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Andrea Cobas Carral – “Textos Hispanoamericanos”


Traductorado de inglés 1

En Encuentros. Revista Nacional de Cultura, núm.8, Quito, julio de 2006, pp.54-63.

EL EXTRAÑO CASO DE LA MUJER ÚNICA Y DOBLE •


Un cuento de Pablo Palacio
Por Celina Manzoni
Instituto de Literatura Hispanoamericana,
Facultad de Filosofía y Letras, UBA

Introducción crítica orientada a la autorización de un canon con efectos que llegan casi
El título de este ensayo alude, de modo obvio, a “La doble y única sin debilitarse hasta los años sesenta.
mujer”, el relato de Pablo Palacio publicado en 1927 en un libro señalado Lo fundamental de la obra de Pablo Palacio se publica entre 1926 y
por la extrañeza y rápidamente por el escándalo: Un hombre muerto a 1932; se inscribe así en un brillante período de la literatura ecuatoriana que se
puntapiés.1 Ese libro realiza, entre otras, la audacia de constituirse en un está estudiando en sus complejas articulaciones desde hace relativamente
museo de monstruos –antropófagos, brujos, pederastas, sifilíticos, poco tiempo, entre otras razones, quizá, por el peso de una tradición crítica
siameses. En un campo cultural dominado por una estética realista que insuficientemente cuestionada, por la insistencia en análisis presos de la
alcanzó sus mejores logros en el ciclo conocido como “novela de la tierra”, estricta delimitación genérica y, finalmente, por el pesado lastre de los
el gesto de Pablo Palacio se distingue por su carácter radical. La novela de criterios generacionales. Si bien la prolongada vigencia y extraordinaria
la tierra, que constituyó un corpus altamente diferenciado y reputado productividad de la teoría promovida por José Ortega y Gasset y sus
además por su valor de representación, se extiende en un arco temporal seguidores puede atribuirse a sus cualidades ordenadoras del campo cultural
cuyos orígenes podrían remontarse a Los de abajo (1916) de Mariano en un momento de crisis, hoy parece que sus efectos, a la larga, resultaron en
Azuela y que cristalizó como canon cuando Juan Marinello calificó de un empobrecimiento de la crítica literaria. En tanto las generaciones se
“novelas ejemplares” a La vorágine (1924) del colombiano José Eustasio piensan naturalmente como sucesivas y se supone que cada una de ellas tiene
Rivera, Don Segundo Sombra (1926), de Ricardo Güiraldes y Doña un eje, un centro, un jefe, una escuela, un héroe cultural adorado, capaz de
Bárbara (1929) de Rómulo Gallegos. El ensayo de Marinello publicado atraer o de reunir en torno de sí todo lo que es representativo de la
por primera vez en la revista Sur de Buenos Aires,2 jerarquiza el ciclo y lo generación, es casi obvio que lo que no cae dentro de esa representatividad o
valida, condensa un momento y a la vez alienta una profusa producción que escapa a ella por algún lado y que por el sólo hecho de existir la
desautoriza, es un motivo de escándalo y como tal debe ser acallado.
La conjunción de estos elementos unida a la temprana muerte de
1
Pablo Palacio en un asilo de alienados, contribuyó a negar, desconocer y
Un hombre muerto a puntapiés, Quito, Imprenta de la Universidad Central, 1927. apartar, una textualidad que la crítica sintió como excrecencia, como sobra y
Se cita por Pablo Palacio, Obras Completas (compilador Wilfrido Corral),
Colección Archivos, 2000.
como derroche. La metáfora de la enfermedad, la explicación de la obra por
2
Juan Marinello, “Tres novelas ejemplares”, Sur, Buenos Aires, año VI (16), la locura sustentada en la idea de la excepcionalidad y de la excentricidad se
1936. convirtió en predominante. La coartada de la locura, es decir, la anormalidad
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y el extrañamiento llevados a su máxima expresión, ha sido elaborada por una manicomio para los que así escriben... o quizá la policía por el crimen...
crítica aferrada al biografismo en una línea que, tendida tempranamente, se literario".3
continúa hasta hoy.
La breve noticia inserta en la edición de las Obras completas de 1986 El escamoteo de la vanguardia ecuatoriana
que comienza con la frase: "Nació en Loja en 1906 y murió loco en 1947", es Para que la explicación por la locura fuera productiva, es decir, para
casi como el epítome de una prolongada repetición de anécdotas al tiempo asegurarse la absoluta irrepetibilidad de una escritura como la de Pablo
