al menos 4 obras, obtene-
mayoría de las veces. mos 24 puestos de mayor frecuencia de
Como última llamada a la mesura en las aparición, a los que corresponden 28 auto-
conclusiones a partir del análisis cuantitati- res, donde 13 son del ámbito del psicoaná-
vo citaré al documentalista del CINDOC lisis, 6 del AT, 2 del constructivismo, 1 del
Javier Bruna cuando expone que «…la psicodrama, 1 de la neurología, 1 de la ci-
existencia de cualquier cita no implica, ne- bernética/teoría de sistemas, 1 de la tera-
cesariamente, que el autor citado haya pia sistémica, 1 de la psicobiología, 1 de la
ejercido influencia en el autor citante. fenomenología/existencialismo y 1 de la
(Bruna, 2006, p.4). psicometría.

Tabla 1: Autores seleccionados más mencionados.

Puesto Nº Índice Autor Escuela Nº Obras Nº menciones


1 46 Sigmund Freud Psicoanálisis 15 214
2 162 Eric Berne Análisis Transaccional 12 102
3 43 Paul Federn Psicoanálisis 11 35
4 49 Carl Gustav Jung Psicoanálisis 10 37
5 41 Helen Deutsch Psicoanálisis 9 11
6 42 Erik Erikson Psicoanálisis 8 37
7 55 René Spitz Psicoanálisis 8 24
8 86 Jacob Levy Moreno Psicodrama 7 17
9 174 Claude Steiner Análisis Transaccional 6 38
10 50 Eugene Kahn Psicoanálisis 6 16
10 172 David Kupfer Análisis Transaccional 6 16
11 44 Otto Fenichel Psicoanálisis 6 14
12 148 Alfred Korzybski Constructivismo 6 10
13 39 Alfred Adler Psicoanálisis 5 21
14 137 Wilder Penfiel Neurología 5 19
15 149 Jean Piaget Constructivismo 5 15

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008
216 Mariano Bucero Romanillos


Tabla 1: Autores seleccionados más mencionados.

Puesto Nº Índice Autor Escuela Nº Obras Nº menciones


15 173 Raymond Poindexter Análisis Transaccional 5 15
16 45 Sándor Ferenczi Psicoanálisis 5 13
17 115 Norbert Wiener Cibernética-Teoría sistemas 5 12
18 120 Gregory Bateson Terapia Sistémica 5 11
19 40 Franz Alexander Psicoanálisis 5 10
20 136 Adolfo Meyer Psicoanálisis 5 7
20 167 Franklin Ernst Análisis Transaccional 5 7
21 8 Soren Kierkegaard Fenomenología/Existencialismo 4 12
21 53 Otto Rank Psicoanálisis 4 11
22 51 Melanie Klein Psicoanálisis 4 8
23 168 Robert Goulding Análisis Transaccional 4 6
24 140 David Wechsler Psicometría 4 3

Con el mismo criterio de la aparición en donde 8 son del ámbito del AT, 5 del psico-
al menos 4 obras aplicado a los términos, análisis, 4 de la cibernética/teoría de siste-
obtenemos 24 puestos de mayor frecuen- mas, 4 del conductismo, 2 de la fenomeno-
cia, a los que corresponden 24 términos, logía/ existencialismo y 1 del psicodrama.

Tabla 2: Términos seleccionados más mencionados.

Puesto Nº Índice Autor Escuela Nº Obras Nº menciones


1 127 Sistema Cibernética-Teoría sistemas 17 277
2 61 Inconsciente Psicoanálisis 16 237
3 14 Fenómeno/lógico/mente Fenomenología/Existencialismo 16 154
4 111 Conducta/conductual Conductismo 15 672
5 57 Psicoanálisis Psicoanálisis 13 210
6 177 Estado del yo Análisis Transaccional 11 763
7 58 Psicoanalítico/a Psicoanálisis 11 203
8 59 Psicoanalista/s Psicoanálisis 10 91
9 181 Guión Análisis Transaccional 9 1.467
10 178 Transacción/es Análisis Transaccional 9 602
11 175 Análisis Transaccional Análisis Transaccional 9 407
12 118 Programa, programación Cibernética-Teoría sistemas 9 287
13 60 Freudiano Psicoanálisis 9 39
14 180 Juegos Análisis Transaccional 8 1.800
15 112 Patrones de conducta Conductismo 8 23
16 179 Pasatiempo/s Análisis Transaccional 7 215
17 16 Existencial/mente Fenomenología/Existencialismo 7 92
18 176 Analista transaccional Análisis Transaccional 6 51

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008
Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 217


Tabla 2: Términos seleccionados más mencionados.

Puesto Nº Índice Autor Escuela Nº Obras Nº menciones


19 87 Psicodrama Psicodrama 6 21
20 109 Reflejo condicionad Conductismo 6 10
21 117 Computadora Cinernética-Teoría sistemas 5 32
22 182 Argumento Análisis Transaccional 5 23
23 108 Condicionado Conductismo 5 7
24 116 Cibernético Cibernética-Teoría sistemas 4 13

Comentario de los resultados psicoanalíticos, seguidas por las mencio-


nes de transaccionalistas. Esta predomi-
A cada lectora o lector, la observación nancia de aquellos sobre estos no parece
de estas tablas y de las que aparecen al fi estar derivada del hecho de que de las 17
nal del artículo le puede evocar diversas obras estudiadas, únicamente 8 sean neta-
respuestas, pudiendo ser una de ellas el mente transaccionalistas, ya que si compa-
poner en duda su validez y querer compro- ramos las menciones en dichas 8 obras,
bar su fiabilidad replicando el estudio, o re equiparando el número de autores de am-
alizando uno mejor diseñado, lo cual sería bos grupos mediante la elección de los 13
tedioso para él o ella, pero enriquecedor más mencionados, encontramos los resul-
para el AT. tados de la tabla 3. Nuevamente aparece
En mi caso, concluyo que es evidente la una predominancia o nivelación en la ma-
predominancia de menciones de autores yoría de las obras, salvo en Games…

Tabla 3: Comparación entre menciones a autores psicoanalistas y transaccionalistas


en las obras de AT.

Nº Menciones Nº Menciones
Obra
de 13 psicoanalistas de 13 transaccionalistas
Berne, 1957c. Ego States in Psychotherapy 7 1
Berne, 1958c. Transactional Analysis: A New
5 0
and Effective Method of Group Therapy
Berne, 1961. Transactional Analysis in
64 15
Psychotherapy
Berne, 1963. Structure and Dynamics
36 10
of Organizations and Groups
Berne, 1964. Games People Play 9 17
Berne, 1966. Principles of Group Treatment 48 30
Berne, 1970. Sex in Human Loving 20 9
Berne, 1972. What Do You Say After
90 96
You Say Hello?
Total 279 178

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


218 Mariano Bucero Romanillos

Otra sugerencia de los datos encontra- siendo utilizados con el mismo significad
dos, es el lugar destacado que ocupan que las escuelas o modelos respectivos. O
Kahn, Federn y Erikson, profesor y psico- incluso que pueden ser términos de uso
terapeutas de Berne, al igual que el lugar común como ocurre con conducta y com-
preferente de Steiner como el transaccio- portamiento (en ambos casos behavior o
nalista que más menciona, después de sí behaviour).
mismo. También me resaltan las mencio- Sobre la tabla 2 también resalto que el
nes de Korzybski y de Piaget, que actual- hallar que menciona el término guión
mente los constructivistas incluyen en su (script) 1.467 veces y 23 el término argu-
grupo; grupo que en época de Berne to- mento (plot), parece ser un argumento
davía no despuntaba. A la vez me desta- cuantitativo que confirma mi pasada afi
ca, la variedad de autores de campos que mación de que Berne utiliza reiteradamen-
era de esperar estuvieran relacionados te script para referirse al plan de vida.
con su formación (psicobiología, neurolo- Concluyendo con el análisis cuantitativo
gía) o su vecindario (terapia sistémica), y como aproximación a las influencias en l
otros menos esperables (cibernética, psi- obra psicológica de Berne, creo que será
cometría). conveniente realizar un estudio más siste-
En cuanto a los ausentes, pueden ana- matizado, analizando las menciones y utili-
lizarse en las tablas del final del artículo y zando una clasificación del tipo de la qu
se observará que parece osado afirmar ro- según Bruna (2006, p. 7) propone López
tundamente que Berne es fenomenólogo Yepes, tipificando el lugar del texto dond
(no se ha encontrado que mencione a se encuentren (cuerpo del texto, pie de pá-
autor alguno), que es funcionalista (pare- gina, notas o referencias bibliográficas,
ce que menciona a solo 3 autores siendo etc.), calificando si evalúa al autor mencio
el mejor situado William James, con 3 nado, en qué sentido lo hace, si suscribe o
menciones en un total de 3 obras), que es contradice sus opiniones, etc.. Ardua tarea,
conductista (se ha hallado que nombra a que complementaría el análisis de los con-
4 autores con dos menciones cada uno, y tenidos de los textos que resulta más ame-
a ninguno de los destacados de esta es- no y que es lo que me dispongo a hacer en
cuela), o que estaba muy interesado en la la siguiente sección, centrada en las rela-
teoría de juegos (se ha encontrado que ciones externas de la teoría del guión.
sólo menciona a Luce y Raiffa, por su li-
bro Juegos y Decisiones y a ninguno de
los otros autores). Naturalmente que es 2. RELACIONES EXTERNAS
posible hacer tales afirmaciones, pero pa- DE LA TEORÍA DEL GUIÓN
ra que sean respetables requerirán un es-
tudio cuantitativo muy minucioso o un aná- En la sección anterior me he centrado en
lisis sofisticado de textos, yendo más allá las influencias sobre todo el Territorio Ber-
de vagas impresiones, inferencias arbitra- ne y he seguido, sobre todo, la directriz de
rias y demás errores en el procesamiento reparar en lo obvio, aunque también par-
de la información. cialmente la de encontrar lo recóndito. En
Reconozco que tales afirmaciones ro- la presente sección focalizo el estudio en el
tundas puedan ser consecuencia de la uti- campo de la teoría del guión y sus relacio-
lización que hace Berne de algunos de los nes con otras escuelas, corrientes, mode-
términos que aparecen en la tabla 2. El los y autores. Continúan vigentes ambas
uso reiterado de sistema, o fenómeno y directrices, enfatizando más la segunda en
sus derivaciones, pueden ser cantos de si- la expectativa de que pueda surgir algo pa-
rena si olvidamos que quizás no estén recido a un elefante de Saint-Exupéry.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 219

Freud: ¿“Querencia” en la obra rio podremos saber que Berne recurrente-


de Berne? mente enfatiza las semejanzas –que no
identidad– y diferencias entre la teoría del
Si el tema de la relación del AT y el psi- guión y la teoría freudiana, pareciendo di-
coanálisis a veces puede parecer un “terri- ferenciar a esta última de la teoría psicoa-
torio comanche” esquivado por viajeros nalítica, en ocasioens. Veamos algunas ci-
prudentes y recorrido, con peor o mejor for- tas.
tuna, por infrecuentes exploradores siste- En The Structure… (Berne, 1975b, 1963)
máticos y por aventureros temerarios, la hallamos el siguiente texto:
cuestión de las relaciones entre el Territo- El conjunto original de experiencias que
rio Berne y Freud se asemeja a un “campo forma el patrón para el plan es llamado el
de minas”, que podemos sortear como ar- protocolo. El complejo de Edipo de Sigmund
Freud es un ejemplo. En el análisis transac-
tificieros metódicos si nos circunscribimo
cional el complejo de Edipo no es considera-
al cotejo de las relaciones explícitamente
do como un mero conjunto de actitudes [la
declaradas por Berne. cursiva es mía], sino como un drama conti-
Comenzando cautamente, en la p. 116 nuado, dividido, como lo está el Edipo Rey de
de Transactional Analysis in Psycotherapy Sófocles, Electra, Antígona y otros dramas,
(Berne, 1975a, 1961) encontramos la que en sencillas escenas y actos que requieren a
puede ser la primera afirmación de la rela los otros representar determinados papeles.
ción entre la teoría del guión y el psicoa- (Berne, 1975, pp. 218-219, 1963)
nálisis cuando expone que «los guiones Principles… (Berne, 1966, 1966), contie-
pertenecen al reino del fenómeno de trans- ne un texto que puede ser crucial para el
ferencia». Ante esto, podemos suponer a conocimiento de la teoría del guión y de su
qué se refería Berne con el término trans- relación con los conceptos de Freud, por lo
ferencia, consultando un Diccionario de que, a pesar de su extensión, me atrevo a
Psicoanálisis como hace coherentemente citarlo:
Sáez (2001, p. 68). O podemos averiguar a La Compulsión de Repetición. El guión tie-
qué decía referirse consultando su obra ne alguna relación con la compulsión de re-
que trata del psicoanálisis, sea en su “pro- petición de Freud, y aún más con lo que lla-
tocolo” original The Mind… (Berne, 1947, ma “compulsión de destino”. Freud las rela-
1947), o en sus dos “palimpsestos” poste- ciona con el instinto de muerte, y efectiva-
mente, la muerte es el largamente esperado
riores: A Layman’s… de 1957 (Berne,
cumplimiento de muchos guiones. En psico-
1973a, 1957), o la edición que con el mis-
análisis no hay un término para las experien-
mo título publicó en 1968 (Berne, 1971). En cias originales que modelan la vida del indi-
ellas encontraremos: viduo; los analistas transaccionales lo llaman
Transferencia: la relación emocional que el “protocolo”. Lo que se repite entonces en
se desarrolla entre cualesquiera dos o más el guión es alguna versión del protocolo ori-
personas, especialmente entre un asesor y su ginal. En algunos casos, esta re-promulga-
cliente o un doctor y su paciente, cuando es- ción puede llevar toda una vida, ya que aun-
tá basada en actitudes emocionales residua- que en principio el guión es repetitivo, puede
les desde la infancia que son transferidas a la no haber suficiente tiempo para una repeti
situación actual (Berne, 1947, p.309, 1947; ción verdadera. En otros casos, sin embargo,
1973a, p. 309, 1957; 1971, p. 407, 1968). el guión total es re-promulgado varias veces,
Si nos apresuramos, este hallazgo pue- como con la mujer que se casa con un alco-
de hacernos caer en la generalización de hólico tras otro, o como con el hombre que
Beck (2002) o de Kertész (2003) y creer pierde un empleo tras otro.
que estamos ante la identidad de la teoría El Regreso al Infinito En un modo más su-
del guión y el psicoanálisis. Sin embargo, til, el guión es también reactuado como par-
si somos paseantes habituales del Territo- te de sí mismo, y estas reactuaciones a su

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220 Mariano Bucero Romanillos

vez contienen versiones de sí mismas (como Freud habla de la compulsión de repeti-


las famosas pulgas, que tenían pulguitas so- ción y de la compulsión de destino, pero sus
bre ellas picándolas, que a su vez tenían pul- seguidores no han seguido estas ideas muy
gas menores, y así ad infinitum). Así, la vid lejos para aplicarlas a los cursos de vida
total de un paciente es su guión a gran es- completos de sus pacientes. Erikson es el
cala, sus reactuaciones anuales (por ejemplo psicoanalista más activo en hacer estudios
perdiendo su empleo) son versiones menores sistemáticos del ciclo de vida humano desde
contenidas en esa matriz; y durante el año el nacimiento a la muerte y, naturalmente,
puede recorrer su guión total cada semana muchas de sus conclusiones están corrobo-
en alguna versión menor (…). radas por el análisis de guiones. En general,
Escenas y actos: Como algunos psicoana- puede decirse que el análisis de guiones es
listas, el análisis transaccional habla del “dra- freudiano, pero no es psicoanalítico [la cursi-
ma de transferencia” (más bien que de “reac- va es mía] (Berne, 1975c, pp. 79-80, 1972).
ciones” de transferencia), y reconoce esto co- Hemos podido observar que en todas es-
mo una adaptación especial del guión. Este tas citas se enfatizan las analogías y distin-
concepto ofrece considerable alcance y co- ciones entre la teoría freudiana y la teoría
herencia en el tratamiento de las manifesta-
del guión. Es obvio que esto es debido a
ciones arcaicas. Así Edipo llega a ser no me-
que los textos que he seleccionado son los
ramente un “personaje” que exhibe “reaccio-
nes”, sino el protagonista en una construc-
oportunos para tal fin, como suele hace
ción dramática… (pp. 302 y 303). cualquiera que quiera apoyar una afirma
Aunque respecto al concepto de “com- ción en una serie de citas. No obstante, he
pulsión de destino” no he encontrado algu- hecho la selección convencido de que son
na mención de Berne, sí podemos averi- textos representativos de los que general-
guar qué decía sobre la “compulsión de re- mente pueden hallarse en la obra de Berne
petición”. Consultando la trilogía The cuando trata de las relaciones entre ambas
Mind… hallaremos que cuando trata de los teorías. Pero esto ya no es obvio, por lo que
modos de la conducta neurótica expone: siguiendo con mi promoción del turismo li-
Todos ellos emplean una y otra vez de nue- terario, invito a quien esté leyendo a que vi-
vo los mismos métodos inútiles o perjudiciales site, explore y habite el Territorio Berne, y
para esta expresión encubierta. Esta es llama- pueda pasar de la creencia a la sapiencia.
da la “compulsión de repetición”. El individuo Tras esta publicidad nada subliminal,
parece ser compelido a usar los mismos pa- centrándonos en la última cita expuesta,
trones de reacción una y otra vez cuando el Yo me surgen dos cuestiones: ¿Cuál era la di-
pierde el control. (Berne, 1947, p.137, 1947; ferencia que establecía Berne entre freu-
1973a, p. 137, 1957; 1971, p. 174, 1968). diano y psicoanalítico? y ¿A qué se refería
En What Do You…, en relación con los con «puede decirse que el análisis de
dos textos citados de The Structure… y de guiones es freudiano»?
Principles…, encontraremos las siguientes En el Territorio no he encontrado una
citas: distinción explícita entre freudiano y psico-
Freud relaciona directamente muchos as-
analítico, pero sí una relación explícita en-
pectos de la vida humana con un solo drama,
el mito de Edipo. En el lenguaje psicoanalíti-
tre ambos. En 1968, dos años antes de la
co, el paciente es Edipo, un “personaje” que frase considerada, en A Layman’s Guide…,
exhibe “reacciones”. Edipo es algo funcio- repite en el glosario lo dicho en las edicio-
nando en la cabeza del paciente. En el aná- nes de 11 y 21 años atrás, ofreciendo la si-
lisis de guiones, Edipo es un drama en curso guiente definición
que verdaderamente está teniendo lugar jus- Psicoanálisis Un sistema de estudiar,
to ahora, dividido en escenas y actos, con un cambiar, y pensar acerca de la conducta hu-
desarrollo, un clímax y un desenlace (Berne, mana desarrollado por Sigmund Freud. Trata
1975c, p. 79, 1972). principalmente con la psicología del Ello y el

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Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 221

modo del Yo de manejar las tensiones del te a miembros de la ciencia cristiana, etc. Ta-
Ello. Como un método de tratamiento, habi- les diferencias en los puntos de vista, tal co-
tualmente requiere sesiones casi diarias de mo están habitualmente expuestos, están
una hora durante un año o más, dado que el más allá de la competencia de la investiga-
Ello es difícil de domesticar. (Berne, 1947, ción científica
p.306-307, 1947; 1973a, pp. 306-307, 1957; Las objeciones psicoanalíticas son jesuíti-
1971, pp. 404-405, 1968). cas. Como doctrina, el análisis de guiones no
Desde un abordaje exclusivamente do- es independiente de, o irrelevante para, el
xográfico (ordenar opiniones de un filósof psicoanálisis, es una extensión de él, y por
o autor, en torno a un tema) puede existir tanto, es considerado por algunos como an-
una contradicción puesto que si bien en es- tianalítico, y como, en efecto, no pagano pe-
ro sí como una herejía dentro de la doctrina
ta cita parece identificar freudiano y psico
misma. Así, la herejía monofisista fue mera
analítico, dos años después (Berne, 1975c,
mente una extensión de la doctrina católica
pp. 443-443, 1972) parece hacer una dis- romana, y ello inquietó a la Iglesia mucho
tinción entre ambos. Claro que Mario el más que el paganismo, para el cual la pena
marciano, afrontaría la cuestión pensando era solamente la conversión, más que la de-
que Berne pudo cambiar de opinión en capitación (Berne, 1975c, p. 441, 1972).
esos dos años. Las acepciones del uso vulgar del térmi-
Si adoptamos una posición hermenéuti- no inglés jesuitical son similares a las del
ca (arte de bien interpretar el discurso o los español jesuítico, por lo que en el contexto
textos) podemos, entre múltiples interpreta- del texto no parece que el calificativo se
ciones, considerar que puede referirse a un elogio de dichas objeciones.
que es freudiano el admitir la compulsión Continuaré exponiendo este texto, aun-
de repetición y la compulsión de destino, y que sea marcadamente extenso, pues lo
el no admitirlo no es freudiano aunque pue- considero imprescindible para el conoci-
da ser psicoanalítico. Y en la medida en miento de lo que Berne dijo respecto a las
que el análisis de guiones admita ambas relaciones entre la teoría del guión, Freud
“compulsiones” puede adjetivársele de y el psicoanálisis.
freudiano en un sentido no literal, como Para tratar las objeciones presentadas por
cuando el decir que un niño es “un angeli- algunos psicoanalistas (generalmente cuan-
to” no significa que de hecho tenga alas do son confrontados por un miembro del per-
el rango de querubín. sonal residente el cual realmente quiere ha-
En la misma comarca de What Do You… cer análisis de guión en una clínica u hospi-
muchas páginas después encontramos un tal orientado psicoanalíticamente), es nece-
paraje dedicado a las objeciones a la teo- sario encontrar el significado de “antianalíti
co”.
ría del guión. Considero que este capítulo
Los analistas de guión se suscriben a las
21 –al igual que el capítulo 13 de Princi- doctrinas de Freud en su totalidad [la cursiva
ples…–, es un lugar que conviene recorrer es mía], y sólo desean añadir algo a la luz de
para conocer o recordar parte de lo que más experiencia. Las diferencias entre la vi-
Berne expuso acerca de las relaciones en- sión ortodoxa y la del análisis de guión son
tre aspectos del AT y aspectos del psicoa- de énfasis. Realmente, los analistas de guión
nálisis. En dicho capítulo 21, encontrare- son “mejores freudianos” que los analistas or-
mos lo siguiente: todoxos. El autor, por ejemplo, junto a haber
Las objeciones doctrinales caen dentro de repetido y confirmado las observaciones con
dos clases: religiosas y psicoanalíticas. Des- vencionales de Freud, además cree plena-
de el punto de vista religioso, la cuestión del mente con él lo concerniente al instinto de
guión es la de la predestinación o algo simi- muerte, y lo penetrante de la compulsión de
lar frente a la libre voluntad [¿libre albedrío?]. repetición. Por esto, ha sido llamado “anti-
Presbiterianos frente a judíos, católicos fren- freudiano”. También cree que las palabras

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222 Mariano Bucero Romanillos

cortas pueden expresar lo que conocemos Ante lo chocante de la afirmación “los


sobre la mente humana más concisamente, analistas de guión se suscriben a las doc-
convincentemente, e inteligiblemente que las trinas de Freud en su totalidad”, podemos
palabras largas, y que la terminología de reaccionar pensando que Berne no corrigió
Freud ha sido mal empleada para un propó- las pruebas de imprenta de What Do You…
sito que Freud mismo hubiera criticado – pa-
y atribuir que, de haberlo hecho, hubiera
ra oscurecer los hechos [la cursiva es mía].
Ha sido llamado “antianalítico” por esto; no
cambiado esos párrafos. ¡Y es posible! Pe-
por hacer algo al respecto, sino meramente ro si fuéramos coherentes con este argu-
por expresar la idea. Los analistas de guión mento de la “no corrección de galeradas”
creen en el inconsciente, pero enfatizan el podríamos poner en duda cualquier parte
consciente cuando tratan con pacientes para de What Do You…, o la obra entera. Y es-
quienes el psicoanálisis ortodoxo es más o to implica una conmoción mayor que la
menos inadecuado, de acuerdo con los pro- ocasionada por el texto mencionado, lo
pios planteamientos de Freud. Y lo que es cual resuena a lo que dice Watzlawick
más, los analistas de guión no pretenden que (2007) acerca de que a veces una solución
lo que hacen es psicoanálisis, dado que no inadecuada a una dificultad, transforma
lo es. (Muchos terapeutas que hacen terapia esta última en un problema.
psicoanalítica, la cual no es psicoanálisis, in-
También podemos interpretar que esos
tentan seguir las reglas establecidas por los
párrafos son una declaración de adscrip-
psicoanalistas, las cuales son naturalmente
inadecuadas y dificultan el tratamiento). D ción a la teoría freudiana. ¡Y es posible!
ahí que el análisis de guiones puede ser lla- Pero concluir que hay una identidad entre
mado “para-freudiano” (por alguno que tiene la teoría del guión y la freudiana supone un
razones particulares para hacer de ello una salto lógico triple mortal y sin red, pues en
cuestión), pero no puede, de manera justa, los textos que he expuesto anteriormente
ser llamado antianalítico, y desde luego tam- aparece una clara insistencia en remarcar
poco antifreudiano (pp. 442-443). diferencias, y en el texto que estamos con-
Por la resonancia que pueda tener este siderando se dice “los analistas de guión
texto, continúo tentando la paciencia del no pretenden que lo que hacen es psicoa-
lector o la lectora y expongo que la cita 1 nálisis, dado que no lo es”.
es la siguiente: Tras haber jugado dos veces al “Si…,
Giovanicchini, P. L. “Aspectos caracterio- pero…” expondré mi interpretación, mi in-
lógicos de la interacción marital”. Psychoana- vención. Creo que en el texto que nos ocu-
litic Forum 2: 7-29, Primavera, 1967, con de-
pa hay una queja hacia algunos psicoana-
bate de E. Berne y réplica de Giovanicchini.
listas, no sé si muchos o pocos, pero no
(p. 448).
¿Lo expuesto en las pp. 441 a 443 nos hacia el psicoanálisis, y que Berne puede
está mostrando algo parecido al “elefante” estar reivindicando que no se le etiquete de
de Saint-Exupéry? A diferencia de lo que antianalítico, ni al análisis de guiones se le
ocurrió con el autor de El Principito, no es- catalogue como enemigo de la teoría psi-
tá Berne para aclararnos con un nuevo “di- coanalítica, a la cual, como buen conoce-
bujo” qué representa este “dibujo”. Hasta dor, distingue de los supuestos freudianos
donde yo sé, no podemos averiguar a que y de las terapias psicoanalíticas. Animo a
se refería con dicho texto, sólo suponerlo, la lectora o lector a averiguar dichas distin-
sólo interpretar, y, al hacerlo, siempre du- ciones conociendo lo que al respecto apor-
do de en qué medida estamos desentra- ta Martorell (Martorell, 1996; Martorell y
ñando un significado (descubriendo) y has Prieto, 2002)
ta dónde estamos atribuyendo, “proyectan- Otra invención mía es que, a la vista del
do” o “construyendo” un significado (inven número de menciones sobre Freud halla-
tando). das en el análisis cuantitativo (tabla1 y ta-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 223

bla 4b con Ind.46) y de las citas expuestas cia en que se basa este artículo, informara
en relación al guión, considero que, por los que Campbell fue mentor de George Lucas
motivos que sean, en la obra de Berne es- a quien asesoró en la elaboración del guión
tá presente una “querencia” respecto a de la Guerra de las galaxias.
Freud, considerando “querencia” en cual- Dejando la saga de los Skywalker, con-
quiera de las siguientes acepciones reco- tinuemos como caminantes de la tierra de
nocidas por el Diccionario de la Lengua Es- What Do You… (Berne, E.; 1975c, 1972),
pañola: obra a la que se referirán todas las citas si-
– Acción de amar o querer bien. guientes. En ella, y en relación con el
– Inclinación o tendencia del hombre y guión, Berne menciona que Jung «está a
de ciertos animales a volver al sitio en favor de pensar sobre mitos y cuentos de
que se han criado o tienen costumbre hadas, y ésa es una parte importante de su
de acudir. influencia» (p. 79)
– Tendencia natural o de un ser anima- Sobre Rank, otro algo díscolo de la or-
do hacia algo. todoxia freudiana, comenta que «mostró
Para abundar sobre esta “querencia” re- que los mitos y cuentos de hadas más im-
comiendo la lectura del prefacio de Tran- portantes proceden de un solo argumento
sactional Analysis… (Berne, 1975a, pp. 12 básico, y dicho argumento aparece en los
y 13, 1961), de The Structure… (Berne, sueños y vidas de gran número de perso-
1975b, pp. 47, 50 y 51, 1963), de Princi- nas en todo el mundo» (p.79). Posterior-
ples… (Berne, 1966, p. 99 y de la 292 a la mente, en la p. 90 y en un capítulo en que
305, 1966), y de What Do You… (Berne, habla de guiones de nacimiento, vuelve a
1975c, pp. 256 y 257, 1972) referirse a Rank y al mito del nacimiento
del héroe en relación con el “guión de ex-
Vecinos psicoanalistas díscolos pósito”. Merece la pena darse un paseo de
lectura por el libro El mito del nacimiento
Berne en What Do You… (Berne, E.; del héroe (Rank, 1961), como al parecer hi-
1975c, 1972) también comenta relaciones zo Berne.
de la teoría del guión con las teorías de di- Acerca de Erikson (por favor, con “k” y
versos allegados al modelo psicoanalítico; sin “c”, para no confundirlo con Milton
disidentes que no pueden alinearse con los Erickson), el finalmente psicoanalista hete
caballeros de la mesa freudiana y sus fie rodoxo de la psicología del yo que fue su
les seguidores. Así, cita a Joseph Camp- terapeuta y tocayo homófono, dice que es
bell, «el cual se basa a su vez en Jung y «el psicoanalista más activo en hacer estu-
Freud» (p. 79) y en cuyo libro El héroe de dios sistemáticos sobre el ciclo vital huma-
las mil caras, escrito en 1948, «la idea ge- no» (p. 80) y que «naturalmente, muchos
neral de que las vidas humanas siguen los de sus descubrimientos son corroborados
patrones encontrados en mitos, leyendas, y por el análisis de guiones» (p.80).
cuentos de hadas, es muy elegantemente Respecto de Adler, prístino disidente de
elaborada» (p. 79). De dicho libro dice que Freud (Mandolini, 1960), si es que alguna
«es el mejor libro de texto para el analista vez fue su discípulo, además de comentar
de guiones» (Berne, 1975c, p. 68, 1972). que «de todos los que precedieron al aná-
Sugiero que se visite y experimente lo ar- lisis transaccional, Alfred Adler viene a ser
duo que puede ser a veces el recorrido del el más cercano a hablar como un analista
héroe lector, o de la heroína lectora, a tra- de guiones» (p.80), le transcribe una cita a
vés de las diversas mitologías. Y en rela- la cual sólo objeta «(1) que el plan de vida
ción con este autor, agradezco a LLuís Ca- generalmente no es inconsciente, (2) que
sado que, en la presentación de la ponen- la persona no es la única responsable de

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


224 Mariano Bucero Romanillos

él y (3) que la meta y la manera de alcan- ral y behavioral (conductual, comportamen-


zarla (las transacciones reales, palabra por tal), ocupa el cuarto lugar en frecuencia de
palabra) pueden ser predichas con más aparición, con una presencia en 16 obras y
precisión incluso que lo que Adler sostuvo» en 649 ocasiones. Sin embargo en ese
(p.80). mismo análisis, behaviorism (conductismo),
Quizás las citas precedentes que hacen solo se ha encontrado en 1 ocasión, y es
referencia a Freud y otros habitantes del precisamente la de la cita que se acaba de
ámbito psicoanalítico, pudieran despertar la exponer. Behaviorist (conductista) no se ha
esperanza de utilizarlas para fundamentar encontrado una sola vez. El término beha-
una corriente pro-AT-psicoanalista, si es vior therapy (terapia de conducta) se ha en-
que tal cosa pudiera existir. Pero el caso es contrado en 5 ocasiones en 1 obra. De
que en la misma zona donde Berne pare- conditioning (condicionamiento) se encuen-
ce reivindicar que se le valore con propie- tran 2 menciones en 1 obra, de conditioned
dad, hay un pasaje relativo a la diferencia- se encuentran 7 menciones en 5 obras, de
ción de la teoría del guión con la teoría de conditioned response (respuesta condicio-
los estilos de vida de Adler y con la de los nada) se ha hallado 1 mención en 1 obra y
arquetipos de Jung. Es el siguiente texto: de conditioned refle (reflejo condicionado
La esencia de la teoría del guión reside en se han contabilizado 10 menciones en 6
el análisis estructural. Sin la teoría de los es- obras. Patrón de conducta (pattern of be-
tados del yo, y específicamente los estado havior) se encuentra en 8 obras con 23
del yo Padre, Adulto y Niño, pueden existir un menciones. Por tanto, merece un análisis
infinito número de observaciones y afirmaci
refinado para afirmarse un carácter con-
nes, pero no existe teoría del guión. (p. 443).
ductista de la obra de Berne, sobre todo te-
Ante ello podemos decir: así habló Eric
niendo en cuenta la cita anterior.
Berne.
En Sex in Human Loving (Berne, 1973b,
El vecino conductista 1970), cuya traducción al español como
Hacer el amor ¿Qué hace usted del amor
En el mismo libro, apenas unos minutos cuando hace el amor? refuerza mi confian
de lectura después, puede leerse la afir za en la capacidad creativa del ser huma-
mación siguiente: «Por tanto, la teoría del no, hay dos citas sobre el condicionamien-
guión no es conductismo [la cursiva es to (pp. 120 y 140). La primera trata sobre
mía]. No postula que todo, o incluso mu- el condicionamiento para demorar el impul-
cho, de lo que deben hacer las personas es so inicial en la sexualidad. En la segunda,
el resultado del “condicionamiento”» expone que «me he referido al impulso ini-
(p.445). cial condicionado como “posible” porque no
Esta afirmación se refiere específica- tengo material clínico para probarlo» y a
mente a la teoría del guión, pero creo opor- continuación hace varios comentarios que
tuno hacer una digresión para tratar breve- me sugieren un tono humorístico.
mente la cuestión de las relaciones del En A Layman’s Guide to Psychiatry and
conductismo y la obra de Berne, sobre la Psychoanalysis (Berne, 1971, 1968), obra
cual quizás nos lleguen más leyendas que que por su título tal vez pueda producir re-
hechos. celo en una corriente pro-AT-conductista, si
Tal como se ha expuesto en la sección es que ello pudiera existir, se encuentran
anterior, en el análisis cuantitativo de tér- textos que valoran positivamente a la tera-
minos se ha encontrado que el término es- pia de conducta. Así la menciona como mé-
tadounidense behavior y el inglés beha- todo de psicoterapia junto con otras como la
viour, (conducta o comportamiento en es- existencial, la gestalt y la no directiva
pañol) con sus derivados tales como el plu- (p.286). Más adelante dice que «la tercera

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Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 225

aproximación que está basada en un teoría El psicodramatista puede deliberadamente


cuidadosamente comprobada es la terapia disponer para que el paciente represente par-
de conducta» (p. 288) y también que «qui- te de la historia de su vida. El analista tran-
zás la terapia de conducta es el mejor trata- saccional considera cuanto ocurre espontá-
miento para curar ciertos síntomas especia- neamente en una reunión de un grupo se-
dentario como una representación de todo o
les de neurosis (…) pero esta conclusión no
parte del guión del paciente (no “simbólica-
es aceptada en el presente por la mayoría mente”, que evade la cuestión, sino realmen-
de los psiquiatras convencionales» (p. 288). te, en una convincente, condensada, y no tra-
En las notas finales del capítulo (p. 300), co bajosamente forma codificada) (Berne, 1966
mo libro fácilmente accesible recomienda el p.313, 1966).
documento Técnicas de Terapia de Con- En What Do You… (Berne, 1975c,
ducta de J. Wolpe y A.A.Lazarus y en la p. 1972), nos encontramos con una mención
375 expone que «de las varias formas de a Laing, del que Berne dice que en una
psicoterapia, el psicoanálisis, el análisis tran- emisión de radio reciente –reciente en
saccional, la terapia en grupo, y la terapia de 1970– describió «un punto de vista de la vi-
conducta muestran dar los mejores resulta- da que es prodigiosamente similar, incluso
dos». En la p. 377 menciona a los terapeu- en su terminología, a la teoría discutida en
tas de conducta, al igual que a los psicoa- este libro» (p. 81).
nalistas, al comentar la dificultad de evalua Siguiendo con el vecindario, nombraré
los resultados de los tratamientos. varios autores que Berne menciona en es-
Mi impresión es que Berne, aunque muy ta misma obra, en la parte dedicada al
interesado en la conducta, no estaba es- guión en la práctica clínica. Indico entre pa-
pecialmente encandilado con el conductis- réntesis una ocupación (posiblemente ten-
mo. Puede ser interesante hacer un análi- drían varias) a la que se dedicaban, según
sis refinado para indagar sobre posibles ca he podido averiguar. Así dice que «el pri-
racterísticas conductistas de Berne, pero mer intento de alguna aproximación al aná-
con los datos comentados, afirmar rotun lisis de guión fue el libro de Freud sobre
damente su conductismo es un salto lógico Leonardo da Vinci» (p. 339). Continúa
triple mortal sin red ni seguro de asistencia mencionando, y resumo, que el siguiente
sanitaria. hito es la biografía de Ernest Jones (neu-
rólogo psicoanalista) sobre el propio Freud.
Otros vecinos de al lado Cita que Erikson (psicoanalista) había es-
tudiado los cursos de vida de Lutero y de
En Principles… en su capítulo 13, halla- Gandhi y que las biografías de León Edel
remos la siguiente cita de relación de la (crítico literario) sobre Henry James (litera-
teoría del guión con el análisis existencial: to) y el estudio de Zeligs (psicoanalista) so-
Una persona libre de guión está prepara-
bre la relación Hiss-Chamberlain (estadis-
da para una intimidad sincera libre de juegos
ta) revelan muchos elementos de guión.
si encuentra a alguien como ella que está li-
bre de juegos, o que puede llegar a estarlo
Menciona que la aproximación más cerca-
bajo las circunstancias adecuadas. Un en- na a un estudio científico de los guiones e
cuentro tal es probablemente la forma más de McClelland (psicólogo social) que estu-
elevada de lo que los existencialistas llaman dió la relación entre historias oídas y leídas
un “encuentro”. Así, en términos transaccio- por niños y sus motivos vitales, trabajo se-
nales un encuentro es una preparación para guido años después por Rudin (psicólogo)
la intimidad (Berne, 1966, p.311, 1966). que estudió la causas de muerte de los mo-
La misma obra, muestra un texto refe- tivados por tales historias, hallando, según
rente al psicodrama que se relaciona con la Berne, una relación con los guiones de
cuestión del guión: triunfadores y de poder. Berne comenta

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


226 Mariano Bucero Romanillos

que dicho estudio «cuadra fácilmente en la gías entre el guión de vida y el de teatro,
estructura del análisis de guión aquí dada» que comienza con la afirmación de que
(p. 340). «Los guiones teatrales son intuitivamente
derivados de los guiones de vida, y un
Las actividades escénicas relacionadas buen modo de empezar es considerar las
conexiones y similitudes entre ellos» (p.
En la primera aparición en escena del 55). En las siguientes tres páginas, Berne
concepto de guión en la página 23 de TA desarrolla dichas semejanzas, y animo al
in… (Berne, 1975a, 1961), se establece el espectador a que vea entera la secuencia
vínculo con el teatro al hablar de guión co- original leyendo la obra citada. A continua-
mo «un extenso plan inconsciente de vida ción presento un sumario, utilizando la nu-
que es llamado guión, siguiendo los guio- meración que Berne utiliza:
nes teatrales que son derivados intuitivos 1. Ambos están basados en un número
de estos dramas psicológicos». limitado de temas, de los cuales el
A partir de ahí, los paralelismos con el mejor conocido es la tragedia edípica.
teatro aparecen reiteradamente como Los demás pueden asimismo ser en-
puede consultarse en las pp. 116, 117 y contrados en el drama griego y la mi-
164 de TA in.. (Berne, 1975a, 1961), en tología griega. (p. 55).
las pp. 218 y 219 de The Structure… 2. En ambos, el teatro y en la vida real,
(Berne, 1975b, 1961) y en la p. 228 de la las entradas deben ser memorizadas
misma, donde se encuentra la única de- y dichas exactamente y así los de-
claración explícita que he encontrado (no más responderán de un modo que
quiere decir que no haya otras) entre la justifique el avance de la acción (p
teoría del guión y el cine: «El parecido 56)
con el desarrollo de los guiones teatrales 3. Un guión debe ser ensayado y rees-
y de cine es evidente, y a veces extraor- crito antes de que esté listo para la
dinario» (p. 228) representación más dramática. En el
En Games... (Berne, 1968, 1964), hay teatro hay lecturas, reescrituras, en-
escasas apariciones del concepto de guión sayos y pruebas antes del gran mo-
y no pude ver ninguna que se refiriese a s mento. (p. 57)
relación con el teatro o el cine, pero en 4. Casi todo guión tiene papeles de “bue-
Principles… (Berne, 1966, 1964), hay una nos chicos” y “malos chicos”, y de
mención en la p. 303 cuando habla de es- “ganadores” y “perdedores”.(p. 57)
cenas y actos. En Sex in… (Berne, 1973b, 5. Todos los guiones, sea en el teatro o
1970) en las pp. 150 y 151 se muestra una en la vida real, son esencialmente
clasificación de los guiones en cuanto a respuestas a la cuestión básica del
tiempo, en los tipos de Nunca, Siempre, encuentro humano “¿Qué dice usted
Hasta, Después, Una y otra vez y de Final después de decir hola?” (p. 58)
Abierto, estableciéndose su paralelismo 6. Las escenas del guión de vida han de
con los mitos griegos, aunque no lo haga ser establecidas y motivadas antes
con el teatro. En el capítulo 11 de What Do del momento, justo igual que las es-
You… (Berne, 1975c, 1972), Berne hace cenas teatrales. (p. 58)
una reposición (¿o mejor un palimpsesto?) Posteriormente, en la p. 217 menciona el
de dicha clasificación de los guiones, lo triángulo del drama de Stephen Karpman y
cual tiene la honestidad de declararlo en la en la 241 el estudio de Richard Schechner
nota al pie de la p. 234. de «los patrones temporales en el teatro
En esta última obra, en el capítulo 3 pue- que también se aplican a la dramaturgia de
de verse la más nítida secuencia de analo- los guiones de la vida real»

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión 227

Aunque hay más textos que establecen to de los seguidores. La siguiente esce-
el paralelismo con el teatro a lo largo de la na es que unos proclaman que la san-
obra de Berne, quiero acabar este aparta- dalia es la señal del maestro y se con-
do con una cita perteneciente a la secuen- vierten en seguidores de la misma, mien-
cia de las pp. 78 a 81, la cual recomiendo tras que los otros hacen lo propio con la
visitar, pues es un regalo de frescor para calabaza. La acción siguiente es que
los viajeros acostumbrados a soportar los ambas facciones comienzan a pelear en-
efectos abrasadores de la ficticia originali tre sí para imponer su concepción. Des-
dad de quienes no citan sus referencias ni de un punto de vista marciano, parecerí-
sus fuentes. Es la siguiente: an terrícolas aspirantes a ser de Urano
Pero antes de entrar a considerar cómo por sus deseos de “comerse” a los que
los guiones son elegidos, reforzados, y pues- consideraban que ponían en peligro la
tos en funcionamiento, y diseccionar los ele- primacía de su creencia.
mentos que los forman, deberemos estable- Al recorrer el Territorio Berne encontra-
cer que la idea no es enteramente nueva.
remos declaraciones explícitas sobre in-
Hay muchas alusiones en la literatura clásica
fluencias, parentescos y relaciones de ve
y moderna al hecho de que todo el mundo es
un escenario y todas las personas en él me-
cindad entre la teoría del guión y otras teo-
ramente actores, pero las alusiones son dis- rías, autores y materias. También nos pue-
tintas de la investigación sobre la materia de parecer entrever fugazmente, palpar
fundamentada e informada. Tales investiga- momentáneamente, o escuchar brevemen-
ciones han sido llevadas a cabo por muchos te, “señales” que nos permiten realizar una
psiquiatras y sus discípulos, pero no han po- interpretación de la relación con teorías,
dido llegar muy lejos en una forma sistemáti- autores y materias a los que somos procli-
ca porque no tenían a su disposición las po- ves. Como ya he dicho, para mí la inter-
tentes armas del análisis estructural (tran- pretación conlleva la dificultad de distingui
sacciones diagramadas y clasificadas), análi hasta dónde es descubrimiento y hasta
sis de juego (descubrimiento del estafador, dónde es invención, por lo que creo con-
del timo, el conmutador, y el saldo), y el aná-
veniente cierta meticulosidad en las infe-
lisis de guión (la matriz del guión con los sue-
rencias y deducciones.
ños, las camisetas, los cupones, y otros ele-
mentos derivados de ello) (Berne, 1975c, pp. Considero conveniente apartarse de los
78 y 79, 1972). errores en el procesamiento de la informa-
Una vez más podemos observar que se- ción y en especial de una actuación de Pro-
ñala similitudes y diferencias, nunca identi- custo y su lecho, o de las hermanastras de
dad. Cenicienta ante el zapato-patrón-selector-
de-princesas-consortes, en la versión ale-
mana del cuento (Grimm, 2006 p. 215 y s).
3. LA VIDA DE BRIAN Se puede degustar el Territorio paladeán-
Y LA CONCLUSIÓN dolo y aceptar que lo que nos desagrade
también es parte del plato servido, sin em-
En la película La vida de Brian (1979) peñarse en mantener un “euhemerus” (ver
de la factoría Monty Python, hay una se- Berne, 1973b, p. 33, 1970) a toda costa.
cuencia en la que el protagonista, hu- Procede alejarse de adscribirse a ultranza
yendo, pierde una sandalia que es reco- a “sandalias” o “calabazas” y ello nos per-
gida por parte de una muchedumbre que mitirá disfrutar de la cotidianidad y grande-
le sigue puesto que cree que es un me- za de Eric Berne, un peculiar miembro de
sías. Continúa corriendo después de sa- la especie humana que hace un tiempo vi-
ciar su sed con el agua de una calabaza vió en la Tierra, quizás buscando siempre
que, al arrojarla, es recogida por el res- su asteroide 3251.

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Tabla 4a: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.
228

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Estructuralismo
1 Titchener, E.B.
2 Wundt, W.
Fenomenología / Existencialismo
3 Brentano, F.
4 Buber, M.
5 Heidegger, M.
6 Husserl, E.
7 Jaspers, K.
8 Kierkegaard, S. 4 3 3 2 4 12
9 Ponty, M.
10 Sartre, J.P. 2 4 2 6
11 Scheller, M.
12 Fenomenología 1 1 1
13 Fenomenólogo/s

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14 Fenómeno/lógico/mente 4 4 1 4 2 3 1 1 66 2 12 6 29 4 8 13 16 154
15 Existencialismo 1 2 2 3
16 Existencialista/s 1 2 2 3
17 Terapia existencial 4 1 4
18 Terapeuta existencialista 1 1 2 1
19 Existencial/mente 2 8 17 23 30 4 8 7 92
Funcionalismo
20 Angell, J.R.
21 Baldwin, J.M.
22 Carr, H.
23 Catell, J.M.
24 Dewey, J.
Mariano Bucero Romanillos



Tabla 4a: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
24 Dewey, J.
25 Hall, G.S.
26 James, W. 1 2 2 3 3
27 McDougall, W. 3 1 3
28 Mead, G.H. 3 1 3
29 Münsterberg, H.
30 Woodworth, R.S.
31 funcionalismo
32 funcionalista/s
33 pragmática/mente 7 6 2 13
Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión

Tabla 4b: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Cognitivismo
34 Ellis, A.
35 Cognitivismo
36 Cognitivista/s
37 cognitivo/a 1 4 2 3 7
38 cognición 1 1 14 3 16
Psicoanálisis
39 Adler, A. 12 11 2 10 7 5 21
40 Alexander, F. 2 4 1 5 1 5 10
41 Deutsch, H. 3 1 1 1 3 2 2 2 1 9 11
42 Erikson, E. 1 4 4 5 4 3 3 16 8 37
43 Federn, P. 5 1 1 6 6 2 2 9 4 4 4 11 35

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


44 Fenichel, O. 2 1 4 2 4 3 6 14
229



Tabla 4b: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.
230

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
45 Ferenczi, S. 5 2 2 2 2 5 13
46 Freud, S. 53 6 1 4 59 5 3 28 1 20 4 26 43 13 44 15 214
47 Fromm, E. 2 2 2 4
48 Horney, K. 11 14 8 3 14
49 Jung, C.G. 13 2 1 2 18 3 2 3 9 6 10 37
50 Kahn, E. 8 1 6 4 3 2 6 16
51 Klein, M. 2 3 2 1 4 8
52 Lacan, J.
53 Rank, O. 3 3 2 8 4 11
54 Reich, W. 2 1 2
55 Spitz, R. 1 2 7 3 3 6 3 1 8 24
56 Sullivan, H.S. 1 1 1
57 Psicoanálisis 82 1 80 1 3 31 1 7 8 51 84 8 15 13 210
58 Psicoanalítico/a 59 55 2 1 35 10 2 66 51 8 20 11 203
59 Psicoanalista/s 49 1 43 6 2 8 44 1 23 10 91

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60 Freudiano/s 22 1 2 23 1 1 2 2 8 13 9 39
61 inconsciente 140 4 1 10 149 3 2 14 1 22 7 3 113 3 16 16 237
62 Mente/Mental 288 10 2 2 11 288 4 4 2 49 1 69 25 68 167 56 72 17 666
63 Sentir/sentimiento/emoción 504 5 5 4 436 2 4 134 88 74 177 558 93 206 13 1.345

Tabla 4c: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Teoría de Juegos
64 Dresher, M.
65 Flood, M.
66 Luce, R.D. 3 2 2 5
Mariano Bucero Romanillos



Tabla 4c: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Teoría de Juegos
67 Nash, J.
68 Raiffa, H. 3 2 2 5
69 Tucker, A. W.
70 Von Neumann, J.
Biotipologías
71 Jaensch, E. R. 1 2 2 3
72 Kretschmer, E. 2 2 2 3 2
73 Sheldon, W. H. 4 4 2 3 4
Teoría de la Gestalt
74 Bender, L. 2 2 2 4
Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión

75 Kofka, K.
76 Köhler, W. 1 1 1
77 Lewin, K. 2 2 2 4
78 von Ehrenfelds, C.
79 Wertheimer, M.
80 Psicología de la Gestalt 0 0
81 Concepto Gestalt 1 1 2 2
82 gestáltico 0 0
Terapia gestáltica
83 Perls, F. 3 2 3 3 8
84 terapia gestalt 9 9 3 3 21
85 terapeuta gestáltico 1 2 2 3
Psicodrama
86 Moreno, J. L. 2 2 2 4 7 3 1 7 17
87 Psicodrama 4 4 2 10 8 1 6 21
88 Psicodramatista/s 2 1 2 3

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231

89 psicodramático/a 3 1 3
Tabla 4d: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.
232

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Conductismo
90 Bandura, A.
91 Bechterev, V.
92 Eysenck, H. I.
93 Hull, C. I.
94 Kantor, J.
95 Kuo, Z. Y.
96 Lazarus, A. 2 1 2
97 Pavlov, I. V. 1 1 2 2
98 Sechenov, I. M.
99 Skinner, B. F.
100 Thorndike, E. L. 2 2 1 3 2
101 Tolman, E. C.
102 Watson, J. B.
103 Wolpe, J. 2 1 2

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104 Conductismo 1 1 1
105 conductista 0 0
106 terapia de conducta 5 1 5
107 Teoría condicionamiento 2 1 2
108 Condicionado 1 1 2 2 1 5 7
109 Reflejo condicionad 3 3 1 4 2 3 6 10
110 respuesta condicionada 1 1 1
111 Conducta/conductural 99 2 5 65 91 5 2 2 84 70 32 76 144 34 122 15 672
Patrones de conducta
112 1 2 4 6 4 2 2 3 8 23
(incluido en 111)
Cibernética - Teoría de sistemas
113 Ashby, W. 2 2 2 3 6
Mariano Bucero Romanillos



Tabla 4d: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Cibernética - Teoría de sistemas
114 von Bertalanfty, L. 2 1 2
115 Wiener, N. 2 1 5 2 2 5 12
116 Cibernético/a 2 10 1 1 4 13
117 Computadora 3 2 9 8 10 5 32
118 programa/programación 1 1 55 11 23 32 6 40 120 9 287
119 sistema 70 6 2 4 2 69 5 6 2 33 1 25 12 30 78 36 35 17 277

Tabla 4e: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión

Terapia Sistémica
120 Bateson, G. 1 3 4 2 1 5 11
121 Haley, J.
122 Jackson, D. D. 2 1 2 3
123 Satir, V. 5 2 2 7
124 Watzlawick, P.
125 Weakland, J. H. 2 1 2
126 Sistémico/a 0 0
127 terapia sistémica 0 0
Hipnosis / Psicobiología / Nosología / Neurología / Psicología clínica / Psicometría
128 Binet, A.
129 Bleuler, E.
130 Breuer, J. 2 4 3 3 9
131 Charcot, J. M.
132 Gesell, A. L. 3 3 2 3 3
133 Guilford, J. P.

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233

134 Janet, P.

➡ Tabla 4e: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología. 234

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
135 Kraepelin, E. 2 2 3 3 3
136 Meyer, A. 2 3 2 2 3 5 7
137 Penfield, W 8 4 4 2 1 5 19
138 Ribot, Th. 1 1 1
139 Terman, L. W.
140 Wechsler, D. 2 2 1 2 4 3
141 Witmer, L.
142 Yerkes, R. M.
Constructivismo
143 Bartlett, F. B.
144 Bruner, J.
145 Helmholtz, H.
146 Kant, E. 2 2 3
147 Kelly, G. 1
148 Korzybski, A. 4 1 3 3 2 3 6 10
149 Piaget, J. 3 1 1 10 3 5 15

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150 Vaihinger, H. 2 2 2 3 2
151 Vico, G.
152 Vygotski, L. S.

Tabla 4f: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Humanismo
153 Allport, G. W.
154 Binswanger, L.
155 Bugental, J. F. T.
Mariano Bucero Romanillos

156 Laing, R. 2 1 2

Tabla 4f: Cotejo de menciones en las obras de Berne de autores y términos relacionados con la Psicología.

Nº Escuela/ Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Berne Nº Nº
Índice Autor/término 1947 1949 1952 1953 1955 1957 1957 1957 1958 1961 1962 1963 1964 1966 1968 1970 1972 Total Total
a b c obras citas
Humanismo
157 Maslow, A.
158 May, R. 3 2 2 5
159 Rogers, C. 1 2 2 3 4
160 humanismo 1 1 1
161 humanista 1 1 2 2
Análisis Transaccional
162 Berne, E. 2 1 7 1 10 1 6 11 20 16 5 31 12 102
163 Cheney, W. D. 1 1 1
164 Crossman, P. 2 8 2 10
165 Dusay, J. 8 3 2 11
Territorio Berne: Relaciones externas de la teoría del guión

166 English, F. 2 1 2
167 Ernst, F. 1 1 2 2 1 5 7
168 Goulding, R. 2 2 1 1 4 6
169 Harris, T. 3 1 3
170 James, M. 5 1 5
171 Karpman, S. 16 1 16
172 Kupfer, D. 3 1 3 2 4 3 6 16
173 Poindexter, R. 1 1 3 7 3 5 15
174 Steiner, C. 1 1 1 2 9 24 6 38
175 Análisis Transaccional 1 11 69 25 13 139 67 19 64 9 407
176 Analista transaccional 1 1 26 12 1 10 6 51
177 Estado/s del yo 18 32 20 202 10 74 37 140 55 74 101 11 763
178 Transacción/es 0 1 17 56 167 73 129 24 16 119 9 602
179 Pasatiempo/s 0 36 42 79 19 17 7 15 7 215
180 Juego/s 4 277 117 622 297 117 171 195 8 1.800

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


181 Guión (script/s) 2 2 117 48 9 49 14 77 1.153 9 1.467
235

182 argumento (plot/s) 1 1 2 3 18 5 23


236 Mariano Bucero Romanillos

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Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


238 Mario C. Salvador

EL GUIÓN DE VIDA EN EL CUERPO: LAS DECISIONES SOMÁTICAS


Y ABORDAJE TERAPÉUTICO PARA SU INTERVENCIÓN1

MARIO C. SALVADOR2

RESUMEN

El guión de vida es un grupo complejo de patrones relacionales inconscientes basa-


dos en reacciones fisiológicas de supervivencia, conclusiones de la vida implícita
(aquellas compuestas de reacciones inconscientes para las que todavía no hay lengua-
je, capacidad de secuenciación de eventos o pensamiento consciente) y decisiones ex-
plícitas formadas bajo estrés en cualquier momento del desarrollo, que inhiben la es-
pontaneidad y limitan la flexibilidad en la resolución de problemas, el mantenimient
de un estado saludable y las maneras de relacionarse con las personas.
Palabras clave: sentido profundo del yo, curación del guión, la relación terapéutica en
psicoterapia, terapia somatosensorial, guión de vida corporal, memorias implícitas del yo.
SOMATIC LIFE SCRIPT: SOMATIC DECISIONS AND THERAPEUTIC
APPROACH FOR HIS TREATMENT

ABSTRACT

The script system is a complex matrix of unconscious relational patterns based on


survival physiological reactions, implicit life conclusions (those compound by uncons-
cious reactions to which we don´t have yet language, ability to sequent events or have a
conscious thought) and explicit decisions taken under stress whatever phase of our de-
velopment, and that inhibit our spontaneity and limits the problem solving flexibility
the maintenance of a healthy state and the way we relate with others (Erskine, 1986).
Key words: Deep sense of self, script cure, the therapeutic relationship in psychot-
herapy, somatosensory psychotherapy, somatic life script, self implicit memories.
SCRIPT DE VIE SOMATIQUE: DES DECISIONS SOMATIQUES
ET DES APPROCHES THERAPEUTIQUES POUR SON TRAITEMENT

RÉSUMÉ

Le scénario de vie est un assemblement complexe de modèles des relations inconscien-


tes fondées sur des réactions physiologiques de survivance, des conclusions de vie impli-
cites (celles qui sont composées par des réactions inconscientes pour lesquelles il n’y a
pas encore de langage, une capacité de mettre un événement en séquence ou une pensée
consciente) et des décisions explicites formées sous le stress dans n’importe quelle étape
du développement, qui inhibent la spontanéité et qui limitent la flexibilité pour résoudr
des problèmes, le soutien d’un état en santé et les façons de relation avec les autres.
Mots-clé: un sentiment profond du self,guérison du scénario de vie. La relation thé-
rapeutique en psychothérapie, la thérapie somatosensorielle, le scénario de vie somati-
que, des mémoires implicites du self.

