Professional Documents
Culture Documents
UNIDAD 1
KLAPPERNBACH: Periodización de la Psicología en Argentina.
El trabajo intenta por primera vez una periodización del desarrollo completo de la psicología en Argentina. En primer
lugar, se analiza el período de la psicología clínica, experimental y social, entre 1895 y 1916.En segundo lugar, el
período de la psicología filosófica, desde 1916 hasta 1941. En tercer lugar, el período de la denominada psicotecnia y
orientación profesional, entre 1941y 1962. Posteriormente, el período centrado en el debate sobre el rol profesional
del psicólogo. El último período iniciado en 1984, condujo a un importante desarrollo de la psicología en todo el país.
Es oportuno remarcar que cualquier intento de periodización de la psicología argentina parece ser, en primer lugar, una
empresa prematura. Es decir, no podría tratarse más que de un esquema provisorio, tentativo, pasible de ser
rectificado en la medida en que las investigaciones parciales de carácter más empírico vayan aportando nuevos
conocimientos. De todas maneras, diferentes razones inducen a avanzar en un intento de periodización.
- En la Psicología Agentina, ¿A qué temas nos referirnos para llevar acabo tal periodización?:
Podría afirmarse que una historia de la psicología incluye por lo menos:
Una historia de las teorías científicas consideradas psicológicas;
Una historia de las personalidades que han contribuido al desarrollo de la psicología;
Una historia de las técnicas psicológicas (desde la historia de los tests mentales hasta la historia de la escucha y la
interpretación, o más ampliamente, la historia de dispositivos como el denominado encuadre analítico);
Una historia de las prácticas psicológicas (desde la historia de la psicología aplicada hasta las distintas
intervenciones en los más variados campos de la disciplina); e) una historia de las instituciones psicológicas
(entendiendo por tal no sólo a las sociedades científicas o profesionales, sino también a la historia de programas
universitarios, a la historia de publicaciones o editoriales, etc.).
Es posible que una historia tan abarcativa de la psicología argentina todavía no haya sido abordada. No obstante, una
periodización general debería contemplar, al menos como horizonte de aspiraciones, todos esos planos.
Psicoanálisis y la institución psiquiátrica. La promoción de la hipnosis realizada por José Ingenieros en los primeros
años de este siglo vino a construir y legitimar un campo de problemas, en el cruce entre la renovación etiológica de la
teoría de las neurosis y los nuevos tratamientos centrados en la psicoterapia.
Psicopatología sexual: La obra de Ingenieros tuvo una repercusión en los medios nacionales e internacionales, con su
trabajo sobre clasificación de delincuentes basada en la psicopatología y en la obra comentada sobre la histeria. Pero la
producción fundamental sobre el amor sexual tuvo una repercusión mayor (los ensayos sobre el amor).
Estos textos de producción “literaria” tuvieron una amplia difusión entre un público no especializado a través de su
inclusión en las mismas publicaciones que difundían la narrativa sentimental popular La psicopatología sexual expone
su fundamento genético evolucionista y busca establecer principios estables en un campo que hasta ese momento era
“una simple enumeración empírica de observaciones no guiadas por ningún concepto general”. Su ensayo de
clasificación sistemática comienza por la exposición de la “formación genética de las funciones psicosexuales”, es decir
de las funciones reproductivas en línea con los fines de la especie. La “psiquicidad” es una propiedad de la materia viva
y deriva de la irritabilidad y el movimiento. Sin embargo, el evolucionismo de Ingenieros no sigue la conocida “ley
biogenética fundamental” de Haeckel, que tendía a reducir el desarrollo individual a la reproducción de la evolución de
la especie, sino que introduce en el individuo una dimensión volitiva que desorganiza la lógica determinista y abre un
espacio para el ejercicio de la libertad subjetiva. Es claro que surgen tensiones inconciliables en su sistema de
pensamiento, que han sido, por otra parte, señaladas.
La expresión psíquica de esas funciones reproductivas comprende, para Ingenieros, tres procesos distintos. La emoción
sexual de placer, forma evolutiva-mente avanzada de cumplimiento del fin biológico, tiende a constituir un hábito;
éste, como un carácter adquirido, se transmite hereditariamente para formar la tendencia que se corresponde con la
vieja noción de instinto pero que, dice Ingenieros con criterio moderno, no tiene la fijeza del instinto. En ese sentido,
comparte con Freud un NeoLamarckismo residual que lo lleva a acentuar la variación en el tiempo: la tendencia sexual
es adquirida en el curso de la evolución de las especies y fijada con caracteres especiales en la evolución humana.
La clasificación psicopatológica de la sexualidad que propone no hace sino desplegar el cuadro prolijo de los trastornos
(por déficit, exaltación o desviación) de la emoción, de la tendencia y del sentimiento.
Frente a la visión demonizadora que la medicina positivista había adoptado hacia la masturbación (y que se mantuvo
durante décadas en el discurso psiquiátrico) nuestro autor da cuenta de la existencia de la masturbación en ambos
sexos y la interpreta de un modo que revela esa superposición irresuelta entre la naturaleza y la cultura que sostiene su
pensamiento sobre el amor sexual. Ya que es la expresión de la intensidad de la tendencia instintiva y también forma
parte del aprendizaje de lo sexual. Justamente es el déficit de esa necesaria educación erótica el factor causal,
propiamente psicológico, de los frecuentes casos de déficit de voluptuosidad en la mujer: Aquí aparece una referencia a
Freud que rescata el cuadro de la “neurosis de angustia” (que traduce “neurosis ansiosa”) y la etiología propuesta por
el médico de Viena, que la adjudicaba a la incompleta satisfacción sexual, pero para insistir en una dirección que no
estaba insinuada por Freud, la responsabilidad del “egoísmo sexual” del parte-naire; se trata para Ingenieros de un
estado neuropático frecuente en mujeres cuya emoción sexual es muy rápida despreocupada en satisfacer al otro.
UNIDAD 3
PUCCIARELI: INTRODUCCION A LA FILOSOFIA DE DILTHEY
El carácter fragmentario de los escritos de Dilthey, la falta de expresión rotunda, la indiferencia por el empleo de una
terminología técnica personal y la despreocupación por usar expresiones nuevas fueron factores que determinaron su
silencio. Otra razón es el antagonismo de Dilthey con las tendencias dominantes de su época. Dilthey es un romántico
rezagado viviendo en una época positivista hostil a la filosofía. Forma su cultura en la historia y en la literatura, pero
asimila también algunos rasgos del positivismo imperante en su tiempo que cohíben el vuelo de su espíritu. Pero
mientras ellos vivían pendientes de las ciencias naturales, a Dilthey le preocupan las ciencias del espíritu. Este rasgo es
llamado por Pucciarelli la “superación del naturalismo” que lo aleja de las corrientes de su época. Cuando hacia fines de
siglo sobreviene el renacimiento de la metafísica, la nueva generación ve en Dilthey al enemigo de la metafísica, al
positivista preocupado por el problema de la historia.
LA PSICOLOGÍA DE DILTHEY: MATERIALES PARA EL PROBLEMA DE LA FUNDAMENTACIÓN DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU
Una parte de las investigaciones gnoseológicas de Dilthey tenía por objeto delimitar y defender la autonomía de las
ciencias del espíritu frente a las ciencias naturales. Pero después de lograr ese propósito era menester otorgar un
fundamento gnoseológico a las ciencias del espíritu. La obra de Dilthey constituye una lucha por la autonomía de las
ciencias del espíritu, al tiempo que un intento de fundamentación que debía coronar su primera tarea.
Dilthey creyó que la psicología podía proporcionar el fundamento de las ciencias del espíritu. Se puede decir que el
conocimiento de la vida anímica, realizado de un modo científico en la psicología, condiciona el estudio de las ciencias
de espíritu. Sin embargo, la psicología de la época no se prestaba para cumplir este propósito. Utilizando un método
que triunfaba en las ciencias naturales, había llegado a resultados equivocados y contradictorios, y se corría el riesgo de
trasladarlos a las ciencias del espíritu. En el fondo, todos operan sobre la misma concepción naturalista del hombre y
por eso coinciden en querer subordinar cualquier fenómeno psíquico a una conexión causal y explicarlo apelando a un
número de elementos, fuerzas y leyes determinado. Pero sólo pueden lograrlo mediante hipótesis. La ciencia natural,
que se ocupa de hechos que aparecen en la conciencia desde afuera como fenómenos aislados, reclama la hipótesis
como integrante necesaria de toda sistematización. Pero en psicología, el hecho anímico tolera hipótesis
contradictorias sin pretender comprender ninguna. Sobre tales bases no puede elevarse ninguna construcción segura.
