Arquitectura y Urbanismo

ISSN: 0258-591X
revista_au@arquitectura.cujae.edu.cu
Instituto Superior Politécnico José
Antonio Echeverría
Cuba

COMPTE, FLORENCIO
FRANCESCO MACCAFERRI Y LOS INICIOS DE LA ARQUITECTURA MODERNA EN
GUAYAQUIL
Arquitectura y Urbanismo, vol. XXVIII, núm. 3, 2007, pp. 14-17
Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría
Ciudad de La Habana, Cuba

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CON CRITERIO/HISTORIA DE LA ARQUITECTURA
FRANCESCO MACCAFERRI
Y LOS INICIOS
DE LA ARQUITECTURA
MODERNA
EN GUAYAQUIL
Florencio Compte
El presente artículo trata sobre una figura central en el
proceso de introducción de los códigos de la arquitectura
moderna en Ecuador, específicamente en la ciudad de
Guayaquil: el italiano Francesco Maccaferri. Parte de
definir el contexto en el que este se inserta a su llegada a
Ecuador y reseña la labor que realiza en la proyección y
construcción de obras, así como en el campo académico.
Palabras clave: historia de la arquitectura; arquitectura inicios
del siglo XX.
The present article deals with an outstanding personality
in the process of incorporation of new codes of modern
architecture in Ecuador, specifically in the city of
Guayaquil: the Italian Francesco Maccaferri. It starts
defining the context in which he was at his arrival to
Ecuador and makes a review of his work in projections
and constructions as well as in the academic field.
Key words: History of architecture; architecture in the early
twentieth century.
FLORENCIO COMPTE GUERRERO. Arquitecto. Profesor
Principal de la Universidad Católica de Santiago de
Guayaquil. Coordinador Académico de la Facultad de
Arquitectura y Diseño de la Universidad Católica Santiago
de Guayaquil (2000-2003). Magíster en Gestión y
Liderazgo Educacional (Universidad Técnica Particular de
Loja). Magíster en Pensamiento Estratégico y Prospectiva
para la Educación Superior (Universidad Católica Santiago
de Guayaquil). Director de la Carrera de Arquitectura.
Especialista en Historia de la Arquitectura y la Ciudad.
Guayaquil. Ecuador. E-mail: florencio.compte@ucsg.edu.ec
Recibido: mayo 2007 Aceptado: septiembre 2007
Arquitectura y Urbanismo. Vol. XXVIII. No. 3/2007
Casa Ponce Luque.
INTRODUCCIÓN
Desde el punto de vista urbano y arquitectónico, el
siglo XIX terminó para Guayaquil en 1896. Si bien las
catástrofes habían sido comunes a lo largo de la historia,
ninguna fue comparable con el incendio que se desató el
5 de octubre y se extendió hasta el día siguiente y que
causó la destrucción de 92 manzanas1 de las 458 que tenía
entonces la ciudad, que incluía a 1 103 casas2 y edificios
de los 4 265 existentes,3 quedándose sin hogar cerca de
33 000 habitantes, de un total aproximado de 59 000 que
vivían en esa época en Guayaquil. Apenas veintiún días
después del incendio, el Concejo Municipal conoció el
proyecto de “Ordenanza de rectificación del plano de la
ciudad y fábrica de los nuevos edificios”, que establecía la
rectificación de las calles para que sean rectas y amplias y
la desaparición de los callejones a fin de evitar la propagación
del fuego.
Luego de un concurso de proyectos convocado por la
Municipalidad, se aprobó la propuesta presentada por el
Ingeniero Gastón Thoret, que se planteaba como una
continuación de la cuadrícula ya existente con la unificación
definitiva de la ciudad. Esta fase de reconstrucción coincidió
con el proceso de urbanización del Ecuador iniciado junto
con la Revolución Liberal y caracterizado por la unificación
del Estado Nacional, el establecimiento del modelo agro-
exportador y una bicentralidad urbana de las ciudades de
Quito y Guayaquil. Este pensamiento liberal también aparece
en las ideas de reconstrucción de las edificaciones públicas
perdidas por el incendio, que adoptaron los esquemas de
composición clasicista como expresión de majestuosidad
y poder de lo laico sobre lo religioso.
Como consecuencia del incendio, y ante el temor de que se
volviera a destruir la ciudad, en 1905, se expedía la Ordenanza
de Construcción y Ornato4 que establecía la obligatoriedad de
presentar proyectos arquitectónicos suscritos por un ingeniero,
arquitecto o un maestro carpintero registrado, además de la
prohibición del uso de la madera en fachadas, soportales y
paredes de los edificios civiles y se vetaba totalmente el uso
de madera en edificios públicos; se indicaba también que las
construcciones realizadas con materiales incombustibles
podían tener hasta tres pisos de altura.