1
XIV Congreso Español de Análisis Transaccional, 6 de marzo de 2008, 17,30.
2
Mario C. Salvador es analista Transaccional Docente y Supervisor provisional por EATA-ITAA; Psicoterapeuta Integra-
tivo Docente y Supervisor por la IIPA y Clínico y Consultor en EMDR. E-mail: msalvador@cop.es

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El Guión de vida en el cuerpo: las decisiones somáticas y abordaje terapéutico para su intervención 239

El guión se desarrolla por el niño como pre-lingüísticas influyen en las reacciones


medio de afrontar los fallos relacionales con expectativas que definen para cada uno d
las personas significativas de las que de nosotros el mundo en el que vivimos, quié-
pende, y que fracasan repetidamente en dar nes somos y qué podemos esperar de las
satisfacción a las necesidades. Habitual- relaciones personales con los demás. Dicho
mente, estos patrones inconscientes fueron de otra forma, la auto-identidad es una pro-
formulados, reforzados y elaborados a lo lar- ducto emocional y conductual de la expe-
go de diferentes edades en el desarrollo de riencia del yo en una relación; en otras pa-
la persona como consecuencia de rupturas labras, el individuo emerge en una díada.
y faltas de sintonía en la relación con otros; Estos patrones de respuesta, codificados fí
es decir, se forman a raíz de fallos acumu- sicamente en los tejidos corporales y la bio-
lativos a lo largo de la relación con el otro. química, en los afectos como estimulación
Antes de tener lenguaje, el ser humano tie- sub-cortical y de manera cognitiva, como
ne ya una vasta experiencia de “estar en re- creencias, actitudes y valores, conforman
lación” y de cómo manifestarse para ser res- una huella que guía la manera en la que vi-
pondido, o al no ser respondido. Así, los vimos nuestras vidas. Estos patrones o
guiones de vida son sistemas inconscientes guiones implican complejas y extensas re-
de organización psicológica y autorregula- des de conexiones neuronales compuestas
ción construidos primordialmente como re- de creencias, afectos, reacciones bioquími-
cuerdos o memorias implícitas y expresados cas y fisiológicas que se activan y dispara
a través del malestar fisiológico, escalada interconectadas constituyendo estados de
o inhibiciones de las respuestas afectivas y la mente (Siegel, 1999) o estados del yo tal
a través de relaciones transferenciales repe- como los definió Eric Berne (1961)
titivas que tienen lugar en la vida cotidiana, John Bowlby (1969, 1973, 1980) tam-
aquellas que responden a expectativas bién refiere extensos patrones de guione
acerca de la relación con otros. de vida con su descripción del imperativo
Como señalé, antes de que el niño ten- biológico del vínculo afectivo y físico en la
ga lenguaje, ya ha aprendido somática- creación de un núcleo visceral a partir del
mente un patrón de apego o de estar en re- cual emergen todas las experiencias del yo
lación, que está codificado en el cuerpo y de los otros. Daniel Stern (1985) señala
Este es un concepto fundamentado por di- que el niño desarrolla representaciones
versos autores en la literatura psicológica. generalizadas de cómo estar con otra per-
Bowlby (1969) habla de “modelos de ape- sona muy pronto en la vida. La experien-
go” (“working models of attachment”) como cia somática, sensorial, motora y emocio-
representaciones mentales conscientes e nal ayuda a esculpir las redes neuronales
inconscientes del yo y del otro; la terapia durante los primeros años hacia un senti-
cognitiva (Beck, 1976) de esquemas; Sa- do físico del yo.
fran (2003) habla de esquemas interperso- Estos esquemas se desarrollan antes de
nales; el análisis transaccional de marco de tener lenguaje. Después del desarrollo del
referencia, creencias de guión acerca del lenguaje, los elementos simbólicos se unen
self y del otro; Adler (1929) habla del plan con los elementos afectivos, conductuales
de vida; y la teoría de Daniel Stern de Rigs y fisiológicos de los esquemas. Uno de lo
(1985) muestra las “representaciones de in- conceptos clave y nucleares del análisis
teracciones generalizadas”. Por otra parte, transaccional integrador de Erskine (1979)
Fosha (2000) encontró el constructor de es el concepto de Sistema de guión (Script
esquemas como un factor común en las di- System). Este modelo describe los diferen-
ferentes psicoterapias integradoras. tes elementos de los esquemas relaciona-
Estos patrones relacionales inconscien- les (cognitivos, afectivos, conductuales y fi
tes formados en las etapas tempranas y siológicos). Muestra cómo las representa-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


240 Mario C. Salvador

ciones internas se manifiestan como con estructuras rígidas en aras a prevenir el do-
ductas y como experiencia subjetiva y có- lor. Así, el niño que no es respondido ade-
mo se refuerzan los esquemas momento a cuadamente por su madre pudo haber ce-
momento. También explica que algunas ex- rrado el ciclo de satisfacción de sus nece-
periencias se reprimen debido al manteni- sidades de una manera artificial reprimien
miento de los esquemas defensivos y pro- do su dolor, desensibilizándose a sus ne-
porciona una herramienta muy práctica pa- cesidades (“mejor no sentiré y no necesita-
ra comprender el sistema de la persona y ré de nadie” ) y estableciendo conclusiones
realizar la terapia. Podemos decir que el or- tempranas sobre sí mismo ( “soy invisible”,
ganismo es un sistema complejo que se “no importo”). Cuando esta situación es re-
estructura en base a estados de la mente petidamente así, se convierte en un patrón
(estados del yo), que implican patrones de rígido que no permitirá incorporar experien-
conducta, pensamiento, emociones y reac- cias nuevas y reparadoras porque no son
ciones fisiológicas interconectadas que s conocidas (“no merezco que me quiera na-
disparan juntas ante una situación que es- die, no puede ser verdad” ).
timule el patrón. La auto-organización del yo es diádica,
Los Estados del Yo fijados –estados Ni ocurre en la interacción y en la relación en-
ño del Yo– (debido al abuso, la negligencia tre dos personas y refleja la manera funda
o la falta de contacto) representan partes mental en que la mente se autodefine den
reprimidas y defendidas. Cuando los es- tro de interacciones interpersonales y pro-
quemas relacionales se activan, experi- cesos neurofisiológicos. En este sentido, l
mentamos un estado del yo específico qu madre del bebé funciona como un córtex
contiene la experiencia histórica y la viven- auxiliar externo para identificar, satisfacer
cia subjetiva asociada a este esquema. Los dar forma a la experiencia interna del niño.
esquemas relacionales no pueden obser- De esta forma, nos vamos autodefiniendo
varse directamente. Pero los estados del En la interacción hay un patrón específic
yo son la manifestación observable de los de flujo de energía en el cerebro que cre
esquemas relacionales. La clave o estímu- una red neuronal de activación particular, o
lo que active un esquema relacional puede estado de la mente. El desarrollo de la
ser interna (pensamiento, recuerdos, sen- mente y del sentido del yo se ven afecta-
saciones, etc.) o externa (una mirada, un dos por los estados de la mente de una fi
tono de voz, etc.). gura de apego (attachment) para ayudar a
Los esquemas relacionales que son el organizar el funcionamiento de su propio
protocolo del guión de vida sirven para or- estado interno. El alineamiento y sintonía
ganizar la experiencia y hacer la vida pre- momentánea de los estados depende de la
decible. Un adecuado funcionamiento de sensibilidad parental a las señales del niño
nuestras estructuras cerebrales sirve a dos y permite a la mente del niño tanto regu-
funciones básicas: organizar la experiencia; larse en el momento que ocurre, como de-
es decir, darle forma y significado, y asimi sarrollar capacidades regulatorias que pue-
lar la información y la experiencia actual de emplear en el futuro. Tanto la madre co-
dentro de lo que ya conocemos. De esta mo el niño se ajustan el uno al otro los ges-
forma, la estructura y la plasticidad para tos, conductas y sonidos en una suerte de
asimilar lo nuevo, nos permiten afrontar los danza y canción lírica (Trevarthen, 1993).
retos de la vida de manera adaptada a los La disponibilidad, sintonía y organización
requerimientos de la situación actual e in- de la interacciones emocionales de la ma-
tegrar continuamente nuevos aprendizajes. dre son internalizadas durante este enlace
Pero cuando ha habido experiencias trau- con el niño de hemisferio derecho a he-
máticas, negligencia o estrés severo, estos misferio derecho (Schore, 1994). Este ali-
patrones relacionales se elaboraron como neamiento de los estados entre dos perso-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El Guión de vida en el cuerpo: las decisiones somáticas y abordaje terapéutico para su intervención 241

nas se llama “Estado de Resonancia Men- tonía y la respuesta a las necesidades evo-
tal”; implica que cada estado de cada per- lutivas del niño se denominan negligencia
sona influye y es influenciado por el d psicológica. El resultado de esta negligen-
otro. Los autores del campo de la psicolo- cia se llama por algunos autores en la lite-
gía llaman a este fenómeno interpersonal ratura “trauma acumulativo” (Lourie, 1996;
“estar en sintonía con el otro”. Khan, 1963) y por otros “síndrome de es-
Cuando la madre establece una comuni- trés postraumático complejo” (Van der
cación cooperativa en sintonía con las ne- Kolk, 1996). Khan (1963) afirma que “el
cesidades y estímulos internos del niño, és- trauma acumulativo es el resultado de las
te puede autodefinirse como “digno de ser rupturas en el papel de la madre como un
querido y cuidado”, “los otros están para escudo protector a lo largo del curso del
mi”, “puedo confiar en la vida y pedir”. desarrollo del niño, desde la infancia a la
Cuando la sintonía fracasa y tiene un ca- adolescencia”. Estos fallos no son en ge-
rácter acumulativo, tal como puede ocurrir neral una elección voluntaria de los padres.
al niño con una madre deprimida, el niño Suelen ser causados por la ignorancia, el
no encuentra a alguien fuera que entienda cansancio o la preocupación por otros
y responda a su mundo. Al no encontrar asuntos en los padres. El niño experimen-
satisfacción fuera y, más aún, frustración ta entonces de una forma somática y sen-
se retira adentro del sí mismo tratando de tida “mama no tiene tiempo para mí”, “no
encontrar un cierre artificial a sus necesi soy bastante importante”, “hay algo malo
dades: “no importo”, “me bastaré sólo”, “re- en mí por lo que mamá me rechaza, que
tendré mi cuerpo anestesiándolo para no soy una carga por necesitar”.
sentir y no necesitar”. En las etapas tem- El estado arcaico del yo resulta pues de
pranas, esto ocurre no verbalmente, sim- un estancamiento del crecimiento ligado a
plemente el organismo deja de luchar y de la no-satisfacción de necesidades vitales
demandar ante la falta de una respuesta de contacto. Las defensas del niño contra
cooperativa. el malestar provocado por esta situación
Estos engramas somato-sensoriales son han sido fijadas e incorporadas al yo y es
la base del yo, el sentido más profundo del ta experiencia no podrá ser plenamente in-
yo está en la consciencia somática. Habla- tegrada al estado del yo Adulto hasta que
mos de lo que Bollas (1987) llama “lo sabi- estos mecanismos de defensa se disuel-
do sin pensamiento” (‘unthought known’), van. Para contravenir esto, hemos de pro-
aquellas experiencias que nunca fueron porcionar a la persona una relación tera-
respondidas en sintonía, lo que nunca ocu- péutica en sintonía con los procesos inter-
rrió, para formar parte de nuestro mundo nos del paciente, de manera que propor-
íntimo, y nunca pudieron ponerse en pala- cione una experiencia nueva de contacto
bras. Son experiencias que el paciente no interpersonal que ayude al paciente a co-
puede relatar porque ni siquiera conoce nocer e integrar las partes del self que ha
que hayan existido. Cuando el cuidador pri- tenido que apartar de la conciencia para no
mario está crónicamente estresado, ansio- sufrir.
so o enfadado puede que nunca hayan te- Cuando definimos el guión como un pla
nido lugar las interacciones relacionales de vida inconsciente basado en reacciones
más importantes de la infancia temprana. fisiológicas de supervivencia, conclusione
Algunos ejemplos de estas interacciones experimentadas de manera implícita y de-
críticas son el contacto ocular con la ma- cisiones explícitas formadas bajo estrés, te-
dre, el empleo del contacto físico para cal- nemos en cuenta patrones de guión que
mar, o el verse reflejado en la cara del pa están formados de memorias explícitas in-
dre cuando el niño se siente contento o es- corporadas e incrustadas en decisiones
tresado. Estos fallos continuados en la sin- pre-conscientes de etapas previas del de-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


242 Mario C. Salvador

sarrollo. Asimismo, incluimos el resultado no tiene recuerdos explícitos de un aconte-


de la organización de memorias implícitas cimiento pero se vive como tensiones psico-
y las maneras inconscientes de relacionar- lógicas, afectos indiferenciados, anhelos o
nos con otros (esquemas relacionales), aversiones, y como patrones de relación
procesos somáticos inconscientes, aspec- pre-lingüísticos y de autorregulación.
tos inconscientes del trauma agudo y la di- El Análisis Transaccional clásico se cen-
sociación, los efectos inconscientes de las tró en explicar el guión como una combi-
faltas de sintonía acumulativa y la negli- nación de mandatos, contramandatos,
gencia, la introyección inconsciente y la or- adaptaciones y protocolos tempranos del
ganización inconsciente pre-lingüística de desarrollo. Generalmente, la dinámica de
los estilos de apego, las necesidades rela- tratamiento de estos patrones de guión
cionales y la autorregulación. Cada uno de consistía en la explicación, ilustración, con-
estos aspectos del guión requieren una for- frontación e interpretación. Los Goulding
ma específica de psicoterapia que haga po (1979) formularon una manera de tratar las
sible que las experiencias inconscientes se memorias explícitas en la que una escena
hagan conscientes y el facilitar la emer- real de la infancia se recuerda de manera
gencia de patrones nuevos de pensamien- consciente, se identifica el mandato paren
to, sentimientos, procesos somáticos, con- tal y la decisión original del niño y se invi-
ductas y formas de contacto interpersonal. ta a una redecisión. Los Allen (1977) asi-
Cada forma de psicoterapia enseña su mismo sugieren los permisos para vivir di-
propia perspectiva acerca de cómo debe ferente, que ha de proveer el terapeuta pa-
entenderse el self. La psicoterapia, al igual ra equilibrar o alterar los efectos del guión,
que la crianza con los padres, se centra en ya que los permisos proporcionan nuevos
torno al yo del psicoterapeuta (Spence, recuerdos explícitos de otra persona que
1982). En este sentido, los clientes del mis- está implicada en el bienestar del cliente.
mo terapeuta forman una especie de clan, La psicoterapia del guión implica com-
ya que comparten un mundo interno con- prender y validar la individualidad única de
formado por las metáforas del terapeuta. la persona (comprender los motivos y las
La terapia no es simplemente reescribir la funciones de su comportamiento) así como
historia del cliente; es enseñar un método, sus ajustes creativos al entorno (defensas),
un proceso de integración, una evaluación las maneras adaptativas de afrontar la vida
y re-calibración de la percepción, y un con- y el resultado de los fallos en el contacto
junto de principios para la organización fu- interno e interpersonal.
tura de la experiencia. En este sentido, la Los guiones más persistentes y difíciles
terapia es tanto una forma de reparentali- de modificar no están formados por re-
zación como el aprendizaje de una estrate- cuerdos explícitos sino por un compuesto
gia para reeditar el yo. de conclusiones y experiencias implícitas y
reacciones somáticas de supervivencia.
Estas memorias implícitas no son accesi-
INTEGRACIÓN DEL YO bles a través de la narración verbal de la
Y PSICOTERAPIA experiencia vital del paciente, se manifies
tan a través de las reacciones corporales,
Lo que la mayoría de la gente considera pequeños gestos y micro-movimientos, pa-
“memoria consciente” está habitualmente trones relacionales no explicables, y la
compuesta por la memoria explícita –el tipo transferencia en la relación terapéutica y en
de recuerdos que son accesibles como imá- las relaciones cotidianas.
genes, emociones o voces de lo que ocurrió Asimismo, cuando hay estrés y negligen-
en el pasado–. Como he señalado, la expe- cia en la infancia temprana, y es prolonga-
riencia que es inconsciente frecuentemente do o extremo, el funcionamiento cerebral y

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El Guión de vida en el cuerpo: las decisiones somáticas y abordaje terapéutico para su intervención 243

la conducta se organizan en torno al miedo, sabiendo que al fraile le gustaba, le decía


la rigidez y la evitación de la estimulación y que fuese para sus rodillas; tampoco podía
la exploración (Cozolino, 2002). Cuanto más contarlo a su padre porque también le to-
temprano tiene lugar la falta de sintonía, la caba. A la edad de 6 años, cuando ella bai-
negligencia y el trauma físico y emocional, laba, escucha a su padre decir “esta niña
más probable es registrar el guión en el apunta maneras”; lo que ella interpreta co-
cuerpo y no ser directamente accesible a la mo que es una niña sucia y sexual. Poste-
consciencia y la narración. Estos guiones riormente, cuando la madre y el padre se
son fisiológicos –están en el cuerpo– com separan escucha repetidamente a su ma-
resultado de reacciones de supervivencia dre “no necesitamos un hombre, podemos
dentro del eje hipotalámico-adrenal-pituitario bastarnos solas”. De esta manera Elena
del cerebro y de la tensión muscular. fue ocultando su sentimiento de ser inferior
Tratar el guión pre-lingüístico requiere como mujer y de que ser sexual era algo
del terapeuta observar y centrarse en los sucio y algo que ocultar; no disfrutó en sus
procesos somáticos del cliente, e incluso relaciones sexuales y fracasó en su matri-
en los micro-movimientos o silencios como monio. La manera de acceder a este as-
expresión de las reacciones fisiológicas d pecto de su guión fue a través de su ma-
supervivencia. Estos guiones grabados en nifestación física, ya que era algo que ella
el cuerpo requieren una psicoterapia en la había “borrado” de su consciencia para no
que la relación terapéutica ocupa un papel sufrir; sólo sabía que cuando la abrazaba
central y que ha de manifestar el respeto, un hombre hoy ella se sentía incómoda.
la fiabilidad, y el poder depender de un El neurofisiólogo Schore (1996) investig
persona real preocupada, implicada y hábil el papel del cuidador primario en la madu-
(Erskine, 1993, 1997). A través de la pre- ración cerebral y el aprendizaje de la regu-
sencia terapéutica, el terapeuta observa y lación emocional. Él afirma que muy pron
reconoce las diferentes manifestaciones de to, después del nacimiento, el niño y su cui-
la experiencia que está presentando el dador desarrollan un patrón de interacción
cliente y su “narración física”. Así el tera- que es central para el proceso de regula-
peuta conduce la atención del paciente a ción. Aprenden a estimularse el uno al otro
aspectos inconscientes, tratando de realzar a través del contacto cara a cara, lo que
la consciencia, de promover el movimiento capacita al niño para aclimatarse gradual-
frenado en el cuerpo, de estimular las sen- mente a niveles de estimulación y activa-
saciones físicas para que traigan las me- ción más elevados. Schore (1994) define l
morias asociadas de la experiencia. Como autorregulación diferenciando entre formas
ejemplo, Elena estaba tratando la vergüen- interactivas y no interactivas; describiendo
za de ser observada por mí y como nece- la autorregulación tanto como “regulación
sitaba apartar la mirada para que yo no vie- interactiva en un contexto interconectado
ra algo malo en ella; simultáneamente una vía interpersonal” como “autorregulación en
y otra vez cogía su falda y trataba de tapar un contexto autónomo a través de una psi-
sus rodillas. Al ver este movimiento como cología intrapersonal”. Tal como observa
algo repetitivo pensé que estaba narrando Schore (1994), la regulación interactiva del
algo argumental y la invité a realizar el mo- terapeuta sobre los estados del paciente le
vimiento de manera consciente. Al realizar- capacita para empezar a etiquetar verbal-
lo, comienza a sentirse más turbada y agi- mente la experiencia afectiva (y sensomo-
tada y empieza a recordar y contar cómo tora). La regulación interactiva proporciona
con 4 años, un amigo fraile de la familia ve- las condiciones para que el paciente pue-
nía a casa, la sentaba en sus rodillas y lue- da contactar de manera segura, describir y
go le tocaba por debajo de las bragas; ella regular su experiencia interna. Cuando se
no podía contarlo a su madre porque ésta, ha desarrollado por completo la autorregu-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


244 Mario C. Salvador

lación, el paciente puede observar, articu- ciente aprende a observar y seguir las
lar e integrar las reacciones sensomotoras reacciones sensomotoras no asimiladas
por si mismo así como emplear las relacio- que fueron activadas en el momento del
nes para autorregularse. Afirma Schore trauma.
que el terapeuta, al igual que la madre en El procesamiento inferior-superior (bot-
edades tempranas, funciona como un “cór- tom-up), que invita a simplemente activar y
tex auxiliar externo” que identifica y regul expresar los afectos, dejado a su voluntad
el funcionamiento del niño. El niño es una no resuelve el trauma, pero si el terapeuta
criatura sub-cortical que registra su expe- guía al paciente para que emplee la función
riencia de una manera somatosensorial; su cognitiva del rastreo y articulación de la ex-
procesamiento cerebral es de abajo-arriba periencia sensomotora, mientras, cuando
(bottom-up processing) ya que aún no es- es necesario, inhibe voluntariamente la
tán maduras sus estructuras neocorticales. consciencia de las emociones, el contenido
En una psicoterapia profunda que persi- y el pensamiento interpretativo, el paciente
gue la modificación profunda del guión, e puede asimilar la experiencia sensomotora.
terapeuta proporciona la relación terapéuti- Posteriormente, es crucial que se implique
ca en contacto con el cliente para que és- la dirección cognitiva para ayudar al pa-
te pueda recuperar y reconectarse con su ciente a aprender a autorregularse. Para
mundo interno de sensaciones, fantasías, implicar este procesamiento cognitivo del
pensamientos, experiencias sensomotoras, paciente, es imperativo que exista una re-
emociones y pueda recobrar un sentido del lación terapéutica específica. Como he se
yo unitario e integrado (Erskine, 1993, ñalado, de manera similar a la interacción
1997, 1999). Ogden y Minton (2000) en su de la madre con el niño, el terapeuta ha de
enfoque de psicoterapia sensomotora ayu- actuar como un “córtex auxiliar” (Diamond
dan al paciente a centrar su atención cons- y otros, 1963) para el paciente a través de
ciente (mindfullness) sobre la vivencia so- la observación y articulación de su expe-
mática implicando el procesamiento y la di- riencia sensomotora hasta que él sea ca-
rección neurológica superior-inferior (top- paz de apreciar, describir y rastrear estas
down processing) para apoyar, más que experiencias por sí mismo. Tal comunica-
para manejar, el procesamiento de la ex- ción relacional es un proceso de “regula-
periencia; de esta manera, el paciente pue- ción psico-biológica interactiva”, que ase-
de empezar a integrar su recuerdos somá- meja la sintonía e interacción de la madre
ticos de manera neo-cortical. Así, el tera- con los estados fisiológicos y emocionale
peuta ha de observar los patrones fisiólo del niño (Schore, 1994). En términos de
gos y conductuales que manifiesta el pa Análisis Transaccional, el paciente observa
ciente para acceder a la narración somáti- con su Adulto la fenomenología de la ex-
ca del guión. Como señalé en una artículo periencia psico-fisiológica fijada en el est
anterior (Salvador, 2006), pedimos al pa- do del yo Niño; la observación es posible
ciente que observe atentamente (mindfull- cuando el terapeuta mantiene una relación
ness) o que intensifique la experiencia so de contacto pleno y presente, transmitien-
mática y que siga la secuencia de las sen- do protección y comprensión al paciente
saciones físicas e impulsos (procesamien- para que este pueda estar en contacto con
to sensomotor) a medida que se producen su experiencia interna y reintegrar los as-
en el cuerpo. A veces, cuando hay trauma pectos del yo que fueron apartados de la
severo y disociación, es necesario que el consciencia.
paciente aparte temporalmente las emocio- En una terapia centrada en una relación
nes y pensamientos que vienen, hasta que de contacto (Erskine, 1999) que trabaje con
las sensaciones e impulsos se resuelvan y el sistema sensomotor, la relación terapeu-
puedan estabilizarse en el cuerpo. El pa- ta-paciente sirve para regular y modular la

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El Guión de vida en el cuerpo: las decisiones somáticas y abordaje terapéutico para su intervención 245

activación. El terapeuta actúa como alguien hods of an integrative transactional analysis:


que ofrece una relación nueva en la histo- A volume of selected articles, pp. 79-95. San
ria del paciente; alguien presente, respe- Francisco: TA Press.
tuoso e implicado que protege y sirve de Erskine, R. G., & Trautmann, R. L. (1996,
contenedor ayudando a calmarse y a regu- 1997a). Methods of an integrative psychothe-
rapy. En R.G. Erskine, Theories and methods
lar la intensidad de sus respuestas afecti-
of an integrative transactional analysis: A vo-
vas. A través de este proceso se ayuda al lume of selected articles, pp. 20-36. San
paciente a cambiar desde estados de pa- Francisco: TA Press.
rálisis e hiperactivación a una participación Erskine, R. G., Moursund, J. P. & Trautmann,
completa en la interacción social. R.L (1999). Beyond Empathy. A Therapy of
Tanto en el tratamiento del trauma por Contact-in-Relationship. Nueva York: Brun-
estrés agudo, como el tratamiento de las ner/Mazel.
conclusiones de guión tomadas a lo largo Goulding, M.M. & Goulding, R.L. (1979). Chan-
de la vida del cliente debido a un trauma ging Lives Through Redecision Therapy. Go-
acumulativo, la terapia de redecisión y la ve Press.
“desconexión de los elásticos” no será su- Khan, M.N. (1963). The concept of cumulative
ficiente para disolver el sistema de guión trauma. The Psychoanalitic Study of the
Child, 18, 286-306.
Hemos de proporcionar una terapia rela-
Lourie (1996). Cumulative trauma: the nonpro-
cional continuada y una experiencia tera- blem solving. Transactional Analysis Journal,
péutica de contacto continuo en la que el 26, 276-283.
paciente pueda incorporar una figura de Ogden, P. & Minton, K. (2000). Sensorimotor
cuidados nueva que provea las bases para Psychotherapy: One Method for Processing
un sistema de autorregulación actualizado Traumatic Memory. Traumatology.
y flexible. Salvador, M. (2006). Implicaciones neurobiológi-
En un análisis transaccional integrador cas del trauma e implicaciones para la psico-
pretendemos la cura del guión en todos sus terapia. Revista de Análisis Transaccional y
áreas de funcionamiento: cognitivo, afecti- Psicología Humanista, 55, 44-57.
vo, conductual y fisiológico. Es sólo a tra Schore, A. N. (1994). Affect regulation and the
origing of the self: the neurobiology of emo-
vés de un cambio profundo en el mundo In-
tional development. Hillsdale, NJ: Erlbaum.
tra-psíquico que el cambio será permanen-
Schore, A. N. (1996). The experience-depen-
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246 Mario C. Salvador

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Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 247

ANÁLISIS FUNCIONAL DE LA PERSONALIDAD Y TRANSACCIONES


EN LA TERAPIA TRANSACCIONAL

RAFAEL SÁEZ ALONSO1

RESUMEN

El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y una psicoterapia sis-


temática para el crecimiento y el cambio personal. En Psicoterapia trabajaba Eric
Berne cuando tuvo la intuición de los Estados del Yo. En Psicoterapia trabajaba,
igualmente, Berne cuando intuyó las transacciones como base de las relaciones hu-
manas.
El análisis funcional de la personalidad en la terapia transaccional sirve para acla-
rar las interacciones entre las personas. El modelo funcional divide los Estados del Yo
para mostrar cómo usarlos y descubrir así las posibles patologías funcionales y las
anomalías de la estructura psíquica.
Igualmente, el análisis de los aspectos sociales, las transacciones, explica toda la
vida social del individuo y será de interés terapéutico analizar tal estímulo y tal res-
puesta desde unos precisos Estados del Yo. De esta forma, se analiza terapéuticamente
la comunicación interpersonal
Palabras clave: Análisis Transaccional, Terapia Transaccional, Psicoterapia, Análi-
sis Funcional, Transacciones.

PERSONALITY AND TRANSACTIONS FUNCTIONAL ANALYSIS


IN TRANSACTIONAL THERAPY

ABSTRACT

Transactional Analysis is a theory of the personality and a systematic psychotherapy


for the personal development. Eric Berne was working on Psychotherapy when he dis-
covered the Ego States and the transactions as a base of human relations.
Functional analysis of the personality in the transactional therapy is a tool to clarify
the interactions between people. Functional model divides the Ego States in order to
show how to use them and discover the possible functional pathologies and anomalies
of the psychiatric structure.
In addition, the analysis of the social aspects and transactions, explains the person’s
social life. It will be interesting from the therapeutic point of view to analyze the stimu-
lus and the answer from precise Ego States. This way it is possible to analyze the inter-
personal communication from the therapeutic point of view.
Key words: Transactional Analysis, Transactional Therapy, Psychotherapy, Func-
tional Analysis, Transactions.

1
Profesor Titular de Universidad. Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Tel. 91 394 62
01. Cor. Electr. rasaez@edu.ucm.es

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


248 Rafael Sáez Alonso

ANALYSE FONTIONNELLE DE LA PERSONNALITÉ


ET DES TRANSACTIONS EN THÉRAPIE TRANSATIONNELLE

RÉSUMÉ

L´ Analyse transactionnelle est une théorie de la personnalité et une psychothérapie


pour le développement personnel. Eric Berne travaille dans la psychothérapie quand il
découvre les États d’ego et les transactions comme une base des relations humaines.
L’analyse fonctionnelle de la personnalité dans la thérapie transactionnelle est utile
pour clarifier les interactions entre personnes. Le modèle fonctionnel divise les état
d’ego pour montrer comme les utiliser et découvrir ainsi les possibles pathologies
fonctionnelles et les anomalies de la structure psychique.
En outre, l’analyse des aspects sociaux et des transactions explique toute la vie so-
ciale de la personne. L’analyse du stimulus et de la réponse depuis des précis états
d’ego est d’intérêt thérapeutique. Comme ça on analyse thérapeutiquement la commu-
nication interpersonnelle.
Mots clé: Analyse Transactionnelle, Thérapie Transactionnelle, Psychothérapie,
Analyse Fonctionnelle, Transactions.

INTRODUCCIÓN nas. Los aspectos interpersonales del tra-


bajo terapéutico transaccional requieren el
El Análisis Transaccional es una teoría estudio y dominio del modelo funcional. El
de la personalidad y una psicoterapia siste- modelo funcional divide los Estados del Yo
mática para el crecimiento y el cambio per- para mostrar cómo usarlos. La figura 1 no
sonal. El Análisis Transaccional es una teo- presenta, de forma intuitiva, estos pasos.
ría y una psicoterapia. En Psicoterapia tra-
bajaba Eric Berne cuando tuvo la intuición
y el conocimiento de los Estados del Yo.
En Psicoterapia trabajaba igualmente Ber-
ne cuando intuyó las transacciones como
base de las relaciones sociales.
En un trabajo anterior se ha descrito la
estructura de los Estados del Yo. Se ha
pretendido responder a la cuestión: ¿qué
son los Estados del Yo? El modelo estruc-
tural clasifica los recuerdos y estrategias al
macenadas en la persona. El modelo es-
tructural es el adecuado para considerar
qué es lo que ocurre en el interior del indivi-
duo. Las cuestiones intrapsíquicas deben
estudiarse a través del modelo estructural. Figura 1: Análisis Estructural
El modelo estructural muestra qué hay en y Funcional de la Personalidad.
cada Estado del Yo (Sáez Alonso, 2008).
Ahora, se quiere responder a la pregunta Análisis Funcional del Estado Padre
cómo funcionan los Estados del Yo. El mo-
delo funcional clasifica las conductas ob El Estado Padre del Yo posee las funcio-
servadas. El modelo funcional sirve para nes de poner firmeza, orden, límites. Pued
aclarar las interacciones entre las perso- manifestarse como Padre Crítico o Padre

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 249

Controlador: señala “lo que hay que hacer”; lón, irritable. Descuenta a las personas.
vigila y exige que sus derechos sean respeta- Frente a otros, tiende a desvalorizar o in-
dos por los demás. Él nos ofrece lo que se sultar. Hace de las normas un absoluto
debe hacer, sin excesiva presión, pero con la más importante que el hombre. Más que
firmeza necesaria para protegernos y prote proteger, apabulla y se le llama Padre
ger a los otros, a través de las normas y de la Perseguidor. El siguiente ejemplo lo des-
convivencia social. Como tal forma de vivir, cribe: “No sirves para nada; eres un inú-
da seguridad y se le llama Padre Protector. til”. Sin embargo, su fuerza educadora es
Un ejemplo: “Chico, no te subas a la tapia, fundamental. Ver cuadro 1 de Massó
que te vas a caer”. El Padre Crítico positivo (1995), donde se ofrecen pautas de hi-
enfoca las directrices parentales hacia los de- giene psicológica que pueden ayudar a
más para proteger y fomentar el bienestar. la educación del ciudadano para una
El Padre a veces se manifiesta como convivencia útil para sí mismo y para los
Padre Crítico negativo. Es tajante, bur- demás.

Cuadro 1: Decálogo del Padre Crítico Protector.

Cuando el proceso de crecimiento personal y parentalización ha sido integrador y fértil, el


Padre Crítico positivo o protector se ajusta a las reglas siguientes:
1. Centrar la crítica sobre el comportamiento: no tenemos nada que decir sobre la mane-
ra de ser, pensamientos y emociones; sólo podremos opinar sobre el comportamiento.
2. Limitar la crítica a la descripción exacta de los hechos y sus consecuencias.
3. Sugerir y alentar la modificación de conducta deseable en virtud del principio, norma
pauta que se hace valer para fundamentar la crítica. Orientar es una función positiva
del Padre Crítico. No hay nada que decir sobre conductas que la persona no pueda
modificar
4. Atenerse a los aspectos relevantes; las pequeñeces, anécdotas y cuestiones secunda-
rias, nos las podemos ahorrar.
5. Empezar destacando lo que la persona ha hecho bien, o las cualidades y habilidades
que tiene, para garantizar que puede mejorar. Es muy protector que quien critica, de-
muestre que tiene confianza en el criticado y en sus posibilidades de cambio
6. Respetar los límites: por encima de todo hay que ser respetuoso con nuestro papel, las
expectativas establecidas y los objetivos que se persiguen en la situación.
7. Restringir la crítica a los hechos inmediatos, evitando la arqueología que nos lleva a
sacar del yacimiento de la memoria errores y fallos antiguos, que ya no son corregi-
bles. Este proceso arqueológico sólo busca que el otro se sienta incómodo, avergonza-
do, culpable o ridículo.
8. Imputar los hechos a su autor, dejando de costado a sus parientes, vecinos, correligio-
narios, paisanos, etc.
9. Hacer evaluaciones positivas de todos aquellos comportamientos que sean oportunos
y redunden en pro de la convivencia.
10. Crear pautas, reglas o normas que alejen la ambigüedad y la arbitrariedad y, en cam-
bio, sirvan para vertebrar la actividad, armonizar esfuerzos y favorecer la sinergia.

El Padre Nutritivo ofrece apoyo al creci- demás y se sacrifica por ellos. Un ejempl
miento ajeno, protección, permiso para dis- de esta función es “Puedo ayudarte en esa
frutar y crecer. Ama y cuida, gratifica a lo tarea; si quieres, dímelo”. Se llama Padre

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


250 Rafael Sáez Alonso

Nutritivo Permisivo o Positivo, pues propor- vo en el cuadro 2 de Massó (1995), donde


ciona cuidado desde una posición de consi- ofrece pautas para cubrir las necesidades
deración genuina hacia la persona ayuda- físicas, afectivas y de desarrollo personal
da. Ver decálogo del Padre Nutritivo positi- de forma permanente.

Cuadro 2: Diálogo del Padre Nutritivo.

CUANDO OBSERVO
DIGO HAGO SIENTO
QUE EL OTRO/A:

Necesita mi apoyo. Confío en ti Toco el hombro. COMPRENSIÓN


1 Siente temor de fallar. Miro a los ojos.
Abrazo.

Está confuso. No se atreve a pe- ¿Qué necesitas? Miro a los ojos. SIMPATÍA
2
dir. llama mal la atención. Toco el hombro.

Teme consecuencias Puedes disfrutar Miro a los ojos. AFECTO


negativas por hacer lo que desea y divertirte sin Toco el hombro.
3
y le gusta. penitencias ni culpa. Abrazo.
Uso voz firme

Le gustaría saber que me siento Estoy contento/a Miro a los ojos. ALEGRÍA
4 bien con él/ella... de ser tu: Amigo, Expreso alegría.
Pareja, etc.

Está sintiendo la emoción. Comprendo Miro seriamente. EMPATÍA


5 Está sufriendo. No se siente lo que sientes. Toco.
comprendido. Abrazo.

Necesita elogios Estuviste muy bien. Expreso alegría ALEGRÍA


por lo que logró. Te felicito. con todo el cuerpo. ORGULLO
6
Le doy la mano. PODER
Lo palmeo. SATISFACCIÓN
Se siente muy mal por no ser Cometiste un error. Lo miro seria y ACEPTACIÓN
perfecto. Teme el rechazo. Es humano. afectuosamente. Y TRISTEZA
7
Cualquiera puede Abro las manos.
hacerlo.
Necesita saber que no está solo. Puedes contar Le doy la mano. SOLIDARIDAD
Que tiene protección. conmigo, Miro seriamente.
8
en las buenas
y en las malas.

Necesita un permiso para actuar Tú puedes. Está bien Tono de voz firme SEGURIDAD
9 y sentirse luego seguro y libre. lo que hagas. Tienes Manos en los hom- Y FORTALEZA
derecho. bros. Lo abrazo.

Me agrada. Me atrae. Me gusta. Te quiero. Miro a los ojos. AMOR.


10 Vale. Es buena persona. Te aprecio. Lo acaricio.
Lo estimo. Lo abrazo.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 251

Ahora bien, si la protección es exage- sentimientos inexpresados allí y entonces,


rada, puede bloquear el desarrollo psico- o cuando satisfago mis impulsos de Niño
lógico y favorecer comportamientos de no censurado, por ejemplo, si eructo en
ineptitud. Esta protección asfixiante es un voz alta en una cena formal o conduzco a
modo más de dominar y manejar que de velocidad máxima poniendo en peligro mi
educar. Es el Padre Nutricio negativo, vida y la de los demás.
también llamado Salvador. Un ejemplo Si, funcionalmente, predomina en él lo
puede ser un maestro que dice a un natural «salvaje», aparecerá el Niño Egoís-
alumno: “Trae que te ayude que a ti te sal- ta. Es Natural, pero egoísta.
drá mal”. Este Niño Natural empieza pronto a
ser socializado y condicionado. Así se va
Análisis Funcional del Estado Adulto haciendo persona. Desde que nace, el ni-
ño es protegido, se le condiciona a comer
Se puede ir observando que el Análisis a determinadas horas; lo mismo se pue-
Funcional nos describe conductas que se de decir de la limpieza, del sueño, del
pueden ver y oír. Si queremos decir qué aprendizaje verbal y las costumbres so-
parte del Estado del Yo funcional estamos ciales. Aprende la moral, las normas so-
empleando, lo deducimos a partir de nues- ciales. Si esta socialización ha sido bru-
tro comportamiento. Por este motivo, estas tal, el niño puede reaccionar de modo su-
subdivisiones funcionales pueden llamarse miso: con conductas automáticas y este-
de manera alternativa descripciones con- reotipadas, eliminando sus deseos y
ductuales (Stewart y Joines, 2007, p.48). emociones. Es el Niño Adaptado Sumiso.
Normalmente el Adulto no se subdivide fun- Sus conductas estarán en función de “lo
cionalmente. Como he afirmado con ante que se hace o dice”, “de lo que le gusta
rioridad, es el razonamiento, la lógica, la a la gente”.
función fundamental del Adulto para dar Si el Niño Adaptado Sumiso no ha con-
una respuesta a la situación de aquí y aho- seguido el reconocimiento y las caricias su-
ra, utilizando todas las fuentes de la perso- ficientes por “ser buena persona”, puede
na adulta. por una formación reactiva, catectizarse en
Los transaccionalistas concuerdan gene- el Niño Adaptado Rebelde. Ésta es la fun-
ralmente en que el Estado Adulto no pue- ción opositora que el Yo ejerce para adap-
de funcionar en sistema negativo. tarse, pero de forma contraproducente. Se
manifiesta con conductas típicas desafia
Análisis Funcional del Estado Niño tes, provocadoras.
En resumen, el resultado de la sociali-
El Niño Natural o Libre alberga las fun- zación del niño en los primeros años de vi-
ciones biológicas. Sus emociones son au- da en interacción con el ambiente puede
ténticas; ríe cuando está alegre, rabia an- ser que el Niño Natural asimile de modo
te la frustración y siente miedo ante el pe- adecuado los estímulos y los límites de su
ligro. Manifiesta directamente lo que pien entorno. En segundo lugar, puede resultar
sa y siente. Es el Niño vital. Decir que es- que la presión parental sea tan fuerte que
toy en el Niño Libre significa que entro e decida someterse y estar en el Niño Adap-
comportamientos infantiles que prestan tado Sumiso (NAS) o decida enfrentarse a
atención a las normas o los límites paren- ellos y estar en el Niño Adaptado Rebelde
tales. A veces pueden ser productivos, po- (NAR). Podemos hablar de un Niño Adap-
sitivos y mejoran mi vida como adulto. tado positivo para describir las formas pro-
Otras veces, pueden ser negativos si ductivas de comportarse desde nuestro
arrastramos en nuestra vida adulta los Estado del Yo de Niño Adaptado. Y de un

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


252 Rafael Sáez Alonso

Niño Adaptado negativo cuando revivimos Como un apunte educativo me parece


patrones de la infancia que ya no son oportuno recordar que es positiva la adap-
apropiados para nuestra situación de adul- tación cuando el contenido de la misma es
tos, donde podemos preguntar simple- también positivo: es flexible, no ahoga la vi
mente lo que queremos de forma directa. talidad ni entorpece la autonomía. El Niño
Precisamente, un objetivo de la terapia asimila los datos y tiene libertad para mo-
transaccional es aprender a reemplazar dificarlos de forma creativa
los viejos patrones arcaicos por unos nue- En el cuadro 3 se describen los seis Es-
vos que harán un uso completo de nues- tados del Yo funcionales con cuatro mani-
tras opciones de adultos. festaciones conductuales.

Cuadro 3: Estados del Yo y Manifestaciones conductuales.

ESTADO EXPRESIONES TONO EXPRESIONES GESTOS


DEL YO VERBALES DE LA VOZ FACIALES Y POSTURAS
PADRE De una vez por Seco. Ceño fruncido; Índice amenazador,
CRÍTICO todas; yo en su Tajante. labios prietos; mover la cabeza
caso, nunca Despectivo. mandíbula tensa. desaprobando,
olvidaré; ¿qué dirán Inquisidor. tronco erecto y
los demás? arrogante.
Frases hechas.
PADRE ¡Ánimo! Acariciador. Sonreír; comisura Poner la mano
NUTRICIO No te asustes, Cálido. de los labios hacia protectoramente,
eres capaz; Condescendiente. arriba; mirada abrazos de aliento.
te quiero. Afectuoso. franca.
ADULTO Cómo se hizo; No alterado. Pensativa, serena, Gestos mesurados,
Pineos que...; No altanero. atenta, alerta. pero no insípidos.
Lo realizaré. Calmado. Uniforme y
Exacto. Informado. pausado.
Déme razones.
NIÑO Me gusta; no me Inocente. Lágrimas, Posturas
NATURAL gusta; ¡Ay! ¡Puaf! Confiado expresión de temor sin inhibiciones.
¡Qué miedo! Expresividad natural: risas, Todo lo que indique
Te quiero. espontánea. labios temblorosos. vitalidad.
NIÑO Si pudiera... Quejumbroso. Expresión Parsimonioso;
ADAPTADO (potencial y subjun- Temeroso. huidiza, temerosa, dubitativo; falta
SUMISO tivo)... Opaco. contraída. de fuerza.
Frases tópicas. Sí,
lo que Vd. quiera.
NIÑO Impertinentes. Acusador. Expresión Sacando el pecho;
ADAPTADO Estoy harto. Desafiante rabiosa; bravío; puños apretados;
REBELDE ¡Ojalá reventéis! Duro. desafiante gestos coléricos.
Lo pagaréis. Resentido.
Rencoroso.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 253

PATOLOGÍA ESTRUCTURAL El Padre excluyente del Adulto y del Ni-


ño significa vivir con el Padre constante
La patología estructural se ocupa de las mente y se enfrenta al mundo sólo con un
anomalías de la estructura psíquica, des- conjunto de normas paternales. Sus con-
crita anteriormente. Son dos fundamental- ductas son de crítica y de control. También
mente: la exclusión de Estados del Yo y la pueden ser conductas de sobreprotección,
contaminación del Adulto por el Padre y/o salvando a los demás o pontificando sobr
el Niño (Berne, 1981, p. 43). lo que se debe hacer.
La Exclusión Doble La situación de una persona con el
Adulto excluyente del Padre y del Niño es
La Exclusión se manifiesta, según Bern como estar al ritmo de una máquina cal-
(1981), “por medio de una actitud estereo- culadora, desprovisto del encanto, espon-
tipada y predecible que se mantiene con fir taneidad y alegría del Niño e incapaz de
meza y hasta donde es posible en presen- adherirse a la convicción o indignación
cia de una situación amenazadora” (p. 43). que encuentra en el Padre sano. La per-
Esto confiere una estructura rígida al com sona que está en esa exclusión doble fun-
portamiento. Al emplearse constantemente ciona, casi únicamente, como coleccionis-
un Estado del Yo, los dos restantes apare- ta de información y procesador de datos,
cen prácticamente inexistentes. Otras ve- respondiendo sólo de forma fría y racio-
ces son dos los Estados del Yo que se ac- nal.
tivan dejando fuera de juego al tercero. El Niño excluyente hace que el Padre
Cuando se produce la Exclusión, un Es- y el Adulto queden relegados y desaloja-
tado del Yo monopoliza el Yo total, siendo dos de la vivienda del Yo. Al excluir al
él el que responde a los estímulos. Padre, la persona se queda sin valores y
Podemos representar gráficamente la excluyendo al Adulto corta la fuente de
Exclusión en la figura 2. Si se excluyen do información objetiva con lo que llegará a
de los tres Estados del Yo, el Estado del ser una persona asocial, manipuladora,
Yo operativo se etiqueta como constante o centrada en sí misma, poco informada,
excluyente. Se muestra en el diagrama con no ateniéndose a obligación alguna. Al-
un círculo más grueso. En esta figura s guien en Niño constante siempre se
muestran las tres posibilidades. comportará, pensará y sentirá como si
todavía estuviera en la infancia. La es-
trategia de esta persona al enfrentarse a
un problema, será de intensificar los
sentimientos. Dejará tanto la comproba-
ción de la realidad del Adulto como el
conjunto de normas paternas. Lo más
probable es que otros vean a esta per-
sona como “inmadura” o “histérica” (Ste-
wart y Joines, 2007, p.79).

La Exclusión Simple

Existe la posibilidad de que dos Estados


queden más catectizados por la energía
psíquica, eliminando y excluyendo, en algu-
nos momentos o con intensidad distinta, al
Figura 2: Exclusión doble. tercero. El gráfico sería así en la figura

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


254 Rafael Sáez Alonso

Figura 3: Exclusión simple.

La persona con el Padre excluido carece del Niño en el Estado Adulto. Este los ad-
de normas éticas, creando sus propias nor- mite como si se tratara de una información
mas para cada situación. Los conocimien- real. La invasión al Adulto condiciona noto-
tos del Adulto están a merced del Niño en riamente el comportamiento del sujeto.
las personas que excluyen al Padre. Esta La Contaminación podemos representar-
gente, con frecuencia, son “trapicheros”, o la como se ve en la figura 4, donde un Es
jefes de la mafia. Insiste en hacer las cosa tado del Yo penetra en las fronteras del
por gusto más que por deber. Tiene dificul otro. En el diagrama de la figura, lo reflej
tades para proteger, orientar, valorar. mos dibujando círculos que se solapan y se
Cuando el Padre y el Adulto son los que sombrea lo solapado. Las áreas sombrea-
constantemente toman las riendas del Yo y das representan la contaminación.
desalojan al Niño tienden a ser personas
con baja capacidad para sentir y expresar
emociones. A veces se consideran “fríos” o
“todo cerebro”. Pero la presencia del Adul-
to mantiene la capacidad de aplicar las nor-
mas y de empatizar.
Una exclusión profunda es cuando el
Adulto de la persona desaparece y aquella
queda en el fluctuante albergue dirigido po
el Padre y el Niño. Los conflictos entre u
Padre limitado para ajustarse a la realidad
con la que no contacta y un Niño desbor-
dado por la energía son imprevisibles, ar-
bitrarios e impredecibles.

La Contaminación

Otra patología estructural es la Contami-


nación. Se trata de la intrusión de algunos Figura 4: La contaminación
contenidos de tipo irracional del Padre y/o de los Estados del Yo.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 255

La figura 4a muestra el contenido del Y El mecanismo de la Contaminación del


Padre que penetra en el del Adulto, una con- Adulto por el Padre se debe a la confian
taminación del Padre. Por su parte, en 4b, la za en fuentes de información no confia-
figura muestra la contaminación del Niño y l bles. Es decir, se da fe a la persona por el
figura 4c, la doble contaminación, ambos, e impacto emocional que se vive ante ella, y
Padre y el Niño solapando al Adulto. así se traga la información que ofrece la
La Contaminación es una forma patoló- misma.
gica de actuar frente a un estímulo, situa- En caso de una Contaminación por el Ni-
ción o problemas que provienen del exte- ño, el Adulto se muestra lleno de ilusiones.
rior y afecta al uso de los Estados del Yo. Las sensaciones infantiles, las ilusiones y
La Contaminación se refiere al Estad ansiedades, las consideraciones mágicas,
del Yo Adulto. En páginas anteriores he- voluntaristas, interfieren y enturbian el pen
mos afirmado que para el Análisis Tran samiento claro y directo del Adulto. La con-
saccional el Adulto es la parte de la perso- taminación del Niño empaña mi pensa-
na que razona, reflexiona, opera siempr miento de adulto con creencias de mi in-
en forma pensante y por acumulación de fancia. Las fantasías, evocadas por los
datos provenientes de experiencias inter- sentimientos, se toman por hechos. En la
nas y externas. Por consiguiente, “el Adul- contaminación, confundo la realidad-evoca-
to nunca contamina” (Opi, 1999, p. 60). ción de las imágenes-ideas arcaicas infan-
Esta capacidad claripensante del Estado tiles por una realidad del Adulto.
Adulto del Yo puede verse contaminada de La Contaminación más común se produ-
dos formas: por el Padre y por el Niño. ce cuando existe ignorancia, falta de cultu-
La Contaminación por el Padre es cuan- ra y la influencia ambiental elimina todo po
do las reglas, opiniones y actitudes de és- sible análisis y también cuando los senti-
te invaden al Adulto. Los padres influye mientos interfieren con el pensamiento
desde la primera infancia, ya antes de que Un ejemplo puede ser: “Los profesores
se comuniquen verbalmente con sus hijos, con gafas dan suerte en los exámenes”. La
les transmiten mensajes sobre las perso- gráfica de esta situación aparece en la f
nas, la familia, la vida en general. El Adul- gura 4b.
to cree que esta información es objetiva, La Contaminación también puede ser
contrastada y él no la verifica. Se simboli doble, cuando el Adulto es invadido por el
za superponiendo una parte del Padre en Niño y por el Padre al unísono, es decir,
la superficie del Adulto, como aparece e cuando la persona revive un lema paternal,
la figura 4a. Cuando confundo los lema lo acepta con una creencia de Niño y con-
paternales por la realidad del Adulto, estoy funde las dos con la realidad. Ver figura 4c
en contaminación del Padre. Las creencias El Adulto está contaminado entonces por
enseñadas por el Estado del Yo Padre se las distorsiones de la realidad del Niño, fan-
toman como hecho. Berne los llamó prejui- tasías e ilusiones, y por los prejuicios del
cios. Si creo que un prejuicio es una ex- Padre, información hecha de recuerdos, y
presión de realidad, estoy en una contami- por consiguiente, no crítica.
nación. Un ejemplo de los prejuicios e ilusiones
Otro ejemplo es el de los refranes (Ro- resultantes de esta situación puede ser la
mán, 1983, p. 28). Estos son un fragmento afirmación: “Mis alumnos de Filosofía n
de la realidad que arroja ciertos datos con me quieren porque soy mujer”.
alguna lógica interna. Esta lógica se gene- Al finalizar la exposición de los Estado
raliza y se vuelve axioma, que algunas ve- del Yo me parece oportuno explicar el em-
ces se confirma y otras, no. Generalment pleo de algunos términos de las páginas
cuando no se confirma, se ignora anteriores y posteriores. Me refiero a lo

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


256 Rafael Sáez Alonso

términos de ajuste, ajuste personal, ESTAR to ni contaminaciones los Estados del Yo.
BIEN, NO ESTAR BIEN, ajuste psíquico, Es capaz de sentir, elegir y decidir con el
sistema positivo o negativo, etc. Y que es Estado del Yo conveniente al contexto si-
una de los objetivos de la terapia transac- tuacional.
cional En resumen, hemos presentado los
El Análisis Transaccional se dirige desde elementos básicos de los tres Estados del
sus inicios con Berne (1981), al conoci- Yo: Padre, Adulto y Niño y que se anali-
miento de los factores que determinan en zan en la terapia transaccional. Son tres
las personas una mayor madurez y los fac- maneras distintas de relacionarnos con
tores que la impiden. El Análisis Transac- los demás, según el análisis estructural
cional no se conformó con ser una teoría de primer orden, y nueve maneras distin-
de Psicología, sino que desde los primeros tas, según el análisis estructural de se-
escritos y prácticas de Berne ha sido un gundo orden. La comunicación con los
conjunto de teorías aplicadas a mejorar bá- objetos, con las personas y con nosotros
sicamente la salud mental de los que lo re- mismos se da pasando de un Estado a
ciben. otro en función de las transacciones que
¿Cómo vamos a nombrar lo referente al recibimos y en la medida que eliminamos
aspecto del ajuste o desajuste psíquico, al la patología estructural. Las personas no
mayor o menor desarrollo personal? pueden actuar sin tener algún Estado del
Así, ESTAR BIEN significa el estar fun Yo Niño, ni pueden actuar sin el control
cionando dentro de lo correcto, el estar fun- directivo del aquí y ahora del Adulto, así
cionando bien, adecuadamente. Por el con- como no encajan bien en la sociedad sin
trario, NO ESTAR BIEN significa funciona tener ningún Padre. El conocimiento tera-
de manera negativa o en desacuerdo “con péutico del análisis estructural y funcional
lo que exige la situación”. Es, pues, un fun- que hemos expuesto indicando el origen,
cionar inadecuado. contenido y funciones de los Estados del
Podemos afirmar que una persona, un Yo lo confirman.
paciente, un educador o un alumno está Los deberes y las normas que hemos re-
“BIEN” cuando funciona en el sistema po- cibido y que residen en el Estado Padre,
sitivo de conductas, fruto del uso de los aquellos que razonamos y pensamos, que
Estados del Yo: Padre Crítico, Padre Nu- se elabora con el Adulto y los sentimientos
tricio, Adulto, Niño Libre y Niño Adapta- que sentimos y que radican en el Niño se-
do, positivos frente a los estímulos que rán análisis necesarios en la terapia tran-
recibe. saccional.
Sin embargo, cuando se activa un Es-
tado del Yo NO ESTOY BIEN se está en
el sistema de NO ESTAR BIEN, ya que TRANSACCIONES
el Padre Crítico, Padre Nutricio, Adulto,
Niño Libre y Niño Adaptado QUE NO Hemos terminado de exponer los Esta-
ESTÁN BIEN nunca pueden ser ade- dos del Yo. Ha sido un estudio de los as-
cuados. pectos individuales de las personas.
El crecimiento de la persona, del am- Comenzamos el análisis de los aspectos
biente, de las relaciones es un incremento sociales, pues las transacciones explican
del grado de ESTAR BIEN, es decir un in- toda la vida social y constituyen la segun-
cremento en la sintonía y coherencia de los da unidad bien definida en que se apoya e
Estados del Yo. Una personalidad integra- Análisis Transaccional.
da, ajustada, significa una personalidad Ahora vamos a pensar en el Análisis
que vive con concierto y sin enfrentamien- Transaccional en términos de relaciones

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 257

sociales. El análisis de las Transacciones Y la describimos detalladamente.La tran-


propiamente dicho da una definición riguro sacción es la unidad de las relaciones so-
sa del sistema en conjunto, que será de in- ciales. Hay un estímulo y una respuesta
terés principalmente para los que tengan mínimos. Berne (1966) afirma:
práctica de metodología científica Si una o dos personas se encuentran en
En el Análisis Estructural y Funcional de un juego social, tarde o temprano alguna de
la personalidad hemos analizado en deta- ellas hablará o dará alguna señal de recono-
lle a la persona: su Padre, Adulto y Niño; cimiento de las otras. Esto es llamado estí-
lo que piensa, siente, dice y hace. Hemos mulo transaccional. Entonces, otra persona
tratado de responder a la pregunta cómo dirá o hará algo que está de algún modo re-
lacionado con este estímulo, y eso se llama
es la estructura psicológica del sujeto. Es
respuesta transaccional (p. 33).
un Análisis de lo intrapersonal. Ahora in-
En lenguaje formal, la comunicación de
tentaremos referirnos a lo que sucede en-
apertura se denomina estímulo; la de cie-
tre las personas. Damos respuesta a la
rre, respuesta.
cuestión cómo se comunican las perso-
nas, cómo se usan los Estados del Yo al La transacción es, por consiguiente, un
relacionarse un sujeto con otras personas. intercambio de estímulos y respuestas. In-
Las Transacciones muestran cómo aquél cluye el estímulo que puede ser una pala-
se vincula hacia fuera. Es un análisis de bra, un gesto o una conducta que se re-
lo interpersonal. fieren a otros y les afectan. Y la respues-
ta, es decir, el sujeto estimulado, tiene
Concepto de Transacción que responder. Si no hubiera alguna for-
ma de respuesta no habría Transacción.
Podemos definir la Transacción con pa El otro tiene que sentirse afectado hasta
labras del propio Berne (1974): el punto de responder al estímulo. La
Una Transacción consistente en un solo Transacción presupone que los que inte-
estímulo y una sola respuesta, verbal o no ractúan lo hacen –ambos– dinámicamen-
verbal, es la unidad de acción social. Se lla- te, con la concatenación de estímulo-res-
ma transacción porque cada parte gana al- puesta. No habiendo respuesta, no existe
go con ella, y por eso entra en ella. Todo lo Transacción. La falta de respuesta no es
que ocurra entre dos o más personas pue-
una respuesta para el Análisis Transac-
de descomponerse en una serie de transac-
ciones individuales, y esto da todas las ven- cional. Sin embargo, no responder es una
tajas que consigue cualquier ciencia, cuan- de las numerosas opciones ante un estí-
do tiene un sistema de unidades bien defi- mulo dado, en este caso, respuesta ges-
nido (pp. 35-36). tual no verbal.

Estímulo Respuesta

¿Cuántos alumnos hay? E R


Hay diez alumnos.

He aquí un estímulo y una respuesta A la Transacción pueden reducirse to-


que parten del estado Adulto de dos per- das las relaciones sociales por compli-
sonas. Se ha producido una interacción en- cadas que ellas fueren; pueden ser re-
tre dos sujetos a través de su estado Adul- ducidas a Transacciones individuales.
to. Es una Transacción que se da entre un Por eso, Berne se refiere a la transac-
estímulo transaccional sumado a una res- ción como la unidad básica del discurso
puesta transaccional. social.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


258 Rafael Sáez Alonso

La definición descrita más arriba, de he puesta, pero Berne analiza tal estímulo y
cho, intenta dar un modelo para todas las tal respuesta, mínimos, desde unos preci-
formas posibles de conducta social huma- sos Estados del Yo.
na. Es la unidad de relación social, una for-
ma de comunicación. Es interrelación, o Los estímulos y las respuestas
sea, el modo como se vinculan dos perso- son verbales y no-verbales
nas a través de sus Estados del Yo. Un
diálogo es, por ejemplo, una serie de tran- El hombre, a diferencia de los animales,
sacciones. tiene una característica particular. Y es que
En esto radica el valor del empleo de la se expresa. Es un ser parlante. En la vida
Transacción como unidad mínima y como ordinaria y en la mayoría de las circuns-
modelo de diversas relaciones. Por ello tancias usa estímulos verbales. Estos estí-
Berne (1974, p. 36) nos dice que con ello mulos son los que más se ponen como
logramos todas las ventajas que consigue ejemplos, porque son más fáciles de dia-
cualquier ciencia, cuando tiene un sistema gramar. Incluso a la hora de describir las
de unidades bien definido. Y así como des respuestas emocionales.
de la teoría de los Estados del Yo entendí- A lo largo del trabajo se emplean ejem-
amos toda la estructura y funcionamiento plos casi siempre con estímulo verbal. Pe-
de la personalidad individual; así desde el ro debemos interesarnos por las pistas no
estudio de las Transacciones, comprende- verbales. Dado que son frecuentes, sobre
mos todas las posibles formas de relacio- todo en la infancia, a veces pasan desa-
nes sociales, por complicadas que sean. percibidas y, sin embargo, acompañan,
No se ha encontrado ningún ejemplo entre modificándolas, a las verbales. Se encuen
miles o millones de intercambios entre se- tran en los tonos de voz, gestos, posturas
res humanos que no pudiera encajarse con y expresiones verbales. También hay pis-
el modelo. tas más sutiles en la respiración, tensión
muscular, ritmo cardiaco, dilatación de las
Las Transacciones se realizan pupilas, sudoración. Y las pistas no verba-
entre los Estados del Yo les están ahí para que se lean. Los niños
pequeños leen estas pistas de forma intui-
Las Transacciones se realizan desde el tiva. A medida que crecemos, nos entrena-
Estado del Yo del que estimula y el Estado mos sistemáticamente para borrar esta in-
del Yo del que responde. En la Transacción tuición (“Es de mala educación mirar fija
no basta afirmar un estímulo sino tambié mente, cariño”). Para ser eficaces al utiliza
desde qué Estado del Yo procede y hacia el A.T., necesitamos volver a entrenarnos
qué Estado del Yo se dirige. Lo mismo hay para interpretar las pistas corporales (Ste-
que decir de la respuesta: debe conside- wart y Joines, 2007). Estos autores nos lle-
rarse su dirección de qué Estado procede van al siguiente punto: “para analizar cual-
y a cuál responde. quier transacción de forma precisa, debe-
Esto nos señala la lógica del Análisis rás considerar las pistas no verbales tanto
Transaccional. Se afirma que los seres hu como las palabras” (p.83).
manos pueden cambiar de un Estado del En el apartado pobre a los Estados del
Yo a otro y que si A dice algo y B dice al- Yo he expuesto las expresiones objetivas
go poco después, puede verificarse si l de los mismos, tanto verbales como algu-
que ha dicho B es o no es una respuesta nas expresiones faciales, gestos, posturas,
a lo que había dicho A. y también el tono y matices concomitantes
Otros autores han definido las relacione con las palabras mismas que pueden ser-
humanas en términos de estímulo y res- vir de estímulo o de respuesta, dentro de

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 259

determinados Estados del Yo. Lo mismo, Hemos afirmado que nos comunicamo
en las transacciones. a través de las transacciones. En la comu-
Berne (1974, p. 272) afirma que todo e nicación se da información. Es evidente
gesto humano, pero más en particular la que las transacciones pueden ser analiza-
movilidad del rostro, es expresivo y sirve das desde el punto de vista de un inter-
para estimular, responder o modificar la cambio de información (Martorell, 1983, p.
diversas transacciones. Milímetros de mo- 42). Sin embargo, enseguida nos damos
vimiento, imperceptibles para uno mismo, cuenta de que muchas de nuestras tran-
son muy significativos para los observado sacciones cotidianas son difícilmente justi-
res exteriores. Por esta razón –y sin que ficables, pensando sólo en la cantidad d
nos demos cuenta– estamos, a través del información que intercambian.
gesto, comunicándonos constantemente Parece que hay un valor intrínseco a la
con los que nos rodean. propia comunicación. Este algo es el reco-
En el calor de un encuentro social, a tra- nocimiento psicológico, reconocer a alguien
vés de los músculos faciales, estamos co- y ser reconocido por él, atender y ser aten-
menzando, terminando o modificando mul dido. A este reconocimiento en Análisis
titud de transacciones. Nuestro rostro da Transaccional se denomina con la palabra
mensajes de los que muchas veces no so- Caricia.
mos conscientes. Son, a veces, mejor ex- Berne (1974) resalta este aspecto cuan-
presión que nuestras propias palabras, que do explica el porqué del nombre de Tran-
responden más bien a lo que pretendemos sacción, como hemos descrito anterior-
y creemos ser y sentir; y no a lo que real- mente: “Se llama transacción porque cada
mente sentimos o somos. parte gana algo con ella, y por esto entra
Los gestos son más sinceros. Es per- en ella” (p. 35). Y en otro lugar afirma: “U
fectamente posible que, con los gestos, cambio de caricias constituye una Transac-
mandemos un estímulo en contradicción ción, la cual es la unidad de las relaciones
con nuestras palabras. Podemos emplear sociales” (p. 17).
un gesto depresivo acompañando a pala- Es, pues, la transacción un medio para
bras alegres, o enseñar una cara amarga recibir mutuamente un don; una caricia. To-
con palabras muy dulces. De todo esto vie- das las relaciones sociales son fuente de
ne la importancia del gesto, del estímulo Caricias. Y las Transacciones son el cami-
no-verbal. no más corriente y natural para obtenerlas.
Finalmente, los estímulos y las respues- Cada persona usa una clase de transac-
tas transaccionales verbales y no-verbales ciones y busca una clase de ganancias.
constituyen una unidad de comportamiento; Este uso y búsqueda dependen de la pro-
por lo que la palabra y las expresiones se gramación infantil, del guión de vida, ámbi-
influyen mutuamente en el mensaje o res tos personales que se analizan detallada-
puesta final mente en la terapia transaccional.

La dinámica de las Transacciones Representación de las Transacciones


en la búsqueda de las Caricias
La representación de las Transacciones
En la transacción cada participante gana es gráfica, clara, sencilla y eficaz. Se coloc
algo. La transacción tiene una relación fun- frente a frente, el diagrama de los Estados
damental con las Caricias. Estas son el ali- del Yo del que estimula y del que responde.
mento de los Estados del Yo, la satisfac- El estímulo transaccional se representa por
ción de sus necesidades (Sáez Alonso, una flecha que en lenguaje formal se deno
2001, 2006). mina vectores y, que va desde el Estado es-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


260 Rafael Sáez Alonso

timulante hasta el Estado que busca estimu- El número teórico de las mismas (posi-
lar. Y la respuesta transaccional, con otra fle bles estímulos y respuestas desde Estados
cha, que va desde el Estado que responde específicos) es de unos cuantos millares
hasta el que pretende que reciba la res- Berne (1974, p. 36) presenta nueve com-
puesta. Tanto estímulo como respuesta con- plementarias, setenta y dos cruzadas, seis
sideran dos Estados. Uno desde qué Estado mil cuatrocientas ochenta dobles y treinta y
parte; y otro, a qué Estado se refiere. Re seis angulares. Pero, afortunadamente, en
cordemos el ejemplo escrito anteriormente. la práctica se emplean sólo unas pocas,
El Adulto del Emisor del Estímulo (profe- unas quince; el resto queda para el estudio
sor, jefe, compañero) pregunta al Adulto en las sesiones clínicas.
del Receptor: “¿Qué hora es? Mi reloj se Se pueden clasificar las Transaccione
ha parado”. por el número de Estados del Yo de los
Y el Adulto del Receptor del Estímulo participantes. Y son simples y ulteriores,
(alumno, amigo, compañero de trabajo) participando en aquéllas dos Estados sola-
responde al Adulto del Emisor: “Son las mente y tres o más en éstas.
seis de la tarde”. Por el origen de las respuestas son com-
Se pueden considerar solamente los tres plementarias y cruzadas. Estas pueden ser
Estados Estructurales (figura 5). Pero par transferenciales, contratransferenciales,
mayor precisión se recomienda el Análisis deshumanizadas, exasperantes, del infinit
Funcional de los Estados del Yo. y de quejas o lamentos mutuos.
Por el número de mensajes emitidos si-
multáneamente, ulteriores. Y las ulteriores,
en angulares y dobles.
A continuación explicamos cada catego-
ría de Transacciones.

