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Introducción
tantos otros tópicos que ciertamente han merecido interminables páginas de anales que
tienen a bien defender o atacar la figura del aborto (El presente, no se exime de lo anterior
salvo que no toma una posición entre las facciones enfrentadas desde su inicio).
Márquez.
Todo lo anterior busca solo una cosa, influir en la consciencia del individuo
ciudadano y, en definitiva, modificar la opinión pública por cuanto esta se hace necesaria
para una cosa y solo una cosa, dar rumbo a la sociedad y modificarla a modo de ingeniería
social para lograr los fines de la vida en sociedad, los fines utópicos de la moderna sociedad
occidental, pero, - ¿Qué sentido tiene influir en lo que piensa el ciudadano frente al aborto?
Mejor dicho ¿A qué fines o a quienes sirve que la sociedad y el Estado en ultimas, condene
o rechace el aborto? - Las facciones enfrentadas no dudan en exponer sus argumentos que
pasan desde la salud pública hasta la dominación patriarcal, desde lo religioso hasta el
laicismo protector de la condición de la vida desde un punto de vista moral o como algunos
consideran, fuera de la moral, pero propio del ser humano quien por naturaleza se aferra a
la vida y tantas otras cuestiones que nos proponemos a abordar en el siguiente artículo en
función de una sola cosa. Analizar y proponer, lejos de sofismas semánticos o dogmas
de datos y cifras y las definiciones doctrinales, la posición que debe tomar el Estado Nación
Este análisis, pretende ser un compendio analítico, es decir, una compilación de los
cuestionan que el Estado pueda decidir sobre las libertades morales de las personas para
encontrar un lugar común en el cual podamos sitiar al Estado como figura del Derecho de la
sociedad.
como autor, decidí llamar facciones enfrentadas, de las cuales el lector mismo puede hacer
¿Por qué Fuera del Desarrollo Constitucional de las 3 Causales Legales en Colombia?
El aborto es una sola materia, podemos verle como un delito o bien como una
decisión que depende de la moral y la libertad individual de cada persona (De la mujer), sin
embargo, en cualquiera de estas dos perspectivas, es decir, la del delito, que considera al
aborto como un homicidio y, la de la objeción moral individual, que considera que el aborto
es un asunto que compete únicamente a la madre (O no madre para quienes asumen que la
maternidad se da luego del alumbramiento) del gestante y que además sostiene que no es
un homicidio por cuanto el embrión no es una persona sujeto de derechos como el derecho
a la vida, existen puntos medios, es decir, lugares comunes sobre los cuales por
flexibiliza.
dolo en sus disímiles convenciones de configuración; sucede del mismo modo con la
libertad moral e individual y el derecho a la vida de las personas con existencia legal a
quienes se les puede ir la vida de no practicarse un aborto, o que por objeciones de dignidad
no quieran dar a luz a un niño con malformaciones y a quienes tampoco se les puede
obligar a asumir la responsabilidad sobre la concepción fruto de una violación. Es decir, las
Ante esta flexibilización del Derecho, que no es más que fruto de una ponderación
de las situaciones que dieron lugar al reato o a la decisión, es que tenemos a bien
determinar que el aborto, como el homicidio y/o la ponderación de las decisiones que
tienen que ver con el Derecho a la vida de las personas, es, un ente o concepto que se puede
flexibilizar en función de la ética y moral humanas. Es esta la razón por la cual, hemos
decidido dejar fuera del debate jurídico, doctrinal y social estas causales, tan trabajadas en
Constitucional expresa.
a quien la Corte determina como sujeto de Derecho a la vida y ya veremos por qué, cede
entre vida y salud de la mujer, certificada por un médico, cuando se presenten las 3 causales
legales de aborto en Colombia que son: i. Peligro de la vida de la madre ii. Malformación
del feto iii. En casos de concepción tras violación. Esta es sin duda una flexibilización del
aborto como lo explicábamos si lo vemos como delito o como una libertad individual.
