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Departamento de Sociología
Yerson Hernando Sierra Pérez
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A raíz de esta creciente importancia, la sociedad empezó a percibir que el viejo
sistema feudal debía ser cambio, por tanto los ciudadanos, principalmente los de la
baja clase, empiezan a crear mecanismos económicos alternativos a partir de la
comercialización de productos. Estos mecanismos iban desde las ferias
comerciales establecidas en las distintas regiones europeas, hasta la
comercialización internacional, por medio de rutas marítimas, de los distintos
productos importados de distintas partes (principalmente del oriente) que
posteriormente eran exportados.
Gracias al masivo sistema comercial, el factor moneda se posesiono como el
principal elemento económico. A tal punto que la tierra, centro del feudalismo, fue
reemplazada por el dinero, nuevo sistemas socio-económico de la época. A raíz de
este nuevos factor económico, la burguesía (conformada por la clase medias, es
decir, los comerciantes) tomo el control del territorio, ya que poseía y controlaba el
dinero. Por tanto, el sistema feudal dio paso al sistema burgués.
Por otra parte, este nuevo sistema comercial debía ser organizado y regido a partir
de algo o alguien, por esto se crean los “gremios” de comerciantes. Los cuales
permitían establecer entes que regularan y organizan el comercio con el fin de que
su expansión perdurara. Estos monopolios gremiales se regían a partir de reglas
establecidas y en donde llegasen a romperlas eran expulsados del gremio. A su
vez, los gremios eran constituidos según el oficio que se practicase. No obstante,
los mismos gremios fueron los causantes de su destrucción, ya que por ambición
de querer más poder y más dinero se fueron autodestruyendo entre ellos mismos,
a tal punto que permitieron el control absoluto de la monarquía en los sistemas
implantados.
De allí, a raíz de la poca seguridad y del deterioro que había tenido el sistema
económico comercial, la monarquía –conformada por reyes y establecida a partir
del siglo XV- logra posesionarse como el nuevo jefe de las zonas europeas. Los
cual conlleva a un serie de cambios, no tan extremos ni tan radicales, que se
empiezan a instaurar. Entre los principales que causaron gran impacto en la
sociedad se encuentra el fraccionamiento de las naciones, que cada vez era más
marcado; las reglamentaciones nacionales sustituyeron las regulaciones locales; el
monarca (rey) como nuevos jefe de la nación al cual le debía la devota lealtad. A
partir de estos cambios, las ciudades fueron reemplazadas por el Estado, los
monopolios locales fueron destruidos y la iglesia fue perdiendo su poder.
A su vez, en el nuevo sistema monárquico empieza a parecer una nueva figura
social: los banqueros. Estos individuos eran una constitución económica creada a
partir del comerciante lucrado, quien tuvo la posibilidad que crear un método
económico a partir de préstamos, el cual se constituía de una manera muy simple
que dejaba muchas ganancias, ya que estos realizaban préstamos a comerciantes,
reyes y príncipes y a cambio obtenían ingresos o rentas de minas, de aventuras
comerciales o de tierras. Así, este individuo poco a poco se fue convirtiendo en el
nuevo gran rico de la sociedad, ya que sus fortunas estaban constituidas por el
dominio de numerosas minas, haciendas y tierras. De esta manera, los banqueros
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se instauraron rápidamente a tal punto que lograron tener gran influencia en el
estado, sin tener la necesidad de ser los reyes.
En síntesis, al trascurso de la historia, la economía ha pasado por diversas
alteraciones y modificaciones por parte de los distintos poderíos establecidos en las
épocas, lo cual ha permitido que este factor se desenvuelva de maneras distintas,
pero a su vez estas maneras tiene algo en común: la económica siempre ha sido un
factor de clasificación social. Por otro lado, cada intervención y modificación condujo
a la implementación del sistema económico instaurado en la sociedad actual: el
capitalismo.
BIBLIOGRAFÍA.
Huberman, L. (1983). Los bienes terrenales del hombre. México D.F. México:
Editorial Nuestro Tiempo, S. A. (Décimo novena edición).