Transacción Complementaria

Las Transacciones Complementarias


son transacciones simples, pues sólo inter-
viene un único Estado del Yo de cada una
de las personas interactuantes.
Son abiertas. La respuesta es la espera-
da por el estímulo. Por ello, Berne (1974)
afirmará que desde el punto de vista de l
comunicación, puesto que no hay trabas,
Figura 5: Transacción con Diagrama “mientras las Transacciones son comple-
estructural. mentarias, con flechas paralelas, la comu
nicación puede proseguir indefinidamente
(p.30). Una transacción complementaria es
CLASIFICACIÓN aquella en la que los vectores transaccio-
DE LAS TRANSACCIONES nales están en paralelo y el estado del yo
destinatario es el que responde.
La clasificación de las transacciones e Veamos un ejemplo con un diagrama
uno de los valores prácticos del sistema funcional:
propuesto por Berne. Cualquier relación Dos profesores contemplan cómo dos
social puede clasificarse y describirse e alumnos destruyen algunos libros de otros
alguna clase de transacción. compañeros:

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 261

Profesor: “Esto no puede ser. Los de- Una transacción cruzada es aquella en
nunciaré para que no se repita”. la que los vectores transaccionales no son
Profesora: “Estoy de acuerdo. Estos he- paralelos, o en la que el estado del yo al
chos no se deben dejar pasar”. que se dirige la comunicación no es el mis-
Se observa que la respuesta vuelve mo que el que responde.
del Estado del Yo que recibió el estímu- Berne describió la segunda regla de la
lo, al Estado del Yo que lo emitió. E in- Comunicación basándose en estas Tran-
terviene un sólo Estado del Yo por cada sacciones: cuando la Transacción es cru-
respuesta. zada, la relación es, o bien detenida o
Es necesario recordar que al ser este bien modificada. La comunicación sobre
trabajo escrito, se apelará a los signos de un tema se corta y se produce una ruptu-
conducta de palabras y frases. En la prác- ra de la comunicación. Uno o ambos indi-
tica las frases, al venir acompañadas por viduos necesitarán cambiar sus estados
gestos, son más complejas de analizar. del yo con el fin de restablecer la comuni-
Estas Transacciones que son paralelas, cación.
complementan sin interrupción la comuni- Stewart y Joines (2007) afirman que Ber
cación entre los Estados del Yo. Berne ne calculó que en teoría hay setenta y dos
concluyó la primera regla de la Comunica- variedades posibles de transacciones cru-
ción: la relación y el diálogo tienden a con- zadas. Afortunadamente, dos de ellas son
tinuar indefinidamente cuando se dan la las más comunes en la práctica. Tienen lu-
Transacciones Complementarias. gar cuando un estímulo A-A es cruzado
Estas Transacciones son abiertas, direc- bien por una respuesta N-P o por una res-
tas, y no bloquean la comunicación que ha- puesta P-N (p. 90).
ce fluida y agradable la relación entre la Para Massó (2007, pp. 138-139) la
personas. transacción cruzada logra romper el pro-
ceso de comunicación, porque la res-
Transacción Cruzada puesta transaccional no sólo satisface la
demanda establecida por el estímulo tran-
Las Transacciones Cruzadas son aque- saccional, sino que produce estupefac-
llas en las que la respuesta transaccional ción o confusión en la persona que emi-
del estimulado no proviene del Estado del tió el estímulo.
Yo al que el estímulo transaccional se diri- Berne (1974) diferencia tres tipos funda-
gió. La respuesta llega de otro Estado del mentales de transacciones cruzadas:
Yo. No es complementaria. Es una res- – Reacción de queja y rebeldía en la
puesta que bloquea la comunicación. que al estímulo transaccional Adulto-
Se llaman cruzadas porque, efectiva- Adulto sucede una respuesta Niño-
mente, estímulo y respuesta chocan. Los Padre.
vectores del diagrama para este tipo de – Reacción de arrogancia, que ocurre
transacción están generalmente cruzados. cuando un estímulo de Adulto-Adulto
Un ejemplo con el diagrama de primer recibe una respuesta Padre-Niño.
orden: – Reacción de transacción exasperante
Estímulo: El Padre del emisor-profesor o deshumanizada, que ocurre cuando
se dirige al Niño del receptor-alumno: “Haz el estímulo transaccional que proviene
los deberes y ordena tus libros”. del Niño Natural contiene una deman-
Respuesta: El Adulto del receptor-alum- da de protección, cariño o compren-
no responde al Adulto del emisor-profesor: sión, pero responde el Adulto con sus
“¿Verdaderamente son cosas tan importan- formas peculiares, técnicas racionales
tes para Vd.?”. y asépticas.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


262 Rafael Sáez Alonso

Otros tipos de transacción cruzada: In- ta de una repetición de prototipos infantiles


solente, del infinito, de queja mutua, de l vivida con un marcado sentimiento de ac-
horca (que se produce cuando un estímulo tualidad.
transaccional que comporta una conducta Dentro de la Transacción Cruzada
argumental, destructora, recibe una res- Transferencial, hemos afirmado que el es
puesta transaccional que refuerza el conte- tímulo Adulto-Adulto lanzado por el emisor,
nido perjudicial). A esta transacción la lla- es respondido por el Niño-Padre. Parece
ma Steiner malvada, típica de personas ser que despierta en el receptor del estí-
que activan comportamientos autolesivos. mulo alguna experiencia infantil por lo que
Consideremos las principales Transac- se presenta en el Estado Niño y se dirige
ciones Cruzadas. al Estado Padre pidiendo protección o des-
cargando agresividad.
Transacción quejumbrosa y de rebeldía Berne (1981) afirma que la cura transfe
rencial en términos estructurales significa l
En esta Transacción el estímulo es de sustitución del padre original por el tera-
Adulto a Adulto. Se pide información, pero peuta, y en términos transaccionales signi-
aparece el Niño, como si fuera Padre-Niño fica que el terapeuta permite al paciente re
y, por eso, éste responde Niño-Padre. En anudar con él un juego que se interrumpió
vez de datos recibimos una reacción emo- en la infancia, o por otra parte, presenta la
cional de rebeldía o de sumisión. posibilidad de realizar el juego de forma
Estímulo: El Adulto del emisor-profesor más benigna que lo que le permitía el pa-
envía el estímulo al Adulto del receptor- dre original (p. 170).
alumno: “¿Has terminado tus tareas?”. El receptor del estímulo o paciente trans-
Respuesta: El Niño del receptor-alumno fiere al emisor, o terapeuta, sentimiento
responde al Padre del emisor-profesor: grabados en su Niño.
“¿Por qué está Vd. metiéndose siempre
conmigo?”. Transacción arrogante
Ya no pueden seguir hablando de las ta-
reas escolares. Esta vez el Estado Adulto del emisor es
Las personas que tienden mucho a este cruzado por el Estado Padre del receptor.
cruce, tienen muy desarrollado el Niño Estímulo: El Adulto del emisor-alumno
Adaptado (por haberse dirigido a ese Esta- envía el estímulo al Adulto del receptor-pro-
do del Yo la mayoría de los mensajes tem- fesor: “¿Puede decirme Vd. a qué hora es
pranos que recibieron en su vida), ya sea el examen?”.
Sumiso o Rebelde (Kertész, 1985, p. 130). Respuesta: El Padre del receptor-profe-
La educación estuvo en manos de los Pa- sor responde al Niño del emisor-alumno:
dres Críticos de sus padres y luego se han “¡Pero es que tú estás siempre en la luna!”.
hecho a reaccionar desde el Niño Sumiso. El alumno no se enterará de qué hora es
Esta es la típica Transacción transferen- la fijada para realizar el examen
cial psicoanalítica, donde el paciente Las personas con tendencia a este cru-
“transfiere” o proyecta a su Padre intern ce están acostumbradas o han desarrolla-
sobre el terapeuta, el alumno sobre el pro- do en exceso al Padre Crítico o Protector.
fesor y el subordinado sobre el jefe (Ibíd., Así están o persiguiendo o salvando, pero
p. 130). no computan y resuelven los problemas.
Para el Psicoanálisis, la Transferencia es Poseen una rigidez en el Estado Padre y
el proceso en virtud del cual los deseos in- una debilidad grande en el Adulto.
conscientes se actualizan sobre ciertos ob- Berne la llama contratransferencia. Es el
jetos, dentro de la relación analítica. Se tra- Padre el que transfiere. Podemos recorda

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 263

que el Psicoanálisis entiende por Contra- Berne (1974) la llama “Insolencia” por-
transferencia el conjunto de reacciones in- que para el Padre que se ofrece a ayudar
conscientes del analista frente a la presen- y nutrir adecuadamente, la respuesta fría
cia del analizado y especialmente hacia la del Adulto parece un desafío a las actitu-
transferencia de éste. des de aquél que emite el estímulo (p. 32).
El analista, terapeuta, educador y todo el
que fomenta estas transacciones se posi- Transacción del Infinit
cionan generalmente en niveles de autori-
dad, no desarrollando el Adulto de sus in- Consiste la Transacción del Infinito e
terlocutores, sino que amenazan constan- emitir el estímulo de Padre Crítico al Niño
temente con su posición autoritaria o con- Libre o Adaptado y cruzar la respuesta de
descendiente. Procuran, al reaccionar, es- Padre Crítico a Niño Libre o Adaptado.
tar por encima de los demás. Este cruce se produce siempre que se
responde a una agresión o reproche con
Transacción Deshumanizada otra agresión o reproche.
Estímulo: El Padre Crítico del Alumno se
Algunos llaman a esta Transacción “Exas- dirige al Niño de la alumna: “No haces más
perante”, porque el Niño se desespera. que pelearte con el profesor de Ciencias”.
Es la inversa de la Transferencial. Aquí Respuesta: El Padre Crítico de la alum-
se pide ayuda y sólo se reciben datos. El na responde al Niño del alumno: “¡Vaya
Niño pide a un Padre que le dé ayuda, quién lo dice! ¡Y tú, con la profesora de Ma-
comprensión, calor y sólo halla datos fríos, temáticas!”.
computados, del Adulto. En esta Transacción, el estímulo del Pa-
Estímulo: El Niño del hijo pide al Padre dre Crítico quiere apabullar imponiéndose
de su madre: “Mamá, ¿puedes darme un al Niño que, pidiendo ayuda a su Padre
café calentito? ¿A que sí?”. Crítico interno, no acepta la crítica y le res-
Respuesta: El Adulto de la madre res- ponde con otro insulto.
ponde al Adulto del hijo: “El café se ha ter- Es cruzada y puede durar indefinida-
minado esta mañana. No hay más”. mente. Por la forma ( ∞) es un círculo vi-
En una verdadera necesidad como la cioso, dándose “un circuito de mutuo re-
que manifiesta el hijo, la madre se muestr fuerzo del “estar mal”, procurando que el
fría y poco humanizada. Sería positiva si la otro se sienta peor, para sentirse uno me-
apetencia del Niño fuera desorbitada. jor” (Kertész, 1985, p.133).
El Adulto materno haría notar esta ina-
decuación. Transacción de quejas
o lamentos mutuos
Transacción Insolente
Esta Transacción es parecida a la ante-
Es la Transacción inversa de la Contra- rior. Pero, en vez de críticas, ataques o re-
transferencial. Se espera sumisión, docilidad, proches, se dan ayudas para protegerse
comprensión sincera, no salvadora, ante mutuamente, careciendo, sin embargo, de
contenidos éticos, y responde un Adulto frío. interés por el otro.
Estímulo: El Padre Nutricio QUE ESTÁ Estímulo: El Niño del alumno busca pro-
BIEN quiere acariciar al Niño Natural de su tección en el Padre Nutricio de otra alum-
hija: “Mira qué collar te he traído de mi viaje”. na: “¡Qué mala suerte tengo… no he apro-
Respuesta: El Adulto de la hija responde bado ni una…!”.
al Adulto de su padre: “¡Ha gastado dema- Respuesta: El Niño de la alumna res-
siado dinero para mí, papá!”. ponde pidiendo ayuda al Padre Nutricio del

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


264 Rafael Sáez Alonso

alumno: “¡Pues mira que yo… no me sale Estos dos niveles hacen importantes a
una bien!”. estas Transacciones. El estímulo transac-
En estas Transacciones, cada Niño pide cional social distrae al Adulto del que lo re-
protección y el otro responde quejándose a cibe y el Niño y el Padre quedan influidos
su vez. Los Niños del alumno y la alumna enganchados por el estímulo psicológico.
están preocupados por sí mismos, sin inte- Incluso el que emite el estímulo psicológi-
rés por el otro. Son lamentos, quejas que co, oculto, lo hace de tal modo que no es
se van sucediendo indefinidamente. Est percibido por su propio Adulto.
círculo se hubiera roto si se hubiera res- Las personas emisoras y receptoras del
pondido en forma complementaria. estímulo sutil psicológico mantienen a su
Adulto despistado, engañado, fuera de jue-
Transacción Ulterior go de la verdadera Transacción. El Adulto
no se entera.
Las Transacciones Ulteriores son las Eric Berne ilustra otro tipo de Transac-
más complejas y las que están en la base ción Ulterior a la que él denomina angular.
de los juegos psicológicos. “Son aquellas
en cuyo estímulo y/o respuesta interviene Transacción Angular
simultáneamente más de un Estado del Yo”
(Kertész, 1985, p. 134). Es la Transacción del vendedor (Berne,
En la Transacción Ulterior se transmiten 1974, p. 32, 37) de los anuncios comercia-
dos mensajes a la vez. Uno de ellos es un les y de las ventas en el mercado.
mensaje implícito, oculto, o mensaje de ni- Se dirige un estímulo doble, en ángulo.
vel psicológico y el otro es visible, es un El estímulo de nivel social, aceptable, de
mensaje manifiesto o mensaje de nivel so Adulto a Adulto, y el estímulo oculto, con
cial. Los dos mensajes suponen dos nive- mensaje secreto, bajo el social, desde mi
les y la acción simultánea de más de un Adulto al Padre o al Niño del otro, que
Estado del Yo. La mayoría de las veces, el pretende enganchar al Padre o al Niño
contenido del nivel social es Adulto-Adulto. del otro. Un Adulto mal informado, inge-
Los mensajes del nivel psicológico son ge- nuo, o un Padre con flaqueza para salvar
neralmente Padre-Niño o Niño-Padre. o perseguir, o una fuerte energía del Ni-
El mensaje de nivel social es el eviden- ño Adaptado, hacen posible la manipula-
te, público y visible parecido al nivel de las ción que se da con esta Transacción. El
transacciones ya estudiadas. Suele expre- modelo es el del vendedor que espera
sarse de modo verbal. Y el estímulo tran- captar a un cliente para una compra com-
saccional puede interpretarse literalmente. pulsiva.
El mensaje de nivel psicológico es oculto, Aclaramos lo afirmado con un ejemplo
encubierto precisamente por el mensaje de el nivel psicológico se puede describir con
nivel social. Es más sutil y menos perceptible. una flecha punteada
Su contenido no se puede admitir al pie de la Estímulo 1°: “¡Éste es el mejor coche que
letra sino en sentido relacional. “En la Tran- tenemos, pero tal vez sea demasiado para
sacción Ulterior cabe efectuar tanto un análi- Vd.!” (Este estímulo es social y va de Adulto
a Adulto).
sis del contenido vinculado con el qué del
Estímulo 2°: (Va incluido en el 1°. En la fi
mensaje como uno del proceso que brinda el
gura aparece con trazos punteados): “¿A que
cómo del mensaje, la relación que se desea no se anima Vd.? ¿A que no es capaz de
establecer” (Cirigliano y Forcade, 1984, p. atreverse?” (Este estímulo es psicológico y lo
82). Este nivel se manifiesta generalment envía para enganchar al Niño del cliente).
por el gesto, el tono de voz, es decir, por as- Respuesta: “¡Me lo compro. Este es el co-
pectos no-verbales de la transacción. che que necesito yo!” (Ha picado el Niño).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Análisis funcional de la personalidad y transacciones en la terapia transaccional 265

La persona olvida pedir información al No olvidemos que una de las aspiraciones


Adulto: el coche corre demasiado, su econo- de Berne fue conseguir que el Análisis
mía y la edad de sesenta años no se lo per- Transaccional fuera una Psicología y Psi-
miten, etc., y la debilidad del Niño toma la ini- quiatría social, porque :
ciativa de la respuesta. Si no se enganchara Se ocupa de lo que producen realmente
el Niño, el Adulto puede responder sin dejar- las personas que estudia, mejor que de lo
se engañar: ¡Sí, es demasiado rápido para que ocurre en su espíritu. Alguien que utilice
una transacción [...] puede estar motivado
mí; además, con mi edad disminuyen los re-
por sentimientos muy intensos, pero éstos
flejos para conducir. No lo necesito! Debid
están implícitos o diluidos en el intercambio
a esto se le llama Transacción del vendedor. transaccional real. De hecho, apoya en las
Es halagando al Niño o al Padre como logran transacciones, esto es, en la conducta inte-
vender los productos. En este caso la ma- ractiva, el diagnóstico de los estados del yo
niobra del vendedor ha tenido éxito para cap- que cada persona activa (Massó, 2007,
tar al cliente en el Niño. p.129).
El ejemplo ilustra un punto general im- El análisis funcional de la persona y el
portante relacionado con las transacciones análisis de las Transacciones en la terapia
según nos precisan Stewart y Joines transaccional es, pues, el análisis de la co-
(2007). Afirman estos autores que “cuand municación interpersonal. Describen y exa-
te ofrezco un estímulo transaccional, nunca minan desde dónde nos comunicamos con
puedo HACERTE entrar en un determina- los demás y desde dónde nos viene la res-
do estado del yo. Lo máximo que puedo puesta. Pueden entrar en juego más de un
hacer es INVITARTE a que respondas des- Estado del Yo de cada persona. Por me-
de ese determinado estado del yo” (p.92). dio de una comunicación en la que usa-
Berne, basándose en estas Transaccio- mos Transacciones complementarias, se
nes Ulteriores, extrajo la tercera regla de la puede aprender a expresar los sentimien-
Comunicación: Lo que determina el resul- tos, aclarar los problemas, analizar situa-
tado final de las Transacciones Ulteriore ciones conflictivas propias y ajenas y lo
es la parte psicológica, oculta. O sea, la grar la intimidad.
consecuencia de la conducta de una tran-
sacción ulterior se determina en un nivel
psicológico y no social. Berne escribió “se
REFERENCIAS
determina” y no “puede determinarse”. Su-
giere que cuando las personas se comuni-
Berne, E. (1961). Transactional Análisis in Psy-
can en dos niveles, lo que ocurre siempre
chotherapy. New York: Grove Press Inc.;
es la consecuencia de los mensajes secre- (1981). Análisis Transaccional en Psicotera-
tos. Si deseamos comprender la conducta, pia. Buenos Aires: Psique.
debemos prestar atención al nivel psicoló- Berne, E. (1964). Games People Plays: The
gico de la comunicación. Psichology of Human Relatin-ships. New
Los transaccionalistas han señalado, York: Grove Press Inc.; (1966). Juegos en
ampliado y desarrollado (Kertész, 1985, p. que participamos. México: Editorial Diana.
136) transacciones que proceden de Esta- Berne, E. (1972). What do you say alter you say
dos disfuncionales. Son y tienen los rasgos Hello? New York: Grove Press Inc.; (1974).
¿Qué dice usted después de decir Hola?
de las descritas, pero al revés. Son negati-
Barcelona: Editorial Grijalbo.
vas, insanas porque dan caricias negativas, Cirigliano, G. y Forcade, H. (1984). Análisis
son dobles: ocultan intenciones inacepta- Transaccional y Educación (I). Buenos Aires:
bles y finalmente son inoportunas e inade Humanitas.
cuadas. Todas ellas se estudian detallada- Kertész, R. (1985). Análisis Transaccional Inte-
mente en la terapia clínica transaccional. grado. Buenos Aires: Ippem.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


266 Rafael Sáez Alonso

Martorell, J.L. (1983). ¿Qué nos pasa una y otra Sáez Alonso, R. (2006). Los estados del Ego,
vez? Análisis Transaccional en la familia. Ma- En, F. Valbuena (Ed.) Eric Berne. Teórico
drid: Marsiega. de la comunicación, pp. 23-33. Madrid: Edi-
Massó, F. (1995). Curso de formación avanza- po S.A.
da de Análisis Transaccional. Madrid: Apun- Sáez Alonso, R. (2008). Terapia Transaccional.
tes de clase. Revista de Análisis transaccional y Psicología
Massó, F. (2007). Análisis Transaccional I. Có- Humanista, 58, 1 er. Semestre, 100-121.
mo nos hacemos personas. Madrid: CCS. Stewart, J. y Joines, V. (2007). AT hoy. Una
Román, J.M. y otros (1983). Análisis Transac- nueva introducción al Análisis Transaccional.
cional. Modelos y aplicaciones. Barcelona: Madrid: CCS.
Ceac.
Sáez Alonso, R. (2001). Los juegos psicológicos Recibido: 24 de Octubre, 2008
según el Análisis Transaccional. Dos no jue- Evaluado: 7 de Noviembre, 2008
gan si uno no quiere. Madrid: CCS. Aceptado: 15 de Noviembre, 2008

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 267

CIBERADICCIÓN: LOS RIESGOS DE INTERNET

M.ª CONSUELO LLINARES PELLICER 1


MERCÉ LLORET BORONAT

RESUMEN

En este trabajo el autor trata de explicar cómo Internet surgió como una herramien-
ta para compartir información y tener acceso a ella de manera remota; posteriormen-
te, surgieron aplicaciones: la publicación de información de interés general, las salas
de chat, el correo electrónico, la publicidad, los servicios para adultos, etc. La mayor
parte de estas aplicaciones tienen un fin positivo, o por lo menos inofensivo; sin em
bargo, está el hecho latente de que los usuarios que se exceden en el uso de todas estas
prestaciones pueden convertir a Internet en un arma de doble filo
Palabras Clave: Adicción a Internet, aplicaciones positivas y negativas, alteraciones
de tipo psicológico.

CYBERADDICTION: THE INTERNET RISKS

ABSTRACT

In this article, the authors explain how Internet emerged as a tool for sharing infor-
mation and accessing to it remotely; afterwards, emerged applications such as disclo-
sure of general interest, chat rooms, e-mail, advertising, services for adults, and so on.
Most of these applications have a positive purpose, or at least harmless; however, the-
re is the fact that latent users who exceed the use of all these benefits can convert Inter
net in a double-edged sword.
Key Words: Internet addiction, positive and negative applications, psychological di-
sorders.

CYBERADDICTION: LES RISQUES D’INTERNET

RÉSUMÉ

Dans cet article les auteurs essaient d’expliquer comment Internet est né comme un
outil pour partager de l´ information et pouvoir de loin y avoir un accès; par la suite,
ont surgi des applications telles que la publication d ‘information sur un intérêt géné-
ral, les salles de chat, la messagerie électronique, la publicité, les services pour des
adultes, etc. La plupart de ces applications a une fin positive, ou au moins inoffensive
cependant, il y a le fait latent que les usagers qui s´attachent trop aux prestations d´In-
ternet, peuvent le convertir en une arme à double tranchant.
Des mots clefs: Addiction à Internet, des applications positives et négatives, des al-
térations de type psychologique.

1
Psicóloga Clínica de la Unidad de Alcohología. Departamento 12 de Salud de la Conselleria de Sanidad de la Gene-
ralidad Valenciana. mercelloret@hotmail.com

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


268 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

INTRODUCCIÓN posible en este medio que elimina las dis-


tancias geográficas. A esto lo llamamo
El progresivo desarrollo de las nuevas globalización.
tecnologías y de manera pareja a ello los El usuario puede escoger entre diferen-
nuevos sistemas de comunicación (sobre tes maneras de emplear la red; por un lado,
todo la telefonía móvil e Internet) han per- de manera individual (búsqueda de infor-
mitido incrementar la velocidad del flujo d mación, música, programas informáticos,
información y extenderla por todo el mun- sexo) y por otro, de manera colectiva,
do. Sin embargo, la otra cara de la moneda como método de relación social (foros,
es que también ha dado lugar a nuevas pa- chats correos electrónicos). Esta última uti-
tologías relacionadas con el uso abusivo o lidad parece ser la que posee un mayor po-
desadaptativo de estas herramientas tec- tencial adictivo, ya que en el anonimato de
nológicas. Hace una década eran pocos los la red es posible presentarse a uno mismo
que conocían en qué consiste Internet, y en de la manera más beneficiosa para conse
tan sólo unos pocos años ha pasado a con- guir la relación buscada.
vertirse en algo habitual en nuestra vida co- En los últimos años, los estudiosos se
tidiana y que podemos encontrar en univer- han planteado la necesidad de definir ope
sidades, comercios, bares y, por supuesto, rativamente e incluir como diagnóstico en
en nuestro propio hogar. las clasificaciones nosológicas las adiccio
Podemos definir Internet como una re nes psicológicas (adicción al juego, a las
de redes de ordenadores que comparten compras, al trabajo, y más recientemente
datos y recursos. Existe una conexión de también a Internet). En el caso del D.S.M-
redes mundiales que permite a los ordena- TR (A.P.A. 2002), el término adicción que-
dores y a las personas comunicarse entre da restringido a los trastornos en los que se
sí en cualquier parte del mundo. Esto nos produce un abuso de sustancias psicoacti-
permite tener acceso a información y per- vas, sin tener en cuenta que otro tipo de
sonas que de otro modo no sería posible. estímulos, no químicos pueden producir
Internet es fundamentalmente un instru- cuadros clínicos similares. Siguiendo el
mento de comunicación, aunque sus apli- modelo de descripción de los trastornos de
caciones se han ido ampliando a lo largo adicción a sustancias psicoactivas de las
de los años y hoy en día lo podemos em- clasificaciones diagnósticas, Young (1996
plear como herramienta laboral, sistema de ha desarrollado una serie de criterios diag-
compra-venta, búsqueda de información, y nósticos para el trastorno de adicción a In-
hasta para lograr relaciones personales en ternet.
contextos de ocio. No obstante, la posibili- Aunque en nuestro país no esta tan difun-
dad de que los usuarios más vulnerables dido su uso en comparación con los países
pierdan el control y sustituyan el mundo del primer mundo, se encuentra ya a dispo-
real por otro virtual en el que construyen un sición de las grandes mayorías a través de
yo ideal a medida de sus propios deseos cabinas publicas que a un precio módico
nos obliga a prestar atención a una nueva permiten acceder por horas al servicio.
patología adictiva. Hemos podido comprobar empíricamen-
Internet es mucho más que un diverti- te y a través de estudios realizados en el
mento; para algunas personas se convierte exterior, la gran capacidad reforzante de su
en el medio alrededor del cual gira buena uso, lo que podría provocar un condiciona-
parte de sus vidas. Desde el punto de vista miento que haría cada vez mayor la necesi-
de la comunicación permite crear grupos, dad de su utilización.
asociaciones y comunidades virtuales con Debido a esto, hace pocos meses se ha
un objetivo o interés en común que sólo es convertido en noticia el posible síndrome

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 269

de dependencia de Internet, La base teóri- curva que progresivamente va descendien-


ca con que cuentan los defensores de enti- do hasta situarse de modo estable en valo-
dades como el IAD (Internet Addiction Di- res que constituyen una fracción de los ini-
sorder) son algunos estudios –descripti- ciales.
vos– acerca de los patrones de uso de In- Cabe, pues, plantearse si la eclosión de
ternet, de los que quizá resulte aventurado Internet desde finales de 1996 no está pro
deducir que el uso masivo de los recursos duciendo un fenómeno similar al acaecido
on-line sea preocupante, y muy lejos de los con el videojuego a principios de los 90.
30 millones de afectados con los que espe- ¿Puede existir un núcleo común a todos
cula el periodista Hughes Henry. Datos los elementos psicopatológicos ligados con
algo menos dramáticos ofrece la Dra. Kim- la informática, que es el uso abusivo de los
berly S. Young, cifrando en unos 400.000 ordenadores? Podemos considerar las dife-
el número de norteamericanos afectados rentes manifestaciones como formas clíni-
por el IAD (de una población de unos cas diferentes de un único trastorno.
20.000.000 de americanos conectados). Algunos comparan la adicción a Internet
A estos trabajos debemos añadir nume- con el juego patológico, la adicción al taba-
rosos escritos periodísticos que, a partir de co, el alcoholismo o las compras compulsi-
algunas declaraciones de los autores y es- vas. Al igual que ocurrió con los videojue-
pectaculares testimonios, establecen sin gos, el paralelismo con el conjunto de las
ningún genero de dudas la existencia del toxicomanías es tentador; sin embargo,
carácter “cuasi” epidémico de dicho síndro- sólo de una manera superficial es posibl
me. establecerlo con el juego patológico, ya
Algunos estudiosos han observado que que en este caso tampoco existe una sus-
ciertas personas presentan verdaderos pro- tancia responsable de la conducta adictiva
blemas derivados de su afición a los orde El llamado Síndrome de la Adicción a
nadores y al ciberespacio. Cuando a al- Internet (Internet Adicction Disorder, IAD)
guien le despiden del trabajo, otro abando- está suscitando polémica. Hoy constituye
na los estudios o un tercero se encuentra todavía un interrogante la posibilidad de
inmerso en una demanda de separación a que una conducta semejante al IAD sea
causa de esta actividad, podemos sospe- una realidad. El hecho que Internet se
char la existencia de una adicción. considere un medio de trabajo, de extraor-
No obstante las “adicciones” en sentido dinaria creatividad y una vasta fuente de
amplio pueden ser saludables, patológicas información y otros recursos, pone en
o una mezcla de ambas. De este modo, duda para muchos su carácter adictivo.
una persona que se sienta fascinada por su Sin embargo, los partidarios de la existen-
hobby y en el que invierte cantidades in- cia de este síndrome definen al ‘reddepen-
gentes de tiempo tiene la posibilidad de diente’ como aquel individuo que realiza
aprender, fomentar la creatividad y comuni- un uso excesivo de Internet, lo que le ge-
carse. La dificultad se sitúa en el punto e nera una distorsión de sus objetivos per-
que debe trazarse la línea entre un uso in- sonales, familiares o profesionales. El
tenso de la tecnología y la aparición de las Center for On-Line Addiction describe este
consecuencias derivadas directamente de tipo de adicción como un deterioro en su
la actividad. control y uso, que se manifiesta en un
Conocemos el fenómeno que se produce conjunto de síntomas cognitivos, conduc-
ante la adquisición de un sistema de video- tuales y fisiológicos.
juegos, apareciendo una curva de utiliza- La socialización y la comunicación pare-
ción caracterizada por elevadas frecuen- cen constituir los elementos últimos del
cias de uso en las primeras 3-5 semanas, efecto “adictivo” de Internet (Intercambio de

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


270 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

correo, participación en grupos de discu- del IRC tienen un carácter fásico, apare-
sión, conversaciones en tiempo real, jue- ciendo niveles iniciales elevados que se
gos en red). Sin embargo, cuando estas acompañan de bruscas caídas en el uso
mismas actividades prescinden de su so- que devuelven al sujeto a su nivel basal.
porte tecnológico pierden la connotación Algunos investigadores barajan la idea
mórbida que se les ha querido dar. ¿Quién de que características propias de Internet
se preocupa por las prolongadas conversa- ejerzan alguna influencia sobre la conduct
ciones de teléfono de los adolescentes tras de los usuarios; es el caso del modelo
haber estado juntos todo el día en el cole- “ACE” (anonimato, conveniencia y escape)
gio? La lectura es otra actividad que puede (Young 1999) para explicar el éxito y la gra-
captar completamente la atención sin que tificación obtenida mediante el cibersexo
por ello se intente elevar a la categoría de No obstante tales modelos teóricos todavía
diagnóstico. deben ser validados por futuras investiga-
Cuando alguien es un nuevo usuario o ciones, existiendo hoy día a modo de me-
descubre un nuevo recurso en Internet se ras hipótesis.
produce una fase de encanto, concretada El concepto de anonimato ha sido subra-
en elevados tiempos de consumo y cierta yado por numerosos autores en relación a
“obsesión”. Tiempo después aparece una las situaciones de abuso (O’Reilly, 1996)
caída del uso, que corresponde con una También resulta interesante la propuesta
percepción más objetiva de lo que es Inter- de King (1996) quien sugiere que quizá
net en sí o el recurso recientemente des- sean adictos quienes usan Internet, refi
cubierto, apareciendo una fase de desen- riéndose a rasgos de personalidad específi
canto. cos que determinarían un elevado uso de
Finalmente, aparece una fase de estabi- estos recursos.
lidad donde el recurso o el uso de Internet Una vía alternativa reside en considerar
en sí mismo halla su espacio natural en las la existencia de un uso abusivo de la tecno-
actividades del sujeto. De este modo, es logía en general, hipótesis que algunos
previsible que, una vez alcanzado el pri- autores proponen en la propia red. Este
mer nivel, el sujeto vuelva –episódicamen- uso podría evolucionar de modo adaptativo
te– a este primer nivel, aspecto demostra- (de hecho son habituales los casos de su-
do por los trabajos que presentan el carác- jetos que hacen un uso intensivo de sus or-
ter fásico en el uso de Internet y que tienen denadores, teléfonos móviles, televisión en
su antecedente en los realizados sobre el cualquiera de sus vertientes, etc.) o bien
uso de videojuegos. Este fenómeno fue desviarse hacia situaciones desadaptati-
constatado por primera vez por Creasey y vas, ya sea en modo generalizado o en al-
Myers en 1986. Probablemente exista un gún aspecto específico
equivalente a este fenómeno en la conduc- El colectivo médico no considera oficial-
ta de los sujetos que disponen por primera mente la existencia de una adicción a In-
vez de una conexión a Internet, por lo que ternet como tal. En los manuales diagnós-
resulta evidente una llamada a la pruden- ticos tanto de psicología como de psiquia-
cia al interpretar de las observaciones rea- tría, todavía no está considerada como
lizadas sobre sujetos recién llegados a la una adicción, como sí está recogida la lu-
Red o que puedan haber descubierto nue- dopatía. En el ámbito internacional tampo-
vos recursos que les hayan devuelto a la co está recogida como una adicción. Sólo
primera fase. existen sugerencias individuales o de al-
En cierto modo, comprobaron este fenó- gunas asociaciones que reivindican que
meno Roberts, Smith y Pollack (1996), y debería indicarse ya como una adicción.
demostraron que actividades como el uso Para considerar la adicción a Internet

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 271

como tal, el ámbito científico tendrá que cluida la dirección de la computadora a la


conceptualizarla como una categoría adic- cual fue enviada, de manera que, el “pa-
tiva en sí misma. Llevamos poco tiempo quete” puede ir siendo desviado hasta su
utilizando Internet, y no tenemos conoci- destino. Con el paso de los años, ARPA-
mientos científicos aptos para decir que NET fue abriendo sus estándares de co-
esto es una adicción y cuáles son las no- municación a las universidades, centros de
tas que la definen. investigación y dependencias de gobierno,
así como a instituciones extranjeras, con-
virtiéndose en una red cosmopolita llama-
HISTORIA da Internet.
A medida que pasaba el tiempo, ARPA-
En los años cincuenta, Estados Unidos NET crecía en computadoras conectadas
poseía un ineficiente y caótico sistema d y, a comienzos de los ochenta aparecen
comunicación y ante la amenaza de la gue- numerosas redes. Aquello era un gigantes-
rra nuclear y en medio de la guerra fría a fi co banco de datos en el que resultaba muy
nales de los sesenta, el Departamento de difícil encontrar lo que se necesitaba y ha-
Defensa de los E.U., enfrentando proble- bía demasiados formatos incompatibles.
mas estratégicos, sentó los parámetros Así nació Internet, que unificó lo que ante
para el desarrollo de una red de computa- era un “rosario” de pequeñas redes y, lo
doras que tomó el nombre de ARPANET. que es más importante, introdujo las herra-
La red nació en 1969. Fue creada por mientas necesarias para su manejo, crean-
un grupo de investigadores, para estable- do diferentes programas de acceso.
cer un sistema de comunicación con otras La demanda de estar conectado aumen-
agencias del gobierno en un proyecto para tó con rapidez y pronto se evidenció que la
comunicar algunos centros computaciona- red tendría otros fines que los pensado
les alrededor del país. El temor a que un originariamente, y que éstos dependían de
ataque pudiera destruir la información al- las necesidades de los nuevos usuarios.
macenada en un mismo lugar, obligó a Para solucionar el problema de los distintos
que no fuera solamente un poderoso com- códigos, los científicos desarrollaron proto
putador central el que la guardara, sino el colos de comunicación que permitieron que
resultado de la conexión de muchos. El los ordenadores se comunicaran de modo
proyecto llamado ARPANET, consistía en transparente a través de distintas redes in-
desarrollar un sistema de información mili- terconectadas. Así se desarrollaron los pro-
tar, el cual mantuviera su operación, inclu- tocolos TCP/IP (Transmision Control Proto-
so si alguno de estos centros computacio- col/Internet Protocol). Una vez encontrada
nales fuera bombardeado. De manera que la solución a la compatibilidad, se fueron
si uno o dos de estos centros fueran des- añadiendo más redes con nuevos servicio,
truidos, el resto pudiera mantenerse co- como el correo electrónico, las listas de co-
municado. rreos, entre otros.
Cada nodo de la red, recibió una identifi Hasta finales de los años ochenta Inter-
cación numérica, conocida como dirección, net era utilizada principalmente por investi-
lo cual permitía que las computadoras se gadores y académicos estadounidenses,
diferenciaran unas de otras para facilitar la pero en la actual década, desde que empe-
puesta en marcha de procesos simultáne- zó a popularizarse entre todo tipo de perso-
os. El esquema se basa en “paquetes” de nas, ha crecido a un ritmo muy rápido.
información enviados a diferentes compu- Sin embargo, llevar a cabo un censo en
tadoras de acuerdo con el protocolo están- Internet es como intentar contar las cabe-
dar de Internet (IP). Cada paquete lleva in- zas de los asistentes a una gran manifesta-

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ción. Teniendo en cuenta la anterior obser- ¿EN QUÉ CONSISTE LA ADICCIÓN


vación, la población de Internet podría es- A INTERNET?
tar entre 10 y 100 millones, más o menos.
Por extraño que parezca, no existe una El concepto vulgar de adicción incluye
autoridad central que controle el funciona- tomar drogas, y la mayoría de las definicio
miento de la red, aunque existen grupos nes sobre lo que es una adicción se cen-
que se dedican a organizar de alguna for- tran en el abuso de sustancias. Sin embar-
ma el tráfico en ella. Tampoco pertenece go, hay un movimiento creciente de autores
una entidad privada o gubernamental. La (Echeburúa, 1999; Griffiths, 1998) que en-
mayoría de sus servicios y recursos se cuentran una serie de conductas potencial-
ofrece en forma gratuita a sus usuarios. mente adictivas, incluyendo muchos com-
Una razón fue la popularidad para con- portamientos que no implican el consumo
sultar información con herramientas como de drogas. Estas adicciones no químicas
Gopher y Archie las cuales fueron opaca- incluirían conductas como el juego, el sexo,
das con el desarrollo del World Wide Web las compras e Internet.
(WWW) en 1991 por CERN, (European la- Durante siglos la gente se ha encontrado
boratory for Particle Physics). dependiente psicológica o físicamente a
Mientras se desarrollaban herramientas muchos comportamientos y sustancias.
más sencillas para consultar información, el Esto no se debe a un mero interés sino que
auge surgió en 1993 con el lanzamiento de consiste en un patrón de uso que puede
Mosaic, el primer navegador gráfico llevar a un eventual impacto negativo en el
En la actualidad Mosaic, y sus suceso- funcionamiento, afectando al matrimonio,
res, como Netscape Navigator, permiten relaciones, trabajo, economía e incluso al
que con sólo hacer un click con el “ratón” estatus legal. (Greenfield, 1999 b)
en algunas palabras y figuras llamadas hi La adicción a Internet es un deterioro en
pervínculos (hyperlinks) el navegador lea el control de uso que se manifiesta com
automáticamente páginas en cualquier un conjunto de síntomas cognitivos, con-
computadora conectada en el WWW, na- ductuales y fisiológicos. Es decir, la perso
ciendo con esto la palabra que hoy conoce- na “reddependiente” realiza un uso excesi-
mos como Navegar. vo de Internet, lo que le genera una distor-
Se calcula que el promedio de edad del sión de sus objetivos personales, familiares
usuario standard de Internet es de 32 años, o profesionales.
y 1 de cada 10 usuarios es menor de 18 Podemos considerar que alguien es un
años. Un 57% de los usuarios son hombres ciberadicto cuando de manera habitual es
y 43% mujeres. incapaz de controlar el tiempo que está co-
En la actualidad, 30 años después, Inter- nectado a Internet, relegando las obligacio-
net es ya una realidad que une más de 16 nes familiares, sociales y académicas/pro-
millones de redes comunicadas entre ellas fesionales. Muchas veces además roban
por líneas telefónicas, fibra óptica o vía sa horas al sueño e incluso se reduce el tiem-
télite y más de 60 millones de usuarios, con po de las comidas, de manera que el can-
información circulante equivalente a 40 mi- sancio y la irritabilidad se irán cronificando
llones de novelas de 700 páginas c/u. así como la debilidad del sistema inmunoló-
El índice de crecimiento, tanto en redes gico, y a menudo existe una cierta tenden-
como en usuarios finales, es del doce por cia al aislamiento social.
ciento mensual por lo que Internet Society Según Echeburúa y Corral, (1994) cual-
presume que en el año 2020 habrá algo quier conducta normal placentera es sus-
más de 200 millones de usuarios de Inter- ceptible de convertirse en un comporta-
net. miento adictivo. Por lo tanto, lo importante

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 273

en la adicción no es la actividad concreta no es posible establecer una correspon-


que genera la dependencia, sino la relación dencia entre determinada cantidad de ho-
que se establece con ella. Es una relación ras de conexión a Internet y adicción, pues
negativa, incluso destructiva que el sujeto el uso de Internet depende de las circuns-
se muestra incapaz de controlar. tancias personales de cada uno (algunos
Griffiths (1997) señala la existencia de lo trabajadores y estudiantes deben estar co-
que él llama “ adicciones tecnológicas”, que nectados casi siempre a Internet).
se definen como adicciones no química Incluso considerando solamente el tiem-
que involucran la interacción hombre-má- po de ocio que se emplea en Internet, re-
quina. Éstas pueden ser pasivas como la sulta difícil establecer la frontera de la adic-
televisión) o activas (como los juegos de ción basada en el número de horas diarias
PC o Internet) Ésta sería una modalidad de o semanales de conexión. Como mundo al-
las adicciones psicológicas o conductuales, ternativo al “mundo físico”, Internet ofrece
que a su vez incluiría la adicción a Internet. infinidad de ofertas de ocio: lecturas, músi
Una premisa importante para considerar ca, películas, juegos, reuniones y cada per-
el potencial adictivo de una conducta, es el sona puede tener sus preferencias.
periodo de tiempo que transcurre entre que John Suler (1996) señala la existencia
se emite la respuesta y se recibe la recom- de dos modelos básicos de adicción a In-
pensa. Algo parecido ocurre en la Cibera- ternet.
dicción. El hecho de apretar un enlace o hi- 1. El primer tipo hace referencia a aque-
pervínculo y obtener información o fotogra- llos sujetos muy aficionados e intere
fías estimulantes casi al instante es un re- sados por sus ordenadores que utili-
fuerzo que se repite cientos, miles de zan la Red para recoger información,
veces en la vida de los cibernautas. jugar en solitario, obtener nuevos pro-
Esta asociación conductual lleva de una gramas, etc, pero sin establecer nin-
manera clara a asociar pulsación del mou- gún tipo de contacto interpersonal
se con placer, por lo que el sujeto adicto se (más que el necesario para lograr sus
ve abocado a repetirlo hasta el bloqueo de propósitos).
su ordenador o hasta que la fatiga mental, 2. El segundo tipo le constituiría aque-
ocular o manual lo hacen retirarse de los llos sujetos que frecuentan los Chats,
estímulos. MOODS (juegos en línea) y listas de
Si el alcohol, la marihuana y la cocaína correo. Todos ellos tienen en común
pueden considerarse drogas de facilitación la búsqueda de estimulación social.
social, la ciberadicción es una patología Las necesidades de filiación, ser re
que se desarrolla en solitario, frente a una conocido, poderoso o amado subya-
pantalla de ordenador, o en menor medida cen a este tipo de utilización de la
con interlocutores desconocidos. Red.
En toda adicción siempre confluyen tre En oposición a ellos, los sujetos del pri-
elementos: mer grupo evitan el “caos” interpersonal
• Una persona. que puede ocasionar cualquier canal de
• Unas circunstancias personales deter- IRC. Para ellos la necesidad de control y
minadas. la predictibilidad son elementos esencia-
• Una sustancia o situación que produz- les.
ca placer (Internet puede proporcionar Cuando el uso de Internet interfiera d
múltiples sensaciones placenteras). un modo significativo las actividades habi
Aunque la conexión compulsiva a Inter- tuales es cuando podrá ser considerado
net constituye un indicador significativo e patológico. Sin embargo la interferencia so-
los casos IAD (Internet Adiction Disorder), bre los hábitos de vida no es un criterio es-

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table, ya que varía significativamente d • Juego Compulsivo. Internet está lleno


unos sujetos a otros, en función de las dis- de webs con todo tipo de juegos, algu-
ponibilidades de tiempo, dinero y de nume- nos de ellos tipo casino con apuestas
rosas circunstancias tanto personales en dinero; otros muy competitivos o
como familiares. violentos, que pueden fomentar ludo-
El uso abusivo de Internet puede gene- patías en determinadas personas.
rar trastornos en el comportamiento. En • Compras Compulsivas: comercio elec-
este sentido, podemos considerar Internet trónico, subastas.
como una nueva adicción. Hay que tener • Ciber sexo adictivo.
en cuenta que el control de los impulsos El catedrático de Psicología Clínica de la
está muy implicado en todo tipo de adic- Universidad del País Vasco (Madrid), el Doc-
ciones y a veces, cuando usamos Internet tor Enrique Echeburúa (1998), advierte que
de forma desproporcionada, perdemos el el uso anormal de Internet puede crear adic-
control sobre nuestro propio impulso y po- ción y recomienda que la conexión a la red
demos llegar a desarrollar una auténtica no se prolongue más de dos horas diarias.
adicción.
Entre los signos de alerta respecto a po-
sibles problemas con el uso de la Red se MOTIVOS PARA USAR INTERNET
mencionan:
• Comprobación compulsiva del correo Entre los motivos básicos para usar in-
electrónico. ternet los más importantes son:
• Tendencia reiterada a anticipar la pró- 1. Búsqueda de Información.
xima conexión a la Red. 2. Búsqueda de interacción social: rela-
• Quejas de terceros respecto a que se cionarse con amigos, conocer nueva
invierte mucho tiempo conectado. gente e intercambiar información con
• Quejas de terceros respecto a que se ella.
gasta demasiado dinero en conexiones 3. Mecanismo de escape. Incluye huir
a Internet. de los sentimientos de soledad, evitar
Ahora bien, más que una adicción gené- sensación de tedio de la vida cotidia-
rica a Internet debemos considerar Adiccio- na y mantenerse en contacto con
nes o Usos Compulsivos a determinados más gente evitando la depresión.
Contenidos o Servicios de Internet: 4. Juego compulsivo. Internet cuenta
• Adicción a buscar Información de todo con todo tipo de juegos, algunos de
tipo: noticias, webs temáticas, webs ellos tipo casino con apuestas en di-
personales, servicios ofrecidos por em- nero.
presas. Muchas veces incluye porno- 5. Compras compulsivas. Comercio elec-
grafía, imágenes o escenas que con- trónico, subastas.
tienen violencia. Se buscan sensacio- 6. Búsqueda de ciber sexo.
nes más que información. Algunos investigadores barajan la idea
• Adicción a frecuentar los entornos so- de que las características propias de Inter-
ciales: chats, juegos online, etc. net ejercen alguna influencia sobre la con
Los usuarios no dependientes tienen ducta de los usuarios; es el caso del mode-
más tendencia a comunicarse con las per- lo “ACE” (anonimato, comodidad y escape)
sonas conocidas. para explicar el éxito y la gratificación obte
Los adictos buscan más conocer gente nida mediante el cibersexo. El concepto de
nueva y encontrar el apoyo en los grupos anonimato ha sido subrayado por numero-
de la red; a veces “se crean varias perso- sos autores en relación a las situaciones de
nalidades virtuales”. abuso.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 275

APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA • Movimientos voluntarios o involunta-


rios similares a los que se efectúan so-
Al ser el propio Internet una herramienta bre un teclado.
cuya implantación es posterior a la edición • Los anteriores síntomas producen ma-
del DSM-IV-TR, no es de extrañar que no lestar o deterioran las áreas social,
aparezca referencia alguna a la Adicción a ocupacional o cualquier otra área vital.
Internet en este manual. Ahora bien, son • El uso de Internet o de otro servicio
numerosos los investigadores clínicos que on-line es preciso para aliviar o supri-
proponen la inclusión de este trastorno en mir los síntomas de abstinencia.
los Manuales de Clasificación (DSM-IV • El usuario accede a Internet más a
ICD-10), realizando borradores de criterios menudo o durante períodos de tiempo
diagnósticos. Este vacío es el que ha em- más prolongados de los que se había
pujado a muchos científicos a desarrolla planeado.
sus propios instrumentos de diagnóstico. • Existen propósitos persistentes e in-
La primera persona que estableció crite- fructuosos de suprimir o controlar el
rios diagnósticos para la adicción a Internet acceso a la Red.
fue el psiquiatra Ivan Goldberg (1995) el • El usuario invierte una cantidad de
cual propone un conjunto de criterios para tiempo notable en actividades relacio-
el diagnóstico del desorden de adicción a nadas con Internet (adquisición de li-
Internet (IAD) basados en los criterios diag- bros, pruebas de nuevos browsers, or-
nósticos del abuso de sustancias: Un patrón ganización del material descargado,
desadaptativo de uso de Internet, que con- etc.)
lleva un deterioro o malestar clínicamente • Las actividades sociales, profesionales
significativo, expresado por tres o más d o de recreo disminuyen o desaparecen
los ítems siguientes en algún momento de a causa del uso de Internet.
un periodo continuado de 12 meses: • El usuario permanece conectado, aun-
• Tolerancia (definida por los siguiente que sabe que ello supone un problema
criterios). persistente y recurrente de tipo físico,
Necesidad de incrementar las cantida- social, laboral o psicológico (privación
des de tiempo conectado a Internet para lo- de sueño, conflictos matrimoniales, ne
grar la satisfacción. gligencia laboral, sentimientos de
Disminución del efecto con el uso conti- abandonar a los seres queridos).
nuado de similares tiempos de conexión. Para Griffiths, M.D. (1998) cualquier
• Abstinencia, manifestada por las si- comportamiento que cumpla con estos seis
guientes características: criterios será definido operacionalment
Síndrome de abstinencia. Producido por como adicción:
cesación o reducción del tiempo de cone- 1. Saliencia. Cuando una actividad parti-
xión (cuando se han dado períodos de cular se convierte en la más impor-
tiempo prolongados de uso intenso). tante dentro de la vida del individuo y
Dos o más de los siguientes síntomas domina sus pensamientos, sentimien-
aparecen después de unos días y hasta un tos y conducta.
mes de haberse producido el punto anterior. 2. Modificación del humor. Experiencia
• Agitación psicomotriz. subjetivas que la gente vivencia como
• Ansiedad. efecto de implicarse en la actividad.
• Pensamientos recurrentes (de tipo ob- 3. Tolerancia. Proceso por el cual se re-
sesivo) acerca de lo que estará ocu- quiere incrementar la cantidad de una
rriendo en Internet. actividad particular para lograr los
• Fantasías o sueños acerca de Internet. efectos anteriores.

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276 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

4. Síndrome de abstinencia. Estados Correlatos fisiológico


emocionales desagradables y/o efec-
tos físicos que ocurren cuando una Lynne Roberts describió algunos de
actividad particular es interrumpida o los correlatos fisiológicos relacionados
repentinamente reducida. con el uso intensivo de Internet, aunque
5. Conflicto. Se refiere a los conflic no iguala necesariamente estas reaccio-
que se desarrollan entre el adicto y nes con la adicción en su sentido patoló-
aquellos que le rodean (conflicto in gico.
terpersonal), conflictos con otras acti • Respuesta condicionada (aceleración
vidades (trabajo, vida social, intere- del pulso, incremento de la TA) a la co-
ses, aficiones), o dentro de los pro nexión del módem.
pios individuos (conflicto intrapsíqui • Estado de conciencia alterada durante
co) que están involucrados con la largos períodos de tiempo, con una to-
actividad particular. tal concentración en la pantalla, similar
6. Recaída. Es la tendencia a volver los al de la meditación o del trance (hipo-
patrones tempranos de la actividad prosexia).
que vuelven a repetirse, restaurando • Sueños que aparecen en forma de
los patrones más extremos de la adic- “Scroll”.
ción tras muchos años de abstinencia • Irritabilidad importante cuando perso-
o control. nas o circunstancias de la vida real le
Ivan Goldberg (1995) prefiere sustituir
interrumpen mientras está sumergido
el término de adicción a Internet por el de
en el ciberespacio.
Uso patológico de Ordenadores, estable-
Uno de los intentos de validar cuestio-
ciendo los siguientes criterios de diagnós-
narios para el diagnóstico de la adicción a
tico:
Internet se debe a David N. Greenfield
• Cambios drásticos en los hábitos de
(1999b), el cual administró un cuestiona-
vida a fin de tener más tiempo para co
rio a cerca de 18000 sujetos que visitaban
nectarse.
la página de ABCNEWS. Com. Dicho
• Disminución generalizada de la activi-
dad física. cuestionario, el VAS (Virtual Addiction
• Descuido de la salud propia a conse- Survey) examinaba el uso general y abu-
cuencia de la actividad en Internet. so de Internet. Como resultado de este
• Evitar actividades importantes para estudio, Greenfield señala un conjunto
disponer de mayor cantidad de tiempo preliminar de siete criterios para la identi-
para permanecer conectado. ficación y predicción de la adicción a In-
• Cambio los patrones de sueño a fin d ternet:
disponer de mas tiempo en la Red. • Nº total de horas que pasa conectado.
• Disminuir la sociabilidad que tiene co- • Otras personas piensan que tiene pro-
mo consecuencia la pérdida de amis- blemas con internet.
tades. • Experimentar serias consecuencias re-
• Negligencia respecto a la familia y ami- lacionadas con el uso de Internet.
gos. • Tener una intensa intimidad en la red.
• Rechazo a dedicar tiempo extra en ac- • Mantener la cantidad de tiempo que se
tividades fuera de la Red. pasa conectado como un secreto.
• Desear más tiempo para estar frente al • No poder esperar para llegar al orde-
ordenador. nador y conectarse.
• Negligencia respecto al trabajo y las • Edad (a más joven se incrementa el
obligaciones personales. riesgo de adicción).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 277

PERFIL DEL CIBERADICTO tiempo navegando en Internet, que estaban


enfrentando problemas tales como la ruptu-
Hasta la fecha no existe un perfil bien ra de sus relaciones de pareja, pérdida del
definido del usuario adicto a Internet, en empleo y expulsión de la institución educa-
general se trata de sujetos jóvenes, prefe- tiva, entre otros.
rentemente varones, con un elevado nivel Según este estudio, un hombre de 31
educativo y hábiles en el uso de la tecno- años pasaba más de 100 horas semanales
logía. Se especula con la existencia de un en línea, ignorando a familiares y amigos y
subgrupo de usuarios caracterizado por la descansando sólo para dormir. Otro caso
timidez, que encuentra en el ciberespacio es el de un estudiante de 21 años que fue
la posibilidad de liberarse de la ansiedad expulsado de la universidad por no ir a sus
producida por las relaciones sociales cara clases. Después de una semana, los guar-
a cara, ganando en autoconfianza, dado dias de la universidad lo encontraron en el
el relativo anonimato que Internet propor- laboratorio de computación del campus, en
ciona. donde había estado conectado a la red du-
El Instituto para el Estudio de las Adic- rante siete días consecutivos; algunos in-
ciones (IEA) se ha ocupado de describir cluso confesaron que usaban Internet
qué tipo de personas son las que tienen como un sustituto para la bebida o las dro-
más probabilidades de sufrir este tipo de gas. El grupo, cuya edad media era de 35
dependencia. Las personas que padecen años, admitió que la medicación suminis-
depresión, desorden bipolar, ansiedad, trada para mitigar la ansiedad les ayudaba
baja autoestima, o han padecido anteriores a controlarse. Vemos pues que Internet,
adicciones son las más vulnerables, según ahora que empieza a implantarse masiva-
el IEA. mente, puede tener consecuencias inespe-
En una entrevista concedida a Efe, el Dr. radas sobre la sociedad.
E. Echeburúa aseguró que el colectivo más En España hay 9 millones de usuarios
vulnerable son personas introvertidas, con de Internet, de los cuales más del 6% ha-
baja autoestima y con una vida familiar pobre: cen un uso patológico de la Red.
Por lo que corren más riesgo de experi- Según el Dr. F. Alonso-Fernández el per-
mentar conductas adictivas a la red informáti- fil del adicto a Internet suele ser el de un jo
ca. Estas personas encuentran en el ordena- ven entre 18 y 35 años, varón, con poco
dor algo que les da cosas y no les pide nada
hábito de comunicación, impulsivo, y con
a cambio y, además, la máquina tampoco les
valora si están teniendo un comportamiento
baja autoestima y un soporte sociofamiliar
correcto o no; por eso, estos usuarios de In- débil. Normalmente llega a la consulta esti-
ternet son capaces de crear un mundo virtual mulado por su pareja o familia, pero muy
que les compensa de la insatisfacciones que pocas veces por iniciativa propia. Como en
tienen en el mundo real. cualquier otra adicción, el reconocer que se
Para el catedrático de Psicología Dr. E. tiene un problema es lo más difícil y, en
Echeburúa, que actualmente está realizan- este tipo de dependencia, se corre el riesgo
do un estudio sobre la adicción a las redes de convertirse en lo que el Dr. Alonso-Fer-
informáticas, el perfil de “usuarios adictos nández define como un “adicto invisible”, l
se completa con el colectivo de los inter- que supone una gran preocupación.
nautas jóvenes de un nivel cultural medio El Dr. E. Echeburúa ha pronosticado que
que disponen de tiempo libre, ciertos cono- en los próximos años aumentará el número
cimientos de informática e inglés y que vi- de adictos a la red informática, “ya que el
ven en grandes ciudades. ‘boom’ de Internet no ha entrado todavía en
El doctor Shapira y sus colegas estudia- España” y añadió que en Estados Unidos
ron a 14 personas que habían pasado tanto ya se han creado grupos de apoyo para

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278 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

adictos a Internet, que se ofrecen desde la tener la última. Aun así, en el caso de la
propia red. adicción a Internet también se han señalado
En opinión de José María Prieto, profe- algunas consecuencias negativas, sobre
sor titular de Psicología de la Universidad todo las derivadas de la privación del sueño
Complutense de Madrid y especialista en (Young, 1999). Ésta se produce por la inha-
las reacciones psicológicas del hombre bilidad o incapacidad del adicto a cortar la
frente a las máquinas, el tratamiento para conexión, permaneciendo despierto hasta
los adictos a Internet es relativamente sen- altas horas de la madrugada, lo cual podría
cillo, ya que se trata de cambiar sus esque- dar lugar a fatiga, debilitación del sistema
mas de vida. Pero la verdadera cuestión, inmunitario y un deterioro de la salud.
según este psicólogo, es llegar a saber que Es evidente que Internet está producien-
problemas le han llevado a esa situación, do un rápido cambio en las costumbres y
ya que tras esta adicción se esconden pro- modos de vida de las personas, ya que en
blemas más graves. cierto sentido está modificando la forma e
Los adictos a Internet, concluyó este psi- que nos relacionamos unos con otros. Un
cólogo, se reconocen por varios síntomas uso exagerado de Internet está asociado
como el exceso de irritación si el sistema con una disminución en la comunicación
de conexión falla o el interés desmesurado con los miembros de la familia en el hogar,
en escribir mensajes y responder a los reci- un achicamiento en el tamaño de su círculo
bidos, además del tiempo desmesurado in- social y un incremento en su depresión y
vertido a lo largo del día en Internet y el he- soledad.
cho de que pospongan, una y otra vez, la La comorbilidad entre un exagerado uso
última desconexión del día. Y es que, y de de Internet y el incremento en los niveles
acuerdo con el psicólogo clínico Pedro Ro- de depresión ha aparecido en varios estu-
dríguez, el primer gran problema que se dios (Kraut y Cols, 1998; Petrie y Gunn,
plantea con esta adicción, igual que con las 1998; Young y Rodgers, 1998 b). Sin em-
de otro tipo, es que el sujeto sepa que es bargo, existe aún mucha controversia so-
adicto. En sus declaraciones a EFE, este bre si la depresión es la causa o el efecto
último especialista también señaló que el de la adicción a Internet. Según Pratarelli y
verdadero problema está en conocer las cols, (1999) se produce un ciclo vicioso en
causas que han llevado a la persona a esta el que la soledad y la depresión alimentan
u otra adicción e indicó que existe, no obs- el uso del ordenador/Internet, y ello lleva a
tante, un perfil de personas propensas una mayor soledad y depresión. Esto se
cualquier tipo de adicción. explicaría por una conducta compensatoria
Estas personas, concluyó, suelen tener según la cual la actividad de los usuarios
expectativas muy altas acerca de lo que se se incrementa a medida que aumentan sus
espera, en general, de las cosas de la vida sentimientos de incomunicación.
y son muy dependientes, en el sentido de El medio en el que se desenvuelve la
que necesitan agarrase siempre a algún adicción genera también una serie de cam-
objeto o actividad que les satisfaga. bios psicológicos negativos, consistentes
en alteraciones del humor, ansiedad o im-
paciencia por la lentitud de las conexiones
EFECTOS NEGATIVOS o por no encontrar lo que se busca o a
quién se busca, estado de conciencia alte-
Uno de los aspectos que diferencian a rado (total focalización de la atención), irri-
una adicción psicológica de una adicción tabilidad en caso de interrupción, incapaci-
química es que la primera no tiene terribles dad para salirse de la pantalla, etc. (Eche-
consecuencias físicas negativas que puede burúa, 1999).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 279

Los problemas surgidos de la dependen- Un ejemplo que ilustra esta evolución en


cia transcienden el ámbito de lo intraperso- la fuerza adictiva lo encontramos en el
nal. Desde un punto de vista sistémico, los caso de la adicción a la party line y líneas
efectos negativos de la adicción se expre- eróticas. Guerricaechevarria y Echeburúa
san en el ámbito familiar, académico y pro- (1997) señalan varias características relati-
fesional (Young, 1999). El adicto se aísla vas al funcionamiento de estas líneas que
del entorno y no presta atención a otros as- facilitan la dependencia: disponibilidad am-
pectos de las obligaciones sociales (Eche- biental, refuerzo inmediato, percepción de
burúa, 1999). control y gran excitación emocional o se-
xual. Podemos ver que estas característi-
cas no sólo están presentes en el caso de
MECANISMOS PSICOPATOGÉNICOS Internet, sino que aparecen multiplicadas.
Otras características que contribuyen a la
El proceso por el cual una persona se capacidad adictiva de la red es el anonima-
convierte en adicto es siempre una interac- to de las transacciones electrónicas (Young
ción de factores relativos al objeto de la y Cols, 1999). Este anonimato contribuye a
adicción, a las características de la persona animar los actos desviados e incluso crimi-
que la hacen vulnerable y al entorno social. nales como el visionado de imágenes obs-
Los intentos de determinar las causas de la cenas o ilegales (ej. pedofilia), proveer u
adicción a Internet deben tener en cuenta contexto virtual que permite a los tímidos in-
que la conducta problema se desarrolla en teractuar en un contexto seguro, facilitar las
un contexto virtual que no tiene por qué se- infidelidades vía Internet y permitir la crea
guir las leyes del mundo real. ción de personalidades virtuales dependien-
Según Greenfield (1999a), las cualida tes del estado de ánimo de la persona.
des de Internet que parecen contribuir al
potencial de la adicción están relacionadas
con la velocidad, accesibilidad e intensidad MECANISMOS Y REFUERZOS
de la información a la que se tiene acceso, QUE PREDISPONEN
de forma similar que la rapidez de absor- A LA CIBERADICCIÓN
ción de una droga es directamente propor-
cional al potencial adictivo de la misma. Según Young (1999) son varios los re-
La razón de que aparezcan adicciones a fuerzos y mecanismos psicológicos que lle-
comportamientos que no son posibles fuera van a la formación del hábito:
de la red (adicción a las líneas chat o a los
juegos MUD (Multi Users Dungeons) tiene Aplicaciones Adictivas
que ver con esa velocidad, accesibilidad e
intensidad de la información. Las relacio- Las aplicaciones que más poder adictivo
nes sociales son algo que resulta reforzan- tienen son las que permiten al usuario inte-
te para la mayoría de las personas, sin em- raccionar con otros, como los chats y los
bargo, muchas veces no tenemos libre ac- MUDS.
ceso a ellas por el límite que impone la so- Al parecer lo que diferencia a los usua-
ciedad o nosotros mismos. En las salas de rios dependientes de los que no lo son, es
chat se rompen todas esas reglas, una per- el tipo de aplicaciones que utilizan. Los
sona puede dirigirse a otra, decir lo que se usuarios no dependientes usan Internet
le antoje, sentirse escuchada, y dejar de para encontrar información y mantener rela-
hacerlo cuando le apetezca, sin represa- ciones preexistentes, mientras que los de-
lias. Algo parecido ocurre en el caso del ci- pendientes la usan para socializarse y co-
bersexo. nocer nueva gente, para implicarse en un

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


280 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

grupo. De acuerdo con esto se determinan 1) Rasgos de Personalidad emer-


tres principales áreas de reforzamiento: gentes. Internet puede ayudar a
a) Apoyo Social. sacar a la luz aspectos de la per-
b) Realización sexual. sonalidad que estaban ocultos o
c) Creación de un personaje. reprimidos, como puede ser la
a) Apoyo Social. Las visitas continuadas agresividad, el sado-masoquismo,
a un determinado Chat o MUD etc. Una vez sacados a la luz, se
(Multi Users Dungeons) hacen que se debe aprender a incorporarlos a la
establezca una intimidad con los de- propia personalidad, evitando limi-
más miembros, alentada por la desin- tar esos roles al ciberespacio y
hibición que se muestra en la red. elaborarlos adecuadamente.
Esta desinhibición es consecuencia 2) Reconocimiento y poder. Éste es
directa del anonimato que proporcio- un elemento que se deriva de los
na la comunicación mediada por el juegos en red, en los que se crea
ordenador. Estos grupos llenan la ne- un personaje que va aumentando
cesidad de apoyo que tenga la perso- su poder a medida que consigue
na en situaciones estresantes de en- puntos, pudiendo llegar al liderato
fermedad, jubilación o divorcio. de otros jugadores subordinados.
b) Satisfacción Sexual. Muchos chats Greenfield. D.N. (1999 b) encuentra va
han sido diseñados para la interac- rios sentimientos que experimentan los
ción erótica. Estas aplicaciones per- usuarios dependientes de Internet y que
miten al usuario elegir la fantasía se- pueden llevar a la adicción, y éstos son:
xual que le apetezca en el momento 1. Los adictos informan de una intensa
con sólo pulsar un botón; desde la intimidad cuando están conectados.
homosexualidad hasta diversas para- 2. Un sentimiento de desinhibición.
filías, como la pedofília, etc). En esto 3. Muchos adictos informan también de
lugares se sienten libres de ataduras una pérdida de ataduras.
por el anonimato y el sentimiento de 4. Sentir que el tiempo se detiene o que
practicar “sexo seguro”. Además, per- pasa muy rápido.
sonas que se sienten poco atractivas 5. Sentirse fuera de control cuando se
físicamente se ven liberadas de este está conectado.
problema. Puesto que hemos analizado las carac-
c) Creación de personalidad ficticia. Inter terísticas de Internet que pueden llevar a la
net permite crear una “personalidad adicción, cabe preguntarse qué es lo que
virtual” modificando las propias carac hace que algunas personas se conviertan
terísticas físicas que en el mundo real en adictos y otros no. Hasta ahora parece
son inamovibles. Por ejemplo, un tra- haber quedado claro que Internet en la ma-
bajador no cualificado, casado y obe yoría de los casos lo que hace es cubrir un
so, puede aparecer en la red como un déficit en la personalidad del adicto
joven millonario campeón de atletismo.
Es una forma de “reinventarse a sí
mismo”, de descubrir necesidades psi- ¿POR QUÉ ALGUNAS PERSONAS
cológicas previamente no afrontadas, LLEGAN A LA ADICCIÓN?
enmascarando la inseguridad interper-
sonal. Dos de estas necesidades psi- Internet en la mayoría de los casos facili-
cológicas son: 1. la expresión de un ta cubrir o compensar un déficit en la per
rasgo de personalidad reprimido y 2. la sonalidad del adicto. Ya que Internet es
necesidad de reconocimiento y poder. eminentemente un instrumento de comuni-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 281

cación interpersonal, es en este ámbito vida cotidiana, dan la oportunidad a estos


donde el mundo virtual puede convertirse personajes virtuales de interpretar sus fan-
en un sustituto de la vida real para las per- tasías más íntimas o sus pesadillas más
sonas con déficits en habilidades sociales aterradoras.
timidez o algún tipo de complejo. A algunos les permite entablar relaciones
La red permite cubrir dos tipos de nece- que por su inhibición no pueden desarrollar
sidades básicas: en la vida real, mientras que a otros les pro-
1. La estimulación solitaria (búsqueda porciona realizar una serie de fantasías se-
de información, imágenes, sonido, xuales, que por circunstancias del mundo
juegos, etc.). exterior guardan escondidas en sus mentes.
2. La búsqueda de interacción social. Hay que tener en cuenta un punto muy
Hay ciertas características de personali- importante y es que existe una distancia
dad o estados emocionales que aumentan la muy corta entre el juego y la adicción. Mu-
vulnerabilidad psicológica a las adicciones. chas de las personas que entran a Internet
Las personas más susceptibles a esta y a los canales de chat, lo hacen para rela-
adicción son aquellas que sufren de depre- jarse o simplemente con fines lúdicos. Per
sión, o simplemente aquellos que “quedan con el tiempo, esta línea puede convertirse
atrapados” por las posibilidades que este en algo más que un juego que envuelve a
nuevo mundo presenta. sus personajes en una adicción que a ve-
El anonimato que la red ofrece, personifi ces puede resultar nociva para nuestro
car roles opuestos a los que se viven en la mundo personal, familiar y social.

Tabla 1: Factores de riesgo que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones.

• Déficits de personalidad Introversión acusada, baja autoestima y nivel alto de búsqueda de sen-
saciones.
• Déficits en las relaciones Interpersonale . Timidez y fobia social.
• Déficits cognitivo . Fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia a distraerse.

Young y Rodgers (1998a) administraron el medio de conocerse. Ésta es una poderosa


cuestionario 16 PF a un grupo de personas manera para encontrar gente con intereses
auto-seleccionadas, encontrando puntuaciones y personalidades compatibles.
altas en términos de confianza en si mismos Hay personas que no quieren conocerse
pensamiento abstracto, disconformidad con las cara a cara. Éstas prefieren vivir con la fan
convenciones sociales, reactividad emocional tasía que han creado (consciente o incons-
hacia los otros y preferencia por las actividades cientemente) acerca del ciberamante. La pa-
solitarias. Las personas dependientes de Inter- reja podría estar colaborando en la creación
net suelen ser susceptibles, vigilantes y priva- de una satisfacción mutua que los retrata de
das. Esta tendencia a la introversión también manera diferente a como ellos son en reali-
fue encontrada por Petrie y Gunn (1998). dad Podrían no querer conocerse porque la
fantasía destruiría los hechos de la realidad.
Muchas personas buscan la excitación en
¿EN QUÉ CONSISTE EL CIBER-ROMANCE? la fantasía a través de libros, TV, películas o
Internet, pero confunden esta fantasía con la
Si es un romance “verdadero” en Inter- realidad. Un ciber-romance es sólo otro tipo
net, la pareja luego querrá conocerse para de “escape de la realidad”, es más interacti-
desarrollar y satisfacer la relación. Para es- vo, y por eso mucho más excitante, para esa
tas personas, Internet fue simplemente un persona, que los métodos usuales.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


282 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

¿QUÉ ES EL CIBERSEXO ADICTIVO? ne que sirven para incrementar la probabili-


dad del comportamiento, la comodidad del
Un ejemplo que ilustra esta evolución en ciberporno y los chats sexualmente orienta-
la fuerza adictiva lo encontramos en el dos, fácilmente disponibles, y finalmente, e
caso de la adicción a las líneas eróticas. escape de las tensiones mentales derivadas
Las características de funcionamiento de de la experiencia, lo cual sirve para reforzar
estas líneas que facilitan la dependencia el comportamiento dirigido a la compulsión.
son: disponibilidad ambiental, refuerzo in- • El anonimato de las transacciones
mediato, percepción de control y gran exci- electrónicas provee al usuario de un
tación emocional o sexual. gran sentido de percepción de control
Por otra parte, Internet proporciona un con- sobre el contenido, tono, y naturaleza
texto virtual que permite a los tímidos introver- de la experiencia sexual en línea.
tidos interactuar en un contexto seguro, facili- • A diferencia de las experiencias sexua-
tar las infidelidades vía Internet y permitir l les reales, una mujer puede rápida-
creación de personalidades virtuales depen- mente cambiar de pareja si su ciber-
dientes del estado de ánimo de la persona. amante no es muy bueno, o un hom-
El anonimato de las transacciones elec- bre puede desconectarse después de
trónicas contribuye a animar la actuación su orgasmo sin largas despedidas.
de actos desviados e incluso criminales, • Si un hombre secretamente se pregun-
como observación de imágenes obscenas ta como sería tener sexo con otro
o ilegales (ej.pedofilia) hombre y si su mujer siempre ha bus-
El cibersexo se ha convertido en un sub- cado tratar el sadomasoquismo.
tipo específico de la adicción a Internet. S • Dentro del contexto anónimo del cibe-
estima que 1 de cada 5 adictos está “en- respacio, los mensajes convencionales
ganchado” en alguna forma de actividad acerca del sexo son eliminados permi-
sexual online (viendo ciberporno y/o engan- tiendo a los usuarios interpretar fanta-
chado en el cibersexo). sías ocultas o reprimidas en un ámbito
Algunos estudios muestran que los hom- privado, sin el miedo de ser atrapados.
bres están más predispuestos a ver ciber- • Para alguien que alguna vez ha tenido cu-
pornografia, mientras que las mujere riosidad por el sadomasoquismo, sexo en
usualmente se enganchan al chat erótico. grupo, homosexualidad, vouyerismo, el ci-
El modelo ACE de adicción al cibersexo bersexo permite un modo privado, seguro
es usado para explicar cómo Internet crea y anónimo de explorar aquellas fantasías.
un clima cultural de permisividad que nor- • Por lo tanto, los individuos que están
malmente sirve para estimular y validar com- más predispuestos a experimentos se-
portamientos sexuales desviados. El modelo xuales se sienten alentados a engan-
ACE; anonimato, comodidad y escape) exa- charse en sus “fantasías validadas”
mina el anonimato de las interacciones onli- por la cultura ciberespacial.

Tabla 2: Signos de riesgo de adicción al cibersexo.

• Gastar rutinariamente significativas cantidades de tiempo en salones de chats y mensajes privado


con el único objetivo de encontrar cibersexo.
• Sentir preocupación y usar Internet para encontrar parejas sexuales Online.
• Usar frecuentemente comunicación anónima para engancharse en fantasías sexuales no realizadas
típicamente en la realidad.
• Anticipar la siguiente sesión Online con la expectativa de encontrar activación sexual o gratificación
• Encontrar que frecuentemente se desplaza del cibersexo a las líneas telefónicas eróticas (o incluso
a reuniones sexuales en la vida real).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 283

• Esconder las interacciones Online de las personas importantes en su vida.