Edificio Garajes España. Francessco Macaferri. 1924.
Para mediados de 1915 surgió la idea de preparar a la
ciudad para la celebración del centenario de la
Independencia; para esto, se orientaría la obra pública en
dos sentidos; el primero hacia el saneamiento y el segundo
hacia el embellecimiento y ornato, para lo que se
conformarían la Junta de Embellecimiento de la Ciudad y la
Junta Patriótica del Centenario, con el fin de proponer
proyectos de mejoras urbanas y sanitarias.
La Junta del Centenario, presentó un proyecto de reforma
urbana de inspiración neoclásica, orientado a cambiar la
imagen de la ciudad, ya que confería enorme importancia a
los monumentos ubicados en el siglo anterior, levantados
para rendir homenaje a los héroes y acontecimientos de la
Independencia. La implementación de esta propuesta fue
parcial ante la limitación de los recursos y, sobre todo, ante
la oposición de los habitantes de la ciudad por el temor que
suscitaban las expropiaciones que hubiera sido necesario
hacer para desarrollar el proyecto.
La década de 1920 se caracteriza por la incorporación del
academicismo en los repertorios formales de la arquitectura,
como símbolo de la burguesía agroexportadora que mira al
pasado, incorporados principalmente por técnicos italianos
como los arquitectos Francesco Maccaferri, Paolo Russo,
Pedro Fontana y Hugo Faggioni y los ingenieros Arnaldo Rufilli,
Luigi Fratta, Giovanni Lignarolo, Oscar Battaglia, Umberto
Caccurri, Rodrigo Perrotta, Bruno Faidutti Merlin, entre otros.
Esta arquitectura abarcaba desde edificios con composición
clasicista y expresiones eclécticas con influencias neobarrocas
e incluso modernistas y del Art Nouveau.
El proyecto que había marcado la incorporación de los
códigos clasicistas fue el Banco del Ecuador de Rocco Queirolo
en 1898 y el último gran proyecto en esta línea fue el Palacio
de la Gobernación, proyecto del alemán Augusto Ridder en
1923. Fue la época también de la constitución de grandes
compañías constructoras con técnicos extranjeros, como
la Compañía Italiana de Construcciones, la Sociedad General
de Construcciones y el Departamento de Construcciones
de la Sociedad Bancaria del Chimborazo, o nacionales como
la Sociedad Técnica Fénix.
F. COMPTE
LA OBRA DE FRANCESCO MACCAFERRI
Francesco Simeone Maccaferri Colli nació en la
ciudad de Cilavegna, Italia, el 18 de febrero de 1897.
Realizó estudios de arquitectura en la Real Academia
de Bellas Artes de Milán entre 1914 y 1916 y entre
1920 y 1921, graduándose de arquitecto con un
proyecto de iglesia con refugio en la montaña, descrita
de “… una bella sencillez de líneas y un soberbio
conjunto en sus proporciones, que le dan una armonía
notoria con el ambiente en que se encuentra situada”.5
En 1922, se graduó de profesor de Dibujo en el Real
Instituto de Bellas Artes de Bolonia.6
Entre 1917 y 1919, cuando había sido destacado
por el ejército en la colonia italiana de Abisinia,
desarrolló diferentes proyectos de arquitectura; como
el Palacio de Mando y el Círculo de Oficiales en
Senafé (Eritrea); el proyecto de un teatro en Asmara
(Eritrea); y proyectos y construcciones varias en Asmara,
Massaua y Senafé (Eritrea).
En 1922, a través de su maestro Piero Portaluppi7
(1888-1967), conoció de la convocatoria del concurso de
proyectos para el Palacio Municipal de Guayaquil, en el
que participó y salió ganador. Este proyecto fue concebido
para que desarrollara las actividades administrativas
municipales, además de actividades comerciales, por lo que
tomó como referente la Galería Vittorio Emmanuel II de Milán
(1865-1867), de donde se importaría, además, la cubierta
acristalada del pasaje central. El edificio fue inaugurado el
27 de febrero de 1929, fecha de conmemoración del Primer
Centenario de la Batalla de Tarqui.
En 1923, la Compañía Italiana de Construcciones lo contrató