La psicología de la época, con intención explicativa y proceder constructiva, desconoce la autonomía y la peculiaridad
del hecho anímico al intentar la síntesis mental mediante elementos e hipótesis sin advertir que en lo psíquico el
complejo precede a los elementos. La psicología, para Dilthey, estudia hechos como realidad, asi que él propone seguir
el camino inverso: valerse de un método descriptivo y analítico. Sólo así encontrarían una base segura las ciencias del
espíritu. La psicología descriptiva proporcionará el medio para lograr un conocimiento universalmente válido del
complejo psíquico en que descansan las ciencias del espíritu, las que, a su vez, sólo podrán articularse en un todo y
constituir un sistema si atienden al complejo psíquico que las ha originado.
La psicología descriptiva y analítica tiene por tarea exponer las partes y conexiones que aparecen uniformemente en la
vida anímica del hombre, y su importancia estriba en el hecho de que sus objetos son dados originaria e
inmediatamente y pueden ser verificados por percepción interna. Pero su misión no se limita al acaecer íntimo, ya que
también debe recoger y teorizar el aporte de los grandes conocedores intuitivos y empíricos del alma (poetas y
escritores). Finalmente, debe servir de base para una psicología explicativa, creando una terminología justa, ofreciendo
análisis seguros y facilitando un medio de contralor para las teorías explicativas.
Hasta 1894, al insistir en la novedad del método que proponía, Dilthey la llama “psicología descriptiva y analítica”
opuesta a la “psicología explicativa y constructiva”; y en otros lugares la llama “psicología estructural”, nombre más
adecuado según Pucciarelli, ya que destaca la noción de totalidad, de complejo cuyas partes solidarias estructuran al
conjunto de los procesos psíquicos.
En las investigaciones de Dilthey se pueden distinguir dos tareas de significación desigual: una sobre el problema de la
fundamentación de las ciencias del espíritu y que pertenece a la esfera de la teoría del conocimiento, y la otra aporta a
la renovación de la psicología empírica. Hay que distinguir en Dilthey, además, al crítico y al renovador. Entre sus
contribuciones a la renovación de la psicología esta su distinción de lo anímico con lo físico; la noción de totalidad de la
vida anímica y su influencias en los procesos psíquicos aislados; los tres conceptos fundamentales de evolución,
estructura e historicidad; su método descriptivo inspirado en el respeto por la peculiaridad de los procesos psíquicos; el
carácter teleológico de lo anímico y su relación con la voluntad, su análisis de vivencias, contenidos y actos.
Con los años, Dilthey se fue alejando de la psicología y orientándose hacia la teoría del conocimiento.
LA HERMENÉUTICA COMO FUNDAMENTO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
La psicología de Dilthey comprende dos tareas distintas, opuestas a la psicología explicativa: la primera, se limita a
describir el complejo estructural de la vida anímica; y la segunda, busca “comprender”, interpretar el sentido del
complejo estructural y se podría designar como “psicología comprensiva”.
Desde 1900, y en parte bajo el influjo de la lectura de Husserl, Dilthey corrige su primer punto de vista y separa cada
vez más nítidamente estas tareas. Su psicología comprensiva se acerca a lo que será su nueva ciencia: la Hermenéutica.
Para comprender el mundo espiritual en su proceso histórico, la hermenéutica debe partir de las manifestaciones
sensibles de la vida, de sus objetivaciones, y revivir el proceso de su creación. La comprensión nos permite interpretar
sus expresiones y la hermenéutica mediante el análisis gnoseológico, lógico y metódico de la comprensión, nos asegura
la validez general de sus resultados. Estudiando la estructura interna de las ciencias del espíritu como un todo
autónomo, Dilthey descubre la relación de dependencia fundamental que consiste en la estructura Vivencia-Expresión-
Comprensión. La hermenéutica debe analizar esta relación y así se convierte en el fundamento de todo ese grupo de
ciencias. Estudia el complejo proceso que va desde el comprender a la vivencia por el camino de la expresión. Descubre
para cada grupo de expresiones la correspondiente especie de comprensión, analiza sus formas elementales y
superiores, y determina sus categorías fundamentales. La hermenéutica guarda relación con la psicología, porque se
basa en la vivencia y sus categorías son objetivaciones de vivencias.
En la sesión plenaria realizada en la ciudad de Salta el 22 de marzo se aprobó una ponencia relativa a la Creación de la
carrera universitaria del Psicólogo profesional presentada y concebida en los siguientes términos:
“El Primer Congreso Argentino de Psicología” declara la necesidad de crear la carrera universitaria del Psicólogo
profesional con arreglo a las siguientes condiciones:
1) Se establecerá como sección autónoma en las Facultades de carácter humanístico, aprovechando los institutos ya
existentes y la enseñanza que se imparte en esas y en otras Facultades que puedan ofrecer su colaboración (Medicina,
Derecho, Ciencias Económicas, etc.);
2) La carrera comprenderá un plan completo de asignaturas teóricas y la debida intensificación práctica en las distintas
especialidades de la profesión psicológica, otorgando los títulos de Licenciado en Psicología (previa tesis de
Licenciatura) y de Doctor en Psicología (previa tesis de Doctorado);
3) Establecerá además carreras menores de Psicólogos auxiliares en los distintos dominios de la Terapia médica,
Pedagogía, Asistencia social, Organización industrial y otros campos de aplicación a las necesidades de orden nacional y
a las regionales servidas por las diferentes universidades argentinas”.
Presentación histórica El congreso fue organizado por la Universidad Nacional de Tucumán y sesionó entre el 13 y el 20
de marzo de 1954 en las instalaciones de la Ciudad Universitaria “Eva Perón” de Tucumán y entre el 20 y el 22 del
mismo mes en la ciudad de Salta y determinaron las características fundamentales del país para las décadas siguientes,
en lo cultural,ideológico y social. Este primer congreso de Psicología fue organizado por una institución estatal con la
intención de que contribuyera una planificación racional de la actividad del estado; por ej “Que el estudio de las
aplicaciones de las disciplinas psicológicas a los problemas de la educación, la industria y el comercio, la defensa
nacional, la medicina y el derecho, es de sumo interés para la tarea en que está empeñado el Estado argentino al
facilitarle una serie de valiosos aportes para una planificación racional de su actividad” (Universidad Nac de Tucumán).
El Primer Congreso Argentino de Psicología fue propiciatorio para la creación de las carreras universitarias y para la
invención de un nuevo profesional: el psicólogo. Atendiendo a la organización temática del congreso es posible inferir
un modo de organización del saber de la psicología como independiente de la medicina y de la filosofía, ámbitos
académicos dentro de los cuales tradicionalmente se la incluía.
El interés político del estado por el desarrollo académico y profesional de la Psicología -en la Argentina a mediados de
los años cincuenta-, no fue privativo del estado peronista sino que se correspondía con una especie de “prestigio” de la
Psicología que se difundía por toda América. El 17 de diciembre de 1951 se constituyó en la ciudad de México la
Sociedad Interamericana de Psicología la que promovió la realización del “Primer Congreso Interamericano de
Psicología” en diciembre de 1953 en República Dominicana. En el libro de actas de dicho congreso, considerado “la
primera reunión de psicólogos de América” se puede comprobar la casi unánime coincidencia de los autores en resaltar
la importancia de la Psicología en la obtención del bienestar humano.
El “estado de bienestar” era un valor ideológico-cultural muy consistente en esa época y atravesaba por igual a las
ideologías políticas más encontradas. En esa función trascendente de la Psicología coincidieron en la Argentina
peronistas y antiperonistas; vale en este punto un hecho que ilustra lo dicho: la primera carrera de psicólogo que se
organizó en una universidad argentina fue la de Rosario -a principios de 1955- y funcionó durante poco tiempo;
producido el golpe de estado que derrocó a Perón el nuevo equipo responsable de la universidad, de signo político
antagónico, reprodujo en lo esencial el modelo académico - profesional que prohijara el peronismo.
Concluiremos este pantallazo histórico refiriéndonos brevemente a la obra institucional de la Prof. Erminda Benitez de
Lambruschini, miembro participante del Congreso de Psicología que nos ocupa. En 1947 a sus instancias fue creada la
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Litoral, en la ciudad de Rosario,
de la que fue primera decana. En el seno de esa Facultad creó el 29 de abril de 1953 la carrera menor de Auxiliares de
Psicotecnia. Entre el 13 y el 22 de marzo participó del Congreso que recomendaría la creación de las carreras de
Psicología. El 14 de mayo de 1954 fundó el Instituto de Psicología de la mencionada Facultad de Filosofía, Letras y
Ciencias de la Educación y un año más tarde, el 13 de mayo de 1955, se inauguraron los cursos de la carrera
universitaria de psicólogos propiciada por la profesora Benitez, Carlos Lambruschini y Armando Asti Vera. Uno de los
considerandos justificatorios de la creación de la carrera fue, precisamente, la recomendación hecha por el Primer
Congreso Argentino de Psicología.
En la sesión plenaria de cierre del Congreso, el 22 de marzo de 1954 en Salta, se aprobó por unanimidad la declaración
a la que venimos refiriéndonos y que fue presentada a la asamblea por Juan Luís Guerrero, Eugenio Pucciarelli, Alberto
Palcos, Francisco González Ríos, Carlos Astrada, Ricardo Moreno, Oscar Oñativia, Plácido Horas y Luís María Ravagnan.