• Sentir culpa o pena por el uso de Online.
• Accidentalmente activado por el cibersexo al comienzo, y ahora encuentra activación al momento
de conectarse.
• Masturbarse mientras se está enganchado en un chat erótico.
• Menor compromiso con el compañero sexual real, prefiriendo sólo el cibersexo como la principa
forma de gratificación
• La gente que sufre de una baja autoestima, una distorsión severa de la imagen corporal, una dis-
función sexual no tratada, o una previa adicción sexual tienen mayor riesgo de desarrollar una adic-
ción al cibersexo.
• Particularmente, los adictos al sexo a menudo se dejan llevar por Internet como una nueva y segura sa-
lida sexual para satisfacer sus compulsiones sin el costo de las líneas calientes, el miedo de ser visto
en una tienda de adultos, o enfermarse entre las prostitutas.
• Rutinariamente gastan significativas cantidades de tiempo en salones de chats y mensajes privado
con el único objetivo de encontrar cibersexo.
• Sentir preocupación y utilizar Internet para encontrar parejas sexuales Online.

LOS RIESGOS DE INTERNET que realizamos en “el mundo físico”. En el


caso de Internet destacamos los siguientes:
Pese a las infinitas posibilidades qu
ofrece Internet como infraestructura econó- A) RIESGOS RELACIONADOS CON
mica y cultural para facilitar muchas de las LA INFORMACIÓN. Las personas
actividades humanas y contribuir a una me- frecuentemente necesitamos infor-
jor satisfacción de nuestras necesidades y mación para realizar nuestras activi-
a nuestro desarrollo personal, el uso de In- dades, y muchas veces la podemos
ternet también conlleva riesgos, especial- obtener en Internet de manera más
mente para los niños, los adolescentes y rápida, cómoda y económica que en
las personas que tienen determinados pro- “el mundo físico”. No obstante hemos
blemas: tendencia al aislamiento social, pa- de considerar posibles riesgos:
rados de larga duración. 1. Acceso a Información poco fiabl .
En el caso de los niños, la falta de una Existe mucha información errónea
adecuada atención por parte de los padres y poco actualizada en Internet, ya
(que muchas veces están trabajando fuera que cualquiera puede poner infor-
de casa todo el día) les deja aún más vía li- mación en la red. Su utilización
bre para acceder sin control a la TV e Inter- puede dar lugar a múltiples pro-
net, si está disponible en el hogar cuando blemas, desde realizar un mal tra-
vuelven de la escuela. Si el ordenador fa- bajo académico hasta arruinar
miliar no dispone de filtros que limiten e una actuación empresarial.
acceso a las páginas inadecuadas, de for- 2. Dispersión, pérdida de tiempo . A
ma accidental o buscando nuevos amigos y veces se pierde mucho tiempo
estímulos se irán encontrando allí con toda para localizar la información que
clase de contenidos y de personas. Y lo se necesita. Es fácil perderse na-
que empieza por curiosidad, puede acabar vegando por el inmenso mar infor-
en una adicción, ya que los niños y los ado- mativo de Internet lleno de atracti-
lescentes son fáciles de seducir. vos “cantos de sirena”. Al final e
Todas las funcionalidades de Internet trabajo puede quedar sin hacer.
(navegación por las páginas webs, publica- 3. Acceso de los niños a información
ción de weblogs y webs, correo electrónico, inapropiada. Existen webs que
foros, chats) pueden comportar algún ries- pese a contener información cien-
go, al igual como ocurre en las actividades tífica, pueden resultar inapropia

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


284 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

das y hasta nocivas; pueden afec- NAL Las personas muchas veces ne-
tar a su desarrollo cognitivo y cesitamos comunicarnos con perso-
afectivo) para niños y menores nas lejanas o establecer contactos
por el modo en el que se abordan sociales. Internet nos proporciona in-
los temas, o la crudeza de las finidad de canales y oportunidade
imágenes (sexo, violencia, dro- (e-mail, chats, weblogs) aunque con-
gas, determinados relatos, etc). llevan algunos riesgos:
4. Acceso a información peligrosa. 1. Bloqueo del buzón de correo. Hay
Hay información poco recomenda- personas que ignorando las nor-
ble (pornografía, violencia, todo mas de “netiquette” (pautas de
tipo de sectas) y hasta con conte- comportamiento que facilitan la
nidos considerados delictivos que convivencia entre los usuarios y el
incitan a la violencia, el racismo, la buen funcionamiento de la red) ad-
xenofobia, el terrorismo, la pedofi juntan grandes archivos a los corre-
lia, el consumo de drogas, partici- os sin pedir previamente autoriza-
par en ritos satánicos y en sectas ción al receptor del mensaje, con lo
ilegales, realizar actos delictivos. que acaban bloqueando temporal-
La globalidad de Internet y las di- mente su buzón de correo.
ferentes culturas y legislaciones 2. Recepción de “mensajes basura”.
de los países hacen posible la Ante la carencia de una legisla-
existencia; por lo menos temporal, ción adecuada, por e-mail se reci-
ya que grupos especiales de la po- ben muchos mensajes de propa-
licía dedicados a delitos informáti- ganda no deseada (spam) que
cos realizan actuaciones en el ám- envían indiscriminadamente em-
bito internacional) de estas pági- presas de todo el mundo. En oca-
nas webs en el ciberespacio. siones su contenido es de natura-
Los primeros riesgos se pueden paliar leza sexual o proponen oscuros
aprendiendo buenas técnicas para buscar negocios.
información y valorarla con juicio crítico, así 3. Recepción de mensajes persona-
como adquiriendo hábitos de trabajo en In- les ofensivos. Al comunicarse en
ternet que limiten la tendencia a la disper- foros virtuales, como los mensajes
sión al buscar contenidos. En cuanto a los escritos (a menudo mal redactados
segundos, que afectan sobre todo a los y siempre privados del contacto vi-
más jóvenes, exigen una adecuada res- sual y la interacción inmediata con
puesta por parte de padres y educadores el emisor) se prestan más a malen-
mediante la instalación de programas de tendidos que pueden resultar ofen-
protección en los ordenadores, que limiten sivos para algunos de sus recepto-
el acceso a determinadas páginas webs y res, a veces se generan fuertes
alerten a los niños y jóvenes sobre estos discusiones que incluyen insultos e
riesgos, explicándoles de manera adecua- incluso amenazas. Por otra parte,
da a su edad las razones. Entendemos que en ocasiones hay personas que
los medios de comunicación social también son acosadas a través del e-mail.
deberían alertar a los ciudadanos, en gene- 4. Pérdida de intimidad. A veces,
ral, sobre estas páginas webs con conteni- hasta de manera inconsciente al
dos ilegales y respecto a la conveniencia participar en los foros, se puede
de denunciarlas. proporcionar información perso-
B) RIESGOS RELACIONADOS CON nal, familiar o de terceras perso-
LA COMUNICACIÓN INTERPERSO- nas a gente desconocida. Y esto

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 285

siempre supone un peligro. Tam- ponen riesgos. En el caso de Internet


bién es frecuente hacerlo a través destacamos los siguientes:
de los formularios de algunas pá- 1. Estafas. En las compras y demás
ginas webs que proporcionan de- transacciones económicas (tien-
terminados servicios gratuitos (bu- das virtuales, bancos, servicios
zones de e-mail, alojamiento de formativos) que se realizan por In-
páginas webs, música y otros re- ternet, especialmente si las em-
cursos digitales.) presas no son de solvencia reco-
5. Acciones Ilegales. Proporcionar nocida, la virtualidad muchas ve-
datos de terceras personas, difun- ces enmascara sutiles engaños y
dir determinadas opiniones o con- estafas a los compradores.
tenidos, insultar, difamar o ame- 2. Comprar inducidos por una publici-
nazar a través de los canales co- dad abusiva. Aprovechando la esca-
municativos de Internet puede sa regulación de las actividades en
acarrear responsabilidades judi- Internet, las empresas utilizan sofis
ciales (como también ocurre en el ticados sistemas de marketing para
“mundo físico”). seducir a los internautas e incitarles
6. Malas compañías. Especialmente a la adquisición de sus productos.
en los chats, Muds se puede en- Sus anuncios de reclamo aparecen
trar en contacto con personas que en todo tipo de webs, y a veces re-
utilizan identidades falsas con os- sulta difícil separar los contenidos
curas intenciones; en ocasiones propios de la web de la publicidad.
psicópatas que buscan víctimas 3. Los menores compran sin autori-
para actos violentos o delictivos, a zación paterna . Niños y jóvenes
las que prometen estímulos, ex- pueden realizar compras sin con-
periencias, amistad. trol familiar a través de Internet,
Para paliar estos riesgos es conveniente en ocasiones, incluso, utilizando
informar sobre las normas de “ netiquette” y las tarjetas de crédito de familia-
educar a los usuarios en el uso correcto de res o conocidos.
los canales comunicativos de Internet, aler- 4. Robar. Al facilitar información per-
tándoles del riesgo de difundir sus datos más sonal y los códigos secretos de las
personales y de las repercusiones legales tarjetas de crédito por Internet, en
que pueden tener sus mensajes y los archi- ocasiones, son interceptados por
vos que se intercambian. Nuevamente esta ciberladrones y los utilizan para su-
sensibilización resulta especialmente nece- plantar la personalidad de sus pro-
saria en el caso de los menores, que resultan pietarios y realizar compras a su
mucho más vulnerables, ante las personas cargo. Con todo, se van desarro-
que quieran aprovecharse de ellos. llando sistemas de seguridad (fir
C) RIESGOS RELACIONADOS CON mas electrónicas, certificados digi
ACTIVIDADES CON REPERCUSIÓN tales) que cada vez aseguran más
ECONÓMICA (compras y gestiones, la confidencialidad al enviar los da
envío y recepción de archivos ). El ci- tos personales necesarios para
berespacio que sustenta Internet es realizar transacciones económicas.
un mundo paralelo en el que se pue- 5. Actuaciones delictivas por viola-
den realizar prácticamente todas las ción de la propiedad intelectual .
actividades que realizamos en “el Muchas personas, incluso sin ser
mundo físico”. Y las actividades con conscientes de ello o de la grave-
repercusión económica siempre su- dad de su acción, realizan actos

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


286 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

delictivos, violando la propiedad in- nicarse o comprar por Internet. El


telectual a través de Internet: bús- sujeto sufre la pérdida del control
queda y recepción de programas o frente al uso racional de Internet y
música con copyright (piratería mu- además debe percibir que recibe
sical) o software para desactivar una gratificación por su conducta
sistemas de protección de los pro- Existe un alto nivel de interferen-
ductos digitales, difusión de estos cia y de distorsión en la vida per-
materiales a personas conocidas. sonal, familiar y profesional del in-
6. Realizar negocios ilegales a través dividuo, y esto se transforma en
de Internet . Compra-ventas, su- un problema para el sujeto y las
bastas, préstamos, apuestas. personas de su entorno.
7. Gastos telefónicos desorbitados .
Si se dispone de una conexión EVALUACIÓN DE LA ADICCIÓN
adecuada con tarifa plana que fij A INTERNET
el coste mensual por uso de Inter-
net, o el internauta entra de ma- El principal obstáculo que podemos en-
nera inconsciente en páginas en contrar para detectar la existencia del pro-
las que al solicitar un servicio apa- blema es la negación. El paciente tiende a
rentemente gratuito le conectan a negar o minimizar su dependencia de la
líneas telefónicas de alta tarifa- red, amparándose muchas veces en su uti-
ción, las facturas telefónicas pue- lidad.
den proporcionar serios disgustos. Por ello, no es fácil que el trastorno se
Ante la gravedad de estos riesgos y la haga evidente en una exploración inicial.
relativa novedad que supone Internet en Del mismo modo que en otras adiccio-
nuestra sociedad para la mayor parte de nes como el alcohol y otras drogas o la
los ciudadanos, entendemos que deberían compra compulsiva, existen una serie de
hacerse campañas informativas nacionales disparadores y señales similares en el adic-
a través de todos los medios de comunica- to a Internet, y que debemos evaluar:
ción, con una especial incidencia en los A.–APLICACIONES. Lo habitual es que
centros docentes. Al mismo tiempo, debe el adicto use una aplicación específica
seguir desarrollándose la legislación que que es la que actúa como disparador. El
regule el uso de Internet y las medidas poli- psicólogo, al evaluar, debe examinar sus
ciales dirigidas a capturar a los delincuen- pautas de uso en cada aplicación particu-
tes del ciberespacio. lar:
D) RIESGOS RELACIONADOS CON ¿Qué aplicaciones usa en Internet?
LAS ADICCIONES (IAD Internet Ad- ¿Cuántas horas por semana dedica a
diction Disorder). cada aplicación?
1. Podemos considerar que una per- ¿Cómo clasificaría las aplicaciones de l
sona tiene adicción a Internet más a la menos importante?
cuando alguien que tenía una tra- ¿Qué le parece mejor de cada aplica-
yectoria de vida en la que el uso ción?
de Internet representaba una acti- Si es difícil saberlo, el psicólogo podría
vidad compatible con sus relacio- solicitar un autorregistro para colocarlo al
nes personales, con su trabajo y lado del ordenador y registrar su uso.
no le producía sentimientos de B.–EMOCIONES. Los Adictos experi-
culpabilidad, cambia su comporta- mentan sensaciones placenteras cuando
miento por un exceso de tiempo están conectados en contraste a como se
dedicado a navegar, jugar, comu- sienten cuando están desconectados.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 287

Debemos detectar los dos extremos: que no esté satisfecha con alguna área de
• ¿Cómo se siente cuando está desco- su vida puede usar Internet como medio
nectado? Después debemos determi- para evitar los problemas u olvidar el dolor,
nar si las respuestas están en un conti- pero cuando se encuentre fuera de la red
nuo de sentimientos negativos (solo, se dará cuenta de que nada ha cambiado.
insatisfecho, inhibido, angustiado, frus- Es necesario evaluar si el adicto está
trado o preocupado). usando Internet como medio para evitar una
• ¿Cómo se siente cuando está usando situación infeliz, como una enfermedad, insa-
Internet? Respuestas como excitado, tisfacción de pareja o laboral, desempleo, etc.
feliz, desinhibido, apoyado o deseado Uno de los primeros síntomas que nota-
indican que Internet ha modificado e mos se refieren a la gran cantidad de tiemp
estado de ánimo del paciente. que la persona adicta se pasa en actividades
C.–PENSAMIENTOS. El pensamiento relacionadas con Internet. En la evaluación
catastrófico ofrece un mecanismo de esca debemos determinar si el incremento del uso
pe psicológico para evitar los problemas de Internet es algo normal por ser ésta una
reales o percibidos. herramienta nueva que causa una inicial fas-
Los adictos tienden más a menudo a an- cinación, o por el contrario, se ha convertido
ticipar los problemas. en una adicción. En esto es importante el
D.–SUCESOS VITALES. Una persona tiempo que hace que se inició el problema.

Tabla 3: Modalidades de adicción a Internet.

MODALIDAD APLICACIÓN CONTENIDOS


Adicción cibersexual. Páginas webs para adultos. Pornográficos o sexuales
Adicción a las ciberrelaciones. Grupos de discusión, e-mail, Comunicación interactiva
chats, etc. con otros usuarios.
Compulsiones de la red. Uso ob- Páginas webs, en la mayoría de Juegos de azar, comercio electró-
sesivo del ordenador para juegos. los casos comerciales. nico, subastas.
Buscadores de Información y “va- Robots de búsqueda, FTP, Simplemente navega por la red sin
gabundos electrónicos”. TELNET. una meta específica y buscar infor
mación sobre un tema de inerés.

Es fácil encontrar casos mixtos de gente estos trastornos, el psicoterapeuta debe


que utilizan los chats para lograr satisfac- decidir cuál es el trastorno que merece una
ción sexual, o ludópatas que utilizan Inter- atención prioritaria.
net para implicarse en juegos de azar; el lí- Internet puede fácilmente ser el objetivo
mite de las modalidades entre sí y con otros de comportamientos obsesivo/compulsivos,
trastornos no está claramente definido reforzados por la gran cantidad de recursos
En la mayoría de estas modalidades lo que se encuentran en la red para alimentar
que existe es un trastorno psicológico o ca- otras adicciones o compulsiones.
rencia que se expresa a través de Internet.
Con el avance de la investigación se hace INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
evidente que la mayoría de las veces la adic-
ción a Internet no es sino un trastorno secun- Para la evaluación del problema de adic-
dario a otros como la fobia social, depresión, ción a internet, además de la entrevista psi-
adicción al sexo o las diversas parafilias cológica podemos emplear las siguientes
Si en la evaluación se detecta alguno de técnicas o instrumentos:

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288 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

Tabla 4: Internet addiction test (Kimberley y Young).


Traducción y adaptación

1. ¿Con qué frecuencia encuentra que lleva más tiempo navegando del que pretendía estar?
2. ¿Desatiende las labores de su hogar por pasar más tiempo frente a la computadora navegan-
do?
3. ¿Prefiere excitarse con fotos o videos a través de Internet en lugar de intimar con su pareja
4. ¿Con qué frecuencia establece relaciones amistosas con gente que sólo conoce a través de In-
ternet?
5. ¿Con qué frecuencia personas de su entorno le recriminan que pasa demasiado tiempo conec-
tado a Internet?
6. ¿Su actividad académica (escuela, universidad) se ve perjudicada porque dedica demasiado
tiempo a navegar?
7. ¿ Con qué frecuencia chequea el correo electrónico antes de realizar otras tareas prioritarias?
8. ¿ Su productividad en el trabajo se ve perjudicada por el uso de Internet?
9. ¿ Se vuelve precavido o reservado cuando alguien le pregunta a qué dedica el tiempo que pasa
navegando?
10. ¿ Se evade de sus problemas de la vida real pasando un rato conectado a Internet?
11. ¿Se encuentra alguna vez pensando en lo que va hacer la próxima ocasión que se conecte a
Internet?
12. ¿ Teme que su vida sin Internet sea aburrida y vacía?
13. ¿Se siente molesto cuando alguien lo/a interrumpe mientras está navegando?
14. ¿ Con qué frecuencia pierde horas de sueño pasándolas conectado a Internet?
15. ¿ Se encuentra a menudo pensando en cosas relacionadas con Internet cuando no está conec-
tado?
16. ¿ Le ha pasado alguna vez eso de decir “ sólo unos minutos más” antes de apagar la computa-
dora?
17. ¿Ha intentado alguna vez pasar menos tiempo conectado a Internet y no lo ha logrado?
18. ¿Trata de ocultar cuánto tiempo pasa realmente navegando?
19. ¿ Prefiere pasar más tiempo online que con sus amigos en la vida real
20. ¿Se siente ansioso, nervioso, deprimido o aburrido cuando no está conectado a Internet?

Evaluar cada respuesta:


1. = Raramente.
1. = Ocasionalmente.
2. = Frecuentemente.
3. = Muy a menudo.
4. = Siempre.
5. = No.

Si la puntuación es mayor de 50 es aconsejable que consulte con un especialista (psicólogo), para


que le realice una evaluación diagnóstica, ya que puede estar sufriendo una Adicción a Internet.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 289

Tabla 5: Test de adicción a Internet. (Echeburúa, 1999).

1. ¿Dedica más tiempo del que cree que debería estar conectado a la red con objetivos distintos a
los de su trabajo?
2. ¿Piensa que se sentiría mal si redujera el tiempo que pasa en Internet?
3. ¿Se han quejado sus familiares de las horas que dedica a Internet?
4. ¿Le resulta duro permanecer alejado de la red varios días seguidos?
5. ¿Se resienten sus relaciones por estar conectado a la red?
6. ¿Existen contenidos o servicios de la red a los que encuentra difícil resistirse?
7. ¿Tiene problemas para controlar el impulso de conectarse a la red?
8. ¿ Ha intentado, sin éxito, reducir su uso?
9. ¿Obtiene gran parte de su bienestar del hecho de estar conectado a la red?

Responder por SI o por NO.

0 Y 3, es un usuario sin problemas.


4 y 6, es un usuario de riesgo.

2. Escala de Síntomas, SCL-90-R. (De- TRATAMIENTO


rogatis, 1977), nos permite una eva-
luación general de síntomas psicopa- Dejando a un lado la controversia sobre
tológicos. si existe un trastorno de adicción a Internet
3. Escala de Inadaptación (Echeburúa, en sí mismo, lo que parece quedar claro es
1995), que mide la adaptación en di- que existe un incremento en las demandas
ferentes áreas de la vida cotidiana. de ayuda por problemas relacionados con
4. Escala de Autoestima (Rosenberg, el uso de la red.
1965), que evalúa el sentimiento de La dificultad más grande para realizar u
satisfacción que una persona tiene tratamiento está relacionada con el rechazo
consigo misma. o negación del adicto a Internet hacia el
5. Autorregistro diario de conexión a In- problema. De la misma manera que en el
ternet, que se empieza a aplicar desde alcoholismo, el adicto a Internet debe com-
la línea de base hasta la finalizació prender primero que tiene un problema y
de la intervención, y que recoge la ac- contar con suficiente motivación para bus
tividad realizada y el tiempo de cone- car ayuda.
xión empleado (en minutos/día: Auto- Muchas personas creen que la única
observación mediante catálogo de manera de superar la adicción a Internet
conductas por intervalo momentáneo). es cortando el modem o tirando el ordena-
6. Autorregistro de conexión a Internet, dor. Pero esto no sirve de mucho, más
en el cual quedan reflejados la hora d aún si tenemos en cuenta que Internet es
conexión, el tiempo de conexión, las una herramienta productiva. Lo importante
emociones y pensamientos después es encontrar un equilibrio entre el uso
de la desconexión: auto-observación educativo o laboral y el resto de usos y ac-
mediante escalas de apreciación. tividades.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


290 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO Y DE LOS OBJETIVOS

Tabla 6: Objetivos y técnicas.

OBJETIVOS TÉCNICAS

1. Descubrir el problema y preparar para el – Entrevista motivacional (consejo, obstáculos, al-


cambio. ternativas, empatía, feedback, objetivos y ayuda
activa).
– Metáfora del globo azul y metáfora de la balanza.
– Hoja de balance decisional.

2. Toma de decisiones y afrontamiento de – Entrenamiento en solución de problemas.


los problemas.

3. Tratamiento psicológico de la Adicción a – Control de estímulos.


Internet. – Romper hábitos de conexión.
– Fijar metas.
– Abstinencia de una aplicación particular.
– Prevención de recaídas.

4. Problemas Interpersonales. – Desculpabilizar.


– Promover autonomía.

Descubrir el problema y prepararse además del mismo. Tan sólo hay que co-
para el cambio gerlo y ponerlo al lado para verlo y poder
contemplar otras cosas.
Según Miller, W.R. y Rollnick, S (1999) Para ilustrar el conflicto de ambivalen-
en un primer momento “ la persona” nece- cia que suelen presentar muchos adictos
sita información y feedback, a fin de qu a Internet podemos emplear la metáfora
pueda aumentar su conciencia del proble- de la balanza (Miller, W. R. y Rollnick,
ma y su necesidad de cambiar. Dar un con- S.,1999): las personas experimentan mo-
sejo basado sólo en lo que debería hacer tivaciones contrapuestas, ya que existen
desde un punto de vista teórico puede ser tanto beneficios como costes en ambas
contraproducente. Por ello, el primer objeti- partes del conflicto. Hay dos tipos de
vo terapéutico a plantear será el de colabo- peso en ambas partes de la balanza. Una
rar con el paciente para descubrir el proble- tiene que ver con los beneficios percibi-
ma y tratar de encontrar respuesta a las dos de un curso particular de acciones
demandas iniciales que plantea. (tales como estar continuamente conecta-
–¿Por qué, no se ha dado cuenta antes do a Internet). El otro tiene que ver con
del problema? los costes percibidos o desventajas de un
–¿Por qué, a pesar de ser consciente de curso de acción alternativo (tales como
que lo que hace, le está destrozando la dejar de conectarse). Otro aspecto de
vida, no puede dejar de hacerlo? esta balanza es el conflicto de aproxima-
Para intentar encontrar respuesta a es- ción-evitación. A medida que el peso em-
tas preguntas podemos utilizar “la metáfora pieza a ceder hacia uno de los lados, la
del globo azul” (Luciano y Cabello, 2001), persona tiende a resituarse en el lado
que se pega en la cara y no deja ver con opuesto: “No puedo vivir con ello, y no
claridad ni el propio globo ni lo que hay puedo vivir sin ello”.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 291

Asimismo cuando se realiza la hoja de que Internet parece tener la misma habilidad
balance decisional se especifica lo que s para proporcionar alivio emocional, escape
percibe como beneficioso y lo que se perci mental y maneras de eludir los problemas
be como costos asociados con una con- que tiene el alcohol, las drogas o el juego.
ducta determinada, para aclarar los facto- Las técnicas que utilizamos son las si-
res motivacionales contrapuestos, y para guientes:
estimular la posibilidad de cambio. Los ele- 1. Controlar los estímulos vinculados a
mentos de esta hoja de balance no se su- la adicción. En una primera fase de
man de una forma sencilla. El valor de la terapia evitamos la conexión, pero
cada item puede variar a lo largo del tiem- tras un período de abstinencia total,
po. Los elementos de la lista se agrupan tratamos de limitar el tiempo de co-
entre sí, y un cambio en uno de ellos signi- nexión (al margen de las obligacio-
fica un cambio en el resto nes laborales) a no más de 120 mi-
nutos / día, atender el correo elec-
trónico 1 vez al día y a una hora
Toma de decisiones y afrontamiento concreta, conectarse en compañía
de los problemas sin quitar horas al sueño y eliminar
los pensamientos referidos a la red
Una de las situaciones que genera más cuando no se está conectado.
malestar en los pacientes adictos a Internet 2. Romper con los hábitos de cone-
y que desencadena muchos sentimientos de xión. Para ello, promovemos practi-
culpa suele ser la espiral de mentiras en la car lo contrario en el tiempo de uso
que suelen caer y en la que se ven frecuen- de Internet. La técnica consiste en
temente atrapados. Por ello, empleamos el romper la rutina para adaptarse a un
entrenamiento en solución de problemas nuevo horario. Por ejemplo, si lo pri-
como método eficaz para que los paciente mero que hace el paciente al levan-
tomen decisiones para afrontar los proble- tarse es chequear el correo, pode-
mas. Este procedimiento no garantiza que mos sugerirle que lo haga después
elijamos la mejor solución, pero aumenta las de desayunar; si se conecta al llegar
posibilidades de hacerlo (Caro, 1997). a casa, conseguír que se conecte
La solución de problemas implica seguir sólo después de cenar.
una serie de fases progresivas (D´Zurilla, 3. Fijar metas. Para evitar recaídas,
1992): elaboramos un horario realista que
1. Conseguir una buena disposición permita al paciente manejar su tiem-
(Orientación hacia el problema). po (conexiones breves pero frecuen-
2. Definir el problema tes). El tener un horario flexible pue
3. Generar soluciones alternativas de permitir tener sensación de con-
4. Toma de decisiones. (Valorar y decidir). trol.
5. Aplicar y revisar. 4. Exposición prolongada a los ele-
Para la intervención psicológica de la mentos suscitadores del ansia por la
adicción a Internet empleamos un programa conducta adictiva. Evitar los estímu-
de tratamiento de orientación cognitivo-con- los es insuficiente en la mayoría de
ductual (Echeburúa, 1999). Sin embargo, los casos, pues el adicto no lo pue-
puesto que en la mayoría de los casos la de mantener indefinidamente, y
abstinencia en este tipo de adicción no es que aumenta el riesgo de recaídas.
posible, (Young, 1999) revisa los modelos La recuperación total se consigue
de bebida controlada y entrenamiento en cuando se expone a los indicios de
moderación para trastornos alimenticios, ya riesgo de forma regular y progresiva

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


292 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

y es capaz de resistirse a ellos sin 9. Solucionar problemas específicos


escape. Debemos controlar varios aspectos
5. Interruptores externos. Usar cosas relacionados con a abstinencia:
que el paciente tenga que hacer o si- – Control del ansia por implicarse
tios adonde ir, como señales que le de nuevo en la conducta.
indiquen que debe desconectar. Para – Control de la depresión.
activar estas alarmas naturales, pue- – Control de la ansiedad.
de usar relojes o alarmas de tiempo. – Control de los conflictos interper
6. Abstenerse de una aplicación parti- sonales.
cular. En el caso que la aplicación 10. Crear un nuevo estilo de vida. Lo
más problemática para nuestros pa- esencial es promover un equilibrio
cientes sea los chats, éstos deben adecuado entre deberes y deseos.
estar prohibidos, permitiéndoles co- 11. Prevenir recaídas. Mantener los logros
nectarse empleando otras aplicacio- terapéuticos es más sencillo cuando
nes de Internet. hay abstinencia total pero, si esto no
7. Usar tarjetas recordatorias. Para es posible, el objetivo consistirá en en-
mantener al paciente centrado en la señar a la persona a usar Internet de
meta de abstenerse o reducir el uso, forma controlada. Algunas de las es-
podemos pedirle que haga una lista trategias que podríamos usar son:
de los cinco principales problemas • Identificar de situaciones de alt
causados por la adicción a Internet, riesgo.
y otra con los principales cinco be- • Respuestas de enfrentamiento a
neficios de estar desconectado d situaciones problema.
Internet o de abstenerse de usar • Cambiar de expectativas sobre las
una aplicación. Podemos transcribir consecuencias de la implicación
la lista a una tarjeta que pueda llevar en la conducta adictiva.
consigo. Le podemos sugerir que la • Revisar el estilo de vida del pa-
saque cada vez que piense en usar ciente.
Internet, y que apunte todos los be-
neficios que le ocasionen la absti
nencia o reducción de uso así como PSICOTERAPIA
los efectos negativos que le cause
su uso. Psicoterapia Individual
8. Desarrollar un inventario personal.
Al mismo tiempo que el paciente in- La adicción a Internet puede consistir sólo
tenta cortar el uso de Internet, pode- en un síntoma o en un trastorno secundario.
mos sugerirle que cultive una activi- La depresión, la fobia social o la adicción
dad alternativa. El paciente debe al sexo son alguno de los trastornos que
elaborar un inventario personal de pueden ser los responsables de una so-
las cosas que ha dejado de hacer a breimplicación en la red. En estos casos, el
causa de su adicción, para luego tratamiento específico para estas disfuncio
clasificarlas en “muy importante” nes debe ser adaptado al medio en el que
“importante” o “ no muy importante”. se produce, y tratarlo individualmente.
Debemos conseguir que el adicto
examine especialmente las activida- Psicoterapia Grupal
des “muy importantes” para que se
haga consciente de lo que ha perdi- El apoyo social de la red contribuye a la
do y le gustaría recuperar. adicción de aquellos con estilos de vida so-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 293

litarios, por lo que sería conveniente ayu- El abuso de tiempo frente a la computa-
darles a encontrar un grupo de apoyo que dora se produce por problemas afectivos,
se refiera a su situación como la ausencia de los padres, debido a
que la mayoría trabaja.
Psicoterapia Familiar Éstos prefieren que sus hijos en lugar d
estar en la calle jugando, pasen largas ho-
Es necesaria en aquellos casos en los que ras en un sitio que les agrade y les brinde
las relaciones familiares se han interrumpido seguridad, ya sea un ciber o su propia ha-
o han sido afectadas negativamente. bitación, frente a una máquina.
La intervención debe centrarse en: Uno de los datos preocupantes es el
• Educar a la familia en lo adictivo que tiempo que una persona puede llegar a es-
puede llegar a ser Internet. tar frente a la computadora. En los menores
• Reducir la culpa en el adicto por su de 8 años, se estima que debe ser de 30 a
comportamiento. 40 minutos; más de una hora es totalmente
• Promover la comunicación abierta so- nocivo para el niño. Pero éstos no siempre
bre los problemas premórbidos que lle- cumplen este horario, y suelen estar frente
varon al adicto a implicarse en el abu- a la computadora unas tres horas seguidas.
so de Internet. Adolescentes de 13 y 14 años admiten
• Animar a la familia a colaborar en la que si no existieran el chat ni los juegos en
recuperación del adicto, ayudándole a red, invertirían el tiempo en hacer actividades
encontrar nuevas ocupaciones, tomán- al aire libre, deportes, estar más tiempo con
dose unas vacaciones o escuchando los amigos y salir con ellos, aprender otro
sus sentimientos. idioma. Otros reconocieron que podrían dor-
mir más, porque ahora, por culpa de la com-
putadora, cada vez se acostaban más tarde.
PREVENCIÓN EN LOS ADOLESCENTES
Consejos prácticos a tener en cuenta
Entre las actividades más comunes en la por los padres y educadores
computación los adolescentes prefieren la
siguientes: – Se aconseja tener la computadora en
1. Juegos en red. Son versiones avan- un ambiente familiar, como comedor,
zadas de los videojuegos tradiciona- biblioteca, para tener más noción del
les que brindan a los jugadores la po- uso, tiempo y material elegido por los
sibilidad de armar equipos y jugar niños y adolescentes No es aconseja-
unos contra otros desde distintas ble en la habitación, ya que se pierde
computadoras conectadas entre sí. el contacto con ellos.
2. Juegos Online. Son similares a los jue- – En el caso de los ciber, se recomienda
gos en red, pero en éstos no sólo dar a los chicos el dinero justo para
compiten las personas de un mismo que jueguen sólo un par de horas los
ciber, sino también aquellas que se mayores.
encuentran conectadas en las distintas – Para los más pequeños, el juego debe
partes del mundo a través de Internet. restringirse a media hora.
3. Chat. Los usuarios se pueden comu- – También participar en los juegos con
nicar con cualquier persona del mun- los niños y/o adolescentes, para saber
do teniendo sólo una cuenta de co- de qué se tratan y medir mejor su con-
rreo electrónico. A la vez pueden ver- tenido y efectos.
se con cámara Web y hablar por mi- – Conviene que los padres hablen con
crófonos. los centros educativos para asesorar-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


294 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

se y conocer cómo se trata el tema en CONCLUSIONES


la escuela.
– Es recomendable instalar programas Hemos analizado en este trabajo la ma-
protectores que filtren la información yoría de las investigaciones que se han
buscar sitios webs seguros. realizado hasta el momento sobre la adic-
– Hablar abiertamente con los menores ción a Internet. Gran cantidad de estos tra-
sobre el uso de Internet, su utilidad y bajos son sólo de naturaleza exploratoria o
sus riesgos. Enseñarles a navegar descriptiva.
con seguridad, explicarles normas bá- Clínicamente, puesto que ha surgido una
sicas de uso y aspectos legales a te- demanda real de ayuda, hemos elaborado
ner en cuenta. algunos instrumentos de evaluación y téc-
nicas de tratamiento.
Consejos para los niños Debido a la reciente historia de Internet,
y cibernautas en general es un problema de aparición reciente que
aún necesita ser estudiado en profundidad.
– No divulgar información privada perso- Existen personas que por su trabajo o
nal o de las personas conocidas por estudios están en amplio contacto con In-
Internet. ternet. Éstas son usuarios normales. No
– No enviar fotografías sin el permiso de obstante, existen otras personas que no
los padres. tienen la necesidad de permanecer nave-
– No contestar e-mails que tengan con- gando tanto tiempo, y sin embargo, se ha-
tenidos ofensivos o resulten incómo- cen adictos a éste, degenerando esto en
dos. alteraciones de tipo psicológico (depresión,
– No concertar encuentros con perso- aislamiento, abstracciones del medio fami-
nas conocidas online; Las personas liar o social en el que se vive).
que se conocen online pueden ser Por lo tanto, el individuo debe ser cons-
muy distintas a lo que parecen (en In- ciente que usar Internet para fines de con
ternet a veces las personas ocultan su solación por depresión, o escape de la rea-
verdadera personalidad). lidad y el contacto físico puede acarrearle
– Si se recibe o se encuentra una infor- problemas de adicción. La utilización de las
mación que resulte incómoda, comuni- nuevas tecnologías debe ser para el bene-
cársela a los padres. ficio en la calidad de vida de quienes la
ACPI, Acción contra la pornografía infan- utilizan, y no para el aumento de problemas
til2 en uno de sus estudios realizado con- de tipo psicológico y de adaptación a la so-
juntamente con “PROTÉGELES” sobre “se- ciedad.
guridad Infantil y costumbres de los meno- Internet se introduce poco a poco en
res en Internet”, resalta que sólo uno de nuestra vida, y las previsiones es que su
cada tres de los menores que utilizan habi- presencia sea cada día mayor. Por eso es
tualmente Internet, tiene como objetivo necesario que nos anticipemos y aprenda-
principal la búsqueda de información. La mos lo máximo posible sobre cómo Internet
mayor parte, un 66%, lo concibe como una puede tener un impacto negativo en nuestro
herramienta de ocio; un 36% se conecta bienestar psicológico, no sólo desde el pun-
fundamentalmente para chatear, otro 17% to de vista de la adicción, sino también de
para jugar y finalmente otro 13% para bus los cambios personales y sociales, que pue-
car música. de traernos la llegada del mundo virtual.

2
http:/ www. asociación-acpi.org.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Ciberadicción: Los riesgos de Internet 295

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296 Mª Consuelo Llinares Pellicer y Mercé Lloret Boronat

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Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 297

PSICOLOGÍA CLÍNICA: CONTENIDOS Y APLICACIONES

ÁNGEL IZQUIERDO MARTÍNEZ1


ÁNGELES IZQUIERDO DOPF

RESUMEN

El artículo expone algunas de las bases de la Psicología Clínica, que pueden alla-
nar el camino para su estudio y aplicación y entrelaza sus elementos constitutivos, sus
funciones y sus corrientes terapéuticas, para aclarar al profesional las distintas eta-
pas en su formación y la toma de decisiones en su trabajo. Antes de establecer un
marco general de la Psicología Clínica, se mencionan las aportaciones de algunas
disciplinas psicológicas. Las funciones diagnóstica, asesora, pericial y terapéutica,
junto con varios principios decisorios en la intervención, constituyen el punto de
arranque de la labor del psicólogo clínico. La elección de los métodos terapéuticos se
ve favorecida por la enumeración y exposición de un gran número de terapias con-
trastadas que se organizan en seis grandes grupos fundamentales: terapias de orien-
tación corporal, cognitiva, expresiva, resolutiva, conductual y grupal. El artículo re-
salta la importancia de la indicación y del pronóstico, como guía de la actividad del
terapeuta. Los autores, a su vez, tratan de encuadrar los contenidos y procesos ex-
puestos dentro de un modelo propio, basado en los procesos psicológicos más decisi-
vos, para el desarrollo de la persona.
Palabras clave: Psicología Clínica, funciones clínicas, métodos psicoterapéuticos,
grupos de terapias, indicación, formación y actividad del psicólogo clínico.

CLINICAL PSYCHOLOGY: CONTENTS AND APPLICATIONS

ABSTRACT

The article exposes some of the bases of Clinical Psychology, that can smooth the
way for their study and application and interlaces their constituent elements, thera-
peutic functions and currents for clarifying to the professional the different stages in
their formation and the decision-making in their work. Before establishing a general
frame of Clinical Psychology, the contributions of some psychological disciplines are
mentioned.
The diagnostic, adviser, expert and therapeutic functions, along with several deci-
sion-making principles in the intervention, constitute the starting point of the work of
the clinical psychologist. Selecting the therapeutic methods is favored by enumerating
and exhibiting a great number of resisted therapies that are organized in six great fun-
damental groups: therapies of corporal, mental, expressive, decisive, behavioural and
group direction. The article emphasizes the importance of the indication and the prog-
nosis, as a guide of the therapist’s activity. At the same time, the authors try to fit th
contents and processes exhibited within an own model, based on the more decisive psy-
chological processes for the person’s development.
Key words: Clinical psychology, clinical functions, psychotherapeutic methods,
groups of therapies, indication, formation and activity of the clinical psychologist .

1
Angel Izquierdo Martínez. Doctor en Psicología. Universidad Complutense de Madrid. E-mail: aizquier@.edu.ucm.es
Angeles Izquierdo Dopf. Licenciada en Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. E-mail: angeles.izquierdo@gmail.com

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


298 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

PSYCHOLOGIE CLINIQUE: CONTENUS ET APPLICATIONS

RÉSUMÉ

L´article expose quelques bases sur la Psychologie Clinique,qui peuvent déblayer le


terrain pour leur étude et leur application et relie leurs élements, leurs fonctions et leurs
courants thérapeutiques et clarifie aux professionels sur les diverses étapes de leur for
mation et les décisions quant à leur travail Avant d´établir un cadre général sur la Psy-
chologie Clinique, des apportations de certaines disciplines psycholochiques sont nom-
mées. Les fonctions diagnostiques, conseillères, expertises et thérapeutiques auprès de
certaines décisions de l´intervention constituent le point principal du travail du psycho-
logue clinique. L´élection des méthodes thérapeutiques est appuyée par l´énumeration
et et l´ exhibition d´un grand nombre de thérapies contractées qui ont été organisées en
six grands groupes: thérapies corporelles,mentales, expressives, décisives, de la conduite
et du groupe. L´article remarque l´importance de l´indication et du pronostic, comme
guide de l´activité du thérapeute. Les auteurs, à la fois, essaient d´encadrer les contenus
et processus exposés dans un modèle propre fondé sur le processus psychologique le plus
décisif pour le développement de la personne.
Mots clé: Psychologie Clinique, fonctions cliniques, méthodes psychothérapeuti-
ques, groupes de therapies, indication, formation et activité du psychologue clinique.

A lo largo de los años setenta del siglo je, que han dado pie a una terapia autóc-
pasado, la Psicología Clínica (PC) experi- tona: la terapia de conducta.
mentó un auge vertiginoso, colocándose El Psicodiágnostico clínico, a su vez, ha
casi a la cabeza del resto de disciplinas de avanzado, desde la elaboración de un mar-
la Psicología Aplicada. co general de la personalidad, hasta el es-
El motivo de este cambio acelerado po- tudio psicopatológico o neuropsicológico de
dría deberse a la necesidad perentoria de la misma.
solucionar unas difíciles condiciones de vi- La Psicología del Desarrollo ofrece a la PC
da, a la pérdida de unos valores tradicio- las normas y valores de las conductas y ren-
nales, al aumento de los trastornos psíqui- dimientos esperados, a lo largo de las distin-
cos propios de una rápida evolución social tas fases vitales. Tales normas son de gran
y personal o simplemente a la mejora en la importancia para aconsejar a padres, niños o
oferta de terapias psicológicas. De ahí, que adultos, en relación con las medidas psicohi-
todo cuanto se diga en adelante, sólo será giénicas o sociales que deben tomarse. La
un mero intento de desbrozar y esclarecer valoración de la biografía individual y de sus
un campo cada día más extenso. desviaciones psicosociales ayuda, por su par-
La PC ha ido desarrollando su propio te, a la buena planificación de la terapia
campo sobre la base de las aportaciones La PC se ve enriquecida, asimismo, con
de las restantes disciplinas psicológicas. la Psicología de la Personalidad , a través
La Psicología General le aporta su me- de sus modelos explicativos de la cons-
todología y su amplio espectro diagnóstico, trucción de la personalidad presente y de
desde el examen de las funciones del sis- sus correspondientes factores determinan-
tema nervioso central, hasta los más mo- tes, tanto endógenos, como ambientales.
dernos tests estandarizados. También le Sólo habría que pensar, por ejemplo, en las
aporta, por ejemplo, sus innumerables ex- dimensiones de Cattell y Eysenck sobre la
perimentos en la psicología del aprendiza- personalidad sana y enferma.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 299

La Psicología Diferencial , que podría En el centro del modelo se encuentra el


considerarse como una rama de la anterior, trastorno psíquico . No existe consenso al-
analiza para la PC las características de los guno que nos indique, cuándo y a partir de
distintos grupos de personalidad. Un mag- qué grado o nivel una persona puede ser
nífico ejemplo de ello serían las investiga descrita como sana o enferma. Los sabios
ciones sobre las diferencias de sexos, ba- intentan acercarse a esa descripción desde
se de la práctica terapéutica con las pare- tres aspectos: a) desde la media estadísti-
jas y del tratamiento de los trastornos ca (estar sano o enfermo se corresponde-
sexuales. ría con la media de una población con esas
La Psicología Social de los grupos trans- características); b) desde la norma médica
mite las suficientes hipótesis de trabajo pa (sano sería lo que funciona correctamente);
ra las distintas formas de terapia grupal y c) desde la norma cultural (sano sería lo
para la organización de grupos, por ejem- que está aceptado por la sociedad y adap-
plo, en los hospitales o instituciones. tado a sus reglas). Ni siquiera una combi-
La Sociología de la familia, por último, nación de las tres normas podría indicarnos
suministra datos valiosos para la terapia y con seguridad, cuándo una persona es
el consejo. “normal”; únicamente las grandes desvia-
Todas estas y otras muchas aportacio- ciones pueden ser detectadas con algo de
nes hacen que la PC, junto con sus propias claridad.
investigaciones, se haya convertido en un Muy unido al problema de la “normali-
instrumento científico moderno y dinámico dad” está el problema de la denominación,
con modelos y teorías muy ambiciosas y clasificación y delimitación de los propio
una extensa aplicabilidad empírica. trastornos psíquicos y de sus síntomas.
Tres de los más importantes diagnósticos a
los que debe enfrentarse el psicólogo clíni-
MARCO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA co son: 1) las lesiones orgánicas del cere-
bro, con el consiguiente retraso mental o
Para poder encuadrar de alguna manera evolutivo; 2) las neurosis, como trastornos
los elementos constitutivos de la PC, estos de la personalidad, mental o ambiental-
podrían relacionarse, según el siguiente mente condicionados; 3) las psicosis, como
modelo básico: trastornos graves de la actividad mental o
de la vivencia experiencial. Cualquier sub-
clasificación de estos trastornos tropieza
con serias críticas, porque apenas existe
una clara independencia de cada uno de
los síntomas y eso conduce, a su vez, a
una escasa relación entre el diagnóstico de
cualquier categoría sintomática y su co-
rrespondiente plan de tratamiento.
De ahí, el gran interés para que el diag-
nóstico no se convierta en una etiqueta, si-
no en un intento serio de comprender la na-
turaleza de cada síntoma o trastorno, para
construir un buen plan terapéutico. Ésta es
una de las primeras obligaciones de todo
psicólogo clínico, sea cual fuere el trans-
Figura 1: Elementos constitutivos fondo de su formación teórica o su afilia
de la Psicología Clínica. ción terapéutica: conocer la personalidad y

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


300 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

la “psicología” del cliente. Cuanto más “co- En el vértice del triángulo con líneas dis-
nozca” el terapeuta a su cliente, mejor po- continuas del modelo, se sitúa la preven-
drá acercarse a su problemática. Conviene, ción. La PC pecaría de parcialidad, si sólo
sin embargo, tener en cuenta que no todas se dedicara a las terapias individuales o
las corrientes terapéuticas muestran el mis- grupales. También la población, en gene-
mo interés por el conocimiento del cliente. ral, debe ser considerada como uno de sus
También es necesario anotar que no sólo temas primordiales, no en el sentido de “te-
conviene advertir las desviaciones negati- rapia”, sino de “trabajo profiláctico”. Est
vas del cliente, sino también los ámbitos in- sucede en forma de discusión o de conse-
tactos de su personalidad. jo con padres, alumnos, etc., o también,
En el diagnóstico hay que partir, a su por ejemplo, en la educación sexual, com-
vez, del hecho de que los trastornos psí- pensatoria, etc… Este “trabajo profiláctico
quicos sólo pueden entenderse, dentro del es todavía escaso, si se tiene en cuenta
entorno del cliente. En él se incluyen, tan- que resulta mucho más económico, dado el
to las personas de su círculo más íntimo extenso círculo de personas al que puede
(pareja, padres, etc…), como otros grupos llegar.
en los que el cliente participa (lugar de tra- Por último, quedan los dos polos mági-
bajo, etc…). En algún momento dado, tam- cos: el cliente y el terapeuta. La buena y
bién tendrán que ser incluidas las expecta- sana interacción entre ambos será la base
tivas y exigencias sociales, dependiendo de todo el proceso terapéutico. Para ello, el
de su necesidad de aceptarlas (por ejem- terapeuta deberá dominar la técnica de la
plo, adaptarse a un puesto de trabajo) o de entrevista y poner en práctica los principios
excluirlas, aceptándose a sí mismo (por de la comunicación, tanto verbal, como no-
ejemplo, en la homosexualidad). Por tanto, verbal, acomodándose a los niveles de ex-
el diagnóstico y la terapia nunca deben in- presión del cliente. Referente a la interac-
terpretarse independientemente de su en- ción terapeuta-cliente y al proceso terapéu-
torno. tico, existe la discusión de si el terapeuta
El apartado más extenso de la PC lo ha de ser directivo o, por el contrario, no-
constituyen las terapias. El psicólogo clíni- directivo. Esta difícil cuestión no sólo de-
co tiene la tarea de ayudar a las personas penderá de la terapia aplicada, sino tam-
en la solución de sus dificultades y confli bién de la personalidad del propio terapeu-
tos. Esto sucede tras el análisis exacto de ta. Al fin y al cabo, el terapeuta, además d
la cantidad y tipo de dificultades, de acuer ser un “técnico” en la materia, sigue siendo
do con los distintos métodos diagnósticos y una “persona” con sus características típi-
la acertada aplicación de las técnicas tera- cas, que en un momento dado de la tera-
péuticas o la necesaria derivación a las ins- pia pueden influir tanto o más que los mis
tituciones sanitarias pertinentes. mos métodos que emplea.
¿Sería suficiente un solo tipo de terapi
para todos estos menesteres? Algunos de-
fensores de alguna corriente terapéutica FUNCIONES DEL PSICÓLOGO CLÍNICO
concreta contestarían afirmativamente. Pe
ro a medida que aumenta la experiencia Función diagnóstica
del psicoterapeuta, más se acomoda éste a
cada cliente en particular y más amplía sus La mayor parte de los psicólogos clínicos
métodos. En principio, sería bueno que el emplean gran espacio de su tiempo en la
terapeuta tuviera amplios conocimientos, al labor diagnóstica, a la que se llega por dis-
menos, de algunas de las terapias consi- tintos caminos y, entre otros, por la anam-
deradas por los expertos como básicas. nesis, los tests y el análisis conductual. To-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 301

dos los caminos acaban confluyendo en lo trar la proporción, la intensidad, el proceso,


procesos de toma de decisiones . la situación, es decir, las características es-
La anamnesis intenta conocer lo mejor pecíficas de la conducta que debe cambiar
posible al cliente, antes de la terapia. En la Este estilo de diagnóstico está más cer-
anamnesis somática, se toman, de un lado, ca de un terapeuta de conducta, que de un
datos generales que van, desde los datos psicoanalista. El análisis suele ordenarse
personales, hasta el historial concreto del en tres etapas sucesivas: 1) análisis de la
cliente (enfermedades pasadas, estado ac- conducta sintomática (análisis de cada uno
tual de salud, sueño, etc…) y, de otro lado, de los síntomas y de su interrelación), 2)
datos particulares, relativos a los síntomas análisis de las metas (análisis de los con-
y sus causas. En la anamnesis sociológica, dicionamientos actuales y del marco de la
se pregunta por la familia, el oficio, la vi conducta, junto con la elección de los prin-
vienda, etc… Con frecuencia, es más rele- cipios terapéuticos), 3) planificación de l
vante, en este aspecto, la manera que tie- terapia (propuesta de medidas concretas,
ne el cliente de vivir todo ello, que los pro- control de su aplicación y métodos para su
pios datos en sí. La anamnesis biográfic evaluación y seguimiento). El psicólogo clí-
es más abierta y con ello más subjetiva; se nico, como puede suponerse, se muestra
emplea mucho en relación con los niños, y activo en todo este proceso.
los padres suelen ser los encargados de Toda la labor diagnóstica desemboca en
proporcionar los datos. una toma de decisiones sobre la amplitud
Los tests son instrumentos de medida del trastorno y su consistencia o modifica
bastante manejables, con una aplicación bilidad, sobre la elección del método tera-
muy diversa. Entre los bloques más signifi péutico, sobre el transcurso de la terapia,
cativos, a los que se asocia su diagnostico, etc… La decisión sobre la recogida de da-
pueden distinguirse: las funciones y capa- tos, que puede considerarse ya como par-
cidades psíquicas o psicofísicas (funciones te del proceso terapéutico, está precedida
sensoriales, motoras, coordinación, fatiga, de otras decisiones anteriores; por ejemplo,
concentración, capacidad intelectual, per- de la pertenencia a una corriente terapéu-
cepción, etc…), las propiedades y estructu- tica concreta, que obliga a un tipo particu-
ras de la personalidad (correlatos psico-fi lar de diagnóstico, o de las experiencias
siológicos, cuestionarios de personalidad, personales del psicólogo clínico, durante su
tests proyectivos, etc…) y génesis de los formación universitaria o posterior.
distintos conflictos y trastorno (tests temá- Cada psicólogo clínico mantiene, a su
ticos, frustración, dibujo y juego libres, vez, sus preferencias en la explicación de
etc…). Los tests adquieren connotaciones las causas, de acuerdo con su modelo te-
distintas, según sea su campo de aplica- rapéutico, y actúa, asimismo, según sus
ción. Un test de inteligencia, por ejemplo, acostumbradas estructuras mentales (men-
tenderá a medir el rendimiento escolar en talidad), con el peligro de establecer un
un colegio, los trastornos de pensamiento prejuicio, en lugar de emitir un juicio. La
en una clínica psiquiátrica o el proceso de función diagnóstica debe entenderse, pues,
recuperación mental en un centro de reha- como una ayuda en las decisiones a tomar.
bilitación. La clase y la amplitud del diagnóstico esta-
El análisis conductual intenta extraer de rán dependiendo de la necesidad y carac-
entre toda la variedad de conductas del terísticas de los tratamientos. A veces, la
cliente aquellos momentos que proporcio- enorme cantidad de tiempo dedicada al
nan la imagen más exacta de su conducta diagnóstico en muchas instituciones ape-
problemática. No se trata de aclarar la es- nas se corresponde con las escasas posi-
tructura de la personalidad, sino de regis- bilidades terapéuticas que pueden ofrecer.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


302 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

Función asesora El consejo puede orientarse hacia los


síntomas o hacia las personas y suele tra-
Esta actividad no puede separarse en el tar los problemas presentes y actuales. El
fondo de las funciones diagnóstica y tera- método es, más bien, individual y sus me-
péutica. Podría decirse que es el lazo de tas son también más individuales que so-
unión entre ambas. Una de las tareas pri- ciales. No obstante, existen grupos o insti-
mordiales del consejo es la de informar con tuciones (centros juveniles, asistencia so-
claridad al cliente sobre los resultados de cial, pisos de acogida, etc…) que atienden
los análisis. Esta información adquiere, a la a pacientes potenciales (excarcelados, dro-
vez, un carácter terapéutico. gadictos, familias problemáticas, etc…). El
El consejo puede dirigirse directamente al consejo se entendería, en estos casos, co-
interlocutor (pareja, interés profesional, etc…) mo una vivencia compartida con esos pa-
o estar pensado para una tercera persona cientes potenciales y la elaboración común
(educación, escuela, etc…). El consejo se co- de la problemática correspondiente. El psi-
rresponde, por lo general, con una situación cólogo clínico ampliaría así los ámbitos tra-
limitada en el tiempo. El tratamiento, por el dicionales de su trabajo, adquiriendo cierta
contrario, adquiere un carácter de proceso. influencia sociopolítica
En el consejo, se recomiendan conductas
concretas. En la psicoterapia, se intenta cam- Función pericial
biar las motivaciones. Como es lógico, la de-
cisión de aceptar o rechazar el consejo que- El psicólogo clínico adopta cada día más
da en manos del cliente. De ahí, la importan- una función pericial . Se le reclama, por
cia de que este disponga de libertad sufi ejemplo, para la elaboración de dictámenes
ciente, para una colaboración activa en la so- forenses, para cuestiones de asilo, para es-
lución de sus problemas. Un psicólogo auto- tablecer el derecho de custodia o de visitas
ritario que critica al cliente y le corta la pala- de los hijos de padres separados o divor-
bra o que intenta convencerle por todos los ciados, etc. Este trabajo va acompañado
medios de sus propias ideas acaba por con- de no pocos problemas.
vertirse en un obstáculo para el cliente. Ase- El psicólogo clínico que trabaja como pe-
sor y cliente deben, más bien, elaborar en co- rito debe cuidar su independencia. Su tarea
mún las posibilidades y circunstancias de un no se centra, por lo general, en aclarar los
cambio positivo de conducta. hechos y contenidos o en aportar nuevas
Otro punto central de la situación asesora pruebas. El psicólogo está, más bien, obli-
es la discusión de las medidas que deben to- gado a descubrir las relaciones y condicio-
marse, que pueden abarcar desde el control namientos psicológicos y sociales. Los diá-
de una conducta concreta, hasta la conve- logos, de suyo, no van dirigidos a buscar
niencia de un internamiento. En este aspec- directamente la verdad de los hechos, sino
to, la PC lucha siempre entre las conclusio- a conocer mejor la personalidad, la motiva-
nes obligadas, derivadas del diagnóstico, y ción o el criterio de las personas en cues-
las posibilidades reales de tratamiento o re- tión. Podría decirse, en pocas palabras,
habilitación. Por ejemplo, un joven conflictiv que el psicólogo como perito no debe aten-
debería ser internado, según el diagnóstico, der tanto al qué, sino al cómo.
en una institución pedagógico-psicoterapéu- La objetividad, como es natural, es la base
tica, pero, en la práctica, es fácil que acabe de todo el trabajo pericial. La actitud propia
en la cárcel. La fantasía, la iniciativa propia, del psicólogo ante un delincuente, un violador,
la constancia y la resistencia serían algunas un testigo menor de edad o una víctima de
de las cualidades del buen psicólogo clínico malos tratos puede entorpecer el curso de la
para semejantes situaciones. exploración y suscitar graves desconfianzas

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 303

difíciles de desmontar. Para poder salvar si- ral, mientras se trabaja y con gran sacrifici
tuaciones complicadas o enquistadas, quizá personal y hasta económico (por ejemplo, la
fuera conveniente actuar desde el inicio de formación, como psicoanalista podría durar
cada caso o de cada investigación. cinco años o más). Después, y esto es un
El psicólogo puede verse influido, asi nuevo dilema, deberá poner en práctica po-
mismo, por la lectura del material elabora- co a poco sus conocimientos, sin estar se-
do o por las actas, con peligro de sucum- guro de sus capacidades y sin poder elegir
bir al efecto-halo. Podría identificarse, bie a sus clientes muchas veces (ver Tabla 2).
con la institución, o bien con la persona es- Uno de los problemas centrales de cual-
tudiada. De todas formas, siempre será di- quier psicoterapia es establer sus metas.
fícil alcanzar la neutralidad ideal, abste- Todos los síntomas tienen un historial en el
niéndose de cualquier tipo de influencia cliente que lucha consigo mismo y sus ne-
salvando las innegables limitaciones. No cesidades por un lado y, por otro, con las
obstante, el psicólogo clínico siempre de- exigencias de su entorno (familia y socie-
berá mostrar la suficiente prudencia par dad). ¿En qué aspecto o momento evoluti-
contrastar sus hipótesis y nunca se aven- vo se debe intervenir? Ante todo, el psicó-
turará a pisar terrenos que no le son del to- logo clínico tratará de librar al cliente de su
do propios, como pudiera suceder con gran sufrimiento inmediato, bien sea objetivo, o
parte de las exploraciones psicopatológicas subjetivo. Pero luego, ¿deberá llegar al fon-
pertenecientes a la labor del psiquíatra. do del problema? ¿Será suficiente con mo
dificar los condicionantes de la vida del
Función terapéutica cliente? ¿Cuándo puede decirse que el
cliente ha adquirido su autocontrol suficien
Dentro de la psicoterapia, se encuadra te? Sólo la experiencia del psicólogo clíni-
un amplísimo grupo de métodos, puesto en co puede ir determinando los niveles, más
práctica por médicos, psicólogos, trabajado- o menos profundos, a los que debe llegar
res sociales y educadores. Los campos de su función terapéutica.
actuación terapéutica se diferencian entre De suyo, la personalidad del cliente y su
sí, de acuerdo con los distintos objetivos del sintomatología deberían marcar el tipo de
tratamiento y sus correspondientes méto- psicoterapia que debe aplicarse en cada
dos. Así, por ejemplo, los médicos tratarán caso, pero lo típico suele ser que la mayo-
trastornos psíquicos o físicos, cercanos a la ría de los psicoterapeutas comiencen a tra-
enfermedad; los trabajadores sociales aten- bajar con una terapia concreta, por la que
derán a las diversas dificultades de adapta sienten una especial inclinación. Con el pa-
ción social; los pedagogos resolverán los so del tiempo, van recogiendo nuevas téc-
problemas de niños y jóvenes y los psicólo- nicas de otras corrientes terapéuticas, has-
gos actuarán en uno u otro campo, depen- ta ir alcanzando una “integración personal”
diendo de su actividad o especialidad. Unos de los posibles tratamientos (ver Figura 2 y
y otros tratarán de mantener en la persona Tabla 2). La práctica se adelanta así a la
un equilibrio físico, psíquico y socio-cultural. teoría científica, que apenas dispone de
El gran dilema de la psicoterapia comien- “modelos terapéuticos integrados”.
za por el hecho de que el psicólogo clínico Ante tal cúmulo de psicoterapias, tan difí-
no ha adquirido la suficiente formación, par ciles de catalogar (ver Tabla 1), cabe pre-
llevar a cabo cualquier tipo de tratamiento. guntarse por los factores comunes que posi-
Por otro lado, tampoco suele satisfacerle con bilitan la eficacia de todas y cada una d
el tiempo la simple actividad diagnóstica y, ellas. Muchos autores enumeran como factor
quiera o no, deberá estudiar diversas técni- central la buena relación terapeuta – cliente.
cas terapéuticas. Esto se hace, por lo gene- Otras variables intervinientes se refieren a la

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


304 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

expectativas de éxito, a la activación emocio- Principio de la motivación. La persona se


nal o a las características de los reaprendi- guía por intenciones y metas y, si las ve
zajes. Sean cuales fueren estos factores, no claras, se dejará llevar por ellas. La psico-
cabe duda de que existen algunos principios terapia puede obrar antagónicamente in-
generales con gran influjo en las terapias y yectándole “ánimos” o “temores”, como in-
entre ellos, los siguientes (ver Figura 2): tentan las llamadas terapias asertivas de
Principio de la somatización . Cuerpo y una parte o las confrontativas de otra. El
alma son una unidad y dos caminos regios cliente aprenderá así a rechazar unas me-
en la terapia. Actuando sobre el cuerpo (te- tas y aceptar otras.
rapias corporales, motóricas, etc…), pue- Principio del condicionamiento . La vida
den mejorarse los estados psíquicos y con es un continuo aprendizaje. La terapia, so-
las estimulaciones psíquicas (terapias su- bre todo la terapia de conducta se encar-
gestivas) se puede influir sobre el cuerpo gará de modificar los “condicionamientos
Principio del reconocimiento . Toda per- que rigen las conductas. El cliente unas ve-
sona almacena un sinfín de conocimientos ces aprenderá conductas nuevas y otras
que la terapia ayuda a reconocer y emple- “desaprenderá” las falsas.
ar de nuevo. El psicoanálisis, ayuda, por Principio de la comunalidad . La socie-
ejemplo, a reconocer las energías incons- dad, por su propia naturaleza, influye po
cientes. Por otro lado, las terapias cogniti- derosamente en el individuo. Las psicote-
vas se esfuerzan en redefinir las “falsas rapias grupales aprovechan este hecho,
cogniciones. El cliente, por tanto, no solo bien para “acoplar” al sujeto a la sociedad,
debe “conocer” su problema, sino “recono- o bien para “resaltar” su individualidad fren-
cer” también que le pertenece. te a la misma.
Principio de la mutación . La experiencia Estos seis principios de influencia tera
cambia a la persona y la psicoterapia pro- péutica (con sus dos vertientes) actúan en
duce nuevas experiencias. El cliente, por innumerables combinaciones, a través tam-
un lado, puede “sentirse él mismo”, porque bién de numerosas técnicas. Tomados en
se expresa y se libera de un peso interior su conjunto, formarían la base de todo pro-
(catarsis) y, por otro, “experimentarse”, por- ceso terapéutico. A continuación, hablare-
que acepta como suyos elementos exter- mos de algunos grupos de terapias que, en
nos poco considerados por él hasta el mo- buena manera, irían en paralelo con los
mento (internalización). principios expuestos.

Tabla 1: Métodos psicoterapéuticos en Psicología Clínica (con un autor principal).