que desnuda un procedimiento de desplazamiento que ha sido ejemplar en la Palacio, fue necesario que la crítica realizara una segunda operación, esta vez
crítica de Palacio. Aquí, el primer término de la ecuación que señala el dónde, de escamoteo. Si por la primera, que he llamado la metáfora de la
se desplaza al cómo. Cuando en el segundo término esperaríamos "murió en enfermedad, -de pura acumulación hasta llegar a la saturación- se mostraba,
Guayaquil", encontramos la condición de la locura, lo suficientemente se explicaba, se argumentaba, se aportaban datos, testimonios, anécdotas, por
perturbadora como para descentrar un discurso que como el discurso crítico la segunda había que borrar. Y lo que se procura escamotear es el
se supone racional y ordenado. movimiento de la vanguardia en Ecuador. Si bien en un artículo de 1930,
Algunas de las anécdotas son difícilmente comprobables y otras, que Benjamín Carrión acepta el hecho incontrovertible de una vanguardia
no explicarían nada aunque se comprobaran, insisten en la confluencia de la europea, parece mucho más ambiguo en su valoración acerca de la existencia
"anormalidad social" y de la "anormalidad física o quizá fisiológica", como de una probable vanguardia hispanoamericana. Para ello realiza una
por ejemplo la Introducción de Rodríguez Castelo a las Obras escogidas. La contorsión ya que, una vez instalado en el escalón de la excepcionalidad de
monótona recurrencia al tópico de la locura, aunque fue efectivamente Palacio, no lo relaciona con sus contemporáneos vanguardistas sino con los
padecida por Palacio en los últimos siete años de su vida, no parece pertinente modernistas ecuatorianos, un grupo también conocido como "la generación
para dar cuenta de textos que no son psicóticos, ni los textos de un loco, sino decapitada", que ha sido desvalorizado en razón de su asincronía respecto del
de alguien que devino loco; sin embargo, se constituyó durante años en la conjunto del movimiento modernista hispanoamericano, de su
coartada predilecta de la crítica y hay quienes todavía la sustentan. Una encapsulamiento, de la excepcionalidad, otra vez, de sus representantes. Es
forma de explicación causal que sería tranquilizadora y además con una larga como si la línea que opera sobre el desconocimiento de la vanguardia
tradición de disfrute en las rarezas y extravagancias de los escritores. ecuatoriana debiera también ejercer su control sobre el modernismo.
El drama de la locura facilitó la tarea excluyente de la crítica El movimiento vanguardista en Ecuador empezó a conocerse mejor
tradicional o canónica, pero no es Palacio el único que sufrió esta hacia los años ochenta, y en relación con el auge de los estudios sobre las
discriminación. La identificación entre locura y crimen o entre legalidad y vanguardias en América Latina. Al principio, sólo hubo algunas breves
razón acechó también a otro escritor ecuatoriano contemporáneo de Palacio, menciones en trabajos generales, como el de Hugo Verani, hasta que una
Hugo Mayo, quien recuerda lo que de él se decía en Quito: "alguien escribió
que andaba un loco suelto por las calles de Guayaquil" y, "creyeron que se
trataba de un caso de patología mental por lo incomprensible de sus poemas". 3
Ambas citas en María del Carmen Fernández: El realismo abierto de Pablo Palacio,
Mientras, el diario quiteño El Comercio proponía para los poetas dadaístas "el Quito, Libri Mundi, 1991, nota 29, pp.34-35 y nota 38, p.38. Numerosos ejemplos
refuerzan las posibles equiparaciones entre el sistema literario y el sistema político en
relación con la metáfora de la enfermedad, basta con el recuerdo del apelativo de
"locas" a las Madres de Plaza de Mayo.
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publicación de Humberto Robles, permitió advertir que, contrariamente a lo representación de la revista Martín Fierro aunque hasta el momento no
que se venía repitiendo, el vanguardismo ecuatoriano no parece en absoluto parece haber indicios de su paso por Ecuador.
atrasado, ni aislado, ni en relación de minusvalía respecto de otros más En la lucha por la ruptura del sistema y por la reapropiación de los
conocidos en América Latina.4 A través de publicaciones como Hélice y espacios, que con mayor o menor violencia realiza todo movimiento