“El Primer Congreso Argentino de Psicología declara la necesidad de crear la carrera universitaria del psicólogo
profesional con arreglo a las siguientes condiciones: I.- Se establecerá como sección autónoma en las Facultades de
carácter humanístico, aprovechando los institutos ya existentes y la enseñanza que se imparte en esas y en otras
Facultades que puedan ofrecer su colaboración (Medicina, Derecho, Ciencias Económicas, etc.); II.- La carrera
comprenderá un plan completo de asignaturas teóricas y la debida intensificación práctica en las distintas
especialidades de la profesión psicológica, otorgando los títulos de Licenciado en Psicología (previa tesis de
Licenciatura) y de Doctor en Psicología (previa tesis de Doctorado); III.- Establecerá además carreras menores de
Psicólogos auxiliares en los distintos dominios de la terapia médica, pedagogía, asistencia social, organización industrial
y otros campos de aplicación a las necesidades de orden nacional y a las regionales servidas por las diferentes
universidades argentinas.”
Comisión de honor, autoridades del Congreso y adhesiones oficiales
Esta comisión estaba encabezada por el presidente Juan Domingo Perón y conformada por los miembros eminentes de
los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de la nación y de las provincias sedes además de las autoridades militares,
académicas y eclesiásticas. El Congreso Argentino de Psicología tuvo la adhesión de los Institutos Oficiales de Psicología
dependientes del estado nacional. Del Ministerio de Educación, Del Ministerio de Defensa, Ministerio de Salud Pública,
Ministerio de Obras Públicas: Gabinete de Psicotecnia, Dirección de Asistencia Social (Buenos Aires) (Universidad
Nacional de Tucumán, 1955b). Reproducir esta nómina quizás sea de utilidad como un primer índice para alguna
investigación futura sobre las características de la psicología como psicotecnia en los organismos del estado, ya que se
conocen documentos de los centros universitarios pero no así del resto de las dependencias ministeriales.
En el apartado final de esta contribución - Epílogo - volveremos sobre un posible efecto de la identificación del
congreso como un evento “peronista”.
Temario del Congreso Se componía de diez capítulos:
1) Problemas históricas y epistemológicas de la Psicología. 2) Psicología General
3) Psicología Especial: a) Psicología genética y comparada, b) Psicología diferencial, caracterológica y de la personalidad
y c) Psicología evolutiva del niño y del adolescente. 4) Psicología Social y del Arte.
5) Técnicas psicológicas de exploración: a) Psicoestadística y b) Tests psicométricos y proyectivos.
6) Aplicaciones educacionales: a) Psicología del educando y del educador, b) Higiene del escolar y c) Educación
diferencial y orientación vocacional.
7) Aplicaciones médicas: a) Relaciones de la psicología con la medicina, b) Técnicas de exploración y contribuciones
psicológicas a las especialidades médicas, y c) Psicopatología e Higiene Mental.
8) Aplicaciones forenses y militares, etc. 9) Aplicaciones económicas.
10) Perspectivas y necesidades de los estudios psicológicos en nuestro país. Este temario es un inventario o un estado
de situación de los conocimientos psicológicos a mediados de siglo en la Argentina; por supuesto que no es el único
posible pero nos parece significativo de un modo de organizar el saber de la Psicología para su transmisión académica
en el más alto nivel y para legitimar la invención de un nuevo profesional: el psicólogo. La distribución temática del
Congreso respeta una estructura que se puede encontrar reproducida con pocas variantes en casi todas las curricula de
las carreras universitarias de psicología que se irán creando en la Argentina. Esa estructura se compone de una mitad
que podría denominarse básica o de los fundamentos, en la cual se consideran temas históricos y epistemológicos,
teorías psicológicas generales, investigaciones diferenciales y evolutivas, adiestramiento en técnicas de exploración y la
dimensión social de la disciplina, y de otra mitad que llamaremos aplicaciones de la psicología, por las que se responde
a necesidades sociales dando origen a las especialidades profesionales, dichas aplicaciones son educacional, médica
(será posteriormente la psicología “clínica”), forense y militar y económicas; es decir el amplio terreno de lo que en la
época se conocía como Psicotecnia.
Colegios invisibles: La temática de las aplicaciones educacionales de la psicología fue la que despertó el mayor número
de intereses entre los autores y reunió la mayor cantidad de ponencias. Le siguieron las temáticas relacionadas con las
técnicas psicológicas de exploración y con las aplicaciones médicas de la psicología. En estas tres áreas se concentró el
45,6% de los autores y en ellas se inscribió el 42,91% de las comunicaciones.
En aplicaciones educacionales de la psicología nueve trabajos trataron cuestiones relacionadas con las discapacidades
sensoriales y neurológicas, cuatro abordaron los problemas de la readaptación, cinco se refirieron a los distintos niveles
de la orientación escolar y profesional, nueve abordaron temas de política educacional o pedagógica, hubo un sólo
trabajo histórico, tres ponencias se refirieron a las aplicaciones de tests en la escuela, ocho trabajos se dedicaron a los
trastornos del temperamento, carácter, atención del escolar y a la relación maestro discípulo, una suerte de
psicopatología educativa; el resto de las comunicaciones versaron sobre tópicos teóricos de la pedagogía, la psicología,
las singularidades de la adolescencia. No se registraron trabajos experimentales sobre aprendizaje.
En el Primer Congreso Argentino de Psicología se hizo manifiesto el interés por las aplicaciones educativas, la
exploración psicológica y las aplicaciones médicas -”clínicas”- de la psicología; esta relación psicología- educación-clínica
será una característica de la psicología en la Argentina. Está ausente el paradigma y el estilo conductista tan difundido
en los EEUU y en otros países de América y son escasas las investigaciones básicas, experimentales o de laboratorio.
Todo lo cual se complementa con un perfil profesionalista del egresado que hacia fines de la década del cincuenta
egresaría de las universidades argentinas con el título de Psicólogo.
Epílogo. ¿Cuál fue el destino de las Actas del Congreso?
La frase que nos parece significativa es “...perdimos la pista de todo cuanto estaba archivado...”.
¿Cuál fue el destino de los trabajos que conformarían los nueve tomos de la memoria del Congreso? Nosotros
descartamos que los organizadores hayan “perdido la pista” por desidia o desinterés, la hipótesis que proponemos es
que todo lo archivado cayó bajo el siniestro efecto proscriptivo de la represión de estado aplicada sistemáticamente
luego del golpe militar de setiembre de 1955. Dicho de otro modo, la pista que conducía al archivo se perdió porque
una orden mandaba borrarla. Sustentamos esta hipótesis o quizás sea más apropiado llamarla conjetura en lo
siguiente: el partido peronista fue disuelto por las autoridades militares por decreto nº 3855/55 (Nación Argentina,
1955); por decreto nº 4161 del 5 de marzo de 1956 se extiende la represión prohibiendo el uso del nombre de Perón y
de toda inscripción que recordara o aludiese al peronismo depuesto (Nación Argentina, 1956). En los considerandos de
dicho decreto se expresa que la simbología peronista “ofende el sentimiento democrático del pueblo argentino afrenta
que es imprescindible borrar...”. Este decreto proscriptivo llevó la firma del general Pedro E. Aramburu, del almirante
Isaac Rojas y la de todos los ministros del gabinete y en su parte final establecía las penalidades -desde multas hasta
prisión- para quién no lo cumpliera o lo hiciese cumplir. Oscar Terán caracterizó a este acto de barbarie como “una
cruzada dispuesta a sellar a cal y canto hasta las fuentes de la producción simbólica peronista, cruzada que chocaba
además con la persistencia de esa identidad política en vastos sectores populares”.
¿Es inconsistente conjeturar que uno de los tantos efectos de esa norma proscriptiva, verdadero acto de terrorismo de
estado y emblema de intolerancia, haya sido el borramiento de las pistas que conducirían a la publicación completa de
las memorias del Primer Congreso Argentino de Psicología?
MONASTERIO, RAVAGNAN, ROLLA: FORMACIÓN Y FUNCIÓN DEL PSICÓLOGO.
Resulta obvio señalar en nuestro tiempo que la superación del dualismo tradicional ha coincidido con el advenimiento
de una concepción del ser humano como totalidad orginiaria. En consecuencia, los procesos psíquicos reconocen su
trama biológica y el organismo se torna, por ende, esencialmente psíquico.
Tal concepción reclama el concurso de diversas ciencias para considerar los diversos problemas que afectan al ser
humano en su totalidad. La presencia del psicólogo queda justificada en las múltiples dimensiones de la conducta, cuya
interpretación exige la participación de todas las especializaciones científicas que puedan contribuir al exámen y
solución de diversos problemas que refieren a la vida mental, aprendizaje, relaciones humanas, delitos, etc.
La carrera de Psicología que se cursa en la Facultad de Humanidades de la UNLP, ofrece un plan de estudios acorde a la
naturaleza unitaria del hombre. La formación recibida de índole estrictamente científica, capacita para cumplir tareas
en el orden clínico, educacional y laboral.