Terapias de orientación corporal Terapias de orientación cognitiva

Biofeedback Stoyva Análisis existencial Biswanger


Bioenergética Lowen Amicoterapia Mitchell
Aguaenergética Bindrim Aprendizaje adaptativo Gottwald
Fisioterapia Cordes Experiential focusing Gendlin
Eutonia Alexande Análisis caracterial Reich
Orgonterapia Reich Gestalt Perls
Recall-Therapy Kagan Logoterapia Frankl
Terapia motórica Heyer Racional-emotiva Ellis

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 305

Psicofarmacoterapia Janke Terapia existencial May


Rolfin Rolf Stop de pensamientos Bain
Tai Chi Chuan Fu Mao Kun Reatribución Goldfried
Método Feldenkrais Feldenkrais Terapia eidética Sheik
Terapia respiratoria Middendorf Terapia situacional v.Weizsäcker
Técnica Alexander Alexander Terapia del entorno Werner
Terapia no-directiva Rogers
Terapia cognitiva Beck
Terapia filia Guerney
Training emocional Izard
Terapia primaria Janov

Terapias de orientación sugestiva Terapias de orientación psicodinámica

Entrenamiento autógeno Schultz Psicoanálisis Freud


Relajación progresiva Jacobson Psicoterapia compleja Jung
Relajación activa Faust Psicoterapia individual Adler
Hipnosis Erickson Neoanálisis Schultz-Henke
Terapia de autoridad Stransky Escuela de Viena Frankl
Terapia provocativa Farrelly Escuela de Chicago Kohut
Social-influence-therap Gillis Análisis del yo Erickson
Terapia del sueño Klaesi Medicina psicosomática Alexander
Psicoterapia racional Dubois Antipsiquiatria Laing
Programación Neuro- Interacción centrada
Lingüística Bandler en el tema Cohn
Placebo Fish Psicoterapia dinámica Dührssen
Meditación transcendental Maharishi Terapia focal Malan
Meditación iniciática Dürckheim Psicodrama Moreno
Meditación natural Tilman Autoanálisis Horney
Meditación Zen Massa Psicoanálisis humanista Fromm
Hatha-Yoga Yesudian Terapia familiar analítica Richter

Terapias de orientación conductual Terapias de orientación comunicacional

Terapia de conducta Eysenck Análisis transacional Berne


Condicionamiento operante Skinner Interacción ritual Bach
Desensibilización sistemática Wolpe Intención paradójica Bateson
Modelamiento Bandura Terapia comunicacional Watzlawick
Terapia aversiva Jones Terapia comunicacional
Práctica negativa Dunlop breve Jackson
Aprendizaje incompatible Hart Skriptanalysis English
Autocontrol Kanfer
Fixed-role-therapy Nelly
Condicionamiento encubierto Cautela Terapias de orientación resolutiva
Inhibición reactiva Malleson
Terapia de implosión Stampf Counseling Levis
Flooding Marks Sensitivity Training Däumling
Entrenamiento asertivo Salter Terapia ocupacional Simon

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306 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

Contratos Ferster Solución de problemas D`Zurilla


Manejo de crisis Greenstone Training creativo Torrance
Terapia de conducta Training maratoniano Shepard
intermediaria Arnold Orientación pedagógica Bommert
Terapia multimodal Lazarus Educación holística Schutz
Inoculación de estrés Sprafkin Terapia expresiva Schwung
Agresión creativa Bach Terapia de la identidad Veel Reu
Biblioterapia conductual Glasgow Caracterologia Künkel
Aprendizaje estructurado Goldstein
Autoinstrucción Meichenbaum
Terapia de esquemas Young
Terapia de Aceptación
y Compromiso Hayes
Terapia Cognitiva
Interpersonal Safran
Mindfulness Kabat-Zinn
Psicoterapia Analítica
Funcional Kohlenberg
Terapia Dialéctica Conductual Linehan

Terapias de orientación integrativa Terapias especiales

Terapia humanista Bühler Musicoterapia Teirich


Psicoterapia ecléctica Thorne Terapia grupal Bradford
Psicoterapia integrativa Petzold Terapia de pareja Stuart
Psicosíntesis Assagioli Terapia familiar Ackerman
Psicoterapia diferencial Quekelberghe Terapia feminista Lerman
Terapia experiencial Emory Terapia social Wronsky
Terapia actualizante Shostrom Stressmanagement Olson
Terapia de constructo Nelly Terapia de juego Axline
Psicoterapia funcional Hart Terapia sexual Masters
Eubiotica Kanders Terapia de alcoholicos Harsch
Terapia de la realidad Glasser Grupos Balint Balint
Terapia familiar múltiple Laqueur Terapia breve Barten
Análisis diferenciativo Peseschkian Autodirección Förster
Terapia sistémica estructural Minuchin Intervención
Terapia sistémica Palazzoli gerontológica Lehr
Terapia del entorno Cumming
Psicoterapia
estacionaria Beese
Eye Movement
(EMDR) Shapiro
Hakomi Kurtz
Psicoterapia positiva Seligman
Terapia transpersonal Maslow
Self Relationship Guilligan
Terapia de la esperanza Snyder

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Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 307

GRUPOS DE TERAPIAS tradicciones que muestra entre lo que dice


y su tono de voz, la expresión de sus ojos,
Terapias de orientación corporal su postura corporal o su mímica. Luego pi-
de al cliente que exprese solamente lo que
En contraposición a otras muchas terapias su cuerpo le comunica. Para ello, le ayuda
que intentan llegar al mundo interior del con una presión, a veces suave y otras
cliente a través del diálogo y la conversación, fuerte, sobre las zonas tensas. Llegado el
las terapias corporales gozan de una gran in- caso, podría obligar al cliente a adquirir una
mediatez, porque es el mismo cuerpo el que posición corporal forzada (“posición de es-
se “expresa” y “dialoga”. Las reacciones cor- trés”), para que, con el dolor, surjan las ten-
porales pueden explicar así la propia historia siones latentes. La bioenergética parece in-
del sujeto o pueden ser integradas en su vi- dicada para los trastornos psicosomáticos y
da diaria. Por ejemplo, con ejercicios corpo- las reacciones depresivas.
rales, tales como el yoga, la relajación fun- En 1940, Gerda Alexander fundaba en
cional antes de dormir o los ejercicios de Tai- Copenhague su escuela de eutonia, para la
chi durante las pausas en el trabajo. educación del ritmo corporal (Alexander,
Las terapias respiratorias cuidan y re- 1992). El niño pequeño se mueve armo-
fuerzan el ritmo de la respiración, consi- niosamente como los animales, pero con la
guiendo que el cliente se encuentre consi- disciplina y la sobrevaloración de su adap-
go mismo y con sus tensiones y reaccio- tación cognitiva va perdiendo con el tiempo
nes. El terapeuta, presionando con sus ma- esa armonía. Ejercitando la percepción cor-
nos o deslizándolas sobre las zonas ten- poral, se pueden unificar la realidad y l
sas, favorece una respiración más cons- imagen que todos tenemos del propio cuer-
ciente y equilibrada. po, armonizándonos.
Muy emparentado con estas técnicas, se El método de Moshe Feldenkrais traba-
halla el entrenamiento autógeno . Su autor, ja, al contrario que la eutonia, con instruc-
Johannes Heinrich Schultz (Schultz, 1959), ciones directas (Feldenkrais, 1992, 1995).
observó que sus pacientes, al ser hipnoti- El paciente debe realizar cada vez más
zados, hacían referencia una y otra vez a conscientemente un movimiento, hasta que
las sensaciones de pesadez y calor. Esto consigue un ejercicio óptimo. La meta se
le dió la idea de sugerir él mismo esas sen- cifra en la economía de movimientos, que
saciones, para conseguir así (por el cami- deben realizarse con el mínimo esfuerzo.
no opuesto) la relajación propia de una hip- Este método, de suyo, pertenecería más al
nosis suave, a través de seis pasos: ejerci- campo de la rehabilitación que al de la psi-
cios de pesadez, de calor, de ritmo cardía- coterapia.
co, de respiración y de sensaciones en el Un ejemplo del empleo de aparataje en
estómago (flexo solar) y en la cabeza terapia corporal es el biofeedback. El apa-
Una relajación de gran aplicación y más rato registra eléctricamente el grado de ten-
activa es la relajación muscular progresiva sión (EMG, tono muscular) del cuerpo, lo
de Edmund Jacobson (Jacobson, 1974). potencia, lo filtra, lo integra y lo devuelve a
La bioenergética, fundada por Wilhelm cliente, a través de los auriculares con se-
Reich (Reich, 1993, 1995) y más desarro- ñales acústicas y/o también con señales vi-
llada por su discípulo Alexander Lowen suales. El cliente recibe ese nivel de la se-
(Lowen, 1980, 1988, 1995), parte de la idea ñal y debe aprender a modificarla, relaján
básica de que toda represión produce una dose cada vez más. Es como una “prótesis
tensión muscular y un bloqueo del fluir d electrónica”, para conseguir la deseada re-
la fuerza vital (bioenergía). El terapeuta lajación (Labrador y Vallejo, 1993; Schwart
bionergético observa en el cliente las con- & Andrasik, 2003).

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308 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

Muchos terapeutas con formación psico- entrena al cliente, para que cambie su pen-
analista o conductista, por ejemplo, inte- samiento. El terapeuta parte para ello del
gran en sus tratamientos algún tipo de te- hecho de que el depresivo atraviesa un “tú-
rapia corporal. El riesgo del “trabajo corpo- nel”, es decir, no ve otras posibilidades y
ral” puede estar en que algunos principian- desconoce soluciones alternativas (Beck y
tes, o también “charlatanes”, inicien con Freeman, 2006).
ello serios procesos, sin la suficiente expe El cambio de los pensamientos automáti-
riencia clínica para llevarlos al buen puerto cos llega por tres vías: en primer lugar, el
de la curación del cliente. cliente debe contrarrestar la sobregenerali-
zación, que consiste, por ejemplo, en cómo
Terapias de orientación cognitiva interpreta como rechazo el que alguien se
olvide de saludarle (análisis lógico); en se-
Ante las muchas posibilidades de actuar, gundo lugar, debe ajustar sus pensamientos
toda persona reacciona, según su propia a la realidad, adquiriendo nuevas informa-
valoración cognitiva de las cosas. Las tera- ciones, constatando, por ejemplo, si la au-
pias cognitivas intentan descubrir los falsos sencia de una llamada telefónica se debe,
mecanismos cognitivos que emplea cada más bien, a un fallo técnico (análisis empíri-
cual en sus problemas diarios, para inten- co); por último, debe integrar las conse-
tar modificarlos. Más que formar una co cuencias previsibles de su conducta en fu-
rriente psicoterapéutica estructurada, estas turas actuaciones, viendo, por ejemplo, que
terapias constituyen una serie de técnicas una excesiva timidez no ayudará a futuros
concretas muy dependientes de cada uno contactos sociales (análisis pragmático).
de sus autores fundadores. El terapeuta ayuda, como se ve, a exa-
Un ejemplo sobresaliente es la terapia minar los hechos, a valorarlos con objetivi-
cognitiva de Aaron Temkin Beck, aplicada dad y a proyectarlos en el futuro, consi-
en un principio a pacientes depresivos. Su guiendo una “reatribución” en la vida del
meta fundamental consiste en entrenar a cliente.
los pacientes, para que cambien los pen- Otro ejemplo es la terapia racional-emo-
samientos que sostienen la depresión y su tiva de Albert Ellis (Ellis y Grieger, 1990),
escaso grado de motivación y actividad con su secuencia A-B-C-D-E en la inter-
(Beck, 1983). vención terapéutica. No son los aconteci-
En una primera fase, Beck trabaja con mientos pasados (A) los que provocan
“medidas conductuales”: moviliza al cliente unas consecuencias emocionales (Ce) o
para que haga un listado de sus activida- conductuales (Cc), sino que, más bien, son
des, le planifica horarios o le propone pe los procesos autosugestivos y cognitivos
queñas tareas. Luego, le instruye para que en relación con A los que producen esa
identifique sus pensamientos automáticos consecuencia (C), sobre todo, los procesos
que en el depresivo se convierten, por lo de valoración de ciertos “beliefs” (creen-
general, en valoraciones negativas sobre cias) racionales (Br) y también de los irra-
su entorno, su futuro y su propia persona cionales (Bi). Estos últimos dan paso a los
(triada cognitiva). El terapeuta crea con to- trastornos psíquicos.
do este material una hipótesis que ofrece al En la próxima fase de la discusión (D),
cliente, sin imponérsela. Si la mayoría de el cliente aprende a reconocer las autoin-
los pensamientos, por ejemplo, son de re- doctrinaciones ilógicas y sus falsas creen-
chazo, el terapeuta podrá indicar al cliente, cias, para luego contrarrestarlas con ideas
si se experimenta a sí mismo como un “re- racionales. La fase E tiene como meta el
chazado” y le animará a contrastar esta hi- asentamiento de los efectos emocionales
pótesis en el futuro. Al mismo tiempo, se (Ee) y cognitivos (Ec) de la discusión, por

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 309

medio de una experiencia controlada en el El baile, la danza o la gimnasia tienen


entorno real. La aplicación de esta terapia efectos terapéuticos en su expresión, lo
es, de suyo, multimodal, ya que el propio mismo que la pintura. Un ejemplo de re-
Ellis distingue dentro de ella una terapia gresión expresiva es la terapia del grito pri-
cognitiva, una terapia emocional-evocativa migenio u originario de Arthur Janov (Ja-
y otra conductual (Ellis, 1975). nov, 1975). Las terapias de contacto cor-
Otra terapia cognitiva de gran aceptación poral, por su parte, son muy numerosas y
es el entrenamiento para la autoinstrucción en casos concretos pueden llevar hasta el
de Donald Meichenbaum (Meichenbaum & éxtasis.
Goodman, 1969, 1971), pensado en princi- Partiendo de una base distinta y con al-
pio, para los niños hiperactivos e impulsi- go de audacia, ya que son terapias catalo-
vos. En ella, el cliente aprende a dirigir su gadas, a veces, como cognitivas, podemos
“diálogo interno”, a “hablar antes de ac- mencionar aquí la terapia no -directiva de
tuar”, elaborando así la solución sistemáti- Carl Rogers y la terapia “Gestalt ” de Fritz
ca de sus problemas. Perls.
Las terapias cognitivas se acompañan, Rogers, que empezó denominando a su
con frecuencia, de técnicas “encubiertas” terapia “no-directiva” y más tarde “centrada
–pensamientos, imaginaciones, fantasias–, en el cliente”, propuso en 1957 una serie
como pueden ser el contracondicionamien- de variables suficientes y necesarias par
to encubierto, la sensabilización encubierta, alcanzar un buen efecto terapéutico y su
el stop de pensamientos o el control de “co- gran éxito se debió a su clara elaboración
verants”. El autor de referencia en muchas de algunos principios relativos a cuatro de
de estas técnicas es, sin duda, Joseph R. los elementos centrales de toda buena te-
Cautela (Upper y Cautela, 1983). Tampoco rapia: el terapeuta, el cliente, el proceso y
puede olvidarse la reestructuración cogniti- la meta del tratamiento (Rogers, 1972).
va de Marvin R. Goldfried (Goldfried y Al terapeuta se le exigen tres cualidades
Goldfried, 1987). fundamentales: empatía (el terapeuta ve el
mundo como lo ve el cliente, convirtiéndo-
Terapias de orientación expresiva se en un “reflector” de sus manifestacio
nes), valoración positiva (calor emocional y
Existe una serie de terapias, algo difíci- aceptación y respeto total hacia el cliente)
les de catalogar y de denominar, que tien- y congruencia (conducta íntegra del tera-
den a manifestar la naturaleza de la propia peuta ante el cliente). Al cliente se le exige
persona. Pueden tener su arranque en as- una gran independencia y ser juez de su
pectos corporales o cognitivos y suelen propio proceso terapéutico. Este proceso
conducir a fuertes vivencias y hasta “ex- incluye entre 6-25 sesiones con una dura-
plosiones” emocionales. Desembocan, por ción de 45 minutos cada una. En ellas, el
lo general, en una “vuelta de la persona ha- terapeuta no da consejos, ni interpretacio-
cia sí misma” y en su “catarsis”. Cuando se nes, ni intenta reconstruir el pasado o pla-
trabaja un proceso psíquico con toda in- nificar el futuro. Tan sólo se limita a “refl
tensidad y desde todos sus ángulos, el po- jar” los sentimientos y los transfondos emo-
tencial energético aflora con rapidez, sol cionales de las manifestaciones del cliente
tando amarras y tensiones largamente aceptándolos, aunque sean negativos.
ocultas o ignoradas. Éste es el principio por En cuanto a las metas, puede decirse
el que actúan estas terapias, a través del que se corresponden con la propia idea de
movimiento, la regresión, el contacto o una la corriente humanista a la que pertenece
combinación de estos y otros elementos Rogers: el hombre está marcado por su
expresivos. tendencia a actualizarse y autodesarrollar-

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310 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

se. La meta de la terapia es una “reorien- Esos aspectos, por otra parte, limitan la ac-
tación y reorganización del yo (self)” que tividad del individuo, robándole una ener-
proporcionan al cliente una personalidad en gía, pendiente siempre de las “tareas ina-
pleno funcionamiento. De hecho, el acercar cabadas” (concepto tomado de los experi-
el yo-ideal al yo-real se considera como mentos de Zeigarnik).
uno de los criterios de éxito de la terapia El cliente debe trabajar con sus sensa-
(Rogers, 1978, 1979). ciones y estados corporales actuales, per-
La terapia estaría indicada para conflic maneciendo en el “aquí y ahora” e identifi
tos actuales y crisis emocionales y no se- carse con todo ello. En ejemplo del propio
ría adecuada, por ejemplo, para neurosis Perls, si el cliente sueña siempre con un
de grado medio o severo, ni para trastor- dragón, debe convertirse en ese mismo
nos psicosomáticos. Por otro lado, mantie- dragón, identificándose con él en sus pen
ne unas elevadas exigencias para el tera- samientos y sentimientos. Así, y en diálogo
peuta. Es bastante cuestionable que al- continuo con el dragón, irá reconociendo
guien pueda actuar en todas y cada una de aspectos de su propio yo, que antes no
las sesiones con el mismo alto grado de in- percibía (Perls, 1974).
terés o la misma participación emocional Si no puede negarse que la terapia
en el mundo del cliente. “Gestalt” empalma con el psicoanálisis de
En los años cincuenta del siglo pasado, Freud, al acentuar el significado del sueñ
Fritz Perls, Paul Goodman y Ralph Franklin y del inconsciente, también puede afirmar
Hefferline fundaron la terapia “Gestalt” (tér- se que parte de su técnica emplea la pers-
mino sin traducción exacta al español, que pectiva de la terapia de conducta. La con-
puede entenderse como “forma”, “configu ducta neurótica se considera como una
ración”, “formación de un todo”) (Perls, Hef- reacción de evitación. Ante ella, el cliente
ferline, Goodman, 2002). En ella, la función aprende, con la ayuda del terapeuta, a en-
psíquica se entiende como un proceso di- frentarse sin miedo a las correspondientes
námico que va configurando el campo per “Gestalten” y vencer así sus síntomas.
ceptivo externo y el campo cognitivo-emo- La “Gestalt” se emplea, hoy en día, com-
cional interno, partiendo de una necesidad binada con otros métodos –ante todo, el
cada vez más consciente. Una vez satisfe- psicodrama y las terapias corporales–, den-
cha esa necesidad, desaparece esa “Ges- tro de grupos asertivos, como los prove-
talt” y surge otra nueva. Cuando un hom- nientes del “Human Potencial Movement”,
bre, por ejemplo, duerme con una mujer, se originario de California. De suyo, no se ha-
diluye con el orgasmo la “Gestalt” que ce un tratamiento grupal como, por ejem-
acompaña a la excitación sexual (imagen plo, en la psicoterapia grupal analítica. El
de la mujer o fantasías sobre sus zonas grupo, más bien, sirve de transfondo, como
erógenas) y entra en acción una nueva un refuerzo social, que anima al cliente en
“Gestalt” (deseo de diálogo o de relajación) su trabajo emocional. La “Gestalt”, en fin
(Perls, 1994; Perls y Baumgardner, 1994). es una terapia muy intensiva, que no de-
El trastorno psíquico emana, cuando la bería alargarse demasiado en el tiempo y
persona evita, más bien inconscientemen- exige un profundo conocimiento de la psi-
te, aspectos importantes de su propio yo codinámica de las personas.
–pensamientos, sentimientos, deseos–,
porque le producen dolor y/o miedo. Si la Terapias de orientación resolutiva
persona no produce la “Gestalt” adecuada,
es decir, la posibilidad real de satisfacer Toda intervención psicoterapéutica debe
sus necesidades psíquicas, nunca podrá tender, en último término, a independizar al
integrar esos aspectos en su personalidad. cliente del terapeuta. Una terapia sería re-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 311

lativamente infructuosa, si el cliente apren- yor parte del éxito. Si se mantiene en la


diera con el tiempo a realizar sus metas, idea de que no podrá hacer nada sin el psi-
dentro del “setting” con el psicoterapeuta y coterapeuta, puede darse por segura la re-
luego no estuviera en disposición de trans- caída. Las terapias resolutivas planifican
ferir esas experiencias a su vida normal. sistemáticamente y con tiempo el paso al
Este bloque de terapias, de difícil denomi- entorno natural y asientan, a su vez, la con-
nación también, –algunos autores las lla- secución del éxito del cliente (el cliente
man “terapias de instigación”– ponen su aprende “autoatribuciones” concretas).
acento precisamente es este punto. El psi- Las terapias resolutivas están fuerte-
coterapeuta elabora con el cliente una se- mente influenciadas, en sus fundamento
rie de ayudas, instrucciones, iniciativas, es- teóricos, por los modelos de autocontrol
tímulos, que más tarde deberán ser pues- (Kanfer y Goldstein, 1987), que capacitan
tos en práctica por el propio cliente entre al cliente, para cambiar su propio entorno y
sesión y sesión. Las sesiones terapéuticas controlar con ello su conducta. El control de
sirven, por su parte, como campo abierto la conducta propia se ejecuta de modo si-
para que el cliente se ejercite, sin temor al- milar a como se efectúa el control de la
guno, adquiriendo, por ejemplo, ciertas ha- conducta ajena, bien modificando sus an
bilidades sociales por medio de un juego tecedentes (planificación ambiental), o bie
de rol. reorganizando las consecuencias (progra-
Existen, no obstante, algunas terapias mación conductual). Para ello, existen, por
muy definidas que no pueden ser entrena un lado, las técnicas de control de estímu-
das durante la sesión terapéutica. Quizá, el los y los contratos de contingencias y, por
caso más manifiesto sea el relativo a lo otro, el autorrefuerzo y el autocastigo.
trastornos de la función sexual. Aquí, exis- Una técnica de amplísima aplicación es
ten ejercicios muy sistemáticos (Masters, la resolución de problemas (D`Zurilla &
Johnson y Kolodny, 1987) para realizar en Goldfried, 1971), que consta de los si-
casa. El psicoterapeuta ayuda a planificar guientes pasos: 1) Orientación general, en
los, estructurarlos, aclararlos y, llegado el la que se incita a considerar las situaciones
momento, a discutir y solucionar las posi- problemáticas como algo normal de la vida,
bles complicaciones que pudieran surgir. que pueden ser dominadas, si no se actúa
Las terapias resolutivas pueden enten- impulsivamente. 2) Definición y formulació
derse de manera específica, como técnic del problema en términos conductuales, 3)
bien definida –por ejemplo, la resolución d Generación del mayor número posible de
problemas– o de manera más amplia, co- alternativas, que no deben ser evaluadas
mo cualquier método que capacite al clien- de momento. 4) Toma de decisiones, eli-
te para actuar por sí mismo. Por eso, pue- giendo la alternativa más económica, en
den servir de referencia para otras terapias cuanto a tiempo, energía, etc., y conside-
en los momentos decisivos de los inicios y rando sus consecuencias a corto y medio
de su conclusión. Si el cliente se respon- plazo. 5) Evaluación , siguiendo el modelo
sabiliza, desde el principio, de la planifica TOTE (Miller, Galanter & Pribram, 1960).
ción y ejecución de la terapia, su motiva- Los autores suelen recomendar esta técni-
ción para el cambio será mucho mayor. ca también para las “situaciones de crisis”.
Las terapias resolutivas tienden a Existen, a su vez, programas paralelos muy
aumentar la colaboración del cliente con la válidos para el trabajo con niños o con sus
autoobservación, el autorregistro y luego familias (Spivack & Shure, 1974).
con pequeñas tareas para casa. Por otro Un campo terapéutico con muy diversas
lado, en la fase final de la terapia, el clien ramificaciones lo constituye el entrena-
te debe adjudicarse, por lo menos, la ma- miento en habilidades sociales , derivado,

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312 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

en sus fundamentos, del aprendizaje social do mosaico de métodos terapéuticos, que,


(Bandura, 1984). Sus distintas técnicas tie- a diferencia de otras técnicas, actúan di-
nen como objetivo informar sobre las con- rectamente sobre la conducta que debe
ductas adecuadas, practicarlas, moldearlas cambiar, sin introducirse en vivencias pa-
y generalizarlas a nuevos entornos. sadas del cliente y en sus interpretaciones.
Las sesiones de trabajo en habilidades Se cambia primordialmente el síntoma. Es-
sociales suelen seguir el siguiente esque- ta concepción está en crasa contradicción
ma o parecido: instrucción, modelado, en- con el psicoanálisis, defensor de que los
sayo imaginario, ensayo real, autoevalua- síntomas pueden desplazarse, pero nunca
ción y feedback, refuerzo y tareas a reali- desaparecer, mientras no cambie la estruc-
zar en ambientes reales. En las sesiones, tura neurótica que subyace en la persona-
se elaboran aspectos básicos de la con- lidad. De ahí, la dificultad, se dice, de tra
ducta (nivel no-verbal, paralingüístico y de bajar el ámbito psicosomático desde la te-
contenidos del habla), afianzando toda l rapia de conducta.
secuencia conductual, por ejemplo: iniciar, Uno de los principios fundamentales de
mantener y finalizar una conversación. E estas técnicas es que las conductas, tam-
difícil ya encontrar un campo en el que no bién las problemáticas, son siempre apren-
tenga aplicación el entrenamiento en habi- didas. Por eso, las leyes de aprendizaje
lidades sociales, desde el clínico, en sus que aparecen en las conductas normales
orígenes, hasta el laboral, pasando por el tienen también validez para las problemáti-
psicosocial, educativo, etc… Conviene te- cas y pueden emplearse para su cambio.
ner muy en cuenta también su eficacia pre Dos metas generales caracterizan a to-
ventiva. De todas formas, su puesta en da esta corriente terapéutica: por un lado,
práctica exige una estructuración previa deben modificarse o, en su caso, elimi-
muy estudiada, un magnifico dominio de narse las conductas problemáticas y, por
programa por parte del psicoterapeuta y otro, se deben construir o aprender las
una motivación continuada por parte del conductas que el cliente todavía no posee
cliente. en su repertorio. El psicoterapeuta actúa
básicamente, por tanto, solucionando o
Terapias de orientación conductual eliminando los falsos empalmes entre es-
tímulo y respuesta (por ejemplo, con la ex-
Toda intervención terapéutica debe tinción) o creando otros nuevos más favo-
concluir con un cambio de conducta, tan- rables. En el primer caso, trabajaría con
to interna (pensamientos, imágenes), co- técnicas como la “desensibilización siste-
mo externa (acción observable).Visto así, mática” o la “terapia aversiva”, y en el se-
todas las técnicas disponibles podrían lla- gundo con el “condicionamiento operante
marse en un sentido amplio “conductua- o instrumental”.
les”. No obstante, las denominamos, de- Con la desensibilización sistemática
pendiendo de su origen, su campo de ac- (Wolpe, 1953, 1993) se trabajan, sobre to-
tuación, etc…, o en nuestro caso, de su do, los miedos (fobias) y temores (temor a
orientación. animales, exámenes, contactos sexuales,
La terapia de conducta (behaviour the- etc…). Se establece una jerarquía de los
rapy), de origen primordialmente anglosa- miedos, de menor a mayor, –termómetro
jón, se basa en las teorías del aprendizaje de 0 a 100– presentándola de forma ima-
y su concepto teórico se deriva del Beha- ginaria al cliente, mientras este permanece
viorismo americano (Watson) y de la Refle en un estado de relajación, por medio, ge-
xología experimental rusa (Pavlov). La te- neralmente de la “relajación muscular pro-
rapia de conducta es, hoy en día, un varia- gresiva” de Jacobson (Jacobson, 1974).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 313

La terapia aversiva , que no goza de gran Paralelamente a las grandes terapias in-
simpatía entre los profesionales, provoca una dividuales, fueron surgiendo terapias gru-
reacción negativa ante un estímulo placente- pales, de acuerdo con la situación del clien-
ro. Un ejemplo conocido es la aplicación de te, la situación de las instituciones o la dis-
los productos químicos emetina y apomorfin tinta composición de los grupos. Como
que provocan nauseas y vómitos en los al- ejemplo de la gran variedad existente, po-
cohólicos. Otro es el shock eléctrico. El cas- demos mencionar algunos aspectos del
tigo educativo puede considerarse también psicodrama y de la terapia familiar.
como un tipo sencillo de técnica aversiva. El noruego Theodor Schjelderup-Ebbe
El condicionamiento operante (Skinner, fue el primero en describir las leyes psico-
1953,1974) intenta crear y fomentar nuevas dinámicas que rigen los grupos y, un año
conductas, en lugar de las problemáticas y más tarde (1924), el psiquiatra austrohun-
lo consigue, por medio de su reforzamien- garo, Jacov Levi Moreno, sin conocer qui-
to y recompensa. Para ello, se necesita un zá el trabajo del autor noruego, publicaba
análisis exhaustivo de los sistemas de es- un artículo sobre el teatro Stegreif de los ni-
tímulo-respuesta y una posterior ampliación ños vieneses, que le serviría de base para
–generalización– de las nuevas reacciones desarrollar su “psicodrama” (1931). Se es-
al ambiente natural del cliente. tablecía así un empalme entre la psicote-
La terapia de conducta, por tanto, traba- rapia infantil y el psicodrama, entre el jue-
ja el síntoma concreto y evita las interpre- go de rol de los niños y el de los adultos,
taciones, porque está dirigida a las conduc- con la diferencia de que estos dramatizan
tas “presentes” y se orienta hacia el indivi- sus conflictos conscientemente y los niño
duo. El psicoterapeuta, por su parte, debe inconscientemente (Greenberg, 1977).
mostrarse en ella muy activo e imaginativo. En el psicodrama (Moreno, 1966), se ex-
ponen primero las dificultades y problema
Terapias de orientación grupal de los participantes en el grupo. Luego, se
insta al cliente a elegir una escena conflic
La terapia grupal se establece como una tiva y representarla con la ayuda de algún
medida complementaria de la terapia indi- otro miembro (o varios) del grupo. A su la-
vidual o como intervención independiente. do, se coloca un “yo auxiliar” (psicotera-
Se lleva a cabo en grupos artificiales –psi peuta) que le va insinuando nuevas indica-
codrama, sociograma, terapia grupal analí- ciones, si se atasca en algún momento. En
tica, etc….– o en grupos naturales –terapia una segunda vuelta, se intercambian los
familiar, sistémica, etc…–. Una terapia in- papeles y el cliente asume el rol de su opo-
termedia entre ambos grupos podría ser la nente. A veces, se emplea la técnica de la
terapia de pareja. “silla caliente o vacía” y el cliente va cam-
Existen diversos argumentos a favor de biando su rol, levantándose de su silla y
la terapia grupal. Es una medida “económi- sentándose en la vacía. Para que la dra-
ca” que debe tenerse muy en cuenta en el matización no se convierta en un monólo-
plano preventivo, cuando se quiere llegar a go, sino en una interacción viva, pueden in-
una numerosa población. El grupo es un troducirse nuevas variantes: representación
microcosmos social y un modelo de la vida imitativa (técnica del espejo) por parte de
real, en el que los clientes pueden interac- otra persona, playback, proyección hacia el
tuar sin ningún temor, dentro de una situa- pasado o futuro, etc. (Moreno, 1961).
ción “controlada”. En el grupo, también El mismo Moreno juzga que el efecto te-
pueden movilizarse unas fuerzas –coope- rapéutico del psicodrama descansa, sobre
ración, cohesión, apertura, confianza–, fa todo, en la catarsis, es decir, en la posibili-
vorecedoras del cambio individual. dad de experimentar y expresar los afec-

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314 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

tos, sin ser castigado por ello (“acting out”). delo “ANIMAR” (acrónimo derivado del
Si en lugar de tratar un conflicto individual nombre del autor) que encierra cinco pro-
se elaborase un conflicto grupal, se estarí cesos psicológicos básicos: percepción,
hablando del sociodrama. cognición, emoción, motivación y acción.
La terapia familiar (Andolfi, 1984) va ad Estos procesos giran en torno a la situación
quiriendo un auge justificado en los último particular de cada cliente, en una continua
tiempos. Las poco más o menos dos doce- interacción e influjo mutuo (Izquierdo, 1996
nas de sus conceptos terapéuticos más 2002, 2005). La interrelación de todos los
aceptados podrían resumirse en cinco mo- elementos produce un proceso general que
dalidades típicas de intervención: 1) métodos lógicamente se inicia con la percepción, pe-
para las crisis (con ellos se elaboran conflic ro cualquiera de los elementos puede eri-
tos actuales o problemas silenciados, ini- girse como su “detonador”. Estos elemen-
ciando las reconciliaciones), 2) métodos pa- tos y sus procesos pueden ser considera-
ra las estructuras (aquí se intenta aclarar las dos, a su vez, como fundamento de la per-
complejas relaciones familiares o las combi- sonalidad y de su desarrollo. El psicólogo
naciones de los subgrupos familiares, exa- clínico deberá también estudiarlos muy a
minando su relevancia en los trastornos de fondo, para alcanzar un buen fin en su tra
la familia), 3) métodos para los procesos (su bajo terapéutico. La psicoterapia, en el fon-
función es descubrir los procesos dañinos en do, no debe sanar sólo síntomas, sino per-
la familia y las lagunas en sus relaciones, de- sonas, para no correr el peligro de conver-
sarrollando otros nuevos), 4) métodos de ac- tir a los sujetos en objetos. Todo ello obli-
tualización (aquí se reflejan los procesos fa ga, como decimos, a un profundo conoci-
miliares bajo nuevas condiciones, como las miento de la personalidad y de su dinámi-
creadas en la sesión terapéutica), y 5) méto- ca. Gran parte de este conocimiento viene
dos de ensayo (con su ayuda se prueban dado por el estudio de la teoría psicoanalí-
nuevas formas de familia). tica, merecedora de un apartado propio
El psicoterapeuta deberá ser suficiente que desarrollaremos a continuación.
mente flexible, para acomodar los distinto
ejercicios y métodos terapéuticos a las va-
riadas situaciones familiares. La decisión
de si un cliente debe ser tratado en grupo
o individualmente dependerá del tipo de
trastornos.
Un aspecto bastante discutido se refier
a la configuración del grup , porque puede
alterar su psicodinámica. Los grupos muy
homogéneos suelen entorpecer su marcha
y se prefieren grupos heterogéneos –sinto
matología, género, expresión verbal–, sin
diferencias muy pronunciadas en la edad.
El número de participantes no debería ser,
en general, muy elevado (6-9 personas).
Sobre la frecuencia y duración de las se-
siones tampoco existen unos valores fijos
Si quisiéramos resumir y estructurar to-
dos los principios y grupos de terapias ex- Figura 2: Integración de principios
puestos, podríamos incluirlos en el siguien- psicoterapéuticos y grupos de terapias
te modelo (ver Figura 2). Se trata del mo- en el modelo “Animar”.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 315

El psicoanálisis rrencias”, para que las comprenda y viven-


cie, sin los miedos y temores que le pro-
El psicoanálisis es tan complejo que ducen su situación conflictiva y sus senti
puede entenderse como una teoría de la mientos de culpabilidad. El problema cen-
personalidad, una teoría de la neurosis, tral de la interpretación está, como es na-
una teoría socio-cultural o una teoría tera- tural, en su acierto (Freud, 1982).
péutica, que es la que interesa en nuestro En el transcurso de la interacción, se lle-
caso. De todas formas, Freud debe estu- ga a una transferencia del cliente sobre el
diarse siempre dentro de su época victo- terapeuta, es decir, a una repetición de los
riana y del marco de sus propias terapias, sentimientos, que se activan en relación
relacionadas con trastornos histéricos en con el terapeuta. Freud la consideró, al
su mayoría. Es indispensable, a su vez, es- principio, como un factor distorsionante y
tudiar a Freud, dentro de su propia evolu- luego como material básico del análisis. En
ción (Jones, 2003). oposición a la transferencia, surge en el
El núcleo de su teoría terapéutica es la psicoterapeuta la contratransferencia –pro-
reelaboración, más bien emocional que in- yección de sus sentimientos, etc… sobre el
telectual, de los pensamientos, sentimien- cliente–. Ante este peligro, Freud exige que
tos y vivencias inconscientes que conduci- el psicoterapeuta haga su propio análisis.
rá a la eliminación de los síntomas. Estos De lo contrario, podría estar solucionando
tienen su origen en los impulsos reprimi- sus propios problemas con la disculpa de
dos, con los que el “yo” consciente se pro- que realiza una terapia –“ neurosis de la
tege de los peligros instintivos, sobre todo contratransferencia”–.
sexuales, en la primera infancia. El “yo” se Según Freud, otros puntos para el análi-
interpone así entre el “ello”, la instancia ins- sis de los contenidos inconscientes son los
tintiva, y el “super-yo”, la instancia formada sueños (la vía regia), en los que la censu-
por los controles internalizados, provenien- ra del “yo” y del “super-yo” se debilita; los
tes, sobre todo, de la autoridad de los pa- lapsus linguae, en los que el inconsciente
dres. Estas tres instancias conforman la es más espontáneo y los símbolos en la
base de la teoría freudiana de la persona- conducta y en los síntomas del cliente, cu-
lidad. ya interpretación abre el camino del in-
Al principio, Freud –junto con Breuer– consciente (Freud, 2000).
trabajaba con la hipnosis, pero, ante las di- Aunque es difícil negarle validez al psi-
ficultades surgidas, desarrolló un nuevo coanálisis, no por eso deja de sufrir fuertes
método, para evitar la resistencia de sus críticas. A veces, se le considera más un
clientes: la libre asociación, que sigue sien- arte de la interpretación que un método
do todavía la técnica estándar en la terapia científico. También se cuestiona su valo
psicoanalítica. En ella, se insta al cliente a profiláctico y terapéutico, debido al esfuer
decir todo cuanto le venga espontánea- zo que exige, a su coste y también a su du-
mente al pensamiento, aunque le resulte ración, elementos que algunos autores in-
molesto. El psicoterapeuta contribuye a tentan economizar con las “terapias bre-
ello, evitando toda valoración implícita o ex- ves”.
plícita de las manifestaciones del cliente Nuevas discusiones surgen con los cri-
–“regla de la abstinencia”–. La ayuda más terios de su eficacia y su indicación. Algu
importante proviene de la interpretación, nos autores afirman que el psicoanálisis
que activa la dinámica del proceso analíti- sólo está indicado para los clientes inte-
co. El psicoterapeuta “interpreta” en su de- grados en el esquema “YAVIS” – young, at-
bido momento las producciones incons- tractive, verbal, intelligent, successful–.
cientes del cliente, sus sueños y sus “ocu- Han sido bastantes, a su vez, los autores

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


316 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

que se han desviado de la teoría analítica xión” (Frankl, 2003). El sentido de la vida
de Freud, entre ellos, varios de sus discí- es el centro de su análisis existencial, de-
pulos directos. Mencionaremos algunos de dicado a estudiar la biografía de la perso-
los más significativos na con sus limitaciones y sus posibilidades
Carl Gustav Jung fundamenta su teoría (Fizzotti, 2006).
de la “ampliación del horizonte existencial” Erik Erikson es el fundador del “análisis
en el inconsciente colectivo (arquetipos) del yo”. Gran parte de su obra se ocupa de
que puede encontrarse en los mitos, reli- las crisis de identidad. La identidad del “yo”
giones, fábulas, cuentos de hadas, poemas es para él la experiencia de la continuidad
y sueños (Jung, 1997). personal y se basa en ocho factores (ocho
Alfred Adler defiende en su “psicologí edades del hombre), que componen las
individual” que el sujeto con “carácter ner- “experiencias básicas”. Estas se desarro-
vioso” intenta cubrir su impotencia y sus llan, a su vez, por medio de la “confianz
complejos de inferioridad con planes de vi- primigenia” (básica), proporcionada funda-
da ficticios. El neurótico debe curar sus “so mentalmente por la madre (Erikson, 1974,
brecompensaciones” y volver al seno de la 1983, 2000).
comunidad (Adler, 1975, 1993). Heinz Kohut aparece como el máximo
Harald Schultz-Hencke establece a la representante de la “Escuela de Chicago”.
“personalidad inhibida” como el centro de Kohut propone, como temas centrales, el
su doctrina sobre la neurosis. La educación proceso del “encuentro consigo mismo” y la
de esta persona es contradictoria. Por un organización del “yo”. El gran problema se
lado, es condescendiente, llevándole a la centra en el paso del “narcisismo primario”
comodidad y, por otra, severa, cortándole del niño a la “autonomía secundaria” del
sus impulsos. Las inhibiciones pueden con- adulto (Kohut, 1977, 1980, 1986).
ducir a “explosiones” ocasionales, como
ideas sadistas obsesivas o autodestruccio-
nes masoquistas (Schultz-Hencke, 1971). INDICACIÓN
Erich Fromm llama a su neoanálisis
“psicoanálisis humanista” (Fromm, 1998, Los métodos terapéuticos, afirman mu-
2003). Para él, la neurosis es la expresión chos autores, deberían orientarse por los
del fracaso en el camino hacia la madu- problemas, caracterizados por un estado
ración personal. Desde otro punto de vis- inicial que el cliente describe como tras-
ta, tanto la robotización comunista, como torno, desviación, enfermedad, etc… sin
la capitalista, impiden la “orientación pro- llegar a precisarlos, a veces, del todo. Al
ductiva” de la persona, que puede conse- otro extremo, se encuentra el estado final,
guirse en el ámbito del sentimiento, a tra- la meta, descrita con frecuencia por el
vés del amor; en el campo del pensa- cliente negativamente (no tener más mie-
miento, a través de la razón crítica e ima- dos, no sufrir más obsesiones, etc…).
ginativa y en el de las conductas, por me- Formular una meta adecuada puede con-
dio del trabajo creativo y del arte (Silva, vertirse en la primera dificultad de una te-
2006). rapia.
Karen Horney (Horney, 2003) resalta por El terapeuta, contando con el gran arse-
sus aportaciones para el autoanálisis y, so- nal de métodos existente, deberá elegir
bre todo, por sus psicologías femenina y aquella técnica que mejor salve la distancia
cultural, opuestas, en el fondo, a muchas entre uno y otro estado, y que mejor se
de las conclusiones de Freud. adapte al cliente, sin producirle efectos se-
Victor Frankl introduce en su “logotera- cundarios negativos. Para este proceso de
pia” la “intención paradójica” y la “derefle decisión, no existen criterios seguros, sino

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 317

sólo probabilísticos. Por eso, toda planifi con su formación permanente, que irá de-
cación debe ir acompañada de una conti- sarrollando sucesivas fases, desde la ad-
nua vigilancia (diagnóstico concomitante) quisición de la suficiente información,
para, llegado el caso, modificar la terapi hasta la debida integración de sus cono-
con medidas más diferenciadas. En todo cimientos y tareas terapéuticas. La Tabla
ello, no debe olvidarse que un equipo mul- 2 ofrece un esquema bastante acertado
tidisciplinar será casi siempre la mejor de de los pasos que debe dar el psicólogo
las ayudas para establecer una indicación clínico en su formación y labor terapéuti-
relativamente racional. ca, desde la exploración, hasta la inte-
Una buena indicación debe acompañar- gración. A la vez, en cada una de las fa-
se de un buen examen de los pronósticos. ses queda representada una serie de va-
En general, cuanto más duradero es un riables, desde la tarea central, hasta los
síntoma, peor es su pronóstico. Otro crite- criterios de eficacia y satisfacción, que
rio es la relación que el cliente mantiene varía de nivel y profundización, de acuer-
con su propio síntoma. La pregunta obliga- do con el desarrollo profesional y perso-
da es: ¿Qué posible beneficio saca el clien nal del propio psicólogo clínico. Las fases
te con su síntoma? La contestación puede de este proceso de aprendizaje del psico-
dar, a veces, la clave del problema. Otra terapeuta también podrían quedar repre-
clave puede ser la reacción del entorno so- sentadas, forzando algo su paralelismo,
cial ante el síntoma. Otros factores serían dentro del modelo “ANIMAR”, anterior-
la edad y las características cognitivas del mente expuesto (ver Figura 3).
cliente. Pueden existir, a su vez, elementos El psicólogo clínico puede actuar en ám-
externos, accidentales si se quiere, que en- bitos muy diversos. Es frecuente su traba-
torpecen el pronóstico, como las distancias, jo en gabinetes de orientación educativa
la falta de tiempo o el coste económico de (escuela, familia, jóvenes, niños, etc…), en
la terapia. consultas para pareja (conflictos de convi
Además de todo lo dicho, una indicación vencia, disfunciones sexuales, mediación,
adecuada debe atender siempre a dos prin- etc…) y en la solución de trastornos de per-
cipios básicos: 1) Todo método de inter- sonalidad (depresiones exógenas, autocon-
vención debe fundarse en los conocimien- trol, competencias sociales, etc.)
tos correspondientes de la Psicología (un Su trabajo en las instituciones clínicas se
terapeuta no es un charlatán ni un embau- orienta a trastornos más severos. Puede
cador). 2) Todo método de intervención de- trabajar con pacientes con psicosis endó-
be estar contrastado en su eficacia (existe genas (por ejemplo, esquizofrenias) o neu-
síntomas que se curan mejor con unas téc- rosis profundas (por ejemplo, compulsio-
nicas que con otras). Asimismo y aunque nes). En los departamentos de psicosomá-
no sea un principio universalmente acepta- tica, trabajará con trastornos funcionales y
do, cada vez se aprecia más la tendencia corporales, como asma, úlceras de esto-
hacia una intervención mínima en la vida mago, anorexias, problemas circulatorios,
del cliente, es decir, sólo se intentará cam- etc.
biar el ámbito problemático que el cliente En el entorno clínico, suele exigírsele un
crea oportuno. gran conocimiento en el campo psicoanalí-
tico (por ejemplo, conocimiento exhaustivo
de tests proyectivos). También deberá te-
EL TRABAJO DEL PSICÓLOGO CLÍNICO ner en cuenta la categoría profesional del
grupo en que se integre, ante el que debe-
Como en todo, el primer trabajo del psi- rá demostrar el alcance de sus capacida-
cólogo clínico comienza consigo mismo y des y el fruto de sus métodos. De lo con-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


318 Ángel Izquierdo Martínez y Ángeles Izquierdo Dopf

trario, podría ser falsamente considerado y tener igualdad de derechos y responsa-


como un simple ayudante médico o una bilidades. El trabajo en común no sólo fa-
“máquina de pasar tests”, dedicado a esta- vorecerá el intercambio de conocimientos y
blecer un diagnóstico tras otro, sin llegar a experiencias, sino que evitará el gran pro-
participar debidamente en otra serie de me- blema del aislamiento. El psicólogo clínico
didas importantes, como la planificación d debe discutir y contrastar con otros profe-
las terapias o la rehabilitación. sionales el fundamento y alcance de sus
La actividad del psicólogo clínico será actuaciones. Esto le ayudará a él perso-
más completa, si trabaja en el marco de un nalmente y beneficiará, sobre todo, a su
equipo bien conjuntado, cuyos componen- clientes, destinatarios finales de todos su
tes han de estar técnicamente cualificado esfuerzos.

Tabla 2: Fases y tareas del aprendizaje del psicólogo clínico


Adaptación y ampliación del esquema de Skovholt & Ronnestad (1992).

FUENTES ROL PROCESO CRITERIOS DE


TAREA SENTIMIENTO
FASE DE Y ESTILO DE EFICACIA Y
CENTRAL REINANTE
INFLUJO DE TRABAJO APRENDIZAJE SATISFACCIÓN

Amistoso Experiencial Aceptación


Aprovechar
EXPLORACIÓN Simpatía La propia vida Simpático Construcción generalizada
conocimientos
Inseguro de teorías Sin compromiso
Asumir Abrumado por el Elaboración Mejora apreciable
Entusiasmo Dudando en
informaciones gran número de cognitiva del cliente
ASIMILACIÓN Inseguridad el intento de unir
y aplicaciones aspectos Introspección Reacción
Sentido crítico teoría y práxis
múltiples importantes Ensayo y error supervisora
Muy variadas: Adopción de
Apertura en el Visión compleja
Supervisión la conducta Imitación
plano teórico Desorientación del feedback del
Cliente de expertos de expertos
INTERIORIZACIÓN Imitación en el pla- Autoconfianz cliente
Colegas Estilo algo Vivencia
no práctico intermitente Reacción
Propia rígido de métodos
Profesionalización supervisora
experiencia Autonomía parcial
Modificació
Ir más allá Confianz Nuevas del estilo externo
Aumento
de lo conocido y temor experiencias Mezcla de rigidez Reflexió
COMPROBACIÓN de criterios
Desarrollar Satisfacción Profesionalización y relajación Estructuración
más realistas
la autenticidad y esperanza ascendente interna
controlada
Estilo propio
Reglas propias Elección
progresivo Internalización
Profundizar adquiridas de métodos
Satisfacción dentro de criterios
INDIVIDUALIZACIÓN en la Influjo personales
y disgusto de los cada vez
autenticidad anteriores Valoración
límites más realistas
asumidos propia
profesionales
Creatividad
Afirmació Métodos
INTEGRACIÓN Aceptación Reglas propias Estilo propio Experiencia
del estilo propio personales
contrastada

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Psicología Clínica: contenidos y aplicaciones 319

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Sobre el niño retraído: otro estado del yo apropiado, además del niño sumiso y el niño rebelde 321

SOBRE EL NIÑO RETRAÍDO: OTRO ESTADO DEL YO APROPIADO,


ADEMÁS DEL NIÑO SUMISO Y EL NIÑO REBELDE

JORDI OLLER VALLEJO1

RESUMEN

En este artículo su autor vuelve sobre una de sus primeras contribuciones: la des-
cripción del aislamiento, al que ahora llama retraimiento, como una forma de adapta-
ción positiva y negativa a las figuras parentales, además de la sumisión y la rebeldía
ya sea en la infancia o en la vida adulta. Con una mirada crítica, analiza posibles cir-
cunstancias que han podido repercutir para que el estado del yo Niño Aislado, al que
ahora llama Niño Retraído, continúe siendo tomado poco en cuenta. También describe
las subformas funcionales del Niño, su neurología y su dinámica emocional. Finalmen-
te, describe la positiva utilidad funcional del Niño Retraído.
Palabras clave: aislamiento, retraimiento, sumisión, rebeldía, estados del yo, Padre,
Adulto, Niño, Niño Cuidado, Niño Retraído, Niño Sumiso, Niño Rebelde, Padre Intro-
yectado, Niño Regresivo, Análisis Transaccional, Psicoterapia Integrativa.

ON THE WITHDRAWN CHILD:


ANOTHER APPROPIATE EGO STATE, IN ADDITION TO THE COMPLIANT
CHILD AND THE REBELLIOUS CHILD

ABSTRACT

In this article the author returns to one of his first contributions: the description o
withdrawal as a positive and negative form of adaptation to parental figures, in addi
tion to submission and rebellion, either in childhood or later in life. With a critical eye,
he examines the possible circumstances that have affected why the Withdrawn Child
ego state is still so rarely taken into account. He also describes the functional subforms
of the Child, his neurology and his emotional dynamics. Finally, the positive functional
utility of the Withdrawn Child is described.
Key words: isolation, withdrawal, compliance, rebellion, ego states, Parent, Adult,
Child, Caregetting Child, Withdrawn Child, Compliant Child, Rebellious Child, Intro-
jected Parent, Regressive Child, Transactional Analysis, Integrative Psychotherapy.

SUR L´ENFANT RENFERMÉ:


UN AUTRE ÉTAT DE L´EGO APPROPRIÉ
EN PLUS DE L'ENFANT SOUMIS ET DE L'ENFANT REBELLE

RÉSUMÉ

Dans cet article son auteur revient sur une de ses premières contributions: la des-
cription de l´isolement comme une forme d'adaptation positive et négative aux figure
parentales, outre la soumission et la rébellion, soit pendant l'enfance soit pendant la
vie adulte. Avec un regard critique, l´article analyse des possibles circonstances qui

1
Certificado en Psicología por la UB. Analista Transaccional Clínico Certificado por la ITAA y EATA. Psicoterapeu
reconocido por la FEAP. jov@transaccional.net http://www.analisis-transaccional.net

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


322 Jordi Oller Vallejo

ont pu contribuer pour que l´ état de l´Enfant Isolé, qu´à présent, il appelle Enfant Ren-
fermé, continue sans être pris en compte. Il décrit aussi les sousformes fonctionnelles
de l'Enfant, sa neurologie et sa dynamique émotive. Enfin, il décrit la positive utilit
fonctionnelle de l'Enfant Renfermé.
Mots-clé: Isolement, renfermé, soumission, rébellion, états du moi, Parent, Adulte,
Enfant, Enfant Pris, Enfant Renfermé, Enfant Soumis, Enfant Rebelle, Père introverti,
Enfant régressif, Analyse Transactionnelle, Psychothérapie Intégrative.

INTRODUCCIÓN Niño Aislado sería una manifestación siem-


pre negativa del Niño Adaptado.
Mi primera investigación sobre el concep- Pero es difícil que se piense en el Niño
to de aislamiento, al que ahora llamo retrai- Aislado como una manifestación que tam-
miento2, fue dada a conocer en un artículo bién puede ser positiva –y más aún si nos
originalmente publicado en inglés en Tran- situamos en una cultura como la angloame-
sactional Analysis Journal (Oller Vallejo, ricana, que valora más participar que ais-
1986) de la ITAA y posteriormente, traduci- larse–, mientras que es más fácil entender
do al español, en TOT AT 3 de ACAT y en la que el Niño Retraído puede ser positivo o
Revista de Análisis Transaccional y Psicolo- negativo. Sucede con el término aislamien-
gía Humanista de AESPAT. Se trata de una to lo mismo que sucede con el término su-
tercera forma, positiva y negativa, de adap- misión, que en español suele interpretarse
tación a las figuras parentales, además d como algo siempre negativo, lo que con
la sumisión y la rebeldía. Fue mi primera frecuencia, por extensión, sucede con el
contribución al análisis funcional de los es- llamado Niño Sumiso.
tados del yo, diferenciado en el Niño Adap- Por otra parte, hay en Análisis Transac-
tado, además del Niño Sumiso y el Niño cional (en lo sucesivo a veces también utili-
Rebelde, el Niño Aislado, al que ahora lla- zaré las siglas AT) temas que se sobresim-
mo Niño Retraído (Oller Vallejo, 2001). plifican reiteradamente y que implican des
En base a mi posterior experiencia teórica contar la realidad, en el sentido transaccio-
y práctica, pienso que el término de retrai- nal de no tomar en cuenta. Así, una y otra
miento expresa mejor el sentido de lo que al vez, el que llamo ahora Niño Retraído es
principio llamé aislamiento. De hecho, éste casi siempre descontado en los cursos y
puede considerarse como la manifestación textos de AT. O sea, que se repite reitera-
negativa del retraimiento (tal como se da, damente considerar sólo el Niño Sumiso y
por ejemplo, en el autismo y también en los el Niño Rebelde, y lo que es aún peor,
procesos esquizoides), es decir que como asignándose Niño Sumiso las manifestacio-
forma funcional de los estados del yo, el nes que corresponden al Niño Retraído. En

2
El por qué de este cambio es consecuencia de que cuando escribía el artículo en español y pensando en su tra-
ducción al inglés, dadas mis limitaciones en dicho idioma sólo supe encontrar el término withdrawal como el más apro-
ximado al concepto que quería identificar. Withdrawal generalmente se traduce por “aislamiento”, de manera que
adopté ambos términos, cuando hubiese sido mejor traducirlo por “retraimiento”. Por suerte, en la traducción al fran-
cés de mi artículo, publicado en Actualities en Analyse Transactionnelle, muy acertadamente el concepto se tradujo
por “le retrait”, es decir, por “el retraimiento”, lo que agradezco al traductor por su intuición y buen entendimiento del
tema.
3
TOT AT era el boletín informativo y técnico que publicaba l’Associació Catalana d’Anàlisi Transaccional –ACAT y del
que me hice cargo como Editor durante los años en que fui su Presidente Fundador, cuando ACAT estaba vinculada a
EATA.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Sobre el niño retraído: otro estado del yo apropiado, además del niño sumiso y el niño rebelde 323

cambio, por ejemplo, es frecuente que el PARTE I


llamado Pequeño Profesor aparezca como
una subforma funcional del Niño Adaptado, LOS ESTADOS DEL YO SON REALES,
lo cual es un error que también se repite, NO METÁFORAS REIFICADAS
en algún caso incluso favorecido por parte
de algún destacado teórico del AT (por La primera vez que leí que los estados
ejemplo, Kahler, 1974). Y es que, desde mi del yo no eran reales sino sólo metáforas
punto de vista, el Pequeño Profesor es una (Gobes, 1990) y que además estaban
contribución estructural del cerebro racional siendo “reificadas” (Loria, 1990, 2003), no
(el substrato neurológico de la neopsique), conocía aún este último término y temí
que está presente en todas las manifesta- que estaba pasando algo grave con los
ciones funcionales del estado del yo Niño estados del yo, pensando incluso que tal
(incluso, por ejemplo, en las a veces sutiles vez yo estaba contribuyendo a ello pese a
estrategias de sumisión del Niño Sumiso), mi trabajo de clarificación sobre los mis-
pero que en sí mismo no es una forma fun- mos. Y mi preocupación fue a peor cuan-
cional. do además me enteré de que se estaba
Y estas sobresimplificaciones y errore cayendo en “hipostatizar” los estados del
suceden en presentaciones del AT supues- yo, que después supe que es análogo a lo
tamente según los cánones, pues luego es- de reificar.
tán las presentaciones que claramente se ¿Y qué es reificar o hipostatizar? Esto
alejan de estos, como la que excluye com- términos –que yo fantaseo como de “dicta-
pletamente al enfoque funcional de los es- men inquisitorio” y que tienden a confundir
tados del yo; me refiero en particular al lla más que a aclarar– se refieren al proceso
mado modelo del Adulto Integrado/Integra- resultado por el que un concepto abstracto,
dor (Erskine, 1988; Gobes, 1993; Trautman hipotético o metafórico, pasa erróneamente
y Erskine, 1999). a ser considerado teniendo una existencia
No sé cómo ha podido influir en la acep real, ya sea como una cosa o como una
tación del concepto de aislamiento y de entidad, antropomorfizada o no. Respect
Niño Aislado el haber elegido estos térmi- a la primera posibilidad, viene a ser lo que
nos, pero es obvio que su realidad teórica y se entiende por “cosificar”, en el sentido d
práctica sigue siendo, salvo excepciones, “convertir a la condición de cosa aquello
poco tomada en cuenta. Y el hecho es que que no lo es”.
desde que escribí el primer artículo sobre Pero quienes piensan que los estados
el tema hasta la actualidad han sucedido del yo sólo son metáforas y que además,
cosas en Análisis Transaccional, algunas en el peor de los casos, son metáforas reifi
de las cuales pienso que en nada han favo- cadas, están perjudicando al Análisis Tran-
recido, ya no sólo tomar suficientemente e saccional, no sólo alejándolo totalmente del
cuenta el Niño Retraído, sino incluso, que enfoque inicial y de lo que fue durante mu-
todavía es más grave, dar al modelo fun- chos años, sino “desustanciándolo”, es de-
cional de los estados del yo el lugar que le cir, privándolo de su singularidad y poten-
corresponde en la teoría y práctica del AT. cia como modelo teórico y práctico. Una
Y estas son las cosas que me propongo buena síntesis del pensamiento original de
analizar en la primera parte de este artículo Berne la encuentro en la replica de Lap-
por su posible repercusión, presentando worth (1991) a Loria:
además en la segunda parte una descrip- Más que ser el AT ‘una teoría basada en
ción de las subformas funcionales del Niño, metáforas y reificaciones’ (Loria, 1990, pág
así como de la utilidad positiva del Niño 152), lo veo como una teoría basada en la
Retraído. realidad observable y vivencial (fenomenoló-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


324 Jordi Oller Vallejo

gica), descrita con diagramas y con términos


metafóricos y coloquiales (pág. 116).
Además, el hecho de pensar que los
estados del yo son sólo metáforas efica-
ces pero sin realidad, dado que implica
un descuento de su significado, imposibi-
lita el poder avanzar en su investigación
para fundamentarlos no sólo de manera
empírica y fenomenológica, sino basada
en los hallazgos neurológicos de la neu-
rociencia, cuyas contribuciones reciente-
mente vengo relacionando con los esta-
dos del yo y sus funciones (Oller Vallejo,
2004a). Desde luego, los términos de Pa-
dre, Adulto y Niño son metafóricos y colo- Figura 1:
quiales, aludiendo a contenidos histórico- Los tres estados del yo funcionales
biográficos de la persona y siendo sólo de primer orden.
términos que a Berne le interesó utilizar y
resaltar a efectos de la terapia. Sin em- Desde otro punto de vista, si utilizamos la
bargo, aún siendo muy importante, se definición de Berne (1972/1974) de los esta
trata sólo del modelo histórico-biográfico dos del yo como: “sistemas coherentes de
de los estados del yo, en el que el Padre pensamiento y sentimiento manifestados por
es un Padre Introyectado o Yo Introyecta- los correspondientes patrones de conducta”
do y el Niño un Niño Regresivo o Yo Re- (págs. 25-26), me estoy refiriendo a sistema
gresivo. funcionales reales que tienen una fundamen-
Pero los términos de Padre, Adulto y tación psicológica y neurológica (Oller Vallejo,
Niño no implican todo lo que los estados 2001, 2004). Y la persona, con su yo, “utiliza”
del yo abarcan desde el punto de vista fun- estos diferentes sistemas para “moverse” fun-
cional, ya se trate de los de primer orden cionalmente por las cambiantes circunstan-
como los de segundo orden, en los cuales cias de su vivir, según sus necesidades.
se distinguen funciones al servicio de so-
brevivir y vivir, tal como he descrito en va-
rios artículos (Oller Vallejo, 2001, 2002). Y EL ENFOQUE INTEGRATIVO
las funciones tampoco son metáforas reifi Y SU REPERCUSIÓN
cadas ni simples roles, sino que cuando es-
tán “vinculadas” al yo –que no siempre lo Actualmente abundan variedad de las
están– es cuando se les llama propiamente denominadas psicoterapias integrativas,
estados del yo. Así, en el modelo funcional cada una con su propia “mezcla” en cuanto
de primer orden distingo los siguientes es- a los enfoques que integran, dependiendo
tados del yo: el Padre Cuidador, el Adulto del interés, orientación y propósito de sus
Individuador y el Niño Cuidado, o simple- creadores, que, de hecho, en principio son
mente, eliminando lo metafórico y las con- los que realmente actúan integradoramen-
notaciones históricas, el Yo Cuidador, el Yo te. Y desde luego, sea cual sea la “mezcla”,
Individuador y el Yo Cuidado (fig. 1), qu sólo es “una” de entre las muchas “mez-
son formas operativas reales y no reifica clas” posibles, perteneciendo todas ellas a
ciones. Desde luego, “reales” como son la clase conceptual denominada “psicotera-
reales las manifestaciones y contenidos pia integrativa”, nombre que ninguna puede
psicológicos de la psique. atribuirse en exclusiva.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Sobre el niño retraído: otro estado del yo apropiado, además del niño sumiso y el niño rebelde 325

La paradoja –me parece a mí– es que en Análisis Transaccional. Pero actualmente


tanto que una psicoterapia integrativa es tiene realmente poco que ver con el AT
una metodología a aplicar y en la que for- (Steiner, 1998a, 1998b) y todavía menos
marse, en cierta manera deja de ser inte- con los avances post-bernianos que han
grativa, pues queda “limitada” a lo que inte- hecho posible el desarrollo de muchas téc-
gra, “cerrándose” en sí misma. Desde lue- nicas terapéuticas de probada efectividad
go, eso no excluye su efectividad, pero (Oller Vallejo, 2005), como, por ejemplo,
pienso que aún sería mejor añadir no sólo las relativas al trabajo de redecisión y al
formarse en aplicar una psicoterapia inte- trabajo de parentamiento puntual (separán-
grativa, sino también formarse en ejercer dolo del actualmente seriamente en entre-
como psicoterapeuta integrativo (Botbol, dicho reparentamiento originado por Schiff
1995), posibilitando así el desarrollo de los [1970]), ambos integrando aspectos de la
propios recursos integrativos, de manera Terapia Gestalt.
que también pudiera enriquecer individual- Respecto a los estados del yo, la premi-
mente el enfoque de que se trate. sa fundamental de la Psicoterapia Integrati-
Sin embargo, el principal problema es va es que sólo el Adulto es apropiado, sien-
que, dado que los creadores de una psico- do entonces siempre inapropiados el Padre
terapia integrativa han de “escoger” lo que y el Niño, los cuales han de integrarse en el
quieren integrar de los diferentes enfoques, Adulto mediante el trabajo terapéutico. Esto
ello lleva inevitablemente, incluso siendo está en contradicción con la aportación ber-
justificado, a un fuerte “recorte” de la teorí niana de que existen tres estados del yo:
y la práctica de los enfoques originales, con Padre, Adulto y Niño, cada uno con funcio-
el riesgo de desvirtuarlos, por lo menos nes diferenciadas y que pueden ser apro-
ante quienes no los conocen. Y eso aún es piados e inapropiados. Y este enfoque so-
peor si, como sucede con la Psicoterapia bre la funcionalidad de los estados del yo
Integrativa originada por Erskine y Traut- iniciado por Berne ha permitido desarrollar
man (1996), existe una controversia impor- los modelos funcionales de primero y se-
tante en cuanto a algunos conceptos fun- gundo orden, que no tienen valor ni existen
damentales del Análisis Transaccional, para la Psicoterapia Integrativa.
principalmente en el tema de los estados Sin embargo, puede considerarse que
del yo, hasta el punto que ha provocado un hay alguna excepción dentro del enfoque
cisma con dos modelos dentro del AT, lo integrativo, como la de Little (2001), que en
que determina también bastante la manera su artículo sobre los procesos esquizoides,
de enfocar la terapia. se refiere al estado del yo Niño Aislado y a
La Psicoterapia Integrativa se ha desa- aislamiento –o sea, lo que ahora llamo
rrollado a partir de la experiencia de Erski- Niño Retraído y retraimiento–, citando in-
ne y Trautman en el Análisis Transaccional, cluso mi definición del concepto:
hasta el punto de que al principio, antes de Tratando sobre los tres estilos del Niño
que culminaran desmarcándose del AT, le Adaptado –la sumisión, la rebeldía y el aisla-
llamaban Análisis Transaccional Integrativo miento– Oller Vallejo (en el original consta
sólo Vallejo, 1986) describe el aislamiento
(Erskine y Trautman, 1997). Dicho enfoque
como “la conducta adaptativa que acompaña
combina teorías y métodos de los siguien- al desespero y resignación después de una
tes modelos: el enfoque psicodinámico, el pérdida, privación, destrucción, abandono o
enfoque centrado en el cliente, el conduc- fracaso de algo, ya sea una persona, cosa o
tual, el cognitivo, la terapia familiar, la tera- situación (pág. 116).
pia gestalt, las psicoterapias corporales, la La única salvedad, que es una caracte-
teoría de las relaciones objetales, la psico- rística del enfoque de la Psicoterapia Inte-
logía psicoanalítica del yo y desde luego el grativa, es que en dicho modelo no se con-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


326 Jordi Oller Vallejo

sidera que el estado del yo Niño pueda te- grama del curso 101 (en donde figura com
ner funciones apropiadas al aquí y el ahora, “descripciones conductuales” de los esta-
sino que siempre es una manifestación ina- dos del yo), sino incluso de los libros de
propiada del pasado, aunque tuvo y tenga texto de AT, de manera que ya no sea más
todavía su utilidad para la supervivencia. Es enseñado como parte de la formación. No
decir, que el estado del yo al que se refier me consta sí Stewart está adscrito al enfo-
Little (2001) es al inapropiado Niño Aislado que de la Psicoterapia Integrativa, pero sí
Regresivo, no contemplándose las función que suscribe análogos criterios conceptua-
apropiada del aislamiento o, mejor dicho, les sobre los estados del yo.
retraimiento, que yo sí tomo en cuenta, Me resulta sorprendente la actitud contra-
como, por lo general, por lo menos aquí en dictoria de Stewart en tanto que ha co-escrito
Europa, se toman en cuenta los usos apro- y publicado un libro (Stewart y Joines, 1987)
piados e inapropiados de todos los estados que incluye todo un capítulo sobre el enfo-
del yo funcionales, por parte de quienes que funcional. Por cierto, un libro que ha sido
suscribimos el modelo funcional. He aporta- traducido y publicado en 2007 en España, y
do algunas propuestas integradoras (Oller que se presenta como exponente del AT de
Vallejo, 1997, 2003) para solventar la con- “hoy en día”, que está visto que no es todo lo
troversia, pero la situación y en consecuen- actual que dice ser. Sin embargo, salvando
cia el cisma, sigue manteniéndose igual. la contradicción citada, el que no se distingue
Afortunadamente, lo que todavía no se ha en el Niño Adaptado los estados del yo fun-
logrado solventar a nivel conceptual, hay cionales de segundo orden, ni se considera
quienes hacen por resolverlo a nivel práctico. ninguna de mis aportaciones sobre el tema,
Me refiero a Cuadr 4 (2007) aquí en España, en general es un texto completo de Análisis
quien como Analista Transaccional Docente Transaccional según los “cánones”.
y Supervisor de la ITAA y EATA, y también Posiblemente no es su intención, pero
Psicoterapeuta Integrativo Docente y Super- en mi fantasía es como si para Stewart si
visor de la IIPA 5, toma en cuenta en su pro- algo presenta contradicciones y es difícil de
grama formativo tanto el modelo del Análisis sustentar claramente, lo más sencillo es eli-
Transaccional tal como en general ha venido minarlo, no mereciendo la pena trabajar en
siendo conocido, como el modelo de la Psi- buscar aclararlo. Aunque no sea lo que es-
coterapia Integrativa. Y los aúna recuperan- tuviese en la menta de Stewart, esta mane-
do nuevamente para su enfoque el término ra de proceder me recuerda la aplicación
de Análisis Transaccional Integrativo. negativa del principio de Ockham, llevado
hasta sus últimas consecuencias.