Esfinge, se relacionan, por lo que he podido comprobar, por lo menos con vanguardista y que en muchos núcleos nacionales de los países
Amauta (Perú), revista de avance (Cuba) y Repertorio Americano (Costa latinoamericanos se caracterizó por una fuerte relación entre la vanguardia
Rica), y luchan por un espacio de validación en el campo intelectual artística y la vanguardia política, se ponen en juego una serie de estrategias
ecuatoriano. Como en otras expresiones de la vanguardia continental, se trata que parecen realizar un modelo. Sin embargo, no puede decirse que un
de una vanguardia artística, no sólo literaria. Reúne a escritores, pero también movimiento sea idéntico a otro. Algunos rasgos comunes permiten distinguir
a pintores y dibujantes que, en un gesto característico del movimiento, un aire de familia pero a veces no parecen suficientes para decidir si es lícito
publican revistas y manifiestos, realizan conferencias y exposiciones. La hablar de vanguardia o de vanguardias latinoamericanas. Aunque no sea un
carátula de Débora, la primera novela de Palacio, también de 1927, lleva la problema para analizar en este espacio, el rasgo de la identificación entre
firma de Latorre y un ex-libris de Kanela (seudónimo de Carlos Andrade vanguardia artística y vanguardia política merece toda la atención ya que en
Moscoso), ambos vinculados a la revista Hélice. el modo de realizarse en Ecuador, se podría encontrar una respuesta a la
El núcleo vanguardista es fuerte en Guayaquil y en Quito, pero rigidez con que reacciona el sistema ante la experimentación vanguardista.
también en la alejada ciudad de Loja, patria chica de Palacio y de un grupo En algún momento se produce una escisión -que puede ser más o
intelectual que marcó vigorosamente la cultura ecuatoriana. Me refiero a menos dramática- entre la vanguardia artística y la vanguardia política. Los
Ángel F. Rojas, Benjamín Carrión, Alejandro Carrión, Gerardo Gallegos - modos son diversos; mientras que en Amauta, o en la revista de avance, la
otro fantasma- Eduardo Mora Moreno, pero también a la vigencia de revistas confluencia se realiza en el interior de las publicaciones durante
y de publicaciones escolares que lograron trascender el ámbito pueblerino. prácticamente toda su existencia, en Ecuador el endurecimiento de las
Aunque me falten referencias eruditas respecto de la difusión del cine en posiciones creó un foso insalvable entre la en definitiva falsa opción entre
Ecuador durante ese período, es evidente que no sólo por interdiscursividad, literatura social y literatura de vanguardia. En ese foso resultaron sepultados
sino también en virtud de la técnica, el cine está operando tanto en los textos Palacio y muchos de sus coetáneos. La relación de la narrativa de Palacio con
de Palacio como en la crítica contemporánea (como es notorio en los ensayos la vanguardia, va mucho más allá de una mera coincidencia en el tiempo de
de Benjamín Carrión). Existen menciones a conferencias dictadas en Quito las realizaciones o de una deuda genética. Creo que pensar la obra de Palacio
para presentar el panorama de las vanguardias europeas, también a una visita en una relación de pertinencia con la vanguardia ecuatoriana, aunque el dato
de Marinetti, a una traducción, ya en 1913, por el modernista Arturo Borja de no sea suficiente en sí mismo, es un primer paso tendiente a romper el
una selección de Les Chants de Maldoror; circula la información de que aislamiento en que se lo ha considerado.
Oliverio Girondo realizó una gira por los países del Pacífico en Para lograrlo es conveniente recuperar la otra tradición crítica, la
que infructuosamente se opuso a la vertiente más tradicional en la lucha
por el control del sistema. Esa crítica posibilita, en otra instancia, el
análisis de las relaciones que se establecen entre el sistema literario y los
4
Humberto Robles, "La noción de vanguardia en el Ecuador: recepción y trayectoria textos de ruptura sin que la consideración de los textos de Pablo Palacio
(1918-1934), Revista Iberoamericana, vol.LIV, (144-145), julio-diciembre de 1988. como textos de ruptura implique un matiz de exaltación que podría parecer
injusto respecto de otros producidos en esos mismos años en el Ecuador.
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La doble y única mujer difícil asimilación y se los condene al aislamiento. Parecería que es en esos