El campo de actividades del Psicólogo Educacional.
- Se ocupa de la orientación educacional y vocacional en los cuatro niveles de la enseñanza.
- Colabora en la elección de los métodos más adecuados a las características personales y de aprendizaje de los
alumnos y estudiantes.
- Asesora al maestro y al profesor en los aspectos psicológicos vinculados a la educación.
- Estudia problemas de rendimiento escolar, adapta o constrye pruebas psicológicas para examinar las aptitudes de
los estudiantes.
- Asesora al educador para crear un clima psicológico favorable para el proceso del aprendizaje.
Dicha formación pedagógica y psicológica que el médico no tiene, justifica la presencia técnica del psicólogo
educacional. El psicólogo educacional deberá solicitar al médico escolar diagnóstico y medidas terapéuticas necesarias
en los casos que deba establecerse la naturaleza de la enfermedad que afecte a un escolar.
El Psicólogo Laboral se ocupa de la selección y orientación profesional en el campo de las relaciones humanas en los
lugares de trabajo, y no en sujetos que presentan problemas médicos.
- Estudia, planifica e investiga acerca de las funciones psicológicas que participan en el desempeño de una
ocupación y en la realización del trabajo.
- Elaboración de técnicas y recursos para contribuir a la solución de los problemas psicológicos que surgen del
trabajo y cuya solución puede proveer una realización armónica.
Estos hechos justifican la presencia técnica del psicólogo laboral. Cuando los problemas psicológicos se producen por
afecciones de cualquier naturaleza, caen bajo la competencia del médico laboral.
El Psicólogo Clínico. Dicha denominación exige una aclaración: es una traducción literal de la expresión inglesa
“ClinicalPsychology”, rama de la psicología del campo de la psiquiatría, que colabora con el médico en el exámen de
algunos aspectos psíquicos que requerían técnicas psicológicas. Tiene por objeto definir las características y aptitudes
vinculadas al comportamiento mediante métodos de medición, análisis y observación. Se integra dicha información
con datos del exámen médico e historia social, para luego formular sugerencias y recomendaciones para la
adaptación del individuo.
- Su función radica en realizar el examen psicológico con técnicas científicas, interpretar los datos proporcionados,
establecer el dictamen psicológico y entregárselos al médico, quien formula el diagnóstico y las medidas
terapéuticas.
- No está en condiciones de tratar bajo su responsabilidad los trastornos funcionales de la personalidad (neurosis o
psiconeurosis) ni efectuar diagnósticos que corresponden al médico.
Las funciones enumeradas no invaden la jurisdicción de ninguna laboral específica profesional, sino que intentan
contribuir al desarrollo de un humanismo técnico, que abrace la totalidad humana comprometida.
Si bien la participación del psicólogo es ajena a todo ejercicio propio de las ciencias médicas, esto no implica que él
deba desconocer determinadas disciplinas o estudios particulares acerca de los cuales deba poseer la información
adecuada para que lo capacite para una eficaz colaboración.
La psicología puede captar la unidad biopsicosocial del hombre sin necesidad de recurrir a la medicina, la cual se ocupa
de la salud y la enfermedad en el ser humano. Aquí participan factores psicológicos. Este hecho puede justificar la
intervención del psicólogo en el equipo que integra las clínicas de la conducta.
El psicólogo no puede quedar excluido de ningún sector en el que esté presente un determinado problema humano. Su
título universitario, su preparación científica y la concepción holista de la conducta, le acuerdan valores suficientes para
intervenir en una acción conjunta como colaborador y miembro de un equipo.
UNIDAD 6
VEZZETTI & DAGFAL: PSICOLOGÍA, PSIQUIATRÍA Y PSICOANÁLISIS
(fALTANTE)
GALENDE: PSICOANÁLISIS Y SALUD MENTAL
Cap. 4: Los movimientos de psiquiatría institucional
Desde comienzo del siglo XX se producen críticas a la psiquiatría positivista y a la institución asilar. En EEUU, el
movimiento de higiene mental que llevo a la creación de colonias de rehabilitación. En Francia, un destacado
psiquiatra, Serieux, denuncia la situación de los internados, las condiciones de miseria en que habitan durante su
encierro. Se anima a mostrar la verdadera ignorancia científica en que se encuentra la medicina mental.
Desde el siglo pasado existían sectores de la sociedad, en general entre las clases altas, que creaciones instituciones de
ayuda a los enfermos internados: Patronatos de Ayuda al Enfermo Mental. Colaboraban en las condiciones de vida de
los internos con ayuda económica y a su externación los protegían durante un tiempo. En Argentina existen con
diferentes nombres hasta hoy. Otorgaban consejos en la búsqueda de empleo, apoyo financiero y tenían también como
misión la de lograr una aceptación mayor de la sociedad hacia estos individuos excluido de la vida social. No se puede
decir de estos movimientos que sean reformadores.
Más interesante en Francia fue el movimiento que generó Toulouse, psiquiatra que inicia la lucha por servicios abiertos
a comienzos de este siglo. Llego a crear e primer hospital psiquiátrico libre. El debate entre los partidarios de los
servicios abiertos, libres y los que defendían el asilo, cerrado, comenzó con el siglo. Lo impulso Serieux, fue agitado por
Heuder y Toulouse, y fue conformando una ideología antialienista que ha de triunfar finalmente con la liberación del
nazismo en Francia y la realización de la política del Sector.
La existencia de estos movimientos no logro modificar el panorama de la psiquiatría. Los movimientos de Higiene
Mental o de crítica asilar terminaron en instituciones humanitarias o de beneficencia para ayudar a los internados, sin
afectar tampoco al poder representado por el asilo psiquiátrico.
El psiquiatra dispone de un poder sobre el enfermo que no ha servido para producir ningún conocimiento ni para
comprender mejor sus operaciones practicas; y que además ha utilizado para defenderse del paciente, de la angustia
frente a la locura y lo desconocido. El enfermo, precisamente en cuanto internado, se adecua rápidamente a este poder
objetivante, que lo libera de la problemática real que no supo o no puede enfrentar. Ambos, psiquiatra y enfermo,
aceptan finalmente el poder de la institución que asigna lugares, distribuye saberes y regla el poder. Como afirma
Jaspers, el diagnóstico es finalmente un juicio de valor, reconociendo la incomprensibilidad de muchos procesos
patológicos. En la realidad institucional lo que no comprende es intrínsecamente malo, y debe ser doblegado o
reeducado. La guerra también ayudo a ver que la población de los hospicios provenía de los sectores más pobres de la
sociedad.
Tres hechos contribuyeron a partir del año ’45 a la reforma institucional de lo psiquiátrico. En primer lugar, la guerra ha
provocado la destrucción de las organizaciones de salud en los países de Europa, tanto en la cantidad de recursos
materiales y humanos como en los sistemas de cobertura y financiamiento. Por otra parte, la guerra dejó una cantidad
importante de individuos con necesidad de atención psiquiátrica. Esto hace necesario una reconstrucción acelerada de
los sistemas de atención, pero a la vez facilita que puedan introducirse reformas en el sistema. En segundo lugar, la
guerra genera un crecimiento de las posiciones humanistas, tras el horror de lo vivido. En este contexto, el psicoanálisis
y la reflexión fenomenológica atraen a muchos intelectuales y también a algunos psiquiatras y psicólogos que van a
potenciar en el plano de las ideas la necesidad de un cambio en las relaciones que instituye la psiquiatría asilar.
Finalmente el mismo crecimiento de las posiciones humanistas tiene su expresión política en el ascenso de los sectores
populares, progresistas y democráticos a los gobiernos de Europa y hace a los Estados más sensibles y dispuestos a los
planteos innovadores en salud. La medicina social tiene entonces su primavera europea de la mano de los laboristas en
Inglaterra, el compromiso histórico comunista-cristiano en Italia y el Frente Patriótico en Francia. La reforma de la
psiquiatría forma parte de este movimiento.
Las comunidades terapéuticas
Si bien la denominación “Comunidad Terapeutica” se oficializa con Maxwell Jones, ya en 1943 Bin y Rickman, que
trabajaban en el Northfield Hospital (Inglaterra) con soldados afectados mentalmente, organizaron grupos de enfermos
para realizar discusiones colectivas sobre sus problemas y para hacerlos participar también en el gobierno del pabellón.
El trabajo de este grupo de Northfield, donde se originó toda una corriente de psicoanálisis grupal, es conocido como
Comunidad Terapéutica. El Hendersen Hospital en el que Jones trabajo hasta los años ‘70, fue asociado al surgimiento
de estos tratamientos que se denominaron “socio-terapias”. Sus presupuestos no son ya médicos sino sociológicos.