PRESERVAR EL MODELO FUNCIONAL


DE LOS ESTADOS DEL YO DEL PRINCIPIO DE OCKHAM
NO SIEMPRE RESULTA LA VERDAD
Una circunstancia nefasta para el mode-
lo funcional es la promovida por Stewart Berne recomendaba razonar y explicar
(2002), quien ha llamado a la acción para las cosas aplicando el llamado principio de
la eliminación completa del mismo dentro Ockham, recomendación que ha quedado
del Análisis Transaccional, no sólo del pro- establecida más o menos como norma den-

4
Quien, por estar entre las excepciones, aprovecho para citar que además toma en cuenta mi contribución sobre el re-
traimiento.
5
International Integrative Psychotherapy Association - IIPA.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Sobre el niño retraído: otro estado del yo apropiado, además del niño sumiso y el niño rebelde 327

tro del Análisis Transaccional. Se le llama sión y la rebeldía, y desde luego puede que
también principio de economía o de parsi- esto sea suficiente para describir o explica
monia, que dice que “no ha de suponerse la una parte de los tipos de reacción, pero ello
existencia de más cosas que las absoluta- no permite explicar de manera completa
mente necesarias”, lo que a nivel concreto, toda la gama de fenómenos que se dan en
ya se trate de una solución, opción o expli- la realidad, posibilitando por tanto que algu-
cación, puede formularse como “en igual- nos de dichos fenómenos queden sin posi-
dad de condiciones la más sencilla es pro- bilidad de ser identificados y analizados.
bablemente suficiente” y también “la plurali En definitiva, un mal uso del principio d
dad no debe postularse sin necesidad”. Por Ockham en aras a la sencillez de lo tradi-
ejemplo, si uno se encuentra en una ciudad cionalmente establecido, puede abocar a
española y escucha galopar en la calle, po- descontar una parte de la realidad, y en el
dría llegar a considerar si trata de caballos o tema que nos ocupa esta parte es el Niño
de cebras, pero la explicación más probable Retraído, una de las subformas funcionales
y sencilla es que se trata de caballos. del Niño Adaptado.
Sin embargo, el que la solución, opción o
explicación más sencilla sea probablemente
suficiente, no implica necesariamente que se LA INERCIA A MANTENER
verdadera, pudiendo no serlo o serlo sólo en EL SABER ESTABLECIDO
parte. Por ejemplo, supongamos que en un
día de viento ha caído de un piso una maceta Cuando publiqué mi primer libro Vivir es
a la calle, de manera que buscando explica- autorrealizarse: Reflexiones y creacione
ción, de acuerdo con el principio de Ockham, en Análisis Transaccional (Oller Vallejo,
lo más sencillo y probablemente suficiente, e 1988), mi propósito quedó reflejado en l
considerar que ha caído por la acción de vien- Introducción que en su mayor parte trans-
to, pero ¿no podría también haber caído por la cribo a continuación, ya que veinte años
acción accidental o voluntaria de alguien? después lo que dije entonces sigue siendo
Desde luego, la policía no adelantaría dema- plenamente vigente:
siado en sus investigaciones si se ciñera es- Cuando queremos aprender sobre un
trictamente al principio de Ockham. Ni tampo- tema, por lo general, el primer paso es cono-
co habría adelantado demasiado la investiga- cer y memorizar lo que está establecido, lo
ción científica, si siempre se hubiese ceñid cual nos es enseñado por figuras con autori
dad (profesores, libros, etc.). Nos “somete-
estrictamente a dicho principio, que habría li-
mos” a lo enseñado, aprendiendo a razonar
mitado en muchos casos la búsqueda de la dentro de ello, según las “premisas” del saber
verdad en aras a mantener la sencillez en el establecido.
saber y lo sabido como suficiente. Esto está bien, pero después, si queremos
A mi modo de ver, lo que sucede en seguir desarrollándonos en el aprendizaje del
Análisis Transaccional con considerar que tema, hemos de llegar a reflexionar sobre l
las dos únicas formas de reaccionar ante la enseñado y a crear nuevas ideas útiles. Si
autoridad parental corresponden al Niño no, repetiremos una y otra vez lo aprendido,
Sumiso y al Niño Rebelde, es, sin ser a lo cual, después, si actuamos como figura
propósito, una elegante y tradicional aplica- con autoridad, enseñaremos a otros, general-
mente inmodificado
ción del principio de Ockham (en cierta ma-
Se han publicando bastantes libros de
nera “dos mejor que tres”), pero que deja Análisis Transaccional que suelen repetir,
fuera una tercera forma que es la del Niño más o menos, las mismas ideas. Algunas
Retraído. Desde luego, es más sencillo fueron útiles en su momento, pero, aunque
pensar en sólo las dos maneras tradiciona- siguen repitiéndose, ya están superadas.
les de reacción ante la autoridad: la sumi- Otras siguen siéndo útiles ahora y está bien

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


328 Jordi Oller Vallejo

seguir repitiéndolas, en tanto no haya algo 2001a, 2001b) (fig. 2), una denominació
mejor. que cada vez uso más cuando quiero evitar
En cambio, hay ideas nuevas que, con fre- connotaciones respecto a la edad de la
cuencia, no se divulgan todo lo que sería ne- persona, dado que es un estado del yo fun-
cesario y que conviene dar a conocer, pues
cional que continúa activo durante toda la
hacen el modelo del Análisis Transaccional
más descriptivo de la realidad. Puede que al- vida, manifestándose ya sea positiva o ne-
gunas de estas ideas necesiten aun mayor gativamente. Cuando la manifestación es
validación, pero por el momento aportan ya negativa también puedo llamarle Niño Re-
probada utilidad (págs 11-12 de la 1ª edición gresivo o también Yo Regresivo. (A lo largo
y págs. 19-20 de la 2ª edición renovada). de este artículo, la idea de “manifestación
Ya en esta primera edición describí el negativa” y análogas, ha de entenderse en
Niño Aislado, término que después en la 2ª un sentido relativo, pues de hecho repre-
edición (Oller Vallejo, 2001) cambié por el senta “lo mejor” que ha sabido hacer la per-
de Niño Retraído, renovando además todo sona para sobrevivir).
el contenido. Y en la introducción refirién
dome al libro también añadí:
Por otra parte, es también una invitación a
seguir reflexionando y creando en Análisi
Transaccional como contrapartida al aprendi-
zaje, también necesario, con el que primero
hemos de “someternos” a lo establecido
(pág. 20 de la 2ª edición renovada).
Sin embargo, la inercia a la que me refie
ro a seguir repitiendo en Análisis Transac-
cional lo establecido, sigue actualmente en
gran medida y, por ejemplo, no conozco
ningún texto español que tome en cuenta 6
el concepto ni de Niño Aislado ni como Niño Figura 2:
Retraído, lo que desde luego no es una Las formas funcionales del estado
buena manera de “cuidar” al Niño Cuidado. del Yo Niño.

Obviamente, buscar y recibir cuidados


PARTE II es una necesidad humana básica (Spitz,
1945) que perdura durante toda la vida.
LAS FORMAS FUNCIONALES DEL NIÑO Por “cuidados”, en un sentido amplio y po-
sitivo del término (pues los cuidados, al
El Niño Adaptado y el Niño Libre igual que las caricias, también pueden ser
positivos y negativos), no sólo me estoy re-
El primer estado del yo funcional que firiendo a la protección, que Bowlby (1969
manifiesta el recién nacido es el Niño Cui considera como la principal finalidad de l
dado o también Yo Cuidado (Oller Vallejo, conducta de apego), sino a todas esas

6
Por formar también parte de las excepciones en referirse al Niño Aislado y tratarse de un colega español, pues
el comentario apareció en inglés en Transactional Analysis Journal, quiero mencionar y agradecer aquí una vez más
el que Martorell (1994) en su trabajo sobre el desarrollo del AT en España y los libros publicados en español, ha es-
crito: “Tal vez el ejemplo más relevante sea el de Vivir es autorrealizarse (Oller, 1988), un texto queno sólo presenta
el modelo del AT, sino que comparte contribuciones originales del autor, incluyendo su concepto del Niño Aislado
(Oller, 1986). Este concepto es una de las pocas contribuciones, si no es la única, que ha tenido una difusión inter-
nacional” (pág. 299).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Sobre el niño retraído: otro estado del yo apropiado, además del niño sumiso y el niño rebelde 329

conductas, mensajes, enseñanzas e inclu- tón”). Sin embargo, es diferente del tipo de
so cosas, que son posibles dar o recibir individuación que es propio del funcionar
para poder satisfacer necesidades apro- del estado del yo Adulto, más caracterizada
piadas para vivir y desarrollarse saludable- por lo racional, pero que “convive” con la
mente. posibilitada por el Niño Libre, pudiendo in-
Como es natural, el niño –y después la cluso “colaborar” ambos.
persona adulta– ha de adaptarse a los cui-
dados que necesita y recibe de las figura Las tres subformas funcionales
cuidadoras que pueden dárselos. Pero tam- del Niño Adaptado
bién dichas figuras, en alguna manera, pro
mueven y refuerzan la adaptación a dichos La manifestaciones funcionales del Niño
cuidados. Esta doble adaptación y las posi- Adaptado son siempre una respuesta en
bles reacciones a ella, caracterizan la fun- reacción a la adaptación ante figuras cuida
ción del Niño Adaptado o Yo Adaptado, que doras, ya sea externas o interiorizadas, so-
puede ser positiva o negativa según sean metiéndose, rebelándose o retrayéndose
positivos o negativos los cuidados a los que ante ellas, positiva o negativamente. Distin-
la persona se adapta o a los que es adapta- go, por tanto, tres subformas funcionales,
da, reaccionando a ellos. En dicha adapta- que son las del Niño Sumiso, el Niño Re-
ción están implicados procesos de apego belde y el Niño Retraído, a las que llamo
(Bowlby, 1969), claramente evidentes en la también, respectivamente, del Yo Sumiso,
infancia, pero que continúan también en la el Yo Rebelde y el Yo Retraído (fig. 2). Es
vida adulta (Parker, Stevenson-Hinde y Ma- tas tres subformas intervienen en procesos
rris, 1991), de manera que también conti- psíquicos específicos relacionados, respec
núa, por tanto, la actividad funcional del tivamente, con el apego, el contra-apego y
Niño Adaptado, ya sea positiva o negativa. el desapego, respecto a las figuras cuida
Pero el niño –y después la persona adul- doras.
ta– también necesita manifestarse por y Respecto al concepto de Niño Sumiso,
para sí mismo, sin los adaptadores cuida- ha de tenerse en cuenta que, pese a la
dos de figuras cuidadoras, que irán dismi connotación con frecuencia peyorativa que
nuyendo conforme se vaya haciendo mayor el término sumiso tiene en nuestro idioma,
y que aún disminuirán más una vez en la de hecho, este estado del yo funcional tie-
vida adulta, aunque siga necesitándolos ne una utilidad indispensable al servicio
circunstancialmente, mayormente –aunque tanto de buscar como de recibir y aceptar
no únicamente– en la forma de figuras cui cuidados la persona, “sometiéndose” salu-
dadoras sociales. Estas manifestaciones dablemente a ellos. Pero desde luego tam-
para ser sí mismo están constituidas princi- bién se manifiesta como claramente negati
palmente por reacciones emocionales, lo vo, coincidiendo entonces más con la con-
que caracteriza la función del Niño Libre o notación del término en español, como
Yo Libre, al que Berne llamaba Niño Natu- cuando la persona se manifiesta “sometién
ral, y la cual pueden ser positiva o negativa dose” a los mandatos inhibidores que rigen
dependiendo de si incluye cumplir o no con su guión, como, por ejemplo, sucede en la
unos mínimos límites protectores, para po- dinámica del miniguión, cuando está en los
der desenvolverse e irse individuando con llamados mandatos frenadores. Y también,
seguridad. Pero es sólo un tipo de indivi- desde luego, se manifiesta como negativo
duación, más caracterizada por lo emocio- aunque no lo parezca, cuando la persona
nal y en la que es importante el juego lúdi- lo utiliza manifestando los impulsores en el
co, siendo fundamental para la autoestima miniguión negativo, “sometiéndose” a los
(por ejemplo: “¡Guaaay!, me gusto un mon- mandatos de contra-guión.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


330 Jordi Oller Vallejo

Cuando la función del Niño Sumiso es en la posición vital “yo estoy mal – tú estás
positiva, con ella la persona busca un ape- mal”, que erróneamente suele atribuirse al
go más o menos estable para poder recibir Niño Sumiso, cuando realmente correspon-
cuidados (por ejemplo: “Ayúdame en ese de al Niño Retraído negativo.
tipo de cosas, por favor”), mientras que la
del Niño Rebelde (por ejemplo: “Déjame, Neurología de las subformas
no estés diciéndome lo que he de hacer”) y funcionales del Niño Cuidado
la del Niño Retraído (por ejemplo: “No
sé…, me apena, pero siento que necesito Cada subforma funcional del Niño Cuida-
estar a solas conmigo”) están al servicio do cuenta con la contribución del cerebro
del contra-apego y el desapego, respecti- imitativo, el cerebro racional y el cerebro
vamente. Y estas dos últimas funciones, instintivo-emocional, pero este último es el
aún siendo positivas, deberían manifestar- que aporta el substrato subcortical funda-
se como estados del yo funcionales más o mental sobre el que se desarrolla evolutiva-
menos transitorios, sirviendo entonces para mente cada función. El neurocientífic
la necesaria separación que facilita pasar a Panksepp (1998) ha descrito diferentes sis-
la función del Niño Libre, para avanzar en temas operantes subcorticales, detallando
logros individuadores. los circuitos neuroanatómicos y los neuro-
Pero cuando la función del Niño Rebelde moduladores químicos que intervienen en
y del Niño Retraído son negativas, no se cada uno de ellos. He escrito ya anterior-
culmina el proceso de separación y transi- mente sobre la relación de estos sistemas
ción, quedando la persona estancada y con los estados del yo funcionales de pri-
manifestando entonces un falso individuar- mer orden (Oller Vallejo, 2004a), así que
se, el cual, sin embargo, también puede ser aquí me interesa resaltar su relación en
una opción útil para sobrevivir, a falta de concreto con las subformas funcionales del
otra mejor. Por ejemplo, Drye (1974), en su Niño Cuidado.
trabajo sobre el Niño Rebelde, describe a Los sistemas subcorticales que intervie-
una cliente mujer que se refiere a su padr nen en la dinámica funcional del Niño Su-
de la siguiente manera: “Mi necesidad de miso son el sistema del miedo y además el
ser exactamente lo opuesto de lo que él que llamo el sistema del apego filial, es de
quería, era mi única manera de sentirme cir, el sistema que está al servicio de la
como una persona separada, diferente, su- persona que necesita “someterse” a recibir
perior.” También, desde luego, un indivi- cuidados. A su vez, en este último co-parti-
duarse negativo puede ser manifestado por cipan antagónicamente, por una parte, el
una persona funcionando con el Niño Re- sistema de separación-distrés, cuya fun-
traído, como, por ejemplo, cuando no exis- ción es facilitar los sentimientos de ansie-
tiendo ya las circunstancias que inicialmen- dad y/o depresión que se viven en las si-
te la han inducido a ello, sigue retrayéndo- tuaciones de indefensión y de pérdida, lle-
se creyendo que lo mejor es estar sola y en vando a querer mantener o recuperar el
sus cosas. “someterse” al apego (Bowlby, 1969). Y por
Respecto a la manifestación negativa del otra parte, a éste le complementa el siste-
Niño Retraído, cabe mencionar también, ma del confort afectivo, cuya función es fa-
relacionándola con el miniguión negativo, cilitar los sentimientos de seguridad y tran-
que es aquella que la persona acaba viven- quilidad que se viven cuando se tiene la
ciando si completa todo el proceso que tie- protección y cuidados que da el apego.
ne lugar a partir de entrar en un impulsor, En la dinámica funcional del Niño Rebel-
sintiéndose totalmente desesperada y de- de subcorticalmente interviene el sistema de
sesperanzada. La persona vive entonces la rabia (Panksepp le llama así, pero, desde

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Sobre el niño retraído: otro estado del yo apropiado, además del niño sumiso y el niño rebelde 331

luego, la rabia es sólo la manifestación ex- do subyace o se evidencia alguna emo-


trema de este sistema, pues también puede ción primaria que domina en ella. Así, la
manifestarse simplemente enfado). Otro in- alegría, la tristeza y el enfado, dominan
vestigador (Adams, 1979) ha propuesto los respectivamente en el Niño Libre, el Niño
que llama sistema defensivo, sistema ofensi- Aislado y el Niño Rebelde, mientras que
vo y sistema de la sumisión, pero Panksepp en el Niño Sumiso dominan el afecto y el
(citado por Adams, 1979) piensa que estos miedo. Estas emociones primarias están
pueden llegar a explicarse por los sistemas reguladas principalmente por el sistema
de la rabia y del miedo que él propone. Des- límbico, manifestándose a un nivel más
de luego, siguiendo a Adams, los sistemas complejo, regulado principalmente por el
defensivo y ofensivo intervendrían en la di- neocórtex, respectivamente como lo que
námica funcional de contra-apego del Niño puede denominarse felicidad, depresión,
Rebelde, mientras que obviamente el siste- agresividad, amor –un tipo primitivo de
ma de la sumisión lo haría en la dinámica de amor– y ansiedad.
apego del Niño Sumiso. Pero desde luego, aunque alguna emo-
En cuanto al Niño Retraído, en su diná- ción en particular domina en cada forma
mica funcional subcorticalmente interviene funcional, las otras emociones coexisten
el sistema de separación-distrés, facilitando funcionalmente dentro de ella (Gormly y
los sentimientos depresivos y las conduc- Gormly, 1984). Así, por ejemplo, la función
tas de desánimo, laxitud, apatía, etc., que del Niño Sumiso lleva a la persona a bus-
se viven en las situaciones de indefensión car apegarse con afecto para evitar el mie-
y de pérdida más o menos transitorias o do y la ansiedad de separación (Bowlby,
permanentes. Anteriormente he descrito 1980), recibiendo así cuidados para sobre-
este sistema formando parte del sistema vivir. Si su propósito es frustrado, vivirá en-
del apego filial, junto con el sistema de fado y protesta de separación (Bowlby,
confort afectivo, el cual –este último– en la 1980). Y si finalmente hay privación de
función del Niño Retraído está inhibido, de apego y de los cuidados que necesita, la
manera que neurológicamente todo funcio- persona se sentira triste y vivirá un proceso
na para “retraerse” del apego y del contra- de duelo. Pero si recibe lo que necesita, se
apego, no encontrando “ventajas” en ellos sentirá alegre. Y por tanto, el posible afec-
y favoreciendo desapegarse. to, miedo, enfado, tristeza o alegría, tienen
Finalmente, en la dinámica funcional del lugar dentro de la propia función del Niño
Niño Libre intervienen, por una parte, el sis- Sumiso.
tema del juego lúdico y, por otra parte, los Sin embargo, por ejemplo, el enfado
primeros desarrollos del sistema buscador- que acompaña la protesta de separación
explorador, facilitando un autodescubri- que una persona puede expresar con su
miento individuador movido por lo emocio- Niño Sumiso contra una figura cuidadora
nal y relativamente libre del apego, pero que frustra el apego a ella, tiene una fun-
sólo relativamente. De hecho, la función del cionalidad diferente de la del enfado que
Niño Libre necesita aún de una base segu- domina en el Niño Rebelde. De hecho, el
ra (Bowlby, 1988) a partir de la cual poder primero es un enfado que está al servicio
ejercerla la persona con seguridad. de preservar el apego, mientras que el en-
fado del segundo está al servicio del con-
Las subformas del Niño cuidado tra-apego, buscando la persona con su
y su componente emocional Niño Rebelde separarse de una figura ne-
gativamente cuidadora que le mantiene en
Desde un punto de vista emocional, en un apego insaludable que le impide la indi-
cada subforma funcional del Niño Cuida- viduación.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


332 Jordi Oller Vallejo

EL NIÑO RETRAÍDO Y SU UTILIDAD La función del Niño Retraído viene emo-


FUNCIONAL cionalmente acompañada de tristeza e inclu-
so de depresión funcional, cuya manifesta-
Junto a todo lo descrito en mi primer tra- ción conductual suele ser dejadez, pereza,
bajo sobre el aislamiento (Oller Vallejo, apatía y otras por el estilo. Es el tipo de con-
1986), una manera de comprender la utili- ductas que, por ejemplo, abundan en la ado-
dad funcional y por tanto apropiada del lescencia, en la que se está dejando la infan-
Niño Retraído es, como ya he mencionado cia y que generalmente los padres las con-
anteriormente, relacionarla con los proce- funden con manifestaciones del Niño Rebel-
sos de separación-individuación. Y en con- de, lo que ayuda poco a nadie. Y se trata ni
creto con los dos subprocesos de separa- más ni menos que su hijo está viviendo el
ción que son el contra-apego y el desape- duelo por la “pérdida” de la infancia.
go, los cuales son facilitados respectiva- Pero la depresión funcional del Niño Re-
mente por la función del Niño Rebelde y la traído también abunda en la vida adulta,
del Niño Retraído. Cada función a su ma- tanto en circunstancias críticas (catástrofes,
nera, implícita o explícitamente y a veces separaciones y pérdidas) como en las me-
interactuando ambas dialécticamente, se nos graves circunstancias cotidianas del día
manifiesta no sólo en las vicisitudes y crisi a día, en las que la persona ha de desape-
que vive la persona, sino en los numerosos garse de cosas para su propio desarrollo,
y diversos momentos cotidianos en los que incluido ideas y sentimientos que ya no sir-
ésta avanza poco a poco en su desarrollo. ven. Se trata de manifestaciones que, más
Y así como con la función del Niño Re- o menos inconscientemente, van acompa-
belde la separación es facilitada mediante ñadas de una reflexión reestructuradora
la oposición al otro, o sea, como si inicial- pues en el fondo se trata de auténticos pro-
mente se expresase: “Yo soy yo, oponién- cesos de duelo que han de vivirse y com-
dome a ti”, con frecuencia, para que el con- pletarse (Oller Vallejo, 2004b), ya que si no,
tra-apego culmine en logros de individua- se coarta la reestructuración, quedando la
ción, ha de seguirle la función del Niño Re- persona fijada en aquello que debería dejar
traído facilitando el desapego, o sea, como Por tanto, ha de aceptarse y respetarse
si finalmente además se expresase: “Y en la persona –los demás y ella misma– la
soy yo, retrayéndome de ti”. Y entonces, función positiva del Niño Retraído, tanto en
una vez consumada la separación y desa- la vida cotidiana como en terapia, en la que
pegada la persona, posibilitará que ésta hasta puede ser útil fomentarla y reforzarla,
tome contacto con la función del Niño Li- obviamente dentro del marco de una sólida
bre, a favor de su individuación. Si no, la protección terapéutica.
persona puede quedar estancada en una
rebeldía o en un retraimiento infructuosos,
y con ello, en el peor de los casos, en una CONCLUSIÓN
pseudo-individuación.
Pero por lo general, las manifestaciones No obstante las circunstancias que pue-
funcionales de desapego y por tanto la fun- dan tener repercusión en que la función del
ción del Niño Retraído, son apenas resalta- Niño Retraído no sea tomada más en cuen-
das por los investigadores de los procesos ta en Análisis Transaccional, éste es eviden-
de separación-individuación, pese a su evi- temente un estado del yo funcional de suma
dencia. Sin embargo, son manifestaciones importancia en los procesos de apego-sepa-
que ha de vivirse para que puedan cumplir ración, además de la función del Niño Re-
con su utilidad, ya que si no, la persona belde, cara a alcanzar logros de individua-
queda frenada en su evolución. ción. Tomarla en cuenta en todas sus mani-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Sobre el niño retraído: otro estado del yo apropiado, además del niño sumiso y el niño rebelde 333

festaciones positivas y negativas, completa Erskine, R. G. y Trautmann, R. L. (1996). Met-


las subformas funcionales del Niño Adapta- hods of an Integrative Psychotherapy. Tran-
do, contribuyendo a dar consistencia al mo- sactional Analysis Journal, 26:. (Hay una tra-
delo funcional de los estados del yo, enfo- ducción al español de una primera parte del
artículo con el título “El proceso de la Psicote-
que que es en su origen una contribución
rapia Integrativa” en la Revista de Análisis
fundamental de Berne, más fundamental in- Transaccional y Psicología Humanista, 35,
cluso, si cabe, que la del modelo histórico- Madrid: AESPAT, 1996).
biográfico. Y por otra parte, la función del es Erskine, R. G. y Trautmann, R. L. (1997). Theo-
tado del yo Niño Retraído, al igual que la de ries and methods of an Integrative Transac-
las demás subformas adaptativas del Niño y tional Analysis: A volume of selected articles.
como la de todos los estados del yo funcio- San Francisco: TA Press.
nales, tiene una existencia real que se fun- Erskine, R. G. (1991). Transference and tran-
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Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


334 Jordi Oller Vallejo

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Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El suicida: ser matado, matarse, morir 335

ARTÍCULOS CLÁSICOS

EL SUICIDA: SER MATADO, MATARSE, MORIR1

KEN MELLOR1

RESUMEN

Para ayudar a los suicidas a que se mantengan vivos, éstos deben cobrar conciencia
de los tres aspectos del acto de auto-destrucción. Estos aspectos son: ser matado, ma-
tar y morir. El terapeuta ha de identificar los grados en que cada suicida está motivad
y/o comprometido con cada faceta de sus muertes. Después, cada suicida potencial ha
de enfrentarse con sus motivaciones en el proceso de decidir «no suicidarse», «no ma-
tarse» y «vivir». El autor del artículo muestra un proceso en cuatro pasos que ayuda a
asegurar que cubren todos los puntos y conseguir una integración final. El cliente ne
cesita negociar con cada estado del Ego como parte del proceso hasta tomar las deci-
siones correspondientes.
Palabras clave: Suicidio, matar, vivir, redecisiones, proceso en cuatro pasos.

SUICIDE: BEING KILLED, KILLING, AND DYING

ABSTRACT

To help suicidal people stay alive one must be aware of the three aspects of the act
of self-destruction. These aspects are: being killed, killing and dying. The degrees to
which each suicidal person is motivated and/or committed to each facet of their own
deaths need to be identified. Their motivations and commitments are then dealt with i
the process of making «no suicide», «no homicide-of self» and «life» decisions. A four
steps process help ensure that all points are covered and a final integration achieved
Contracts with each ego state may need to be negotiated as part of the process until co-
rresponding redecisions are made.
Key Words: Suicide, killing, living, redecissions, four steps process

LE SUICIDÉ: ÊTRE TUÉ, SE TUER, MOURIR

RÉSUMÉ

Pour aider les suicidés à se tenir vivants, ceux-ci doivent prendre conscience des
trois aspects de l´acte d´auto-destruction. Ces aspects sont: être tué, tuer, et mourir.Le
thérapeute doit identifier les dégrès pour lequels chaque suicidé est motivé et/ou com
promis avec chaque facette de ses morts. Après, chaque suicidé potentiel doit affronter

1
Mellor, K. (1979). Suicide: Being Killed, Killing, and Dying. Transactional Analysis Journal, IX, 3, Julio 1979, 182-
188. Traducción: Milagros Casto Lucas y Antonio Martín Villuendas. Supervisión: Equipo de www.bernecomunicacon.net

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


336 Ken Mellor

ses motivations dans le processus de décider «pas de suicide» «ne pas se tuer» et «vivre».
L´auteur de l´article montre quatre pas du processus pour aider à assurer qu’ils couv-
rent tous les points et réussir à une integration finale. Le client a besoin de négocie
avec chaque état de l´Ego comme part du processus jusqu´à ce qu´il puisse prendre les
decisions correspondantes.
Mots clé: Suicide, tuer, vivre, décisions, quatre pas pour le processus.

INTRODUCCIÓN que pronuncie la frase: «Pase lo que pase,


no me mataré, ni intencional ni accidental-
En un suicida, la misma persona mata, mente, en ningún momento».
es matada y muere. Karl Menninger (1938) Un gran número de terapeutas confirma
analizó detalladamente tres motivaciones su experiencia: «Si el paciente manifiest
relacionadas: el deseo de ser matado, el que se siente confiado con esta frase, si
deseo de matar, el deseo de morir. aportar restricciones directas o indirectas y
Según él, estos tres deseos coexisten, sin acompañarla de tonos de voz o movi-
en grados diversos, en toda persona que mientos incongruentes, aquél que evalúa el
ha planificado su suicidio o es potencial riesgo puede considerar que el suicidio no
mente suicida. Estos últimos años he trata- es un problema a tomar en consideración».
do más de cincuenta personas suicidas. Mi En este momento, la persona ha tomado
experiencia confirma los puntos de vista d una decisión de no-suicidio ilimitada en el
Meininger en todos los aspectos. Añado tiempo.
que los suicidas no se distinguen solamen- Por el contrario, si aparecen restriccio-
te por el nivel de cada una de estas tres nes, no hay que descartar la posibilidad de
motivaciones, sino también por la intensi- suicidio. Una tarea tiene, pues, prioridad
dad de su determinación en llevarlas a ca- absoluta sobre todas las demás: animar a
bo. ¿Cómo tratar, pues, estos tres aspec- la persona a hacer un contrato firme de no
tos de la motivación y de la determinación suicidio, basándose en la frase de control
para prevenir el suicidio? He aquí mi res- que el autor ha presentado arriba. El último
puesta: para estar definitivamente fuera d objetivo es obtener una decisión de no-sui-
peligro, toda persona suicida tiene una ne- cidio ilimitado en el tiempo después de re-
cesidad potencial de tres redecisiones dis- solver la resistencia. Entretanto, contratos
tintas: «no suicidarse», «no matarse», «vi- a corto plazo suministran la Protección ne-
vir». cesaria. Al principio es posible que la per-
sona no quiera comprometerse más que
La decisión de «No suicidarse»: durante unos minutos, un día, un mes. En
Un método establecido el curso del trabajo, el cliente alarga pro-
gresivamente estos períodos, desde el mo-
Robert Drye y Robert y Mary Goulding mento en que sea posible hasta que al-
(1973, pp. 171-174) pusieron a punto un cance el objetivo final. Durante todo est
método elegante, simple y eficaz: permit tiempo, es importante asegurarse de tomar
evaluar y seguir la evolución de un riesgo todas las disposiciones para renovar el
real de suicidio, y asegurar la fiabilidad d compromiso antes de que expire. Si, al
la decisión de no-suicidio. Su trabajo salvó principio o después, falla, es posible recu-
la vida a no pocas personas. Para algunas, rrir a una acción protectora, como la hospi-
al menos, era su única posibilidad. talización. Con quienes desean suicidarse
El método consiste en estimar el riesgo o pueden hacerlo, la Protección es de una
real de suicidio animando a la persona a importancia primordial.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El suicida: ser matado, matarse, morir 337

Una ligera modificació cionamiento me parecía claro y eficaz. Re


cientemente, otras experiencias me mos-
Recomiendo vivamente la frase de con- traron, también muy claramente, que algu-
trol de Drye y Goulding. Es breve y fácil de nas personas necesitan, además, otras re-
retener. Sin embargo, algunos de mis pa- decisiones para vivir seguras consigo mis-
cientes descubrieron que contenía huecos mas. En su caso, la decisión de no-suicidio
que podrían aprovechar para matarse a sí es insuficiente para tratar los tres tipos d
mismos. Por eso, yo me sirvo de una ver- motivaciones y las resoluciones que se de-
sión más larga: ducen de ellas. En efecto, estas personas
«No me mataré, y no me haré daño de recurrieron a exclusiones para ponerse al
ninguna manera, ni intencional ni acciden- abrigo de algunos aspectos de la amenaza
talmente, y no me las apañaré para que interna de muerte. Para ellas, una decisión
cualquier otro me mate o me haga daño» de no-suicidio no tiene efecto más que so-
Las personas que pronuncian esta frase bre su motivación y su determinación de
y se comprometen realmente están fuera ser matadas. Su motivación de matar, su
de peligro. deseo de morir y las determinaciones co-
Algunos clientes no están dispuestos a rrespondientes permanecen fuera del pro-
comprometerse. Al principio, algunos se li- ceso. Estos casos me animaron a recono-
mitan al compromiso de no matarse y re- cer que, algunas veces, una decisión de
húsan decidir no hacerse mal de alguna no-suicidio no significa la resolución de ma
otra forma. A veces, no veo cómo pueden tar y/o de morir prematuramente. El peligro
tener el doble compromiso de no matarse expuesto es muy grave: la decisión de no-
y de no hacerse daño. Todavía no han suicidio les libera de sus impulsos de ofre-
aprendido cómo protegerse eficazmente. cerse ellos mismos como víctimas, pero no
Éste es el caso, por ejemplo, cuando su- alcanza ni a su parte homicida ni a su de-
fren migrañas u otros dolores físicos. A pe- cisión d e morir.
sar mío, me contento, a fin de cuentas a tí
tulo provisional, con que decidan no matar- La decisión de no matarse: su historia
se. Mantengo en reserva el compromiso de
no hacerse daño, a fin de volverlo a recor En el caso de personas homicidas o pe-
dar cuando se presente la ocasión. Sin em- ligrosas para otros era natural modificar as
bargo, abordo explícitamente todos los ac- la frase de control de Drye y Goulding: «No
tos externos: herirse, golpearse o cortarse. mataré a nadie, y no haré daño a nadie de
Negocio contratos limitados durante unos ninguna forma, ni intencional ni accidental-
períodos en los que !as personas piensan mente, y no me las apañaré para que al-
que se sentirán a salvo de sus actos auto- guien dañe a otro en mi lugar». En familias
destructivos. Como en el contrato de no- donde es frecuente la violencia, el impacto
suicidio, la Protección es primordial. Mi úl- de estas decisiones es enorme. El objetivo
timo objetivo es el mandato y la decisión ili- es obtener una decisión de no-homicidio ili-
mitada en el tiempo, de no hacerse daño. mitada en el tiempo. De la misma forma
que para las decisiones de no-suicidio, es
La necesidad de ir más lejos útil aceptar contratos provisionales si la
persona no está dispuesta a comprometer-
Durante largo tiempo, me ha parecido se a fondo. Un día los problemas de una
que el contrato de no-suicidio, con la re-de- cliente me animaron a obtener de ella dos
cisión correspondiente, era suficiente par decisiones de no-homicidio. Sin embargo,
ayudar a las personas a hacer frente a sus un elemento nuevo se presentaba: estas
ideas y a sus impulsos homicidas. Su fun- decisiones se referían la una y la otra a la

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


338 Ken Mellor

persona misma, cuyas tendencias autodes- sis explica ciertos aspectos de su relación.
tructivas internas formaban una trama es- Por el contrario, explico mejor otros aspec-
trecha y compacta. tos en el diagrama de la Figura 1. Cada ge-
melo posee su propia versión interna de su
Ejemplo 1 hermano o de su hermana, pero no actúa
más que a partir de su propio lado de la di-
Susana tiene un hermano gemelo, Si- visión; normalmente, sin reconocer la pre-
món. Éste no tenía problemas graves. sencia del otro. Cuando se alejan física-
Cuando se enrabietaba, lo que no era raro, mente, sus personalidades a menudo per-
ella temía por su vida. Yo presentía ten- manecen fragmentadas, porque no activan
dencias suicidas. En el curso de un traba- la parte de ellos mismos que proviene del
jo con las dos sillas, me di cuenta de que, otro.
en tanto que «Simón», no era consciente
de ser Susana. Era también evidente que
«Simón», que no escondía sus intenciones
suicidas ante Susana, era también suicida,
pero lo negaba. Yo también tengo un her-
mano gemelo. Enseguida pensé que era
muy raro que un gemelo tuviera un proble-
ma sin que el otro lo tuviera también. Me
puse a verificar si Susana era homicida an
te «Simón». Ella lo negaba, pero yo lo du-
daba. Invité a los dos personajes a decir
cada uno las dos frases de control: no sui-
cidio y no homicidio. Susana tomó rápida-
mente la decisión de no-suicidio pero rehu-
saba encarar la de no matar a «Simón».
Este último tomó sin dificultad la decisió
de no matar a Susana, pero rechazaba
también categóricamente la decisión de no-
suicidio. Después de esto, necesité una ho-
ra de trabajo muy emotiva para obtener de
cada uno de ellos las decisiones indispen- Figura 1
sables. A lo largo de todo el trabajo, cada
uno se presentaba como una personalidad Una parte de esta joven era homicida
completa con sus tres estados del yo. Pe- respecto a ella misma: sobre esto, una de-
ro cuando la persona. funcionaba como Su- cisión de no-suicidio no tenía efecto. Para
sana, no tenía más que una escasa cons- «Simón», efectivamente la decisión de no-
ciencia de «Simón» en ella, o ninguna. Por suicidio de Susana no tiene el menor efec-
otra parte, cuando ella era «Simón», lo que to en el homicidio que él proyecta ni, lo
jamás se había permitido hacerlo antes, que es también importante, en su resolu-
«él» era poco consciente de Susana. ción suicida. Existía, pues, la posibilidad
Cuando acabamos el trabajo, se sentía ali- de que Susana tomara decisiones claras y
viada y segura. Su sorpresa era grande al firmes de no suicidarse y de no matar
descubrir y al comenzar a integrar una par- «Simón» y que, a pesar de ello, pone fin
te de ella misma que había excluido hasta sus días utilizando los problemas no re-
entonces. Me veo obligado a advertir lo si- sueltos de «Simón» para animarle a ha-
guiente: para muchos gemelos, la simbio- cerlo en su lugar.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El suicida: ser matado, matarse, morir 339

No había razón para creer que tal diná- su padre quería realmente matarle. Así in-
mica fuera sólo el destino de los gemelos. corporó un Padre violento y homicida. Du-
Otras personas pueden tratar de esta ma- daba en tomar una decisión firme de no-sui
nera una parte de ellas mismas y excluir a cidio a partir del Niño, pero aceptaba dejar
un Padre o a un Niño homicidas. Desde en- hablar a su padre, «Santiago», que parece
tonces, una decisión de no-suicidio puede ser la causa de su reticencia. Entonces, pa-
muy bien no tener impacto alguno sobre la recía que «Santiago» no es duro más que
parte homicida excluida. No hay garantía al- de fachada. En el fondo, tiene miedo de su
guna de que no pase a la acción en un mo- incapacidad como padre. Pega a sus hijos
mento dado. Es especialmente cierto si una porque está desesperado. Cree que ésta es
motivación o una resolución de morir per- la mejor manera de hacerlo cuando se com-
manece en las partes no excluidas. Traté a portan mal. Yo me comprometo con él en
no pocas personas que excluían a su Pa- una discusión franca a propósito de los efec-
dre. No encontré exclusión alguna del Niño. tos de este comportamiento sobre los niños.
Aquí, la entrevista del Padre, que John Mc- Acepta no decir desatinos, se compromete
Neel puso a punto (1976, Pp. 61-68), se re- inmediatamente a tratar a Willy de forma di-
veló muy importarte. Me permitió abordar al ferente. Toma rápidamente la decisión de no
Padre como si se tratara de una persona matar a Willy. Como a veces sus impulsos
separada, lo que corresponde, por otra par- homicidas actúan también sobre otros, toma
te, a la experiencia interna de la persona y la decisión, más general, de no matar a na-
a obtener de ella las decisiones necesarias. die. Recostado en su propia silla, Willy está
aliviado: su cara se expande en una amplia
sonrisa. Dice: «Si Santiago hubiera hecho lo
anterior un día u otro, no creo que hubiera
podido detenerle». Para verificar, yo le digo
«Ya sabes, tú habrías tenido que decidir que
él se adueñara de la situación». Él respon-
de: «Ya sé, y no creo que le hubiera tenido
porque creí que él era demasiado fuerte».
Siguió su trabajo estableciendo un contrato
claro y firme de no-suicidio
De esta experiencia y de otras, concluí que
la decisión de no matarse es, a veces, una
etapa necesaria para tratar a una persona po-
tencialmente suicida. Esta decisión trata de la
motivación o compromiso de una parte de
matar a otra. La mayor seguridad parece re-
sultar cuando el cliente especifica en el con
trato el nombre del objetivo de su homicidio.
Generalmente, esta dinámica se juega entre
el Padre y el Niño, pero no siempre, como lo
Figura 2 muestra el caso de Susana y Simón. A ve-
ces, se trata de diferentes partes del Padre.
Ejemplo 2
La decisión de vivir
El padre de Willy era un tirano. A menu-
do le pegaba, gritando que un día le mata- Las personas suicidas manifiestan un
ría. En aquel momento, Willy pensaba que motivación o una determinación de morir.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


340 Ken Mellor

Generalmente, este aspecto está mezclado duda la asaltaba: ¿no era de locos haber
con los dos precedentes, lo que contribuye tomado las dos decisiones?. Finalmente,
a veces a oscurecerlo. Sin embargo, llega después de su decisión de vivir, desapa-
a ser primordial. Es posible, por ejemplo, reció una gran parte de su angustia. Su
que las ideas suicidas u homicidas hayan compromiso de vivir, y no solamente de no
sido estimuladas por las ideas de muerte o matarse, fue el giro más importante de su
por una decisión de morir. A la inversa, una crecimiento. Precisamente en aquel mo-
persona puede detenerse al borde del sui- mento ella ya no se planteó la cuestión del
cidio por la única razón de que su motiva- suicidio.
ción o su determinación de morir no es lo
bastante fuerte. Sea lo que sea, cuando es- Un método
tá ausente el compromiso firme de vivir, l
probabilidad del suicidio, o de una vida sin Después de convencerme de la necesidad
objetivo y sin alegría, permanece demasia- de tratar los tres aspectos de las decisiones
do fuerte para que la persona esté segura. suicidas en algunos casos, he puesto a pun-
Una cosa es decidir no matarse ni ser to un proceso en cuatro etapas. Me permite,
muerto; otra es decidir vivir. antes de considerar a la persona definitiva
Abordo este aspecto como ayuda a la mente fuera de peligro, estar seguro de ha-
decisión de vivir. Me sirvo de esta frase de berme ocupado de cada uno de ellos.
control: «Yo viviré una vida sana y plena, y 1ª etapa: Identifica la motivación y/o l
la promoveré en los demás». voluntad suicida en cada estado del yo.
Es útil verificar el sentido de las palabra Identifica la motivación y/o la resolució
«vida sana y plena» para la persona que homicida en cada estado del yo.
toma esta decisión, y asegurarse de que no Identifica el o los estados del yo que tie
prepara escapatorias. nen una motivación y/o una resolución de
Para algunas personas que tienen pro- morir.
blemas de suicidio, a veces lo más fácil es Cada uno de los tres aspectos puede si-
comenzar por obtener esta decisión de vi- tuarse en el Niño o el Padre y estar inves-
vir. Abre entonces la vía a decisiones ulte- tido allí de niveles variables de energía.
riores de no-suicidio y de no-homicidio. A 2ª etapa: Sirviéndonos de las tres frases
veces, es más fácil situarla en el curso del de control, obtenemos de la persona las re-
proceso, o al final decisiones necesarias de no-suicidio, de
no-homicidio y de vivir, en cada una de las
Ejemplo 3 partes estudiadas. No consideramos el tra-
bajo terminado si no hemos considerado
Andrea sentía la vida como una curva cada una de ellas. Antes de pasar a la re-
permanente y monótona. Se mantuvo día decisión, el cliente puede necesitar contra-
tras día gracias a un consuelo: «Si las co- tos a corto plazo para protegerlo.
sas van verdaderanente demasiado mal, En este objetivo, consideramos que el
siempre podría matarme o matar a los ni- trabajo de redecisión con dos o más sillas
ños». Como resultado de un largo trabajo, es una herramienta poderosa para el Pa-
decide no suicidarse y no matar. dre. Es posible llevar a cabo la entrevista
La vemos aquí decidida a vivir. Después del Padre, siguiendo el modelo de John
de su redecisión, luchó durante seis se- McNeel, llamando a cada parte con el nom-
manas con su pánico y su sensación de bre propio. Recordemos la importancia de
estar sumergida en todo a lo que ella de- designar nominalmente a la víctima en po-
bía afrontar en el momento actual. Hasta tencia en el texto de toda decisión de no-
entonces, había logrado posponer esto. La homicidio, ya se trate de un acto del Niño

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


El suicida: ser matado, matarse, morir 341

hacia el Padre, del Padre hacia el Niño, o Ejemplo 4: La infancia de Geraldine fue
del Padre hacia el Padre. Por ejemplo, terrible. Después de un aborto fallido, su
John, en el papel de su madre homicida di- madre intentó muchas veces matarla. Aún
ce: «No te mataré y no te haré daño, John, bebe, su herma mayor la tiró al suelo que-
ni a ninguna otra persona, de cualquier ma- riendo matarla. Más tarde, salía a pasear
nera que sea...». con Geraldine y la perdía para desembara-
Una observación: a propósito de proble- zarse de ella. También su padre había in-
mas suicidas y/o homicidas, hay grandes tentado muchas veces matarla. Su madre y
posibilidades de encontrar la locura en el su hermana eran dos suicidas. Su madre
Padre de la persona. McNeel nos previene quería morir y, hasta el fin de la adoles
de no recurrir a la entrevista con el Padre cencia de Geraldine, bebía mucho para sui-
si el padre de la persona está loco. Para cidarse. Murió tras una serie de escenas
mí, esto constituye una advertencia, no una con el padres: la violencia era tal que una
prohibición categórica, como otros parecen muerte parecía inminente. ¿Es extraño
haber entendido. Los terapeutas experi- que, desde entonces, Geraldine sea igual-
mentados en el tratamiento de debilidades mente tan destructiva consigo misma y que
profundas o de la «locura» pueden entre- tenga no pocas ideas suicidas?
vistar muy bien a un Padre loco y obtener La etapa 1ª terminó así: en su Padre,
excelentes resultados, sobre todo al traba- tres personas son homicidas hacia ella, dos
jar en la línea del reparentalización (Schiff, son suicidas y una quiere morir. Su padre
1970; Schiff y otros, 1975 ). Esto puede ser y su madre mantienen un potencial homici-
una condición necesaria de una liberación da mutuo. Ella es suicida y quiere morir.
suficiente del Padre para las decisiones En una sesión en la que ella revive el na-
que se imponen. cimiento de su propio hijo, Geraldine reex-
3ª etapa: Antes o durante la toma de de- perimentó de un golpe su propio nacimien-
cisión, hay que efectuar un trabajo de inte- to. El resultado fue que decidió claramente
gración, en el que las diferentes partes de la no suicidarse y vivir. Durante dos días, se
persona expresen y discutan sus reacciones sintió segura por primera vez en su vida;
unos frente a otros. A veces, es útil animar- después, comenzó a sentir pánico. Se dio
les a poner a punto un sistema de señales cuenta de que su decisión de morir sirvió
pasa advertirse mutuamente de los terrenos de protección contra los ataques internos
a evitar o, mejor todavía, del sostén que de su «madre», de su «hermana» y de su
ellas pueden aportar. Si hay muchas partes «padre». Después de cambiar esta deci-
interesadas, este trabajo puede no hacer sión, ellos estaban dispuestos a matarla.
perder el tiempo. Vale la pena, porque des- Durante tres sesiones sucesivas, celebré
pués de esto, la persona se siente por pri- tres entrevistas con el Padre, asegurando
mera vez unificada y sólida, sin reliquias d en los intervalos la Protección necesaria
viejas separaciones interiores. hasta finalizar el proceso
4ª etapa: Conviene verificar que todo e En el curso de la primera, marcada por
trabajo necesario se cumpla, haciendo re- no y de reparentalización, su «madre» to-
petir a la persona la frase de control que ma las decisiones de no-homicidio, de no-
reúne a las otras tres: «No mataré a nadie, suicidio y de vivir. En la segunda, es su
no haré mal a nadie, ni a mí mismo ni a «hermana» quien toma las decisiones de
ningún otro, ya sea accidentalmente o a no-suicidio y de no-homicidio, gracias a un
propósito; no me las apañaré de ningún ligero trabajo de reparentalización. En la
modo para que nadie me lo haga o lo ha- tercera, su «padre» decide «no matar»
ga en mi lugar; viviré una vida sana y ple- Tengo la impresión de que trabajó para sí
na y la promoveré en los demás». misma entre bastidores mientras que la

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


342 Ken Mellor

«madre» y la «hermana» ocupaban la es- se de ello cuando encuentra resistencia en


cena. Finalmente, juntamos al «padre» y a el Padre. A veces, discutir brevemente con
la «madre» para que decidieran «no ma- el Niño sobre la energía que invierte para
tarse» el uno al otro. que el Padre permanezca tal como es, ser-
La 2ª etapa se cumplió; el Niño de Ge- virá para tratar la resistencia En lo que con-
raldine decidió no suicidarse y vivir y, en cierne al orden de los diferentes puntos,
su Padre, la «madre», la «hermana» y el estoy convencido de que el método más
«padre» decidieron lo que Geraldine nece- eficaz es generalmente ponerse en el luga
sitaba. de la persona y adaptarse al orden en que
En el curso de períodos de integración al quiere abordar los asuntos. La duración de
finalizar cada sesión, todos estos persona ocuparse de estas cuestiones varía de una
jes se descubrieron intereses comunes y sola sesión, cuando los problemas son cla-
mucho amor y compasión de los unos ha- ros y fácilmente relacionados, a varios
cia los otros, lo que hasta entonces no ha- años, cuando los asuntos son oscuros y
bía aparecido antes en ninguna ocasión. estrechamente imbricados.
Hicieron inventario de los puntos difíciles y
se pusieron de acuerdo sobre la forma de
abordarlos. Geraldine se siente segura e REFERENCIAS
interiormente unificada. Ésta es la etapa 3ª
que conduce a la integración interna, a la Drye, R. R., Goulding, R y Goulding, M. (1973).
vez producida y marcada por el fin de la ex Patient Monitoring of Suicide. American Jour-
clusión de los aspectos del Padre y del Ni- nal of Psychiatry, 130, 2, 1973, 171-174.
ño que hemos considerado. McNeel, J. (1976). The Parent Interview. T.A. J.,
VI, 1, 61-68.
Meininger, K. (1938). Man against Himself, Part
Observaciones generales
II, Londres: Harvest Books.
Schiff, J. (1970). All My Children. Nueva York:
Este tipo de trabajo supone tratar a toda
Pyramid Books.
una familia y, a veces, todavía más, en el
Schiff, J. y otros (1975). Cathesis Reader, pp. 38-
interior de una sola persona. Hay no pocas 90. Nueva York: Harper and Row.
analogías con la terapia familiar. Primero, Steiner, Cl. (1971). Games Alcoholics Play, pp. 177-
muchas técnicas se aplican directamente. 180. Nueva York: Ballantine Books.
Por otra parte, la energía disponible es muy Steiner, Cl. (1974). Scripts People Live, pp. 261-
grande y el terapeuta recompensa el tra- 263. Nueva York: Grove Press.
bajo del cliente con cambios a la vez so-
bresalientes y rápidos. Fundamentalmente, Recibido: 4 de noviembre, 2008
es el Niño de la persona quien tiene la di- Evaluado: 11 de Noviembre, 2008
rección de lo que pasa: es bueno acordar- Aceptado: 15 de Noviembre, 2008

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Cómo hacer a una persona pasivo-agresiva o poder y contrapoder 343

CÓMO HACER A UNA PERSONA PASIVO-AGRESIVA


O PODER Y CONTRAPODER

MOLLY COLE1

RESUMEN

La pasividad-agresividad es inducida; no es un rasgo inherente. El autor presenta


los pasos para crear una personalidad pasivo-agresiva y describe el juego de lucha de
poder. También, presenta los efectos del juego en la persona pasivo-agresiva, sugiere
ciertas precauciones para tratarla y cómo remediar los efectos del juego.
Palabras clave: Pasividad-agresividad, juego de la lucha de poder, efectos, remedio.

HOW TO MAKE A PERSON PASSIVE-AGRESSIVE, OR THE POWER


STRUGGLE GAME

ABSTRACT

Passive-aggressiveness is induced; it is not an inherent trait. The steps in creating a


passive- aggresive personality are presented, and the power struggle game is descri-
bed. The author also describes the effects of the game on the passive-aggresive person,
suggests caveats in dealing with him, and makes suggestions for remedying the effects
of the game.
Key Words: Passive-aggressiveness, power struggle game, effects, remedy

COMMENT FAIRE UNE PERSONNE PASSIVE-AGGRESSIVE OU


POUVOIR ET CONTREPOUVOIR

RÉSUMÉ

La passivité –agressivité est induite, ce n´est pas un trait inhérent. L´auteur présente
les pas qui servent à créer une personnalité passive-agressive et il décrit le jeu de la
lutte du pouvoir. Il présente aussi les effects du jeu dans la personne passive-agressive
et il suggère la façon d´arranger les effects du jeu.
Mots clé: Passivité-agressivité, jeu de la lutte du pouvoir, effects, remède.

El comportamiento pasivo-agresivo es, tablecer claramente el origen de tal actitud.


sin duda alguna, uno de los problemas más En primer lugar, para no invitar a este juego
frustrantes para los terapeutas. Cuanto más a los clientes. Además, para prevenir a los
trabajan estos para ayudar a su cliente, pa- educadores y que no hagan a sus discípu-
rece que éste tiene menos interés por cola- los pasivo-agresivos y ayudarles a que faci-
borar. A este respecto, es fundamental es- liten la salida de aquellos que ya han llega-

1
Cole, M. (1984). How To Make a Person Passive-Agressive, or «The Power Struggle Game. Transactional Analysis
Journal, XIV, 3,7, 191-194.
Traducción: Francisco Massó Cantarero. Revisión: Equipo de www.bernecomunicacon.net

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


344 Molly Cole

do a ser pasivo-agresivos. Finalmente, lo otro haga lo que yo quiero mediante un mé-


más importante, ayudar a las personas pa- todo que lo deje al margen». Una orden su-
sivo-agresivas a renunciar a los juegos y a ministrada sin ninguna justificación, consti
los «rackets» conectados con tales juegos. tuye una invitación casi irresistible para en-
Nadie nace pasivo-agresivo. Se llega a trar en el juego; sobre todo, si tal orden vie-
serlo mediante un juego: «Poder y contrapo- ne acompañada de una amenaza explícita
der». Si han participado en este juego con o encubierta.
fuerza y durante bastante tiempo, los niños Una versión más benigna de esta misma
llegan a adquirir rasgos pasivo-agresivos o invitación la podemos encontrar así: Incre-
incluso toda la personalidad pasivo-agresiva. par a alguien hablándole con un tono sar-
El juego de «Poder y contrapoder» se pa- cástico o despectivo; o también atosigarlo
rece al de «Sólo trato de ayudarte». En am- con múltiples exigencias, aunque sean pe-
bos casos, una persona en rol de autoridad, queñeces.
digamos un padre o un terapeuta, trata de Segundo paso: Arreglar la situación de
conseguir que la otra persona cambie, di- tal modo que la Víctima no pueda o no quie-
ciéndole que es por su bien. En cualquier ca- ra rehusar. Decirle, por ejemplo: «No pro-
so, los roles en el triángulo dramático son testes» o indicarle por uno u otro medio que
distintos. En el caso «Poder y contrapoder», la expresión directa de su rabia es inapro-
el Perseguidor quiere que el otro haga lo que piada o «perversa».
él considera positivo. En cambio, en el caso Los terapeutas pueden dar este segun-
de «Sólo intento ayudarte», es un Salvador do paso con facilidad, presentándose como
el que interviene, contando a priori con que omniscientes: No es necesario tanto, ni
sus proposiciones van a ser rechazadas mucho menos, para que el cliente se so-
(Berne, 1964, Pp. 143-144; 2007, Pp. 170). breadapte aparentemente y se convierta en
«Poder y contrapoder» es una variante pasivo-agresivo.
del «Juego de Salvador» de Steiner. De
cualquier modo, el Niño aprende a sentirse
sin recursos. Reacciona ante la persecu- REACCIÓN
ción teniendo malos resultados escolares,
rehusando trabajar, entregándose a la dro- Así pues, la Víctima no tiene otro reme-
ga y/o haciendo que lo detenga la policía dio que adaptarse: La persona puede que
(Steiner, 1974, P. 151; 1992, P. 209). esté enojada ... pero será raro que tenga
La característica específica de «Poder consciencia de ello, toda vez que la expre-
contrapoder» es que la atención se centra an- sión directa de su rabia es, precisamente,
te todo en las intentonas del Perseguidor pa- lo que su Perseguidor le ha prohibido.
ra amedrentar a la Víctima y en el resultado. Ante este hecho, ¿qué posibilidades tiene?
El juego se desarrolla cada vez que el a) En primer lugar, expresar indirecta-
poder, bien sea paterno, terapéutico, edu- mente su rabia haciéndole sufrir al
cativo, patronal o de otro género cualquie- Perseguidor al máximo.
ra es utilizado para forzar a otra persona a b) En segundo, con un poco de suerte,
que actúe. A partir de ese momento, hay no haciendo nada o haciendo poquí-
un Perseguidor y una Víctima. simo de aquello que el otro pretendía.
Cuando la Víctima se ve obligada a
reaccionar a regañadientes, podemos
ASPECTOS DINÁMICOS decir que comienza el juego.
Según la fórmula berniana de la dinámi-
El primer paso para suscitar una reac- ca del juego (1972, P. 23; 2002, P. 42), he
ción pasivo-agresiva es: «Intentar que el aquí los movimientos principales:

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Cómo hacer a una persona pasivo-agresiva o poder y contrapoder 345

1) Truco o Cebo: La Víctima indica que calada bastante más grave. En este caso,
desea jugar, removiendo su cebo, co- la secuencia anterior continúa mediante
mo un engañabobos cualquiera. Por una segunda reacción que resulta destruc-
ejemplo, cuando es evidente que se tora para la imagen que el Niño de la Víc-
espera algo de ella, no hace nada, o tima tiene de sí mismo. Las consecuencias
hace, justamente, lo que sabe que su pueden llegar hasta la revuelta pasivo-
Perseguidor no quiere que haga. agresiva del comportamiento.
2) Debilidad o Flaqueza: El Perseguidor En otra versión de este juego, el Persegui-
pone la flaqueza, el punto débil con e dor tiende a forzar a la Víctima por todos los
que engancha el cebo. Éste es su de- medios de los que dispone y que considera
seo de conseguir que la Víctima se aceptables: Llora, se enfurruña, se encoleriza y
comporte de tal o cual manera, ya que recurre a diferentes «castigos». Además, ex-
está convencido de que tiene poder so- presa su reacción con toda su conducta. Si pre-
bre esa persona. O que es su dueño. tende que su Víctima «no lo consiga», le dirá
3) Respuesta: El Perseguidor trata de o le dará a entender que es estúpida. Si la Víc-
conseguir que la Víctima haga aque- tima tiene un olvido, el Perseguidor la tratará
llo que él desea. como a un idiota y le dirá que es un zoquete.
4) Cambio: La Víctima se convierte en Si la Víctima deja algo para más tarde o se en-
Perseguidor y elige de entre todo un ar- tretiene, el Perseguidor destacará tal pereza.
senal de armas pasivas-agresivas. Por Cuando la Víctima se comporta ineficazmente
ejemplo: Se dice a sí misma que no lo el Perseguidor dirá que es debido a que se es-
puede conseguir y se lo cree; se olvi- cabulle, a que no piensa o se atolondra.
dará de cumplir su tarea y realmente no Todas estas atribuciones configuran y
lo recordará. Lo dejará para después refuerzan la imagen peyorativa del Niño de
hasta la fecha final y actuará sólo cuan la Víctima. Así pues, cuanto más duro sea
do se sienta forzada se entretendrá in- el juego y más veces se repita, tanto más
terminablemente. O bien, cuando a el Niño creerá de sí mismo que realmente
trancas y barrancas, por fin, logre ter es «malvado» o «perverso».
minar su tarea, será ineficiente a pro El Perseguidor, por su parte, se siente en
pósito (DSM III, 1980, Pp. 328-329). su derecho para descargar su rabia contra
5) Confusión: En un momento de confu- la Víctima. Es bastante frecuente que cam-
sión, el Perseguidor cambia de jefe que bie el rol de Perseguidor por el de Salvador,
ejerce su dominio a Víctima burlada. ante el miedo a que no se vaya a terminar
6) Pago o Beneficio fina El Perseguidor a tiempo una determinada tarea, que no va-
sentirá una gran frustración y la tris- ya a concluirse de forma oportuna o sim-
teza que acompaña a que no le com- plemente que no vaya a estar perfecta.
prendan, porque ¿acaso no pretendía En el proceso interno, la Víctima tiene
él algo positivo para la otra persona?. consciencia de los comportamientos que se
En el plano externo, reflejará muy fre le reprochan y admite todas las atribucio-
cuentemente irritación que tiene to- nes que ha recibido. Su autoestima tiende
das las apariencias de la rabia. a ser cero. Piensa que, efectivamente, tie-
La Víctima se siente triunfante y reivindi- ne merecido el castigo. Con el trasfondo de
cada; sin embargo, probablemente no ex- esta imagen de sí mismo tan negativa, co-
presará nada. rre peligro de tomar decisiones de guión
Cuando ocurre fuera del ámbito familiar, destructivas, que originen sucesos tales
el juego tiende a detenerse aquí. En cam- como la pérdida del empleo, la ruptura del
bio, cuando se juega entre padres e hijos, matrimonio, el abuso de la droga y del al-
es frecuente que desemboque en una es- cohol o problemas con la Ley.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


346 Molly Cole

Figura 1: El juego de la lucha de poder.

El descuento que sufre aquí la víctima es sivo-agresiva es como clavar a martillazos


su capacidad para ser autónomo y tener un tornillo: El comportamiento cristaliza, se
éxito por sí mismo. Al menos, por principio, endurece cada vez más.
la persona tiene buenas intenciones: trata Al Perseguidor no le resulta fácil aban-
de complacer y de hacer una vida feliz. Un donar el juego; teme que la Víctima nunca
segundo descuento es el de sentimiento de vaya a hacerse cargo de sí misma. A ma-
la rabia: la Víctima no es perversa, sino yor abundamiento, mientras el Perseguidor
que tiene rabia, y en tanto no haya resuel- continúe asumiendo las responsabilidades
to este sentimiento, no colaborará. que le competen a la Víctima, es seguro
que ésta no se responsabilizará jamás. Por
¿Cómo salir de «Poder el contrario, cuando la Víctima no encuen-
y Contrapoder»? tre a nadie con quien luchar y por tanto ca-
rezca de razones para estar rabiosa, se en-
Para los padres, terapeutas y otras per- contrará libre para comenzar a operar de
sonas que estén en posición de autoridad, una forma responsable. En ese momento,
la mejor estrategia consiste en dejar de in- animándola y dándole caricias positivas,
vertir energía para hacer cambiar al otro. podemos ayudar a la Víctima a acometer
Muchos padres han constatado que, a par- los cambios que necesita.
tir del momento en el que han dejado de Desde la perspectiva de la propia Vícti-
ocuparse en forzar el cambio del hijo, se ma, el problema crucial estriba en la falta
produce una mejora muy significativa en l de autoestima personal. La persona desco-
conducta del hijo. Obstinarse en conseguir noce sus capacidades auténticas. A buen
por la fuerza que cambie una persona pa- seguro, las subestima, igual que hacen las

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Cómo hacer a una persona pasivo-agresiva o poder y contrapoder 347

personas que le rodean. Por si ello fuera te que este tipo de personas experimenten
poco, como quiera que no ejercita su pro- una gran ternura por sus padres, aun cuan-
pia capacidad, sus relaciones personales do los vivencien como Perseguidores, y
están impregnadas de dependencia. Ésta que les estristezcan la tensión existente en
es consecuencia directa del mandato «No sus relaciones paterno-filiales. Además le
triunfes», que la persona aceptó en su in- asusta su futuro.
fancia, toda vez que sus realizaciones casi Confrontar a Pedro con fuerza, que es
siempre eran consideradas insuficientes un procedimiento adecuado para tratar a
criticadas (Goulding y Goulding, 1979, P. personas antisociales, no llevaría más que
37). Por todo ello, la persona necesitará a acentuar los sentimientos negativos, dis-
una gran cantidad de estímulos y caricias, minuir aún más la autoestima, prolongar el
cuando inicie sus tareas y cuando las ter- guión de vida y reforzar las resistencias. No
mine. Es altamente posible que la parte olvidemos que, desde la infancia, la perso-
persecutoria del Padre esté interiorizada en na pasivo-agresiva se ha entrenado en re-
el P1 (Padre en el Niño) (Woollams y sistir a las duras confrontaciones de las fi
Brown, 1978, P. 10) y, por tanto, si la per- guras parentales.
sona quiere dejar de luchar consigo misma,
necesitará redecidir que, para dejar de lu-
char consigo mismo, ha de batallar con ese TRATAMIENTO
Padre Perseguidor.
Para tratar con éxito a la personalidad P. Ware ha publicado una teoría sobre
pasivo-agresiva, es preciso armarse de una las adaptaciones ligadas a la personalidad
gran dosis de paciencia y habilidad. Es im- y las ha puesto en relación con las «puer-
portante que el terapeuta evite confundir a tas» de la terapia: Puerta de entrada, puer-
este tipo de personalidad con las persona- ta de salida, puerta engañosa (Ware,
lidades antisociales que también resisten y 1983). Para la relación con la persona pa-
se enfrentan a la autoridad, pueden entre- sivo-agresiva, la aportación de Ware es de
garse al alcohol y a la droga y se confiesa un valor incalculable.
incapaces de mantener un trabajo profe- La puerta engañosa es el pensamiento.
sional satisfactorio durante mucho tiempo Si accedemos a razonar con una persona
(DSM III, 1980). pasivo-agresiva, ésta enzarza una discu-
Estas tres características se encuentran sión estéril o bloquea a su interlocutor res-
en el caso de Pedro, que tiene 22 años, es- pondiéndole con monosílabos. Se muestra
tá integrado en un grupo, porque se le ha muy disponible cuando se le aborda di-
impuesto una terapia semanal como condi- ciéndole: «Yo creo...», o bien «mi opinión
ción para su puesta en libertad provisional. es ...». Se desconectan ante la más ligera
La dinámica que subyace aparece ensegui- muestra de poder: Precisamente, este tipo
da: los padres son personalidades controla- de personalidad está programado para lu-
doras y Pedro los percibe como Persegui- char contra el poder. Ser muy protector es
dores; para vengarse, Pedro está dispuesto mucho más efectivo.
a infringir la Ley, sin importarle cuál sea el En el grupo, Alicia discute casi todas las
precio, inclusive aunque éste sea la cárcel. frases. Ante cada interrupción yo respondo
La diferencia radical entre la personali- amablemente: «Bien, quizá tú tienes ra-
dad asocial y la pasivo-agresiva, se sitúa zón...». Si el tema es importante, digo: «No
en el plano de los sentimientos. General- estoy de acuerdo, pero tu opinión cuenta
mente, la persona pasivo-agresiva los man- realmente para mí...». Para Alicia esta fra-
tiene secretos e inclusive está dotada de se pasa inadvertida, pero ella me la acep-
una sensibilidad extraordinaria. Es frecuen- ta bien cuando se la recalco con dulzura:

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


348 Molly Cole

«Tú pareces estar en desacuerdo conmigo Desde el principio de su terapia, Helio


sobre muchos puntos. Y yo me pregunto si afirma que tiene necesidad de ejercicio; s
tú sabes por qué actúas así». terapeuta le ayuda a establecer un progra-
La puerta de entrada de la persona pa- ma para correr; en un principio, Helio co-
sivo-agresiva es la conducta. Se sabotea a labora plenamente; a la sesión siguiente,
cada momento, aun cuando rara vez tiene se muestra avergonzado; en sus ojos, pue-
consciencia de ello. Acariciar al Niño Re- de verse un fracaso, como es habitual en
belde, tal como recomienda R. Drye (1974), él. No ha salido a correr ni una sola vez:
lleva a la persona pasivo-agresiva a darse Estaba con migrañas y muy cansado. La
cuenta de lo que hace. encuesta posterior reveló que su madre
Por ejemplo, se le puede incomodar procuraba asignarle objetivos sin cesar. Él
chistosamente por su maestría en conse- se sorprendió mucho cuando se dio cuen-
guir victorias sobre cualquier autoridad. La ta de que no era «una persona blanda y
persona se ríe y el grupo comparte esa sin carácter», sino que participa en juegos
gracia. que le permiten expresar su rabia indirec-
Juan es un participante de nuestro gru- tamente.
po de jóvenes, que se lamenta de lo duro Veamos ahora una técnica que última-
que le resulta levantarse cada mañana, lle- mente se ha mostrado eficaz con las per
gar puntual al colegio y mantenerse allí sonas pasivo-agresivas: «Dar forma (mol-
atento. Con risas, el grupo le da caricias deado)».
por atraer sobre él la atención de sus pa- Es un método de modificación de con
dres, de sus profesores e incluso de sus ducta, que consiste en acariciar positiva-
amigos. Al final, Juan saca la conclusión mente las aproximaciones sucesivas que la
«Pero todo eso (su conducta de resisten- persona dé para obtener el comportamien-
cia) raya en lo ridículo». A partir de esta to deseado. Es difícil señalar en muchos
conclusión se dirigió hacia su propio cam- casos el punto de partida de la cadena; en
bio. Sin embargo, hay que tener una cau- algunos, incluso es necesario inducirlo.
tela indispensable: Asegurarse de que el Veámoslo con un ejemplo: El cliente se
cliente se divierta, pues de lo contrario, amarga la vida a base de conflictos con su
sentirá que le persiguen y podría tener ra- profesores; el terapeuta le dice: «Realmen-
zón al sentirse así. te, me gusta la forma que empleas para
Finalmente, la puerta de salida es el sen- cuidarte a ti mismo colaborando con los de-
timiento. Al principio de la terapia, aun más, inclusive con tus profesores». Es muy
cuando pueda actuar como un duro, la per- posible que el cliente responda algo así:
sona se siente mal, deprimida y hasta tie- «Pero si yo no he hecho eso nunca ja-
ne ideas suicidas. Si abusa de la medica- más». Con todo, si sobreviene la protesta
ción, será tanto para cuidarse a sí mismo, del cliente, el terapeuta no ha de dar mar-
como por rebeldía. cha atrás: «Sin duda alguna, yo me he
Para contactar con sus sentimientos, es equivocado. Tú has llegado a colaborar
preciso testimoniarle un gran contingente tanto con nosotros y con los demás, que he
de sutileza y empatía. Cuando la persona supuesto que harías lo mismo con cual-
pasivo-agresiva confía en el terapeuta, co- quiera de tus profesores» (Haley, 1976,
sa que no es habitual aunque sí difícil, la P. 67). El terapeuta da así un modelo que
persona apenas puede creer que el tera- el cliente no ha visto nunca en su familia:
peuta la considere como que está bien, da- Admitir el error propio. El terapeuta da tam-
do que sus padres y muchas otras perso- bién permiso para equivocarse, sin que ello
nas que la conocen mantienen el criterio le lleve a estar mal. Además, y esto es lo
opuesto. más importante, la sugerencia de cambiar

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Cómo hacer a una persona pasivo-agresiva o poder y contrapoder 349

está formulada de forma tal que realza la ción española (2002). ¿Qué dice usted des-
autoestima de la propia persona. pués de decir “hola”?. Barcelona: Random
Para quien haya entendido cómo evitar House-Mondadori.
«Poder y contrapoder», trabajar con las Drye, R. (1974). «Stroking the rebellious child».
Transactional Analysis Journal, 4 (3), 23-26.
personas pasivo-agresivas es un placer.
Goulding, M. & Goulding, R. (1979). Changing li-
Generalmente, estas personas tienen un ves through redecision therapy. Nueva York:
buen sentido del humor; además aprecian, Brunner/Mazel.
auténticamente, a todos quienes les reco- Haley, J. (1976). Problem-solving therapy. San
nocen su bienestar y respetan el dolor sub- Fracisco: Jossey-Bass.
yacente a sus conductas de sabotaje. Skinner, B.F. (1948). Walden Two. Nueva York:
Macmillan.
Steiner, Claude (1974) Scripts People live. Nue-
REFERENCIAS va York: Grove Press. Traducción española:
Los guiones que vivimos (1992). Barcelona:
American Psychiatric Association (1980). Diag- Kairós.
nostic and Statistical Manual of Mental Disor- Ware, P. (1983). «Personality adaptations».
ders (DSM) (3ª edición). Washington: D.C: Transactionalb Analysis Journal, 13, 11-19.
Autor. Woolams, S. & Brown, M. (1978). Transactional
Berne, Eric (1964). Games People Play. Nueva Analysis. Michigan: Huron Valley Institute
York, Ballantine Books. Traducción española: Press.
Juegos en que participamos (2007). Barcelo-
na: RBA. Recibido: 4 de Noviembre, 2008
Berne, Eric (1972). What do you say after you Evaluado: 11 de Noviembre, 2008
say hello. Nueva York: Grove Press. Traduc- Aceptado: 15 de noviembre, 2008

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


350 Shepard D. Gellert y Grace Wilson

LOS CONTRATOS

SHEPARD D. GELLERT Y GRACE WILSON 1

RESUMEN

Este artículo repasa algunas de las investigaciones que se han llevado a cabo sobre
las metas en el campo de la Psicología Experimental, y las implicaciones de esos tra-
bajos para el terapeuta que ejerce “la terapia de contratos”. Los autores encuentran
los contratos como algo terapéutico si el cliente experimenta que tiene éxito con los
mismos. Algunos ejemplos clínicos de varios niveles de los contratos ilustran el punto
de vista de los autores y lo detallan en una técnica, la de «yo me comprometo si tú tam-
bién», con fines terapéuticos, como una forma de contrato
Palabras Clave: Terapia de contrato, nivel de aspiración, objetivos de sustitución,
doble vínculo terapéutico
CONTRACTS
ABSTRACT

This paper reviews experimental psychology goal research and its implications for
the therapist doing ‘contract therapy’. Clinical examples of various levels of contracts
give illustrations, and a technique, the therapeutic double bind, as a form of contract,
is detailed. Contracts can lead to therapeutic success.
Key Words: Contract therapy, level of aspiration, substitute goals, therapeutic dou-
ble bind.
LES CONTRATS
RÉSUMÉ

Cet article examine certaines recherches en psychologie experimentale relatives aux


objectifs, ainsi que les implications de celles-ci pour le thérapeute qui pratique la «thé-
rapie par les contrats. Les auteurs trouvent les contrats thérapeutiques si le client
éprouve du succès avec eux. Des exemples cliniques de divers types de contrat servent
de démonstration, et l´on donne des précisions sur une technique, le dilemme thérapeu-
tique, et son emploi comme un genre de contrat.
Mots-clé: Contrats thérapeutiques, niveau d´aspiration, buts substitutifs, double
compromis thérapeutique.