El título de este cuento de Palacio, en el que parece resonar el del bordes y márgenes donde encuentran su espacio los textos de ruptura que el
relato que hizo la rara hazaña de convertir a Robert Louis Stevenson en un sistema considera sobra, e incluso derroche. Aparece como una zona enferma
escritor clásico y popular al mismo tiempo con Strange Case of Dr. Kekill que altera la homogeneidad y la normalidad y que, en consecuencia, debe ser
and Mr. Hyde (1886), sugiere además la posibilidad de imaginar una extirpada o por lo menos aislada. Palacio realiza su reflexión en el interior
urdimbre de relaciones en la larga tradición de lo extraordinario y de lo mismo de sus textos ficcionales; sus lectores efectivos serían los de las
monstruoso. Sin embargo, la radicalidad de la estética de Pablo Palacio, narraciones realistas o románticas tradicionales, por eso, como las
constituida en una ética de la escritura, lo distingue en un espacio tan vanguardias, asume uno de los desafíos que las caracterizan: la creación de
marcado por el miedo, la violencia y lo diferente como es el espacio de lo un público virtual. Rompe con la objetividad que las prácticas de escritura y
teratológico cotidiano. Su obra resquebraja certezas fuertemente instaladas de lectura atribuían al narrador, desenmascara los mecanismos socialmente
en la cultura latinoamericana a comienzos del siglo que pasó; es por eso aceptados y corroe la seguridad, a través de distintas estrategias: todas ellas
que una crítica más atenta al canon dominante que a los recorridos secretos suponen violencia.
que realizaban sus textos la colocó en un improductivo aislamiento que Una tensa unidad
hace muy poco se empieza a revertir.5 En "La doble y única mujer", la figura del doble -otra inquietante
En “La doble y única mujer”,6 Pablo Palacio realiza un gesto tradición siempre renovada- también en el registro de lo siniestro, asume la
inquietante que se inscribe activamente, como se ha visto, en el centro de la forma de las fantasías más perturbadoras e instala la angustia por la condición
aguda lucha de discursos políticos, estéticos, sociales y jurídicos que las de materialidad con que esa fantasía se realiza.7 Si el doble arrastra el caos
vanguardias instalan en Ecuador casi al mismo tiempo que en otros lugares que el uno aseguraba como cosmos, las mellizas inseparables del relato de
del continente: artículos, conferencias, revistas, vinculan a quienes se Palacio, dos que son una, desbaratan cualquier explicación tranquilizadora,
reconocen en el signo de "lo nuevo". Los primeros cuentos de Palacio, los llevan hasta sus últimas consecuencias el mundo del revés, lo que está detrás
poemas de Hugo Mayo, la obra de Alfredo Gangotena que escribe poemas del espejo. La existencia de lo espantoso afecta las relaciones familiares y las
bilingües en francés y castellano y que está relacionado con importantes formas de convivencia: el mobiliario, el vestido, la lengua, instalando el circo
figuras del surrealismo, son la parte visible de ese movimiento escondido. En en el espacio de lo cotidiano. Si el siamés es el mellizo no devorado, la
ese ámbito, los actos de escritura que realiza Palacio se orientan de manera antropofagia y el doble están en el origen, en la infancia del hombre, no sólo
consciente contra el código de la representación y proponen desenmascarar la como especie sino como individuo: el puro horror ontológico.8
retórica del realismo, es decir, la ficción de realidad que los textos realistas Las modificaciones que incorpora este relato incluyen la reinvención
presentan como "la realidad". Una propuesta que no supone recuperaciones ni de la sintaxis. La ruptura del código genético obliga a pensar y a decir el
ampliaciones, sino quiebra: su escritura crea un centro "otro", en torno del
cual se constituye; se vuelve excéntrica, se coloca en los márgenes. Son
textos desestabilizadores de un orden y de una tradición, de allí que sean de 7
En este punto sigo en parte el análisis desarrollado en Celina Manzoni, “Una
estética de la ruptura”, en Pablo Palacio, Obras completas, Wilfrido H. Corral,
coordinador, Colección Archivos, 2000.
5 8
Para un desarrollo acerca de la recepción de su obra, véase: Celina Manzoni, El Un análisis apasionante del tema del doble, los mellizos, los siameses y el