Un principio básico de la comunidad terapéutica es el del aprovechamiento de todos los recursos de la institución, a la
que concibe como un conjunto orgánico, no jerarquizados, de médicos, pacientes y personal. Las caracteristcas
generales son:
a) Establecer una libertad de comunicación en todos los niveles, evitando la organización jerarquica de la comuncacion.
b) Tender al analisis de los intercambios institucionales en terminos de dinamicas grupales.
c) Crear espacios terapeuticos grupales y no bipersonales.
d) Liquidacion de las estructuras jerarquicas tradicionales, de carácter piramidal.
e) Generar un espacio social de reconocimientos reciprocos, como forma de fomentar la sociabilidad del grupo.
f) Proponeder a que la asamblea comunitaria, en lo posible en reunion diaria, sea el organo de gestion, organización y
evaluacion de todas las actividades.
Principios propuestos por Rappoport: propender a una democratización que otorgara idealmente el mismo valor de
opinión para todos, incluidos médicos, enfermeros y enfermos; generar un ambiente de permisibilidad que diluyera el
rostro siempre represivo de los reglamentos institucionales; construir una comunidad de intereses y objetivos, que
consoliden al grupo en las tareas propuestas; propender a una relación de la comunidad con el exterior. La instalación
de en hospitales psiquiátricos de estas comunidades hizo difícil la concreción de estos principios.
Durante algunos años, el montaje de las comunidades terapéuticas en asilos y hospitales psiquiátricos se convirtió en el
nuevo rostro de la institución psiquiátrica. Detrás de los servicios de comunidad terapéutica sobrevivió, más
desprestigiada y repudiada que nunca, la vieja psiquiatría asilar, con sus hedores y miserias.
Sin embargo, más allá de las críticas que ha merecido el dispositivo institucional de la comunidad terapéutica, el
panorama asilar cambió a partir de ella. La guerra forzó a los psiquiatras en Europa a mirar fuera de los hospitales.
Algunos volvieron a los asilos, pero ya no fue lo mismo: no se pudo seguir siendo psiquiatra sin hacer explícita su
función social. En la inmediata posguerra se había producido una importante modificación de los esquemas político-
culturales de la sociedad inglesa, con una participación inédita de la comunidad en responsabilidades sociales.
El gobierno laborista implementó una medicina social y un sistema de cobertura previsional. El éxito, aunque relativo,
de la despsiquiatrización que impulsó la comunidad terapéutica, no hubiera sido posible sin este contexto político y
esta conciencia social. En 1953, la Organización Mundial de la Salud, recomendó la transformación en comunidad
terapéutica de todos los hospitales psiquiátricos. Solo se tomó una parte de la recomendación: se construyeron con
una parte de la población internada comunidades terapéuticas, que funcionaban junto a la organización tradicional del
asilo. Esta, creemos, fue la razón mayor del fracaso. Basaglia sostuvo siempre que toda reforma que permita alguna
forma de existencia del asilo, termina por ser absorbida y neutralizada por éste.
En los años ’50 se va definiendo el nuevo reordenamiento de lo mental en el mundo. Crecen las socioterapias y se
plasman muchas comunidades terapéuticas.
Con las políticas de Salud Mental se modifica la concepción del daño psíquico: éste es puesto nuevamente en relación
con la vida social.
Las políticas del sector
Un aspecto clave de la psiquiatría del Sector fue considerar a las cuestiones de la salud y la enfermedad mental como
cuestiones no internas a la psiquiatría, es decir, que no podrían ser pensadas ni resultas en el espacio intrapsiquiatrico
exclusivamente. La concreción de la ideología del Sector provino de las condiciones sociales y políticas de posguerra y
del Frente Popular. Por eso, el Sector forma parte de la política de salud que el Frente en el gobierno implementó en
pro de una medicina social. Un encuentro fructífero entre psiquiatras reformadores de su institución y una sociedad
que se hace sensible a asumir su compromiso con la salud y el bienestar de la comunidad.
Los principios
1- Crítica al asilo, toda la política en Salud Mental se basa en el rechazo de toda forma de segregación de los enfermos.
2- Integración en todos los niveles: a) integración del enfermo mental en el conjunto social;
b) subordinación del hospital psiquiátrico a la totalidad de la red de instituciones y equipamientos de higiene mental
del Sector, de modo que son los equipos de Salud Mental siempre la primera instancia; c) implementación del equipo
del Sector en el medio donde vive el enfermo (atención e internación domiciliaria, asistencia en y con la comunidad,
etc.); d) entender al Sector como unidad de integración y dimensionado de acuerdo con la capacidad del equipo
médico-social.
3- Asegurar la unidad e indivisibilidad de las tareas terapéuticas: a) integrando en una sola red o cadena a todos los
equipos del Sector; b) haciéndose responsable cada equipo de la totalidad de las fases del tratamiento o intervención
preventiva; c) asegurando la unificación y coherencia por el equipo de salud mental de todas las operaciones
terapéuticas implicadas, desde la consulta, de manera de tener un control homogéneo de todo el plan terapéutico.
4- El equipo de Sector es la “celular productiva” de cuidados en Salud Mental, alrededor del cual se ordena el conjunto
de dispositivo material e institucional. La fluidez de las relaciones internas, la concentración de la información que
supervisa y distribuye por todo el Sector, garantiza que las divisiones jerárquicas y burocráticas no obstaculicen la
eficiencia en la aplicación de las estrategias terapéuticas.
5- El equipo de Sector es el agente de Programación, capaz por sí mismo de formular en términos cuantitativos y
cualitativos las necesidades de equipamiento, establecer las demandas de la población, diseñar programas específicos e
implementarlos.
A partir de los años ’70 se produce todo un replanteo de la idea del Sector, basado en una reconsideración de los
asentamientos urbanos, la pérdida de relaciones comunales, el anonimato creciente de los individuos, la dispersión de
las familias, etc. Parece correcto considerar un cierto fracaso de esta política. Fracaso en la generación de un poder
colectivo capaz de impulsar una nueva concepción de las relaciones poder-saber entre curadores y enfermos, ya que al
no lograr su traspaso a la comunidad éstos tienden a coagular en la figura del médico (ahora psicoanalista o
psicoterapeuta). El hospital psiquiátrico quedo, una vez más, intacto y con nuevos prestigios.
Sin embargo, el panorama de la Salud Mental en Francia y no es caracterizable por el asilo. El hospital psiquiátrico, en la
sociedad actual, solo puede vivir en el seno de su crisis, pocos piensan que represente una solución moderna al
problema de la locura.
En salud mental actualmente conviven en Francia camas psiquiátricas, muchas aun en los viejos hospital psiquiátricos,
hogares intermedios, hospitales de día, hospitales de noche, planes de facilitación de vivienda privada a pacientes
externados. Esto nos muestra un desplazamiento desde el centro de la atención en hospitales psiquiátricos, hacia una
periferia de Centros de Salud Mental que tienden a gestar una nueva conciencia social de los problemas de salud y
enfermedad mental.
La política de desinstitucionalización en Italia
En relación con las experiencias del Sector francés, en Italia la reforma es posterior, a partir de los ’67 y por lo tanto
había ya una aplicación, aunque parcial y esporádica, de los ideales del Sector y existían algunas comunidades
terapéuticas. Basaglia, por entonces director del Hospital Psiquiátrico de Gorizia, supo impulsar un movimiento social y
político de logro en pocos años el cierre definitivo de un número importante de estos establecimientos.
Algunas cuestiones clave del pensamiento y la propuesta de Basaglia: la psiquiatría es definida como la práctica de una
contradicción, pero que se escinde y niega. En esto ve la función de encubrimiento que hace la medicina mental, ya que
desplaza el problema sociopolítico que el enfermo y la institución representan hacia una solución técnica-científica.
El problema sigue siendo, en cuanto al asilo, el mismo con que se encontró Pinel: discernir entre el marginado por la
pobreza o el desamparo social, el recluido por asocial o delincuente y el loco, a quien la psiquiatría significo como
enfermo. Basaglia trata de no ubicarse en sitio que ocupó Pinel, acepta y se compromete con la dimensión sociopolítica
del problema del asilo, y advierte contra el encubrimiento que acompaña las categorías teóricas y técnicas. El enfermo
mental se constituye socialmente como tal en tanto estigmatizado social, es víctima de una exclusión violenta, como el
pobre, el asocial, el delincuente. Porque Basaglia toma la dimensión global del enfermo en su contexto sociopolítico,
indisociable, necesita cuestionar las propuestas de la psiquiatría comunitaria, crítica sobre la cual va a surgir su
propuesta de desinstitucionalización. Síntesis del proceso italiano en tres ítems: a) el incidente de Gorizia y el diseño de
la política;
b) el Programa de Psiquiatría Democrática y la Ley de Salud Mental; y c) hacia donde se avanza: los resultados.
El incidente de Gorizia
El hospital psiquiátrico de Gorizia era un asilo típico. En los años ’70 Basaglia, director del hospital, junto a otros
trabajadores del mismo, se plantearon una crítica del funcionamiento, que se concretaron en propuestas para
convertirlo en un hospital abierto.