El contrato terapéutico: determinar el cliente concluye su contrato, enuncia una


un objetivo intención o, diciéndolo de otro modo, se fi
ja un objetivo.
El Análisis Transaccional se define com Según Kurt Lewin (Lewin, 1935), la ne-
un método contractual de terapia. Cuando cesidad o el deseo de una persona engen-

1
Gellert, Sh. D. y Wilson, G. (1978). Contracts. Transactional Analysis Journal, VIII, 1, Enero, 100-106.
Traducido por Milagros Casto y Antonio Martín. Revisado por el equipo de www.bernecomunicacon.net

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Los contratos 351

dran en ella un sistema de tensiones psi- bajo. La tensión persiste hasta que alcan-
cológicas que cesan cuando obtiene aque- zan el objetivo, incluso si la tarea se inte-
llo hacia lo que tiende. rrumpe; por eso, el cliente sigue trabajan-
Asignándose un objetivo, la persona ins- do para conseguir el objetivo, incluso des-
tituye una tensión que desaparecerá cuado pués de las sesiones
se alcance el fin. A partir de este punto d
vista teórico, los discípulos de Lewin emi- El nivel de aspiración
tieron y verificaron experimentalmente un
serie de hipótesis. Vamos a recordarlas y Haciendo variar el «nivel de aspiración»
aplicarlas en el proceso terapéutico. de los sujetos, podemos medir en ellos la
influencia sobre las tasas de éxitos o d
El efecto Zeigarnik: el retorno a las tareas errores. Ferdinand Hoppe (1930, 14, pp. 1-
inacabadas 62) proyectó una nueva luz sobre los facto-
res que influencian las determinaciones d
Podemos verificar la hipótesis principa objetivos. Proponía a sus sujetos diferentes
por una de sus consecuencias: si la tarea tareas fáciles, medianamente difíciles, o di-
se interrumpe, los sujetos tenderán a recu- fíciles: lanzar flechas, armar un puzzle, etc
rrir a ella más frecuentemente, pues en es- Después del éxito o del fracaso del sujeto,
te caso la “tensión" no se ha abolido. Es se le pedía a qué objetivo quería dirigirse
ésta la experiencia clásica de Zeigarnik enseguida. Hoppe constató que la impre-
(1927, 9, pp. 1-85): a 82 sujetos, niños y sión subjetiva de éxito o fracaso no estaba
adultos, se les dejó la posibilidad de termi- ligada a cumplir objetivamente la tarea, si-
nar una veintena de tareas simples. Al gru- no al ideal de la persona. Un éxito subjeti-
po de control se le interrumpió antes de fi vo aumenta el nivel de aspiración, un fra-
nalizar las tareas. Bluma Zeigarnik consta- caso subjetivo lo disminuye. Jamás consta-
tó que las tareas inacabadas se repetían tó una disminución después de un éxito o
más frecuentemente que las tareas acaba- un aumento después de un fracaso.
das, en una proporción de 1,9 contra l. Si Sara Jucknat (1937, 22, pp. 89-179) en-
se les interrumpe entre la primera tarea contró que, si la tarea se cumplía con la
que los sujetos retoman, actúa en 3 casos ayuda del experimentador, sólo la mitad de
sobre 4 de una tarea inacabada. los sujetos aumentaba su nivel de aspira-
Más tarde, María Ovsiankina (1928, 2, ción; muchos lo disminuían. Si el éxito era
pp. 302-389) constató que los sujetos a los fácil, el 96% de los sujetos lo aumentaron.
que se les había interrumpido, terminaban Cuanto más grande era el éxito, más subía
espontáneamente sus tareas, y que las re- la aspiración. En fin, un éxito o un fracas
tomaban tanto más voluntariamente cuanto en un terreno pueden influenciar el nivel d
más les gustaba, obtenían éxito en ellas o aspiración de la persona en otro.
mostraban una especial disposición hacia Sara Fajans (17, pp. 215-267) experi-
ellas. mentó sobre el éxito y el fracaso en bebés
Por su parte, Gita Birenbaum (1930, 13, de seis meses a un año, y en niños de uno
pp. 218-284) mostró que las personas casi a cuatro años. Niños de carácter pasivo
nunca olvidan las intenciones u objetivos li- pueden, después de un éxito, pasar a un
gados a una tarea principal o a una nece- comportamiento más bien activo; inversa-
sidad central. mente, niños más bien activos, pueden,
El cliente que se asigna un objetivo te- después de un fracaso, pasar a una con-
rapéutico instaura, pues, en sí mismo un ducta más bien pasiva.
sistema de tensiones que le ayuda a incor- Tasa Dembro (1931, 15, pp. 1- 44) estu-
porar viejas escenas para terminar su tra- dió las reacciones de sujetos frustrados por

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


352 Shepard D. Gellert y Grace Wilson

no haber conseguido su objetivo: manifesta- aquél es muy pasivo. La técnica del «doble
ron su hostilidad contra el frustratorio, aban- vínculo terapéutico», del cual hablaremos
donaron el terreno o la tarea, o por el con- más a delante, ayuda a determinar objeti-
trario, acrecentaron su actividad sobreadap- vos alcanzables en cualquier caso.
tándose o actuando; a menudo se refugia-
ron en el sueño; a veces, en la alucinación. Objetivos de sustitución
Barker, Dembro y Lewin (1941) mostra-
ron que, después de una frustración, es de- Es posible medir el efecto de la tensión
cir, cuando no se les permite alcanzar un psicológica a través de la frecuencia de re-
objetivo, los niños de cinco años y medio curso a acciones sustitutivas cuando los
mostraron una regresión: sus juegos, en sujetos no pueden cumplir la primera tarea.
este momento, no fueron más constructivos Vera Mahler (1933) constató que una tarea
que los de los niños de tres años y medio. de sustitución «real», es decir, una acción
Max Rosenfeld (Lewin, 1935a) demostró física, es más eficaz en este nivel que un
en los niños la disparidad de dos gamas de tarea en palabras o en ideas. El factor de-
experiencias: éxito/fracaso; realizar/fraca- terminante para satisfacer a la persona al-
sar en su objetivo. Además, la gama éxi- canzar su objetivo interno.
to/fracaso varía mucho según las etapas de Lissner (1933) averiguó que el valor del
su desarrollo. objetivo de sustitución es tanto mayor
Finalmente, Lewin, Dembro, Festinger y cuanto más se parece al primer objetivo.
Sears (1944) constataron que esta expe- Con niños de tres a seis años, Sliosberg
riencia de éxito o de fracaso depende del (1934) comparó situaciones reales y situa-
nivel de cumplimiento de la tarea en el in- ciones de juego. En la vida real, los niños
terior de un marco de referencia (Este tér- rechazan los biscuits de chocolate impre-
mino, del que se ha abusado tanto en Psi- sos en una tarjeta postal. Por el contrario,
cología, lo introdujo Kurt Lewin), que pue- jugando con muñecas, el 80% los aceptan,
de ser la experiencia pasada del sujeto, las para darlos a comer a las muñecas.
normas del grupo o un objetivo personal en Consecuencias: A no pocos clientes les
vista de una acción particular. animaron en su juventud a alcanzar objeti-
vos que convinieran a sus necesidades y
Consecuencias a sus deseos. Les enseñaron a elegir ob-
jetivos de sustitución y es probable que
Según Eric Berne (1972) «triunfador es presentaran a uno a guisa de contrato.
aquél que tiene éxito en aquello que se Ahora se trata de vida real, y no de «ha-
propone. El perdedor no llega a realizar sus cer como si». Además, el cliente tiene cua-
proyectos». renta o cincuenta años, y no tres. Tiene,
Implicaciones: Gran parte de los clientes pues, poca probabilidad de satisfacer sus
son unos expertos en el arte de frustrarse necesidades internas, si no alcanza más
ellos mismos. Entran en terapia con un ni- de un objetivo de sustitución. Esto es tam-
vel de aspiración muy alto, lo cual les ga- bién tan poco eficaz a este nivel como e
rantiza el fracaso. Otros,que durante su vi- dibujo de un pastelito para satisfacer un
da fracasaron la mayor parte del tiempo, hambre real.
llegan con un nivel de aspiración «a ras de Fácilmente podemos reconocer los obje-
tierra». De ello resulta que los objetivos o tivos de sustitución, imaginándonos la vida
contratos iniciales deben conducir a un éxi- del cliente después del cumplir su contrato.
to cierto. El terapeuta debe ayudar al clien- He aquí dos ejemplos: «Quiero sentirme
te a alcanzar el éxito o a lograr el contrato, bien cuando estoy solo», que propuso un
1o que constituye un famoso problema si cliente solitario; «Quiero expresar mi cóle-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Los contratos 353

ra cuando una figura de autoridad me re en el interior: «Deberías hablar de tu situa-


baja o me rechaza», en el sentido de: «De- ción»; «Deberías saber por qué te encole-
seo sentirme rechazado y reaccionar des- rizas»; «¿Por qué no cuidas tu habitación
de mi Padre Crítico»; «Quiero cambiar mi mejor que ahora?», etc...
Guión», en el sentido de: «No estoy dis- Una norma del grupo tal como «hacer
puesto a cambiarme a mí mismo». una regresión» o «redecidir» puede asustar
al nuevo participante. Esto irá «mejor» si
Los contratos puede negociar su contrato en su propio
marco de referencia. Los juicios de valor
Los contratos son terapéuticos si el del terapeuta a propósito del contrato
cliente los siente como un éxito. Son anti- «ideal» provienen probablemente de un
terapeúticos si los siente coro un fracaso. Padre Crítico disfrazado de Adulto.

Contratos menores Contratos intermedios

1. Cliente: «Quiero hablar de mi situa- Los contratos intermedios conducen a


ción». cambiar comportamientos sin tocar el
Terapeuta: «¿Cuánto tiempo deseas ha- Guión o, dicho de otra forma, a los «rac-
cerlo?» kets». Todos los contratos que se refiere
Cliente: «Diez minutos» a los juegos, o a las caricias, forman parte
Terapeuta: «Muy bien». de ellos. He aquí otros:
(El cliente habla alrededor de diez minu- 1. Cliente: «Quiero desembarazarme de
tos y se detiene) mi tristeza».
Terapeuta: (caricias positivas): «Admiro Terapeuta: «Entonces, haz la ronda en
tu coraje de discutir aquí». el grupo y vende las ventajas de estar tris-
2. Cliente: «Quiero saber por qué no lle- te.» (Después de hacerlo el cliente).
go a abandonar mi cólera». Haz la ronda en el grupo y enuncia fra-
Terapeuta: «¿Quieres vender las venta- ses que empiecen por «Yo me pongo tris-
jas de encolerizarte en el grupo?». te en...». Después de esto: «Dispones de
(El cliente lo hace) una gran cantidad de formas de ponerte in-
Terapeuta (caricias positivas): «Es una feliz. ¿Cuál o cuáles son las que puedes
bonita toma de conciencia como lo has he- eliminar la semana próxima?». «¿Quieres
cho...». hacerlo y contarnos tu experiencia la próxi-
3. Cliente: «No estoy seguro sobre qué ma vez?».
trabajar» o «No llego a decidir.» 2. Cliente: «Quiero terminar mi Tesina
Terapeuta: «¿Quieres hacer un contrato de Licenciatura en Psicología»
de no trabajar hoy?» o: «de no decidir...?» Terapeuta: «¿Cómo te sientes cuando
4. Cliente: «Quiero cuidar mejor mi ha- ves que no terminas tu tesis?», o «Vende
bitación», o «ser más espontáneo», o «te- las ventajas de no terminar», o, con un «do-
ner menos miedo». ble vínculo terapéutico»: «¿Quieres hacer
Terapeuta: «¿Qué tarea menor vas a ha- un contrato de no trabajar en tu Tesina, de
cer durante la semana para que lo sientas co- continuar al mismo ritmo, de retrasarla?».
mo éxito?». Y enseguida: «¿Vas a hacerlo?». Estas intervenciones están indicadas
Cuando el cliente relata un éxito, el gru- cuando, de una forma u otra, el cliente no
po le da caricias abundantes. El común de- está dispuesto a cambiar su Guión. Su-
nominador de los contratos precedentes es pongamos que cumple el contrato: «Quiero
que provienen de unNiño asustado. El lec- terminar de encolerizarme contra mi mujer
tor casi puede imaginar al Padre diciendo y de jugar a `Alboroto' con ella». Le queda

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


354 Shepard D. Gellert y Grace Wilson

permitido enfadarse con sus hijos, o con su todas formas. Un ejemplo de doble vínculo
secretaria, ete... Por lo que declara querer terapéutico, combinado con la asignación
terminar su Tesina buscando un «golpe» o de un objetivo de sustitución, se encuentra
un fracaso, pues todavía no está dispuesto en el articulo de R. Zeichnich sobre el ex-
a renunciar a jugar al mártir, a presentarse hibicionismo (1976, 6:3).
como desprovisto o dependiente, o a reco- Cuando estableció su Guión, el niño to-
lectar su beneficio, sea cual sea mó un «doble vínculo» que le arrastró al
La conclusión de un contrato que el fracaso, hiciera lo que hiciera. Si jugaba a
cliente pueda cumplir en el aquí y en el Estúpido, desordenando sus cosas o per-
ahora, o en un futuro inmediato, aumenta diendo sus cosas, se encontraba en posi-
las posibilidades de éxito. Los contratos ción inferior. Si no participaba en el citado
menores e intermedios llevan a todos, en juego, los demás le ignoraban. En los dos
un cierto grado, a objetivos de sustitución. casos, inferiorizado o abandonado, se sen-
tía mal.
El doble vínculo terapéutico El doble vínculo terapéutico es lo contra-
rio del de Guión. Más adelante relatamos
Cuando los clientes no logran concluir un caso donde el contrato del cliente es no
contratos menores o intermedios, o cumplir perder más objetos y no colocarlos en el lu-
!os que concluyen, es útil para el terapeu- gar inadecuado. En el doble vínculo tera-
ta asignar un objetivo que constituya un péutico, la tarea asignada es perder los ob-
«doble vínculo» donde el cliente gana de jetos y no colocarlos en su sitio (Figura 1).

Figura 1: El doble vínculo terapéutico.

Si el cliente persiste en perder sus co- Caso clínico


sas, logra su tarea. En el caso contrario, lo-
gra su contrato. Sea lo que sea, para él es Cliente: «No quiero olvidar dónde pongo
un éxito sentirse bien. mis cosas. Las pongo siempre en el sitio

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Los contratos 355

inadecuado y pierdo una gran cantidad de Tres semanas más tarde, este cliente
ellas». nos dijo dónde estaba: se había vuelto ex-
Terapeuta: «Si quieres, haz la ronda en cepcional que perdiera un objeto o lo colo-
el grupo y vende a los otros las ventajas de cara incorrectamente. Además, cuando ha-
perder tus cosas». cía esto, no se sentía más asustado o es-
Cliente: «Es formidable perder mis cosas túpido. El mes siguiente, cuando concluyó
porque entonces (hace la ronda entre los contratos, adoptó redecisiones, abandonó
participantes) puedo pedir ayuda, obtener su juego: «Tengo miedo y soy estúpido».
caricias, sentirme estúpido, permanecer
dependiente, llegar a que los demás hagan Cuándo y cómo servirse del doble vínculo
mi trabajo, tener miedo».
Terapeuta: «Continúa con tu miedo. Nos servimos del doble vínculo con len-
¿Cómo logras sentir miedo?» titud y teniendo confianza en nuestra intui
(En el trabajo real, el cliente participaba ción. Hay unas excepciones. Lo emplea-
igualmente en su juego de Estúpido y enu- mos con clientes incapaces de activar su
meró varias maneras de hacerse inferior) Adulto. Hemos enseñado a poner en ac-
Cliente: (haciendo la ronda en el grupo) ción unos rudimentos del AT y unas técni-
«Me doy miedo diciéndome que mi mujer cas de doble vínculo a cincuenta profeso-
me va a abandonar; cometiendo errores en res de una institución que alberga a qui-
mi trabajo, convirtiéndome en una carga nientos niños emocionalmente débiles, re-
para mis hijos, etc.» trasados o con lesiones cerebrales. Según
Terapeuta: «Tienes muchas maneras de los monitores, los resultados fueron exce-
darte miedo. Perder tus cosas no es más lentes. En el ejemplo citado, si el terapeu-
que una entre otras muchas. ¿Quieres con- ta había enunciado inmediatamente la ta-
cluir un contrato que verse sobre tu mie- rea ligada al doble vínculo, el cliente no ha-
do?» bría sido consciente de sus numerosas ma-
Cliente (palideciendo): «No, yo no quie- neras de sentir miedo.
ro trabajar con mi miedo?» Es fácil encontrar los dobles vínculos te-
Terapeuta (la caricia): «Tienes mucho rapéuticos: son los contradictorios de los
coraje al ser tan abierto en el grupo. ¿So- contratos. Imponen al cliente hacer y/o sen-
bre qué quieres trabajar?» tir lo que él hace y/o volverlo a sentir en su
Cliente: «Solamente quiero terminar de vida corriente.
perder mis cosas y de dejarlas en el lugar He aquí tres situaciones donde nosotros
equivocado». utilizamos el doble vínculo.
Terapeuta: «Bien. Hacemos un contrato 1. Cuando el cliente se sabotea a sí
para que termines de perder tus cosas. Pa- mismo no siguiendo las instrucciones.
ra lograrlo, ¿quieres una tarea?». Un cliente tiene como contrato encoleri-
Cliente: «Sí» zarse. Está acostado en la colchoneta y el
Terapeuta: «¿Cuántas veces por sema- grupo le estimula: «Suéltate...» Él se blo-
na llegas a perder tus cosas o las colocas quea. El terapeuta le susurra al oído: «¿No
en el sitio equivocado?» te atreves a encolerizarte?». Ante esto, ca-
Cliente: «Unas dos veces por día». si se vuelve loco de rabia. Otro ejemplo: el
Terapeuta (doble vínculo terapéutico): cliente no responde a una pregunta («No
«¿Quieres también estar tan distraído co- contesto.»). El terapeuta le dice: «Es bueno
mo puedas y tan a menudo como puedas - no responderme», o «Es bueno no decir....
una o dos veces al día-, y nos lo cuentas 2. Cuando el cliente juega a Pobre de
la semana que viene?» mí, Sí pero... u otros juegos externos o in-
Cliente: «De acuerdo». ternos. El cliente triste oye: «Es bueno es-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


356 Shepard D. Gellert y Grace Wilson

tar triste«, o bien recibe la tarea de perma- Conclusión


necer triste, de darse la vuelta entre los
participantes y de lamentarse a cada uno Sean cuales sean los grados de «especi-
por su tristeza. Al cliente que «no llega a ficidad» o de «generalidad», un contrato e
hacer un contrato o a tomar una de cisión: terapéutico cuando el cliente encuentra en
«Es bueno no decidirse enseguida...», ello un éxito. Esto es lo que el cliente juzga
«¿Quieres concluir el contrato de no ator- a partir de su marco de referencia interno.
mentarte y decidir no tomar una decisión o Es, pues, sabio para el terapeuta invitar al
hacer un contrato inmediatamente?». Al grupo a acariciar los pequeños éxitos tan
que juega a Sí, pero... con él mismo, reci- abundantemente como una redecisión.
be la tarea de añadir Sí, pero... a cada una
de sus frases. O aún más, el terapeuta le
dice: «Es bueno decirte Sí, pero bastante REFERENCIAS
tiempo hasta que elijas hacerlo».
Barker, R., Dembro, T. and Lewin, K. (1941).
3. Cuando el cliente no ha logrado sus Frustration and Regression: An Experiment
contratos, o cuando pensamos o sentirnos with Young Children. University of Iowa Child
que no logrará lo que quiere hacer. En es- Studies, 18, 1.
ta categoría entran muchos contratos que Berne, Eric (1972). What do you say after you
se refieren a detener un comportamient say hello. Nueva York: Grove Press. Traduc-
compulsivo o de «desembarazarse» de un ción española (2002): ¿Qué dice usted des-
sentimiento. pués de decir “hola”? Barcelona: Random
House-Mondadori.
Contratos mayores Birenbaum, G. (1930). Das Vergessen einer
Vornahme. Psychologische Forschung, 13,
218-284.
Los contratos mayores implican una re- Dembro, T. (1931). Der Anger als dynamischer
decisión (Goulding, 1972). No es motivo Problem. En Psychologische Forschung, 15,
aquí de objetivos de rechazo: se trata de 1-44.
cambios en los comportamientos o los sen- Fajans, S. (1933). Die Bedeutung der Entfer-
timientos sin restricción. «Quiero no tener nung für die Stärke eines Aufforderungscha-
miedo en presencia de figuras de autori erakters beim Säuglin und Kleinkinf. En Psy-
dad» es restrictivo. Esto no es un contrato chologische Forchung, 17, 215-267.
mayor, pues la persona permanece libre de Goulding, R. (1972). Decisions in Script Forma-
tion. T.A.J, II, 52-63.
tener miedo en otras circunstancias. Por el
Hoppe, F. (1930). Erfoig und Misserfolg. Psy-
contrario, «No quiero tener miedo» es un chologische Forschung, 14, 1-62.
contrato mayor. Jucknat, S. (1937): Leistung, Anspruchniveau
Si el terapeuta pide a un cliente que con- und Selbstbewusstsein. Psychologische
cluya un contrato mayor de permanecer en Forschung, 22, 89-179
contacto con su sentimiento y de remon- Lewin, Kurt (1935a). Principles of Topolological
tarse hasta una vieja escena, él lo hará, al- Psychology. Nueva York: Mc Graw-Hill.
canzará una vieja decisión y tomará una re- Lewin, K. (1935b). Dynamic Theory of Persona-
decisión. Ésta no se toma a partir del Adul- lity. Nueva York: McGraw-Hill.
to, se sitúa en el Niño. Un contrato tal no Lewin, K. (1935c). Levels of aspiration. Perso-
nality and Behavior Disorders. Ronald Press.
es eficaz más que si proviene del cliente
Lissner, K. (1933). Die Entspannung von Be-
Si el terapeuta «le ayuda», lo más a me- dürfnissen durch Ersatzhandlunfgen. Psycho-
nudo que sucederá es que el cliente no se logische Forschung, 18, 218-210.
remontará hasta la vieja escena. No cam- Mahler, V. (1933). Ersatzhandlungen verschie-
biará y, en consecuencia, disminuirá su ni- denen Realitätsgrades. Psychologische Fors-
vel de aspiración. chung, 17, 215-267.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


Los contratos 357

Ovsiankina, M. (1928). Die Wiederaufnahme Zeigarnik, D. (1927). Über Behalten von erledig-
von unterbrochenen Handlungen. Psycholo- ten und unerledigten Handlungen. Psycholo-
gische Forschung, 2, 302-389. gische Forschung, 9, 1-85.
Sliosberg, S. (1934). Zur Dynamik des Ersatzes
in Spiel und Ernstsituationen. Psychologische
Forschung, 19, 26-89. Recibido: 4 de Noviembre, 2008
Zeichnik, R. (1976). Exhibitionism, Genesis, Dy- Evaluado: 11 de Noviembre, 2008
namics and Treatment. T.A.J., V, 6, 3. Aceptado: 15 de Noviembre, 2008

EVALUADORES DE LOS ARTÍCULOS

Los evaluadores integrantes del Consejo Editorial, que han actuado revisando los artículos
publicados en este número 59 de la Revista, son:

– D. Antonio Ares Parra


– Dª Carmen López-Manzanares Hervella
– Dª Carmen Thous Tusset
– D. Celedonio Castanedo
– Dª Eva Aladro Vico
– D. Felicísimo Valbuena de la Fuente
– Dª Graciela Padilla Castillo
– D. Jesús Cuadra Pérez
– D. Jordi Oller Vallejo
– D. Josep Lluís Camino Roca
– D. Lluís Casado Esquius

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


358

INFORMACIÓN DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ANÁLISIS


TRANSACCIONAL Y PSICOLOGÍA HUMANISTA –AESPAT–

EXAMEN Y ADMISIÓN DE MIEMBROS CLÍNICOS

“El día 3 de Noviembre tuvieron lugar las tasma del examen haciéndose presente en
pruebas para miembros clínicos de AES- cada momento, incluso este verano en va-
PAT en las dependencias de la Fcultad de caciones”.
Educación de la Universidad Complutense Al final del examen se expresó el resul
de Madrid, amablemente cedidas por la en- tado a cada candidato, resaltando por par-
tidad para tal fin. Fueron tres los candida te del tribunal aquellos aspectos de cada
tos que tras haber completado los requisi- uno que les convenía reforzar o que desta-
tos previos de formación se presentaban, caban favorablemente. Dos de ellos supe-
siguiendo el procedimiento previsto por la raron el examen obteniendo la membrecía
Asociación AESPAT, ante el tribunal for- y quedando el tercero reconocida su labor
mado por: Antonio Ares, Mª Ángeles Díaz pero no dándose por válida aun.
y Lola Campos , miembros docentes clíni- Al medio día tras los nervios e inquietu-
cos de la asociación. Los candidatos eran des pudimos comer todos juntos….”.
Eugenio Peiro de Alicante, Cristina Morant
de Xátiva y Consuelo Torres de Valencia, a EN RESUMEN:
los que presentaba como supervisor Juan
Cruz Moreda . 1. Día del examen.3- NOVIEMBRE-
El examen discurrió en un clima agrada- 2008.
ble, aunque no exento de nervios, en pala- 2. Miembros del tribunal: Antonio Ares,
bras de los candidatos: “La experiencia fue Lola Campos, Mª Ángeles Díaz.
muy buena. Todos me parecieron gente 3. los que aprobaron el examen: Euge-
muy afable, muy nutritivos. Yo me vine car- nio Peiro y Consuelo Torres.
gada de caricias positivas. Sé que ha vali- 4. Lugar del examen. Facultad de Educa-
do la pena estar tantos meses con el fan- ción de la Universidad Complutense.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


359

OBITUARIOS

EN RECUERDO DE CARLO MOISO

Era sábado 29 de noviembre de 2008, eran las 9 de la noche y ha-


cía frío en Madrid al salir del Instituto Galene.
Pero esa noche el frío no solo me golpeaba el rostro y las manos.
Había recibido por correo electrónico la noticia de que Carlo Moiso,
nuestro amigo, nuestro colega y nuestro maestro nos había dejado
definitivamente el día anterior de madrugada tras varios años luchan
do contra el cáncer. Y esta noticia golpeaba también mi alma y mi co-
razón. Hacía frío por fuera y por dentro esa noche en Madrid.
Carlo Moiso había nacido en Roma el 25 de Agosto de 1945. Se
graduó en medicina y cirugía en la universidad “La Sapienza” en
Roma en 1972. Fue asistente en la clínica psiquiátrica Viarnetto de
Lugano, ocupándose, entre otros de los programa de psicoterapia y
del servicio antidroga. Además realizó estudios de Psicología.
Era Analista Transaccional Docente y Supervisor (TSTA) de la Asociación Europea de Análisis
Transaccional (EATA) y de la Asociación Internacional de Análisis Transaccional (ITAA).
Fue el Primer Docente europeo de Análisis Transaccional, e introdujo esta modalidad de psico-
terapia organizando en Roma y Milán los primeros cursos de formación en Análisis Transaccional
reconocidos por la Asociación Internacional de Análisis Transaccional. Fundó la Asociación Italia-
na de Análisis Transaccional y el Instituto de Análisis Transaccional, del que era Presidente.
Autor de varios libros y artículos, recibió en 1987 el Premio Científico Internacional Éric Bern
que otorga la ITAA, por sus estudios sobre la Estructura del Yo y los Fenómenos de Transferen-
cia, siendo el primer Premio Eric Berne que se daba fuera de los Estados Unidos.
Fue elegido miembro de la Junta Directiva de la ITAA y miembro del Comité de Estándares
Profesionales (PTSC) de la EATA.
Fue Profesor de Análisis Transaccional en más de 15 países de los 5 continentes, formó a al-
gunos de los más prestigiosos terapeutas de Italia, Francia y España. Podía enseñar en italiano,
inglés, francés, portugués y español.
Fue miembro docente del Departamento de Psicología de la Universidad Popular de Tuscola-
no y Director del Comité Científico del Instituto Galene de Madrid y Profesor del Master de Psico
terapia Humanista Integradora del mismo Instituto desde su inicio.
Fue nuestro Maestro en más de 30 talleres de Formación Teórico-Práctica en Análisis Tran-
saccional organizados por la Asociación Aragonesa de Análisis Transaccional ATA desde 1989
hasta 2001.
Participó como invitado y como ponente en el IX Congreso Español de Análisis Transaccional,
celebrado en Zargoza en 1998.
De su mano aprendimos tantas cosas…
Aprendimos que la autonomía, además de la conciencia, la espontaneidad y la autenticidad en
las relaciones, tenía también el componente de la ética. Él siempre tenía presente los aspectos
sociales, políticos y económicos de la persona y de la relación y su influencia en la formación d
la identidad social y psicológica.
Aprendimos que la Filosofía es parte importante no solo de la construcción de la teoría, sino tam-
bién de la práctica profesional y, por ejemplo, le gustaba decir que el Análisis Transaccional no es
una Psicología Humanista sino una Psicología basada en los principios de la Filosofía Humanista.
Aprendimos a comprender los estados del yo en la transferencia y la contratransferencia y de
nuevo la dimensión social, relacional y psicodinámica del Análisis Transaccional. Él, junto con

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


360

Michelle Novellino, fueron los impulsores de la corriente psicodinámica del Análisis Transaccio-
nal original de Berne y a partir de sus aportaciones se recupera con fuerza esta dimensión tan
importante de la teoría y de la práctica en el Análisis Transaccional.
Nos enseño la importancia de los roles de entrada y de salida de los juegos psicológicos, y
nos recordó cómo tanto estos como los guiones pertenecen a los fenómenos de transferencia. Y
con él aprendimos a trabajar en grupo una forma de hacer terapia que él llamaba neoberniana.
Pero sobre todo aprendimos de él sobre los sentimientos, las emociones y los estados de áni-
mo, sobre su funcionalidad para la vida y el desarrollo de la autonomía. Carlo nos enseño a com-
prender el amor en la vida y en la relación terapéutica y el papel que juega en la curación.
Carlo era un hombre especial, cálido y divertido, un colega carismático y un amigo. Ahora se
ha ido, me queda su hueco y la tarea de aprender que la vida es como es y no solo como la ide-
alizamos.
Su recuerdo y sus enseñanzas me acompañan y me seguirán iluminando a pesar del frío de es-
tas noches de diciembre en Zaragoza y en nuestros corazones. “Nada de lo humano le era ajeno.”

Jesús Cuadra Pérez


Zaragoza, 11 de diciembre de 2008

EN RECUERDO DE MARY GOULDING

La muerte de Mary Goulding agranda la orfandad de cuantos trabajamos con Análisis Tran-
saccional, no sólo porque se haya ido una figura señera y guía de terapeutas, sino porque dej
vacío el papel de madre coraje.
Quienes tuvimos el privilegio de trabajar con ella, sabemos bien de su dureza e impasibilidad
frente al chantaje emocional y la manipulación de la patología. Mary era implacable con la pasivi-
dad, pero amorosa y cálida cuando el cliente retomaba su poder.
Su sinceridad ante el grupo, en paralelo a Bob, su compañero, ni le permitía ocultar su pasado
alcohólico, ni disimular las discrepancias sobre el diagnóstico que requería el caso sobre el que
ambos iban a trabajar. En público, establecían una única hipótesis terapéutica, a veces de forma
fulminante y otras después de un espinoso debate entre ellos, que constituía una magnífica lec
ción, tanto para el cliente que se disponía a trabajar, como para el grupo que habría de colaborar
en el proceso de redecisión. Antes de iniciar el proceso, todo el mundo sabía cual era la meta fi
nal. Con estos ingredientes, confieso que la semana de trabajo en Navacerrada, que compart
con ambos, fue para mí una experiencia cumbre.
De mi relación personal, guardo su cercanía en el desayuno que Mary quiso tomar conmigo
en Oaxtepec (México): su risa espléndida, su curiosidad por todo lo que pasaba en España y su
disposición a volver cuantas veces fuera posible. Pero sobre todo, me deja su coherencia: se
puso a aprender español, contra el escepticismo y el sarcasmo de Bob. Ella ya era muy mayor,
pero “tenía todo su poder” (grandes carcajadas rotundas, personales, a plena garganta, como
acostumbraba a hacer) y claro que logró expresarse en español correctamente, por escrito y ver-
balmente.
Estaba en paz consigo misma, pero ahora sigue luchando con todo el poder espiritual de su
modelo de excelencia.

Francisco Massó

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


361

PUBLICIDAD DE CURSOS Y CONGRESOS

ESCUELA DE VERANO EN EL ESCORIAL


ANÁLISIS TRANSACCIONAL: UN MODELO EFECTIVO
DE APLICACIÓN MULTIDISCIPLINAR

FUNDAMENTACIÓN:

El Análisis Transaccional surgió dentro del campo de la Psicología como un método de psi-
coterapia rápido y eficaz., a la vez que sus creadores e impulsores fueron elaborándolo com
una teoría de personalidad y de acción social. Posteriormente, sus estudiosos y cultivadores en
diversas áreas de la actividad humana lo han ido desarrollando como un instrumento para des-
cribir, comprender y transformar. Así es como lo han convertido en un modelo común efectivo
para comunicarse los profesionales de diversas disciplinas. Por tanto, impartir su enseñanza po-
sibilita brindar a los profesionales de diversas ramas y estudiantes universitarios una herra-
mienta eficaz para su ejercicio profesional.

OBJETIVOS:

1. Identificar los conceptos fundamentales y niveles del Análisis Transaccional como mode
lo descriptivo de la realidad individual y social.
2. Aplicar dicho modelo para resolver problemas fundamentales en las áreas de la psicolo-
gía, la educación, las organizaciones y empresas y los medios de comunicación y trans-
misión cultural.
3. Explicar las estrategias, tácticas y técnicas de mejora que el Análisis Transaccional apor-
ta en las áreas anteriormente mencionadas.
4. Formular planes que tracen nuevos caminos para transformar diferentes situaciones.
5. Demostrar, con experiencias de diversos campos, la utilidad del modelo aplicándolo en di-
versas disciplinas.

PROGRAMA:

1. Introducción al Análisis Transaccional (A.T.): 5 horas


1.1. Definición de Análisis Transacciona
1.2. Características
1.3. Situación en el campo del conocimiento
1.4. Historia:
1.4.1. Eric Berne: biografía y obra
1.4.2. Orígenes y desarrollo en EEUU
1.4.3. Desarrollo internacional.
1.4.4. Inicio y desarrollo del A.T. en España
1.5. Áreas de aplicación: clínica, educación, organizaciones y empresas, comunicación.
1.6. Elementos
1.6.5. Modelo de personalidad: estructura y funcionalidad de los estados del yo, ne-
cesidades básicas, afectividad, mensajes parentales y posiciones existenciales.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


362

1.6.6. Modelo de acción social: niveles de comunicación, estímulos sociales y tran-


sacciones.
1.6.7. Modelo de estructuración del tiempo a corto plazo: aislamiento, rituales, pa-
satiempos, actividad, juegos psicológicos, juego lúdico e intimidad
1.6.8. Modelo de estructuración del tiempo a largo plazo: guión de vida.

2. Modelo de Personalidad: 5 horas


2.7. Antecedentes históricos
2.8. Concepto de estado del yo
2.9. Modelo estructural:
2.9.9. Teoría de los órganos psíquicos
2.9.10. Estructura de primer orden de los estados del yo: características emociona-
les, cognitivas y conductuales.
2.9.11. Estructura de segundo orden:
2.9.11.1. Estados parentales (Padre)
2.9.11.2. Estado adulto (Adulto)
2.9.11.3. Estados infantiles (Niño)
2.9.12. Diálogos internos
2.9.13. El yo ejecutivo y el real
2.10. Modelo funcional:
2.10.14. Distinción estructura/función
2.10.15. Funciones evaluadoras y sociales de los estados del yo.
2.11. Identificación de los estados del yo: conductual, social, histórica y fenomenológica
2.12. Génesis y evolución de los estados del yo.

3. Afectividad: 5 horas
3.13. Emociones naturales
3.14. Gradiente emocional
3.15. Emociones sustitutivas, parásitas y elásticas.
3.15.16. Aprendizaje de emociones sustitutivas
3.15.17. Tipos
3.15.18. Acumulación de emociones sustitutivas
3.16. Alfabetización emocional
3.17. Expresión emocional

4. Mensajes parentales, posiciones existenciales y marco referencial: 5 horas


4.18. Mandatos, prohibiciones y atribuciones.
4.19. Directrices impulsoras.
4.20. Génesis de las posiciones
4.21. Tipos y características
4.22. Marco de referencia

5. Necesidades básicas y estímulos sociales: 5 horas


5.23. Tipos de necesidades básicas
5.24. Componentes de los estímulos sociales
5.25. Tipos de estímulos sociales
5.26. Leyes de los estímulos sociales y principios de escasez y abundancia.
5.27. Modos de petición de estímulos sociales
5.28. Extorsión y parasitismo de estímulos sociales.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


363

6. Transacciones y estructuración del tiempo a corto plazo: 10 horas


6.29. Comunicación: niveles, intercambios y leyes
6.30. Definición de transacció
6.31. Tipos de transacciones:
6.31.19. Simples complementarias y cruzadas: tipos
6.31.20. Ulteriores angulares y dobles: tipos
6.31.21. Transacciones: remodelación, confrontación, permiso
6.32. Aislamiento
6.33. Rituales
6.34. Pasatiempos
6.35. Actividad
6.36. Juego lúdico
6.37. Intimidad.
6.38. El miniguión.
7. Los juegos psicológicos: 10 horas
7.39. Definició
7.40. Fórmulas de juegos y beneficios
7.41. Grados de los juegos
7.42. Papeles de los juegos
7.43. Análisis formal de juegos
7.44. Plan de juego
7.45. Clasificación de los juego
7.46. Tipos principales de juegos
7.47. Prevención y transformación de los juegos
7.48. Los juegos de poder.
8. El guión de vida: 10 horas
8.49. Definición y característica
8.50. Circunstancias iniciales.
8.51. Elementos del guión
8.52. Matrices del guión
8.53. Evolución y derivaciones del guión
8.54. Clasificación de los guiones: procesos, estilos y resultados
8.55. Transmisión: guiones familiares y culturales.
9. El contrato y el grupo como instrumentos de cambio: 5 horas
9.56. Definición de contrato y proceso contractua
9.57. Fundamentos de utilización del contrato
9.58. Tipos de contratos
9.59. Tipos de grupos
9.60. Elementos grupales
9.61. Dinámica grupal
10. Área psicológica: 10 horas
10.62. Distorsiones:
10.62.22. Estructurales: contaminaciones y exclusiones.
10.62.23. Afectivas: rackets y cupones.
10.62.24. Cognitivas: descuentos, grandiosidad, sobregeneralización, detallismo,
redefinición
10.62.25. Relacionales: simbiosis, pasividad, sobreadaptación, agitación, violen-
cia e incapacitación.
10.62.26. Trastornos psíquicos.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


364

10.63. Actitud modificadora


10.64. Intervenciones modificadoras
10.64.27. Panorama de escuelas de intervención.
10.64.28. Técnicas de Eric Berne: operaciones de esclarecimiento y fortalecimien-
to del estado Adulto y operaciones de sostenimiento del estado Niño.
10.64.29. Reparentalización (Schiff) y autorreparentalización (James)
10.64.30. Redecisión (Goulding)
10.64.31. Entrevista al padre.
10.64.32. Técnicas narrativas.

11. Área educativa: 10 horas


11.65. El aula: alumnos y profesores
11.65.33. Estados del yo y posiciones existenciales
11.65.34. Necesidades básicas, estímulos sociales y transacciones
11.65.35. Miniguión, juegos psicológicos y juegos de poder
11.66. La institución: profesores y jerarquías
11.66.36. Estados del yo y posiciones existenciales
11.66.37. Necesidades básicas, estímulos sociales y transacciones
11.66.38. Miniguión, juegos psicológicos y juegos de poder
11.67. Autonomía según el AT y educación

12. Área de organizaciones y empresa: 10 horas


12.68. Guión de la organización y relación con el guión del líder fundacional y con los
guiones de los directivos.
12.69. Estados del yo, posiciones existenciales y estilos de liderazgo
12.70. Estímulos sociales y motivación laboral.
12.71. Conflicto laboral transversal y directivo: estados del yo inadecuados prevalentes
distorsiones afectivas y cognitivas, transacciones disonantes, juegos psicológicos
y juegos de poder.
12.72. Resolución de conflictos, conciliación y negociación

13. Área de comunicación: 10 horas


13.73. Guiones culturales e información mediática.
13.74. AT y los medios de información masiva: prensa, radio, TV e Internet.
13.75. AT en el análisis de las artes:
13.75.39. Literatura clásica, medieval, moderna y contemporánea
13.75.40. Literatura fantástica: mitología, cuentos de hadas, relatos fantásticos y
ciencia-ficción
13.75.41. Artes plásticas: pintura y escultura.
13.75.42. Artes escénicas: música, ópera, opereta y zarzuela, danza, recitales,
teatro, televisión, cine
13.76. AT en el análisis de eventos sociales lúdicos: celebraciones, deportes y toreo
13.77. AT en el análisis de la gestión gubernamental y actividad política.

ACTIVIDADES PRÁCTICAS:

Análisis de obras literarias y plásticas, películas, series de televisión, debates de televisión y


de radio, y noticias en prensa. Ejercicios de autoevaluación, dramatizaciones de ensayo con-
ductual y análisis de grabaciones de dichas dramatizaciones.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


365

DURACIÓN DEL CURSO : 100 horas.

FECHAS DE REALIZACIÓN : Del 6 al 31 de julio de 2009.

HORARIO DEL CURSO: Mañanas de 9:00 a 14:00 horas, de lunes a viernes.

AULAS: Aula blanca con medios audiovisuales y grabadora de vídeo.

NÚMERO DE ALUMNOS: 40 alumnos.

PERFIL DEL ALUMNO:

Estudiantes, diplomados, licenciados y doctores de Comunicación, Publicidad y Relaciones Públi-


cas, Periodismo, Psicología, Medicina, Enfermería, Fisioterapia, Pedagogía, Psicopedagogía, Edu-
cación primaria, Logopedia, Economía y Administración de Empresas, Sociología, Trabajo Social.

SISTEMA DE EVALUACIÓN: Presentación de memoria final, participación de los alumnos e


todas las dinámicas, asistencia a clase.

ESCUELAS EN LAS QUE SE INSCRIBE :

C. Escuela de Comunicación.
F. Escuela de Formación de Profesorado.
J. Escuela de Organización, Gestión y Recursos Humanos.
L. Escuela de Salud y Biomedicina.

Date: Mon, 12 Jan 2009 09:38:57 +0100


From: secretariadealumnos@rect.ucm.es
Subject: Aprobación Cursos ECV 2009
To: elcorreodegraci@hotmail.com

Querida amiga y compañera,

En sesión celebrada el 18 del pasado mes de diciembre, la Comisión de Formación Continua


ha aprobado la programación de la VIII edición de la Escuela Complutense de Verano (ECV).
De su lado, el Pleno del Consejo Social de nuestra Universidad aprobó las tasas aplicables al
conjunto de cursos que componen la Escuela. Con este motivo, me complace comunicarte que
el curso “Análisis transaccional: un modelo efectivo de aplicación multidisciplinar”, por ti
propuesto integra dicha programación.
Tras el paréntesis impuesto por las vacaciones navideñas, es mi intención convocar a los Di-
rectores de cursos a fin de cerrar algunos aspectos pendientes de esta VIII edición de la ECV
entre otros y señaladamente la relativa a las condiciones económicas en que se celebrarán los
cursos. Y todo ello, con vistas a que, de manera inmediata, puedan iniciarse las tareas de difu-
sión y matrícula.
Deseándote, a ti y a los tuyos, lo mejor para el año que entra y agradeciéndote la decidida co-
laboración que nos prestas, recibe un cordial saludo,
Madrid, a 12 de enero de 2009

Fernando Valdés Dal-Ré


Coordinador de la ECV

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


366

CONVOCATORIA
Congreso Internacional de Análisis Transaccional 2009
Lima, Perú. Agosto 5-8

“NUEVA VIDA DESDE VIEJAS RAÍCES”


Organizado por la Asociación Psicológica de Desarrollo Humano (APDEH)
Patrocinado por: ITAA, ALAT y APDEH
Fecha límite: Marzo 15 de 2009
Seminarios Pre-Congreso: Agosto 2 y 3
Exámenes ITAA y ALAT: Agosto 5
AT 101: Agosto 4 y 5

Te invitamos a enviar tus propuestas de trabajos para consideración en el programa del congreso.
El comité de programa te sugiere enviar propuestas de aplicaciones novedosas y técnicas proba-
das del Análisis Transaccional. Favor de diseñar tus presentaciones con base en el tema del con-
greso: “Nueva Vida desde Viejas Raíces”. Favor de proporcionar toda la información que abajo se
requiere utilizando este formato y después enviarlo a Gloria Noriega a la siguiente dirección elec-
trónica: gnoriega@imat.com.mx . El sitio web del congreso es: www.analisistransaccional.org

...........................................................................................................................................................
Título de la Exposición:

...........................................................................................................................................................
Nombre y Grado Académico, Certificación ITAA o ALA

Dirección ...........................................................................................................................................
Ciudad/Estado/Código Postal/País ...................................................................................................
Teléfono............................................... Celular .................................................................................
Fax....................................................... Correo Electrónico ..............................................................

...........................................................................................................................................................
Nombres y credenciales de otros ponentes en tu exposición

RESUMEN:
Proporciona un resumen de 50 palabras que describa tu exposición. El resumen será utilizado
para la publicidad del congreso.

OBJETIVOS:
Favor de anotar tres objetivos de aprendizaje en tu exposición:
...........................................................................................................................................................
...........................................................................................................................................................
...........................................................................................................................................................

FORMATO:
Conferencia, discusión, panel, taller, vivencial, etc.:

...........................................................................................................................................................

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


367

DURACIÓN:

(Selecciona una)
1.5 horas ............
3 horas ............
50 minutos (ponencia) ............
Día completo ............

NIVEL DE LA PRESENTACIÓN:

(Selecciona una)
Principiantes ............
Intermedios ............
Avanzados ............

AREA:

Cínica ............
Counselling ............
Organizacional ............
Educacional ............
Coaching ............

LÍMITE DE PARTICIPANTES:

10 ............
20 ............
30 ............
50 ............
No hay límite ............

IDIOMA

Este será un congreso bilingüe Español-Inglés. Nos gustaría poder incluir tu exposición en el
programa en ambos idiomas. Si tu exposición es en español, favor de incluir una traducción en
inglés del título y de tu descripción en 50 palabras. Si tu exposición es en inglés favor de incluir
una traducción en español del título y de tu descripción en 50 palabras.
Idioma de tu exposición: ...................................................................................................................
Requiero de un intérprete voluntario para mi exposición .................................................................

DATOS BIOGRÁFICOS:

Favor de proporcionar una breve descripción personal en 20 palabras, de ser posible en ambos
idiomas. También necesitamos tu foto reciente para el programa.

TEMARIO:

Favor de proporcionar en no más de dos páginas la descripción de lo que va a suceder en tu ex-


posición, particularmente si es viviencial o involucra a la audiencia. En caso de que existan si-
tuaciones de seguridad y protección por experiencias emocionales o físicas esperamos nos des
a conocer cuáles son tus requisitos.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


368

PAGO DE INSCRIPCIONES:

Los expositores que asistan a todo el congreso pagarán la inscripción completa al congreso. Los
expositores que únicamente asistan el día de su exposición pagarán un solo un día de congreso.

EQUIPO:

Las aulas del congreso tendrán sillas movibles, rotafolio y retroproyectores. Favor de indicar si
necesitas equipo adicional, nosotros haremos lo mejor posible para cubrir tus necesidades. En
caso de que necesites realizar una presentación en Power Point favor de traer tu propia laptop,
esta podrá ser utilizada con nuestro número limitado de proyectores. Necesitamos saber que sis-
tema operativo utilizas para establecer la compatibilidad con el proyector.

HOTEL:

Hotel Residencial: Hotel del Círculo Militar en Lima

GRABACIONES EN AUDIO:

Algunas exposiciones podrían ser grabadas. Favor de indicar lo siguiente: YO DESEO ............../
YO NO DESEO ............... dar permiso al congreso para grabar mi trabajo y que APDEH venda
las grabaciones.

PARA MAYOR INFORMACIÓN:


Contacto: Alejandro Velez:
Mobile: +511999377379
Email: alejandrovelez@apdeh.org
alvan_1@yahoo.com

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


369

NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS

ANALISIS TRANSACCIONAL EN PSICOTERAPIA.


ORIGINAL: TRANSACTIONAL ANALYSIS IN PSYCHOTHERAPY.
BRILLANTINE BOOKS – NEW YORK. 1961.

Autor: Eric Berne.


Traductor: Julio Vacarezza.
Editorial: Psique. Buenos Aires.
Año de publicación: Del original, el 1961. De la traducción, el 1981.
Nº de páginas: 285.
Encuadernación: Rústica.

ANÁLISIS

Palabras clave: Estructura, personalidad, psicopatología, trato social, juegos, guiones, rela-
ciones, psicoterapia, Análisis Transaccional, fenomenología.
Biografía del autor: Eric Berne, a lo largo de una vida de labor intelectual y práctica –murió
en 1970- sentó las bases de un sistema terapéutico, cuya síntesis podemos encontrar en la pre-
sente obra. Es el primero de sus trabajos serio y profundo de su labor como terapeuta. Otros li-
bros le siguen y complementan, como Juegos en que participamos, de 1964, e Introducción al
Tratamiento de Grupo, de 1965, que tuvieron una amplia acogida y fueron estudiados y comen-
tados por especialistas de la psiquiatría y de la psicología.
Fuentes bibliográficas La obra incluye notables referencias a diferentes autores y pone de
manifiesto el amplio grado de cultura de su autor. Entre otras referencias podemos hacer men
ción de: Penfield, Moreno, Spitz, Balzac, Stendhal, Piaget, Kierkegaard
Descripción de la obra. Este trabajo que comentamos consta de 4 partes, en las que se inclu-
yen un total de 20 capítulos, seguidos de un Apéndice, entre los que podemos encontrar adelanta-
da toda la teoría global del Análisis Transaccional de Berne. Lo esencial del libro hace referencia a
explicaciones sobre: análisis de la estructura de la personalidad, análisis de transacciones, análisis
de juegos, terapia de grupo y la explicación de la formación de la matriz del Guión de vida.
Método y estilo. El estilo berniano, no exento de humor, está escrito de forma clara, con una
metodología muy didáctica, que va ilustrando los temas con abundancia de casos clínicos. Su
lectura es fácil y amena, asequible incluso para los no iniciados, debido a que su lenguaje rehu-
ye todo exceso de erudición especializada y jerga psicoterapéutica.
Resumen. Berne trata de dar en obra una visión general de su nueva línea terapéutica, tal
como lo expone en el Cap. I, 93 “Consideraciones generales”, de la siguiente manera: “El Análisis
Transaccional ofrece una teoría sistemática, consistente en la dinámica de la personalidad social,
derivada de experiencias clínicas, y una forma de terapia activa y racional que, siendo adaptable y
comprensible, es apropiada para la gran mayoría de pacientes psiquiátricos”. Esta línea teórica
tiene su fundamento epistemológico en la Fenomenología, tal como lo expresa el propio autor en
las dos primera líneas de la Introducción: 93Fenomenológicamente, un estado del ego se puede
describir como un sistema coherente de sentimientos relacionados a un sujeto dado.”

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


370

JUICIO CRITICO

Consideramos que esta obra Análisis Transaccional en Psicoterapia representa un estudio


fundamental para los futuros terapeutas de Guiones de vida, a destacar la tercera parte del libro,
que incluye un detenido estudio de las psicosis funcionales y las neurosis. Hemos de referirnos,
además, al Cap. XVIII, con el título de “Terapia de matrimonios”, que anticipa otra obra posterior
de nuestro autor, nos estamos refiriendo a Hacer el amor, finalizada en Abril de 1970, murien
poco después, en 15 de Julio del mismo año. Libro de obligada lectura.

Dr. Josep Lluís Camino Roca


Presidente de ACAT (Associació Catalana d’Anàlisi Transaccional)

ERIC BERNE, TEÓRICO DE LA COMUNICACIÓN

Editor: VALBUENA DE LA FUENTE, Felicísimo.


Madrid, EDIPO. Fundación General de la Universidad
Complutense, 2006.
Nº de páginas: 383.
Precio: 15 €
Para solicitar ejemplares contra reembolso,
escribir a permeso@permeso.es

ANÁLISIS

El público hispanohablante estaba reclamando, desde hace mu-


cho tiempo, que autores hispanohablantes actualizasen el sistema
de Eric Berne para adaptarlo a las diversas oleadas de curiosidad,
afición o entusiasmo que viene causando en países muy diferentes. Alemania, Rusia, Brasil y otro
países están tomando la antorcha. ¿Por qué no España, sobre todo si tenemos en cuenta que Terry
Berne, el hijo que más se está preocupando por el legado de su padre, vive en Madrid, España?
Este libro nace de un Curso-Congreso que la Universidad Complutense, en su Ciclo de la Co-
municación, organizó para conmemorar el 35 aniversario de la muerte de Eric Berne. El título fue
Eric Berne, 35 años después. Sus aportaciones al campo de la comunicación. En este Curso
participaron casi todos los especialistas españoles en Eric Berne. Ahora, sale este libro no sólo
con las ponencias de aquel Curso, sino con otras aportaciones que completan el panorama.
Está dividido en tres partes. En la primera, diversos autores se ocupan de la Vida y Sistema
de Eric Berne: Francisco Massó, Rafael Sáez Alonso, Eva Aladro, José María Jiménez, José
Luis Martorell, Gustavo Bueno, Jordi Oller, José Zurita y Jesús Cuadra. La Segunda Parte está
dedicada a Aplicaciones del Sistema de Eric Berne a algunos campos de la actividad humana y
contribuyen con sus teorías y experiencias José María Román, Pablo Pascual, Elena García, An-
tonio Ares, Rafael Sáez y Vanessa Sáiz. La Tercera Parte acoge la Discusión filosófica sobre
Análisis Transaccional.
Intercambian sus puntos de vista Francisco Massó, José Luis Camino y Gustavo Bueno.
Una entrevista con Terry Berne, hijo de Eric, remata el contenido del libro.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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VIVIR INTERCULTURALMENTE: APRENDER UN NUEVO ESTILO DE VIDA

Autor: Rafael Sáez Alonso


Editorial: CCS
Año de publicación: 2006
Nº de páginas: 152.

Biografía del autor: Rafael Sáez Alonso, de Nájera (La Rioja),


es doctor en Ciencias de la Educación y actualmente profesor titu-
lar en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense
de Madrid. Sus escritos e investigaciones se ocupan de la meto-
dología de la investigación educativa, la gestión de calidad, la in-
tervención transaccional socioeducativa y la educación intercultu-
ral. En esta editorial ha publicado Los juegos psicológicos según
el Análisis Transaccional.

ANÁLISIS

Este libro quiere ser un manifiesto educativo sobre el desafío de vivir interculturalmente qu
tiene planteada la sociedad actual, globalizada en lo económico y en lo humano.
Las cuestiones planteadas afectan y preocupan a todos. La naturaleza de la población, conse-
cuencia de los procesos migratorios, está cambiando la sociedad. En consecuencia, la educa-
ción intercultural no sólo es un menester de la escuela, sino de la sociedad entera, de los ciuda-
danos, los políticos, los empresarios, los intelectuales y la opinión pública en general.
Las reflexiones de este libro sólo quieren servir para pensar sobre la realidad del mundo, so
bre hechos y personas reales de forma rigurosa, sugerente y clara.

¿QUÉ DICE USTED DESPUÉS DE DECIR HOLA?


ORIGINAL: WHAT DO YOU SAY AFTER YOU SAY HELLO? GROVE PRESS, 1971

Autor: Eric Berne.


Traductora: Neri Daurella.
Editorial: Primera edición en español: Editorial Grijalbo, 1974. En 1997 alcanzó las 21 reimpre-
siones. El Grupo Random House Mondadori lo reeditó en 2002.
Nº de páginas: 490.
Encuadernación: Rústica.

ANÁLISIS

Palabras clave: Análisis Transaccional, Estados del Ego, Transacciones, Juegos, Guión de Vida,
Materiales del Guión, Programación, Permiso, Aproximaciones Científicas a la Teoría del Guión

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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Biografía del autor: Eric Berne nació en Canadá en 1910. Estudio en la Universidad McGill
de Montreal, donde se graduó en Psiquiatría. Después, se trasladó a los Estados Unidos, para
ejercer como psiquiatra. Creo el sistema llamado Análisis Transaccional y escribió varios libros
que tuvieron muchas ediciones, por el favor que le otorgaron millones de lectores, sobre todo
Juegos en que participamos, que estuvo durante más de un año en la lista de los libros más ven-
didos (Tuvieron que pasar treinta años para que ocurriese un fenómeno parecido. Nos referimos
a Inteligencia Emocional, de Daniel Goleman). Cuando estaba corrigiendo las galeradas de su
última obra, precisamente la que ahora reseñamos, murió de un ataque al corazón el 15 de julio
de 1970. Tenía sesenta años.
El Análisis Transaccional constituye un armazón conceptual que ha servido para formar a millo-
nes de personas en empresas y centros educativos, además de constituir una importante escuela
de Psicoterapia individual y de grupo. Precisamente este éxito social ha podido constituir uno de
sus principales inconvenientes, porque algunos académicos han llegado a atacarlo como simplista
y como una corriente que estuvo de moda y que ahora ya ha pasado. Otros piensan que las críti-
cas contra el Análisis Transaccional vienen motivadas por el gran éxito que tuvieron Berne y sus
seguidores y que, adoptando esta perspectiva, es fácil identificar las inconsistencias de los críticos
Ahora asistimos a un renovado interés por el Análisis Transaccional (AT): Alemania, Rusia,
Brasil... y España, entre otros muchos países. Quizá el interés surge de algo tan difícil de ver en
otras Escuelas como son los debates que los propios transaccionalistas mantienen para refinar
aquilatar sus conceptos.Este aspecto proviene de Eric Berne que, en la obra que comentamos,
se ocupó a fondo de problemas teóricos y metodológicos.
Fuentes bibliográficas Eric Berne demostró que tenía una vasta y profunda formación en va-
rios campos, además del suyo. Le atraían mucho las Matemáticas y la Literatura. Lo notamos en
todas sus obras, porque sabe ilustrar con pasajes literarios los puntos más importantes de su teo-
ría, reforzando así la práctica de la Psicoterapia. Como muestra de esta afirmación, sólo hace falt
leer su artículo «The Mythology of dark and fair: pyschiatric use of folklore», Journal of American
Folklore, volumen 72, Philadelphia, 1959, un modelo de cómo escribir un artículo científico. E
¿Qué dice usted...?, encontramos citadas las obras fundamentales de la Psicología publicadas
hasta entonces, aunque con una preferencia por Adler, Jung y Erikson. También, obras clásicas de
la Literatura –trágicos griegos, Shakespeare, Cuentos de Hadas, Poe, Sinclair Lewis y muchos
otros.
Descripción de la obra. La obra consta de cinco partes. En la Primera –Consideraciones Ge-
nerales, Capítulos 1 y 2– Berne expone su concepción de la vida, que él encuadra entre un
“Hola” y un “Adiós”. «Lo que ocurre en medio entra en el ámbito de una teoría específica de l
personalidad y de la dinámica de grupo, que es también un método terapéutico, conocido por el
nombre de Análisis Transaccional. Para apreciar lo que viene a continuación, primero es necesa-
rio entender los principios de este método». (La traducción de la obra deja que desear. Sobre
todo, porque la autora denomina “análisis conciliatorio” a lo que los estudiosos llaman Análisis
Transaccional).
El Capítulo 2 le sirve para exponer los principios de sus cuatro análisis: Estructural, Transac-
cional propiamente dicho, de Juegos y de Guiones. También, de forma abreviada, puesto que ya
lo ha expuesto en otros libros anteriores, expone su idea sobre cómo las personas estructuran
su tiempo: Soledad o Apartamiento, Rituales, Pasatiempos, Actividades, Juegos e Intimidad.
Berne dedica la Segunda Parte a la Programación Paterna –Capítulos 3 al 10–. En el 3 –El
destino humano– destaca las interpretaciones que Berne hace de los cuentos de Caperucita
Roja y de la Bella Durmiente. Así es como establece la guía conductora de este libro: Los cuen-
tos y las obras literarias presentan trayectorias de miles y de millones de personas reales. Lo im-
portante es dar con el sentido y dirección de cada destino.