mordisco imaginario. Crítica de la crítica de Pablo Palacio, Buenos Aires, imaginario científico y popular, en Hillel Schwartz, The Culture of the Copy. Striking
Biblos, 1994. Likeness, Unreasonable Facsimiles, New York, Zone Books, 1996.
6
En Pablo Palacio, Obras completas, op.cit. pp.33-42. Se cita por esta edición.
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mundo de otro modo, desde otra óptica. Las modificaciones en la escritura para seguir -robustecida- hasta la región coxígea (las cursivas son del
transforman los hábitos del lector. Palacio rompe un pacto implícito; como en original, p.33).
la provocación de la pintura cubista, se requiere otra mirada.
El paso del plural "columnas" al singular "robustecida", expresa la
Mi instalación fue de las más difíciles. Necesito una cantidad enorme torturada búsqueda de un modo de expresar lo excepcional. Se rehusa la
de muebles especiales. Pero de todo lo que tengo, lo que más me asimilación de lo excepcional a lo correcto corriente, para crear los modos
impresiona son las sillas, que tienen algo de inerte y de humano, que pide una lógica de lo diferente.
anchas, sin respaldo, porque soy respaldo de mí misma, y que deben Yo-primera soy menor que yo-segunda.
servir por uno y otro lado. Me impresionan porque yo formo parte del (Aquí me permito, insistiendo en la aclaración hecha previamente,
objeto "silla"; cuando está vacía, cuando no estoy en ella, nadie que la pedir perdón por todas las incorrecciones que cometeré. Incorrecciones
vea puede formarse una idea perfecta del mueblecito aquel, ancho, que elevo a la consideración de los gramáticos con el objeto de que se
alargado, con brazos opuestos, y que parece que le faltara algo. Ese sirvan modificar, para los posibles casos en que pueda repetirse el
algo soy yo, que al sentarme, lleno un vacío que la idea “silla” tal fenómeno, la muletilla de los pronombres personales, la conjugación
como está formada vulgarmente había motivado en “mi silla”: el de los verbos, los adjetivos posesivos y demostrativos, etc., todo en su
respaldo, que se lo he puesto yo y que no podía tenerlo antes porque parte pertinente (p.33).
precisamente, casi siempre, la condición esencial para que un mueble
mío sea mueble en el cerebro de los demás, es que forme yo parte de En un desplazamiento metafórico, el cambio puede atribuirse a la
ese objeto que me sirve y que no puede tener en ningún momento vida petición de una poética orientada a la modificación de la sintaxis textual. La
íntegra e independiente (p.39). modificación de los objetos de uso cotidiano, de la gramática y de la sintaxis,
arrastra en el cuento, una modificación de la moral, lo que refuerza la idea de
Semejante regusto por el detalle parece no tener tradición en los que la ruptura contra un código ataca las bases en las que se funda y que lo
relatos de siameses. Mark Twain, por ejemplo, en “Los hermanos siameses”, fundan. Continúa:
parece llegar a su propio límite cuando ironiza sobre la relación entre la Creo que no está demás, asimismo, hacer extensiva esta petición a
inseparabilidad y las buenas costumbres. La minuciosidad de Palacio resulta los moralistas, en el sentido de que se molesten alargando un
necesaria para mostrar la continuidad existente entre vida social y lengua: poquito su moral y que me cubran y que me perdonen por el cúmulo
(Ha sido preciso que me adapte a una serie de expresiones difíciles de inconveniencias atadas naturalmente a ciertos procedimientos que
que sólo puedo emplear yo, en mi caso particular. Son necesarias para traen consigo las posiciones características que ocupo entre los seres
explicar mis actitudes intelectuales y mis conformaciones naturales, únicos (p.33).
que se presentan de manera extraordinaria, excepcionalmente, al revés
de lo que sucede en la mayoría de los "animales que ríen"). Si los paradigmas no sirven, es necesario imaginar otros. La crítica
Mi espalda, mi atrás, es, si nadie se opone, mi pecho de ella. Mi del racionalismo y de la centralidad realizada por una figura excéntrica, no
vientre está contrapuesto a mi vientre de ella. Tengo dos cabezas, instala lo irracional sino lo diferente. La protagonista, casi con la serenidad de
cuatro brazos, cuatro senos, cuatro piernas, y me han dicho que mis Montaigne, parece aconsejar: "Por eso conviene no unirse a las opiniones
columnas vertebrales, dos hasta la altura de los omóplatos, se unen allí