Se produce el crimen que dio lugar al llamado “incidente de Gorizia”. Un paciente, internado desde hacía 10 años, que
había salido por unos días de visita a su casa, mata a su esposa a golpes de hacha. La prensa aprovecha este episodio
para atacar toda la experiencia de apertura y transformación del hospital y Basaglia fue acusado de homicidio
responsable y procesado. Este proceso no prosperó y finalizó dos años después sin condena. Este episodio, dio lugar a
un gran debate público sobre la experiencia de la transformación del hospital y, por ende, de todo el problema asilar.
Este caso tiene la virtud de provocar el desnudamiento de los factores que convergen en la sociedad para mantener el
asilo. Las autoridades, tanto del gobierno central como los consejos provinciales, piden cautela en el proceso de
reforma de modo que no se conmocione el tejido social. Hay tolerancia para que el hospital se transforme en
comunidad terapéutica, pero siempre que se mantenga el control sobre los enfermos internados. Se propone a la
comunidad que se creen centros de Higiene Mental, insertos en la población y dirigidos ya no solo por los psiquiatras
sino también por las fuerzas políticas representativas y líderes de la comunidad. El problema va tomando entonces un
carácter más amplio: ya no es un debate interno de la medicina, sino una articulación de cuestiones ideológicas y
políticas a la función médica del hospital. Frente a las trabas que la administración provincial pone al plan de
externación y apertura del hospital, el equipo terapéutico, junto a su director, decide renunciar a sus cargos.
El programa de psiquiatría democrática y la Ley de Salud Mental
A partir de las experiencia de Gorizia y luego desde el Hospital Psiquiátrico de Trieste, que también dirigió y cerró
Basaglia, se fue conformando una doctrina del grupo que es la que finalmente, y con el apoyo político y social con que
cuenta la psiquiatría democrática, orientó toda la reforma psiquiátrica hasta la aprobación de la ley de Salud Mental en
1978. Las propuestas son las siguientes:
a) Generar un movimiento social y político organizado para apoyar en una primera etapa la apertura de los hospitales
psiquiátricos, para lograr posteriormente su cierre definitivo.
b) Se emprende la tarea, para incluir a los pacientes internados en el proceso de apertura, haciéndolos protagonistas de
su propia externación: visita a las familias, reencuentro con amigos, formación de clubes de ex internados, búsqueda de
empleo y de vivienda, etc.
c) Se agrupa a los pacientes, dentro y fuera del hospital, para realizar “colectivos de externación”, un espacio grupal de
elaboración de todas las vicisitudes del proceso de externación y reinserción social.
d) A partir del cierre del Hospital Psiquiátrico de Trieste, se trabaja con los enfermos para su instalación fuera del
hospital, algunos en nuevos hogares de ancianos, otros en casa que el Estado dispone. En estas casas se continúa el
trabajo colectivo de reinserción social.
e) Se va clausurando el hospital, a medida que se desocupa. No se admiten nuevas internaciones ni reinternaciones.
f) Los pacientes externados que requieren atención psiquiátrica son asistidos en el Centro de Higiene Mental de la zona.
g) Algunos pacientes que no pueden ser desinstitucionalizados por incapacidades diversas son conducidos a hogares
especiales para vivir, en general, sin tratamiento psiquiátrico, es decir, una forma no psiquiátrica de
institucionalización.
El gobierno decide sancionar la nueva ley de Salud Mental en 1978. Por esta ley se establece que a partir de su sanción
no puede admitirse ningún paciente nuevo en los hospitales psiquiátricos de toda Italia y tampoco se puede reinternar
a ningún enfermo que haya sido externado. Para aquellas internaciones obligatorias que se crean necesarias (es decir,
sin consentimiento del enfermo), deben certificar el pedido al menos dos médicos y una autoridad civil local. Solo
puede internarse por un periodo fijado y no mayor de diez días. Estas internaciones, al igual que las voluntarias, pueden
hacerse en los servicios de psiquiatría de hospital general.
La ley crea en cada Unidad Sanitaria Local un Departamento de Salud Mental, el Servizio d’Igiene Mentale (S.I.M). Todo
el sistema está basado en la participación política local. En toda la primera etapa se trabajó principalmente en el S.I.M.
con los pacientes que se habían, o estaban siendo, externados, para proveer ayuda de resocialización. El enfoque es
más comunitario, se tiende a no objetivar la enfermedad. Esta primera etapa fue ampliamente exitosa. Se logró la
desinstitucionalización masiva de enfermos, al mismo tiempo que se creaban las condiciones para prevenir la
hospitalización, se cerraban hospitales psiquiátricos aseguro un nivel adecuado de resocialización; se logró agitar a la
sociedad sensibilizándola al problema de la exclusión y encierro, consiguiendo aceptación de los enfermos liberados.
¿Hacía dónde se avanza? Los resultados
El proyecto de psiquiatría democrática trataba de crear una conciencia social diferente sobre el enfermo mental que
hiciera posible políticas de salud mental no centradas en el internamiento. Este proyecto no era viable sin la
constitución de un frente social y político que lo legitimara y lo impulsara en el seno de sus demandas por un bienestar
general.
La población, los médicos y personal de las instituciones psiquiátricas, la organización administrativa del Estado, la
organización política no son espontáneamente permeables a un proceso de transformación como el que se inició en
Italia. La familia, la población, tiene incorporada una conciencia medica sobre la enfermedad mental y el trato al
enfermo que no es fácil cambiar.
La negativa de este movimiento a construir teorías alternativas lo priva de fundar métodos consistentes de abordaje.
Un tema pendiente es si la socialización del paciente, en la familia o la comunidad, es en sí misma suficiente para
resolver la problema subjetiva del enfermo, o si es necesario acompañar alguna forma de tratamiento. Al no fundar una
alternativa en la práctica, los pacientes reciben habitualmente tratamiento psicofarmacológicos.
La experiencia de la reforma en Salud Mental en Italia no está cerrada. Pero creemos que una de sus mayores
enseñanzas ha sido la de mostrar la inmediata contextualización social y política que acarrea toda crítica al sistema
institucional de la psiquiatría y la revelación, por lo mismo, de la complejidad de elementos en juego: la fuerza de las
disciplinas, los efectos sociopolíticos de los saberes constituidos, los requerimientos de institucionalización de lo mental
por parte del aparato estatal, la presión de una conciencia social, cuyas representaciones de lo sano y enfermo están
dominadas por la existencia social de saberes constituidos y disciplinas reguladoras del consenso. Todo intento de
procurar una reforma del dispositivo de la Salud Menta, luego de de la experiencia adquirida, no puede obviar la
necesidad de actuar sobre estos diversos planos de manera conjunta.
UNIDAD 7
PICHON RIVIERE: TEORÍA DEL VÍNCULO
El objeto central de las investigaciones psicológicas es el campo psicológico, donde se establecen las interacciones
entre la personalidad y el mundo. El concepto de situación es importante porque connota las modificaciones en que el
medio es el agente, en tanto que el concepto de conducta connota las modificaciones en que la personalidad es el
agente.
El objeto mismo de la psicología es el campo de la interacción. Antes se consideraba que este campo era hueco o vacío
a causa de la dicotomía que la psicología clásica establecía entre el individuo y la sociedad. Pichón se plantea
trabajando precisamente ahí, en el sitio donde antes existía una dicotomía entre individuo y sociedad.
El campo psicológico según Lagache ofrece al investigador cinco clases principales de datos:
1) El contorno, definido como el conglomerado de situaciones y de factores humanos y físicos que están en
permanente interacción. La situación interpersonal estudiada profundamente y que sirve para todo orden de
investigación es la situación analítica.
2) La conducta exterior espontánea o provocada;
3) La vivencia, o sea la experiencia vivida, inferida por la conducta exterior y comunicada verbalmente por el sujeto;
4) La modificaciones somáticas objetivas aparecidas en una determinada situación;
5) Los productos de la actividad del sujeto. De modo que el campo psicológico estudia el contorno, la conducta exterior,
la vivencia, las modificaciones somáticas y los productos de la actividad del sujeto.
En psicoanálisis se ha tratado siempre de señalar que en cierto modo la teoría y la práctica están juntas en permanente
interacción, a través de un proceso en espiral dialéctica. Es decir que teoría y práctica se resuelven en el campo de la
investigación, cualquiera que sea ésta, en el momento mismo del trabajo operacional.
El analista, que trabajando e investigando al mismo tiempo, en el momento anterior a la formulación de una
interpretación recurre al uso de un esquema referencial que denomina esquema conceptual, referencial y operativo
(ECRO), con el cual construye la interpretación sobre la observación de todos los indicios obtenidos en las cinco
direcciones anteriores.
Con esta esquema y con los indicios señalados, se construye una interpretación sobre lo que está sucediendo, se le
formula al paciente y en el momento en que se formula (es el acto operacional), ya se hace la síntesis entre teoría y
práctica. Este esquema referencial es el instrumento de trabajo, dinámico y plástico en el sentido de que debe ser
rectificado o ratificado en cada momento y en cada pasaje del espiral.