para la dirección y asistencia artística en la construcción del
Palacio Municipal, por lo que se trasladó al Ecuador. Participa
así de forma directa en un proyecto cuya importancia se ve
acrecentada por el hecho de que la crisis de fines de la década
de 1920, se expresa en la arquitectura con la inauguración del
Palacio Municipal en 1929, la última gran obra pública que
utiliza el academicismo como expresión del poder estatal. De
este período, son además, sus proyectos de las fachadas
1
Julio Estrada Ycaza. Evolución urbana de Guayaquil, p. 55.
2
Crónica Comercial e Industrial de Guayaquil en el Primer Siglo de la
Independencia, p, 67.
3
Ibídem.
4
Citada por Jorge Alava et. alt. Evolución histórica de la vivienda dentro del
marco del desarrollo urbano en la región de Guayaquil.
5
“Un profesor de Arquitectura en Guayaquil”. Revista Caritas y Carotas, Guayquil,
mayo de 1924.
6
Las disposiciones italianas de 1923 y 1926 establecían la equivalencia de estos
estudios con los de arquitectura impartidos por la Escuela Superior de Arquitectura
de Roma, por lo que habilitaban el ejercicio profesional.
7
Piero Portaluppi, junto con los arquitectos milaneses G. Muzio, E. Lancia, G.
Ponti, O. Cabiati y A. Alpago-Novello, a comienzos de la década de 1920
conformaban un grupo que defendía el uso en la arquitectura del lenguaje neoclásico,
especialmente el inspirado en la arquitectura lombarda de inicios del siglo XIX.
Estos, consideraban que el clasicismo representaba la verdadera arquitectura de
origen europeo, en contraparte de la naciente arquitectura moderna. ( Leonardo
Benévolo. Historia de la arquitectura moderna, p. 618).
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 CON CRITERIO/HISTORIA DE LA ARQUITECTURA
Casa Walter Guzmán Aspiazu.
Capilla del Hospital Luis Vernaza.
Proyecto para servicios higiénicos municipales.
Casa Lisímaco Guzmán Aspiazu.
Casa Icaza Cornejo.
16 Arquitectura y Urbanismo
principal y lateral de la Iglesia San José, entre 1923 y 1925; del Muelle Aduana de
Guayaquil en 1924; del edificio Garajes España en 1924; de la Casa Víctor Manuel
Janer, Primer Premio Municipalidad de Guayaquil del año 1924; de la Casa del
doctor Leopoldo Izquieta Pérez, Segundo Premio Municipalidad de Guayaquil del
año 1924.
En 1927, estableció la Oficina técnica y artística de proyectos y construcciones,
donde desarrolló diferentes proyectos, como la casa Marcos Plaza, en 1927; los
Servicios Higiénicos Municipales de la calle Lorenzo de Garaycoa, la casa del doctor
Víctor Palacios y la casa Von Buchwald en 1928; casa y garajes de Walter Guzmán
Aspiazu, entre 1927 y 1929; el diseño interior de varios salones del Palacio Municipal,
entre 1927 y 1929; la casa Carlos Coello en 1929; la casa Lisímaco Guzmán
Aspiazu (demolida) y la Capilla del Hospital Luis Vernaza, en 1935.
El 5 de abril de 1929, inició un curso de arquitectura con un plan de cinco años
de estudio,8 según los principios establecidos por la École des Beaux-Arts, siendo
en principio, y durante todo el primer año, Maccaferri el único profesor; más
adelante, serían incorporados como catedráticos el Ingeniero Roberto Espíndola,
el ingeniero José Antonio Gómez Gault, el ingeniero Francisco Manrique y el
doctor Cyrano Tama Paz; esta Escuela daría origen, en 1933, a la Escuela de
Arquitectura de la Facultad de Ciencias Matemáticas y Físicas de la Universidad
de Guayaquil, de la que Maccaferri fue fundador. Su labor académica la continuó
luego en 1958 cuando fue uno de los once profesores fundadores de la Escuela
Superior Politécnica del Litoral en Guayaquil.
A comienzos de la década de 1930, desarrolló su actividad profesional en la
población costera de Salinas, diseñando y construyendo las bodegas y dependencia
para el estanco de sal, entre 1929 y 1931, y la Casa Parra en 1930.