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vulgares, sino juzgar siempre según la voz de la razón y no según la voz dan sensación de movimiento, sólo sirven para impresionar a las
común".9 sencillas señoras que creen que existen en realidad mujeres como las
De nuevo, lo diferente exige la modificación de la gramática: los dibujadas, con todo su desequilibrio de músculos, estrabismo de ojos y
pronombres, los nuevos sentidos que adquieren las fórmulas congeladas: más locuras (p.37).
Todo esto no quiere decir, pues, que yo sea dos. Las emociones, las
sensaciones, los esfuerzos intelectivos de yo-segunda son los de yo- La imposibilidad de establecer relaciones normales, la deformidad
primera; lo mismo inversamente. Hay entre mí -primera vez que se ha que ahuyenta a los niños cuando desea tenerlos en sus brazos, conducen a una
escrito bien entre mí- un centro a donde afluyen y de donde refluyen tematización del dolor que se desliza a la parodia de los recursos gastados de
todo el cúmulo de fenómenos espirituales, o materiales desconocidos, la novela romántica y de la novela realista:
o anímicos, o como se quiera (p.36). Yo, defraudada, me quedo en ademán trágico. Creo que algunos
novelistas han descrito este ademán en las escenas últimas de sus
La racionalización acerca de las circunstancias por las que ha llegado libros, cuando el protagonista, solo, en la ribera (casi nunca se
a constituirse en un fenómeno de la naturaleza, parodia una creencia popular acuerdan del muelle), contempla la separación del barco que se lleva
que atribuía las malformaciones a un antiguo terror: el castigo divino por un una persona amiga o de la familia; más patético resulta eso cuando
impulso sexual desordenado. Formulada como hipótesis científica por quien se va es la novia (p.40).
Ambroise Paré en 1573, es analizada en el libro ya citado de Hillel Schwartz.
[P]arece ser que después de mi concepción, su marido y mi padre viajó El distanciamiento paródico en un contexto de emotividad muy alta, aleja el
por motivos de salud. En el ínterin, un su amigo, médico, entabló riesgo de la caída en la sentimentalidad. Son algunos de los modos de
estrechas relaciones con mi madre, claro que de honrada amistad, y establecer distancia o de conferir otra dimensión, otro espesor al texto.
como la pobrecilla estaba tan sola y aburrida, éste su amigo tenía que
distraerla y la distraía con unos cuentos extraños que parece que Mi otra parte ardiente
impresionaron la maternidad de mi madre (pp.36-37). La tematización del deseo como constructor de textualidad, muy
Deconstruye además, otros lugares del saber común que asignan las fuerte en "La doble y única mujer", se relaciona polémicamente con algunas
malformaciones a la lectura de novelas y al contacto visual con imágenes discusiones teóricas del momento. La imputación de deshumanización al arte
extrañas, como las del cubismo, por ejemplo, aunque aquí no se lo mencione de la vanguardia, por José Ortega y Gasset, que algunos críticos extendieron a
explícitamente: la escritura de Palacio, entendía que la distancia respecto de lo que se relata
[...] esas peligrosas estampas que dibujan algunos señores en estos puesta en juego a través de la ironía u otros procedimientos, resultaba en una
últimos tiempos, dislocadas, absurdas, y que mientras ellos creen que ausencia de emotividad, cierto desencarnamiento.
Sin embargo, en este cuento, la mera conjetura de la posibilidad de
satisfacción del deseo dispara la intensidad de una emoción que se crea en la
9
Montaigne, "De los caníbales", Ensayos Completos I, xxx, Buenos Aires, Ediciones apelación a la alta ambigüedad de los deícticos. Enamorada:
Hyspamérica, 1984, p.150. En su tratamiento de lo teratológico, despliega como Se me ocurrió que alguna vez podía llegar a la satisfacción de mi
Mark Twain, una ironía que pone distancia: "Ese doble cuerpo y esos miembros deseo. Esta sola enunciación da una idea clara de los razonamientos
diversos relacionándose con una sola cabeza, podrían dar al rey favorable pronóstico que me haría. ¿Quién yo debía satisfacer mi deseo, o mejor, su parte de
[...]", op.cit. II, xxx, p.332. mi deseo? ¿En qué forma podía ocurrírseme su satisfacción? ¿En qué
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posición quedaría mi otra parte ardiente? ¿Qué haría esa parte,