El autor plantea, a lo largo del texto varias antítesis o dicotomías: normal/patológico (donde las variaciones son
predominantemente cuantitativas); conducta/conciencia (el aporte de Lewin permite demostrar la unidad de ambos
conceptos); consciente/inconsciente; psiquis/soma. Pero por ahí las más importantes o destacadas son las de
individuo/sociedad y la de constitucional/adquirido.
Con respecto a la dicotomía entre individuo y sociedad, el autor plantea que la sociedad está adentro y está afuera,
pero la sociedad que está adentro lo está de una forma particular para cada individuo. Podemos tener en cuenta la
acción del medio sobre el individuo, así como la acción del individuo sobre el medio y esto en un continua espiral
dialéctica
La otra dicotomía, la constitucional y adquirido, Pichón-Riviere va a decir que si no tomamos en cuenta el factor interno
y la manera en que la realidad es vivida por ese sujeto en particular de acuerdo con su historia personal, estamos
ignorando lo fundamental, la reacción particular de ese individuo ante una situación determinada.
Con respecto a las dimensiones de la temporalidad se puede ver cómo en cada acción del sujeto, en cada conducta, en
cada cosa que él hace o dice, en cada momento, están incluidos siempre su pasado, presente y futuro. Y a través del
emergente investigado en el análisis se indaga qué es lo que está condicionando la actitud y la conducta del sujeto en
ese momento. Al autor le interesa contribuir a la investigación de las motivaciones que dirigen la conducta actual y
presente del individuo, y trabajar más en profundidad con una teoría de la conducta. Si se actúa en ese contexto, se
podrá modificar el campo psicológico creando un nuevo campo operacional donde el psicólogo podrá operar en forma
activa.
Podría decirse que la consecuencia de la teoría del vínculo fue la teoría de los grupos operativos. En este sentido, no
puede subestimarse la importancia de lo que el autor denominaba “esquema conceptual, referencial y operativo”
(ECRO, otro concepto que está mejor explicado en “Teoría del Vínculo”), el cual se modificaba en contacto con la
realidad, confrontándose a lo existente, lo cual daba lugar a nuevos “emergentes”, sobre los que había que trabajar.
La extensión de este concepto a los grupos hacía que la primera “tarea” colectiva fuera la de construir un ECRO común,
para poder actuar con eficacia. En 1958, el IADES bajo la dirección de Pichón, emprendió la tarea de probar los grupos
operativos a gran escala. Se planificó una ambiciosa intervención en la ciudad de Rosario, bajo la forma de laboratorio
social. Se trataba de “movilizar” a tantas personas como fuera posible, en un encuadre estrictamente implementado
por una veintena de coordinadores. Finalmente, la experiencia tuvo ligar en la Universidad Nacional del Litoral, en las
facultades de Economía, Filosofía y Letras y Medicina, con la colaboración del Departamento de Psicología y el Instituto
de Estadística. Si a fines de los años 40 los grupos de enfermeros conformados por Pichón habían constituido el mito de
origen de un enfoque innovador de la cuestión asilar, “la experiencia de Rosario” cumpliría esa misma función respecto
de una nueva psicología social.
CONCLUSIONES. Hoy en día, se pueden ver tres disciplinas (psicoanálisis, psiquiatría y psicología) profesionalizadas e
íntimamente relacionadas en el marco del movimiento de salud mental. La psicología social pichoniana es un fiel
exponente de esta interrelación, que reclamaba un abordaje interdisciplinario.
Los dos golpes militares sucesivos (el de 1966 y el de 1976) implicaron un sucesivo repliegue de los “practicantes psi”
hacia el ámbito privado. En este marco, es comprensible que toda práctica de tipo grupal o colectivo fuera considerada
sospechosa e incluso peligrosa, mientras que el consultorio privado se constituía en una suerte de refugio. De este
modo fue produciéndose una paulatina privatización de las “actividades psi”. En este contexto se produjo el
fallecimiento de Pichón-Riviere, en 1977.
UNIDAD 8
DELUCCA: PALABRAS DE UNA VETERANA DE LA 1° PROMO DE PSICÓLOGOS
Norma Delucca, titular de Psicología Evolutiva II en ese entonces, realiza el discurso de apertura de las “Primeras
Jornadas de reflexión, debate y propuesta de los alumnos, graduados y docentes de la carrera de Psicología de la
UNLP”, en 1993, como representante de la Primera Promoción de Psicólogos recibidos en 1962. Señala que para contar
la historia de los primeros recibidos es necesario hacer referencia al marco político de ese entonces.
A fines de 1955, durante el gobierno provisional que derrocó a Perón, el ministro de educación Atilio dell’OroMaini,
presentó una reforma al sistema universitario. En su artículo 28, esa reforma establecía que la iniciativa privada podía
crear universidades libres, que estarían capacitadas para expedir diplomas y títulos habilitantes. Esto implicó que se
destinaran fondos públicos para subsidiar los establecimientos privados, con el conseguiente debilitamiento de los
presupuestos destinados a la educación pública.
En 1958, Arturo Frondizi asume la presidencia y se le presenta el anteproyecto de ley de universidades privadas. Ya
había defraudado a sus propios partidiarios con inesperadas privatizaciones de importantes empresas y acuerdos
petroleros. En este contexto la denominada “enseñanza libre” adquiere singular relieve. Por enseñanza libre se
alienaron la Iglesia Católica y los grupos conservadores. Por la laica, la gran mayoría de la población, incluyendo ciertos
sectores católicos no conservadores. El intento de reglamentación del artículo 28 tuvo una repercusión muy intensa a
nivel de los tres claustros de las universidades, y en los sectores populares. En septiembre de 1958 se realiza una
movilización histórica frente al Congreso, pero el artículo 28 se mantuvo, aunque se lo tachó de inconstitucional.
En este marco convulsionado, se crea la carrera de Psicología en La Plata a mediados de 1958.
La clase inaugural de la carrera estuvo a cargo de la primera directora de la misma, la Dra. Fernanda Monasterio.
Delucca también ubica las figuras de E. Pucciarelli y N. Pousa en Filosofía, Ravagnan en Introducción a la Psicología.
Señala que esta marca fundante les imprimió a los de esa generación una actitud de resistencia y de participación
activa, un “espíritu militante”, que supone poder articular en cada acción esa participación activa con un sentido de
pertenencia: a un grupo, a un movimiento, a la búsqueda de ir “más allá” del objetivo individual, para enriquecerlo con
metas que hacen cadena, eslabones con otros, Delucca caracteriza a la primera promoción como la generación de la
resistencia y la generación “rastrillo”, porque respetaban a quienes los respetaban pero se oponían duramente a
quienes usurpaban sin idoneidad el lugar de las cátedras. Resalta lo positivo de su generación: el debate permanente, el
alto nivel de formación filosófica y política, la cultura del libro por sobre el apunte, la posibilidad de pluralidad teórica
de los profesores. Señala que la propuesta del psicoanálisis fue la más rica, sistematizada y coherente, ya que les aportó
un conocimiento o una interrogación nueva sobre el ser humano. Lo negativo que sitúa de su promoción es la ausencia
de trabajos prácticos, ya que sólo se nombraron profesores titulares y adjuntos en algunas cátedras.
Finalmente, Delucca señala que la formación clínica la realizó por fuera de la carrera, y continúa siendo una deuda que
tendrán que saldar las generaciones anteriores con las actuales.
Entonces no se debe enfrentar el crecimiento de las enfermedades mentales con un incremento de la cantidad de
psiquiatras y psicoterapeutas que trabajan de manera individual. Entre los psicoanalistas no nos hemos ocupado
sistemáticamente del tema de la higiene mental, profilaxis. Este problema se enuncia
1) tenemos conocimientos psicológicos, deducidos especialmente de la investigación psicoanalítica, que sabemos
pueden ser muy beneficiosos para mejorar la vida de los seres humanos, pero,
2) ¿cómo aplicarlos de manera que beneficien a toda o gran parte de la comunidad?
Entonces el problema ya no es el de la enfermedad mental sino el de la promoción de la salud: la psicoprofilaxis en su
más alto nivel. El problema está en construir una estrategia que permita aplicar y aprovechar nuestros conocimientos
(psicoanalíticos) en más vasta escala.
PSICOANÁLISIS CLÍNICO
El psicoanálisis se define por constituir al mismo tiempo una terapia, una teoría y una investigación, sin embargo
debemos reconocer que el valor social del psicoanálisis en cuanto terapia es bastante limitado, es decir, hay una
limitación social de psicoanálisis, ya que es utópico pretender formar tantos psicoanalistas para que toda la población
sea sometida a tratamiento psicoanalítico. La importancia social del psicoanálisis reside en su capacidad de ser un
método de investigación de los fenómenos psicológicos, aporta conocimientos valiosos sobre las leyes psicológicas que
rigen la dinámica de la salud y la enfermedad. Pero el psicoanálisis clínico no puede resolver por sí solo el problema de
la salud mental en la amplitud y extensión en que ello se hace necesario en el presente, por lo tanto formar más
psicoanalistas para enfrentar este problema es insostenible. Pero la investigación del psicoanálisis clínico aporta
resultados y conocimientos de gran valor, que son los que sí pueden y deben emplearse en vasta escala en los
programas de higiene mental.