Conforme el lenguaje sofístico y sentimental que muy bien saben imponer los
partidarios del aborto, este hecho no constituye la desaparición forzada de un menor sino
apenas “la interrupción del embarazo”, eufemismo cortés para referirse a un filicidio sin
el cese transitorio de una actividad para su posterior reanudación, dicha descripción sería
injusta por errónea, siendo que los embarazos no se “interrumpen” puesto que el aborto es
biogenética la que nos ha demostrado con absoluta certeza que la vida humana comienza en
espermatozoide con 23 cromosomas del óvulo materno. Esto forma el cigoto, es decir un
nuevo ser conformado en su inicio por 46 cromosomas con su material genético propio y un
sistema inmunológico diferente del de la madre. Basta que la unión de las células se dé,
para que indefectiblemente se constituya un nuevo ser, sin importar si tal generación de
vida humana fue el fruto del amor abnegado de los esposos o de una brutal violación: “No
se trata de una opinión, de un postulado moral o de una idea filosófica, sino de una verdad
de un nuevo ADN como hecho del que dependa el inicio de una vida humana. Afirmar que
las dos células germinales, es un individuo distinto del padre y de la madre, con una carga
historias de vida reales o ficticias de tinte traumático que supuestamente habría padecido la
madre encinta y así, se busca justificar a modo de “mal menor” la pretendida defunción del
niño: “Las mujeres ricas se hacen los abortos que les está vedado a las mujeres pobres”
alega el libreto abortistas en jerga clasista. Pero aunque esta afirmación jamás probada
fuese cierta, vale parangonar que el hecho de que las mujeres ricas consuman cocaína y las
pobres pasta base, no por ello el Estado debería distribuir cocaína en las clases menos
“La mujer que está embarazada es pobre y encima tiene otro hijo ya nacido que
mantener” es otro de los argumentos sensibleros más habituales. O sea que en vez de
niño por nacer a los fines ahorrativos ¿Y si mejor matamos al hijo más grande que es el que
genera más gastos? Pero vale agregar que el aborto no es un problema de clase social: se
practique por mujeres ricas o pobres, se haga clandestinamente o bajo la protección del
1
Referencia a lo citado en la segunda parte del libro por Nicolás Márquez
Estado, se consume sin medios o con la más sofisticada tecnología, no deja de ser siempre
mujer embarazada a tener un hijo no querido, pero ocurre que “el hijo no querido” ella ya lo
tiene consigo: el bebé en gestación no es una persona de existencia potencial sino actual.
“Aunque lo prohíba el Código Penal Colombiano, los abortos se hacen igual. Hay
que legalizarlos para evitar el riesgo de muerte de la madre al que es sometida por abortar
en lugares inseguros” ¿Hay mujeres que corren riesgo de muerte tras abortar en ámbitos
clandestinos? Sí. Y es triste y lamentable. Pero el detalle es que la mujer que muere al
un ladrón quiere robar un banco y en la intentona es abatido por la policía, su muerte fue
criminal. ¿Tenemos que despenalizar el robo para que el ladrón no corra riesgos de muerte
entonces?
Otros de los aforismos abortistas más habituales nos dice que “en la panza el bebé
es totalmente dependiente de la madre”, y que en aras de esta dependencia “la cosa” sigue
siendo parte del cuerpo de la progenitora, y es potestad de ella decidir proseguir o no con el
embarazo. Nadie le niega a la mujer el derecho a disponer de su cuerpo, pero una cosa es
disponer de “su cuerpo” y otra distinta es disponer del cuerpo de un tercero, y que encima
ese tercero sea su propio hijo y cuya “disposición” consistiría en asesinarlo. Y tan
independiente es el cuerpo del niño respecto del de la madre, que ni siquiera forma parte
amniótico, sino que estos órganos los ha generado el hijo desde su etapa de cigoto porque le
son necesarios para sus primeras fases de desarrollo y los abandona al nacer, de modo
semejante a cómo años después del nacimiento, el propio niño abandona los dientes de
cabe agregar que un bebé recién nacido también mantiene un altísimo grado de
dependencia a expensas de la madre; más allá de que tras nacer respire por sí o se alimente
sin cordón umbilical, dado que si ésta lo desatiende apenas por unas horas, el niño no
tardaría en expirar. ¿Tiene más dignidad un pequeño de cinco años de edad que uno nacido
hace cinco días dado que éste último es más dependiente que aquél por no saber hablar ni
caminar?
cayéndose uno a uno, se suele acudir al extrañísimo caso del “embarazo generado por una
violación” y entonces, por excepción, sostienen que aquí sí habría que autorizar el aborto.
Pero esta excusa no suele ser tan excepcional: el grueso de las mujeres que quieren abortar
dicen “haber sido violadas” sin tener que aportar mayores pruebas de la supuesta violación
ni de la identidad del violador. En efecto, la inmensa mayoría de estos casos suelen ser
invenciones con pretensiones filicidas dado que la legislación local habilita a la mujer a
decir que fue violada y sin mayores trámites ni precisiones, consigue agilizar la
autorización judicial para abortar con relativa facilidad. Con el agravante de que es
justamente en el caso de las violaciones y como consecuencia del tremendo estrés generado
disminuyen drásticamente.
En conclusión, el aborto en nuestro país no puede ser un tema tratado a partir de los
silogismos semánticos, las huecas filosofías y las vanas sutilezas porque estamos hablando
y disponiendo de una vida humana, y cuando de ella se trata, aun ni la sobrepoblación es