En 1932, la Sociedad Protectora de la Infancia contrató a Maccaferri para desarrollar
una urbanización aledaña al Barrio del Centenario, en terrenos de su propiedad; este
proyecto contemplaba la edificación de casas de cemento armado de dos plantas
en terrenos de alrededor 1000 m2; sin embargo, no prosperó este proyecto.
Si bien es conocido su trabajo dentro del academicismo clasicista, es casi
desconocido su aporte fundamental en la arquitectura racionalista, propia del
Movimiento Moderno, tan tempranamente como a principios de la década de 1930;
de este período son sus proyectos de la casa Maccaferri, en 1930; la Casa Ycaza
Cornejo, entre 1932 y 1933; el Edificio Bucaram, en 1937; Casa Giovanni Parodi,
Edificio Cucalón y Edificio Jouvín, en 1938 y el Edificio M. E. Cucalón, en 1940.
A partir de esta fecha se van incorporando cada vez más las edificaciones
desprovistas de ornamentación, vinculadas con los códigos formales propios del
Movimiento Moderno o nuevas propuestas como reacción a la arquitectura
academicista en auge la década anterior; estas iban desde el neogótico en
proyectos de la Catedral de Guayaquil, la Iglesia del Sagrario o el Palacio
Arzobispal, del arquitecto Juan Orús; propuestas neomorisca, como la Torre del
Reloj, de Pérez Nin y Orús; lo que se denominó el “estilo español californiano”,
iniciado por el arquitecto Héctor Martínez Torres en la casa Martínez Mera y en la
casa Cabanilla o por Orús y Pérez Nin en las casas Briz Sánchez y Villa Herlinda,
respectivamente; hasta el Art Deco, de los proyectos de Schimanetz como el
edificio Vignolo o el edificio Fiore.
En 1935 Maccaferri formó parte del “Comité ejecutivo para la construcción del
edificio del Colegio Vicente Rocafuerte”.9 En 1937 se asoció con Eduardo López
Proaño para impulsar el desarrollo del Barrio del Centenario, donde realizó diferentes
proyectos como la casa ubicada en El Oro 807 y Dolores Sucre, en 1937; la casa
Eduardo López Proaño, entre 1937 y 1938 y la Casa Ponce Luque, en 1940.
En 1941 dirigió la construcción de dos bloques de dos plantas, para el
funcionamiento de Museo, Biblioteca y Gabinetes de Física y Química del Colegio
Vicente Rocafuerte.10 Luego de un trágico incidente, consecuencia del terremoto
que afectó la ciudad de Guayaquil en el año 1942 y que ocasionó el derrumbe del
Edificio Cucalón que había diseñado y asumido su dirección técnica, se retiró de
la profesión de arquitecto.
Sin lugar a dudas, Francesco Maccaferri, es el arquitecto más destacado de
Guayaquil en la primera mitad del siglo XX; tanto por la amplitud y calidad de su
obra como por su diversidad compositiva, que van desde el uso del lenguaje
clásico, el Art Nouveau hasta el lenguaje moderno, del que sería pionero en la
ciudad; y por su aporte en el desarrollo de la arquitectura como actividad
académica. Falleció en Guayaquil el 28 de marzo de 1973.
 F. COMPTE

Casa
Maccaferri.
Reconstrucción
digital.
Casa
Macaferi.

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del desarrollo urbano en la región de Guayaquil. Guayaquil:
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COMPTE, FLORENCIO; y PABLO LEE. Guayaquil: lectura
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Santiago de Guayaquil, Guayaquil, 1992.
Dos años de actividad italiana en Guayaquil (Ecuador).
Febrero 1923-1925. E, Berardi y compañía, Milano, 1925.

8
Ver: Plan de Estudios aprobado en sesión de Consejo Universitario del 17 de marzo
de 1930. Citado por Pablo Lee, “La institucionalización de la enseñanza del oficio de la
arquitectura en Guayaquil”. Revista AUC 2, segundo semestre de 1990.
9
Margarita Aráus . Hombres y sucesos que marcaron la historia del Colegio
Nacional Vicente Rocafuerte, p. 109.
Edificio M. E.
10
Margarita Aráus. Op. Cit., p. 112. Cucalón.

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