Sus aportes pueden ser utilizados en dos estrategias de la salud pública:
En el orden administrativo, se refiere a intervenir por intermedio de la acción gubernamental, influyendo leyes, status,
costumbres, etc. El psicoanalista actúa como experto asesorando a los cuerpos administrativos gubernamentales en
torno a lo que atañe a la salud, ya sea en el sentido de mejorar o prevenir perjuicios o daños, por ejemplo se pueden
utilizar conocimientos sobre la relación madre niño y los efectos nocivos de largas separaciones en el caso de la
organización de un servicio hospitalario, etc. En el orden de la relación interpersonal, los conocimientos de la
investigación psicoanalítica pueden ser empleados en técnicas psicoterápicas más breves, o en técnicas grupales.
TRES FORMAS DEL PSICOANÁLISIS
Existen tres formas, psicoanálisis clínico (anteriormente mencionado), el psicoanálisis aplicado y el psicoanálisis
operativo.
El psicoanálisis aplicado Freud lo utilizó en el caso Schreber, Totem y Tabú, etc. es un verdadero procedimiento de
investigación. Es posible utilizarlo en el estudio de distintas manifestaciones culturales, comportamientos o actividades
y también en el estudio de pautas culturales y en el de la interacción individuo sociedad.
Psicoanalisis operativo, puede considerarse como una variante del aplicado, ya que al igual que este, se realiza fuera
del contexto en el que se lleva a cabo el psicoanálisis clínico, se caracteriza por:
Se utiliza en situaciones humanas de la vida corriente, en cualquier actividad o quehacer o en toda institución en la
que intervienen seres humanos, es decir, en la realidad y la situación viva y concreta (educación, trabajo, juego,
ocio, etc.), y en situaciones de crisis normales por las que necesariamente pasa el ser humano (cambios de lugar, de
estado civil, de empleo, paternidad o maternidad, muerte de familia-res, eta.), además de las crisis normales del
desarrollo.
Se indaga los dinamismos y las motivaciones psicológicas inconscientes, pero se utiliza dicha indagación para lograr
modificaciones a través de la comprensión de lo que está ocurriendo, cómo y por qué.
Esta intervención (operación) se realiza a través de múltiples procedimientos, sea interpretando las relaciones, la
tarea, los procedimientos, la organización, la institución, la comunicación, etc., para lograr una modificación de las
situaciones, la organización o las relaciones interpersonal, en función de la indagación realizada y de las
conclusiones obtenidas.
Toda psicología y psicoterapia grupal de inspiración psicoanalítica, debe ser incluida como variante del psicoanálisis
operativo. El psicoanálisis operativo abre perspectivas importantes en el campo de la higiene mental y la
psicoprofilaxis.
FORMACIÓN DEL PSICOANALISTA
En los planes de formación de psicoanalistas debemos señalar:
1) No admitir ninguna urgencia por formar más psicoanalistas para resolver el problema social de la salud y la
enfermedad mental, es necesario no perder la rigurosidad y condiciones para su formación.
2) Revisar nuestros programas de estudio para que no se orienten a formar profesionales del psicoanálisis, sino
investigadores del psicoanálisis, incrementando la enseñanza de metodología, filosofía de la ciencia, etc.
3) El único organismo encargado y habilitado para formar psicoanalistas es el instituto de psicoanálisis, no permitir la
formación de psicoanalistas silvestres.
Entonces el eje fundamental es la formación del psicoanalista clínico en cuanto científico y técnico de un método de
investigación.
PSICOLOGÍA Y PSICÓLOGOS
En nuestro país, los psicólogos no pueden ingresar en el Instituto de Psicoanálisis y, por lo tanto, no pueden ser
psicoanalistas. De ninguna manera se soluciona el problema creando organismos encargados de formar (directa o
indirectamente) psicoanalistas silvestres. Es importante remarcar que el problema de la salud y la enfermedad mental
no se puede resolver formando más psicoanalistas, ni tampoco semipsicoanalistas (psicólogos).
La psicología recibe un aporte valioso del psicoanálisis, el problema está en que sigan recibiendo estos aportes pero sin
dejar de ser psicólogos, es decir que se transformen los psicoanalistas silvestres.
Los psicólogos se orientan en general a tomar el modelo del trabajo profesional de la actividad médica, es decir de
carácter individual y orientada a la curación (asistencial) y no a la prevención o a la higiene, por lo tanto el psicólogo no
debe ser alentado a ser terapeuta, sino que tienen que ser orientados hacia el campo de la psicohigiene, se les debe
proporcionar los conocimientos e instrumentos necesarios para actuar antes de que la gente enferme dentro de
actividades grupales, institucionales, y de trabajo en la comunidad. Los psicólogos legalmente deben ser autorizados
para ejercer la psicoterapia pero no deben ser alentados a ello, ya que desde el punto de vista social no es lo óptimo
preparar profesionales que se dediquen en su mayor proporción a la actividad asistencial e individual, porque lo que
necesitamos es la atención de la salud pública en el plano de la promoción de salud y en escala social.
El campo específico del psicólogo es el de la psicohigiene, no el de la enfermedad mental. Psicohigiene quiere decir
utilización de recursos (conocimientos y técnicas) psicológicos para mejorar y promover la salud de la población (y no
sólo evitar enfermedades), tanto como quiere decir administración adecuada de esos recursos a nivel de la
organización de la comunidad.La preparación de los psicólogos como auxiliares de la medicina es totalmente errónea,
ya que su campo está principalmente fuera de la medicina y fuera de la enfermedad. Hay que aclarar que, no significa
que no debe enseñarse psicoanálisis a los psicólogos, todo lo contrario. Lo que no debemos hacer es transformar a los
psicólogos en psicoanalistas silvestres, es decir no enseñarles a manejar el psicoanálisis clínico. Lo que si es necesario es
que enseñemos el psicoanálisis de tal manera que les permita comprender el comportamiento de los seres humanos en
la vida cotidiana, tanto en el ámbito individual, grupal, institucional y comunitario, comprender las motivaciones
inconcientes, reconocer los conflictos, los mecanismos de defensa y las ansiedades.
PSICOANÁLISIS Y MÉDICOS
Es importante incorporar la formación y el pensamiento psicoanalítico en los médicos, pero sin que estos abandonen su
campo específico para transformarse en psicoanalistas, ya que se considera esto como nocivo, porque entonces el
psiquiatra, pediatra, u otro médico, que emprendía un análisis o requería información sobre psicoanálisis, terminaba en
la disyuntiva, de convertirse en psicoanalista (formándose en el Instituto de Psicoanálisis) o seguir con su propia
especialidad.
Es necesario crear una formación psicoanalítica seria (para los especialistas de distintas ramas de la medicina) en los
aspectos que le son necesarios, para que puedan seguir desempeñándose mucho mejor dentro de sus tareas
específicas.
OTROS PROBLEMAS RELACIONADOS
Más adelante debemos contar con la posibilidad no sólo de extender los grupos de enseñanza a otros profesionales o
líderes en distintas actividades, sino de crear también un Centro de Consulta en el cual los psicoanalistas podamos
intervenir asesorando sobre los problemas psicológicos a distintas instituciones o lo que se denomina personas "claves"
de la comunidad. Se debería intervenir en el control o supervisión de los profesionales (psicólogos y médicos) donde lo
que se debe enseñar es el psicoanálisis operativo y no el psicoanálisis clínico; con los psicólogos, alentando a que se
ocupen e intervengan más sobre la psicoprofilaxis que sobre la terapia, y más de grupos, instituciones y de la
comunidad que de individuos; en el caso de los médicos a que comprendan y manejen las situaciones terapéuticas y la
relación médico-paciente con la asimilación de conocimientos psicoanalíticos, pero con o dentro de las técnicas que
utilizan en cada caso.
EL PSICOANALISTA EN EL HOSPITAL
Cuando el psicoanalista va a trabajar al hospital, lo que no debería hacer es tomar pacientes del hospital en tratamiento
psicoanalítico dentro del hospital (psicoanálisis individual) y este se ve abrumado por una enorme cantidad de trabajo.
Lo que debe hacer es enseñar a sus colegas a pensar psicoanalíticamente (no a hacer psicoanálisis clínico), a utilizar los
conocimientos dinámicos de tal manera que ellos los puedan utilizar dentro de otras técnicas terapéuticas o bien
dentro de sus propias relaciones grupales, o dentro de toda la propia organización institucional, de la sala o del
hospital, tanto como en la comprensión del trabajo de comunidad. La práctica demuestra que el psicoanalista es más
útil en el hospital cuando forma grupos operativos o de enseñanza, que cuando se dispone a una tarea asistencial con
el psicoanálisis individual.
UNIDAD 10