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Para buscar ese sentido, Berne se adentra en las Influencias Prenatales –Capítulo 4–. Inme
diatamente advertimos que Berne ha recogido el testigo de otros psiquiatras y psicólogos y lo
ha pasado a otros profesionales, imprimiendo su huella, que algunos no reconocen, pero que
son muy fáciles de advertir. Hay estudiosos de Berne que se han propuesto manifestar, en ar-
tículos y publicaciones, las influencias de Berne en tendencias ahora triunfantes y que sus auto
res no quieren reconocer. Es decir, quieren emitir, sobre éstos, un dictamen parecido al que Or-
tega y Gasset dio sobre Descartes: Inició la sinfonía de la filosofía moderna, pero se cuidó mu
bien de esconder la partitura, para que no identificasen las influencias decisivas de otros filó
fos sobre su sistema.
Partiendo de los pronombres, su dirección positiva o negativa y los predicados, Berne identifi
ca las posiciones vitales, un constructo muy útil para distinguir los triunfadores de los fracasados
–Capítulo 5–. En la combinación de pronombres y predicados advertimos la afición de Berne
las Matemáticas, como también lo ha demostrado al calcular las transacciones en el Capítulo 2.
Para comprobar cuántos niveles podemos observar en las palabras de las personas, Berne lle-
va a cabo una hermenéutica, llena de humor, porque éste es uno de los rasgos inconfundibles de
Berne. Nuestra convicción es que su educación judía le ha facilitado mucho captar esos cinco ni-
veles que él distingue. “Marciano” es el adjetivo que Berne emplea para denominar a quien es ca-
paz de ver los hechos humanos desde una perspectiva original, llena de creatividad –Capítulo 6.
El Mecanismo del Guión –Capítulo 7– nos parece una parte fundamental del libro. Identific
tres mandos del Guión: Saldo, Requerimiento y Provocación o Seducción y cuatro elementos
que sirven para combatirlos: Prescripción, Patrones Paternales, Impulsos juguetones o Demonio
y Liberación interna. Son las claves para interpretar la vida de muchas personas, que Berne es-
tructura en un esquema dinámico.
Después, Berne retoma el hilo de las etapas de la vida humana y va interpretando los diferen-
tes aspectos que surgen en la Segunda Infancia, en la Adolescencia, la Madurez y la Muerte.
Son tres Capítulos –del 8 al 10–, que forman una red conceptual de grandes posibilidades para
analizar vidas reales y personajes de ficción
La Segunda Parte se titula “El Guión en Acción”. En ella se ocupa de los tipos de Guiones, del
tiempo del guión y del sexo en los Guiones. En pocas obras encontramos tantas ideas tan con-
centradas y tan movilizadoras del interés por investigar. En los Capítulos 12 y 13, Berne analiza
una serie de Guiones, algunos de personajes literarios –Sísifo, Cenicienta...– y reales –Freud,
Florence Nightingale, entre otros.
El autor dedica los dos últimos capítulos de esta Segunda parte –14 y 15– a responder a dos
preguntas: ¿Cómo es posible el Guión y cómo se transmite? Ahí expone su teoría del Rostro
Plástico y del Yo Móvil, en la que podemos enmarcar muchas investigaciones sobre Comunica-
ción No Verbal. Y es que el gran cambio de Berne respecto de otros psiquiatras y psicólogos es
que ofreció un panorama desde la Comunicación y desde la Cibernética. Con lo cual, ofrece mu-
chas posibilidades para interpretar la Sociedad de la Información y del Conocimiento.
En cuanto a la transmisión, Berne se vale de la matriz del Guión que elaboró Claude Steiner,
su principal discípulo (que, por cierto, vivió en Madrid desde 1945 a 1953 y habla perfectamente
el español, lo que le facilitó expandir el AT en diferentes Congresos celebrados en Hispanoamé-
rica). Berne profundiza en la transmisión cultural del Guión, aunque demuestra que posee un
concepto claro de “cultura”, y no ese concepto confuso que muchos utilizan sin la menor preocu-
pación teórica.
La Cuarta Parte –“El Guión en la Práctica Clínica”– abarca de los capítulos 16 al 20.Distingue
entre diferentes tipos de terapeutas. Donde Berne despliega su originalidad, inmune al paso del
tiempo, es cuando se ocupa de los “indicios del guión”. Más concretamente, el Capítulo 17 es,
quizá, lo más completo que hemos leído sobre Comunicación No Verbal.

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También resulta original el Capítulo 18 –El guión en el tratamiento–, porque Berne se plantea
no sólo el guión del paciente, sino el del terapéuta. Berne siempre sostuvo que el AT aspiraba a
“curar”, no sólo a “hacer progresos”.
Por sí el libro suena demasiado a Psicoterapia en algunas ocasiones, Berne dedica el Capítulo
19 a la Intervención decisiva, es decir, al Permiso. Es una operación que pueden aplicar los edu-
cadores, los trabajadores sociales, los profesionales del “coaching” y muchos otros. Finalmente,
en la Quinta Parte Berne se enfrenta con las “Aproximaciones científicas a la Teoría del Guión”
Método y Estilo. En el Capítulo 21 presenta las Objeciones a la Teoría del Guión: espiritua-
les, filosóficas, racionales, doctrinales, empíricas, desarrollistas y clínicas. Lo cual nos obliga
preguntarnos cuántos autores emplean este Método de enfrentarse autocríticamente a sus apor-
taciones, suscitar las objeciones y responderlas. Por eso, las ideas propias que un autor no so-
mete a crítica acaban por resultar blandas e inconsistentes, cuando no falsas, en muchos casos.
Sin embargo, las ideas que un autor somete a crítica ofrecen mayor consistencia. Sobre todo, si
como hace Berne, dedica un Capítulo entero –el 21– a los Problemas Metodológicos. Expone la
red conceptual y se adentra en los datos aleatorios e indiscutibles.
Finalmente, el autor ofrece una “cheklist” o “lista de comprobación del guión”, que ofrece posi-
bilidades muy diversas: no sólo en el campo de la Psicoterapia sino en otro tan actual como el de
los personajes de ficción en novelas y películas
Seríamos injustos si no resaltásemos que Berne, además de su gran erudición, muestra un
estilo potente, a la altura de los mejores escritos. Véase cómo comienza la Introducción: «¿Qué
dice usted después de decir hola? Esta pregunta pueril, aparentemente tan tonta y falta de la
profundidad que es de esperar en una investigación científica, en realidad contiene en sí mism
todas las cuestiones básicas de la vida humana y todos los problemas fundamentales de las
ciencias sociales. Es la pregunta que los niños se hacen a sí mismos, para aprender luego a
aceptar respuestas falseadas, la pregunta que los adolescentes se hacen unos a otros y plante-
an a sus consejeros, la pregunta que las personas mayores eluden aceptando las preguntas fal-
seadas de sus superiores, y la pregunta sobre la que escribieron libros los sabios filósofos anti
guos sin llegar a encontrar la respuesta. Contiene la pregunta fundamental de la psicología so-
cial –¿Por qué las personas hablan unas con otras?– y la cuestión fundamental de la psiquiatría
social –¿Por qué a las personas les gusta agradar?–. Su respuesta es la respuesta a las cuestio-
nes planteadas por los cuatro Jines del Apocalipsis: guerra o paz, hambre o abundancia, peste o
salud, muerte o vida. No es de extrañar que pocas personas encuentren la respuesta durante su
vida, pues la mayoría pasan la vida sin encontrar siquiera la respuesta a la pregunta que la pre-
cede: ¿Cómo dice usted “hola”?
Resumen. Un Guión es un plan de vida basado en una decisión tomada en la infancia, refor-
zado por los padres, justificado por acontecimientos subsiguientes, y que culmina en una alterna
tiva elegida. Berne subtituló su última obra como “La Psicología del destino humano”. En 23 Ca-
pítulos, Berne indica cómo son esos planes de vida y cómo pueden combinarse para llegar a de-
terminados desenlaces. Puede haber triunfadores, no-triunfadores y fracasados. Sin embargo,
Berne es mucho más sutil y combina esos desenlaces. Efectivamente, puede haber personas
beneficiosas para sí mismas, pero perjudiciales para la sociedad; desgraciadas en su vida perso
nal, pero muy beneficiosas para la sociedad; beneficiosas para sí mismas y para los demás
perjudiciales para sí mismas y para los demás. Lo que hace Berne, aunque él no lo diga, es ac-
tuar como los grandes constructores de guiones en la historia del cine: lo primero que les preo-
cupa era cómo iba a terminar la película y, partiendo de ahí, construían hacia atrás. El estudio de
Berne ilustra cómo muchas personas llegan a su desenlace y abre las posibilidades para que se
salgan de los cauces de un guión destructivo o que otra persona, con potencia y protección, les
de permiso para cambiar, pensar, hacer las cosas bien y vivir.

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Juicio crítico. Nos encontramos ante una obra que ha tenido y sigue teniendo una gran in-
fluencia en los transaccionalistas, que han publicado varios libros sobre la Teoría del Guión
También ha dado origen a muchos artículos, publicados fundamentalmente en el Transactional
Analysis Journal (TAJ), que sigue publicándose trimestralmente y con todas las garantías de las
revistas más exigentes. Berne era muy exigente cuando de escribir se trataba. En su libro Intro-
ducción al Tratamiento de Grupo, dedicó todo un Capítulo a «Investigar y Publicar». Al aplicárse-
lo a sí mismo, comprobamos la solidez de su red conceptual, la elegancia del estilo y el gran
sentido del humor que aparece en algunas de sus páginas. Al adoptar una perspectiva comuni-
cativa, y no simplemente psicológica, esta obra ha atraído a profesionales de distintos campos
de la actividad humana.
El principal desafío al que se enfrenta el Análisis Transaccional en España es lograr que una
sola editorial publique todas las obras en una colección, con traducciones muy cuidadas. Nuestra
predicción es que públicos muy diversos los acogerán favorablemente.

Rafael Sáez Alonso


Facultad de Educación, Madrid

PSICOLOGÍA HUMANÍSTICA NORTEAMERICANA

Autor: Celedonio Castanedo Secadas


Editorial: Herder de México
Año de publicación: 2005
Nº de páginas: 337
Prefacio: Joseph Zinker

En la posguerra de la Segunda Guerra Mundial predominaba en la psicología norteamericana


una orientación conductista, a pesar del crecimiento del movimiento psicoanalítico. Sin embargo,
a finales de la década de los 50 e inicios de los 60, algunos psicólogos norteamericanos se sen
tían descontentos y no compartían el punto de vista que tenía el behaviorismo de la naturaleza
humana, por lo que fundaron lo que se conoce como la Tercera Fuerza en Psicología. Todo ello
dio nacimiento a la División 32 de la APA, conocida como Humanistic Psychology. Después de
su fundación otras corrientes se sumaron (Terapia Gestalt, Análisis Transaccional, Psicodrama,
Logoterapia, etcétera) al movimiento.
El propósito fundamental de esta obra es introducir al lector en el rico tapiz de los enfoques te-
rapéuticos humanísticos, trazando las diferencias existentes en las cinco corrientes psicológicas
que se presentan, de tal forma que el lector pueda distinguir, por ejemplo, entre la autorrealiza-
ción de Maslow y el concepto de ansiedad de May, encontrando las semejanzas y las diferencias
entre ambos.

Este libro inicia presentando a los cinco fundadores (Gordon Allport, Abraham Maslow, Carl
Rogers, Rollo May y James Bugental) de la Psicología Humanística en los EEUU. Cada autor es
analizado relacionándole con el Behaviorismo, el Psicoanálisis, el Neo-psicoanálisis, el Existen-
cialismo, y la Fenomenología. Seguidamente, Castanedo expone otras fuentes de influencia e
la Psicología Humanística (Kurt Goldstein, Psicología de la personalidad, Psicología Gestalt,
Pensamiento oriental; y la Percepción de la naturaleza humana).

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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El Capítulo VIII se centra en la investigación utilizando como instrumento la Escala POI (Per-
sonal Orientation Inventory), elaborada por Everet Shostrom para medir la autorrealización en
términos maslowianos. Los siguientes capítulos enfocan en el campo de la educación: El apren-
dizaje a la luz de la psicología humanística; La aplicación de los principios de la psicología huma-
nística a la educación; Una aproximación holística al sistema educativo; El enfoque holístico en
psicología de la educación. Aportes de la psicología humanística al campo de la educación.
Otros capítulos tratan: El arte de enfermarse; Los Retos del Humanismo frente al cierre del mile-
nio; El bienestar subjetivo según el enfoque cognitivo-afectivo; El optimismo realista versus el pe-
simismo y Apuntes sobre los enfoques existenciales-humanísticos en psicoterapia. Todos estos
capítulos producidos por el autor son una novedad en lengua hispana.

Otra novedad de este libro es presentar unidos a los ”cinco grandes“ de la psicología huma-
nística con sus respectivas corrientes psicológicas. Me uno a lo que escribe Zinker en el prefa-
cio: “Mis felicitaciones para el autor al haber traído magistralmente a la vida, con este libro, la
obra de estos hombres…”.

Rafael Sáez Alonso

SEGUNDA EDICIÓN RENOVADA DE:


VIVIR ES AUTORREALIZARSE: REFLEXIONES Y CREACIONES
EN ANÁLISIS TRANSACCIONAL

Autor: Jordi Oller Vallejo


Editorial: Kairós
Año de la 2.ª edición: 2001
Nº de páginas: 342
Sitio web del libro: www.analisis-transaccional.net

Biografía del autor: Jordi Oller Vallejo está Certificado en Psicologí


por la Universidad de Barcelona y como Analista Transaccional Clínico
por la ITAA y EATA. Fue Presidente Fundador de l’Associació Catalana
de Análisis Transaccional. Es uno de los principales introductores del
Análisis Transaccional en España, a partir de 1974. Ha publicado numero-
sos artículos en Transactional Análisis Journal – TAJ, publicados también en la Revista de Análi-
sis Transaccional y Psicología Humanista de AESPAT. Es a destacar que ha contribuido con una
amplia investigación en el tema de los estados del yo. Ha publicado también el libro La persona-
lidad integradora: El doble logro de ser sí mismo y vincularse (Ediciones CEDEL, 2004), cuyo
contenido adicionalmente también se relaciona con los conceptos del Análisis Transaccional.

ANÁLISIS

Una buena manera de valorar cuanto de novedoso tiene esta segunda edición ampliamente
renovada del libro, es transcribir tal cual el propio prefacio escrito por su autor:
“Hace algún tiempo que vengo pensando que los libros ya publicados también deberían poder
“autorrealizarse”, es decir, al igual que las personas, poder ir expresando al máximo todas sus

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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posibilidades, lo que, en el caso de un libro, significa en especial poder renovarse para actuali
zarse. En cierta manera, a través de la presente edición, Vivir es autorrealizarse : Reflexiones
creaciones en Análisis Transaccional es un libro que se ha “autorrealizado” en algún grado, es
decir, que es un libro renovado y puesto al día, ya no sólo en cuanto a información nueva sobre
el Análisis Transaccional, sino ante todo en su “espíritu”, con cambios en ambos aspectos que
considero muy importantes respecto a la primera edición. En parte, naturalmente, estos cambios
han sido el resultado de mi propio desarrollo personal y profesional.
A lo largo de los años desde que se publicó el libro, no sólo he vivido y crecido como persona,
sino que he trabajado y crecido como psicoterapeuta, teniendo ocasión de seguir verificando, ex
perimentando y reflexionando sobre mucho de lo escrito en la primera edición. Desde luego, e
su mayor parte aun sigue siendo vigente, válido y útil, como lo era entonces. Pero también he vi-
vido frustraciones de las que, en definitiva, he obtenido un aprendizaje. Algunas son principal
mente de tipo técnico y otras son principalmente de tipo personal, aunque, de hecho, ambas as-
pectos se entremezclan.
Una de las frustraciones –de tipo técnico– fue consecuencia de haber ido dándome cuenta de
la confusión y falta de consenso que existía y existe aun en algunos de los considerados temas
fundamentales del Análisis Transaccional, siendo a destacar el de los estados del yo . Así, por
una parte, fui descubriendo que, pese a la convicción unívoca con que a veces se hablaba y se
sigue hablando del tema –y yo mismo he “enseñado” también así–, de hecho, no se estaba utili-
zando ni se utiliza un único modelo de los estados del yo, sino que existía una fuerte controver-
sia al respecto, lo que me llevó no sólo a investigar, sino a buscar alguna solución integradora.
Parte de los resultados fueron publicados en Transactional Analysis Journal en el artículo Un
análisis integrador de los modelos de los estados del yo (0ller, 1997), que puede verse en el ane-
xo A. Otros aun no están publicados, pero tienen que ver con habitual confusión de conceptos
entre los estados del yo y los órganos psíquicos.
Naturalmente, en esta edición he tomado en cuenta estos resultados, hasta el punto de que
incluso he reescrito todo el capítulo 3: Nuestros personajes y su mundo y buena parte del capítu-
lo 13: El desarrollo para autorrealizarse , pues son los que han sido más afectados por estas
cuestiones. Pero además, también se encontrarán reflexiones, aclaraciones y cambios sobr
otros aspectos teóricos y prácticos, es decir, que he reescrito mucho de otros capítulos. Por
ejemplo, entre otros, se encontrará el cambio del término aislamiento (Oller, 1986) por el de re-
traimiento y el de Niño Aislado por el de Niño Retraído, en base a nuevas precisiones conceptua-
les y ante todo terminológicas, que justifico, pues pese a la difusión que tuvo el concepto en s
momento, con frecuencia aun sigue “ignorándose”. También he reorganizado algún material del
libro que antes estaba en el capítulo 2 y que he considerado de menor interés general, colocán-
dolo en los dos últimos anexos del final. En resumen, todo el contenido ha sido revisado y reno
vado, para ser en lo posible coherente con su subtítulo de Reflexiones y creaciones en Análisi
Transaccional.
Otra de las frustraciones –de tipo personal– fue consecuencia de haberme ido dándome cuenta
de que, en algunos aspectos, el contenido de la primera edición del libro reflejaba cierto triunfalis
mo, relativamente frecuente en las presentaciones del Análisis Transaccional, respecto a lo que
con su ayuda podía lograrse cambiar de uno mismo, la rapidez en cambiarlo y el estado de bienes-
tar final que resultaba. Sin embargo, lo que he ido viviendo posteriormente en mi propia vida perso
nal y profesional, se ha encargado de poner las cosas en su sitio, desde luego, afortunadamente.
Ciertamente, el AT es muy útil y he comprobado ampliamente su efectividad tanto en mi mis-
mo como en mis clientes, pero también tiene sus límites y no explica todas las dificultades qu
podemos ir experimentando en la vida, ya no sólo desde el punto de vista espiritual –que, desde
luego, no es su finalidad específica–, sino también en aquellos aspectos de nuestro desarrol

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que no tienen que ver propiamente con el guión psicológico, ni tampoco con haber estado vivien-
do siguiendo un contraguión (es decir, un plan inconsciente aparentemente positivo, que acaba
en un desenlace negativo). Desde luego, a veces esto último es posibilitado por ciertas presenta-
ciones y usos que se hacen del Análisis Transaccional, pero, en realidad, me estoy refiriendo
aquellas etapas, crisis y cuestiones de tipo psicológico-existencial que no podemos eludir vivir
según la edad que vayamos teniendo en la vida, como, por ejemplo, la crisis de la mediana
edad, el proceso de envejecer, la proximidad de la muerte, etc., por citar sólo algunos temas.
Bastantes de estas manifestaciones conllevan lo que llamo separaciones individuadoras , que
son necesarias para crecer, si bien conllevan sus propio sinsabor
El Análisis Transaccional es realmente una metodología muy útil para facilitar el logro de un
buen nivel de autonomía psicológica, pero, precisamente y paradójicamente, dicho logro implica
también su propio nivel de dificultades, en su mayor parte precisamente de tipo existencial. So
las dificultades que ha de vivir y afrontar aquella persona a la que Ken Wilber (1988) denomina e
centauro existencial , alguien que (pág. 114) “no constituye sólo una unidad integral superior al
ego, el cuerpo, la persona y la sombra, sino una importante transición hacia los dominios sutiles
y transpersonales superiores”. Pero al mismo tiempo, también según describe Wilber, una perso-
na en quien (pág. 238) “el yo, que ha aceptado (hasta cierto punto) la muerte y la trascendencia
de todos los niveles inferiores, se halla ahora completamente identificado con el ego mental –e
ego P-A-N (y esta referencia al modelo Padre, Adulto y Niño del AT es de Wilber, no mía)–, y
esta nueva sensación de identidad sustitutoria se fortifica hasta los dientes para defenderse de l
muerte y de la trascendencia”.
Así pues, no todo queda resuelto con lo que nos podemos facilitar resolver –que es mucho–
con el Análisis Transaccional en nuestro crecimiento personal. Aun con la satisfacción de todo lo
que podemos lograr en cuanto a cubrir nuestras necesidades de individuación y vinculación (que
son el tema de mi nuevo libro La personalidad integradora: El doble logro de ser sí mismo y vin-
cularse), existen nuevos posibles logros por delante, con sus propias dificultades, nuestras limi
taciones humanas al respecto y las frustraciones que de todo ello resulta. También, claro, el
mundo tiene sus propios problemas reales que interfieren en las cosas y que también nos afec
tan, pues no vivimos solos.
En consecuencia, en esta edición me he propuesto poner el triunfalismo en su sitio, en cuanto
tiene de poco realista, lo que no niega que podemos seguir siendo optimistas en nuestras expec-
tativas respecto a la utilidad del Análisis Transaccional. Por tanto, en base a lo que he explicado,
he revisado todo el contenido del libro desde dicha perspectiva, además de que también he acla-
rado y a veces ampliado algunos conceptos, así como he cambiado los títulos de algunos capítu-
los, como ejemplo, para quien no conoce la edición anterior, cuando el capítulo 10 antes se titu-
laba: Creamos nuestro propio mundo (al más puro estilo de quienes creen en el poder sin límites
del pensamiento positivo, creencia que no comparto), ahora se titula: Causamos parte de nues-
tro mundo. Otro ejemplo es el del capítulo 8, antes titulado: Podemos cambiar, no sólo mejorar,
que ahora se titula: Podemos lograrlo, no sólo intentarlo y que además añade el concepto de es-
cala estimativa del logro . Y refiriéndome a nuevos conceptos, otro que he añadido es el de nú-
cleo esencial de los estados del yo , en el capítulo 3. Pero hay bastantes variaciones más, que
aclaran, cambian o añaden conceptos.
También, desde luego, hay informaciones y datos nuevos, tanto a nivel de nuevas contribucio-
nes de autores transaccionalistas y de otros enfoques, como en la bibliografía en general. Algo
que pienso que será útil es que he localizado todo el material que he podido que estuviese tradu-
cido al castellano, ya se trate de libros, como, muy es especial, de artículos. También he revisa-
do las figuras ilustrativas, aclarando y modificando algunas, así como he añadido algunas nu
vas. Así mismo, he revisado el estilo y claridad lingüística del texto.

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Otra cuestión que quiero comentar tiene que ver con el uso del lenguaje, pues vengo obser-
vando y lo he confirmado de nuevo al revisar el libro, que, a veces, para referirse a según qu
cosas desde un punto de vista descriptivo-formal, es prácticamente inevitable –o la costumbre
puede más que el propósito– hacerlo como que “son” de tal manera o de tal otra, pareciendo en-
tonces que “son” de una manera unívoca e incuestionable. Por tanto, aunque en lo posible he
procurado tenerlo en cuenta, a veces, puede que cuando me refiera a algunas cosas como qu
“son” de una determinada manera, dicho “son” tenga el sentido de de son generalmente, otras el
de son frecuentemente , otras el de son probablemente y aun otras veces el de son dialéctica-
mente, es decir, que no se excluye la interacción con su contrario dialéctico.
Para terminar, no pretendo, desde luego, que quienes adquirieron y leyeron la primera edi-
ción, adquieran ahora esta, pero si tienen la ocasión de leerla les sugiero que no la desaprove-
chen, pues creo que también les será de utilidad y tendrán la oportunidad de una experiencia
que pienso que es bastante inusual: la de leer un libro que en cierta manera se ha “autorrealiza-
do”, haciendo honor a su título. Mis mejores deseos.”

Jordi Oller Vallejo

ANÁLISIS TRANSACCIONAL I: CÓMO NOS HACEMOS PERSONA

Autor: Francisco Massó Cantarero


Editorial: CCS
ISBN: 978-84-9842-108-8 Madrid, 2007
Nº de páginas: 296

Cada una de las páginas de este libro está escrita con miras a demostrar
que el proceso de convertirse en persona es una tarea diaria y constante,
aun a pesar del protagonista; plural y participativa, toda vez que en ese es-
fuerzo colaboramos, mediante las transacciones, las personas que rodea-
mos a cada protagonista.
En efecto, cada persona es un agente constructor o destructivo para sus
congéneres, por las atribuciones de valor que nos asignamos recíproca-
mente, la confianza que nos otorgamos, las expectativas de desarrollo personal que creamos
las confirmaciones que efectuamos sobre los logros ajenos. Por eso, éste es un libro de Análisi
Transaccional, porque se adentra en averiguar cómo la conducta cotidiana contribuye a la confi
guración del propio yo de cada persona.
El libro puede ser una excelente herramienta para padres y educadores, al proponerles un en-
foque positivo para su labor de acompañamiento y guía de sus educandos.
Sin menoscabo de esa pretensión, el autor defiende en todo momento la libertad de cada per
sona, su derecho a ser diferente y único, a cambiar su modo de funcionar que, a la postre, re-
dundará en un cambio de estructura, dado que no sólo se hace camino al andar, sino que an-
dando se hace el caminante a sí mismo, con la sinergia de los demás.
El libro constituye también una reflexión sobre el Análisis Transaccional, acrisolada durant
más de 25 años de experiencia de utilización de esta técnica. Con la modestia de quien habla
desde la práctica, el autor propone ideas novedosas relativas al funcionamiento de los estados del
yo y su integración; pero, es preciso destacar el empeño puesto en detraer cualquier tipo de de-
terminismo sea para tomar una decisión minúscula, sea para consolidar la estructura psicológica.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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ANÁLISIS TRANSACCIONAL II: EDUCACIÓN, AUTONOMÍA Y CONVIVENCIA

Autor: Francisco Massó Cantarero


Editorial: CCS
ISBN: 978-84-9842-676-2 Madrid, 2008
Nº de páginas: 244, consta de seis capítulos, presentación, introducción y
epílogo.
Hay un anexo sobre juegos, glosario y bibliografía.
Está prologado por el Dr. Kertész, Rector de la Universidad de Flores (Argentina)

El texto está destinado a padres, profesores y a toda persona que tenga


por misión acompañar y estimular el desarrollo de otro ser humano. En este
sentido, el objetivo general es de carácter preventivo, preservar la salud psí-
quica del educando, no hacerle daño. Eric Berne decía primum non nocere, lo primero es no dañar.
Es una reflexión, hecha desde el Análisis Transaccional, para destacar y revalidar el papel de
educador, y mostrar el valor que tiene la comunicación diaria verbal, no-verbal y simbólica, den-
tro y fuera de la familia, en los diferentes grupos que va integrando la persona.
A cualquier edad, necesitamos del juego lúdico como espacio creativo para el desarrollo de la
intuición y la imaginación, y del banco de pruebas para revalidar habilidades de relación y pro-
mover vínculos. Pero, es muy significativa la función terapéutica que el autor otorga al juego, y
que éste permite liberar tensiones, resolver conflictos de la vida real y desarrollar empatía. Est
es una aportación original y sugestiva.
También pretende desdramatizar el conflicto y mostrar cómo el antagonismo, que forma part
de la vida, es necesario para un desarrollo psíquico saludable, entrenamiento de la asertividad y
campo de aprendizaje para facilitar la sinergia y la cooperación.
En definitiva, el libro estudia al ser humano en relación con sus semejantes, el papel confor
mador que tienen los grupos sobre la estructura psíquica de cada persona. Cómo es la necesi-
dad de pertenencia, que nos obliga a crear grupos, darles vida y aceptar su desaparición, como
si se tratase de otros organismos. Los papeles que desarrollamos dentro de los grupos contribu-
yen al desarrollo integral de la persona: nos permiten sentir emociones, integrar valores y adop-
tar pautas de convivencia.
La autonomía, inclusive de pensamiento, es un bien a promover a lo largo del proceso educativo,
cuidando la convergencia. La persona se hace humana gracias a su relación con los demás y con
ellos mantiene un fluido abierto, de índole transaccional, que ha de redundar en beneficio mutu

SEIS ENFOQUES PSICOTERAPÉUTICOS

Autor: Castanedo, C.
Editorial: Manual Moderno. México, 2008
Nº de páginas: 451

Ahora, en el año 2008 y después de 12 reimpresiones, aparece remoza-


da, actualizada y ampliada la segunda edición de la obra Seis enfoques
psicoterapéuticos con más de 140 páginas sobre la primera edición de
mil novecientos noventa y tres. Cada capítulo corre a cargo de diferentes

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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autores expertos en la teoría y temática terapéuticas que presentan. Se puede afirmar que es u
excelente encuentro para conocer, compartir y debatir las ideas de cada uno de estos enfoques
psicoterapéuticos: Psicoanálisis, Terapia Conductual, Terapia Transaccional, Psicodrama, Tera-
pia Rogeriana, Terapia Gestalt y Epílogo. Todos contarán sus experiencias en este encuentro
que se desarrolla en diferentes espacios de conocimiento.
En el capítulo primero, escrito por Henning Jensen Pennington y Leonardo Dorony Saturno, se
describen los aspectos básicos del Psicoanálisis Freudiano y neo-freudiano, además del proceso
histórico de construcción de la teoría y la práctica psicoanalítica: sus conceptos, postulados y el
contexto científico y filosófico en el que se desarrolló. Así mismo, los personajes que directa e
directamente desempeñaron un papel fundamental para su nacimiento. De igual forma, en la
parte final se habla del desarrollo posterior del psicoanálisis a la muerte de Freud con sus diver
gencias teóricas en la práctica psicoterapéutica.
Se ilustra el impacto en el entendimiento de los procesos sociales y su relación con el indivi-
duo, lo subjetivo y lo objetivo. La práctica psicoterapéutica con la historia vital del individuo como
parte central de la misma, la relación psicoterapeuta y paciente en términos de transferencia y
contra-transferencia, son algunas de las principales aportaciones del psicoanálisis. Estas pági-
nas tienen un atractivo adicional muy importante, ya que aclaran muchos malos entendidos y
errores de los conceptos psicoanalíticos comúnmente utilizados.
La Terapia Conductual, capítulo segundo, expuesta por Hermann Lucke Vergara y Ángel Iz-
quierdo, ilustra amena y claramente los principios básicos de esta escuela de terapia, así como
los métodos utilizados desde su propia experiencia. Desde un principio utiliza el análisis funcio-
nal de la conducta, el cual se fundamenta en las relaciones de contingencia entre las variables
antecedentes, organísmica y consecuentes.
Los autores ponen el énfasis en las concepciones erróneas acerca de la terapia conductual,
analizando el mal uso de la misma. Y se advierte el hecho de que algunos pseudo profesionales
intentan aplicar las técnicas derivadas de esta disciplina terapéutica, sin conocer el método.
La terapia conductual desde el punto de vista de los autores, no es simple ni fácil de aplicar.
Se describe el proceso de discriminación de estímulos en el análisis funcional de la conducta
como una cierta forma de insight, en el sentido psicodinámico, en donde la interacción del sujeto
con su medio ambiente real se modifica. Se delimita el estatus ontológico de los eventos inter
nos-subjetivos asignándoles la categoría de conducta. En general queda de manifiesto la aplica
ción de la terapia conductual a problemas clínicos tales como respuestas de ansiedad, depre-
sión, obesidad y/o adicciones.
Pierre Thomas Claudet y Rafael Sáez Alonso escriben el capítulo tres sobre la Terapia Tran-
saccional. Destacan la concepción humanística de su creador Erick Berne (1910-1970), enfati-
zando el concepto de elección conductual basado en una decisión de Niño (decisiones infantiles
reversibles) mediante nuevos procesos de aprendizaje conductuales.
La teoría del Análisis Transaccional está fundamentada en una estructura dinámica de la per-
sonalidad, en donde los Estados del Yo: Padre, Adulto y Niño, son conductas medibles y obser-
vables.
Los analistas transaccionales, en continua generación de conocimiento teórico y terapéutico
según se observa en la Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, editada se-
mestralmente por la Asociación Española de Análisis Transaccional (AESPAT), afirman que l
persona tiene una triple fuente de información, de la cual se sirve para reflexionar, pensar y emi
tir las mejores respuestas posibles para afrontar cada problema de su vida que se le presente,
utilizando conductas apropiadas en el aquí y el ahora.
Para terminar, se exponen las técnicas de la terapia transaccional en relación con el análisis
estructural y funcional de la personalidad, los juegos psicológicos, y el guión de vida entre otros.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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Abelardo Brenes Castro y Alfonso González presentan el Psicodrama, en el capítulo cuarto,


como un enfoque psicoterapéutico grupal, es decir, un conjunto de técnicas que se pueden apli-
car a la solución de los conflictos humanos. Es toda una teoría de la personalidad, con una pro
funda influencia filosófica, particularmente de la vertiente existencialis
Resalta la bondad del ser humano y su poder creativo. Con respecto a lo último, sostiene que
este está siendo distorsionado por la sociedad, a la cual critica radicalmente. Considera que la
sociedad ha dejado de ser el espacio donde la creatividad se pueda desarrollar adecuadamente.
Dice que la sociedad califica de anormales a cierto tipo de patrones de conducta y personalida
des, cuando en realidad son el producto de ella misma. Es como la “madre que rechaza a sus hi-
jos”. Por esto, el psicodrama parte de la consideración de lo anormal como algo normal, brindan-
do el contexto en que el drama de la vida se pueda desarrollar en forma creativa.
El pensamiento de su creador Jacobo L. Moreno, no es metafísico, sino que se tiñe del acon-
tecer político y social de la posguerra. Análogo al concepto del aquí y el ahora plantea el instante
y la situación, donde complementa el concepto de creatividad con el de espontaneidad, la cual
incluso considera como no voluntaria.
Dentro del psicodrama se puede identificar un director, quien funge como productor, terapeut
principal y analista social; un protagonista, que es el sujeto de la acción psicodramática; un ego
auxiliar, el cual representa los roles requeridos por el mundo del sujeto, es un actor, sirve de guía
y agente terapéutico y como investigador social; y el público, que desempeña un papel importan-
te en relación con el sujeto y los actos y en relación consigo mismo. Todo ello aumenta el núme-
ro de respuestas que se pueden dar en el escenario, proporcionando al director un importante
material para el análisis.
En el capítulo quinto, Gerardo Rodríguez Echeverría y José Luis Velasco Lafarga, comienzan
con una semblanza de la vida y obra de Rogers, donde enfatizan en la evolución liberal y la
orientación centrada en la persona, que caracteriza la Terapia Rogeriana. Una característica fun-
damental de la teoría de Carl Rogers, es la conciliación que establece entre los métodos clínicos
y experimentales. Para profundizar en la obra de Rogers es necesaria una comprensión profun-
da de sus presupuestos epistemológicos explícitos e implícitos.
Rogers hace una profunda crítica de la sociedad, de sus estructuras y derivados. Y la psicote-
rapia tiene el objetivo de liberar una capacidad de autodeterminación que ya está en el sujeto, in-
herente a su naturaleza. Resaltan los autores la forma y estilo de la intervención terapéutica de
Rogers, poniendo de manifiesto la actitud del terapeuta como la condición necesaria y suficien
de una terapia centrada en la calidad de la relación humana, entre el terapeuta y el cliente, antes
que cualquier otra forma técnica. Esta actitud está fundamentada en la orientación de intimidad,
donde Rogers busca la autenticidad con la que las personas aprenden a ser independientes y
auténticas. Así mismo, espera que las personas se desarrollen como organismos que se autorre-
gulan basados en sus experiencias positivas. El desarrollo humano es la base de la terapia.
Rogers creía profundamente en la evolución humana, en ese movimiento interno propio de to-
dos los seres vivos hacia la plena realización de sus potencialidades y posibilidades. Confiab
plenamente, como Maslow, en el poder de la autorrealización y la trascendencia.
Finalmente, en el capítulo sexto, el artífice y coordinador de esta obra colectiva, Celedoni
Castanedo, nos muestra el enfoque de la Psicoterapia Gestalt. Se manifiestan a través de esta
páginas toda su experiencia, gran capacidad y preparación de más de 40 años de ejercicio pro-
fesional en diversos países (Canadá, Costa Rica, España, México).
La psicoterapia Gestalt se define como un enfoque psicoterapéutico de carácter holista, te
niendo como finalidad ayudar a la persona a darse cuenta de la necesidad que tiene y a darse e
apoyo para superar sus conflictos y necesidades, ya sean estos de índole interna o externa
Se puede decir que científicamente la psicoterapia Gestalt nace en 1912, como psicología d
la forma, desarrollada por Max Wertheimer y sus discípulos Wolfgang Köhler y Kurt Koffka. Wert-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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heimer y sus discípulos trabajaron con todos los procesos del aprendizaje y la solución de los
problemas; también elaboraron conceptos como el insight, leyes de la forma, pregnancia o cie-
rre. Basado en este conocimiento teórico psicológico, la terapia gestáltica recomienda que la per-
sona o cliente traiga al presente o reviva en el aquí y el ahora sus experiencias del pasado, o
sea, sus vivencias “inconclusas”. Para que las viva aquí y ahora “plenamente”.
Según Castanedo, el terapeuta guía la atención del cliente en su interrelación con su contexto
social y familiar. Al mismo tiempo, el terapeuta participa en los procesos haciendo acopio de toda
su experiencia, técnicas y métodos que le son de gran ayuda y soporte; poniéndolos a disposi-
ción del cliente, para ayudarlo a modificar poco a poco su experiencia, con el fin de que clarifi
sus conflictos y problemas para resolverlos y aceptarlos. De esta manera se actualiza el poten
cial de desarrollo personal.
Este capítulo finaliza con un esclarecedor análisis comparativo entre la Terapia Transacciona
y la Terapia Gestalt, describiendo las diferencias y semejanzas entre ambos enfoques psicotera-
péuticos.
El libro se cierra con una magnífica aportación en el Epílogo, rotunda y segura, de Gabriela
Munguía-Castanedo, necesaria en una obra de esta envergadura y una novedad en esta segun-
da edición. La autora describe las tres grandes fuerzas de la psicoterapia actual (psicoanálisis,
conductismo y psicología humanística), con cuadros tomados de la APA que presentan diversas
características de sus miembros, como son: género, edades e investigaciones de las diferentes
divisiones.
Seguidamente, realiza un análisis comparativo de los seis enfoques relatando quiénes son
sus seguidores así como la continuidad y los retos futuros. Para ello, presenta un cuadro de
cada enfoque que contiene definiciones, fuentes de inspiración, técnicas, recursos, y aplicacio
nes principales.
Finaliza el epílogo con esta polémica y eterna pregunta: ¿cuál de estos seis enfoques es el
mejor? La lectura completa del libro permitirá al lector, pedagogo, psicólogo, teórico de la comu-
nicación, psiquiatra o educadores encontrar la respuesta, su respuesta.
Juzguen ustedes mismos.

Rafael Sáez Alonso

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NORMAS DE LA REVISTA DE ANÁLISIS TRANSACCIONAL


Y PSICOLOGÍA HUMANISTA
PARA LA PUBLICACIÓN DE ARTÍCULOS

PREPARACIÓN DEL ARTÍCULO

– El título del artículo , en español, se colocará centrado en la cabecera de la primera página,


con mayúsculas y en negrilla, y con una llamada al Pie de Página, si el trabajo fue presen-
tado anteriormente en algún congreso, para indicarlo si el autor así lo desea;
– El nombre del autor/es , centrado debajo del título, con mayúsculas algo menores (dos gra-
dos) que las del título, y con una llamada al Pie de Página, para colocar allí:
- Titulaciones académicas;
- Afiliación profesional completa
- Contactos: Domicilio, Teléf., Correo electrónico, Página Web.
- Subvención institucional, si la tuviere, dentro de un proyecto de investigación (finalizado
en curso).
– El Resumen ha de ser representativo de todo el artículo (no sólo de sus conclusiones), pero
breve (150-250 palabras) y claro, y conllevará las Palabras clave (expresarán el contenido
total del manuscrito y servirán para “indexar” el artículo conforme a palabras representati-
vas de las diversas materias);
– Formas de presentar la primera página del artículo. El título y el resumen con las palabras
clave, se presentarán, además de en español, en inglés y en francés;
– La estructuración del artículo estará bien articulada con sus partes bien diferenciadas, cohe-
rentes y enriquecedoras. Los títulos de los apartados y subapartados indicarán claramente
y de modo diferente las partes del artículo;
– Espaciado mecanográfico y extensió . Los artículos se mecanografiarán en doble espacio
con un máximo aproximado de 30 páginas, con letra bien legible;
– La temática de la Revista estará centrada (teoría y práctica) en el Análisis Transaccional
(psicología, educación, comunicación y organización laboral y socia) y en la Psicología Hu-
manista en general;
– El artículo deberá resultar interesante para los lectores a nivel teórico y/o práctico profesio-
nal;
– Se exigirá que los artículos tengan un nivel científico teórico y/o práctico
En este campo, los especialistas se han lamentado de la gran separación entre los “in-
vestigadores” teóricos y prácticos. Quisiéramos que se facilitase la comunicación entre am-
bos. La Revista pretende integrar a ambos colaboradores en busca de su máxima comuni-
cación a través de la publicación de artículos, de otras publicaciones, de la página Web, y
de otras actividades que se vayan organizando en la Asociación Española de Análisis Tran-
saccional -AESPAT-;
– Los artículos deberán ser principalmente originales. Pero si se trata de “republicar” literal-
mente artículos (clásicos o interesantes), se incluirán los permisos pertinentes de la editorial
responsable de la revista y el nombre del traductor, cuando se trata de una edición extranje-
ra, consignando además su fuente: el nombre de la revista, volumen, número y páginas;
– Los manuscritos utilizarán el lenguaje sexista en sus referencias personales, utilizando el
masculino y el femenino en las referencias globales.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


385

– Las Referencias Bibliográfica . El artículo presentará calidad y riqueza en las Referencias


Bibliográfica con aporte de los autores actuales más representativos y con los datos com-
pletos exigidos por las Normas de la Revista.

FORMATO DEL ARTÍCULO

La Revista asume las normas de publicación de la APA (Publication Manual of the American
Psychological Association, quinta edición, julio de 2001). Las instrucciones de mecanografiado,
las instrucciones para preparar tablas, figuras, referencias, medidas y resúmenes aparecen en e
Manual (Apéndice A). Nosotros recogemos las más representativas y las presentamos de forma
breve, sencilla, asequible y adaptada las características de la Revista.

Formas de citar

– Las citas de textos y autores son algo importante en la redacción de un trabajo serio. La au-
sencia de citas puede significar ausencia de conocimiento de otros autores contextuales e
este campo específico y pobreza de contenidos. Las citas pueden hacerse para recibir apo
yo, clarificación, refutación, etc. Siempre encierran una intencionalidad, y si se hacen acer
tadamente, serán interesantes, clarificadoras y darán categoría bibliográfica al que cit
– Existen varios tipos de citas (citas “literales”, “no literales”, “cita de citas” y otras citas), con
sus normas específica :

Citas literales

– Cuando la cita no tiene más de tres líneas, se integra en el texto entre comillas, anteponien-
do la mención del autor, y la fecha entre paréntesis, y situando entre paréntesis el nº de pá-
gina al final del texto literal precedido de la “p.”. or ejemplo: Berne (1983) afirmó que
“Aquí es dable que el terapeuta tenga que funcionar deliberadamente como Adulto, más
que como Padre” (p.279);
– Si se cita al autor, entre paréntesis, después del texto , se añadirá el año y la página. Por
ejemplo: “Aquí es dable que el terapeuta tenga que funcionar deliberadamente como Adul-
to, más que como Padre” (Berne, 1983, p. 279);
– Si la cita tiene más de tres líneas , el autor y el año entre paréntesis, seguidos de “dos pun-
tos”, suelen ir antes o después de la cita literal, colocando ésta en las líneas siguientes en
sangrado (a la izquierda y de 1.cm.) en letra de menor tamaño (dos grados), pero fácilmen-
te legible, y sin entrecomillado, y poniendo al final entre paréntesis el nº de página. precedi
do de “p.”, o “pp.” Por ej.: Según García Moreno (1993):
Se verifica la curación realmente en y por el mismo paciente: que en la posibilidad del cam
bio anunciado por el curador (...) y significado por la técnica o el rito, anticipa la curación dese
ándola, imaginándola y pensándola; que tiende a ejecutarla por “conversión existencial”, “rap-
port” y “complacencia doctrinal”; y que se verifica a través de mecanismos psicológicos que tie
nen su base en la fuerza de la sugestión (p.29);
– Si se añade algo que no forma parte del texto citado literalmente , se colocará entre corche-
tes. Por ej. : Según Berne (1973): “Las excesivas directivas que son puestas en el Niño
[Berne lo recalca especialmente] y le exceden más allá de las ansias del hambre del guión,
pueden ser llamadas epiguión o exceso de guión” (p. 327);
– Si se suprime alguna parte del texto citado literalmente , esto se indicará poniendo tres pun-
tos sucesivos entre paréntesis (…), y si es al final, también tres puntos sucesivos, y ante

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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de la cita de página entre paréntesis. Por ej.: “El Análisis Transaccional es (…) una nueva
teoría bien construida…(Sáez Alonso, 2008);
– Si se quiere resaltar con cursiva, entrecomillas, etc. algo del texto citado, que no aparece
en el texto original, se indicará expresamente antes o después de la cita, como añadido
personal del que cita. Por ej.: En el siguiente texto, pongo el entrecomillado para resaltar
algo para mí muy importante:
Yo he tratado de superar esto, no siguiendo necesariamente la fusión con otros sistemas
(…) y probando modelos conceptuales de terapia cognitiva. Yo espero que el progreso teórico
en la terapia cognitiva “provenga sobre todo de investigaciones clínicas y experimentales”…
(Berne, 1991, p. 197).

Formas generales de citar

– Si la cita es de un autor concreto, se mencionará sólo, sin el nombre, el primer apellido del
autor (los dos apellidos si se trata del primero muy popular y frecuente) , y el año de su publi-
cación separados por una coma y entre paréntesis. Por ej.: La psicoterapia es una actividad
intensamente personal -cita resumen no literal- (Villamarzo, 2005; García Fernández, 1977);
– Si se citan dos o más autores de una obra , se pondrán éstos entre paréntesis en el mismo
orden en que aparecen en la publicación (no necesariamente por orden alfabético), separa-
dos por una coma, y entre el penúltimo y el último irá una “y”. Por ej. “El A.T. es considera-
do con propiedad un sistema humanista” (Sáez y Ruiz, Núñez, García Moreno, 2005, p.56);
– Al citar varias obras de autores diferentes , respecto de un tema determinado, se colocarán
estas citas no por orden cronológico, sino alfabético y separadas por punto y coma. Por ej.:
La psicoterapia debe practicarse siempre pensando más en el cliente que en el sistema teó-
rico -texto no literal resumido- (Beck & Emery, 1985; García Fernández, 2003; Horowitz,
1977, 1979, 1991; Kohut, 1977; Luborsky, 1990; Marcus & Nurius, 2004);
– Cuando se cita sucesivamente varias veces una obra de tres o más autores , se deben con-
signar, sólo por el apellido todos ellos, la primera vez , pero en las siguientes será citado
sólo el primero, añadiendo y otros. Por ej.: Amar es reinar . (Beck, Emery, García Fernán-
dez, Horowitz y Ruiz, 2006); (Beck y otros, 2006);
– Si se cita una obra, pero en distintas ediciones , se colocarán los años de la ediciones por
orden cronológico. Es aconsejable que siempre, en este caso, se ponga en primer lugar la
fecha de la primera edición, en cursiva, aunque no haya sido citada en el texto. Por ej.: La
psicoterapia, de una forma u otra, siempre será integradora si se piensa más en el sujeto
que en el sistema teórico (Tyler, 1990, 1997, 2003, 2006);
– Cuando se citan varias obras de un autor, de un mismo año, se diferenciarán éstas por las
letras del abecedario por orden sucesivo, añadido al año, sin dejar espacio. Por ej.: (Fer-
nández, 2005a; Fernández, 2005b; Fernández, 2005c; etc.);
– Si citada una obra con su autor y fecha de su publicación, se repite la misma cita, no hace ce
falta que el autor citado lleve la fecha, hasta que la distancia de la primera cita sea importante
y exija otra vez, por claridad (podría pensarse en otra fecha), la cita completa de autor y fecha;
– La cita-resumen, en gran parte no literal, de un capítulo o texto cualquiera de un autor se
hará indicándolo previamente y citando al autor, el año y pp. Por ej.: Hago un resumen libre
del capítulo cinco del libro de E. Berne (2000, pp. 30-39);

Cita de cita/s.

– Cuando un escritor cita a un autor que también ha citado a otro/s , al primero se le cita se-
guido del año precedido de una coma, mientras que al segundo se le citará con la fecha en-

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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tre paréntesis. Por ej.: Valbuena en su artículo dice: “Sáez, 2006, refiriéndose a Rui
(1998), afirma que…”
– Cuando la cita literal, o no literal, de un autor incluye otras citas, propias o de autores dife-
rentes, éstas no se reflejarán en la Referencia finales, ya que al citar al autor se cita implíc
tamente a todos los otros citados por él.

Citas de trabajos presentados en Congresos

Cuando se citan trabajos presentados en congresos, la cita hará referencia al autor y año, re-
cogiéndose en las Referencias el título, lugar, etc.

Citas de “diccionarios”, “instituciones”, “manuales famosos”,


“textos bíblicos” o de “textos y obras antiguas”

– Refiriéndose las citas a “diccionarios”, “instituciones” o “manuales famosos , en la primera


cita se menciona el nombre completo, y entre paréntesis la sigla, y en las siguientes sólo se
indica la sigla. Por ej.: ( Ministerio de Educación y Ciencia -MEC-, 2005), (MEC, 2006);
(American Psychological Association -APA-, 1995), (APA, 1995); (Real Academia Española
-RAE-, 2005), (RAE, 2005);
– En las citas de la “Biblia” se hace referencia, no a la fecha sino al capítulo y versículo/s del
libro citado. Por ej.: Ex 12, 15; Sal 31,2-4; Mt 7, 8-12; Ap 1, 8.17;
– Cuando se cita algún texto u obra de “autor antiguo ”, si no se conoce la fecha, se indicará
“s.f.” (sin fecha), pero después en las Referencias Bibliográficas se especificará, siguien
las normas habituales, el autor del que se ha tomado la referencia, y la edición, el traduc-
tor, etc.

Figuras y Tablas

– Las figuras, tablas, notas técnicas, y pies de página deberán ser integrados en el texto de
manera adecuada (bien diseñadas y con buena calidad) parar ser manipulados sin proble-
mas tanto por los evaluadores como por la Imprenta;
– Las Figuras (ilustración, estampa, grabado, gráfico o fotografía) irán señaladas al pie de las
mismas, con la palabra Figura (en negrilla) seguida del número correspondiente (en
negrilla) y “dos puntos”, y a continuación el “texto breve” que describe la figura. Por ej.: Fi-
gura 1: Protector estrepitoso;
– Las Tablas (índice de materias, lista o catálogo de cosas ordenadas, cuadro o catálogo de-
números ordenados para facilitar el cálculo) irán señaladas en la cabecera con la palabra
Tabla (en negrilla) seguida del número correspondiente (en negrilla) y “dos puntos”, siguien-
do el “texto breve” descriptivo de la Tabla. Por ej.: Tabla 5: Mandatos sociales.

Pies de páginas

– Los pies de página deben ser evitados (a excepción de la primera página del artículo donde
de integran datos personales y profesionales del autor), tratando de expresar su contenido
en el texto como aclaración. Cuando sean necesarios para notas técnicas, etc., se numera-
rán por orden y se asociarán claramente con la palabra referencial.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


388

Distribución estructural de los apartados de un artículo

Está comúnmente aceptado, en artículos científicos, no abusar generalmente de la utilizació


de números y letras para los apartados, y de negrillas para resaltar una palabra o frase, utilizán-
dose generalmente, en cambio, la cursiva, el entrecomillado y el guión;
Para resaltar discretamente los apartados de un artículo se suelen utilizar:
– Mayúsculas, centradas, y en negrilla (para los principales apartados);
– Mayúsculas de menor tamaño (dos grados), centradas, y en negrilla (para los principales
subapartados);
– Minúsculas, centradas, y en negrilla para subapartados menos principales;
– Minúsculas alineadas a la izquierda y en negrilla para subapartados aún menos importan-
tes;
– Y en subapartados sucesivos: Minúsculas, centradas, y en cursiva; Minúsculas, y en cursi-
va, a la izquierda;
– El simple guión en apartados próximos sucesivos.
Sirva aproximadamente este mismo texto, de las NORMAS de la Revista, de ejemplo.

Referencias Bibliográfica

– Las Referencias Bibliográfica recogen, después del texto del artículo, los autores citados
en el trabajo con el año, añadiendo aquí la obra literaria con la ciudad y editorial , o la revis-
ta que lo ha publicado con volumen, número y páginas;
– La Bibliografía, que recoge autores y obras que no están citados en el artículo, se colocará
después de las Referencias. Esta “Bibliografía, que puede ser de temática general o espe-
cífica, es complementaria a las “Referencias Bibliográficas, y ha de procurar no repet
obras ya citadas en las Referencias;

Normas generales

– El tamaño de la letra de las Referencias será menor (dos grados) a la del texto;
– En las Referencias todas las líneas “a partir de la segunda” irán con una sangría por la iz-
quierda de 4 espacios (especial “francesa”);
– Si se referencia un “libro” , se menciona el apellido seguido de coma, y la letra inicia l del
nombre/s del autor, seguido de punto; después se coloca el año de la publicación entre pa-
réntesis seguido de punto, y a continuación el título del libro en cursiva, y los nombres de la
ciudad y editorial separados por dos puntos. Por ej.: Dandler, R. y Grinder, J. (1980). La es-
tructura de la magia. Santiago de Chile: Cuatro Vientos;
– Si se referencia el “capítulo” de un Libro, de autor (es) diferente (s) al del libro que figur
como Editor (Ed.), se pone el autor (es) del capítulo, como anteriormente expresado; y des-
pués del año entre paréntesis y seguido de punto, se pone el título del capítulo seguido de
punto, y a continuación, En , inicial del nombre con punto, y apellido seguido de (Ed.) , si-
guiendo el título del libro ( en cursiva) con coma, página (s) del capítulo con punto, y ciudad
y editorial. Por ej.: Labrador, F. J., Cruzado, J. A. y Vallejo, M. A. (1986). Trastornos asocia-
dos al stress y su tratamiento. En J. M. Buceta (Ed.) Psicología clínica y salud: Aplicación
de estrategias de intervención , pp. 245-298. Madrid: UNED. Cuando se trata de un texto,
por ejemplo en inglés, se pondrá & en lugar de y, e In en lugar de En;
– Si se referencia el “artículo de una Revista”, se pone en “cursiva”, no el título del artículo sino
el nombre de la Revista, añadiendo, después, el tomo con caracteres romanos, número (en

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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cursiva) y página (s) del susodicho artículo publicado. Por ej.: Abadi, J. E. (1987). Teorías
del yo y del sujeto psíquico en psicoanálisis. Revista de Psicoanálisis, XLIV, 3, 375-397;
– Las referencias de conferencias y ponencias presentadas, por ejemplo en congresos , se
harán citando como en los artículos al autor, fecha, título, lugar y, si se ha publicado, tam-
bién la ciudad y la Editorial;
– Si se referencia “una misma obra” en ediciones y años diferentes , se colocarán éstas por
orden cronológico;
– Si se referencian “obras diferentes de un mismo autor del mismo año” , se ordenarán por el
orden de publicación, colocando, después del mismo año, las letras del abecedario en mi-
núsculas sin espacio por medio , añadiendo después todos los datos de la publicación. Por
ej.: Ruiz, J. (2006a)…; Ruiz, J. (2006b)…; Ruiz, J. (2006c)…
– Si se referencian “varias obras de un mismo autor, en ediciones y años diferentes” , se colo-
carán por orden cronológico. Por ej.: Ruiz, J. (1985)…; Ruiz, J. (1998)…

PROCESO EDITORIAL

Normas editoriales de la Revista

La sumisión que hace el autor de un artículo al enviarlo a la Revista significa que


– El manuscrito enviado no ha sido publicado anteriormente y que no está en proceso de pu-
blicación en ningún otro sitio;
– Los derechos de autor (“copyright”) son transferidos a la Revista, que no se opondrá, en cir-
cunstancias normales a cualquier propuesta razonable para obtener permiso de reimpre-
sión o reproducción;
– Las Reimpresiones. El mismo autor u otro (con permiso expreso, por escrito, del autor) pue-
den solicitar reimpresiones del artículo rellenando una solicitud a la Revista, haciendo frente
al coste derivado, y ateniéndose a las leyes españolas de propiedad intelectual y reimpre-
sión de trabajos;
– Las reproducciones, dentro de la misma o distinta Editorial, necesitarán previamente el per-
miso expreso por escrito del autor y de la Revista y se atendrán a las leyes españolas de
propiedad intelectual y reproducción, y citarán la fuente de referencia con mención del títu-
lo, autor, fecha de publicación, volumen, nº de Revista y páginas;
– La Revista se coloca en el marco legal español y aclara que el envío del artículo para su pu-
blicación supone el conocimiento de estas condiciones que están suficientemente explicita
das en estas Normas de la Revista que son de cumplimiento obligatorio y se publican en la
Revista y en la Página Web de AESPAT: www.aespat.com ;
La petición de información, acerca de la Revista, se dirigirá a la Secretaría de la Revista:
Tel. 913942169, Correo electrónico mastcipe@ccinf.ucm.es o al director: Tel. 606807701, Co-
rreo electrónico garlla@yahoo.es;
Los cambios de dirección (postal, electrónica, teléfono, etc.) comunicarlos 30 días antes de
los envíos para evitar problemas añadidos;
La Revista abrirá una Sección de Correspondencia (“Cartas al Director”) por la que los
lectores puedan libremente criticar, clarificar o discutir trabajos ya publicados, u opinar acerca d
la Asociación de Análisis Transaccional (AESPAT) y de esta Revista en general, enviando sus
escritos al Apartado de Correos: 60144, 28080-Madrid, o sus mensajes a E-mail: garlla@ya -
hoo.es o rasaez@edu.ucm.es Estos mensajes (“Cartas al Director”) serán esmeradamente publi-
cados y contestados en la Revista.

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390

Envío de los artículos

– Los artículos, originales se enviarán, para ser evaluados, al “Editor de la Revista”, Presiden-
te de AESPAT, Rafael Sáez Alonso, Facultad de Educación:
- Si por Correo Postal : c/ Rector Royo Villabona S/N. Universidad Complutense de Madrid
28040, Spain. Tel. 91396201;
- Si por Correo Electrónico: rasaez@edu.ucm.es
– Los autores deberán guardar copia del artículo para caso de extravío.
– Los artículos, utilizados en las evaluaciones, no se devolverán a los autores.

Evaluación y aceptación de artículos

– Cada artículo recibido pasará el arbitraje evaluador que exige que todos los manuscritos re-
cibidos en la redacción de la Revista sean sometidos a valoración por parte de dos o más
miembros del Consejo de Redacción, con la finalidad de valora :
- Si el artículo enviado se ajusta a la temática general de la Revista ( o al tema monográfic
de una publicación si se elige éste) que consiste en promocionar el conocimiento teórico y
práctico en las áreas de psicología, educación, información y organización laboral y so-
cial, dentro del enfoque del Análisis Transaccional y de la Psicología Humanista;
- Si puede ser de interés para sus lectores;
- Si el nivel científico se fundamenta en una verdadera investigación teórica o práctica con
la adecuada metodología, con una estructuración del artículo de partes bien diferenciadas
coherentes y enriquecedoras, con una argumentación realista, adecuada y convincente, y
unas enriquecedoras referencias bibliográficas representativas del campo temático, ac
tuales y completas de datos;
- Si el artículo cumple con las Normas de la Revista en cuanto a formato de presentación;
– Por tanto, los responsables de la publicación de la Revista se reservan el derecho de no
aceptar artículos cuando no cumplan dichas condiciones;
– Si es necesario, el Consejo de Redacción acudirá al Consejo Científico Asesor para que a
menos dos especialistas “externos” o “internacionales” evalúen el artículo para orientar al
Consejo de Redacción a fin de tomar decisiones en cuanto a su posible publicación, d
acuerdo con las directrices de la Revista;
– La evaluación de los artículos se hará siempre por el método del doble ciego ;
– La aceptación de un artículo no supone su publicación inmediata, la cual se hará en el mo-
mento adecuado a las necesidades de la Revista;
– En cada artículo publicado aparecerán la fecha de recibido, avaluado y aceptado, y en otro
apartado de la Revista se consignarán los evaluadores como grupo evaluador;
- La Revista puede no identificarse ni responsabilizarse sobre determinados contenidos de
artículo;
- Todas las NORMAS anteriores se publicarán siempre en la Página Web de AESPAT
www.aespat.com y en la Revista para que todos los colaboradores tengan adecuada y fá-
cil información de la estructura, dinámica y proceso editorial y se atengan a estas mismas
Normas.

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008


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CARTAS AL DIRECTOR

Según las NORMAS, en el apartado “Normas editoriales de la Revista”:

La Revista abrirá una Sección de Correspondencia (“Cartas al Director”) en la que los lectores
puedan libremente criticar, clarificar o discutir trabajos ya publicados, u opinar acerca de la Asoci ción
de Análisis Transaccional (AESPAT) y de esta Revista en general, enviando sus escritos al Apartado
de Correos: 60144 - 28080 Madrid, o sus mensajes a E-mail: garlla@yahoo.es rasaez@edu.ucm.es
Estos mensajes (“Cartas al Director”) serán esmeradamente publicados y contestados en la Revista.

Las cartas no excederán de 20 líneas mecanografiadas. No se devolverán originales ni se mantendrá co


municación con el remitente. Las cartas deberán incluir el Nº del DNI, el teléfono, el Correo electrónico y la di-
rección de quien las envía. La Revista podrá contestar a las cartas dentro de la misma sección.

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Boletín de Solicitud Conjunta de Asociación a AESP AT y Suscripción
Cortar y enviar a Apartado de Correos 60144 - 28080 Madrid

a la Revista de Análisis T ransaccional y Psicología Humanista


Deseo pertenecer a la Asociación Española de Análisis Transaccional (AESPAT) y recibir su publicación
“Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista”, para lo cual me comprometo a abonar 45 €,
cuantía de la cuota del año 2009 para España.
Nombre y apellidos ..................................................................................................................................................................
Actividad profesional ................................................................................................................................................................
Domicilio ..................................................................................................................... ... Código Postal .................................
Localidad ........................................................................ País .............................................. N.I.F. ......................................
Teléfono ..................................... Fax ............................... E-mail ...................................... Web ..........................................
Fecha de Nacimiento ...................................... Nacionalidad ............................. Estudios ....................................................
Forma de pago:
■ Transferencia bancaria a AESPAT: Caja de Madrid - Conde de Peñalver, 6 - 28006 Madrid - c/c/c/ 2038-1006-63-6001231467
■ Domiciliación bancaria: Rellenar los datos adjuntos y la autorización, de pie de página, a su Banco o Caja, para que haga
efectivo dicho pago.

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Boletín de Solicitud de Suscripción a la Revista
Cortar y enviar a Apartado de Correos 60144 - 28080 Madrid

de Análisis Transaccional y Psicología Humanista


■ Deseo suscribirme a la Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista por el período de un
año, renovable sucesivamente hasta nuevo aviso, para lo cual me comprometo a abonar 30 €, cuantía de
la suscripción del año 2009 para España
■ Deseo recibir el nº ......... de la Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista para lo cual me
comprometo a abonar 17 €, precio de un número suelto durante el 2009 para España.
Nombre y apellidos ..................................................................................................................................................................
Actividad profesional ................................................................................................................................................................
Domicilio ..................................................................................................................... ... Código Postal .................................
Localidad ........................................................................ País .............................................. N.I.F. ......................................
Teléfono ..................................... Fax ............................... E-mail ...................................... Web ..........................................
Forma de pago:
■ Transferencia bancaria a AESPAT: Caja de Madrid - Conde de Peñalver, 6 - 28006 Madrid - c/c/c/ 2038-1006-63-6001231467
■ Domiciliación bancaria: Rellenar los datos adjuntos y la autorización, de pie de página, a su Banco o Caja, para que haga
efectivo dicho pago.

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Boletín de Domiciliación Bancaria (a enviar por usted a su Banco o Caja)
Cortar y enviar por usted a su Banco o Caja

Señores: les solicito que atiendan, con cargo a mi cuenta/libreta, y hasta nueva orden, el recibo que
anualmente les presentará la Asociación Española de Análisis Transaccional (AESPAT) para el pago de
mi cuota como asociado a la misma y de la suscripción a la Revista de Análisis Transaccional y
Psicología Humanista.

Nombre y apellidos ............................................................................................................ N.I.F. .....................................


Entidad Bancaria ......................................................................... Código cuenta/cliente .......... / .......... / ....... / .......................
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Fecha ................ de .................... de ....

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ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ANÁLISIS TRANSACCIONAL –AESPAT–
–Al servicio de profesionales y simpatizantes del Análisis Transaccional en España–

JUNTA DIRECTIVA:
Presidente: D. Rafael Sáez Alonso.
Secretario General: Felicísimo Valbuena de la Fuente.
Secretario Técnico: D. Mariano Bucero Romanillos.
Tesorera: Doña María de los Ángeles Díaz Veiga.
Vocales: D. Juan Cruz Moreda Pérez de Eulate.
D. Juan García Moreno (Publicaciones)

DOMICILIO SOCIAL:
c/ Clara del Rey, 44, 7º A - 28002 Madrid

DATOS DE CONTACTO:
– Teléfonos: 91 394 62 01 y 91 394 21 69
– E-mail: info@aespat.com
– Apartado de correo: 60144, 28080 Madrid

La REVISTA de Análisis Transaccional y Psicología Humanista: Es el Órgano Oficial Científico


de AESPAT para la investigación, información y formación de sus socios y se edita semestralmente.
PÁGINA WEB de AESPAT: www.aespat.com dirigida por Mariano Bucero.
PÁGINA WEB sobre Análisis Transaccional: www.bernecomunicacion.net creada y coordina-
da por Felicísimo Valbuena de la Fuente.

QUIÉNES SOMOS
En 1978 un grupo de profesionales deseosos de introducir y difundir en España el Análisis Transaccional
(A.T.), crean la Asociación Española de Análisis Transaccional (AESPAT), asociación de carácter cien-
tífico regida por unos Estatutos que, aprobados por el Ministerio del Interior el 8 de Noviembre de 1978, fue-
ron posteriormente modificados y reconocidos el 23 de marzo de 2000.
Esta Asociación, sin ánimo de lucro, tiene como “objetivos principales”:
• Difundir el Análisis Transaccional,
• Apoyar las investigaciones que se realicen con A.T. como método de trabajo,
• Promocionar las aplicaciones concretas del A.T. en centros oficiales y privados,
• Mantener relaciones y contactos precisos con otras Asociaciones y simpatizantes del A.T.
Constituida por personas interesadas en el Análisis Transaccional, sea a nivel personal y/o profesional,
realiza formación en A.T. en las diferentes áreas de aplicación (clínica, educativa, laboral, información) y
otorga titulación propia en distintos niveles de formación. Una persona asociada a AESPAT puede situarse
como uno de los siguientes tipos de miembros: socio, miembro regular, miembro especial, miembro clínico,
miembro didáctico especial y miembro didáctico clínico. Para obtener dicha titulación los interesados deben
cumplir los requisitos oportunos, indicados en los estatutos de AESPAT y en el Reglamento de Régimen
Interior. También han de superar los exámenes correspondientes que se realizan en los días previos al
Congreso Español de A.T., en los que también tiene lugar un Curso de Introducción al Análisis
Transaccional denominado 101.
A este respecto, AESPAT junto con la Asociación Aragonesa de Análisis Transaccional (ATA) y la
Asociación Catalana de Análisis Transaccional (ACAT), constituyen la Coordinadora de Asociaciones de
Análisis Transaccional, cuyo objetivo común es divulgar y promocionar el A.T. en España. Con este fin, cada
dos años se celebra el Congreso Español de Análisis Transaccional, en el que diversos profesionales inter-
cambian sus experiencias, investigaciones y elaboraciones en torno al A.T. La organización de cada
Congreso es asumida sucesivamente por una de las Asociaciones componentes de la Coordinadora, pro-
curando la satisfacción de los socios de todas ellas. En el presente año 2008, se ha celebrado el XIV
Congreso Español de Análisis Transaccional, que ha organizado AESPAT con la colaboración de ATA y
ACAT.
Consecuente con sus objetivos de difusión, AESPAT edita semestralmente la Revista de Análisis
Transaccional y Psicología Humanista, en la cual se publican las contribuciones de diversos teóricos y
profesionales acerca del desarrollo e innovaciones teóricas, y las aplicaciones prácticas del A.T., en rela-
ción con otros modelos psicológicos, educativos, laborales e informativos.

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