olvidada, congestionada por el mismo ataque de pasión, sentido con la
misma intensidad, y con el vago estremecimiento de lo satisfecho en
medio de lo enorme insatisfecho? (p. 41).

Con el amor, una situación en la que una y dos están enamoradas de


un único hombre, la escritura asume el riesgo del máximo horror: cuando el
destino de uno es el destino invertido del otro: "Si era un beso, sentía
anticipadamente la amargura de mi boca de ella". (Es una de las torturas del
doble; basta con recordar "William Wilson" de Edgar Allan Poe).
La conjuración del espacio del deseo recurre aquí también a las
imágenes de la literatura romántica, asumiéndolas con igual distanciamiento:
Mi amor era imposible, mucho más imposible que los casos
novelados de un joven pobre y oscuro con una joven rica y noble.
Tal vez había un pequeño resquicio, pero ¡era tan poco
romántico! ¡Si se pudiera querer a dos! (p. 41).

Quizá lo más interesante sea que se instala con intensidad el espacio


del deseo, pero como deseo frustrado. La frustración del deseo sería también
productora de escritura en tanto crea una zona de vacío, un hueco, que se
constituiría en el motor que construye la textualidad de Palacio. El fantasma
de un anhelo insatisfecho, el vacío, la frustración, la carencia, son el no lugar
desde el cual se puede pensar la constitución de todo el texto.

Buenos Aires, mayo de 2006


Una primera versión de este trabajo fue leída en las II Jornadas de Reflexión:
Monstruos y Monstruosidades. Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género.
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. 1 y 2 de noviembre de
2002.

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